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LA EVOLUCION

2°3°-2023
Prof: María Cecilia Ibáñez
Integrantes:
-Mateo Quiroga
-Jonas Amaya
-Bautista Perrone
-Luciano Cerda
-Ignacio Carrizo
INDICE
Preguntas de investigación e Hipótesis………………………………………………………4

¿Qué es la evolución? …………………………………………………………………………


5

¿Cómo funciona la evolución?............................................................................................

Puntos importantes
…………………………………………………………………………….6

¿Cuáles son los principales hitos en la evolución humana?.......................................7

¿Dónde sucedió todo esto? …………………………………………………………………..8

¿Por qué no se ha encontrado el eslabón perdido entre los monos y nosotros?.....

¿Ha terminado la evolución para nosotros?...........................................................

La evolución del
hombre………………………………………………………………………..

Las tres etapas de la evolución. ………………………………………………………………

El resultado
…………………………………………………………………………………….9

La Biología Sistemática………………………………………………………………………
11

Ciencias Ambientales …………………………………………………………………………..

¿Qué se deduce de la anatomía comparada?.................................................................13

¿Qué aporta la embriología? ………………………………………………………………..14

¿Qué dice el registro fósil?...............................................................................................15


¿Qué produce la genética?..................................................................................................
Biología molecular y genética
……………………………………………………………….18
¿Por qué los científicos están seguros de la teoría de la evolución?....................21

La teoría más acertada……………………………………………………………………….....

Teoría de evaluación de Lamarck………………………………………………………………

Teoría de Charles
Darwin…………………………………………………………………….22

Darwin y el viaje de
Beagle…………………………………………………………………..23 Selección
Natural…………………………………………………………………………….…25

¿Cómo puede actuar la Selección Natural?.........................................................................

Puntos claves
…………………………………………………………………………………..26

La Selección Natural y la Evolución de las especies ………………………………………..

Controversias sobre la
evolución……………………………………………………………..27

Experimentación………………………………………………………………………………..
28

Conclusión
……………………………………………………………………………………..29   

Bibliografía……………………………………………………………………………………
…30

Profesional consultado
…………………………………………………………………………..
MARCO TEÓRICO
Preguntas de investigación
1 Cuáles son las teorías de la evolución?
2 Cuál de esas teorías es la más acertada en la actualidad?
3 Que tipos de pruebas existen en la actualidad para comprobar la
evolución de los seres vivos?
4 Como se a producido la evolución del ser humano y como se piensa
que seguirá evolucionando?
5 Como se relaciona la evolución con la biodiversidad?

                                                                                           

Hipótesis
                                                                                   

Teorias de la evolución
Explicación religiosa
Según las diferentes religiones, la humanidad fue creada a partir de elementos
naturales por uno o varios seres superiores. Genesis 2 Versículos 27 y 28 “Y creó Dios
a los seres humanos a su imagen;    a imagen De Dios los creó; Karin y mujer los creó.
Y los bendijo Dios diciéndoles: -Crezcan y multiplíquense”
                      Explicación científica
              LAMARCK
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e, como el color del pelaje de un animal. Esto hace que existan dos formas de
selección: la primera sería la natural, por la cual un miembro de una especie elige a su
pareja, y con ella, los rasgos que busca en su descendencia. Por otro lado estaría la
selección humana, basada en el cruce de especímenes buscando un fin.
Si un animal nace por ejemplo con una coloración gracias a la cual obtiene una mayor
protección contra los depredadores, podrá sobrevivir más tiempo y tener más
descendencia. Con el tiempo, el código genético de estos supervivientes hará que estén
presentes en un mayor número de especímenes, con lo que mejorarán la raza, llegando en
ocasiones a cambiarla por completo respecto al individuo original.

Puntos más importantes:


Las pruebas de la evolución provienen de muchas áreas diferentes de la biología:   

Anatomía.   
Las especies comparten características físicas porque dichas características estaban presentes
en un ancestro común (estructuras homólogas).   

Biología molecular.   
El ADN y el código genético reflejan la ascendencia compartida de la vida. La
comparación de las secuencias de ADN puede mostrar qué tan emparentadas están las
especies.   

Biogeografía.   
La distribución global de los organismos y las características únicas de las especies isleñas
reflejan la evolución y el cambio geológico.

Fósiles.   
Los fósiles documentan la existencia de especies pasadas, extintas actualmente, pero
emparentadas con las especies que vemos hoy en día.

Observación directa.   
Podemos observar la evolución directamente a pequeña escala en los organismos con ciclos
de vida cortos (como los insectos resistentes a pesticidas).   
Hasta hace muy pocos años, la idea que se tenía sobre la evolución del hombre era muy
sencilla, al extremo de representarla como una simple línea a lo largo de la cual una
especie daba origen a la siguiente (ver recuadro "¿El hombre desciende del mono?"). Este
limitado conocimiento llevaba a considerar la evolución del hombre como una mera
sucesión de especies pero no incluía explicaciones que dieran cuenta de las causas que
determinaron dicha evolución. En los últimos años, con el desarrollo de nuevas áreas de
estudio y el gran aumento de especialistas dedicados al tema, se ha alcanzado no solo un
mejor conocimiento de las especies que forman el pasado evolutivo del hombre sino que, lo
que es aún más importante y atractivo, se está empezando a comprender cómo se produjo.

¿Cuáles son los principales hitos en la evolución humana?

El linaje humano se separó de la de los simios entre 7 y 13 millones de años atrás. Los
primeros antecesores que caminaban en posición erecta serían los Australopitecus, de los
cuales el ejemplo más conocido es Lucy, una Australopithecus afarensis. El fósil más
antiguo conocido atribuido a nuestro género data de hace 2,8 millones de años. Durante
mucho tiempo se pensó que el origen de la humanidad vendría marcada por el uso de las
primeras herramientas de piedra, pero esto es un error, pues se han encontrado algunas de
hace 3,3 millones de años, siendo anteriores a los primeros restos de homos que se conocen.
Por otro lado, existe un debate sobre cuándo comenzaron a utilizar el fuego nuestros
antepasados, estimando la fecha oficial entre 1,8 millones y 800 000 años atrás. Se
supone que gracias a el fuego, se consiguió cocinar, y gracias a la alimentación más
completa, hemos podido desarrollar nuestro cerebro y unas manos más precisas,
requisito previo para los desarrollos que caracterizaron a los seres humanos, incluyendo
el lenguaje complejo, el arte y la agricultura, los cuales han surgido en los últimos 100 000
años.
Durante mucho tiempo se dio por sentado que el arte y las representaciones simbólicas eran
exclusivas del Homo sapiens, especie a la que pertenecemos los seres humanos actuales,
pero un estudio publicado la revista Nature Human Behaviour en el que han
participado investigadores del CSIC en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid
(MNCN), la Universidad Complutense de Madrid y el Museo Arqueológico y
Paleontológico de la Comunidad de Madrid, entre otras instituciones, demostró que los
neandertales ya usaban el simbolismo. “Un dato importante es que hemos podido constatar
que la actividad se mantuvo a lo largo de, al menos, varias generaciones, lo que introduce
el concepto de tradición cultural que habría pasado de generación en generación”, explica
Enrique
Baquedano, director del Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de
Madrid, en un comunicado publicado por el CSIC.

