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TEMA 5

5.2. JEFE VS LÍDER


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Un líder es una persona que encabeza y dirige un grupo, mientras que el jefe es la
persona que tiene autoridad o poder sobre un grupo para dirigir su trabajo o
actividades.

Además, son muchas las actitudes que pueden hacer que una persona entre en el
perfil de líder o de jefe.

A continuación, se detallan las principales características de un buen líder:

 Posee una visión a largo plazo.


 Es coherente en sus convicciones porque vive aquello que predica.
 Crece y hace crecer a su gente.
 Enseña.
 Delega funciones y crea oportunidades para todos.

Las habilidades de un líder también se observan en la capacidad de autocontrol y


la toma de decisiones eficientes en momentos de crisis.

5.3. REFLEXIONES SOBRE EL LIDERAZGO

Para seguir aproximándonos al término de la mano de uno de los grandes


expertos en liderazgo continuaremos con un artículo del Doctor Mario Alonso Puig
para el diario Tribuna: (Liderar para desplegar el potencial. TRIBUNA. 30 I 5 mayo
2008. EN PORTADA):

“Decía el filósofo norteamericano Emerson que la mayor desgracia de una


persona era no haber encontrado en toda su vida a nadie que le hubiera
ayudado a alcanzar lo que realmente esa persona era capaz de lograr. Liderar es
ayudar a desplegar, ayudar a aflorar aquello tan valioso que reside en cada uno
de nosotros y que nuestra habitual ceguera no nos permite reconocer como
consustancial a lo que realmente somos.
Hay al menos tres capas en nuestro ser. La más profunda corresponde a nuestra
esencia, a aquello que en realidad somos, el lugar donde reside nuestro
verdadero potencial. Por encima existe otra capa que hace referencia a aquello
que tenemos miedo de ser. Finalmente, está la capa que refleja aquello que
pretendemos ser, a fin de ocultar lo que creemos que somos y pode así ser
aceptados por los demás. No sé por qué los seres humanos nos hemos
desconectado tanto de nuestra verdadera esencia y vivimos tan atemorizados
tratando de ocultar aquello que creemos que somos y que nos da miedo mostrar.

Como decía el economista Adam Smith, el pez no sabe que está dentro del agua
ni que existe otra realidad posible hasta que alguien le ayuda a salir de ella. Los
líderes son los que nos ayudan a reconocer que para nosotros hay otra realidad
posible cuando aquella en la que vivimos no nos da ni alegría, ni ilusión ni
confianza.

Los líderes no con poca frecuencia se encuentran con el rechazo de aquellas


personas que se resisten a ser ayudados, que prefieren ser espectadores antes que
protagonistas porque les aterra lo que el líder les ofrece, que no es un cambio, sino
una completa transformación.
En un cambio sabemos lo que perdemos, pero desconocemos lo que podemos
llegar a ganar. Sólo cuando se transforma la idea y la imagen que tenemos de
nosotros mismos, también se transforma lo que decimos, lo que pensamos y lo que
hacemos y, por consiguiente, aquello que logramos. Un líder es ante todo un ser
humano al que de verdad le importan las personas y que desea servirles para que
desplieguen su auténtico potencial.

Esa generosidad tan sorprendente, convertida en una actitud de servicio tan


plena no sería posible si el líder no se olvidara un poco de sí mismo y pensara en los
demás.

Cuidémonos mucho de aquellos que se proclaman líderes y que no buscan servir


a las personas sino servirse de ellas. Cuidémonos también de aquellas personas
que desean tener a su lado no a otros líderes libres para volar, sino seguidores
prestos a adular.

Estas personas pueden tener espléndidas cualidades, no lo dudo, lo que sí dudo es


que estén ejerciendo lo que aquí estamos considerando como liderazgo. Los
líderes que nos ayudan a desplegar la realidad de lo que somos tienen la
humildad de reconocer que también existe valor y sabiduría fuera de ellos y por
eso escuchan a los demás con verdadero respeto e interés, sabiendo que ellos
como líderes pueden enseñar y que también, y ante todo, necesitan aprender.

Resulta sorprendente lo que han logrado algunos líderes que han sido capaces de
ayudar a que incluso personas que estaban cayendo en una espiral negativa y
peligrosa, salieran de ahí y llevaran a cabo una vida ejemplar. Un auténtico líder,
lejos de juzgar y mucho menos de prejuzgar, se dedica a observar para
comprender, porque todos somos hijos de nuestra historia e incluso algunos actúan
como si fueran esclavos de ella. La compasión es conectar con el sufrimiento de
los demás. Un líder compasivo no es un líder blando, sino alguien que tiene el
compromiso y la determinación necesarias para buscar esos aguijones que todos
tenemos en mayor o menor grado clavados y que nos envenenan cada día. Es
cuando se localizan estos aguijones cuando aparece la opción de que puedan
ser extraídos. Todos podemos entrenarnos para desplegar en nosotros nuestro
propio liderazgo porque, al fin y al cabo, el mensaje que más va a inspirar a los
demás no es lo que decimos, sino lo que somos.

