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La hepatitis es la inflamación del 

hígado. Inflamación es la hinchazón de órganos que


ocurren cuando se lesionan o infectan, y puede dañar su hígado. La hinchazón y daño
puede afectar el buen funcionamiento de este órgano.
La hepatitis puede ser una infección aguda (a corto plazo) o una infección crónica (a largo
plazo). Algunos tipos de hepatitis solo causan infecciones agudas. Otros pueden causar
infecciones tanto agudas como crónicas.
¿Qué causa la hepatitis?
Existen diferentes tipos de hepatitis, con diferentes causas:
La hepatitis viral es el tipo más común. Es causada por uno de varios tipos, los virus de la
hepatitis A, B, C, D y E. En los Estados Unidos, A, B y C son los más comunes
La hepatitis alcohólica es causada por el consumo excesivo de alcohol
La hepatitis tóxica puede ser causada por ciertos venenos, productos químicos,
medicamentos o suplementos
La hepatitis autoinmune es un tipo crónico en el que su sistema inmunitario ataca su
hígado. Se desconoce la causa, pero la genética y el entorno pueden influir
¿Cómo se transmite la hepatitis viral?
En general, la hepatitis A y la hepatitis E se transmiten a través del contacto
con alimentos o agua contaminados con las heces de una persona infectada. También
puede contraer hepatitis E al comer carne de cerdo, ciervo o mariscos poco cocidos.
La hepatitis B, C y D se transmiten a través del contacto con la sangre de una persona
con la enfermedad. La hepatitis B y D también se pueden propagar a través del contacto
con otros fluidos corporales. Esto puede suceder de muchas maneras, como compartir
agujas de drogas o tener relaciones sexuales sin protección.
¿Quién está en riesgo de contraer hepatitis?
Los riesgos son diferentes para los distintos tipos de hepatitis. Por ejemplo, con la
mayoría de los tipos virales, su riesgo es mayor si tiene relaciones sexuales sin
protección. Las personas que beben mucho durante períodos prolongados corren el
riesgo de contraer hepatitis alcohólica.
¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis?
Algunas personas con hepatitis no presentan síntomas y no saben que están infectadas.
Si se presentan síntomas, pueden incluir:
Fiebre
Fatiga
Pérdida de apetito
Náusea y/o vómitos
Dolor abdominal
Orina oscura
Heces de color arcilla
Dolor en las articulaciones
Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos)
Si tiene una infección aguda, sus síntomas pueden comenzar entre 2 semanas y 6 meses
después de haberse infectado. Si tiene una infección crónica, es posible que no tenga
síntomas hasta muchos años después.
¿Qué otros problemas puede causar la hepatitis?
La hepatitis crónica puede provocar complicaciones como cirrosis (cicatrización del
hígado), insuficiencia hepática y cáncer de hígado. El diagnóstico y el tratamiento
temprano de la hepatitis crónica pueden prevenir estas complicaciones.
¿Cómo se diagnostica la hepatitis?
Para diagnosticar la hepatitis, su profesional de la salud puede:
Preguntar sobre sus síntomas y su historia clínica
Hacer un examen físico
Es probable que le hagan análisis de sangre, incluyendo pruebas de hepatitis viral
Puede realizar pruebas de diagnóstico por imágenes, como una ecografía, una tomografía
computarizada o una resonancia magnética
Es posible que sea necesario realizar una biopsiade hígado para obtener un diagnóstico
claro y verificar si hay daño hepático
¿Cuáles son los tratamientos para la hepatitis?
El tratamiento para la hepatitis depende del tipo que tenga y si es aguda o crónica. La
hepatitis viral aguda a menudo desaparece por sí sola. Para sentirse mejor, es posible
que solo necesite descansar y tomar suficientes líquidos. Pero en algunos casos puede
ser más serio. Incluso podría necesitar tratamiento en un hospital.
Hay diferentes medicamentos para tratar los distintos tipos crónicos de hepatitis. Otros
posibles tratamientos pueden incluir cirugía y otros procedimientos médicos. Las personas
con hepatitis alcohólica deben dejar el alcohol. Si su hepatitis crónica provoca
insuficiencia hepática o cáncer de hígado, es posible que necesite un trasplante de
hígado.

