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Módulo 1

Los aprendizajes en convivencia escolar son la base de la formación ciudadana y constituyen


un factor clave en la formación integral de los estudiantes, de allí la relevancia de gestionarla
adecuadamente y de fortalecer la formación en este ámbito. Debido al consenso que existe hoy en
torno a la importancia de la convivencia escolar como una parte central para lograr educación de
calidad, el gran desafío está en cómo se gestiona y en levantar capacidades al interior de los
establecimientos educativos para sostenerla en el tiempo. 

Es así como en los últimos años, el Ministerio de Educación ha posicionado la temática a través de las
políticas de Convivencia Escolar y de una serie de otros recursos que han permitido otorgar
orientaciones sobre principios, definiciones y acciones a desarrollar en las comunidades escolares. 

Poco a poco la temática ha ido instalándose no sólo en las propuestas emanadas de los organismos
gubernamentales, sino que en el discurso y en las prácticas de los distintos actores del sistema
educativo. Probablemente has sido partícipe de diversas iniciativas que han tenido como foco la
convivencia escolar: has leído, has ayudado a resolver conflictos, has revisado y/o diseñados
protocolos de acción. En este sentido, aunque el tema de la convivencia es del día a día de los
establecimientos, sabemos que es una tarea ardua y por lo mismo cualquier apoyo para actualizarse y
tener herramientas para lograr mejores resultados educativos es siempre bienvenido.

A continuación, encontrarás el desarrollo de contendidos afines a la política, orientaciones e


instrumentos que permiten la gestión de la convivencia escolar, enfatizando siempre la
coherencia entre tales recursos, así como los principios que propone la política vigente. 

Política de convivencia escolar


La primera Política Nacional de Convivencia Escolar fue publicada y difundida por el Ministerio de Educación
el año 2002, orientando y articulando algunas áreas de trabajo que se venían desarrollando anteriormente en torno
a la formación integral de los estudiantes y el fortalecimiento de los Objetivos Fundamentales Transversales
presentes en el currículum. Ya en el año 1997, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (Unesco), declaraba que el “aprender a vivir juntos” debía convertirse en uno de los pilares
del aprendizaje para el siglo XXI.

En el año 2011, se publica una nueva Política Nacional de Convivencia Escolar, la cual surge de un proceso de
revisión y consiguiente actualización de la política anterior, teniendo como base la normativa vigente (Ley
General de Educación, Ley de Violencia Escolar), los cambios socioculturales experimentados en el período, y la
experiencia y los estudios realizados a la fecha. 

Por su parte, en el año 2015 se requieren nuevos ajustes para una Política Nacional de Convivencia, la cual pone
énfasis en la calidad e inclusión en los espacios educativos, concibe la educación como un derecho social
garantizado por el Estado, que valora y responde a la heterogeneidad y donde el concepto de calidad es entendido
como un proceso de formación integral. Además, se enfatiza la importancia de gestionar la convivencia como un
ámbito clave de la calidad de los aprendizajes. Se promueve y fomenta la comprensión y desarrollo de una
convivencia escolar participativa, inclusiva y democrática, con enfoque formativo, participativo, de derechos,
equidad de género y de gestión institucional y territorial.

En el año 2019 se publica la actual Política Nacional de Convivencia Escolar ‘la convivencia la


hacemos todos’ que define la convivencia como “el conjunto de las interacciones y relaciones que se
producen entre todos los actores de la comunidad (estudiantes, docentes, asistentes de la educación,
directivos, padres, madres y apoderados y sostenedor), abarcando no solo aquellas entre individuos, sino
también las que se producen entre los grupos, equipos, cursos y organizaciones internas que forman
parte de la institución. Incluye también la relación de la comunidad escolar con las organizaciones del
entorno en el que se encuentra inserta” (p.9). 
Características para comprender la convivencia escolar
Desde el marco que entrega la política vigente, se enfatizan tres características que ayudan a comprender la
Convivencia Escolar: 1) es cotidiana, es decir, se da en todos los espacios de la vida escolar (aulas, patios, salas
de profesores, etc.), 2) se caracteriza por ser dinámica, ya que puede cambiar a lo largo del tiempo (por ejemplo,
por acontecimientos internos o externos a la comunidad escolar); 3) es compleja, ya que es un proceso social
donde cada miembro de la comunidad aporta un modo de convivir que ha aprendido de experiencias previas en la
familia u otros contextos sociales, es decir, variados factores influyen en ella.

