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Son las facultades, potestades o derechos que tiene una persona (acreedor) para exigir de
otra (deudor) el cumplimiento de una obligación de dar, hacer o no hacer.
Otra definición:
"Son los que sólo pueden reclamarse de ciertas personas (al revés de las que se ejercían
respecto de una cosa) que, por un hecho suyo o la sola disposición de la ley han contraído la
obligación correlativa" (como el que tiene el prestamista contra su deudor o el hijo contra
el padre por los alimentos).
El objeto de los derechos personales es obtener del deudor u obligado:
Los derechos personales –a diferencia de los reales, que son limitados- son infinitos y su
nacimiento dependerá de la actividad lícita, ilícita, voluntaria o involuntaria de los sujetos
de derecho o del mandato de la propia ley en algunos casos.
Las fuentes de los derechos personales del acreedor (aspecto activo) son las mismas que
constituyen fuente de obligaciones para el deudor (aspecto pasivo) y son, la ley, el contrato,
el cuasicontrato, los delitos y los cuasidelitos.
De todos ellos, nos ocuparemos en el Contrato o Convención, fuente inagotable de derechos
personales.
El Contrato
Es el instrumento natural con que cuentan los sujetos de derecho para crear derechos
personales u obligaciones.
El Contrato es, simplemente, la convención destinada a crear derechos y representa la más
alta expresión de la voluntad humana libre para la creación de derechos.
El Artículo 1438 define:
«Contrato o convención es un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer
o no hacer alguna cosa. Cada parte puede ser una o muchas personas».
Sin embargo, la voluntad de las partes encuentra algunas limitaciones:
a) Los contratantes no pueden alterar las cosas de la esencia del contrato, pues si lo hacen,
el contrato no genera efectos o degenera en otro contrato distinto al deseado.
1) El contrato es unilateral cuando una de las partes se obliga para con otra que no contrae
obligación alguna; y bilateral, cuando las partes contratantes se obligan recíprocamente.
(ej. La compraventa).
2) El contrato es gratuito o de beneficencia cuando sólo tiene por objeto la utilidad de una
de las partes, sufriendo la otra el gravamen; y oneroso, cuando tiene por objeto la utilidad
de ambos contratantes, gravándose cada uno a beneficio del otro. (ej. La compraventa).
3) El contrato oneroso es conmutativo, cuando cada una de las partes se obliga a dar o hacer
una cosa que se mira como equivalente a lo que la otra parte debe dar o hacer a su vez; y si
el equivalente consiste en una contingencia incierta de ganancia o pérdida, se llama
aleatorio (como ocurre con los juegos de azar).
4) El contrato es principal cuando subsiste por sí mismo sin necesidad de otra convención
(claramente, la compraventa) y accesorio, cuando tiene por objeto asegurar el cumplimiento
de una obligación principal, de manera que no pueda subsistir sin ella. (Ej. Prenda o
Hipoteca).
5) Por último –de entre muchas otras clasificaciones- el contrato es real cuando, para que
sea perfecto, es necesaria la tradición (entrega) de la cosa a que se refiere; es solemne
cuando está sujeto a la observancia de ciertas formalidades especiales, de manera que sin
ellas no produce ningún efecto civil (la compraventa de cosas inmuebles) y es consensual
cuando se perfecciona por el solo consentimiento (la compraventa de cosas muebles).
Así, son absolutamente incapaces los dementes, los impúberes y los sordomudos que no
pueden darse a entender por escrito. Sus actos no producen obligaciones naturales, y no
admiten caución.
Son también incapaces los menores adultos y los disipadores que se hallen bajo interdicción
de administrar lo suyo. Pero la incapacidad de las personas a que se refiere este inciso no es
absoluta, y sus actos pueden tener valor en ciertas circunstancias y bajo ciertos respectos,
determinados por las leyes.
Además de estas incapacidades, hay otras particulares que consisten en la prohibición que la
ley ha impuesto a ciertas personas para ejecutar ciertos actos.
El error.
La fuerza.
El dolo.
2. Que el mandatario obre por cuenta y riesgo del mandante, es decir, que los actos
ejecutados por el mandatario obliguen al mandante, en forma que el vínculo jurídico
creado por el acto del mandatario produzca sus efectos respecto del mandante, y no
del mandatario.
Si el mandatario ha obrado en forma que sus gestiones no obligan a otra persona, no
hay mandato.
Por tal razón, en general, los actos ejecutados por los profesionales no son actos de
un mandatario, ya que no siempre actúan por cuenta y riesgo de un mandante; pero,
según vimos al tratar del arrendamiento de servicios, «Los servicios de las
profesiones y carreras que suponen largos estudios o a que está unida la facultad de
representar y obligar a otra persona respecto de terceros, se sujetan a las reglas del
mandato» (Art. 2118), y en consecuencia tales servicios quedan sujetos a las reglas
que en este capítulo señalaremos.
Lo dicho anteriormente guarda perfecta concordancia con el Artículo 1448 que dice:
«lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella o por la
ley para representarla, produce respecto del representado iguales efectos que si
hubiese contratado él mismo.»
En general son susceptibles de ser ejecutados mediante mandato todos los actos jurídicos.
Por excepción no pueden serlo aquellos que una ley prohibe expresamente. Son tales, los
actos de naturaleza estrictamente personal, como el testamento. (Artículo 1004).
Según el Artículo 2123, el encargo que es objeto del mandato puede hacerse por escritura
pública o privada, por cartas, verbalmente o de cualquier otro modo inteligible, y aún por la
aquiescencia tácita de una persona a la gestión de sus negocios por otra.
Como todo contrato es el producto de dos voluntades, una que ofrece la celebración del
acto y otro que la acepte, en el mandato deben también intervenir esas dos voluntades. Una
vez hecha por el mandante la oferta de que en su nombre se realice un negocio, es menester
que por su parte el mandatario acepte ese encargo. Por eso el Artículo 2124establece que
«el contrato de mandato se reputa perfecto por la aceptación del mandatario».
