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VICERRECTORÍA ACADÉMICA
CENTRO DE EDUCACIÓN A DISTANCIA
INTRODUCCIÓN………………………………………………………………...... 3
DESARROLLO…………………………………………………………………..... 4
▪ Cultura y Aprendizaje……………………………………………….... 4
▪ Deuteroaprendizaje………………………………………………….... 9
▪ La Persona del Mediador: De las características básicas y esenciales.
…………………………………………………………………………….11
III. CONCLUSIONES……………………………………………………………….22
BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………..27
2
INTRODUCCIÓN.
1
En de la Paz Donoso, María; Llona, Sara; y Salgado, Clara "Mediación Familiar", Editorial UCSH,
2010, Santiago de Chile. Pág. 41
3
presentan a la hora de generar las condiciones, para que emerjan algunas formas
de enseñanza y aprendizaje, en función de la figura inicial del Deuteroaprendizaje.
DESARROLLO
▪ Cultura y Aprendizaje.
“ Parte de esta cultura personal consiste en el concepto que tiene de los mapas
mentales de los otros miembros de las sociedad. En este sentido, cada individuo realiza
una abstracción basándose en el comportamiento de todas las demás personas con
quienes tiene un contacto directo o indirecto. Posee un cuadro mental dentro del que
acomoda las nuevas experiencias y con el cual se guía para realizar la serie continua de
elecciones que caracteriza el curso de la vida humana”2.
Este “mapa mental” es, por una parte propio e irrepetible de cada experiencia e
historia de vida de los individuos en particular, pero por otro lado, es semejante en
los aspectos generales que dicen relación con ser parte de un grupo humano y
cultura en especial, en ese sentido, la cultura de una sociedad “se basa en la
relación mutua que existe entre los mapas mentales individuales”3.
2
“Guía para el Estudio de la Antropología Cultural”.1977, Fondo de Cultura Económica, España.
Pág. 52
3
Ibíd. 52
4
En un sentido general, la familia como micro sistema social y cultural particular
dentro de una estructura social mayor, se puede comprender en las características
básicas que presentan los grupos humanos desde la perspectiva de la cultura que
manifiesta la antropología sociocultural: para sobrevivir como especie humana
debemos desarrollar y poseer ciertas capacidades en interacción con otras
personas, ya que en el contexto de lo grupal es donde se acumula y transmite
conocimiento. Las capacidades que necesitamos no son únicamente técnicas,
sino sociales. Pues la vida en grupo “requiere saber cómo comunicarse, qué se
debe esperar de los demás y que se espera de uno mismo. Los miembros de un
grupo están ligados por un entendimiento común sobre los medios para subsistir y
la naturaleza de la vida”4. La vida en grupo, y en nuestro caso, dentro de los
sistemas familiares, se va constituyendo en el devenir del lenguaje como
expresión de una “experiencia común”:
“En el lenguaje que recibimos nos viene transferido, de un modo que habrá que
determinar, el pensamiento y el mundo ya hecho en los otros; nos viene transferido el
tanto de ser que ya somos. A esta transferencia tranquila, sin sobresaltos, de ‘un mundo’
a través del lenguaje es a lo que llamamos ‘experiencia común’. Podríamos también
llamarla ‘tradición’, esto es, la capacidad de subentender las mismas cosas a partir de los
mismos signos”5
4
Ibíd.,pág. 31
5
Jorge Acevedo G. citando a Humberto Giannini en "Una aproximación al pensamiento de
Humberto Giannini "en Revista Chilena de Humanidades, NQ 10, 1988, 23-37 Facultad de
Filosofía, Humanidades y Educación Universidad de Chile, Santiago, Chile. Pág. 16
6
El sentido común entendido en este contexto como el conjunto de formas de valorar y actuar en el
diario vivir que operan en el modo de relacionarse con el mundo por parte de las personas, el
sentido común como receptáculo de todos esos aprendizajes de normas, conocimientos formales e
informales que sirven para desenvolverse socialmente. El sentido común sitúa la elección “de lo
que tenemos a mano” para interactuar con ABD o D situación. Aquí no hacemos la separación y
distinción entre conocimiento científico y común o vulgar desde la óptica de la epistemología de las
ciencias, más bien dotamos el sentido común, como una “guía mental y práctica de existir”, donde
5
Lo que precede lo podemos comprender en la idea del concepto de “Rutina”
que el filósofo Humberto Giannini desarrolla dentro de otro contexto, pero para
nuestros fines implica caracterizar ese transcurrir de la experiencia vital de la vida
cotidiana, que involucra un sentido común que obra desde un programa pre-
establecido de reacciones: “La rutina es regreso a lo consabido, a lo mismo, y este
hecho esta ligado… a un continuo, asegurarse la norma y la legalidad de las
cosas”7.
