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I. INTRODUCCIÓN
Nadie llega a estas respuestas sólo o de forma repentina; es todo un proceso, que parte
de nuestra historia personal, de las opciones ya realizadas, de nuestra afectividad, de las
dimensiones que nos van haciendo personas, de la vocación que escogemos asumir, y
del Proyecto de Vida que construimos. Para todo esto es fundamental contar con la
presencia de personas que caminen junto a nosotros.
El ambiente social no les favorece, les hace perder identidad y los confunde.
Se sienten desorientados y abandonados a su suerte. Están más solos que nunca.
TEXTO
Lc 19, 1 -10
1Jesús entró en Jericó y atravesaba la cuidad.
2 Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era el jefe de los publicanos.
3 El quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de
baja estatura.
4 Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar
por allí,
5 Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja pronto,
porque hoy tengo que alojarme en tu casa».
6 Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.
7 Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Se ha ido a alojar en casa de un
pecador».
8 Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: «Señor, voy a dar la mitad de mis bienes
a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más».
9 Y Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este
hombres es un hijo de Abraham,
10 porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido».
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III. ACOMPAÑAR A LOS JÓVENES
Debe ser una persona que tenga tiempo para dedicar a los jóvenes. No se pude
pensar en alguien que utilice su tiempo libre para acompañar a los jóvenes, porque al
final los tiempos libres desaparecen por miles de razones, todas ellas válidas.
Sus cualidades
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Su rol
Experiencia. La persona que acompaña tiene que ayudar al joven a identificar y poner
nombre a lo que va pasando por su interior, reconocer los contrastes y contradicciones
de lo que va experimentando. Tal vez el elemento principal sea el de poner nombre a los
sentimientos diversos que aparecen que surgen a partir de la experiencia. Debe ayudar
también a identificar y exteriorizar verbalmente los conflictos que se le plantean con
respecto al grupo.
Reflexión. La persona que acompaña debe ayudar al joven a reconocer los engaños de
su propio discurso. Desde esta perspectiva, es importante que maneje pautas de
discernimiento ya que le permite ayudar al joven a situarse en libertad. Si bien en la
experiencia concreta de Ejercicios Espirituales la persona que acompaña nunca debe dar
su opinión sino limitarse a comparar el proceso del joven con las reglas de
discernimiento, en el acompañamiento en la vida cotidiana es bueno que la persona que
acompaña se convierta en la persona que anima (no que presiona) al joven a continuar
por el camino del Reino, el del compromiso con la Iglesia y con los necesitados de este
mundo. Para ello ayudará al joven a preguntarse qué querrá Dios de él a partir de esta
experiencia de formación, siempre desde la perspectiva de Dios que busca la felicidad
de las personas.
Acción. El Evangelio es sinónimo de servicio. Por ello, la persona que acompaña debe
ayudar al joven a integrar en su vida personal, encontrando a Dios en todas las cosas
creadas. El espacio de acompañamiento se convierte en espacio privilegiado para formar
personas para los demás, desde la humildad y la entrega desinteresada, que pongan
en práctica aquello que van integrando a partir del proceso de formación y de encuentro
con Dios.
Sus actitudes
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Empatía: tener la capacidad de ponerse en el lugar del otro (penetrar en el otro), la
habilidad de comprender adecuadamente la experiencia interior de otra persona, y de
comunicarle esta comprensión... La empatía no condena, no emite juicios, siente las
experiencias de las que el acompañado no es del todo consciente. Es sensitiva a todo lo
que experimente el acompañado: miedo, ternura, confusión, vergüenza, etc.
Saber escuchar es uno de las características principales que debe poseer la persona
que acompaña. Debe mostrar interés y estar atento a lo que nos quiere comunicar el
joven. Debe saber interpretar, captar y comprender los mensajes trasmitidos, explícitos o
implícitos, claros u oscuros, verbales o no. También debe saber reconocer e interpretar
los "silencios” ya que muchas veces están repletos de mensajes. Los gestos y ademanes
tienen un significado especial ya sea de agrado o desaprobación, y la persona que
acompaña debe tener mucho cuidado con lo que intenta comunicar a través de dichos
gestos al escuchar.