En este sentido, se aprende a convivir según la experiencia de convivencia que se construye en la escuela y cómo
esa experiencia va haciéndose rutina en el comportamiento cotidiano de cada uno. Es así como la convivencia
escolar posibilita el aprendizaje de relaciones de respeto, de inclusión y de participación democrática, pero
también de sus contrarios, es decir, se puede aprender a convivir para favorecer la inclusión o para alimentar la
discriminación.

Complementando lo anterior, es importante mencionar que la convivencia se despliega en el dominio de la ética,


porque su objetivo es el discernimiento sobre las actividades humanas desde la perspectiva de la justicia y el bien
común. Es así como se habla de una “ética colectiva” o “ética del cuidado” de nosotros mismos, de los demás, de
los bienes públicos y del planeta, es decir, se trata de una ética construida en conjunto en función de los cuidados
colectivos. 

Objetivo de la política de convivencia escolar


El objetivo de la política es enseñar cómo se aprende a convivir mejor en la comunidad escolar, lo
que requiere saber cómo cambiar los modos de convivir en la escuela: 

“Orientar y fortalecer los procesos de enseñanza, de aprendizaje y de gestión de la convivencia


escolar para el desarrollo de los ámbitos personal y social, y del conocimiento y la cultura, tanto de
los estudiantes como del conjunto de la comunidad educativa” (PNCE, p.8, 2019)

La política da cuenta de cuatro características básicas que debieran incluir los modos de convivir de las
comunidades educativas: 

 Trato respetuoso: modos de convivir que se sustentan en la confianza, la verdad y la justicia,


resguardando siempre el bienestar y cuidado entre las personas; 
 Convivencia inclusiva: modos de convivir que reconozcan y respeten la diversidad cultural,
social y de género.
 Participación democrática y colaboración: modos de convivir que reconozcan a todos los
integrantes de la comunidad como sujetos de derecho, con responsabilidades de acuerdo al rol
que juega en la comunidad y a sus características personales; concibiéndolos como un aporte
para la comunidad educativa. 
 Resolución pacífica y dialogada de conflictos: modos de convivir que aborden los desacuerdos
entre las personas o grupos basándose en el respeto, la inclusión y la participación democrática;
concibiendo además el conflicto como una oportunidad de aprendizaje. Asimismo, intencionar
acciones en torno a la resolución dialogada de conflictos, resulta una forma de prevenir el uso
de la violencia. 

Gestión de la Convivencia Escolar


La gestión de la convivencia escolar juega un rol fundamental en la escuela ya que es la vía para preparar los
contextos de aprendizaje de tal forma que el aprendizaje de la convivencia ocurra en la comunidad educativa. Esto
implica pensar e intencionar una estrategia sistémica e integrada que abarque distintos niveles:

 Los contextos de aprendizaje institucionales: pertinencia de elementos culturales e


institucionales con los modos de convivir que se quieren enseñar. Por ejemplo, la construcción
y contenido del PEI y del Reglamento Interno; la calidad y seguridad del espacio físico; las
formas de comunicación, ritos y rutinas, dinámica de los recreos, entre otras. 
 Los contextos de aprendizaje pedagógicos: espacios en los cuales se diseñan e implementan
acciones para enseñar los conocimientos, actitudes y habilidades relacionados con la
convivencia escolar. Por ejemplo: las actividades en las asignaturas llevadas a cabo por
estudiantes y profesores y a los modos de convivir de esas interrelaciones; acciones destinadas
a padres, madres y apoderados, como talleres de habilidades parentales; etc.
 El abordaje de situaciones específicas: vía protocolos, procedimientos y prácticas. Por
ejemplo: protocolo para el abordaje de situaciones de violencia, acompañamiento para
estudiantes y/o cursos que transgreden constantemente las normativas de convivencia, entre
otras.
 La participación en redes territoriales: generación de relaciones de colaboración con los
distintos actores y niveles del sistema educativo para fortalecer la enseñan, aprendizaje y
gestión de la convivencia escolar. Por ejemplo: trabajo en red con escuelas del Servicio Local
de Educación; compartir buenas prácticas en convivencia con el liceo al cual se matriculan los
estudiantes una vez finalizada la enseñanza básica, trabajo interequipos de convivencia de tres
escuelas del barrio, entre otras.

