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Investigación sobre
Autoridades y relaciones
obrero-patronales
ACTIVIDA
Instructor: Dra. Carmen Villa
D #2

Participante: Víctor Guillermo Torres Montalvo


Hay que empujar las relaciones obrero-patronales en una dirección distinta a como
se ha hecho en los últimos tiempos, en que se ha privilegiado más al capital, por 2
encima del trabajo; más a la ganancia, por encima de los derechos; y más a la
acumulación de riqueza, no tanto a la satisfacción de las necesidades de las
personas; dijo el Maestro David Fernández Dávalos, S. J., Rector de la Universidad
Iberoamericana Ciudad de México·Tijuana.

A pesar de que México ha ratificado todos los convenios de la Organización


Internacional del Trabajo (OIT), “nos encontramos que después de 30 años o 35
años de impulso del modelo de libre mercado absoluto, que algunos llaman modelo
neoliberal, lo que ha ocurrido es que los derechos humanos laborales han vivido un
retroceso dramático en estos últimos años, y muchas de las conquistas laborales se
han echado para atrás”.

El empleo se ha precarizado enormemente, y hoy la tendencia es a flexibilizar los


contratos conforme a las horas que necesita el empleador, sin generar relaciones de
carácter laboral. Entonces lo que se está viendo “es que hay un incumplimiento
global de las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos en el
ámbito del trabajo, porque los poderes fácticos están conduciendo ahora el tema de
la globalización, de las legislaciones y de los Estados, y no hay una reacción global
adecuada a lo que está ocurriendo”.

Frente a esto, no hay que olvidar que el Estado mexicano, que también es
empleador, tiene el deber de garantizar que se cumplan los derechos humanos
laborales que se ha comprometido a respetar (a través de la firma de convenios
internacionales); y si hay daños a los derechos de los trabajadores, también el
Estado tiene la obligación de reparar integralmente esos daños.

En México, el régimen se precia de que en los últimos años no ha habido huelgas;


sin embargo, “no es porque haya condiciones de trabajo satisfactorias, sino más bien
porque han sido conculcados derechos”, como el de libre asociación sindical y el de
emplazamiento, así como la utilización de sindicatos blancos. Todo esto ha atentado
contra los derechos laborales.

“La importancia del reconocimiento de los derechos laborales mínimos, los cuales
aseguran la dignidad humana con independencia de cualquier condición de la
persona, como son: nacionalidad, género, raza, color, idioma, religión o convicción,
origen étnico o social, edad, situación económica, patrimonio, estado civil, opinión
política, entre otros, es la que ha contribuido a lograr un avance en el ámbito jurídico
respecto de la protección de los derechos humanos sociales, buscando su
justiciabilidad, lo que brinda a cada persona trabajadora la posibilidad de reclamar,
libre y en igualdad de oportunidades, su justa participación en las riquezas que han
contribuido a crear, como se impulsaba desde la creación de la Organización
Internacional del Trabajo, en 1919”.

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