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SALA CONSTITUCIONAL

MAGISTRADO-PONENTE: JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO

El 16 de agosto de 2001, el abogado César Sánchez Medina, inscrito en el Inpreabogado bajo el


número 39.194, actuando como apoderado judicial de BANCO INDUSTRIAL DE VENEZUELA C.A.,
inscrita ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Mercantil del Distrito Federal, el 15 de enero de 1938,
bajo el No. 30, cuya última modificación fue inscrita en el Registro Mercantil Cuarto de la Circunscripción
Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda el 20 de junio de 1997, bajo el No. 10, Tomo 30-A-4º,
interpuso acción de amparo constitucional en contra de la decisión del 23 de febrero de 2001, dictada por
el Juzgado Superior Octavo en lo Civil y Mercantil Bancario con Competencia Nacional y Sede en la
Ciudad de Caracas, mediante la cual ordenó al Juzgado a quo fijar, por un lapso prudencial, una prórroga
solicitada a fin de que se evacuaren las pruebas admitidas.

En la misma oportunidad, se dio cuenta en Sala del presente expediente y se designó ponente al
Magistrado que, con tal carácter, suscribe el presente fallo.

El 22 de febrero de 2002, el abogado accionante solicitó celeridad procesal en cuanto a la


admisión de la presente acción.
El 31 de julio de 2002, esta Sala solicitó información al Juzgado Noveno de Primera Instancia en
lo Civil y Mercantil Bancario con Competencia Nacional y Sede en la ciudad de Caracas la cual fue
recibida el 11 de noviembre de 2002.

El 11 de marzo de 2003, el apoderado judicial del accionante solicitó pronunciamiento en relación


a la admisión de la presente acción.

El 30 de abril de 2003, esta Sala admitió la acción de amparo constitucional interpuesta y acordó
la cautelar solicitada por la parte accionante.

Practicadas las notificaciones, por auto del 17 de febrero de 2005, se fijó la oportunidad para
celebrar la audiencia oral de las partes, la cual se realizó el 22 de febrero de 2004, y se dejó constancia
de que comparecieron los abogados Minelma Paredes Rivera y Elberto Sardi Díaz, en representación del
accionante; de la no comparecencia del Juez Superior Octavo en lo Civil y Mercantil Bancario con
Competencia Nacional y Sede en la ciudad de Caracas, accionado; de la no presencia del representante
judicial de Roque’s Air Land & Sea C.A. y del ciudadano Carlos Eduardo Pacanins. Asimismo se dejó
constancia de la comparecencia de la abogada Mónica Rodríguez en representación del Ministerio
Público.

En la audiencia constitucional, la abogada Minelma Paredes Rivera, apoderada judicial del


accionante expuso sus alegatos con relación a la acción de amparo interpuesta, consignando escrito, el
cual fue ordenado agregar al expediente. Por su parte, la representación del Ministerio Público, luego de
ser oída, consignó de manera escrita los alegatos y opiniones que fueron expresados en dicho acto.

Efectuada la lectura individual del expediente, para decidir se hacen las siguientes
consideraciones:

I
ANTECEDENTES

1.- Por auto dictado el 10 de mayo de 2000, el Juzgado Séptimo de Primera Instancia en lo Civil y
Mercantil Bancario con Competencia Nacional y sede en la ciudad de Caracas, admitió las pruebas
promovidas por la parte actora, en el juicio por cobro de bolívares (vía ejecutiva) interpuesto por el
BANCO INDUSTRIAL DE VENEZUELA C.A. contra Roque’s Air Land & Sea C.A. y los ciudadanos
William David Pacanins Cleary y Carlos Eduardo Pacanins.

2.- Por auto de la misma fecha, el Juzgado Séptimo de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil
Bancario con Competencia Nacional y sede en la ciudad de Caracas, negó la prórroga solicitada por la
parte demandada, en virtud de que “la evacuación a tiempo de la experticia y de las posiciones juradas
no es un hecho imputable al Tribunal, ya que dichas pruebas fueron promovidas en el sexto (6º) día de
despacho del lapso de promoción y evacuación”.

3.- El 19 de mayo de 2000, el referido Juzgado Séptimo de Primera Instancia, negó la solicitud
formulada por la parte demandada, en el juicio principal, donde solicitaron que se acordara “un auto para
mejor instrucción”, de conformidad con lo previsto en el artículo 401 del Código de Procedimiento Civil.

4.- Por sentencia dictada el 23 de febrero de 2001, el Juzgado Superior Octavo en lo Civil y
Mercantil Bancario con Competencia Nacional y sede en la ciudad de Caracas, declaró con lugar la
apelación interpuesta por el abogado Orlando Suárez Contramaestre, en su carácter de apoderado
judicial de la parte demandada, contra el auto dictado el 10 de mayo de 2000 por el Juzgado Séptimo de
Primera Instancia en lo Civil y Mercantil Bancario con Competencia Nacional y sede en la ciudad de
Caracas; y, en consecuencia, ordenó al Juzgado de Primera Instancia “fijar, por un lapso prudencial, la
prórroga solicitada a fin de que se evacúen las pruebas ya admitidas”.

5.- El 21 de marzo de 2001, la abogada María Srour, en su carácter de apoderada judicial del
BANCO INDUSTRIAL DE VENEZUELA C.A., anunció recurso de casación contra la sentencia dictada el
23 de febrero de 2001, por el referido Juzgado Superior.

6.- Por diligencia del 3 de abril de 2001, la abogada Anamey Castro, apoderada del BANCO
INDUSTRIAL DE VENEZUELA C.A., en virtud de la negativa de la admisión del recurso de casación
anunciado, de conformidad con lo previsto en el artículo 316 del Código de Procedimiento Civil, recurrió
de hecho ante la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia.

7.- El 14 de junio de 2001, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, declaró sin
lugar el recurso de hecho propuesto contra el auto del 28 de marzo de 2001, dictado por el Juzgado
Superior Octavo en lo Civil y Mercantil Bancario con Competencia Nacional y sede en la ciudad de
Caracas, denegatorio del recurso de casación anunciado contra la decisión del 23 de febrero de 2001,
dictada por el referido Juzgado Superior.

II
DE LA PRETENSIÓN DE AMPARO

En el escrito libelar, fueron señalados por el apoderado judicial del accionante los siguientes
argumentos de hecho y de derecho como fundamento de su pretensión de amparo:

1.- Que, el “15 de diciembre de 1998, fue celebrada transacción entre (su) representado BANCO
INDUSTRIAL DE VENEZUELA C.A., la sociedad mercantil ROQUE’S AIR LAND & SEA C.A. y el
ciudadano CARLOS EDUARDO PACANINS, la cual fue debidamente homologada por el Tribunal de la
causa el 17 del mismo mes y año”.

2.- Señaló que, “en razón del incumplimiento de la referida transacción por parte de los
demandados, ...omissis... en fecha 5 de abril del 2000, solicitamos su ejecución, decretando el Tribunal
la ejecución voluntaria de la misma, en fecha 11 del mismo mes y año”.

3.- Que, “dentro del lapso concedido a los demandados para el cumplimiento voluntario, éstos se
opusieron a dicha ejecución, razón por la cual, el a quo de conformidad con lo establecido en el artículo
607 del Código de Procedimiento Civil, abrió una articulación probatoria de ocho (8) días de despacho, la
cual comenzó a correr el primer día de despacho siguiente al 26 de abril del 2000”.

4.- Alegó que, “dentro del lapso de promoción y evacuación de pruebas, ambas partes
promovimos las pertinentes, pero es el caso que la parte demandada, las promovió cuando solo faltaban
dos (2) días de despacho para culminar el lapso de la articulación, pretendiendo hacer evacuar una serie
de pruebas, que en razón de los lapsos que la propia ley establece para su evacuación debieron ser
promovidas y evacuadas a partir del primer día de despacho del lapso de Ley, y no al final del mismo,
como efectivamente sucedió. Solicitó asimismo la promovente demandada, una prorroga del lapso de
pruebas; la cual fue negada por el Tribunal de la causa”.
5.- Que, la parte demanda en ese juicio apeló de la decisión que le negó la solicitada prórroga del
lapso de pruebas y, el “23 de febrero de 2001, el Juzgado Superior Octavo en lo Civil y Mercantil
Bancario con Competencia Nacional y Sede en la ciudad de Caracas, conociendo en alzada, dictó
sentencia mediante la cual declaró con lugar la apelación interpuesta por el apoderado judicial de los co-
demandados, ...omissis... y en tal sentido ordenó al Tribunal de la causa conceder la prórroga del lapso
de pruebas, y por vía de consecuencia revocó el referido auto, ...omissis... dictado por el a quo”.

6.- Que, contra la sentencia del ad quem “anunció recurso de casación, el cual fue negado por
auto de fecha 28 de marzo de 2001, razón por la cual el BANCO INDUSTRIAL DE VENEZUELA, C.A.
interpuso recurso de hecho, el cual fue declarado Sin Lugar en fecha 14 de junio de 2001, por el Tribunal
Supremo de Justicia, Sala de Casación Civil”.

7.- Señaló la parte presuntamente agraviada que, la decisión dictada por el Juzgado Superior,
mediante la cual se ordena la prórroga del lapso probatorio, lesionó la garantía constitucional contenida
en el artículo 49 de la Constitución, “esto es, el debido proceso, pues en dicho fallo se reabre un lapso
preclusivo, ampliación que solo podía ser solicitada por los expertos designados, si éstos lo consideraren
conveniente y, por las partes en el proceso, sólo en caso de que ambas de común acuerdo así lo
solicitaren”.

Es del parecer del apoderado accionante que, la parte demandada actuó con falta de diligencia al
promover las pruebas de experticia, exhibición de documentos y confesión al sexto día de abierta la
articulación probatoria de ocho días. Ante tal situación, la evacuación de dichas pruebas sería
extemporánea, toda vez que requieren de ciertos actos por parte del tribunal de la causa para poderse
llevar a cabo como lo son el nombramiento, juramentación de los expertos, y la admisión e intimación
personal del adversario en relación a la exhibición de documentos.

Por ello consideró que, “el escrito de promoción de pruebas presentado por la representación
demandada resultó tardío, dada la naturaleza de las pruebas promovidas, ya que las mismas
evidentemente requería para su evacuación de plazos mayores de dos (2) días de despacho”.

8.- Que, “distinto hubiese sido, si la promovente demandada promovía sus pruebas al primero o
segundo día de despacho del lapso de pruebas y en dicho caso que las mismas se hubieren admitido el
mismo día o al siguiente día de despacho del lapso de pruebas aperturado”, con lo cual “se posibilitaba
su evacuación a tiempo, pero en el caso de autos no queda más remedio que concluir que la
representación demandada actuó con falta de diligencia y acertadamente el a quo procedió a negarles la
prórroga del lapso de pruebas, en principio por carecer de cualidad, pues las partes en el proceso solo
pueden solicitar una prórroga del lapso de pruebas cuando de común acuerdo entre las partes así lo
requieran y son los expertos los que tienen esa cualidad para solicitar la misma, siempre que lo hagan
dentro del lapso de pruebas, lo cual en caso de marras no ocurrió y aunado a ello, por no ser imputable al
Tribunal la falta de diligencia de la demandada promovente al pretender que dichas pruebas fueran
evacuadas en tan poco tiempo”.

Por último, solicitó se decrete medida cautelar innominada que ordene al Tribunal de la causa, se
abstenga de conceder la prórroga acordada por el juzgado Superior, hasta tanto se decida la presenta
acción de amparo.
III
DEL FALLO LESIVO

El 23 de febrero de 2001, el Juzgado Superior Octavo en lo Civil y Mercantil Bancario con


Competencia Nacional y Sede en la ciudad de Caracas declaró con lugar el recurso ordinario de
apelación y ordenó al a quo fijar por un lapso prudencial, la prórroga al lapso probatorio solicitada por la
parte demandada.

Señaló dicho Juzgado Superior que, “habiendo solicitado el demandado la prórroga dentro del
lapso probatorio establecido en el artículo 607 del Código de Procedimiento Civil, es decir: en tiempo
hábil, que quedaran, o no, días suficientes para la evacuación de la misma; por supuesto, sin que sea
culpa del Tribunal, pero mucho menos culpa de quien la promovió, por ser éste un lapso muy breve;
ahora bien debe tenerse en cuenta para no violar el derecho de defensa establecido en el artículo 257
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, como sería el caso de no concedérsele la
prórroga, se violaría ese derecho, y por consiguiente, lo prudente será acordarla a fin de preservar el
derecho consagrado en dicho artículo, toda vez que por una sutileza, podría ocasionarle un daño
irreparable a las partes”.

Igualmente se fundamentó, la referida sentencia en que el artículo 202 del Código de


Procedimiento Civil establece que los términos o lapsos procesales no podrán prorrogarse ni abrirse de
nuevo después de cumplidos, sino en los casos expresamente determinados en la Ley, o cuando una
causa no imputable a la parte que lo solicite lo haga necesario.

IV
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR

Del análisis de las actas que conforman el presente expediente, y de la apreciación de las
exposiciones realizadas por las partes en la audiencia oral del presente procedimiento, la Sala observa
que:

Hasta el Código de Procedimiento Civil de 1897, el término probatorio no se encontraba


segmentado como en el actual, para que, dentro de cada segmento, llevaran a cabo las partes y el
tribunal actividades preclusivas, sino que dentro de él, conjuntamente, se promovían y evacuaban las
pruebas.

Observa el tratadista Arminio Borjas (Comentarios al Código de Procedimiento Civil Venezolano,


tomo III, p. 193, Edit. Bibloamericana. Argentina-Venezuela) “…Antes de la reforma de 1897, la ley
declaraba que el lapso de pruebas era de treinta días, sin destinar especialmente a la promoción de éstas
ninguna parte de él, por lo cual, durante todos dichos días se las podía indistintamente promover y
evacuar, … omissis … y tanto para el Juez como para las partes se hacía embarazoso, y aún quedaba
expuesto para éstas a peligrosas alevosías, el derecho de promover nuevas probanzas hasta en el último
de los treinta días del término.”

Para esta Sala, conforme a los comentarios de Borjas, era claro que en los términos diseñados
para que conjuntamente se promovieran y evacuen pruebas, hasta los últimos días del lapso eran hábiles
para ofrecer medios de pruebas, ya que ese era un derecho de las partes. Reminiscencias en el vigente
Código de Procedimiento Civil de este tipo de término único para promover y recibir pruebas es la
articulación probatoria del artículo 607, norma que establece una articulación por ocho días sin término
de distancia, lo que significa –ya que el Código de Procedimiento Civil no distingue- que dentro de la
articulación se promoverán y evacuarán pruebas, ya que necesariamente el lapso probatorio es para ello.

Al no limitar el artículo 607 en comento los medios a promoverse, entiende la Sala que en un
sistema de libertad de medios, los ofrecibles son tanto medios nominados como innominados.

En consecuencia, testigos, experticias, inspecciones judiciales, documentos y otros medios no


prohibidos expresa o tácitamente para las incidencias, pueden proponerse en estas articulaciones; y no
señala el Código de Procedimiento Civil que las pruebas deban evacuarse obligatoriamente dentro de la
articulación, y que si allí no se reciben, las que se insertaren luego resultaren extemporáneas. Si no
existe tal distinción en la ley, el intérprete tampoco debe distinguir.

Por lo tanto, a juicio de esta Sala, es posible que pruebas ofrecidas por las partes dentro de la
articulación sean recibidas fuera de ella, como incluso ocurre con probanzas no evacuadas en el término
de evacuación del juicio ordinario.

Para la Sala, sería contrario al derecho de defensa de las partes, cercenarles tal derecho,
concretado en el ofrecimiento de pruebas, creándoles la carga de promoverlas en los primeros días de la
articulación de ocho días (de despacho), cuando la ley no distingue oportunidad dentro del término para
promoverlas, ni ordena tal proceder. Luego, todos los días, hasta el último de la articulación, son
oportunos y temporáneos para ofrecer pruebas. Lo que sucede es que hay pruebas que pueden
evacuarse sin lapso probatorio alguno para ello, ya que se reciben en un día prefijado,
independientemente del lapso, mientras hay otras que requieren de un término destinado a la recepción
de pruebas para que puedan ser incorporadas al proceso. Ello, debido a que con algunos medios
pueden surgir diversas actividades concatenadas a su práctica, y por aplicación del principio de
concentración de la prueba, el legislador ha querido que ellas se lleven adelante dentro de un lapso
probatorio específico.

Ahora bien, a juicio de la Sala, para que las probanzas promovidas puedan evacuarse dentro o
fuera de la articulación es necesario ponderar varias situaciones.

No prevé el artículo 607 que las partes puedan oponerse a las pruebas de su contraparte, pero
siendo la oposición una emanación del derecho de defensa, ella es posible, y el juez tendría que
decidirla, a fin de que la prueba pueda recibirse, si declara sin lugar la oposición y admite el medio.

Si el juez no decide la oposición, conforme al artículo 399 del Código de Procedimiento Civil, la
prueba no podrá evacuarse, y en articulaciones de tan corto lapso, la recepción del medio
necesariamente tendría que ser fuera del término probatorio del artículo 607. No aceptar tal situación
sería dejar indefensa a la parte, infringiéndose así el artículo 49 constitucional. Si una de las partes
promoviere testigos con citación previa a la declaración, podría ocurrir que el alguacil citara a los testigos
para que declararan al octavo día, y sería injusto que el promovente no pueda examinar a sus testigos,
que comienzan a declarar ese día, porque se agota la audiencia, y aún no ha podido formular todas las
preguntas, por lo que necesariamente la declaración de los testigos debería prorrogarse fuera del lapso.

Si se promoviere una experticia, en los primeros días del término, y las partes no se pusieran de
acuerdo un solo experto, al segundo día de admitida la prueba, tendría lugar el acto de nombramiento de
expertos, su juramentación será el tercer día siguiente al nombramiento (artículo 458 del Código de
Procedimiento Civil), la notificación del nombrado por el juez, tendrá lugar tres días después de su
notificación (artículo 459 del Código de Procedimiento Civil) y en este último supuesto, luego vendría la
reunión para establecer el tiempo de la pericia, lo que necesariamente conduce a que el peritaje no
pueda evacuarse dentro de las ocho audiencias ya que, por lo menos, cinco de ellas se han consumido
en los trámites señalados. De allí que le propio Código de Procedimiento Civil en la incidencia nacida del
desconocimiento de instrumentos privados (artículo 449) donde la prueba de experticia –cotejo- es la de
mayor peso (artículo 445), y cuyo término probatorio es de ocho días, señaló que éste puede extenderse
hasta quince días.

Estos ejemplos, a juicio de la Sala, demuestran que fuera de la articulación se pueden recibir
pruebas, independientemente de la oportunidad de su promoción, pero que tal recepción obedece a
situaciones especiales.

Es criterio de la Sala que con relación a la articulación probatoria del artículo 607, surge una
situación casuística de acuerdo a la esencia de los medios de prueba que propongan las partes;
correspondiendo al juez de oficio en algunos medios, señalar la evacuación de la prueba fuera de la
articulación, dada la dificultad innata al medio de evacuarla dentro de los ocho días de despacho, y ese
es, por ejemplo, el caso de la experticia.

También este es el caso de la inspección judicial, ya que el tribunal que la va a practicar, que es
el de la causa, tiene que ejecutarla cuando sus ocupaciones lo permitan, lo cual puede ser fuera de la
articulación probatoria, siempre que la provea dentro de ella.

Luego, en aras a garantizarle el derecho de defensa a las partes, a quienes el artículo 607 les ha
otorgado un término probatorio de ocho días para promover y evacuar, no puede cargarse a las partes a
que promuevan todas sus pruebas dentro de los primeros días, y tildárselas de negligentes o torpes, si no
lo hacen, sobre todo cuando hay medios de alta dificultad, debido a su naturaleza, para ser recibidos en
la articulación, por lo que la audiencia que se utilizare para ofrecerlos sería indiferente, siempre que sea
dentro del lapso.

A juicio de la Sala, resultaría un contrasentido que a las partes se les diere un término de ocho
días para promover pruebas, y que las promovidas, en ejercicio de su derecho, el último día no fueran
proveídas por el juez aduciendo que no puedan evacuarse dentro del lapso porque éste finalizó, cuando
ya se ha apuntado que hay medios que pueden evacuarse fuera del término probatorio.

Es de recordar que con respecto a las pruebas temporáneas del último día, el juez tiene tres días
para proveerlas, y esos días caen fuera de la articulación probatoria.

El quid del asunto, en criterio de esta Sala, radica en si el término para proveer o evacuar las
admitidas se prorroga de oficio, o si él sólo se prorroga a instancias de parte, aplicando el artículo 202 del
Código de Procedimiento Civil. La Sala hace la salvedad de que los medios que por su esencia o
naturaleza pueden recibirse fuera del lapso de evacuación, necesariamente, como garantía del derecho
de defensa de quien lo propuso, se evacuarán fuera de la articulación en la oportunidad que fije el
tribunal, como ocurre con la inspección judicial, o con el tiempo que el tribunal señale a los expertos.

Se trata de medios que por su esencia, y sin que exista prórroga del término probatorio, ya que
éste, como tal dejó de correr, se pueden evacuar fuera de dicho término, como ocurre con la experticia o
inspección judicial, u otras pruebas cuya naturaleza sea semejante, y que debido a esa característica
pueden proponerse hasta el último día de la articulación.

Pero con el resto de las probanzas, para las cuales la ley no previno, como lo hizo en la experticia
(artículos 460 y 461 del Código de Procedimiento Civil) un término fijo que puede exceder del normal de
evacuación, o que su práctica depende de cuando la actuación judicial puede llevarse a cabo; la prueba
debe ser evacuada dentro de un término para ello, el cual no puede exceder del establecido en la ley, y
con respecto a esos medios, de no poder recibirse dentro del lapso, funciona a plenitud la institución de la
prórroga de los términos, señalado el artículo 202 del Código de Procedimiento Civil y que se funda en la
existencia de una causa no imputable a la parte que lo solicita, que hace necesaria la prórroga del lapso.
Es criterio de la Sala, que desde este ángulo, hay medios que de ser promovidos en el último día
de la articulación, el promovente debe pedir se prorrogue el término para que el tribunal los provea y se
evacuen dentro del lapso de evacuación, que así se alarga. El juez examinará si acuerda o no acuerda la
prórroga, juzgando si ella atiende realmente a una causa no imputable a quien la pide. Es en casos como
éste, donde el juez puede examinar la negligencia en estos ofrecimientos tardíos de la prueba, y negar la
prórroga, por lo que la articulación no se extenderá por ocho audiencias más para que se reciban las
pruebas.

Resalta la Sala que se trata de una situación casuística, que depende de cada medio y de la
necesidad, por su naturaleza, que se evacuen dentro del término de evacuación. Aquellos como la
experticia, la inspección judicial, la exhibición de documentos o los informes (artículo 433 del Código de
Procedimiento Civil), por ejemplo, que se reciben en una fecha, la cual puede señalarse fuera del término
probatorio, podrán recibirse fuera de éste, al igual que lo que sucede con las comisiones o las rogatorias
a evacuarse en cumplimiento de un término extraordinario de pruebas.

