Libro Credo Del Joven Triunfador

LIBRO CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR.
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Título de la obra:
EL CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR
Nombre del autor:

Pablo Partida Gómez
Agencia de Publicaciones México Central, A.C.

Uxmal 431, Col. Narvarte, Del. Benito Juárez, Ciudad de México, 03020
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DISEÑO DE LA PORTADA Y DIAGRAMACIÓN
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CORRECCIÓN
.....................................................
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su tratamiento informático y su transmisión, ya sea electrónica o mecánica, por fotocopia
o por cualquier otro medio, sin el permiso previo y por escrito de los editores.
ISBN: 000-000-0000-00-0
Primera edición: octubre 2016.
Impreso en México
Printed in Mexico
Copyright de la edición en español © 2021

Agencia de Publicaciones México Central, A. C.
GEMA EDITORES
Contenido
Prólogo ......................................................................................... 9
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Capítulo 1
Creo que debo cultivar la humildad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Capítulo 2
Creo que la verdadera sabiduría proviene de Dios . . . . . . . . 31
Capítulo 3
Creo que nunca debo rendirme . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Capítulo 4
Creo en el consejo de las personas sabias . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Capítulo 5
Creo en el poder de la integridad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Capítulo 6
Creo en la pureza moral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Capítulo 7
Creo en la generosidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
Capítulo 8
Creo que en la vida hay prioridades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
Capítulo 9
Creo en una vida saludable y libre de adicciones . . . . . . . . . 135
Capítulo 10
Creo que debo cultivar mis dones
y talentos de forma sabia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .149
Capítulo 11
Creo en el uso sabio del dinero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
Capítulo 12
Creo que debo cultivar una actitud
positiva hacia la vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175
Capítulo 13
Creo que con Dios puedo triunfar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189
Prólogo
L
OS JÓVENES, sin ninguna duda, repre-
sentan uno de los grandes desafíos que en-
frenta la iglesia en su responsabilidad de
proclamar el mensaje de Salvación. Un reto que vale
la pena enfrentar porque los jóvenes son uno de
los recursos más valiosos que tiene la iglesia para
cumplir su misión.
El gran problema es que muchos de esos jóve-
nes no han logrado entender el sentido, el signifi-
cado y la importancia de sus vidas. Muchos de
nuestros jóvenes no tienen una experiencia perso-
nal con Dios, ni con su Palabra, y en consecuencia,
vemos como un gran número de ellos están inmer-
sos en un patrón de vida disfuncional y naufragan
sin dirección.
Es muy triste contemplar chicas adolescentes
de 13 y 15 años que enfrentan la experiencia de un
embarazo, cuando no están preparadas para ello,
porque no entienden el valor de su dignidad, ni tie-
nen claro un futuro esperanzador, y por lo mis-
mo, no han entendido la necesidad de terminar
(9)
10 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR
sus estudios, de madurar física y emocionalmente y de elegir bien al hombre

con quien compartirán su amor el resto de sus vidas.
Los varones no escapan a esta situación porque también muchos de
ellos no tienen idea de quienes son, qué significa la verdadera hombría,
ni del rol que les corresponde desempeñar en la vida; carecen del conoci-
miento de cómo tratar con el sexo opuesto y formar familias estables. Estas
carencias en cuanto a las habilidades necesarias para vivir y triunfar, son
la fuentes de donde proceden los cuadros tristes de jóvenes atrapados por la
drogadicción, sin un propósito en su existencia, sin ganas de vivir, inca-
paces de interactuar en sociedad o en familias funcionales, atrapados en
patrones de vida delincuenciales, agresivos y sin visión de futuro.
Estos sucesos lamentablemente afectan a los jóvenes que viven en el
territorio de la División Interamericana. Para agravar la situación, la com-
plicada dinámica de vida que llevamos hoy día, hace que estos muchachos
cada vez pasen menos tiempo de conviviencia con sus padres y por lo mis-
mo, de generación en generación se van creando vacíos en el proceso de
construcción de sus valores y principios morales. También hay que decir
que en muchos casos, los que dirigimos la iglesia, somos incapaces de co-
municarnos con ellos en formas entendibles y relevantes porque hay una
evidente brecha generacional que nos hace muy distintos y por ello, no po-
cos deciden resolver el desafío ignorando sus ideas o necesidades.
Impactado por todo lo anterior y más que todo deseando aportar algo
para ayudar a la iglesia con este gran desafío, el Ministerio de Mayordo-
mía de la División Interamericana, tomó la decisión de preparar y poner
a consideración un material basado en la segura Palabra de Dios, ofrece
un tipo de mapa para avanzar, guiar y orientar; una especie de manual
que ayude al joven a entender su existencia y que lo capacite a tomar co-
rrectas decisiones.
El resultado es este libro que tienes en tus manos: El credo del joven
triunfador. Se trata de una presentación integral, actualizada, pertinente,
bíblica y muy atractiva de las creencias que una vez atesoradas y puestas
en práctica, llevarán sin duda, a cualquier joven o señorita al triunfo con
la ayuda de Dios.
Prólogo 11
Desde la División buscamos a alguien que fuese idóneo para hacer un
trabajo como este, y gracias a Dios lo encontramos en la persona del pas-
tor, maestro y escritor adventista Pablo Partida. Él reúne el conocimiento
bíblico, la destreza del relator ameno de historias y el don de un pastor
para aplicar lecciones derivadas de la palabra de Dios a la vida de los
seres humanos. Y sobre todo es el padre de dos hermosas chicas que es-
tamos seguros que estuvieron en su mente a la hora de darle forma a este
credo del triunfador.
Como ministerio de la iglesia, el Departamento de Mayordomía de la
División Interamericana, se siente honrado y feliz de facilitar este recurso
al ministerio responsable de ayudar a las presentes generaciones, y convoca
a todos a que iniciemos una jornada sin fecha de vencimiento, para formar
miles y miles de grupos de estudio con este manual, en los cuales nuestros
hijos e hijas puedan aprender el camino del triunfo trazado por Dios pa-
ra ellos.
Aquí está la mayordomía que debe conocer y practicar todo joven que
se relacione o sea parte de nuestra iglesia.
Gracias a todos los que hicieron posible que este material viera la luz
con la calidad y con el valor que tiene. Y muchas gracias también a los que
tomarán este manual y harán algo con él en su iglesia, en su universidad
o colegio, en su Asociación o Misión, en su Unión o en la División o en cual-
quier otro lugar o instancia, para ayudar a triunfar por lo menos a un joven.
¡¡¡Enhorabuena!!!
Ptr. Roberto Herrera

Dir. Ministerio de Mayordomía
División Interamericana
Introducción
H
OLA QUERIDO JOVEN, gracias por
iniciar conmigo esta serie de estudios re-
flexivos basados en el maravilloso libro
de Proverbios. Estoy seguro que juntos aprendere-
mos muchas cosas, pero sobre todo aprenderemos
de la sabiduría que proviene de Dios. Como te da-
rás cuenta, tu generación actualmente está enfren-
tado grandes desafíos. Urge una guía certera que
te oriente a tomar sabias decisiones. ¡Qué mejor
guía que el libro de Proverbios! Es un libro muy
especial donde Dios comparte sabios consejos pa-
ra todo joven que desea triunfar en la vida. Así que
lo que tienes en tus manos es un manual de orien-
tación práctica que seguirás
por trece semanas. Cada
lección tiene una creen-
cia basada en el li-
bro de Proverbios;
el conjunto de
estas creen-
cias forman
( 13 )
parte de un credo que si lo asimilas y lo haces parte de tu estilo de vida no-

tarás un cambio positivo en todo lo que emprendas, cada lección contiene
cuatro secciones:
1. El contenido de cada lección con su respectiva creencia. La suge-
rencia es estudiar su contenido durante la semana a fin de conocer
a fondo el tema a tratar.
2. Piensa en esto. Son preguntas o pensamientos que te ayudarán a
reflexionar o inicar un diálogo contigo mismo o interactuar o con
otras personas.
3. Estudio bíblico. Esta sección es muy importante porque el objetivo
del Credo del joven triunfador es tener un grupo pequeño de jóvenes
con el propósito de estudiar la Biblia. El tema de cada estudio está
basado en el libro de Proverbios y la intención es interactuar entre
jóvenes bajo la gestión de un líder. Es una gran oportunidad para
comentar el contenido de cada lección y aplicar lo aprendido a lo
largo de la semana.
4. Frase célebre. Una cápsula que sumariza todo la
lección.
Así que con este manual podrás estudiar en
pequeños grupos o de forma autodidácta;
incluso con tus propios padres o amigos de la
iglesia. No olvides que todo estudio bíblico
solo es efectivo cuando compartimos nues-
tros hallazgos en el contexto de una co-
munidad y fraternidad. Pero no solo es
un estudio bíblico, es un programa de
vida. El credo del joven triunfador es una
serie de principios que si los encar-
nas en tu diario andar con Dios, te
convertirán en un verdadero triun-
fador, por supuesto que cuando me
refiero a un triunfador, no hablo de
los estándares que el mundo establece:
Introducción 15
fama, poder y riqueza material, sino como la Pala-

bra de Dios lo define: integridad, lealtad, fi-
delidad y santidad.
Esto no quiere decir que Dios no desee
prosperarte en todos los ámbitos de la vida;
su soberana voluntad es que seas próspe-
ro y un sabio administrador de todos los
dones y talentos que te ha dado, claro, sin
descuidar tu comunión con él.
El rey Salomón fue el hombre más sa-
bio que haya vivido y nos dejó un legado
de sabiduría escrita en tres volúmenes:
Proverbios, Eclesiastés y Cantar de los Can-
tares. En estos libros, bajo la inspiración
del Espíritu Santo, te ofrecen pautas y
principios prácticos para la vida. Pero sobre todo, se constituyen en la me-

jor guía que la juventud requiere para saber conducirse en la vida.
En el primero de estos tres volúmenes, Salomón transmite su consejo
práctico en forma de proverbios. Un proverbio es una oración corta, concisa,
que encierra una verdad moral. El libro de Proverbios es una colección de
estas sabias declaraciones. El tema principal de Proverbios es, lógicamen-
te, la naturaleza de la verdadera sabiduría. Salomón escribe: «El principio
de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabidu-
ría y la enseñanza» (Proverbios 1: 7 RV60). Luego procede a dar cientos de
ejemplos prácticos de cómo vivir de acuerdo con la sabiduría divina.
Proverbios abarca una amplia gama de temas, incluyendo la juventud
y la disciplina, la vida familiar, el dominio propio y la resistencia a la ten-
tación, asuntos de negocios, las palabras y la lengua, el conocimiento de
Dios, el matrimonio, la búsqueda de la verdad, la riqueza y la pobreza, la
inmoralidad y, por supuesto, la sabiduría. Estos proverbios son poemas
Introducción 17
cortos (por lo general en forma de versos pareados), que contienen una
mezcla santa de sentido común y de advertencias oportunas. Si bien no
tienen el propósito de enseñar doctrina, una persona que sigue su con-
sejo caminará muy cerca de Dios. La palabra «proverbio» procede de un
vocablo hebreo que significa «administrar o gobernar», y estos dichos, re-
cordatorios y advertencias, ofrecen un consejo profundo para gobernar
nuestras vidas
Cuando leas Proverbios, comprenderás que conocer a Dios es la clave
para adquirir sabiduría. Escucha los pensamientos y las lecciones del hom-
bre más sabio del mundo y aplica esas verdades a tu vida. No solo leas estos
proverbios, ¡practícalos! Y si lo haces, harás del credo del joven triunfador
el código que regirá tu vida en todo lo que emprendas.
Pablo Partida Gómez

Profesor de la facultad Teología
Universidad de Montemorelos.
Capítulo
Creo que debo

cultivar la humildad
Tras el orgullo viene el fracaso;
tras la humildad, la prosperidad.
U
(Proverbios 18: 12)
N ARGRICULTOR RECORRÍA con su pe-

queño hijo los campos de su propiedad,
para ver si el trigo ya estaba maduro. Y el
niño preguntó: «¿Por qué algunas espi-
gas están inclinadas y otras están tan
erguidas? ¿Acaso las que están ergi-
das son las mejores?»
Entoces el padre tomó algunas es-
pigas que se doblaban, y le mostró a su
hijo cuán llenas estaban de trigo. Luego
tomando algunas de las espigas ergui-
das, le mostró al niño que estaban
casi vacías. Entonces aprovechó la
oportunidad para enseñarle algo
a su pequeño vástago. El padre
( 19 )
le explicó a su hijo que las espigas simbolizan a los seres humanos. Los que
saben «inclinarse» o ser humildes, resultan más productivos, dóciles y más úti-
les. Por el contrario, los que están «erguidos» por el orgullo, la vanidad o la
arrogancia suelen ser personas de poca utilidad. Finalmente el padre le dijo
a su hijo : «Nunca te dejes impresionar por lo que ven tus ojos. La arrogancia
y la soberbia son defectos que quienes los poseen están completamente vacíos».
De la misma manera, Dios siempre está dispuesto a instruir y enseñar
aquellos jóvenes cuyo corazón sea dócil y dispuestos aprender de él. El ma-
yor peligro que enfrentas es creer que lo sabes todo y que nadie te va enseñar,
esa es una actitud erronéa que normalmente con-
duce al fracaso. Cuando Salomón era joven e
inexperto comprendió esta gran verdad. Gra-
cias a que reconoció su incapacidad, buscó el
auxilio divino y comenzó muy bien su
reinado. La Biblia declara que «Salo-
món amaba al Señor y cumplía las
leyes establecidas por David, su
padre»(1 Reyes 3: 3).
Cuando Dios se le apare-
ció y le ofreció que pidiera cual-
quier deseo que estuviese en su
corazón, Salomón solo pidió sa-
biduría: «Una noche, en Gabaón,
el Señor se apareció en sueños a
Salomón y le dijo: “Pídeme lo que quie-
ras, y yo te lo daré”. Salomón respondió:
“Tú trataste con gran bondad a mi padre, tu siervo David, pues él se con-
dujo delante de ti con lealtad, justicia y rectitud de corazón para contigo. Por
eso lo trataste con tanta bondad y le concediste que un hijo suyo se sentara
en su trono, como ahora ha sucedido. Tú, Señor y Dios mío, me has puesto
para que reine en lugar de David, mi padre, aunque yo soy un muchacho
joven y sin experiencia. Pero estoy al frente del pueblo que tú escogiste: un
pueblo tan grande que, por su multitud, no puede contarse ni calcularse.
Creo que debo cultivar la humildad 21

