Está en la página 1de 5

Eje cronológico

(información)
LA INDEPENDENCIA DE LOS EEUU
En 1776 los colonos que se asentaron en la costa este de Norte América (las 13 colonias)
decidieron independizarse de Inglaterra, la cual era gobernada por Jorge IlI. Un factor
muy importante que detonó este movimiento de independencia fue a causa de las medidas
que la corona británica impuso después de la guerra de 7 años, donde el conflicto
internacional por el colonialismo se vio involucrado con más países y supuso una
pérdida económica para para la corona británica, entonces George Grenville (el primer ministro de
gran bretaña) aumentó los impuestos en las colonias Norteamericanas para cubrir la gran deuda que el
estado había alcanzado y de igual manera cubrir los gastos que las tropas armadas suponían. Dichos
impuestos fueron considerados abusivos, la corona británica generó nuevas políticas administrativas y
leyes recaudatorias tales como la "ley del azúcar" en 1764 y la "ley del timbre" en 1775, donde la ley
detonante fue la "ley de Townsend" en la cual se recaudaban impuestos mediante las exportaciones
que se realizaban hacia las colonias. Entonces se empezó el movimiento de independencias con el
lema: "No hay tributación sin representación" ya que los colonos no estaban representados en el
parlamento británico. poco a poco la situación en Norteamérica se volvió más densa y se tenía
inconforme a los colonos, de
ahí surgió la "asociación de patriotas" los cuales buscaban defender los derechos de los colonos frente
al abuso de los británicos. Dicho grupo se llamó "los Patriotas" liderados por Samuel Adams y John
Hancock. después de la masacre de Boston, en 1770 se vivió el
incremento sobre el deseo de la independencia y la corona británica se vio obligada a quitar los
impuestos sobre las aduanas a excepción del que tenía el té, pero a un precio menor... hasta 1773 con
la "ley del té" que beneficiaba a las compañías de las indias. En 1774 (a causa de la "Boston tea party"
se establecen los "decretos intolerables" en el cual se generaba un estado
de excepción en el cual los representantes de las colonias reclamaban el derecho de las
colonias para su administración sin injerencia de la corona británica (primera asamblea). lo
cual no fue aceptado y dio inicio a la guerra en 1775 y que concluyó en 1783. Después de
ese periodo se genera la segunda asamblea,en donde se da iniciativa a la conformación de
un cuerpo militar, donde George Washington fue nombrado comandante en jefe de las
fuerzas armadas. El 4 de julio de 1776 (aun durante la guerra y la segunda asamblea) se redacta el acta
de independencia que fue elaborada por John Adams, Thomas Jefferson y Benjamin Franklin,
personajes que junto con George W.son considerados "Padres fundadores".
Ya en 1783 la corona británica reconoció la independencia de "Estados Unidos de América".

LOS INICIOS DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA


La importancia de la toma de la Bastilla fue sobre todo simbólica, pues representó el
hundimiento del poder absolutista de la monarquía francesa, pero no fue un acto tan decisivo
en sí mismo. La Bastilla era odiada por el pueblo y los revolucionarios por varios motivos:
era la prisión de las víctimas de la arbitrariedad monárquica, en la que se encarcelaba sin
juicio a los señalados por el rey con una mera lettre de cachet (carta u orden reservada); se
trataba de una fortaleza medieval en el centro de París, que ya no tenía un uso militar que la
justificara, y su alto coste de mantenimiento era insultante para el pueblo que pasaba hambre
(el propio ministro de finanzas de Luis XVI, Necker, se había planteado demolerla por ello en
1784).
De hecho, en 1788 se había decidido su cierre, y eso explica que el valor simbólico de su
asalto fuera muy superior al político o estratégico: cuando cayó el 14 de julio de 1789, sólo
acogía a siete presos (cuatro falsificadores, un enfermo mental, un noble condenado por
incesto y un cómplice de Damiens, el autor de la tentativa de asesinato de Luis XV). En el
combate en sí entre los escasos soldados que la defendían -82 veteranos que formaban la
guarnición regular más 32 granaderos suizos- y las milicias revolucionarias parisinas, sólo
hubo un par de bajas por la parte monárquica; eso sí, en los incidentes posteriores a la
capitulación, murieron entre 600 y 1.000 personas, entre ellas el alcaide de la prisión,
Bernard-René de Launay, cuya cabeza fue aserrada y exhibida por las calles en una pica.
La consecuencia fue el afianzamiento y extensión de la insurrección revolucionaria. En este
sentido, es muy célebre y significativo el siguiente episodio: a las 8 de la mañana del día
siguiente, el 15 de julio, el duque de Rochefoucauld-Liancourt informó a un recién
despertado Luis XVI de la toma de la Bastilla, y éste le preguntó: "Pero ¿es una rebelión?", a
lo que el duque respondió: "No, Señor, no es una rebelión; es una revolución". Desde 1880, el
14 de julio ha sido el Día Nacional de Francia, si bien no en honor directamente de este hecho
histórico: lo que se conmemora es la Fiesta de la Federación de 1790, cuya fecha se hizo
coincidir con la de la toma de la Bastilla y que celebró la reconciliación y unidad de los
franceses