Las comunidades educativas están llamadas a convivir en el trato respetuoso entre todos quienes la
componen y para ello, gestionar el aprendizaje de la convivencia es imprescindible. Como plantea la
Política, el propósito de la gestión de la convivencia es promover aprendizajes sobre los modos de
convivir que han sido descritos en la Política Nacional, abordar formativamente los problemas de
convivencia y disminuir o reducir la violencia escolar. Es una tarea ardua y que se transforma en una
oportunidad para promover mejoras y cambios en las comunidades educativas. 
La política entrega diversos elementos que favorecen la comprensión y gestión de la convivencia escolar. Sin
embargo, no es el único recurso que va en esa dirección. A continuación, encontrarás referencias sobre algunos de
ellos. 

Otros recursos y normativas


Como se mencionó en el tema anterior, además de la actual Política de Convivencia Escolar, existen
otros diversos recursos que favorecen la comprensión y gestión de la convivencia escolar. A
continuación, se mencionan algunos de ellos.

1. Ley sobre violencia escolar nº 20.536


Promulgada en el año 2011, la ley entrega definiciones sobre la buena convivencia, la violencia y el
acoso escolar. Impulsa a las comunidades a contar con recursos y acciones para la prevención y
abordaje de situaciones de violencia. Es así como establece que:

“Todos los establecimientos educacionales deberán contar con un encargado de convivencia escolar,
que será responsable de la implementación de las medidas (de promoción de la buena convivencia y
prevención de la violencia) que determinen el Consejo Escolar o el Comité de Buena Convivencia
Escolar, según corresponda, y que deberán constar en un plan de gestión» (artículo 15).

“Contar con un reglamento interno que regule las relaciones entre el establecimiento y los distintos
actores de la comunidad escolar. Dicho reglamento, en materia de convivencia escolar, deberá
incorporar políticas de prevención, medidas pedagógicas, protocolos de actuación y diversas
conductas que constituyan falta a la buena convivencia escolar, graduándolas de acuerdo a su menor
o mayor gravedad. De igual forma, establecerá las medidas disciplinarias correspondientes a tales
conductas, que podrán incluir desde una medida pedagógica hasta la cancelación de la matrícula. En
todo caso, en la aplicación de dichas medidas deberá garantizarse en todo momento el justo
procedimiento, el cual deberá estar establecido en el reglamento.

“Si las autoridades del establecimiento no adoptaren las medidas correctivas, pedagógicas o
disciplinarias que su propio reglamento interno disponga, podrán ser sancionadas de conformidad con
lo previsto en el artículo 16 de este cuerpo legal”.

“El personal directivo, docente, asistentes de la educación y las personas que cumplan funciones
administrativas y auxiliares al interior de todos los establecimientos educacionales recibirán
capacitación sobre la promoción de la buena convivencia escolar y el manejo de situaciones de
conflicto." (artículo 16E).

En resumen, la ley contiene cinco elementos cruciales que poseen un carácter de obligatoriedad para
las comunidades educativas:  

i) contar con un encargado/a de convivencia escolar; 

ii) diseñar e implementar anualmente un Plan de Gestión de la Convivencia Escolar; 

iii) contar con un Reglamento Interno que regule las relaciones entre los distintos actores de la
comunidad escolar; 

iv) actuar coherentemente con el reglamento de la comunidad educativa ; 

v) establece la necesidad de formar a los equipos educativos en temáticas afines a la convivencia


escolar. 

Finalmente, en su artículo 16 D, la ley establece que “revestirá especial gravedad cualquier tipo de


violencia física o psicológica, cometida por cualquier medio en contra de un estudiante integrante de la
comunidad educativa, realizada por quien detente una posición de autoridad, sea director, profesor,
asistente de la educación u otro, así como también la ejercida por parte de un adulto de la comunidad
educativa en contra de un estudiante".

Antes de continuar, ¿qué entiendes tú por bullying? ¿es sinónimo de acoso escolar y de violencia
escolar? 
Es muy importante reconocer distinciones conceptuales entre los fenómenos asociados a la violencia
escolar en las comunidades, permitiendo con ello contar con más herramientas para el abordaje, ya
sea desde su prevención como en su reparación. 

A continuación, conocerás algunas definiciones que permitirán distinguir los conceptos: 

Convivencia escolar

La Política Nacional de Convivencia Escolar (2019) la define como “el conjunto de las interacciones y


relaciones que se producen entre todos los actores de la comunidad (estudiantes, docentes,
asistentes de la educación, directivos, padres, madres y apoderados y sostenedor), abarcando no solo
aquellas entre individuos, sino también las que se producen entre los grupos, equipos, cursos y
organizaciones internas que forman parte de la institución. Incluye también la relación de la comunidad
escolar con las organizaciones del entorno en el que se encuentra inserta”. 

