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Tema Yo Hago Inclusión
Tema Yo Hago Inclusión
YO HAGO
INCLUSIÓN
Texto: Hech 10:34-35 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo
que Dios no hace acepción de personas, 35 sino que en toda nación se agrada del que le
teme y hace justicia.
Gálatas 3:28 No hay judío, ni griego; no hay siervo, ni libre; no hay varón, ni hembra:
porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.
Stg 2:1 Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin
acepción de personas.
Qué es Inclusión:
La palabra, inclusión viene del latín “inclusio” y significa “acción y efecto de poner algo
dentro”
La inclusión busca lograr que todos los individuos o grupos sociales, sobre todo aquellos
que se encuentran en condiciones de segregación o marginación, puedan tener las mismas
posibilidades y oportunidades para realizarse como individuos.
INCLUSIÓN SOCIAL
Hech 10:34-35 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios
no hace acepción de personas, 35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y
hace justicia.
Cuando Pedro llegó al hogar de Cornelio, rompió toda la lista de normas judías. Pedro
confesó que no se sentía bien, pero aquí encontró una audiencia ansiosa y no pudo
reservar para sí su mensaje. Muy pronto empezó a anunciar el evangelio cuando Dios lo
confirmó de manera abrumadora al llenar con su Espíritu Santo a esa familia romana.
Pedro se dio cuenta que no tenía otra opción sino bautizarlos y recibirlos como iguales en
la creciente iglesia cristiana. Se acababa de dar otro paso en llevar el evangelio a todo el
mundo.
Es posible que la más grande barrera del primer siglo para esparcir el evangelio fuera el
conflicto entre judíos y gentiles. La mayoría de los nuevos creyentes eran judíos y para
ellos era un escándalo el solo pensar en asociarse a los gentiles. Pero Dios ordenó a Pedro
que anunciara el evangelio a un romano y él obedeció echando a un lado su linaje y
sentimientos personales. Pero Dios ratificaba que las buenas nuevas de Cristo son para
todos. No debemos permitir que ninguna barrera: lingüística, cultural, de prejuicios,
geográfica, de nivel económico o educativo, se interponga en la extensión del evangelio.
En cada lugar hay corazones abiertos a Dios, listos para recibir el evangelio, pero alguien
tiene que anunciarlo. Buscar a Dios no es suficiente, la gente debe tener un encuentro con
El. ¿Cómo entonces los que le buscan podrán encontrar a Dios sin que alguien les muestre
el camino?
Ro. 10: 14-15… ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo
creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los
pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
Rom 2:11 porque no hay acepción de personas para con Dios.
Hoy es posible que la más grande barrera de este tiempo para esparcir el
evangelio es la falta de inclusión.
2.- Aprenda sobre la discapacidad auditiva y lo que puede hacer para adaptarse a las
personas que las tienen. Esto incluye cosas como comprender que las personas con
discapacidad auditiva no nos oyen y que su medio de comunicación es la lengua de señas;
si deseamos interactuar con ellas debemos de aprender su lengua y asi fomentar la
inclusión.
3. Sea paciente y comprensivo. Recuerde que las personas con discapacidad auditiva
son como todos los demás: tienen sus propias personalidades y fortalezas únicas. El hecho
de que alguien tenga una discapacidad auditiva no significa que no pueda hacer cosas por
su cuenta o contribuir a la sociedad de manera significativa.
4. Respete las diferencias e incluya a las personas con discapacidad auditiva en todos
los aspectos de la vida. Sea respetuoso con las necesidades y preferencias de las personas,
y enfóquese en los gustos, pasatiempos y creencias que comparta con las personas con
discapacidad auditiva, ya sea en su trabajo, escuela, familia, amigos y congregación.
1.- Use el Lenguaje “la persona primero” (People First Language). Este tipo de lenguaje
se concentra en la persona y no en la discapacidad.
Por ejemplo, al referirse a una persona con una discapacidad, se nombra a la persona
primero al usar frases como “una persona que…”, “una persona con…”. Por tanto,
hablamos de personas con discapacidad intelectual, cognitiva, o del desarrollo nunca de
discapacitados o personas discapacitadas.
Con este enfoque las personas con discapacidad reciben el respeto adecuado y apropiado.
2.- Evite los eufemismos. Palabras como “diferentes capacidades”, "habilidades
diferentes" o “discapacitados” están desactualizadas y, a menudo, son muy ofensivas.
En su lugar, trate de usar palabras que describan con mayor precisión la condición del
individuo. Por ejemplo, si alguien tiene una enfermedad mental, podría decir que tiene un
trastorno de salud mental. Esto ayudará a evitar el estigma y hará que la persona se
sienta más cómoda.
Cuando usamos un lenguaje inclusivo, estamos usando términos que reflejan con precisión
la identidad de la persona. Esto puede parecer algo pequeño, pero puede marcar una gran
diferencia en cómo alguien se siente visto y respetado.
Sin embargo, la palabra final sobre cómo dirigirse a una persona con discapacidad auditiva
la tiene… ¡la persona con discapacidad auditiva! Si una persona con discapacidad le corrige
sobre terminología o sus preferencias sobre cómo dirigirse a su persona, respete su
decisión. Lo importante es tener esto muy claro: todos somos diferentes, pero todos somos
personas, con sueños, metas y obstáculos que enfrentar.
ES UN TRABAJO DE TODOS
Lograr la inclusión social en las personas con discapacidad requiere perseverancia, actitud y
trabajo en equipo.