Con relación a los otros medios simples, nominados o innominados (documentos privados,
testigos, etc), que deben recibirse dentro de un término de evacuación (así sea conjunto con el de
promoción), la posibilidad de insertarse al proceso fuera del término sólo es viable si éste se prorrogó o
reabrió, y para ello es necesario que exista petición de parte, ya que es ella quien debe alegar y justificar
la causa no imputable que le impide actuar dentro del término probatorio natural.

En el caso de autos, el juez ordenó la prórroga para que se evacuara, fuera de la articulación
probatoria, la experticia y la exhibición documental. Se trata de un medio, como la experticia, que por su
esencia puede recibirse fuera del término probatorio , como ya lo señaló este fallo, y en igual situación se
encuentra la exhibición documental.

El que el juez del fallo impugnado fundara la prórroga en la tutela del derecho de defensa del
demandado, obviando la verdadera razón de fondo que justifica la evacuación fuera de lapso y
decretando con respecto a esos medios una prórroga innecesaria, no significa que con ello lesionará
derecho constitucional alguno al Banco Industrial de Venezuela, C. A., y así se declara.

Ambos medios, pericia y documental, no requerían de la prórroga para ser evacuadas fuera de
lapso, pero el que el juez la acordara en nada perjudicaba a los accionantes en amparo, ni al debido
proceso, ya que no surgió ninguna lesión al derecho de defensa de los hoy accionantes.

Con respecto a la prueba de confesión promovida, junto con las otras, el penúltimo día de la
articulación probatoria del artículo 607 del Código de Procedimiento Civil, no consta en autos si se trataba
de unas posiciones juradas, inadmisible en las articulaciones al no referirse al mérito de la causa, o si se
trataba de una confesión extrajudicial, contenida en documentos, por lo que a la Sala le resulta imposible
juzgar sobre ella.

De tratarse de unas posiciones juradas, ellas resultan inadmisibles y la prórroga ordenada no


consolida tal situación. Si se trataba de confesiones contenidas en documentos públicos, ella podría ser
recibida fuera de la articulación, antes del fallo, por lo que la prórroga, aunque innecesaria, no
perjudicaba a los hoy accionantes.
Por todos estos motivos, la Sala considera que el fallo impugnado no lesionaba a los accionantes,
y así se declara.

DECISIÓN

Por las razones expuestas esta Sala Constitucional, en nombre de la República y por autoridad
de la ley, declara: SIN LUGAR la acción de amparo constitucional, interpuesta por el abogado César
Sánchez Medina, en su carácter de apoderado judicial de la sociedad mercantil BANCO INDUSTRIAL DE
VENEZUELA C.A., en contra de la decisión del 23 de febrero de 2001, dictada por el Juzgado Superior
Octavo en lo Civil y Mercantil Bancario con Competencia Nacional y Sede en la Ciudad de Caracas. En
consecuencia, se suspende la medida cautelar dictada por esta Sala el 30 de abril de de 2003.

Publíquese y regístrese. Cúmplase lo ordenado.

Dada, firmada y sellada, en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo de Justicia, en


Sala Constitucional, en Caracas, a los 08 días del mes de marzo de dos mil cinco. Años: 194° de la
Independencia y 146° de la Federación.

La Presidenta de la Sala,
Exp. 2005-000150
SALA DE CASACIÓN CIVIL
Ponencia del Magistrado: CARLOS OBERTO VÉLEZ

En el juicio por cobro de honorarios profesionales extrajudiciales intentado ante


el Juzgado Duodécimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, por los abogados ISIDRO
FERNÁNDEZ DE FREITAS, PUBLIO DAVID ROJAS VALDERRAMA, ISABEL CARPIO
FARÍAS y ALBA SILVA MENDOZA , actuando en su propio nombre y en defensa de
sus derechos e intereses, contra el ciudadano KARL DIEMINGER ROBERTSON,
patrocinados judicialmente por los profesionales del derecho Ileana Hernández
Valencia y Francisco Hernández Prósperi; el Juzgado Superior Séptimo en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de esa misma Circunscripción Judicial, conociendo en
competencia funcional jerárquica vertical, dictó sentencia el 22 de septiembre de
2003, mediante la cual declaró sin lugar el recurso procesal de apelación interpuesto
por las codemandantes Isabel Carpio Farías y Alba Silva Mendoza y parcialmente con
lugar el recurso de apelación ejercido por el codemandante Isidro Fernández De
Freitas, contra la sentencia del a quo de fecha 11 de mayo de 1999, que había
declarado parcialmente con lugar la demanda en relación al codemandado Isidro
Fernández De Freitas y sin lugar la demanda respecto a los demás codemandantes;
por vía de consecuencia, declaró parcialmente con lugar la demanda en relación al
codemandante Isidro Fernández De Freitas y sin lugar la demanda respecto a los
demás codemandantes, ordenando, la indexación solicitada.
Contra el precitado fallo, los coaccionantes Isabel Carpio Farías, Alba Silva
Mendoza e Isidro Fernández De Freitas anunciaron recurso de casación, el cual fue
admitido y formalizado. No hubo impugnación.
Concluida la sustanciación, pasa la Sala a dictar su máxima decisión procesal
bajo la ponencia del Magistrado que con tal carácter la suscribe , lo cual se hace
previas las siguientes consideraciones:

DENUNCIA POR DEFECTO DE ACTIVIDAD


ÚNICA
Con fundamento en el ordinal 1º del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil, se denuncia la infracción de los artículos 12 y 243 ordinal 4° eiusdem por
inmotivación.
Los formalizantes alegaron:
“...La sentencia recurrida dejó de considerar y apreciar la prueba
testimonial y la prueba de posiciones juradas promovidas por los
formalizantes, exponiendo como fundamento de tal rechazo, que
ellas habían sido evacuadas extemporáneamente .
Dice la recurrida (folio 120 de la última pieza):
(…Omissis…)
Ahora bien, el único motivo para declarar la intempestividad (sic) de la
evacuación de dichas pruebas, como puede verse de la transcripción
precedentemente, es la nota del Secretario del Tribunal que indica que
“ el 29 de abril de 1999, venció el lapso de pruebas ”, pero sucede
que, en casos como el presente, en que se emitió para la evacuación
de los testigos una comisión a otro Tribunal; el lapso de evacuación se
cuenta así: primeramente los días de despacho transcurridos en el
comitente hasta que se envía la comisión; y el resto del lapso en el
comisionado, desde la llegada de la comisión hasta su reenvío al
comitente.
Dice el ordinal 2° del artículo 400 del Código de Procedimiento Civil:
(…Omissis…)
De ahí a que para poder dictaminar si una prueba evacuada ante un
juez Comisionado es o no tempestiva, resulta imprescindible que se
cuente el cómputo de la forma indicada , o sea, en uno y otro Tribunal,
cosa que no hizo el Juez de la recurrida, y por lo tanto el motivo por el
que declaró la extemporaneidad de la prueba testimonial en este juicio
no es idóneo para justificar tal pronunciamiento.
Resulta en extremo grave desechar las pruebas fundamentales del
juicio de un plumazo, con base en la brevísima nota del Secretario,
existiendo en el expediente las actas de la comisión emitida con sus
respectivos cómputos.
Estamos en presencia de una falta de motivación, pues se basó
un pronunciamiento medular de la controversia en un extremo que no
tiene, ni puede llegar a tener, valor para sustentarlo; la doctrina de la
casación ha sido constante al declarar que “ equivale a falta de
motivación la utilización de razones infundadas que no se avenga
con pronunciamientos anulatorios de pruebas que cursan en
autos ”, (Sentencia de fecha 08 de marzo de 1987)…” (Negrillas de los
recurrentes).

Señala el formalizante que el juez de la recurrida expresó que no apreciaba las


pruebas de testigos y de posiciones juradas debido a que fueron evacuadas
extemporáneamente, lo cual, a su juicio, son “ razones infundadas ” que hicieron
incurrir al ad-quem en el vicio de i nmotivación.
Para resolver, esta Sala observa:
Los formalizantes atacaron la conclusión del sentenciador de no apreciar las
pruebas de testigos y de posiciones juradas por ser extemporáneas, mediante una
denuncia por defecto de actividad, como lo es la inmotivación, pues consideró que las
razones que soportan su decisión son erradas, lo cual a Juicio de esta Sala de
Casación Civil, no es un problema de inmotivación de la sentencia sino de infracción
de ley.
En tal sentido, la Sala mediante sentencia Nº 268, de fecha 3 de agosto de
2000, en el juicio de Leonardo Campbell Oyarzum contra Administración y Mercadeo
de Hoteles, S.A, bajo la ponencia del Magistrado que con tal carácter suscribe
ésta , expresó lo siguiente:
“…doctrina de la Sala, que la motivación debe estar constituida por las
razones de hecho y de derecho que dan los Jueces como fundamento
del dispositivo. Las primeras están formadas por el establecimiento de
los hechos con ajustamiento a las pruebas que los demuestran; y las
segundas la aplicación a éstos de los preceptos legales y los principios
doctrinarios atinentes”. (Sent. 2-10-73. G.F. Nº 82, pág. 314, Márquez
Añez, Leopoldo Motivos y Efectos del Recurso de Forma en la
Casación Civil Venezolana , pág. 65.)
La inmotivación por el contrario, es el vicio que provoca la omisión de
uno de los requisitos de la sentencia, que impone a los Jueces
el ordinal 4º), artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, cuando
ordena que el fallo debe contener ‘...Los motivos de hecho y de
derecho de la decisión....’
La Sala ha establecido por lo menos desde 1906, que la inmotivación
consiste en la falta absoluta de fundamentos; que los motivos exiguos
o escasos, o la motivación errada no configura el vicio de
inmotivación. Así es de vieja data, la siguiente doctrina:
‘...tampoco se viola el artículo 162 (hoy 243) del Código de
Procedimiento Civil, porque en el auto no falta ninguno de los
requisitos que este precepto exige en las sentencias o decisiones. El
que más se acerca al defecto denunciado, es el requisito de la mención de
los “fundamentos en que se apoya”, y no se puede decir que una
decisión carece de fundamentos cuando resultan inexactos o errados.
Se necesitaría que se tratara de una carencia absoluta de
fundamentos, o que todos fuesen falsos, ya que según doctrina y
jurisprudencia corriente bastaría que uno al menos fuese bastante a
sostener la parte dispositiva para que no resulte violado el
artículo 162’. (Auto de 06 de mayo de 1939. M. 1940. Tomo II. Pág.
136)....”.

Asimismo, mediante fallo N° 477, dictado por esta Sala el 20 de diciembre de


2002, caso Luís Juan Dieguez Urbina contra Linda Nassour Homsy, bajo la ponencia
también de este mismo Magistrado , se indicó:
“…La motivación, debe estar constituida por las razones de hecho y de
derecho que dan los jueces como fundamento del dispositivo. Las
primeras están formadas por el establecimiento de los hechos con
ajustamiento a las pruebas que lo demuestran; y las segundas por la
aplicación a éstas de los preceptos legales y los principios doctrinarios
atinentes.
La inmotivación, por el contrario, es el vicio que provoca la omisión de
uno de los requisitos esenciales de la sentencia que impone el artículo
243 ordinal 4º del Código de Procedimiento Civil, cuando ordena que
todo fallo debe contener los motivos de hecho y de derecho de la
decisión.
Igualmente, ha establecido la doctrina pacífica y reiterada, que la
inmotivación consiste en la falta absoluta de fundamentos, mientras
que los motivos exiguos o escasos o la motivación errada no
configura el vicio de falta de motivación, sino un error de derecho
que debe ser denunciado al amparo del ordinal 2° del artículo 313 del
Código de Procedimiento Civil…”(Subrayado y negrillas de la Sala).

En consecuencia, la Sala desestima la denuncia de infracción del artículo 243


ordinal 4° del Código de Procedimiento Civil, por carecer de la fundamentación
requerida. Así se decide.
DENUNCIAS POR INFRACCIÓN DE LEY
-I-
Con fundamento en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil, con apoyo en el artículo 320 eiusdem , se denuncia la infracción de los artículos
12, 400 ordinal 1° y 508 ibídem por falta de aplicación.
Argumentan los recurrentes, lo siguiente:
“...En la situación de autos la recurrida declaró que no apreciaba la
deposición de los testigos Santiaga Bravo Payares, Nelly Luces Guerra
y Nelson A. Abache Sanoja, por cuanto el lapso de evacuación
de pruebas se hallaba vencido en la oportunidad en que ellos rindieron su
declaración:
(…Omissis…)
Este pronunciamiento es erróneo, porque el lapso de evacuación de
pruebas, por lo que respecta a la deposición de los testigos en
referencia, no había fenecido, como pasamos a demostrarlo:
1.- Dicho lapso, que es diez (10) días de despacho por tratarse de un
juicio breve, según lo ordena el ordinal 2° del artículo 400 del Código
de Procedimiento Civil, se cuenta así: en el Tribunal comitente a partir
del auto de admisión , y en el comisionado el resto del lapso , pues en
nuestro caso, por encontrarse ambos Juzgados en la misma localidad,
no hubo término de distancia.
(…Omissis…)
2.-De la simple lectura del texto de la comisión que corre a los folios 218
y siguientes de la primera pieza del expediente, se evidencia lo
siguiente:
a) Según el auto de remisión de la comisión (folio 218) consta que la
misma se envió en fecha 23 de abril de 1999, y que para ese momento
habían transcurrido en el comitente siete (7) días de despacho.
b) El auto de entrada de la comisión tiene fecha 30 de abril de 1999
(folio 219).
c) La declaración de los testigos tuvo lugar el día 04 de mayo de 1999
(folio 220 y siguientes).
d) Según el cómputo del comisionado, que presentamos en copia
certificada anexa a este Escrito de Formalización en veintidós (22)
folios útiles, desde el 30 de abril de 1999 INCLUSIVE (resaltado
nuestro) hasta el 05 de mayo de 1999 inclusive, han transcurrido 04
días de despacho que se discriminan de la siguiente manera: ABRIL
30, MAYO 3, 4 y 5 (folio 21).
e) Como la declaración de los testimoniales fue el día 04 de mayo,
ésta se efectuó el noveno (9°) día del lapso de diez (10) días que la
Ley otorga para los juicios breves, pues el día de despacho del 30 de
abril no se cuenta, ya que en él se dio entrada a la Comisión, pero aún
si se contará las testimoniales se habrían evacuado el décimo día hábil,
siendo obviamente tempestivo dicho acto.
En conclusión, la prueba se evacuó en tiempo hábil.
(…Omissis…)
Ahora bien, la recurrida…desechó las testimoniales en referencia, porque una simple
nota del Secretario del Tribunal de la causa expresa que “EN FECHA
29 DE ABRIL VENCIÓ EL LAPSO DE PRUEBAS…” sin que tal constancia
estuviese respaldada por un cómputo de los días de despacho que
transcurrieron en el Tribunal Comisionado, lo que es más, contrariando lo
expresado en el cómputo certificado por el Secretario del tribunal.
Este error cometido por el Juez de la alzada comporta la infracción
del artículo 12 del Código de Procedimiento Civil, por no haberse
atenido a lo alegado y probado en autos; la del ordinal 2° del artículo
400 del mismo Código, por cuanto no se tomó en cuenta para
determinar si las testimoniales en referencia habían sido
evacuadas ante el Tribunal Comisionado dentro del lapso de Ley o
no , con lo cual se infringe dicha norma que ordena que el lapso
de evacuación de pruebas, cuando se emiten comisiones en
el comisionado para que actúen otros Tribunales se cuente una parte en
el comitente y otra en el comisionado , tal como lo hemos alegado
anteriormente.
Esta norma se infringió por falta de aplicación.
También se infringieron las disposiciones contenidas en el artículo 508 del
Código de Procedimiento Civil, que obliga a los jueces a apreciar dicha
prueba fijando criterios al respecto.
La infracción de la última norma denunciada se produjo por falta de
aplicación, como consecuencia de la violación del ordinal 2° del artículo
400 del Código de Procedimiento Civil, es una norma para el
establecimiento de la prueba testimonial; y el artículo 508 ejusdem , es
una norma para la valoración de la misma.
Expresamente alegamos también que las infracciones denunciadas fueron
determinantes del fallo, por cuanto la deposiciones de Santiaga Brava de
Payares, Nelly Luces Guerra y Nelson A. Abache Sanoja, fueron
contundentes para demostrar los extremos de hecho en
que fundamos nuestra demanda; en efecto los alegatos relativos a las
actividades profesionales que desplegamos a favor del demandado,
fueron presenciadas por los testigos de manera directa y así quedó
demostrado palmariamente ...” (Lo resaltado de la transcripción).

Alegan los formalizantes que el juez de alzada realizó el cómputo del lapso de
evacuación sin tomar en cuenta las reglas establecidas en el “ artículo 400 ordinal 2° ”
del Código de Procedimiento Civil, cuando la prueba se evacua ante un tribunal
comisionado, razón por la cual consideró extemporánea y no apreció los testimonios dados
ante el tribunal comisionado, siendo que la misma fue tempestiva por haberse
evacuado dentro del lapso probatorio previsto en el procedimiento breve.
Ahora bien, la Sala considera que el formalizante acusó la infracción del
artículo 400 ordinal 2° del Código de Procedimiento Civil, el cual se refiere al cómputo
del lapso de evacuación de pruebas cuando esta se realiza mediante comisión ante un
tribunal ubicado en una circunscripción judicial distinta a la del comitente. No
obstante, de la fundamentación dada en la denuncia se deduce que en realidad este
pretende denunciar es la violación del artículo 400 ordinal 1° eiusdem , que se refiere
al cómputo del lapso para evacuar la prueba entre tribunales situados en una misma
circunscripción judicial.
Por tanto, la Sala considera que el recurrente acusa el quebrantamiento del
artículo 400 ordinal 1° del Código de Procedimiento Civil.
En la recurrida se asentó lo siguiente:
“…Expreso la intimante que, desde el 26 de septiembre de 1997, el
equipo de abogados comenzó a trabajar en el referido juicio y, después
de tres (3) meses de trabajo, redactaron tres (3) documentos, lo cual
habían hecho colectivamente, por conveniencia de las partes,
redactados separadamente y visados por el abogado Isidro Fernández
de Freitas, mediante los cuales se obtuvo como convenio reparatorio
extrajudicial el pago de doscientos millones de bolívares (Bs.
200.000.000,oo), y mediante la figura del reconocimiento de deuda, el
pago diferido de otros Trescientos ochenta y un millones de bolívares
(Bs. 381.000.000,oo). Lo cual sumaba quinientos ochenta y tres
millones de bolívares con ochenta y cuatro céntimos, más intereses,
ordenados por el demandante, de ciento veinticuatro millones
quinientos veinte mil ciento ochenta y tres bolívares con ochenta y
cuatro céntimos (Bs. 124.520.183,84).
Expresó además la parte actora que, los documentos en referencia
fueron autentificados en fecha 29 de diciembre de 1997, bajo números
48, 49, y 50, en la Oficina Subalterna de Registro de los Municipios
Urdaneta y Cristóbal Rojas del estado Miranda, con Sede en
Cúa, los cuales eran: Documento 48, relativo a la transacción
convenida entre su cliente, el hoy demandado, y su hermano Franz
Dieminger Roberston, éste último parte demandada, en el mencionado
juicio; documento N° 49, relativo al pago de trescientos ochenta y un
millones de bolívares (Bs. 381.000.000,oo), mediante la figura del
reconocimiento de deuda convenido como acuerdo reparatorio entre las
partes; y documento N° 50, relativo al pago de doscientos millones de bolívares
(Bs. 200.000.000,oo), mediante la figura de la compra de 712 acciones,
con valor nominal de un mil bolívares (Bs. 1.000,oo), cada una, de la
sociedad mercantil Alfareria Metropolitana C.A., que le hizo como
acuerdo reparatorio el demandado a su cliente.
Dijo también que, para el logro del exitoso final a favor del ciudadano Karl
Dieminger, invirtieron los abogados enorme cantidad de horas de trabajo
profesional en numerosísimas reuniones debido a la desesperación del
demandado, a fin de que le resolviesen lo más rápido posible su caso;
que habían invertido enormes cantidad de horas de trabajo y estudio
desde el 22 de septiembre de 1997 hasta el día 29 de diciembre de
1997, fecha esta en la que fueron autenticados los documentos
antes mencionados, que le pusieron fin a la controversia existente entre las partes,
mediante el acuerdo reparatorio extrajudicial...”.
De lo expuesto, se evidencia que los accionantes pretenden el cobro de
honorarios profesionales por la elaboración de los documentos protocolizados ante la
Oficina Subalterna de Registro de los Municipios Urdaneta y Cristóbal Rojas del
estado Miranda, con sede en Cúa, a saber: 1) Transacción convenida entre Karl
Dieminger y Franz Dieminger; 2) El reconocimiento de deuda convenido como acuerdo
reparatorio extrajudicial en el cual se acordó pagar la cantidad de trescientos ochenta
y un mil bolívares (Bs. 381.000.000,oo); y, 3) Compra-venta de setecientos doce (712)
acciones con valor nominal de un mil bolívares cada una de Alfarería Metropolitana
C.A, por las cuales se pago doscientos millones de bolívares (Bs. 200.000.000,oo).
Para resolver, esta Sala observa:
El artículo 313 ordinal 2° del Código de Procedimiento Civil, establece:
"…Cuando se haya incurrido en un error de interpretación acerca del
contenido y alcance de una disposición expresa de la ley, o aplicado
falsamente una norma jurídica; cuando se aplique una norma que no
éste vigente, o se le niegue aplicación y vigencia a una que lo esté; o
cuando se haya violado una máxima de experiencia.
En los casos de este ordinal la infracción tiene que haber sido
determinante del dispositivo en la sentencia …”. (Negrillas y
subrayado de la Sala).

La norma transcrita, consagra entre los requisitos para la procedencia de la


denuncia por infracción de ley que la violación sea determinante del dispositivo del
fallo, es decir, que afecte lo decidido de tal forma que cambie lo establecido en él.
En el caso concreto, los recurrentes pretenden que la Sala se pronuncie sobre
la tempestividad de la prueba de testigos evacuada por los ciudadanos Santiaga Bravo
Payares, Nelly Luces Guerra y Nelson A. Abache Sanoja.
El artículo 6° del Reglamento de la Ley de Abogados, establece:
“… La firma del abogado al margen de los documentos que deban
ser presentados a los funcionarios señalados en el artículo 6°
de la Ley, significa que los mismos han sido redactados por aquél .
Queda a salvo lo relativo a los documentos redactados en el
extranjero…”. (Negrillas y subrayado de la Sala).

El artículo 6° de la Ley de Abogados, pauta:

“…Los jueces, los Registradores , los Notarios y los Inspectores


Fiscales se abstendrán de protocolizar o dar curso a escrituras contentivas
de actos traslativos o declarativos de la propiedad de bienes , títulos
supletorios, documentos relativos a constitución o liberación de
gravámenes, contratos de cualquier naturaleza , poderes , documentos que
deban inscribirse en el Registro de Comercio, declaraciones de herencia y
en general toda especie toda especie de escrituras que versen sobre
cualquier derecho, si dichos documentos no han sido redactados por
un abogado en ejercicio…”. (Negrillas y subrayado de la Sala).

