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Derecho Internacional Público - 2023

Bolilla 05

Tema 01

Dominio del Estado. Concepto. Interpretaciones doctrinales de la


soberanía territorial. Espacios que lo comprenden. Concepto. Clases. Modos
de adquisición del dominio del Estado. Formas históricas y modos
aceptados por el derecho internacional

Bibliografía Básica: Moreno Quintana, Lucio “Tratado de Derecho


Internacional” Tomo I Capítulo 3 Parte I Puntos 1, 3 y 4

Podestá Costa-Ruda “Derecho Internacional Público” Editorial TEA Tomo I


Capítulo VI parte I

Halajczuc-Moya Domínguez “Derecho Internacional Público” Editorial Ediar


Sección XI, Punto 50 “C”

Tema 01

 Dominio del Estado

Llamase dominio territorial al poder que el Estado ejerce a consecuencia de


su soberanía, sobre, encima y debajo del espacio del globo terráqueo
sometido a su autoridad.

 Espacios que lo comprenden. Concepto. Clases


Dicho espacio es, por consiguiente, una parte delimitada de la superficie del
globo, cuyo dominio se reconocen recíprocamente, los estados. No se ha
pronunciado todavía el derecho internacional sobre la posibilidad de la
adquisición de territorio en otros planetas que la tierra. Constituye el
territorio la base física indispensable para que el Estado ejercite su
potestad internacional. Aquella delimitación se extiende, conforme a la
concepción romanista. Hacia arriba y hacia abajo en líneas perpendiculares
al suelo. Y comprende la tierra y el subsuelo, las aguas que la bañan y
atraviesan, y la columna espacial que se eleva entre aquellas líneas que
marcan los límites internacionales del Estado. El territorio del Estado
asume así la forma de un cono invertido cuya base está constituida por la
corteza terrestre y en cuyo vértice coinciden, en el centro de la tierra, los
territorios de todos los demás estados.

Tres son, por ende, las clases de territorio que la geografía señala como de
pertenencia del Estado: el territorio terrestre, constituido por la tierra,
firme y el subsuelo de los continentes y de las islas hasta converger en el
centro mismo del globo; el territorio acuático que se descompone en
marítimo, fluvial o lacustre según recaiga en mares, ríos o lagos; y el
territorio aéreo constituido por una columna espacial que excede en
elevación continua las distintas capas de la atmosfera sin solución — en
principio — de continuidad.

 Interpretaciones doctrinales de la soberanía territorial.

La naturaleza jurídica del dominio que el Estado tiene sobre su territorio


depende de la explicación que de ella suministran determinadas teorías.
Según la teoría patrimonial. Considera al territorio como un objeto
sometido al dominio del Estado, este ejerce sobre aquel un derecho análogo
al de propiedad, pero regido por el derecho Público. Para la teoría espacial.
El Estado tiene una soberanía abstracta sobre su espacio territorial que se
manifiesta por un poder de imperio. Una teoría de las competencias
puesta, en boga por varios tratadistas actuales, reputa que el derecho
internacional un derecho preexistente a todo otro derecho— habría
atribuido a las personas internacionales una suma de facultades locales
sobre su territorio. Y una teoría mixta debida a Verdross, combina las
teorías del territorio-objeto y de las competencias, suponiendo que el
Estado, antes que un derecho sobre el territorio mismo, ejerce sobre él,
determinadas facultades. La primera de las teorías expuestas es la más
exacta y adecuada: a la técnica específica del derecho internacional
habiendo sido además abonada por la jurisprudencia alusiva.
Anima el dominio territorial del Estado el principio del derecho romano.
Tiene el poder de mandar sobre todas las personas y cosas que se hallan en
su territorio como el titular de un derecho de dominio eminente.

Cuatro importantes instrumentos internacionales —dos de ellos posteriores


a la primera guerra mundial consagraron, merced a una ideología pacifista, la
garantía status territorial de los estados contratantes.

Y el art 17 de la Carta de la OEA declara: "El territorio de un Estado es


inviolable, no puede ser objeto de ocupación militar ni de otras medidas de
fuerza tomadas por otro Estado, directa o indirectamente, cualquiera que
fuere el motivo, aun de manera temporal, y agrega que no serán reconocidas
"las adquisiciones territoriales o las ventajas especiales que se obtengan
por la fuerza o por cualquier otro medio de coacción"

 Modos de adquisición del dominio del Estado. Formas históricas y


modos aceptados por el derecho internacional.

Distintos son los modos por los cuales el Estado adquiere el dominio
territorial. Unos se originan en un hecho, los otros en un acto jurídico. Por
virtud de un hecho que tiene consecuencias jurídicas, el Estado adquiere el
dominio territorial con exclusivo dominio anterior; a consecuencia de un acto
jurídico. Sustituye su referido dominio a un dominio antes existente. De ahí
la división de los modos de adquisición.
Modos originarios de adquisición del dominio territorial son la accesión,
ocupación y anexión. La accesión es un hecho que provoca el aumento del
territorio de un país por la acción de fuerzas naturales o de la del hombre.
Casi todas las legislaciones nacionales la reconocen como modo de
adquisición del dominio público del Estado.

Presenta diversas formas: las del aluvión, avulsión, accesión artificial y


formación de islas. Acrece el territorio estatal por aluvión merced a
aportaciones sucesivas que realizan las corrientes de las aguas; por avulsión,
si fenómenos geológicos operan el mismo efecto; por accesión artificial,
cuando la mano del hombre — como en el caso del Zuiderzee
(https://youtu.be/eEI2zMxw7Io) , en Holanda - gana tierras al mar
mediante diques y -otras obras; y formación de islas
https://youtu.be/5A31gG0mMdw , al aparecer están fuera del dominio
marítimo del Estado y pertenecer al estado de costas más próximas en
virtud de la contigüidad geográfica.

Descubrimiento: Como mero hecho, si no va acompañado de los requisitos


que exige la ocupación. El descubrimiento no confiere — a pesar de haberlo
invocado algunas veces ciertos estados - título alguno de dominio.

Ocupación: Es también un hecho la ocupación que se practica para adquirir


territorios sin dueño o pertenecientes a colectividades salvajes, fue este el
modo de adquisición que mejor contribuyo al desenvolvimiento del sistema
colonial. Y el DI acepto sus conclusiones en la materia planteando los cuatro
requisitos para la validez de la adquisición del dominio por ocupación.
Tales fueron: 1° la existencia de un territorio res nullius, esto es sin dueño,
vale decir desierto o habitado por salvajes (?) 2º la manifestación del
animus adquirendi o sea la voluntad del ocupante de someter dicho
territorio a su dominio 3º la efectividad de la ocupación por medio de una
estancia real de personas en el lugar y no mediante la simple construcción
de locales, erección de monumentos o fijación de símbolos 4° la publicidad
del hecho merced a una comunicación hecha a las potencias interesadas por
si estas tuviesen que deducir algún reclamo.

Anexión: Hecho asimismo es el de la anexión por el cual, haciendo uso del


derecho de conquista, un estado adquiere el territorio de otro mediante la
fuerza de las armas. Debe manifestarse, para tal, la característica situación
de la debellatio, o sea aquella de absoluto sometimiento en que, a raíz de una
guerra, se halle el estado vencido respecto de su vencedor. Tal situación es
la que habilita jurídicamente al estado vencedor para proceder a la anexión.
Lo consagra así, a través de la historia, una costumbre universal. Frecuente
ha sido, empero, que estados presuntamente vencedores en una guerra
hayan declarado anexiones prematuras respecto de países en cuyo
territorio había todavía focos de resistencia. Para que la declaración de
anexión tenga validez jurídica, el sometimiento del estado vencido debe ser
total.