Cuando los trabajadores de una cantera de piedra caliza del valle alemán de
Neander descubrieron unos huesos fosilizados en 1856, pensaron que habían hallado los
restos de un oso. En realidad, habían tropezado con algo que cambiaría la historia: pruebas
de una especie extinguida de antiguos predecesores humanos que caminaron por la Tierra
entre hace al menos 400 000 y 40 000 años.
Los investigadores pronto se dieron cuenta de que ya habían encontrado a estos parientes
humanos en fósiles anteriores que habían sido hallados e identificados erróneamente a lo
largo de principios del siglo XIX. El descubrimiento galvanizó a los
científicos deseosos de explorar nuevas teorías de la evolución, desencadenando una
caza mundial de fósiles y tentando al público con la posibilidad de una misteriosa especie
hermana que antaño dominó Europa.
Ahora conocidos como neandertales (así los bautizó el geólogo William King), los Homo
neanderthalensis son los parientes más cercanos conocidos de los humanos. Esto es lo que
hay que saber sobre nuestros antepasados humanos, cómo vivían y por qué desaparecieron.

¿Donde sucedió todo esto?

Tanto las pruebas genéticas como las fósiles muestran que hasta hace relativamente poco, el
origen de la raza humana estaba en el sur o el este de África. La evolución
posterior y las migraciones vendrían dadas por las circunstancias climáticas y la consecuente
adaptación al medio. Hace 60 000 años comenzarían estos
desplazamientos, cruzándose con los Neandertales y los Denisovanos en Asia. En los
últimos 30 000 años, los únicos humanos que quedan sobre la faz de la Tierra son los
Homo sapiens.

¿Por qué no se ha encontrado el eslabón perdido entre los monos y


nosotros?

Porque no existe. Los chimpancés y otros monos, no seguirían la línea evolutiva humana, a
pesar de que partimos de un ancestro común, hemos evolucionado en direcciones
diferentes. La cuestión que surge aquí es: ¿cuál es ese "padre" común? Y esa respuesta aún
no la tenemos.

¿Ha terminado la evolución para nosotros?

Realmente no, los humanos seguiremos evolucionando, aunque de una manera más cultural
y tecnológica que biológica. El resto de animales, lo harán condicionados por los cambios
que el ser humano está ocasionando en el medio ambiente.

La evolución del hombre.   


En particular, ahora se conocen las causas que produjeron la aparición de los homínidos
(familia Hominidae en la cual está incluída el hombre) y cómo, luego,tuvo lugar la
aparición del hombre(género Homo).   

Los homínidos y las tres etapas de su evolución


La especie humana es la única especie viviente del grupo de los homínidos. Bajo este
nombre se agrupan también las especies fósiles (ya extinguidas) de hombres y el género
Australopithecus. Para evitar referencias a causas finales (del tipo "esto sucedió para que...")
se omitirán términos como "origen o evolución del hombre" y se llamará a este
proceso hominización o evolución de los homínidos. Esta evolución ocupa tres grandes
etapas sucesivas. La primera se extiende desde hace 4,2 millones de años, cuando
aparecen los primeros homínidos, hasta hace 2,8 millones de años. Los homínidos de
esta etapa han sido hallados principalmente en África Oriental: Etiopía, Kenia y Tanzania,
pero recientemente también se han encontrado restos de ellos en África Central (Chad) y
eridional (República Sudafricana). Los homínidos de este período se agrupan bajo el
nombre de Australopithecus, es probable sin embargo que algunos de ellos estén
estrechamente vinculados con el género Homo.
La evolución y la biodiversidad son objeto de estudio de la Biología Sistemática, una rama
de la Biología que sorprendentemente se encuentra hoy olvidada y desprestigiada debido,
probablemente, a que las nuevas tecnologías han aupado y encumbrado otras disciplinas
como la Biología molecular, la Biotecnología o la Ingeniería genética argumentando un
carácter más aplicado. Una de las especialidades (orientaciones, itinerarios...) que en su día
se propusieron para el plan nuevo (o adaptado) de Biología en nuestra universidad,
llevaba precisamente la denominación de Evolución y Biodiversidad. Independientemente
de cuál sea el destino definitivo de dicha especialidad en los futuros estudios de Biología,
quisiéramos, en este breve ensayo, enfatizar el interés (y también el carácter aplicado) que
tal orientación posee, así como reclamar el lugar que le corresponde a la Sistemática
biológica dentro del marco conceptual de la Biología.   

Los escasos restos fósiles disponibles aún dejan grandes incógnitas sobre la evolución y las
características de este gran simio. Ahora, un equipo de investigación del Instituto de Biología
Evolutiva (IBE) y de la Universidad de Copenhague ha recuperado la evidencia molecular
más antigua hasta la fecha gracias a la reconstrucción de proteínas de restos fósiles de
aproximadamente dos millones de años de antigüedad. Este hallazgo supone la primera
evidencia molecular que permite clarificar la evolución del linaje humano y de los grandes
simios más allá de lo que permiten las técnicas de ADN antiguo.

A través de múltiples proteínas procedentes del esmalte de un molar fósil de


Gigantopithecus, de unos dos millones de años de antigüedad, la técnica empleada por los
investigadores ha resuelto la historia evolutiva de este primate hominoideo extinto. Publicado
en la revista científica Nature, este nuevo descubrimiento abre la puerta al posible análisis de
muchos otros restos antiguos, arrojando luz a la historia evolutiva y el origen de los
homínidos.

El resultado
El resultado de la evolución es la extraordinaria diversidad de seres vivos y ecosistemas
existentes y la aún más extraordinaria diversidad de los seres vivos y ecosistemas
desaparecidos en el transcurso de la historia de la Tierra. Nuestro conocimiento sobre
diversidad ecológica es aún muy escaso y queda mucho por averiguar sobre la diversidad de
las biotas y ecosistemas actuales y sus relaciones evolutivas entre ellos y con los ya
extinguidos. Éste es aún un aspecto pendiente que los ecólogos han comenzado ya a
tratar, y que sin duda constituye un enorme campo de investigación que la Ecología del
momento actual deberá desarrollar. Algo mayor es el conocimiento que poseemos sobre
diversidad biológica, es decir, la diversidad relativa a genealogía. Se ha calculado que las
estirpes vivientes suponen un pequeñísimo porcentaje de las que han existido a lo largo
de los 3500-4000 millones de años que lleva la vida instalada en nuestro planeta. En cuanto
a la diversidad actual disponemos de un catálogo aproximado de 1.800.000
especies descritas, pero las estimaciones de la diversidad biológica real van mucho más
lejos; por ejemplo se calcula que existen entre 350.000 y 600.000 especies de plantas
terrestres y entre 5 y tal vez 30 millones de especies animales. El manejo de tanta
información acumulada sobre los seres vivos conocidos, presentes y pretéritos, y de la
mucha más que aún nos queda por descubrir, requiere de sistemas de recopilación y de
clasificación eficaces, que permitan su fácil recuperación. De ello se ocupan las
disciplinas del campo de la Sistemática. Ésta que cuenta ahora con una sólida base teórica,
proporcionada por la ciencia de la evolución, es también una ciencia viva,
cambiante, ya que los nuevos conocimientos que incorpora, obligan en ocasiones a
modificar los grupos establecidos, al proporcionar nuevas evidencias, nuevas hipótesis o
nuevas interpretaciones, a la vez que ofrece clasificaciones más fiables.   

