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L O S L I B R O S P A R A

N I Ñ O S I N U N D A N

LITERATURA H O Y E N D Í A L A S

L I B R E R Í A S D E

T O D O E L M U N D O

INFANTIL 1613
Junto con la traducción de las
Fábulas de Esopo, alcanzó gran
popularidad en España el
Fabulario de Sebastián Mey.
1697
Mención aparte merecen
Charles Perrault y sus Cuentos
de antaño. Entre las leyendas
célticas y los relatos populares
franceses e italianos que
1719-1726
recopiló, encontramos clásicos Conforme aparecieron novelas
como La Cenicienta, El gato ligeras de aventuras, la atención
con botas, Caperucita Roja y por la lectura infantil fue en
Pulgarcito. aumento. Dos ejemplos clásicos
son Robinson Crusoe y Los viajes
1812-1815 de Gulliver.
A principios del siglo XIX, la
corriente del romanticismo 1835
propició el auge de la fantasía. . No fue menos trascendente la
De esta época datan dos iconos aportación de Hans Christian
de la literatura infantil, de gran Andersen, Cuentos para niños,
talento literario. Por un lado, caracterizada por su sensibilidad
los hermanos Jacob y Wilhelm a la hora de esculpir a personajes
Grimm que, desde Blancanieves tan dispares como La sirenita y El
hasta La bella durmiente, patito feo.
popularizaron muchos de los
personajes más famosos hoy en
día gracias a sus Cuentos para 1876
la infancia y el hogar. La editorial Saturnino Calleja,
creada en, fue la que divulgó
las mejores piezas de literatura
1885-1888 infantil en España gracias a los
Las Aventuras de Huckleberry denominados “Cuentos de
Finn de Mark Twain; El gigante Calleja“, que contaban con la
egoísta , que formó parte de El colaboración de los mejores
príncipe feliz y otros cuentos. ilustradores de la época.

1943
Ya entrados en el siglo XX
encontramos El principito de
Antoine de Saint-Exúpery, y es
en la segunda mitad de este
1967 siglo cuando la producción
literaria infantil alcanza un
Rebeldes de Susan Eloise Hinton
boom que hasta la fecha sigue
fue publicado y a partir de ese
dando frutos.
momento los editores
comenzaron a descubrir el filón
que había en la audiencia
adolescenteñ.

MARIA ADELAIDA
ALCANTARA

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