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Expositor:

Juan Alberto Terrero Santana


El desarrollo de los principios de representatividad y participación local
en las colonias se inició desde el mismo momento en que comenzó la
colonización, y si bien luego se nombraron gobernadores de las
Colonias desde Inglaterra, ello no eliminó el espíritu de asamblea que
allí se arraigó.

En Virginia, en 1619, se reunió por primera vez y con permiso de la


Compañía colonial, la primera Asamblea de Colonos la Cámara de
burgueses de Virginia.

El fracaso económico posterior de la Compañía, a partir de 1624,


transformó la colonia en un asentamiento de la Corona, pero con los
colonos conservando sus poderes de asamblea.
120 “peregrinos” se embarcaron en el
Mayflower en septiembre de 1620,
llegando tres meses después, al Cabo
Cod, donde los peregrinos no tenían ni
concesión ni derechos de clase alguna.
Por ello, ante la necesidad de
desembarcar, se fijaron sus propias reglas
y firmaron un pacto o Covenant, conforme
al cual juraron continuar juntos y
obedecer las reglas establecidas para el
logro del bien de todos. Con-forme a este
pacto, surgió el primer gobierno local
autónomo en Norteamérica en la Colonia
de Plymouth.
Otros peregrinos obtuvieron una Carta real para The Government
and Company of Massachussetts Bay en Nueva Inglaterra, en 1629.
La compañía, fundada por los propios peregrinos estaba manejada
por un Consejo que funcionaba en la propia colonia, en Boston,
totalmente independiente de Londres. El Consejo debía asesorarse
de dos delegados por cada ciudad de la colonia, con lo que quedó
así constituida la primera asamblea que más tarde estaría dividida
en dos Cámaras.

Otras colonias se establecieron, con emigrados o desterrados de las


ya establecidas, en particular de Massachussets, fundándose así, en
1635, un establecimiento denominado Providence, en Rhode Island,
que luego, en 1662, sería objeto de una Carta real.
En 1639, se creó la colonia de Connecticut, también por un grupo de
migrados de Massachussets, quienes se dieron a sí mismos sus propias
“Leyes fundamentales de Connecticut” creando un gobierno elegido
por hombres libres. Otros puritanos fundaron en la costa de
Connecticut, la colonia de New Haven, adoptando las leyes divinas
para gobernarse.

Los asentamientos de Connecticut, en 1662, también obtuvieron del


Rey Carlos II una Carta real, en la cual se confirmó la existencia de un
gobierno y asambleas colonia-les, sin control de la Corona. Por ello se
consideró que Connecticut y Rhode Island fueron los primeros Estados
coloniales independientes.
La colonia de Maryland fue establecida mediante Carta colonial
otorgada a un individuo, Georges Calvert, quien había servido a la
Corona pero a quien Carlos I no podía emplear en Inglaterra, por ser
católico. La Carta, de verdadera configuración feudal, otorgaba al
propietario, nombrado Lord Baltimore, carácter del jefe de la iglesia y
de las fuerzas armadas, estando facultado para crear mannors, especie
de repartimiento de tierras. Lord Baltimore, en todo caso, fue celoso en
guardar la convivencia de las Iglesias, y en respetar el derecho de
asamblea, donde hizo votar una Ley de tolerancia religiosa. A partir de
la Revolución de 1688, la Iglesia de Inglaterra monopolizó la religión en
Maryland, y sólo convirtiéndose al protestantismo, Lord Baltimore, pudo
conservar su propiedad territorial, aceptando la autoridad de la Corona
en la colonia.
Las Carolinas (del Norte y del Sur), así denominadas en honor de Carlos
II, quien otorgó en propiedad territorial grandes espacios a señores
monárquicos. Estos llegaron a solicitar de John Locke, filósofo de moda,
la redacción de una Constitución que creaba una aristocracia. En 1729,
estas colonias pasaron a la Corona.

New Jersey
El territorio de New Jersey, también adquirido por los mismos señores
propietarios de las Carolinas, fue otra colonia que en 1702 pasó a la
Corona.
En 1681, William Penn obtuvo una carta del Rey que le confirió la
propiedad de un vasto territorio entre Massachussetts y Maryland, que
llamó a Pennsylvania, donde se estableció un gobierno libre en el que
participaron una sociedad de amigos, de fe puritana extrema,
denominado los cuákeros.