Un hecho — aunque hipotético — es también, por último, la prescripción


como modo de adquisición del dominio territorial por el transcurso del
tiempo. Jurisinternacionalista clásicos, como Crocio y Vatlel establecen las
condiciones para su validez. Tales eran un territorio perteneciente a
distinto estado que el interesado, y una posesión a título de soberano por
largo tiempo, continuada y pacífica, de publica manifestación y no
impugnada. Como bien lo demuestran Bevilaqua y Strupp, semejante
indeterminación acerca del fundamento de la institución misma revela su
inexistencia jurídica.

Modos derivados de adquisición del dominio territorial son la cesión y otras


formas. La cesión es un acto jurídico por el cual un estado adquiere parte
del territorio de otro. Sus consecuencias son materia de la aplicación de la
teoría de la sucesión de estados. Semejante en cuanto a su alcance jurídico
a la cesión es la venta —esto es la transferencia de dominio de un estado a
otro— de territorios, por un precio en dinero, presenta una característica
más comercial que política.

Otras formas de adquisición del dominio territorial resultan de actos


jurídicos que aparecen bajo denominaciones de derecho civil, muchas veces
traducidas por las de conocidos derechos reales. Éstos se establecen por
plazos sumamente largos, cuando no sine die. Reconoce la mayoría de los
autores que se trata de cesiones encubiertas cuya índole responde a la
política antes que al derecho internacional.

Territorio polar ( https://youtu.be/LnU3VB8RJus )


Los territorios polares que se extienden sobre cada uno de los dos
extremos del globo terráqueo, pertenecen de derecho a los países
circundantes, o son, por el contrario, susceptibles de adquirirse por
ocupación. El casquete ártico se halla solo constituido por un conglomerado
de islas y archipiélagos, y grandes extensiones de aguas congeladas; su clima
es relativamente frio. El antártico integra una dilatada extensión de tierra
firme, y sus mares presentan mejores posibilidades de navegación, siendo su
clima más riguroso.

Divídase el casquete austral en cuatro cuadrantes: el americano (también


llamado de Wedell), entre los 0º y 90° de longitud oeste: el Pacifico (o de
Ross) entre los 90° y 180º igual orientación: el australiano (o de Victoria)
entre los 180° y 90 ° de longitud este; y el africano (o de enderby o de
Gauss) entre los 90° y 0° de esta última orientación.

Según la teoría del sector cada casquete polar se divide por los
meridianos pertinentes en tantos sectores cuantos países del respectivo
hemisferio tengan proximidad con las correspondientes tierras polares.
Todo estado que confina con ellas tiene derecho a las situadas dentro la
prolongación de los meridianos tangentes a los puntos más salientes, al este
y al oeste, de sus respectivos territorios. Es decir, a la parte de territorio
polar cubierta por el triángulo esférico respectivo. Solo el cuadrante del
Pacifico, que carece de proximidad con estado alguno, se halla exento, en
principio, de la aplicación de la teoría del sector.

En materia de adquisición de dominio sobre territorios polares no hay


todavía, sobre todo respecto del casquete antártico, un consenso
internacional definitivo.

 Tema 02

Dominio Terrestre. Concepto. Espacios que lo comprenden

Fronteras. Noción. Clasificación. Delimitación

Límites. Definición. Clases. Demarcación

Bibliografía Básica: Moreno Quintana, Lucio “Tratado de Derecho


Internacional” Tomo I Capitulo 3º, parte II

 Dominio Terrestre
Comprende el dominio terrestre el suelo, subsuelo y plataforma submarina
de aquella parte del globo señalada por los límites internacionales del
Estado, así mismo las extensiones de agua que cubrieren. Unos y otros
elementos se hallan sometidos a un mismo régimen jurídico. Elemento
imprescindible del dominio terrestre es el territorio nacional metropolitano.
A consecuencia de su posición geográfica, el territorio metropolitano o
colonial del Estado puede verse rodeado íntegramente, en el todo o en
parte, por un territorio extranjero. Motiva ello así la situación
característica denominada enclave por los autores franceses.

Integrase también el dominio terrestre con el territorio de las colonias


asimiladas a territorio nacional y el de las islas que se hallaren dentro o
fuera de los mares, ríos o lagos nacionales. Vale decir que dicho dominio no
siempre constituye una unidad geográfica. El dominio terrestre no se
determina por la frontera sino por el límite. Este último — línea matemática
abstracta— es el que separa el dominio territorial de un estado respecto
del de los demás. La frontera, en cambio, es una zona real en la que se
mantienen relaciones de vecindad entre estados limítrofes.

 Fronteras. Noción

Ha caracterizado P. G. de Lapradelle la frontera como la zona o lugar de


contacto donde se materializan relaciones de contigüidad entre los estados
en la extensión de sus límites comunes. Tres teorías — las de las fronteras
naturales, estratégicas y nacionales abonan, desde un particular punto de
vista el criterio a observarse en la materia. La primera teoría, expuesta en
1762, es debida a J. J. Rousseau para quien los accidentes geográficos de
importancia eran los que debían separar el dominio territorial de los
estados.

No tiene la segunda teoría un expositor determinado. Ella se basa en las


necesidades de la seguridad nacional para atribuir a los estados aquellas
fronteras aptas para una defensa militar eficiente. No toma para ello en
cuenta la etnografía. Vale decir que fronteras estratégicas son, en cierto
modo, las mismas fronteras naturales. De ahí que varios países hayan
reivindicado, a través de la historia, fronteras naturales no siempre bien
fundadas. La tercera teoría, corolario de su teoría de las nacionalidades,
fue expuesta en 1851 por P. S. Mancini. Según ella, las fronteras deben
comprender aquellos territorios habitados por comunidades nacionales, esto
es individuos vinculados por un mismo origen, idioma y aspiraciones. Cada una
de estas teorías invoca un fundamento aceptable, pero no único. Enseña la
nueva ciencia de la geopolítica que las fronteras de los estados se forman
merced a un determinismo geográfico social que es resultado de la
geografía, de la historia y de la política.

 Clasificación

Dado el carácter material y no abstracto de las fronteras. Hay así


fronteras naturales, estratégicas y nacionales. Otra forma de
clasificación resulta de un punto de vista conceptual. Según este, hay
fronteras convencionales, tradicionales y doctrinales. Las primeras son
establecidas por el acuerdo de los estados, las segundas reconocen una
posesión inmemorial y las terceras son consecuencia de la aplicación de
principios teóricos.

Muy frecuente es el establecimiento a lo largo de la frontera, entre países


que mantienen relaciones internacionales normales, de un régimen jurídico
especial. Suele imperar en una extensión no mayor de 15 kms de
profundidad de cada lado del límite establecido, siendo su característica la
de la zona aduanera franca.

Otra característica que suele ofrecer la frontera es la implantación en ella


de zonas nacionales de seguridad. En dichas zonas, se restringen o se
niegan, a los extranjeros, los derechos de dominio o de locación, por motivos
de defensa militar.

 Limites. Definición. Clases. Demarcación

Límite: es la línea imaginaria que deslinda el dominio territorial del Estado.

Hay dos clases de límites: naturales y artificiales. Los naturales se


determinan por los accidentes de importancia creados por la geografía; los
artificiales —asimismo designados matemáticos —, por una fijación hecha
por el hombre. Sirven de base a los primeros la orografía y la hidrografía,
cuando no simples extensiones geográficas, trazándose por montañas, ríos,
estrechos, canales, mares interiores y lagos. Establece los segundos la
ciencia mediante una ficción intelectual que utiliza la astronomía, la
geometría o el mero acuerdo de las partes. De ahí que coordenadas
geográficas, meridianos de longitud o paralelos de latitud, señalen los
límites astronómicos; líneas geodésicas rectas, curvas o arcos de círculo, los
geométricos; y trazados arbitrarios, los convencionales. Son muy utilizados
los límites artificiales para deslindar territorios inexplorados o coloniales,
como lo hicieron la bula de Alejandro.

