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Cómo desarrollar un apego

seguro en la edad adulta


Fact Checked

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En proceso de revisión

Las personas con un estilo de vinculación inseguro


suelen sufrir bastante y tener problemas en sus
relaciones. Por ello, si quieres desarrollar un apego
seguro en la edad adulta, te contamos cómo hacerlo.
Cada uno de nosotros poseemos un estilo de apego;
esto es, una forma de vincularnos con los demás
afectivamente. Este estilo viene determinado por la
relación que establecimos con nuestras principales
figuras en la infancia; pero también, y en menor
medida, por experiencias posteriores con amigos,
compañeros y parejas románticas.

Si nuestro estilo de vinculación no es el más


apropiado, podemos sufrir mucho a lo largo de nuestra
vida. Por ello, queremos mostrarte cómo desarrollar un
apego seguro en la edad adulta.

Lo cierto es que no es una tarea sencilla modificar esta


tendencia que tan bien aprendimos durante nuestros
primeros años. Hará falta un importante trabajo
personal que no siempre resulta cómodo realizar. Sin
embargo, matizar estas actitudes y aprender a
relacionarnos desde la confianza puede suponer un
enorme y positivo cambio.

Las personas con apego seguro se vinculan con los demás


de forma sana.
Los estilos de apego
El estilo de apego de una persona comienza a
formarse durante los primeros años, en función de la
atención y los cuidados que el bebé recibe. Así,
pueden diferenciarse cuatro tipos de apego:

• Apego seguro: se forma cuando los cuidadores


son sensibles y receptivos a las necesidades
del niño y responden de forma consistente. Ese
pequeño crece sintiéndose amado y seguro, es
capaz de confiar en otros y tiene un buen
concepto de sí mismo.
• Apego evitativo: en este caso los cuidadores
ignoran las necesidades y llamados del bebé,
no cuidan ni responden a sus emociones. Al
crecer, este niño aprende a reprimir lo que siente
y a ser excesivamente independiente. Evita por
todos los medios mostrarse vulnerable y no puede
confiar en los demás, no intima emocionalmente.
• Apego ambivalente: se crea cuando los cuidadores
son inconsistentes e impredecibles; esto es, en
ocasiones responden con rapidez y amor a las
demandas del niño, y en otras se muestran
hostiles y desinteresados. Esto crea una
sensación de ansiedad e inseguridad que lleva al
niño a no sentirse valioso y a tener que
asegurarse constantemente el afecto y la
presencia de quienes ama.
• Apego desorganizado: se forma cuando el
pequeño vive abusos, negligencia grave o
abandono. Presenta entonces una mezcla de
síntomas ambivalentes y evitativos, puede tener
conductas explosivas, gran frustración y un fuerte
rechazo (y a la vez anhelo) de vínculos
emocionales.

Cómo desarrollar un apego


seguro en la edad adulta
Lo ideal, en términos de felicidad personal y éxito en
las relaciones, es tener un apego seguro. Cualquiera
de los otros casos nos traerá complicaciones, dolor y
frustración. Afortunadamente, hay algunos pasos que
podemos dar para matizar nuestro estilo de apego,
incluso siendo ya adultos.

Partiendo del apego evitativo


El reto para una persona con apego evitativo es
aprender a confiar y permitirse crear intimidad
emocional. Así, es importante atender a las siguientes
cuestiones:

• Comprender de dónde surge este apego evitativo


y sanar las heridas infantiles. Es necesario
aceptar que en cierto punto llegamos a sentirnos
rechazados o minimizados, y que por eso huimos
de la intimidad. Igualmente, hay que tomar
conciencia de que ese rechazo no tiene por
qué volver a ocurrir y que, si sucede, ahora
somos adultos y podemos afrontarlo. Los muros
que hemos levantado no nos protegen, nos
mantienen aislados.
• Es fundamental dejar de evitar, ya que este
mecanismo no nos permite avanzar. Piensa qué
situaciones evitas (por ejemplo, las discusiones
que impliquen sentimientos o el compromiso en
las relaciones) y permítete irlas afrontando. Ve
dando pasos, aunque te saquen de tu zona de
confort.
• Adquiere alguna herramienta que te ayude a
gestionar la inseguridad que te genera
vincularte emocionalmente con otros. La
respiración diafragmática es una técnica sencilla
que te permitirá volver a tu centro y tomar mejores
decisiones cuando surja el impulso de huir.
• Aprende a expresar tus emociones sin ocultarte y
mostrándote vulnerable. Tu pareja necesita saber
qué sientes, qué deseas y necesitas. Sé asertivo y
comienza a abrir tu interior.

Partiendo del apego ambivalente


Si tienes un apego ambivalente, tu reto es superar la
dependencia emocional, dejar de buscar
desesperadamente el amor y la presencia de las otras
personas. Para esto, puedes tomar las siguientes
pautas:
• Entiende que tus actitudes surgen de un niño
herido que se sintió confuso, carente de afecto
y no aceptado incondicionalmente. Es por esto
que hoy te sientes siempre inseguro y necesitas
asegurarte constantemente de que los demás te
quieren y están ahí para ti. Recuerda que ahora
eres un adulto y no dependes de nadie para
sobrevivir.
• Es fundamental que refuerces tu autoestima, trabajes
en tu amor propio y comiences a darte eso que
tanto anhelas de los demás. Esto es, amor
incondicional, aceptación, consuelo y apoyo.
Priorízate, ocúpate de ti y de tus necesidades y
mejora la relación contigo mismo.
• Cuida tu diálogo interno y las inferencias que haces
de la conducta de los demás. En este estilo de
apego es común estar muy alerta ante el
comportamiento de los otros y preocuparse y
culparse ante cualquier cambio en ellos. En lugar
de pensar que es tu culpa, que has hecho algo
mal y que van a dejar de quererte, procura
ajustar tus pensamientos y no dejarte llevar.
• Puede ser muy positivo que amplíes tu círculo
social con personas nutritivas y
enriquecedoras. Para las personas que
necesitan y disfrutan la intimidad emocional, tener
relaciones significativas es importante. Esto
ayudará a no recargar toda la responsabilidad y
las expectativas sobre tu pareja.
Partiendo del apego desorganizado
En el caso del apego desorganizado, puede ser
necesario trabajar en las dos vertientes anteriores
para desarrollar un apego seguro. Sin embargo, dado
que este estilo de apego surge de un trauma complejo
vivido en la infancia, lo más recomendable es buscar
apoyo profesional.

Sanar el pasado, aprender a gestionar los


disparadores de ansiedad y a vincularse sanamente
puede ser especialmente difícil en este caso; por tanto,
la psicoterapia será de gran ayuda.

La terapia psicológica ayuda a trabajar los traumas vividos en


la infancia.
Desarrollar un apego seguro
es posible
Ciertamente, trabajar el apego es una de las
cuestiones más complicadas, por lo arraigado que se
encuentra desde tanto tiempo atrás. Sin embargo,
todos podemos superar nuestro estilo de apego
inseguro y avanzar hacia una mayor seguridad,
confianza y bienestar.

El cambio llevará tiempo y en muchas ocasiones


surgirán de nuevo esas antiguas tendencias, pero con
conciencia, perseverancia y trabajo personal podremos
aumentar nuestro bienestar y la calidad de nuestras
relaciones.

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