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2021
Quiénes Somos
Tecnoglass es una compañía líder en la fabricación de vidrio arquitectónico y
productos de aluminio para la industria mundial de la construcción, tanto
comercial como residencial. Desde 1984 ha mejorado la calidad de su vidrio y
ventanas, fuerza y durabilidad.
Tecnoglass ofrece vidrio de alta calidad que cumple con las necesidades
del mercado, con precios competitivos y entregas oportunas.
MISIÓN
Nuestra misión es la transformación y comercialización del vidrio,
con alta tecnología, que satisfaga las necesidades de nuestros
clientes en calidad y servicio, asegurando el desarrollo integral y
equitativo de nuestro recurso humano, y así contribuir al
permanente progreso de la empresa, la retribución adecuada y
justa para los miembros de la organización, sus familias, los
accionistas y la sociedad.
VISIÓN
Nuestra visión es ser líderes con nuestros productos a
nivel nacional e internacional con la más alta calidad y
servicio, mediante un capital humano entrenado,
motivado y comprometido con su misión.
• 1994
• 1996 25 años transformando vidrio arquitectónico
• 2007 Tecnoglass inicia operaciones como la mejor
• 2013 alternativa para la producción masiva de
• 2015
• 2016
vidrios templados, laminados, insulados, con
• 2017 serigrafía, blindados y curvos.
• 2018
• 2019
Actualmente, Tecnoglass cuenta con 5.700
trabajadores y no tiene ningún sindicato, lo que es un
buen síntoma, según el empresario, de que las
personas se encuentran satisfechas con las
condiciones en que trabajan a diario.27 sept. 2018
Antes de que el Grupo Tecnoglass se posicionara como líder en la
industria del vidrio, Christian Daes, presidente de la compañía, ya
había fracasado varias veces en el intento de crear empresa.
Comenzó vendiendo calentadores solares en Barranquilla, pero
quebró muy pronto debido al auge que tuvo la llegada del gas
natural en la década de los ochenta.
Sin embargo, asegura que hay que montar 20 negocios para que
uno funcione, y tras pensar por varios días en cómo salvar la
inversión, tuvo la idea de fabricar ventanas con el vidrio y aluminio
que ya producía.
De ese giro inesperado nació Tecnoglass, en el garaje de una casa
y con un personal muy limitado, que producía al año ingresos
cercanos a 1.400 millones de pesos. En los 24 años que han
pasado ha tenido un crecimiento monumental: una planta de
260.000 metros cuadrados que emplea más de 5.500 personas.
Para entender la dimensión de sus operaciones, basta tener en
cuenta que Tecnoglass fabrica a diario unas 2.500 ventanas, y que
sus productos se distribuyen a más de 30 países, como Estados
Unidos, Singapur, Alemania, España, Turquía, Israel y la mayoría
de naciones de América Latina. De hecho, 70 por ciento de su
producción va a mercados internacionales.
El Grupo Tecnoglass abarca actualmente tres compañías:
Energía Solar ESWindows, Tecnoglass y Alutions, y vende 1,2
billones de pesos al año. Todas lideran el negocio de ventanas,
fachadas de aluminio y vidrios para proyectos residenciales y
comerciales. Su fuerte reside en su capacidad de innovar y en su
habilidad para conquistar mercados internacionales. Aprendieron
a vender sus productos en momentos de crisis al adaptarse a las
tendencias y necesidades de la industria extranjera.
A finales de la década de los noventa, por ejemplo, cuando el sector
constructor en Colombia atravesaba un mal momento, Tecnoglass
decidió abrirse camino en Estados Unidos. “No teníamos nadie a
quién venderle, estuvimos tan mal que no había con qué pagar la
luz, pero tocamos varias puertas en Miami y logramos establecernos
allí”, cuenta Daes. Rápidamente, la compañía se volvió experta en la
construcción de ventanas antihuracán, invirtió en la última tecnología
para producirlas, y así, junto a la política de cumplir rigurosamente
los tiempos de entrega, se convirtió en el proveedor favorito de
muchas compañías constructoras de Miami.
Tuvo tanto éxito que para 2005 el 90 por ciento de sus productos
iban a parar a este mercado. De hecho, uno de sus clientes más
fieles ha sido Donald Trump, el actual presidente de Estados
Unidos. Tecnoglass trabajó en la construcción de ventanas y
marcos de aluminio en 14 torres construidas bajo el logotipo del
magnate. Pero años después, cuando la depresión llegó al país
norteamericano, la compañía capoteó la crisis al ampliar sus
mercados a nuevos destinos de Centroamérica y Europa.
