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El Titanic es uno de los barcos más famosos de la historia.

Te
contamos todos los detalles sobre su construcción, su
hundimiento, el rescate de los supervivientes y, décadas
después, el descubrimiento de los restos del naufragio.

LOS TRES TRANSATLÁNTICOS MÁS GRANDES: OLYMPIC,


TITANIC Y GIGANTIC
en 1907, los presidentes de la naviera White Star Line, Bruce Ismay, y
de los astilleros Harland & Wolff, William Perrie, pusieron en marcha
un ambicioso proyecto para construir un trío de transatlánticos que
debían ser los más grandes, rápidos y lujosos del mundo. Todo un
desafío de la ingeniería de principios de siglo XX.
Decidieron bautizarlos con nombres inspirados en la mitología
griega: Olympic, Titanic y Gigantic (cuyo nombre se cambió a
Britannic después del hundimiento del Titanic). De entre estos, el
segundo se convirtió en leyenda debido a su trágico destino y a que
en su momento fue publicitado como un barco casi insumergible. Era
el barco más grande y lujoso que se había construido antes, pero
naufragó en apenas tres horas durante su viaje inaugural, la
madrugada del 15 de abril de 1912.
¿CÓMO FUE LA CONSTRUCCIÓN DEL TITANIC?
Puesto que los barcos debían convertirse en los mejores del mundo,
en su construcción se cuidaron todos los detalles, especialmente en el
caso del RMS Titanic, el segundo de la triada. Aunque el diseño base
era el mismo, la experiencia de los primeros meses de servicio del
Olympic llevó a mejorar la siguiente nave en el aspecto técnico.
Todo ello hizo que aumentase el tonelaje del barco respecto a su
hermano mayor hasta que se convirtió en “el objeto móvil más
grande jamás creado”: 46.328 toneladas de peso, 270 metros de
longitud y 53 de altura.
Pero no solo el tamaño y el peso fueron absolutamente
excepcionales, sino que la velocidad de este gigante de los mares
también sería deslumbrante. Las mejoras en los motores, con 55.000
caballos de fuerza motora, le permitían navegar a una velocidad
máxima de 22,5 nudos (unos 42 kilómetros por hora). En definitiva, un
portento del mar que además se creó la fama de insumergible
(aunque sus creadores nunca afirmaron tal cosa categóricamente) a
pesar de su fatídico final.
Esta fama se acrecentó gracias al empleo de los mejores materiales
en su construcción y al diseño de un casco de doble fondo dividido en
dieciséis compartimentos estancos, de modo que el barco podría
permanecer a flote hasta con cuatro de ellos inundados: por
desgracia, el choque con el iceberg inundó cinco. De hecho, a pesar
de acabar hundido en su primera travesía, el Titanic era realmente
uno de los barcos más seguros de su época.
El lujo del interior fue otro ámbito en el que se aplicaron grandes
mejoras respecto al Olympic. Los camarotes de primera clase del
Titanic fueron diseñados como un hotel de lujo y eran los mejores
que jamás había tenido un barco, con algunas suites de lujo que
contaban incluso con un pequeño espacio privado al aire libre, algo
de lo que carecían el resto de barcos de estas características.
Por su parte, los camarotes de segunda clase podían rivalizar con
un hotel y los de tercera, aunque mucho más simples, superaban a
los de segunda clase de muchas compañías. Pero donde realmente se
dejaba sentir el lujo era en los espacios comunes, especialmente en la
famosa Gran Escalera de primera clase que estaba rematada por una
espectacular y ostentosa cúpula de cristal por la que entraría la luz a
espuertas.
Por si fuera poco, el barco contaba con gimnasio, salón, sala de
lectura, diversos comedores y cafés donde los pasajeros podían
explayarse y disfrutar. O lo que es lo mismo, El Titanic más que un
medio de transporte, se podía decir que era casi un hotel de lujo
flotante que, además, te permitía viajar.

¿CÓMO SE DESARROLLÓ EL VIAJE?


