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1. Ansiedad
Dentro de los los problemas psicológicos más comunes en los altos ejecutivos, la
ansiedad provoca que esta persona No es de extrañar que la primera patología
psicológica que nos encontremos al hablar de personas que viven por y para su
trabajo, sea la ansiedad. Estos individuos tenderán a vivir en un constante estado
de alerta, anticipando continuamente posibles situaciones relacionadas con su
entorno laboral y con decisiones que ha de tomar para lograr siempre los mejores
resultados.
Dentro de los los problemas psicológicos más comunes en los altos ejecutivos, la
ansiedad provoca que estas personas se muestren inquietas, irritables, tengan
problemas para concentrarse y sientan que se les olvidan algunas cosas. También
pueden llegar a experimentar bloqueos a nivel motor, lo que retroalimenta la
sensación de ansiedad, estableciendo un círculo vicioso.
Otro de los problemas psicológicos más comunes en los altos ejecutivos sería el
TOC o trastorno obsesivo-compulsivo, que en realidad estaría relacionado con los
trastornos de ansiedad pero con unas características muy concretas, de ahí que el
manual diagnóstico DSM-5 le dé una categoría independiente. En este caso, las
personas desarrollan una serie de obsesiones irracionales que tratan de aplacar
mediante comportamientos compulsivos.
No solo eso, sino que necesita que los demás le hagan ver lo especial que es, por
lo que los halagos serán casi un requerimiento. Este sentimiento, además, le
provoca una tendencia a considerar que sus derechos son mayores que los del
prójimo y por lo tanto esperará un trato mejor que cualquiera, simplemente por ser
quien es. Tendrá poca o ninguna empatía y esperará que sus subordinados se
impliquen al cien por cien en las tareas de la empresa, sin importar sus vidas
personales, su estado de salud ni otras cuestiones. Efectivamente, es un perfil que
podría encajar en algunos altos mandos de algunas empresas, así que el trastorno
narcisista de la personalidad no podía faltar como uno de los problemas
psicológicos más comunes en los altos ejecutivos.
Después de abordar cuáles son los problemas psicológicos más comunes en los
altos ejecutivos debemos conocer las bases que hacen que estas personas
tengan una mayor tendencia a sufrir determinadas patologías por encima del resto
de la población. Estamos hablando de un perfil de persona que habitualmente
trabaja muchas más horas al día de las que conformarían una jornada laboral
típica, que generalmente es de 8 horas. Estos individuos, por el contrario, pueden
pasar en la oficina 10, 12 o incluso 14 horas. Igualmente es habitual que se
trasladen entre diferentes sedes, a veces internacionalmente, lo que implica viajar
en avión, a veces incluso cambiando de zona horaria, con el consecuente jet lag.
El tiempo lo es todo y generalmente van con prisas de un lugar a otro para llegar
puntuales a todas las reuniones, pudiendo tener varias en un mismo día.
Además, esto implica un sueño muy deficitario, suplido con grandes dosis de café,
que únicamente actúa como parche, pues nada funciona igual que un sueño
reparador. No solo es la falta de sueño, es que además esta situación suele ir
acompañada de una nutrición bastante mejorable, pues en ocasiones, por no
perder ni un solo minuto de trabajo, la ingesta se realiza muy deprisa o a veces ni
siquiera tiene lugar, lo que es aún peor.
Por si fuera poco, los temas tratados a nivel laboral en el día a día son de una
gran sensibilidad, implicando tomar decisiones de enorme calado, que pueden
significar la subida o bajada en bolsa de la empresa, ganancias o pérdidas
millonarias, lograr cerrar acuerdos esenciales con otras compañías o incluso tener
en sus manos la posibilidad de lograr o perder proyectos que implican muchos
puestos de trabajo.
El manejar todas estas cuestiones de forma constante es algo que no todas las
mentes están preparadas para hacer. Incluso las más fuertes pueden sufrir una
serie de consecuencias, que son algunos de los problemas psicológicos más
comunes en los altos ejecutivos y que previamente hemos visto con detalle.
El último factor sería el del tiempo libre. La desconexión laboral, tan importante
para limpiar la mente tras un agotador día en el trabajo, es algo con lo que muchos
ejecutivos no cuentan. A jornadas interminables en la oficina le siguen ratos en
casa en los que esta persona no desconecta. Utiliza su teléfono o su ordenador
para responder llamadas o correos electrónicos, revisar documentos o tratar de
avanzar en diferentes proyectos.
Ejemplos.
Importancia de la visión
La importancia de la visión radica en que es una fuente de inspiración para el
negocio, representa la esencia que guía la iniciativa, de él se extraen fuerzas en
los momentos difíciles y ayuda a trabajar por un motivo y en la misma dirección a
todos los que se comprometen en el negocio.