Esta aceptación puede ser expresa o tácita. Es aceptación expresa aquella que se presta en
términos explícitos que no dejan lugar a dudas acerca del hecho de haberse producido.
Es aceptación tácita la que consiste en la ejecución de cualquier acto que revela que por
parte del mandatario ha habido intención de celebrar el contrato, de aceptar el encargo que
se le hace, o como dice el Artículo 24, «es todo acto en ejecución del mandato»; sería
aceptación tácita. Por ejemplo, la de la persona a quien se le ha encomendado vender una
casa y pone un aviso en el diario indicando que se vende la propiedad y que para la
celebración del contrato deberá tratarse con ella.
No obstante que haya mediado aceptación por parte del mandatario, podrá éste retractarse;
al efecto el inciso final del Artículo 2124 establece que «aceptado el mandato, podrá el
mandatario retractarse, mientras el mandante se halle todavía en aptitud de ejecutar el
negocio por sí mismo, o de cometerlo a diversa persona.
De otra manera se hará responsable en los términos del Artículo 2167».
Las personas que por su profesión u oficio se encargan de negocios ajenos, están obligadas a
declarar lo más pronto posible si aceptan o no el encargo que una persona le hace; y
transcurrido un término razonable, su silencio se mirará como aceptación. Aún cuando se
excusen del encargo, deberán tomar las providencias conservativas urgentes que requiera el
negocio que se les encomienda. (Artículo 2125).
El constituido por escritura pública otorgado ante Notario o ante oficial del Registro
Civil a quien la ley confiera esta facultad;
El que conste de un acta extendida ante un juez de letras o ante un juez árbitro, y
suscrita por todos los otorgantes;
El que conste de una declaración escrita del mandante, autorizada por el secretario
del tribunal que esté conociendo de la causa».
La Corte Suprema ha declarado en varias ocasiones que el mandato para vender bienes raíces
debe constar por escritura pública, por cuanto, habiendo exigido la ley que el
consentimiento en esta clase de venta sea dado por escritura pública, en la misma forma
debe ser extendido el mandato.
El Mandato es contrato unilateral
Por regla general el mandato es unilateral, esto es, impone obligaciones a una sola de las
partes.
No obsta a la unilateralidad del contrato el hecho de que en algunos casos el mandante
pueda estar obligado a favor del mandatario, como sucede, por ejemplo, en los casos en que
el mandatario ha efectuado desembolsos para el ejercicio de su mandato, pues como dijimos
al tratar de la clasificación de los contratos, para considerar a un contrato de uni o bilateral,
debe atenderse al monto de su gestación y no a las circunstancias posteriores. Por excepción
es bilateral el mandato remunerado, pues impone obligaciones a ambas partes desde un
comienzo.
La capacidad que exige la ley para que se perfeccione el mandato es distinta según el trato
del mandante o del mandatario.
a) Para que una persona pueda actuar como mandatario de otra en forma de obligar a ésta
y a los terceros a cumplir las obligaciones que de su actuación emanen, no es necesario que
sea plenamente capaz. En efecto, el Artículo 2128 establece que «si se constituye
mandatario a un menor adulto, los actos ejecutados por el mandatario serán válidos respecto
de terceros en cuanto obliguen a éstos y al mandante».
La razón de esta disposición es obvia; el mandatario no actúa por sí sino en representación
de su mandante, y es la capacidad de éste la que debe tomarse en cuenta en la celebración
del acto.
Los únicos que no pueden ser constituidos mandatarios son los absolutamente incapaces.
b) Distinta es la situación entre el mandante y el mandatario, o entre éstos o terceros. De
acuerdo con el Artículo 1445, para que una persona se obligue respecto de otra es menester
que sea legalmente capaz; acorde con esta disposición, el Artículo 2128establece en su
parte segunda: «pero las obligaciones del mandatario para con el mandante y terceros no
podrán tener efecto sino según las reglas relativas a los menores».
La primera clasificación que puede hacerse del mandato es atendiendo a la extensión con
que ha sido conferido, y al respecto puede ser general o especial.
Mandato General
Es el que se otorga al mandatario para todos los negocios del mandante. Conferido en esta
forma, el mandato no otorgue al mandatario otras facultades que las que enumera
el Artículo 2132 al decir que «el mandato no confiere naturalmente al mandatario más que
el poder de efectuar los actos de administración; como son pagar las deudas y cobrar los
créditos del mandante, perteneciendo unos a otros al giro administrativo ordinario;
perseguir en juicio a los deudores, intentar las acciones posesorias e interrumpir las
prescripciones, en lo tocante a dicho giro; contratar las reparaciones de las cosas que
administra; y comprar los materiales necesarios para el cultivo o beneficio de las tierras,
minas, fábricas u otros objetos de industria que se hayan encomendado».
Poder especial
Es el que se da para uno o más negocios determinados. A diferencia del mandato general, en
el especial se especifican precisamente los actos que el mandatario puede y debe realizar.
Como en el mandato pueden indicarse todos los actos jurídicos que a una persona le es dable
ejecutar, puede el mandato especial llegar a ser más comprensivo que el general, para lo
que bastará hacer una enumeración amplia de las facultades que se otorgan al mandatario.
Según el inciso final del Artículo 2132, se requiere poder especial para la ejecución de todos
los actos que salgan de los límites del giro ordinario de los negocios del mandante.
Es aquel que se da otorgando al mandatario la facultad de obrar del modo que más
conveniente le parezca.Sus efectos están determinados por el Artículo 2133 que estatuye
que «cuando se da al mandatario la facultad de obrar del modo que más conveniente le
parezca, no por eso se entenderá autorizada para alterar la substancia del mandato, ni para
los actos que exigen poderes o cláusulas especiales».
Por la cláusula de libre administración se entenderá solamente que el mandatario tiene la
facultad de ejecutar aquellos actos que las leyes designan como autorizados por dicha
cláusula.
