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DERECHO INTERNACIONAL

TEMA 8

La competencia del estado sobre el territorio: concepto y naturaleza del territorio. Modos de adquisición. Las modificaciones del contenido
de la competencia territorial. El territorio terrestre y la frontera.

I. LA COMPETENCIA DEL ESTADO SOBRE EL TERRITORIO

Concepto y Naturaleza del Territorio

El territorio se nos presenta como la base física o espacial en la que se ejerce su


autoridad y, por tanto, sus poder y competencias un Estado determinado.
Dentro de las teorías que han intentado explicar la naturaleza jurídica del territorio, la
que más éxito ha tenido en la doctrina Internacionalista es la Teoría de la Competencia
formulada inicialmente por RADWIZKY en 1905 y posteriormente desarrollada, incluso con
algunas variantes, por ciertos sectores doctrinales austriacos (KELSEN, VERDROSS) y
franceses (SEELLE), considera, en términos generales, el territorio estatal como el límite de
las competencias estatales y el área geográfica de aplicación de las mismas.
El territorio estatal comprende no solo el territorio terrestre propiamente dicho, las
aguas, que en él se encuentran (ríos, lagos, lagunas,…) y el subsuelo correspondiente; sino
también ciertos espacios marítimos adyacentes a sus costas, aguas interiores, mar territorial,
espacio aéreo suprayacente al territorio terrestre y los espacios marítimos referidos.
La configuración del territorio estatal, tal como ha quedado descrito, encuentra ya
pleno reconocimiento en el Dº Internacional Consuetudinario (además de en diversos
instrumentos convencionales a los que más adelante haremos referencia), y en Sentencias del
TIJ (asunto sobre actividades militares y paramilitares en y en contra de Nicaragua de 1986).
Concretamente el territorio espacial, según se dispone en el Dº interno, se extiende a las
aguas interiores y al mar territorial y al espacio aéreo de estos espacios marítimos (Ley de
navegación aérea 48/1960 y ley sobre mar territorial 10/1977)
Ahora bien, aunque es el territorio del Estado el que determina la base de ejercicio de
las competencias territoriales, hay que recordar que las competencias del Estado pueden
también tener una base y alcance extraterritorial, así por ejemplo, el Estado ejerce su
jurisdicción exclusiva sobre los buques y aeronaves que ostentan su pabellón, y que, por
tanto, poseen su nacionalidad cuando navegan y sobrevuelan por alta mar.
También el estado puede dar a sus normas internas, en el orden penal sobre todo,
efectos extraterritoriales, STPJI caso LOTUS. En base a ppios como el de protección del
Estado o justicia universal, los Estados dictan normas con un alcance extraterritorial para
proteger algunos de sus intereses fundamentales y aún los de la Comunidad Internacional
sancionando ciertos delitos con independencia de la nacionalidad de su autor y del lugar de su
comisión (Delitos contra el Dº de Gentes; piratería marítima; delitos relacionados con la
Navegación Aérea; Crímenes de Guerra; Contra la Paz y la Humanidad;…)

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II. MODOS DE ADQUISICIÓN

Los modos en torno a los que se considera posible por el Dº Internacional que se
establezcan las competencias del Estado sobre un determinado territorio se han clasificado
tradicionalmente, por influencia privativista del Dº Romano, en torno a las categorías ss.
-Modos originarios: Aquellos que se utilizan cuando el territorio sobre el que se
establece la competencia no está sometido a la de otro Estad, tratándose, por tanto, de un
territorio sin dueño, una “terra nullius” (ocupación, accesión).
-Modos derivativos: Que son aquellos que se actúan sobre un territorio que está
sometido a la competencia de otro Estado en el momento que se establece sobre él la
competencia de un nuevo Estado (cesión, conquista)

OCUPACIÓN: Es el modo más importante dentro de los llamados originarios. Se


entiende por tal la adquisición de un territorio nullius basada sobre la toma de posesión
efectiva del mismo y acompañada de la intención de adquirir sobre él la competencia
territorial. Aunque la ocupación ha perdido en la actualidad toda referencia práctica toda vez
que no es posible hablar hoy de territorios nullius, su estudio sigue teniendo interés en la
medida en que para la resolución de litigios (sobre todo delimitación de fronteras) hay que
valorar el Dº en vigor en el momento en que se consolidó el título histórico. Ejemplos:
Estatuto de Groenlandia Oriental TPIJ 1933; Dictamen sobre el Sahara Occidental TIJ 1975.
ACCESIÓN: Consiste en un título para extender la competencia a aquellas formas
terrestres que hayan accedido al propio territorio del Estado bien por causas naturales
(aluvión, formación de islas) bien por la propia actitud del hombre (construcción de diques,
muelles…).
CESIÓN: Es un modo derivativo de adquisición de territorios por parte de un Estado
cedente a favor de la adquisición de una parte del territorio por otro Estado. La cesión no se
perfecciona jurídicamente hasta la ocupación efectiva del territorio y el consiguiente ejercicio
de las competencias por el Estado beneficiario de la cesión (STPJI en el asunto de los
intereses alemanes en la Alta Silesia Polaca)
PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA: Se da cuando un Estado se ha posesionad de un
territorio que en ppio. Pertenece a la Soberanía de otro, ejerciendo durante cierto tiempo, y
sin que se produzcan actos de protesta por parte de aquel otro Estado, una ocupación efectiva
que consolidaría su título. Un amplio sector de la Doctrina considera a la prescripción no
como un medio autónomo de adquisición, sino como medio de prueba de que existe
ocupación efectiva.
CONQUISTA: Considerada también como un modo derivativo de adquisición
territorial, suponía, conforme al Dº Internacional Clásico, la transferencia al vencedor de
parte del territorio del Estado del vencido al terminar una guerra. Para que la conquista se
considerase como un título válido por el Dº Internacional era necesario que, básicamente,
concurriesen los ss requisitos:
Que hubiese terminado el conflicto armado
Que se produjese una ocupación efectiva