LA PRIMERA REPÚBLICA FRANCESA


Los ilustrados franceses tenían una idea de la República que entroncaba, debido a sus
formaciones clásicas y pasión por dicha época, con el mundo grecorromano. Sus héroes eran
los forjadores de la democracia en la polis clásica de Atenas y los más genuinos
representantes de la República romana, especialmente aquellos que lucharon contra la deriva
autoritaria de Julio César, como Bruto.

Pero también era evidente que los intelectuales del Siglo de las Luces conocían los regímenes
republicanos del Antiguo Régimen, como la República de Venecia, Génova, la Confederación
suiza, las ciudades libres alemanas y el caso especial de las Provincias Unidas. Estos
ejemplos hicieron considerar a Montesquieu y Rousseau que las Repúblicas solamente podían
florecer en Estados de pequeña extensión. Por otro lado, Rousseau exaltó la soberanía del
pueblo, base del régimen republicano. Pero era evidente que esas Repúblicas de la Edad
Moderna eran regímenes políticos oligárquicos. El poder estaba reservado a una minoría de
ciudadanos. Pero también es cierto cómo en los años ochenta, antes de la Revolución
Francesa, estallaron sublevaciones en Ginebra y, sobre todo, en las Provincias Unidas para
exigir un cambio profundo de sus regímenes respectivos, para que los derechos políticos se
extendiesen a todos los ciudadanos. La sublevación de Ginebra de 1782 fue abortada por las
tropas francesas y piamontesas. Los ingleses y prusianos se encargarán de reprimir la de los
Países Bajos en 1788. Las Monarquías no estaban dispuestas a tolerar estos profundos
cambios en el corazón de Europa. Los sublevados encontrarían en Francia su refugio, los
conocidos en la época como los patriotas.

La República triunfante en aquel momento surgió al otro lado del Océano Atlántico. Los
colonos americanos en guerra con la metrópoli inglesa crearon una República, votaron una
Constitución y eligieron a un presidente.

Al estallar la Revolución en Francia el espíritu republicano no era tan fuerte como a primera
vista se podría suponer. Se pretendía un profundo cambio político, pero salvaguardando el
principio monárquico. Serían las maniobras políticas de Luis XVI las que acelerarían el deseo
de implantar una República. La huida de Varennes en junio de 1791 provoca la primera
jornada republicana, y que acabaría con la matanza del 17 de julio de 1791. La política
adoptada por el rey en relación con la Asamblea, empleando el veto con profusión, provocó
que se organizasen las jornadas de 20 de junio y de 10 de agosto de 1792. El rey sería
detenido. Los revolucionarios decidieron que había que cambiar el régimen político, que la
Constitución de 1791 ya no era válida, por lo que se disolvió la Asamblea y se convocaron
elecciones para un nuevo legislativo constituyente, la Convención.

En la primera sesión de la Convención, celebrada el 21 de septiembre, se aprueba por


aclamación el decreto que abole la Monarquía en Francia. También se aprueba un decreto por
el que comienza una nueva época. Se estaría en el año I de la República. Se cambia el escudo
de Francia. Ahora pasaría a ser un haz y un gorro de la libertad con la inscripción: “República
Francesa”, que sería una e indivisible y se hizo un llamamiento al ejército y a los soldados
para defenderla de sus enemigos.

La Constitución del año I es, lógicamente, la primera de las Repúblicas francesas. Se redacta
a gran velocidad con el sello de los jacobinos. Es aprobada y sometida a referéndum. La
Constitución se abre con una declaración de derechos más avanzada que la de 1789, ya que
aparece el sufragio universal, el derecho al trabajo, el derecho a la instrucción (educación), el
derecho de petición y el derecho a la insurrección en el caso en el que el gobierno no
respondiese a los deseos de la mayoría. También se proclama el derecho a la felicidad, un
intenso homenaje a la Ilustración.