El empeño de la Sistemática moderna es la elaboración de sistemas clasificatorios que


reflejen la evolución y la filogenia de los seres vivos, y ello porque sólo el Sistema
Evolutivo es el que contiene mayor cantidad de información y del que se recupera con
mayor facilidad, ya que no solo proporciona una visión de conjunto de los seres vivos sino
que permite la obtención de generalizaciones, la repetitividad de las experiencias y la
predicción de los resultados de un experimento. Entendemos que la Sistemática es la más
elemental y la más inclusiva de las ciencias biológicas: elemental porque estudia
directamente a los seres vivos e inclusiva porque reúne e implementa cada dato que se
descubre de éstos. En la medida en que la Biología Sistemática es recopiladora, es
también la única de las ciencias que se ocupa de la biodiversidad ya que dispone del
cuadro completo de la naturaleza. El manejo multidimensional de todos los datos de la
Biología le permite tener una visión de conjunto que falta en las disciplinas particulares de
la Biología Funcional, donde el mecanicismo reduccionista suele ser normal. La Biología
Sistemática es a la vez una ciencia básica y auxiliar. Es una ciencia básica porque debe
hacer una descripción de la parte del universo que le corresponde, pero es también una
ciencia auxiliar en tanto que proporciona el Inventario de la diversidad biológica. Este
inventario es de enorme importancia y utilidad, ya que aporta una valiosa relación de los
objetos de estudio para cualquier otra disciplina, no ya sólo de las pertenecientes a la
Biología funcional, sino también a cualquiera de las otras ciencias no biológicas.

Pero nuestros antepasados no eran pruebas beta. No evolucionaban hacia algo concreto, sino
que sencillamente sobrevivían como Australopithecus o como Homo erectus. Y
ninguno de los rasgos concretos que fueron adquiriendo constituyó un punto de inflexión,
porque nunca fue inevitable llegar a este resultado: el simio asesino, modelador de
herramientas, lanzapiedras, comepatatas y comecarne, cooperativo, adaptable ―y por
supuesto de gran cerebro― que somos hoy, y que todavía sigue evolucionando.

La Biología Sistemática.
La Biología Sistemática es, además, un compendio básico para la gestión ambiental de los
recursos biológicos, que debe comenzar por conocer qué y cómo es lo que ha de
gestionar. Sin embargo, sólo las disciplinas de las Ciencias Biológicas otorgan ese
conocimiento adecuado y completo del mundo vivo que se obtiene desde el enfoque de la
Biología Funcional y, más aún, desde el de la Biología Sistemática. Conviene aclarar aquí,
que el término Medioambiente, ahora de uso tan frecuente pero nunca bien definido, no
significa más que el resultado de las numerosas interacciones que los seres vivos
establecen entre sí y con el medio físico. Se habla también de medioambiente global cuando
se considera a todo el planeta (incluyendo biosfera, hidrosfera, atmósfera y litosfera) como
un único y gran ecosistema. Creemos que una adecuada gestión
medioambiental debe emanar del saber adquirido en la materia y del entendimiento y
diálogo entre las diferentes disciplinas científicas implicadas en su estudio. Así, debe ser
competencia de la Ciencia de la Biología (incluyendo la Ecología), en conexión con otras
ciencias no biológicas más relacionadas con el medio abiótico como la Química, la Física y
la Geología, y otras de índole social como la Economía o la Sociología.   

Ciencias Ambientales.
Las recién nacidas y mal denominadas Ciencias Ambientales, creadas artificialmente al
amparo de la moda ambientalista, pretenden asumir la gestión del medioambiente y los
recursos del planeta a partir de los informes científicos elaborados por las disciplinas
científicas antes mencionadas. Creemos que su actuación carece del método y desarrollo
científicos adecuados, y queda así restringida a la mera gestión de algo que ni siquiera
conoce (ni puede conocer) debido a la enorme complejidad de cada una de las materias
implicadas. En nuestra opinión, las Ciencias Ambientales nunca podrán constituir una
Ciencia como tal y la gestión medioambiental, como cualquier gestión de otra índole, sólo
podrá correr a cargo de un conjunto de conocedores de la materia o materias que hay que
gestionar.   

La Biología Sistemática provee también de nombres inequívocos y de la precisión


terminológica necesaria para la comunicación. Elabora claves de identificación,
imprescindibles para estudios de biodiversidad zonal, planificación del territorio,
reconocimiento de plagas etc. Aporta el Sistema de Clasificación, marco de referencia
imprescindible para cualquier trabajo científico relacionado con los seres vivos, sea de
fisiología, genética, ecología, etc.Del Sistema se parte y a él se vuelve para incorporar los
nuevos datos aportados por todas las disciplinas biológicas; sin sistema cualquier
descubrimiento carecería de sentido. La clasificación hace a la diversidad biológica
accesible a la comunidad científica en general, a la encargada de la gestión del Planeta y al
hombre de la calle. Por último, realiza la reconstrucción de la filogenia, ayudando a
desarrollar la Teoría Biológica. La Sistemática no solo nos describe la realidad del mundo
vivo, sino que contribuye con sus aportaciones al mejor conocimiento de la estructura de las
especies. Éstas se componen de poblaciones que se distribuyen en el espacio y
constituyen así las diferentes biotas del globo. Además, los patrones de distribución de los
linajes o estirpes se han llegado a conocer gracias a los sistemáticos, y son de alto valor para
la teoría de la evolución.   