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Que se diese en el Estado vencedor animus possidendi, no siendo necesaria la
existencia del animus transferendi por parte de Estado vencido.
En todo caso, sabemos que la conquista es hoy en día una figura condenada por el Dº
Internacional Contemporáneo en base al ppio. De prohibición del uso de la amenaza o uso de
la fuera del que ya se hizo eco la famosa resolución 2625 de la AGNU.

III. LAS MODIFICACIONES DEL CONTENIDO DE LA COMPETENCIA


TERRITORIAL

La práctica internacional nos ofrece ciertos supuestos particulares de modificaciones


del contenido de la competencia territorial, en virtud de los cuales el Estado consiente, a
través normalmente de acuerdos bilaterales o multilaterales restringidos, importantes
limitaciones a sus competencias soberanas a favor de otro u otros Estados.
Hay que advertir que buena parte de estos supuestos o bien hoy tienen un mero valor
histórico como en el caso de las cesiones de uso, de administración y en arriendo, y el
régimen de protectorados; o bien son representativos de figuras prácticamente en desuso
como los condominios y los territorios bajo administración internacional.
En la actualidad, son, fundamentalmente, los supuestos de utilización de bases en
territorio extranjero los que, a la vista de la práctica, despiertan un mayor interés y a los que
dedicaremos, por tanto, una atención particular. En virtud de estos supuestos, un Estado
autoriza a otro el uso en su propio territorio de bases militares y, por tanto, el estacionamiento
con fines de seguridad y defensa en el contexto de una cooperación militar, de fuerzas
armadas de Estados.
El uso de bases militares en territorio extranjeros suele estipularse a través de
Tratados Multilaterales o Bilaterales. En el caso de los primeros, éstos son Tratados de
alianza que institucionalizan sistemas de legítima defensa colectiva, como el ya desaparecido
Pacto de Varsovia o el Tratado de Atlántico Norte y, en particular, el Convenio sobre los
Estados partes en el Tratado del Atlántico Norte relativa al estatuto de sus fuerzas suscrito en
Londres en 1951.
En cuanto a los Tratados Bilaterales, puede operar autónomamente o en estrecha
relación funcional con la pertenencia de los dos Estados que se conciertan a una alianza
multilateral; este es el caso de España y EEUU, en el que se autorizó desde el año 1953 a
EEUU a establecer en suelo español bases aéreas y navales a través de un régimen
convencional que se caracterizó en una primera etapa (que se desarrolló hasta 1982) por la
articulación de una relación desigual entre ambas pates y en detrimento de la plena soberanía
española; relación que se equiparará a partir de la entrada de España en la OTAN el 30 de
mayo de 1982 con la suscripción de un nuevo Tratado de amistad, defensa y cooperación de 2
de julio de ese mismo año, renovándose y prorrogándose sucesivamente hasta el momento, o
adoptando meras formas convencionales.

IV. EL TERRITORIO TERRESTRE Y LA FRONTERA

IDEAS GENERALES

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El territorio estatal se caracteriza por tener unos límites precisos y fijos en el interior
de los cuales, el Estado ejerce sus poderes y competencias.
El ámbito de ejercicio de las competencias estatales dentro del territorio del Estado
requiere, por tanto, una delimitación de éste mediante el trazado de fronteras.
La frontera representa, así, el “límite del territorio de un Estado”. La línea
determinante donde comienzan y acaban los territorios de los Estados vecinos. (Dictionnaire).
Ahora bien, hay que recordar que en la medida en que el territorio estatal comprende no solo
el territorio terrestre, sino también ciertos espacios marítimos y el espacio aéreo suprayaente
a todos ellos, las fronteras podrán ser terrestres, marítimas y aéreas; debiendo precisar que la
frontera delimita no solo el territorio de dos Estados, sino también el de un Estado y otros
espacios internacionales.
La frontera, por tanto, tiene una doble naturaleza: es una línea que separa, que divide,
que opone, que permite a los grupos humanos identificarse unos por relación a los otros, y es
también una zona de transición, un punto de paso, una vía de comunicación entre dos
Estados. Frontera-línea y frontera-zona conforman así dos aspectos indisociables de una
misma realidad (BLUMAN).

