Está en la página 1de 13

Examen de conocimiento

La historia de la literatura infantil

La literatura infantil apareció como forma o género independiente de la literatura en la segunda mitad del siglo XVIII y se
ha desarrollado de forma espectacular en el siglo XX (Edad media y renacimiento). Inicios del libro y didactismo: En esta
época eran pocos los adultos y niños que tenían acceso a los libros y la lectura. Leer era un privilegio. La cultura se
hallaba recluida en palacios y monasterios, y los pocos libros a los que se tenía acceso estaban marcados por un gran
didactismo que pretendía inculcar buenas costumbres y creencias religiosas. Es de suponer que en esta época los niños
oirían con gusto poesías, cuentos y cuentos tradicionales que no estaban, en principio, pensados para el público infantil.
La influencia del mundo antiguo oriental dominó gran parte de la edad media.

Ramón Llull (1232-1316) compuso el Libre de les besties, y, pensando en los niños, un Ars puerilis dedicado a la
educación de la infancia. La invención de la imprenta puso en manos de los niños libros que hasta ese momento sólo se
conocían por versiones orales. Uno de los primeros que se editó en España fue el Isopete historiado, en el año 1489. Se
trataba de una traducción al castellano de las fábulasde Esopo, con grabados en madera. Numerosas cartillas y
abecedarios debieron de imprimirse en esta época, así como adaptaciones de los libros sagrados, como el Antiguo
Testamento para los niños, de Hans Holbein (1549). Siglos XVII y XVIII. Comienza la fantasía: El descubrimiento del
mundo antiguo sacó a la luz numerosas fábulas de la Antigüedad, y junto a traducciones de Esopo, aparecieron nuevos
creadores: en España, Sebastián Mey, Fabulario de cuentos antiguos y nuevos (1613), y en Francia Jean de la Fontaine,
autor de las Fábulas (1688).

En España, la primera revista infantil se publicó en 1798 LaGaceta de los Niños. A comienzos del siglo XIX, el
romanticismo y su exaltación del individuo favorecieron el auge de la fantasía. Numerosos autores buscaron en la
literatura popular su fuente de inspiración y rastrearon en los lugares más remotos de sus respectivos países antiguas
leyendas que recuperaron para los niños. Así surgieron a principios de este siglo grandes escritores que se convertirían
con el paso de los años en clásicos de la literatura infantil. Cecilia Böhlde Faber, más conocida por su seudónimo de
Fernán Caballero (1796-1877), es una de las primeras personas que se preocupa por la literatura infantil en este país.
Recogió el folclore infantil y leyendas y cuentos populares y los fue publicando en un periódico para niños. En1874
publicó la colección completa con el título Cuentos, oraciones, adivinanzas y refranespopulares e infantiles. Alentado por
Fernán Caballero, el padre Coloma (1851-1915) publicó la 9 colección de cuentos para niños Lecturas recreativas (1884);
entre ellos se encuentra el famoso Ratón Pérez, que se inspira en la leyenda popular. También escribió una novela
histórica muy didáctica e idealizada, dirigida a los niños, Jeromín, sobre la infancia de don Juande Austria y que supuso
una manera nueva de contar la historia con fines claramente didácticos. En 1876 se creó la editorial de Saturnino Calleja,
de fundamental trascendencia para laliteratura infantil española. Calleja editó casi todo lo que se escribía para los niños
en el mundo: son los famosos Cuentos de Calleja, en colores, con ilustraciones y a precios muy asequibles. Divulgó los
cuentos de Las mil y una noches, Los viajes de Gulliver o Las aventuras de Robinson Crusoe, entre otros muchos libros
famosos. Además, contó con los mejores ilustradores y autores de la época, como Salvador Bartolozzi. La ávida
respuesta de los niños a mitos y cuentos de hadas hizo suponer que sus mentes poseían una ilimitada capacidad de
imaginación y que podían pasar sin ninguna dificultad de la realidad a la fantasía.Esplendor del libro infantil La literatura
infantil adquirió, por fin, su autonomíaen este siglo. La psicología del niño, sus intereses y susvivencias son tenidas en
cuenta por los escritores que elaboran mucho más sus personajes, les dotan de vidainterior y les hacen crecer a lo largo
de la obra.Algunos libros han significado un punto de referencia fundamental, tanto para los niñoscomo para los adultos,
como El principito (1943), de Antoine de Saint-Exupéry, el piloto francésque murió en acción durante la II Guerra Mundial
y que supo crear un personaje fascinante ypoético, así como Marcelino pan y vino (1952), del escritor español José
María Sánchez Silva, un cuento de raíces religiosas y características muy españolas, que se tradujo a muchas lenguas.
Escritores como Gianni Rodari, premio Andersen de 1970, autor de Cuentos porteléfono (1960) y La gramática de la
fantasía (1973); Michael Ende, Momo (1973) y La historia interminable (1979), o Erich Kästner, El 35 de Mayo (1931),
han revolucionado la literatura infantil con su creatividad y su fantasía. Literatura infantil en el siglo XX en España España
se incorpora tarde al gran auge de la literatura infantil en este siglo. Es cierto que hay autores de prestigio que dedicaron
algunas obras a los niños, como Valle-Inclán, con Lacabeza del dragón; Jacinto Benavente, autor de El príncipe que todo
lo aprendió en los libros, oEduardo Marquina, que escribió La muñeca irrompible. Pero antes de la Guerra Civil española
sólo tres nombres de prestigio destacaban en el panorama español: Salvador Bartolozzi, Elena Fortún y Antoniorrobles.
Bartolozzi creó las famosas aventuras de Pinocho y Chapete y las de Pipo y Pipa. Aunque Pinocho toma el nombre del
personaje italiano, tiene características propias que no coinciden con las de Collodi. El Pinocho de Bartolozzi es un
muñeco idealista y aventurero que necesita un contrapunto, por lo que su autor crea otro personaje que le acompaña, el
realista y enredador Chapete. Estos dos personajes se convirtieron en la lectura popular de los niños españoles e
hispanoamericanos de los años treinta. Elena Fortún fue la autora que abrió laspuertas de la realidad en la literatura
infantil. En sus libros aparecían personajes y situaciones que los jóvenes lectores podían reconocer fácilmente en su vida
cotidiana. Su forma de escribiramena y ágil, en la que no falta la ironía hacia el comportamiento de los adultos, logró
crear un personaje, Celia, que sigue gozando del favor de los lectores de hoy. La Guerra Civil española (1936-39) truncó
el camino iniciado por estos autores y hasta los años cuarenta no aparecieron nuevas plumas, como Borita Casas, que
creó un personaje que se hizo famoso en su época, Antoñita la Fantástica; a través de esta niña de fuerte imaginación, la
autora denuncia los defectos de la sociedad y los adultos de la época. En la década de 1975 a 1985 se produjo en
España el llamado boom de la literatura infantil y juvenil, en el curso del cual surgen los nombres más significativos de la
actualidad: Fernando Alonso, con El hombrecito vestido de gris (1978); Consuelo Armijo, creadorade unos personajes
fantásticos, Los Batautos, Premio Lazarillo 1974, que representan el"nonsense" español; Joan Manuel Gisbert, uno de
los autores de más prestigio en la actualidad, dedicado a la novela fantástica de ciencia ficción, autor de El misterio de la
isla de Tokland, premio Lazarillo en 1980, un libro que no deja dereeditarse, o Escenarios fantásticos; Jordi Sierra i
Fabra, un autor muy prolífico que ha escrito en todos los géneros —enla ciencia ficción destaca su trilogía "El ciclo de las
Tierras"—y que en los últimos años se inclina hacia la novela realistacon una excelente novela, Noche de viernes (1994),
o JuanFarias, una de las voces más personales y prestigiosas de laactual edición infantil, premio Nacional de Literatura
Infantilen 1980 con Algunos niños, tres perros y más cosas. El mayor cuidado en la edición y un afán de llevar los libros a
los lectores más jóvenes e incluso a los prelectores, originó también en la década de1980 un magnífico auge de la
ilustración española, considerada como una de las mejores del mundo. Destacan entre otros los nombres de Miguel
Calatayud, Alfonso Ruano, Carme Solé,Asun Balzola, Arcadio Lobato, Alicia Cañas o Javier Serrano.