Conflicto

Consiste en un desacuerdo entre dos o más personas, debido a intereses verdadera o aparentemente
incompatibles. Es un fenómeno natural e inherente a la diversidad humana, por tanto, no es
necesariamente un hecho negativo. Cómo se resuelvan estas diferencias determinará si se transforma
en un acto violento o se soluciona de manera pacífica.

Violencia Escolar

Corresponde a un fenómeno complejo y multicausal el cual es aprendido de los múltiples contextos y


entorno en el cual se desenvuelve la persona. Refiere a las acciones caracterizadas por el uso
ilegítimo de la fuerza y el poder, y que tienen como consecuencia el daño a la otra persona, ya sea a
nivel físico o psicológico (Mineduc, 2019). 

Es preciso mencionar que la violencia escolar no refiere solo a las situaciones entre los estudiantes,
sino que involucra a todos los actores de la comunidad: apoderados, docentes, estudiantes, directivos
y asistentes de la educación.

Cuando se trata de estudiantes, el objetivo final de un acto violento no siempre responde a causar
daño o sufrimiento a otro; en ocasiones la explicación de este fenómeno responde a la necesidad de
autoafirmación del individuo, la dificultad para controlar impulsos, la necesidad de validación por parte
de grupos de pares, entre otros. Es importante tener presente que en la violencia escolar no hay una
diferencia de poder entre los participantes, por lo que podría corresponder simplemente a un conflicto
mal resuelto que desencadena una agresión. Situación diferente veremos a continuación.

Acoso Escolar (o Bullying)

La ley de Violencia Escolar (2011) define el acoso como “toda acción u omisión constitutiva de
agresión u hostigamiento reiterado, realizada fuera o dentro del establecimiento educacional por
estudiantes que, en forma individual o colectiva, atenten en contra de otro estudiante, valiéndose para
ello de una situación de superioridad o de indefensión del estudiante afectado, que provoque en este
último, maltrato, humillación o fundado temor de verse expuesto a un mal de carácter grave, ya sea por
medios tecnológicos o cualquier otro medio, tomando en cuenta su edad y condición”. 

El ciberbullying corresponde a una forma de acoso escolar, mediante recursos tecnológicos,


especialmente redes sociales. Tiene algunas características que aumentan su complejidad: mayor
potencial de audiencia (redes sociales); puede ser realizado en cualquier momento y lugar
(inhibiéndose con ello la existencia de un lugar seguro para la víctima); puede darse con mayor
facilidad el anonimato o la suplantación de identidad del agresor o agresora. 

Es fundamental que las comunidades educativas impulsen acciones sistemáticas que favorezcan las
interrelaciones armónicas y que prevengan todo tipo de hostigamiento. El hostigamiento sistemático no
solo compete a víctima y victimario, sino que estos fenómenos se dan en la “tríada del acoso”:
víctima, agresor y testigos (o espectadores). Estos últimos juegan un rol central en el desarrollo,
mantenimiento o cese del acoso, según el rol que adopten. Hay estudiantes que pueden incitar al
agresor, otros que solo observan atemorizados, algunos que intervienen para defender a la víctima,
entre otros. Lo que caracteriza al acoso es que se cuenta con testigos que juegan un rol central como
participantes activos o pasivos, por lo que muchas estrategias contra el acoso los incorporan.
Asimismo, cabe mencionar la existencia de la “ley del silencio”, que es lo que permite que la dinámica
se sostenga: si bien todos saben lo que está pasando entre víctima y agresor/a, tienden a ocultarlo y a
no acudir por ayuda, lo que hace que esta situación se prolongue en el tiempo. Esto implica que la
situación de acoso sea difícil de percibir por parte de un adulto, es decir, es una situación grave entre
estudiantes, que además es difícil de detectar, lo que no ocurriría en un acto de violencia escolar más
común, que se presenta de manera aislada en el tiempo y que suele ser más visible.

Las comunidades educativas requieren contar con estrategias acordes a la complejidad del acoso
escolar, los daños que causa en sus víctimas pueden llegar a ser muy profundos y diversos, siendo lo
más frecuente la baja en la autoestima, problemas psicosomáticos, altos montos de ansiedad,
trastornos emocionales e incluso ideación e intento suicida.

Por lo tanto, dado el carácter particular del acoso, no sirven las estrategias comunes para abordar la
violencia escolar, como por ejemplo la mediación, puesto que no hay igualdad de condiciones entre el
agresor y la víctima, quien suele estar muy atemorizada y afectada por la situación. El acoso escolar
“no es una cosa de niños”, esto requiere de acciones concretas, sistemáticas y oportunas para
prevenir y también reparar. 

Si quieres conocer más de acoso escolar, revisa la bibliografía del módulo. 

2. Estándares Indicativos de Desempeño (EID)


Son orientaciones para las comunidades educativas y sus sostenedores para mejorar los procesos de
gestión institucional, así también para la evaluación que lleva a cabo la Agencia de Calidad de la
Educación. Abordan cuatro dimensiones de la gestión escolar, las cuales están estrechamente
vinculadas con las dimensiones del Plan de mejoramiento educativo (PME): 

 Liderazgo

 Gestión pedagógica

 Formación y convivencia

 Gestión de recursos

En relación a la tercera dimensión de Formación y convivencia, esta refiere a políticas, procedimientos


y prácticas con las que cuenta la comunidad educativa para favorecer el desarrollo personal y social de
los y las estudiantes, incluyendo el ámbito espiritual, ético, moral, afectivo y físico de los estudiantes,
de acuerdo al Proyecto Educativo de cada institución y al currículum vigente. Esta dimensión se apoya
tanto en la implementación de acciones formativas transversales como específicas.

Considerando lo anterior, la dimensión Formación y convivencia se organiza en las siguientes


subdimensiones: 

 Formación, que refiere a la promoción de la formación espiritual, ética, moral, afectiva y física

de los y las estudiantes.


 Convivencia relacionada con la implementación de acciones para asegurar un ambiente

adecuado y propicio para el desarrollo y aprendizaje de los y las estudiantes.


 Participación y vida democrática que apunta a que los y las estudiantes desarrollen actitudes

y habilidades necesarias para la participación constructiva y democrática en la sociedad. 

Además, cada subdimensión contiene una serie de estándares que definen con claridad las
expectativas en cada una de ellas. 

3. Indicadores de desarrollo personal y social (IDPS) (u “Otros Indicadores de Calidad”)


Son indicadores diseñados por el Ministerio de Educación, aprobados por el Consejo Nacional de
Educación y evaluados por la Agencia de Calidad de la Educación y, tal como su nombre lo indica,
permiten contar con información sobre la dimensión personal y social del desarrollo de los y las
estudiantes, la cual se complementa con los resultados SIMCE y los estándares indicativos. Esta
iniciativa, corresponde a una de las acciones que se han implementado para ampliar el concepto de
calidad educativa, incorporando aspectos no académicos que son fundamentales para la formación
integral de los alumnos. Además, estos indicadores son considerados en la Ordenación que clasifica a
los establecimientos en cuatro Categorías de Desempeño, a partir de lo cual permite identificar
aquellos establecimientos que requieren apoyo y que deben ser visitados por la Agencia de Calidad
para recibir orientaciones de mejora. Finalmente, estos indicadores y la evolución de sus resultados
contribuyen al diseño y evaluación de políticas públicas a nivel nacional.

Los indicadores son ocho: autoestima académica y motivación escolar, participación y formación


ciudadana, hábitos de vida saludable y clima de convivencia escolar los cuales son medidos en los
Cuestionarios de Calidad y Contexto de la Educación que se aplican a distintos actores escolares con
el SIMCE. Los demás indicadores se obtienen mediante registros del Ministerio de Educación y la
Agencia de Calidad de la Educación, y corresponden a: asistencia escolar, retención escolar, equidad
de género y titulación técnico-profesional. 

A continuación revisaremos el  Clima de Convivencia Escolar, el cual abarca las siguientes


dimensiones: 

 Ambiente de respeto, que considera percepciones y actitudes que tienen los actores de la

comunidad educativa respecto al trato respetuoso, la valoración de la diversidad y la ausencia


de discriminación en la comunidad educativa.
 Ambiente organizado, relacionado con las percepciones que tienen los miembros de la

comunidad educativa respecto las normativas de la institución y las formas de resolver


conflictos
 Ambiente seguro, vinculado con las percepciones en relación a la seguridad y violencia al

interior de la comunidad.  

4. Marco para la Buena Dirección y el Liderazgo Escolar  (MBDLE)


Para finalizar esta revisión sobre elementos de la política pública que orienta el trabajo en torno a la
convivencia escolar, es preciso mencionar el MBDLE. Este  recoge los avances y experiencias en
materia de gestión y liderazgo escolar, desarrollados en Chile durante la última década, sumado a la
investigación internacional en el tema.

Éste marco tiene por objetivo orientar la acción de los directivos de las escuelas y liceos en Chile,  así
como también su proceso de auto desarrollo y formación especializada.

Contiene cinco dimensiones, estas son: a) Construyendo e implementando una visión estratégica


compartida; b) Desarrollando las capacidades profesionales; c) Liderando los procesos de enseñanza
y aprendizaje; d) Gestionando la convivencia y la participación de la comunidad escolar; y e)
Desarrollando y gestionando el establecimiento escolar.

 A continuación nos centraremos en  la Gestión de la convivencia y la participación de la


comunidad escolar, poniendo de manifiesto la relevancia de la temática en el actuar directivo.

Dentro de esta dimensión, se establecen una serie de prácticas que permiten orientar el rol directivo en
torno a la convivencia, específicamente en lo referido a: 

1) Cultura inclusiva: desarrollan e implementan una política inclusiva (equitativa, justa, con dignidad y
respeto), resguardando derechos y deberes; 

2) Trabajo colaborativo: modelan y promueven un clima de confianza, fomentando el diálogo y


trabajo colaborativo para la mejora continua; 

3) Enfoque formativo de la convivencia: implementan y monitorean normas y estrategias para una


sana convivencia, bajo un enfoque formativo y participativo, promoviendo la responsabilidad colectiva
para lograr un clima escolar positivo; 

4) Participación en espacios formales: generan oportunidades de participación y colaboración a


través de espacios formales para consolidar clima positivo y objetivos del PEI; 
5) Abordaje de conflictos: anticipan conflictos mediando, buscando soluciones efectivas y oportunas; 

6) Comunicación con familias: desarrollan y mantienen comunicación y colaboración permanente


con padres y apoderados y los involucran en el proceso formativo. 

Instrumentos de gestión
Las distintas comunidades educativas del país cuentan con una serie de documentos, que más allá de
ser una declaración, requieren concebirse como instrumentos que permiten alinear miradas y
prácticas en el actuar cotidiano de una escuela, liceo o colegio. El marco legal en torno a la educación
ha establecido la necesidad de que toda comunidad educativa cuente con un Proyecto Educativo
Institucional (PEI), con un  Plan de Mejoramiento Educativo (PME) y con un Reglamento Interno;
recursos que deben ser conocidos y construidos con activa participación de la comunidad.

Los instrumentos antes mencionados requieren tener un sello claro y coherente entre si respecto a los
modos de convivir que se desean enseñar y aprender. 

1. Proyecto Educativo Institucional:


El Proyecto Educativo Institucional (PEI) es el instrumento central que permite establecer una mirada
común de lo que se busca proporcionar como educación de calidad y define los principios orientadores
del quehacer institucional y pedagógico de cada comunidad educativa. El PEI es el documento
referente que permite proyectar y programar las acciones que aseguren una educación de calidad a
través de otras herramientas como el Plan de Mejoramiento Educativo. De esta manera, la convivencia
escolar no puede estar excluida de dicho instrumento expresando cuales son los modos de convivir
que se deseen promover, lo cual requiere considerar aspectos de la política afín, los elementos
identitarios y culturales propios de la escuela o liceo. 

2. Plan de Mejoramiento Escolar


El Plan de Mejoramiento Escolar (PME) es otro recurso protagonista de la gestión institucional, pues
este busca contribuir a la mejora de los aprendizajes incorporando una visión más comprensiva y de
mediano plazo del mejoramiento educativo. El PME permite a los establecimientos educacionales
articular de manera sistémica la normativa, el currículum nacional, el PEI y cada uno de los 6 planes
establecidos por normativa con foco en la trayectoria de mejora escolar. 

Es una herramienta estratégica de la planificación, que permite diseñar los procesos en torno a la
mejora institucional y pedagógica en las distintas dimensiones que lo conforman: Liderazgo, Gestión
pedagógica, Convivencia Escolar y Gestión de recursos. 

En el PME se deben diseñar las metas, objetivos y acciones que se implementarán en la comunidad
educativa. Es así que este instrumento otorga la oportunidad de pensar estratégicamente y concretar
acciones en torno a la dimensión de la Convivencia Escolar. Las acciones allí expuestas deben
guardar coherencia con lo expuesto en el PEI, como también tener como referencia los Estándares
Indicativos de Desempeño.

3. Reglamento Interno
El Reglamento Interno es el instrumento elaborado por los miembros de la comunidad educativa, de
conformidad a los valores expresados en el PEI, que tiene por objeto permitir el ejercicio y
cumplimiento efectivo de los derechos y deberes de sus miembros, a través de la regulación de
sus relaciones, fijando en particular, normas de funcionamiento, de convivencia y otros procedimientos
generales del establecimiento.