Al final, nuestra vida se convierte en nuestro más poderoso mensaje.


Y ¿qué más hermoso mensaje que aquel que ayude a otro ser humano a
reconocer su enorme valor y a desplegar su increíble potencial?”
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5.4. INFLUENCIA DE LOS LÍDERES EN EL MARCO DE LA

ORGANIZACIÓN
El liderazgo puede ser definido de muchas maneras:

 La dirección, jefatura o conducción de un partido político, de un grupo social


o de otra colectividad. Diccionario de la Lengua Española (1986).
 Las cualidades de personalidad y capacidad que favorecen la guía y el
control de otros individuos. Diccionario de Ciencias de la Conducta (1956).
 Según Rallph M. Stogdill, el liderazgo gerencial es el proceso de dirigir las
actividades laborales de los miembros de un grupo y de influir en ellas.
 De acuerdo con Chiavenato, Idalberto (1993): Liderazgo es la influencia
interpersonal ejercida en una situación, dirigida a través del proceso de
comunicación humana a la consecución de uno o diversos objetivos
específicos.

Al hablar de ciertas capacidades humanas como el liderazgo, una pregunta


recurrente es si el líder nace o se hace. Es frecuente la división de opiniones,
por lo que la discusión está servida. El liderazgo no es ajeno a esta polémica.
Bajo la pregunta “¿El líder nace o se hace?“ se esconde la necesidad de
aclarar si cierta persona (o nosotros mismos) puede llegar a ser un buen líder.

En primer lugar, hay que comprender que la definición de liderazgo es muy


difusa, pero que, en general, diferentes autores están de acuerdo que un líder
debe tener una serie de características que definan su personalidad. De esta
forma podemos generalizar la pregunta: ¿La Personalidad es innata o
adquirida?

J.A. Vallejo-Nágera, en su libro Guía práctica de la Psicología nos describe:


Genéticamente se transmiten ciertas características que conforman la
estructura de la personalidad; un ejemplo claro es la inteligencia, ciertas
aptitudes y algunas cualidades del temperamento.

Ciertas características son consecuencia de un entrenamiento planeado por


los padres o por los educadores: el niño empieza a responsabilizarse de su
vestimenta, de sus juguetes y recibe gratificaciones o frustraciones del exterior
según sus éxitos o sus fracasos. Esto va modulando su personalidad.

La Psicología moderna está en la línea de lo expuesto por Vallejo-Nágera, dando


una importancia relativa a los genes, sobre todo para comportamientos primarios
(como puede ser la ira y su control) y un mayor peso al aprendizaje posterior. El
ambiente en el que nos desenvolvemos, especialmente en las etapas tempranas
de la vida, moldea nuestra personalidad.
Liderar un equipo es una tarea compleja, más aún, cuando existe una
incompatibilidad entre las metas personales de sus componentes y las de la
empresa, ocurre entonces que los integrantes del equipo reducen la cooperación
(no se esfuerzan, ocultan información, etc.…) lo que hace que las tareas del
mando supongan un triple esfuerzo.

En un equipo no efectivo, cada miembro se opone a las relaciones interpersonales


y deja de aportar sus habilidades para trabajar juntos a lo largo del tiempo.

Entonces aparece el fracaso del trabajo en equipo caracterizado porque:

 No existe un clima agradable de trabajo.


 Se planifica incorrectamente.
 Existe negatividad y egoísmo en el grupo.
 Los miembros están desmotivados y no son perseverantes.
 Los involucrados no se sienten parte del grupo.
 No se da la confianza mutua.
 Los objetivos a cumplir no están claros

Todo esto repercute directamente en el líder, produciéndose lo que se conoce


como la “soledad del mando” y si se mantiene en el tiempo podrá tener
repercusiones en todos los ámbitos de la vida:

 En el social: porque puede producirse aislamiento y empobrecimiento de las


relaciones sociales, debido a la carga de trabajo o al estrés provocado por la
situación.
 En el plano físico: desgaste en el sistema digestivo, úlceras, ardores, molestias
digestivas, etc.
 En el nervioso: sensación de ansiedad, insomnio, nerviosismo, taquicardias e
incluso puede acabar en estrés.
 En el plano psicológico: pensamiento negativo, baja autoestima, estados pre-
depresivos y ansiedad, etc.

De todo ello hablaremos con más detalle en el tema 9 en el que veremos las
claves para promover la salud a todos los niveles.

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