DEFINICION

La literatura infantil es un arte que recrea contenidos humanos profundos y esenciales; emociones y afectos primigenios;
capacidades y talentos que abarcan percepciones, sentimientos, memoria, fantasía y la exploración de mundos ignotos.
Es un arte que abarca campos del quehacer humano básicos y que tiene que ver de manera raigal con la cultura, la
educación, la comunicación, la ciencia y lo más central de las humanidades; es un arte que asume la realidad, decanta la
vida, recorre y traspasa la fantasía, toca y se introduce en lo eterno.
Devela, desentraña y debate artísticamente asuntos fundamentales del ser del hombre y de las cosas, de la naturaleza y
de la vida, del cosmos y el destino, al mismo tiempo que remece, conmueve y transforma el alma escondida del ser del
niño o de la persona humana que lee, al mismo tiempo que sublima y cambia la vida.
Busca reinventar el mundo en función de viejos y a la vez nuevos cariños e ilusiones. Permite que el niño se sitúe frente
a la realidad con fascinación, lleno de encanto que los creadores arrancan al misterio como expresión de la vida con
significados henchidos de valor y colmados de esperanzas.
Diversas categorías o clases de literatura infantil se perfilan. Así, se puede considerar una literatura infantil hecha por
adultos con alma de niños y de niños con puño, tinta y pluma de adultos.
Ya en otro plano u orden, hay una literatura en donde predomina lo lúdicro, otra en donde se despliega lo fantástico, otra
donde bulle lo humano en su dimensión social o colectiva. Hay una literatura que se complace en el ritmo del lenguaje,
otra que se interesa más bien por el ámbito de las formas, otra que se sumerge en la materia de los sueños, y otra que
se compromete con los problemas y dolores del mundo.

FINALIDADES Y FUNCIONES

La literatura infantil desarrolla en el niño la creatividad, la imaginación, el vocabulario, enriquece su vida social, como es
la relación con sus pares, con su familia, en definitiva con su entorno y sobre todo fomenta valores.

Según Higuera y Telpis (2015) las funciones de la literatura infantil son:

Función didáctica como recurso es útil para realizar las actividades diarias de la educación inicial que tiene como
objetivo ayudar a explicar diferentes temas.

Función ética transmite a los niños valores formativos que permite el desarrollo de la conciencia moral.

Función psico-social En la literatura infantil consiste en establecer una estrecha comunicación entre niño y maestra, y
niño a niño, ya que contribuye a la formación de hábitos de la lectura y a la preparación y desarrollo de un buen lector.
Función estética Comprende los valores artísticos, la sensibilidad inmersa en un texto y la capacidad de expresión
alcanzada. Despierta en el niño(a) la creatividad, el buen gusto por la lectura como actividad grata y la estimulación que
incita a la acción, por ejemplo a dramatizar.

Función Informativa Es una de las funciones más importantes que cumplen los textos usados en el entorno escolar. Es
la función de mostrar el mundo real, posible o imaginado al cual se refiere el texto.

Función Literaria Son aquellos textos que tienen una intencionalidad estética. Por ejemplo: El autor emplea un lenguaje
figurado donde lo más importante es el “Había una vez”, “En un país muy lejano”, “como se dice”, etc.

Función Apelativa Intenta modificar comportamientos, lleva al receptor a aceptar lo que el autor dice.

Función expresiva Manifiesta la subjetividad del emisor, sus estados de ánimo, sus afectos y sus emociones.

EL FOLKLOR LITERARIO

Sheyla Martinez

Contempla el habla y otras manifestaciones que van con la comunicación, ya sea oral o escrita: Trovas, coplas, dichos,
refranes.

El folclor literario es todo aquel que tiene que ver con todo aquello que incluye tradiciones orales, como cuentos,
leyendas, proverbios, chistes, música tradicional y cultura material, que va desde los estilos de construcción tradicionales
hasta los juguetes hechos a mano.

El folklore literario y su funcionalidad social. Gloria Chicote

Cada grupo social posee características propias que lo diferencian y conectan con el resto de las comunidades del
planeta. Entre los elementos constitutivos de una sociedad podemos señalar, por un lado, los que pertenecen desde
tiempos remotos y están asentados en sus hábitos ancestrales, y por otro, los impuestos en épocas más recientes por
culturas generalmente dominadoras del orden social y económico. Ese primer grupo de elementos que pueden ser
autóctonos o procedentes de otras culturas pero que están firmemente enraizados en el alma de cada pueblo, y se
mantienen al margen de lo que podemos llamar la "cultura institucionalizada", constituyen el acervo folklórico. En cambio,
los componentes culturales impuestos requieren de un factor esencial para insertarse en el nuevo grupo social: el
hallazgo indispensable de una función, de un espacio real que sólo encontrarán en un proceso temporal de decantación,
en el que sobrevivirán los que se asimilen a la idiosincrasia del pueblo. De esta manera establecemos que cualquier
hábito cultural puede convertirse en folklórico, no importa cual fuera su origen, si encuentra un función auténtica para
desarrollar en la sociedad en que aparece, y además, si esa funcionalidad de mantiene en un período temporal
considerable para dar lugar a que se interrelacione y se enraíce con los restantes elementos folklóricos.