Dame, pues, un corazón atento para gobernar a tu pueblo, y para distin-
guir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién hay capaz de gobernar a es-
te pueblo tuyo tan numeroso?”» (1 Reyes 3: 5–9).
Reflexiona
«Aunque yo soy un muchacho joven y sin experiencia»
(1 Reyes 3: 7)
¿Alguna vez te has sentido así? Estás apunto de graduarte de la universidad, el
miedo y la incertidumbre rondan por tu vida porque sabes que tendrás que lidiar con la
dura realidad de incursionar en el mundo laboral. Quizá ya comenzaste a trabajar en
una empresa, pero no tienes la experiencia suficiente y eres muy joven. No te preocu-
pes, no tengas miedo. Todos empezamos de la misma manera, lo importante es que te
mantegas humilde y que asumas una actitud de aprendizaje y no de sabelotodo, ya lo
dijo Diego Saavedra Fajardo, escritor y político español: «Más reinos derribó la sober-
bia que la espada; más príncipes se perdieron por sí mismo que por otros». No olvides
que las personas más grandes son las que menos buscan parecerlo. Alguien dijo que
«el ignorante tiene valor, el sabio precaución». Un hombre puede considerarse sabio si
busca la sabiduría, pero si cree haberla encontrado es un necio. ¿Quieres ser sabio? No
pierdas la cabeza demasiado pronto, Dios te ha enviado a ese lugar porque él te quiere
enseñar, solo sigue su voluntad y sé una luz que brille en el entorno donde te toque
trabajar. No permitas que los éxitos nublen tu cabeza, recuerda que todo lo que eres
y todo lo que tienes es de Dios. Él te ha prestado un conjunto de do-
nes y talentos para glorificarlo donde quiera que estés.
Y recuerda, mientras más débil te sientas más po-
drás depender de Dios. Así lo hizo Salomón en su
juventud, ¿y tú?
Una petición
muy valiosa
En su petición dirigida a Dios, Sa-
lomón demostró un profundo nivel
de humildad, consciente de que no
sabía lo que sabía. La virtud de la hu-
mildad te libera del apego a tus
obras y a tu reputación, ser humil-
de no es estar pendiente de ti mismo.
Cuando no prestas atención a ti mis-
mos es cuando eres libres para servir
a Dios. La virtud de la humildad
es la virtud de la persona que sabe
que no puede ser Dios, y con lúci-
da sinceridad, sin falsas ilusiones y
sin desprecio, conoce sus límites y los
acepta. Por consiguiente, dispónte
entonces a admitir que en cualquier momento puedes equivocarte, pues
quienes nunca se equivocan se aman a sí mismos más que a la verdad. Ade-
más, si el éxito te hace olvidar la humildad, ya se encargará la derrota en
recordártelo.
Piensa en esto: ¿Por qué la gente arrogante, por muy capaz que
sea, siempre cae mal? ¿Qué debes hacer para no envolverte en la soberbia?
La experiencia enseña que los seres humanos pecamos a menudo de

orgullo. Nos cuesta mucho requerir ayuda porque se identifica solicitar ayu-
da con ser débil. En realidad es todo lo contrario. Grandes personalidades
que se han destacado en la vida y que alcanzan metas elevadas tienen una
virtud común: humildad para reconocer que necesitan aprender y mejorar.

Recuerda que cualquier saber va mezclado de falta de sabiduría. De lo
único que puedes estar seguro es que sabes que no sabes nada. «Busquemos»,
dice San Agustín, «como quienes van a encontrar y encontremos como
quienes aún han de buscar, pues cuando el hombre ha terminado algo, en-
tonces es cuando empieza». Sin duda Salomón reveló su sabiduría cuando
reconoció su ignorancia y su incapacidad. Y es que Dios solo usa aquellos que
se dejan conducir, no aquellos que creen que todo lo saben y nunca se equi-
vocan. Una persona arrogante siempre busca brillar, pero una persona hu-
milde siempre busca crecer.
Vadría la pena recordar cada vez que emprendas algo por la vida que
fuimos creados por Dios, pero en la tierra:
• Fuimos hechos por la divinidad, pero de barro.
• Somos barro, pero con un soplo divino.
• Solos, pero acompañados.
No lo olvides y nunca perderás la cabeza por ignorante.
La importancia de la humildad
En esta época, los sistemas escolares de muchos países de Occidente enfa-
tizan la necesidad de formar en los niños una adecuada autoestima. No obs-
tante, al final del ciclo escolar, nos encontramos con jóvenes que salen muy
seguros de sí mismos sin saber lo que no saben… y, lo peor, ¡tampoco lo
quieren aprender!
Si deseas ser un genuino triunfador de la vida, debes tener la actitud

humilde de reconocer que siempre tienes algo nuevo que aprender y que
siempre puedes aprender de los demás, sin tener en cuenta qué estátus so-
cial tenga la otra persona, el color de su piel, o su apariencia física. Un triun-
fador es un persona sencilla, receptiva y tienen una curiosidad insaciable
por saber los porqués de las cosas.
Lo genuinos triufadores siempre llevan
un cuaderno a mano y toman nota, apren-
den en las conversaciones, en el trabajo y
en la escuela, y no olvidan que la soberbia
es la destructora de todos sus talentos.
Salomón dijo una gran verdad: «Más
vale humillarse con los pobres que hacer-
se rico con los orgullosos» (Proverbios 16:
19). Este proverbio enseña que es preferi-
ble ser pobre y humilde que rico y orgulloso.
Sin embargo, si alguien es rico y humilde…
¡Perfecto!
Dos ejemplos actuales sobre la humildad
los encuentro en los empresarios Warren
Buffett y Tim Cook; Warren es presidente
del Consejo y CEO de Berkshire Hathaway.
Uno de los más ricos del mundo (unos
74 000 millones de dólares de activos), to-
davía vive en la misma casa en Omaha, Nebraska, que compró hace cincuen-
ta años por 31, 500 dólares. Tim Cook, es director ejecutivo de Apple. A pesar
de haber ganado 378 millones de dólares solo en el 2011, el señor Cook y
su familia viven en un condominio que le costó casi dos millones de dólares
en Palo Alto, California. Dos millones parece mucho ¡Hasta que lo compa-
ramos con su salario anual! Pero a pesar de poseer mucho, no viven derro-
chando su dinero, ni mucho menos presumiendo, ¡aunque pudieran hacerlo!
El mundo necesita de jóvenes emprendedores más humildes y que ten-
ga menos amor al dinero, y más pasión por hacer lo que es correcto. No

olvides que la humildad es un cami-
no descendente hacia las fuentes del
ser. La persona orgullosa no hace más
que elevarse; el humilde tiende a de-
saparecer, pues el ser humano ha sido
creado por Dios directamente con
un amor personal. Y la imagen per-
fecta de Dios es su Hijo Jesucristo des-
pojado y crucificado; de alguna forma
Jesús encarna al obediente, al mode-
lo de cómo llevar a término nuestra
propia vocación, y el humilde que sabe
porque confía que su fracaso será un
éxito dentro de los planes de Dios.
Piensa en esto: ¿Qué principios de humildad podemos aprender

del ministerio, muerte y resurreción de Jesús?
Humildad para vivir

A lo largo de mi vida he aprendido que si al alcanzar el éxito pierdes la
humildad, te acercas un paso más al fracaso. Alcanzar el éxito en lo que
emprendes y permanecer en él requiere de cierta madurez para saber ges-
tionar ese éxito. Por lo tanto, la humildad nos ayuda a vivir y a tomar deci-
siones importantes en la vida. Cuando tu identidad está asociada con la casa
donde vives, el puesto de trabajo que ocupas, el auto que manejas o la ropa
que vistes, te resulta muy difícil tomar decisiones porque tu imagen no de-
pende de lo que eres, sino de lo que tienes. Y tú tienes al Señor como el
dueño de tu vida: «El honrar al Señor instruye en la sabiduría; para recibir
honores, primero hay que ser humilde» (Proverbios 15: 33).
La falta de humildad no te permite tomar decisiones temprano en el pro-

ceso de sobrevivir a una crisis económica en tu vida. Pero tomar decisiones
a tiempo puede ahorrarte un gran dolor de cabeza.
Cuando tu orgullo personal se apega a tu imagen que has construido, las
emociones no te dejan hacer los sacrificios necesarios para comenzar el pro-
ceso de restauración. Por ejemplo, es el primer mes en el que no puedes
pagar la renta, o en el que debes tomar dinero prestado para comprar la
comida, la ropa o pagar los servicios de la casa; es un buen momento para
empezar a pensar en los sacrificios que debes hacer. Quizá es tiempo de ven-
der la moto o el auto, o cambiarte de casa, en otra colonia. Quizá debas
bajar tu estándar de vida o de reconocer que no has sido fiel a Dios con tus
diezmos y ofrendas, no obstante, cuando el orgullo emerge, produce un efec-
to que puede encegecer tu consciencia y arruinar tu existencia.
El orgullo habla de debilidad de carácter y de una relación insana con
las cosas que tenemos. La manera apropiada de relacionarte con las cosas

debería ser: cuando las tienes, disfrutálas; y, cuando no las tienes, ¡no las
extrañes!
La manera apropiada de relacionarte con otros es colocar a ellos prime-
ro. Considerar al prójimo como más importante que tú. ¿Acaso este plantea-
miento no es algo de otro mundo? Los consejos inspirados de Proverbios
definitivamente cambian nuestros paradigmas de la vida. En el mundo que
vivimos, cada uno busca colocarse a sí mismo primero. Sin embargo, las em-
presas y los emprendedores más exitosos han aprendido a colocar a los de-
más primero.
Se cuenta que Confucio dijo una vez : «La humildad es el sólido funda-
mento sobre el que se construyen todas las demás virtudes». Si quieres ser
un joven triunfador debes entender que la humildad no
es pensar menos de ti mismo, es pensar menos en
ti mismo. Y eso marca una gran diferencia. «El orgu-
llo acarrea deshonra; la sabiduría está con los humil-
des» (Proverbios 11: 1).
Aprende a cultivar la humildad.
Será la raíz de la cual crecerán todas las
demás virtudes que te llevarán a la verdade-
ra grandeza. Recuerda que «El orgullo solo
provoca peleas; la sabiduría está con los
humildes» (Proverbios 13: 10), Salomón
tuvo una muy fuerte dosis de humildad
en su juventud y no parece haberle
hecho mucho daño. Pero sobre todas las
cosas, pon tu ojos en el majestuoso siervo
humilde de todos los tiempos: Jesús, cuya
grandeza consistió en que siendo Dios se
hizo hombre para enseñarnos que Dios
también es humilde y en eso consiste su
grandeza.
Estudio bíblico
¿Cuál fue una de las mayores virtudes que tuvo Moisés al liderar al
pueblo de Israel? Números 12: 3
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Qué bendición promete Dios a todos aquellos que cultivan la humil-

dad en sus vidas? Salmos 25: 9
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¿Qué hace Dios con aquellos que son soberbios?
Daniel 4: 37
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Qué fin tienen aquellos que practican la humildad?
Proverbios 29: 23
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Qué valioso consejo da el apóstol Pablo a todos los creyentes?
Romanos 12: 16
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_________________________________________________________
¿Por qué es muy fácil para los seres humanos caer en la soberbia?
_________________________________________________________
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Frase célebre
«No te preguntes qué puede darte la vida,
sino qué puedes dar tu a la vida».
Vikctor Frankl
Piensa en esto y la fra gilida d em er ge n de nuestra naturalez

a humana, es
Cuando la debilidad n más importante de
os tie ne pa ra enseñarnos la lecció
la oportunidad qu e Di la debilidad se
ni po te nc ia solo es posible cuando
la om
nuestras vidas: que tencia de Dios.
m er ge en las pr of undidades de la po
su sierto.
lo en te nd ió al viv ir 40 años en el de
Moisé s
a Goliat.
cuando derrumbó tes de su sen-
David lo aprendió la os cura mazmorra, an
co m pr en dió en
Juan el bautista lo
tencia a muerte .
jón en la carne.
ós to l Pa bl o ac ep tó vivir con el agui
El ap .
pender en una Cruz tendremos
Jesús lo encarnó al isto, tarde o temprano, lo
es an se gu ir a Cr
Y todos los que prof ípulos.
e ap re nd er si de seamos ser sus disc
qu
Capítulo
Creo que la verdadera

sabiduría proviene
de Dios
«La sabiduría comienza por honrar al Señor;
los necios desprecian la sabiduría y la instrucción»
E
(Proverbios 1: 7).
L CÉLEBRE filósofo Diógenes (413-327

a. C.) estaba tomando el sol. Alejandro
Magno acababa de someter a Grecia con la
fuerzas de sus armas. Y todos, menos Diógenes, ha-
bían huído de la ciudad. Entonces Alejandro, sor-
prendido por la valentía del filósofo, se dirigió a
este y le dijo:
—Me agrada tu valor. Me gus-
taría hacer algo por ti. ¿Desea-
rías alguna cosa?
—Sí —respondió Dió-
genes—, que te corras y no
me hagas sombra, pues es-
toy tomando el sol.
( 31 )

