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PRACTICAS PROFESIONALES II

ACOMPAÑMIENTO TERAPEUTICO
Sandra Navarro

ACOMPAÑAMIENTO TERAPEUTICO

Lic. M. Iusim

¿Qué es un AT?

El AT es un agente de salud mental que siempre trabaja y pertenece a un equipo


terapéutico, instrumenta medios psicológicos, colabora en la continuidad de los
tratamientos en la vida cotidiana de los pacientes graves, ubicándose en un lugar y rol
propio, apuntando a sostener empáticamente al paciente y a su contexto (o entorno)
humano (familia de origen y la que formo, pareja, amigos, compañeros de estudio, de
deportes, de trabajo, vecinos, etc.)

No es: un amigo, un familiar, un cuidador domiciliario, un enfermero, un asistente de


discapacidad, un psicólogo, una maestra integradora.

Si es: un trabajador de la salud mental, un agente de salud, prevención, socialización,


adaptación a la realidad, un representante del equipo terapéutico (es especial del
psicoterapeuta) en la vida cotidiana del paciente, un recurso terapéutico fundamental.

El AT tiene un rol y funciones específicas, acompaña de forma activa, esta con el


paciente en su cotidianeidad, en sus diversas actividades, ocupaciones, obligaciones,
en su tiempo libre, brindándole herramientas para que logre un mayor grado de
autonomía y una mejor calidad de vida, para que el mismo paciente pueda detectar las
dificultades que vayan surgiendo y pueda resolverlas, colabora en la construcción de
la subjetividad y el desarrollo del lazo social.

Un AT sigue las consignas y objetivos terapéuticos determinados por el equipo


terapéutico que integra, constituyéndose en un agente de cambio en salud que
favorece las potencialidades del paciente, para que el mismo pueda desarrollar un
proyecto de vida.

DEFINIENDO EL TERMINO ACOMPAÑANTE TERAPEUTICO

El sustantivo “Acompañante” da cuenta de una de las funciones esenciales del AT,


acompañar al paciente de forma activa, en sus problemas, crisis, vida social,
introspección.

Con respecto al adjetivo “terapéutico” deriva de la palabra griega therapeia (“terapia”),


que significa tratamiento.

El tratamiento con pacientes graves no suele ser placentero, ni divertido, ni distrae, ni


relaja al paciente ni a los trabajadores de equipo terapéutico. Por ejemplo, un objetivo
terapéutico a trabajar podría ser la socialización, lo cual podemos además divertirnos,
relajarnos y disfrutar, pero estas son consecuencias secundarias al trabajo sobre el
objetivo terapéutico (que debe intentar lograrse).

Abrazar un árbol, andar en bicicleta, ir al cine, mirar el amanecer puede resultar


placentero, pero no ser necesariamente terapéutico. Para que sea terapéutico tiene

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que haber un trabajo psíquico (mental), un esfuerzo activo por parte del paciente, y
esa actividad tiene que estar implementada por el AT como una técnica terapéutica
para alcanzar objetivos terapéuticos.

Ese trabajo (fundamentalmente inconsciente), que se da en el vínculo con el AT, es un


intento de mejorar y producir cambios favorables en los pacientes.

Muchas veces hay que atravesar el dolor y/o poner mucho esfuerzo para dejar de
sufrir. Por eso pensamos que lo terapéutico no necesariamente es placentero.

Siempre lo terapéutico debe serlo para el paciente, no para el AT. El AT está al


servicio del paciente, no viceversa. El paciente debe trabajar para sí mismo.

Propongo pensar que siempre lo terapéutico es ético. Cualquier cosa que haga el AT
debe estar enmarcada y focalizada en el paciente. Por eso debe diferenciar lo propio
de lo ajeno, quien es él, que es de él, y que del paciente.

El AT trabaja sobre lo que necesite y beneficie al paciente (no a si mismo)

El AT de pacientes adolescentes adictos puede trabajar sobre la capacidad para aliviar


o tolerar los síntomas, reducir la probabilidad de recaídas, acompañar al sujeto en las
recadas, mejorar la calidad de vida, promover el funcionamiento adaptativo activo del
sujeto en cualquier área (laboral, educacional, social, familiar, ocio), fortalecimiento de
los vínculos, establecimiento de hábitos de vida saludables, fomentar la comunicación,
fortalecimiento del yo. Esto como consecuencia puede hacer que e l paciente mejore,
modifique las conductas (que son siempre consecuencia, nunca causa).