Para adquirir estabilidad y permanencia, requiere el límite ser fijado sobre


el terreno, esto es materializado por la demarcación. Esta importa la
realización de una serie de operaciones técnicas que efectúan peritos
especializados. La colocación de marcas o señales que se hayan adoptado se
hace merced a procedimientos científicos. De este modo son puestos en su
debido lugar o construidos hitos o mojones, barreras, fosos, boyas y balizas.

El dominio terrestre se determina por el límite, el límite, a su vez,


determina de modo natural o artificial y la línea de deslinde se determina,
por último, en los límites naturales —, según la clase de accidente
geográfico que le sirva de Base. Hay soluciones para cada caso establecidas
por el acuerdo de las partes, la costumbre internacional o la misma doctrina.
Tratándose de limites orográficos estos generalmente siguen la dirección
de una cordillera o cadena de montañas o el recorrido de su base sobre el
suelo. Cuatro soluciones se presentan en la materia, la primera hace
coincidir la línea de deslinde con la de las más altas cumbres, segunda
solución es la de la línea divisoria de las aguas. La tercera solución adopta a
la vez la línea de las más altas cumbres y la de la divisoria de las aguas, que
no siempre coinciden, dando así origen a serias dificultades, como ocurrió
con el art. 19 del tratado definitivo de límites entre Argentina y Chile
(23/7/1881). Y la cuarta solución, sustenta el criterio de la línea del pie de
montañas.

Los límites fluviales toman indistintamente como base un rio nacional, o uno
internacional. Aunque no es frecuente, hay ríos nacionales —esto es que
pertenecen a un solo estado que pueden servir como límite internacional. En
tal caso, uno solo de los ribereños es dueño del rio, y el límite entre ambos
corre por la línea de la costa de la ribera del que no es dueño.

Cuando el límite, está constituido por un rio internacional, dos son las
soluciones según, que el rio sea o no navegable. En los ríos navegables, la
línea de deslinde sigue la línea media del canal de navegación principal. En
los ríos no navegables, se considera la extensión de las aguas como factor
determinante de la solución, trazándose en consecuencia la línea de deslinde
por la línea media de la corriente de agua o de su brazo principal que divide
aquella por mitades tal, como lo dispuso el mismo art. 30 del tratado de
Versalles. Los puentes, que se tienden sobre los ríos son objeto de
delimitación por su mitad.

Tema 03

La cuestión Malvinas: títulos históricos y jurídicos. La cuestión Malvinas


en las Naciones Unidas. El conflicto en el Atlántico Sur. Las
negociaciones posteriores hasta la actualidad.

Introducción

Estamos convencidas que los títulos argentinos, están basados en normas


del Derecho Internacional imperantes de la época para la adquisición de
soberanía territorial, avalados por las Naciones Unidas a través de
Resoluciones (1514/60; 2065/65, 3160/73) que han enfocado la cuestión,
como una controversia de soberanía territorial, no como pretendía Gran
Bretaña como un “sistema colonial”.

Vendrá luego la democracia de la mano de Raúl Alfonsín, quien sentó la


teoría o sistema de “Agenda Abierta”. Su sucesor, Carlos S. Menem, con una
visión totalmente opuesta a la de su antecesor, en lo que se refiere a la
política internacional enfocó la cuestión, bajo el “Paraguas de Soberanía”.
Con los Tratados Madrid I y II se restablecieron las relaciones
diplomáticas, elaborándose normas sobre pesca, luego serán los
hidrocarburos, para negociar la entrada de argentinos a las Islas con
“pasaporte y demás requisitos fijados en la Declaración Conjunta Argentina
Británica del 14 de julio de 1999. El gobierno de Néstor Kirchner anuló
inaudita parte estos acuerdos por considerar la existencia de una
vulneración a los derechos soberanos de Argentina. Su sucesora, Cristina
Fernández endureció aún más las negociaciones bilaterales, dedicándose a
que esta causa sea reconocida a nivel latinoamericano (MERCOSUR, CELAC,
UNASUR, etc.). Vendrá luego el gobierno de Mauricio Macri que se
asemejará más al gobierno de Carlos Menem, en su iniciativa de negociar los
temas relativos a pesca, comerciales, visitas y vuelos a las islas, sin
renunciar al reclamo de soberanía.

El actual Presidente, Alberto Fernández reafirmó en declaraciones oficiales


el carácter de política de estado de esta cuestión, sosteniendo que no hay
lugar para el colonialismo en el siglo XXI y reitera su predisposición a
retomar las negociaciones con el Reino Unido.

 Títulos históricos y jurídicos

Nos abocaremos solamente a analizar los títulos jurídicos, no los


geográficos, siguiendo la defensa que el Dr. Ferrer Vieyra hiciera en las
Naciones Unidas.

Ambos países esgrimen Títulos semejantes. Pero difieren en las fechas, que
cada país denuncia para respaldar sus acciones e invocar sus fundamentos.
(Ferrer Vieyra, 1984). Ellos son: a) Descubrimiento; b) Adjudicación; c)
Ocupación; d) Sucesión; e) Prescripción.

a) descubrimiento: Así el primer descubrimiento, se le atribuye a Américo


Vespucio en 1501, enviado por los reyes de Portugal. Luego vendrá la
expedición de Magallanes (1519-20), y uno de sus tripulantes Esteban
Gómez, arrastrado por los vientos, se separa del resto de la expedición y
avistó las Islas. La expedición de García de Loayza (1525) también las ubicó
en ese inconmensurable mar del Atlántico Sur.

Recién en 1690 el corsario ingles Strong, exploró el estrecho de San Carlos,


bautizándolo como Falkland Sound. Nótese que, con anterioridad fue la
corona de España, la que primero llegó conforme surge de los mapas que se
archivan en la casa de España de navegantes, como Alfonso de Santa Cruz
(1.541); Diego Gutiérrez (1562); Girard Mercator (1569); Plancius (1592) y
otros. (Díaz Cisneros Cesar, 1966, p. 685).
De lo narrado se puede colegir, que el reclamo español, no solamente se basó
en el Descubrimiento, ni tampoco en la aplicación del derecho
consuetudinario, sino en un complejo sistema de Acuerdos que España
firmara con las grandes potencias de la época.

b) Adjudicación: Título esgrimido por la Corona Española. Se funda en el


dominio que la Bula del Papa Alejandro VI (1493) le reconociera sobre los
mares y tierras, a cien leguas al Oeste de las Islas de las Azores y el Cabo
Verde.

En esta época el Papa, ostentaba las dos potestades: espiritual, (Jefe de la


Iglesia Católica) y temporal (ponía fin a los conflictos de soberanía
territorial). Esta Bula de partición, era atributiva de soberanía y no
confirmativa, como lo reconociera Francisco de Victoria, uno de los
fundadores del Derecho Internacional.

c) Ocupación: No cabe dudas que el primer colonizador de las islas fue


Louis Antoine de Bougainville, quien, en 1764 con un grupo de veintinueve
personas, se asentó en la Malvina Oriental, y fundó “Port Louis”, posesión
que hizo a nombre del Rey de Francia, Luis XV.

