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FACULTAD DE DERECHO
Informe Jurídico
Comunidad Santa Bárbara vs. Perú
AUTORES
Ashely Valverde Gutierrez (20181536)
Aymar Sotomayor Zumaran (20172720)
Rafaela Ojeda Jauregui (20180920)
Alexander Victorio Luque (20181053)
CURSO
Derechos Humanos
DOCENTES
Diana Álvarez y Daniel Sánchez
2023-1
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1. Hechos
Desde la década de 1980 hasta finales del año 2000 se vivió en nuestro país un periodo de
violencia, el Conflicto Armado Interno. En este contexto, en la Provincia y Departamento de
Huancavelica, en la comunidad Santa Barba, el Estado peruano ejecutó a inicios del julio de
1991 el “Plan Operativo Apolonia” con el supuesto objetivo de “” capturar y/o destruir” los
elementos terroristas que operaban en dicha zona”1.
En los días siguientes a este terrible hecho, familiares de los 15 desaparecidos se acercaron a
la mina, donde pudieron reconocer algunos de los cuerpos de los fallecidos y restos de
dinamita6. Acordemente, presentaron diversas denuncias ante la Fiscalía de la localidad.
Lamentablemente, los operadores judiciales no realizaron las diligencias debidas para
preservar la integridad de los restos y las pruebas del delito cometido por el Ejército.
El primer proceso judicial en iniciarse fue ante el Juzgado Sexto Militar Permanente de la
Segunda Zona Judicial del Ejército de Ayacucho, contra el Teniente Javier Bendezú y otros de
los que participaron en los hechos. A pesar de la evidencia que se tenía al momento respecto
de la desaparición forzada y ejecución extrajudicial de las víctimas, algunos de los acusados
fueron sentenciados por el delito de abuso de autoridad, desobediencia, robo, por haber
faltado al deber y dignidad de la función con penas mínimas. Otros fueron absueltos7.
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Lamentablemente, la Ley de Amnistía No. 26.479 casi produce el archivamiento definitivo del
proceso y la anulación de los antecedentes judiciales y policiales de los acusados 10. Ante ello,
la Corte Interamericana declaró que esta ley era contraria a la Convención Americana de
Derechos Humanos (CADH), por lo que, en el 2001, la sentencia de la Sala Mixta de la Corte
Superior de Huancavelica que ordenó el archivamiento del proceso y otros fue declarada
nula11.
Lamentablemente, no existe claridad respecto de las diligencias realizadas sobre los restos
humanos encontrados en la mina “Misteriosa” 14. El 30 de septiembre de 2010 se determinaron
los perfiles genéticos de algunos de los restos y en subsecuentes investigaciones se
obtuvieron otros15. Sin embargo, no se ha podido identificar plenamente a las víctimas de la
masacre de Santa Bárbara16.
Como puede notarse a lo largo del recuento de los hechos, se dieron diversos incidentes que
demuestran la negligencia, irregularidades en la captura de los procesados ausentes, métodos
de encubrimiento y los decepcionantes mecanismos forenses. La Corte identificó que se
produjeron, cuanto menos, “la negación de las detenciones; el uso de dinamita en múltiples
oportunidades y durante los primeros diez días de ocurridos los hechos (...); hostigamientos y
detenciones de comuneros que denunciaron los hechos, y amenazas a operadores
judiciales”17. Esto evitó que se pueda garantizar la certeza de lo ocurrido a los familiares
sobrevivientes y del destino de los desaparecidos.
La sentencia de la Corte IDH desarrolla ciertos aspectos que hemos podido revisar en clase.
En primer lugar, podemos ver cómo la Corte IDH utiliza los criterios de interpretación y los
principios de aplicación de los Derechos Humanos relacionados con su interdependencia,
indivisibilidad e integralidad. Esto le permite a la Corte IDH establecer un amplio marco de
interpretación e interconexión entre los derechos afectados y cómo la misma acción pudo
violentarlos de múltiples formas.
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Por otro lado, debido al conjunto de derechos vulnerados, es claro que, al haber siete víctimas
menores de edad, se tomó en consideración la obligación de especial protección a los niños,
niñas y adolescentes.
Por último, como parte del contexto histórico general que caracteriza al caso, este expediente
está directamente relacionado con el Conflicto Armado Interno y el análisis que se realiza del
mismo desde la diversidad de casos resueltos por la Corte IDH. Así como por lo aprendido por
nosotros durante la visita al museo Lugar de la Memoria, como la falta de una estrategia militar
para combatir los movimientos terroristas, el abuso de poder, las masacres y la violencia vivida
por nuestro país durante el periodo.