El acompañamiento personal
Aunque este aprendizaje necesita también de espacios de socialización, el joven
necesita de espacios personales para asimilar estos aprendizajes y ver las
consecuencias en su vida, espacios donde, entre dos, contrastar todo lo aprendido.
Creemos que para esto es importante la entrevista personal, donde el joven tiene un
espacio con su acompañante, que es una persona fija para todo el proceso
. Aquí van algunas orientaciones que te pueden ayudar para las entrevistas personales:
Periodicidad: Las entrevistas deben tener un ritmo regular, más o menos una vez
al mes. ¡Las entrevistas que se dan sólo en momentos de crisis no ayudan!
Lugar: Debe ser un lugar tranquilo que ofrezca cierta intimidad y que permita a la
persona que acompaña y al joven centrarse en la conversación.
Tiempo: El tiempo adecuado es entre 45 minutos y una hora.
Contenido: Para que el acompañamiento sea integral e ignaciano, es importante
que el joven se pueda preguntar cómo los contenidos que se trabajan en los
talleres se van integrando en su vida, qué sentimientos le provocan y a qué le
llevan, qué contradicciones vive y cómo las resuelve o las puede resolver, etc.
Para que te resulte más fácil, al final de cada taller te ofreceremos unas pautas
para poder trabajar en las entrevistas personales.
El acompañamiento grupal
La propuesta de formación que presentamos tiene una clara dimensión comunitaria. No
sólo los contenidos de los talleres sino la misma metodología utilizada generan una
dimensión grupal que no se da en otros procesos de aprendizaje. La interacción es
continua, y los jóvenes se convierten no sólo en compañeros de trabajo sino sobre todo
compañeros de camino. En el segundo módulo esta dinámica se ve reforzada por el
hecho de que el grupo debe sacar productos concretos. En la dinámica de trabajo en
equipo se generan conflictos y experiencias gratas que no deben pasar de largo. El
acompañamiento grupal permite a los jóvenes realizar la misma dinámica del
acompañamiento personal pero a nivel de grupo, con toda la riqueza que ello supone.
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Para empezar, tanto los jóvenes como la persona que acompaña deben tener claro que
este espacio de acompañamiento grupal es diferente de una reunión de coordinación
o de trabajo, donde se ven aspectos prácticos. El acompañamiento grupal no debe
ser sustituido ni sacrificado por estas reuniones, ya que tiene un carácter más
formativo. Este comentario, que puede parecer obvio, resultará muy importante en la
práctica, ya que en el día a día a veces lo urgente no deja ver la necesidad de estos
espacios.
A manera de síntesis 8 elementos del acompañamiento a los jóvenes (Cfr. ppt 12-21):
Vamos a mirar algunas características del acompañamiento en Don Bosco, nos vamos a
valer de algunos testimonios de los muchachos del oratorio de Valdocco.
Don Bosco se interesa por cada persona y se interesa por las necesidades 1. Don
de cada persona. Se interesa por cada necesidad de cada persona. Bosco…
La “parolina al’orecchio” es la palabrita a la oreja que D.B. le decía a cada …se
uno. Es la expresión de ese interés por cada uno. Interesarse por la persona interesa
conocida y reconocida en su originalidad. Miren, los que van a Roma y dicen: por la
“le di la mano al Papa”. Qué bárbaro. Pero el Papa le dio la mano a mí y a persona
500.000.
Dicen los testigos que lo escuchaban a D.B., que recibían esas palabritas
que les solía decir al oído, que una de las más comunes era ésta: “quiero
que estés contento”. Ese quiero que estés contento es muy interesante por la
persona. Me interesa que te sientas contento.
