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2 - El medioevo cristiano

Los hombres del medioevo se preocuparon principalmente por la praxis, en


donde la razón queda sometida a la fe y todo lo referente a observación de la
naturaleza queda fuera del saber oficial.

Según Durand Tomás de Aquino advirtió que no era posible mantener la total
dominación de la teología en la interpretación de los fenómenos del mundo terrenal, e
introdujo la doctrina de la doble verdad. El universo quedó dividido en dos dominios.
Más arriba de la luna, era dominio de la teología (reina de todas las ciencias). Sólo ella
podía decir qué eran los fenómenos, qué era la verdad. Por debajo de la luna se
admitió que el hombre podía llegar a establecer algunas verdades relativas de lo que
se ocupaba la filosofía, la matemática, la astronomía, la acústica, la lógica, la
gramática, etc., (artes liberales), sometidas a la teología. De esta manera la
naturaleza se convierte en signo de Dios y, su interpretación, es guiada por las
verdades de las Sagradas Escrituras. Durand deja en claro que el desarrollo de las
artes serviles fue muy importante y terminará marcando su influencia en el nacimiento
de la ciencia moderna

3 – El nacimiento de la ciencia moderna

Durante los siglos XI o XII el cristianismo dominaba, y el gran objetivo de la


vida era la salvación del alma. A partir de los siglos XII y XIII, con la sociedad de los
ingenieros, Europa cambió de mentalidad. La ciencia se volvió experimental; apareció
entonces una serie de prácticos que ejercían la ciencia experimental. A partir del siglo
XVI surgieron las escuelas de cálculo para comerciantes, donde se aprendía a medir
el volumen de un barril, a usar trigonometría elemental para medir alturas. Galileo fue
considerado entonces iniciador de la ciencia moderna. A partir de los siglos XIV y XV,
surgieron también los banqueros, hecho esencial para comprender la aparición de los
números negativos. Los banqueros tenían columnas para anotar las pérdidas y las
ganancias, hacían cálculos y tenían que computar lo que ocurría en las sucursales
extranjeras, adquiriendo así el hábito del cálculo abstracto. Durante el Renacimiento
aparece la estadística usada regularmente para contar cuántos bueyes, vacas y
cerdos entraban en la ciudad. Entre el fin de la Edad Media y el comienzo del
Renacimiento surgió una sociedad que confiaba en la racionalidad del hombre y en su
poder de actuar sobre la naturaleza. De todos modos, las justificaciones teológicas
siempre tenían lugar. Según Durand, Galileo sostuvo que la naturaleza es matemática
y racional.

Como ya describió Durand, la tradición griega estimaba que lo propio del


conocimiento científico es el conocimiento de las causas; la modernidad en cambio,
redujo el concepto de causa aristotélico a la causa eficiente, es decir que los rasgos
fundamentales del conocimiento científico de la modernidad es su orientación hacia lo
más útil y productivo. Comienza un proceso de identificación de praxis con poiesis y
parece carecer de sentido ocuparse en conocer algo que no sea útil. Asi, el
conocimiento teórico comienza su compromiso con la acción práctica y poiética.

En el siglo XVI cobran impulso los estudios astronómicos y físicos. Era una ciencia
que avanzaba con pasos seguros y que, por la admiración que suscitaba, incitaba a la
imitación. Ha desaparecido casi del todo la ciencia theoría de la antigüedad, como
simple aspiración a contemplar el mundo para hacerlo inteligible. Así, todo lo que
hasta ese momento (la época Medieval) se había llamado ciencia aparece ahora lleno
de errores; en consecuencia, buscaron nuevos métodos capaces de generar certezas.

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Pero los métodos comienzan a ser divergentes: la certeza proviene de la razón o de la
realidad empírica. Este último camino no encuentra una codificación y una praxis
convincente hasta Newton.

Durand nos muestra que, los hombres modernos, al confiar en la racionalidad


del individuo, pretenden la difusión del saber a todos y no solamente a una elite de
elegidos o iluminados, y la ciencia busca legitimarse como conocimiento público. No
obstante, los cambios en la forma de pensar la naturaleza tuvieron su inspiración en
algunas tradiciones medievales. Lo más novedoso fue la nueva relación que se
establece con el mundo de la técnica:

 los procedimientos,
 el uso de los artefactos y
 la elaboración de modelos matemáticos, base de la nueva forma de
representación del mundo.

Así, el hombre moderno proyecta extender mediante la ciencia su dominio


sobre la naturaleza; la búsqueda del saber no debe estar sujeta a ninguna limitación
externa a sí misma. Esto determinó que ciencia es neutral, los únicos valores que la
guían son los del conocimiento.