Nueva York
La colonia de Nueva York, inicialmente holandesa (Nueva
Amsterdam), fue ocupada por Inglaterra en la época de Carlos II
(1664), quien incluso se la regaló a su hermano el Duque de York. De
allí su nombre.
Otra colonia situada al Sur, Georgia, completó el dominio británico en la
costa este de Norteamérica. Fue fundada en 1732, mediante una carta
otorgada a un grupo de filántropos, la cual a mitades del siglo XVIII
también pasaría a la Corona.

Para 1750, todas estas colonias ya poseían una amplia autonomía, con un
espíritu asambleístico arraigado y un gobierno local bastante autónomo
debido a la ausencia de mecanismos centralizadores de administración
colonial británica.

En Norteamérica, cada colonia poseía su propia legislatura, compuesta


de dos Cámaras; en algunas de ellas (Connecticut y Rhode Island) se
elegía al Gobernador, en las demás, los nombraba la Corona o los
propietarios. El centro de la vida política en cada comunidad, en todo
caso, era el meeting house (Town Hall), donde en asamblea se resolvían
los asuntos locales.
Por ese espíritu asambleístico y de gobierno local, fue que se inició la
rebelión colonial que desembocaría en la independencia, como
reacción contra los impuestos establecidos sobre las colonias, sin que la
representación de las mismas hubiese participado.

La adopción del Stamp Act el 22 de marzo de 1765, legislación que


estableció impuestos de estampillas en todos los documentos legales,
periódicos, publicaciones, grados académicos, almanaques, licencias
de licores y cartas de juego, cuya aplicación provocó una enorme y
generalizada hostilidad en las Colonias, fundamentalmente porque se
habían establecido sin consultar a los colonos. De acuerdo a un
principio y derecho tradicional de todo súbdito británico, para poder
estar sujeto a impuestos o tasas era necesario un previo consentimiento.

La primera reunión conjunta de significado constitucional entre las


Colonias fue el Congreso de Nueva York de 1765, que se reunió para
demostrar el rechazo de las Colonias al Stamp Act.
Benjamín Franklin, incluso, fue
llamado a testificar sobre esto en la
Cámara de los Comunes, y en 1766
el Parlamento inglés, como
consecuencia, anuló la Stamp Act,
pero impuso una serie de derechos
aduaneros a los productos
coloniales; inicialmente en relación
al vidrio, al plomo, los colores, el
papel y el té.

La reacción colonial, de nuevo fue generalizada y terminante,


negándose las colonias a comerciar con productos ingleses, de
manera que para 1769, las importaciones de Inglaterra ya habían
descendido notablemente. En julio de 1770, los comerciantes
americanos decidieron importar nuevamente mercancías inglesas,
salvo el té.
En 1773, la East India Company
contaba con una enorme existencia
de té en Londres, que no podía
exportar a las Colonias, lo que la
colocaba en grave situación
económica. Obtuvo una exención del
impuesto de aduanas y decidió vender
el té directamente en Boston, sin acudir
a los comerciantes, única forma de
competir efectivamente contra el té
holandés. El hecho indignó a los
comerciantes de Boston que tenían
grandes existencias de té. El
Dartmouth, apenas anclado en el
muelle de Boston, fue abordado por
falsos indios, y el té fue a dar al mar.
Todo ello desembocó dos años después en la Revolución
norteamericana, frente al Parlamento británico, que era soberano,
imponiéndose el principio de la soberanía del pueblo, que en definitiva
implicó la instauración de un gobierno democrático y representativo.
Así, los norteamericanos de finales del Siglo XVIII decidieron mediante
una Revolución, repudiar la autoridad real y sustituirla por una
República, siendo el republicanismo y el convertir la sociedad política
en República, la base de la Revolución Americana. Por ello es que la
Constitución de 1787 fue adoptada por "el pueblo" (We the people...).
Expositor:
Leonela Paredes Hidalgo
Todos los principios de soberanía popular de democracia y
representación también fueron los elementos políticos esenciales
que emanaron de la revolución francesa y que surgieron
igualmente de antecedentes y hechos políticos de la propia
monarquía absoluta.

