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La sostenibilidad para las personas se construye alrededor de esta idea de utilizar recursos en el

presente, de manera tal que dejamos recursos para las generaciones del futuro y utilizarlas con
respeto en el presente.

De la sostenibilidad podemos decir que hay colegas que están trabajando para redefinir, ajustar y
reafirmar sobre todo en términos de esta crisis global tan grande de cambio climático que tenemos
que redefinir que esa idea de sostenibilidad que quizá se va acercando más a la idea de que no
solo se produce en esos puntos de interacción en esas 3 dimensiones de la sostenibilidad la
ambiental, la social y la económica. Esto, obviamente, genera una gran complejidad en un sector;
este reto tan fascinante como complejo, es una innovación para todas las localidades. Es un reto
global con 17 objetivos para el desarrollo sostenible sobre los cuales si nosotros logramos avanzar
vamos construyendo poco a poco una sociedad sostenible.

Nos proveen de un instrumento que nos permite trabajar mejor la educación para la
sostenibilidad. Esta idea de educación para el desarrollo sostenible en un sentido general, pues se
presenta una idea que nos ayuda a poner el futuro en los procesos educativos, puede ser
importante porque muchas veces están basados en el presente, por lo tanto, todas esas visiones
nuevas del futuro que sean sostenibles se conviertan en un eje fundamental para la educación
como para el desarrollo. La Educación para un Desarrollo Sostenible tiene como objetivo dentro
del modelo universitario difundir y promover un conjunto de principios y valores a través de la
gestión, la docencia, la investigación y la extensión universitaria.

Esta educación apoya muy intensamente y promueve el desarrollo de las competencias así
también como las capacidades, habilidades, conocimientos que son muy exigentes en estos
momentos de la generación actual de adultos en su mayoría. Pero claro, esto nos plantea un reto
muy importante, el de la sostenibilidad que no solo debe quedar en manos de estas personas, es
un reto de todos los seres humanos, por lo tanto, este debe de alguna manera llegar a todos.

Promueve mucho el cambio del comportamiento en las formas de pensar dentro del aprendizaje
para un desarrollo sostenible, modificarlo permite descubrir, comprender, a abordar las
contradicciones, la complejidad de una vida sostenible y plantear el aprendizaje como un
desarrollo sostenible. Probablemente alguna vez hayan escuchado esta expresión la educación es
en realidad para la sostenibilidad.

Por otra parte, se da una definición bastante lógica lo que la educación es para el desarrollo
sostenible, permite a los individuos participar activamente en el análisis, en el cuestionamiento, en
la evaluación de los procesos que no son sostenibles en este momento y que permiten entonces
que participen también en esa nueva orientación de criterios de sostenibilidad en sus propias
vidas.

Estos son muy importantes en el ámbito personal, ya que es muy valioso formar ciudadanos y que
estos sean capaces de generar discusión, nuevas propuestas así también que logren nuevos
objetivos, el principal objeto de la educación para la sostenibilidad es justamente la adquisición y
el desarrollo de esas competencias claves.

En una publicación de la red española para el desarrollo sostenible hay un aspecto que es muy
importante para la sostenibilidad en el aula, nuestra docencia individual es valiosa teniendo en
cuenta que esta sostenibilidad no se separa de lo que pasa en el sector universitario, por lo tanto,
es esencial trabajar para que la investigación tenga una nueva perspectiva.

El objetivo del presente estudio es realizar un llamado a todos estos ámbitos a fin de que las
universidades incorporen la dimensión de la sostenibilidad en sus planes de estudios, a través de la
docencia, la investigación y la gestión universitaria para ello se han analizado las distintas
iniciativas internacionales y regionales que han puesto el acento en la necesidad de que los
Universidades se vean comprometidas con la cultura de la sostenibilidad y su inclusión en el actual
modelo universitario. El trabajo concluirá con la idea de que un desarrollo sostenible es quizá una
de las piezas clave en la concepción de la Universidad en este ciclo.

Es recurrente el compromiso de las universidades con los principios de libertad, democracia,


justicia, igualdad, solidaridad, así como referencias a la cultura de paz, los derechos humanos, el
progreso social, el medio ambiente y la sostenibilidad. La Educación para el desarrollo sostenible
obliga a potenciar la generación de conocimiento crítico y la formación de personas que
incorporen una mirada ética y global en el ejercicio de su futura profesión, a la vez que se
convierten en parte de una ciudadanía activa y comprometida con un desarrollo sostenible desde
una triple dimensión (económica, social y ambiental).

Puesto entonces nos pone en esta tesitura de trazar un puente en el que esté fluyendo
constantemente información entre la sociedad, la comunidad y la Universidad. La idea de cómo el
pensamiento sistémico es clave y fundamental nos lleva a fortalecer la formación en diversos
aspectos relacionados con la ecología, con el funcionamiento y el conocimiento del
funcionamiento de nuestro planeta en las universidades. Una agenda en años próximos abre un
nuevo espacio para redefinir, no sólo la Cooperación Universitaria al Desarrollo, sino muchas de
sus políticas universitarias. Por este motivo las universidades deben reflexionar de manera
colectiva sobre qué implicaciones tienen los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) y ser
capaces de abordar, de forma conjunta, qué cambios se necesitan introducir en el sistema
universitario para poder incorporar la Agenda y comprometerse en su cumplimiento.