Definiremos entonces a los fenómenos folklóricos en su conjunto, como expresiones culturales “populares” (propias de la
cultura tradicional del folk, del pueblo), colectivizados (socialmente vigentes en la comunidad), empíricos, funcionales,
tradicionales, anónimos, regionales y transmitidos por medios no escritos ni institucionalizados. Entre estas expresiones
que testimonian los más diversos aspectos de la vida de un pueblo, como sus costumbres, vestimentas, comidas,
creencias, etc., el folklore literario comprende las expresiones en prosa y verso, que se transmiten de generación en
generación, en infinidad de versiones y variantes, y cuya funcionalidad varía con en transcurrir del tiempo.

No debemos extrañarnos de la validez universal o de la raigambre culta de la mayoría de los motivos de la literatura
folklórica latinoamericana o argentina, para restringirnos al ámbito nacional. El pueblo, ha sido la fuente donde han
bebido los poetas de la antigüedad, el agua decantada y purificada ha dado las grandes obras de la literatura grecolatina,
oriental o europea, pero esos frutos regresaron al pueblo, y éste los modificó imponiéndoles nueva vida.

A través de la historia de la cultura se producen distintas tendencias de acercamiento o alejamiento entre la literatura
culta y popular. Estas oscilaciones hacen que los objetos se interrelacionen de modo tal que se toma muy difícil distinguir
su origen. Un objeto tradicional avanza, como ya hemos dicho, temporal y espacialmente; en el caso de los objetos
literarios este viaje de oralidad se cumple pleno de transformaciones, hasta que el artista culto lo capta porque descubre
en él la posibilidad de elaborar un nuevo discurso. En ese momento el objeto tradicional se ha desfolklorizado, se ha
fijado en un momento de su trayectoria, y se le suman una serie de modificaciones que ha incorporado el intelectual
culto. Pero el proceso de desfolklorización concluye en el instante en que el artista ha elaborado el nuevo texto, porque
éste se inserta nuevamente en la maraña de textos folklóricos y puede retradicionalizarse.

Este enigmático juego de relaciones difíciles de esclarecer de hace visible en los diferentes modos de transmisión de la
lírica y la narrativa que hacen posible la supervivencia de coplas españolas de los grandes poetas de la Edad Media o
del Siglo de Oro, en los gauchos del siglo XIX y aun en comunidades campesinas de nuestros días. La ley folklórica que
establece el valor universal de los productos culturales, tiene especial asidero en los pueblos de nuestra América,
nacidos de la conjunción de la cultura indígena e hispánica. Así, es curioso observar como versos del romancero
medieval sobreviven, modificados y adaptados en nuestra poesía tradicional o en la literatura gauchesca. Cada vez que
la literatura tradicional se manifiesta, es posible hallar lazos que la unen a la literatura culta o tradicional española; más
aún, los poemas de temas nacionales, que indudablemente se han compuesto en estas tierras , imitan formas métricas y
rasgos de estilo que las composiciones españolas que los inspiraron.

Las sociedades modernas, tal como están estructuradas, tienen signos específicos que atentan día a día contra el acervo
folklórico de las naciones. El frenético ritmo de las grandes ciudades resta un espacio muy reducido al contacto con las
tradiciones, la naturaleza, al reencuentro con las costumbres y los hábitos antiguos. Por su parte, los medios de
comunicación masiva, como el cine o la televisión, en lugar de subsanar estas faltas, representan el principal factor de
penetración cultural, inundados de personajes, modas y costumbres foráneas. La función noticiera de los poemas épico-
líricos medievales o la recreativa de cuentos y consejas, están casi perdidas en las sociedades evolucionadas del siglo
XX.

En toda América Latina nuevas formas sociales día a día van ganando terrenos a esa sociedad medieval que, según
Samiento, habitaba las pampas, los llanos y las montañas en el siglo pasado. La transmisión folklórica se ha debilitado
mucho en los ámbitos urbanos, y en nuestro país podríamos decir que está relegada a grupos urbanos minoritarios o a
comunidades campesinas muy conservadoras, apartadas del mundo del asfalto y la radio-difusión. Los cambios socio-
económicos de las funciones del folklore literario, ya sea lírico o narrativo que tendremos que esbozar en estas páginas.

La poesía tradicional ha tenido una larga trayectoria en nuestro país, glosando tanto los hechos de la historia nacional
como los aconteceres cotidianos de cada región. También Sarmiento en su Facundo describirá al gaucho cantor como “el
trovador de la Edad Media… (que) anda de tapera en galpón, cantando sus héroes de la Pampa perseguidos de la
justicia, los llantos de la viuda a quien los indios les robaron sus hijos en un malón reciente… la catástrofe de Facundo
Quiroga y la suerte que cupo a Santos Pérez. Este bagaje de poesía folklórica se propagó rápidamente en el siglo XIX y,
aun viva en la memoria del pueblo, en la primera mitad de este siglo, se volcó en los cancioneros regionales que
proliferaron hasta el año ’40.

Pero, ¿qué ocurre en la actualidad? A pesar de la necesidad de volver a realizar nuevas recolecciones sistemáticas en el
marco de modernas corrientes metodológicas, la observación de áreas parciales nos permite llegar a algunas
conclusiones. En este momento la poesía tradicional ha disminuido su caudal ; ya en los últimos cancioneros se percibe
una gran mayoría de informantes ancianos o niños, y la ausencia de generaciones intermedias. Este proceso se ha ido
agudizando y en nuestros días podemos decir que los poemas tradicionales están relegados al mundo de la infancia.

La cuentística folklórica, en cambio, ha tenido una evolución muy diferente, y se conserva muy arraigada en toda América
Latina. Rastreando en el folklore americano la trayectoria de los motivos de la narrativa universal, percibimos que,
mientras algunos desaparecieron, muchos otros han perdurado modificados o incorporados a una nueva circunstancia
temporal-espacial. Tal es el caso de Pedro Urdemales, personaje de procedencia europea, que en América continúa sus
trampas de pícaro vendiendo palomas de oro y sombreros mágicos que no son más que una burla del pueblo hacia los
factores de poder.