los supuestos de la vida se encuentran asumidos y operan ya de modo implícito. Del mismo modo,
no reducimos nuestra noción de “Sentido Común”, como sinónimo de la expresión recurrente
(ejemplo: “usa tu sentido común”) que llama a actuar a las personas en función de lo “sensato”,
por efecto de la intuición de la experiencia de vida en orden a determinadas situaciones; con lo
cual, este “actuar” siempre es interpretado como algo favorable. Finalmente, esta definición que
exploramos y planteamos sobre el “Sentido Común”, posee sólo un uso funcional y delimitado a
nuestro contexto analítico y reflexivo.
7
Giannini, Humberto, “La “reflexión” cotidiana. Hacia una arqueología de la experiencia”, Santiago,
Editorial Universitaria. 1987, Editorial Universitaria, 1987, Santiago de Chile. Pág.42
8
Ibíd., 42
9
Ibíd..,42-43
10
Berger y Luckmann,1997:38
11
Ibíd.
6
diferentes de proximidad y alejamiento, tanto espacial como temporal”12. Lo cual
implica que los espacios en que las personas adquieren aprendizajes para la vida,
los cuales involucran el experimentar subjetivamente situaciones significativas, no
se trazan en una cotidianidad que sólo transcurre dentro del circuito regular que
comprende la Familia – Trabajo – Escuela – Calle, sino que éstos se amplían
internamente (sub-universos de las experiencias de convivir que no son advertidos
explícitamente) y se extienden hacia referentes de experiencia del “conocer”,
relacionados con el acceso a la tecnología de la comunicación humana: Internet,
Medios Masivos, etc.
12
Ibíd., 40
13
Cardarelli, Graciela; Walkman, Lea (2009) “Educación Formal, No Formal e Informal y sus
parecidos de familia”. Este trabajo es parte de un documento mayor, que se utiliza en la Cátedra de
Educación No Formal, de la Facultad de Educación de la Universidad Católica Argentina. Pág. 4
Documento:
(http://www.derechoseducacion.org.ar/derechos/images/pdf/enc_ed_no_formal_graciela_cardarelli.
pdf)
consultado: 23/03/2012
14
Cardarelli, Graciela; Walkman, Lea (2009)
7
educación es obtenida por medio de una combinación de observación, imitación y
emulación de miembros específicos de la sociedad”15.
Baste señalar una última distinción conceptual dentro de este punto; ésta
hace referencia al concepto de “Educación No Formal”; continuando con las
autoras antes citadas, este tipo de proceso educativo “incluye todas las formas de
instrucción, promovidas conscientemente por el agente educativo (ya sea profesor,
animador, monitor, bibliotecario...), siendo la “situación de aprendizaje” buscada
por ambas partes (emisor y receptor, en la nomenclatura tradicional)16. Por cuanto
las autoras señalan que la mayoría de los especialistas la define como:
15
Ibíd. pág. 5
16
Ibíd.
17
Ibíd.
8
a la Educación No Informal, como un proceso educativo de carácter explícito e
intencionado, que si bien, regularmente, acude a relaciones educativas no
formales e interpersonales más flexibles y horizontales (como puede ser la
experiencia de la Educación Popular inspirada en Paulo Freire o Escuela Moderna
de Celestín Freinet), asumen y son parte de un procedimiento que tiene como
base una epistemología, teorías y metodologías que le otorgan identidad,
perfeccionamiento y adaptación en el tiempo y los contextos como espacios.
Procesos que se encuentran “fuera” de la dimensión y campo de la educación
formal, en el sentido de un “afuera” del Sistema Educativo”.
▪ Deuteroaprendizaje.
9
psicología y en ciencias sociales, deviene del desarrollo que Gregory Bateson
realiza desde campo teórico y experimental.
