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NECESIDAD DE UN LENGUAJE INCLUSIVO

Cuando hablamos de un lenguaje inclusivo hacemos referencia a un adjetivo que


permite incluir, añadir, incorporar cualquier tipo de forma de expresión de información. Y
cuando sugerimos la palabra “información” lo hacemos a modo que encaje el concepto
de emociones, ideas, pensamientos, opiniones y todo lo que rodea una expresión de
lenguaje del ser humano.

La construcción a través de los años del lenguaje inclusivo a nacido de la continua


necesidad que genera expresarnos, que irradia transmitir y que implica que el receptor
cumpla con recibir asertivamente el mensaje. Tal vez en el pasar de los años este
concepto a tomado fuerza a través de diferentes privaciones y dificultades que
presentamos los seres humanos en una sociedad, por eso nace el lenguaje inclusivo
como producto de una escasez a gritos.

Ayer, ese ayer que se piensa en miles de años en que solo bastaba un sin número de
gestos o gemidos para comunicarnos, el ser humano siempre se las ha ideado para
transmitir información, nos falta solo comprobar que la telepatía es posible cuando se
desea comunicar algo.

Carecemos de empatía cuando solo pretendemos enfocar nuestra información en


transmitirla sin darle la relevancia de ¿cómo será recibida?, empatía cuando alguna
persona por su condición física o cognitiva no puede expresar lo mismo que nosotras.
Por ejemplo, tuvimos la oportunidad de intentar comenzar una conversación con don
Joaquín quién es una persona sorda y al no poder responder a su necesidad de saber
que quería decirnos, la frustración que nos envuelve es abrumante y es pensar como la
falta de conocimiento en el lenguaje de señas nos impide tener una vida social con él,
además que la visión se nubla por dejar de buscar otras formas de comunicarnos.

Por otro lado, están las personas con dificultad visual, quienes desarrollan otro tipo de
habilidades y como creemos tenerlo todo, olvidamos darle ese valor. Pero también son
personas que tienen una necesidad de comunicarse con el mundo, por que vivimos
inmersos en pensar solo en nosotros y creer que todo ya está hecho para todos, pero
en realidad aquí es donde nos volvemos seres egoístas e individualistas sin hacer un
aporte a este tipo de población que se ven afectados por nuestras acciones.

Pero no todo es malo, mientras haya personas que si podemos ver más allá de lo que
tenemos en frente. Como mencionábamos este tipo de lenguajes han incursionado con
enseñanzas en las aulas de clase, creación de materiales de apoyo para aprender
mucho más del tema, fundaciones con enfoque inclusivo, organizaciones
gubernamentales que promueven que desde casa podamos hablar de diferentes
maneras y con diferentes personas.

Hoy en día podemos encontrar en diferentes medios la posibilidad de que estas


personas puedan mejorar su calidad de vida, lo podemos evidenciar en los lugares
donde las personas requieren hacer trámites legales o en los centros de salud donde
pueden recibir una atención óptima, utilizando el lenguaje adecuado para resolver sus
dudas e inquietudes.

Se encuentran normas, leyes, acuerdos entre otros que hacen que la problemática que
se presentaba por la falta de conocimiento en estos aspectos se pueda resolver poco a
poco, logrando encontrar un punto de equilibrio entre los diferentes medios de
recepción o envío de un mensaje.

Una frase que nos marco es que “hay que aprender a desaprender”, cambiar el chip
que nos han programado por cultura o por la sociedad, donde solo podemos aprender
formas de comunicación básicas y que no salen de los esquemas, para enfrentar la
realidad y aprender otras formas de comunicación o llegar a suplir las necesidades que
se presentan.

Finalmente queremos resaltar la importancia de tener una mente abierta, sentir empatía
y recordar que todo ser humano tiene una necesidad de comunicarse y expresarse de
forma diferente como en algún momento lo aprendimos pero que definitivamente la
mitad del mundo necesita de la otra mitad del mundo para vivir.

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