En sectores maduros, la importancia de la visión es relativa, no tiene mucha
trascendencia, pero en sectores nuevos, el correcto planteamiento de la visión es
esencial para conseguir lo que la empresa quiere.
Esto sucede cuando la estrategia solo queda en los documentos, pero al final no
llega a todos los miembros implicados. Los resultados del plan de estrategia no
solo deben ser anunciados constantemente, sino que se deben transmitir por los
medios más eficaces; se debe evitar, por ejemplo, el uso de medios poco
efectivos, como los carteles. La alta dirección es la encargada de que haya una
comunicación eficaz y funcional, que llegue hasta el último de los empleados, y de
supervisar el mensaje a enviar y la ejecución del mismo.
Los valores de una empresa, definen de pies a cabeza los principios éticos,
morales y empresariales de la organización, sumado a dejar muy claro la identidad
corporativa, junto con la misión y visión de la misma.
Están formados por todos esos principios éticos y profesionales sobre los cuales
basamos todas las actividades dentro de la empresa, que evidencian de una
manera u otra, la identidad y espíritu de la misma.
Los valores de una empresa, definen de pies a cabeza los principios éticos,
morales y empresariales de la organización, sumado a dejar muy claro la identidad
corporativa, junto con la misión y visión de la misma.
¿No te has topado con alguna empresa donde todo el mundo parece ir por un lado
distinto? Bueno, esos son casos clásicos de negocios que no poseen los valores
de una empresa bien marcados o respetados por sus miembros.
1. Honestidad
Esto tiene que ver con usar la verdad como herramienta para ganarse la confianza
y credibilidad frente al entorno.
2. Calidad
Vivimos en un mundo donde todos dicen que tienen los mejores productos del
mercado. Pero una cosa es afirmarlo y la otra es garantizarlo.
Los productos deben cumplir con los parámetros establecidos y prometidos, que
sólo pueden ser cercanos a la perfección.
3. Puntualidad
Pocas cosas atraen más a clientes que ver personas que disfrutan lo que hacen.
Por ello, el tener la pasión como valor de una empresa, servirá para crear y
mantener la emocionalidad al tope y transmitir esa motivación al exterior.
5. Competitividad
Tener la meta clara que sólo te puedes conformar estando en la cima, es un valor
que muy pocos logran llevar a la práctica.
Tu empresa solo puede ser la mejor solo si se exige lo mejor. Cuando esto
sucede, la moral, la pasión y la motivación nunca faltarán y el crecimiento de la
organización es una consecuencia natural.
6. Trabajo en equipo
Pero esto no llega hasta aquí, los valores de una empresa están ligadas a los
principios personales de las cabezas de la compañía. Por ello, también pueden
considerarse valores como libertad, resiliencia, lealtad, solidaridad, entre otros.
7. Orientación al cliente
Por eso es que la orientación al cliente trae tantos beneficios a los procesos
corporativos.
8. Responsabilidad social
Para causar un impacto amplio y positivo en la sociedad que los rodea, los
negocios deben darle fuerza al valor de la Responsabilidad Social.
Es decir, que puedan realizar acciones de carácter colectivo para hacer que sus
recursos generen beneficios a personas que no necesariamente establecen una
relación de consumo con ellos.
9. Resolución de problemas
Cuando se penetra en el mundo corporativo lo más conveniente es eliminar la
ilusión de que puede construirse un escenario perfecto, sin ningún problema. Es
algo imposible, ya que en el intento de crecer y mejorar surgen limitaciones que la
empresa debe superar.
Definirlos claramente
Puede parecer una obviedad, pero no se pueden difundir valores de una empresa
que no están bien marcados y establecidos. Esto supone que debes asegurarte
que no se han transmitido de una manera que puedan ser susceptibles a
interpretaciones subjetivas.
Si necesitas explicarle a tus empleados y socios cuáles son los valores, entonces
no están bien claras.
Al querer defender nuestra postura sin escuchar la del otro, se distorsiona el cómo
percibimos las cosas y a su vez, que podamos vivir de forma saludable, hechos
que nos llevan a manifestar conflictos frecuentemente. Detrás de estas dificultades
se encuentra una crisis de valores que nos limita a dos opciones: que nuestro
conflicto se vuelva más grave transformándolo en violencia o enfrentar el reto.
Los conflictos son parte del ser humano y como “humanos” debemos buscar la
forma de verlos como una oportunidad de crecimiento. Aprender sobre mediación
es parte de un proceso: conflicto > crisis > cambio, en el que, si una de las partes
se estanca se presentan problemas mayores como el romper una buena amistad o
relación laboral, llegar a la violencia, además, afecta nuestro estado de ánimo y
nuestra salud física y mental. El conflicto no sólo es violencia y guerra, sino que
también es una oportunidad de crecimiento si nos basamos en experiencias y
justicia, o sea que, si sabemos que el otro tiene razón en su postura del conflicto,
reconozcamos que está en lo correcto y que nos hemos equivocado, de esa forma
podemos aprender a llevar relaciones sociales saludables y armoniosas.