Los hábitos que a Bateson interesan son de la clase de hábitos que se pueden
entender como “subproductos de los procesos de aprendizajes”, que parten desde
los fenómenos del aprendizaje simple (nivel 0 para Bateson), como puede ser el
aprendizaje por condicionamiento y acto reflejo. Pero para Bateson este tipo de
aprendizajes que se pueden graficar con el experimento que Pavlov realiza con un
perro, involucra también las condiciones , el contexto que se da en torno a ese
experimento, no sólo el condicionamiento de la situación de alimentación del
animal, sino los factores ambientales que allí se presentan (ejemplo: la situación
de experimento, temporalidad, espacio, actores involucrados, emociones, etc.) y
que pueden incidir en la elección de tal o cual respuesta (aquello llevado al caso
del aprendizaje humano simple). Este tipo de aprendizaje no es para Bateson un
hecho mecánico del aprendizaje; pues en este nivel 0 de aprendizajes simples, en
las respuestas a los estímulos, no sólo se aprende a responder de tal o cual
manera, también se aprehende el contexto o situación de ese aprendizaje.
Este nivel “0” del aprendizaje daría pie para el Deuteroaprendizaje que para
Bateson sería los aprendizajes del segundo nivel, éstos suponen un nivel de
reflexión de la acción del aprendizaje que se comprende con el término
“Batesiano” de “aprender a aprender”, de darse cuenta de la posibilidad de
generar conocimiento (por ejemplo: ciertos principios que orientan la acción) y
procedimientos de acción a través del mismo hecho de estar participando de un
proceso de aprendizaje o acción humana que involucre algún tipo de interacción.
Aquello no es un mero reaccionar a estímulos, sino discernir a partir de dichos
contextos de aprendizajes (aprendizaje de contextos), ya como sistemas
compuestos de elementos relacionados que ante su aprehensión y comprensión
pueden generar la ampliación de habilidades de dar respuestas a los problemas
que se presentan dentro de la comunicación y relaciones humanas (en este caso).
18
Bateson, Gregory “Pasos hacia una ecología de la mente”, Editorial LOHLÉ-LUMEN, 1998,
Buenos Aires.
10
manifiesta la capacidad visible y consciente de guiar la conducta por tal o cual
procedimiento.
Aquellos “hábitos abstractos” que para Bateson son entendidos también como
parte de “Protoaprendizajes”, son la base de procesos más complejos de elección
y acción que derivan en el hecho del Deuteroaprendizaje. ¿Cómo se da este
proceso?, Bateson señala que un mismo sujeto, sometido a una serie de
experimentos similares sobre el mismo tema, se podrá comprobar que en cada
experimento seguido, el sujeto expresará un gradiente (un vector que permite
medir cierta dirección dentro de una escala de medición) de “protoaprendizaje"
algo más empinado, que aprende algo más rápidamente. Este cambio progresivo
en la tasa de protoaprendizaje lo llamamos Deuteroaprendizaje”19, respuestas
correctas sobre un mismo hecho en función de experimentos semejantes.
19
Bateson, Gregory, 1998:127.
11
1.- Debe tener una capacidad de escucha, que las partes perciban su compromiso
con los Mediados, que esté al servicio de las partes.
10.- Sentido del humor: Este debe ser empleado en algunas ocasiones, expresar
algún comentario o anécdota que alivien la tensión del ambiente. Esta habilidad, el
Mediador puede desarrollarla en beneficio del proceso.
A este perfil básico, agregamos con Diego Vallejo y Gestoso (2008) lo que
dentro de nuestro ensayo consideramos las competencias básicas y esenciales
del Mediador Familiar y cuyo impacto es decisivo en el desempeño de su rol como
mediador. Estos autores definen a las competencias como "un conjunto de
aptitudes diversas, un conjunto de saberes, es decir, conocimientos, y
de saber hacer, de determinados procedimientos y patrones de conducta"20
20
Citado por de la Paz Donoso, María y otras autoras en "Mediación Familiar", Editorial UCSH,
Santiago de Chile, 2010. Pág., 266.
12
1.- La orientación a las partes por igual, definida por algunos
autores como la Neutralidad.-
Competencias
esenciales 2.- La orientación hacia los resultados: que las partes sean los
de la persona actores del proceso. Por lo tanto, el Mediador debe tener la
del competencia de delegar esta autoridad a las partes.
Mediador.
3.- Sentido de responsabilidad: que comporta la responsabilidad ética
hacia las personas, hacia la organización y hacia el proceso mismo.