Cuando comparamos varias estirpes y observamos que cada una de ellas tiene una serie de
caracteres propios y, a la vez, caracteres compartidos con otras estirpes diferentes y,
además, conocemos las causas biológicas tanto de lo compartido como de lo diferencial,
nos damos cuenta de que la Sistemática nos revela importantes fenómenos evolutivos.
Por ejemplo, recientemente se ha descubierto que en el linaje de los Gnetófitos (un
interesante grupo de plantas, tradicionalmente consideradas Gimnospermas, que
comprende sólo tres géneros en el mundo: Ephedra, Weltwitschia y Gnetum), tiene lugar el
fenómeno de la doble fecundación, hasta hace poco conocido exclusivamente en
Angiospermas. Dicho fenómeno se ha descrito en Ephedra (Friedman, 1990, Science,
47:951-954 y Friedman, 1991, Protoplasma, 165:106-120) y en Gnetum (Carmichael et al.,
1996, Am. J. Bot., 83:767- 780). En esencia consiste en que uno de los dos núcleos del tubo
polínico fecunda a la ovocélula del saco embrionario para formar el embrión,
mientras el otro núcleo fecunda a los núcleos polares del saco embrionario para formar el
tejido nutricio. A su vez, éste tejido alimentará al embrión durante la formación de la
semilla. Sin embargo, ambos linajes, Gnetófitos y Angiospermas, difieren en que en los
primeros la doble fecundación no va acompañada de la formación de tejido nutricio (o
endospermo triploide) y en los segundos sí. Ahora se sabe que la doble fecundación es
un carácter compartido por Gnetófitos y Angiospermas, y que éste carácter debió ser
heredado de un ancestro común de ambos linajes, mientras que la formación del
endospermo triploide permanece como carácter derivado y exclusivo de Angiospermas al
que algunos autores atribuyen la causa del "éxito" evolutivo que actualmente muestra este
grupo de plantas. En base a ello, la Ciencia de la Sistemática, al establecer la
clasificación, sitúa ya a ambos linajes claramente emparentados, reflejando así sus
relaciones evolutivas (Doyle and Donoghue, 1992, Brittonia, 44: 89-106; Doyle, 1996, Int.
J. Plant Sci., 157, 6 suppl: S3- S39). Vemos pues, que la investigación de las comunidades
de descendencia aporta reflexiones acerca de las causas del cambio evolutivo, modos de
especiación, actuación de la selección natural etc., con lo que
igualmente contribuye al desarrollo de la teoría evolutiva. El Sistema Evolutivo es una
inagotable fuente de hipótesis, basadas en las relaciones de parentesco entre estirpes y en el
conocimiento integrado de sus características biológicas. El valor predictivo que posee,
tanto más alto cuanto mejor elaborado esté, permite la investigación dirigida y
consciente en el seno de las disciplinas aplicadas. Por ejemplo, conociendo las relaciones de
competencia entre hongos y bacterias, la búsqueda de antibióticos será fructífera
mediante el estudio del metabolismo de aquellos antes que de otros grupos. También, si se
desea obtener un fármaco identificado en una especie rara, cabe buscarlo entre las
especies hermanas más abundantes. El conocimiento de las relaciones entre especies
proporciona las bases para la lucha contra plagas y, el de las relaciones intraespecíficas
permite la mejora de las razas de cultivo o de cría, cuyos parientes silvestres suelen poseer
genes deseables que, cuando se incorporan en aquellas, permiten obtener una productividad
más alta o bien mayor resistencia al frío, sequía, infecciones, etc.   
La Sistemática pues, proporciona aplicaciones directas de sus conocimientos en el campo
de la Medicina, Veterinaria, Agricultura, Ganadería y Economía. Es una parte de la
Biología básica que se nutre de las aportaciones de todas las disciplinas biológicas, a la vez
que les proporciona su razón de ser. Es fundamental para la Investigación Biológica.
La teoría evolutiva se apoya en cuatro pruebas de diferente valor demostrativo: la
anatomía comparada, la embriología, el registro fósil y el parentesco genético.

¿Qué se deduce de la anatomía comparada?


Sin duda, es el argumento más visible. Los paleontólogos suelen referirse a los tetrápodos
–animales de cuatro extremidades: anfibios, reptiles, pájaros y mamíferos– que
evolucionaron a partir de un grupo particular de peces de aletas lobuladas. Es uno de los
muchos ejemplos que muestran la evolución a partir de la comparación anatómica de las
especies. En los tetrápodos se observa que los esqueletos de las tortugas, los caballos,
los humanos, los pájaros, las ballenas y los murciélagos son sorprendentemente
similares, a pesar de la diversidad de sus ambientes y modos de vida. En los casos
mencionados, dos miembros delanteros, armados sobre los mismos huesos, sirven a una
tortuga y a una ballena para nadar, a un caballo para correr, a un pájaro para volar, y a
una persona para escribir. Por lo que parece, dichas especies heredaron sus estructuras
óseas de un ancestro común, antes de que sufrieran diversas adaptaciones.   
¿Qué aporta la embriología?   
Se trata de otra prueba clásica. Todos los vertebrados se desarrollan a partir de formas
embrionarias notablemente similares en las primeras fases de la gestación. En El origen de
las especies, Darwin define esta homología como “la relación entre las partes,
resultante del desarrollo de las partes embrionarias correspondientes”. A modo de ejemplo,
los embriones de los seres humanos y de otros vertebrados no acuáticos
muestran, en la piel de la garganta, pliegues en forma de hendiduras, de agallas que
nunca van a utilizar. Las tienen porque comparten una antecesor común: el pez, en cuya
cabeza evolucionaron por primera vez las estructuras respiratorias. Esta argumentación se
tambaleó cuando se logró marcar con colorante las células de los embriones.
Entonces, al presenciar su desarrollo, se observó que un órgano concreto –el riñón, por
ejemplo– no se forma en todas las especies a partir de las mismas células embrionarias.
Esto se complica en el caso de los insectos y de las plantas, cuyos órganos homólogos se han
formado de muchas maneras diferentes.   

¿Qué dice el registro fósil?


Existen fósiles catalogados de 250.000 especies, y en dicho catálogo rara vez se reflejan las
innumerables formas de transición que Darwin supuso. Más bien parece que la
evolución da grandes saltos, como ha puesto de manifiesto Stephen Jay Gould. Desde el
punto de vista paleontológico, el estado habitual de las especies es la estasis y la súbita
aparición y desaparición, no el cambio gradual. Hay, por tanto, más revolución que
evolución.   

Darwin pensaba que no encontraba formas intermedias porque el registro fósil era muy
incompleto, pero hoy se conocen archivos completos, que documentan millones de años de
forma ininterrumpida. Uno de ellos es el de los moluscos del lago Turkana, en África
oriental, donde Williamson, en 1987, identificó la aparición repentina de nuevas especies
(especiación).

Buscando los orígenes de la humanidad, un estudio de 2021 publicado en la revista


científica eLife, con participación de investigadores del Museo Nacional de Ciencias
Naturales (MNCN-CSIC), descubrió vértebras fósiles de dos millones de años de
Australopithecus sediba, una especie extinta del pariente humano más antiguo. “Los fósiles
iniciales se descubrieron en 2008, pero el resto se descubrieron en 2015, y con una
cronología de dos millones de años, están en la base de lo que sería el origen del género
homo”, explica a National Geographic Daniel García Martínez, de la Unidad de
Antropología de la Universidad Complutense de Madrid y miembro afiliado del Centro
Nacional de Investigación de La Evolución Humana.
¿Qué prueba la genética?
Si los argumentos anteriores no son definitivos, se piensa que los aportados por la biología
molecular y la genética sí lo son. El hecho de que las transformaciones químicas
de las células sigan los mismos mecanismos metabólicos habla claramente de un origen
común: una protocélula con el código genético que ha llegado hasta la actualidad,
integrado por las cuatro bases nitrogenadas que se combinan en la molécula de ADN.   