Ante semejante respuesta, Alejandro le dijo lleno de ira:
—¿No sabes que he conquistado toda Grecia?
—¿Y que harás despúes? —preguntó el filósofo.
—Conquistaré vastos territorios cercanos.
—Y luego, ¿qué más? —insistió Diógenes.
—¡Persia y la India!
—¿Y despúes?
—Despúes regresaré y me dedicaré a meditar en mi jardín.
—Eso es lo que yo ya estoy haciendo ahora —respondió el cínico filó-
sofo griego.
Alejandro Magno murió a los 33 años de edad, sin haber podido descan-
sar ni meditar en su jardín, según era su plan. No obstante, Diógenes demos-
tró que no solo era un hombre muy inteligente, sino también que era un
hombre sabio porque era capaz de disfrutar su existencia.
Sabíduría no es lo mismo que inteligencia. La Real Academia Española
define la palabra sabiduría como «grado más alto de conocimiento y con-
ducta prudente en la vida o en los negocios». Conducirse prudentemente
no solo requiere de inteligencia, hace falta unir la experien-
cia con el conocimiento y el buen juicio para tomar
Creo que la verdadera sabiduría proviene de Dios 33

sabias decisiones. Una persona puede no tener muchos años de estudio
escolar, pero ser una persona sabia.
Cuántas personas conocemos que, a pesar de ser muy inteligentes, ha-
cen cosas muy necias o tontas. No todos los inteligentes son sabios. Salomón
en sus inicios era un hombre muy sabio y esa sabiduría le permitió acumu-
lar una cantidad de riquezas como la que el mundo no ha podido tener
jamás. Por lo tanto, si quieres que te vaya bien en la vida, debes adquirir
sabiduría. Salomón declara: «Adquiere sabiduría y buen juicio; no eches
mis palabras al olvido. Ama a la sabiduría, no la abandones y ella te dará su
protección. Antes que cualquier otra cosa, adquiere sabiduría y buen juicio.
Ámala, y te enaltecerá; abrázala, y te honrará; ¡te obsequiará con la más be-
lla guirnalda y te coronará con ella!» (Proverbios 4: 5–9).
Como joven que eres, estás a punto de tomar decisiones muy importan-
tes en tu vida, por ejemplo:
¿Qué vas a estudiar?
¿Qué amigos vas a tener?
¿Dónde vas a trabajar?
¿Con quién te vas a casar?
¿Dónde vas a vivir?
¿Cómo vas emprender tu negocio?
¿Qué tipo de automóvil vas a comprar?
¿En dónde vas a invertir tu dinero?
¿Cuál trabajo vas aceptar?
¿Cómo vas a administrar tu riqueza? Etcé-
tera.
En la forma como respondas cada
una de estas preguntas trazarás la ruta
que te conducirá al éxito o fracaso.
De manera que para que tus decisio-
nes sean acertadas requieres de mu-
cha sabiduría. Es decir, requieres de
una capacidad para discernir qué cami-
no vas a elegir a fin de que te vaya bien
no solo en los momentos agradables que tendrás, sino en tiempos difíciles.

Cuando los problemas personales o económicos te golpeen, para lidiar con
todo eso, no necesitas información, ni educación, necesitas sabiduría. Ella te
ayudará no solo a mantener tus finanzas saludables o tener buenas rela-
ciones con tu prójimo, sino a mantener tu integridad, porque cuando tienes
principios éticos que rigen tu vida, todas las áreas de funcionamiento social
son afectadas, desde los pequeños asuntos de la vida cotidiana, como el ti-
po de entretenimiento que escoges, los negocios que realizas, el tipo de ma-
trimonio que tendrás y hasta la manera en que te comportarás al
contestar un examen de la universidad. Es por eso que Salomón declara
que la verdadera sabiduría comienza con el temor a Dios.
Sabiduría práctica
• La mayor tranquilidad, es la certeza de que se
ha hecho bien el trabajo.
• El mayor error, es darse por vencido.
• La actitud más necia, es encontrar fal-
tas en el prójimo.
• La persona más creadora de proble-
mas, es la que habla demasiado.
• La piedra más grande de tropiezo, es el
egoísmo.
• La peor quiebra, es la de aquel que ha
perdido el entusiasmo.
• El hombre más hábil, es el que siempre hace lo
que debe.
• El hombre más desagradable, es el quejoso.
• El sentimiento más mezquino, es lamentarse por el
éxito de otra personas .
• Lo más grandioso y más sublime, es el amor.
• La más grande sabiduría, es el temor a Dios.
J. D. Neilsing.

El temor de Jehová es la actitud reverente compuesta de amor y grati-
tud, característica de los que han comprendido su propia indignidad y han
encontrado la salvación en el bondadoso plan de Dios. Esta actitud es la
mayor manifestación de sabiduría que el hombre puede revelar. Temer a
Dios significa conocerlo y eso solo sucede cuando estudias la Palabra de Dios:
«Haz tuyas mis palabras, hijo mío; guarda en tu mente mis mandamien-
tos. Presta oído a la sabiduría; entrega tu mente a la inteligencia. Pide con to-
das tus fuerzas inteligencia y buen juicio; entrégate por completo a buscarlos,
cual si buscaras plata o un tesoro escondido. Entonces sabrás lo que es hon-
rar al Señor; ¡descubrirás lo que es conocer a Dios!» (Proverbios 2: 1-5).
Estudiar la Palabra de Dios es una experiencia increíble, porque no solo
obtienes información, sino adquieres el consejo de Dios. Toma en cuenta
que no hay ninguna forma de educación intelectual que pueda compararse
con el estudio ferviente de las Escrituras. Reflexionar en la Biblia te ayuda
a pensar de una manera diferente y te darás cuenta de por qué Salomón fue
un líder tan capaz como emprendedor y administrador. Aprenderás a dis-
cernir situaciones complejas y sobre todo, comenzarás a tomar decisiones
sabias.
Decisiones poco sabias

1. Tener relaciones sexuales durante el noviazgo.
2. No escuchar el consejo de tus padres.
3. Probar drogas o cualquier sustancia tóxica.
4. No dedicarle tiempo y esmero a tus estu-
dios y reprobar tus asignaturas.
5. Hacer de las personas el sentido de tu vida,
pero ¿qué sucederá cuando ellas te fallen
o se alejen de ti?
6. Compararte con otros.
7. No aprender de los errores pasados.
Piensa en esto: ¿Por qué estudiar la Biblia te da más sabiduría

qué la lectura de cualquier otro libro? ¿Cuál es la diferencia entre
ser inteligente y ser sabio?
Principios y valores
La sabiduría de Dios no solo consiste en discernir el bien y el mal, también
te enseña a vivir; y para alcanzar este objetivo, la Palabra de Dios te revela
sus principios eternos que son muy importantes para mejorar en todas
las áreas de tu vida. «Jóvenes inexpertos, burlones y necios, ¿hasta cuándo
amarán la inexperiencia, y hallarán placer en sus burlas, y despreciarán
el saber? Presten atención a mis correcciones y yo los colmaré de mi es-
píritu; les daré a conocer mis pensamien-
tos» (Proverbios 1: 22–23).
Hay una gran diferencia entre prin-
cipios y valores (a pesar de que la gente
utiliza los términos en forma distinta) y
aunque sé que hay diversas posiciones
y enseñanzas con respecto a este tema,
permíteme darte mi aportación y com-
partirte algunas ideas y definiciones con
respecto a lo que creo que son los prin-
cipios y valores.
Los valores son aquellas cosas que no-
sotros creemos importantes en la vida.
Los valores pueden ser buenos o malos y
con el tiempo cambian de acuerdo con la
época que vivimos. Por ejemplo, cuando
vivía en la Ciudad de México me tocó ob-
servar una pandilla de jóvenes, todo ellos se
vestían de forma muy semejante y su estilo

de peinado casi idéntico. Todos ellos tenían tatuajes, fumaban y bebían
alcohol. Muchos de los valores que tenían en común, desde la perspectiva
cristiana, eran equivocados. Pero al fin y al cabo eran sus valores.
Los principios son siempre eternos, se aplican en todo tiempo y época,
sin importar el país de origen o la cultura vigente. Una persona simple-
mente los obedece o los desobedece. Los sigue o no los sigue. Ahora bien,
cuando un principio se desobedece tarde o temprano existe una conse-
cuencia.
Como joven cristiano debes saber que la Biblia contiene principios in-
mutables que si los obedeces, colocarás los fundamentos para construir
tu vida de una forma productiva y llena de bienestar. La sabiduría que
procede de la Palabra de Dios te revela estos principios a fin de no te
pierdas en el laberinto de la confusión y el relativismo moral.
Permíteme compartirte al menos siete principios que provienen de la
Palabra de Dios y que deberían ser parte de tu vida si realmente quieres
ser un triunfador.
1. El principio de la renuncia. Nada es mío. Todo me ha sido dado
por gracia. Por lo tanto, yo debo pensar como administrador y no
como dueño de mi vida y de todo lo que tengo.
«Así, pues, téngannos los hombres por ser-
vidores de Cristo, y administradores de
los misterios de Dios» (1 Corintios 4: 1
RV60). Mayordomo significa admi-
nistrar algo que pertenece a otro.
Puedes ser bueno o malo como ma-
yordomo, fiel o infiel. Adquieres la
mayordomía con solo nacer y la con-
tinúas ejerciendo hasta la muerte.
Eres responsable ante Dios de la ad-
ministración de todas las cosas que te
ha confiado. Si piensas de esta manera,
entonces todo aquello que empren -
das en la vida no te va a generar estrés o

angustia porque Dios es el dueño de todo lo
que tienes, de manera que él proveerá to-
do lo que necesitas ¡Incluyendo la novia
o novio! Aunque no lo creas.
2. El principio del contentamiento. Debes
aprender a ser feliz en la situación que te en-
cuentres, más dinero puede equivaler a más diversión,
pero diversión no es lo mismo que felicidad y contentamiento, el
apóstol Pablo, bajo inspiración divina declara:
«No lo digo porque yo esté necesitado, pues he
aprendido a contentarme con lo que tengo. Sé lo que es vivir en la
pobreza, y también lo que es vivir en la abundancia. He aprendido
a hacer frente a cualquier situación, lo mismo a estar satisfecho que
a tener hambre, a tener de sobra que a no tener nada. A todo pue-
do hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece» (Filipenses
4: 11-13).
3. El principio de la paciencia. Paciencia significa que cualquier triun-
fo en la vida no se da en automático. Requiere de constancia, lucha,
esfuerzo y arduo trabajo. Apreciado joven recuerda que la perseve-
rancia es lo que distingue a los mediocres de los exitosos, no importan
las caídas o fracasos, solo toma en cuenta tres cosas: aprender de los
errores, tener paciencia y levantarse de nuevo. El consejo de la Biblia
es muy claro: «No quiero decir que ya lo haya conseguido todo, ni
que ya sea perfecto; pero sigo adelante con la esperanza de alcan-
zarlo, puesto que Cristo Jesús me alcanzó primero» (Filipenses 3: 12).
Tenía razón el famoso dramaturgo William Shakespeare cuando di-
jo: «¡Cuan desgraciados son aquellos que no tiene paciencia! ¿Qué
herida se ha curado en un instante?».
4. El principio del ahorro. El ahorro es la base de la fortuna. La rique-
za es la acumulación de recursos, y no está directamente relacionada
con un gran salario (Proverbios 6: 6-11), sino con el trabajo y la pru-
dencia en cuanto al manejo del dinero. No olvides que lo primero que
tienes que aprender es a satisfacer tus deseos solamente después
de satisfacer tus necesidades, y solamente si tienes los recursos para

hacerlo. Ejercítate en distinguir qué cosas son necesidad y qué cosas
son deseos.
5. El principio de la integridad. Lo que siembras eso cosechas, a pe-
sar de arrepentirte por haberlo hecho (Gálatas 6: 7), si vives una vida
de despilfarro, cosecharás un futuro sombrío. El éxito nos es cues-
tión de inteligencia o de astucia, sino de honradez y confianza en Dios;
la moral no puede ser sustituida por el entendimiento. Como dijo
el famoso escritor Miguel de Cervantes de Saavedra: «El hombre sin
honra, es peor que un muerto».
6. El principio del amor y la compasión. Es mucho mejor dar que re-
cibir (Hechos 20: 35). La vida no consiste solo en acumular y pedir,
consiste en aliviar el dolor humano, transformar vidas y dejar un
legado. Cuando todo ello se concreta, entonces nuestras vidas tienen
un sentido que va más allá de esta Tierra. La benevolencia desin-
teresada es el resultado inevitable de un amor puro, de tal magnitud
que cualquier otro donativo que se pudiera ofrecer, no importa cuan
grande sea, se desvanece. Nuestro máximo ejemplo es Jesús, porque el
objeto de su benevolencia somos nosotros mismos, de tal forma que
no escatimó ofrecer su vida para todos los que creen él (Juan 3: 15).
7. El principio del dominio propio. «Más vale vencerse uno mismo que
conquistar ciudades» (Proverbios 16. 32). Muchas adicciones se de-
rivan de no conocer tus puntos de equilibrio y del deseo de buscar el
placer al instante; el autocontrol y la disciplina no son virtudes que
estén de moda, es por eso que muchos jóvenes viven sin poder con-
trolar sus apetitos y están cautivos en algún tipo de adicción, mientras
que, en el ámbito económico, siempre viven endeudados. Cuando
nuestros apetitos y gustos no son controlados, nuestra realidad se
distorsiona y nuestra existencia se torna más difícil. El resultado
de esta forma de vivir es la ruina económica y la autodestrucción.
Piensa en esto: ¿Cuáles de estos siete principios te hacen falta

desarrollar y cultivar? ¿Por qué mucha gente vive sin poder controlar sus
gustos y apetitos?