¿Por qué este motivo, como la serie de cuentos que narran las astucias del zorro, o el de los falsos tejedores, gozan de
tanta difusión entre nuestros campesinos?. Seguramente porque el cuento tradicional siempre reivindica al humilde, su
justicia poética obliga a los malos a pagar sus pecados y recompensa a los buenos por sus sacrificios. Así, por ejemplo,
es habitual que hallemos en estas narraciones a Cristo disfrazado que viene a probar la caridad humana.

En el cuento tradicional se produce una identificación del campesino que cuenta o escucha el cuento, con el astuto que
burla al poderoso, cumpliendo así la catarsis de la realidad social que le permite a la especie literaria su supervivencia.
Podemos decir que la función del cuento popular, vigente aún en nuestras comunidades campesinas, es,
primordialmente de crítica social o través de relatos realistas, fantásticos o humorísticos.

LITERATURA FOLCLÓRICA

Lo primero vamos a decir que entendemos por folclórico, que es la literatura folclore, bien, se trata de cuentos narrados
de forma oral. Desde hace mucho tiempo, incluso antes de que hubiera cuentos escritos, la gente narraba cuentos, que
pasaban de generación en generación y en cada lugar lo adaptaban a su manera.
Características :

Lo primero que debemos saber es que los textos folclóricos no tienen autor. Esto no quiere decir exactamente que hayan
surgido de repente o que sean anónimos, sino que el autor es el ``tiempo´´

Se pueden adaptar a cualquier tipo de entorno, según como el narrador vea la situación del momento

Se trata de textos que por su vocabulario dan a entender que son populares, no son textos cultos, y decir también que no
son cuentos infantiles, aunque luego se adapten.

Los cuentos están llenos de símbolos

Otra cosa que debemos saber es que en los cuentos se refleja las costumbres de la época.

Después de conocer un poquito que se entiende por literatura folclórica, a continuación vamos a meternos con los 3
géneros literarios hasta el siglo XVIII.

POESIA

Normalmente se relaccionan con música Poesia para adultos, fue la primera que se puso por escrito de temas amorosos.

Las cantiguas Galaico- portuguesas. Se pusieron por escrito en la Edad Media : Canciones de amor.

También había coplas para acompañar las épocas del año, por ejemplo en navidad e cantaban villancicos.

Las oraciones lo utilizaba el pueblo de caracter pagano, es como quererte proteger del mal pero refiriendote a personajes
religiosos.

Tambien habia en estas coplas para acompañar la época, la vida poesia infantil, van muy ligadas a la música y a lo
lúdico. Eran muy antiguos y en ek siglo VI ya habian libros con estas coplas.

Pedro cerrillo: El que mas estudios tiene sobra la poésia folclórica infantil. El dice que no debemos confundir la poesía
tradicional ( folclórica ) con la poesía popular ( famoso ).

Pedro Cerrillo clasificó los temas folclores en tres grupos:

-Rimas de ingenio

-Juegos y rimas de movimiento y acción

-Danzas de coro

TEATRO

Como hemos nombrado antes, los cuentos folclores son de transmisión oral, por lo cual no encontramos escritos, aunque
si representaciones dramáticas folclóricas, que se clasifican en tres tipos.

-La representaciones de carácter religioso.

- Representaciones Festivas, erótico/Festivas: La gente hacía fiestas acompañadas en representaciones, normalmente "
piques " entre hombres , la gente los representaba " normalmente" en estado de embriaguez o diversos estupefacientes.

Casi todas tienen connotaciones sexuales, de pareja

- Cómicos de la legua : se juntaban gente que compraban un carromato y eran totalmente nómadas, hacían distintas
representaciones de distinto tipo por los pueblos de la zona. Se tiene noticias de ellos desde antes de la edad media,
existiendo hasta las postguerra, era una forma de salir de la pobreza. la mayor parte de la gente eran analfabeta, con los
cual improvisaban mucho.

También tenía pequeñas obras para niños , llamados títeres de cachiporra, representadas con marionetas, normalmente
de manos. Todos tenían el mismo argumento : Aparece un personaje ( Chico ) Tiene algo que quiere mucho
( chica ,cabra ) y un personaje malo que se lo quiere quitar, cuando se despista se lo roba y cuando aparece los niños
gritan: ¡¡ hay esta el malo!! y al final le dan unos golpes con la cachiporra y el personaje bueno recupera lo perdido.

-Títeres de cachiporra, perfecto para llevarla al aula.

PROSA
Vladimir fue uno de los pioneros en la investigación de prosa folclórica, recopiló cuentos folclóricos y lo dividió en 4
temas:

-Mitos: Como ya sabemos tratan de explicar los fenómenos naturales que ocurren diariamente y son de carácter
religioso. Lo mas importante es que no tienen una moraleja o algo con lo que podamos aprender, sino que cada uno saca
sus propias conclusiones del cuento.

-Cuentos de animales : Los tenemos de dos tipos, los que sirven para sacar tus propias conclusiones al final, como
caperucita roja ( cuidado con los chicos mimosines cariñosos y melosos que luego son los peores jaja ) y las fábulas con
su moraleja final.

-Cuentos de fórmulas : los cuentos de fórmulas estan hechas para un público infantil.

Para contarlos tienes que saberte su estructura del cuento, y que son de carácter repetitivo y los cuentos mínimos.

-Cuentos de hadas o maravillosos: Cuentos donde la magia toma protagonismo creando cuentos de fantasía.

A continuación pondremos el ejemplo de un cuento folclórico, tenemos que tener en cuenta que como son cuentos que
su transmisión es oral, pueden existir muchísimas adaptaciones, esta que vamos a ver es una adaptación de Perrault.

CARACTERÍSTICAS DE LA POESÍA PARA NIÑOS

Heriberto Tejo*

La auténtica poesía para niños no es una poesía fácil, llena de cursilerías y didactismos, sino esencialmente poesía.
Reducir la vivencia poética a una enumeración de virtudes, exaltación patriótica o enseñanza de temas escolares es
desvirtuar la esencia poética, convertirla, como nos dice Gabriela Mistral, “en un absurdo, que podríamos llamar
balbuceos de docentes”.

El buen gusto de los niños hacia la poesía se forma paso a paso, si tienen reiteradas experiencias con buena poesía.
Esto presupone que somos los adultos quienes debemos conocer primero cuál es la buena poesía para los niños y, en
consecuencia, distinguir las características que debe reunir dicha poesía.

