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Introducción a la Epidemiología General - MSP

INTRODUCCIÓN A LA
EPIDEMIOLOGÍA GENERAL
Conceptualizaciones, Aplicaciones y
Medidas Epidemiológicas.

Prof. Dr. Gabriel E. Acevedo

MAESTRIA EN SALUD PÚBLICA

Prof. Dr. Gabriel E. Acevedo 1


Introducción a la Epidemiología General - MSP

Objetivos de la Unidad:

Al completar la unidad los participantes estarán en condiciones de:

- Definir qué es la epidemiología.

- Describir los usos de la epidemiología.

- Identificar las áreas de actividad epidemiológica.

- Reconocer los principales métodos de investigación epidemiológica.

Índice Temático:

Conceptualización, antecedentes y evolución de la Epidemiología………………..…3


Usos y aplicaciones de la epidemiología………………………………………………...8
Concepto de la medición en salud………………………………………………………..10
Medidas e Indicadores epidemiológicos…………………………..............…………… 15
Medidas de frecuencia de morbimortalidad…………………….………………………..19
Medidas de asociación o de efecto…………………………………………………….….24
Medidas de impacto……………………………………………………….….…………..…27
Bibliografía de consulta …………………………………………………………………...29

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1. Conceptualización, antecedentes y evolución de la


Epidemiología

Casi todos los autores coinciden en señalar a la epidemiología como una disciplina
científica e interdisciplinaria. Algunos remarcan sus aspectos ecológicos, otros los
demográficos, los más sociológicos. En el siglo XX la Epidemiología comienza a definir su
objeto, su campo de acción; aunque ya a principios del siglo XIX van apareciendo los
elementos que permitieron definir concretamente, qué es?, cómo es? y para que es? la
Epidemiología.

Sucede con la epidemiología, así como con muchas otras disciplinas, que resulta difícil
proponer una única definición que permitas dar cuenta de toda la complejidad de este
campo de estudio. Es por eso que postulan diferentes definiciones de epidemiología.

Etimológicamente, la Epidemiología es una ciencia que trata acerca ("epi"), del estudio
("logos") de las poblaciones ("demos"). Inicialmente su objeto de estudio eran las
enfermedades infecciosas y de éstas las de mayor contagiosidad (epidemias).
Posteriormente, sin embargo, también se estudiaron otras patologías no infecciosas, tales
como las enfermedades carenciales (fundamentalmente, el escorbuto, la pelagra y el
raquitismo). Actualmente su centro de atención son las enfermedades neoplásicas, los
accidentes, las enfermedades mentales y las enfermedades cardiovasculares.

Como podrá verse, la definición de Epidemiología ha ido cambiando al mismo tiempo que
se han ido modificando los conocimientos sobre la relación existente entre la salud y la
enfermedad. De hecho también el concepto de salud-enfermedad ha ido variando
históricamente.

Podría decirse que en la actualidad la mayoría de las definiciones contemplan los


conceptos desarrollados en la perteneciente a B. Mac. Mahon:
“La Epidemiología es el estudio de la distribución y de los determinantes de la
salud y enfermedad en la población humana, a fin de asegurar una racional
planificación de los servicios de salud, la vigilancia de la enfermedad y la ejecución
de los programas de prevención y control”.

No obstante, como se mencionó, la definición de epidemiología se ha ido modificando en


el tiempo. Así, se puede remontar su origen a Hipócrates (460 a.C.) quien la define como
ciencia o doctrina de las epidemias y comienza a buscar explicaciones racionales al

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origen de las enfermedades y a considerar la importancia que tienen el medio ambiente,


las características culturales y otros factores en la producción de las mismas.
Él es el primero que define los términos epidemeión (visitante) y endemeión (residente).
El término “epidemiología” habría sido acuñado por Juan de Villalba en 1802, pero en el
sentido de una crónica histórica de las epidemias españolas.
A mediados del Siglo XIX se pueden citar los clásicos estudios de John Snow y Sir
William Budd, quienes aplicaron el método científico al estudio de la epidemiología del
cólera y de la fiebre tifoídea.
Fue John Snow, que investigó en la ciudad de Londres en el año 1832 la epidemia de
cólera, quien le diera a partir de entonces una nueva perspectiva a los conocimientos
epidemiológicos mediante la aplicación y desarrollo de una metodología y técnicas
propias.
No obstante, si bien se pueden considerar como epidemiológicos muchos de los
descubrimientos y razonamientos sobre el proceso de enfermar, entre los cuales se
destacan estudios analíticos de factores causales en el siglo XVIII, no es sino hasta la
segunda mitad del siglo XIX que empiezan a generalizarse estudios epidemiológicos de
enfermedades específicas y a denominarse epidemiología a los capítulos de los libros de
Higiene que se ocuparon de las enfermedades transmisibles.
Durante mucho tiempo y hasta mediados del siglo pasado la epidemiología centró sus
estudios en las enfermedades infectocontagiosas, que constituían los problemas
prevalentes de la época, y posiblemente la primera “Epidemiología” como obra
sistemática y metodológica sea la de Stallybrass (1931).

A medida que se ha ido logrando mayor control sobre las epidemias y se ha aumentado
la expectativa de vida de las poblaciones, el interés se fue desplazando de las
enfermedades infecciosas a las enfermedades crónicas y se tiende a pasar de los
estudios basados en la observación, con escaso tratamiento estadístico de los datos, a
estudios, en su mayoría experimentales, con sofisticados modelos de análisis
estadísticos.

Este paso de las enfermedades infecciosas como patrón de morbimortalidad de un país,


región o área, a las enfermedades no infecciosas, crónicas, degenerativas, es lo que se
conoce como Transición Epidemiológica.

En general, la disminución de la mortalidad por enfermedades infecciosas, especialmente


en los niños, ha mejorado la esperanza de vida y así adquieren, cada vez más
importancia las enfermedades crónicas no transmisibles (enfermedades
cardiovasculares, cáncer, respiratorias crónicas, diabetes) y trastornos como la obesidad,

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la hipertensión, además de la agravación de problemas como los accidentes de transito y


la violencia.

Además del proceso de envejecimiento poblacional (transición demográfica), otro de los


principales factores responsables del aumento de enfermedades no transmisibles son los
cambios en los estilos modos de vida. Los hábitos alimentarios de la población están
modificándose: disminuye la ingesta de frutas, verduras, leguminosas, granos enteros y
cereales, entre otros. Al mismo tiempo, una proporción importante de habitantes no
alcanzan los niveles mínimos recomendados de actividad física. Esta conjunción de
alimentación deficiente y estilos de vida sedentarios conducen a un significativo
incremento de la incidencia de enfermedades no transmisibles en los adultos.

A partir de los datos expuestos en el informe de la OPS sobre Salud en las Américas de
2007 puede decirse que las afecciones y trastornos no transmisibles, muchos de ellos
relacionados entre sí, de mayor relevancia y repercusión sobre la situación de salud son:

Las Enfermedades del aparato circulatorio en conjunto representan más del 30% del
total de defunciones en Argentina, el porcentaje más alto entre las causas principales de
mortalidad en el país. En ese grupo, la insuficiencia cardíaca y la cardiopatía isquémica
son las más importantes.