Por consiguiente, estos principios deben formar parte del fundamento
filosófico de tu vida. Si quieres que te vaya bien en tus finanzas o en tus re-
laciones personales, debes adoptarlos y apropiarlos. Debes abandonar to-
das esas ideas que te vendieron en los medios masivos de comunicación y
con las que creciste, como por ejemplo, «para ser feliz hay que comprar este
producto o usar esta marca», «así funcionan las cosas en nuestro país» o «las
cosas están bien o mal dependiendo de la situación en la que te encuentres»;
recuerda que debes rebelarte frente a todo tipo de ideología que contra-
diga estos principios, debes alejarte de todo tipo de persona negativa y de-
rrotista que te dice «siempre hemos hecho las cosas de esta manera».
Si deseas ser un joven triunfador tienes que ser diferente y la diferencia
no lo hará tu manera de vestir, ni tus títulos académicos o tu apariencia físi-
ca, sino los principios que rigen tu vida; recuerda que el mayor logro, la
mejor conquista de tu existencia no está en hacer más dinero, en construir
un bello edificio, casarte con el hombre más guapo, ser famoso o ganar
el premio Nobel, sino dominarte a ti mismo, y eso solo se logra cuando te
apropias de la sabiduría que emana de Dios. ¡Si vas a hacer lo mismo de
siempre nunca lograrás resultados distintos! Pero si
deseas concretar tus metas y seguir la voluntad de
Dios, entonces requieres de su sabiduría y son sus
principios los que te guiarán, como la brújula guía
a un barco hacia puerto seguro. Ese es
el consejo de Dios: «No olvides mis en-
señanzas, hijo mío; guarda en tu memo-
ria mis mandamientos, y tendrás
una vida larga y llena de felici-
dad. No abandones nunca el
amor y la verdad; llévalos conti-
go como un collar. Grábatelos en
la mente, y tendrás el favor y el
aprecio de Dios y de los hombres»
(Proverbios 3: 1-4).
Estudio bíblico
¿Cuál debe ser la principal prioridad de todo joven cristiano si
quiere ser un genuino triunfador? Proverbios 4: 7; Proverbios 3: 1
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Dónde habita la sabiduría de Dios? Proverbios 8: 12
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿En qué consiste la sabiduría de Dios? Proverbios 9: 10;
Proverbios 11: 9; Proverbios 15: 33
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿En qué órgano del cuerpo se manifiesta la sabiduría? Proverbios
10: 31; Proverbios 15: 2; Proverbios 15: 7
_________________________________________________________
¿Qué cualidades tienen los que aman la sabiduría? Proverbios 12: 1;
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Qué dos opciones tiene el joven al momento de tomar decisiones
importantes en su vida? Proverbios 28: 26; Proverbios 29: 3
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Cuáles de los siete principios que se mencionaron en esta lección
se aplican al uso sabio de tu dinero?
_________________________________________________________
Frase célebre
«La sabiduría es un adorno en la prosperidad
y un refugio en la adversidad».
Aristóteles
sa e n e st o
Pien ás sabias son aq
uellas que …
Las personas m
saben sonreír, ajenas,
s prop ias fa ltas antes que las
saben ver su nsa,
buscar recompe
saben servir sin radores,
ito a sus colabo
saben dar el créd
y pedir perdón,
saben perdonar
integridad, terés personal.
saben vivir con encim a de cualquier in
a D ios po r
y saben colocar
Capítulo
Creo que nunca

debo rendirme
«Atiende a tu padre, que te engendró; no desprecies
a tu madre cuando sea anciana. Compra la verdad
y la sabiduría, la instrucción y el entendimiento,
¡y no los vendas!»
S
(Proverbios 2: 22–23)
E CUENTA que el gran artista Miguel Án-

gel tardó mucho tiempo en dar los últimos
toques a una de sus obras más famosas.
Cierto amigo que lo visitaba casi todos los días le
preguntaba siempre:
—¿Qué has hecho hoy?
A lo cual el maestro contestaba:
—Hoy he perfeccionado ese detalle
en la mano, he mejorado la som-
bra en aquella arruga, he arreglado
la luz en aquella parte del vestido,
etcétera.
—Pero esas son cosas de poca im-
portancia, dijo un día el visitante.
( 45 )
—Ciertamente, contestó Miguel Ángel; pero la perfección se hace de

los pequeños detalles; y la perfección no es una bagatela.
La vida del joven cristiano está hecha de pequeños detalles, las pequeñas
cosas de cada día, los pequeños hábitos y las pequeñas victorias y decisio-
nes que asume. Recuerda que no hay cosa tan pequeña que no merezca tu
atención. Puede parecer algo insignificante, pero no olvides que de esas
bagatelas está hecha la vida, y tu existencia no es algo insignificante.
Si deseas ser un verdadero triunfador,
tu ánimo, como la llama de una fogata, siem-
pre debe estar continuamente ardiendo,
pero, ¿por qué debe estar siempre ardien-
do?, tal vez te preguntes; pues porque lo
requieres en la prosecución de tus estu-
dios y en las metas que seguramente te has
propuesto cumplir a lo largo de tu exis-
tencia, porque si vives sin motivación y
careces de metas, es imposible vivir con un
propósito; serás como un barco que navega
sin timón y brújula, como un avión sin pi-
loto y carente de una torre de control; o
como un explorador sin mochila y mapa.
Es imposible vivir sin soñar, es impo-
sible no tener ilusiones y objetivos. No hay
existencia plena sin una razón por la qué
luchar y sin un plan de vida que ejecutar. Recuerda lo que aconseja el sabio
Salomón «Vale más hombre sabio que hombre fuerte; vale más el saber que
el poder, pues la guerra se hace con buenos planes y la victoria depende
de los muchos consejeros (Proverbios 24: 5–6). No obstante, ten en cuenta
que son los pequeños detalles, como los del gran artista Miguel Ángel,
los que definen el éxito o el fracaso de nuestros proyectos. Así que nunca
te rindas y enfócate en esos detalles que hacen la diferencia.
Una de esas cosas aparentemente insignificantes es asumir la idea que an-
te cualquier desafío que enfrentes nunca te debes rendir. ¿Por qué asumir
Creo que nunca debo rendirme 47

una actitud tan triunfalista? ¡Para nada es triunfalista! Al contrario, es
muy realista, porque ¡Si Dios está a contigo, nadie podrá estar contra ti!
(Romanos 8: 31).
Sin duda tu vida es y será por momentos muy difícil, pero con Dios a
tu lado, serás más que vencedor, porque aun los sucesos llenos de desgra-
cia y adversidad se pueden tornar en acontecimientos de sabiduría, y los
fracasos, en aprendizaje. El famoso dirigente del movimiento de indepen-
dencia indio, Mahatma Gandhi dijo en cierta ocasión: «Vive como si fue-
ras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir siempre».
No olvides estimado joven que la vida consiste en aprendizaje, que los
errores son un plan de formación continua. Es, de hecho, la parte práctica:
el método de prueba y error. Unas cosas funcionan y otras no, pero en am-
bos casos se aprende algo necesario y que no se enseña en las escuelas y
universidades. La parte positiva del error es corregirlo. Comprender que
ese error ya no estará más en tu vida. Es descubrir una nueva manera de
no conseguir lo que se busca, lo cual te acerca al modo de conseguirlo. Una
vez que el error se ha corregido, queda la experiencia en primera persona.
El hecho de que sea una experiencia
dolorosa es un recurso educativo para
que no sea olvidada. El que acaba triun-
fando es el que, incluso con todo en
contra, no halla excusas. El que acaba
fracasando es aquel que las encuen-
tra incluso con todo a su favor.
El error es un resultado que duele
más que otros para que no se olvi-
de su preciosa enseñanza. Eso es todo.
Pero salvo ese detalle, no es otra cosa
que un resultado como cualquier
otro. Los fracasos serán parte de tu
existencia, pero procura que no sean
tu estilo de vida y tampoco los mini-
mices, eso sería asumir una actitud
muy inmadura de tu parte, más bien conviértelos en magníficas formas de

aprendizaje. Toma en cuenta que «Con sabiduría se construye la casa, y
con inteligencia se ponen sus cimientos; con conocimientos se llenan sus
cuartos de objetos valiosos y de buen gusto» (Proverbios23: 3-4).
Piensa en esto: aquellos que no encuentran excusas para fracasar

son los mismos que encuentran motivos para triunfar.
¡No llores más querido joven!

No llores querido joven, porque a pesar de la soledad que sientes hay un Dios,
padre amante, que te ama y siempre está a tu lado. Nunca lo dudes por favor...
No llores querido joven por tus fracasos, porque a pesar de ellos, nunca es tarde
para comenzar de nuevo y reconstruir tu vida …
No llores querido joven por el amor no correspondido, porque en medio de to-
do, Dios tiene un plan especial para ti. Deja que él te guíe y te conduzca por sus
sendas llenas de sabiduría…
No llores querido joven, porque no importa cuán pesada sea tu carga, él nunca
te dejará solo, siempre habrá alguien que Dios enviará para sanar tus heridas ¿Es-
tás dispuesto a escuchar sus señales?
No llores querido, porque por cada golpe que recibes en la vida, Dios te forta-
lece; por cada error que cometes, Dios te perdona; por cada daño que te causen,
Dios transforma tus heridas en victorias; por cada derro-
ta, Dios las torna en aprendizaje; y por cada tristeza, él te
llena de esperanza.
Podrán tocar tu vida, pero no tu alma,
podrán burlarse de tu apariencia, pero ja-
más te destruirán. Podrán lastimarte pero
jamás arruinarte, porque si Dios es contigo,
¿quién contra ti?

La importancia del crecimiento personal
Si hoy no vas a crecer para ser mejor que ayer, ¿qué sentido tendría haber
experimentado tantos fracasos? Hoy solo tiene sentido si tienes un objetivo
que te permita crecer, mejorar como persona, aprender algo nuevo, alcan-
zar algo que ahora no tienes. Pero para desear un
molde nuevo, antes tienes que inconformarte
con tu molde actual; inconformarte y cambiar,
inconformarte y crecer, inconformarte y
actuar. En otras palabras, ¡Nunca ren-
dirte!, luchar por alcanzar lo difícil,
lo que te reta, lo que te engrandece,
porque si «te desanimas cuando estás
en aprietos, no son muchas las fuerzas que
tienes» (Proverbios 42:10). El famoso in-
ventor Thomas Alva Edison dijo: «Mu-
chos de los fracasos en la vida suceden
porque la gente no se da cuenta de
lo cerca que está del éxito cuando
se rinde».
Existen dos tipos de inconformismo,
uno destructivo y otro constructivo. Siem-
pre que el inconformismo te lleve a
la queja es un inconformismo nega-
tivo, y siempre que te conduzca a la
acción, se trata de un inconformismo
positivo. Aléjate del primero como de la
peste y aférrate al segundo como a la vida, ya que es el primer paso en la
ruta del crecimiento. Ten presente que inconformarte es la semilla del cam-
bio. Solo mejorarás tu futuro el día que decidas inconformarte del presente.
Al fracaso se llega cuando te inconformas y te quejas. Al éxito se llega cuan-
do te inconformas y actúas. Salomón pensaba igual, pero lo dijo en otras
palabras: «El que trabaja su tierra tiene abundancia de pan; el imprudente
se ocupa en cosas sin provecho» (Proverbios 12: 11).
Piensa en esto: la diferencia a los que cambian el mundo de los que

no, no son las ganas. Tampoco las ideas…son las acciones.
Ocho acciones que podrías hacer

para crecer en la excelencia
1. Haz siempre las tareas difíciles y después las fáciles.
2. No dejes las cosas importantes para el final.
3. Siempre da más de lo que te pidan.
4. Se puntual en todas tus citas.
5. Haz las cosas bien hechas, no caigas en la mediocridad.
6. No pierdas tiempo navegando en la red si no estás
aprendiendo algo nuevo.
7. Cultiva la lectura como una actividad recreativa.
8. Rodéate de amistades que te motiven e inspiren a ser
mejor persona.
Palabras de ánimo
Sé que estás joven y lleno de ilusiones, y quizá en algún momento de tu exis-
tencia te sentirás triste y acongojado, sin embargo, espero que en los mo-
mentos críticos por los cuales deberás transitar, lejos de amargar tu existencia,
seas capaz de convertir toda tragedia y dificultad en una gran oportuni-
dad para que te encuentres cerca de Dios, porque en él, tú lo tienes todo.
No necesitas más. «El Señor da su ayuda y protección a los que viven recta-
mente y sin tacha; cuida de los que se conducen con justicia, y protege a
los que le son fieles. Sabrás también lo que es recto y justo, y estarás atento
a todo lo bueno, pues tu mente obtendrá sabiduría y probarás la dulzura
del saber» (Proverbios 2: 7-10).
Consejos a una flor acongojada

Llora, pero nunca desesperes mi querida florecilla. La vida no siempre es lo que qui-
siéramos, no todo es perfecto en este mundo enajenado de Dios, pero quiero que sepas
que en medio de la tempestad y de los fuertes vientos que golpean
tus delicados pétalos, siempre hay un faro que da luz y un
Jardinero que siempre está pendiente de ti.
Recuerda que cada decepción, tristeza y espada
que atraviesa tu frágil corazón es una oportuni-
dad para acudir al tierno Salvador.
A veces pensamos que la vida ya no tiene
sentido ante la tragedia, pero no debes olvi-
dar que tan solo es un dolor de parto y como
tal, está a punto de dar a luz un nuevo comienzo.
Acuérdate:
La derrota es el comienzo de la victoria.
Las lágrimas son el inicio de la liberación.
La decepción es el comienzo de la verdad.
El fracaso es el origen de la humildad.
Y la muerte es el comienzo de la resurrección.
Por lo tanto, recuerda estas palabras
«No tengan miedo, yo he vencido al mundo»
Jesucristo
No me cabe la menor duda que habrá tiempo en que sentirás ganas de

llorar, porque que sufrirás varias traiciones y experimentarás la soledad.
Pero en los momentos de lamento, mejor derrama tu alma a Dios; en las
derrotas, aprende la humildad, es la mejor asignatura que tomarás en la
universidad de la vida, y en la soledad, disfruta el silencio y la reflexión
porque en el suave murmullo aprenderás a escuchar la voz de Dios. No
te creas demasiado sabio; honra al Señor y apártate del mal: ¡esa es la
mejor medicina para fortalecer tu cuerpo!
La mayor lucha que enfrentarás en tu existencia será pelear contra

tus propios demonios internos: miedo, complejos, envidia, inseguridad,
errores, inferioridad, hipocresía, tristeza, traición y egoísmo. Pero si los
quieres derrotar no será con tus propios recursos, sino con la Palabra de
Dios. La Biblia te hará entender que la verdadera sabiduría no consiste en
confiar en las voces internas del corazón, sino de toda Palabra que sale de
la boca de Dios.
En la historia antigua, existe el relato de un valiente capitán cuya bande-
ra estaba casi siempre en la primera línea de batalla; su espada era temida
por sus enemigos, porque era el heraldo de la matanza y de la victoria. Su rey
le pidió una vez que le mostrara su espada. La tomó, con cuidado la exami-
nó, y la devolvió con el siguiente mensaje: «No veo nada maravilloso en esta
espada. No puedo entender por qué los hombres le pueden tener tanto mie-
do». El capitán envió la respuesta: «Vuestra Majestad se ha dignado examinar
la espada; pero no le envié el brazo que la maneja. Si hubiera examinado
ese brazo, y el corazón que dirige al brazo, habría entendido el misterio».
Cuando tu corazón confía en un Dios todo poderoso, entonces tus brazos
serán capaces de realizar grandes proezas.