El mandato judicial otorga, por el sólo hecho de conferirse, las facultades que indica el
inciso 1º delArtículo 7 del Código de Procedimiento Civil al decir que «el poder para litigar
se entenderá conferido para todo el juicio en que se presente, y aún cuando no exprese las
facultades que se conceden, autorizará al procurador para tomar parte, del mismo modo
que podría hacérselo el poderdante, en todos los trámites e incidentes del juicio y en todas
las cuestiones que por vía de reconvención se promuevan hasta la ejecución completa de la
sentencia definitiva, salvo que la ley exija intervención personal de la parte misma.
Las cláusulas en que se nieguen o en que se limiten las facultades expresadas, son nulas.
Podrá asimismo, el procurador delegar el poder obligado al mandante, a menos que se haya
negado esta facultad».
Mandato Civil es el conferido para negocios civiles. Mandato comercial es el otorgado para la
realización de actos mercantiles.
Para considerar el mandato como civil o comercial, no se atiende a la calidad o profesión de
las partes, sino a la naturaleza del acto que se encarga realizar. Así, el mandato que otorga
un corredor para que se le arriende una casa habitación en qué vivir con su familia, es
meramente civil, porque queda fuera de sus actividades mercantiles.
El mandato mercantil toma el nombre de comisión cuando se otorga para una o más
operaciones determinadas individualmente. (Artículo 2355 del C. de C.).
Por lo general el mandato mercantil es remunerado, porque la gratuidad no es propia del
comercio.
Como puede acaecer que los medios por los cuales el mandante ha deseado que se lleve a
efecto el mandato no pudiesen emplearse, el mandatario podrá emplear otros equivalentes,
si la necesidad obligare a ello, pero siempre que se obtuviere completamente de ese modo
el objeto del mandato. (Artículo 2134, inciso 2º)
A fin de determinar exactamente las obligaciones del mandatario, deben distinguirse las
facultades de administración de las de disposición.
Las facultades de administración son las que refiere el Artículo 2132 y que indicamos al
tratar de la clasificación del mandato, y se reduce en general a dos clases de actos:
administrar los negocios y conservar las cosas sobre las que el mandato se ejerce.
A fin de dar mayor seguridad acerca del alcance del mandato cuando de sus términos se
deduce claramente la latitud en que fue otorgado. El código ha sentado una serie de reglas
especiales como son las siguientes:
El mandatario debe al mandante los intereses corrientes de los dineros de éste que
haya empleado en utilidad propia.
Debe asimismo los intereses del saldo que de la cuenta resulte en contra suya, desde que se
haya constituido en mora. (Artículo 2156)
Será imputable al mandatario la diferencia que provenga de haber negociado con menos
beneficios o con un gravamen mayor que los designados por el mandante. (Artículo 2142,
inciso final) La prueba de la fuerza mayor o del caso fortuito que hubiere imposibilitado al
mandatario para llevar a efecto las órdenes del mandante, compete al mandatario, de
acuerdo con el inciso final del Artículo 2150.
En primer término el mandante debe cumplir las obligaciones que indica el Artículo
2158, que dice:
El mandante es obligado:
A indemnizarle de las pérdidas en que haya incurrido sin culpa, y por causa del
mandato.
Deberá cumplir, asimismo las obligaciones que contraídas por el mandatario a nombre
del mandante fuera de los límites del mandato hubieren sido ratificadas expresa o
tácitamente por el mandante. (Artículo 2160)
Puede suceder que el mandatario haya ejecutado parcialmente el mandato. En tal caso los
efectos son diversos según que el cumplimiento haya podido o no ejecutarse en esa forma:
b) Si el negocio no debió ejecutarse parcialmente, lo que sucede cuando de los términos del
mandato o por la naturaleza del negocio apareciere que la orden no debió cumplirse en
parte, la ejecución parcial no obligará al mandante sino en cuanto lo aprovechare. De la
inejecución del resto responderá el mandatario como en el caso de la renuncia que rige el
Artículo 2167. (Artículo 2161)
Si el mandante no cumple con sus obligaciones, queda el mandatario autorizado para desistir
de su encargo. (Artículo 2159) Asimismo podrá el mandatario retener los efectos que se le
haya entregado por cuenta del mandante, para la seguridad de las prestaciones a que éste
fuere obligado por su parte (Artículo 2162).
Esta retención es uno de los casos a que se refiere el Artículo 697 del Código de
Procedimiento Civil.
Puede decirse que la delegación es una facultad privativa del mandatario, que ya envuelta
implícitamente en el mandato, a menos que se le haya prohibido expresamente efectuarla,
pues el Artículo 2135 establece que «el mandatario podrá delegar el encargo si no se le ha
prohibido». En el derecho antiguo la delegación estaba prohibida.
Delegación del mandato judicial
La delegación que hiciere el mandatario obligará al mandante aún cuando no esté autorizado
para delegar, pues el artículo referido dice textualmente que «podrá, asimismo, el
procurador delegar el poder obligando al mandante a menos que se haya prohibido.»
Según el Artículo 2163, el mandato puede terminar por algunas de las siguientes causas:
1. Por el desempeño del negocio para que fue constituido: Ejecutado el acto ordenando el
mandatario, se ha realizado la voluntad del mandante y ya su consentimiento ha sido
empleado.
3. Por la revocación del mandante: Se llama revocación el acto por el cual el mandante hace
saber a su mandatario su deseo de poner término al mandato.
La facultad de revocar es de la esencia del mandato, y el mandato puede hacer uso de ella a
su arbitrio en cualquier momento. La revocación puede ser expresa o tácita.
Para que la revocación tenga la virtud de poner término al mandato, es menester que sea
notificada al mandatario, pues el Artículo 2163 estatuye que «la revocación, expresa
o tácita, produce su efecto desde el día que el mandatario ha tenido conocimiento de ella;
sin perjuicio de lo dispuesto en el Artículo 2173».
El Artículo 2173 a que hace referencia, dispone que «en general, todas las veces que el
mandato expira por una causa ignorada del mandatario, lo que éste haya hecho en ejecución
del mandato será válido y dará derecho a terceros de buena fe contra el mandante.