El 10 de abril de 1912, el Titanic zarpó del puerto inglés de
Southampton en su viaje inaugural hacia Nueva York. Lo que habría
de ser un viaje histórico por la grandeza del barco y la ingeniería
humana terminó pasando a la historia como una de los hundimientos
más famosos jamás ocurrido. Al mando de la nave estaba el
capitán Edward Smith, un veterano de la White Star Line.
Este fue elegido tanto porque ya había capitaneado el transatlántico
Olympic, que a nivel técnico era muy parecido al Titanic y llevaba un
año haciendo la misma ruta, como por su popularidad entre los
pasajeros recurrentes en este tipo de travesías. Este iba a ser su
último viaje antes de jubilarse, un premio para terminar su carrera
por todo lo alto… aunque terminó siendo todo lo contrario.
Antes de adentrarse en el océano Atlántico, el Titanic hizo escala en
Cherburgo (Francia) el mismo día y en Queenstown (actual Cobh,
Irlanda) al día siguiente para recoger a todos los pasajeros que habían
adquirido su pasaje. El viaje prometía ser una travesía tranquila,
por la aparente seguridad del barco y porque se tomaron medidas de
precaución considerables. El capitán Smith tomó una ruta más al sur
de lo habitual para evitar el peligro de los icebergs y durante la noche
de cerraban todas las aperturas en el castillo de proa para no
entorpecer la visión de los vigías.
EL CHOQUE DEL TITANIC CON EL ICEBERG
Pero tan solo cuatro días más tarde de su partida, el 14 de abril, a
pocos minutos para la medianoche, se produjo el fatídico choque con
el iceberg que, en pocas horas, hundiría el “barco casi insumergible”.
A posteriori se ha especulado sobre cuál fue la causa de este
choque y los investigadores continúan lanzando hipótesis al respecto.
Sí parece claro que varios factores contribuyeron al desastre: a esa
latitud, en principio, no debería haber icebergs; además, la noche sin
la luz de la luna y el mar en calma hicieron que el bloque de hielo
resultara casi indetectable.
Sin embargo, el vigía de guardia en el momento del choque, Frederick
Fleet advirtió al primer oficial William Murdoch, que en ese momento
sustituía al capitán al mando del Titanic de la presencia del
iceberg.
Este aviso llevó a Murdoch a tomar una decisión que resultaría fatal:
intentar esquivar el iceberg virando a babor y deteniendo los
motores. Esto provocó que, debido a la inercia del barco, el hielo
terminara golpeando y rasgando el casco por estribor, por debajo de
la línea de flotación. En minutos los compartimentos de seguridad
comenzaron a llenarse a una gran velocidad, creando una inundación
que resultó mortal para el barco.

¿POR QUÉ SE HUNDIÓ EL TITANIC?


Se ha especulado mucho sobre las causas del accidente, cómo se
podría haber evitado y si se podrían haber salvado más vidas durante
la evacuación. Algunos hechos no dejan lugar a dudas sobre ciertos
aspectos del salvamento, como el hecho de que el Titanic llevara
botes insuficientes para todos los pasajeros (aunque sí cumplía
con el número establecido por las regulaciones de transporte
marítimo de la época). También es cierto que los vigías no disponían
de binoculares lo bastante adecuados para una noche como la de la
tragedia, sin luna ni oleaje que indicara la presencia de icebergs.
Sin embargo, no es cierto como a veces se ha apuntado, que no se
prestara suficiente atención al diseño del barco y a los materiales de
construcción: las técnicas empleadas estaban a la vanguardia de la
época y, sobre el papel, el Titanic era realmente más seguro que casi
cualquier barco del momento. Uno de los pocos errores de diseño
que se han identificado y que influyó de forma decisiva en la tragedia
fue no tener en cuenta la escala del timón, demasiado pequeño para
un barco de tal magnitud. También es cierto que el acero del casco
tenía una proporción demasiado alta de azufre y fósforo, lo cual lo
exponía a una mayor fragilidad en aguas frías y que provocó que los
remaches saltaran con más facilidad.