Las neoplasias malignas son responsables de una quinta parte de las defunciones. Los
cánceres de los pulmones y de colon son los que mayor mortalidad provocan dentro de
este grupo.

Las Enfermedades crónicas de vías respiratorias, si bien generan menores tasas de


mortalidad, constituyen un problema en cuanto a la carga de enfermedad o morbilidad.

Los accidentes de tránsito terrestre constituye un grave problema de salud pública en


nuestro país, miles de personas mueren o resultan discapacitadas por esta causa. Los
jóvenes de 15 a 29 años son los más afectados, seguidos de los adultos de 30 a 44 años
de edad. A su vez afectan desproporcionadamente a los varones, las defunciones
presentan una razón hombre/mujer de 2,8:1.

Enfermedades nutricionales y del metabolismo. Según la Encuesta Nacional de


Nutrición y Salud 2005, del Ministerio de Salud, casi la mitad de las mujeres del país
presentan sobrepeso u obesidad. Según un estudio que comprendió a cuatro ciudades

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del área central del país, entre 22,4% y 30,8% de las personas mayores de 20 años eran
obesas, y entre 6,5 % y 7,7% de ellas tenían diabetes mellitus.

Los problemas de salud mental afectan tanto a los jóvenes como a los ancianos, si bien
en forma diferente. La depresión, la violencia y el alcoholismo son problemáticas que
demandan crecientemente la atención del sistema sanitario y que requiere de políticas
estrategias y recursos, que en muchos casos no están disponibles. La ebriedad, la
dependencia del alcohol y el daño biológico provocados por el consumo de bebidas
alcohólicas acarrean consecuencias sociales y para la salud a largo plazo. Nuestro país
carece de información estadística actualizada sobre esta problemática aunque como
referencia, puede citarse que la carga de morbilidad por el consumo de alcohol en la
Región de la Américas es tan considerable que sobrepasa los porcentajes mundiales:
4,8% de las defunciones y 9,7% de los AVAD en el año 2000 (en comparación con 3,2%
y 4,0% en todo el mundo, respectivamente) son atribuibles al consumo de alcohol, y la
mayor parte corresponde a América Central y América del Sur.
La violencia es otro de los problemas de salud pública que registra una frecuencia
creciente y afecta especialmente a las mujeres y niños.

En definitiva, las enfermedades y los trastornos no transmisibles están en franco


aumento y de no mediar acciones sistemáticas orientadas a revertir esta tendencia,
se producirá un fuerte el impacto sobre la salud poblacional en el futuro y habrá
una abrumadora demanda de servicios de salud.

Como se muestra en el cuadro 1, las tasas ajustadas por edad de mortalidad por
enfermedades transmisibles y no transmisibles en Argentina, indican diferentes niveles de
riesgo de mortalidad, reflejando un claro predominio de la mortalidad por no
transmisibles.

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Cuadro 1. Tasas de Mortalidad por enfermedades transmisibles y principales no


transmisibles (sistema circulatorio, neoplasias, causas externas y diabetes mellitus) en
Argentina, 2006.

Indicador Tasa por 100.000 hab


Tasa estimada de mortalidad por enfermedades transmisibles,
69,76
ajustada por edad
Tasa estimada de mortalidad por enfermedades del sistema
219,63
circulatorio, ajustada por edad
Tasa estimada de mortalidad por neoplasias, ajustada por edad 144,19
Tasa estimada de mortalidad por causas externas ajustada por edad 46,20
Tasa estimada de mortalidad por diabetes mellitus* 25,8
Fuente: elaboración propia con base en datos de Indicadores Básicos Argentina 2006 – Ministerio de Salud -
OPS
* Se tomo la tasa de 2002 (último año disponible).

No obstante la tendencia general que marca el incremento del peso relativo de las
enfermedades y los trastornos no transmisibles, el perfil epidemiológico presenta
diferencias significativas entre las diferentes subregiones y provincias del país,
persistiendo en la mayoría y especialmente en las del norte, problemas de salud
atribuibles a la pobreza, enfermedades infectocontagiosas (diarreas, parasitosis) anemias
carenciales, desnutrición, entre otras.

Así en Argentina, como en América Latina, se observa una situación de salud de gran
heterogeneidad caracterizada por la alta incidencia simultánea de enfermedades
transmisibles y no trasmisibles más el resurgimiento de algunas enfermedades
infecciosas que parecían controladas; configurando lo que se ha denominado una
“polarización epidemiológica”, fenómeno que no solo se da entre los países, sino dentro
de ellos en distintas zonas geográficas y entre las diversas clases sociales.

En definitiva, poco a poco, la epidemiología ha pasado a ocuparse de todos los


problemas relacionados con la salud y la enfermedad. Por otra parte, el conocimiento de
la historia natural de la enfermedad y el concepto de multicausalidad, han hecho que la
epidemiología se haya considerado con un enfoque ecológico, estudiando los problemas
de la enfermedad en relación con el medio complejo en que se desarrolla, para llegar a
un mejor conocimiento de sus causas o factores determinantes. Pero es en los últimos 20
o 30 años cuando el desarrollo de la epidemiología, tanto en teoría como en práctica, se
ha consolidado hasta llegar a constituirse en un elemento esencial para avanzar hacia el
objetivo de conseguir mejor calidad de vida para los pueblos.

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2. Usos y aplicaciones de la epidemiología

El desarrollo permanente del método epidemiológico y su cuerpo de conocimientos ha


permitido ampliar su campo de aplicación, por ello en la actualidad la epidemiología
permite, entre otras aplicaciones:

1. Identificar los determinantes del proceso de salud enfermedad

Este objetivo de investigación busca establecer la relación entre determinantes y


condiciones relacionadas con la salud. Esto debiera permitir distinguir entre:

• Asociaciones de dependencia estadística - entre dos o más eventos,


características o variables. Estas asociaciones pueden o no estar en relación
causal y,

• Determinantes, vale decir, factores que pueden producir cambios en las


condiciones de salud. Estos son factores que tienen una relación causal directa
con problemas de salud.

2. Medir el nivel de salud de poblaciones

• Determinar la carga de enfermedad para planificar los requerimientos de servicios


y la prioridad para la asignación de recursos.

• Detección de tendencias en la incidencia o prevalencia de enfermedades.

• Identificación de cambios en los patrones de una enfermedad y sus


consecuencias.

• Identificación de grupos de riesgo en la población.

• Determinación del estado de salud, la magnitud de capacidad o de la


discapacidad.

3. Planificación de los servicios de salud

La planificación y la efectiva gestión de los servicios de salud dependen, entre otras


cuestiones, del reconocimiento de las necesidades y demandas de la población. Para ello
se requiere información referente a:

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• Perfil epidemiológico de la población (diagnóstico de la situación de salud).

• Principales riesgos para la salud de la comunidad.

• Nivel de utilización de los servicios de salud.