Unas de ella fueron la está generaux que era una asamblea la


que el monarca reunía la tres órdenes o estamentos de allí surge
la palabra estás

Dicha asamblea comenzaron a existir por supuesto por razones


políticas pero circunstanciales a comienzo del siglo x1x el origen
institucional de la revolución francesa…por tantos puede situarse
un ano ante de 1789 en 1788 con la convocatoria de los estás
generaux después de 175 año de inactividad, en cuyo seno ,el
Tercer estado convertido en asamblea a hizo la revolución, con
esa convocatoria, en efecto puede decirse que se inició la
revolución política de Francia ,pues en definitiva hizo su propia
monarquía al gobierno.
Todos principio de soberanía se centro sobre lo etast generaux fue
respecto de quién debía dominar está asamblea lo etats generaux
cómo se dijo no se habían reunido en Francia durante los 175 año
precedente desde 1614 por lo que cómo instituciones sino un vago
recuerdo por ello frente al esquema tradicional definido por
parlamento y aristocracia de orden tenía. Votó diferente
Un mes después el 6 de junio de 1789 el tiers etal se revelo .se instaló
e incitó y convocó la otra sesión conjunto advirtió que si no asistía
actuaria .solo aún con el número de voto por cabeza de diputados
fuera igual.

En efecto, el aumento del precio del pan por la escasez de cereales


particularmente ese año por razones climática ,en fin la pobreza fue
el combustible para la agitación y rebelión del pueblo.

El republicano en Francia había durado 12 año (1792-1804)


Las constituciones imperiales y luego monárquica a partir de 1804,
había pospuesto en todos caso ,de la revolución francesa y el
constitucionalismo francés ,al igual que de la revolución
norteamericano ,quedó el legado para el estado de derecho, del
principio de la soberanía del pueblo, del republicanismo y la
democracia representativa . Que en contraté con el régimen del
absolutismo ,donde el soberano era el monarca ,quién ejercía todos los
poderes e incluso otorgaba la constitución del estados.

La nación de la cual emanan todos los poderes ,no lo puede ejercer


sino por delegación la constitución francesa es representativa.

Los representantes si. El cuerpo legislativo y el rey por tanto , incluso el


rey se convirtió con la revolución y representante de la nación hasta
que fue decapitado y con ello la monarquía.
Expositor:
Routh Jackeline Morel Cid
LA IDEA DE LA REPRESENTACIÓN POPULAR Y DEL

EJERCICIO DE SU SOBERANÍ A POR EL PUEBLO,

CONFORME A LOS PRINCIPIOS QUE DERIVARO N

DE LAS REVOLUCIONES NORTEAMERI CANA Y

FRANCESA TAMBIÉN MARCARON EL INICIO DEL

PROCESO CONSTITUYENTE EN LA AMÉRICA

HISPANA
CARACAS CON LOS DEL RESTO DE LA CAPITANÍ A

GENERAL NO SE ARREGL ABA, COMO LO EXIGE LA

NATURALEZ A DE TALES DELEGACIO-NES, AL NÚMERO DE

LOS COMITENTES.” POR ELLO, CONSIDERÓ NE-CESARIO

CONVOCAR AL PUEBLO DE TODAS LAS PROVINCIAS “PARA

CONSULTAR SU VOTO” Y PARA QUE SE ESCOGIESE

“INMEDIATAME N-TE LAS PERSONAS QUE POR SU

PROBIDAD, LUCES Y PATRIOTISMO OS PARECIERAN

DIGNAS DE VUESTRA CONFIANZ A.”


LOS VECINOS ERAN LOS QUE

DEBÍAN ELEGIR LOS ELECTORES

PA-RROQUI ALES, CUYO NÚMERO

SE DETERMINABA DE ACUERDO

CON LA POBLACIÓN

SUFRAG ANTE, A RAZÓN DE UNO

POR CADA QUINIENTAS ALMAS


UNA VEZ HECHO ESTE CÓMPUTO, SE DEBÍA NOTIFICAR A LOS
VECINOS DE LA PARROQUIA “EL NÚMERO DE LOS ELECTORES
QUE LE CORRESPONDE; LA NATURALEZA, OBJETO E
IMPORTANCIA DE ESTAS ELECCIONES Y LA NECESIDAD DE
HACERLAS RECAER SOBRE PERSONAS IDÓNEAS, DE
BASTANTE PATRIOTISMO Y LUCES, BUENA OPINIÓN Y FAMA,
COMO QUE DE SU VOTO PARTICU -LAR DEPENDERÁ LUEGO LA
ACERTADA ELECCIÓN DE LOS INDIVIDUOS QUE HAN DE
GOBERNAR LAS PROVINCIAS DE VENEZUELA Y TOMAR A SU
CARGO LA SUERTE DE SUS HABITANTES EN CIRCUNSTANCIAS
TAN DELICADAS COMO LAS PRESENTES .”
EL CENSO DE L O S VECI NO S ANT ES I NDI CADO