Enterada la corona española de este asentamiento, reclamó a Francia no


cumplir con “el Pacto de Familia” suscripta por los Borbones en 1761, y estos
respetuosos de ese Tratado devuelven esas tierras a España, contra el
rembolso a Boungainville de los gastos incurridos al establecer una colonia.
El 2 de abril de 1767 se izó la bandera española, entregando Boungainville
ese asentamiento fortaleza, a quienes fueron sus verdaderos propietarios.

Casi un año después del primer asentamiento francés, en 1765, llega el


Comodoro John Byron y en la isla Saunders situada al norte de la Gran
Malvina, toma posesión formal en nombre de Jorge III y funda Port
Egmont, expedición esta que no dejó colonia alguna.

Dos años después de la llegada de Boungainville se estableció secretamente


la primera colonia británica en Port Egmont, coexistiendo con la francesa,
hasta que España exigió explicaciones y protestó ante la Corte de Francia, y
luego de complejas negaciones secretas llevadas a cabo en Londres, relata
Julius Goebel, que, para salvar el honor ofendido de los ingleses, se le
permitió dejar una placa, que, para el derecho internacional, no tiene ningún
valor. En mayo de 1774, Port Egmont fue evacuado, quedando así los
españoles con la posesión exclusiva, indiscutible e ininterrumpida de todo el
archipiélago, y la continua sucesión de los gobernadores españoles, consolidó
la administración colonial.

Existe un principio en el Derecho Internacional que para que la ocupación


sea válida y el estado pueda ejercer soberanía, el territorio debe ser “res
nullius”, es decir que no esté sometido a la soberanía de otro Estado. En el
caso que nos ocupa, no cabe duda alguna que la corona de España la poseyó
en forma indiscutida, avalada no solamente por el derecho consuetudinario
de la época, sino también por los mapas y tratados, que se conservan en la
Corte española.

d) Prescripción:

La prescripción es una forma de adquirir derechos, o liberarse de una


obligación por el transcurso del tiempo.

En el caso Malvinas se aplica el primer aspecto, siempre que reúna los


requisitos de ser pública, pacifica e ininterrumpida y ser res nullius.
Nuestros derechos los tienen por ser acreedores de la primera ocupación en
las Islas.

Por su parte Gran Bretaña también aduce este título, pero solo reúne
caracteres negativos: fue ilícita por ser violatoria de los Tratados Vigentes
(Convención de San Lorenzo el Real o Nootka Sound); clandestina, fue oculta
hasta que los españoles llegaron a comprobarla (véase Descubrimiento y
Ocupación); tardía, sobrevino después de la ocupación francesa (1764 –
Louis Bounganville), quienes tres años después la transfieren a España
(1767); contestada, porque España le opuso resistencia y finalmente una
reserva explicita. Fue parcial, porque solo se redujo a Puerto Egmont,
mientras España poseía Puerto Soledad (antes Port Louis); fue brevísima,
solo duró ocho años (1765/1774); fue precaria, porque las abandonó en 1774
y, por último, destacamos que, la ocupación por España fue anterior a la de
Gran Bretaña, coexistió a la par de esta sin ser turbada y continuó
existiendo después del abandono por parte de Inglaterra de Port Egmont,
lugar donde se asentaron precariamente. (Podestá Costa, 1960, p. 223).

e) Sucesión: La posesión efectiva e integral del archipiélago mantenida por


España pasó, en 1816, a las Provincias Unidas del Rio de la Plata, que desde
la formación del Primer Gobierno patrio (1810), heredó de su antecesora,
todos los derechos tanto materiales (territorio en sus tres dimensiones)
como inmateriales.
Al suceder Argentina a España, adquiere todos los derechos que España
poseía sobre las islas. Se aplica el principio de “utis possidetis iuris”,
consagrándose como limites internacionales, todos los territorios del Estado
Sucesor. Las Malvinas que formaban parte del Virreinato del Río de la Plata
pasan ipso iure al nuevo estado naciente.

Violación de los Tratados

Inglaterra reiteradamente violó los tratados suscriptos. Primero con


España, luego con las Provincias Unidas del Río de la Plata, para culminar con
Argentina, en su carácter de sucesora de la primera.

En 1790, se firma la Convención de San Lorenzo el Real o Nootka Sound. Por


el art. VI le imponía a Gran Bretaña, la obligación de no instalar ningún
establecimiento permanente en las costas e islas del Atlántico Sur,
“situadas al Sur de las partes de las mismas costas e islas adyacentes ya
ocupadas por España”

Argentina y las Islas Malvinas en el siglo XIX

Como lo señaláramos antes, nuestro país sucedió en todos sus derechos al


Reino de España. Se independizó en 1816, y a partir de allí, realizó actos en
defensa de nuestros derechos.

En 1820, el nuevo gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata, envía
la fragata “Heroína” al mando del Coronel David Jewett, con instrucciones
de tomar posesión de las Islas en nombre de la nueva República, izando la
bandera argentina, “se dispararon salvas y se leyó una declaración en la que
se incorporaba el archipiélago al territorio de nueva República”.

En 1823 a Jorge Pacheco por sus servicios durante la guerra de


independencia, se le conceden “treinta leguas de tierras, en la Isla Soledad,
incluyendo el usufructo de pesquerías y ganado”. Pacheco, socio y amigo de
Vernet, organizó con este, una segunda expedición a Malvinas en junio de
1826, otorgándole el gobierno argentino derechos sobre tierras y pesca.
(Martínez Moreno).

Mientras esos esfuerzos del Gobierno argentino se desarrollaban con éxito,


llega a Puerto Soledad, el buque de guerra británico Clío, cuyo capitán
Onslow se entrevista con Pinedo, aduciendo que, en nombre de su Majestad
Británica, debía a tomar posesión de las Islas. Al día siguiente, el 2 de enero
de 1833, iza bandera británica y Pinedo regresa a Buenos Aires, desgastado
por los acontecimientos. Se práctica, lo que Hugo Gobbi denomina “la
limpieza étnica en el archipiélago”, expulsando a sus primitivos habitantes y
repatriándolos en forma inmediata al continente, repoblando el territorio
con colonias inglesas, provenientes de la Isla de Santa Elena y otros
territorios británicos de ultramar. (Gobbi, 1999, p. 315).

Así fue la usurpación de nuestras Islas y el desalojo de la población


argentina que residía en ellas. Argentina protestó inmediatamente ante el
Encargado de Negocios Británicos por el atropello y apropiación indebida de
las instalaciones, lo hizo en varias oportunidades a fin de que se
reconocieran nuestros derechos, principalmente el derecho del primer
ocupante (1764) y la condición que presentaban las islas en ese momento.
Protestas y reclamo que fueron negativas, ante la intransigencia del Reino
Unido de Gran Bretaña.

 La cuestión Malvinas en las Naciones Unidas.

La Resolución 2065/65, conocida como el “Alegato Ruda” (4 principios), es la


piedra fundamental de nuestra estrategia para la recuperación de las Islas,
que hasta el presente continúa plenamente vigente

1) Por primera vez se usa el término territorio, en vez de colonia.

2) Acepta la doble denominación: Malvinas (Argentina), Falkland Island


(Gran Bretaña), antes de esta Resolución, solo se las denominaba Falkland
Islands.

Fue el gran triunfo argentino, según lo manifestara nuestro embajador Lucio


García del Solar.

Con esta Resolución la cuestión dejo de ser una oscura disputa bilateral,
para adquirir una dimensión internacional estableciendo las bases para las
primeras conversaciones, que hasta entonces era considerada por Gran
Bretaña como “no negociable”.

En el año 1973, la Asamblea General de la ONU dicta la Resolución 3160,


invitando a ambos gobiernos a “proseguir las negociaciones a fin de
encontrar una solución pacífica al problema, teniendo en cuenta las
disposiciones y los objetivos de la Carta de la ONU, de la Resolución 1514
(XV), así como los intereses de la población de las Islas.