4. Evaluar de servicios, programas y tecnologías sanitarias.

Incluye la evaluación los servicios y programas a través de indicadores de eficacia,


eficiencia, efectividad de las acciones, es decir la evaluación del cumplimiento de los
objetivos planteados y sus consecuencias sobre la población.

5. Reconocer y establecer acciones de Prevención y Control de la enfermedad de


mayor efectividad.

• Sistemas de Vigilancia epidemiológica.

• Identificación de hábitos y conductas que promueven y protegen la salud.

• Protección del ser humano mejorando las condiciones del medio (saneamiento,
higiene), incrementando la resistencia del huésped (inmunización).

6. Identificar grupos más vulnerables.


Se refiere al uso del enfoque de riesgo que propone destinar la mayor cantidad de
acciones y recursos hacia los grupos más vulnerables de la población. (Ej: población
Materno infantil, discapacitados, etc.)

7. Aplicar sus métodos al escenario clínico.

La Epidemiología clínica es la aplicación de los principios y métodos de la epidemiología


a la práctica de la medicina clínica.

Los temas centrales de la epidemiología clínica son:

• Definición de rangos de normalidad y/o valores esperados.

• Establecer la exactitud de las pruebas diagnóstica.

• Descripción de la historia natural de la enfermedad.

• Completar el cuadro clínico de una enfermedad e identificar condiciones


predisponentes. Identificar extensión de periodos de etapa pre-sintomática.

• Ayudar en la predicción (pronóstico) en la mejoría clínica con y sin intervenciones.

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A modo de síntesis puede decirse que dentro del recorrido histórico de las aplicaciones
de la epidemiología los primeros estudios trataban de aplicar métodos preventivos,
intervenciones preventivas y de promoción de salud. Luego se desarrollo la epidemiología
clínica que aplicaba los métodos epidemiológicos para ayudar a decidir la mejor conducta
con un paciente en particular. Posteriormente cobró interés el estado de salud de las
poblaciones con lo que se dedico a desarrollar programas sanitarios de prioridad para la
prevención y atención de la salud (epidemiología ambiental y ocupacional). Más
recientemente la orientación de los estudios se dirige a investigar y actuar sobre los
determinantes sociales del proceso salud y enfermedad así como también a la evaluación
de la efectividad y eficacia de los servicios de salud.

También se destaca que a la epidemiología le cabe el rol de identificar las prioridades del
sistema de atención sanitaria, motivando el interés por lo colectivo y estimulando en los
responsables de gestión, profesionales y trabajadores de la salud y en la comunidad la
conciencia de promover mejoras en los servicios de salud para hacerlos más eficaces,
eficientes y equitativos para la población.

3. Concepto de la medición en salud

Como se expuso con anterioridad el nivel de salud y enfermedad de poblaciones


constituye una de las principales aplicaciones de la epidemiología. La medición del
proceso salud enfermedad le brinda información clave a quien tiene que gestionar
servicios de salud dado que permite, entre otras aplicaciones, determinar la frecuencia de
la enfermedad y a partir de ello planificar los requerimientos de servicios y la prioridad
para la asignación de recursos; identificar grupos de riesgo y formular programas
orientados a reducir el riesgo y controlar la enfermedad; efectuar una vigilancia de la
situación de salud a partir de la evolución de las tasas de prevalencia en incidencia de las
enfermedades.

La medición consiste en asignar un número o una calificación a alguna propiedad


específica de un individuo, una población o un evento usando ciertas reglas. No obstante,
la medición es un proceso de abstracción. Es decir, medir significa proporcionar un valor
cuantitativo o cualitativo a cierta propiedad observada en la persona u objeto de estudio.

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En términos estrictos no se mide al individuo sino cierta característica suya,


abstrayéndola de otras propiedades. Uno no mide al niño sino que obtiene información
sobre su estatura o su peso. Además, lo que se hace es comparar el atributo medido
(variable) en otros individuos (o en el mismo individuo en otro momento), con el fin de
evaluar sus cambios en el tiempo o cuando se presenta en condiciones distintas de las
originales.

Para medir es necesario seguir un proceso que consiste, en breves palabras, en el paso
de una entidad teórica a una escala conceptual y, posteriormente, a una escala operativa.
En general, los pasos que se siguen durante la medición son los siguientes:
a) se delimita la parte del evento que se medirá,
b) se selecciona la escala con la que se medirá,
c) se compara el atributo medido con la escala y,
d) finalmente, se emite un juicio de valor acerca de los resultados de la comparación.

Para medir el crecimiento de un menor, por ejemplo, primero se selecciona la variable a


medir (la edad, el peso, la talla); luego se seleccionan las escalas de medición (meses
cumplidos, centímetros, gramos); inmediatamente después se comparan los atributos con
las escalas seleccionadas (un mes de edad, 60 cm de talla, 4.500 gramos de peso) y, por
último, se emite un juicio de valor, que resume la comparación entre las magnitudes
encontradas y los criterios de salud aceptados como válidos en ese momento. Como
resultado, el infante se califica como bien nutrido, desnutrido o sobrenutrido.

Como se puede notar, la medición es un proceso instrumental sólo en apariencia, ya que


la selección de la parte que se medirá, de la escala de medición y de los criterios de
salud que se usarán como elementos de juicio deben ser resultado de un proceso de
decisión teórica. En otras palabras, sólo puede medirse lo que antes se ha concebido
teóricamente. La medición, sin embargo, nos permite alcanzar un alto grado de
objetividad al usar los instrumentos, escalas y criterios aceptados como válidos por la
mayor parte de la comunidad científica.

La medición es un instrumento para la investigación ya que permite cuantificar la


ocurrencia de un evento o enfermedad.

En la gestión de los servicios de salud se recurre a las mediciones epidemiológicas


para resolver el tipo y cantidad de servicios a ofrecer a la población objetivo y
evaluar sus efectos e impacto.

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Concepto de variable

Las variables pueden definirse como aquellos atributos o características de los eventos,
de las personas o de los grupos de estudio que cambian de una situación a otra o de un
tiempo a otro y que, por lo tanto, pueden tomar diversos valores. Para su estudio es
necesario medirlas en el objeto investigado, y es en el marco del problema y de las
hipótesis planteadas donde adquieren el carácter de variables.
De acuerdo con la relación que guardan unas con otras, las variables se clasifican
en independientes (o variables explicativas) y dependientes (o variables respuesta).
Cuando se supone que una variable produce un cambio en otra, se considera a la
primera como independiente (o causa) y a la segunda como dependiente (o efecto). En
los estudios epidemiológicos la enfermedad o evento es por lo general la variable
dependiente y los factores que determinan su aparición, magnitud y distribución son las
variables independientes, o de exposición. No obstante, el concepto de dependencia e
independencia es contextual, es decir, obedece al modelo teórico planteado. Una vez que
se han identificado las variables el investigador debe definirlas de manera operativa,
especificando el método y la escala con las cuales llevará a cabo su medición.
El uso de variables permite a la epidemiología la elaboración de modelos descriptivos,
explicativos y predictivos sobre la dinámica de la salud poblacional.
En los modelos más sencillos (por ejemplo, en los modelos en los que se considera una
sola exposición y un solo daño o evento) las variables generalmente se expresan en
tablas simples de dos categorías mutuamente excluyentes (llamadas dicotómicas),
representadas por la ausencia y la presencia de la exposición y la ausencia y la presencia
del evento. Al combinar ambas categorías se forma una tabla con dos filas y dos
columnas, conocida como tabla tetracórica o tabla de 2 por 2. Cuando, en cambio,
existen más de dos categorías de exposición, o varias formas de clasificar el evento, esta
relación se expresa en tablas de varias columnas y varias celdas.