Gracias a Galileo la verdad científica daría luz a las sombras de la ignorancia


haciendo desaparecer, así, fanatismos y prejuicios que impiden al hombre su
realización plena y completa. Esta nueva forma de pensar la naturaleza, la ciencia
moderna, constituyó una empresa cognitiva que busca certidumbres y se alza como
fuente de poder y herramienta para manipular el medio.

Aportes de la técnica medieval:

a – Con respecto a los procedimientos experimentales Durand nos recuerda la


afirmación de Bernal: “Los primeros hombres de ciencia que examinaron la naturaleza
o la obra de los hombres, tuvieron que utilizar el equipo y las ideas predominantes
entonces en la tecnología, es decir que usaron el compendio de recetas prácticas e
instrumentos del hogar, la granja y el taller artesanal”. (Bernal, 1963).

De este modo, el experimento científico debió integrar el sistema hipotético


deductivo y la cuantificación de la experiencia sin lo cual no podría haberse dado como
forma universal de verificación de los resultados en determinadas ciencias, como por
ejemplo la física. La deducción hipotética va a requerir el cambio del concepto de
hipótesis como una conjetura que deberá probarse (hay un compromiso con la
verdad). Esto llevó a sostener que las hipótesis que la ciencia no ha podido refutar son
solamente “probablemente verdaderas”.

b - El uso de instrumentos técnicos para la investigación científica es de gran


importancia. Galileo le otorga al telescopio un papel fundamental para el desarrollo de
la ciencia y que a su vez genera la oposición de los teólogos de la época que
desconfiaron de su valor. No hay que olvidar que la verdadera ciencia para el
medioevo debía deducirse de las verdades reveladas y no de la observación empírica,
considerada fuente de errores.

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c- Por último, y no menos importante, no debemos olvidarnos del uso de las
matemáticas en la astrología y la magia medievales junto con la física para predecir
fenómenos. Así, la única forma de darle a la física un lenguaje matemático es
redefiniendo su objeto de estudio. Este nuevo objeto son las relaciones entre
fenómenos y no las cualidades, objeto de conocimiento que es formal y abstracto. El
fenómeno sufre, de esta manera un proceso de abstracción al cual corresponde la
sistematización unificación y ordenamiento del sistema complejo de leyes e hipótesis
que se verifican. A esta concepción de la naturaleza entendida como una máquina que
puede desarmarse, estudiar sus partes por separado hacerla más inteligible se la
denomina mecanicista.

Durand destaca que estos cambios se hicieron evidentes con la difusión de la


teoría heliocéntrica de Copérnico apoyada por Galileo, la mecánica de Newton, la
química de Lavoisier y la teoría de la evolución de Darwin (que terminó de remover los
últimos vestigios de interpretación medieval de la naturaleza). No va a pasar mucho
tiempo hasta que el mundo social, como consecuencia de los bruscos cambios
producidos especialmente por la Revolución Francesa y la Revolución Industrial,
también requiera ser pensado con los instrumentos intelectuales de la ciencia
moderna.

4 - Epistemología

1 – Las reflexiones sobre la ciencia.

Los problemas del conocimiento fueron planteados ya desde el origen de las


especulaciones teóricas (en Grecia) y, con el desarrollo del saber occidental, formaron
parte de la filosofía. La rama de la filosofía que trataba de teorizar sobre el
conocimiento se denominó gnoseología que planteaba la posibilidad, la esencia y el
origen de todo conocimiento.

Con el nacimiento de la ciencia moderna (siglo XVII) los sistemas filosóficos se


ocuparon de intentar fundamentarla, es decir cómo se construye el conocimiento (tema
de la actual epistemología). Este es el caso del sistema filosófica de Immanuel Kant
(siglo XVIII). Kant abordó diversos problemas filosóficos pero el núcleo de su filosofía
se centro en el conocimiento científico.

Sostiene Rolando García: “El gran mérito que tuvo Kant entonces -y continúa
siéndolo- es haber planteado con toda claridad el problema del conocimiento, de la
relación sujeto-objeto en la construcción del conocimiento. Lo que ya no son
aceptables son sus respuestas, que forman un sistema cerrado completo: explica el
espacio, el tiempo, la causalidad, las matemáticas y, naturalmente, explica la ciencia
de su época.

Pero en la época de Kant, lo que se conocía de la ciencia era la geometría de


Euclides, la lógica aristotélica – que venían sin cambios de la antigüedad clásica - y la
gran revolución que, iniciada por Galileo, había llevado a la física a su formulación
moderna con Newton. También la aritmética había incorporado los cálculos de Newton
y Leibnitz. Kant intenta fundamentar esta ciencia que concebía al espacio y al tiempo
como absolutos.