He aquí algunas de ellas:

1. Musicalidad.

El ritmo y la melodía son fuentes primarias de satisfacción en el niño. Un buen poema infantil deberá contar por lo tanto
con ritmo y rima fluida, es decir, con una armoniosa distribución de sonidos y acentos que se sucedan en un tiempo
exacto, sonoridad cadenciada que esté cercana al canto. En los primeros contactos con la poesía se deben priorizar los
poemas rimados a los de versos libres. El estribillo, palabras o frases que se repiten, así como la aliteración, juego
sonoro de palabras, son también elementos fónicos de esta característica.

2. Brevedad.

La brevedad en su desarrollo es otra característica de la poesía infantil. Paulatinamente se les irá presentando a los
niños poemas que cuenten con un mayor número de versos. No obstante, es interesante señalar que aún cuando se
trate de un poema relativamente largo, el niño lo disfruta con frecuencia siempre que el poema desarrolle una anécdota,
es decir, que sea una suerte de cuento en verso.

3. Sencillez.

Aunque la poesía tiende a suscitar una respuesta emocional, se crea entorno a ciertas ideas que el niño debe
comprender. En este sentido, el contenido del poema debe ser sencillo, de ningún modo vulgar, que infunda en la
experiencia cotidiana del niño un sentido nuevo, revelador, ya sea movilizando su imaginación, divirtiéndolo o
asombrándolo. Debe haber alguna base común entre las vivencias del niño y las comprendidas en el poema.

4. Estética literaria.

Los niños captan primero el matiz afectivo de las palabras y luego su significado. El valor de toda poesía radica en
sugerir, en despertar, en provocar una respuesta emocional, no apelando únicamente al significado literal aunque éste
también sea importante. Es por ello que las palabras de un buen poema infantil han de ser connotativas, sensorialmente
ricas en imágenes, expresivas, precisas en su definición, vigorosas. Han de hablar a los sentidos y estimular la
imaginación, ya sea para provocar la risa del niño, su sorpresa o su simpatía.
Croce afirma que: “La poesía es la lengua materna del género humano”, ya que el discurso rítmico y rimado son las
primeras manifestaciones que comunica al hombre con el mundo y consigo mismo.

La poesía para niños es un juguete sonoro y colorido que nace del pequeño universo que rodea al infante y se vuelve
danza, vuelo, flor. Es la fórmula por la que el niño penetra al mundo de la luz y el color, pero aun despojada de su ámbito
sensorial puede seguir multiplicando sueños, porque es tintineo, imagen, canción.

La poesía para niños debe ser un arco iris, lenguaje que despierta a las silabas asombrado de pájaros y soles, un
transformador de la piedra en ave, de la red en río, de la palabra en canto, “poesía que si no se canta, podría cantarse”
(Gabriela Mistral).

Misión de la poesía

Conlleva un fin en si misma, pero su papel mas importante es que intenta que el hombre vuelque su mirada hacia las
estrellas, recobre el encanto de la fantasía y regrese al lenguaje del amor y la belleza

Clasificación de la poesía

La poesía épica narra eventos mitológicos, heroicos o fundacionales.

Una primera distinción entre las formas de la poesía reconoce dos tipos de poema:

Escritos en verso. Presentan una estructura interrumpida, en que cada verso dura una línea o menos, con espacios entre
ellos y total libertad de distribución del texto en la página.

Escritos en prosa. Están escritos en uno o varios párrafos continuos.

Por otro lado, los poemas se pueden clasificar también en base a su contenido, en un número casi infinito de categorías,
entre las que destacamos:

Poesía épica. Se cultivaba en la antigüedad. Escrita en versos de rima muy específica, ya que en muchos casos fue
compuesta antes de la invención de la escritura (y la rima servía para memorizarla). Narra eventos mitológicos, heroicos
o fundacionales de las culturas antiguas.

Poesía mística. Explora como tema la relación del hombre con Dios, generalmente desde una perspectiva religiosa o
eclesiástica específica, esto es, desde alguna tradición religiosa y su imaginario.

Poesía amorosa. Su tema es el amor y lo erótico, el apasionamiento y la devoción de un amante por otro. Usualmente
exalta el amor y su locura, o le rinde culto a la amada perdida.

Poesía surrealista. Aquella que explora en sus formas y manejo del lenguaje los bordes de la razón humana y del
pensamiento, intentando recrear el inconsciente y el lenguaje onírico mediante la metáfora.

Poesía concreta. Se le dice así a un tipo de poesía que combina lo lingüístico con lo visual y espacial, creando formas
con el texto en la página y transmitiendo con ellas ciertos contenidos poéticos.

Epigramas. Un género entre el poema y el aforismo, que expresa un contenido satírico o poético en una frase breve e
ingeniosa.

¿Por qué es importante la poesía?

La poesía desde sus inicios ha sido un género vital en la producción cultural de las naciones. Quizá porque sus formas
musicales y melódicas le sirvieron al hombre primitivo para recordar determinados contenidos y mensajes en ausencia de
la palabra escrita, que fue inventada después.

Posteriormente, cuando ya existía la escritura, la poesía sirvió para explorar los bordes del lenguaje, para evaluar y
cambiar su relación con esa herramienta tan poderosa.
Origen de los cuentos infantiles:

El origen de los cuentos

Víctor Montoya El escuchar y el contar son necesidades primarias del ser humano. La necesidad de contar también
resulta del deseo de hacerlo, del deseo de divertirse a sí mismo y divertir a los demás a través de la invención, la
fantasía, el terror y las historias fascinantes. Es en este deseo humano en el cual la literatura tiene sus orígenes. Hans
Magnus Enzensberger considera que el analfabeto primero, clásico, no sabía leer ni escribir, pero sabía contar. Era el
depositario y transmisor de la tradición oral y, por lo tanto, el inventor de los mitos y leyendas.