Además, las variables pueden ser cualitativas o cuantitativas

Cualitativas: nos dice si la persona posee o no el atributo. Ej. Sexo, lugar de residencia,
etc.
Cuantitativas: las características del atributo puede ser medida. Ej. Edad.

Las variables cuantitativas pueden ser discretas o continuas.


Discretas: pueden variar solo en números enteros (sin valores intermedios). Ej: n° de
hijos.

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Continuas: aceptan valores intermedios entre un máximo y un mínimo. Ej. Estatura,


presión arterial, etc.
Según el tipo de variables se puede construir una escala que agrupe los datos de
acuerdo a sus características
Las variables cualitativas pueden tener una escala nominal (no implica un determinado
orden, ej.: Sexo) o ordinal (implica cierto orden entre las categorías, ej.: rendimiento:
bueno, regular, malo).
Cuando se trata de variables cuantitativas se deben construir intervalos de clase. Ej: <
de 20, de 21 a 40, > de 41.

Principales escalas de medición

Las escalas se clasifican en cualitativas (nominal y ordinal) y cuantitativas (de intervalo y


de razón). Un requisito indispensable en todas las escalas es que las categorías deben
ser exhaustivas y mutuamente excluyentes. En otras palabras, debe existir una categoría
para cada caso que se presente y cada caso debe poder colocarse en una sola
categoría.

Escala nominal
La medición de carácter nominal consiste simplemente en clasificar las observaciones en
categorías diferentes con base en la presencia o ausencia de cierta cualidad.
De acuerdo con el número de categorías resultantes, las variables se clasifican en
dicotómicas (dos categorías) o politómicas (más de dos categorías). En las escalas
nominales no es posible establecer un orden de grado como mejor o peor, superior o
inferior, o más o menos. La asignación de códigos numéricos a las categorías se hace
con el único fin de diferenciar unas de otras y no tienen interpretación en lo que se refiere
al orden o magnitud del atributo. Como ejemplos de este tipo de medición en la
investigación epidemiológica se pueden mencionar el sexo (masculino “0”, femenino “1”),
el estado civil (soltero, casado, viudo, divorciado), la exposición o no a un factor X, y el
lugar de nacimiento, entre otras.

Escala ordinal
En contraste con las escalas nominales, en este tipo de medición las observaciones se
clasifican y ordenan por categorías según el grado en que los objetos o eventos
poseen una determinada característica. Por ejemplo, se puede clasificar a las
personas con respecto al grado de una enfermedad en leve, moderado o severo. Si se
llega a utilizar números en este tipo de escalas su única significación consiste en indicar
la posición de las distintas categorías de la serie y no la magnitud de la diferencia entre
las categorías. Para la variable antes mencionada, por ejemplo, sabemos que existe una

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diferencia de grado entre leve y severo, pero no es posible establecer con exactitud la
magnitud de la diferencia en las enfermedades de una u otra personas.

Escala numérica: además de establecer un orden dentro de las observaciones, permite


conocer la distancia o grado que separa una de otra. Se clasifican en: discretas
(números enteros) y continuas (los valores pueden fraccionarse).

Las numéricas son las únicas que permiten cálculos como la media aritmética, la
desviación estándar y las pruebas de significancia estadística Z y t.

Medidas de tendencia central:


La media o promedio: es el cociente que se obtiene al dividir la suma de los valores de
la variable por el número de ellos, esta muy influenciada por los extremos de la
distribución de frecuencias.

La mediana: es el valor que divide a las observaciones en dos partes iguales.

La moda: es el valor de la variable que se repite mayor número de veces, si se


encuentran más de un valor que se repite frecuentemente se esta frente a una
distribución bi o multimodal.

Distribución de frecuencias: es la ocurrencia de observaciones según la frecuencia con


que aparecen. Si el número de observaciones es suficiente y ellas se han efectuado al
azar, su distribución de frecuencias podrá agruparse alrededor de un punto central y
formara una curva en forma de campana, conocida como normal o de Gauss.

Medidas de dispersión:
La amplitud o rango es la distancia entre el valor máximo y mínimo.

La varianza es la suma de los cuadrados de las diferencias entre cada una de las
observaciones individuales y la media, menos 1.
La desviación estándar DS: es la raíz cuadrada de la varianza.

Se llama percentil al punto de la distribución de valores por encima y por debajo del cual
se sitúa un determinado tanto por ciento del grupo, los más frecuentemente utilizados son
los cuartiles y los deciles.

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4. Medidas e Indicadores Epidemiológicos


Una cuestión central en el análisis epidemiológico es tratar de establecer la frecuencia del
evento y la probabilidad de que el mismo ocurra. Para ello, se utilizan distintos tipos de
cifras (absolutas y relativas) y de medidas, tales como:
a) de frecuencia;
b) de asociación o efecto, y
c) de impacto potencial.

Cifras absolutas y relativas:


Los datos obtenidos durante el proceso de investigación pueden condensarse en forma
de cifras absolutas, las cuales resultan del simple recuento de aquellos y no tienen
relación con el tamaño u otra característica de la población de donde se obtuvieron.
Estas cifras permiten conocer cuantos hechos o existían en un momento o período dado,
y en tal sentido contribuyen a estimar la magnitud del evento o problema que se analiza.
Adquieren cierta importancia epidemiológica cuando el evento no se espera que ocurra,
como por ejemplo el número de casos de fiebre amarilla en Argentina o el número de
casos de tétanos neonatal.
También pueden ser de utilidad para la planificación de los servicios de salud, en lo que a
asignación de recursos se refiere. Por ejemplo si conocemos el número de nacimientos
que ocurren anualmente en una determinada localidad o entre beneficiarios de una obra
social, se podrá estimar los recursos (económicos, humanos, entre otros) de que deben
disponerse para asistir dichos nacimientos.
Sin embargo, las cifras absolutas no son útiles para medir y comparar los fenómenos de
salud y enfermedad, que constituye una de las funciones primordiales de la epidemiología
y para ello debe recurrirse a las cifras relativas que se conforman al relacionar una cifra
absoluta con otra.