Un estudio comparativo de los genomas muestra concordancias sorprendentes entre las


especies. El ejemplo que mejor se conoce es el humano: la posibilidad de encontrar
secuencias similares a una secuencia del genoma humano es del 100% respecto a los
chimpancés, del 99% respecto a los perros y ratones, del 75% respecto al pollo, y del
60% respecto a la mosca de la fruta. Es fundamental para la conservación y gestión de los
recursos de la Biosfera. Charles Darwin tuvo algunas ideas bastante buenas. La más
famosa es la teoría de la evolución por selección natural, que explica gran parte de lo que
sabemos sobre la vida en la Tierra. Pero también reflexionó sobre muchas otras
cuestiones. En una apresurada carta que escribió para un amigo, presentó una idea sobre
cómo podría haberse formado la primera vida. La idea de que las poblaciones de
animales cambian con el tiempo, por ejemplo, que las jirafas de hoy tienen el cuello más
largo que sus antepasados lejanos, se discutió mucho en el siglo XIX. El hecho de la
evolución implica algo sobre cómo comenzó la vida.

La evolución nos dice que las especies aparentemente distintas son parientes lejanos, ambos
descendientes de un único ancestro compartido. Por ejemplo, nuestros parientes vivos más
cercanos son los chimpancés.   

Para Lamarck, las especies provienen unas de otras, de las más simples a las más complejas.
Los órganos de cada especie se desarrollarían como consecuencia de la reacción y
adaptación al ambiente. Los cambios por tanto serían paulatinos y se
producirían a lo largo de grandes periodos de tiempo. Erasmus Darwin esbozó, por
primera vez, una teoría de la evolución basada en la conjetura de que todos los seres vivos
descienden, en última instancia, de un solo antepasado microscópico proveniente del mar.

En el recorrido que estamos haciendo de las ideas que conforman la moderna teoría de la
evolución hemos examinado uno de los pilares que sirven de soporte a dicha teoría: las ideas
expuestas en el "Origen de las especies" sobre las pequeñas variaciones y la
selección natural. El otro importante pilar son las ideas publicadas en 1866 por el monje
agustino nacido en Heinzendorf (entonces en territorio austriaco y actualmente
perteneciente a la republica Checa), Gregor Johann Mendel (1822-1884). Aunque en su
trabajo exponía los principios fundamentales de la moderna genética, la importancia de su
contenido no se reconoció hasta principios del siglo XX.

Mendel obtuvo los principios de la herencia experimentando con determinadas plantas de


guisantes que mostraban una serie de caracteres bien determinados: tamaño y color de la
flor, forma y color de la semilla, etc. Realizó cruces entre plantas con diferentes caracteres
y cuantificó e interpretó los resultados obtenidos en el cruce de varias generaciones de
plantas. Llegó a una serie de conclusiones que fueron conocidas más tarde como las leyes
de Mendel y que mantienen hoy su vigencia.

Mendel distinguió entre carácter y factor. Los caracteres eran las propiedades visibles que
manifestaban las plantas: color, forma, etc. La manifestación de los diversos "caracteres"
dependía de un conjunto de "factores" independientes y discretos que estaban presentes en
las plantas.

La primera ley de Mendel lleva por nombre "principio de segregación" y establece la


hipótesis de que cada individuo lleva pares de factores para cada carácter, y que los factores
de cada pareja se segregan o separan el uno del otro cuando se forman los
gametos (las células germinales o reproductoras). De esta manera, en la descendencia, al
unirse los gametos paterno y materno, un factor de la nueva pareja es heredado de la planta
padre y el otro de la planta madre. Más tarde, estos factores fueron llamados genes, las
unidades de la herencia, y las variedades que presentaban dichos factores o genes se
llamaron alelos.
El resultado de los experimentos realizados por Mendel le llevó a concluir que uno de los
dos factores del par es siempre "dominante" respecto del otro, que entonces se llama
recesivo. Es decir, cuando en la planta estaban presentes el factor dominante y el recesivo,
el carácter presentado por la planta era siempre el de la variante del factor o alelo
dominante.

La segunda ley de Mendel se llama "principio de transmisión independiente". Dicho


principio establece que cuando se forman los gametos, los alelos de un gen se segregan
independientemente de los alelos de otro gen. Por tanto, las combinaciones posibles de
los distintos caracteres al cruzar diversas plantas debían ser también independientes. Es
decir, el carácter color, por ejemplo, no estaba vinculado al carácter tamaño sino que en la
reproducción se podían combinar independientemente tamaños y colores.

Estas leyes eran la interpretación de la distribución de caracteres que Mendel obtuvo al


cruzar experimentalmente las distintas plantas de guisantes. Dicha interpretación conseguía
cuantificar perfectamente los resultados de las proporciones de caracteres obtenidos en los
experimentos.

Para algunos, el esquema propuesto por Mendel constituía un logro para la Biología incluso
de mayor importancia que la misma propuesta de Darwin. Se puede decir que
dicho esquema introducía a la Biología en el ámbito de la cuantificación, que constituye el
ideal al que aspira toda ciencia que pretende apoyarse en la experimentación.

Como hemos indicado, el trabajo de Mendel paso desapercibido hasta que en el año 1900
fue redescubierto simultáneamente por tres botánicos. Los tres reconocieron la propuesta de
Mendel como predecesora de sus propios trabajos. En el comienzo de siglo el zoólogo
William Bateson (1861-1926) se erigió como el mayor defensor de las leyes de Mendel.
Bateson protagonizó una nueva polémica que le enfrentó a evolucionistas darwinianos del
momento como Karl Pearson y, en especial, al zoólogo Walter Frank Raphael Weldon (1860-
1906).
Bateson pensaba que se ajustaba más al descubrimiento de Mendel que las variaciones que
daban lugar a la evolución fueran discontinuas y no pequeñas variaciones como
hipotizaba la teoría darwinista. De hecho no creía que la evolución tuviera lugar siguiendo
el esquema presentado por Darwin. Por otro lado Pearson y Weldon pensaban que las
leyes de Mendel sólo funcionaban en casos muy excepcionales. También rechazaron la
distinción entre carácter y factor mendeliano y formularon un conjunto de leyes que
omitían esta distinción y se basaban sólo en los caracteres externos presentados por los
individuos. Weldon intentó la construcción de una teoría estadística de la evolución que se
ajustara a las ideas de Darwin. El enfrentamiento entre Bateson y Weldon terminó con la
muerte de Weldon en 1906, pero no acabó la disputa entre los mendelianos y los
llamados "biometristas". Los primeros destacaban, en contra de la teoría de Darwin, la
importancia de la discontinuidad en los cambios transmitidos por herencia. Los segundos
eran fieles a la evolución de tipo darwinista que destacaba la gradualidad en los cambios de
los caracteres. Mendel contribuyó, por tanto, a debilitar más aún la confianza en las tesis
darwinistas en los primeros años del siglo XX.
Biología molecular y genética

Otro hito importante en la configuración de la teoría de la evolución tuvo lugar con el


diseño de Watson y Crick en 1953 del modelo en doble hélice de la molécula de ADN.
Desde los años 40 se sabía que en las moléculas de ADN (Acido desoxirribonucleico)
estaba contenida la información genética. En 1953 se determinó la estructura de dicha
información. Se descubrió que las moléculas de ADN codifican la información genética a
lo largo de secuencias lineales de 4 bases nitrogenadas o nucleótidos llamados Adenina,
Citosina, Guanina y Timina. Estas bases constituyen las cuatro letras de un alfabeto con el
que se escribe en el genoma la información que es expresada en el desarrollo del ser vivo.