La tradición oral y los cuentos populares

Las culturas de todos los tiempos tuvieron deseos de contar sus vidas y experiencias, así como los adultos tuvieron la
necesidad de transmitir su sabiduría a los más jóvenes para conservar sus tradiciones y su idioma, y para enseñarles a
respetar las normas ético-morales establecidas por su cultura ancestral, puesto que los valores del bien y del mal
estaban encarnados por los personajes que emergían de la propia fantasía popular. Es decir, en una época primitiva en
que los hombres se transmitían sus observaciones, impresiones o recuerdos, por vía oral, de generación en generación,
los personajes de los cuentos eran los portadores del pensamiento y el sentimiento colectivo. De ahí que varios de los
cuentos populares de la antigüedad reflejan el asombro y temor que sentía el hombre frente a los fenómenos
desconocidos de la naturaleza, creyendo que el relámpago, el trueno o la constelación del universo poseían una vida
análoga a la de los animales del monte. Empero, a medida que el hombre va descubriendo las leyes físicas de la
naturaleza y la sociedad, en la medida en que avanza la ciencia y el conocimiento de la verdad, se va dando cuenta de
que el contenido de los cuentos de la tradición oral, más que narrar los acontecimientos reales de una época y un
contexto determinados, son productos de la imaginación del hombre primitivo; más todavía, los cuentos que
corresponden a la tradición oral, además de haber sufrido modificaciones con el transcurso del tiempo, no tienen forma
definitiva ni única, sino fluctuante y variada: a la versión creado por el primer narrador, generalmente anónimo, se
agregan los aciertos y torpezas de otros narradores que, a su vez, son también anónimos. Las modificaciones tampoco
han sido iguales en todos los tiempos y lugares, de manera que existen decenas y acaso centenas de versiones de un
mismo cuento.

"El cuento -en general- es una narración de lo sucedido o de lo que se supone sucedido", dice Juan Valera. Esta
definición admite dos posibilidades aplicables a la forma y el contenido: cuento sería la narración de algo acontecido o
imaginado. La narración expuesta oralmente o por escrito, en verso o en prosa. Cuento es lo que se narra, de ahí la
relación entre contar y hablar (fabular, fablar, hablar). Es también necesario añadir que, "etimológicamente, la palabra
cuento, procede del término latino computare, que significa contar, calcular; esto implica que originalmente se
relacionaba con el cómputo de cifras, es decir que se refería, uno por uno o por grupos, a los objetos homogéneos para
saber cuántas unidades había en el conjunto. Luego, por extensión paso a referir o contar el mayor o menor número de
circunstancias, es decir lo que ha sucedido o lo que pudo haber sucedido, y, en este último caso, dio lugar a la fabulación
imaginaria" (Cáceres, A., 1993, p. 4).

Ningún género literario ha tenido tanto significado como los cuentos populares en la historia de la literatura universal. El
cuento, a diferencia del episodio único de la fábula o la exaltación de seres extraordinarios del mito y la leyenda, tiene
muchos más episodios y un margen más amplio que permiten explayar personajes y acciones diversas. Otra diferencia
es que el resultado final de los cuentos no siempre es optimista o feliz como en la fábula, la leyenda y el mito, cuyos
atributos son la valentía, la inteligencia y el heroísmo de sus personajes. En el mundo del cuento todo es posible, pues
tanto el transmisor como el receptor saben que el cuento es una ficción que toma como base la realidad, pero que en
ningún caso es una verdad a secas.

No obstante, la sabiduría del pueblo no ha titubeado, desde que el mundo es mundo, en aceptar como verdad el
argumento de la leyenda, el mito y la fábula hechos cuentos, ya que sus personajes y acciones recogen las narraciones
contadas -y quizá cantadas- por el pueblo. Es tal sentido, el relato oral fue durante siglos el único vehículo de transmisión
del cuento, no sólo para deleite de los mayores, sino también para la distracción de los niños, debido a que el cuento
contiene elementos fantásticos, que cumplen la función de entretener a los oyentes y enseñarles a diferenciar lo que es
bueno y lo que es malo.

El origen del cuento se remonta a tiempos tan lejanos que resulta difícil indicar con precisión una fecha aproximada de
cuándo alguien creó el primer cuento. Se sabe, sin embargo, que los más antiguos e importantes creadores de cuentos
que hoy se conocen han sido los pueblos orientales. Desde allí se extendieron a todo el mundo, narrados de país en país
y de boca en boca. Este origen oriental se puede aún hoy reconocer sin dificultad en muchos de los cuentos que nos han
maravillado desde niños, y que todavía los leemos o narramos. Así, en muchos casos son orientales sus personajes, sus
nombres y su manera de vestir, sus bosques o sus casas y también su forma de comportarse, su mentalidad y, en
muchos casos, la "moral" del cuento. Y, por último, es también típica del mundo oriental la manera de entender y de vivir
la vida reflejada en los cuentos.

Cuentos orientales

Las colecciones más importantes y conocidas de cuentos orientales traídos a Europa y de Europa a América son: "Las
mil y una noches" y "Calila y Dimna". Una y otra fue motivo de versiones, adaptaciones o imitaciones por parte de las
literaturas europeas, desde las mediterráneas hasta las anglosajonas. Es más, "la palabra contar, con la significación de
referir hechos, se la encuentra ya en el ‘Calila y Dimna’, cuya versión castellana data aproximadamente del año 1261. En
realidad el ‘Calila y Dimna’ es una de las más extensas y originales colecciones de apólogos orientales; al parecer su
recopilador Barzuyeh, médico de Cosroes I, rey de Persia, dio a conocer la existencia de estos apólogos entre los años
531 y 570. Cabe recordar que el apólogo es la forma más antigua con que se conoce el cuento; en tal sentido, el apólogo
también es definido como una ficción narrada, más concretamente como un hecho real del que se puede sacar una
enseñanza moral (Cáceres, A., 1993, p. 4).

Ya en el siglo X, los primeros cuentos de origen árabe y persa llegaron a Europa en boca de mercaderes, piratas y
esclavos. Más tarde, éstos mismos, diseminados en disímiles versiones, llegaron a otros continente tras la
circunnavegación y el descubrimiento. La prueba está en que un mismo cuento puede encontrarse en distintos países;
por ejemplo, "La Cenicienta", que probablemente honda sus raíces en los albores de la lucha de clases, conoce más de
trescientas variantes, y deducir su verdadero origen, como la de muchos otros cuentos -entre ellos del germano "Rosa
Silvestre" y el francés "La bella durmiente del bosque", que son variantes de un mismo tema-, sería un cometido casi
imposible. Asimismo, muchos de los cuentos folklóricos, como los compilados por los hermanos Grimm y Charles
Perrault, no tienen autores ni fechas, y aunque en un principio hubiesen sido invenciones de algunos cuentistas
anónimos, en nada contribuiría a nuestro análisis, ya que estos cuentos, con el transcurso del tiempo, sufrieron una serie
de modificaciones según las costumbres y creencias religiosas de cada época y cultura.