Si ustedes analizan los diálogos de D.B... Hay algunos diálogos famosos que
están escritos en sus memorias. Por ejemplo el diálogo con Bartolomé
Garelli. ¿A ver qué se persigue en este diálogo con este chico asustado,
temblando, que quiere escaparse porque le habían pegado?: el interés de
D.B. por ese chico. Cuántos años tiene, si viven sus padres, si ha hecho la
primera comunión, si ha podido estudiar. Todo su interés por el muchacho.
Eso es lo primero que hay que hacer.
Hay otro diálogo también escrito, con el primer residente en el hogar de
aprendices que fundó D.B. en Turín. Analicen ese diálogo. Es todo una
expresión de interés por las necesidades del muchacho y por su historia.
Analicen el primer diálogo con Miguel Magone en la estación de Carmagnola.
“¿Quién eres tu...?”, etc. Ahí, enseguida, el interés por toda la vida del
muchacho.
Pero después hay otros diálogos que no están escritos por el mismo D.B.
Diálogos que han transmitido otros que han vivido con él, por ejemplo, el
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coadjutor Pedro Enría. Fue el coadjutor que lo atendió a D.B. hasta la
muerte.
Él cuenta el primer encuentro que tuvo con él. Se habían reunido en un
convento de Turín todos los chicos que habían quedado huérfanos por el
cólera, y fue invitado D.B. a visitarlos para ver si podía llevarse algunos a sus
colegios, para asistirlos y hacerse cargo de ellos. Entonces Pedro Enría se
acuerda muy bien de que cuando entró D.B. y estaban todos los chicos ahí,
huerfanitos, que decían: ¿Qué va a ser de nosotros?, se les acercó D.B. con
una sonrisa, se acercó a él, le preguntó el nombre, le dijo: “¿Quieres venir
conmigo?: seremos amigos para siempre, hasta que lleguemos al paraíso,
¿te gusta? –Oh sí. ¿Y este que está al lado quién es, tu hermanito? –Sí, es
mi hermanito. Bueno, también vendrá él” ¿Ven el interés por cada uno?
El primer encuentro con Don Cagliero. Cagliero era un muchacho que tendría
12 ó 13 años. Don Bosco estaba celebrando la misa en la parroquia de
Castelnuevo y él era uno de los ayudantes. Este Cagliero no le pierde nada,
lo mira a D.B. todo el tiempo. Termina la misa y D.B. lo mira a él y le dice:
“Tu tienes algo para decirme ¿no es cierto? –sí, sí, sí” Tu tienes algo para
decirme... Primer paso
Provera, otro de los primeros salesianos. Tenía 22 años. Había estado
trabajando con su padre en un comercio y a los 22 años decidió hacerse
religioso y fue a Turín a ponerse a disposición de Benito Cotolengo. Pero
Cotolengo dijo que no había lugar (¡miren qué épocas, no había más lugar
para los seminaristas!). Entonces se volvía a su casa. Iba a la estación y vio
que había un cura que estaba jugando con un grupo de chicos. Entonces él
se puso a mirar de lejos. Don Bosco vio que ese muchacho lo miraba,
entonces él lo llamó y se interesó por él. Se dio cuenta qué deseaba, qué
aspiraciones tenía y se lo llevó al Oratorio.
Entonces, éste es el primer secreto: INTERESARSE POR CADA PERSONA
Don Bosco estudia y descubre las inclinaciones de cada uno, las valoriza y 2.…
las aprovecha. Aquí se podría hacer de nuevo otro elenco de situaciones de descubre
hombres cuyos talentos fueron descubiertos por D.B. en ese acercamiento las
personal y en ese interés vivo por cada uno. inclina
ciones de
Pero voy a citar solamente el caso de José Dogliani. Era un muchachito que cada uno.
había llegado para ser carpintero, tenía 11 ó 12 años. Ustedes saben que
en el Oratorio de Valdocco, a una determinada hora del día, antes de la
cena, había un ensayo de cantos, música de banda, coro de aquí, coro de
allá. Este chico que había llegado, escuchaba esa música que en el oratorio
resonaba en esa hora de canto, y le brillaban los ojos del deseo de
aprender música. Don Bosco descubre la pasión por la música en ese
carpinterito que hubiera sido toda su vida un simple obrero nada más, y
hace de Dogliani uno de los más grandes músicos que tuvo la
Congregación en todos sus tiempos.