21
Escalona, López, Sara “Antropología y Educación”. Ediciones Paulinas, 1982, Santiago de Chile.
Pág. 93
13
indudablemente impacta en lo social. De permitirse uno, identificar y poseer la
apertura a que ese “otro” también tiene “algo” que enseñar. En cierto sentido
filosófico existencial cristiano, “ejercitar la humildad” combinada con el sentido de
“ser razonable” (del discernir que señalamos anteriormente).
¿Cuál sería el fin ulterior que pretendemos con todo ello?, permitirse el
cambio, tanto personal como del modo en que nos relacionamos, pero no el
cambio por el cambio, sino el cambio de las formas de ser y relacionarse con el
mundo que son desfavorables, donde los conflictos personales e interpersonales
no se resuelven o no son apreciados como “oportunidad” de mejorar, de aliviar, de
reorientar la situaciones hacia senderos de una convivencia humana menos
adversa.
Cabe agregar que aquello no sería el único fin que perseguimos, ya que
también consideramos trascendente, la identificación y valoración para seguir
cultivando lo que tenemos, hacemos y es favorable para nuestras vidas.
14
el grupo o las personas respectivas, ya que las estrategias utilizadas se
convierten en nuevos recursos que pueden aprenderse y reutilizarse en
el futuro ante una nueva situación de conflicto. Este aprendizaje es
llamado "Deuteroaprendizaje"22.
22
de la Paz Donoso, María y otras autoras, 2010: 41
15
En el trayecto de la lectura que hacemos desde el objetivo general hacia las
características apuntadas bajo el título “orientación hacia el futuro”, podemos
extraer dos elementos primordiales que sustentan el denominado
deuteroaprendizaje en Mediación Familiar y se conjugan en la forma de un tipo de
experiencia socioeducativa: Entrega y Cambio.
16
Mediación Familiar implica un cambio de conducta respecto del conflicto, el cual
sólo es posible dentro de una relación de “entrega” y/o traspaso de conocimientos,
en este caso de “enseñanza en el hacer”, en la experiencia, mediante estrategias
que maneja el Mediador y que la persona en mediación puede ir incorporando, ya
sea dilucidando o empoderándose con estos recursos para que impacten en sus
modos y hábitos que hacen parte de su estilo de relacionarse con los conflictos y
las situaciones en disputas.
“Por mandato legal, del inciso 3° del artículo 114 de la Ley N° 19.968, el Ministerio de
Justicia creó un sistema licitado (externalizado) para la prestación del servicio de
mediación familiar, a lo largo y ancho de todo el país. Este sistema, consiste básicamente
en que el Estado realiza una oferta pública, cada tres años, respecto de una zona
determinada del territorio nacional (comuna o agrupación de comunas), para que un
privado (Centro de Mediación) preste el servicio a un número de casos previamente
señalado. Por cada caso en que se realiza una sesión conjunta y/o se llega a un acuerdo,
el Estado le paga una suma de dinero. Finalmente, el servicio debe cumplir ciertos
estándares cuantitativos y cualitativos que son definidos por el Ministerio de Justicia,
mediante las bases de licitación y la legislación vigente”24
23
De modo práctico creemos que es posible constatar estas sospechas consultando a quienes han
sido usuarios de estos servicios, sin embargo no es materia para este Ensayo, sino una sugerencia
para quienes les interese investigarlo. Como muestra de que el tema existe, se sugiere leer el
siguiente artículo llamado, “El sistema monopólico licitado de mediación familiar” de Paola Aedo,
Mediadora Familiar de Osorno: http://serviciochilenodemediacion.bligoo.com/el-sistema-
monopolico-licitado-de-mediacion-familiar
24
http://www.mediacionchile.cl/2012-03-13-15-00-32/centros-contratados.html
17
la “separación matrimonial o de parejas” en situaciones como: pensión alimenticia
a hijos e hijas o cónyuge, visitas a los hijos e hijas, asignación de bienes.