De lo expuesto en los citados artículos, se evidencia que el visado del abogado


demuestra quien redactó el documento. En tal sentido, la Sala mediante sentencia N°
357, de fecha 28 de julio de 2003, caso: Carmen Cristina Martínez de Schwarts, contra
Gloria Lovera Paruel, señaló lo siguiente:
“…El artículo 6° del Reglamento de la Ley de Abogados (…) establece
que el visado del documento significa que el abogado lo redactó , y
el Juez de alzada concluyó que el visado por parte del tercero opositor
al documento constitutivo de la hipoteca significa que éste lo
redactó…” (Negrillas y subrayado de la Sala).

En el presente asunto, la prueba testimonial no influirá en lo decidido en la


sentencia definitiva respecto al derecho de cobro de los honorarios reclamados por los
formalizantes, pues dicha prueba no es idónea para demostrar que los documentos
fueron redactados por todos los accionantes ni puede rebatir lo establecido en el
artículo 6° del Reglamento de la Ley de Abogados, ya que de la “ síntesis de la
controversia ” del fallo impugnado se constata que los documentos fueron redactados
por un abogado distinto a los recurrentes, pues indica “ …expresó la intimante (…)
después de tres (3) meses de trabajo, redactaron tres documentos, lo cual habían
hecho colectivamente, por conveniencia de las partes, redactados separadamente y
visados por el abogado Isidro Fernández de Freitas …”.
Por tanto, la infracción denunciada no es trascendental para el dispositivo, pues
aún de ser procedente la violación acusada no cambiaría la declaratoria de “sin lugar”
al derecho a cobro de honorarios de los hoy formalizantes, ya que la prueba de
testigos no es suficiente para destruir el visado del abogado Isidro Fernández, en los
documentos que causaron los honorarios demandados.
En consecuencia, al no estar cumplido uno de los requisitos para la procedencia
de la infracción de ley denunciada, como es que “ sea determinante para el dispositivo
de la decisión ”, la Sala desestima la violación de los artículos 12, 400 ordinal 1° y 508
del Código de Procedimiento Civil, por falta de aplicación, de conformidad con lo
establecido en el artículo 313 del ordinal 2º eiusdem . y, Así se decide.

-II-
Con fundamento en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil, se denuncia por falta de aplicación los artículos 12, 405 y 889 del Código de
Procedimiento Civil y 1.401 del Código Civil.
Expresa el formalizante:
“...Es cierto que para la fecha en la que se evacuaron las posiciones,
habían vencido los diez (10) días de despacho previstos como lapso
de evacuación de pruebas por el Código de Procedimiento Civil para
los juicios breves, de cuya especie es el cobro de honorarios
profesionales de abogados; pero la prueba de posiciones juradas,
según lo pautado por el artículo 406 del Código de Procedimiento
Civil, pueden efectuarse “hasta el momento de comenzar los
informes”. Ahora bien, en los juicios breves no hay informes, pero
hay un lapso de cinco (5) días hábiles para dictar la decisión
definitiva, previsto en el artículo 889 del mismo Código, dentro
del cual se evacuaron las mencionadas posiciones juradas , ya que
según el cómputo que hizo el comitente y corre al folio 274 de la
primera pieza, la expresada prueba se llevó a cabo el sexto día de
despacho contado a partir de la fecha de entrada de la comisión en
el comisionado, que viene a ser el tercero del lapso que se
concede al Juez para dictar sentencia en los juicios breves , en el
artículo 889 del Código de Procedimiento Civil.
(…Omissis…)
La conclusión de lo expuesto es que en el cuarto día de despacho
del lapso de cinco (5) días que tiene el Juez de la causa en los
juicios breves para dictar sentencia definitiva, se efectuó el acto
de posiciones en el juicio .
(…Omissis…)
Por estas razones denunciamos la infracción por falta de aplicación en
la situación sub- iudice del artículo 12 del Código de Procedimiento Civil,
por no haberse tenido la recurrida a lo alegado y probado en autos; y
los artículos 406 y 889 del mismo Código, por falta de aplicación, al haber
dicha sentencia declarado extemporáneas por tardías las posiciones juradas
formuladas el tercer día del lapso para dictar sentencia que estaba
corriendo cuando se evacuó dicha probanza.
Las normas antes denunciadas son dispositivos legales para el
establecimiento de la prueba de confesión.
Asimismo, denunciamos como infringido el artículo 1.401 del Código
Civil, que es una norma legal para la valoración de la prueba de
confesión y dice:
”La confesión hecha por la parte apoderada dentro de los límites del
mandato, ante un Juez aunque éste sea incompetente, hace
contra ella plena prueba...”
También aquí la violación se comete por falta de aplicación, y se
produce al no darle a las posiciones juradas evacuadas en el juicio el
mérito que la disposición en referencia le atribuye. Dicha infracción es la
consecuencia de la declaración de intempestividad de dicha prueba;
pero el efecto de no atribuirle su valor probatorio configura una
violación por falta de aplicación, independientemente de que también
se hubiesen quebrantado las normas para el establecimiento de la aludida
probanza…”(Negrillas y subrayado de la Sala).

Los formalizantes señalan que la prueba de posiciones juradas puede evacuarse


hasta los informes según lo establece el artículo 406 del Código de Procedimiento
Civil, por lo que al no existir en el procedimiento breve el acto de informes el
sentenciador debió apreciarla a pesar de que fue evacuada durante los cinco (5) días
de despacho que tiene el juez de la recurrida para dictar el fallo definitivo -de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 889 eiusdem - y al no hacerlo por
considerarla extemporánea incurrió en el quebrantamiento de los artículos 12, 406 y
889 del Código de Procedimiento Civil y 1.401 del Código Civil.
Se indica en la recurrida:
“...Posiciones juradas, absueltas en fecha 13 de mayo de 1997(sic), en
forma extemporánea por tardías, ya que según se observa de las
actuaciones que en fecha 29 de abril de 1999, venció el lapso de
prueba, según nota estampada por el Secretario del Tribunal de
origen, anverso folio 200, este Tribunal las desecha…”

El sentenciador señala en la recurrida que las posiciones juradas son


extemporáneas por haberse evacuado mucho después del 29 de abril de 1999, fecha
en la cual venció el lapso de evacuación de pruebas en primera instancia.

La Sala para decidir, observa :


Los formalizantes acusan la infracción del artículo 406 del Código de
Procedimiento Civil, norma referida a la disposición del solicitante para absolver las
posiciones juradas (reciprocidad) y a la oportunidad para absolverlas, lo cual no
guarda relación con la fundamentación de la denuncia relacionada con el plazo
legalmente establecido para la evacuación de dicha prueba.
Ahora bien, en atención del principio establecido en el artículo 26 de la
Constitución de la Republica, la Sala considera que hubo un error material en la
redacción de la denuncia; razón por la cual conocerá de la violación del artículo 405
del Código de Procedimiento Civil, precepto éste que si se refiere a lo denunciado, por
cuanto de la fundamentación se hace evidente la relación de esta norma con lo que se
pretende impugnar a la recurrida.
Sin embargo, debe llamarse la atención a los formalizantes para que en una
próxima oportunidad sean más cuidadosos al señalar el artículo presuntamente
infringido debido a la naturaleza extraordinaria que tiene el recurso de casación, a las
cargas y requisitos que debe cumplir el recurrente, de conformidad con lo pautado en
el artículo 317 eiusdem .
El artículo 22 del Código de Procedimiento Civil, establece:
“…Las disposiciones y los procedimientos especiales del presente
Código se observarán con preferencia a los generales del mismo, en
todo cuanto constituye la especialidad, sin que por eso dejen de
observarse en lo demás las disposiciones generales aplicables al
caso…”
La disposición transcrita permite que las normas que regulan la especialidad en
el procedimiento ordinario, puedan suplir los vacíos legales que existen en los
procedimientos especiales, tales como el procedimiento breve pautado en el artículo
881 del Código de Procedimiento Civil.
El artículo 405 del Código de Procedimiento Civil, establece:
“…Las posiciones sólo podrán efectuarse sobre los hechos pertinentes
al mérito de la causa, desde el día de la contestación de la demanda,
después de esta, hasta el momento de comenzar los informes de las
partes para sentencia…”

La referida norma fija la tempestividad de la prueba de posiciones juradas, la


cual puede solicitarse y absolverse desde que se haya contestado la demanda hasta
el momento antes de que se haya fijado el acto de informes -en primera instancia-
pues de producirse antes o después de los límites fijados por esta disposición se
considerará extemporánea por anticipada o extemporánea por tardía.
Por su parte, el artículo 196 del Código de Procedimiento Civil establece:
“…Los términos o lapsos procesales para el cumplimiento de los actos
procesales son aquellos expresamente establecidos por la ley; el juez
solamente podrá fijarlos cuando la ley lo autorice para ello…”.

El artículo transcrito consagra el principio de preclusión de los actos


procesales, al señalar que los términos y lapsos sólo pueden ser establecidos por ley,
por ende, las partes no podrán disponer de ellos, y el juez será el único facultado para
fijarlos cuando expresamente lo haya indicado el legislador en el texto.
Por tanto, todo acto que se produzca fuera del plazo o término consagrado por
la ley no tendrá valor en el proceso por haber precluído la oportunidad, entendiéndose
por preclusión “ …la pérdida, extinción o caducidad de una facultad procesal… ”.
(Chiovenda, Biblioteca Clásicos del Derecho. Tomo 6. Pág, 476).
Respecto al principio de preclusión, el Maestro Eduardo Couture, en su obra
“ Fundamentos del Derecho Procesal Civil ”, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1997,
Pág. 194 y 197, expresó:
“…El principio de preclusión está representado por el hecho de que las
diversas etapas del proceso se desarrollan en forma sucesiva,
mediante la clausura definitiva de cada una de ellas, impidiéndose el
regreso a etapas y momentos procesales ya extinguidos y
consumados.
Preclusión es, aquí lo contrario de desenvolvimiento libre o discrecional.
(…Omissis…)
Así, el no apelar dentro de término opera la extinción de esa facultad
procesal; la no producción de la prueba en tiempo agota la posibilidad
de hacerlo posteriormente; la falta de alegación o de expresión de
agravios en el tiempo fijado impide hacerlo más tarde. En todos esos
casos se dice que hay preclusión, en el sentido de que no cumplida la
actividad dentro del tiempo dado para hacerlo, queda clausurada la
etapa procesal respectiva. Se subraya así la estructura articulada del
juicio a que se ha hecho alusión. Transcurrida la oportunidad, la etapa
del juicio se clausura y se pasa a la siguiente, tal como si una especie
de compuerta se cerrara tras los actos impidiendo su regreso…”

En tal sentido, la Sala Accidental de Casación Civil de este Alto Tribunal,


mediante sentencia N° 308, de fecha 25 de junio de 2003, caso Banco Mercantil C.A.
S.A.C.A., expresó lo siguiente:
“…La recurrida, para no analizar y juzgar pruebas consignadas por
cualquiera de las partes, hizo previamente la siguiente advertencia: en
razón de encontrarse este proceso en etapa de sentencia desde el 13 de
octubre de 1995, se abstiene de analizar y decidir sobre los
documentos y alegaciones producidos por cualquiera de las partes en
el presente juicio con posterioridad a la presentación de las
observaciones a los informes, por resultar las mismas ilegales por
extemporáneas. A juicio de la Sala Accidental, la anterior declaración
de la recurrida está ajustada a derecho, porque en el proceso
venezolano impera el principio de orden consecutivo legal con
etapas de preclusión ; además de la regla de que cada acto
particular debe realizarse dentro del término que le corresponde o
no puede ejecutarse ya en lo absoluto, que es otro principio del
proceso venezolano, llamado de la preclusión, según el cual la
parte que deje de actuar en el tiempo prescrito queda impedida o
precluída de hacerlo después. De la combinación de estos dos
principios, surge el llamado proceso concentrado y se afirma
entonces que en el proceso venezolano rige el “principio de
orden consecutivo legal con fase de preclusión,” una de cuyas
fases es la etapa probatoria, que comprende un lapso para la
promoción de las pruebas y otro lapso para su evacuación .
La regla general en Venezuela de la promoción de las pruebas la
establece el artículo 396 del Código de Procedimiento Civil: “Dentro de
los primeros quince días del lapso probatorio deberán las partes
promover todas las pruebas de que quieran valerse, salvo
disposición especial de la Ley”. Es un lapso perentorio y preclusivo,
salvo las excepciones legales. La mayor parte de las pruebas que
deben promoverse dentro de este lapso son: los instrumentos privados
de la demanda, y la de éstos en los casos de excepción a que se
refiere el artículo 434; la exhibición de documentos; la confesión o
posiciones juradas; la experticia; la inspección judicial; la prueba de
testigos; las reproducciones, copias y experimentos; la prueba de
informes; y cualquier medio probatorio no contemplado expresamente en
la ley (las pruebas innominadas). Las excepciones a la regla anterior son
varias: algunas pruebas deben promoverse con el libelo de la
demanda, como los instrumentos públicos o privados en que se
fundamente la pretensión (art. 340, ord 6° CPC); otras pruebas
pueden ser promovidas en todo tiempo hasta los últimos informes,
como las posiciones juradas (art. 405 CPC) , los instrumentos
públicos, que no sea obligatorio presentar con la demanda (arts.434 y 435
CPC); y una previsión nueva: de común acuerdo las partes, en cualquier
estado y grado de la causa, pueden hacer evacuar cualquier clase de
pruebas en que tengan interés (art. 396, in fine. CPC).
Salvo que ocurra el último de los supuestos examinados
precedentemente, pruebas consignadas después del acto de informes
son inadmisibles, por extemporáneas , como con acierto lo resolvió la
recurrida. El formalizante alega también la infracción de
disposiciones constitucionales que enumera, las cuales habrían sido además
infringidas por la recurrida al cometer el presunto vicio de silencio de
pruebas. No todas las garantías y derechos fundamentales
son absolutos, pues muchos de ellos tienen específico desarrollo a través de
las llamadas normas operativas o de ejercicio (Picó I Junoy Joan. Las
Garantías Constitucionales del Proceso. Editorial J.M. Bosch.
Barcelona. 1997. p 29), en el caso, el Código deX Procedimiento
Civil que, como lo vimos precedentemente, contiene
normas preclusivas sobre la promoción y evacuación de las pruebas en
el proceso. Efectivamente, en la medida en que las
garantías constitucionales o derechos fundamentales, formen parte
de un sistema normativo, necesariamente han de tener límites, que
derivan de la necesidad de respetar otros derechos de similar
categoría. En el marco general del derecho de defensa, se ha
establecido que la facultad de probar también tiene límites que han
sido adecuadamente puestos de relieve por la doctrina y la
jurisprudencia, como se verá mas adelante al analizar y resolver otras
denuncias de infracción contenidas en el escrito de formalización…”.

En el Código de Procedimiento Civil venezolano coexisten los principios “ del


orden consecutivo legal con fase de preclusión ” y el de “preclusión de los actos ”, que
dividen el proceso en etapas, cada una de los cuales tiene un lapso determinado para
que las partes ejerzan su derecho de defensa, así en la fase probatoria, el legislador
estableció un plazo para promover y otro para evacuar pruebas, el cual puede
prorrogarse a petición de parte dentro de la misma oportunidad, pues toda actuación
que se realice una vez transcurrido dicha etapa se considerará extemporánea y no
tendrá valor en el proceso, de conformidad con los principios señalados anteriormente
que rigen l a tempestividad de los actos procesales.
El legislador en el artículo 405 del Código de Procedimiento Civil, delimita el
lapso para absolver la prueba de posiciones juradas e indica que podrán evacuarse
hasta el momento antes de que se haya fijado el acto de informes, por ende, una vez
ocurrido dicho acto no habrá más oportunidad para evacuarla. Lo que hace evi dente
que el legislador quiso extender un poco más la oportunidad de evacuación de la
prueba de posiciones juradas, pero estableciendo como límite el acto de informes, el
cual una vez ocurrido, abre ope legis el de sentenciar, lo que significa, que el
legislador si bien extendió el lapso de evacuación para esta prueba, no así quiso que
este llegara al lapso para sentenciar.
Sin embargo, en el caso planteado, los formalizantes pretenden aplicar en un
procedimiento breve lo dispuesto en el artículo 405 del Código de Procedimiento Civil
-de conformidad con lo dispuesto en el artículo 22 eiusdem - con el fin de que se
extienda el plazo para absolver las posiciones juradas al lapso para sentenciar ,
por no existir en ese procedimiento especial acto de informes.
En el procedimiento breve el legislador en primera instancia no fijó una
oportunidad para el acto de informes, pues de la fase probatoria pasa directamente a
la etapa de decisión, a tenor de l o pautado en los artículos 889 y 890 del Código de
Procedimiento Civil, éste último señala “ …la sentencia será dictada dentro de los
cinco días siguientes a la conclusión del lapso probatorio …”.
Por tanto, de lo expresado up supra debe entenderse que en el procedimiento
breve el límite para evacuar la prueba de posiciones juradas en primera instancia, es
hasta que fenece en el lapso de evacuación de pruebas, pues se abre ope
legis el lapso para sentenciar .
Ahora bien, no ocurre lo mismo en alzada pues el artículo 893 del Código de
Procedimiento Civil, fija el término del décimo día para sentenciar, y no
un lapso como en primera instancia , lo que permite que en dicho término se
evacuen las pruebas establecidas en el artículo 520 del Código de Procedimiento
Civil, pudiendo producirse hasta el noveno día del término -inclusive- el juramento
decisorio, las posiciones juradas y el documento público, pues el décimo día es sólo
para sentenciar.
En tal sentido, la Sala Constitucional de este Alto Tribunal, mediante sentencia
N° 556, del 22 de abril de 2005, Exp N° 2005-110; caso: Carolina Teresa Bitchachi
Deborax, expresó lo siguiente:
“…En concordancia con lo expuesto, se destaca que del contenido del
artículo 893 del Código de Procedimiento Civil se desprende que, en
primer lugar, se consagra un término para decidir y no un lapso
procesal, en virtud que debe destacarse que el resguardo e
incolumnidad del término procesal, establecido en el artículo in
commento , tiene su cimiento en la protección y respeto de los
derechos a la defensa y al debido proceso establecidos en el artículo
49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por
cuanto es dentro de esos diez (10) días de despacho que las partes
intervinientes tienen la oportunidad de incorporar el acervo probatorio
que ellos consideren al expediente judicial, siempre y cuando las
pruebas promovidas sean las indicadas en el artículo
520 eiusdem (instrumentos públicos, posiciones juradas y juramento
decisorio).
En este mismo sentido, resulta oportuno advertir que la improrrogabilidad
del mencionado término (ex artículos 893 y 202 del Código de Procedimiento Civil),
conlleva consecuencialmente una mayor diligencia probatoria de las
partes, en virtud que dentro del lapso de diez (10) días de despacho
deben promover y evacuar las pruebas que estimen pertinentes, siempre
que sean las contempladas en el artículo 520 ibidem.
Con fundamento en que el mismo término de decisión –diez (10) días-
incluye el lapso probatorio en segunda instancia de las partes
intervinientes en el proceso, debe interpretarse que el término de diez
(10) días establecido en el artículo 893 del Código de Procedimiento Civil
para dictar sentencia en segunda instancia debe computarse por días de
despacho, puesto que dentro del mencionado lapso es que las partes
pueden promover y evacuar las pruebas que estimen pertinentes, por lo
que el cómputo de dicho término en días consecutivos vulnera el criterio
interpretativo establecido por esta Sala mencionado supra (Vid.
Sentencia N° 80 del 1° de febrero de 2001).(Negrillas de origen).

En el caso concreto, los formalizantes no pueden pretender que el juez de la


recurrida considerara tempestiva la posición jurada evacuada en primera inst ancia
durante el “…cuarto día de despacho del lapso de cinco días que tiene el juez de la
causa…para dictar sentencia definitiva …”, de conformidad con lo establecido en el
artículo 890 del Código de Procedimiento Civil, pues se absolvió durante el plazo para
sentenciar, lapso dado para que el juez realice el estudie del caso en su totalidad
y emita el fallo definitivo .
Establecer lo contrario, rompería los principios de equilibrio e igualdad procesal
y, el derecho de defensa de la otra parte, pues los términos y lapsos procesales –
artículo 196 del Código de Procedimiento Civil- no son disponibles por las partes ni
por el juez cuando ello no esta expresamente permitido por la ley. Subvertiría además,
el procedi miento breve, pues el Juez se vería en la obligación de no dictar la
sentencia, dentro de los cinco (5) días, pues la evacuación de una prueba al cuarto
día del lapso de sentencia, lo obligaría a reestudiar el asunto para incorporar a su
motivación la nueva prueba.
En consecuencia, la Sala declara improcedente la violación del artículo 12, 889,
405 del Código de Procedimiento Civil, 1.401 del Código Civil por falta de aplicación.
Así se decide.

D E C I S I Ó N
Por las razones expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia de la República
Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre
de la República y por autoridad de la ley, declara SIN LUGAR el recurso de casación
anunciado por los accionantes Isabel Carpio Farías, Alba Silva Mendoza y Isidro
Fernández De Freitas, contra la sentencia dictada en fecha 22 de septiembre de 2003,
por el Juzgado Superior Séptimo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de esa misma
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas.

Se condena al recurrente al pago de las costas, de conformidad con el artículo


320 del Código de Procedimiento Civil.

Publíquese, regístrese y remítase el expediente al Tribunal de la causa,


Juzgado Duodécimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de esa
misma Circunscripción Judicial. Particípese de esta remisión al Tribunal Superior de
origen, de conformidad con el artículo 326 del Código de Procedimiento Civil.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil,


del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los dos (2) días del mes de agosto de
dos mil cinco. Años: 195º de la Independencia y 146º de la Federación.