¡Ánimo! La vida es una continua lucha, pero no estás solo, Dios tiene
un plan para ti. La diferencia dependerá de las decisiones que tomes en la
vida. Recuerda, tú no eres producto de las fuerzas caprichosas del destino
y del azar. Dios tiene un proyecto bien trazado para tu existencia y en la
medida que dejes de confiar en tu propia sabiduría y escojas la senda tra-
zada por Dios, tu vida tendrá un destino glorioso: la vida eterna.
Sin embargo, esta vida eterna ya empezó, no la sigas esperando, la nue-
va felicidad que Dios te da ya es una realidad «Porque la voluntad de mi
Padre es que todos los que miran al Hijo de Dios y creen en él, tengan vida
eterna; y yo los resucitaré en el día último» (S. Juan 6: 40). Cuando cami-
nas con Jesús ya iniciaste esta nueva realidad. Así que la felicidad no es
una condición futura, sino una realidad actual cuando te entregas a él. Por
lo tanto, no cometas el error de ser infeliz hoy, no hay razón para el segui-
dor de Jesús, la felicidad ya comenzó, pero no es un estado de éxtasis per-
manente, ni una loca emoción que como las ondas del mar suben y bajan
por azares del destino; la felicidad de Dios proviene de un corazón per-
donado y una disposición de servir a aquellos más frágiles que tú. Solo
de esta manera serás un verdadero triunfador.
Querido joven, te deseo una jornada de muchos éxitos, y recuerda, la
lucha apenas empieza, pero con Cristo a tu lado a todo le podrás hacer
frente (Filipenses 4: 13). El
verdadero principio de toda
sabiduría proviene de Dios.
Recuerda lo que dijo el fa-
moso estadista y militar fran-
cés Napoleón Bonaparte: «El
éxito no reside en vencer
siempre, sino en no de-
sanimarse nunca».
Por lo tanto, no te
des por vencido
ni aun vencido.
Estudio bíblico
¿Qué cualidades tienen aquellos que Dios protege y ayuda
en la vida? Proverbios 1: 7-8
_________________________________________________________
_________________________________________________________
Según el sabio Salomón, ¿cuál es la fórmula del éxito para todo
joven que desea ser un genuino triunfador? Proverbios 3: 5
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Cuál es la mejor medicina para proteger al cuerpo? Proverbios 3: 7-8
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Por qué la sabiduría de Dios es importante para todo joven?
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Por qué es importante nunca rendirse y dejar que la pereza y con-
formismo gobiernen tu vida? Proverbios 6: 6-10
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Cuál es el clamor de la sabiduría para todos los jóvenes que de-
seen ser triunfadores? Proverbios 8:1-11
_________________________________________________________
_________________________________________________________
Frase célebre
«Si tu barco lo mueve el viento,
el día que se acaba el viento, te quedas sin barco».
Anxo Pérez
sa e n e st o
Pien rores y fracaso s, al ég ra te qu erido joven, porq
ue todo aquella
nque por doloro
sa que pue-
A pesar de los er re nd izaj e. Y au
e transformar en
ap e ser la oportu-
tragedia se pued as eq ui vo ca ciones, hoy pued
ecuencias de es úa, pero no
dan ser las cons vi da . Si gu e, marcha, contin
tu ni
evo comienzo en s que el rencor,
nidad de un nu ción qu e lu ch ar. Solo no deje si hay
tienes otra op que
retrocedas, no su el ta to do tu dolor. Recuerda
a y -
nen; perdona, am sar de ser despe
el odio te aprisio co nt em pl ar criaturas, que a pe ni za s
maligno, es s ce
algo que odia el ca pa ce s de levantarse de la
s, se an
s propios errore o para todos los
dazadas por su gr ac ia de D io s. Con mucho cariñ
r la grandiosa uivocado.
de la derrota po su ex is tencia se han eq
omen to de
que en algun m
Capítulo
Creo en el consejo
de las personas sabias
«Si no hay buen gobierno, la nación fracasa;
el triunfo depende de los muchos consejeros»
A
(Proverbios 11: 14 ).
MANCIO ORTEGA (1936) es un empre-

sario y fundador de la pretigiosa tienda
de ropa Zara, principal grupo textil del
mundo. Es una de las mayores fortunas del mun-
do, según Forbes, despúes de Carlos Slim y Bill
Gates. Su biografía y la historia de su imperio
aparecen en el libro Así es como Amancio Or-
tega: el hombre que creó Zara, así como en
Zara: visión y estrategia de Amancio Or-
tega de cero a Zara.
Este famoso empresario compar-
te a través de sus libros algunos con-
sejos que le dieron éxito al momento
de emprender sus sueños. Me gus-
taría compartirte algunos de ellos
( 57 )
porque están llenos de sabiduría, recuerda que una de las caracterísiticas de

un joven triunfador, es el de siempre ser un eterno estudiante y aprender
de los mejores.
1. No vale la pena ser empresario sólo para ser rico. Cuando el dine-
ro se convierte exclusivamente en fin y no en medio, es fácil que una
empresa o una vida se debilite y se venga hacia abajo. ¿Por qué?
Porque ninguna biografía, ni en lo personal, ni en lo profesional, ni
lo empresarial, es línea recta. En todo negocio o vida siempre habrá
dificultades, adversidades, incovenientes y
crisis. Es en esos momentos, cuando tiem-
bla alrededor, aparecen dudas, y si uno no
tiene convicciones fuertes y profundas,
algo por lo que valga la pena luchar, un
sentido de trascendencia que lo manten-
ga a flote, es fácil rendirse. A la hora de em-
prender un negocio o cualquier meta en
la vida es importante que exista una fuer-
te sintonía entre lo que uno siente, lo que
uno hace y lo que uno cree. Las conviccio-
nes y tus principios éticos son fundamen-
tales para emprender algun sueño en esta
vida.
2. La autocomplacencia es lo peor si quie-
res hacer algo importante. Tú sabes bien
que cuando uno se relaja un poco más de
lo razonable, las cosas se tuercen. Es ne-
cesaria, según Ortega, una cierta tensión para alcanzar la cima, y
luego continuar así, sin distraerse para mantenerse arriba. Recuerda
que siempre hay que tener un afán de superación y una constante
capacidad de crítica. La auotcomplacencia, es decir, el conformismo,
la satisfacción de alcanzar cierto nivel de «éxito» es uno de los mayo-
res riesgos en la vida de un joven.
Creo en el consejo de las personas sabias 59

3. Desarrolla la bondad como una de tus principales virtudes. Decía una
vez el filósofo José Antonio Marina que «la bondad es el rasgo de ma-
yor inteligencia de una persona». Contundente declaración ¿no crees?,
sobre todo porque cuando se piensa en bondad, mucha gente pien-
sa en una persona blanda y débil ¡Nada tiene que ver! La bondad
es pensar en el bien común porque se tiene la convicción de que el
bien común no es otra cosa que el bien propio.
4. Un líder eficiente trabaja en equipo y escucha consejo . Amancio
Ortega declara: «Mi éxito es de todos los que colaboran y han co-
laborado conmigo. Un ser humano no puede ser tan inteligente, tan
poderoso o tan prepotente como para hacer él solo una empresa de
este calibre». Recuerda, no hay líder sin equipo, es más, el líder nace
porque existe el equipo. Detrás de cualquier logro destacable siem-
pre hay consejos sabios y un equipo; de otro modo es imposible. Los
éxitos son siempre colectivos. Ningún hombre solo ha logrado
nada. Sin compromiso, sin orgullo de pertenencia a la causa, simple-
mente no hay excelencia. La ausencia de sabios consejos es simplemen-
te sinónimo de fracaso.
Estimado joven y señorita, el éxito no surge
por casualidad. Los negocios y las organizacio-
nes exitosas, tampoco.
Otro empresario exitoso

El rey Salomón fue el hombre más
rico del mundo, y eso no fue el
cumplimineto de un destino asig-
nado por un astro solar. Fue el re-
sultado de la implementación de una
estrategia política y económica que de
manera paulatina consolidó su liderazgo,
construyendo inteligentemente sobre las
victorias de su padre, el rey David.
Salomón supo tomar decisiones econó-

micas, que día a día, le llevaron a cons-
truir un imperio que impactó en
el Medio Oriente y le trajo innu-
merables riquezas. De acuerdo
al especialista en finanzas An-
drés Panasiuk, se cree que el
sueldo de Salomón llegaba a
los novecientos millones de dó-
lares, ¡Sin contar sus vacaciones,
bonos de fin de año ni su plan de
jubilación! Su fortuna, conside-
rando la herencia de su padre, el rey
David, probablemente llegaba a los cien
mil millones de dólares, (en comparación: la for-
tuna de Bill Gates confundador de Microsoft, que llegó hasta los cuarenta
mil millones).
Sin embargo, el imperio salomónico y su éxito económico no se cons-
truyeron de la noche a la mañana.Tomó tiempo. Tomó esfuerzo. Apre-
ciado joven, no hay secretos para alcanzar el éxito. No existe una manera
fácil de lograr algo tan difícil. Existe, sí, mucho trabajo, mucho esfuerzo,
mucho sacrificio, muchas horas haciendo tareas que nadie quiere hacer y
sacrificando cosas que nadie quiere sacrificar. Si realmente deseas prosperar
en tu trabajo como líder o en algun proyecto de vida, se requiere funcio-
nar de una determinada manera, tener ciertas prácticas y ciertos valores
en el liderazgo organizacional.
Hay ciertas características que ayudaron a Salomón a ser uno de los
hombres más ricos de toda la historia. A pesar de haber vivido hace unos
tres mil años atrás, la forma en la que Salomón lideró y tomó decisiones te
ayudarán a ser excepcional en la toma de decisiones económicas en este
nuevo siglo.
Hay tres características que le ayudaron a ser éxitoso en la toma de
decisiones:

1. Se rodeó de consejeros sabios, expertos en cada área de su gobier-
no (véase 1 Reyes 4: 1-19).
2. Supo delegar autoridad y responsabilidad en sus gobernadores.
3. Tenía principios económicos que lo condujeron al éxito a través del
tiempo.
Te invito a ver cada una de las caracterísiticas de manera individual.
1. Salomón se rodeó de consejeros sabios, un equipo de expertos. Te
invito a que leas los siguiente pasajes :
«Salomón fue rey de todo Israel. Y sus funcionarios fueron estos: Azarías,
hijo del sacerdote Sadoc; Elihóref y Ahías, hijos de Sisá, los cronistas; Jo-
safat, hijo de Ahilud, secretario del rey; Benaías, hijo de Joiadá, jefe del
ejército; Sadoc y Abiatar, sacerdotes; Azarías, hijo de Natán, superinten-
dente; Zabud, hijo del sacerdote Natán, consejero particular del rey; Ahisar,
mayordomo de palacio; y Adoniram, hijo de Abdá, encargado del trabajo
obligatorio. Salomón tenía doce intendentes sobre todo Israel, cuya obli-
gación era proveer de todo al rey y a su familia. Cada uno de ellos debía
proveerlo de todo durante un mes al año…Ben-déquer, en Macás, Saalbim,
Bet-semes, Elón y Bet-hanán; …Simí, hijo de Elá, en Benjamín; Guéber,
hijo de Urí, en la región de Gad, país de Sihón, rey de los amorreos, y
de Og, rey de Basán. Había, además, un intendente general sobre todo el

país». (1 Reyes 4: 1-7, 9, 18, 19).
Cuando observas la forma que Salomón seleccionó a su equipo de lideraz-
go, te das cuenta de que el hombre más sabio del mundo se rodeó de exper-
tos, no necesariamente familiares. Eligió a los mejores. No necesariamente
a los miembros de su propia familia. Esta acción le permitió formar una
«equipo exitoso» y, por lo tanto, tomar decisiones económicas muy acerta-
das. El gran problema de muchos jóvenes es que no se rodean de personas
sabias al momento de tomar decisiones importantes; se dejan guiar por
su propio «instinto o su propio corazón», o simplemente se rodean de muy
malas amistades, recuerda, «un ciego no puede guiar a otro ciego», la Palabra
de Dios declara: «Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hom-
bre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová» (Jeremías
17: 5 RV60). El libro de Proverbios declara que en la sabiduría «está el
consejo y el buen juicio» (Proverbios 8: 14 RV60) y te recuerda que «El ca-
mino de necio es derecho en su opinión; más el que obedece el consejo
es sabio» (Proverbios 12:15).
Reflexiona
Poema a la necedad
(Inspirado en Proverbios 9: 13-18)
La bella y hermosa necedad anda por las calles y avenidas oscuras buscando a jóvenes
inexpertos. Los busca y los seduce con sus tentáculos visuales, auditivos y sentimentales.
La necedad proclama por la esquinas:
¡Oh joven inexperto, escúchame, aléjate de lo bueno y escucha solo tu corazón!
No escuches el consejos de los sabios.
Acobíjate de aquellos que solo te dan consejos opuestos a la voluntad de Dios.
Haz que tus pensamientos y sentimientos dicten lo que debes hacer, no al consejo
de la Palabra de Dios que te enseña y amonesta.
No vivas de la oración, solo de la emoción.
No vivas de la reflexión, sino de las imágenes y videos.
Recuerda que la gracia es barata, no importa el pecado que cometas.
Recuerda que el agua robada es más sabrosa; el pan comido a escondidas sabe
mejor y la mentira es mejor que la verdad.
Crítica a otros para justificar la tibieza de tu propia conducta.
Aprende a no gestionar tus problemas con prudencia y sabiduría, y no escuches a
tus padres, solo a aquellos que dicen ser tus «amigos».
Si muy pronto sigues los consejos de la bella y coqueta necedad, a lo bueno lla-
marás malo y a lo malo llamarás bueno.
Y cuando llegue el llorar y el lamentar, será demasiado tarde, porque ya eres un
viejo que cuando fue joven fue muy necio.
Piensa en esto: ¿Cuál es la principal virtud que tu buscarías en