Si bien ambos forma una unidad (el resultado es expresión del proceso) y
significan una unidad deseada en función de un imaginario donde es contemplado
un ideal donde se concretan todos los fines perseguidos (en este caso en
Mediación), creemos que el resultado esperado, de modo práctico, es resolver las
problemáticas puntuales de la situación a Mediar entre los involucrados, siendo el
Deuteroaprendizaje un valor agregado cuando éste se presente, pues la
posibilidad de concreción de ello se encuentra condicionada a variados factores,
entre ellos: los tiempos que las instituciones establecen para la resolución de los
casos, la disposición de las personas en atención y sus características
particulares, inclúyase historia de vida, hábitos relacionales, estilos de
aprendizajes, capacidad de discernimiento, reflexividad, empatía, asertividad,
entre otros, los cuales, sospechamos, no se desarrollan de modo “per se” en todos
los casos, en la medida del avance de las sesiones.
18
institucionales sobre los casos a mediar en función de determinado “perfil tipo”
(hacia qué sector social apuntan estos espacios de Mediación).
No se trata con ello reducir a una u otra dimensión los efectos y fines que
persigue la Mediación Familiar, sino más bien plantear nuestro supuesto acerca de
que la condiciones reales en que se desarrolla la mediación familiar son relativas,
y que esta condición relativa tiende a permanecer dentro de la búsqueda de
acuerdos que materialicen dentro de un corto plazo; en decir, en los resultados,
con lo cual, no desestimamos lo que en los procesos ocurre o pueda ocurrir y
permita que el Mediador (o los Mediadores en la co-mediación) pueda desarrollar
un proceso que permita la gestación de un contexto propicio para el
deuteroaprendizaje.
25
Dentro de este Ensayo no profundizaremos sobre esta materia, pero si cabe mencionar que la
experiencia formativa anterior de quienes ejercen como Mediadores Familiares es relevante en
cómo será el tratamiento que se dé a la dimensión del Deuteroaprendizaje; de igual manera, lo
será la experiencia de vida de cada uno de ellos, pues un mismo profesional de un área puede
diferir en su apreciación y materialización de este mecanismo facilitador de un tipo aprendizaje de
proceso; por ejemplo, un profesional relacionado con el área educativa y pedagógica se supone
tendrá un mayor acercamiento a esta materia, como también un profesional o técnico que tenga
experiencia en educación no formal, o un tipo de sensibilidad al respecto. Por una parte, el saber
técnico justifica una homogeneidad e igualdad de condiciones en los procedimientos y
consideraciones generales a la hora de mediar, pero aquello esta indudablemente perneado de la
historia de vida de cada persona y de su propia subjetividad; por otro lado, el argumento de la
interdisciplinariedad en eficiente, es términos si se ejercita dentro de la lógica de la
complementariedad de los equipo de mediadores que por ejemplo ejercen dentro de un centro, sea
licitado o privado, pero es insuficiente si sólo su realización es la sumatoria de profesionales y
técnicos de distintas áreas, al menos a lo que generación de condiciones para el
Deuteroaprendizaje supone,
19
Finalmente, deseamos especificar que nuestro supuesto se basa en un
ejercicio de análisis lógico de los elementos expuestos que surgieron de
observaciones y algunas consultas sobre experiencias concretas de mediación,
pues no hemos hecho un seguimiento estadístico de los casos en función de la
relación: proceso –resultado y deuteroaprendizaje, tampoco estudios de casos que
permitan extraer algunas muestras; del mismo modo, en la documentación que
consultamos tampoco logramos encontrar estudios sobre esta materia aquí en
Chile; por tal razón, este supuesto, dentro de este ensayo, se asume como una
sugerencia para realizar futuras investigaciones sobre la materia.
20
replantearse las formas de concebir y llevar a cabo las relaciones interpersonales
en perspectiva de “solucionar futuros conflictos”26.
26
Cfr.: Suares, Marinés: “Mediación. Conducción de disputas, comunicación y técnicas”. Editorial
Paidós, 1996, Buenos Aires, págs. 51-55 / Texto “Mediación” en el ítem de los “Supuestos de la
Mediación”, Módulo 1, Asignatura: “Fundamentos y Conceptos Básicos de Mediación”, Diplomado
de Mediación Familiar, CED-UCN-
21
donde se adquiere este aprendizaje (estrategias relacionales y un tipo paradigma
de resignificación del conflicto dentro del caso en particular), ya que el Mediador
fue capaz de generar las condiciones propicias para que ello ocurra, pues uno de
los aspectos básicos del Deuteroaprendizaje, es el desarrollo de cierta capacidad
de abstracción (Bateson: 1998, re-ed.) de la situación (en este caso dentro del
proceso de mediación) con lo cual las personas puedan visualizar en su
participación, no sólo la obtención de un acuerdo, sino que interioricen consciente
y asertivamente la responsabilidad de asumir un tipo de acción desde ellos
mismos (empoderamiento) que incida en la habilitación de un sistema de elección
más amplio y profundo, el cual permita proceder frente a futuros conflictos de
modo más favorable para los actores y sus sistemas familiares particulares.