Presidente de la Sala-Ponente,

_____________________
CARLOS OBERTO VÉLEZ
SALA DE CASACIÓN CIVIL
Exp. 2015-000730
Magistrado Ponente: F.R.V.E.
En el juicio por cumplimiento de contrato de arrendamiento, intentado por la sociedad de comercio que se
distingue con la denominación mercantil VENEZOLANA DE FILTROS, C.A., representada judicialmente
por los profesionales del derecho J.R.B.M., Á.B.M., N.B.B., R.P.S., D.C., Wanadi J.M.C., L.G.M.M., J.E.,
F.P.G., R.R.R. y A.C.S., contra la empresa mercantil INDUSTRIAS FILTROS LABORATORIOS INFIL,
C.A., patrocinada judicialmente por los abogados J.S., R.G.G., E.S.M. y M.J.P.M.; el Juzgado Superior
Noveno en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, actuando como tribunal de reenvío, dictó sentencia en fecha 8 de julio de 2015, mediante la cual
declaró con lugar el recurso procesal de apelación interpuesto por la parte demandante y con lugar la
demanda, en consecuencia condenó a la demandada a restituir a la demandante el inmueble arrendado,
excluyendo un espacio de aproximadamente setecientos cincuenta metros cuadrados y revocó el fallo
dictado por el Juzgado Sexto de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la misma
Circunscripción Judicial de fecha 17 de octubre de 2013. No hubo condenatoria en costas.
Contra la precitada decisión, la parte demandada anunció recurso de casación, el cual fue admitido y
formalizado oportunamente. Hubo impugnación, réplica y contrarréplica.
En fecha 7 de enero de 2016, según Acta de Recomposición de la Sala y según Gaceta Oficial Nro.
40.816 de fecha 23 de diciembre de 2015, se reconstituyó la Sala de Casación Civil, dada la
incorporación de los Magistrados titulares F.R.V.E., V.M.F.G. e Y.D.B.F., quedando conformada de la
siguiente manera: Magistrado Presidente G.B.V., Magistrado Vicepresidente F.R.V.E., Magistrada
Marisela Valentina Godoy Estaba, Magistrada V.M.F.G. y Magistrado Y.D.B.F..
Concluida la sustanciación respectiva, le correspondió la ponencia al Magistrado F.R.V.E., quien con tal
carácter suscribe el presente fallo y en consecuencia pasa a decidirlo en los términos que a continuación
se expresan:
DENUNCIAS POR DEFECTO DE ACTIVIDAD
-I-
Con fundamento en lo establecido en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se
denuncia la infracción por parte de la recurrida de los artículos 15, 208 y 402 eiusdem, por “…
quebrantamiento de formas sustanciales que menoscaban el derecho a la defensa...”.
El formalizante expresa en su denuncia lo siguiente:
…En fecha dos (02) de agosto de 2013, nuestra representación presentó escrito de promoción de
pruebas y promovió prueba de informes en los siguientes términos:

1.- De conformidad con lo establecido en el artículo 433 del Código de Procedimiento Civil, promovemos
la Prueba (sic) de Informes (sic) dirigida al Banco de Venezuela (sede principal), ubicada en la Avenida
(sic) Universidad, Esquina (sic) de Sociedad, Torre Banco de Venezuela, Jurisdicción del Municipio
Libertador del Distrito Capital, a fin de recabar la siguiente información:

a) Si los depósitos identificados como: 45918926, 18994714, 29930175, 36728724, 51309815, 58618137,
59628631, 27883165, 67296131, 67828963, 72611031 y 59146126 efectuados por parte de nuestra
representada por TREINTA Y CINCO MIL BOLÍVARES (Bs. 35.000,00), cada uno de ellos, en la cuenta
corriente que mantiene en dicha Institución (sic) Financiera (sic), la sociedad mercantil VENEZOLANA DE
FILTROS C.A., son ciertos y si el dinero depositado fue acreditado en la cuenta corriente señalada. A tal
efecto pedimos que con el oficio, correspondiente se acompañe copia de cada uno de los depósitos
efectuados.

b) Si la cuenta corriente No. 0102-0169-1200-01012055 del Banco de Venezuela, a nombre de


VENEZOLANA DE FILTROS C.A., fue cerrada en el mes de junio de 2013.

c) Si la cuenta corriente No. 0102-0169-1200-01012055 del Banco de Venezuela, a nombre de


VENEZOLANA DE FILTROS C.A., al día de hoy se mantiene activa.

Mediante esta prueba se (sic) pretendemos demostrar los siguientes hechos:


a.- Que los depósitos efectuados por parte de nuestra representada que corresponden a los cánones de
arrendamientos de los meses de junio 2012 al mes de mayo de 2013, que fueron consignados en original
con este escrito, son ciertos.

b.- Que los montos depositados por parte de nuestra representada, por concepto de cánones de
arrendamientos fueron acreditados en la cuenta de la Arrendadora (sic).

Dicha prueba de informes se promovió a los efectos de adminicularla con la prueba documental
promovida en nuestro escrito de promoción constante de depósitos bancarios en los siguientes términos:
“7- Promovemos y hacemos valer, los originales de los doce (12) depósitos bancarios efectuados por
nuestra representada en la cuenta de VENEZOLANA DE FILTROS C.A., del Banco de Venezuela, No.
0102-0169-1200-01012055, por TREINTA Y CINCO MIL BOLÍVARES (Bs. 35.000,00) cada uno de ellos,
los cuales se corresponden al alquiler mensual vigente del galpón comercial en el período comprendido
de Junio (sic) de 2012 al mes de Mayo (sic) de 2.013 (sic). Con los citados documentos pretendemos
demostrar los siguientes hechos:
1. - El cumplimiento por parte de nuestra patrocinada de todas las obligaciones asumidas en el
contrato.
2. - Que para el mes de mayo de 2.013 (sic), el pago de alquiler correspondiente al galpón comercial
se encontraba al día en la forma pactada por las partes.
En fecha cinco (05) de agosto de 2013, el Tribunal (sic) a quo admitió las pruebas promovidas por
nuestra representación.
En fecha trece (13) de mayo de 2013, siendo el último día del lapso de pruebas, nuestra representación
consignó las copias simples a los fines de librar la prueba de informes admitida.
En fecha veinticuatro (24) de septiembre de 2013, el Tribunal (sic) a quo dictó (sic) por el cual negaba la
evacuación de la prueba de informes.
Contra dicho auto que negó la evacuación de la prueba nuestra representación interpuso recurso de
apelación en fecha tres (03) de octubre de 2013, la cual fue admitida por el Tribunal (sic) en un solo
efecto por auto del nueve (09) de octubre de 2013.
En la sentencia definitiva de primera instancia con respecto a la prueba de informes se estableció lo
siguiente:
Asimismo promovió la prueba de INFORMES la cual fue debidamente admitida, pero no llegó a
evacuarse, por lo tanto no hay prueba que valorar y apreciar, y así se establece.

Y con respecto a los depósitos bancarios promovidos por nuestra representación en la sentencia
definitiva de primera instancia se estableció lo siguiente:
…asimismo se le adminicula las copias del contrato de arrendamiento que cursan a los folios 70 al 73, así
como los depósitos correspondientes al pago del canon de arrendamiento que cursan a los folios 235 al
246, dichos documentos al no ser cuestionados se deben tener como válidos y valorados por el Tribunal
(sic) de conformidad con los Artículos (sic) 12, 429, 509 y 510 del Código de Procedimiento Civil, en
armonía con los Artículos (sic) 1.357, 1.359 y 1.360 del Código Civil, y se aprecia la existencia de la
relación arrendaticia invocada en el escrito libelar sobre el bien objeto del contrato cuyo cumplimiento se
demanda, y así se declara.

En consecuencia de lo anterior, si bien fue negada la evacuación de la prueba de informes, los depósitos
bancarios fueron debidamente valorados en la sentencia de primera instancia, la cual en definitiva declaró
sin lugar la demanda, por lo cual la no evacuación de la prueba de informes no causó un gravamen a
nuestra representada.
En la sentencia definitiva de primera instancia no se pronunció sobre la apelación interpuesta contra el
auto del 24 de septiembre de 2013.
Ahora bien, la sentencia recurrida dictada por el Juzgado Superior Noveno en lo Civil, Mercantil, Tránsito
y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas de fecha ocho (08) de julio
de 2.015 (sic), con respecto a los depósitos bancarios y a la prueba de informes señaló lo siguiente:
(…Omissis…)
Ciudadanos Magistrados, a pesar de que la parte actora no impugnó en el proceso los depósitos
bancarios promovidos por nuestra representada, la recurrida los desechó bajo el argumento que era
necesaria la prueba de informes para ratificarlos.
La sentencia que hace referencia la recurrida de esta Sala de fecha 20 de diciembre de 2005, donde se
señala que las planillas de depósito se califican de “tarjas”, no establece la obligación de ratificarlas, pero
a todo evento nuestra representación solicitó la prueba de informes la cual fue admitida por el Tribunal
(sic) a quo.
A dicha prueba de informes le fue negada su evacuación por auto del 24 de septiembre de 2013, el cual
fue apelado por nuestra representación, pues se habían consignado las copias simples para su
evacuación el último día del lapso de pruebas, es decir, el día trece (13) de mayo de 2013.
Es el caso que la recurrida incurrió en el vicio de reposición no decretada, al infringir los
artículos 15, 208, 212 y 402 del Código de Procedimiento Civil, por cuando debió reponer la causa al
estado de que el juzgado a quo evacuara la prueba de informes promovida dentro del lapso de pruebas
con la cual se ratificaría los depósitos bancarios promovidos con el objeto de demostrar el pago de las
obligaciones contenidas en el contrato de arrendamiento objeto de la pretensión.
El hecho de no haber decretado dicha reposición vulneró el derecho de defensa de nuestra representada
al no garantizarle la igualdad de derechos de las partes de probar sus alegatos en el proceso.
En materia de nulidad y reposición de los actos procesales, el Código de Procedimiento Civil, acorde con
los principios de economía y celeridad procesal, estableció el requisito de la utilidad de la reposición, que
consiste en que la infracción cometida haya causado indefensión a una de las partes y que el acto no
haya cumplido su finalidad.
De conformidad con el artículo 208 del Código de Procedimiento Civil, el Juez (sic) Superior (sic) debe
declarar aun de oficio el quebrantamiento de las formas procesales cuando de la revisión de las actas
haya constatado un error en la actividad procesal del Tribunal (sic) a quo.
En consecuencia cuando la recurrida no corrigió el vicio de procedimiento y no ordenó la reposición al
estado que se evacuara la prueba de informes promovida y admitida en el proceso y por el contrario dictó
sentencia donde no analizó la apelación interpuesta por nuestra representación contra el auto que negó
la evacuación, vulneró el derecho a la prueba que tienen nuestra representada, al impedir que los medios
de pruebas promovidos fueran incorporados al proceso, provocó la indefensión, pues nuestra
representada tiene derecho a una tutela judicial efectiva, la cual fue infringida al negársele la evacuación
de la prueba de informes.
Esa tutela judicial efectiva se cumple cuando a las partes se le permite promover y evacuar las pruebas
para demostrar sus alegatos, el hecho de la que (sic) recurrida no haya restablecido la situación jurídica
infringida al no declarar viciado de nulidad el auto del 24 de septiembre de 2013, la hace incurrir en el
vicio de reposición no decretada, lo que constituye un quebrantamiento de las formas sustanciales del
proceso, lo cual vulneró el derecho de defensa de nuestra representada.
Por último cabe destacar que la (sic) pruebas de informes es uno de los medios de pruebas que se
evacuan normalmente fuera del lapso de prueba, pues constituye una solicitud a un organismo que su
respuesta no es inmediata y en caso de no haber respuesta oportuna es obligación del Juez (sic) ratificar
dicha solicitud…”.
Para decidir, la Sala observa:
Alega el recurrente que el juez de alzada quebrantó las formas sustanciales del proceso, al incurrir en el
vicio de reposición no decretada, pues sostiene que el ad quem debió reponer la causa al estado en que
el a quo evacuara la prueba de informes promovida por la demandada y admitida por el a quo, con lo cual
-según el recurrente- se ratificarían los depósitos bancarios promovidos con el objeto de demostrar el
pago de las obligaciones contenidas en el contrato de arrendamiento objeto de la pretensión.
Argumenta el recurrente que la recurrida no corrigió el vicio de procedimiento, ya que no habría ordenado
la reposición de la causa al estado en que se evacuara la prueba de informes, la cual había sido admitida,
sino que por el contrario dictó sentencia en la cual no analizó la apelación interpuesta por la demandada
contra el auto del a quo que negó la evacuación de la prueba de informes, con lo cual habría vulnerado el
derecho a la prueba de la demanda, ya que impidió que el medio de prueba promovido fuera incorporado
al proceso, provocando la indefensión de la parte demandada al negarle la evacuación de la prueba de
informes.
Con respecto de las denuncias de quebrantamiento de formas sustanciales con menoscabo del derecho
a la defensa, particularmente al vicio de reposición no decretada comprendido en tales denuncias, cabe
mencionar que la Sala en forma reiterada, ha establecido que el juez superior está obligado a reponer la
causa para lograr la renovación de la actividad procesal no ejecutada por el sentenciador de primera
instancia, de conformidad con el artículo 208 del Código de Procedimiento Civil, o expresado de otra
manera, el juez superior debe declarar aun de oficio el quebrantamiento del referido artículo 208, cuando
de la revisión de las actas procesales haya constatado un error en la actividad procesal de la instancia
inferior. (Vid. sentencia de fecha 16 de enero de 2009, caso: A.I.L., contra sociedad mercantil Hospital
Privado San Juan C.A., Exp. Nro. 2008-000343).
Ahora bien, de las actas del expediente se evidencian los siguientes eventos procesales:
En fecha 2 de agosto de 2013, la representación judicial de la parte demandada consignó escrito de
promoción de pruebas en cuyo capítulo III promovió prueba de informes con la finalidad de demostrar los
siguiente hechos “…a.- Que los depósitos efectuados por parte de nuestra (su) representada que
corresponden a los cánones de arrendamientos de los meses de junio 2012 al mes de mayo de 2013,
que fueron consignados en original con este escrito, son ciertos. b.- Que los montos depositados por
parte de nuestra representada, por concepto de cánones de arrendamientos fueron acreditados en la
cuenta de la Arrendadora (sic)...”.
En fecha 5 de agosto de 2013, el tribunal de la causa admitió las pruebas y señaló: “…Segundo: con
respecto a la “Prueba de Informes”, observa que las mencionadas pruebas no son ilegales o
impertinentes, por lo tanto SE ADMITEN DICHAS PRUEBAS, salvo su apreciación en la definitiva, y
ordena librar oficio al BANCO DE VENEZUELA, a los fines de que informe de los particulares referidos en
el escrito de promoción de pruebas, que en copia certificada deberán ser anexado a dicho oficio.
Asimismo, se exhorta a la parte actora a consignar copias del escrito de pruebas a fin de que sean
remitidas junto con el oficio solicitud de informe…”.
Mediante diligencia de fecha 13 de agosto de 2013, la parte demandada consignó copia del escrito de
solicitud de informes “…A los fines de librar las pruebas de informe promovidas por nuestra representada
y admitidas por este tribunal consigno copias simples del escrito de pruebas, a los fines de que sea
certificado por secretaría y sea acompañado al oficio…”.
En fecha 24 de septiembre de 2013, el a quo negó la evacuación de la prueba de informes, al respecto
expresó lo siguiente “…Vista la diligencia presentada por el ciudadano R.G.G. (…) actuando en su
carácter de apoderado judicial de la parte demandada sociedad mercantil INDUSTRIAS FILTROS
LABORATORIOS INFIL, C.A., mediante la cual consigna copias simples, a los fines de la evacuación de
la Prueba (sic) de Informes (sic), en consecuencia, este Juzgado (sic) niega lo solicitado por cuanto el
lapso de evacuación de pruebas venció en fecha 13/08/13, y visto que la parte interesada no solicitó
prorroga (sic) para la evacuación de las pruebas mal podría este tribunal evacuar la prueba de informes
admitida anteriormente…”.
Mediante diligencia de fecha 30 de septiembre de 2013, la parte demandada apeló el auto anterior.
Por auto de fecha 9 de octubre de 2013, el a quo oye la apelación de la parte demandada en un solo
efecto y ordena remitir a la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos las copias de las actas
conducentes que indique la parte.
Narrados como han sido los eventos procesales en torno al medio de prueba promovido, la Sala
considera oportuno señalar los razonamientos emitidos en la sentencia recurrida sobre este punto, los
cuales son del tenor siguiente:
…PRUEBAS DE LA PARTE DEMANDADA:

(…Omissis…)

5) Original de doce (12) Comprobantes (sic) de Transacción (sic), de fechas 5 de Junio (sic), 4 de Julio
(sic), 3 de Agosto (sic), 5 de Septiembre (sic), 2 de Octubre (sic), 5 de Noviembre (sic), 6 de Diciembre
(sic) de 2012, 9 de Enero (sic), 1 de Febrero (sic), 4 de Marzo (sic), 1 de Abril (sic) y 24 de Abril (sic) de
2013, de los cuales se evidencia los depósitos efectuados en la cuenta corriente del Banco de Venezuela
Nº 0102-0169-120001012055, cuyo titular es VENEZOLANA DE FILTROS, C.A., por la suma de
TREINTA Y CINCO MIL NOVECIENTOS SESENTA Y SIETE BOLÍVARES CON NOVENTA Y SEIS
CENTÍMOS (sic) (Bs. 35.967,96).

Estos instrumentos representan lo que en doctrina se denominan “tarjas”, tal como lo ha señalado la Sala
de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia Nº 877 de fecha 20 de Diciembre (sic)
de 2005, por lo que en aplicación del artículo 1.383 del Código Civil las mismas debieron ser
corroboradas con la prueba de informes, la cual a pesar de haber sido promovida no consta en autos que
haya sido evacuada, por lo que las mismas son desechadas del proceso y no se les otorga ningún valor
probatorio, y así se decide…”.

De la transcripción parcial de la sentencia recurrida, se evidencia que el ad quem desechó los depósitos
bancarios y no les otorgó ningún valor probatorio, con base en que no consta en autos que la prueba de
informes -a través del cual se debía corroborar los depósitos bancarios- haya sido evacuada.
Ahora bien, observa la Sala que el a quo negó la evacuación de la prueba de informes con base en que el
lapso de evacuación de pruebas habría vencido en fecha 13 de agosto de 2013 y la parte demandada no
habría solicitado la prórroga para la evacuación de la misma.

Al respecto, la Sala ha podido evidenciar que la prueba de informes fue admitida por el a quo mediante
auto de fecha 5 de agosto de 2013, en el cual se exhortó a la parte demandada a consignar las copias del
escrito de pruebas a fin de que las mismas fueren remitidas junto con el oficio de solicitud de informe, las
cuales fueron consignadas por la parte demandada en fecha 13 de agosto de 2013, en cuya fecha señala
la recurrida que vencía el lapso de evacuación de pruebas.

Ahora bien, respecto a los lapsos para la evacuación de algunas pruebas, la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia en sentencia de fecha 8 de marzo de 2005, caso: Banco Industrial,
expediente N° 03-2005, estableció lo siguiente:

…Hasta el Código de Procedimiento Civil de 1897, el término probatorio no se encontraba segmentado


como en el actual, para que, dentro de cada segmento, llevaran a cabo las partes y el tribunal actividades
preclusivas, sino que dentro de él, conjuntamente, se promovían y evacuaban las pruebas.

Observa el tratadista A.B. (Comentarios al Código de Procedimiento Civil Venezolano, tomo III, p. 193,
Edit. Bibloamericana. Argentina-Venezuela) “…Antes de la reforma de 1897, la ley declaraba que el lapso
de pruebas era de treinta días, sin destinar especialmente a la promoción de éstas ninguna parte de él,
por lo cual, durante todos dichos días se las podía indistintamente promover y evacuar, …omissis … y
tanto para el Juez como para las partes se hacía embarazoso, y aún quedaba expuesto para éstas a
peligrosas alevosías, el derecho de promover nuevas probanzas hasta en el último de los treinta días del
término.”

Para esta Sala, conforme a los comentarios de Borjas, era claro que en los términos diseñados para que
conjuntamente se promovieran y evacuen pruebas, hasta los últimos días del lapso eran hábiles para
ofrecer medios de pruebas, ya que ese era un derecho de las partes. Reminiscencias en el
vigente Código de Procedimiento Civil de este tipo de término único para promover y recibir pruebas es la
articulación probatoria del artículo 607, norma que establece una articulación por ocho días sin término de
distancia, lo que significa -ya que el Código de Procedimiento Civil no distingue- que dentro de la
articulación se promoverán y evacuarán pruebas, ya que necesariamente el lapso probatorio es para ello.

Al no limitar el artículo 607 en comento los medios a promoverse, entiende la Sala que en un sistema de
libertad de medios, los ofrecibles son tanto medios nominados como innominados.

En consecuencia, testigos, experticias, inspecciones judiciales, documentos y otros medios no prohibidos


expresa o tácitamente para las incidencias, pueden proponerse en estas articulaciones; y no señala
el Código de Procedimiento Civil, que las pruebas deban evacuarse obligatoriamente dentro de la
articulación, y que si allí no se reciben, las que se insertaren luego resultaren extemporáneas. Si no
existe tal distinción en la ley, el intérprete tampoco debe distinguir.

Por lo tanto, a juicio de esta Sala, es posible que pruebas ofrecidas por las partes dentro de la
articulación sean recibidas fuera de ella, como incluso ocurre con probanzas no evacuadas en el término
de evacuación del juicio ordinario.

Para la Sala, sería contrario al derecho de defensa de las partes, cercenarles tal derecho, concretado en
el ofrecimiento de pruebas, creándoles la carga de promoverlas en los primeros días de la articulación de
ocho días (de despacho), cuando la ley no distingue oportunidad dentro del término para promoverlas, ni
ordena tal proceder. Luego, todos los días, hasta el último de la articulación, son oportunos y
temporáneos para ofrecer pruebas. Lo que sucede es que hay pruebas que pueden evacuarse sin lapso
probatorio alguno para ello, ya que se reciben en un día prefijado, independientemente del lapso,
mientras hay otras que requieren de un término destinado a la recepción de pruebas para que puedan ser
incorporadas al proceso. Ello, debido a que con algunos medios pueden surgir diversas actividades
concatenadas a su práctica, y por aplicación del principio de concentración de la prueba, el legislador ha
querido que ellas se lleven adelante dentro de un lapso probatorio específico.

Ahora bien, a juicio de la Sala, para que las probanzas promovidas puedan evacuarse dentro o fuera de
la articulación es necesario ponderar varias situaciones.
No prevé el artículo 607 que las partes puedan oponerse a las pruebas de su contraparte, pero siendo la
oposición una emanación del derecho de defensa, ella es posible, y el juez tendría que decidirla, a fin de
que la prueba pueda recibirse, si declara sin lugar la oposición y admite el medio.

Si el juez no decide la oposición, conforme al artículo 399 del Código de Procedimiento Civil, la prueba no
podrá evacuarse, y en articulaciones de tan corto lapso, la recepción del medio necesariamente tendría
que ser fuera del término probatorio del artículo 607. No aceptar tal situación sería dejar indefensa a la
parte, infringiéndose así el artículo 49 constitucional. Si una de las partes promoviere testigos con citación
previa a la declaración, podría ocurrir que el alguacil citara a los testigos para que declararan al octavo
día, y sería injusto que el promovente no pueda examinar a sus testigos, que comienzan a declarar ese
día, porque se agota la audiencia, y aún no ha podido formular todas las preguntas, por lo que
necesariamente la declaración de los testigos debería prorrogarse fuera del lapso.

Si se promoviere una experticia, en los primeros días del término, y las partes no se pusieran de acuerdo
un solo experto, al segundo día de admitida la prueba, tendría lugar el acto de nombramiento de
expertos, su juramentación será el tercer día siguiente al nombramiento (artículo 458 del Código de
Procedimiento Civil), la notificación del nombrado por el juez, tendrá lugar tres días después de su
notificación (artículo 459 del Código de Procedimiento Civil) y en este último supuesto, luego vendría la
reunión para establecer el tiempo de la pericia, lo que necesariamente conduce a que el peritaje no
pueda evacuarse dentro de las ocho audiencias ya que, por lo menos, cinco de ellas se han consumido
en los trámites señalados. De allí que el propio Código de Procedimiento Civil en la incidencia nacida del
desconocimiento de instrumentos privados (artículo 449) donde la prueba de experticia -cotejo- es la de
mayor peso (artículo 445), y cuyo término probatorio es de ocho días, señaló que éste puede extenderse
hasta quince días.

Estos ejemplos, a juicio de la Sala, demuestran que fuera de la articulación se pueden recibir pruebas,
independientemente de la oportunidad de su promoción, pero que tal recepción obedece a situaciones
especiales.