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Para Kant - dice Rolando García - la geometría es lo que dicen los Elementos
de Euclides, la lógica es el silogismo aristotélico; la aritmética es el cálculo en la forma
que Newton y Leibniz lo construyeron; el espacio y el tiempo es lo que Newton
considera como espacio y tiempo. (...). La obra de Kant es el monumento de la
filosofía especulativa. Pero ese monumento tuvo mala suerte. Kant muere en 1804 y
no pasan 20 años sin que la ciencia, fundamentalmente la matemática, tenga un
vuelco extraordinario. Aparecen las geometrías no euclidianas, y a partir de ahí yo
diría que cada uno de los conceptos que daba Kant como establecidos van a ser
sistemáticamente demolidos en lo que resta del siglo XIX y el comienzo del siglo XX.

La geometría no euclidiana muestra que la geometría de Euclides es sólo una


de las geometrías entre otras equivalentes, y que la geometría del espacio físico no
era un problema que podían decidir las matemáticas por sí mismas. Por su parte, la
lógica va a ser completamente renovada en ese siglo. Se va a mostrar que la
silogística de Aristóteles es sólo un pequeño capítulo de la lógica, se va a resolver lo
que fue el gran escándalo de la matemática y de la lógica: la lógica de Aristóteles no
es capaz de expresar el más simple razonamiento matemático, siendo que las
matemáticas se consideran la cumbre del razonamiento lógico. Es fácil mostrar
razonamientos muy simples que no son reducibles a silogismos. Cae entonces la
lógica aristotélica. Weirstrass da al cálculo un aspecto completamente distinto,
muestra que los infinitésimos que tanto le hicieron devanar los sesos a Kant y también
a Hegel no son problema. Y Cantor resuelve las antinomias sobre el infinito.
Brevemente se llega al final del siglo con una matemática distinta, sin que quede nada
de los problemas de Kant.

En los inicios del siglo XX, con la relatividad y la mecánica cuántica, el proceso se va a
terminar. El espacio y el tiempo cobran un sentido completamente distinto. Este es el
derrumbe, no de Kant ni de Hegel, es el derrumbe de la filosofía especulativa. A partir
de ahí la filosofía especulativa pierde el derecho de tratar de fundamentar los
conceptos científicos. (García Rolando, 1990)

Todos estos cambios van a conducir a la preeminencia de las cuestiones


epistemológicas por sobre cualquier otro planteo filosófico.

Los alemanes - sostiene Rolando García - son los primeros que se percatan de esto,
quizá porque una buena parte de lo que ocurrió fue en Alemania. Y lo que era
erkenntniss theorie, teoría del conocimiento (erkenntniss es teoría) le anteponen
wissenshaft leherer (wissenshaft es ciencia) una teoría de la ciencia. (García Rolando,
1990)

Quien toma esto muy claramente y le da un sentido filosófico, quien retoma sobre todo
la reconstrucción de la geometría, es Bertrand Russell, publicando en los últimos años
del siglo XIX una obra fundamental, Los fundamentos de la geometría, en la que utiliza
la palabra epistemology como traducción, o como equivalente al wissenshaft leherer
de los alemanes. No la teoría del conocimiento, no el erkenntniss, sino la teoría de la
ciencia. Poco después, en 1901, se traduce al francés el libro de Russell, y allí
aparece la palabra epistemoligie, que según el diccionario histórico de la lengua
francesa es el punto de partida del uso de la palabra epistemología, como distinta a la
teoría general del conocimiento que había sido edificada por los filósofos. Quien
nacionaliza el término epistemoligie, que va a pasar al español como epistemología, es
Meyerson. Su libro publicado poco después, Identidad y realidad, comienza el prólogo
diciendo "me voy a ocupar de la filosofía de la ciencia o epistemología como hoy
empieza a usarse". Es ese el momento en el que aparece una epistemología como
teoría de la ciencia, distinta a lo que la filosofía especulativa entendía como teoría del

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conocimiento. Entonces, a partir de ese momento se hace necesario distinguir entre
una teoría del conocimiento que podríamos llamar teoría del conocimiento común, y
una teoría del conocimiento científico que sería la epistemología”. (García Rolando,
1990)

2 - Desarrollo de la epistemología.

A comienzos del siglo XX, la epistemología es entendida como una forma de


fundamentar la ciencia. Pero esta actividad es concebida de diferente manera.
Mientras algunos siguen pensando que los planteos epistemológicos deben hacerlo
los filósofos, por fuera de la actividad científica, otros (como el empirismo lógico)
sostienen que la única forma de fundamentación posible debe surgir desde dentro de
la actividad científica misma, es decir, desde los científicos.