alguien que dice ser tu amigo? ¿Por qué muchos jóvenes no valoran los
consejos de sus padres?
Si deseas ser un triunfador, entonces debes rodearte de gente capaz, si

siempre estás escuchando consejos tontos y pocos sabios, el resultado será
el fracaso. Si escuchas y te apoyas en los cosejos sabios, de personas capa-
ces que tienen el temor de Dios, no solo tendrás un equipo de alto nivel, sino
que serás una persona que acertará correctamente en los asuntos impor-
tantes de la vida, por algo Francesco Guicciardini, famoso historiador ita-
liano dijo: « El consejo es más necesario al necio que al sabio, pero solo
este último sabe aprovecharlo».
2. Salomón supo delegar autoridad y responsabilidad a sus gober-
nadores.
Al emprender el gran reto de vivir tú no puedes in-
terpretar el papel del superhéroe solitario,
porque si lo haces cometerás muchos de-
saciertos; Tito Maccio Plauto, el gran
comediógrafo romano que vivió entre los
años 254- 184 a.C. dijo: «Por más sabio
que sea, el hombre necesita del consejo de amigos
sagaces en los negocios de la vida».
Una persona que escucha con-
sejos sabios ha aprendido que el
no puede hacer las cosas solo. Por
consiguiente tienes que aprender
a delegar autoridad y responsa-
bilidad. Tienes que empezar a lide-
rar a través de otros. Vas a tener
que empezar a escuchar a otros y
vas a tener que aceptar que la decisión de un grupo siempre es mejor que
la de un individuo. Treinta siglos despúes, Salomón aprendió a no manejar
solo las decisiones que se tomaban en el reino. No olvides este gran consejo:
si quieres tomas decisiones económicas inteligentes, establecer parámetros
apropiados y decisiones acertadas en tu vida personal, tienes que aprender
a escuchar y a delegar. Se cuenta que cierta ocasión el prestigioso presiden-
te norteamericano Teodoro Roosevelt dijo: «El ejecutivo exitoso es el que
tiene el mejor sentido común para elegir buenos empleados que hagan
lo que él desea hacer y luego tiene el suficiente dominio propio como para
evitar meter la cuchara en el plato mientras ellos lo hacen».
3. Salomón tenía algunos principios financieros que lo condujeron
al éxito a través del tiempo.
Como resultado de saber escuchar a gente sabia, experta en su ramo, Salo-
món aprendió a delegar y en consecuencia también comenzó a prosperar.
El libro de Proverbios es una ventana al corazón y la mente del sabio rey
de Israel. Los Proverbios no solo forman parte del consejeo de la Palabra de
Dios para ti, sino también te muestra cómo pensaba el hombre más rico del
mundo. Aquí hay una lista de principios financieros que debes tomar
en cuenta al momento de tomar decisiones en tu vida.
a. Salómón aprendió a no cargar con deudas y préstamos que no podía
pagar. «Nunca te hagas responsable de las deudas de otra persona,
pues si no tienes con qué pagar, hasta la cama te quitarán» (Prover-
bios 22: 26-27). El énfasis del concepto surge de la primera y segunda
frase. La idea principal es que cada vez que uno se compromete fi-
nancieramente debe hacerlo solamente si tiene una forma segura
de pagar la deuda.
Recuerda:
• Pedir prestado debe ser algo inusual en nuestras vidas.
• Nunca pidas prestado para cosas que pierden valor a través
del tiempo.

• El endeudamiento puede ser una manifestación externa de que
no estamos satisfechos con la provisión de Dios.
• Paga las deudas lo más pronto posible.
• Las cosas que pagas: muebles, computadoras, maquinaria, no son
tuyas hasta que las pages.
• Los intereses te succionan el aire y la vida. ¡Tómalo muy en
cuenta!
La Biblia relaciona la deuda con la esclavitud (Proverbios 22: 7). Son
trampas que coloca Satanás y en consecuencia disminuyen tu estima pro-
pia, debilitan tu fe y te desmoralizan. Las deudas son el resultado de una
administración ineficiente, a menos que
se adquieran en casos de infortunios.
Las deudas, por lo regular, son el
resultado, ya sea de un estilo de
vida fuera de tus recursos eco-
nómicos, o de mala adminis-
tración del dinero.
b. Salomón creció planifica-
da, consistente y paciente-
mente. En el libro de Proverbios
capítulo 21: 5 se menciona que: «los
planes bien meditados dan buen resul-
tado; los que se hacen a la ligera causan
la ruina». La properidad de Salomón
no ocurrió en forma instantánea, fue
el resultado de una buena plani-
ficación a través del tiempo. Mu-
chos jóvenes al comenzar su
proyecto de vida fracasan por-
que no tienen un plan de vida.
Piensa en esto: ¿Cómo administras el dinero que ganas?

¿Dedicas un apartado de tus ingresos o lo gastas todo en tus gustos
personales y en convivir con tus amigos?
Si realmente quieres prosperar en tu vida profesional debes comenzar

con el fundamento. Y Salomón declara que el principal fundamento
de toda prosperidad es: «Confía de todo corazón en el Señor y no
en tu propia inteligencia. Ten presente al Señor en todo lo que ha-
gas, y él te llevará por el camino recto» (Proverbios 3: 5-6).

Cuando preparas un plan de vida o de ne-
gocio nuevo, siempre deberías reconocer a Dios
en todo lo que hagas, es decir, reconocer el rol
de Dios en cada aspecto de negocio o empresa
que inicias. Por lo tanto:
• Establece ¿Cuáles son tus principios?,
¿cuáles cosas son realmente impor-
tantes en tu vida?
• ¿Cuál es la misión de Dios para tu vida?
• Establece objetivos a corto, mediano
y largo plazo. El proceso de planificar
objetivos deber ser medible y alcan-
zable.
• Desarrolla un plan. Cuando se trata
de planificar, junta todos los datos que
puedas. Una buena planificación siempre está basada en informa-
ción precisa, y eso cuesta mucho trabajo conseguir, pero es esencial
para tomar decisiones basadas en la realidad. Tienes que saber lo
que sabes y saber lo que no sabes. Cada plan debe tener una mezcla
de la realidad, de aquello que desconocemos y de lo que supone-
mos. Muchas de las suposiciones se pueden convertir en realida-
des con un poco de diligencia. Hay un viejo dicho que dice: «la
información sin la aplicación lleva a la frustración».
Y recuerda, la necedad se origina no por la falta de información, sino por
la obstinación de no entender que si Dios no edifica tus proyectos de vida,
ningún proyecto que emprendas en la vida realmente tendrá valor eter-
no. Saber escuchar el consejo de personas sabias puede salvar tu existen-
cia del desastre moral y financiero.
Estudio bíblico
¿Qué características tiene el joven sabio? Proverbios 1: 5
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Qué debes hacer cuando te dan un buen consejo? Proverbios 4: 13
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿En dónde habita la sabiduría? Proverbios 8: 12
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Cuál es el problema de una persona necia, según el libro
de Proverbios? Proverbios 12: 5
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Por qué debieras escuchar el consejo de los padres?
Proverbios 13: 1; 15: 5
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿A qué se compara un buen consejo? Proverbios 27: 9
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Has comprado alguna vez cosas seducido por una campaña
publicitaria, o por la presión de tus amigos? ¿Por qué?
_________________________________________________________
_________________________________________________________
Frase célebre
«No hay hombre tan sabio que no tenga necesidad
de consejo ajeno».
Fray Antonio de Guevara
sa e n e st o
Pien acepta mandato
s; el que dice necedades acaba en la
acaba».
ruina.
«El que es sabio me; el qu e mal anda, mal

be, na da te
El que nada de
: 8-9).
(Proverbios 10
Capítulo
Creo en el poder
de la integridad
«Gran abundancia hay en casa del hombre
honrado, pero al malvado no le aprovechan
H
sus ganancias» (Proverbios 15: 6).
ACE ALGUNOS AÑOS el Dr. Andrés

Panasiuk, director El Instituto para la
Cultura Financiera, tuvo la oportuni-
dad de visitar una compañía mexicana que tiene
su matriz en la ciudad de Monterrey. El Dr. Pana-
siuk notó que la empresa se ha dedicado por veinte
años a la distribución de insumos para la produc-
ción de alimentos. También se dio cuenta
de que han tenido tanto éxito que
actualmente son una de las más
grandes empresas de distribu-
ción de componentes alimen-
ticios del país. Cuando el Dr.
Panasiuk les preguntó cuál era
el secreto de su gran éxito, los fun-
dadores de la empresa le comentaron
( 73 )
que desde que se estableció la empresa hicieron un compromiso serio de ma-

nejarla con el más alto nivel de honestidad e integridad. No conforme con
esa respuesta, el Dr Paniasiuk les preguntó de nuevo: «¿Pero cómo pudie-
ron sobrevivir siendo absolutamente honestos en medio de un ambiente de
negocios tan difícil como el latinoamericano? La respuesta fue contundente:
«Al principio fue muy difícil», dijo uno de sus fundadores, «sin embargo, con
el correr el tiempo, como demostramos integridad de manera consistente,
las mejores y más grandes empresas de Estados Unidos comenzaron a tra-
bajar con nosotros, no porque les prometiesemos las mayores ganancias, sino
porque se dieron cuenta de que les hablamos con la verdad y que nunca los
ibamos a traicionar».
Sí querido joven, la honestidad y la integridad atraen la gente honesta e
íntegra, y a largo plazo estimula riqueza. Recuerdo a un empresario que en
cierta ocasión me dijo: «Lo que yo necesito no es gente capaz y preparada,
sino gente que esté dispuesta a aprender y que sea honesta». Salomón fue muy
claro cuando dijo, bajo inspiración divina: «Más vale ser pobre y honrado,
que necio y calumniador»(Proverbios 19: 1).
Si no consideramos la integridad como algo valioso y no negociable, tar-
de o temprano por nuestra falta de integridad terminamos violando cada
uno de los demás principios que decimos tener. La integridad es un prin-
cipio que garantiza todos los demás principios.
La integridad involucra el corazón,
lo que yo siento; la mente, lo que yo
pienso; y la voluntad, cómo yo actúo.
Esto es importante considerarlo por-
que muchas veces no sabemos qué
negocios nos perdemos cuando de-
cidimos ser corruptos en vez de ser
honestos. La falta de honestidad, a
largo plazo, no es rentable. «Mejor es
el pobre que camina en su integridad,
que el de perversos caminos y rico»
(Proverbios 28.6, RVR60).
Creo en el poder de la integridad 75

La corrupción se define, según el diccionario Merriam Webster, como
«la alteración de la integridad de una virtud o de un principio moral». Esta
distorción de la integridad ensucia todas nuestras virtudes, talentos y capa-
cidades. Por lo tanto, la falta de integridad en nuestras decisiones económicas,
tanto en casa como en las empresas, es un cáncer que carcome a la sociedad.
Lo que el mundo necesita

El mundo necesita hombres y mujeres a los que no se pueda comprar; cuya palabra
es su fianza; que ponen el carácter por sobre la riqueza; que poseen opiniones y
voluntad; que no vacilan en correr riesgos; que no pierden su individualidad en una
multitud; que sean honrados en las cosas más pequeñas como en las cosas grandes;
que no son transigentes con el mal; cuyas ambicio-
nes no están confinadas a sus propios deseos egoís-
tas; que sean fieles a sus amigos en las buenas y en
las malas, en la adversidad como en la prosperidad;
que no creen en la astucia, sagacidad y tozudez; que
no se avergüencen y tengan miedo de defender la ver-
dad cuando es impopular; que dicen «no» cuando el resto
del mundo dice «sí».
Ted Engstrom
Piensa por un momento, ¿cuántos de nosotros hemos sido víctimas de

un fraude, robo o estafa? ¿Cuántas veces pedimos prestado y no lo devolve-
mos? O ¿Cúantas veces alguien nos pide prestado y no lo devuelve? Sin
embargo, la falta de integridad va más allá de unas simples dedudas, tiene
que ver con un modo de vida totalmente opuesto a la voluntad de Dios. Te-
nemos que reconocer que en muchas ocasiones no somos íntegros con Dios.
¿Cuándo fue la última vez que le devolvimos el diezmo fielmente a Dios? ¿So-
mos agradecidos a Dios por medio de nuestra ofrenda de forma sistemá-
tica? ¿Realmente apoyamos con nuestros recursos financieros a la causa de
Dios? Y no se trata de dar por dar, si no de dar como Dios pide, así lo confirma
el profeta cuando dice: «Y yo pregunto: “¿Acaso un hombre puede defrau-

dar a Dios? ¡Pues ustedes me han defraudado! Y todavía preguntan: ‘¿En
qué te hemos defraudado?’ ¡En los diezmos y en las ofrendas me han defrau-
dado!”» (Malaquías 3: 8 ).
El talón de Aquiles de muchos jóvenes cristianos son sus finanzas. La
falta de integridad en el manejo de las finanzas es lo que ha puesto a muchos
de ellos en situaciones problemáticas al tratar de emprender un negocio o
concretar un proyecto. Cuando tú colocas a Dios en primer lugar, signi-
fica que estableces los fundamentos para tener un futuro próspero, eso
significa que lo primero que vas hacer, al comenzar a trabajar y ganar tu pri-
mer salario, es darle a Dios tus diezmos y ofrendas.
Si apartas el diezmo primero, se te garantiza que tus necesidades bási-
cas serán suplidas (Mateo 6: 33; 22: 37). Esto es simplemente integridad y
honestidad. Esta acción es de suma importancia porque a menos que apartes
el diezmo primero, Dios no pondrá bendecir lo que queda. Pero al hacer-
lo, tu parte tendrá el mismo poder (o más) que toda la cantidad antes de sacar
el diezmo (Véase Malaquías 3: 10). Además, cuando das el diezmo reconoces
a Dios como el dueño y soberano de tu vida. Este es el principio que hay
detrás del primer mandamiento: colocar a Dios primero (Éxodo 20: 30).
Los siete errores de un joven emprendedor