Pide a ambos gobiernos que informen al Comité Especial y a la Asamblea


General el resultado de las negociaciones.
Las negociaciones bilaterales

Paralelamente al tratamiento que se le daba a esta cuestión en las Naciones


Unidas, se inician en la década del 60 las negociaciones bilaterales.

En 1966, comienzan las negociaciones entre ambos países.

En 1971, se firma la Declaración de Buenos Aires, mediante el cual ambos


países se comprometían a la apertura de las comunicaciones.

En 1.973, se dicta en la ONU, la resolución 3160, de la cual se hablará


anteriormente.

En 1.976, con motivo de un informe leído en la Cámara de los Comunes, de la


existencia de petróleo en las Islas en aguas circundantes a Malvinas,
compañías canadienses y norteamericanas, habían solicitado, licencias de
exploración en Gran Bretaña.

En 1.976, la Asamblea General de la ONU, dicta la Resolución 31/49, en la


que recordando las Resoluciones anteriores 1514(XV), 2065(XX) y 3160
(XXVIII), expresa:

a) Su reconocimiento a los continuos esfuerzos realizados por el gobierno


argentino para facilitar el proceso de descolonización y promover el
bienestar de la población en las Islas.

b) Pide a ambos gobiernos que aceleren las negociaciones.

c) Insta a las partes se abstenga de adoptar decisiones unilaterales (por la


explotación del petróleo), mientras estén atravesando el proceso
recomendado por las Resoluciones 2065 y 3160.

d) Pide a ambos gobiernos, lo antes posibles, acerca de los resultados de las


negociaciones.

En 1.977, se firma la Declaración Conjunta sobre Futuro y Cooperación en


las Islas. se reanudan las negociaciones, sin que las partes, tratasen el tema
de la soberanía.

En 1.980, llega a aguas jurisdiccionales argentinas, una nueva misión,


conocida como la Misión Ridley con una propuesta para los habitantes de las
islas:

1) Que nacionalidad deseaban tener: contestaron querían continuar siendo


ingleses.
2) Les propone la creación de un condominio, para ser administrado por
Argentina, Gran Bretaña y la ONU: respondieron querer ser ingleses y no
aceptar este gobierno tripartito.

 El conflicto en el Atlántico Sur

El 2 de abril de 1.982, se produce el desembarco argentino en Malvinas,


recuperando nuestro país, el territorio usurpado por los ingleses en 1.833.
Concluyó el conflicto el 14 de junio de ese mismo año, con la rendición
argentina, a cargo del General Mario Benjamín Menéndez.

A pesar de que nunca se declaró la guerra, (conforme a los Convenios de


Ginebra, dos son las formas de comenzar las hostilidades: por un ultimátum,
o por una declaración formal de la guerra) las NN.UU., solicitaba a nuestro
país esta declaración formal.

El Consejo de Seguridad de la ONU, declaró a la Argentina como el “estado


agresor”, e instaba a las partes, por medio de resoluciones a cesar las
hostilidades.

Entre las consecuencias que tuvo este conflicto, una vez comenzadas las
hostilidades, fue, la ruptura de relaciones con países y organizaciones
internacionales. Así la Unión Europea, rompió lazos con Argentina, con el
argumento de ser un país miembro de dicha organización; Estados Unidos,
adoptó una “falsa neutralidad” manteniéndose al margen del conflicto, a
causa de lazos económicos con lo unía con la Unión Europea, además ambos
pertenecían a la OTAN.

El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), a través de su


Consejo Permanente, dejó en libertad a cada uno de sus integrantes de
apoyar con material bélico esta causa. Los primeros que se solidarizaron con
nuestro país, fueron Venezuela y Perú. Chile si bien adoptó una posición
diplomática de neutralidad, años después se supo que ayudó al Reino Unido.

El Consejo de Seguridad de la ONU preocupado por la existencia de un


quebrantamiento de la paz en la región, dictó el 3 de abril de 1.982, la
Resolución 502, donde exige entre otros puntos, la inmediata cesación de
las hostilidades.

Posteriormente, la Resolución 505 del 26 de mayo de 1.982, resalta la


preocupación, porque la situación en las Islas, se ha deteriorado, y solicita
con mayor urgencia, la cesación de las hostilidades y la terminación del
conflicto.
Finalizada la guerra, Gran Bretaña, traza una Zona de Seguridad Militar
alrededor de las Islas de doscientas millas marinas, prohibiéndole la
entrada a esa zona de todo buque o aeronave de guerra argentinos. Con el
tiempo para aparentar en la comunidad internacional ser benevolentes con
Argentina, suavizó ese término, denominándola “Zona de Protección
Pesquera”, reduciéndola a ciento cincuenta millas marinas, con el pobre
argumento de salvaguardar la pesca.

Con este trazado, Gran Bretaña, infringió la IIIª Convención de Derecho


del Mar, en lo que se refiere a espacios jurídicos marítimos pertenecientes
a la Argentina, y las que con posterioridad a través de la Comisión de
Límites de la Plataforma Continental nuestro país la fijó comunicando este
hecho a las NN.UU.

 Las negociaciones posteriores hasta la actualidad.

El 10 de diciembre de 1983, asume la presidencia el Dr. Raúl Alfonsín, y


comienzan los primeros intentos de acercamiento, que después del conflicto
bélico se encontraba suspendido, por las consecuencias que la guerra deja al
concluir las hostilidades. En ese intento de diálogo, Argentina estaba
representada por Brasil y Gran Bretaña por la Confederación Helvética
(Suiza).

Nuestro gobierno, sentó su posición a través de dos objetivos: uno


inmediato, que consistía en el cese de las hostilidades, pesca,
restablecimiento de las líneas aéreas, diplomáticas y consulares, negociación
del tema de Derecho Humanitario, entre otros. Y un objetivo Mediato: la
cuestión de la soberanía.

Conclusión de este período: durante este gobierno, no hubo ningún tipo de


negociaciones, menos de acercamiento.

El tratamiento durante el Gobierno de Menem: En agosto de 1989,


comienzan los primeros intentos de acercamiento, y en la Primera Reunión
Preliminar de Nueva York, celebrada en la ciudad homónima, elaboran una
agenda, conteniendo los temas que se desarrollarían en dos posteriores
reuniones. Así nacen dos instrumentos que serían denominados: Acuerdos de
Madrid I y Madrid II.

El gobierno de Néstor Kirchner: Su canciller Rafael Bielsa, ante el Comité


de Descolonización de la ONU, decía, que, “la soberanía de las Islas, es un
objetivo irrenunciable del pueblo argentino, y una política de estado
continuada por el nuevo gobierno…”.

Dice el Dr. Biangardi Delgado que, la administración del presidente


Kirchner, “…produjo un quiebre en la implementación de los Acuerdos de
Madrid. Hoy la actividad de la Comisión de pesca en el Atlántico Sur, está
prácticamente congelada. Se prohibió los vuelos a Malvinas y se denunció la
Declaración Conjunta sobre la Exploración y Explotación de
Hidrocarburos…”. (Biangardi Delgado, Dunken, 2.017).

La presidencia de Cristina Fernández de Kirchner: Al igual que su


antecesor, la causa Malvinas es prioritaria para su gobierno, cuyos derechos
son “irrenunciables e indeclinables”.

Dio comienzo a una política de endurecimiento, máxime aún, cuando el


gobierno de Gran Bretaña, otorgara patentes de pesca por veinticinco años
en espacios jurídicos marítimos, sujetos a una controversia de soberanía.