Lo que ya empezamos a destacar, es que todos estos planteos, se centran en


el análisis de los resultados de la labor científica y se convierten en una epistemología
normativa que dice lo que debe ser y lo que no debe ser ciencia. O sea, cómo debía
analizarse la estructura lógica y la prueba empírica para poder determinar qué debía
ser un conocimiento científico. Otra forma de análisis (que surge a mediados del siglo
XX) es plantearse la ciencia como práctica, como actividad pero, a comienzo de siglo,
van a predominar los análisis de la ciencia como resultado.

Por eso podemos determinar por lo menos dos etapas: La primera etapa
corresponde a los aportes del Círculo de Viena y a la labor de filósofos, como fueron
los aportes del empirismo lógico y los de Popper respectivamente.

La segunda etapa se abre, con la obra de Thomas Kuhn, quien sustituye como centro
de interés filosófico la estructura lógica de los enunciados por las vicisitudes históricas
de la ciencia. Con esto nos acercamos a los planteos de la ciencia como actividad.

Enfrentada con estos planteos está la sociología del conocimiento que niega el valor
de la epistemología y se centra en el análisis de las prácticas científicas.

Dentro de la primera etapa colocamos el esfuerzo por considerar que hay


muchos objetos diferentes sobre los que puede trabajar la ciencia, determinando
diferentes ciencias (psicología, sociologías, física, astronomía etc.) pero que el
conocimiento científico es uno. O sea, si de ciencia se trata, a pesar de existir muchas,
debe existir una unidad o unicidad de todas. El problema se generó, no con las
ciencias formales, sino con las ciencias fácticas que fueron las que se revolucionaron
al separarse de las especulaciones teológicas (siglo XVII)

Un ejemplo de esta búsqueda de unicidad son los trabajos de Carnap quien


consideró que la ciencia era “una” porque su lenguaje es el mismo en todos los casos:
un lenguaje lógico y empírico. Estrechamente ligado a la unificación del lenguaje está
la unificación del método. Si el método es el fundamento del conocimiento científico
debía ser único, para todas las ciencias fácticas. Así, se llegó a la idea de
trascendentalidad y a-historicidad del método científico (el método es trascendental a
la historia, una vez que se ha llegado a él, no lo modifica).

También, se ha buscado la unidad por la axiomatización de sus teorías. Una vez


axiamatizadas, se podrá mostrar que la estructura lógica es la misma. Esta tesis ha
sido sostenida, entre otros, ya por Otto Neurath (1882 – 1945, perteneciente al círculo

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de Viena), quien también plantea la necesidad de buscar conexiones entre las distintas
ciencias.

En la segunda etapa podemos considerar que el desarrollo de las ciencias


sociales, y de la sociología del conocimiento, que mostraron la casi imposibilidad de
aplicación del método considerado científico, llevó a cuestionar todo. El método
depende del objeto de estudio, entonces hay tantos métodos diferentes como ciencias,
tantos lenguajes diferentes como ciencias y tantas formas de estructuración de sus
teorías como ciencias haya. Esto pone en tela de juicio la unicidad de la ciencia: no
existe la ciencia sino las ciencias. Pero entonces, no existe una epistemología sino
diferentes epistemologías para cada ciencia.

Para los sociólogos del conocimiento no debería hablarse de ciencia sino de


ciencias (consideran que hablar de ciencia es una invención filosófica); cada ciencia
deberá realizar sus propios planteos epistemológicos. Los epistemólogos se
encontraron ante la urgencia de redefinir su ámbito en una epistemología general o
aceptar que se diluya en varias epistemologías particulares.

Para terminar mencionaremos la posición de Blanche quien intenta superar esta


oposición. Para Blanché, la unicidad de las ciencias fácticas en términos de
inteligibilidad y positividad del conocimiento científico. o sea, la ciencia moderna
presenta una tensión entre los aportes de la experiencia (datos singulares) y los de la
razón (teorías universales) y es esta tensión lo que es común a todas las ciencias. En
otras palabras, no es un método único ni leyes o lenguaje único lo que nos permite
hablar de unicidad, sino la forma de producir conocimiento inteligible y positivo.

Siendo así, una epistemología general es posible, en tanto existen temas


generales para todas las ciencias. Actualmente, esto está en discusión porque se
prefiere hablar de epistemología de cada una de las ciencias particulares o filosofía de
la ciencia (cuando se hacen planteos generales sobre la construcción del
conocimiento).

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