Tuvo tanto éxito que para 2005 el 90 por ciento de sus productos
iban a parar a este mercado. De hecho, uno de sus clientes más
fieles ha sido Donald Trump, el actual presidente de Estados Unidos.
Tecnoglass trabajó en la construcción de ventanas y marcos de
aluminio en 14 torres construidas bajo el logotipo del magnate. Pero
años después, cuando la depresión llegó al país norteamericano, la
compañía capoteó la crisis al ampliar sus mercados a nuevos
destinos de Centroamérica y Europa.
Desde ese momento,
Tecnoglass creció en forma extraordinaria.
Debutó en 2013 en la bolsa de valores Nasdaq, el mercado
bursátil más importante de acciones tecnológicas, en el que
cotizan empresas de la talla de Apple, Facebook, Microsoft y
Amazon. En enero de 2016 ingresó a la Bolsa de Valores de
Colombia (BVC), bajo el mnemotécnico TGLSC. Hoy es una
de las compañías más valiosas del país y, al mismo tiempo,
una de las más transparentes, pues ejerce rigurosos procesos
de control anticorrupción y de lavado de activos.
Tecnoglass trabaja para ser la empresa de vidrio más
innovadora del continente. Recientemente, inauguró la
primera planta en Colombia de vidrio Soft Coat (de baja
emisividad) y la segunda planta en América Latina. En 2015
comenzó a ofrecer a sus clientes TecnoAir, un novedoso y
sofisticado proceso de última tecnología que hace posible
fabricar el vidrio más delgado del mundo.
No hay ninguna tecnología nueva que el grupo
no tenga. Y la razón, según Daes, es que están
enamorados de su negocio, “y cuando uno está
enamorado de algo, quiere hacer lo mejor
posible”, asegura el presidente.
Estas buenas prácticas en innovación, transparencia y calidad
también se extienden a las políticas de derechos humanos y la
relación con sus trabajadores.
Promueve la igualdad de género y ha identificado grupos de interés
vulnerables en el barrio Las Flores de Barranquilla –donde se ubica
la planta–, con quienes trabajan por medio de la Fundación
Tecnoglass ESWindows. Ofrece diferentes actividades culturales,
sociales, deportivas y educativas; e incluso, brinda a la comunidad
la oportunidad de vincularse de forma permanente a la compañía.
También ha donado obras de infraestructura para el sector como
una estación de bomberos y un CAI de Policía que contribuye con la
seguridad del entorno.
Daes, además, asegura que los jóvenes juegan un rol fundamental
en el desarrollo de la empresa. “La gente joven ha sido el motor de
Tecnoglass. Escogemos casi todos nuestros trabajadores recién
salidos de la universidad. Nos gusta educar a nuestros
empleados”, explica. Como resultado de esta política, dice, su
compañía va a la vanguardia en calidad, desarrollo de ingeniería e
innovación.
En un país donde la gente piensa que solo los
grandes alcanzan el éxito, Tecnoglass demuestra que una
pequeña fábrica de familia, con un producto no tradicional, puede
sacar adelante su negocio. “El único problema que tenemos los
colombianos es no creer en nosotros”, concluye.
• POR: PORTAFOLIO MARZO 07 DE 2017 - 11:13 P.M.
En Tecnoglass siempre tuvimos la idea de que el negocio fuera global y que
fuéramos líderes en el sector. Por eso, uno de nuestros sueños fue montar
un negocio que pudiera realizarse en todo el mundo.
No fue fácil: ser emprendedor significa probar, errar y volver a probar y
volver a errar, hasta que finalmente haya una idea que pegue.
¿Qué los llevó a internacionalizarse?
Durante la grave crisis que vivimos en los años 1995 y 1996, cuando nos
hallábamos prácticamente sin oxígeno, ni siquiera con qué pagar la luz de
una fábrica en la que solo había 28 empleados, seguimos una enseñanza de
ese pueblo emigrante al que pertenecemos: no bajar los brazos.
Los hemos cometido todos. Creo que no se nos ha quedado por fuera
ninguno. La gente cree que un negocio exitoso resulta porque uno se las
sabe todas o es Dios, pero no: se cometen errores. Lo que sucede es que
somos autocríticos y vamos corrigiendo siempre en el camino. Yo les digo
a quienes trabajan conmigo que somos como el GPS de un avión que va
midiendo dónde está, a qué altura vuela y hacia dónde va, para ir
corrigiendo segundo a segundo el rumbo, porque quiere llegar seguro a la
meta.
¿Por qué decidieron inscribir sus títulos en el Nasdaq?