Miren lo que decía D.B. a los superiores de su tiempo:
“El superior estudie la índole de los sujetos y sus inclinaciones
para saber mandar y hacer fácil la obediencia. Tengan el máximo
cuidado en secundar inclinaciones, confiándoles preferiblemente
aquellos trabajos que son de mayor agrado”.
Secundar las inclinaciones. Descubrirlas y secundarlas. Entonces qué
valiosos colaboradores se pueden formar cuando uno sabe descubrir esas
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dotes.
Don Bosco sabía muy bien –decía Don Costamagna– que la línea más breve 3. …
para ganar un corazón, no es la línea recta de la orden severa, absoluta e trata
irrevocable. La línea más breve para ganar el corazón es la línea curva de la siempre
persuasión, de la paciencia, de la prudencia y el amor. con
bondad
Un testimonio de uno de los últimos sobrevivientes de la generación que
conoció a D.B.: el canónigo Cocchis. Don Brocardo, que ha coleccionado estos
testimonios vivos, dice que durante la guerra, cuando los estudiantes de
teología de la Crocetta habían tenido que salir de Turín para evitar los
bombardeos, se había refugiado todos en Chieri. Precisamente donde estaba
este José Cocchis. Entonces lo invitaban a confesar a los estudiantes de
teología salesianos. Y bueno, era ya muy viejito. Lo consideraban como una
reliquia. Cuando le hablaban de D.B. se le volvían luminosos los ojos, pero
cuando tenía que hablar, a esa edad, ya no recordaba más nada. Se conmovía
pero no decía más nada.
Pero tenía dos recuerdos que en eso era siempre fiel y los contaba con mucha
precisión. Y el primero es este: a la noche, en el oratorio de Turín, antes de las
Buenas Noches, acabadas las oraciones se le entregaban a D.B. todos los
objetos perdidos y entonces D.B., en el púlpito de las buenas noches,
mostraba todas las cosas que se habían perdido y los chicos venían a
buscarlas. Resulta que una noche, D.B. presentó, y lo que se había perdido
era un monedero. Y en el monedero había plata. Y el reglamento del oratorio
no permitía tener plata. Entonces cuando vieron que había monedas en el
monedero todos dijeron: ¿Qué va a decir D.B.? Don Bosco exigía la
observancia del reglamento. Era bueno, pero el deber lo exigía. Entonces dice
que D.B. abrió despacito el monedero, sacó despacito las moneditas que
estaban dentro. Todo en suspenso. Y sacó también del monedero una medalla
de la Virgen. Don Bosco estaba serio, y cuando sacó la medalla de la Virgen,
la acompañó con una sonrisa muy amplia y le dijo todos los chicos: “Ustedes
conocen el reglamento. Pero este muchacho quiere mucho a la Virgen y la
Virgen lo va a ayudar a observar mejor el reglamento. Entonces, que venga el
dueño del monedero”, que era José Cocchis. Animado, se acercó, besó la
mano de D.B. y se fue contento. Había violado el reglamento, pero D.B. le
mostró su confianza, porque amaba a la Virgen, iba a poder observar mejor el
reglamento.
Y después el otro recuerdo que José Cocchis cuenta, dice que cuando D.B.
empezó a publicar la biblioteca de clásicos italianos, él se entusiasmó tanto por
la lectura de estas novelas clásicas, que empezó a descuidar los estudios; al
principio iba muy bien en el estudio, pero después se había vuelto una
calamidad y él se daba cuenta que descuidaba el estudio, porque se daba
cuenta que no cumplía con su deber.