Dentro del concepto genérico de cifras o frecuencias relativas se incluyen varios términos
(razones, proporciones, tasas, índices, coeficientes, entre otras) a las que se les asigna,
según los diferentes autores, distintos significados. A continuación resumimos las más
frecuentemente utilizadas en el campo de la salud pública y la gestión de los servicios de
salud:

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Razones:

Las razones pueden definirse como magnitudes que expresan la relación aritmética
(números) existente entre dos eventos. Las dos cantidades que se relacionan no están
contenidas una dentro de la otra.

Dicho de otro modo es una fracción en la cual el numerador no es parte del


denominador.

Un ejemplo es la razón de residencia hombre: mujer en una misma población.


Si en una localidad residen 5 000 hombres y 4 000 mujeres se dice que, en ese lugar, la
razón de residencia hombre : mujer es de 1,25:1, lo que significa que residen 1.25
varones por cada 1 mujer. Esta cantidad se obtiene como sigue:
5.000 = 1,25
4.000

Las razones son medidas muy útiles para la construcción de indicadores de gestión de
los servicios de salud, ya que también permiten relacionar dos eventos que sean de
nuestro interés vincular, como por ejemplo el número de consultas e internaciones que
ocurren en la población que asiste a un centro hospitalario y que relacionados constituyen
un indicador de la capacidad de respuesta o de resolución de la atención ambulatoria de
dicho establecimiento. Este indicador se puede construir del siguiente modo

Ej. Razón de Consultas/internaciones: 2.000/50 = 40.

Interpretación: Por cada 40 consultas efectuadas, se produce 1 internación.

Proporciones
Las proporciones son medidas que expresan la frecuencia con la que ocurre un evento
en relación con la población total en la cual éste puede ocurrir. Esta medida se calcula
dividiendo el número de eventos ocurridos entre la población en la que ocurrieron.
Como cada elemento de la población puede contribuir únicamente con un evento es
lógico que al ser el numerador (el volumen de eventos) una parte del denominador
(población en la que se presentaron los eventos) aquel nunca pueda ser más grande que
éste.

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Por ejemplo, si en un año se presentan tres mil muertes en una población compuesta por
cien mil personas, la proporción anual de muertes en esa población será:
3.000 muertes
100.000 personas

A menudo las proporciones se expresan en forma de porcentaje, y en el ejemplo anterior,


la proporción anual de muertes en la población sería de 3 por 100 o de 3%.

Nótese, asimismo, que el denominador no incluye el tiempo. Las proporciones expresan


únicamente la relación que existe entre el número de veces en las que se presenta un
evento y el número total de ocasiones en las que se pudo presentar.

Tasas

El paso inicial de toda investigación epidemiológica cuantitativa es medir la frecuencia de


los eventos de salud con el fin de hacer comparaciones entre distintas poblaciones o en
la misma población a través del tiempo. No obstante, dado que el número absoluto de
eventos depende en gran medida del tamaño de la población en la que se investiga,
estas comparaciones, como vimos anteriormente, no se pueden realizar utilizando cifras
de frecuencia absoluta (o número absoluto de eventos).
Por ejemplo, si en dos diferentes poblaciones se presentan 100 y 200 casos de cáncer
cervicouterino respectivamente, se podría pensar que en el segundo grupo la magnitud
del problema es del doble que en el primero. Sin embargo, esta interpretación sería
incorrecta si el segundo grupo tuviera más del doble de tamaño que el primero, ya que la
diferencia en el número de casos podría deberse simplemente al mayor tamaño de la
segunda población y no a la presencia de un factor de riesgo extraordinario.
En consecuencia, para comparar adecuadamente la frecuencia de los eventos de salud
es necesario construir una medida que sea independiente del tamaño de la población en
la que se realiza la medición. Este tipo de medidas, denominadas tasas (cifra relativa), se
obtiene relacionando el número de casos (numerador) con el número total de individuos
que componen la población (denominador). El cálculo correcto de estas medidas requiere
que se especifique claramente qué constituye el numerador y el denominador. Es
evidente, por ejemplo, que los varones no deben ser incluidos en el denominador durante
el cálculo de la frecuencia relativa de carcinoma del cérvix.
La parte de la población que es susceptible a una enfermedad se denomina población
en riesgo. Así, por ejemplo, los accidentes laborales sólo afectan a las personas que
trabajan, por lo que la población en riesgo es la población trabajadora. Si, en cambio,

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Introducción a la Epidemiología General - MSP

queremos investigar el efecto de un contaminante generado por una fábrica podríamos


ampliar el denominador a toda la población expuesta al mismo, sea o no trabajadora.

De modo que las tasas son las cifras relativas que al relacionar el evento ocurrido con la
población en la que aconteció (expuesta) posibilitan medir la probabilidad o riesgo de
que el evento medido ocurra. Así las tasas se constituyen en el mejor indicador para
comparaciones en epidemiología.
Las tasas se construyen del siguiente modo:
a. en el numerador debe incluirse: el número de eventos ocurridos durante un periodo
de tiempo (mes, año) y en un lugar (área geográfica) determinado.
b. el denominador corresponde a la población expuesta al riesgo de ese evento durante
el mismo periodo de tiempo y en un lugar.
Dado que muy frecuentemente el número de eventos es muy inferior al de la población
las tasas se expresan generalmente multiplicando el resultado obtenido por una potencia
de 10 (100, 1.000, 10.000, 100.000) con el fin de facilitar su lectura y permitir rápidamente
su comparación con otras tasas. A la potencia de 10 utilizada se le denomina factor de
amplificación (FA).

Teniendo en cuenta el cálculo de una tasa se efectuará del siguiente modo:


nº de veces que se presenta un evento en la población de un área, durante un período determinado
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------- x FA
Población estimada correspondiente a esa área en el mismo período de tiempo.

Ejemplo:
Nº de Asmáticos residentes en la ciudad de Posadas, año 2007
------------------------------------------------------------------------------ x 1.000
Nº de habitantes residentes en la ciudad de Posadas, año 2007.

Tipos de tasas:
• De acuerdo a la naturaleza del evento (numerador) pueden ser de natalidad,
morbilidad, mortalidad, letalidad. Se desarrollan en el apartado siguiente.

• De acuerdo a la naturaleza de la población (denominador) pueden ser:


Crudas, brutas o generales: el denominador esta conformado por la población
total del ámbito que se estudia.

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Específicas: el denominador esta conformado por una parte o subgrupo de la


población del lugar que se estudia (Sexo, grupos de edad, nivel socioeconómico, entre
otros).

5. Medidas de frecuencia de morbimortalidad


Las medidas de frecuencia más usadas en epidemiología se refieren a la medición de la
mortalidad o la morbilidad en una población. La mortalidad es útil para estudiar
enfermedades que provocan la muerte, especialmente cuando su letalidad es
importante. Empero, cuando la letalidad es baja y, en consecuencia, la frecuencia con la
que se presenta una enfermedad no puede analizarse adecuadamente con los datos de
mortalidad, la morbilidad (enfermedad) se convierte en la medida epidemiológica de
mayor importancia.
En ocasiones, la morbilidad también puede servir para explicar las tendencias de la
mortalidad, ya que los cambios en la mortalidad pueden ser secundarios a cambios
ocurridos antes en la morbilidad o, por el contrario, las tendencias en la mortalidad
pueden explicar los cambios en los patrones de morbilidad cuando, por ejemplo, la
disminución en la mortalidad infantil explica los aumentos aparentes en el volumen de
enfermedades en otras edades. Por ambas razones, el análisis de las condiciones de
salud de las poblaciones se basa siempre en los cambios observados en las medidas de
mortalidad y morbilidad. A continuación se presenta un resumen de los elementos más
importantes de las medidas de morbilidad y mortalidad.