Es criterio de la Sala que con relación a la articulación probatoria del artículo 607, surge una situación
casuística de acuerdo a la esencia de los medios de prueba que propongan las partes; correspondiendo
al juez de oficio en algunos medios, señalar la evacuación de la prueba fuera de la articulación, dada la
dificultad innata al medio de evacuarla dentro de los ocho días de despacho, y ese es, por ejemplo, el
caso de la experticia.

También este es el caso de la inspección judicial, ya que el tribunal que la va a practicar, que es el de la
causa, tiene que ejecutarla cuando sus ocupaciones lo permitan, lo cual puede ser fuera de la articulación
probatoria, siempre que la provea dentro de ella.

Luego, en aras a garantizarle el derecho de defensa a las partes, a quienes el artículo 607 les ha
otorgado un término probatorio de ocho días para promover y evacuar, no puede cargarse a las partes a
que promuevan todas sus pruebas dentro de los primeros días, y tildárselas de negligentes o torpes, si no
lo hacen, sobre todo cuando hay medios de alta dificultad, debido a su naturaleza, para ser recibidos en
la articulación, por lo que la audiencia que se utilizare para ofrecerlos sería indiferente, siempre que sea
dentro del lapso.

A juicio de la Sala, resultaría un contrasentido que a las partes se les diere un término de ocho días para
promover pruebas, y que las promovidas, en ejercicio de su derecho, el último día no fueran proveídas
por el juez aduciendo que no puedan evacuarse dentro del lapso porque éste finalizó, cuando ya se ha
apuntado que hay medios que pueden evacuarse fuera del término probatorio.

Es de recordar que con respecto a las pruebas temporáneas del último día, el juez tiene tres días para
proveerlas, y esos días caen fuera de la articulación probatoria.

El quid del asunto, en criterio de esta Sala, radica en si el término para proveer o evacuar las admitidas
se prorroga de oficio, o si él sólo se prorroga a instancias de parte, aplicando el artículo 202 del Código
de Procedimiento Civil. La Sala hace la salvedad de que los medios que por su esencia o naturaleza
pueden recibirse fuera del lapso de evacuación, necesariamente, como garantía del derecho de defensa
de quien lo propuso, se evacuarán fuera de la articulación en la oportunidad que fije el tribunal, como
ocurre con la inspección judicial, o con el tiempo que el tribunal señale a los expertos.

Se trata de medios que por su esencia, y sin que exista prórroga del término probatorio, ya que éste,
como tal dejó de correr, se pueden evacuar fuera de dicho término, como ocurre con la experticia o
inspección judicial, u otras pruebas cuya naturaleza sea semejante, y que debido a esa característica
pueden proponerse hasta el último día de la articulación. Pero con el resto de las probanzas, para las
cuales la ley no previno, como lo hizo en la experticia (artículos 460 y 461 del Código de Procedimiento
Civil) un término fijo que puede exceder del normal de evacuación, o que su práctica depende de cuando
la actuación judicial puede llevarse a cabo; la prueba debe ser evacuada dentro de un término para ello,
el cual no puede exceder del establecido en la ley, y con respecto a esos medios, de no poder recibirse
dentro del lapso, funciona a plenitud la institución de la prórroga de los términos, señalado el artículo
202 del Código de Procedimiento Civil y que se funda en la existencia de una causa no imputable a la
parte que lo solicita, que hace necesaria la prórroga del lapso.

Es criterio de la Sala, que desde este ángulo, hay medios que de ser promovidos en el último día de la
articulación, el promovente debe pedir se prorrogue el término para que el tribunal los provea y se
evacuen dentro del lapso de evacuación, que así se alarga. El juez examinará si acuerda o no acuerda la
prórroga, juzgando si ella atiende realmente a una causa no imputable a quien la pide. Es en casos como
éste, donde el juez puede examinar la negligencia en estos ofrecimientos tardíos de la prueba, y negar la
prórroga, por lo que la articulación no se extenderá por ocho audiencias más para que se reciban las
pruebas.

Resalta la Sala que se trata de una situación casuística, que depende de cada medio y de la necesidad,
por su naturaleza, que se evacuen dentro del término de evacuación. Aquellos como la experticia, la
inspección judicial, la exhibición de documentos o los informes (artículo 433 del Código de Procedimiento
Civil), por ejemplo, que se reciben en una fecha, la cual puede señalarse fuera del término probatorio,
podrán recibirse fuera de éste, al igual que lo que sucede con las comisiones o las rogatorias a evacuarse
en cumplimiento de un término extraordinario de pruebas.

Con relación a los otros medios simples, nominados o innominados (documentos privados, testigos, etc),
que deben recibirse dentro de un término de evacuación (así sea conjunto con el de promoción), la
posibilidad de insertarse al proceso fuera del término sólo es viable si éste se prorrogó o reabrió, y para
ello es necesario que exista petición de parte, ya que es ella quien debe alegar y justificar la causa no
imputable que le impide actuar dentro del término probatorio natural.

En el caso de autos, el juez ordenó la prórroga para que se evacuara, fuera de la articulación probatoria,
la experticia y la exhibición documental. Se trata de un medio, como la experticia, que por su esencia
puede recibirse fuera del término probatorio, como ya lo señaló este fallo, y en igual situación se
encuentra la exhibición documental.

El que el juez del fallo impugnado fundara la prórroga en la tutela del derecho de defensa del
demandado, obviando la verdadera razón de fondo que justifica la evacuación fuera de lapso y
decretando con respecto a esos medios una prórroga innecesaria, no significa que con ello lesionará
derecho constitucional alguno al Banco Industrial de Venezuela, C.A., y así se declara.

Ambos medios, pericia y documental, no requerían de la prórroga para ser evacuadas fuera de lapso,
pero el que el juez la acordara en nada perjudicaba a los accionantes en amparo, ni al debido proceso, ya
que no surgió ninguna lesión al derecho de defensa de los hoy accionantes.

De tratarse de unas posiciones juradas, ellas resultan inadmisibles y la prórroga ordenada no consolida
tal situación. Si se trataba de confesiones contenidas en documentos públicos, ella podría ser recibida
fuera de la articulación, antes del fallo, por lo que la prórroga, aunque innecesaria, no perjudicaba a los
hoy accionantes.

Por todos estos motivos, la Sala considera que el fallo impugnado no lesionaba a los accionantes, y así
se declara…

. (Negrillas y subrayado de la Sala).


Conforme con el criterio de la Sala Constitucional supra transcrito, existen medios de prueba que por su
naturaleza y tramitación, requieren mayor tiempo para poder evacuarlos que el lapso establecido en
dichas articulaciones; como son, las inspecciones judiciales, las experticias, la exhibición de documentos
o los informes (artículo 433 del Código de Procedimiento Civil), y otros medios no prohibidos
expresamente por la ley; por lo que una vez promovidos dentro de la articulación, es posible que sean
recibidos fuera de ella, como incluso ocurre con probanzas no evacuadas en el término de evacuación del
juicio ordinario.
Pues sería contrario al derecho de defensa de las partes, cercenarles tal derecho, concretado en el
ofrecimiento de pruebas, creándoles la carga de promoverlas en los primeros días de la articulación de
ocho días (de despacho), cuando la ley no distingue oportunidad dentro del término para promoverlas, ni
ordena tal proceder.
Por tanto, resultaría un contrasentido que a las partes se les diere un término para promover pruebas, y
que las promovidas, en ejercicio de su derecho, el último día no fueran proveídas por el juez aduciendo
que no puedan evacuarse dentro del lapso porque este finalizó, cuando hay medios que pueden
evacuarse fuera del término probatorio.
Igualmente, señala el criterio en comentarios que respecto a las pruebas temporáneas del último día, el
juez tiene tres días para proveerlas, y esos días caen fuera de la articulación probatoria.
Asimismo, la Sala Constitucional hace la salvedad que los medios de prueba que por su esencia o
naturaleza pueden recibirse fuera del lapso de evacuación, necesariamente, como garantía del derecho
de defensa de quien lo propuso, se evacuarán fuera de la articulación en la oportunidad que fije el
tribunal.
Pues, conforme con el referido criterio “…se trata de medios que por su esencia, y sin que exista prórroga
del término probatorio, ya que éste, como tal dejó de correr, se pueden evacuar fuera de dicho término,
como ocurre con la experticia o inspección judicial, u otras pruebas cuya naturaleza sea semejante, y que
debido a esa característica pueden proponerse hasta el último día de la articulación...”.
Ahora bien, esta Sala de Casación Civil, en sentencia N° 774, del 10 de octubre de 2006, caso: C.S.R.G.,
contra L.Á.R.G. y otra, acogiendo el criterio jurisprudencial de la Sala Constitucional antes transcrito,
señaló lo siguiente:
…Esta Sala de Casación Civil estima que existen medios de prueba que dada su naturaleza no permiten
su evacuación dentro del lapso establecido para ello. Por esa razón, esta Sala cree oportuno señalar que
en los casos en los que la evacuación de la prueba se extienda más allá del lapso que establece la ley,
esta debe ser igualmente apreciada en conformidad con principios y normas constitucionales que rigen el
proceso. En efecto, las pruebas de experticias, inspecciones judiciales, las declaraciones de testigos, la
reproducción judicial, la exhibición de documentos, entre otros, generalmente su evacuación sobrepasa el
lapso concedido para ello, pero en aras de una justicia efectiva éstas deben ser incorporadas en el
proceso, y el juez deberá apreciarlas como pruebas regularmente promovidas y evacuadas, pues la
brevedad de los lapsos no es una razón contundente para que el juez desestime la prueba, y con ello
lesione el derecho a la defensa, que tienen las partes de demostrar sus alegatos.

Por tanto, este Alto Tribunal considera que si el legislador no prohibió de manera expresa que la prueba
tiene que evacuarse obligatoriamente dentro de la articulación, y que si allí no se reciben, las que se
insertaren luego resultaren extemporáneas; es porque si no existe tal distinción en la ley, el intérprete
tampoco debe distinguirla.

En este sentido, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia de fecha 8 de
marzo de 2005, caso: Banco Industrial, expediente N° 03-2005, estableció:

(…Omissis…)

Esta Sala de Casación Civil acoge los anteriores criterios, y establece que al no señalar el Código de
Procedimiento Civil que estos medios de pruebas deban evacuarse obligatoriamente dentro de la
articulación, debe interpretarse que la tramitación de la experticia e inspección judicial, entre otros medios
de prueba, que deban ser evacuadas en una incidencia, podrán sustanciarse en un plazo mayor, en cuyo
caso corresponderá al sentenciador fijarlo atendiendo la naturaleza y necesidad de la prueba, tal como
fue establecido por la Sala Constitucional de este Supremo Tribunal; sin embargo, dicho lapso en ningún
caso podrá exceder el de evacuación ordinario establecido en la ley. Además, bajo estas circunstancias,
la parte debe haber promovido el medio probatorio en el lapso de la incidencia.

En consecuencia, la Sala modifica el criterio sostenido en la decisión del 8 de noviembre de 2001, caso:
Bluefield Corporation C.A., c/ Inversiones Veneblue c.a., expediente N° 596 y las que se opongan al
establecido en esta decisión, y en lo sucesivo deberá considerarse que la tramitación de esos medios de
prueba podrá efectuarse en un plazo mayor, siempre que el medio probatorio halla (sic) sido promovido
en el lapso de la incidencia. Por tanto, los jueces de instancia están obligados a ponderar cada situación
para fijar el plazo que para la evacuación de la prueba, aun cuando la misma haya sido promovida en el
último día de la articulación probatoria, ya que la posibilidad de promover pruebas en el juicio, incluso
incidentalmente, es una manifestación del derecho de defensa…
. (Resaltado de la Sala).
Como se evidencia de los criterios jurisprudenciales supra transcritos, esta M.J. ha autorizado a los
jueces para ampliar el lapso de evacuación con respecto a las inspecciones judiciales, las experticias, la
exhibición de documentos o los informes (artículo 433 del Código de Procedimiento Civil), y otras que por
sus especiales características necesitan en algunos casos un período mayor para su evacuación.
Ahora bien, estima la Sala necesario señalar que el presente juicio se tramitó por el procedimiento breve,
en el cual está previsto que el lapso probatorio será de 10 días, al respecto establece el artículo
889 del Código de Procedimiento Civil, lo siguiente:
…Contestada la demanda, o la reconvención, si ésta hubiere sido propuesta, la causa se entenderá
abierta a pruebas por diez días, sin término de distancia, a menos que ambas partes soliciten al Juez que
decida el asunto con los solos elementos de autos…

. (Resaltado de la Sala).
La referida norma establece un lapso probatorio de diez días, sin término de distancia, lo que significa
que dentro de ese lapso se promoverán y evacuarán las pruebas.
Ahora bien, observa la Sala que en el presente caso el a quo negó la evacuación de la prueba de
informes con base en que la parte demandada y promovente de la prueba, no habría solicitado la
prórroga para la evacuación de la misma, por cuanto el lapso de evacuación de pruebas habría vencido
en fecha 13/08/13, es decir, en el último día de los diez que prevé el artículo 889 del Código de
Procedimiento Civil, para que las partes promuevan y evacuen las probanzas que crean conducente a la
demostración de sus pretensiones.
A juicio de la Sala, tal pronunciamiento demuestra un excesivo apego al formalismo, pues, si bien es
cierto que el proceso civil está regido por el principio de preclusividad de los actos procesales, no puede
obviarse el hecho de que la parte promovente desplegó una conducta ajustada a derecho en cuanto a la
promoción de la prueba de informes, ya que fue promovida los primeros días del lapso probatorio y luego
de su admisión consignó las copias dentro del referido lapso, lo cual demuestra que fue diligente en
promover la prueba y que la misma se evacuara.
Por lo tanto, la demandada no estaba en la obligación de solicitar una prórroga -como lo señala la
recurrida- para que se evacuara la prueba de informes, pues tratándose de una de las pruebas que
requieren mayor tiempo para poder evacuarse, la misma podía recibirse fuera del lapso de pruebas, ya
que la prueba de informes habría sido promovida y consignada las copias para su evacuación dentro del
lapso probatorio previsto en el artículo 889 eiusdem, pues como se ha dicho, ello incluso ocurre con las
probanzas no evacuadas en el término de evacuación del juicio ordinario, en el cual puedan recibirse las
pruebas fuera de ese término.
Pues, resultaría un error que en el procedimiento breve se le otorgue a la parte un plazo de diez días para
promover y evacuar pruebas, y que las promovidas, en ejercicio de su derecho, el último día no fueran
proveídas por el juez aduciendo que no puedan evacuarse dentro del lapso porque este finalizó, cuando
existen alguna pruebas -por ejemplo la de informes- que pueden evacuarse fuera del término probatorio.
Por tal razón, el hecho de que la parte demandada haya consignado las copias el último día del lapso
probatorio para que se oficiara al banco solicitando la información contenida en el escrito de promoción
pruebas, no constituye una justificación legal para que el a quo haya negado la evacuación de la prueba
de informes, con base en que la demandada no habría solicitado una prórroga del lapso, pues conforme
con el criterio de la Sala Constitucional “…las pruebas temporáneas del último día, el juez tiene tres días
para proveerlas, y esos días caen fuera de la articulación probatoria…”.
Estima la Sala que el a quo debió hacer una interpretación favorable, no a la parte, sino en beneficio del
triunfo de la justicia y del hallazgo de la verdad, a lo que está obligado por mandato constitucional y legal,
en uso de su poder de dirección, pues, en el lapso probatorio previsto en el artículo 889 el Código de
Procedimiento Civil, corresponde al juez de oficio en algunos medios, señalar la evacuación de la prueba
fuera de la articulación, dada la dificultad innata al medio de evacuarla dentro de los diez días, y ese es,
por ejemplo, el caso de la prueba de informes, ya que de lo contrario se atentaría notablemente contra el
derecho de defensa de la parte que actuó diligentemente dentro del lapso probatorio previsto en el
artículo 889 eiusdem.
Por lo tanto, siendo la prueba de informes un medio que por su naturaleza puede recibirse fuera del lapso
de evacuación, como garantía del derecho de defensa de la parte que la propone, la misma se podía
evacuar fuera del lapso probatorio en la oportunidad que debía fijar el tribunal y no negar la evacuación
de la prueba por falta de solicitud de prórroga de la parte demandada, pues debido a esa característica la
referida prueba podía proponerse hasta el último día de la articulación prevista en el artículo 889 eiusdem
y el a quo estaba en la obligación de proveer la misma fuera del lapso probatorio y fijar la oportunidad
para su evacuación en un término que no excediera del lapso de 10 días previsto en el artículo 889
eiusdem.
De allí que, esta Sala considere que en el caso sometido a estudio sí hubo indefensión, por cuanto el
sentenciador en lugar de negar la evacuación de la prueba de informes que ya había sido admitida, ha
debido proveer la misma y oficiar al Banco de Venezuela solicitando la información requerida en el escrito
de pruebas de la parte demandada y extender el lapso para su evacuación, lo cual evidencia el error
procesal del juez que viola el debido proceso y menoscaba el derecho a la defensa de la parte
demandada.
Por tales razones, la Sala considera que el ad quem violó el artículo 208 del Código de Procedimiento
Civil, al no reponer la causa y ordenar al a quo la evacuación de la prueba de informes promovida por la
parte demandada, máxime cuando el a quo dictó sentencia sin que se hubiere decidido la apelación
interpuesta por la parte demandada contra el auto que negó la evacuación de la prueba de informes
Por estas razones, la Sala declara procedente la presente denuncia por quebrantamiento de formas
sustanciales de los actos que generaron el menoscabo del derecho a la defensa de la demandada, en
consecuencia, ordena la reposición de la causa al estado en que el Juzgado Sexto de Primera Instancia
en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, oficie
al Banco de Venezuela con la finalidad de evacuar la prueba de informes oportunamente promovida por
la parte demandada y fije el lapso para su evacuación. Quedando anulada la sentencia de primera
instancia y los actos subsecuentes, de conformidad con lo estipulado en el artículo 208 del Código de
Procedimiento Civil. Así se establece.
Por haber encontrado esta Sala procedente una infracción de las descritas en el ordinal 1º del
artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se abstiene de conocer y decidir las restantes denuncias
contenidas en el escrito de formalización del recurso de casación, de conformidad con lo establecido en
el artículo 320 eiusdem. Así se declara.
DECISIÓN
Por las precedentes consideraciones, este Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de
Venezuela, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad
de la ley, declara: CON LUGAR el recurso de casación anunciado y formalizado por la parte demandada,
contra la sentencia dictada en fecha 8 de julio de 2015, por el Juzgado Superior Noveno en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas. En
consecuencia, se decreta la NULIDAD del fallo recurrido y SE REPONE la causa al estado de que el
tribunal a quo fije el lapso para que se evacue la prueba de informes promovida por la demandada.
Queda de esta manera CASADA la sentencia impugnada.
No ha lugar la condenatoria al pago de las costas procesales del recurso, dada la naturaleza del
dispositivo del presente fallo.
Publíquese, regístrese y remítase el expediente al juzgado superior antes mencionado, de conformidad
con lo previsto en el artículo 322 del Código de Procedimiento Civil.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de
Justicia, en Caracas, a los trece (13) días del mes de junio de dos mil dieciséis. Años: 206º de la
Independencia y 157º de la Federación.
Presidente de la Sala,
____________________________
G.B.V.
Vicepresidente-Ponente,
_____________________________________
F.R.V.E.
SALA DE CASACIÓN CIVIL

Exp. AA20-C-2019-000083

Ponencia Magistrado: HENRY JOSÉ TIMAURE TAPIA

En el juicio por estimación e intimación de honorarios profesionales de


abogado, incoado ante el Juzgado Undécimo de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, por las ciudadanas abogadas NAYADET C. MOGOLLÓN P. y MARÍA
OLIMPIA LABRADOR , actuando en su propio nombre y representación, de
nacionalidad venezolanas, mayores de edad, titulares de las cédulas de identidad
Nros. V-6.507.467 y V-6.212.360 respectivamente, e inscritas en el I.P.S.A. bajo los
números 4.953 y 5.901 en su orden, contra la sociedad mercantil distinguida con la
denominación INVERSIONES EL TIMÓN, C.A. , inscrita en el Registro Mercantil Cuarto
de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y estado Miranda, en fecha 30 de
junio de 1999, bajo el N-22, tomo 36-A-Qto, siendo su última modificación ante el
mismo registro en fecha 1° de noviembre de 2002, bajo el N-16, tomo 78-A-Qto,
representada judicialmente por los ciudadanos abogados Tereso de Jesús Bermúdez,
Rafael Barrios y Francisco Sosa; inscritos en el I.P.S.A. bajo los números 21.943,
10.414 y 2.160 respectivamente; el Juzgado Superior Séptimo en lo Civil, Mercantil,
del Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, dictó sentencia en fecha 28 de julio de 2015, mediante la cual declaró con
lugar la apelación interpuesta por la representación judicial de la intimada y prescrito
el derecho a percibir honorarios profesionales de las intimantes, en consecuencia
revocó el fallo apelado dictado por el Juzgado Octavo de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas y no hubo condenatoria en costas.

Contra la preindicada sentencia, la parte intimante anunció recurso


extraordinario de casación, el cual fue declarado sin lugar por esta Sala mediante
sentencia de fecha 6 de junio de 2016.

En fecha 6 de diciembre de 2016 la abogada Nayadet Mogoyon solicitó la


revisión constitucional de la sentencia dictada por esta Sala de Casación Civil, la cual
fue declarada ha lugar, ordenándose que se dictara sentencia nuevamente en este
caso.

Por cuanto en fecha 26 de abril de 2022, tomó posesión en su cargo


el Magistrado Dr. Henry José Timaure Tapia ; designado en esa misma fecha por la
Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, por un período
constitucional de doce (12) años; se reconstituyó la Sala de Casación Civil, de la
manera siguiente: Presidente, Magistrado Dr. Henry José Timaure
Tapia; Vicepresidente, Magistrado Dr. José Luis Gutiérrez Parra; Magistrada Dra.
Carmen Eneida Alves Navas.
En fecha 24 de mayo de 2022, se reasignó la ponencia del presente caso
al Magistrado Presidente de esta Sala Dr. Henry José Timaure Tapia.
Cumplidas las formalidades de ley, pasa la Sala a dictar sentencia bajo la
ponencia del Magistrado Presidente de esta Sala , que con tal carácter la
suscribe, en los términos siguientes:

Ú N I C O

La Sala Constitucional de este Tribunal Supremo de


Justicia dictó sentencia N° 932 , en fecha 17 de diciembre de 2018 , expediente
N° 2017-0874 , en la solicitud de revisión constitucional incoada por las
ciudadanas Nayadet C. Mogollón P. y María Olimpia Labrador, contra la sentencia
dictada en fecha 6 de junio de 2016, por la esta Sala de Casación Civil, que
declaró sin lugar el recurso extraordinario de casación propuesto por las
intimantes.
En la mencionada sentencia, la Sala Constitucional estableció lo siguiente:
“...por autoridad de la Ley, declara:

1) COMPETENTE para conocer la solicitud de revisión ejercido por la abogada


NAYADET C. MOGOLLÓN P, actuando en su propio nombre y en representación
de la ciudadana MARÍA OLIMPIA LABRADOR, contra sentencia dictada por la
Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, dictada el 6 de junio
de 2016, que declaró sin lugar el recurso de casación interpuesto contra la
decisión dictada por el Juzgado Superior Séptimo en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, de
fecha 28 de julio de 2015, que declaró la prescripción de la demanda que por
intimación de honorarios fue ejercida por la solicitante y su abogada
representante, el 1 de marzo de 2011.