1. Empezar tu vida financiera con deudas.
2. Pedir prestado y no pagar.
3. No diezmar y ofrendar de manera sistemática.
4. Gastar más de lo que ganas.
5. No hacer un presupuesto mensual
de tus egresos y gastos.
6. Usar mal las tarjetas
de crédito.
7. No fomentar el ahorro mensual.
Ser una persona integra significa ser coherente entre lo que uno cree y
lo que uno hace. Es aprender que nuestra palabra sí vale y tiene peso. In-
tegridad es pagar nuestros impuestos y reportar al gobierno todo el salario
de nuestros empleados. Es hacer un examen sin copiar y no vender piratería.
Es no usar a la iglesia para sacar ventajas o ganacias personales. Integri-
dad es sacar la licencias y permisos necesarios para establecer un negocio
y poder operar de manera eficiente sin dar soborno a las autoridades. Es
hacer lo correcto, aun cuando nadie nos ve, como dijo en cierta ocasión el
celebre físico alemán Albert Einstein «El éxito no es cuestión de sabiduría
o de astucia, sino de honradez y confianza; la moral no puede ser sustitui-
da por el entendimiento». Toma en cuenta lo que la prolífica escritora y
consejera de jóvenes Elena G. de White dijo con respecto a la integridad:
«Las cuentas de cada negocio, los detalles de cada transacción son some-
tidos al escrutinio de inspectores invisibles, agentes de Aquel que nunca
transige con la injusticia, nunca tolera el mal, nunca disculpa el agravio».
Muchos jóvenes fracasan porque solo se enfocan en su preparación
técnica y académica, pero no le dan importancia a la formación moral. No
obstante, la integridad es el pilar fundamental para construir tu futuro.
Ten en cuenta que la integridad es hacer lo que se tiene que hacer, cuando
se tiene que hacer y sin importar las consecuencias. Recuerda que el éxito
exterior, sin el éxito moral nos convierte en personas huecas y vacías.
Piensa en esto: aunque la deshonestidad aparentemente te facilita

la senda del «éxito», ¿qué consecuencias puede tener en tu vida?
Evita robar a cualquier costo

El sabio Salómon considera robar como un delito muy grave a tal grado que
lo relaciona con el adulterio (véase Proverbios 6: 20-31). La relación entre
estos mandamientos (Véase Éxodo 20) muestra cómo la desobediencia a
un mandamiento (robo y adulterio) puede afectar nuestra obediencia a los
otros. Además de esto, el sabio Salomón declara: «Nadie desprecia al la-
drón que roba para calmar su hambre;
aunque si lo encuentran robando, tendrá
que devolver siete veces lo robado, y aun
tendrá que dar todo cuanto tenga» (Pro-
verbios 6: 31-32). La iniquidad más des-
preciable en nuestro mundo no es la vida
malvada de un desobediente o del paria
degradado en el vicio, sino en la vida que pa-
rece virtuosa, religiosa o piadosa y que vio-
la intencionalmente los mandamientos de
Dios.
La pobreza y la necesidad no justifican
el robo. El ladrón es culpable aun si tiene
hambre (Proverbios 6: 30). Aunque el la-
drón hambriento no debe ser despreciado,
debe reponer siete veces lo que ha robado;

lo que muestra que, por desesperada que sea su situación,
no se justifica el pecado. Además, la Biblia insiste en que
nuestro deber es atender las necesidades de los pobres, para
que no se sientan forzados a robar para sobrevivir.
Proverbios enfatiza que cualquier acción buena
o mala realizada tiene su efecto en la vida presente.
El costo de un placer temporal es demasiado alto y
no vale la pena. Y menos cuando se trata de ensu-
ciar nuestra integridad.
Un comediante de televisión conseguía
muchas risas al exclamar: «El diablo me hizo
hacerlo». Pero eso es solo una excusa. El
diablo no puede forzarnos a hacer nada.
«Ustedes no han pasado por ninguna
prueba que no sea humanamente
soportable. Y pueden ustedes con-
fiar en Dios, que no los dejará sufrir
pruebas más duras de lo que pueden
soportar. Por el contrario, cuando lle-
gue la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella, para que
puedan soportarla» (1 Corintios 10: 13). El pecado es una elección que no
estamos obligados a hacer, porque Dios nos da la oportunidad de resisitir,
y él es capaz de impedir que caigamos (Judas 24). Las decisiones de hoy
traen consecuencias en el mañana.
Dios bendice la integridad

La Biblia nos deja ver con claridad que andar en integridad de corazón de-
lante de Dios y de los hombres trae a nuestra vida múltiples beneficios, el
principal de los cuales es el privilegio de tener a Dios en nuestro favor. En
el libro de Génesis, capítulo 20, vemos un ejemplo de esto en la vida de Abi-
melec, rey Gerar. Los versiculos 4 al 6 dicen: «Sin embargo, como él no
la había tocado, le contestó: “Mi Señor, ¿acaso piensas matar a quien no ha
hecho nada malo? Abraham mismo me dijo que la mujer es su hermana,
y ella también afirmó que él es su herma-

no, así que yo hice todo esto de buena fe.
No he hecho nada malo”. Y Dios le con-
testó en el sueño: “Yo sé muy bien que lo
hiciste de buena fe. Por eso no te dejé to-
carla, para que no pecaras contra mí”».
Al llegar a Gerar, por temor a perder su
vida a causa de su mujer Sara, Abraham
le dijo al rey Abimelec que ella era su her-
mana y no su esposa, por lo que llevó a
Sara consigo. Pero antes de que se le acer-
cara a ella, Dios intervino revelándole la
verdad, y a sí lo libró de pecar. Al mentirle
a Abimelec, Abraham mostró su falta de
integridad, pues él se escudó detrás del
hecho de que Sara era su media herma-
na, hija de su padre, pero él no fue ínte-
gro porque no dijo toda la verdad: ella era también su esposa. Una media
verdad, si es que pudiera existir tal cosa, no es más que otra forma de
mentir.
Ahora bien lo que quiero resaltar en esta historia es la respuesta que
Dios le da a Abimelec «Yo sé muy bien que lo hiciste de buena fe. Por eso
no te dejé tocarla, para que no pecaras contra mí».
Piensa en esto: nosotros nunca sabremos qué negocios

nos perderemos si decidimos ser corruptos en lugar de ser honestos.
Es muy reconfortante saber que cuando Dios nos ve caminando por una
senda incorrecta pero de manera íntegra debido a nuestra ignorancia, él

es capaz de intervenir a nuestro favor, pero esto solo será posible si anda-
mos en integridad de corazón delante de él. Proverbios 2: 7 dice «El Señor
da su ayuda y protección a los que viven rectamente y sin tacha», esto fue
justo lo que vimos en la vida del rey Abimelec. El Señor se convirtió en un
escudo para él. «Porque Dios el Señor nos alumbra y nos protege; el Señor
ama y honra a los que viven sin tacha, y nada bueno les niega» (Salmo 84: 11).
Pero la condición para tener y disfrutar la protección de Dios es un cora-
zón íntegro sin duplicidad .
Dios en su Palabra tiene muchas promesas para sus hijos, pero a me-
nudo son condicionales y están relacionadas a la manera como andamos
delante de él. Y la promesa de protección, de ser escudo para nosotros está
íntimamente vinculada a que andemos con íntegridad de corazón. Sin du-
da la integridad construye nuestro carácter, nuestra credibilidad y nuestra
paz interior, por eso es tan importante la integridad.
Tres pasos concretos

que requiere la integridad
Stephen Carter, profesor de la Escuela de
Leyes de la Universidad de Yale y autor del
libro Integrity (integridad), explica que la in-
tegridad requiere de tres pasos concretos:
1. Discernir lo que está mal (saber lo
que es bueno y lo malo).
2. Actuar de acuerdo a esas convic-
ciones, aun a pesar de tener
que pagar un precio perso-
nal por hacerlo.
3. Expresar abiertamente frente a otros que uno está actuando de
acuerdo a su propios discernimiento del bien y del mal.
La crisis económica y moral que ves hoy en día es, en esencia, una crisis
de carácter. Cuando no hay integridad, lo que creemos pierde todo su valor.
Y actualmente predomina una pérdida de credibilidad entre los cristianos
precisamente porque no han demostrado con sus acciones lo que ellos pro-
fesan con sus palabras, por ejemplo, del autor y predicador inglés del siglo
XIX William Arnot en cierta ocasión se dijo: «Su predicación es buena. Sus
obras son mejores. Pero lo mejor de todo es su vida». El hombre más fuer-
te en la tierra es aquel que puede sostener sus principios éticos aun cuando
las masas piensen diferente y lo dejen completamente solo.
Un hombre puede ser rico sin dinero y lograr éxito en la vida, aunque no lle-
gue a ejercer el cargo de un magistrado o de un alto dignatario político. Y quien
tenga en sus manos las llaves del poder, debe superar la dignidad de su inves-
tidura y resistir el aplauso del vulgo porque hay algo más valioso que la riqueza
y que la fama. El carácter íntegro es éxito y no hay otro elemento de éxito.
Estudio bíblico
¿Cómo vive una persona que es íntegra en todo lo que hace?
Proverbios 10: 9
_________________________________________________________
¿Hacia dónde nos conduce la perversidad y la falta de integridad?
Proverbios 11: 3
_________________________________________________________
¿Qué recompensa tiene el que vive en integridad? Proverbios 28: 18
_________________________________________________________
¿Qué sucede cuando no somos fieles a Dios en sus diezmos
y sus ofrendas? Malaquías 3: 8-10
_________________________________________________________
A fin de preservar tu integridad, ¿qué dos cosas debes evitar?
Proverbios 22:26
_________________________________________________________
Frase célebre
«Tú puedes engañar a todos algún tiempo, puedes
engañara algunos todo el tiempo, pero no puedes
engañar a todos todo el tiempo».
Abraham Lincoln
n sa e n e st o
Pie as oportunidade
s cuan do ha y una mancha negra en
tu inte-
ántos millones
No tienes segund pu ed as llegar a crecer o cu
rta que tan gran
de te hundirá.
gridad. No impo integr idad tarde o temprano
de
acumular, la falta
puedas llegar a
Capítulo
Creo en la pureza
moral
«Cuida tu mente más que nada en el mundo,
porque ella es fuente de vida»
(Proverbios 4: 23)
G
ERARDO Y DALIA habían tenido una re-
lación de noviazgo por casi dos años. Él
estaba en su último año de la universidad
y ella en el penúltimo. Ambos asistían al grupo
de jóvenes de la iglesia y a los diversos ministerios
que se promovían, así que pasaban
mucho tiempo juntos. Sin em-
bargo, últimamente su relación
no estaba marchando bien.
«Conozco la solución», le
dijo Minerva, una de sus mejo-
res amigas, a Dalia. «Sexo, créeme,
eso fortalecerá la relación». Dalia ha-
bía estado en un dilema, y cuando su
( 85 )
relación de un año con su novio se tambaleó, ella comenzó a pensar que el

sexo podría unirlos más. La solución sexual aparentente había funcionado
en el caso de Minerva que estaban pasando por la misma situación que
Gerardo y Dalia.
Dalia se sintió sorprendida de que semejante solución también le fuera
sugerida en su grupo de jóvenes. Ella había asumido de que todos los
de su grupo creían en esperar hasta el matrimonio. Gerardo también re-
comendaba la solución sexual desde hacía tres meses.
Dalia pensó que si no tenía sexo con
Gerardo, pronto lo perdería. En realidad
quería esperar hasta el matrimonio, pero
los chicos como Gerardo no se encontraban
en cualquier lado. Ella sabía lo que sus pa-
dres pensaban con relación al asunto, sa-
bía lo que su iglesia pensaba, pero se sentía
muy confundida. El gran problema de
Dalia, como el de muchas chicas, es que la
base de su valor dependía de la acepta-
ción y la aprobación de su novio. No se
podía imaginar el día en que su novio la
rechazara; sentiría que la vida no ten-
dría sentido, todo se vendría abajo.
Sin embargo, Dalia finalmente tomó
una decisión. Amaba mucho a Gerardo
y ambos estaban de acuerdo de que en
un futuro se casarían. Gerardo era el hom-
bre ideal para ella. Así que siguió el con-
sejo de Minerva, su amiga…¡y funcionó! Luego de tener relaciones sexuales,
Gerardo y Dalia parecían acercarse cada vez más. Por tres meses todo
fue maravilloso. Hasta el día en que Gerardo le dijo que luego de su gra-
duación se iría a estudiar un postgrado en una universidad que se encon-
traba a varios miles de kilómetros de distancia y que pensaba que les haría
bien estar un tiempo separados.
Creo en la pureza moral 87