El mandante que revoca el mandato tendrá derecho para exigir del mandatario la restitución
de los instrumentos que haya puesto en sus manos para la ejecución del mandato; pero de
las piezas que puedan servir al mandatario para justificar sus actos, deberá darle copia
firmada de su mano si el mandatario lo exigiere». (Artículo 2166)
4. Por la renuncia del mandatario: El mandatario tiene el derecho de renunciar, como una
facultad correlativa de la que tiene el mandante de revocar el mandato.
Para que la renuncia del mandatario ponga término al mandato es menester que sea
notificada al mandante y las obligaciones que le empiecen para con éste no tendrán fin sino
después que haya transcurrido un tiempo razonable para que el mandante pueda proveer a
los negocios encomendados.
De otro modo, el mandatario se hará responsable de los perjuicios que la renuncia cause al
mandante; a menos que se halle en la imposibilidad de administrar por enfermedad u otra
causa, o sin grave perjuicio de sus intereses propios.
5. Por la muerte del mandante o del mandatario: Sabida la muerte natural o civil del
mandante, cesará el mandatario en sus funciones; pero si de suspenderlas se sigue perjuicio
a los herederos del mandante, será obligado a finalizar la gestión principiada. (Artículo
2168)
Por excepción no se extinguen por la muerte del mandante:
a) El mandante destinado a ejecutarse después de ella. En este caso los herederos suceden
en los derechos u obligaciones del mandante (Artículo 2169)
6. Por la interdicción del mandante o del mandatario: Por la interdicción se priva a una
persona de la facultad de administrar sus bienes; si el mandante carece de esta facultad es
lógico que tampoco pueda hacerlo su mandatario, ya que éste sólo manifiesta la voluntad de
su mandante.
7. Por la cesación de las funciones del mandante: Si el mandato ha sido dado en ejercicio de
ellas. No requiere mayores comentarios.
8. Caso de los mandatarios conjuntos: De acuerdo con el Artículo 2172, si son dos o más los
mandatarios y por la constitución del mandato están obligados a obrar conjuntamente, la
falta de uno de ellos por cualquiera de las causas antedichas pondrá fin al mandato.
Las funciones del Corredor de Propiedades en la Notaría, comienzan desde el momento que
se ha cerrado un negocio o promesa de compraventa, ya sea por instrumento privado,
autorizadas las firmas por un Notario o bien por instrumento público, extendida en alguna
Notaría y de las cuales se obtienen copias. O bien para firmar escritura de compraventa.
Una vez que la escritura ha sido firmada por alguna de las partes, ya sea por el comprador o
por el vendedor o por ambos conjuntamente, ésta ingresa al Repertorio.
El Repertorio
Otros documentos
Además, el Notario llevará un libro índice público, en que anotará las escrituras por orden
alfabético de los otorgantes, y otro privado, en el que anotará en la misma forma, los
testamentos cerrados con indicación del lugar de su otorgamiento y nombre y domicilio de
los testigos.
Escritura Pública es el instrumento público o auténtico otorgado con las solemnidades que
fija la ley, por el competente Notario, e incorporado en su protocolo o registro público.
En la Escritura Pública deben figurar los siguientes datos de los comparecientes:
Nombre completo
Nacionalidad
Estado civil
Profesión u oficio
Domicilio
Cédula de identidad
También en caso que alguna persona esté impedida físicamente para firmar, podrá firmar a
su ruego otra persona que no tenga interés contrario o una tercera persona, debiendo el que
no firma poner junto a la del que la hubiere firmado a su ruego, la impresión del pulgar de la
mano derecha, o en su defecto, el de la izquierda. El notario dejará constancia de este
hecho o de la imposibilidad absoluta de efectuarlo.
Las siguientes escrituras sólo podrán ser extendidas en Notaría sobre la base de minuta
firmada por algún abogado:
Partición de bienes.
Sin embargo, se recomienda que toda escritura sea extendida en Notaría mediante minuta
hecha por un abogado.
Protocolizaciones
No se considerará pública o auténtica la escritura:
a) Que fuere autorizada por persona que no sea notario, o por notario incompetente,
suspendido o inhabilitado en forma legal.
b) Que no esté incorporada en el protocolo o que éste no pertenezca al notario autorizante o
al de quien esté subrogando legalmente.
c) En que no conste la firma de alguno de los compare¬cientes o no se hubiere salvado este
requisito con firma a ruego.
El Contrato de Arrendamiento
Para explicar el Contrato de Arrendamiento de inmuebles urbanos, hay que aclarar que
estamos frente al arrendamiento de cosas como casas, autos, fundos, minas, pues también
puede arrendarse servicios y la ejecución de obras, de modo que el arrendamiento alcanza
mucho más que el mero arrendamiento de cosas.
Hay que tener presente que el propietario renuncia al uso de la cosa. La entrega a un
tercero, llamado arrendatario, y pasa a gozar de los frutos civiles, que son el pago que se le
hace por el uso de ella.
El propietario no deja de ser el dueño, ya que sigue manteniendo los atributos de
disposición, sólo ha permitido el uso y goce de la cosa por un tercero mediante el
arrendamiento.
La relación jurídica que se produce entre el arrendatario y la casa es que éste le paga un
precio al arrendador, y el arrendador le permite el uso de la casa, lo que permite explicar
algunos fenómenos como la extinción del derecho del arrendador, con que damos por
terminados el derecho del arrendatario sobre la cosa, porque éste no tiene una relación
directa con la casa. La relación entre arrendatario y casa, pasa por la persona del
arrendador.
Entregar la cosa en estado de que sirva a su destino natural y obvio; por lo que el
arrendador debe entregar la cosa para que la use útil y debidamente el arrendatario.
Mantener la cosa en buen estado. Si el arrendador debe entregar la cosa para que sirva a su
destino natural y obvio, no basta que esta cosa la entregue en este estado, sino que debe
mantener con su capacidad de uso; vale decir, es su obligación reparar, a excepción de las
reparaciones locativas.
Por lo tanto, el problema dice relación con pretensiones jurídicas de terceros que aleguen
títulos de derecho que le impiden total o parcialmente el uso tranquilo o pacífico del
arrendatario.