2) HA LUGAR la solicitud de la abogada Nayadet C. Mogollón P., actuando en


su propio nombre y en representación de la ciudadana María Olimpia Labrador
y, en consecuencia NULA la sentencia identificada con el alfanumérico RC-
000319-2016, del 6 de junio de 2016 dictada por la Sala de Casación Civil de
este Tribunal Supremo de Justicia.

3) DESAPLICAR por control difuso de la constitucionalidad y para el caso


concreto el artículo 1.969 del Código Civil y, en tal sentido, deberá entenderse
interrumpida la prescripción y suspendida la misma durante el tiempo que
transcurrieron las incidencias tanto de inadmisibilidad de la demanda como de
la perención breve erróneamente declaradas.

4) ORDENA a la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, que


al respecto se constituya en forma accidental, dictar decisión sobre recurso de
casación anunciado y formalizado por la ciudadana Nayadet C. Mogollón P,
actuando en su propio nombre y en representación de la ciudadana María
Olimpia Labrador, actuando en su propio nombre y en representación, contra la
decisión dictada por el Juzgado Superior Séptimo en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas de
fecha 28 de julio de 2005.”

De la decisión antes descrita de la Sala Constitucional se desprende, que


declaró ha lugar la solicitud de revisión constitucional interpuesta, anuló la
decisión de esta Sala del 6 de junio de 2016, que declaró sin lugar el recurso
extraordinario de casación propuesto por las intimantes, contra la sentencia del
Juzgado Superior Séptimo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, de fecha 28 de julio
de 2005, que declaró la prescripción de la demanda de intimación de honorarios,
y ordenó a esta Sala de Casación Civil dictara decisión nuevamente, desaplicando
por control difuso constitucional y para este caso en concreto el artículo 1969 del
Código Civil, y en tal sentido, deberá entenderse interrumpida la prescripción y
suspendida la misma durante el tiempo que transcurrieron las incidencias tanto de
inadmisibilidad de la demanda como de la perención breve erróneamente
declaradas.
Ahora bien, en ese orden de ideas, resulta pertinente traer a colación lo
dispuesto en el artículo 288 del Código de Procedimiento Civil , el cual
preceptúa el principio de doble instancia , de la siguiente manera:

“… Artículo 288: De toda la sentencia definitiva dictada en primera


instancia se da apelación , salvo disposición especial en contrario…”.

Asimismo, esta Sala mediante sentencia N° 786, de fecha 17 de diciembre


de 2003, caso: Amilcar Brito contra Banco de Los Trabajadores de Venezuela,
C.A. (B.T.V.), indicó sobre el principio de la doble instancia lo siguiente:

“…Ahora bien, dada esa naturaleza de juicio autónomo e independiente que


caracteriza la reclamación que hace el abogado a su cliente por actuaciones
judiciales, y al no haber una norma de excepción según la cual ésta deba
tramitarse en una única instancia, debe aplicarse el principio procesal de la
doble instancia que aparece vertido en el artículo 288 del Código de
Procedimiento Civil, que señala que de toda sentencia definitiva dictada en
primera instancia se da apelación, salvo disposición especial en contrario, tal
cual ocurre, por ejemplo, en el supuesto del artículo 891 del mismo Código.

Como se señaló anteriormente, el Juzgado Superior que sustanció y decidió el


presente procedimiento, lo hizo en única instancia, lo que implica que a las
partes se les ha negado su derecho a apelar de la sentencia definitiva ,
limitándoseles el ejercicio de los recursos al extraordinario de casación. Por
tanto, por una conducta imputable al Juez, se han limitado los derechos y
recursos que la ley concede a las partes, lo que, según reiterada
jurisprudencia de esta Sala de Casación Civil, constituye uno de los
supuestos típicos de indefensión …”. (Negrillas de la Sala).

De la norma y jurisprudencia anteriormente señaladas se desprende, que el


principio de la doble instancia está estrechamente vinculado a los derechos a la
defensa y al debido proceso, dado que busca la protección de los derechos
fundamentales de quienes acuden ante el órgano judicial en busca de justicia.
Dicho principio prevé que toda sentencia judicial podrá ser apelada, salvo
las excepciones que consagre la ley; en tal sentido, toda persona que disienta de
la decisión emitida por el juez de primera instancia tiene la posibilidad de acudir
ante un juez, normalmente el superior jerárquico del que ha resuelto, para que
revise la sentencia que estima viciada.
Igualmente, tenemos que si bien es cierto “… el principio de la doble
instancia no está concebido en nuestra constitución como un derecho o garantía
fundamental, y que éste sólo puede interpretarse como tal en materia penal, no es
menos cierto, que de conformidad con lo establecido en la sentencia número
87/2000, al desarrollar el ordinal 1 del artículo 49 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, y acogiéndose el criterio supra expuesto por
la doctrina española, debe esta Sala ratificar que sí en un ordenamiento jurídico
es obligatorio el agotamiento de la doble instancia de conformidad con el
ordenamiento jurídico que la rige, ésta debe cumplirse, y su inobservancia
acarrearía las consecuencias establecidas para un derecho fundamental, vale
decir, una trasgresión al orden público …”. (Ver sentencia N° 715, dictada por la
Sala Constitucional, de fecha 2 de mayo de 2005, caso: C.N.A. Seguros La
Previsora).
De igual forma, esta Sala estima necesario señalar lo preceptuado en
los artículos 291 y 295 del Código de Procedimiento Civil, cuyos textos son del
tenor siguiente:

“… Artículo 291: La apelación de la sentencia interlocutoria se oirá solamente


en el efecto devolutivo, salvo disposición especial en contrario.
Cuando oída la apelación, ésta no fuere decidida antes de la sentencia
definitiva, podrá hacérsela valer nuevamente junto con la apelación de la
sentencia definitiva, a la cual se acumulará aquella.

En todo caso, la falta de apelación de la sentencia definitiva, producirá la


extinción de las apelaciones de las interlocutorias no decididas...”.

“… Artículo 295: Admitida la apelación en el solo efecto devolutivo, se remitirá


con oficio al Tribunal de lazada copia de las catas conducentes que indiquen
las partes, y de aquellas que indique el Tribunal, a menos que la cuestión
apelada, se esté tramitando en cuaderno separado, en cuyos casos se remitirá
el cuaderno original…”.

Sobre tales particulares la Sala mediante sentencia N° 827, de fecha 24 de


noviembre de 2016, caso: Omar Enrique García Valentiner contra Mario Jesús Canestri
Campagna y otros, estableció lo que siguiente:

“…Vale la pena destacar, que cuando una sentencia dictada en instancia, si


fuere apelada, el juez que resultare competente para decidir dicha apelación
adquiere plena jurisdicción para emitir nueva sentencia. Al respecto tenemos
que el recurso de apelación que se interpone contra la sentencia de primer
grado debe admitirse en ambos efectos (suspensivo y devolutivo), como es el
caso de marras; lo que trae como consecuencia la suspensión de la ejecución
de la sentencia apelada hasta que se dicte el fallo del superior y mientras ello
no sucede, por regla general, queda en suspenso la jurisdicción del Juez para
seguir conociendo de los autos principales (efecto suspensivo), en la
inteligencia de que con la remisión de los autos al superior, se devuelve a éste
la jurisdicción original delegada en los Jueces de primera instancia (efecto
devolutivo). Así, el dictado de la sentencia definitiva consume la facultad que la
ley le confiere al Juez para fallar en primera instancia, y en virtud de la
apelación se suspende su jurisdicción, en tanto que el tribunal de alzada, al
conocer de tal recurso, tiene facultades expresas para examinar y resolver, con
plenitud de jurisdicción, las cuestiones indebidamente omitidas en la sentencia
apelada y que hayan sido materia de agravio…”.

Asimismo, sobre el efecto devolutivo de las apelaciones la Sala por medio


de sentencia N° 133, de fecha 5 de abril de 2011, caso: Danny Jofred Zambrano
García contra Industrias Tigaven, C.A. y otros, indicó lo que sigue:
“…De acuerdo al artículo 295 eiusdem , cuando la apelación es en el efecto
devolutivo la regla general prevista en el artículo 295 del Código de
Procedimiento Civil, es que una vez admitida la apelación se remiten con oficio
al tribunal de alzada copia de las actas conducentes que indiquen las partes, y
de aquellas que indique el tribunal, lo cual, considera la Sala que sólo es
aplicable cuando la cuestión apelada sea una decisión interlocutoria que se
dicta en el cuaderno principal.

Ahora bien, esta regla general según el mencionado artículo tiene su


excepción, ya que, cuando la cuestión apelada se esté tramitando en cuaderno
separado, debe ser remitido en original al tribunal de alzada y no las copias
que indiquen las partes o el tribunal, por cuanto, es en el cuaderno separado
original, en donde cursan los escritos, diligencias, autos o pruebas relevantes y
que son de interés para cada uno de los litigantes, lo cuales son fundamentales
para que el juez de alzada pueda conocer y decidir el mérito del asunto
sometido a su consideración de acuerdo a lo alegado y probado en autos…”.

De las normas y jurisprudencias antes citadas se desprende, que la


apelación interpuesta contra la sentencia definitiva de primera instancia se admite
en ambos efectos, salvo disposición especial en contrario, vale decir: en el efecto
devolutivo, que es esencial a la apelación y en el efecto suspensivo por el cual se
suspende la ejecución de lo decidido.
Caso contrario, resulta de la apelación contra sentencias interlocutorias, la
cual se oirá solamente en el efecto devolutivo, salvo disposición especial en
contrario tal como lo establece el artículo 291 del Código de Procedimiento Civil;
siendo que la interlocutoria es apelable si produce gravamen irreparable. Sólo
cuando una disposición especial así lo autorice, deberá oír el juez la apelación de
la interlocutoria en los dos efectos.
Asimismo, cuando oída la apelación y ésta no fuere decidida antes de la
sentencia definitiva, podrá hacerla valer nuevamente junto con la apelación de la
sentencia definitiva, a la cual se acumulará aquella.
La diferencia notada en las reglas de proceder ante señaladas, tiene
relación directa con los efectos diferentes que produce la apelación oída en uno y
otro caso.
A cuyo fin esta Sala pasa de seguidas a señalar los efectos que esta
produce.
Cuando se la oye en ambos efectos (devolutivo y suspensivo) el juez de la
causa pierde la jurisdicción sobre el asunto contenido en el expediente original;
por ello se dice que la sentencia tiene carácter transitorio, una vez ejercido dicho
recurso y admitido por el tribunal.
En cambio oída la apelación en un sólo efecto (devolutivo) el tribunal de
primera instancia conserva integra la jurisdicción sobre el asunto principal cuando
la sentencia apelada es interlocutoria y no sólo puede seguir conociendo de aquel
sino que también puede ejecutar lo decidido, por no producirse el efecto
suspensivo de la apelación y, por ello, requiere mantener en su poder el
expediente original, a menos que la cuestión apelada se esté tramitando en
cuaderno separado, en cuyo caso se remitirá al tribunal de alzada el cuaderno
original.
En el presente caso se observa, que fue violentado este derecho de la
parte apelante, referido a la doble instancia , ya que se verifica que el ad
quem, no revisó, ni decidió respecto del mérito o fondo del caso llevado a su
conocimiento , declarando el Juzgado Superior Séptimo en lo Civil, Mercantil y
del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, en
fecha 28 de julio de 2005, la prescripción de la acción de estimación e
intimaci ón de honorarios profesionales de abogado .
Por todo lo anterior esta Sala concluye, que en el presente caso se violó el
debido proceso y el derecho a la defensa, al negarse una decisión de fondo,
conforme a lo preceptuado en el artículo 257 de la Constitución Nacional de la
República Bolivariana de Venezuela, lo que amerita que se implemente la facultad
de casación de oficio y se corrija el proceso, y en consecuencia, debe
ser remitido el expediente al Juzgado Superior Séptimo en lo Civil, Mercantil,
del Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana
de Caracas, en cumplimiento al principio procesal de doble instancia , p ara
que este dicte nueva decisión a fondo sobre el mérito de lo controvertido,
acatando sin más dilaciones lo ordenado por la Sala Constitucional de este
Tribunal Supremo de Justicia en su sentencia N° 932, de fecha 17 de
diciembre de 2018, expediente N° 2017-0874, concerniente a la solicitud de
revisión constitucional ya reseñada en este fallo y vinculante a este caso .
Así se decide.
D E C I S I Ó N
En fuerza de las razones expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala
de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de
Venezuela y por autoridad de la ley, declara: CASA DE OFICIO el fallo recurrido,
dictado por el Juzgado Superior Séptimo en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Bancario
de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, en fecha 28 de julio
de 2015, Se decreta su NULIDAD ABSOLUTA , y en consecuencia; REMÍTASE el
expediente al Juzgado Superior antes señalado, para que dicte nueva decisión a fondo
sobre el mérito de lo controvertido, acatando sin más dilaciones lo ordenado por la
Sala Constitucional este Tribunal Supremo de Justicia , en su sentencia N° 932, de
fecha 17 de diciembre de 2018, expediente N° 2017-0874, respecto de la solicitud de
revisión constitucional ya reseñada y vinculante a este caso.
Dada la naturaleza del presente fallo no se hace imposición de costas
procesales.
Publíquese y regístrese. Remítase el expediente.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil
del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas a los doce (12) días del mes de agosto
de dos mil veintidós (2022). Años: 212° de la Independencia y 163° de la Federación.-

Presidente de la Sala y Ponente,

____________________________
HENRY JOSÉ TIMAURE TAPIA

Vicepresidente,
SALA DE CASACIÓN CIVIL
Exp. 2013-000652

Ponencia de la Magistrada: YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA

En el juicio por inquisición de paternidad iniciado ante el Juzgado Tercero de Primera Instancia en
lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Táchira, por el
ciudadano HÉCTOR ALONSO FOLIACO RAMÍREZ, representado judicialmente por los abogados en
ejercicio de su profesión, Luis Orlando Ramones Hevia y Elmer Gregory Díaz Ramírez, contra el
ciudadano RAFAEL ALONSO SANDOVAL ZAMBRANO, representado judicialmente por los
profesionales del derecho, Luis Francisco Indriago Acosta, Sergio Aníbal Sánchez Fernández, Antonio
María Méndez Linares, María Teresa Torres Martínez, Marlon Jesús Gavironda, Elio Enrique Quintero
León, Khatherinn Urbina Noguera y Sandra Ramona Sandoval Zambrano; el Juzgado Superior Tercero
en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Bancario de la misma Circunscripción Judicial, mediante sentencia de
fecha 16 de septiembre 2013, declaró sin lugar el recurso de apelación ejercido por la parte demandada y
confirmó la sentencia del a quo de fecha 8 de febrero de 2013, que había declarado con lugar la
demanda de inquisición de paternidad interpuesta y condenó a la parte demandada al pago de las costas,
de conformidad con lo establecido en el artículo 281 del Código de Procedimiento Civil.
Contra el indicado fallo, proferido por la instancia de alzada, interpuso recurso de casación el
apoderado judicial de la parte demandada, el cual fue formalizado. No hubo impugnación.
Concluida la sustanciación, la Sala, pasa a dictar su decisión, bajo la ponencia de la Magistrada
que con tal carácter la suscribe, expresada en los siguientes términos:

DENUNCIAS POR DEFECTO DE ACTIVIDAD


ÚNICA

Con fundamento en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia
la infracción de los artículos 12, 15, 196 y 202 eiusdem, por quebrantamiento de formas que violan el
debido proceso y menoscaban el derecho a la defensa.
Al respecto, el formalizante para fundamentar su denuncia expone lo siguiente:
“…La doctrina desarrollada por esta Sala en sentencia No. 995 del 22/2008 (sic),
estableció que si las norma (sic) denuncias (sic) como infringidas por el
sentenciador “son de aquellas que regulan el modo, lugar y tiempo en que deben
realizarse los actos procesales, atañen éstas entonces a la correcta realización de
dichos actos, por lo tanto son de las denominadas normas de procedimiento cuya
eventual infracción debe ser denunciada…mediante fundamentos que se
corresponden con una denuncia por quebrantamiento de forma”. Ateniéndose a ello,
así se desarrollara la presente denuncia.
En efecto, narra la recurrida que en su escrito de pruebas la parte actora promovió,
entre otras, la prueba heredobiológica, admitida por auto del 26 de octubre de 2010 “y
fijó oportunidad para la evacuación de las mismas”. Que por auto del 16 de marzo
de 2011 se notificó al demandado que dicha prueba se efectuaría el día 1° de abril
de 2011. Así mismo, que la parte demandada señaló en escrito del 22 de marzo de
2011 que conforme a la NOTA estampada en el auto de su admisión, todas las
pruebas debían evacuarse dentro del lapso de los treinta (30) días de despacho
siguientes al de su admisión, por lo que cualquier prueba que se pretendiera evacuar
fuera de dicho lapso, el cual ya se encontraba vencido, constituye una flagrante
violación del debido proceso, del derecho a la defensa, y al postulado legal de
mantener a las partes en igualdad de sus derechos y facultades comunes (fs. 185-
186).
Frente al mencionado planteamiento, al momento de resolver la controversia, la
recurrida señala:
“Ahora bien, al revisar la tablilla del a quo llevada desde el mes de octubre de
2010 hasta el mes de abril de 2011, se constata que el lapso de evacuación inició
el día 26 (sic)/10/2010 y culminó el día 08/12/2010 (sic) inclusive, evidenciándose
que la prueba fue evacuada fuera del lapso, debiendo esta Alzada (sic) resolver
si debe o no ser valorada y justipreciada” (sic)
(Resaltado del formalizante).
Con basamento en sentencia de esta Sala, N° 578 del 26/7/2007 (sic) y en sentencia
de la Sala de Casación Social N° 2.169 del 30/10/2007, la recurrida para resolver la
controversia, se expresó así:
“De todo lo anterior y en sujeción a los criterios anteriormente transcritos,
esta Alzada (sic) encuentra que desde el punto de vista doctrinario el
lapso de evacuación de este tipo de prueba ha sido flexibilizado, ya que
doctrinariamente se ha flexibilizado el lapso para evacuar, ya que las
pruebas de experticias, inspecciones judiciales, las declaraciones de
testigos, la reproducción judicial, la exhibición de documentos, entre
otros, generalmente su evacuación sobrepasa el lapso concedido para
ello, pero en aras de una justicia efectiva éstas deben ser incorporadas en
el proceso, y el juez deberá apreciarlas como pruebas regularmente
promovidas y evacuadas, pues la brevedad de los lapsos no es una razón
contundente para que el juez desestime la prueba, y con ello lesione el
derecho a la defensa, que tienen las partes de demostrar sus alegatos.

De la revisión de la correspondencia de fecha 01/04/2011 (sic) (folio 132),
esta Alzada (sic) encuentra que la parte demandada, ciudadano Rafael
Alonso Sandoval no compareció a la toma de la muestra sanguínea para la
práctica de la prueba en esa mima (sic) fecha en la sede del Instituto
Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), aplicándole el a quo la
consecuencia jurídica establecida en el artículo 210 del Código Civil, que
señala:
(…omissis…)
Ahora bien, la falta de comparecencia de la parte demandada, ciudadano
Rafael Alonso Sandoval Zambrano, a la toma de la muestra sanguínea es
un indicio que al concatenarse con las otras pruebas, como los
testimoniales, actúa en contra de la parte demandada.
Ahora bien, independientemente de las referencias hechas por la recurrida en relación
a las sentencias por ella mencionada, esta sala (sic) de Casación Civil ha sido enfática
en señalar en reiterados fallos el carácter de orden público que ostenta el
cumplimiento de los actos dentro de los lapsos procesales establecidos por el
legislador, y las consecuencias que acarrean aquellos actos llevados a cabo fuera de
los mismos. Así, en sentencia N° 213 de fecha 16 de octubre de 2010 (L.A. Pineda C.
y otros vs. I. Guerrero y otros, Expediente 2010-000023), reiterando doctrina
consagrada en sentencia de la misma Sala del 21 de agosto de 2005 (expediente 05-
150), determinó:
(…Omissis…)
En igual sentido, la Sala Accidental de esta Sala de Casación Civil, mediante
sentencia N° 308, de fecha 25 de junio de 2003,…expresó lo siguiente:
(…Omissis…)
Existe pues, en nuestro ordenamiento adjetivo, una manifestación expresa de la ley en
cuanto a la sujeción de los lapsos procesales (artículo 196) y la contundente
prohibición de su prórroga o reapertura, salvo los casos que expresamente determine
la ley (artículo 202, eiusdem).
En este orden de ideas, nuestra Sala Constitucional, en oportunidad de proferir
reciente decisión N° 1.005 de fecha 26 de julio de 2013 (Caso Ninfa Gavidia contra
sentencia), reiteró el criterio establecido en sentencia N° 1.855 del 3 de octubre de
2001, en la cual expresó:
(…Omissis…)
Ahora bien, honorables Magistrados: En el caso bajo análisis, puede evidenciarse
que no hay constancia en las actas del expediente que la representación judicial
de la parte demandante, ante la tardía en dar respuesta el IVIC para llevar a cabo la
prueba promovida dentro del lapso de los 30 días de despacho, hubiese solicitado,
como era su deber, dentro del mencionado lapso, su prórroga. De igual modo, no
consta en autos que el juez, motu proprio, (de oficio) hubiese acordado
reaperturar el lapso de evacuación de dicha prueba, siendo la consecuencia de
ello que, encontrándose vencido el lapso de evacuación probatoria (8 de
diciembre de 2010), se pretendiese evacuar la prueba heredobiológica, con lo cual,
se violentan los principios constitucionales de seguridad jurídica, del derecho a la
defensa y del debido proceso, establecidos en la mencionada sentencia con carácter
vinculante, y se premia la conducta negligente de la representación judicial de la parte
actora al no haber efectuado su solicitud de prórroga, como fuera advertido por la
parte demandada en escrito del 22 de marzo de 2011 (fs. 127 al 130), y en nuestro
escrito de informes consignado por ante el Juzgado (sic) de la recurrida en fecha 7 de
mayo de 2013 (fs. 162 al 167).
Habiendo constatado la recurrida que el lapso para evacuación de la prueba
heredobiológica feneció el día 8 de diciembre de 2010, y dejando constancia expresa
que “la prueba fue evacuada (sic) fuera de lapso”, es evidente que la toma de
muestras pretendida llevar a cabo el día 1° de abril de 2011, se confabulaba contra
las normas que regulan los lapsos procesales señalados por el legislador, por la
doctrina de esta Sala y por la mencionada sentencia de la Sala Constitucional, todo lo
cual fue preterido por la recurrida, al extremo de penalizar al demandado con la
presunción en su contra prevista en el artículo 210 del Código Civil, validando la
notificación que para llevar a cabo dicha prueba se le hacía en fecha 16 de marzo de
2011. Esa irregular conducta, tuvo una influencia determinante en el dispositivo del
fallo, al establecer que el demandado es el padre biológico del demandante,
conclusión esta que no tiene consistencia jurídica de naturaleza alguna.
Resulta obligante señalar que la sentencia recurrida fue proferida en fecha 16 de
septiembre de 2013, es decir, con posterioridad a la fecha de publicación por la
Sala Constitucional de la sentencia N° 1.005 del 26 de julio del mismo año, que por
su carácter vinculante se encontraba el sentenciador obligado a acatar, y al no
hacerlo, se rebeló contra ella y se extralimitó en sus funciones, ignorando y
soslayando un acto de procedimiento de vital importancia, como lo fuera el relativo a la
validación de la prueba encontrándose vencido el lapso procesal de ley, el cual
acarreó de modo inmediato y directo la violación de los derechos al debido proceso y
a la defensa de nuestro representado, violentando además el artículo 49 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, pues la Sala Constitucional,
en el mencionado fallo estableció con carácter de obligatorio cumplimiento para todos
los operadores de justicia, la imposibilidad de llevar a cabo la evacuación de una
prueba fuera del lapso de ley, sin que con carácter previo la parte interesada hubiese
formulado la correspondiente solicitud antes del vencimiento del lapso de ley, y sin
que el Tribunal (sic) primario hubiese extendido dicho lapso, sin cuyos requisitos no es
posible otorgarle a la prueba valor jurídico alguno, pues la mencionada sentencia
constitucional vinculante no señaló exclusión de ninguna naturaleza para
determinados procedimientos…”. (Resaltado del transcrito).

