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UNIVERSIDAD REGIONAL

DEL SURESTE

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS


SOCIALES
MODALIDAD DE ESTUDIOS PRESENCIAL

LICENCIATURA EN DERECHO

ASIGNATURA:
CONTRATOS II

TEMA:
EL PODER COMO CONTRATO CIVIL

ALUMNO:
AGUIRRE GONZÁLEZ LUIS GERMÁN

FECHA:
12/02/23

LUGAR:
OAXACA DE JUÁREZ, OAXACA
El poder como contrato civil
Abstract:
El poder es un contrato que en la actualidad no encuentra una regulación
específica, pues, si bien es cierto existen apartados dentro de nuestro código civil
que lo menciona expresamente, el legislador ha tenido una confusión y la regulación
del poder se encuentra al amparo del mandato, teniendo entonces la obligación más
doctrinaria que jurídica, de hacer una distinción clara de uno y otro.
Esfuerzos se han concebido para efecto de resolver esta paradoja legislativa,
la más aceptada, es aceptar al poder como un accesorio al mandato, así pues, el
mandato no podría existir sin ese poder para realizar determinadas actividades. En
la práctica, se ha demostrado que esto es relativamente imposible, sin embargo, a
nivel teórico esta propuesta ha permeado en diferentes textos jurídicos.
Palabras clave: Poder, Código Civil, Mandato, confusión, distinción.

I. Concepto

Menester resulta que, para comenzar a entrar al fondo del asunto, definamos
lo que se entiende por poder. Precisamente, la palabra poder tiene distintas
acepciones en el contexto social, por lo que, delimitaremos el presente estudio a los
contratos civiles que regula el Código Civil del Estado de Oaxaca. Así pues, el poder
como contrato civil se define como:
El medio, instrumento o camino por virtud del cual la manifestación unilateral de
voluntad de una persona confiere u otorga facultades a otra para que la represente,
actuado siempre en nombre del representado; ésta es la aceptación técnica y precisa
de la figura (Oliveros, p. 142).
Aunque, también existe otra perspectiva de este mismo poder, y es verlo
como:
Las facultades que tiene una persona para representar a otra actuando en su nombre;
en este sentido, se dice que una persona tiene poder para comprar, para vender o para
realizar determinado acto jurídico en nombre de otra
De forma legal, carecemos de una auténtica conceptualización de este
contrato, por lo que se mencionaba en un inicio, sobre la confusión imperante entre
el mandante y el poder, a tal manera pues, que otra tesis para poder separar tal
confusión es entender al mandato general para actos de administración como el
género, y el poder general para pleitos y cobranzas, su especie.
Nos limitaremos a establecer lo que el legislador ha querido referirse por
mandato, en su artículo 2427, con la aclaración que el mandato es un contrato
bilateral, mientras que el poder es unilateral, pero, que convergen en una sola
facultad: la representación.
Artículo 2427.- El mandato es un contrato por el que el mandatario se obliga a
ejecutar por cuenta del mandante los actos jurídicos que éste le encarga.

II. Tipos de poder

Continuando con gravísima confusión entre el mandato y el poder, el


legislador ha señalado como tipos de poder a los tipos de mandato reinantes en
nuestro Código Civil. Por tanto, la clasificación que nos ofrece el legislador es la que
se señala en el artículo 2434 que indica:
Artículo 2434.- El mandato puede ser general o especial. Son generales los contenidos
en los tres primeros párrafos del artículo 2435. Cualquiera otro mandato tendrá el
carácter de especial.
Podemos graficarlo de la siguiente manera:

Para pleitos y
cobranzas
Generales
De administración
De actos de
Tipos de poderes dominio

Por exclusión,
cualquier otro
Especiales mandato que no
sea general

El contenido de cada poder irá variando en función de las necesidades por


las cuales se suscribió, por tanto, deberemos establecer ciertas
conceptualizaciones por lo que concierne a los poderes generales:
◼ Poder general para pleitos y cobranzas: “Sirve para que el apoderado
represente al poderdante en toda clase de juicios y para efectuar cobros”
(Secretaria de Relaciones Exteriores, 2023)
◼ Poder general para actos de administración: “Sirve para que el apoderado
administre bienes e intereses del poderdante” (ídem)
◼ Poder general para actos de dominio: “Sirve apara comprar, rentar, donar,
hipotecar, o para cualquier acto cuyo objeto sea trasladar el derecho de
propiedad a otra persona” (ídem)
III. Actos de administración y actos de dominio