Las cuestiones de hecho no son responsabilidad del arrendador porque él no tiene autoridad
para impedir los actos de terceros que no sean de correcta convivencia, salvo que él
personalmente las realice.
El arrendatario está obligado a cuidar la cosa para que se mantenga en la forma debida. En
el momento de la restitución de la propiedad puede haber sufrido naturalmente deterioro,
producto del uso y del tiempo, pero no se trata de que el arrendatario, por contar con el uso
de la cosa, pueda hacer modificaciones, como hoyos en las paredes, abrir puertas o alterar
la estructura. Debe cuidarla y entregarla como fue recibida.
Ahora, si no cumple puede sufrir dos sanciones, una de ellas o ambas juntas. Podrá
terminarse el contrato y/o podrá ser requerido para el pago de la correspondiente
indemnización de perjuicios.
El arrendatario está obligado a reparar los daños que haya causado su familia u otras
personas que accedan a la propiedad o al inmueble y aquellas que es costumbre y, que
normalmente se entiende son de cargo del arrendatario. Estas son las reparaciones
«locativas».
Entonces, son reparaciones locativas las que según la costumbre del país son de cargo del
arrendatario y en general de aquellas especies de deterioro que habitualmente se produce
por culpa del arrendatario o sus dependientes.
Para que el arrendatario sea constituido en mora de restituir la cosa arrendada, será
necesario requerimiento del arrendador, aún cuando haya precedido desahucio. Esto
significa que debe ser exigida judicialmente, no basta carta certificada, el aviso telefónico,
el apretón de manos. Si el arrendatario no quiere restituir, debe hacerse el requerimiento
judicial (Art. 1949 del Código Civil).
Formas de expiración de un contrato de arrendamiento
Destrucción:
La primera es que la cosa se destruya y ya no puede dársele el destino natural que tenía al
momento de arrendarse.
El arrendador ya no puede permitir el uso del arrendatario, el contrato carece de causa y por
tanto expira. Ahora bien, pudiera haber una destrucción parcial y así el arrendamiento
tendrá el derecho a pedir la rebaja del arriendo si no impide que siga usando de la cosa en el
resto.
Si por el contrario, la destrucción es de tal naturaleza que aún siendo parcial impida el uso,
el contrato expira.
Desahucio:
es el aviso que el arrendatario o el arrendador da a la otra parte en el sentido de que no
desea continuar con el contrato de arrendamiento. Este es el concepto general.
Sentencia judicial:
Otra de las causales por las que puede terminar el contrato, es por la sentencia del juez en
los casos que haya incumplimiento de la obligación de algunos de los contratantes.
Esta legislación rige a los bienes inmuebles ubicados dentro de los radios urbanos de cada
municipalidad, por consiguiente, toda construcción o predio que esté fuera de este radio no
está regido por esta Ley 18.101, salvo los arrendamientos de viviendas rurales cuyo terreno
o superficie no exceda de una hectárea.
Por otro lado esta Ley no se aplica a los inmuebles ubicados dentro del radio urbano que
sean predios de más de una hectárea con aptitud agrícola, ganadera o forestal, o bien que
estén destinados a alguna de estas actividades o tipo de explotación.
En segundo lugar, se excluye de esta legislación a los inmuebles fiscales, los que se rigen
por el Código Civil y por algunas disposiciones especiales que tiene el Fisco.
En tercer lugar tampoco regula las viviendas destinadas a descanso o turismo, que se
arriendan por temporadas no superiores a tres meses, sean continuos o discontinuos, siempre
que sean amoblados.
En cuarto lugar a los hoteles, residenciales y establecimientos similares, en las relaciones
derivadas del hospedaje.
De esta relación se desprende que quedan regidos por esta norma las viviendas para
habitación permanente, locales y establecimientos comerciales, galpones industriales y otros
similares.
Por ello, es conveniente celebrar el contrato por escrito, estipulando claras las condiciones.
Si en este contrato privado escrito, se autorizan las firmas por Notario, se tiene la certeza de
que quien haya firmado es quién está compareciendo en el contrato. No podrá dudarse de la
autenticidad de la firma en el contrato.
Cuando el contrato se celebra por escritura pública, los terceros acreedores están obligados
a respetar el plazo fijado en el contrato de arrendamiento, salvo los acreedores
hipotecarios. Si el contrato se inscribe en el Registro de Gravámenes e Hipotecas del
Conservador de Bienes Raíces respectivo, los acreedores hipotecarios, posteriores a la
inscripción, están obligados a respetar el contrato y los plazos.
Cada gravamen prevalece, de acuerdo a la fecha u orden de inscripción, de modo que si
interesa dejar constancia y obligar a terceros por el contrato de arrendamiento, hay que
celebrarlo por escritura pública e inscribirlo en el Registro de Gravámenes e Hipotecas del
Conservador de Bienes Raíces.
La individualización de la inscripción del inmueble debe ser completa, en una cláusula que
dice: don fulano de tal es dueño de la propiedad ubicada en la calle
tanto, número tanto, que corresponde al sitio # 3 del loteo de la
población tal; cuya inscripción está a fojas tanto, número tanto
delRegistro de Propiedades del Conservador de Bienes Raíces, del año
tanto. Los deslindes de la propiedad son... norte, sur, oriente,
poniente, lo adquirió...
En general, lo mismo que se hace en la compraventa, para determinar el predio.
El marido para arrendar bienes urbanos de la sociedad conyugal, bienes inmuebles, con
plazos superiores a 5 años requiere de la autorización de la mujer, y en el caso de los bienes
raíces rurales si el plazo supera los 8 años.
Contrato de Compraventa
Concepto
Artículo 1793: La compraventa es un contrato en que una de las partes se obliga a dar una
cosa y la otra a pagarla en dinero. Aquella se dice vender y ésta comprar. El dinero que el
comprador da por la cosa vendida, se llama Precio.
