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María Esthela

FORO DE NEUROPSICOLOGIA
La recuperación de una estructura tras una lesión cerebral es un tema de gran importancia en el
campo de la neurociencia y la medicina. Cuando se produce una lesión cerebral, ya sea por un
accidente cerebrovascular, un traumatismo o una cirugía, se desencadenan una serie de eventos
celulares y moleculares que pueden tener consecuencias tanto en la región afectada como en
otras áreas del cerebro (Kolb & Whishaw, 2017).

En primer lugar, es crucial comprender que el cerebro es un órgano altamente complejo y


conectado. Cada región cerebral tiene funciones específicas y está interconectada con otras
regiones a través de redes neuronales. Cuando ocurre una lesión en una determinada región,
como la corteza motora, no solo se produce un daño localizado en esa área, sino que también
puede haber efectos secundarios en regiones adyacentes o incluso a distancia. Esto se debe a la
interconectividad del cerebro y a la manera en que las señales eléctricas y químicas se transmiten
a lo largo de las diferentes áreas (Kolb & Whishaw, 2017).

La recuperación de una estructura cerebral después de una lesión es posible gracias a la


plasticidad cerebral, que es la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse en respuesta a
estímulos y experiencias. La plasticidad cerebral se manifiesta de diferentes formas, como la
reorganización de las conexiones neuronales, la formación de nuevas sinapsis y la activación de
regiones cerebrales adyacentes o contralaterales para asumir funciones perdidas (Kolb &
Whishaw, 2017).

Un ejemplo notable de plasticidad cerebral es la capacidad de recuperación del lenguaje después


de una lesión en el área del habla, como en el caso de la afasia. La afasia es un trastorno de la
comunicación que puede afectar la expresión y comprensión del lenguaje. Sin embargo, a través
de la rehabilitación y la estimulación adecuada, el cerebro puede establecer nuevas conexiones y
vías neuronales para compensar las áreas lesionadas. Estudios han demostrado que el
entrenamiento intensivo en terapia del lenguaje puede promover la recuperación del habla y la
comprensión en personas con afasia (Kolb & Whishaw, 2017).
Además de la plasticidad cerebral, otros factores también influyen en la recuperación de una
estructura tras una lesión cerebral. La edad del individuo es un factor importante para considerar,
ya que se ha observado que los niños y los adultos jóvenes tienen una mayor capacidad de
recuperación en comparación con los adultos mayores. Esto puede estar relacionado con la
plasticidad cerebral, que tiende a disminuir con la edad (Kolb & Whishaw, 2017).

Otro aspecto crucial en el proceso de recuperación es la rehabilitación y la atención médica


adecuada. Los programas de rehabilitación integral, que incluyen terapia física, ocupacional y
del lenguaje, desempeñan un papel fundamental en la maximización de la recuperación
funcional. Estos programas están diseñados para ayudar a los pacientes a mejorar sus habilidades
motoras, cognitivas y de comunicación, y a adaptarse a las nuevas circunstancias (Kolb &
Whishaw, 2017).

En el caso de una lesión en la corteza motora, como resultado de un accidente


cerebrovascular, pueden ocurrir diferentes manifestaciones clínicas. Una de ellas es la parálisis
de la musculatura contralateral, donde los músculos afectados inicialmente se vuelven flácidos.
Con el paso del tiempo, los reflejos en estos músculos se vuelven rápidos y se desarrolla
espasticidad, lo que implica un aumento del tono muscular. Aunque la corteza motora primaria
no controla directamente los músculos individuales, se cree que desempeña un papel en la
secuencia de movimientos que involucran la participación de grupos musculares. La
recuperación de la función motora puede variar en tiempo y esfuerzo en cada caso, pero en la
mayoría de los casos existe una restitución funcional (Kolb & Whishaw, 2017).

Un ejemplo de restitución funcional en el ámbito del lenguaje es la recuperación de la


afasia, un trastorno que afecta la comunicación y puede manifestarse en dificultades para hablar,
escribir y comprender el lenguaje oral o escrito. Después de una lesión cerebral, la recuperación
de la afasia puede ocurrir en diferentes etapas y varía según el tipo y la gravedad del trauma. Por
ejemplo, los pacientes con afasia anómica, que presentan déficits menos graves en las etapas
iniciales, suelen recuperarse en un periodo de tres a seis meses. Además, se ha observado que los
pacientes jóvenes tienden a tener una mejor recuperación en comparación con los de mayor edad.
Algunas habilidades del lenguaje, como la imitación oral, la comprensión de sustantivos y las
respuestas sí-no, son más resistentes al daño cerebral (Kolb & Whishaw, 2017).

Las lesiones cerebrales traumáticas, que ocurren como resultado de un impacto o


accidente, pueden ser desde leves hasta graves. La recuperación de una lesión traumática grave
puede llevar mucho tiempo y requiere evaluaciones y seguimiento a largo plazo. Estos estudios
nos permiten observar si el paciente se ha rehabilitado completamente o si quedan secuelas. Es
importante destacar que las lesiones cerebrales traumáticas causan cambios en el tejido muscular
físico, fisiológico y funcional. La neurorrehabilitación desempeña un papel fundamental en
mejorar la funcionalidad y reducir la discapacidad y las complicaciones futuras en estos
pacientes (Kolb & Whishaw, 2017).

Además de los accidentes cerebrovasculares y las lesiones traumáticas, también existen


lesiones cerebrales quirúrgicas que resultan de intervenciones para eliminar tumores cerebrales o
tratar la epilepsia. Los estudios han demostrado que la recuperación después de una lesión
cerebral quirúrgica no es tan alentadora como en otros casos. Por ejemplo, en pacientes con
lesiones en el lóbulo temporal izquierdo, se ha observado una ligera mejora en los años
posteriores a la intervención, posiblemente debido a la plasticidad única de la corteza temporal
en comparación con otras áreas del cerebro (Kolb & Whishaw, 2017).

En conclusión, la recuperación de una estructura tras una lesión cerebral es un proceso


complejo y variable. La plasticidad cerebral nos brinda la capacidad de compensar algunas
discapacidades, pero la gravedad y ubicación de la lesión pueden limitar la recuperación total. Es
crucial prevenir accidentes que puedan causar este tipo de lesiones y buscar opciones de
rehabilitación que ofrezcan resultados óptimos. La ciencia continúa avanzando en el campo de la
neurorrehabilitación, brindándonos la esperanza de mejores tratamientos y una mayor calidad de
vida para aquellos que han experimentado lesiones cerebrales.

- Bibliografía :
- Kolb & Q-Whishaw, B. (2017). Neuropsicología Humana. 7.a Edición. En B. Kolb &
Q-Whishaw, & Ian, Neuropsicología Humana. 7.a Edición (págs. 712-715). Buenos
Aires: Médica Panamericana.

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