Indicadores y Medidas de Morbilidad

Las principales fuentes de información de morbilidad son los datos hospitalarios y los
registros de enfermedad. Sin embargo, debido a las limitaciones de estos registros, los
estudios epidemiológicos se basan en información obtenida mediante métodos de
detección especialmente diseñados para ello.
La enfermedad puede medirse en términos de prevalencia o de incidencia.

Prevalencia
La prevalencia se refiere al número de individuos que, en relación con la población total,
padecen una enfermedad determinada en un momento específico. Debido a que un
individuo sólo puede encontrarse sano o enfermo con respecto a cualquier enfermedad,

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la prevalencia representa la probabilidad de que un individuo sea un caso de dicha


enfermedad en un momento específico.

En la construcción de esta medida no siempre se conoce en forma precisa la población


expuesta al riesgo y, en eso casos se utiliza una aproximación de la población total del
área estudiada. Si los datos se han recogido en un momento o punto temporal dado, p es
llamada prevalencia puntual.

La prevalencia es la probabilidad de un individuo de una población de ser un caso en el


momento t, en un lugar determinado y se calcula de la siguiente manera:
P = número total de casos existentes en el área al momento t
total en el área de la población en el momento t

Los principales factores que inciden en la tasa de prevalencia son:


 La gravedad de la enfermedad.
 La duración de la enfermedad.
 El número de casos nuevos.
 La efectividad de las medidas terapéuticas.

AUMENTAN TASAS DE PREVALENCIA DISMINUYE TASAS DE PREVALENCIA


Mayor duración de la enfermedad Menor duración de la enfermedad
Prolongación de la vida de los pacientes sin curación Elevada tasa de letalidad
Aumento de los casos nuevos Disminución de los casos nuevos
Inmigración de casos Inmigración de personas sanas
Emigración de personas sanas Emigración de casos
Inmigración de personas susceptibles Inmigración de personas susceptibles
Mejora del diagnóstico Aumento de la tasa de curación de casos

Estas medidas son particularmente útiles para valorar la necesidad de asistencia


sanitaria, planificar los servicios de salud o estimar las necesidades asistenciales.

Incidencia
La incidencia, por su parte, expresa el volumen de casos nuevos que aparecen en un
periodo determinado, así como la velocidad con la que lo hacen; es decir, expresa la
probabilidad y la velocidad con la que los individuos de una población determinada
desarrollarán una enfermedad durante cierto periodo.
En los estudios epidemiológicos en los que el propósito es la investigación causal o la
evaluación de medidas preventivas, el interés está dirigido a la medición del flujo que
se establece entre la salud y la enfermedad, es decir, a la aparición de casos nuevos.

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La medida epidemiológica que mejor expresa este cambio de estado es la incidencia, la


cual indica la frecuencia con que ocurren nuevos eventos. A diferencia de los estudios
de prevalencia, los estudios de incidencia inician con poblaciones de susceptibles
libres del evento en las cuales se observa la presentación de casos nuevos a lo largo de
un periodo de seguimiento. De esta manera, los resultados no sólo indican el volumen
final de casos nuevos aparecidos durante el seguimiento sino que permiten establecer
relaciones de causa-efecto entre determinadas características de la población y
enfermedades específicas. La incidencia de una enfermedad puede medirse de dos
formas: mediante la tasa de incidencia (basada en el tiempo-persona) y mediante la
incidencia acumulada (basada en el número de personas en riesgo).

La densidad de incidencia expresa la ocurrencia de la enfermedad entre la población en


relación con unidades de tiempo-persona, por lo que mide la velocidad de ocurrencia
de la enfermedad.

La incidencia acumulada, en cambio, expresa únicamente el volumen de casos


nuevos ocurridos en una población durante un periodo, y mide la probabilidad de que
un individuo desarrolle el evento en estudio. Por ser la incidencia acumulada la medida
mas utilizada en el campo de la gestión de los servicios de salud es que a continuación
se desarrolla con mayor detalle.

Incidencia acumulada.
La incidencia acumulada (IA) se puede definir como la probabilidad de desarrollar el
evento, es decir, la proporción de individuos de una población que, en teoría,
desarrollarían una enfermedad si todos sus miembros fuesen susceptibles a ella y
ninguno falleciese a causa de otras enfermedades.
También se ha definido simplemente como la probabilidad, o riesgo medio de los
miembros de una población, de contraer una enfermedad en un periodo específico.
Las cifras obtenidas mediante el cálculo de la IA son relativamente fáciles de interpretar y
proporcionan una medida sumamente útil para comparar los diferentes riesgos de
distintas poblaciones. Para calcular la IA en el numerador se coloca el número de
personas que desarrollan la enfermedad durante el periodo de estudio (llamados casos
nuevos) y en el denominador el número de individuos libres de la enfermedad al
comienzo del periodo y que, por tanto, estaban en riesgo de padecerla.

Su fórmula es la siguiente:

IA = n° personas que contraen la enfermedad en un periodo determinado

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n° de personas libres de la enfermedad en la población expuesta al riesgo en el inicio del estudio

Como la duración del periodo de observación influye directamente sobre la IA su amplitud


debe considerarse siempre que se interprete esta medida.

Indicadores de Mortalidad

El concepto de mortalidad expresa la magnitud con la que se presenta la muerte en una


población en un momento determinado. A diferencia de los conceptos de muerte y
defunción que reflejan la pérdida de la vida biológica individual, la mortalidad es una
categoría de naturaleza estrictamente poblacional. En consecuencia, la mortalidad
expresa la dinámica de las muertes ocurridas en las poblaciones a través del tiempo y el
espacio, y sólo permite comparaciones en este nivel de análisis. La mortalidad puede
estimarse para todos o algunos grupos de edad, para uno o ambos sexos y para una,
varias o todas las enfermedades. La mortalidad se clasifica de la siguiente manera:

a) Bruta o general y
b) Específica.

Mortalidad general, bruta o cruda


La mortalidad general es el volumen de muertes ocurridas por todas las causas de
enfermedad, en todos los grupos de edad y para ambos sexos. La mortalidad general,
que comúnmente se expresa en forma de tasa, puede ser cruda o ajustada, de acuerdo
con el tratamiento estadístico que reciba.
La mortalidad cruda expresa la relación que existe entre el volumen de muertes
ocurridas en un periodo dado y el tamaño de la población en la que éstas se presentaron;
la mortalidad ajustada (o estandarizada) expresa esta relación pero considera las
posibles diferencias en la estructura por edad, sexo, etcétera, de las poblaciones
analizadas, lo que permite hacer comparaciones entre éstas. En este caso, las tasas se
reportan como tasas ajustadas o estandarizadas.