3. Problemas jurídicos
Derechos vulnerados
La Corte IDH comienza analizando el fondo del caso definiendo si es que las vulneraciones
perpetradas a las 15 víctimas constituyen desapariciones forzadas, las cuales vulneran los
derechos a libertad e integridad personal y pone en peligro el derecho a la vida.
En el caso se verifica que en efecto hubo una detención por parte de las autoridades militares
a 15 individuos que posteriormente fueron fusilados. Además, ellas negaron la detención, así
como, el paradero de dichas personas o sus cuerpos. La Corte también resaltó el hecho de
que dicha detención implicó actos vulneratorios a la integridad de las personas detenidas, ya
que se evidenció que pudieron ser sometidas a esfuerzos físicos injustificados, negadas del
acceso a agua y descanso y sometidas actos intimidantes y amenazantes; supuestos que
calificarían actos de tortura.
18 Véase: Caso Gómez Palomino Vs. Perú. Sentencia de 22 de noviembre de 2005, párr. 97.
https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_136_esp.pdf
19 Caso Masacres de Río Negro Vs. Guatemala. Sentencia de 4 de septiembre de 2012.
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solo una ejecución extrajudicial. Lo cual resulta importante para sentar una jurisprudencia
concreta sobre la figura de las desapariciones forzadas.
La Corte tomó en consideración los siguientes hechos para calificar como desapariciones
forzadas, a las vulneraciones contra las 15 víctimas de la comunidad campesina Santa
Bárbara.
Primero, hubo una negativa de las autoridades militares en reconocer la detención de las
víctimas. Como se mencionó líneas atrás, una característica trascendental de la figura de las
desapariciones forzadas es justamente la negativa de los agentes victimarios de reconocer las
detenciones de las víctimas. En el caso, algunos familiares de las víctimas denunciaron
rápidamente su desaparición y exigieron una respuesta de las autoridades judiciales y
militares; no obstante, no se les otorgó mayor información negando los hechos aludidos.
Segundo, los militares trataron de cubrir las vulneraciones realizadas con la dinamización de
los restos humanos días después de acaecida la masacre. En las investigaciones realizadas
durante los procesos judiciales en el Perú, se determinó que hubo constantes actos que
tuvieron como fin destruir evidencias. Por tal motivo, la Corte consideró este hecho para
reafirmar la negativa del Estado de reconocer las detenciones arbitrarias realizadas.
Por tal motivo, la Corte determina responsable al Estado peruano por la vulneración de los
artículos 1.1, 7, 5.1, 5.2, 4.1, y 3 de la CADH y el artículo I, a y II de la Convención
Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas (CIDFP).
Por último, la Corte menciona con suma preocupación la vulneración de los anteriores
derechos a la vida, integridad y libertad personal a niños y niñas. Así, resaltó que cuando se
comenzó a profundizar en las investigaciones, las autoridades habían querido falsificar la edad
de algunas víctimas que en realidad fueron alrededor de 6 niños y una mujer embarazada. Por
tal motivo, la Corte enfatizó que el Estado también vulneró los derechos de los niños, niñas y
adolescentes reconocidos en el artículo 19 de la CADH.
Continuando con el análisis de los derechos vulnerados, también se denota una vulneración al
derecho a la propiedad en conjunto con la vida privada familiar. La Corte hace referencia a que
el ejercicio derecho de propiedad no solo se entiende como el uso, disfrute y disposición de los
bienes, sino que también se entiende dentro de un contexto mucho mayor de derechos. En el
caso podemos apreciar bienes afectados como las casas y animales de ganado, que tienen
una relación no solo con sus propietarios sino con las familias de ellos.
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Por tal motivo, es importante resaltar que no solo hay un mandato de protección a la propiedad
privada, sino que la CADH en el artículo 11.2 señala una prohibición al Estado de
entrometerse en la propiedad, vida privada y familiar de los demás de manera abusiva y
arbitraria. El cual no fue cumplido, ya que hay evidencia de que los agentes militares
destruyeron las casas y se apropiaron de los ganados.
Desde esta perspectiva, la Corte es clara al relacionar tanto el derecho de propiedad con el
derecho a una vida privada y familiar, ya que es común que ambas se desarrollen en conjunto
en aquellos domicilios los cuales funcionan como hogares familiares. Esta es la situación del
caso concreto, en el cual las fuerzas armadas destruyeron las viviendas.
En este apartado, la Corte IDH detalló que hubo una clara violación a las garantías y
protección judicial de los familiares de las víctimas de la masacre. Así, la Corte tomó en
consideración una serie de sucesos para determinar que no hubo una adecuada protección
judicial con respecto a las investigaciones forenses y determinación y sanción de los culpables.