https://medlineplus.gov/spanish/hepatitis.html#:~:text=%C2%BFQu%C3%A9%20es%20la
%20hepatitis%3F,buen%20funcionamiento%20de%20este%20%C3%B3rgano.
Tratamiento para la hepatitis
El tratamiento para la hepatitis B crónica puede incluir lo siguiente:
Medicamentos antivirales. Varios medicamentos antivirales, como el entecavir
(Baraclude), el tenofivir (Viread), la lamivudina (Epivir), el adefovir (Hepsera) o la
telbivudina, pueden ayudar a combatir el virus y reducir su capacidad para dañar el
hígado. Estos medicamentos se administran por vía oral.
Inyecciones de interferón. El interferón alfa-2b (Intron A) es la versión sintética de una
sustancia que produce el organismo para combatir las infecciones. Se usa,
principalmente, en jóvenes con hepatitis B que no quieren someterse a un tratamiento a
largo plazo o en mujeres que quieren quedar embarazadas dentro de pocos años, al
finalizar un tratamiento completo. Las mujeres deben utilizar métodos anticonceptivos
durante el tratamiento con interferón. El interferón no debe utilizarse durante el embarazo.
Los efectos secundarios pueden incluir náuseas, vómitos, dificultad para respirar y
depresión.
Trasplante de hígado. Si tienes el hígado muy dañado, un trasplante hepático puede ser
una opción. Durante un trasplante hepático, el cirujano extrae el hígado dañado y lo
reemplaza por uno sano. Si bien la mayoría de los hígados trasplantados provienen de
donantes fallecidos, hay una pequeña cantidad que proviene de donantes vivos que
donan una porción de sus hígados.
https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/hepatitis-b/diagnosis-treatment/drc-
20366821#:~:text=Varios%20medicamentos%20antivirales%2C%20como%20el,se
%20administran%20por%20v%C3%ADa%20oral.
Complicaciones agudas de la Hepatitis Vírica
La hepatitis aguda tiene un amplio espectro de afectación. Se pueden resolver del todo y
ser asintomáticas pasando desapercibidas para el paciente, pero también en algunos
casos se pueden tener complicaciones, lo que entonces se conoce como hepatitis grave.
En estos casos el paciente presenta fallo hepático. Debido a la inflamación que se
produce, el hígado deja de funcionar de forma correcta y se producen alteraciones en la
coagulación, lo que puede desarrollar una encefalopatía hepática (somnolencia, estupor,
desorientación) y llegar hasta el coma hepático. En estos casos se denomina hepatitis
fulminante y el trasplante de hígado es el único tratamiento posible hasta el momento.
Complicaciones crónicas de la Hepatitis Vírica
En algunos casos la infección se prolonga en el tiempo y produce una hepatitis crónica,
que es cuando se inflama el hígado durante un periodo superior a los seis meses. La
afección crónica puede evolucionar hacia una fibrosis (cuando las células del hígado se
inflaman se produce un tejido más fibroso parecido a una cicatriz) y finalmente se puede
desarrollar una cirrosis (cuando el hígado está tan dañado y lleno de cicatrices que se
produce la pérdida progresiva de la función del hígado), o un cáncer de hígado.
Fibrosis. Cuando las células del hígado se inflaman de forma crónica (por ejemplo por la
infección de un virus o por el alcohol) se produce un tejido más fibroso parecido a una
cicatriz. A medida que las células del hígado son sustituidas por este tejido, se vuelve más
rígido y disminuye la capacidad normal de funcionamiento. De la extensión de esta
fibrosis depende el pronóstico y la gravedad de la enfermedad hepática.