En el año 2.008, el gobierno argentino, protestó ante Gran Bretaña por las
concesiones otorgadas para la exploración y explotación del petróleo en
áreas de jurisdicción marítimas que nuestro país reclama. También rechazó
en el 2.010, los ejercicios militares con lanzamientos de misiles que el país
invasor anunciaba realizar en Malvinas.

Todas estas acciones que realizaba Gran Bretaña, eran inmediatamente


protestadas por el gobierno argentino, no solamente ante el gobierno
británico, sino ante las NN.UU. y foros internacionales. Lo que produjo que,
en el año 2.012, Gran Bretaña, reforzara la presencia militar en las Islas, la
que fuera denunciada por Argentina en las NN.UU.

En el año 2.013, Gran Bretaña, realiza en las islas un plebiscito de


nacionalidad, y para determinar si sus habitantes deseaban continuar siendo
un territorio del Reino Unido. Los ahora llamados ingleses (antes de la
guerra eran “kelpers”) respondieron el noventa y ocho por ciento (98%) por
la afirmativa. Nuestra presidente rechazó todas estas acciones, afirmando
que la población, fue implantada durante la invasión de 1.833 por el Reino
Unido de Gran Bretaña, por lo que no corresponde el derecho a la libre
determinación, porque la ocupación la considera ilegal.

En el año 2014, con el objetivo de establecer una política de estado


respecto de la administración de los recursos naturales que nuestro país
tiene en el Atlántico Sur, lanzaron el Proyecto Pampa Azul, en un intento de
reforzar la presencia nacional en los espacios marítimos circundantes a las
Islas. Fue una iniciativa estratégica dirigida a promover el conocimiento
científico, el desarrollo tecnológico y la innovación productiva en el
Atlántico Sur, fomentando la explotación sustentable de los recursos
marinos y fortaleciendo el crecimiento de las industrias vinculadas al mar.

La presidencia de Mauricio Macri: El primer acercamiento por esta causa


fue en el Foro económico de Davos, donde se reunió con el Premier
británico, David Cameron, dispuesto a dialogar sobre el tema Malvinas.
Concluida esta reunión, el gobierno británico publicó un comunicado,
afirmando: “que su posición sobre Malvinas sigue siendo la misma. No hay
soberanía que discutir, porque los isleños quieren seguir siendo británicos…”.

Concluimos que, este gobierno en el tema de política territorial se asemejó


más al de Menem que a cualquier otro gobierno que le antecediera. Congela
el tema de la soberanía, para avanzar sobre otros de carácter económico y
comercial. Asimismo, hubo pedidos de Londres de eliminar los obstáculos
(penalidades dictados por el gobierno de Cristina Kirchner) para la pesca y
los hidrocarburos.

La presidencia de Alberto Fernández: Hasta enero de 2020, mes en que


se elabora esta edición, el Presidente Alberto Fernández, quien asumió el
gobierno nacional en el pasado mes de diciembre, ha reafirmado en su
discurso de asunción el carácter de Política de Estado que tendrá la
Cuestión Malvinas para su mandato, sosteniendo que no hay lugar para el
colonialismo en el Siglo XXI. Expresó que “no existe otro camino que el de la
diplomacia y la paz para hacer valer su demanda”.

Tema 04

Antártida. Características generales históricas. Reclamaciones sectores. El


sistema del Tratado Antártico. La influencia del contexto internacional.
Evolución hasta nuestros días. El tema antártico en Naciones Unidas.
Influencia de las organizaciones no gubernamentales.

El Tratado Antártico. Las partes contratantes. Ámbito geográfico de


aplicación. El paraguas de soberanía del Art. IV. La utilización pacifica del
continente antártico. Convenciones más importantes. Procedimiento para la
modificación del Tratado. Plazo de vigencia. Protocolo del Tratado Antártico
sobre Protección del Medio Ambiente. Análisis general del Protocolo y sus
anexos. Intereses, objetivos y actividad científica argentina.

 Características generales históricas

Aunque las etapas en la evolución de la historia e historia-jurídica antártica


no son delimitables en forma estricta, ya sea por su parcial superposición o
porque fases eventualmente superadas perviven en el tiempo, es posible
plantear que (1) de una época de conocimiento cuasimitológico del
continente se avanzó a (2) el tiempo de las exploraciones geográficas y
descubrimientos, iniciándose en paralelo (3) la etapa de la explotación de los
recursos vivos antárticos y seguida prontamente por (4) el período de las
reclamaciones soberanas. A partir del Tratado Antártico, se desarrollará
(5) una fase en que los intereses soberanos serán postergados a favor de la
paz mundial, empleando a la ciencia como facilitadora de la misma. Luego
vendrá (6) una época en que se propenderá a la explotación sustentable de
los recursos, para, finalmente, surgir (7) la etapa actual, caracterizada por
la preocupación ecológica. En términos más breves, se ha evolucionado desde
la hegemonía de los intereses geoestratégicos a la supremacía de los
intereses económicos, para culminar en la preponderancia de los intereses
ecológicos. En esta sucesión de fases jamás se ha superado por completo el
período anterior, y la ciencia ha sido en forma constante, aunque no siempre
evidente, un instrumento de los intereses predominantes.

Los sabios griegos dedujeron la existencia de la Antártica del estudio del


universo. Aristóteles (s. IV a.C.) planteó que en el planeta Tierra existían
sectores inhabitables a causa de su clima helado, uno junto a cada Polo.
Pasarían todavía más de tres siglos hasta que, a fines del siglo XVIII, se
logre cruzar el Círculo Antártico. A partir de entonces, la explotación de los
recursos de esas latitudes, en especial mediante la caza de focas y la
captura de ballenas, se convertiría en una significativa actividad económica,
realizada sin mayor cuidado ni control.

En 1820 se efectuó el primer descubrimiento confirmado del continente.


Una década más tarde, entre 1830-32, la Antártica sería circunnavegada.

Hacia fines del siglo XIX comenzó el auge de las exploraciones científicas,
incentivadas por el hecho de que, como se expresara en el Sexto Congreso
Internacional de Geografía (Londres, 1895), la Antártica era el único
continente que permanecía aún como un desafío para el conocimiento
humano. El hito máximo de la denominada “época heroica” se alcanzaría el 14
de diciembre de 1911, cuando el noruego Roald Amundsen arribó al Polo Sur;
un mes más tarde lo haría el británico Robert Falcon Scott.

En forma paralela al incremento de las exploraciones australes, en una


relación entre ciencia y política relativamente estable en la historia
antártica, se dará inicio al proceso de reclamaciones soberanas.

Desde el término de la Segunda Guerra Mundial, tres factores tensionaron


la situación en torno a la Antártica y al Océano Austral. Por una parte, la
superposición de las reclamaciones de Chile, Argentina y Gran Bretaña
sobre la Península Antártica, situación no exenta de episodios, escaramuzas
y alistamientos de significación militar y que llevó incluso a que Reino Unido
demandara a Chile y a Argentina ante la Corte de Justicia Internacional en
1955, acción judicial que en definitiva no prosperó. En segundo lugar, el
interés antártico manifestado tanto por parte de los Estados Unidos como
de la Unión Soviética, en momentos en que avanzaban apresuradamente
hacia la Guerra Fría y deseaban tener el control sobre el Continente Helado
e impedir que su oponente lo ejerciera. Un tercer factor fue la necesidad,
tanto de las potencias como de los Estados del mundo en general, de
asegurar el libre paso entre los océanos Atlántico y Pacífico.

