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Los ejes temáticos que guiarán la presente clase

son:
 Modelos de atención a los padecimientos
 Modelo Médico Hegemónico/Biomedicina
 Determinación Social del proceso SEAC
 Derecho a la salud.
Habiendo desarrollado en la clase anterior las formas de
conceptualizar la salud, debe mencionarse que las
mismas forman parte o sustentan los distintos modelos
de prácticas en salud,  así como los enunciados de
políticas tendientes a la garantía del derecho a la salud.
Los invitamos ahora a realizar la Actividad orientadora:
“Modelos de atención de los padecimientos y su
relación con las concepciones de salud”.  En esta
actividad les proponemos rastrear y dar ejemplos de
cuáles son los diversos modos de atención que describe
Eduardo Menéndez en el texto de la bibliografía
obligatoria “Modelos de atención de los padecimientos:
de exclusiones teóricas y articulaciones prácticas”.
Como advertencia cabe señalar que aquello que se ha
mencionado como “cuidado” en la clase 1, se
corresponde conceptualmente con lo que Menéndez
trabaja como  “atención”, es decir que se trata de una
distinción meramente nominal. En síntesis, allí donde en
el texto de Menéndez se lee “atención” podría
reemplazarse por el término “cuidado”. Y allí donde en
el texto se lee “autoatención”, podría reemplazarse por el
término “autocuidado”; y viceversa.
El principal planteo del autor es que en nuestro país
existen diversos modelos de atención (o cuidado), es
decir diversos modos a través de los cuales se busca
prevenir, dar tratamiento, controlar, aliviar  y/o  curar los
padecimientos; pero que estos son considerados en forma
aislada y/o antagónica por el sistema de salud. Sin
embargo desde las personas y grupos sociales se tiende
más bien a integrar los diferentes modelos de atención
que a antagonizarlos, al punto que varias formas de
atención pueden ponerse en juego para el mismo
problema de salud.
Es entonces desde lo que se denomina Modelo Médico
Hegemónico (MNH) o Biomedicina que se produce la
exclusión, marginación o negación de la diversidad de
formas de atención (o cuidado). El objeto de estudio de
este modelo de pensamiento según Menéndez presenta
como principales características: el biologicismo, el
ahistoricismo, la perspectiva individual, la asocialidad, la
tendencia a escindir teoría y práctica, y una relación
médico-paciente asimétrica y subordinada. En definitiva
se trata de modelos de prácticas basadas más en la cura
de la enfermedad, que en la salud.   
En la Actividad orientadora “Modelo Médico
Hegemónico/Biomedicina”, los convocamos a:
A)    Pensar ¿qué modos de conceptualización de la
salud/enfermedad de los trabajados en la clase anterior
guardan relación con el MMH o Biomedicina?
B)    Describir cada una de los siguientes rasgo
estructurales:
1)     Biologicismo
2)     Ahistoricidad
3)     Asociabilidad
C)   Desarrollar en un breve texto las principales críticas
que recibió el MMH en las décadas del ´60 y ´70.
Tal como lo plantea Menéndez otra de las características
de la Biomedicina es la tendencia a la medicalización de
los problemas de salud, y el tratamiento de la salud y la
enfermedad como una mercancía más.  La
medicalización es un concepto descrito por Foucault para
designar el mecanismo de biopoder que explica la
presencia hegemónica del discurso médico en la vida
colectiva y las vidas singulares (1977). Este proceso se
había iniciado a principios de la modernidad cuando la
construcción de la medicina se constituyó como un
dispositivo de normalización y control de los cuerpos y
las vidas. El autor denuncia la relación entre la medicina
y el ejercicio de poder, en ese entonces ligados a la
acción gubernamental.