El Reglamento Interno contribuye al desarrollo de un ambiente propicio para el aprendizaje, en un


marco de respeto, participación y buen trato, entre los integrantes de la comunidad educativa.

Los contenidos mínimos de los reglamentos son: 

1. Derechos y deberes de la comunidad educativa, 


2. Estructura y funcionamiento del establecimiento,
3. Procesos de admisión, 
4. Uso de uniforme;
5. Regulación sobre la seguridad y resguardo de derechos, 
6. Gestión pedagógica y protección a la maternidad y paternidad,
7. Convivencia escolar, 
8. Normas, faltas, medidas disciplinarias y procedimientos, 
9. Regulación sobre procedimientos de aprobación, modificación, actualización y difusión del
Reglamento Interno, 
10. Rasgos o becas en establecimientos con Financiamiento Compartido,
11. Salidas pedagógicas y giras de estudio.

El Reglamento Interno es un instrumento único, aun cuando esté compuesto por distintos manuales
o protocolos, por ejemplo, las normas de convivencia se encuentran contenidas en lo que usualmente
se ha definido como Manual de Convivencia, que se entenderá parte integrante del Reglamento
Interno. 

Los protocolos que incorpora corresponden a: 

1. Maltrato, acoso escolar o violencia, entre integrantes de la comunidad educativa, 


2. Retención y apoyo a estudiantes padres, madres y embarazadas, 
3. Vulneración de derechos de los estudiantes,
4. Agresiones y hechos de connotación sexual, 
5. Drogas y alcohol,
6. Accidentes escolares

Según la Ley sobre violencia escolar, en el área de convivencia escolar el Reglamento Interno debe
contar con políticas de prevención, medidas pedagógicas, protocolos de actuación y diversas
conductas que constituyen falta a la buena convivencia escolar, graduándolas de acuerdo a su menor
o mayor gravedad. De igual forma, establece las medidas disciplinarias correspondientes a tales
conductas, que pueden incluir desde una medida pedagógica, hasta la cancelación de la matrícula.

También es fundamental considerar en su diseño el enfoque formativo, es decir, si en la comunidad


se desea una convivencia respetuosa entre todos los actores, resultará fundamental identificar
prácticas y enseñar como modificarlas de tal forma que el respeto prevalezca en los modos de convivir
cotidiano; lo mismo con los otros valores que cada comunidad educativa declara en su PEI. El enfoque
formativo en la gestión de la convivencia, no debe ausentarse en ninguno de sus procesos,
especialmente cuando hay incumplimiento de las normativas. Las medidas o consecuencias
declaradas en el Reglamento Interno, deben representar una oportunidad para formar, siendo así
coherentes con la tarea de toda comunidad educativa: enseñar y aprender. 

Como verás, los instrumentos de gestión expuestos anteriormente requieren ser coherentes entre sí,
ya que cada uno desde su lugar, permiten impactar en las formas de convivir en la comunidad
educativa. 

Plan de Gestión de Convivencia Escolar


El año 2011 se promulga la Ley N°20.536 sobre Violencia Escolar. Esta establece que todos los
establecimientos educacionales deberán contar con un encargado de convivencia escolar, quien
es responsable de la implementación de las medidas que determinen el Consejo Escolar o el Comité
de Buena Convivencia Escolar, según corresponda, y que deberán constar en un plan de gestión. 
Así, los establecimientos educacionales requieren diseñar un Plan de Gestión de Convivencia Escolar,
el cual debe ser coherente con su PEI, PME y Reglamento Interno. En este sentido, recoge las
prioridades anuales para la enseñanza, el aprendizaje y la gestión de la convivencia, articulando sus
acciones con la fase anual del PME.

Este plan se suma a los otros 5 planes normativos exigidos a partir de diversas leyes: 1) Plan
Integral de Seguridad Escolar (Res. Ex. N°2515 de 2018 del Ministerio de Educación); 2) Plan de
Formación Ciudadana (Ley N° 20.911), 3) Plan de Sexualidad, Afectividad y Género (Ley N° 20.418),
4) Plan de Apoyo a la Inclusión (Ley N° 20.845), y 5) Plan de Formación para el Desarrollo Profesional
Docente (Ley N° 20.903). Al igual que el plan de convivencia, estos deben ir en sintonía con el PEI,
PME y el Reglamento Interno de la comunidad. 

