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El Art. 1255 ,Código Civil, de forma que los contratantes pueden establecer los pactos,
cláusulas y condiciones que tengan por conveniente, siempre que no sean
contrarios a las leyes, a la moral ni al orden público.
En base al Art. 1261 ,Código Civil, no hay contrato sino cuando concurren los
requisitos siguientes: consentimiento de los contratantes, objeto cierto que sea materia
del contrato y causa de la obligación que se establezca.
Cuando el contrato tiene una causa ilícita, pues en base al Art. 1275 ,Código Civil, los
contratos sin causa, o con causa ilícita, no producen efecto alguno. Se considera ilícita
la causa cuando se opone a las leyes o a la moral.
En este sentido, el Art. 1303 ,Código Civil precisa que declarada la nulidad de una obligación,
los contratantes deben restituirse recíprocamente las cosas que hubiesen sido materia del
contrato, con sus frutos y el precio con los intereses.
Por su parte, el Art. 1307 ,Código Civil establece que siempre que el obligado por la
declaración de nulidad a la devolución de la cosa, no pueda devolverla por haberse perdido,
deberá restituir los frutos percibidos y el valor que tenía la cosa cuando se perdió, con los
intereses desde la misma fecha. En este sentido, el Art. 1308 ,Código Civil señala que
mientras uno de los contratantes no realice la devolución de aquello a que en virtud de la
declaración de nulidad esté obligado, no puede el otro ser compelido a cumplir por su parte lo
que le incumba.
Cuando la nulidad provenga de ser ilícita la causa u objeto del contrato, si el hecho constituye
un delito o falta común a ambos contratantes, carecerán de toda acción entre sí, y se
procederá contra ellos, dándose además las cosas o precio que hubiesen sido materia del
contrato, así como la aplicación prevenida en el Código Penal respecto a los efectos o
instrumentos del delito o falta. Esta disposición es aplicable al caso en que sólo hubiese delito
o falta de parte de uno de los contratantes; pero el no culpado podrá reclamar lo que hubiese
dado, y no estará obligado a cumplir lo que hubiera prometido (Art. 1305 ,Código Civil).
No obstante, el Art. 1306 ,Código Civil matiza al respecto que, si el hecho en que consiste la
causa torpe no constituyere delito ni falta, se observarán las reglas siguientes:
Cuando la culpa esté de parte de ambos contratantes, ninguno de ellos podrá repetir lo
que hubiera dado a virtud del contrato, ni reclamar el cumplimiento de lo que el otro
hubiese ofrecido.
Cuando esté de parte de un solo contratante, no podrá éste repetir lo que hubiese
dado a virtud del contrato, ni pedir el cumplimiento de lo que se le hubiera ofrecido. El
otro, que fuera extraño a la causa torpe, podrá reclamar lo que hubiera dado, sin
obligación de cumplir lo que hubiera ofrecido.
Respecto a la anulabilidad o nulidad relativa, es un tipo de ineficacia del contrato que tiene
lugar cuando el mismo adolece de un vicio que lo invalida con arreglo a la Ley, como pueden
ser el defecto de capacidad de obrar, la falta de capacidad del otro cónyuge y los vicios del
consentimiento (error, dolo, violencia o intimidación). En este sentido, el Art. 1300 ,Código
Civil dispone que los contratos en que concurran los requisitos que expresa el Art.
1261 ,Código Civil pueden ser anulados, aunque no haya lesión para los contratantes,
siempre que adolezcan de alguno de los vicios que los invalidan con arreglo a la ley.
Por otro lado, precisar también que circunstancia ocurre ante la falta de consentimiento marital
para aquellos casos en los que se requiere el consentimiento de ambos (Art. 1320,Art.
1322,Art. 1377 ,Código Civil).
Para el artículo 1887 del Código Civil"son cuasi contratos los hechos lícitos y puramente
voluntarios, de los que resulta obligado su autor para con un tercero y a veces una obligación
recíproca entre los interesados". Así pues, el cuasicontrato es un acto lícito, no contractual,
productor de obligaciones, aunque esta definición, aparte de su vaguedad, no diferencia la figura del
cuasicontrato de aquellos otros actos que sin poder ser considerados como cuasicontratos, sin
embargo, también producen obligaciones.
El Código Civil regula como cuasicontratos la gestión de negocios ajenos y el cobro de lo indebido,
junto a los mismos se estudia la figura del enriquecimiento injusto, por lo que la doctrina
mayoritaria entiende que los denominados cuasicontratos son expresión o subtipos del
enriquecimiento injusto, por cuanto el que se enriquece a costa de otro sin que haya causa para ello,
está obligado a devolver lo injustamente recibido.
Junto a los cuasicontratos que como tales se regulan en el Código Civil, en la práctica, se admiten
otros que podríamos denominar como innominados, entre éstos podrían considerarse, como
señala Santos Briz, la gestión derivada de la tutela, el pago de legados y las obligaciones resultantes
de la situación de indivisión de la copropiedad.
La jurisprudencia, aún con criterio restrictivo, considera como requisitos indispensables para que
pueda admitirse el cuasicontrato atípico, los siguientes: