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Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales “Ezequiel Zamora”

Sede Municipalizada Santos Marquina – Tabay

Subproyecto: Contencioso Administrativo

Mérida – Mérida

ESTRUCTURA DEL CONTENCIOSO


ADMINISTRATIVO

Br. Dayari Elizabeth Uzcategui Parra

C.I 18.125.357

III año de Derecho

Mérida, Abril de 2021


El contencioso administrativo en Venezuela es una competencia judicial especializada que
le corresponde resolver los litigios en los cuales el Estado, en cualquiera de sus
manifestaciones, está dispuesto a garantizar el acatamiento de éste derecho a fin de
propiciar la tutela adecuada y efectiva de los derechos ciudadanos, en aras de realizar el
proceso justo contextualizado en la Constitución venezolana de 1999.

Para entender un poco sobre el sistema contencioso administrativo de Venezuela debemos


empezar por el origen y la evolución histórica. En la Constitución de 1830, comenzó a
aparecer en nuestro país un sistema contencioso administrativo, no fue sino hasta la
constitución de 1961 se consagran disposiciones aisladas con competencia en lo
contencioso administrativo a favor del máximo tribunal con competencia suficiente para
controlar la actividad de Administración Pública.

Esta norma constitucional delimitó por una parte, el objeto del control de la jurisdicción
contencioso administrativa, al incluir dentro del mismo los actos administrativos, las
situaciones administrativas y la actividad ilícita, por otro lado las consecuencias que dicho
control acarrea al prever que los tribunales de la jurisdicción contencioso administrativo es
la de declarar la nulidad de los actos. Paralelamente consagro el derecho de acceso a los
órganos de justicia conocido como tutela judicial efectiva es decir la defensa como derecho
inviolable en todo estado y grado del proceso.

La Constitución de 1999, siguiendo la tendencia marcada por la Constitución de 1961, la


Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia y la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos, ratificó la existencia en Venezuela de una jurisdicción contenciosa
administrativa dirigida a garantizar el apego a derecho de la conducta administrativa es por
ello que el artículo 259 de la Carta Magna establece que: «La jurisdicción contencioso
administrativa corresponde al Tribunal Supremo de Justicia y a los demás tribunales que
determine la ley. Los órganos de la jurisdicción contencioso administrativa son
competentes para anular los actos administrativos generales o individuales contrarios a
derecho, incluso por desviación de poder; condenar al pago de sumas de dinero y a la
reparación de daños y perjuicios originados en responsabilidad de la administración;
conocer de reclamos por la prestación de servicios públicos y disponer lo necesario para
el restablecimiento de las situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad
administrativa»

Analizando el presente artículo la jurisdicción contencioso administrativa se fundamenta en


el control de la actividad de los poderes públicos y en el ejercicio de sus potestades a fin de
someter su actuación a la legalidad de la norma. Es decir que establece las obligaciones del
Estado para demandar o ser demandado por los particulares a quienes ha afectado algún
acto administrativo.

Siguiendo el mismo orden de ideas, el artículo 26 de la Constitución de República


Bolivariana de Venezuela (1999), establece el derecho que tienen las personas para acceder
a todos los órganos de la administración pública.

Bajo la idea de asegurar la prestación de una justicia efectiva a los ciudadanos, en obsequio
de su derecho a la tutela judicial, la Constitución complementó dicha norma con otras que
tienen por fin, entre otros aspectos, garantizar el derecho a la defensa y el debido proceso
de las partes a fin de fomentar la descentralización del poder judicial para hacerlo más
accesible al colectivo. Estas disposiciones constitucionales, han servido de base al
establecimiento por la jurisprudencia de novedosos criterios, que regidos por la necesidad
de garantizar una tutela judicial efectiva a los particulares, han dotado al proceso
contencioso administrativo de un carácter eminentemente subjetivo.