Existen varias teorías acerca del origen de los cuentos, pero se sabe que muchos de ellos tienen su origen en el lejano
Oriente. Los primeros cuentos árabes se hallan impresos en rollos de papiro desde hace más de 4.000 años. Aquí se
menciona por primera vez a las hadas que, según cuenta la tradición, aparecían en el nacimiento de un niño para
ofrecerle regalos y señalarle el camino de la dicha o la desgracia, como en el príncipe condenado a muerte, que data de
1500 años antes de J. C. No en vano Montegut se adelantó en decir que, las hadas tienen su origen en Persia, "en ese
pueblo espiritual, sutil y voluptuoso, el más fino de Asía. Salieron de esos enjambres de espíritu elementales que hizo
nacer la doctrina del dualismo y obedecieron a los encantamientos y a las invocaciones de los magos. Ahí pasaron su
larga y voluptuosa infancia jugando en la luz, en un aire seco y puro en todos los países con el polvo del Irán, en donde
se detuvieron los viajeros y los extranjeros que las llevaron con ellas, sin saberlo, en el pliegue de sus ropas, en un
pliegue de su turbante y las sacudieron en seguida, junto con el polvo llevado del Irán, en donde se detuvieron"
(Montegut, E., 1882, p. 654).

Los cuentos de procedencia oriental, como los cuentos de hadas que tienen su origen en las leyendas y el folklore de los
primeros tiempos, tienen el soporte de la fantasía y comienzan de una forma tradicional: "Érase una vez, un rey en Egipto
que no tenía ningún hijo... Hace mucho, muchísimos años, en un lejano país del Oriente, allá donde el sol asoma cada
mañana con su cara de oro y fuego, hubo un rey muy poderoso y cruel...". Lo que sigue a continuación no es más que la
fusión de la realidad y la fantasía, del mito y la leyenda; fuentes de las cuales bebieron poetas y cuentistas, como si
hubiesen mamado de una misma madre, quizá por eso existe tanto parecido entre los libros de unos y de otros.

Las mil y una noches

El lejano Oriente fue también la cuna de "Las mil y una noches", célebre colección de cuentos que nos abre las puertas
de un mundo lleno de encantos y alucinaciones, narraciones de aventuras fascinantes que proceden de siglos diferentes
y cuya redacción definitiva es posterior al siglo XVI. "Las mil y una noches" es, pues, una creación colectiva de árabes,
persas, judíos y egipcios, que escribieron en un estilo popular, lleno de expresiones que no pertenecen al árabe clásico, y
aún a veces haciendo uso de dialectos, como en el cuento de "Aladino y la lámpara maravillosa", que fue escrito en
dialecto siríaco.

Esta colección de cuentos que pinta poéticamente la vida de los hombres del Oriente, y, particularmente, la astucia de las
mujeres del harén, es una joya literaria y una "caja de Pandora", que encierra las figuras más inverosímiles de la
imaginación y la fantasía. De principio a fin, los cuentos están cargados de un enorme poder sugestivo, a pesar de que
Estos cuentos fantásticos, que tuvieron una gran importancia en Europa y el mundo, que han inspirado a los escritores
de todos los tiempos y han deleitado a grandes y chicos, fueron traducidos por primera vez a un idioma occidental por el
francés Antoine Galand, en doce volúmenes (1704-1717), los cuales no sólo se ciñeron a un texto único, sino a varios
manuscritos que son piezas de un mismo mosaico. "Por otra parte, se han ido descubriendo los textos árabes de cuentos
que se hallaban en las ediciones orientales conocidas, como el de ‘Aladino y la lámpara maravillosa’. En suma, se ha ido
haciendo un minucioso trabajo de recopilación y de crítica" (Véase "Historia Universal de la Literatura", 1978, p. 98-99).

Definición de Cuentos Infantiles

El cuento es sin dudas uno de los entretenimientos más populares en el plano literario. Caracterizándose por su
brevedad, el cuento, narra hechos fantásticos para entretener o en algunos casos para transmitir algún conocimiento al
público.

Mientras tanto, en el caso del cuento infantil al estar destinado estrictamente al público infantil se caracteriza por disponer
de un contenido que atrapa a los niños.

Los héroes, los sucesos fantásticos, los animales, entre otras, son algunas de las temáticas que más abordan estos tipos
de cuentos y sin dudas ocupan un lugar de privilegio a la hora del entretenimiento del público menudo y asimismo de su
aprendizaje, dado que también se los utiliza muchísimo a instancias de la enseñanza para que los niños aprehendan
contenidos específicos.

Nada mejor que un cuento a la hora de reforzar conocimientos o de asistir en la resolución de problemas y conflictos…

Pero la influencia del cuento en las cuestiones mencionadas no es de hoy sino que tradicionalmente el cuento es una
parte integrante del crecimiento de las personas y por caso está híper asociado a etapas de la vida como la infancia, sin
dudas, el momento en el que más pedimos que nos cuenten cuentos y en el que más los leemos una vez que hemos
aprendido a leer.

CLASIFICACION

Cuentos orales

Dentro de este grupo entran todos los cuentos que pueden ser comunicados de forma oral. Históricamente han sido
utilizados para transmitir una historia de una generación a otra. Es así como dentro de este grupo podemos encontrar los
mitos (un tipo de narración fantástica similar a los cuentos).

Los cuentos orales son siempre de origen anónimo y algunos detalles incluidos en ellos pueden variar dependiendo de la
persona o el lugar en el que sean narrados.

Cuentos escritos

En esta categoría se incluyen todos los cuentos que tradicionalmente se registran de forma escrita. En muchas
ocasiones, los cuentos que inicialmente fueron cuentos de tradición oral, con el tiempo se convierten en cuentos escritos.

Pueden ser denominados también como cuentos literarios, ya que se transmiten únicamente haciendo uso del lenguaje
escrito. Por otro lado, sus autores son generalmente conocidos.

Cuentos según su género

Cuentos de hadas

Este tipo de cuentos se caracteriza porque en ellos predomina la magia y los sucesos fantásticos. Usualmente, los
personajes que participan en ellos son de carácter fantástico, como hadas, gnomos, caballeros, princesas, elfos,
duendes, trolls, brujas, orcos, entre otros.

Todos estos personajes tienen algún tipo de influencia –positiva o negativa- dentro de la trama. El público más común de
estos cuentos es el infantil, sin embargo, mientras más elaborada sea la trama del cuento, más amplio será el público
que abarque.

Un buen ejemplo de estos son los cuentos del “El señor de los anillos”, donde la trama, los escenarios y los eventos
pueden resultar atractivos para un segmento amplio de la población.