Ello en el marco de vulneraciones que constituyen no solo desapariciones forzadas, como ya
quedó claro al inicio del presente análisis, sino también constituyen actos de tortura. La Corte
considera diversos hechos para poder determinar lo anterior:
Primero, reitera el hecho de que al inicio de las investigaciones judiciales y forenses no se tuvo
una adecuada diligencia. La Corte es enfática en mencionar que, frente a casos graves de
violaciones de Derechos Humanos, como las desapariciones forzadas, es imprescindible que
las autoridades estatales emprendan todos sus esfuerzos para investigar, identificar y
sancionar a los culpables; “ya que de no ser así, se estarían creando, dentro de un ambiente
de impunidad, las condiciones para que este tipo de hechos vuelva a repetirse, lo que es
contrario al deber de respetar y garantizar el derecho a la vida”20.
No obstante, con relación al caso, se vuelve a mencionar el reaccionar del Estado frente a las
primeras denuncias de los familiares de las víctimas. Así, después de casi 15 días después de
las primeras denuncias se ordenó el levantamiento de los restos y la realizar una investigación
ocular; pero no parece haber registro fehaciente de los posibles descubrimientos 21. Esto es
sumamente preocupante, ya que denota el desinterés del Estado en encontrar a los
responsables e identificar a las víctimas.
Segundo, la Corte se pronuncia brevemente sobre el recurso de hábeas corpus interpuesto por
el señor Alejandro Huamaní a favor de su hijo, Elihoref Huamaní, víctima de la masacre. Esta
acción constituye una de las primeras denuncias que se tienen registradas; no obstante, una
vez más, la jurisdicción ordinaria peruana no le brindó una respuesta adecuada en un tiempo
razonable.
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Se declaró la improcedencia de la denuncia debido a que “de las constataciones efectuadas y
de las declaraciones recibidas de las dependencias policiales de la Policía de Seguridad,
Policía General, Policía Técnica y de la Base Militar y Comando Político Militar no se ha
comprobado la detención del ciudadano Elihoref Huamaní Vergara”22. Ello es preocupante
porque justamente porque hay una negativa del Estado de revelar las detenciones o
ubicaciones de las víctimas, probablemente no exista un registro policial o militar de las
detenciones. Por lo cual la Corte IDH considera que es irrazonable la simple revisión de los
registros para determinar la desaparición o detención23. Así, esto denota una clara vulneración
a la garantía constitucional que constituye la interposición de un hábeas corpus.
Tercero, la Corte recordó que para un garantizar un debido proceso, el Estado debe facilitar
todos los medios necesarios para proteger a los operadores de justicia, investigadores y
familiares de las víctimas de hostigamientos y amenazas que tengan como finalidad
entorpecer el proceso, evitar el esclarecimiento de los hechos y encubrir a los responsables
del mismos24. Sin embargo, dentro del proceso se dieron 6 obstaculizaciones por parte del
Estado Peruano dentro de las investigaciones.
En cuarto lugar, la Corte señaló la falta de debida diligencia en los procesos reabiertos una vez
declarada nula la resolución del 4 de julio de 1995 que aplicó la Ley de Amnistía No. 26.4799.
Es que, reabierto el caso durante los años 2009 y 2011 se evidenciaron diversas deficiencias
en los trabajos de excavación, exhumación y análisis de los restos óseos. Esto ha contribuido
a que aún no se haya esclarecido el paradero de las víctimas y generando así más
incertidumbre en los familiares.
22 Prf. 233
23 Prf. 234
24 Cfr. Caso Myrna Mack Chang vs. Guatemala
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Asimismo, el Estado no ha mostrado una preocupación en la captura de Javier Bendezú
Vargas y Dennis Wilfredo Pacheco, culpables principales de la masacre. Si bien se logró
determinar el paradero de uno de ellos, la Corte indicó que las acciones asumidas por Perú
eran insuficientes y que no habrían actuado con la debida diligencia de lograr la captura de
dichas personas, por tal motivo se infringió el artículo I, b de la CIDFP que determina la
obligación de los Estados de vertir sus esfuerzos en investigar y sancionar a los culpables de
las desapariciones forzadas.
Por ende, la Corte determina que hubo una vulneración a los artículos 8.1 y 25.1 de la CADH,
los artículos 1, 6 y 8 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura
(CIPST), y el artículo I, b de la CIDFP.