Para decidir, la Sala observa:


El recurrente delata la infracción de los artículos 12, 15, 196 y 202 del Código de Procedimiento
Civil, por violación al debido proceso y menoscabo del derecho a la defensa, alegando que no hay
constancia en las actas del expediente que ante la tardanza del Instituto Venezolano de Investigaciones
Científicas en dar respuesta para efectuar la prueba heredo-biológica, la parte demandante hubiese
solicitado la prórroga dentro del lapso de 30 días de despacho para evacuar la referida prueba promovida
por el demandante.
Asimismo, arguye el formalizante que no consta en autos que el juez de oficio hubiese
acordado “reaperturar” el lapso de evacuación de dicha prueba, razón por la cual sostiene que
encontrándose vencido el lapso de evacuación probatoria se pretendió evacuar la referida prueba
violentándose los principios constitucionales de seguridad jurídica, del derecho a la defensa y del debido
proceso establecidos en la sentencia de la Sala Constitucional N° 1.005 del 26 de julio de 2013, con lo
cual -según sus dichos- se estaría premiando la conducta negligente de la parte actora al no haber
solicitado la prórroga.
Igualmente, señala el formalizante que habiendo la recurrida dejado constancia expresa que la
prueba heredo-biológica había sido “evacuada” fuera de lapso, la toma de muestras pretendida llevar a
cabo en fecha 1° de abril de 2011, conspiraba contra las normas que regulan los lapsos procesales
previstos por el legislador, así como con la doctrina de esta Sala y de la Sala Constitucional señaladas en
la denuncia supra transcrita, cuya irregular conducta, -agrega el formalizante- tuvo una influencia
determinante en el dispositivo del fallo, al establecer la recurrida que el demandado es el padre biológico
del demandante.
Asimismo, señala el recurrente que la recurrida se rebeló en contra de la sentencia de la Sala
Constitucional que por su carácter vinculante debía acatar, por lo que al no hacerlo se extralimitó en sus
funciones al ignorar y obviar el procedimiento y validar la prueba encontrándose vencido el lapso
procesal, lo cual le ocasionó la violación del debido proceso y el derecho a la defensa al demandado, ya
que el demandante no solicitó la prorroga antes del vencimiento del lapso de evacuación de la prueba y
que tampoco el a quo lo hubiese extendido, sin lo cual -añade el recurrente- no era posible otorgarle valor
probatorio.
Ahora bien, respecto a la prueba heredo-biológica la sentencia del ad quem expresa lo siguiente:
“…De la revisión del escrito de informes del apoderado de la parte recurrente, se
encuentra que el argumento principal es la evacuación de la prueba heredo biológica o
ADN en forma extemporánea, razón por la que se estima pertinente realizar un
recuento de las actuaciones procesales relacionadas con la prueba en referencia:
(…Omissis...)
Ahora bien, al revisar la tablilla del a quo llevada desde el mes de octubre de 2010
hasta el mes de abril 2011, se constata que el lapso de evacuación inició el día
26/10/2010 (sic) y culminó el día 08/12/2010 inclusive, evidenciándose que la prueba
fue evacuada fuera de lapso, debiendo esta Alzada (sic) resolver si debe o no ser
valorada y justipreciada.
Doctrinariamente se ha flexibilizado el lapso para evacuar ciertas pruebas, tal como la
Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en fallo N° 00578 de fecha
26/07/2007 (sic), con ponencia del Magistrado Carlos Oberto Vélez, indicó:
“Sobre el punto de los lapsos para la evacuación de algunas pruebas, esta
Máxima Jurisdicción ha considerado, en desarrollo de la preceptiva
constitucional que establece la garantía del derecho a la defensa y a la tutela
judicial efectiva que, no sólo puede entenderse en el sentido de que los
ciudadanos tengan acceso a los órganos dispensadores de la justicia sino la
seguridad de que ellos lo hagan de forma expedita, transparente obviando
aquellos formalismos que no puedan ser considerados esenciales.
Consecuencia de esta nueva manera de conceptualizar los derechos
fundamentales antes mencionados, se ha modificado el criterio imperante según
el cual todas las pruebas deben evacuarse en el lapso que la ley concede para
ello y así doctrinariamente, se ha flexibilizado el mismo, estableciéndose que
para las de cotejo, experticia, inspecciones judiciales, exhibición de
documentos, declaraciones de testigos y otras que por sus especiales
características necesitan, en algunos casos, mayor período de tiempo para su
evacuación, la Sala mediante sentencia N° 774 de fecha 10/10/06 (sic),
expediente N° 05-540 en el juicio de Carmen Susana Romero contra Luís Ángel
Romero Gómez y otra ha habilitado a los jurisdicentes para ampliar el predicho
lapso y así se estableció:
“…omisiss…
Tomando en consideración la precedente apreciación, esta Sala de Casación
Civil estima que existen medios de prueba que dada su naturaleza no permiten
su evacuación dentro del lapso establecido para ello. Por esa razón, esta Sala
cree oportuno señalar que en los casos en los que la evacuación de la prueba
se extienda más allá del lapso que establece la ley, esta debe ser igualmente
apreciada en conformidad con principios y normas constitucionales que rigen el
proceso. En efecto, las pruebas de experticias, inspecciones judiciales, las
declaraciones de testigos, la reproducción judicial, la exhibición de documentos,
entre otros, generalmente su evacuación sobrepasa el lapso concedido para
ello, pero en aras de una justicia efectiva éstas deben ser incorporadas en el
proceso, y el juez deberá apreciarlas como pruebas regularmente promovidas y
evacuadas, pues la brevedad de los lapsos no es una razón contundente para
que el juez desestime la prueba, y con ello lesione el derecho a la defensa, que
tienen las partes de demostrar sus alegatos.
Por tanto, este Alto Tribunal considera que si el legislador no prohibió de
manera expresa que la prueba tiene que evacuarse obligatoriamente dentro de
la articulación, y que si allí no se reciben, las que se insertaren luego resultaren
extemporáneas; es porque si no existe tal distinción en la ley, el intérprete
tampoco debe distinguirla…”
(…Omissis…)
Por otra parte, la Sala Social del Tribunal Supremo de Justicia en fallo N° 2169 de
fecha 30/10/2007 (sic), con ponencia del Magistrado Alfonso Valbuena Cordero, dejó
claro la importancia de la prueba heredo- biológica en los juicios de inquisición y
desconocimiento de paternidad, así:
“Asimismo, esta Sala de Casación Social ha establecido la importancia de la
práctica de la prueba heredo-biológica en los juicios de acción de inquisición de
paternidad y de acción de desconocimiento de paternidad, según sentencia de
fecha 01 (sic) de junio del año 2000, cuando expresó:
Es importante resaltar que cuando se intenta una acción de inquisición de
paternidad o una acción de desconocimiento de paternidad, los jueces
encargados de tomar la decisión deben ser sumamente diligentes y
prudentes, tratando, por todos los medios legales de escudriñar la verdad,
debiendo apartarse de los meros formalismos que pueden hacer nugatoria
la prueba heredo-biológica, de tanta trascendencia, en éstos juicios, que
por cierto no está limitada exclusivamente a la prueba sanguínea que
tradicionalmente se realiza en estos casos, la cual, como se desprende de la
información suministrada por el Instituto Venezolano de Investigaciones
Científicas, arroja como resultado una presunción de gran valor al establecer el
porcentaje de posibilidad de paternidad del demandado, pero existiendo
también en la actualidad la prueba del ADN, con mayor grado de certitud.”
(www.tsj.gov/decisiones/scs/Octubre/2169-301007-071491.htm)
De todo lo anterior y en sujeción a los criterios anteriormente transcritos, esta Alzada
(sic) encuentra que desde el punto de vista doctrinario el lapso de evacuación de este
tipo de prueba ha sido flexibilizado, ya que doctrinariamente se ha flexibilizado el lapso
para evacuar, ya que las pruebas de experticias, inspecciones judiciales, las
declaraciones de testigos, la reproducción judicial, la exhibición de documentos, entre
otros, generalmente su evacuación sobrepasa el lapso concedido para ello, pero en
aras de una justicia efectiva éstas deben ser incorporadas en el proceso, y el juez
deberá apreciarlas como pruebas regularmente promovidas y evacuadas, pues la
brevedad de los lapsos no es una razón contundente para que el juez desestime la
prueba, y con ello lesione el derecho a la defensa, que tienen las partes de demostrar
sus alegatos.
Encontrando que la prueba heredo biológica o de ADN, es una prueba que se realiza
en la Carretera Panamericana, kilómetro 11, Altos de Pipe, Los Teques, Estado (sic)
Miranda, aunado a la demora en la fijación de las citas y tomando en cuenta que en
los casos de inquisición de paternidad se debe actuar con diligencia y prudencia,
tratando por todos los medios legales de escrudiñar la verdad, debiendo apartarse de
los meros formalismos, esta Alzada (sic) considera que la prueba de ADN fue
acertadamente valorada y justipreciada, ya que el vencimiento del lapso de
evacuación no es una razón contundente para que el juez desestime la prueba
fundamental, y con ello lesione el derecho a la defensa que tienen las partes de
demostrar sus alegatos, por estar inmerso el derecho a la defensa y el de identidad,
razón determinante para desechar este argumento de defensa planteado por el
apoderado de la parte recurrente. Así se precisa.
De la revisión de la correspondencia de fecha 01/04/2011 (sic) (folio 132), esta Alzada
(sic) encuentra que la parte demandada, ciudadano Rafael Alonso Sandoval no
compareció a la toma de la muestra sanguínea para la práctica de la prueba en esa
mima (sic) fecha en la sede del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas
(IVIC), aplicándole el a quo la consecuencia jurídica establecida en el artículo 210 del
Código Civil, que señala:
(…Omissis…)
Sobre el tema, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia en fallo N°
000600 de fecha 10/12/2010 (sic), con ponencia del Magistrado Carlos Oberto Vélez,
indicó:
(...Omissis…)
Ahora bien, la falta de comparecencia de la parte demandada, ciudadano Rafael
Alonso Sandoval Zambrano, a la toma de la muestra sanguínea es un indicio que al
concatenarse con las otras pruebas, como los testimoniales, actúa en contra de la
parte demandada.
(…Omissis…)
Al revisar la valoración de las pruebas, a criterio de este Juez (sic), el a quo cumplió
con dicha valoración lo que permitió lograr las conclusiones que se estamparon en el
fallo que aquí se conoce, por lo que al admicular los testimoniales de las ciudadanas
María Liscina Delgado Lizarazo, Leonor Hurtado Rodríguez, Zulay Yanet Atencio
Foliaco y Zoila Marina Foliaco Ramírez, con el indicio grave de la conducta del
demandado al no comparecer el día 01/04/2011 (sic) a la toma de la muestra
sanguínea, de conformidad con el artículo 210 del Código Civil, debe esta Alzada (sic)
tener como cierto que el aquí demandado, ciudadano Rafael Alonso Sandoval
Zambrano es el padre biológico del ciudadano Héctor Alonso Foliaco Ramírez, razón
determinante para declarar sin lugar la apelación ejercida con la consecuente
confirmatoria del fallo recurrido. Así se decide…”. (Subrayado de la Sala).

A los efectos de resolver la presente denuncia, la Sala estima pertinente realizar un recuento de
las actuaciones procesales relacionadas con la prueba de experticia en referencia:
Mediante escrito de fecha 5 de octubre de 2010, el demandante consigna escrito de promoción
de pruebas y en el capítulo segundo del mismo se promueve la experticia.
En fecha 26 de octubre de 2010, el ad quo admitió la prueba de ADN fijando a partir de ese día,
un lapso de treinta (30) días de despacho para la evacuación. En la misma fecha, se envió oficio al
Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) solicitando información para la realización de la
prueba de ADN.
En fecha primero de marzo 2011, el a quo recibió el oficio proveniente de la Consultoría Jurídica
del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), en el cual se informa que la prueba es
gratuita y que debían comunicarse telefónicamente para concertar la cita para la práctica del examen.
En fecha 15 de marzo de 2011, el apoderado del demandante solicita al a quo que se notifique a
la parte demandada que fue fijada por el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), la
fecha y la hora para la realización de la prueba.
El a quo mediante auto de fecha 16 de marzo 2011, ordena notificar al demandado indicándole
que la prueba se realizará el día primero de abril 2011 a las 11 de la mañana, tal como lo señala el oficio
del el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), el cual cursa al folio 124 del presente
expediente.
En fecha 22 de marzo de 2011, fue notificado el demandado en la persona de su apoderado
abogado Antonio Méndez de la fecha de realización de la prueba de ADN.
En fecha 14 de abril de 2011, fue recibida por el a quo correspondencia de fecha primero de abril
de 2011, proveniente del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), en la cual se deja
constancia que el ciudadano Rafael Alonso Sandoval, no asistió a la toma de la muestra sanguínea para
la realización de la prueba de filiación biológica.
Ahora bien, la recurrida señala “…Que el lapso de evacuación inició el día 26/10/2010 (sic) y
culminó el día 08/12/2010 (sic) inclusive, evidenciándose que la prueba fue evacuada fuera de lapso…”,
sin embargo, la recurrida procedió a valorar la referida prueba como un indicio al considerar que la
prueba heredo-biológica es una prueba que se realiza fuera de la jurisdicción del tribunal y que aunado a
la demora en la fijación de las citas, también se debía tomar en cuenta que en los casos de inquisición de
paternidad se debía actuar con diligencia y prudencia, tratando por todos los medios legales de
escrudiñar la verdad, debiendo apartarse de los meros formalismos, por tal razón, estableció que la
prueba de ADN fue acertadamente valorada, ya que -según su decir- el vencimiento del lapso de
evacuación no era una razón concluyente para que el juez desestime la prueba fundamental, y con ello
lesione el derecho a la defensa que tienen las partes de demostrar sus alegatos.
Conclusión a la cual llegó el ad quem tomando en consideración la doctrina de esta Sala citada
en la sentencia recurrida supra transcrita, en la cual se establece que la experticia -entre otras pruebas-
generalmente sobrepasa el lapso de evacuación concedido para ello, pero que en aras de una justicia
efectiva éstas deben ser incorporadas en el proceso, por tanto, el juez deberá apreciarlas como pruebas
regularmente promovidas y evacuadas, ya que la brevedad de los lapsos no es una razón para que el
juez desestime la prueba, y con ello lesione el derecho a la defensa que tienen las partes de demostrar
sus alegatos.
Ahora bien, respecto a los lapsos para la evacuación de algunas pruebas, la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia de fecha 8 de marzo de 2005, caso: Banco Industrial,
expediente N° 03-2005, estableció lo siguiente:
“…A juicio de esta Sala, es posible que pruebas ofrecidas por las partes dentro
de la articulación sean recibidas fuera de ella, como incluso ocurre con
probanzas no evacuadas en el término de evacuación del juicio ordinario.
Para la Sala, sería contrario al derecho de defensa de las partes, cercenarles tal
derecho, concretado en el ofrecimiento de pruebas, creándoles la carga de
promoverlas en los primeros días de la articulación de ocho días (de despacho),
cuando la ley no distingue oportunidad dentro del término para promoverlas, ni ordena
tal proceder. Luego, todos los días, hasta el último de la articulación, son oportunos y
temporáneos para ofrecer pruebas.
(..Omissis…)
Ahora bien, a juicio de la Sala, para que las probanzas promovidas puedan
evacuarse dentro o fuera de la articulación es necesario ponderar varias
situaciones.
(..Omissis…)
Si se promoviere una experticia, en los primeros días del término, y las partes no se
pusieran de acuerdo un solo experto, al segundo día de admitida la prueba, tendría
lugar el acto de nombramiento de expertos, su juramentación será el tercer día
siguiente al nombramiento (artículo 458 del Código de Procedimiento Civil), la
notificación del nombrado por el juez, tendrá lugar tres días después de su notificación
(artículo 459 del Código de Procedimiento Civil) y en este último supuesto, luego
vendría la reunión para establecer el tiempo de la pericia, lo que necesariamente
conduce a que el peritaje no pueda evacuarse dentro de las ocho audiencias ya que,
por lo menos, cinco de ellas se han consumido en los trámites señalados. De allí que
le propio Código de Procedimiento Civil en la incidencia nacida del desconocimiento
de instrumentos privados (artículo 449) donde la prueba de experticia –cotejo- es la de
mayor peso (artículo 445), y cuyo término probatorio es de ocho días, señaló que éste
puede extenderse hasta quince días.
Estos ejemplos, a juicio de la Sala, demuestran que fuera de la articulación se pueden
recibir pruebas, independientemente de la oportunidad de su promoción, pero que tal
recepción obedece a situaciones especiales.
Es criterio de la Sala que con relación a la articulación probatoria del artículo
607, surge una situación casuística de acuerdo a la esencia de los medios de
prueba que propongan las partes; correspondiendo al juez de oficio en algunos
medios, señalar la evacuación de la prueba fuera de la articulación, dada la
dificultad innata al medio de evacuarla dentro de los ocho días de despacho, y
ese es, por ejemplo, el caso de la experticia.
También este es el caso de la inspección judicial, ya que el tribunal que la va a
practicar, que es el de la causa, tiene que ejecutarla cuando sus ocupaciones lo
permitan, lo cual puede ser fuera de la articulación probatoria, siempre que la provea
dentro de ella.
(…Omissis…)
A juicio de la Sala, resultaría un contrasentido que a las partes se les diere un
término de ocho días para promover pruebas, y que las promovidas, en ejercicio
de su derecho, el último día no fueran proveídas por el juez aduciendo que no
puedan evacuarse dentro del lapso porque éste finalizó, cuando ya se ha
apuntado que hay medios que pueden evacuarse fuera del término probatorio.
Es de recordar que con respecto a las pruebas temporáneas del último día, el juez
tiene tres días para proveerlas, y esos días caen fuera de la articulación probatoria.
El quid del asunto, en criterio de esta Sala, radica en si el término para proveer o
evacuar las admitidas se prorroga de oficio, o si él sólo se prorroga a instancias de
parte, aplicando el artículo 202 del Código de Procedimiento Civil. La Sala hace la
salvedad de que los medios que por su esencia o naturaleza pueden recibirse
fuera del lapso de evacuación, necesariamente, como garantía del derecho de
defensa de quien lo propuso, se evacuarán fuera de la articulación en la
oportunidad que fije el tribunal, como ocurre con la inspección judicial, o con el
tiempo que el tribunal señale a los expertos.
Se trata de medios que por su esencia, y sin que exista prórroga del término
probatorio, ya que éste, como tal dejó de correr, se pueden evacuar fuera de dicho
término, como ocurre con la experticia o inspección judicial, u otras pruebas cuya
naturaleza sea semejante, y que debido a esa característica pueden proponerse hasta
el último día de la articulación.
(…Omissis...)
Resalta la Sala que se trata de una situación casuística, que depende de cada
medio y de la necesidad, por su naturaleza, que se evacuen dentro del término
de evacuación. Aquellos como la experticia, la inspección judicial, la exhibición
de documentos o los informes (artículo 433 del Código de Procedimiento Civil),
por ejemplo, que se reciben en una fecha, la cual puede señalarse fuera del
término probatorio, podrán recibirse fuera de éste, al igual que lo que sucede
con las comisiones o las rogatorias a evacuarse en cumplimiento de un término
extraordinario de pruebas.
Con relación a los otros medios simples, nominados o innominados (documentos
privados, testigos, etc), que deben recibirse dentro de un término de evacuación (así
sea conjunto con el de promoción), la posibilidad de insertarse al proceso fuera del
término sólo es viable si éste se prorrogó o reabrió, y para ello es necesario que exista
petición de parte, ya que es ella quien debe alegar y justificar la causa no imputable
que le impide actuar dentro del término probatorio natural.
En el caso de autos, el juez ordenó la prórroga para que se evacuara, fuera de la
articulación probatoria, la experticia y la exhibición documental. Se trata de un
medio, como la experticia, que por su esencia puede recibirse fuera del término
probatorio, como ya lo señaló este fallo, y en igual situación se encuentra la
exhibición documental.
El que el juez del fallo impugnado fundara la prórroga en la tutela del derecho de
defensa del demandado, obviando la verdadera razón de fondo que justifica la
evacuación fuera de lapso y decretando con respecto a esos medios una prórroga
innecesaria, no significa que con ello lesionará derecho constitucional alguno al Banco
Industrial de Venezuela, C. A., y así se declara…”. (Negrillas y subrayado de la Sala).

Conforme al criterio de la Sala Constitucional supra transcrito, existen medios de prueba que por
su tramitación, requieren mayor tiempo para poder evacuarlos que el lapso establecido en dichas
articulaciones; como son, las inspecciones judiciales, las experticias y otros medios no prohibidos
expresamente por la ley; por lo que una vez promovidas dentro de la articulación, es posible que sean
recibidas fuera de ella, como incluso ocurre con probanzas no evacuadas en el término de evacuación del
juicio ordinario.
Asimismo, la Sala Constitucional hace la salvedad que los medios de prueba que por su esencia
o naturaleza pueden recibirse fuera del lapso de evacuación, necesariamente, como garantía del derecho
de defensa de quien lo propuso, se evacuarán fuera de la articulación en la oportunidad que fije el
tribunal, como ocurre con la inspección judicial, o con el tiempo que el tribunal señale a los expertos en
caso de la experticia.
Pues, señala el criterio en comentarios que “…se trata de medios que por su esencia, y sin que
exista prórroga del término probatorio, ya que éste, como tal dejó de correr, se pueden evacuar fuera de
dicho término, como ocurre con la experticia o inspección judicial, u otras pruebas cuya naturaleza sea
semejante...”.
Ahora bien, esta Sala de Casación Civil, en sentencia N° 774, del 10 de octubre de 2006, caso:
Carmen Susana Romero Gutiérrez contra Luis Ángel Romero Gómez y otra, acogiendo el criterio
jurisprudencial de la Sala Constitucional antes transcrito, señalo lo siguiente:
“…Esta Sala de Casación Civil estima que existen medios de prueba que dada su
naturaleza no permiten su evacuación dentro del lapso establecido para ello. Por esa
razón, esta Sala cree oportuno señalar que en los casos en los que la evacuación de
la prueba se extienda más allá del lapso que establece la ley, esta debe ser
igualmente apreciada en conformidad con principios y normas constitucionales que
rigen el proceso. En efecto, las pruebas de experticias, inspecciones judiciales, las
declaraciones de testigos, la reproducción judicial, la exhibición de documentos, entre
otros, generalmente su evacuación sobrepasa el lapso concedido para ello, pero en
aras de una justicia efectiva éstas deben ser incorporadas en el proceso, y el juez
deberá apreciarlas como pruebas regularmente promovidas y evacuadas, pues la
brevedad de los lapsos no es una razón contundente para que el juez desestime la
prueba, y con ello lesione el derecho a la defensa, que tienen las partes de demostrar
sus alegatos….”.