CO RRESPO NDÍ A L EVANTARL O A L O S AL C AL D ES DE

PRI MER A EN L A EL ECCI Ó N EN L AS CI UD ADES Y

VI L L AS Y L O S T ENI ENT ES JUST I CI AS MAYO RES DE

L O S PUEBL O S, Q UI ENES DEB - Í AN NO MBR AR L O S

CO MI SI O NADO S NECES ARI O S A TAL EF ECTO


UNA VEZ EFECTUADA LA ELECCIÓN DE LOS ELECTORES

PARRO-QUIALES DE CADA PARTIDO CAPITULAR, ESTOS

DEBÍAN REUNIRSE EN LA CIUDAD O VILLA CABEZA DEL

MISMO, PARA PROCEDER A LA ELEC -CIÓN DE LOS

DIPUTADOS, EN NÚMERO EQUIVALENTE A UNO POR

CADA VEINTE MIL ALMAS DE POBLACIÓN , BAS -TANDO

PARA PODER SER ELECTOS COMO TALES, QUE LOS

CANDIDATOS FUERAN VECINOS DE CUALQUIER PARTIDO


Como resultado de la
consolidación de todos los
principios del republicanismo y
de la representatividad
democrática, basados en el
principio de que la soberanía
reside en el pueblo, es claro que
el segundo de los principios del
Estado de derecho es el de la
democracia representativa, la
cual se encuentra expresada en
el mundo contemporáneo en
todas las Constituciones.
Soberanía popular y democracia representativa son principios
consustanciales e indisolubles, razón por la cual es imposible
consagrar el principio de la soberanía popular, en régimen
democrático, sin el principio de la democracia representativa.

El gran problema derivado del sistema político de la democracia de


partidos es que la representatividad democrática no ha
correspondido realmente al pueblo, sino a los partidos políticos. La
crisis que de ello deriva y que en muchos casos ha afectado la
representatividad democrática, por tanto, no puede conducir a su
eliminación, sino a su perfeccionamiento.
La representatividad democrática
siempre tiene que tener su fuente en
elecciones populares, y que éstas
están destinadas a elegir los titulares
de los órganos que ejercen el Poder
Público que, por supuesto, son los que
establece la Constitución conforme a
los principios de distribución y
separación del Poder Público. Por
supuesto, la democracia
representativa debe perfeccionarse
haciendo posible la participación del
ciudadano en los procesos políticos.

En cualquier democracia puede decirse que el ciudadano tiene


derecho a que se garanticen todos los elementos esenciales, los cuales
incluso, en muchas Constituciones se han configurado como es el caso
del derecho a ejercer funciones públicas, del derecho al sufragio, o del
derecho de asociación en partidos políticos.
Este derecho a la democracia sólo puede configurarse en un Estado de
derecho, no siendo concebible en los Estados con regímenes
autoritarios donde, precisamente, los anteriormente mencionados
elementos esenciales no pueden ser garantizados por la ausencia de
controles respecto del ejercicio del poder.

La democracia está ligada


al control del poder,
derivado de la separación
de los diversos poderes del
Estado que se estableció
en todas las Constituciones
que se formularon después
de las revoluciones
norteamericana y
francesa, convirtiéndose
además en otro de los
pilares fundamentales del
constitucionalismo
moderno.
Esos derechos, en un Estado de
derecho, deben ser garantizados por
el Juez Constitucional quien es el
llamado a asegurar no sólo que el
ejercicio del poder por los
gobernantes se realice de acuerdo
con el texto de la Constitución y las
leyes, sino que el acceso al poder se
realice conforme a las previsiones
establecidas en las mismas.

La garantía del derecho a la


democracia, por tanto, significa que
el Juez Constitucional es el que en
última instancia debe velar porque el
acceso al poder se realice por
métodos democráticos, conforme a lo
dispuesto en las constituciones en
materia de representación y sufragio.
Brewer-Carías, Allan R. (2015), Principios del Estado de derecho.
Aproximación histórica. 1ra. Edición. Miami. Ediciones EJV
International.

Sección: POL-1370-04
Juan Alberto Terrero Santana, matrícula: 100650975
Routh Jackeline Morel Cid, matrícula: 100578084
Leonela Predes Hidalgo, matrícula: 100060513

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