Cirrosis. Es la fase más avanzada de la enfermedad hepática, cuando el hígado está


muy dañado, y se caracteriza por una disminución de su elasticidad. El tejido sano del
hígado se va reemplazando por tejido cicatrizado, lo que bloquea de manera parcial la
circulación de sangre a través de este órgano. La cicatrización también deteriora otras
funciones como por ejemplo eliminar bacterias y toxinas de la sangre, producir bilis o
procesar nutrientes, hormonas y medicamentos.

Hipertensión portal. Es un aumento de la presión en la vena porta (la vena que lleva la
sangre desde los órganos del sistema digestivo al hígado). El aumento de la presión lo
causa un bloqueo del flujo sanguíneo a través del hígado debido a que está más rígido
por las cicatrices que han producido la cirrosis. Un aumento de la presión en la vena porta
provoca que se desarrolle un agrandamiento de las venas (varices) a través del esófago.
Las varices se vuelven frágiles y pueden sangrar con mayor facilidad.

Cirrosis compensada. Aunque el hígado esté dañado, todavía puede desempeñar las


funciones más importantes si el paciente no ha sufrido complicaciones asociadas a la
cirrosis. Es fundamental un seguimiento periódico del paciente para detectar si la
enfermedad progresa o se desarrollan complicaciones de la cirrosis.

Cirrosis descompensada.  En esta fase, el hígado no puede realizar sus funciones más
importantes y el paciente ya presenta síntomas y complicaciones asociadas a la cirrosis y
a la hipertensión portal como son:
Ascitis. Retención y acumulación de líquido en el abdomen que producen un aumento del
perímetro abdominal. Se hace evidente cuando se necesita, por ejemplo, mayor número
de agujeros en el cinturón o cuando se aumenta marcadamente de peso. También se
pueden producir retención de líquidos en las zonas declives del cuerpo como las piernas
donde se desarrollan edemas cutáneos.
Encefalopatía hepática. Complicación grave de la cirrosis debida a la mala función del
hígado por lo que no elimina las sustancias tóxicas de la sangre llegando al cerebro. Si un
paciente desarrolla encefalopatía estará adormilado u obnubilado, puede estar
desorientado (no sabiendo dónde se encuentra, qué día es hoy o no reconocer a sus
familiares) y tener alteraciones en el habla, la escritura y la marcha por alteración en la
coordinación de los movimientos. La encefalopatía puede avanzar hasta la disminución
del nivel de conciencia y el coma.
Hemorragia digestiva alta. Es una complicación muy grave que se produce cuando una
vena dilatada (variz) del esófago o del estómago se rompe y sangra. En los casos más
llamativos el paciente puede vomitar sangre, por lo que tiene que ser trasladado de forma
inmediata al hospital. En otros casos el paciente presenta deposiciones negras, pegajosas
y malolientes (parecidas al alquitrán) que indica que tiene un sangrado digestivo.

Otras complicaciones. En esta fase la enfermedad afecta a múltiples zonas del


organismo con manifestaciones muy variadas, se pueden ver complicaciones renales,
cardíacas o pulmonares asociadas a la cirrosis. Algún ejemplo de afectación debido a la
mala función del hígado puede ser la alteración de la coagulación sanguínea y el
descenso de las plaquetas de la sangre por lo que el paciente tiene una mayor fragilidad
de la piel y mayor riesgo de hematomas (moratones) y lesiones de la piel. Se produce
también una pérdida de masa muscular e impresión de delgadez. Otro ejemplo pueden
ser los problemas reproductivos con esterilidad en la mujer y el hombre e impotencia y
disminución del deseo sexual. Por último, la alteración en la función inmune del cuerpo
(bajas defensas) sumada a que el hígado no filtra bien la sangre que viene del intestino,
hace que el paciente con cirrosis descompensada tenga un riesgo muy elevado de
infecciones como son la infección de orina, la neumonía o la infección de la ascitis
llamada peritonitis bacteriana espontánea.

https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/hepatitis-virica/evolucion-de-la-
enfermedad

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