La tasa general de mortalidad se calcula de acuerdo con la siguiente fórmula:

TGM = número de muertes en el área y periodo t _________ x 1.000


población total promedio en el área en el mismo periodo

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Mortalidad específica
Cuando existen razones para suponer que la mortalidad puede variar entre los distintos
subgrupos de la población ésta se divide para su estudio. Cada una de las medidas
obtenidas de esta manera adopta su nombre según la fracción poblacional que se
reporte.
Por ejemplo, si las tasas de mortalidad se calculan para los diferentes grupos de edad,
serán denominadas tasas de mortalidad por edad. De la misma manera pueden
calcularse la mortalidad por sexo, por causa específica, etcétera.

En algunos casos pueden calcularse combinaciones de varias fracciones poblacionales, y


cuando es así, se especifican los grupos considerados (por ejemplo, mortalidad femenina
en edad reproductiva).

Las tasas de mortalidad específica (TME) por edad y sexo se calculan de la siguiente
forma:
total de muertes en un grupo de edad y sexo específicos de la población durante un periodo dado
población total estimada del mismo grupo de edad y sexo en el mismo periodo

Tasa de letalidad.
La letalidad es una medida de la gravedad de una enfermedad considerada desde el
punto de vista poblacional, y se define como la proporción de casos de una enfermedad
que resultan mortales con respecto al total de casos en un periodo especificado.
La medida indica la importancia de la enfermedad en términos de su capacidad para
producir la muerte, es decir es un indicador de la severidad o gravedad de la enfermedad.
Se calcula de la manera siguiente:
TL = número de muertes por una enfermedad en un periodo determinado
número de casos diagnosticados de la misma enfermedad en el mismo periodo

La letalidad, en sentido estricto, es una proporción ya que expresa el número de


defunciones entre el número de casos del cual las defunciones forman parte.

No obstante, generalmente se expresa como tasa de letalidad y se reporta como el


porcentaje de muertes de una causa específica con respecto al total de enfermos de esa
causa.

Mediciones de mortalidad utilizadas frecuentemente como indicadores de salud.

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o Tasa bruta de defunción


o Tasa específica de defunción por causa
o Tasa de letalidad
o Razón de mortalidad proporcional
o Tasa de letalidad
o Tasa de mortalidad infantil
o Tasa de mortalidad materna

6. Medidas de asociación o de efecto

Las medidas de asociación son indicadores epidemiológicos que evalúan la fuerza con la
que una determinada enfermedad o evento de salud (que se presume como efecto) se
asocia con un determinado factor (que se presume como su causa).
Epidemiológicamente, las medidas de asociación son comparaciones de incidencias: la
incidencia de la enfermedad en las personas que se expusieron al factor estudiado (o
incidencia entre los expuestos) contra la incidencia de la enfermedad en las personas que
no se expusieron al factor estudiado (o incidencia entre los no expuestos).
Estadísticamente, lo que estos indicadores miden es la magnitud de la diferencia
observada.
Debido a que las medidas de asociación establecen la fuerza con la que la exposición se
asocia a la enfermedad, bajo ciertas circunstancias estas medidas permiten realizar
inferencias causales, especialmente cuando se pueden evaluar mediante una función
estadística. En este documento se abordará el cálculo de medidas de asociación para
variables dicotómicas.
Las medidas de asociación más sólidas se calculan utilizando la incidencia, ya que
esta medida de frecuencia nos permite establecer, sin ninguna duda, que el efecto (el
evento o enfermedad) es posterior a la causa (la exposición). En estos casos, se dice,
existe una correcta relación temporal entre la causa y el efecto. Empero, en los estudios
en los que no existe suficiente información para calcular la incidencia (como las
encuestas transversales y la mayoría de los estudios de casos) no es posible calcular la
incidencia.

En general, hay dos tipos de medidas de asociación:


o las de diferencia o de riesgo atribuible en expuestos.
o las de razón o de riesgo relativo.

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Introducción a la Epidemiología General - MSP

Medidas de diferencia o Riesgo Atribuible en expuestos


Como indica su nombre, estas medidas expresan la diferencia existente en una misma
medida de frecuencia (idealmente la incidencia) entre dos poblaciones.
En general, las medidas de diferencia indican la contribución de un determinado factor
en la producción de enfermedad entre los que están expuestos a él.
Su uso se basa en la suposición de que tal factor es responsable de la aparición de la
enfermedad y en la presunción de que, de no existir, los riesgos en ambos grupos serían
iguales. Por este motivo, se dice que las medidas de diferencia indican el riesgo de
enfermar que podría evitarse si se eliminara la exposición.
Como sinónimo se emplea el término riesgo atribuible.
Estas medidas se calculan de la siguiente manera:
RA = Ie - Io donde,
Ie es la incidencia o frecuencia de enfermar o morir de un grupo expuesto, y
Io es la incidencia o frecuencia de enfermar o morir en el grupo NO expuesto.

El resultado se interpreta de la siguiente forma:


Valor =0 indica no-asociación (valor nulo).
Valores <0 indica asociación negativa y puede tomar valores negativos hasta infinito.
Valores >0 indica asociación positiva y puede tomar valores positivos hasta infinito.

Medidas de razón o Riesgo Relativo

Estas medidas también cuantifican las discrepancias en la ocurrencia de enfermedad


en grupos que difieren en la presencia o no de cierta característica. Como se señaló
antes, una razón puede calcularse tanto para dos eventos en una misma población como
para un solo evento en dos poblaciones.
Las razones que con mayor frecuencia se calculan son las de incidencia acumulada o
riesgo relativo (RR), y se obtienen con la siguiente fórmula:

RR = Incidencia en grupo expuesto (Ie )


Incidencia en grupo no expuesto (Io )

= Ie / Io y en una tabla dos por dos = a/(a+b) / c/(c+d)

donde, Ie es la incidencia acumulada o riesgo de enfermar entre los expuestos, e


Io es la incidencia acumulada o riesgo de enfermar entre los no expuestos.

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La razón representa cuántas veces más (o menos) ocurrirá el evento en el grupo


expuesto al factor, comparado con el grupo no expuesto. El resultado se interpreta de la
siguiente forma:
Valor =1 indica ausencia de asociación, no-asociación o valor nulo.
Valores <1 indica asociación negativa, factor protector.
Valores >1 indica asociación positiva, factor de riesgo.

La interpretación de estas medidas se basa en el hecho de que si se dividen dos


cantidades entre sí y el resultado es 1, estas cantidades son necesariamente iguales, y
tener o no la característica estudiada es lo mismo, pues ello no afecta la frecuencia de
enfermedad.
Cuando, en cambio, la razón es mayor de 1, el factor se encuentra asociado
positivamente con el riesgo de enfermar y la probabilidad de contraer el padecimiento
será mayor entre los expuestos. Si el resultado es menor de 1, el factor protege a los
sujetos expuestos contra esa enfermedad.
Conforme el resultado se aleja más de la unidad, la asociación entre el factor y la
enfermedad es más fuerte. Un valor de 4 indica que el riesgo de enfermar entre los
expuestos es cuatro veces mayor que entre los no expuestos. Asimismo, un valor de 0.25
indicaría que el riesgo de enfermar entre los expuestos es cuatro veces menor que entre
los no expuestos.