En la actualidad, el proceso de medicalización opera,
además, a través de los sentidos ligados a la
mercantilización en el contexto de las sociedades de
consumo. Desde los años ´60 la expansión de la
mercantilización se vio favorecida por la entrada masiva
de capitales financieros al sector salud con actores
fundamentales que funcionan como fuerzas corporativas
globales: las aseguradoras de salud y las industrias de
aparatología y farmacología médica. Este proceso se
manifiesta por ejemplo en el aumento de consumo de
medicamentos producidos por la industria
químico/farmacéutica. En “La Vida de los Hombres
Infames”, Foucault menciona un tipo de medicalización
que cobra forma a partir del siglo XX y que denomina
“medicalización indefinida”. Se refiere al movimiento
mediante el cual la medicina pasa a funcionar fuera de su
campo tradicional (demanda del paciente) y se impone al
individuo, enfermo o no, como acto de autoridad
(Foucault, 1977) con intervención en esferas cada vez
mayores de la existencia individual y colectiva. “El éxito
del proceso se muestra en el hecho de que las personas
no solo acuden a la medicina o a los medicamentos ante
una situación vivida como enfermedad., sino para
prevenir riesgos y reducir cualquier forma de malestar”
(Stolkiner, 2003). Otro alcance de este proceso, que
algunos autores denominan también “de
biomedicalización”, es la extensión del diagnóstico y
tratamiento a situaciones que previamente no eran
consideradas problemas de salud (Iriart y Ríos, 2012), o
sea la tendencia a la patologización de la vida.  Como
fenómeno global ligado a la actual fase del capitalismo el
resultante es: un alto incremento del gasto en salud,
sobre todo en algunos sectores por la aplicación de
tecnología compleja, mientras que gran parte de la
población mundial, la más vulnerable por cierto, no tiene
acceso a servicios médicos básicos y medicamentos.
Así, la biomedicina como modelo de atención de los
padecimientos, se impone como discurso hegemónico en
nuestra sociedad actual, y se manifiesta en prácticas
sociales que exceden las acciones desde el sistema de
salud. Dadas las características del MMH antes descritas,
quedan invisibilizadas desde las prácticas hegemónicas
otros factores implicados en los procesos de SEAC como
los históricos y culturales; es decir la diversidad de
concepciones de salud y modelos de atención (o
cuidado) de las personas singulares y los grupos
humanos.   
A continuación, lo invitamos a realizar la Actividad
orientadora “El hospital. Visión desde la cama del
paciente” para lo cual les proponemos leer el texto “El
hospital. Visión desde la cama del paciente”, un breve
relato del médico sanitarista Mario Testa en donde
cuenta su experiencia como paciente en una institución
de salud, lectura a partir de la cual deberán responder los
siguientes interrogantes: a) ¿puede reconocer cómo se
singulariza el MMH en prácticas concretas?, b) ¿qué
características del MMH reconoce?
La creciente mercantilización del sector salud a partir de
la década del ´60 y ´70 ligada al impulso de las políticas
neoliberales de la época, ha sido una de los puntos
críticos sobre los que el movimiento de Medicina Social
y Salud Colectiva fue elaborando respuestas,
contraposiciones y problematizaciones; antagonizando
incluso con los discursos oficiales en salud de
organizaciones internacionales como la OMS y la OPS.
Afirmando que la salud es un proceso de producción-
reproducción social, el planteo es romper con la idea de
una historia “natural” de la enfermedad, ya que resulta
innegable reconocer que las formas instituidas de
respuesta social son también fuerzas productoras de la
salud y la enfermedad en sus dimensiones tanto
concretas como simbólicas. (Ardila, Stolkiner, 2012)
Determinantes sociales de la salud vs determinación
social de la salud
Uno de los discursos contemporáneos de la OMS es el de
los determinantes sociales de la salud.
Accedan a la página de la OMS para comprender que se
entiende por determinantes de la salud.
El movimiento de MS/SC, va a realizar una distinción
conceptual respecto a los determinantes sociales de la
salud (OMS), planteando una  noción superadora que es
el de: determinación social de la salud.
Los  invitamos a descubrir de qué se trata esta
formulación superadora a través de uno de los
principales exponentes del movimiento, el ecuatoriano
Jaime Breihl. Vean el siguiente video:
Luego lean el texto “Los determinantes sociales de la
salud. Una perspectiva desde el taller latinoamericano
de determinantes sociales de la salud”, de autoría de la
Asociación Latinoamericana de Medicina Social
(ALAMES) y realicen la Actividad orientadora:
“Determinantes sociales de la salud vs determinación
social de la salud”.

El Derecho a la Salud
Al igual que las concepciones de salud, el derecho a la
salud no es un concepto unívoco por lo que puede
admitir diferentes acepciones a partir de la interpretación
que se hagan del mismo y de los modelos de políticas
públicas que se desarrollen para el cuidado de la salud.