Por último, la Corte concluye su análisis del fondo del caso señalando que los familiares de las
víctimas que fueron desaparecidas forzadamente pueden ser, a su vez, víctimas. Al respecto,
dichos familiares sufren de vulneraciones al derecho a la integridad psíquica y moral debido a
que es una consecuencia de las desapariciones de sus familiares. Muchos testimonios
brindados por ellos demuestran un profundo sufrimiento que altera el desarrollo cotidiano de su
vida. Además, el Estado no aportó pruebas de que dichas afectaciones a los familiares no
hayan sucedido.
Por ello, la Corte determina que el Estado Peruano vulnera el derecho a la integridad personal
establecido en el artículo 5.1 de la CADH.
4. Fallo
Como puntos resolutivos, la Corte, decidió 25, por cinco votos a favor y uno en contra: aceptar el
reconocimiento parcial de responsabilidad internacional efectuado por el Estado; desestimar la
excepción preliminar relativa a la alegada falta de agotamiento de los recursos internos
interpuesta por el Estado; y, desestimar la excepción preliminar relativa a la alegada falta de
competencia ratione materiae respecto a la Convención Interamericana sobre Desaparición
Forzada de Personas.
Asimismo, como declaraciones de la Corte26, se tiene que, en primer lugar, declaró que el
Estado violó los derechos reconocidos en los artículos 3; 4.1; 5.1, 5.2 y 7 de la Convención
Americana. En esta línea, incidió en que las violaciones ocurrieron también en relación con el
artículo 19 de la Convención Americana respecto de Yesenia, Miriam y Edith Osnayo Hilario,
Wilmer Hilario Carhuapoma, Alex Jorge Hilario, y Raúl y Héctor Hilario Guillén, quienes eran
niñas y niños al momento que inició su desaparición forzada. Asimismo, el Estado violó el
artículo I.a y II de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada. En segundo
lugar27, la Corte declaró que el Estado violó los derechos reconocidos en los artículos 11.2. En
tercer lugar28, la Corte decidió que el Estado violó los derechos reconocidos en los artículos
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7.6, 8.1 y 25.1; de la misma manera, el Estado violó los artículos I.b de la Convención
Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas y los artículos 1, 6 y 8 de la
Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura. En cuarto lugar 29, la Corte
decidió que el Estado violó el derecho a la integridad personal establecido en el artículo 5.1 de
la Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 de la misma. En quinto lugar 30, y por
último, la Corte decidió que no cuenta con los elementos probatorios suficientes para acreditar
la alegada violación de los artículos 11 y 17 de la Convención Americana.
Asimismo, en relación a las reparaciones en el presente caso, la Corte dispuso 31, por cinco
votos a favor y uno en contra (literales del a. al g.) y por unanimidad (literales del h. al j.):
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i. Que, el Estado debe rendir al Tribunal un informe, dentro del plazo de un año a partir
de la notificación de la sentencia, sobre las medidas adoptadas para cumplir con la
misma.
Con todo, pese a que en el 2021 se cumplieron 30 años de la matanza del caso Santa
Bárbara, y a que la expedición de la sentencia por la Corte IDH fue en septiembre de 2015, el
Estado peruano solo demostró una adopción lenta y limitada de las medidas requeridas, como
se puede evidenciar en los hechos mencionados anteriormente. Tal situación determinó que,
con fecha 21 de junio de 2021, la Corte emita una resolución de Supervisión de Cumplimiento
de Sentencia36. En la misma, la Corte declaró que las únicas medidas a las que el Estado dió
cumplimiento total37 fueron las reparaciones mencionadas en el presente informe bajo los
literales f) y h) de las reparaciones compiladas previamente. Asimismo, declaró que el Estado
dió cumplimiento parcial38 a las medidas b) y f). Finalmente, declaró la Corte decidió 39
mantener abierto el procedimiento de supervisión de cumplimiento respecto de las medidas
mencionadas bajo los numerales b), c), d), e), y g); en ese sentido, la Corte dispuso que el
Estado de Perú adopte, en definitiva y a la mayor brevedad posible, las medidas que sean
necesarias para dar efectivo y pronto cumplimiento a las reparaciones bajo supervisión.
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5. Bibliografía:
CEJIL. (19 de abril de 2016). Detienen a militar peruano responsable de desaparición forzada
de 15 campesinos. https://cejil.org/comunicado-de-prensa/detienen-a-militar-peruano-
responsable-de-desaparicion-forzada-de-15-campesinos/
Gob.pe. (21 de diciembre de 2021). Fiscal de la Nación pide disculpas a nombre del Estado a
familiares de víctimas del caso Santa Bárbara.
https://www.gob.pe/institucion/mpfn/noticias/567281-fiscal-de-la-nacion-pide-disculpas-a-
nombre-del-estado-a-familiares-de-victimas-del-caso-santa-barbara
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