Por otro lado en el ámbito orgánico, el artículo 7 de la Ley Orgánica de Jurisdicción


Contencioso Administrativa establece que están sujetos a control:

 Los órganos que componen la Administración Publica


 Los órganos que ejercen el Poder Público en sus diferentes manifestaciones y
ámbitos
 Los institutos autónomos, corporaciones, fundaciones, y cualquier otra forma
orgánica de derecho público o privado donde el Estado tenga participación
 Los consejos comunales y cualquier otra entidad que tenga que ver con las
manifestaciones populares.
 Por ultimo las entidades prestadoras de servicio público y cualquier sujeto distinto
a los que anteriormente ha sido mencionado.
La justicia administrativa es tan sólo un aspecto de la función jurisdiccional pero además
una garantía del principio de la legalidad que vincula no sólo la actuación de la
Administración sino la del propio juez que ha de juzgarla

Los poderes del juez contencioso administrativo, se rigen principalmente por le Código de
Procedimiento Civil, es por ello que el juez contencioso administrativo está vinculado al
principio dispositivo lo que le sugiere al juez la posibilidad de recurrir a la equidad de la
decisiones que puede adoptar cuando la ley lo faculte entre los poder que adquiere el juez
contencioso administrativo tenemos:

 Poderes en la Iniciación: comienza con la solicitud de los antecedentes


administrativos para la admisibilidad del recurso. Esta potestad es propia del
contencioso objetivo. Sin embargo en el contencioso subjetivo quedara como una
carga probatoria de la administración de la demanda. Por otro lado el
pronunciamiento sobre la admisibilidad puede ser rechazada por el in limine Litis
(es decir al principio de la demanda) o de oficio si se producen los supuestos cuya
acción debe estar motivada. En cuanto a la potestad cautelar los actos
administrativos tienen efecto de suspensión, es decir que no se le da oportunidad de
contradecir la demanda, en cambio en el contencioso subjetivo queda inadmisible.
En cuanto a la discrecionalidad se fija una caución para garantizar los resultados del
juicio o la suspensión de efectos y por último la revocatoria de las medidas de
suspensión por falta de impulso procesal.
 Poderes en la Sustanciación: determina el procedimiento aplicable es decir a la
escogencia de la ley que resulte más compatible entre las potestades probatorias del
juez tenemos: A) la apertura del lapso para que los interesados puedan solicitar que
la causa se abra a pruebas, B) la admisibilidad de las pruebas. C) las declaraciones
por escrito y sin juramento a los representantes legales lo que corresponde a una
prerrogativa de la Administración. D) declarar o prorrogar la evacuación de
pruebas.
 Poderes de Ejecución: su fundamento es constitucional, ya que deriva de la tutela
judicial efectiva y del principio de responsabilidad del Estado, la ejecución efectiva
de los fallos deriva no sólo de la facultad restablecedora del juez contencioso sino
de la autonomía judicial como verdadera rama del Poder Público, los limites en los
fallos de ejecución no solo se hallan por la dificultad de coaccionar a una
Administración renuente sino en dos principios fundamentales: A) Principio de
Legalidad presupuestaria y el principio de inembargabilidad de los bienes públicos.

En Venezuela los poderes decisorios del juez contencioso administrativo se ejercen a


plenitud, con la jurisdicción no solo se dicta sentencias declarativas sino que también puede
imponer condenas. Por otra parte en virtud de las regulaciones de los poderes decisorios de
los jueces contenciosos administrativos estos no solo conocen sentencias sino que resuelven
demandas de nulidad. En ese sentido las sentencias de los jueces contencioso
administrativos con poderes decisorios pueden ser:

 Declarativas: cuando anulan un acto o un contrato


 Sentencias de condena: cuando dictan condena en contra de la administración
al conocer las demandas contractuales o extracontractuales en su contra.