El derecho a la salud se consagra como derecho
fundamental a partir de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos (1948), cuando a nivel internacional
se adicionan los derechos sociales a los derechos
individuales que hasta el momento tenían vigencia.
Contemporáneo a la DUDH es la Constitución de la
OMS que determina que “El goce del grado máximo de
salud que se pueda lograr es uno de los derechos
fundamentales de todo ser humano sin distinción de
raza, religión, ideología política o condición económica
o social. La salud de todos los pueblos es una condición
fundamental para lograr la paz y la seguridad, y
depende de la más amplia cooperación de las personas y
los estados” (OMS, 1946). Un segundo hito en la
construcción conceptual del derecho a la salud fue la
Declaración de Alma Ata de 1978, que fijaba la meta
“Salud para todos en el año 2000”, y que planteaba la
estrategia de Atención Primaria de la Salud (APS) para
su consecución. La declaración incorporaba la
prevención y promoción de la salud contrariando las
acepciones que la entienden meramente como atención
de la enfermedad. Comprendía también la educación
sobre los principales problemas de salud, promoción y
suministro de alimentación adecuada, abastecimiento de
agua potable y saneamiento básico, e inmunización
contra principales enfermedades endémica. Así mismo,
hacía foco en la participación comunitaria,  para dar
respuesta a las necesidades locales reales de las
poblaciones y para el logro de un acceso equitativo. “La
amplitud conceptual del derecho a la salud que subyace
a la declaración la ubica dentro de una concepción
universal e integral de la salud, indivisible de la
consecución de otros derechos sociales (vivienda digna,
alimentación adecuada, educación, etc.) y que implica
llevar adelante políticas intersectoriales” (Quercetti,
2014).
Sin embargo, en su implementación en los diferentes
países que adhirieron a la declaración, el derecho a la
salud ha admitido diferentes interpretaciones.
Retrospectivamente se denominó APS selectiva a una
interpretación de la APS que se materializó en el
contexto de la implementación de políticas neoliberales a
los sistemas de salud. Bajo esta interpretación la
responsabilidad del estado en la garantía del derecho a la
salud se reducía a la provisión de servicios básicos para
poblaciones vulnerables, mientras el resto de las
prestaciones pasaron a estar a cargo del gasto de bolsillo
de las poblaciones. El resultante de esta interpretación de
la estrategia fue el acceso a prestaciones diferenciales
según la capacidad de pago y el establecimiento de
barreras a la accesibilidad. Bajo estas políticas, el
derecho a la salud no era negado discursivamente, pero
sí interpretado desde una concepción focalizada y
centrada en la financiación de la demanda, al tiempo que
no implicaba política alguna que opere sobre la
distribución de la riqueza.
Por su parte, una concepción del derecho a la salud
universal, como la que sostiene el Movimiento de
MS/SC, supone la financiación de la oferta de los
servicios de salud necesarios para el cuidado de la salud,
de acceso igualitario a toda la población. Se enmarca en
una lógica de integralidad de derechos, es decir la idea
de que los derechos sociales son necesariamente
interdependientes unos de otros, por lo que la garantía
del derecho a la salud debe incluir políticas
intersectoriales.  Por último, y siguiendo lo que plantea
A. Stolkiner, el derecho a la salud supone también el
derecho a la no medicalización de la vida (Stolkiner,
2013). Subyace a esta formulación una concepción de
salud integral.
Para concluir, y en un esfuerzo de integración de los ejes
temáticos trabajados señalaremos que la salud es un
término que simultáneamente refiere a
 Un proceso complejo, en el sentido de la relación de
los elementos que la constituyen; que hace a la vida
de los sujetos singulares y de los colectivos
humanos; y que implica representaciones y
prácticas diversas.
 Es también un derecho humano fundamental que
requiere de políticas públicas para su garantía,
políticas que lejos de ser unívocas, implican debates
y discusiones sobre el  rol del estado, el mercado y
los distintos actores implicados en su consecución.
 Y además una de las más importantes industrias del
sector de servicios con actores transnacionales,
nacionales y locales, que lo transforman en un
territorio de lucha de intereses.
Como última actividad orientadora de la clase, les
proponemos ver la película “La muerte del
señor Lazarescu”,  y tomar nota de aquello que, por
similitud o diferencia, se relaciona con experiencias
propias dentro del sistema de salud. Escriban una
reflexión al respecto, teniendo en cuenta la bibliografía
obligatoria.

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