Esta Constitución proclama la soberanía popular gracias, fundamentalmente, al sufragio


universal, pero también por otras medidas de control ciudadano. Los diputados verían muy
limitados temporalmente sus mandatos, como el de otros cargos públicos: jueces y
funcionarios municipales. Además, se establecieron mecanismos para que los ciudadanos
controlasen los actos y decisiones de sus representantes y participasen en el proceso de toma
de decisiones.

EL IMPERIO NAPOLEÓNICO
El golpe de Estado de Napoleón en 1799 dio el poder a un trío de cónsules. Se llama a ese
régimen el consulado. Pero pronto fue evidente que Napoleón era el hombre fuerte del nuevo
gobierno. Aunque en teoría seguía habiendo una constitución, una asamblea legislativa y
elecciones, en la práctica se hacía lo que Napoleón quería. Pocos años después Napoleón
consiguió que se le nombrara Cónsul Vitalicio, o sea, cónsul de por vida. Este cargo y sus
amplios poderes, basados en su posición como jefe del ejército, acercan su posición a la de
una moderna dictadura. Aunque Napoleón quitó a los franceses la mayoría de sus libertades
políticas, consiguió que la mayoría de ellos lo apoyaran porque acabó con la guerra civil y
con la crisis económica. Además hizo importantes reformas que modernizaron Francia,
especialmente en el campo de la administración del Estado, la educación pública, la
economía y el derecho. Bajo su gobierno, la sociedad y la economía se modernizaron,
alejándose de los principios del Antiguo Régimen.

En 1804 Napoleón se hizo proclamar emperador de los franceses y convirtió a Francia en el


Imperio Francés. Un Imperio es un Estado muy grande, que integra a diversos pueblos
sometidos por conquista al pueblo dominante. El ejemplo más clásico es el Imperio Romano.
En la tradición europea el emperador era considerado como un rey de reyes, un rey supremo
al que estaban sometidos otros reyes. De esa forma, Napoleón presentaba a Francia como la
nación dominante del mundo y a sí mismo como el líder de todos los reyes.
Napoleón convirtió a Francia en la mayor potencia militar de su tiempo. Bajo su mando,
Francia logró hacerse con un gran imperio europeo. Para ello se enfrentó a lo largo del
tiempo a casi todos los países de la Europa continental, de los cuales los más poderosos eran
el Imperio Austríaco, el Imperio Ruso y Prusia. Pero su mayor enemigo siempre fue el Reino
Unido (para entendernos, Gran Bretaña), que dominaba los mares gracias a su poderosa flota
de guerra.

Las guerras napoleónicas fueron en parte un enfrentamiento entre los ideales de la


Revolución Francesa y los del absolutismo, lo que explica que muchas personas apoyaran a
Napoleón en los países que estaban en guerra con Francia. Pero sobre todo fueron un
conflicto entre Gran Bretaña y Francia para ver cuál de ellas lograba el máximo poder
mundial, la hegemonía.

El Imperio Francés se dividía en tres grandes partes.

En el centro estaban los territorios incorporados directamente a Francia, entre los que
llegaron a estar los actuales Países Bajos, Cataluña o Roma.
Luego estaban los reinos vasallos de Francia, territorios conquistados por Napoleón en los
que este ponía a un rey nombrado entre sus familiares o generales de confianza. Entre ellos
estuvo España.
Finalmente estaban los estados dependientes de Francia, estados aliados teóricamente
independientes. Todos estos estados vasallos y dependientes obedecían en la práctica a
Napoleón. Algunos incluso los había creado él, como el Reino de Italia o la Confederación
del Rin.
En su momento de mayor poder, Napoleón logró dominar este imperio y obligar a las
restantes potencias continentales a aliarse con él. Pudo así imponer el bloqueo continental a
Gran Bretaña, prohibiendo a todos los países europeos comerciar con ella. Pero eso provocó
una fuerte reacción entre sus aliados, especialmente el Imperio Ruso, que decidió romper con
Francia.

En respuesta Napoleón invadió Rusia, pero fue un desastre. Miles de soldados murieron por
las armas y, sobre todo, por el frío extremo. El momento fue aprovechado por otros países
para levantarse contra Napoleón. Ocupado en demasiados frentes, el emperador no pudo
resistir. En 1814 fue derrotado y desterrado a una isla. Poco más tarde logró escaparse y
reconstruir por poco tiempo su poder, pero en 1815 fue definitivamente vencido y desterrado
a una isla en medio del Atlántico, donde murió pocos años después.

RESTAURACIÓN

También podría gustarte