Características de la Compraventa
a) Es un contrato bilateral: Ya que las partes se obligan recíprocamente, una a comprar la
otra a vender, una a dar la cosa vendida la otra a pagar al vendedor el precio.
b) Es un contrato oneroso: Cada parte debe obtener una utilidad de la obligación que para
con ella se con-trae y se grave con lo que toma a su cargo.
c) Es un contrato conmutativo: Las partes deben mi¬rar o considerar sus mutuas pretensiones
como equivalentes (cosa y precio) por excepción es aleatorio. Ej. Compraventa de cosas que
no existen, pero se espera que existan, como el caso de una siembra y su fruto.
d) Es un contrato principal: Vale decir, subsiste por sí mismo, sin necesidad de otra
convención.
e) Es un contrato consensual: Se perfecciona con el sólo consentimiento de las partes según
el Artículo 1801 inciso 1°: La compraventa se reputa perfecta dado que las partes han
convenido en la cosa y el precio.
f) Es un título traslaticio de dominio: Esto es, por su naturaleza sirve para transferir y donde
la adquisición del dominio se verifica por el contrato de compraventa como título de
adquisición y la tradición que es el modo de adquirir el dominio.
Solemnidades de la Compraventa
Pueden ser establecidas por la ley (Legales)
a) Solemnidades Legales
Pueden ser ordinarias: Aquellas de que por la ley está revestida la compraventa de cierta
clase de bienes, como ser, los bienes raíces.
Pueden ser especiales: La ley exige en la compraventa en atención a circunstancias
particulares en que se celebre o a las partes que intervienen. Ej. Compraventa con
incapaces.
Solemnidades legales ordinarias: Consisten en el otorgamiento de escritura pública, donde
es requisito para el perfeccionamiento del contrato y el único medio de probar su
existencia.
El Artículo 1801 inciso 2° establece las cosas en que la ley exige escritura pública:
a) Compraventa de bienes raíces.
b) Venta de derechos de servidumbre y censo.
c) Venta de una sucesión hereditaria.
Solemnidades legales especiales: Las ventas forzadas ante la justicia, previa tasación del
inmueble y publicación de avisos en pública subasta ante el Juez. También la venta de
bienes pertenecientes a incapaces a través de la autorización judicial.
Las Arras: Es una cantidad de dinero u otras cosas muebles que se dan en garantía de la
celebración del contrato, o bien en parte del precio o en señal del quedar
convenidos(Artículo 1803 y Artículo 1804).
Solemnidades voluntarias: Las que establecen las partes, añadiéndoles a las legales, con el
fin de hacer solemne una compraventa que es naturalmente consensual.
Venta de cosa ajena (Art. 1815-1818). La venta de cosa ajena es válida, sin perjuicio de los
derechos del dueño, mientras éstos no se hayan extinguido por la prescripción.
Etapa 3 Página 34
El precio de la Compraventa
Artículo 1793. «Es el dinero que el comprador da por la cosa vendida». Si no hay precio
carece de objeto la obligación del comprador y por ende carecería de cau¬sa la obligación
del vendedor.
a) Debe consistir en dinero (Artículo 1793). Si no hay dinero no existe la compraventa, sino
otro contrato la permuta (1874). Sin embargo, debe pactarse en dinero pero se puede pagar
con otra cosa.
b) Debe ser real o serio, significa que existe efectiva¬mente (en caso contrario es
simulado). No es serio el precio cuando es irrisorio.
Precio vil o insuficiente: Cuando ocasiona una lesión patrimonial al vendedor, cuando
es enorme.
c) Debe ser determinado. Vale decir, se debe precisar la cantidad que el comprador debe
pagar por la cosa. Puede ser determinado por las partes de común acuerdo; por un
tercero (Artículo 1809). No puede dejarse al arbitro de una de las partes.
a) Pura y simple.
Entrega o tradición.
Entrega de la cosa (Artículo 684). Su época de entrega deber ser inmediatamente después
del contrato o en la época prefijada en él. (1826 inciso 1°)
Derecho de retención del vendedor.
Se produce cuando:
a) El cumplimiento
Obligación de saneamiento
Artículo 1837 dice: La obligación de saneamiento comprende 2 objetos:
a) Saneamiento de la evicción (Artículo 1837) Consiste en amparar al comprador en el
dominio y posesión pacífica de la cosa vendida. Para ello debe defender al comprador sobre
terceros que reclaman derechos sobre la cosa y de indemnizar al comprador si la evicción, se
llega a producir. El Artículo 1833 dice: Hay evicción de la cosa comprada, cuando el
comprador es privado de todo o parte de ella, por sentencia judicial (la causa de la privación
debe prevenir de antes de la celebración del contrato de compraventa.(Artículo 1839)
Citación de evicción: El comprador debe notificar al vendedor para que comparezca a
defenderlo (Artículo 1843). A ello puede o no comparecer el vendedor, si no lo hace, el
juicio continúa sin más trámite (Artículo 587 C.P.C.) y será responsable de la evicción. Si
comparece, se seguirá contra él solo la demanda.
b) Saneamiento de vicios redhibitorios: Cuando el vendedor debe responder de los defectos
ocultos de la cosa, las que deben tener la calidad de existir al tiempo de la venta (Art.1858
N° 1), deben ser graves (Art.1858 N° 2), vale decir, que la cosa no sirve para su uso natural
o sirve imperfectamente y además si las hubiese conocido habría pagado un precio menor
por la cosa y además debe ser oculto: vale decir ignorado por el comprador.
Pagar el precio.
c) Plazo de retracto: (Artículo 1886). Cuando las partes convienen que se resolverá la venta
(dejará sin efecto) si es un plazo determinado, se presenta un nuevo comprador que ofrezca
mejores condiciones.
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Que el contrato prometido no sea de aquellos que las leyes declaran ineficaces.
Que la promesa contenga un plazo o condición que fije la época de la celebración del
contrato y,
Que en ella se especifique de tal manera el contrato pro¬metido, que sólo falten para
que sea perfecto, la tradi¬ción de la cosa, o las solemnidades que las leyes prescriben.