Tenía miedo de encontrarse con D.B. y hacía todo lo posible para huirle,
porque sabía que si se encontraba con D.B. le iba a llamar la atención. Pero a
pesar de que hacía todo lo posible para evitarlo, en un momento se encontró
con él. Don Bosco lo paró y le preguntó: “¿Por qué no estudias como antes?
Tu tía que te paga la cuota aquí, está triste, porque no eres como el de antes,
tampoco D.B. está contento contigo. Comienza de nuevo a cumplir con tu
deber y volveremos a ser amigos”. Dice Cocchis que estaba con la cabeza
agachada, no se animaba a mirarlo a D.B. y a encontrarse con su mirada. Pero
dice: “mientras D.B. me decía eso, yo, dentro mío, sentía que estaba
cambiando, y le prometí a él que habría vuelto a ser como antes y me fui a
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jugar. Y mantuve mi promesa”.
Dice Don Broccardo que testimonios como éstos hay centenares en las
memorias biográficas, es decir, encuentros con D.B., en los que uno merecía
una represión y salieron después de la corrección más amigos de Don Bosco.
Don Bosco propone metas. He aquí algunas de las metas que D.B. propone a 4. …
sus muchachos. Son todas cosas conocidas, pero merecen recordarlas. propone
Cuando Domingo Savio llegó al oratorio hacía seis meses que estaba y se metas
hizo una plática sobre lo fácil que es llegar a ser santos. Aquella plática fue grandes
una chispa que inflamó su corazón. y sabe
motivarl
“Fue entonces cuando él mismo se hizo un cuadernito para apuntar con as
tiempo, el propósito que, con toda decisión quería llevar a la práctica cada día
de la semana. Y cada día escribía en su cuadernito. Y cuando murió, los
compañeros encontraron el cuadernito de Miguel Magone; y ahí vieron los
propósitos que hacía”
¿Ven…? Los carteles, los posters, hacen entrar las metas por los ojos. Y esta
vez ¿qué cartelito encuentra? Domingo Savio había encontrado: “Dadme
almas y llévate lo demás” y Francisco Besuco encuentra este, que parece
más exigente, escrito por D.B.: “Cada momento de tiempo, es un tesoro”. No
entiendo, dice Francisco. Ah, yo te lo voy a explicar. “Cada momento de
tiempo podemos adquirir algún conocimiento, podemos practicar alguna
virtud, en cada momento de tiempo podemos hacer un acto de amor a Dios;
cosas todas que, ante el Señor, son otros tantos tesoros que nos servirán en
el tiempo y en la eternidad” ¿Y qué hace Francisco Besuco? Sacó un
pedacito de papel y se lo escribió. Entendido. ¿Ven qué fuerza de transmitir
convicciones y proponer metas?
Un muchacho que viene del campo, que tiene una cultura escasísima, que es
corto de inteligencia, que tiene dificultades en los estudios. El primer
encuentro y ya le propone una meta así. Y ese muchacho, se la escribe.
Saber proponer metas y altas; no mediocres y gradualmente, por supuesto.
Miren a los miembros, a un grupo de muchachos, los miembros de la Primera
Compañía, de un grupo juvenil. Fundado por Domingo Savio, fundado por un
muchacho. Los de la Compañía de la Inmaculada, ¿qué se proponen?: la
devoción a la Virgen, y la escriben: “para ser firmes en nuestras resoluciones,
rigurosos con nosotros mismos, amables con el prójimo, exactos en todo”.
¡Miren qué metas! Y siempre más vastas, gradualmente, pero siempre más
vastas.
En los sueños misioneros de D.B. se ve esa gradualidad. En el primer sueño,
los muchachos abandonados de Turín; pero después, el sueño de la
Patagonia.
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Dice así también D.B., hablando de la necesidad de compartir y dividir las
responsabilidades:
“Si no encuentra el director, individuos colaboradores de gran
habilidad para hacer las cosas, deje a quien es de habilidad
mediocre. ¿No es perfecto? No importa, que lo haga él, aunque no
lo haga tan bien. Que por la manía de lo óptimo no se ponga a
hacer las cosas él mismo, es decir por la costumbre de hacer, de
monopolizar, no deje de animar a los demás”.