LA FRONTERA Y SUS CRITERIOS DE DELIMITACIÓN


Definir un territorio significa definir sus fronteras, ha dicho el TIJ en 1994 en el
asunto de la controversia territorial entre Libia y Chad.
Por ello, el trazado de las fronteras representa una operación de extraordinaria
importancia, en tanto que fenómeno básico en torno al que se ordena y estabiliza el juego de
las relaciones internacionales.
El trazado de las fronteras estatales se realiza a través de una operación compleja en la
que cabe distinguir dos fases principales:
 La fase de delimitación, de naturaleza política y jurídica, en virtud de la cual
los Estados implicados fijan la extensión espacial de sus respectivos poderes
estatales conforme a unos determinados criterios.
 La fase de demarcación, de naturaleza técnica, y en virtud de la cual se
procede a ejecutar materialmente y sobre el terreno la delimitación
anteriormente formalizada, interviniendo, generalmente, a tal efecto las
denominadas Comisiones de demarcación.
Para la delimitación de las fronteras se suele recurrir a una serie de criterios o
procedimientos entre los que cabe destacar:
a) Los límites o fronteras naturales: Basadas en un elemento geográfico; así hay
fronteras delimitadas sobre la base de un accidente orográfico, como la cresta de las
montañas de un río o un lago
b) Los límites basados en elementos técnicos: como es el consistente en tomar dos
puntos geográficos precisos sobre el mapa y trazar entre ellos una línea recta que sirva de

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frontera. Procedimiento utilizado en zonas desérticas, por ej: las fronteras de Siria con
Jordania y las de Egipto con Libia.
c) Cabe también utilizar como línea fronteriza unos límites preexistentes: Este es el
caso de Suecia y Noruega, que tomaron frontera en 1905, al deshacerse la Unión entre ellas,
los antiguos límites territoriales anteriores a la referida unión.
d) Otras veces se utilizan como límites las antiguas divisiones administrativas o los
Tratados fronterizos establecidos por las potencias coloniales: El ppo. en que se basan es el
del uti possidetis iuris, tal y como ha confirmado por una parte la jurisprudencia
internacional, destacando las SSTIJ de 22 de diciembre de 1986, en el asunto de la
controversia fronteriza entre Burkina Faso y la República de Mali, y de 11 de septiembre de
1992 en el asunto de la controversia fronteriza terrestre, insular y marítima entre El Salvador
y Honduras.
El ppo de uti possidetis, si bien encuentra su origen en Hispanoamérica con ocasión
de la emancipación en 1810 y 1821 de las colonias españolas, ha sido afirmado también
durante el presente siglo en el continente africano por numerosos Estados de reciente
independencia y por la Organización de la Unidad Africana.
LAS FRONTERAS ESPAÑOLAS
Las fronteras españolas en el territorio peninsular limítrofe con Francia, Portugal,
Gibraltar y Andorra, están delimitadas por los ss acuerdos:
-La frontera con Francia: Los límites terrestres de la frontera occidental hispano-
francesa, desde la desembocadura del río Bidasoa hasta el límite de la Provincia de Huesca
(Provincias de Guipúzcoa y Navarra), están establecidos en el Tratado de Bayona de 2 de
diciembre de 1856. El sector fronterizo correspondiente a las provincias de Huesca y Lérida
hasta Andorra está delimitado por el Tratado de Bayona de 14 de abril de 1862. La frontera
desde el Valle de Andorra hasta el Mar Mediterráneo está determinada en el Tratado de
Bayona de 26 de mayo de 1866.
-Las fronteras con Portugal: Están establecidas por el Convenio de Lisboa de 29 de
septiembre de 1864 y los anexos al mismo contenidos en el Convenio de 4 de noviembre de
1866.
-Para la frontera con Gibraltar: hay que acudir al art. 10 del Tratado de Utrech de
13 de julio de 1713, por el que se cede a la Corona Británica la “Ciudad y Castillo de
Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen”
-En cuanto a la frontera con Andorra: Aunque su delimitación primitiva se remonta
a tiempo inmemorial, no parece posible descubrir la existencia de un tratado de límites,
además la Constitución de Andorra de 1993 no define expresamente los límites o el territorio
de Estado en relación a sus vecinos.
-Finalmente, las fronteras con Marruecos: que el Tratado de Paz y Amistad firmado
entre España y Marruecos el 26 de abril de 1860 disponía respecto la plaza española de Ceuta
la ampliación de su territorio jurisdiccional “hasta los parajes más convenientes para la
completa seguridad y resguardo de su guarnición”, y reiterándose además en el mismo
respecto a la plaza de Melilla las disposiciones contenidas en el Convenio de 24 de agosto de

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1859 por el que se cedía a España el territorio próximo a dicha plaza hasta los puntos más
adecuados para la defensa y tranquilidad de aquel presidio.

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