En conclusión se requiere:
a) Que el contrato conste por escrito: Bastando para ello una escritura privada, no obstante
que el contrato prometido requiera para su perfeccionamiento que se otorgue por escritura
pública. Ej. La compraventa de bienes raíces o las promesas que se hacen los esposos, en
consideración al matrimonio, deben constar por escritura pública según el Artículo 1787 del
Código Civil.
b) El contrato prometido debe ser válido: Vale decir, que no sea de aquellos que la ley de
clara ineficaces o que sea válido. Por eso, es nula la promesa de compraventa entre
cónyuges no divorciados a perpetuidad, por cuanto el contrato adolece de objeto ilícito.
El Artículo 1464 Nº 3 declara que hay objeto ilícito en la enajenación de bienes embargados
y el 1810, añade que no puede venderse las cosas cuya enajenación esté prohibida por la
ley.
La promesa de compraventa de bienes embargados es válida en el entendido que los bienes
pueden ser enajenados en el momento de la celebración del contrato prometido.
Antecedentes requeridos
Para iniciar un Estudio de Títulos de Dominio sobre inmuebles es necesario contar con una
serie de antecedentes que permitan conocer a cabalidad la historia de la propiedad.
Dicha historia del inmueble está constituida no sólo por quienes han sido propietarios a
través del tiempo en virtud de transferencias, adjudicaciones, asignaciones, etcétera, sino
también por aquellos actos que la han afectado en su forma física o cabida, tales como
desmembraciones, enajenaciones, parciales, expropiaciones, construcción de condominios,
edificios, etcétera. Igualmente, constituyen su historial los gravámenes, prohibiciones o
medidas judiciales que en algún momento la han afectado. En definitiva, y este es el
objetivo principal del Estudio de Títulos, a través de los elementos que aporten los
antecedentes que conformarán, luego, la carpeta respectiva, nos interesa conocer la exacta
situación legal que hoy presenta un inmueble, permitiendo al comprador o acreedor tener a
su respecto un derecho inamovible, una vez concluida la negociación que le interesa. Todos
estos antecedentes se obtienen, principalmente, trabajando con las copias auténticas de las
escrituras e inscripciones que entregan los Notarios Públicos y Conservadores o Archiveros,
en su caso.
Ello no es excluyente, pues también, como se verá, es necesario contar con copias de
documentos que se encuentran o han sido otorgados por organismos fiscales, municipales o
de entidades administrativas, en general.
Sin embargo, especialmente cuando existen anotaciones marginales, pueden que no resulten
del todo fieles, debiendo, en este evento, recurrirse, nuevamente, a la matriz original.
Como la propia práctica lo demostrará, conspiran a veces para este cotejo, la poca
disponibilidad de tiempo, así como de espacio físico suficiente en los respectivos oficios para
una consulta cómoda, y porque los lugares donde se encuentran los originales requeridos
muchas veces son distantes.
Los antecedentes que se habrá de necesitar para unEstudio de Títulos suelen ser:
Antecedentes Personales
B. Antecedentes de Personas Jurídicas
El Corredor de Propiedades para una operación de venta deberá formar una carpeta con los
siguientes documentos:
Pago de Contribuciones
Si adquirió derechos
Copias auténticas
Tanto de Notaría, como de Conservador o Archivo, referentes a la forma de adquisición del
inmueble. Se entiende por copia auténtica la que cumple con los requisitos de los Artículos
421, 422, 427 y 453 del Código Orgánico de Tribunales, en relación con normas del
Reglamento del Conservador de Bienes Raíces.
En otras palabras –y sin que sea necesario reproducir dichos artículos- diremos que son
auténticas las copias otorgadas y autorizadas por el competente funcionario.
Podrán ser manuscritas, dactilografiadas, impresas, fotocopiadas, litografiadas o
fotograbadas, según lo establece el Artículo 422 del Código Orgánico de Tribunales.
Igualmente, las copias deberán ser íntegras, salvo los casos en que la ley o un decreto
judicial dispongan otra cosa. (Artículo 427)
Sobre este particular cabe destacar que hasta el momento de la dictación de la Ley 17.990,
las copias que se otorgaban por los Notarios y demás funcionarios estaban gravadas con un
impuesto de timbres, cuyo cumplimiento se acreditaba con las estampillas respectivas
adheridas al documento e inutilizadas.
Conviene tener presente que el Notario sólo puede dar copias de una escritura pública y de
documentos protocolizados una vez que se han pagado los impuestos correspondientes. Con
esta disposición, introducida por la reforma de la Ley 18.181, se permite al Notario
autorizar las respectivas escrituras una vez que se han cumplido los demás presupuestos para
ello, aun cuando el gravamen fiscal no hubiere sido satisfecho.
El Artículo 425 del Código Orgánico de Tribunales da valor, «de conformidad a las reglas
generales», a los testimonios autorizados por el Notario como copias, fotocopias o
reproducciones fieles de documentos públicos o privados; si bien el concepto de «reglas
generales» no aparece explicitado en la Ley. Así, salvo en lo tocante a escrituras públicas,
tales «reglas generales» –han dicho los Notarios, agrupados en la Asociación de Notarios de
Chile-parecen no existir.
Finalmente, respecto de las copias debe tenerse en cuenta que la reforma Notarial de la Ley
18.181 dejó sin efecto la anterior clasificación de la copias otorgadas por los Notarios
en «primera copia» y «segunda copia», entre las cuales existían diferencias sustanciales en
cuanto a sus efectos.
Así, de conformidad al antiguo texto del Artículo 423 del Código Orgánico de
Tribunales, las «primeras copias» eran las únicas que tenían mérito ejecutivo. También se
establecía que cuando fueran varias las partes de un contrato que pudieren ejercer acciones
recíprocas, se debían dar tantas «primeras copias» cuantas fueren necesarias, pero
expresando en cada una de ellas el nombre de a quine se le dieren.
Tanta importancia se le daba a estas copias que se señalaba un procedimiento especial para
obtener una nueva «primera copia», en caso de extravío de la originaria.