El AT se crea en Argentina de la mano del psicoanálisis (una de las tantas corrientes


dentro de la psicología), es un recurso terapéutico dentro de un tratamiento terapéutico
(siempre trabaja dentro de este equipo). Sus objetivos deben ser siempre terapéuticos
y pre-establecidos en el equipo.

VINCULO TERAPÉUTICO

La palabra paciente deriva del latin patiens, que significa sufriente. Se refiere a una
persona que sufre que padece un dolor. Algunos lo relacionan a la palabra paciencia, y
suponen que los pacientes tienen paciencia, pero esto no es necesariamente así.

Por otro lado, otros relacionan la palabra paciente con pasivo. Aquí discrepamos
totalmente, ya que concebimos a los seres humanos como sujetos activos (aun los
que nacieron con alguna dificultad o la hayan adquirido posteriormente9. Desde el
psicoanalisis ponemos el acento en la actividad del paciente, uno de lols objetivos que
tenemos es que él logre el mayor grado de actividad y autonomía.

Esta forma de proceder la entendemos como una posición ética y terapéutica,


buscamos que surja lo propio que tiene cada sujeto (su subjetividad) y que sea activo (
siempre en la medida de sus posibilidades) frente a lo que sucede (ded forma
transitoria, episódica o crónica). El AT no estimula, no ordena, no es el único activo en

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el vínculo con el paciente, para que haya vinculo se precisa la actividad de ambos
participantes del vínculo.

Recordemos que la subjetividad se construye en el vínculo con otros seres humanos


empáticos, está en construcción permanente hasta la muerte.

La subjetividad así como se construye también se la puede destruir. Esto último nos da
una pista de lo que sucede a los pacientes adictos.

La gravedad suele estar determinada por tres cuestiones básicas que solemos
encontrar en la práctica

1. Riesgo para sí: de lastimarse o matarse (suicidio)


2. Riesgo para terceros, lastimar severamente o matar a alguien (homicidio)
3. Fallas en el autovalimiento ( en la capacidad para valerse por sí mismos,
suelen establecer vínculos de dependencia)

Estas tres características no coinciden necesariamente con un diagnostico


determinado, más allá del diagnóstico, se refiere a una situación particular. Por
ejemplo, como prejuicio algunos piensan que todos los sujetos que tienen autismo,
no se pueden valer por sí mismos, pero esto no es así, el autovalimiento no tiene
que ver con una problemática específica.

Lo grave es la situación en la que se encuentran los pacientes, esa situación


incluye a su entorno humano. Los pacientes adictos suelen ser pacientes graves.

Generalmente se recurre al AT porque el entorno humano del paciente no puede


hacerse cargo de la situación, ya sea por desborde, saturación, estancamiento,
falta de recursos (económicos, psicológicos, de información, de tiempo), por
cansancio, desinterés, por abandono, etc.

Para que haya vinculo tiene que haber empatía del AT al paciente (por supuesto) y
también del paciente al AT. Este vínculo no es cualquier vínculo, es un vínculo
terapéutico, asimétrico. Esto quiere decir que el AT trabaja para el paciente, y el
paciente trabaja para sí mismo.

El vínculo terapéutico, fundamental para encarar todo tratamiento, se arma entre


las dos que lo componen (AT- paciente), entre ellos se da un intercambio que
exige a ambos, ser activos. El vínculo es un poderoso escenario en el cual el AT
pondrá al servicio del paciente herramientas y técnicas para colaborar en alcanzar
los objetivos terapéuticos del paciente.

La palabro empatía proviene del griego em (dentro de ) patia: pathos (enfermedad,


padecimiento, sufrimiento)de meterse dentro del sufrimiento , de la enfermedad del
paciente y asi darnos cuenta de lo que le pasa por la mente al paciente.

Muchos formulan que empatía es ponerse en los zapatos del otro, o sentir lo que
siente el otro. Para enriquecer esta definición pensamos a la empatía como la

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capacidad para darse cuenta que se le pasa al paciente por la mente, e incluye
hacer algo al respecto.

La empatía permite trabajar entendiendo que le sucede al otro, sin haber vivido
algo similar (por ejem depresiones, violencia, adicciones, situaciones traumáticas,
etc) algunas personad suponen que se puede vivir lo mismo, y que mejor que
trabajar con alguien que le haya sucedido lo mismo que al paciente. Primeramente,
nunca se vive lo mismo de la misma forma, porque cada uno es un ser único que
tiene su propia subjetividad, las situaciones similares impactan de forma específica
en cada sujeto ( que contara o no con las herramientas para poder resolver esa
situación). Además haber vivido algo similar no es suficiente para poder trabajar
con personas, hace falta (entre otras cosas) capacitación, experiencia y empatía.

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