La distinción entre genotipo y fenotipo quedaba sólidamente establecida de esta manera.


El nivel más básico del fenotipo serían las proteínas: macromoléculas compuestas por
aminoácidos que constituyen la parte estructural fundamental de los diversos organismos
vivos. Se conoce la correspondencia entre las distintas secuencias de bases del ADN con
cada uno de los 20 tipos de aminoácidos distintos existentes. Concretamente cada uno de
los aminoácidos es codificado por tres de las letras básicas del código genético. Cada
grupo de tres letras que codifica un aminoácido se denomina "codón". No todo el ADN es
codificante. Además hay aminoácidos que están asociados con codones distintos. Por esto
se dice que el código genético es degenerado. A su vez, los 20 aminoácidos dan lugar por
composición a una gran variedad de proteínas que desempeñan multitud de funciones en el
organismo a muy distintos niveles y formando parte de una gran diversidad de sistemas
orgánicos.

Exponemos a continuación de una forma breve algunas de las nociones más importantes que
quedaron establecidas por la genética que se desarrolló a partir de los años 50 y que son
determinantes en el modo en que se entiende hoy en día la Evolución.
El ADN es, como hemos indicado, la molécula donde se encuentra codificada la
información genética. Se trata de una molécula larga en forma de hélice y que puede
representarse como dos largos filamentos moleculares enrollados y unidos por las bases o
nucleótidos. Hay cuatro tipos de bases y cada filamento está unido al otro por las bases
complementarias del otro.

Las moléculas de ADN se encuentran empaquetadas asociadas a proteínas en unos cuerpos


densos que se llaman cromosomas. Cada especie tiene un número determinado de
cromosomas. La especie humana tiene concretamente 46. En este caso, que es de
reproducción sexuada, 23 cromosomas corresponden al padre y los otros 23 a la madre.
Tenemos 23 parejas de cromosomas homólogos.

El gen es la unidad discreta de herencia que fue identificada por primera vez por Mendel.
En el paradigma actual cada gen se corresponde con una característica morfológica del
organismo, por ejemplo, el color de alguna parte del cuerpo como el pelo o los ojos. El
gen es un segmento del cromosoma que está en un lugar concreto que se llama locus.
Cada cromosoma puede tener muchos miles de loci génicos. Los loci están en ambos
cromosomas homólogos. Cada gen en un locus concreto puede presentar formas
variantes que se llaman alelos. Eso significa que genes alelos varían en una o varias
partes de su secuencia de nucleótidos. Los genes se presentan por tanto en parejas uno en
un cromosoma materno y el otro en el correspondiente paterno o cromosoma
homólogo. Los dos genes homólogos ocupan un locus en cada uno de los cromosomas
homólogos. La existencia de alelos es el prerrequisito para que pueda haber evolución.
Se ha comprobado que existe una gran diversidad genética, es decir, una gran diversidad de
alelos dentro de las diferentes poblaciones. La selección artificial es una muestra de que
existe una amplia variabilidad genética en las poblaciones naturales.

Una noción clave en la teoría de la evolución es la de especie. En la "síntesis moderna" la


noción de especie biológica fue caracterizada por Dobzhansky y por Mayr, para los
organismos de reproducción sexual, como «grupos de poblaciones naturales interfértiles
que están aislados reproductivamente de otros grupos» Esta noción es la que cuenta con
mayor aceptación en la actualidad a pesar de sus evidentes limitaciones como, por
ejemplo, el hecho de que sea valida sólo para grupos que se reproducen sexualmente o,
también, que su aplicación no sea posible para especies que ya están extinguidas. La noción
es importante, entre otras razones, porque definida de esta manera, cada especie constituye
una unidad evolutiva discreta e independiente (no hay intercambios de genes entre especies
diferentes). Se ha escrito mucho sobre los mecanismos que llevan a la formación de una
especie. En todo lo escrito se destaca la importancia que tienen los
mecanismos de aislamiento reproductor de los que hay identificados varios tipos.

Los descubrimientos de los años 50 en genética y bioquímica han dado lugar a innumerables
estudios e investigaciones realizadas desde el nuevo marco teórico y se
han cosechado ya resultados prácticos concretos. Estos estudios han dado como fruto,
por ejemplo, la culminación del Proyecto Genoma Humano en el año 2003. Durante los 13
años que duró el proyecto se consiguieron identificar los aproximadamente 20.000-25.000
genes que posee nuestro ADN y se determinó la secuencia de los tres mil millones de bases
que componen el ADN. Además, la teoría de la evolución se ha podido refinar
notablemente. Actualmente, por ejemplo, se pueden abordar taxonomías de los seres
vivos basadas en el patrimonio genético de cada especie y no en aspectos morfológicos
externos que resultan más arbitrarios. Ahora se sabe, entre otras cosas, lo que no se
conocía cuando se formuló por primera vez la teoría sintética: en qué consiste el material
genético. Se van comprendiendo poco a poco, es una tarea para años que está apenas
comenzada, el significado mismo de la información genética, lo cual tiene que ver con su
expresión en el organismo vivo. Todos estos conocimientos han abierto muchas
expectativas, por ejemplo, dentro de la medicina y, también, en la biología teórica en
general. Pero, por otra parte, también se ha puesto de manifiesto la extraordinaria
complejidad que se esconde en los seres vivos. En cuanto al proceso de la evolución, los
avances señalados han resuelto antiguos interrogantes, pero también han abierto otros nuevos
que se erigen como desafíos para la ciencia que son aún más arduos que los antiguos.

Se puede decir en definitiva que existe un marco común aceptado por la mayoría de los
científicos en el que están incluidos, entre otros, los ingredientes que hemos ido
describiendo anteriormente. El núcleo esencial sobre el que existe común acuerdo entre toda
la comunidad científica se podría resumir diciendo que «la evolución se produce
mediante la actuación de mecanismos como la selección natural sobre, primariamente,
pequeñas variaciones ciegas que ocurren en el nivel genético» Pero dentro de ese marco hay
cuestiones que siguen siendo objeto de vivos debates. Se mantienen también cuestiones ya
planteadas en los inicios de la formulación de las teorías evolucionistas pero ahora vistas
desde la nueva perspectiva y, por tanto, desde una mejor comprensión de su complejidad.