Es por eso que hoy en día en la alta gerencia se habla del líder-directivo. Este
equilibrio garantiza que la organización se efectiva, genere un buen clima laboral,
una alta satisfacción por parte de los equipos el trabajo, altos estándares de
calidad y resultados positivos para la empresa.
Si requiere ejercer autoridad, basta con poner posicionar sus ideas para promover
acciones. En cualquiera de los dos casos, la forma de actuar y proceder tendrá un
impacto positivo o negativo y se verá reflejado en la motivación y el clima laboral
de la empresa.
El directivo tiene visión a corto plazo y la líder perspectiva a largo plazo. Los
directivos crean planes y presupuestan, ponen orden, toman decisiones, eliminan
riesgos, velan por el corto plazo, hacen razonamientos deductivos, mientras que
los líderes son visionarios, creativos, innovadores, adoptan riesgos y usan
razonamientos inductivos.
En este orden de ideas, los procesos de dirección son tan importantes como los
de liderazgo y son complementarios el uno del el otro. El liderazgo complementa la
dirección, y la dirección al liderazgo. Justamente es ese equilibrio que deben
encontrar las organizaciones en sus altos ejecutivos para conseguir los objetivos
marcados.
De manera práctica podemos decir que desaprender para aprender sería para
nosotros pasar del paradigma informacional al paradigma transformacional.
Revisar lo que el alumno ya sabe, como primer paso del proceso de enseñanza.
En 1968, David Ausubel, en el prólogo de su libro ‘Educacional Psicología: A
Cognitive View’ escribió la siguiente frase: “Si tuviera que reducir toda la
Psicología Educativa a un solo principio enunciaría este: El factor más importante
que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe. Averígüese esto y
enséñese consecuentemente”.
Con los cuatro pasos que detallaremos a continuación, estarás preparado para
anticiparte a los riesgos y mantener tus proyectos funcionando sin problemas.
•Dados la probabilidad de que ocurra y el impacto que podría tener, ¿qué nivel de
prioridad le asignarías?
Una vez que tengas todas las respuestas, continuarás con el proceso de gestión
de riesgos priorizando los riesgos, proponiendo soluciones y haciendo un
seguimiento periódico.
Puedes reunirte con los participantes relevantes del proyecto para identificar de
forma proactiva los riesgos más importantes para ellos y trabajar juntos para
encontrar soluciones efectivas. Consulta las lecciones aprendidas de proyectos
anteriores para evaluar cómo se gestionaron los riesgos.
También es posible que surjan nuevos riesgos o que los riesgos que tenían un
nivel de probabilidad alto se vuelvan menos probables. Al supervisar la evaluación
de riesgos con regularidad te sentirás mejor preparado para enfrentarte a los
eventos más inesperados.
Por el contrario, si una empresa lleva a cabo acciones positivas para la sociedad o
el medioambiente como un añadido más al cumplimiento obligatorio de la ley,
entonces sí que se podrá considerar como un ejemplo de responsabilidad social
empresarial. Por ejemplo, estaríamos hablando de acciones de responsabilidad
social empresarial en los casos de una empresa que destine parte de sus
beneficios a reforestar áreas afectadas por incendios, o en el caso de una
empresa que destine parte de sus beneficios a la prestación de becas de estudio
para personas sin recursos. En ambos casos, se trataría de dos acciones que van
más allá de la obligación legal de la ley, es decir, constituyen una acción social
añadida, lo que contribuye a mejorar el valor añadido de la empresa en particular.
Es un concepto que implica la necesidad y obligación de las empresas e
instituciones que desarrollan algún tipo de actividad económica, de mantener una
conducta respetuosa de la legalidad, la ética, la moral y el medio ambiente.
Las empresas por tanto, no solo desempeñan una función económica, sino
además una función social y ambiental, que se valora en diversos aspectos tales
como la calidad de vida laboral, el respecto y protección a los recursos
ambientales, el beneficio a la comunidad, la comercialización y marketing
responsables y la ética empresarial.
En primer lugar, se debería empezar con su compromiso, que sin duda puede
influir en el discurso de la empresa y en la puesta en marcha de acciones
alineadas a ello; pero más allá de esto, se necesita de su ejemplo y congruencia
para lograr permear la cultura organizacional al incorporar la sostenibilidad en la
toma de decisiones no sólo operativas sino estratégicas, que vayan transformando
su modelo del negocio hacia uno más sostenible.
El rol del líder es cada día más importante en las organizaciones. El líder reúne un
compendio de características que juntas representan y determinan el futuro de las
empresas. La toma de decisiones es y será siempre el compromiso de gran
exigencia que debe poseer todo líder empresarial. Esa acá donde centran los
aciertos y fracasos que acarrea el cargo.
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