Existen algunos cuentos dentro de esta categoría que inicialmente pertenecieron solo a la tradición oral y que con el
tiempo fueron recopilados de forma escrita. Tal es el caso de la Odisea y los Nibelungos.
Cuentos de ciencia ficción--- fantásticos y de hadas

Como su nombre lo indica, los de ciencia ficción son cuentos que tratan algún tema científico o pseudocientífico desde
una perspectiva futurista, de aventura, terror o amor.

Generalmente, tienen lugar viajes al espacio, catástrofes globales, momentos de la vida artificial o automatizada, viajes
en el tiempo y viajes a otra dimensión.

Es común ver cómo en este tipo de cuentos los personajes pueden ser robots, humanoides o alienígenas.

Los cuentos de hadas o fantásticos han sido popularizados por Disney y los Hermanos Grimm. Algunos ejemplos son
Rapunzel, Hansel y Gretel, Frozen, La Cenicienta o La Caperucita Roja.

Uno de los cuentos personalizados fantásticos de MiCuento que más adoran los pequeños es el Dragón de las estrellas,
en la que el niño o niña acompañará al dragón Dúgul de regreso a su hogar perdido.

Cuentos de aventura

Este tipo de cuentos puede abarcar a otros tipos, como los policiacos, de ciencia ficción, terror, épicos, entre otros.

Como su nombre lo indica, en este tipo de cuentos los personajes deben tratar con problemas, peligros, vicisitudes y
situaciones que de alguna forma los ubican en una situación de aventura.

Estas situaciones se presentan como obstáculos que deben ser superados por los personajes.

Cuentos de terror

Este tipo de cuentos se estructura sobre la base de todo aquello que pueda infundir miedo al ser humano. Están
diseñados para generar la sensación de misterio, suspenso y miedo.

De esta forma, dentro de este tipo de cuentos existen personajes como zombis, fantasmas, espectros, monstruos, o
cualquier tipo de individuos que pueda evocar un evento sobrenatural o que provoque terror psicológico.

El último de los tipos de cuentos infantiles es el de terror. Justo al revés que los cómicos, lo que buscan es infundir el
miedo y provocar algún escalofrío. No son recomendables para los niños pequeños, ya que pueden sufrir de insomnio
con estas historias. Mejor guárdalos para cuando tengan 7 años o más.

Cuentos populares

Son los cuentos más tradicionales y antiguos, que han ido pasando de generación en generación de forma oral. Muchos
de ellos son fábulas, mitos y leyendas con un mensaje educativo detrás.

Su autoría suele ser desconocida y presentan muchas variaciones ya que, dependiendo de quién ha ido contando la
historia, quizás ha modificado, eliminado o añadido elementos que cambian el cuento original.

Cuentos realistas

Los cuentos realistas son aquellos que cuentan historias creíbles, con personajes corrientes y un hilo argumental
atractivo pero sin fantasía. Son cuentos inventados por un autor y suelen tener descripciones muy detalladas.

Cuentos de misterio

Uno de los tipos de cuentos infantiles más atractivos para los niños mayores de 6 años. Mediante una trama misteriosa,
son capaces de atrapar la atención del lector u oyente hasta el final. Pueden explicar desde sucesos paranormales hasta
asuntos policiales.

Cuentos históricos

Se basan en un contexto histórico determinado para narrar un cuento. No siempre consiste en explicar cómo de
desarrolló un hecho real, ya que puede servir solo como punto de partida y mantener una trama inventada por el autor.

Un cuento personalizado que se podría considerar histórico es ¡Vuela alto! En él, grandes mujeres como Frida Kahlo,
Marie Curie o Amelia Earhart escriben cartas al niño o niña para animarla a ser tan valiente y soñadora como ellas.

Cuentos cómicos
Mediante una historia feliz y graciosa, los cuentos cómicos tienen la finalidad de hacer reír. Suelen estar llenos de
bromas, personajes patosos y vivencias que provocan situaciones inverosímiles.

Cuentos policiacos

Como su nombre lo dice, son cuentos en los que la trama se desarrolla en torno a un misterio, crimen o suceso policiaco.
En ocasiones pueden ser narrados desde la perspectiva de un policía, detective o criminal.

A pesar de que alcanzan a tomar una apariencia real, usualmente se trata de narraciones ficticias que únicamente se
valen del uso de detalles reales para captar la atención del lector.

Cuentos maravillosos

Son cuentos cuyos personajes no existen en el mundo real, sin embargo, se les percibe como si fuesen normales
durante la narración.

Algunos ejemplos de estos personajes son los dragones, las brujas, las princesas, las hadas, y en general todos los
animales que pueden hablar.

Cuentos fantásticos

Este tipo de cuentos se caracteriza por incluir un elemento atípico o anormal en una historia que tiene apariencia de ser
real. Por este motivo, los cuentos de tipo fantástico pueden incluir algunos cuentos del tipo de ciencia ficción.

Al leer estos cuentos la audiencia puede pensar que se trata de eventos reales, sin embargo, todos los sucesos que
tienen lugar dentro de estas narraciones son producto de la imaginación el autor a través de la imaginación del
personaje.

Por lo tanto, suelen ser tratados eventos sobrenaturales y sucesos que generar incertidumbre en el lector hasta que un
desenlace tiene lugar dentro de la historia.

Otros

Entre otros tipos de cuentos que pueden ser encontrados están los románticos, los de comedia y los de suspenso.

La narrativa de cada uno de estos tipos depende de su género, por tanto, los románticos tratan historias de amor, los de
comedia buscan generar risa en el lector y los de suspenso logran generar un estado de tensión en la audiencia.

Partes del cuento

Inicio: En esta parte generalmente se presenta a los personajes y ambiente en el que se desarrolla.

Desarrollo: En el momento donde se plantea la situación, el problema o conflicto de la historia, resultando ser la parte
más interesante, es decir, donde se crean las expectativas de la forma en que terminará.

Desenlace o final: Aquí es donde se sabe qué paso con cada uno de los personajes y cómo resolvieron en problema el
situación que vivieron.

Características del cuento

Los cuentos pueden ser de dos tipos, populares o literarios.

se destacan las siguientes caracteristicas:

Puede estar narrado en primera, segunda o tercera persona.

A diferencia de la novela, es una narración breve con trama simple y pocos personajes.

Mantiene la misma estructura que una novela: tiene una introducción, un nudo y un desenlace.

Causa emociones en el lector u oyente, de manera rápida.

Puede abarcar una infinidad de temáticas o subgéneros, como fantásticos, infantiles, policiales, realistas, cómicos, de
terror, de hadas o de misterio, entre otros

También podría gustarte