El logro de una educación universal inclusiva y equitativa de calidad exigirá esfuerzos cada vez
mayores. En el marco universitario la educación para la sostenibilidad es el instrumento para
contribuir a formar ciudadanos responsables y comprometidos con un futuro sostenible tanto a
nivel local como global. El acceso de los estudiantes a principios que se promueven desde la
Agenda 2030 de Naciones Unidas puede hacerse desde diferentes programas complementarios
desarrollados en la Universidad, como institución educativa, pero deben ser transmitidos también
en las aulas y desde los planes de estudios por ello es necesario que la Universidad adapte sus
planes de estudio y sus investigaciones a un nuevo escenario, y de pie a la generación de
indicadores de seguimiento adaptados a la realidad universitaria.

El mundo es la caja de todas y todos, por lo tanto, es imprescindible que todos tengamos este
conocimiento sobre ecología, como también el conocimiento sobre ciclos biogeoquímicos que nos
van a permitir construir una sociedad que se llama sostenible, por lo tanto, toda la complejidad de
las relaciones inter sistémicas que existen en toda esa compleja red de sistemas que conforman
nuestra vida y en nuestro planeta, es muy importante que sea del conocimiento de todos.
También la competencia de anticiparse a los hechos, a la normativa, a la estrategia de colaboración
y pensamiento crítico. Al desarrollar esta competencia de pensamiento en valores nos va a
permitir especificar, aplicar, reconciliar, negociar los valores de la sostenibilidad, conocer en
profundidad cuáles son. Por otra parte, esta competencia interpersonal, es cómo estamos viendo
el mundo en función de cómo actuamos y como pensamos.

Y también, obviamente, las competencias que ellos llamaron de pensamiento futuro son
esenciales al desarrollar esta capacidad de recrear escenarios.

El futuro comienza a construirse en la realidad dando pasos en la actualidad, en el momento


presente y esos pasos de alguna manera pueden hacer que el futuro tenga la probabilidad de
acción en una competencia que constituye un gran reto para todas y todos en las universidades,
diseñar las asignaturas y evaluar y trabajo que hacemos desde el punto de vista de la acción y
finalmente todo lo que tiene que ver con la competencia de pensamiento estratégico, todo lo
aplicado a la colaboración para lograr resolverla de manera integrada.

Sería muy interesante también incorporar asignaturas sobre economía que los estudiantes
comprendan el impacto que tiene que conozcan toda la parte económica que hay detrás de cada
una de nuestras acciones, de nuestra actividad. Es muy importante también, a la hora de pensar en
esos objetivos, teniendo en cuenta para nosotros desde el punto de vista de la sostenibilidad, que
es muy importante el sistema educativo para trabajar en un modelo de desarrollo que incluya ya
las alternativas sostenibles que existen, un modelo que apueste por la economía circular, la
economía azul, la economía verde.

En el mundo la perspectiva en la vemos la actualidad todo es antropocéntrico desde el punto de la


vista social y económica, sobre las bases de este capitalismo se puede observar que si se sitúa al
ser humano en esta cúspide que utiliza al resto de las especies sin tener en cuenta cuál es su
derecho de cada una de esas especies más que su contribución, suele ser un paradigma autoritario
heteropatriarcal dualista.

Esta visión antropocéntrica no siempre ha dominado la vida cómo entendemos al mundo.


Anteriormente la etapa medieval, la manera de entender el mundo, era la cosmovisión de theos y
parte de los presupuestos que intentaban abordar la necesidad de movernos hacia una
cosmovisión, una manera de ver el mundo es que sea más eco céntrica, que comprenda que todas
y cada una de las especies tienen un rol que es fundamental para ese delicadísimo equilibrio,
entonces nosotros vamos apostando por esta manera concéntrica de ver el mundo más
democrático, más holístico, por lo tanto, que entiende y asimila toda su complejidad más
sostenible, más compasiva, natural y regenerativa. Es muy importante apostar por una economía,
por una que abre paso a la ecología, que sea regenerativa y que sea balanceada.

Ven nuestras aulas en nuestras vidas y lógicamente que apueste por valores los valores de la
sostenibilidad. Otra cosa fundamental es el formar a esos profesores para que sean referentes que
sean profesores que practiquen un liderazgo comunitario compartido, un liderazgo horizontal y
para que sean formadores de profesionales, diseñadores de sostenibilidad. Para ello, otro
elemento clave entonces es el diseño de las asignaturas.

En la utilización del conocimiento hay una gran diversidad de metodologías activas es esencial que
estén contextualizadas en lo local y en lo global, metodologías como el aprendizaje basado en
problemas, el aprendizaje basado en retos, el aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje por
servicio estas son metodologías fundamentales. Tenemos un llamado muy importante para
intentar acercarnos cada vez más a un tipo de didáctica, ser una didáctica que sea
interdisciplinaria, transdisciplinaria, porque así es el reto de la sostenibilidad.

Desde una única perspectiva, por ejemplo, ambiental, no logramos las soluciones eficaces las que
necesitamos urgentemente delante de las crisis ecológicas en la que estamos. Las soluciones
verdaderamente eficaces para solucionar un problema de complejidad son un reto como es el de la
sostenibilidad.

La metodología que tienen los recursos didácticos relacionados con las artes es muy interesante
porque aportan las emociones a todo lo que aprendemos. Y, por lo tanto, es fundamental también
traerlo a la docencia, luego metodología de transformación, las metodologías de creación, la
metodología de la teoría.

Sería muy interesante pensar en que existen objetivos que pueden ser más de carácter cognitivo.
Pero hay otros objetivos que son más socioemocional y las asignaturas pensando en que tengamos
objetivos de los 3 dominios, es algo que nos puede acercar muchísimo hacer una meta
fundamental.

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