Serían dos los principales actos que pueden permear en un poder: de


administración y dominio. Anteriormente, se creía que había una jerarquía entre
poderes, por tanto, el hecho de conceder un poder para pleitos y cobranzas, se
entendía implícita la facultad de tener actos de administración o de dominio. Con las
subsecuentes reformas e interpretación a la norma jurídica por parte de la SCJN, el
paradigma ha cambiado de tal forma que ahora existe una tajante diferencia entre
actos de administración, de dominio y de pleitos y cobranzas: nos enfocaremos en
los dos primeros.
No debemos confundir a los actos de administración, como los actos
materialmente administrativos que sirven de base para el juicio de amparo. El
contenido de este acto es de un corte civilista-contractual, de tal forma, que tiene un
amplísimo espectro, en tanto:
Entre los actos de administración deben contarse aquellos que tienden a la
conservación de los derechos del mandante, sin que se estime necesaria la
precisión de dichos actos dentro del poder general para pleitos y cobranzas, toda
vez que la obligación de velar por los intereses del mandante en el juicio del que
emana el acto impugnado, se encuentra implícita en el mandato de esa naturaleza
en el cual quedó facultado para hacer uso de todos los recursos y medios de defensa
que conceden las leyes en beneficio de los bienes puestos a su cuidado ([TA]; 10a.
Época; T.C.C).
A parte de las instrucciones expresas que debieran designarse en aquel
poder para actos de administración, y por supuesto, los de la conservación de los
derechos del mandante, también podemos englobar los siguientes supuestos:
El mandato otorgado en un poder general para actos de administración no
puede llevar a la pérdida o menoscabo del patrimonio del mandante, puesto que ello
sólo es facultad exclusiva de éste, al reunirse en él las facultades de usar, disfrutar
y disponer del mismo ([TA]; 9a. Época; T.C.C.)
De tal manera, que además de incluir actos para la preservación de derechos,
se reúnen otros verbos adicionales como el uso, disfrute y disposición. Debemos
tener especial cuidado en esta última parte, dado que, recordemos, los elementos
del derecho de propiedad es el usus, frutus y abutendi, mismos que parecieran
englobarse en actos de administración, cuando, verdaderamente deberían estar en
los actos traslativos de dominio. Veamos ahora de qué van estos actos
Como primer acercamiento a estos actos de dominio, remitámonos a lo que
ha establecido la SCJN al respecto:
En los poderes generales, para ejercer actos de dominio, basta que se den
con ese carácter para que el apoderado tenga todas las facultades de dueño, tanto
en lo relativo a los bienes, como para hacer toda clase de gestiones a fin de
defenderlos. La finalidad de dicho mandato es que el mandatario realice todos los
actos que puede ejecutar el propietario. Cuando se quisieren limitar, en los casos
antes mencionados, las facultades de los apoderados, se consignarán las
limitaciones, o los poderes serán especiales.
Se advierte la primera característica de estos actos de dominio,
precisamente, que al que se le están dando tales poderes, se conduzca como dueño
de tal forma que realice las gestiones necesarias a fin de defenderlos, por ende,
distinto a los actos administrativos, acá se cuentan con esos tres verbos que
habíamos mencionado previamente, pero ya no solo le toca al mandante, sino
también al mandatario.
La SCJN pareciera tener un criterio uniforme entorno a este tipo de poder,
pues, se afirma en otro apartado:
El poder general para actos de dominio confiere al apoderado todas las facultades
del dueño y que cuando se quisiere restringirlas, deberán consignarse las limitaciones en
el propio poder, o bien, éste habrá de otorgarse como especial ([TA]; 10a. Época; T.C.C).
Por tanto, es posible concluir el hecho de contar con un acto de dominio autentico,
que englobe el uso, disfrute y disposición de la cosa para efecto de preservar la misma,
mientras, que en el acto administrativo, se observa solo actos materialmente encaminados
a la preservación del bien, sin que ello implique que se traslade el uso o el disfrute, mucho
menos la disposición, por ser ésta cualidad exclusiva del mandante, o poderdante.

Consideraciones finales
A lo largo del presente texto hemos notado como se nombra indistintamente al poder
como mandato, y viceversa. La distinción teórica respecto a la denominación de sus partes
“mandante-mandatario” y “poderdante-apoderado”, queda ahora registrada en doctrina que
poco de vinculante encuentra en nuestro ordenamiento jurídico. Naturalmente, dicha
confusión orilló al legislador y diversos profesionistas, a diversas interpretaciones de un
contrato que pareciera sonar complejo, pero, que solo se encuentra equivocadamente
inmerso en otro: el mandato.
Así pues, el que escribe, sigue sugiriendo y exhortando a la distinción entre el
mandato y el poder, de tal manera que sea clara la diferenciación cuando hablamos de tipos
de poder, sin que en la propia SCJN se haga un uso indiscriminado del término mandato
para pleitos y cobranzas, pues, como sabemos, no existe nada más lejos de la realidad que
dicho contrato.
Por otra parte, concerniente a los actos administrativos y de dominio, no existen
mayores comentarios; uno sirve para preservar el bien o el derecho, mientras que el otro,
sirve como un medio por el cual se traslada la propiedad a otro, a fin de que se haga cargo
para acrecentar el caudal del poderdante. La limitación de actividades se ve restringida, y
no es para menos, cuando se hace un poder traslativo de dominio, generalmente se
agregan diversas cláusulas especiales a fin de proteger los derechos del poderdante frente
a los del apoderado.
Referencias
Martínez Domínguez, J.A. (2013). El poder general para pleitos y cobranzas, contenido y
limitaciones. Editorial Porrúa. https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv/detalle-libro/3694-
el-poder-general-para-pleitos-y-cobranzas-contenido-y-limitaciones-2a-ed-
coleccion-colegio-de-notarios-del-distrito-federal
López Adame, A.G. (2017). Homenaje a Miguel Ángel Zamora y Valencia por el Colegio de
Profesores de Derecho Civil Facultad de Derecho-UNAM. Colegio de Profesores en
Derecho Civil Facultad en Derecho – UNAM.
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/11/5040/18.pdf
Secretaria de Relaciones Exteriores (2023). Poderes notariales. Embajada de México en
España.
https://embamex.sre.gob.mx/espana/index.php/visas/551#:~:text=Poder%20Gener
al%20para%20Pleitos%20y,ejemplo%3A%20cuentas%20bancarias%20o%20nego
cios.
Tesis[J]; 10a. Época, Semanario judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, tomo
I, julio de 2018, p. 217.
Tesis [TA.]: Semanario judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XVIII,
septiembre del 2003, p. 1407.
Tesis [J.]: Semanario judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, tomo I, julio de
2018, p. 217.
Tesis [TA]: Semanario judicial de la Federación y su Gaceta, Quinta Época, tomo XLVIII, p.
2938.
Tesis [TA]: Semanario judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, tomo IV, enero
de 2016, p. 3359.
Tesis [TA]: Semanario judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, tomo II, junio
de 2013, p. 1278.

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