Por otra parte, a posteriori se ha afirmado que la maniobra de viraje


que ordenó Murdoch fue un error y que, de haber chocado de
frente a la velocidad a la que navegaba el Titanic, los daños
habrían sido menores. Pero a este respecto deben considerarse dos
aspectos: el primero es que intentar esquivar el iceberg era un reflejo
natural ante un riesgo inminente; y el segundo es que realmente no
había manera de saber hasta dónde se extendía el hielo por debajo
de la línea del agua, de manera que Murdoch podría haber pensado
legítimamente que podrían esquivar el iceberg con un giro brusco de
timón.
Aunque parezca mentira, los pasajeros apenas sintieron el choque
que terminó con el Titanic en el fondo del mar. Según parece, algunos
pasajeros sintieron una ligera vibración mientras que otros
contemplaron, con curiosidad como el barco pasaba junto a su
verdugo helado, del cual incluso se desprendieron varios fragmentos
que acabaron en la cubierta y con los que incluso algunos estuvieron
haciendo bromas. El extraño sonido que se produjo mientras el hielo
rajaba el casco unos cinco metros por debajo de su línea de flotación
inicialmente no provocó ninguna inquietud, ni siquiera en parte de la
tripulación, quienes pensaron que quizá se debía a la rotura de
alguna aspa de las tres gigantescas hélices de la nave.
EL HUNDIMIENTO DEL TITANIC
El capitán Smith, avisado del incidente, ordenó al diseñador del
Titanic, Thomas Andrews, que viajaba a bordo, hacer una evaluación
de los daños. Su veredicto fue que al barco le quedaban dos horas
escasas antes de hundirse. Smith dio entonces la orden de preparar
la evacuación y de lanzar un SOS por telégrafo a todos los barcos que
estuvieran lo bastante cercanos como para acudir al rescate de los
pasajeros. Sin embargo se tardó demasiado en dar la voz de alarma y
comenzar con la evacuación. Según los especialistas, si el barco
hubiera chocado de frente con el resultado de un gran impacto, todo
el pasaje se habría despertado e inmediatamente habría tomado
conciencia del peligro que corría.
Desde el principio, Smith y Andrews fueron conscientes de que
sería imposible evacuar a todos los pasajeros puesto que solo
había botes suficientes para embarcar a una cuarta parte de los
mismos. Además, siguiendo la política vigente de “mujeres y niños
primero”, no se llenaron los botes hasta su máxima capacidad. Más
tarde se pidió con megáfonos a los botes que ya estaban en el agua
que regresaran para poder embarcar a más pasajeros, pero la
mayoría no lo hicieron por miedo a ser engullidos por la fuerza de
succión del barco al hundirse. De haberse llenado al completo
todos los botes se podrían haber salvado entre 300 y 400 personas
más.
El hundimiento del Titanic se precipitaba rápida e
inexorablemente. Al haberse inundado los compartimentos de
proa, el barco se fue sumergiendo hacia delante: fue entonces
cuando los más escépticos se dieron cuenta de la gravedad de la
situación. A las 2:05 se arrió el último bote salvavidas y se desató el
pánico a bordo; pocos minutos después, la proa se hundió del todo,
levantando la popa del barco y provocando que este se partiera en
dos antes de hundirse definitivamente. A las 2:20, el barco “casi
insumergible” desapareció en las profundidades junto con casi el 70%
de las personas que estaban a bordo entre pasajeros y tripulantes.
EL RESCATE DEL TITANIC
Alrededor de las 4 de la madrugada, el barco de la Cunard Line RMS
Carpathia llegó al lugar del suceso. Logró rescatar a 705
pasajeros; el resto habían muerto ahogados o congelados debido a la
glacial temperatura del agua. Más tarde llegó el SS Californian, un
barco mercantil que tiene un controvertido papel en la historia: se
encontraba a solo 20 millas de distancia y habría podido llegar al
rescate antes del hundimiento, pero el oficial de comunicaciones
había desconectado el telégrafo debido al trato desagradable que
había recibido por parte del telegrafista del Titanic poco antes del
choque.
El Californian se ocupó de recuperar cadáveres del agua: se
recuperaron poco más de 300 cuerpos, de los cuales más de 100
fueron devueltos al mar por su mal estado.
El capitán Edward Smith y el diseñador del Titanic, Thomas Andrews,
murieron a bordo. Bruce Ismay, presidente de la White Star Line, fue
sometido a una investigación oficial y absuelto, aunque cayó en una
depresión y nunca se perdonó por el desastre, como tampoco lo
perdonó la opinión pública.

EL REDESCUBRIMIENTO DEL TITANIC


Los restos del Titanic fueron localizados el 1 de setiembre de 1985 por
una expedición del IFREMER (Instituto Francés de Investigación y
Explotación Marina) y la Institución Oceanográfica de Woods Hole, a
3.821 metros de profundidad. El descubrimiento hizo resurgir el
interés por el legendario barco y a lo largo de los años siguientes se
enviaron varias misiones para recuperar unos 5.500 objetos del
naufragio, desde efectos personales hasta partes de la nave.
Por si fuera poco, la película con el mismo nombre que el
barco, Titanic, de James Cameron, protagonizada por Leonardo
DiCaprio y Kate Winslet, reavivó en 1997 la pasión por la historia del
“barco de los sueños”. Aunque no es la primera ni la más fiel
representación de lo que sucedió, sí se ha convertido en el referente
cinematográfico más importante y uno de los principales motivos de
la fama del Titanic en nuestros días, dando lugar a innumerables
exposiciones y documentales a medida que se van conociendo mejor
las causas que llevaron al desastre marítimo más famoso de todos los
tiempos.
A causa de la corrosión provocada por el agua marina el casco se
encuentra en muy mal estado: casi toda la madera ha desaparecido y
el metal está oxidado. Intentar salvar un pecio de ese tamaño a tal
profundidad es una tarea casi imposible y, eventualmente, el Titanic
está condenado a desaparecer definitivamente.

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