La política utilizaría una vez más a la ciencia en los asuntos antárticos, esta
vez para producir una distensión. En efecto, la organización del Año
Geofísico Internacional de 1957-1958, orientado a la investigación
científica antártica, pero colmado de facetas políticas, sería la instancia que
permitiría templar los ánimos y crear el ambiente propicio para alcanzar un
acuerdo útil a las diversas partes en pugna. Tal sería el Tratado Antártico,
suscrito en Washington en 1959 por los gobiernos de Argentina, Australia,
Bélgica, Chile, Estados Unidos de Norteamérica, Francia, Japón, Noruega,
Nueva Zelanda, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte,
Sudáfrica y la Unión Soviética (hoy Rusia).

El Sistema Antártico ha evolucionado desde la primacía de los intereses


geoestratégicos, a la superioridad de los económicos y hasta la preeminencia
los ambientales. Sin embargo, las etapas aparentemente superadas han
permanecido latentes y podrían eventualmente reaparecer, en especial
debido a los factores emergentes que inciden en el quehacer antártico
(protección del medio ambiente, aumento de la actividad turística, efectos
del cambio climático y calentamiento global, interés por la explotación de
recursos naturales, desarrollo de la ciencia antártica, mayores exigencias
de seguridad en navegación marítima y aérea, responsabilidad en rescates,
etc.). En esta sucesión de fases la ciencia ha sido utilizada como un
instrumento de las motivaciones prioritarias de cada época, desde las
exploraciones geográficas del s. XVIII a las sofisticadas investigaciones
del s. XXL

Teniendo presente la forma como ha evolucionado el Sistema del Tratado


Antártico y los desafíos presentes, es necesario que los Estados
Consultivos, y en definitiva todos los Estados Partes del Tratado,
desarrollen nuevos mecanismos jurídicos y políticos que permitan conjugar
los intereses territoriales de los Estados soberanos y reclamantes con los
intereses generales de aquellos Estados no-reclamantes, y con los más
amplios intereses de la Humanidad que, como parte de un esfuerzo global
por la paz mundial y por la salud ambiental del planeta Tierra, se preocupa
por preservar el medio ambiente antártico.

 El Tratado Antártico. Las partes contratantes

El Tratado Antártico fue firmado en Washington el 1.º de diciembre de


1959 por doce estados directamente interesados en la Antártida, que
habían participado activamente en actividades de investigación científica en
la Antártida durante el Año Geofísico Internacional (1957-1958):
Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Estados Unidos, Francia, Japón, Nueva
Zelandia, Noruega, Reino Unido, la Unión del África del Sur (Sudáfrica) y la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (Federación de Rusia). Entró en
vigor el 23 de junio de 1961.

Las doce Partes Contratantes signatarias originarias se denominan, a su vez,


Partes Consultivas porque tienen derecho a participar en las reuniones
previstas en el Artículo IX (Reuniones Consultivas), con el fin de
intercambiar información, consultarse mutuamente sobre asuntos de
interés común relacionados con la Antártida, y formular, considerar y
recomendar a sus gobiernos medidas para promover los principios y los
objetivos del Tratado.

 Ámbito geográfico de aplicación.

Artículo VI

Las disposiciones del presente Tratado se aplicarán a la región


situada al sur de los 60° de latitud Sur, incluidas todas las
barreras de hielo; pero nada en el presente Tratado
perjudicará o afectará en modo alguno los derechos o el
ejercicio de los derechos de cualquier Estado conforme al
Derecho Internacional en lo relativo a la alta mar dentro de
esa región.

 El paraguas de soberanía del Art. IV

1. Ninguna disposición del presente Tratado se interpretará:

(a) como una renuncia, por cualquiera de las Partes Contratantes, a sus
derechos de soberanía territorial o a las reclamaciones territoriales en la
Antártida, que hubiere hecho valer precedentemente;

(b) como una renuncia o menoscabo, por cualquiera de las Partes


Contratantes, a cualquier fundamento de reclamación de soberanía
territorial en la Antártida que pudiera tener, ya sea como resultado de sus
actividades o de las de sus nacionales en la Antártida, o por cualquier otro
motivo;

(c) coma perjudicial a la posición de cualquiera de las Partes Contratantes,


en lo concerniente a su reconocimiento o no reconocimiento del derecho de
soberanía territorial, de una reclamación o de un fundamento de
reclamación de soberanía territorial de cualquier otro Estado en la
Antártida.

2. Ningún acto o actividad que se lleve a cabo mientras el presente Tratado


se halle en vigencia constituirá fundamento para hacer valer, apoyar o negar
una reclamación de soberanía territorial en la Antártida, ni para crear
derechos de soberanía en esta región. No se harán nuevas reclamaciones de
soberanía territorial en la Antártida, ni se ampliarán las reclamaciones
anteriormente hechas valer, mientras el presente Tratado se halle en
vigencia.

Presencia que, en realidad, data de mucho tiempo atrás, ya que mucho antes
de 1819, los foqueros criollos de Buenos Aires cazaban lobos de dos pelos en
las Shetland del Sur. Sin embargo, a partir de 1904, la Argentina, en total
soledad en la Antártida durante los siguientes cuarenta años, estuvo
presente en su Sector Antártico sobre el que proclamó su soberanía,
delimitado por los meridianos de 25° Oeste y 74° Oeste, el paralelo de 60°
Sur y el Polo Sur, y la afianzó en forma sostenida hasta hoy.
El Tratado no define ni resuelve controversias territoriales. No afirma
derechos territoriales ni los desconoce; tampoco internacionaliza la
Antártida ni la erige en patrimonio común de la humanidad. El Tratado
Antártico no precisa ninguna fecha de terminación.

 El Sistema del Tratado Antártico

La agenda de las Reuniones Consultivas incluye importantes temas actuales,


entre ellos, las cuestiones relacionadas con la protección del medio
ambiente, asuntos legales e institucionales, asuntos operativos, la
cooperación en materia científica y logística asociada a la ciencia, la
temática de la responsabilidad, la bioprospección, el impacto de las
actividades turísticas, el cambio climático y la introducción de especies
exógenas. Esa agenda ha funcionado bien durante los últimos cincuenta años
y no debería ser objeto de modificaciones sustantivas que tuvieran como
efecto acotarla al tratamiento de temas que son de prioridad solamente
para un grupo de Partes Consultivas. El Sistema del Tratado Antártico
comprende un cuerpo regulatorio que incluye el propio Tratado, las
recomendaciones (medidas, decisiones y resoluciones) adoptadas de acuerdo
con lo dispuesto en su Artículo IX, los instrumentos internacionales a él
vinculados en vigor y las normas dictadas en el marco de dichos
instrumentos.

El Sistema comprende hoy un conjunto de instrumentos, principios y


objetivos a partir de los cuales comenzó a edificarse un régimen jurídico-
político para administrar la cooperación internacional y la investigación
científica en la región, que se basa en la práctica del consenso para la
adopción de decisiones, y se caracteriza por ser pragmático,
descentralizado, funcional y dinámico.

El desarrollo del Sistema del Tratado Antártico tuvo, hasta los años 70, las
características de un régimen que se iba consolidando, cuya principal tarea
consistía en su propia acomodación interna, alejado de posibles impactos
provenientes del contexto internacional. Posteriormente, experimentó una
evolución expansiva en relación con los sujetos y actores, en relación con la
materia en cuanto al campo de actividades de su competencia y en relación
con el ámbito de validez espacial.

La posibilidad de explotar los recursos naturales despertó el interés de


diversos países en vincularse al Sistema para tener una participación
directa y activa, lo que generó una importante corriente de adhesiones,
envío de expediciones e instalación de bases. Así, el número de Partes
Contratantes pasa de doce, en 1961, a cincuenta en 2011. El número de
Partes Consultivas -es decir, aquellas habilitadas a participar de las
Reuniones Consultivas pasó de los doce signatarios originarios a veintiocho.