También hemos visto que, desde su inicio, la teoría de la evolución que nació y se ha
desarrollado a partir de las ideas de Darwin no ha tenido una aceptación pacífica. Se han
mencionado ya algunas de las controversias suscitadas en los años finales del siglo XIX y
sus raíces. Fuera del ámbito científico las controversias no han sido menores. Uno de los
movimientos que más resistencia ha ofrecido a las ideas de Darwin ha sido el
Creacionismo. Los enfrentamientos con la teoría de la evolución, que llegan hasta nuestros
días, dan la posibilidad de trazar una historia de la que incluso un simple esbozo queda
fuera del alcance de esta voz.

¿Por qué los científicos están seguros de la teoría de la evolución?


Por diversas razones. La primera es que compartimos casi el 99 por ciento de nuestra
secuencia genética con los chimpancés y los bonobos, lo que indica que compartimos un
ancestro común. Hay miles de fósiles que documentan esta evolución de nuestro linaje
después de que nuestros ancestros se separasen de los otros grandes simios.

Los biólogos han observado la evolución en otras especies, tanto en el campo como en el
laboratorio, y la reciente aparición de microbios resistentes a los antibióticos es un
ejemplo de esto. Por eso no hay duda de que el origen de la humanidad está en la evolución
de un ancestro común al de los simios. Otro claro ejemplo de esto serían las razas de perros
que proceden de un ancestro común.

¿Cuál de estas es la teoría más acertada?


El naturalista inglés Charles Darwin es reconocido por haber enunciado formalmente la
teoría de la evolución. La evolución ya había sido pensada y propuesta por filósofos como
Anaximandro, Empédocles y Aristóteles, pero no llamó especialmente la atención hasta que
Darwin publicó su libro "El origen de las especies" (1859), donde introdujo su teoría
evolucionista.

Teoría de la evaluación de Lamarck


Por otra parte, el naturalista francés Jean-Baptiste Lamarck también desarrolló una teoría de
la evolución con dos puntos principales:
• Una característica de un ser vivo que es mejorada, pasa esta mejora a
sus descendientes.
• Una característica muy usada por un organismo se desarrolla y vuelve
más grande y fuerte. Por el contrario, una característica pobremente usada tiende a
desaparecer.
Esta teoría fue formulada antes que la de Darwin, aunque actualmente sus postulados carecen
de aceptación científica, ya que los caracteres adquiridos por influencia del medio ambiente
no pueden heredarse genéticamente.

Teoría de Charles Darwin

Charles Darwin era un naturalista británico que propuso la teoría de la evolución biológica
por selección natural.
Darwin definió la evolución como "descendencia con modificación", la idea de que las
especies cambian a lo largo del tiempo, dan origen a nuevas especies y comparten un
ancestro común.
El mecanismo que Darwin propuso para la evolución es la selección natural. Debido a que
los recursos son limitados en la naturaleza, los organismos con rasgos heredables que
favorezcan la supervivencia y la reproducción tenderán a dejar una mayor descendencia
que sus pares, lo que hace que la frecuencia de esas características aumente a lo largo de
varias generaciones.
La selección natural hace que las poblaciones se adapten o se vuelvan cada vez más adecuadas
a su entorno con el paso del tiempo. La selección natural depende del medio ambiente y
requiere que existan variaciones heredables en un grupo.

Darwin y el viaje de Beagle

El libro seminal de Darwin, El origen de las especies, expone sus ideas acerca de la
evolución y la selección natural. Estas ideas se basaron en gran medida en las
observaciones directas que Darwin realizó en sus viajes alrededor del mundo. De 1831 a
1836 fue parte de una expedición de investigación realizada a bordo del barco HMS
Beagle, la cual hizo paradas en Sudamérica, Australia y la punta sur de África. En cada
parada, Darwin tuvo la oportunidad de estudiar y catalogar las plantas y los animales de la
localidad.

Darwin propuso que las especies cambian con el tiempo, que las especies nuevas provienen
de especies preexistentes y que todas las especies comparten un ancestro
común. En este modelo, cada especie tiene su propio conjunto de diferencias heredables
(genéticas) en relación con su ancestro común, las cuales se han acumulado gradualmente
durante periodos de tiempo muy largos. Eventos de ramificación repetidos, en los que las
nuevas especies se desprenden de un ancestro común, producen un "árbol" de muchos
niveles que une a todos los seres vivos.

Darwin se refirió a este proceso, en el que los grupos de organismos cambian en sus
características heredables a lo largo de generaciones, como "descendencia con
modificaciones". Hoy en día, lo llamamos evolución. El boceto de Darwin que se ve arriba
ilustra esta idea y muestra cómo una especie puede ramificarse en dos a lo largo del tiempo,
y cómo este proceso puede repetirse muchas veces en el "árbol genealógico" de un grupo
de especies emparentadas.

Selección natural
Es importante destacar que Darwin no solo propuso que los organismos evolucionaban. Si
ese hubiera sido el inicio y el fin de su teoría, ¡no estaría en tantos libros de texto hoy en
día! Además, Darwin también propuso un mecanismo para la evolución: la selección
natural. Este mecanismo era elegante y lógico, y explicaba cómo podían evolucionar las
poblaciones (tener descendencia modificada) de tal manera que se hacían más adecuadas
para vivir en sus entornos con el paso del tiempo.

El concepto de selección natural de Darwin está basado en varias observaciones


fundamentales:
Los rasgos a menudo son heredables. En los seres vivos, muchas características son
hereditarias o pasan de padres a hijos. (Darwin sabía que esto sucedía, si bien no sabía que
los rasgos se heredaban mediante genes).

Se produce más descendencia de la que puede sobrevivir.

Los organismos son capaces de generar más descendientes de los que su medio ambiente
puede soportar, por lo que existe una competencia por los recursos limitados
en cada generación.

La descendencia varía en sus rasgos heredables.

La descendencia en cualquier generación tendrá rasgos ligeramente distintos entre sí (color,


tamaño, forma, etcétera), y muchas de estas características serán heredables.

Basado en estas sencillas observaciones, Darwin concluyó lo siguiente:

En una población, algunos individuos tendrán rasgos heredables que les ayudarán a
sobrevivir y reproducirse (dadas las condiciones del entorno, como los depredadores y las
fuentes de alimentos existentes). Los individuos con los rasgos ventajosos dejarán más
descendencia en la siguiente generación que sus pares, dado que sus rasgos los hacen más
efectivos para la supervivencia y la reproducción.

Debido a que los rasgos ventajosos son heredables y a que los organismos que los portan
dejan más descendientes, los rasgos tenderán a volverse más comunes (presentarse en una
mayor parte de la población) en la siguiente generación.

En el transcurso de varias generaciones, la población se adaptará a su entorno (ya que los


individuos con rasgos ventajosos en ese ambiente tendrán consistentemente un mayor éxito
reproductivo que sus pares).