Como se evidencia de los criterios jurisprudenciales supra transcritos, esta Máxima Jurisdicción
ha autorizado a los jueces para ampliar el lapso de evacuación con respecto a las pruebas de cotejo,
experticia, inspecciones judiciales y otras que por sus especiales características necesitan en algunos
casos un período mayor para su evacuación.
Ahora bien, observa la Sala que en el presente caso la evacuación de la prueba heredo-biológica
fue fijada para el día 1° de abril de 2011, en cuya fecha ya había vencido el lapso de los 30 días para
evacuar las pruebas.
Asimismo, se evidencia que la parte demandada estaba en conocimiento del lugar, fecha y hora
para la práctica de la experticia heredo-biológica, no obstante estando notificado no asistió a la cita
programada, ni tampoco consta a los autos justificación alguna respecto a su inasistencia a la cita fijada
por el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).
Ahora bien, considera la Sala que siendo la prueba heredo-biológica una experticia, que por su
naturaleza y tramitación puede recibirse fuera del lapso de evacuación, la misma podía evacuarse fuera
del término de evacuación del juicio ordinario, pues, conforme al criterio de la Sala Constitucional supra
transcrito, se trata de un medio que por su esencia, y sin que exista prórroga del término probatorio, se
puede evacuar fuera de lapso, ello como garantía del derecho de defensa de quien propuso el medio
probatorio.
Además, estima la Sala que aunado a las anteriores razones, en el caso bajo análisis estamos en
presencia de una prueba que es fundamental para acreditar el parentesco consanguíneo o filiación.
Asimismo, es de advertir, que la filiación es consagrada en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (artículo 56) como un derecho fundamental de toda persona, y en resguardo de
este derecho corresponde preliminarmente al Estado garantizar el derecho a investigar la paternidad, por
ello la Sala Constitucional de este Máximo Tribunal, ha dicho que: “…El artículo 56 del Texto
Constitucional tiene como finalidad de propender el conocimiento y certificación de la verdad biológica
independientemente del estado civil de los ascendientes, por cuanto el enclaustramiento o reserva del
origen es lo que se tiende a evitar y lo que se trata de dilucidar con esta prueba médica (ADN)
….”. (Sentencia de fecha 14 de agosto de 2008, caso: recurso de interpretación de los artículos 56 y 76
de la Carta Magna, propuesto por el “Consejo Nacional de Derechos del Niño y del Adolescente”).
Por tanto, estima la Sala que los administradores de justicia como directores del proceso deben
procurar la incorporación de la prueba de experticia al juicio y así valorar la prueba heredo-biológica en su
sentencia a los fines de resolver el conflicto conforme a los postulados que propugnan los artículos 2, 26
y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Por tales razones, la Sala considera que no es cierto como afirma el recurrente que el
sentenciador se haya rebelado contra la sentencia vinculante de la Sala Constitucional, pues la referida
prueba podía ser evacuada fuera de lapso, por lo tanto el ad quem estaba obligado a valorarla, lo cual en
modo alguno le ocasionó a la parte demandada la violación del debido proceso y el derecho a la defensa,
quien habiendo sido notificado de la oportunidad para la realización de la prueba de ADN no asistió a la
toma de la muestra sanguínea y tampoco presentó excusas de su falta de asistencia, pues como ya se ha
dicho, la referida prueba puede evacuarse fuera del lapso sin que se haya acordado su prorroga o
reabierto el referido lapso.
Por las consideraciones entes expuestas, se declara improcedente la presente denuncia. Así se
decide.

DENUNCIAS POR INFRACCIÓN DE LEY


ÚNICA
Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia
la infracción por parte de la recurrida de los artículos 12, 15, 196 y 202, eiusdem, por falta de aplicación; y
del artículo 210 del Código Civil, por “indebida aplicación”.
El recurrente expone en su denuncia lo siguiente:
“…En lo atinente a la subversión de los lapsos y términos procesales, en la ya
mencionada sentencia No. 595 del 22/09/2008 proferida por esta Sala, se dejó
establecido que si la denuncia de la sentencia recurrida refiere al iter procedimental o
a un aspecto del mismo o a la estructura de la sentencia, ello podría constituir el
fundamento propio de una denuncia por infracción de ley, por lo que la presente
denuncia se ajustará en tal sentido, en los términos siguientes:
Al folio 185 vto, en su narrativa la recurrida da cuenta del auto de fecha 16 de marzo
de 2011 (f. 122), librado por el Juzgado (sic) Tercero (sic) de Primera (sic) Instancia
(sic), por el cual se notifica al demandado que debe trasladarse al IVIC en Caracas el
día 1° de abril del mismo año a los fines de la práctica heredobiológica. De igual modo
reseña el escrito presentado por el demandado en fecha 22 del citado mes y año (fs.
127 al 130) en el cual se advierte al juzgado primario que el lapso para la evacuación
de pruebas, admitido en fecha 26 de octubre de 2010 (f.99) se encuentra
fatalmente vencido desde el 8 de diciembre de 2010, conforme a lo secuenciado en
el mismo escrito, mes a mes. La recurrida igualmente reseña que en el mencionado
escrito se le expresa al tribunal primario que en el auto de admisión de las pruebas, al
pie del mismo, el juez estampó una clara NOTA por la que se le advierte a los
promoventes que las pruebas admitidas deben ser evacuadas “dentro del lapso de
treinta (30) días de despacho” siguientes a dicho auto.
Reseña también la recurrida que por vía de informes por ante dicha Alzada (sic), el
demandado denunció que la sentencia apelada se encuentra inficionada de nulidad en
razón de que se pretendió evacuar la prueba heredobiológica cuando el lapso de su
evacuación ya se encontraba vencido, sin que existiera constancia en autos de
haberse prorrogado de oficio ni a petición de la parte interesada; y que en
consecuencia, el demandado no estaba obligado a cohonestar con su presencia ese
írrito acto, y al no haberlo hecho sólo estaría premiando la conducta negligente de la
parte actora al no haber solicitado la prórroga del lapso para llevar a cabo la
evacuación de la prueba, ni constar en autos que el sentenciador primario hubiese
hecho uso de la facultad que le confiere el artículo 514 adjetivo (ordinal 4°) para
mediante auto para mejor proveer, haber acordado su extensión o reapertura (f. 186
vto.).
La recurrida en su MOTIVACIÓN reseña que el argumento principal del demandado
es el de la evacuación de la prueba en forma extemporánea; y luego de efectuar un
breve recuento de las actuaciones probatorias, asienta:
Ahora bien, al revisar la tablilla del a quo llevada desde el mes de octubre
de 2010 hasta el mes de abril de 2011, se constata que el lapso de
evacuación inició el día 26/10/2010 y culminó el día 08/12/2010 (sic)
inclusive, evidenciándose que la prueba fue evacuada (sic) fuera del
lapso, debiendo esta Alzada (sic) resolver si debe o no ser valorada y
justipreciada (f. 187 vto.).(Resaltado del formalizante).
De manera que la recurrida admite paladinamente que el lapso de evacuación de
pruebas feneció el día 8 de diciembre de 2010, y que la prueba heredobiológica fue
evacuada (sic) fuera del lapso.
No obstante, la recurrida, apoyándose en decisión de esta Sala (N° 578 del 26/7/2007
(sic)) y de la Sala de Casación Social (N° 2169 30/10/2007 (sic)) en las cuales dice
haberse “flexibilizado el lapso de este tipo de prueba”, a su entender “la brevedad
de los lapsos no es una razón contundente para que el juez desestime la prueba;
y con ello lesione el derecho a la defensa que tienen las partes de demostrar sus
alegatos”. Seguidamente conceptúa que “en aras de una justicia efectiva éstas
deben ser incorporadas en el proceso, y el juez deberá apreciarlas como
pruebas regularmente promovidas y evacuadas (sic)…”, concluyendo en
que “debiendo apartarse de los meros formalismos, …, la prueba de ADN fue
acertadamente valorada y justipreciada” (sic) por el juzgador de primera instancia
(f. 188 vto.).
Saltan a la vista, honorables Magistrados, varios errores conceptuales de la recurrida.
En primer lugar, se pone en evidencia que ésta entiende como “derecho a la
defensa”, solo el que atañe a la parte actora, pues a su particular modo de
sentenciar, si no se valora esa prueba de manera positiva, le estaría lesionando al
actor su derecho a la defensa; pero si en cambio aplica lo establecido por el
legislador en las normas denunciadas como infringidas, en la doctrina del Alto
Tribunal, no se causa agravio al demandado ni se le violenta su derecho a la defensa.
En segundo lugar, que le resulta intrascendente que las pruebas se evacúen o no
dentro del lapso establecido por el legislador, por cuando ello constituye sólo “meros
formalismos”; y finalmente, que a su juicio, el hecho de que la prueba no se hubiese
evacuado en razón de “la brevedad de los lapsos (sic)”, no es una razón
contundente para que se desestime. La recurrida, pues, se permite censurar el
lapso que el legislador estimó prudente para evacuar las pruebas, que a su juicio
resulta “breve”, y no conforme con ello, su práctica o no dentro del mismo, solo
constituye “meros formalismos”; y como tales, adolecen de “razón
contundente” para no ser apreciadas.
Ahora bien, dispone el artículo 196 del Código de Procedimiento Civil lo siguiente:
(…Omissis…)
El artículo 202, eiusdem, dice a la letra:
(…Omissis…)
La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, entre los principios rectores
de nuestro derecho procesal, destaca el de la legalidad de las formas procesales,
según la cual los actos deben practicarse de acuerdo con la forma, lugar y tiempo
previstos en la ley adjetiva, para que puedan producir los efectos que ésta le atribuye
(sent. N° 953 del 20/8/2010 (sic)).
En la referida sentencia la mencionada Sala conceptuó:
“En este sentido, es necesario señalar que si bien el artículo 257 de la
Carta Magna deriva “el principio antiformalista”, según el cual no se
sacrificará la justicia por formalismos inútiles, de igual manera se
considera que los lapsos procesales no podrán prorrogarse ni abrirse
después de cumplidos salvo las excepciones expresamente previstas en
la ley…” (Resaltado del formalizante)
De tal modo, constituye un censurable desafuero el criterio sentado por la recurrida en
cuanto a la importancia y trascendencia del valor de las formas procesales,
especialmente en lo que atañe al sometimiento del modo, lugar y tiempo de los
mismos, concretamente en cuanto al lapso prudentemente estimado por el legislador
para evacuar las pruebas en la presente causa.
Si bien es cierto que esta Sala de Casación Civil ha sentado los criterios señalados
por la recurrida para determinadas causas, también lo que es la Sala Constitucional, al
pronunciarse sobre los alcances del denunciado artículo 202 del Código de
Procedimiento Civil, ha establecido en la mencionada sentencia con carácter
vinculante (N° 1.005 de fecha 26 de julio del año en curso), de obligatorio acatamiento
por todos los operadores de justicia de la República, que sólo es posible, por vía
excepcional, la prórroga de los lapsos procesales, cuando existan causas
insuperables no imputables al litigante que impidan la celebración del acto dentro del
término señalado en la ley procesal, reiterando en dicha sentencia el criterio
sustentado en fecha 16 de julio de 1998 mediante el cual dispuso que “…toda
solicitud de prórroga debe hacerse antes del vencimiento del lapso”.
En lo atinente al principio de preclusividad de los lapsos procesales, estimó pertinente
establecer en la mencionada reciente sentencia, que las prórrogas de los lapsos
procesales “solo pueden ser acordadas antes de cumplirse el término o lapso
que se pretende prorrogar…”.
La conducta de la recurrida la condujo a endilgarle al demandado la asunción de una
conducta rebelde equiparándola a una violación legal, cuando es lo cierto que éste
solo se negó a cohonestar con su comparecencia ante el IVIC, una irregularidad
procesal que atenta contra su derecho a la defensa y lesiona el debido proceso, por
encontrarse el lapso probatorio totalmente vencido, atribuyéndole como consecuencia
la presunción como indico en su contra, en flagrante violación de las normas
procesales denunciadas.
La recurrida, de modo ligero, desestimó las argumentaciones formuladas por el
demandado en lo relativo a la validez de la prueba pretendida evacuar el 1° de abril de
2011, cuando ya habían transcurrido ciento veintitrés (123) días de vencido el lapso
evacuatorio, y sin embargo, conforme a su apreciación, concluye en que la conducta
del demandado al no cohonestar con su presencia la gravísima irregularidad procesal,
constituye un “indicio grave” en su contra, procediendo a confirmar el fallo proferido
por la sentenciadora de primera instancia que declara la paternidad del demandante,
dando con ello al traste con los postulados de las normas procesales denunciadas,
con la doctrina de esta Sala en lo atinente a la improrrogabilidad de los lapsos
procesales, y con la sentencia emanada de la Sala Constitucional con carácter
vinculante ya mencionada.
En síntesis, la sentencia recurrida confunde en su predispositivo los alcances del
artículo 210 del Código Civil al concatenar a la prueba sanguínea que a lo largo de
todo el fallo señala como si hubiese sido “evacuada”, cuando nunca lo fue, con las
testimoniales rendidas por la madre y por la hermana del demandante, toda vez que la
“prueba madre” en tales casos, como lo es la heredobiológica, NUNCA SE
EVACUÓ ante las irregularidades de tiempo tantas veces mencionadas, y que el
propio sentenciador admite al constatar que efectivamente, cuando se pretendió
practicarla ya habían transcurrido 123 días desde el vencimiento del lapso legal, sin
que el demandante hubiese, con carácter previo a tal vencimiento, solicitado la
prórroga, y sin que el tribunal de la causa hubiese acordado su extensión.
En consecuencia, no habiendo alcanzado probar el demandante la cohabitación del
demandado con la supuesta “ex-pareja” y madre biológica de aquel durante el período
de la concepción; así como que tampoco fue posible llevar a cabo la práctica la toma
de muestras sanguíneas para determinar el vínculo filiatorio, es decir, su evacuación,
en razón de la tantas veces denunciada ilegalidad por su manifiesta extemporaneidad,
no le era dable a la recurrida aplicar los efectos del mencionado artículo 210
sustantivo; y al hacerlo, ello constituye motivo suficiente para que la sentencia
recurrida, en conjunción con las demás denuncias, sea declarada nula, como en
efecto así se solicita.
La recurrida, se repite, aplicó las consecuencias jurídicas de dicha norma sustantiva, a
pesar de que la prueba nunca llegó a evacuarse, como falsamente lo declara la
sentencia, y al no haber sido evacuada, carece de sentido lógico y jurídico que sea
presunción haya servido como sustento para resolver el fondo de la controversia, no
siendo procedente que, fundado en esa irregularidad procesal, se hubiese establecido
la pretendida filiación, resultando desafortunada la aplicación del artículo 210
sustantivo al presente asunto...”. (Resaltado del texto).

Para decidir, la Sala observa:


El formalizante nuevamente y con los mismos argumentos de la única denuncia por defecto de
actividad, delata la infracción de los artículos 196 y 202 del Código de Procedimiento Civil, lo cual se dejó
plenamente resuelto en la denuncia anterior, por lo cual en esta oportunidad se dan por reproducidos los
criterios allí proferidos y con base en ellos se desecha la denuncia por falta de aplicación de las referidas
normas. Así se establece.
Por otra parte, delata el formalizante que la decisión recurrida infringió el artículo 210 del Código
Civil, por “indebida aplicación”, toda vez que “…no le era dable a la recurrida aplicar los efectos del
mencionado artículo 210 sustantivo…”.
Al respecto, conviene aclarar que los motivos de la casación por infracción de ley son: falta de
aplicación, errónea interpretación y falsa aplicación. Lo que pone de manifiesto que el término “indebida
aplicación” utilizado por el formalizante es incorrecto, pues, en este caso, conforme a sus alegatos, se
trata de falsa aplicación y en ese sentido lo conocerá la Sala.
Así pues, el recurrente alega que no era posible que la recurrida aplicara los efectos del artículo
210 del Código Civil, pues, sostiene que el demandante no logró probar la cohabitación del demandado
con la madre biológica del demandante durante el período de la concepción y que tampoco fue posible la
evacuación de la prueba de ADN por su manifiesta extemporaneidad.
Ahora bien, esta Sala ha sido constante en afirmar, que la falsa aplicación de una norma jurídica,
se produce cuando el juzgador incurre en una falsa relación entre los hechos contenidos en los autos y
los previstos como supuesto de la norma jurídica que se aplica, es decir, cuando el juez aplica una
determinada norma jurídica a una situación de hecho que no es la contemplada en ella. (Ver, entre otras,
sentencia Nº 154, de fecha 12 de marzo de 2012).
Por su parte, el artículo 210 del Código Civil, contenido en el capítulo “...de la determinación y
prueba de la filiación paterna...”, dispone:
“…A falta de reconocimiento voluntario, la filiación del hijo concebido y nacido
fuera del matrimonio puede ser establecida judicialmente con todo género de
pruebas, incluidos los exámenes o las experticias hematológicas y heredo-
biológicas que hayan sido consentidos por el demandado. La negativa de éste a
someterse a dichas pruebas se considerará como una presunción en su contra.
Queda establecida la paternidad cuando se prueba la posesión de estado de hijo o se
demuestre la cohabitación del padre y de la madre durante el período de la
concepción y la identidad del hijo con el concebido en dicho período, salvo que la
madre haya tenido relaciones sexuales con otros hombres, durante el período de la
concepción del hijo o haya practicado la prostitución durante el mismo período; pero
esto no impide al hijo la prueba, por otros medios, de la paternidad que demanda....”.
(Negritas de la Sala).

De acuerdo con la disposición jurídica transcrita, el legítimo interés faculta a todo sujeto a iniciar
las acciones legales para averiguar su nexo filial, lo que quiere decir que la investigación de la paternidad
es un derecho inherente a la persona, quien puede indagar, proporcionar y establecer la verdad biológica
respecto de la filiación.
Dicha norma consagra el principio de libertad probatoria en el establecimiento judicial de la
filiación cuando ésta no ha sido legalmente establecida, así como la obligación del juez de extraer, si
fuera necesario, una presunción iuris tantum de la conducta del demandado cuando injustificadamente no
quiera colaborar en la práctica de la referida prueba científica.
Respecto a la interpretación del artículo 210 del Código Civil, la Sala de Casación Social del
Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia N° 288, de fecha 16 de mayo de 2002, caso expediente N°
01-635, señaló lo siguiente:
“…En relación con la violación de los artículos 4º y 210 del Código Civil, por error de
interpretación, esta Sala considera que el sentenciador no incurre en error de
interpretación del artículo 210 del Código Civil, porque la negativa del demandado a
someterse a la experticia hematológica o heredobiológica autoriza al juez a extraer de
tal conducta una presunción en su contra, presunción que es establecida por la propia
ley y que es desvirtuable por el resto del material probatorio. Si de autos no resulta
desvirtuada la presunción, el juez, ateniéndose a la misma, considerará plenamente
demostrada la pretensión y fallará a favor de la parte demandante, en conformidad
con lo establecido en el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil.
En el caso concreto, el Tribunal con vista de la actitud renuente del demandado a
colaborar en la prueba, dejó sin efecto la diligencia y consideró que había una
presunción legal iuris tantum de prueba de la paternidad y al no haber en autos prueba
en contrario de la referida presunción legal, estimó que estaba plenamente
comprobada la paternidad demandada y declaró con lugar la demanda y no confundió
la presunción legal relativa a la que se refiere la norma con la presunción de hombre
establecida en el artículo 1.399 del Código Civil, como señala el formalizante, por lo
que sin duda el juez no incurrió en error de interpretación del artículo 210 del Código
Civil y como consecuencia de ello, no puede prosperar la delación interpuesta…”.

Conforme al criterio supra transcrito -el cual comparte esta Sala- la negativa del demandado a
someterse a la experticia hematológica o heredo-biológica autoriza al juez a extraer de tal conducta una
presunción en su contra, presunción que es establecida por la propia ley, la cual puede ser desvirtuada
con las demás pruebas cursante en autos. Pero si no se desvirtúa la referida presunción, el juez debe
atenerse a la misma y considerar plenamente comprobada la pretensión y sentenciar a favor de la parte
demandante, ello de conformidad con lo previsto en el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil.
Ahora bien, la Sala a los fines de resolver la presente denuncia estima conveniente dar por
reproducida la transcripción de la sentencia recurrida realizada en la única denuncia por defecto de
actividad.
Asimismo, es oportuno señalar que en la anterior denuncia la Sala dejó establecido que la prueba
heredo- biológica promovida por el demandante, podía ser evacuada fuera de lapso sin que se hubiese
acordado la prórroga o reabierto el término probatorio, por lo tanto, el ad quem estaba obligado a valorar
la referida prueba.
Siendo así, estima la Sala que el pronunciamiento del ad quem está ajustado a derecho, pues,
habiendo sido notificado el demandado de la realización de la prueba de ADN no asistió a la toma de la
muestra sanguínea y tampoco presentó excusas de su falta de asistencia, por lo tanto, la norma prevista
en el artículo 210 del Código Civil, era la apropiada para resolver la presente controversia, ya que ésta
prevé los efectos de la negativa del demandado de someterse a dicha prueba, cuya conducta podría ser
considerada como una presunción iuris tantum en su contra, por ende los hechos contenidos en los autos
se corresponden con el supuesto de hecho previsto en la referida norma, razón por la cual, el ad quem no
incurrió en la falsa aplicación de la referida norma.
Por tales razones, se declara improcedente la denuncia de infracción del artículo 210 del Código
Civil, por falsa aplicación. Así se decide.

DECISIÓN

Por los razonamientos expuestos, el Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de


Venezuela, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad
de la ley, declara SIN LUGAR el recurso de casación, anunciado y formalizado por la parte
demandada, ciudadano RAFAEL ALONSO SANDOVAL ZAMBRANO, contra la sentencia dictada en
fecha 16 de septiembre de 2013, por el Juzgado Superior Tercero en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y
Bancario de la Circunscripción Judicial del estado Táchira.

Se condena al recurrente al pago de las costas procesales del recurso, de conformidad con lo
establecido en los artículos 247 y 320 del Código de Procedimiento Civil.

Publíquese, regístrese y remítase este expediente al tribunal de la causa, Juzgado Tercero de


Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la mencionada Circunscripción Judicial.

Particípese de la presente remisión al juzgado superior de origen antes indicado, todo de


conformidad con lo previsto en el artículo 326 del Código de Procedimiento Civil.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho del Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de
Casación Civil, en Caracas, a los dieciocho (18) días del mes de marzo de dos mil catorce. Años: 203° de
la Independencia y 155° de la Federación.

Presidenta de la Sala-Ponente,

____________________________

YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA

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