Los problemas relacionados con la explotación de los recursos naturales han


otorgado, también, una nueva dimensión geográfica y jurídica al Sistema en
su conjunto: la aplicación del Derecho del Mar a la Antártida.

 La utilización pacifica del continente antártico

La vocación universal asignada al propósito de la utilización pacífica de la


Antártida quedó plasmada, en la apertura del Tratado, a la adhesión de
cualquier estado miembro de las Naciones Unidas o de cualquier otro estado
invitado a adherirse al consentimiento de todas las Partes Consultivas,
conforme lo establece el Artículo XIII. Además, el Artículo IX permite que
cualquier Parte Contratante que haya llegado a ser parte por adhesión
adquiera la condición de Parte Consultiva si demuestra su interés en la
Antártida mediante la realización en la región de investigaciones científicas
importantes, tales como el establecimiento de una estación científica o el
envío de una expedición científica.

 Convenciones más importantes

La cuestión de los recursos naturales antárticos, unida a la capacidad de


creación normativa de las Reuniones Consultivas, hizo posible el gradual
desarrollo del marco inicial, para lo cual también debieron concebirse
diversos regímenes especiales, algunos de los cuales requirieron ser
establecidos por otros instrumentos, como las Medidas Acordadas para la
Protección de la Flora y Fauna Antárticas, de 1963, la Convención para la
Conservación de Focas Antárticas, de 1972, la Convención sobre la
Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos, de 1980, la
Convención para la Reglamentación de las Actividades sobre Recursos
Minerales Antárticos, de 1988, que no entró en vigor, y el Protocolo al
Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente, de 1991, que
cuenta con cinco anexos y un sexto anexo que aún no ha entrado en vigor.
Los problemas relacionados con la explotación de los recursos naturales han
otorgado, también, una nueva dimensión geográfica y jurídica al Sistema en
su conjunto: la aplicación del Derecho del Mar a la Antártida. La Convención
para la Conservación de Focas Antárticas, en vigor desde 1978, significó un
importante avance en el proceso de vinculación del Sistema Antártico con el
Derecho del Mar. La Convención se aplica al mar ubicado al sur de los 60º S,
respecto del cual las Partes Contratantes afirman las disposiciones del
Artículo IV del Tratado Antártico, con lo cual dejan salvaguardadas las
posiciones nacionales.

La Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos


Antárticos (CCRVMA), adoptada en la Conferencia de Canberra de 1980 y
en vigor desde 1982, constituye un hito de particular relevancia en el ciclo
de evolución expansiva de la competencia material y del ámbito de validez
espacial del Sistema del Tratado Antártico, así como de su vinculación con
el Derecho del Mar. La CCRVMA se aplica a los recursos vivos marinos
antárticos de la zona situada al sur de los 60º S y a los recursos vivos
marinos antárticos de la zona comprendida entre dicha latitud y la
Convergencia Antártica, que forman parte del ecosistema marino antártico.

 Procedimiento para la modificación del Tratado

Artículo XII

1. (a) El presente Tratado podrá ser modificado o enmendado, en cualquier


momento, con el consentimiento unánime de las Partes Contratantes, cuyos
representantes estén facultados a participar en las reuniones previstas en
el Artículo IX. Tal modificación o tal enmienda entrará en vigencia cuando el
Gobierno depositario haya sido notificado por la totalidad de dichas Partes
Contratantes de que las han ratificado.

(b) Subsiguientemente, tal modificación o tal enmienda entrará en vigencia,


para cualquier otra Parte Contratante, cuando el Gobierno depositario haya
recibido aviso de su ratificación. Si no se recibe aviso de ratificación de
dicha Parte Contratante dentro del plazo de dos años, contados desde la
fecha de entrada en vigencia de la modificación o enmienda, en conformidad
con lo dispuesto en el subpárrafo 1(a) de este Artículo, se la considerará
como habiendo dejado de ser Parte del presente Tratado en la fecha de
vencimiento de tal plazo.

2. (a) Si después de expirados treinta años, contados desde la fecha de


entrada en vigencia del presente Tratado, cualquiera de las Partes
Contratantes, cuyos representantes estén facultados a participar en las
reuniones previstas en el Artículo IX, así lo solicita, mediante una
comunicación dirigida al Gobierno depositario, se celebrará, en el menor
plazo posible, una Conferencia de todas las Partes Contratantes para
revisar el funcionamiento del presente Tratado.

(b) Toda modificación o toda enmienda al presente Tratado, aprobada en tal


Conferencia por la mayoría de las Partes Contratantes en ella
representadas, incluyendo la mayoría de aquéllas cuyos representantes
están facultados a participar en las reuniones previstas en el Artículo IX,
se comunicará a todas las Partes Contratantes por el Gobierno depositario,
inmediatamente después de finalizar la Conferencia, y entrará en vigencia
de conformidad con lo dispuesto en el párrafo 1 del presente Artículo.

(c) Si tal modificación o tal enmienda no hubiere entrado en vigencia, de


conformidad con lo dispuesto en el subpárrafo 1(a) de este Artículo, dentro
de un período de dos años, contados desde la fecha de su comunicación a
todas las Partes Contratantes, cualquiera de las Partes Contratantes podrá,
en cualquier momento, después de la expiración de dicho plazo, informar al
Gobierno depositario que ha dejado de ser parte del presente Tratado, y
dicho retiro tendrá efecto dos años después que el Gobierno depositario
haya recibido esta notificación.

 Plazo de vigencia

El tratado tiene vigencia indefinida y no ha sufrido enmiendas. Puede ser


modificado por la unanimidad de los miembros consultivos o —luego de los
treinta años de vigencia— por la mayoría de miembros presentes en una
conferencia convocada al efecto en la que pueden participar los miembros
no consultivos.

 Protocolo del Tratado Antártico sobre Protección del Medio


Ambiente. Análisis general del Protocolo y sus anexos. Intereses,
objetivos y actividad científica argentina.

En el marco de la XI Reunión Consultiva Especial, se adoptó en Madrid en


1991 el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio
Ambiente y cuatro Anexos que forman parte integrante de él.

El Protocolo complementa el Tratado Antártico, no lo modifica ni lo


enmienda. Su principal objetivo es la protección global del medio ambiente
antártico y los ecosistemas dependientes y asociados; designa la Antártida
como reserva natural, consagrada a la paz y a la ciencia. Consecuentemente,
prohíbe cualquier actividad relacionada con los recursos minerales, salvo la
investigación científica. Esta prohibición permanente sobre actividades
mineras solo podrá modificarse por consenso, antes de los cincuenta años
contados desde la fecha de entrada en vigor del Protocolo, o por una
mayoría determinada, en el seno de una Conferencia de Revisión convocada
al término de ese plazo. La propuesta de modificación, en dicha Conferencia
de Revisión, deberá incluir los términos de un régimen jurídicamente
obligatorio respecto de los recursos minerales antárticos. El ámbito
espacial de validez del Protocolo se restringe al área de aplicación del
Tratado Antártico, es decir, al sur de los 60º S.

Preguntas de examen
1 - Distinga entre frontera y límite. ¿Como se materializan?

2 - Define las aguas interiores, Señale su condición jurídica y diferencie con


el mar territorial.

3 - Como se delimita el mar territorial entre estados con costas adyacentes


o situadas frente a frente?

4 - Defina el Derecho de paso inocente y señale las facultades del estado


ribereño con relación al paso inocente dando no menos de tres ejemplos.

5 - Excepciones a la soberanía del estado ribereño en el mar territorial:


paso inocente y jurisdicción civil y penal.

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