Contagiar las propias convicciones y el entusiasmo por las metas 6. …
propuestas, con el testimonio de la propia vida. contagia
con la
Concluyo la explicación de este secreto, con un testimonio de uno de los propia vida
más fieles a D.B.: Don Albera. Dice, recordando sus primeros años del
Oratorio:
“Cuando tuve la fortuna de ser recibido en el Oratorio. (en el año
58, un año antes de que se iniciara oficialmente la Congregación
Salesiana), viví 5 años con D.B., respirando casi su misma alma.
Nosotros, los jóvenes de entonces, vivíamos enteramente de su
vida”.
Este parece un ideal sobrehumano, pero un animador de oratorio verdadero,
es aquel que vive en forma tal, que los muchachos puedan vivir de lo que
uno vive.
“Vivíamos enteramente de su vida, que poseía en grado eminente
la virtud de conquistar y transformar los corazones”.
La vida de D.B. tenía la virtud de transformar y conquistar, es decir, tenía la
virtud de contagiar.
“Después (en el año 68), volví a Valdocco y por otros cuatro años
pude gozar de su intimidad, y recibir de su gran corazón aquellas
preciosas enseñanzas que eran tanto, o más eficaces con
nosotros, cuanto más las veíamos practicar por él en la vida de
cada día. Durante aquellos años, principalmente, y también
después, en las felices ocasiones que tuve que estar con él, o de
acompañarlo en sus viajes, me convencí de que la única cosa
necesaria para llegar a ser un digno hijo suyo, era imitarle en todo.
Por eso, a ejemplo de muchos hermanos mayores que
reproducían en sí mismos el modo de obrar, de pensar, de hablar,
de D.B., me esforcé yo también, en hacer lo mismo. Y hoy, a
distancia de más de medio siglo, les repito también a ustedes, que
son hijos como yo, y nos han sido por él confiados: IMITEMOS A
DON BOSCO, nosotros debemos ser como él, mirar a D.B. para
imitarlo, para poder ser contagiados por él.
TEXTO
13Aquel mismo día dos discípulos se dirigían a un pueblecito llamado Emaús, que
está a unos doce kilómetros de Jerusalén,
14 e iban conversando sobre todo lo que había ocurrido.
10
15 Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se les acercó y se puso a
caminar con ellos,
16 pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran.
17 El les dijo: «¿De qué van discutiendo por el camino?» Se detuvieron, y parecían
muy desanimados.
18 Uno de ellos, llamado Cleofás, le contestó: «¿Cómo? ¿Eres tú el único peregrino
en Jerusalén que no está enterado de lo que ha pasado aquí estos días?»
19 «¿Qué pasó?», les preguntó. Le contestaron: «¡Todo el asunto de Jesús
Nazareno!» Era un profeta poderoso en obras y palabras, reconocido por Dios y por
todo el pueblo.
20 Pero nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes renegaron de él, lo hicieron
condenar a muerte y clavar en la cruz.
21 Nosotros pensábamos que él sería el que debía libertar a Israel. Sea lo que sea,
ya van dos días desdeque sucedieron estas cosas.
22 En realidad, algunas mujeres de nuestro grupo nos han inquietado,
23 pues fueron muy de mañana al sepulcro y, al no hallar su cuerpo, volvieron
hablando de una aparición de ángeles que decían que estaba vivo.
24 Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y hallaron todo tal como habían dicho
las mujeres, pero a él no lo vieron.»
25 Entonces él les dijo: «¡Qué poco entienden ustedes y qué lentos son sus
corazones para creer todo lo que anunciaron los profetas!
26 ¿No tenía que ser así y que el Mesías padeciera para entrar en su gloria?»
27 Y les interpretó lo que se decía de él en todas las Escrituras, comenzando por
Moisés y siguiendo por los profetas.