Objetivo del Plan de Convivencia Escolar


El objetivo es contar con una herramienta que oriente el desarrollo de estrategias para el
aprendizaje del buen trato y el respeto, así como acciones que prevengan la aparición de dinámicas
de violencia en la comunidad educativa. Esta herramienta favorece trabajar en base a una
calendarización de las diversas acciones que se llevarán a cabo durante el año para favorecer modos
de convivir deseados, incluyendo responsables, recursos y formas de evaluación.  

Asimismo, el plan requiere ser determinado por el consejo escolar o el comité de buena
convivencia. Su construcción requiere que el consejo escolar lidere el proceso de lectura de las
necesidades y el estado actual de la comunidad, de tal manera que el plan sea pertinente y favorezca
procesos para el aprendizaje de la convivencia y la mejora educativa, teniendo siempre como norte el
ideario, principios y valores que emanen del PEI. 

Las escuelas y liceos cuentan con una serie de instrumentos (algunos ya revisados anteriormente) y
de datos que deben ser utilizados como recursos valiosos, especialmente cuando la intención es
diseñar un plan de gestión, en este caso para la convivencia escolar. De esta forma, será fundamental
que el plan de gestión dialogue con el PME, que considere los resultados entregados por la Agencia
de Calidad de la Educación, que comprenda el PEI y lo establecido en Reglamento Interno; elementos
que junto a otros instrumentos y/o datos (por ejemplo, los resultados de una consulta participativa)
permitan tener claridad sobre lo que ayuda y lo que no ayuda al logro de los modos de convivir que
promueve la política. Esto será la base sobre la cual se construirá el Plan de gestión de la convivencia
escolar.  

Para que este recurso se transforme en una herramienta, es fundamental contar un sistema de
monitoreo y evaluación constante del proceso llevado a cabo. Recuerda que la convivencia escolar,
se caracteriza por su carácter cotidiano, dinámico y complejo. Por lo tanto, hacer seguimiento y
reflexión constante sobre los avances (o atascos) del plan, se transforma en un facilitador de la
gestión. 
Bibliografía Módulo 1
Recursos Básicos

Ministerio de Educación de Chile

2011

Ley No 20.536 sobre Violencia Escolar

https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1030087

Ministerio de Educación de Chile

2013

Establece los Otros Indicadores de Calidad Educativa

https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1055510&idVersion=2013-10-25

 
Ministerio de Educación de Chile

2015

Marco para la Buena Dirección y el Liderazgo Escolar

http://liderazgoescolar.mineduc.cl/wp-content/uploads/sites/55/2016/04/MBDLE_2015.pdf

Ministerio de Educación de Chile

2019

Política Nacional de Convivencia Escolar. La Convivencia la hacemos todos.

http://convivenciaescolar.mineduc.cl/wp-content/uploads/2019/04/Politica-Nacional-de-Convivencia-
Escolar.pdf

 
Ministerio de Educación de Chile

2019

 ¿Cómo prevenir y abordar la Violencia Escolar?

http://convivenciaescolar.mineduc.cl/wp-content/uploads/2019/10/cartilla_10.pdf
Ministerio de Educación de Chile

2019

¿Cómo articular los documentos para la gestión de la Convivencia Escolar?

http://convivenciaescolar.mineduc.cl/wp-content/uploads/2019/05/01.-Como-articular-los-instrumentos-
de-gestion-de-la-C.E.pdf

Ministerio de Educación de Chile

2020

Estándares Indicativos de Desempeño para los Establecimientos Educacionales y sus


Sostenedores

https://bibliotecadigital.mineduc.cl/handle/20.500.12365/14361

Superintendencia de Educación

2018

Instrucciones sobre los reglamentos internos de los establecimientos educacionales.

https://www.supereduc.cl/wp-content/uploads/2018/06/CIRCULAR-QUE-IMPARTE-INSTRUCCIONES-
SOBRE-REGLAMENTOS-INTERNOS-ESTABLECIMEINTOS-EDUCACIONALES-ENSEÑANZA-
BÁSICA-Y-MEDIA..._opt.pdf

Superintendencia de Educación

2019

¿Cómo reflexionar y analizar las prácticas de Convivencia escolar?

http://convivenciaescolar.mineduc.cl/wp-content/uploads/2019/10/cartilla_08.pdf

Superintendencia de Educación

(s/a)

Plan de Gestión de Convivencia Escolar: ¿Qué debemos saber?

https://www.supereduc.cl/contenidos-de-interes/plan-de-gestion-de-convivencia-escolar/

Recursos Complementarios

Para profundizar en la temática de este módulo te sugerimos algunos recursos complementarios, los
cuales podrás acceder a través de este documento.

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