El modelo de Darwin de evolución mediante selección natural le permitió explicar los


patrones que vio durante sus viajes. Por ejemplo, si las especies de pinzones de las
Galápagos compartían un ancestro común, tenía lógica que tuvieran mucho parecido entre
ellas (y con los pinzones continentales, con quienes probablemente compartían un
ancestro común). Si los grupos de pinzones habían estado aislados en islas separadas durante
muchas generaciones, cada grupo se habría visto expuesto a un ambiente
diferente en que el que se habrían favorecido distintos rasgos heredables, como los
diferentes tamaños y formas de los picos para aprovechar distintas fuentes de alimento.
Estos factores pudieron conducir a la formación de especies distintivas de cada isla.
¿cómo puede actuar la selección natural?
Para hacer más concreta la idea de la selección natural, veamos un ejemplo hipotético
simplificado. En este ejemplo, un grupo de ratones con una variación heredable en el
color del pelo (negro contra café claro) se acaba de mudar a un área nueva donde las
rocas son negras. En este ambiente hay halcones a los que les gusta comer ratones y, contra
el fondo de rocas negras, verán con más facilidad a los cafés claro que a los negros.
Debido a que los halcones verán y atraparán a los ratones café claro con más facilidad, una
parte relativamente grande de estos será devorada, en comparación con una fracción mucho
más pequeña de ratones negros. Si nos fijamos en la proporción de ratones negros contra
café claro en el grupo sobreviviente (que no fue devorado), será mayor que en la población
inicial.

Puntos clave sobre la selección natural

Cuando comencé a aprender acerca de la selección natural, tenía alguna


s dudas sobre cómo funciona. Aquí tenemos algunas explicaciones sobre puntos
potencialmente confusos que pueden ayudarte a tener una mejor idea de cómo, cuándo y por
qué se lleva a cabo la selección natural.

La selección natural depende del ambiente

La selección natural no favorece rasgos que sean intrínsecamente superiores de alguna


manera, sino los que sean beneficiosos (esto es, que le ayuden a un organismo a
sobrevivir y reproducirse de forma más efectiva que sus pares) en un ambiente específico.
Los rasgos que son útiles en un entorno pueden incluso ser perjudiciales en otro.

La selección natural actúa sobre la variación heredable existente

La selección natural necesita tener algún material inicial y este es la variación heredable.
Para que la selección natural actúe sobre una característica, ya debe haber variedad
(diferencias entre los individuos) en ese rasgo. Adicionalmente, las diferencias deben ser
heredables, tienen que estar determinadas por los genes del organismo.

La variación heredable proviene de mutaciones al azar

La fuente original de las nuevas variantes de genes que producen rasgos heredables nuevos,
como los colores del pelaje, es la mutación aleatoria (cambios en la secuencia del ADN).
Las mutaciones aleatorias que pasan a la descendencia por lo general se producen en la línea
germinal, o los óvulos y espermatozoides de los organismos. La reproducción sexual
"mezcla y combina" las variantes génicas para producir más variedad.
La selección natural y la evolución de las especies

Demos un paso atrás y consideremos cómo encaja la selección natural en la visión de


Darwin sobre la evolución, en la que todos los seres vivos comparten un ancestro común y
descienden de él en un enorme árbol ramificado. ¿Qué sucede en cada uno de esos puntos
de ramificación?
En el ejemplo de los pinzones de Darwin, vimos que los grupos en una sola población
pueden aislarse unos de otros por barreras geográficas, como un océano que rodea a
unas islas o algún otro mecanismo. Una vez aislados, los grupos ya no pueden aparearse entre
ellos y están expuestos a entornos distintos. En cada ambiente, la selección natural
probablemente favorecerá diferentes rasgos (y otras fuerzas evolutivas, como la deriva
génica, también pueden operar separadamente sobre los grupos). Las diferencias en los
rasgos heredables se acumulan en los grupos a lo largo de muchas generaciones, al grado
de ser considerados como especies separadas.
Con base en varias pruebas, los científicos creen que este tipo de proceso se ha repetido
muchísimas veces a lo largo de la historia de la tierra. La evolución por selección natural y
otros mecanismos es la base de la increíble diversidad de formas de vida actuales, y la acción
de la selección natural puede explicar la adaptación que existe entre los organismos modernos
y su medio ambiente.

Controversias sobre la evolución

Antes de la exposición de la teoría de la evolución de Darwin, la creencia generalizada sobre


la naturaleza de los seres vivos consistía en lo que la Biblia y otros libros o
doctrinas religiosas indicaban. Sin embargo, la creencia fundamentada en investigación
científica acerca de la posibilidad del origen de la vida sin intervención divina (de un dios
o Creador) escandalizó a buena parte de la sociedad del siglo XIX.
En ese entonces Darwin no pudo explicar las razones de las diferencias entre individuos de
una misma especie y, por ende, no tenía evidencias que justificaran su teoría. Unos 50
años después de la publicación de su obra, la ciencia ayudó a esclarecer el asunto, con
ayuda de los emergentes estudios sobre herencia y variabilidad. El siglo XX y el desarrollo
de la genética permitieron evidenciar con más exactitud que las especies sí están en
constante cambio.
La comunidad científica y gran parte de la sociedad actual aceptan la teoría de la evolución
debido a múltiples evidencias que la respaldan. Veamos algunas:
• Los registros fósiles de especies diferentes a las actuales que están o no
extintas.
• Los cambios innegables de las especies en relación con sus hábitos
alimenticios o reproductivos, entre otros, vinculados con la adaptación a su entorno.
Claro está, los científicos están obligados a realizar los estudios genéticos necesarios para
probar los cambios evolutivos. Sin embargo, incluso en la actualidad, los
denominados creacionistas mantienen válida únicamente la versión bíblica del origen de
la vida y se oponen a cualquier idea sobre la evolución.
Debe considerarse que la teoría de la evolución no consiste simplemente en una teoría que
indica el origen de la vida, sino que se centra en los procesos de cambio que conducen a la
evolución. La teoría permite comprender la historia de la vida y la forma en que se
modifica de forma natural.

EXPERIMENTACIÓN
CONCLUSIÓN
En conclusión, todos los seres vivos están relacionados con un ancestro común, del que
descienden. Ese parentesco universal de las Especies se puede dibujar en un árbol
genealógico, cuya verdad es una conclusión científica que supera cualquier duda
razonable. Se puede decir que el ser humano ha cambiado    a través de los años y se
puede destacar que paso de ser un animal a otro notablemente superior. Sin embargo, la
Evolución es mucho más que eso, marco la historia del hombre para siempre por el simple
hecho que se inició en ella.

¿Cuáles son las conclusiones de la teoría de Darwin?

El mayor logro de Darwin fue demostrar que la compleja organización y funcionalidad


de los seres vivos se puede explicar como resultado de un proceso natural, la selección
natural, sin ninguna necesidad de recurrir a creador u otro agente externo.

      Aristóteles                                          James Ussher                                      Louis Leclerc


                                       
Jean Lamarck                                      Charles Darwin                                  Alfred Russell

BIBLIOGRAFÍA
• Khan Academy

• Universidad VIU

• National Geographic
• El origen de las especies

• Dialnet

• Google Académico

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