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UNIVERSIDAD CONTEMPORÁNEA DE LAS AMÉRICAS

“DOCTORADO EN EDUCACIÓN”

PRIMER CUATRIMESTRE

HERNÁNDEZ CAMPOS JOSÉ GUADALUPE

PROCESOS SOCIALES Y CULTURALES EN EDUCACIÓN


TRABAJO: TEXTO ARGUMENTATIVO

15 DE JULIO DE 2023

ASESOR: D.C.E. LEONEL PONCE MARTÍNEZ


LA EDUCACIÓN

El concepto de educación abordado desde diferentes puntos de vista, épocas,


condiciones económicas, políticas, culturales, estratos sociales, etc., tiene una
gama de calificativos, cualidades y características, que hacen de este término algo
complejo de definir. Los fines de la educación por su parte, se han de entender como
la guía que orienta la acción educativa y, de la misma manera, estos fines están
regidos por diversos elementos como las características del educador, las
condiciones contextuales, los valores morales de la época o las mismas cualidades
del individuo. Tanto la concepción de educación como los fines que ésta persiga, en
su conjunto, serán los causantes de los efectos que la acción misma logre en el ser
humano.

En el presente escrito se buscará contrastar las ideas conceptuales y fines


educativos que Sarramona, (1989) y otros autores presentan referente a la
educación, con los matices conceptuales de este término, abordado desde la
práctica docente en el nivel básico de educación.

Hace algunas décadas se hablaba de que alguien tenía educación cuando sabía
leer, escribir, sumar, restar y buenos modales, ante la sociedad, una persona con
educación es aquella que respeta las normas establecidas por la misma
colectividad, para el cura de la iglesia, la educación implica aprender a dar los
buenos días, asistir a misa, practicar los mandamientos, etc. Acertadamente
Sarramona, (1989) menciona que “la educación aparece precisamente como
posibilitadora de los ideales humanos”, es decir, de acuerdo a la aspiración que se
persigan en una época y contexto específico, será la manera en que ésta sea
concebida.

Según el teórico René Hubert, citado en Sarramona, (1989) "La educación es el


conjunto de las acciones y de las influencias ejercidas voluntariamente por un ser
humano sobre otro; en principio, por un adulto sobre un joven, y orientados hacia
un objetivo que consiste en la formación juvenil de disposiciones de toda índole
correspondiente a los fines para los que está deudo (…)." Esta definición de Hubert
se relaciona ampliamente con el ideal buscado en la Nueva Escuela Mexicana
(NEM), principalmente en la voluntad para aprender, al ser los actores centrales
alumno-docente y por perseguir fines de los que adolece el sujeto, en otras
palabras, se busca una educación integral.

Para que en la institución llamada “escuela” pueda existir y concretarse la acción


educativa, es necesario que el alumno tenga la disposición de aprender, que
manifieste interés y compromiso con su proceso de aprendizaje. Sin embargo, debe
existir una relación entre lo que el docente instruye y lo que el educando necesita
aprender o desea aprender, en otras palabras, debe existir una correlación entre lo
que se ofrece (contenidos curriculares) y lo que se adolece (intereses y necesidades
del estudiante).

Para que exista la mencionada relación entre lo que se enseña y lo que se necesita
o desea aprender, los fines educativos deben regir el actuar del docente, pero
también, deben estar pensados en las necesidades y características del medio
histórico-social, cultural, político y económico en donde se quieren lograr. Alumno,
docente y fines educativos, deben conjugarse en uno mismo.

Para la SEP, (2022) “La educación es la base del desarrollo de las capacidades de
una persona y condición fundamental para la construcción de una sociedad
democrática, por lo que el bienestar humano, individual y colectivo está relacionado
con el desarrollo de conocimientos, valores, experiencias y saberes
específicamente humanos (…)”, en este sentido, dentro de los fines de la educación
básica en México, se busca “contribuir a formar ciudadanos libres, participativos,
responsables e informados, capaces de ejercer y defender sus derechos, que
participen activamente en la vida social, económica y política de México” (SEP,
2022, p. 21), dicho de otro modo, se busca formar personas que tengan las
herramientas y disposición para desarrollarse personal, familiar y laboralmente y,
de esta manera mejorar su entorno social y natural.

Para el logro de estos fines educativos, la Nueva Escuela Mexicana fundamenta y


rige la práctica docente a partir de ocho principios filosóficos y 14 principios
pedagógicos; refiriéndonos a los primeros, se busca fomentar la identidad, la
responsabilidad, honestidad social, participación social, respeto a la dignidad
humana, promoción de la interculturalidad, promoción de la cultura de paz y respeto
por la naturaleza y cuidado del medio ambiente. Por su parte, los segundos hacen
referencia a los requerimientos por los que el currículo de educación básica se debe
establecer.

En su conjunto, los principios pedagógicos y filosóficos de la NEM hacen referencia


a los niveles que Sarramona, (1984) menciona; el nivel filosófico, el nivel social y el
nivel personal. Vemos entonces como ambas teorías se relacionan y
complementan, pero, ¿en realidad esto sucede en la práctica docente diaria? Desde
mi experiencia en el nivel de educación básica puedo decir que muchas veces los
fines educativos responden más a interesen políticos y económicos que a las
necesidades propias del contexto mexicano o, mejor dicho, de los contextos
mexicanos.

¿Por qué lo menciono de esa manera?, como menciona Sarramona, (1989) “los
fines educativos están regidos por factores externos “, pero a la vez, estos fines
generales requieren de metas y fines parciales y, aunque es verdad que de acuerdo
a cada nivel educativo se tiene un perfil de egreso distinto (metas), también es cierto
que en México existen 32 entidades federativas, cada una con características y
necesidades propias, además, al menos en el nivel de secundaria, existen tres
modalidades; secundarias técnicas, secundarias generales y telesecundarias, éstas
últimas por lo general están ubicadas en contextos rurales, con características
particulares, necesidades e intereses muy distantes de los que se presentan en los
contextos urbanos y, ante estas diferencias tan marcadas, no existe un perfil de
egreso (metas parciales) particular para esta modalidad.

Sumado a lo anterior, se persiguen los mismos fines educativos, pero no se cuenta


con los mismos recursos, ni materiales o de infraestructura como tampoco
humanos, en este sentido, haciendo alusión al concepto de educación, teóricamente
se busca el perfeccionamiento del hombre en todos los sentidos y su armonía con
la naturaleza y su medio, pero en la práctica el logro de este ideal se queda muy
distante.

Para terminar, puedo decir que la educación como actividad intencionada y


sistematizada (Sistema Educativo Mexicano) busca producir en el alumno su
desarrollo integral y armónico, tanto en lo personal como en lo colectivo, esto a
través de una instrucción a cargo de un segundo actor (docente), sin embargo, el
logro educativo va a depender de múltiples factores, tanto externos como internos.
Dentro de los internos podemos enunciar las habilidades del educando, su interés
por aprender, sus gustos y motivaciones, en sí, su propia naturaleza del aprendiz.
Algunos factores externos pueden ser el momento histórico, las condiciones del
medio (contexto), las habilidades y carencias del docente, la historia de vida de éste
último, las estrategias de enseñanza que emplee e incluso los fines educativos
vigentes.

Referencias

EL CONCEPTO DE EDUCACIÓN . (s.f.).

SEP, (2022). Plan de Estudio de Educación Preescolar, Primaria y Secundaria 2022. Ciudad de
México: ISBN.

Sarramona, J. (1989). Concepto de educación . En J. Sarramona, Fundamentos de educación (págs.


27-47). España: CEAC.

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