28 Al llegar cerca del pueblo al que iban, hizo como que quisiera seguir adelante,
29 pero ellos le insistieron diciendo: «Quédate con nosotros, ya está cayendo la
tarde y se termina el día.» Entró, pues, para quedarse con ellos.
30 Y mientras estaba en la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo
partió y se lo dio.
31 En ese momento se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció.
32 Entonces se dijeron el uno al otro: «¿No sentíamos arder nuestro corazón cuando
nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?»
33 De inmediato se levantaron y volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos
a los Once y a los de su grupo.
34 Estos les dijeron: «Es verdad: el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón.»
35 Ellos, por su parte, contaron lo sucedido en el camino y cómo lo habían
reconocido al partir el pan.
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Un embarazo, un aborto, el novio o la novia que me abandona, no encontrar un trabajo...
tantas situaciones desesperadas que escuchamos y la pregunta: ¿Qué hago?
Entra un desconocido en la conversación, es Jesús nos dice Lucas pero la realidad está
tan pesada que los compañeros no lo reconocen. Aquí veo dos elementos interesantes
en la actitud del desconocido:
1. Camina con ellos, no se queda a fuera de sus preocupaciones, también si tiene su
propia lectura del acontecimiento quiere respetar el proceso de las personas. Aquí
otra vez podemos constatar la paciencia, la capacidad de escucha de Jesús,
tomando todo el tiempo necesario... Yo, cuando escucho a este adolescente o joven
contándome lo que para él es un drama, y rápidamente le pongo la mano sobre la
espalda diciéndole “No te preocupe, no pasa nada...”
2. Jesús se hace tan solidario de esos dos hombres que quiere entrar en sus
preocupaciones. La solidaridad de Jesús es tener interés por todo lo que preocupa al
ser humano, hasta respetar la manera de cómo la persona quiere expresar lo que le
está pasando.
Viven un drama, andan desorientados pero son abiertos los dos amigos y dejan entrar en
la conversación al desconocido.
Aquí vemos como Jesús por su actitud, por su cuestión “¿De qué están hablando? ¿Qué
pasa?” favorece la expresión de la realidad que viven los discípulos. Veamos bien la
importancia de la pregunta, permite la expresión de la realidad. No es expresión de
sentimientos sino de la realidad.
No soy Jesús pero puedo ser el intermedio que permite al joven expresar lo que vive y
eso necesita tiempo...
La actitud de Jesús y su pregunta permiten que los dos compañeros puedan iniciar lo que
llamamos una verdadera revisión de vida o la relectura de un acontecimiento, dando su
propia interpretación de los hechos. Se quedaron con una visión mesiánica de Jesús,
una visión meramente humana y desde esta perspectiva es el vacío total. Es como
cuando los adolescentes o jóvenes nos plantean la pregunta ¿Qué le he hecho a Dios
para que me suceda eso?
Podemos contemplar la capacidad de escucha de Jesús respetando el análisis de los
compañeros.
Jesús llama a los discípulos a una lectura diferente del acontecimiento. Aquí vemos cómo
la confrontación con la Palabra de Dios es un paso difícil, pues no justifica un proyecto
humano, sino que invita a entrar en el proyecto de Dios. No es Dios al servicio de mi
proyecto humano sino el ser humano que acepta entrar en el proyecto de Dios. La
confrontación de la realidad con la Palabra de Dios cuesta mucho pues la Palabra de
Dios no viene para justificar lo que hacemos más bien nos invita a desapropiarnos de
nuestra historia y de la interpretación que podemos hacer de todos los acontecimientos.
La confrontación con la Palabra de Dios es aceptar humildemente que no seamos ni el
centro ni el intérprete de nuestra historia, es aceptar que nuestra historia sea parte de un
proyecto que no es nuestro, es el proyecto de Dios que se revela como Padre
invitándonos a entrar en su proyecto de construcción de un mundo fraterno desde el don
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de uno mismo como lo hizo Jesús. Así lo que parece fracaso a los ojos de los dos amigos
puede tener otro sentido desde el proyecto de Dios: la semilla caída en la tierra de
nuestras realidades se transforma en dinamismo de fraternidad entre los hombres.