Estas medidas –que se obtienen en estudios de cohorte– permiten asumir inferencia


etiológica, ya que siempre implican la posibilidad de establecer adecuadamente una
relación de temporalidad causal.

Razón de productos cruzados


La razón de productos cruzados (RPC u OR) se estima en los estudios de casos y
controles –donde los sujetos son elegidos según la presencia o ausencia de
enfermedad, desconociéndose el volumen de la población de donde provienen– por lo
que no es posible calcular la incidencia de la enfermedad. La RPC también se conoce
con los términos en inglés odds ratio (OR) y relative odds, y en español como razón de
momios (RM), razón de ventaja y razón de disparidad. La RM es un buen estimador de
la RDI, sobre todo cuando los controles son representativos de la población de la que han
sido seleccionados los casos. La RM también puede ser un buen estimador del RR.
Esta medida se calcula obteniendo el cociente de los productos cruzados de una tabla
tetracórica:

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Introducción a la Epidemiología General - MSP

OR = axd / cxb

Al igual que en las medidas anteriores, esta fórmula expresa el caso más sencillo, cuando
la exposición y la enfermedad se reportan simplemente como presentes o ausentes.
El resultado se interpreta de la misma forma que en el resto de las medidas de razón.
Cuando la OR tiene un valor de 1 (o nulo), el comportamiento del factor es indiferente; si
el valor es superior a 1, el factor puede considerarse como de riesgo, y si es inferior a 1
es valorado como factor protector.

7. Medidas de impacto

El riesgo atribuible en expuestos, el riesgo relativo y la razón de momios (OR) describen


la asociación entre la exposición y el evento en términos de la magnitud de la fuerza de la
asociación entre estos, información que es muy importante cuando evaluamos la
existencia de asociaciones causales. Sin embargo, estas medidas no se pueden traducir
fácilmente en el contexto de la salud de la población. ¿Qué tan importante es una
exposición? ¿Qué proporción de las enfermedades se pueden atribuir a esta variable?
Para poder estimar el efecto de cierta exposición en la población en estudio o en la
población blanco se requiere estimar otro tipo de medidas, conocidas como medidas de
impacto.

Las principales medidas de impacto:


Riesgo Atribuible Poblacional (RAP)
• Riesgo Atribuible Poblacional porcentual (RAP%)
Estas medidas estiman el impacto esperado sobre una población cuando el factor de
riesgo es removido o cambiado. Ellas toman en cuenta la fuerza de asociación
(estimada por las medidas de efecto) y la distribución del factor de riesgo en la población
asumiendo que se ha establecido una relación causal entre el factor y la enfermedad.

Son específicas de la población estudiada y solo pueden ser generalizadas a poblaciones


con la misma distribución de factores. Factores de riesgo con fuertes asociaciones pero
poco frecuentes, pueden tener grandes medidas de efecto pero pequeñas medidas de
impacto.

1. Riesgo atribuible poblacional (RAP):

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Es la diferencia absoluta entre la tasa (o riesgo) en la población total y la tasa o riesgo en


el grupo no expuesto. Permite responde a la pregunta ¿Cuál es el nivel de riesgo para
toda la población derivado de la exposición al factor?.

Puede calcularse de la siguiente forma:

RAP = Ip - Io

donde:

Ip es la incidencia del problema o enfermedad en la población total, e


Io es la incidencia acumulada o riesgo de enfermar entre los no expuestos.

Como la tasa en la población depende de cuan frecuente es el factor de riesgo en esa


población, el RAP varía según este sea más o menos frecuente.

Cuando se conoce las tasas de los expuestos (Ie) y las de los no expuestos (Io) y la
proporción de expuestos en la población (p), el RAP puede ser también calculado como:
RAP = p (Ie – Io)

2. Riesgo atribuible poblacional porcentual (RAP%)

Esta medida permite estimar la proporción de enfermedad en la población que es


explicada por la exposición al factor estudiado.

Responde a la pregunta:

¿Qué porcentaje de la población enferma es consecuencia de la exposición al factor?

La forma de cálculo es la siguiente:

RAP% = Ip – Io x 100

Ip

Es una medición de gran potencialidad desde la perspectiva poblacional, ya que permite


estimar cuál sería el efecto potencial en la población de remover el factor en estudio.

A modo de ejemplo, se presenta la siguiente hipotética situación:

Factor estudiado: Cefalea tensional en funcionarias de una organización de salud.

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Introducción a la Epidemiología General - MSP

- Tasa incidencia en secretarias de atención al público = 14,5 por cada 100 funcionarias
- Tasa incidencia resto del personal sin actividades de atención al público = 8,5 por cada
100 funcionarias.

- Tasa de incidencia en todo el personal femenino = 9,6 por cada 100 funcionarias.

Asumiendo una relación causal entre el factor (trabajo de secretaría) y el daño (cefalea
tensional) se tiene:

a) Riesgo Atribuible:

RA = (14,5 – 8,5) = 6 por cada 100 funcionarias

b) Riesgo Atribuible Poblacional (RAP):

RAP = (9,6 – 8,5) = 1,1 por cada 100 funcionarias

c) Riesgo Atribuible Poblacional Porcentual (RAP%):

((9,6 – 8,5)/9,6)) x 100 = 11,4%

Este último valor nos indica la proporción de riesgo de cefalea tensional existente que
resulta de la actividad de secretaria en atención al público en la población de funcionarias
de una organización de salud. Si se contara con alguna medida preventiva eficaz que
lograra controlar el riesgo particular de estas secretarias, modificando las condiciones de
trabajo y medidas preventivas individuales, podría reducirse en un 11.4% la ocurrencia
del problema, de ser posible la remoción del factor.

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Introducción a la Epidemiología General - MSP

Bibliografía de Consulta

- Alan Dever G E: Epidemiología y Administración de Servicios de Salud. OPS


(OMS),1993.

- Beaglehole R., Bonita R., Kjellstromt T.: Epidemiología Básica. OPS. Publicación
Científica Nº 551, 2º Edición.

- De Almeida N. F.: Epidemiología sin Números. OPS. Serie Paltex Nº 28, 1992.

- Guerrero R. V., Gonzalez C. L., Medina E. L.: Epidemiología. México. Addison - Wesley
Iberoamericana, 1986.

- Kennetth J. Rotrman , Epidemiología Moderna. Ed. Diaz de Santos S.A. 1987.

- Organización Panamericana de la Salud. Condiciones de salud y sus tendencias. En:


La salud en las Américas Volumen I Regional. Washington, DC: OPS; 2007. Publicación
Científica y Técnica No. 622.

Prof. Dr. Gabriel E. Acevedo 30

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