Actualmente las copias, en virtud de la derogación de los Artículos 423, 424 y 425 del
Código Orgánico de Tribunales, tienen todas un mismo y único mérito legal
Lapso que deben comprender las copias
Para el Estudio de Títulos de Dominio, las copias autorizadas de escrituras que conforman
los títulos deben ser solicitadas por los últimos 10 ó 15 años, según se estime conveniente.
Ellas comprenderán las escrituras de los respectivos propietarios dentro de dicho lapso,
como las aclaraciones, rectificaciones o enmiendas, y las de los demás actos o contratos que
se relacionen con la capacidad de las partes, personerías o representaciones, etcétera.
El lapso señalado se explica porque, si bien es cierto que la acción resolutoria prescribe en
cinco años (Artículo 2515 del Código Civil), por los autores y la jurisprudencia se acepta
que tal período no se computa a partir de la fecha del otorgamiento del acto o contrato, sino
desde la fecha en que ella es exigible, pues puede suspenderse en favor de las personas que
señala ese mismo Código.
Dice el Artículo 2514 que la prescripción que extingue las acciones y derechos ajenos exige
solamente cierto lapso de tiempo durante el cual no se hayan ejercido dichas acciones.
Se cuenta este tiempo desde que la obligación se haya hecho exigible.
Agrega el Artículo 2515 que este tiempo es en general de tres años para las acciones
ejecutivas y de cinco para las ordinarias.
La acción ejecutiva se convierte en ordinaria por el lapso de tres años, y convertida en
ordinaria durará solamente otros dos.
El plazo de 10 ó 15 años se cuenta hacia atrás desde el momento en que se comienza
el Estudio de Títulos.
Se solicitará, en consecuencia:
Será necesario incluir en el Estudio los antecedentes relativos a la medida que originó poner
el bien raíz en la situación de saneamiento. La importancia de requerir las copias de los
títulos translaticios de dominio es evidente, puesto que únicamente con ellas se puede
verificar la forma de adquisición, capacidad, personerías, forma de pago del precio, si la
venta fue como especie o cuerpo cierto y, en general, todos los datos y antecedentes que se
estimen relevantes.
Copia auténtica de otros documentos
Se refiere a aquellos que complementan los señalados en el número anterior y, por regla
general, son anexos a toda escritura. Muchos de estos documentos estarán insertos en la
propia escritura, por lo que podría evitarse el tener que pedir nueva copia, salvo que se
estime necesario para un cotejo más riguroso.
Algunos de estos documentos son las sentencias judiciales de autorización para enajenar,
para gravar, para donar, actas de remate, etcétera.
Sobre este punto, conviene tener presente que después de la Ley 18.181, no se hace
necesario insertar en la escritura documentos de ninguna especie, a menos que alguno de los
otorgantes lo requiera. La lista que sigue, en ningún caso es taxativa, puesto que, como se
ha dicho, puede ser necesario contar con otros documentos cuya utilidad se advierte sólo
una vez que se ha iniciado el Estudio de Títulos respectivo y el examen de los documentos
ya obtenidos.
Asimismo, hay que considerar que no todos los documentos que se señalan en esta parte son
estrictamente indispensables, y será la práctica habitual del Corredor de Propiedades la que
le irá indicando, en cada caso, la necesidad de contar con unos y prescindir de otros.
Efectuada esta aclaración, comenzamos nuestrolistado:
Certificado de Litigios.
Igualmente, estos documentos podrían servir de antecedente suficiente –en caso de dudas-
respecto de la prohibición que señala el Artículo 1796 de celebrar Contrato de Compraventa
a los cónyuges no divorciados a perpetuidad ni separados totalmente de bienes.
Es indispensable el Certificado de Matrimonio cuando se desee acreditar el hecho de la
separación de bienes, o el estado civil de soltero si ha existido declaración de nulidad de
matrimonio, o bien de divorcio.
f) Planos de Loteo, decretos de aprobación de subdivisión, etcétera.
Son documentos indispensables cuando se trata de subdivisiones prediales que han contado
con la autorización administrativa correspondiente (SAG, Dirección de Obras Municipales,
etcétera)
Certificado de número.
Cuando las superficies que deban cederse para áreas verdes resulten inferiores a 500
metros cuadrados, podrán ubicarse en otros terrenos dentro de la misma comuna, o
compensarse su valor en dinero, con una suma equivalente a la parte proporcional de esa
superficie en el valor comercial del terreno, en cualquiera de ambos casos previo acuerdo
con la municipalidad respectiva, la que sólo podrá invertir estos recursos en la ejecución de
nuevas áreas verdes.
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Lo anterior se aplicará igualmente a las superficies que deban cederse para equipamiento,
cualquiera que sea el tamaño resultante y, en caso de acordarse su compensación en dinero,
la municipalidad sólo podrá invertir estos recursos en la ejecución de nuevas obras de
equipamiento.
Artículo 11. Los planos de un condominio deberán singularizar claramente cada una de las
unidades en que se divide un condominio, sus sectores y los bienes de dominio común. Estos
planos deberán contar con la aprobación del Director de Obras Municipales y se archivarán
en una sección especial del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces
respectivo, en estricto orden numérico, conjuntamente con el certificado a que se refiere el
inciso segundo del Artículo 10.
Por último, el Artículo 12 de la Ley 19.537, en lo que a nosotros interesa para un Estudio
de Títulos, señala el contenido de las escrituras públicas en cuya virtud se transfiera el
dominio o se constituyan derechos reales sobre alguna unidad (departamento, local
comercial, bodega, estacionamiento) del condominio.
La inscripción del título de propiedad y de otros derechos reales sobre una unidad
contendrá las siguientes menciones:
1) La fecha de la inscripción.
2) La naturaleza, fecha del título y la notaría en que se extendió.
3) Los nombres, apellidos y domicilios de las partes.
4) La ubicación y los deslindes del condominio a que pertenezca la unidad.
5) EI número y la ubicación que corresponda a la unidad en el plano de que trata el Artículo
11.
6) La firma del Conservador.