Jesús invita a los discípulos a desapropiarse de su lectura del acontecimiento para entrar
en la lectura de una comunidad creyente, desde Moisés y su encuentro con el Dios
liberador hasta Jesús y su encuentro con Dios Padre y salvador. Pero aceptar esta
historia es aceptar también la cruz. Jesús es la clave de lectura del Antiguo Testamento y
de nuestra historia.
Por supuesto esta relectura cuestiona nuestra manera de proponer la Palabra de Dios a
los adolescentes y jóvenes.
Otra vez nos llama la atención como Jesús respeta la iniciativa de los discípulos. No se
impone, tampoco quiere imponer a fuerza su visión de la realidad, da el tiempo a los
discípulos para asimilar, aceptar o rechazar su propuesta.
Pero son ellos que van a tomar la iniciativa e invitan a Jesús a quedarse con ellos.
Ahora bien no se trata de palabras, se trata de vivir la experiencia del compartir con
Cristo. Es evidente que lo que cuenta Lucas es una señal para la Comunidad invitando a
reconocer la presencia del resucitado en toda Eucaristía pero también cada vez que los
adolescentes y jóvenes aceptan compartir con otros las realidades que viven, aceptan la
otra lectura es decir la lectura desde la perspectiva de Jesús y del proyecto de Dios,
viendo que la cruz se encuentra a veces en su camino pero que todo eso puede abrir un
camino de esperanza y de encuentro con Cristo Vivo no a fuera sino desde esas
realidades que a veces son muy pesadas. El compartir el pan como el compartir la vida
son los caminos de encuentro con Cristo Vivo que nos invita a seguirlo en la realización
del proyecto del padre también cuando la cruz se encuentra en el camino.
Aquí esta una llamada importante para todo acompañante: la importancia de la cercanía
con los adolescentes y jóvenes en situación de fracaso y darles la oportunidad de hacer
una relectura de lo que están viviendo. Una lectura profunda de los evangelios nos hace
ver que los fracasos son caminos por dónde se construye la persona. Así nació la
primera comunidad cristiana, desde un fracaso humano.
Ahora sí, podemos darnos cuenta que el encuentro con Jesús no fue un sueño o algo
superficial o meramente sentimental. Los dos compañeros regresan a la realidad
(Jerusalén), regresan para compartir con otros y también recibir el testimonio de los
demás. Juntos construyen la comunidad.
Así de nuevo vemos como un acompañamiento puede favorecer un verdadero encuentro
del adolescente o joven con Cristo también y sobre todo desde la realidad del fracaso:
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también cuáles son las exigencias de su seguimiento. Pero también nosotros, como
acompañantes ¿Hemos vivido la experiencia de Emaús desde nuestros propios
fracasos?
VI. DESDE EL SEGUIMIENTO DE JESÚS: ALGUNAS CLAVES PARA
EL ACOMPAÑAMIENTO.
Y en ella actor con otros. Pues Dios nos ha creado con espíritu comunitario.
Para transformar todos sus ambientes de vida. Que sean conformes al proyecto
de Jesús que quiere que todos tengan vida.
Luchando por la liberación de todo lo que destruye al ser humano. Como Cristo
que vino a liberar de toda situación de esclavitud.
a. SABER ESCUCHAR.
Y por eso tener toda la disponibilidad necesaria, que el adolescente o joven vea que
él es en este momento mi única preocupación como Zaqueo para Jesús.
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b. CON ACTITUD DE ABSOLUTA GRATUIDAD.
Como el Hijo del Hombre que vino a servir y a dar vida
Sí, con humildad, mucha humildad, que tengamos siempre presente esta oración de
Jesús y como él seamos servidores del proyecto que el Padre tiene para cada
adolescente o joven.
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