CONCLUSIONES
22
Ahora bien, el Deuteroaprendizaje como espacio abierto a un tipo experiencia
socioeducativa dentro del concepto de Educación Informal que mencionamos, más
la Mediación Familiar en sí misma (en sus procedimientos e intenciones), es y/o
podría, o puede estar constituyéndose en un tipo de modelo “Educativo No
Formal” (procesos socioeducativos intencionados y estructurados desde una
planificación), como lo es la Educación Social27; al respecto podemos señalar para
el objeto de estas conclusiones un elemento característicos de este modelo de
Educación No Formal, el cual en función de nuestro análisis se expresa dentro de
la Mediación Familiar, siendo el Deuteroaprendizaje un mecanismo facilitador y a
la vez un espacio potencial para su desarrollo; dicho elemento, dentro de la
Educación Social, se comprende como el desarrollo de procesos socioeducativos
en cuyo contexto las personas puedan adquirir determinadas Competencias
Sociales:
“…la acción educativa que tiene como objetivo al aprendizaje de las virtudes o
capacidades sociales que un grupo o sociedad determinada considera correctas para
alcanzar su integración”28.
23
acuden a mediación, con lo cual se requiere que los sujetos sean concientes de su
propio proceso y a la vez se sitúen en otro tipo de escenario para relacionarse y
resolver los conflictos. Con ello el componente de “aprendizaje dentro del
proceso”, de los Deuteroaprendizazje, releva la necesidad de configurar un nivel
de autoconsciencia, de auto-observación y abstracción que permita reconocer
dicha experiencia como un aprendizaje y a la vez una herramienta para actuar
ante las situaciones, en este caso los conflictos dentro del contexto familiar.
24
▪ De las posibilidades socioeducativas de la Mediación Familar a través
del Deuteroaprendizaje.
Por otro lado, sostenemos que la Mediación Familiar, como sistema, no tiene
instalado un espacio regular para el desarrollo de un seguimiento y fortalecimiento
de los aprendizajes adquiridos, pues baste reiterar, que si éstos se adquieren, es
por la conjunción de circunstancias en la lógica de “algo que es por añadidura”;
con ello queremos decir, que se facilita pero no habilita para que éstos “se hagan”
por norma general, por tanto sigue siendo relativo, pero no por ello una parte real y
constitutiva de la Mediación Familiar.
Con ello no se descarta que tanto en una gran proporción como en una
reducida, existan y puedan desprenderse estas adquisiciones que deriven en
competencias para desenvolverse de otro modo en futuras situaciones conflictivas
o de disputas entre las personas, y más por efecto de tratarse del contexto de los
sistemas familiares y de los tipos de casos que son abordados, los cuales, como
hemos señalado dentro de este ensayo, inciden directamente en los hijos y en el
interés superior de éstos, que salvaguarda la legislación vigente.
25
▪ Algunas proyecciones y sugerencias
6. Del mismo modo, que estas instituciones como alguna organización que
agrupe a los Mediadores Familiares evalúen introducir en la malla un área
sociopedagógica que se corresponda con las experiencias socioeducativas
26
del carácter que la Mediación Familiar comporta como hemos manifestado
en nuestro Ensayo.
BIBLIOGRAFÍA
BERGER, Peter L.; LUCKMANN, Thomas (2001) “La construcción social de la realidad”.
1ª edición en castellano, 1968; edición correspondiente a la décimo- séptima reimpresión,
Argentina.
de la Paz Donoso, María; Llona , Sara; y Salgado, Clara (2010) "Mediación Familiar",
Editorial UCSH, Santiago de Chile.
30
Documento:
(http://www.derechoseducacion.org.ar/derechos/images/pdf/enc_ed_no_formal_graciela_cardarelli.
pdf) consultado: 23/03/2012
27
Yubero, Santiago y Larrañaga, Elisa (Coordinadores). (1996). “EL Desafío de la
Educación Social”. Colección Humanidades, Ediciones de la Universidad de Castilla – La
Mancha, Cuenca.
28