En síntesis el juez contencioso administrativo tiene plenos poderes para decidir sobre los
aspectos controversiales generados en el curso de la actividad administrativa de Derecho
administrativo rescatando que dichos poderes no acaban en la posibilidad de anular actos
administrativos y actuaciones administrativas de modo que dicho juzgador cuenta con
plenas atribuciones sustitutivas del quehacer del poder público sin que dicho evento pase a
ser entendido como el quebranto de la congruencia procesal y de las competencias
administrativas.

La Sala Político Administrativa tiene los siguientes efectos según el Tribunal Supremo de
Justicia:

 Todas las demandas contra la Republica, Estados o Municipios o algún instituto


autónomo tendrá una cuantía de (70.000 U.T) cuando no se le atribuya a otro
tribunal en razón de su especialidad.
 La negativa de las máximas autoridades a cumplir con los actos a los cuales estén
obligados por las leyes y las reclamaciones contra las vías de hecho atribuidas a las
autoridades antes mencionada.
 Las demandas de nulidad que se ejerzan contra un acto administrativo y de efectos
particulares sirve de fundamento siempre que el conocimiento de este último
corresponda a la Sala Político Administrativa
 La apelación de los juicios de expropiación y las demandas que interpongan con
motivo de adquisición, goce, ejercicio o pérdida de la nacionalidad o de los
derechos que ellas derivan corresponden a las leyes especiales.
 Las apelaciones de las decisiones de los juzgados nacionales, el avocamiento de
oficio a petición de parte y los juicios en se tramiten acciones conexas cuando a la
sala político administrativa le este atribuido alguna de ellas y todas las demás
atribuciones prevista en la ley.

Actualmente es necesario una reforma del sistema contencioso administrativo ya que las
diversas transformaciones por las que ha atravesado han dejado ciertos vacíos, pues en este
ámbito, deben salvarse las graves fallas y debilidades que derivan de las propias bases del
sistema y que lo alejan considerablemente del camino que postula la Constitución: el
derecho a la tutela judicial efectiva y el sometimiento pleno de los entes públicos al
Derecho.

Es forzoso despojar al querellante del sistema contencioso administrativo de los


fundamentos diferenciados que lo rigen como el de su carácter objetivo y revisor y que lo
confinan a una ineficacia específica. La consecuencia de ello es, entonces, que la
jurisdicción contencioso administrativa se configura, constitucional y legalmente, como un
instrumento procesal para la protección de los administrados frente a la Administración, y
no como un mecanismo de protección de la Administración frente a los particulares.

En ese contexto, precisamente, la nueva Ley Orgánica ha ampliado el ámbito del


contencioso administrativo, distinguiendo siete tipos de acciones o recursos que son:

 las demandas de contenido patrimonial contra los entes públicos.


 las demandas en relación con la prestación de servicios públicos
 las demandas contra las vías de hecho administrativas
 las demandas contra las conductas omisivas de la Administración
 las demandas de nulidad de los actos administrativos
 las demandas de interpretación de leyes administrativas.
 las demandas para la solución de las controversias administrativas

Frente a esa lista de diferentes demandas, la Ley Orgánica, no estableció una sistema
procesal coherente para el ejercicio, tramitación y decisión de las mismas, sino que
estableció, arbitrariamente, solo tres procedimientos uno para las demandas de contenido
patrimonial otro denominado “procedimiento breve,” para las acciones de contenido no
patrimonial y, en especial, las destinadas a reclamos por la omisión, demora o deficiente
prestación de los servicios públicos, contra las vías de hecho, y contra la abstención de la
Administración; y un tercer procedimiento común para las demandas de nulidad de actos
administrativos, de interpretación de leyes y para la solución de controversias
administrativas.

Algo es definitivamente claro en esta materia de control, y es que para que una Jurisdicción
Contencioso Administrativa pueda funcionar en cualquier país, a fin de controlar a la
Administración Pública, no sólo es indispensable que el Estado esté formalmente
configurado como un Estado de Derecho, sino que funcione como tal, en un régimen
democrático, donde esté efectivamente garantizada la separación de poderes, y en
particular, la autonomía e independencia de los jueces.

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