Dalia se quedó sin palabras. Tan solo unas noches atrás, Gerardo esta-
ba hablando de ir a una universidad local mientras Dalia terminaba su
último año. No obstante, para Dalia, todo lo que había soñado se empe-
zaba a derrumbar. A partir de ese momento su vida cambió por completo.
¡Cuan importante es vivir con principios éticos y tomar decisiones acer-
tadas! Y sobre todo, que esos principios sean derivados de la Palabra de
Dios, porque a lo largo de tu vida escucharás muchas voces que intentarán
controlarte, y si decides mal, tendrás un futuro nada halagador. Lamen-
tablemente Dalia lo descubrió demasiado tarde. Recuerda apreciado joven
que cuando lo que se busca es solo sexo, no se piensa en la persona como
tal, sino unicamente en el placer que puede proporcionar. Esto es un
nueva forma de idolatría, donde solo cuenta el yo y no el otro.
¿Sabías que las decisiones que tomas hoy pueden afectarte por el resto
de tu vida? Es por eso que el libro de Proverbios nos advierte: «Fíjate
bien en dónde pones los pies, y siempre pisarás terreno firme. No te des-
víes de tu camino; evita el andar en malos pasos» (Proverbios 4: 26-27).
Decidir con la ayuda de Dios buscar la pureza moral significa vivir
bajo los principios de su Palabra. Significa que has decidido no contami-
nar tu mente, ni tu cuerpo con la inmoralidad sexual prevaleciente en la
sociedad actual. Significa que ha pesar de tus fracasos pasados hoy has
decidido ser diferente a lo que la mayo-
ría de los jóvenes practica. Eso
no es fácil al principio,
pero la recompensa
por tu obediencia
a Dios es muy va-
liosa: tener una
existen cia
productiva,
libre de pro-
blemas emo-
cionales y de
adicciones.
Pero, ¿qué abarca o qué incluye la pureza moral? La pureza moral im-
plica que en honor a Dios, a tu familia y a tu futuro cónyuge, te compro-
metes a vivir una vida de castidad hasta que decidas contraer matrimonio
y esto incluye:
1. Honrar a Dios con tu cuerpo.
2. Renovar tu mente para lo bueno.
3. Cuidar tus ojos de ver cosas que no valen la pena .
4. Guardar tu corazón (mente) sobre todas las cosas.
¿Eso es todo? Sí eso es todo. Se ve y suena bastante fácil, pero en reali-
dad se requiere confiar en las promesas de Dios y practicar la autodisciplina
para hacer de la pureza sexual un estilo de vida. Salomón nos aconseja:
«Anda, pues, por el buen camino, y practica la conducta de los justos.
Porque los que viven rectamente y sin tacha vivirán para siempre en la
tierra» (Proverbios 2: 20–21). Recuerda que las cosas buenas siempre exi-
gen esfuerzo.
Lo que la Biblia enseña sobre la fornicación

El apóstol Pablo escribió: «Lo que Dios quiere es que ustedes lleven una vida santa, que
nadie cometa inmoralidades sexuales y que cada uno sepa dominar su propio cuerpo en
forma santa y respetuosa, no con pasión y malos deseos como las gentes que no co-
nocen a Dios» (1 Tesalonicenses 4: 3–5). Aquí viene una rápida lección de griego: la
palabra original para «inmoralidad» en este versículo es pornea. Esta es la raíz de la pa-
labra pornografía o fornicación. Algunas traducciones de la Biblia utilizan la palabra for-
nicación en lugar de inmoralidad. La fornicación tiene lugar cuando dos personas que
no están casadas tienen sexo. Sin embargo, la palabra porneía abarca todo tipo de inmorali-
dad sexual: incesto, violación, relaciones homosexuales; además incluye todo tipo de
pecados sexuales promovidos y fomentados por la tecnología: pornografía digital, mirar
o enviar fotos de chicas o chicos desnudos, sexo virtual, citas para encuentros sexuales
mediante encuentros personales o mediante videoconferencias, abarca todo tipo de con-
versaciones morbosas de índole sexual, así como cualquier estímulo de fantasías eróticas.
Ahora te pregunto : ¿Dios está tratando de arruinarte la diversión? De ninguna ma-
nera. Él sabe qué es lo mejor para ti. Él te ama. Él entiende profundamente la confusión
y el dolor de aquellos que eligen ir en contra su voluntad. Me gustaría que pudieras co-
nocer las historias de jóvenes que han roto la pureza sexual. Hay culpa, dolor, confusión
y, para algunos, sentimientos de desesperanza. Lo repito, Dios sabía lo que estaba ha-
ciendo cuando se le ocurrió el mandamiento de mantenerte lejos del sexo hasta el ma-
trimonio. «Por lo tanto, hijo mío, atiéndeme, no te apartes de mis enseñanzas. Aléjate
de la mujer ajena; ni siquiera te acerques a la puerta de su casa, para que no pierdas la ri-
queza de tus años en manos de gente extraña y cruel» (Proverbios 5: 7-9).
Piensa en esto: si un joven o señorita han dañado su pureza

moral, ¿tienen la oportunidad de enmendar el daño que han cometido?
¿Recuerdas alguna escena de la vida de Jesús donde restauró a alguien que
cayó en algún pecado sexual? Una vez que perdonó, ¿qué amonestación dio?
Viviendo una vida de pureza moral no solo estamos interesados por

nuestra relación con Dios, nuestra familia y nuestro futuro cónyuge, sino
que también estamos interesados en otros que nos van a mirar como mo-
delos para no causarles tropiezo en sus futuras relaciones.
Honrar a Dios con mi cuerpo

La Biblia te enseña que «el cuerpo no es para la prostitución sino para el
Señor, y el Señor es para el cuerpo» (1 Corintios 6: 13). Si deseas que la
pureza moral sea parte de tu vida, necesitas comprometerte a honrar a Dios
con tu cuerpo. Uno de los increíbles conceptos expresados en la Biblia
es que tu cuerpo es templo de Dios:«¿No saben ustedes que su cuerpo es
templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive
en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños, porque Dios los ha compra-
do. Por eso deben honrar a Dios en el cuerpo» (1 Corintios 6: 19-20).

Para aquellos que creemos en Dios, esto significa que él reside en tu cuer-
po (el cerebro) y en consecuencia, es natural que desees honrar a Dios. Esto
implica mantenerte saludable mediante una alimentación adecuada; ha-
cer ejercicio al menos tres veces por semana y dormir bien; y por su puesto,
permanecer puro sexualmente. Incluso nuestro aseo personal es una señal
de que estás cuidando ese hermoso regalo de parte de Dios.
Historia de un joven inexperto y poco sabio

Proverbios 7: 6-27
“Un día estaba yo mirando entre las rejas de mi ventana a unos jóvenes sin ex-
periencia, y me fijé en el más imprudente de ellos. Al llegar a la esquina cruzó la
calle en dirección a la casa de aquella mujer. La tarde iba cayendo, y comenzaba
a oscurecer. De pronto la mujer salió a su encuentro, con toda la apariencia y los
gestos de una prostituta, de una mujer ligera y caprichosa que no puede estarse
en su casa y que anda por calles, plazas y esquinas esperando atrapar al primero
que pase. La mujer abrazó y besó al joven, y descaradamente le dijo: “Yo había
prometido sacrificios de reconciliación, y hoy he cumplido mi promesa. Por eso
he salido a tu encuentro; ¡tenía ganas de verte, y te he encontrado! Sobre mi cama
he tendido una hermosa colcha de lino egipcio, la he perfumado con aroma de
mirra, áloe y canela. Ven, vaciemos hasta el fondo la copa del amor; gocemos del
amor hasta que amanezca, pues mi esposo no está en casa: ha salido para un lar-
go viaje; se ha llevado una bolsa de dinero y no volverá hasta el día de la luna
llena.” Sus palabras melosas e insistentes acabaron por convencer al muchacho,
que sin más se fue tras ella: como un buey rumbo al matadero, como un ciervo que
cae en la trampa y al que luego una flecha le parte el corazón; como un ave que se
lanza contra la red sin saber que eso le va a costar la vida. Así pues, hijo mío, es-
cúchame; presta atención a mis palabras. No desvíes hacia esa mujer tus pensa-
mientos; no te pierdas por ir tras ella, porque a muchos los ha herido de muerte;
¡sus víctimas son numerosas! Tomar el camino de su casa es tomar el camino
de la muerte.”
Renovar tu órgano sexual más poderoso

«No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien
su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a
conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato,
lo que es perfecto» (Romanos 12: 2). Tu imaginación y tu habilidad para
pensar hacen que tu mente sea un órgano sexual ¡Muy poderoso! Por con-
siguiente, las cosas con las que llenas tu mente determinan en gran manera la
calidad y la pureza de tu vida. No importa que edad tengas, si aprendes a pri-
var tu mente de cosas nocivas y en su lugar la alimentas de mensajes edificantes,
entonces podrás vivir según la voluntad de Dios que es buena y perfecta.
Preguntas para reflexionar
1. ¿Qué tipo de música escuchas? ¿Te transmiten sentimientos de esperanza o

depresión? ¿Sales con ánimo de enfrentar la vida con Dios a tu lado o propicia
que te sientas apartado de él?
2. Cuando observas un video músical ¿ A qué
tipo de imágenes alude? ¿Hay escenas
visuales de inmoralidad sexual,
drogas o alcohol?
3. Cuado miras una película
¿Cuál es su trama? ¿Te
transporta a escenarios a los
que como cris-
tiano jamás
irías? ¿Hay de-
masiadas acciones de
violencia? ¿Eres testigo de es-
cenas sexuales, violaciones o con-
ductas homosexuales?

En cierta ocasión un hombre se reunió con un con-
sejero para hablar sobre un sueño que tenía una y otra
vez. En el sueño un gato peleaba con un gato negro. El
consejero le preguntó : «Bueno , ¿y quién ganó la
pelea?». El hombre contestó: «el gato que yo ali-
mentaba más». Esto se parece a renovar tu mente.
Si contemplas cosas buenas y edificantes dentro
de tu mente, lo bueno y lo positivo mantendrá
tu mente saludable. La Biblia dice incluso
que tendremos paz: «Por último, herma-
nos, piensen en todo lo verdadero, en to-
do lo que es digno de respeto, en todo lo
recto, en todo lo puro, en todo lo agradable,
en todo lo que tiene buena fama. Piensen en
toda clase de virtudes, en todo lo que mere-
ce alabanza» (Filipenses 4.8). Cuado «alimen-
tas» tu mente con mensajes auditivos y visuales
que no son edificantes, sin duda alguna tu rela-
ción con Dios es afectada.
Todo esto constituye la razón por la que te desafío a pasar tiem-
po cada día leyendo la Biblia y algún libro que te acerque a Dios. Te
desafío a escuhar música que te haga pensar cosas positivas. También es
importante encontrar amigos con los que puedas tener conversaciones sa-
ludables. En otras palabras, haz cosas que mantengan tu mente concen-
trada en el bien.
Cuando enfocas tu mente en lo malo, en lo que no edifica tu crecimien-
to espiritual, allí es cuando comienza a meterte en problemas. Si miras,
escucha y lees contenidos que no eleven tu vida hacia la excelencia, adi-
vina qué pasará: tarde o temprano, las cosas que llenan tu mente saldrán
a la luz mediante tus acciones. Recuerda lo que dijo el rey Salomón: «Por-
que cual es su pensamiento en su corazón, tal es él» (Proverbios 23: 7,
RVR60).
Piensa en esto: el diablo no puede obligarte a que hagas algo que

va en contra de tus principios morales. Él puede tentarte, pero tú decides.
Cuida tus ojos de ver cosas que no valen la pena .

«No permitas que su belleza encienda tu pasión; ¡no te dejes atrapar por
sus miradas!» (Proverbios 6: 25). Se dice que los ojos son la ventana del al-
ma, ¿pero sabías que tus ojos también son una ventana hacia tu cerebro?
Sí, tu cerebro básicamente toma una fotografía de todo lo que ves y lo alma-
cena en tu mente.Toda idea absorbida influye en tu conducta y entonces
vienen las consecuencias.
Desafortunadamente, hoy predominan
la inmoralidad en todas partes, no se ne-
cesita hacer un esfuerzo; desde que
salimos a la calle siempre estamos
expuestos a ver escenas de dudosa
inmoralidad. Seguramente te
has dado cuenta que cuando al-
guien maneja en un día asolea-
do algunos prefieren usar lentes
oscuros, para proteger la vista del
sol. De la misma manera hay
que aprender a proteger los
ojos de cosas que avivan malas
ideas en nuestra mente.
Las tentaciones visuales que tu enfrentas son potencialmente más pe-
ligrosas que nunca antes en la historia de este mundo. De todas maneras,
a mayor tentación más posibilidades de que se manifieste la ayuda sobre-
natural de Dios cuando nuestra voluntad es firme.

Guarda tu corazón sobre todas las cosas
El libro de Proverbios nos aconseja:«Cuida tu mente más que nada en el
mundo, porque ella es fuente de vida» (Proverbios 4: 23). Seguramente
conoces algún joven que ha dejado que su vida resbale. Yo he conocido
jóvenes cristianos muy sinceros, que crecieron aprendiendo de la santidad.
Sin embargo, cuando llegó el día de ir a la universidad o aun antes, baja-
ron la guardia y permitieron que el uso indebido de internet, el alcohol, las
drogas y una falta de compromiso con Dios, tomaran el control de sus vidas.
Un joven con su vida muy dañada me dijo: «Todo el tiempo fui incons-
ciente de lo que estaba permitiendo que entrara en mi corazón, pero no
me importó», y ahora estaba pidiendo ayuda para reconstruir una vida
ya completamente infeliz y dañada.
Según una tradición muy antigua, así es como un esquimal cazador ma-
ta a un lobo. En primer lugar cubre la navaja de su cuchilla con sangre
de un animal y deja que se congele. Despúes le añade capa so-
bre capa de sangre hasta que la navaja de cuchilla está comple-
tamente sellada con sangre helada.
Después de esta acción, el cazador coloca su navaja en
el suelo con el filo hacia arriba. Cuando el lobo sigue
con su sensible olfato la fuente de olor y descubre la car-
nada, la comienza a lamer, saboreando la fresca sangre
helada. El animal comienza a lamer rápidamente, con más
y más intensidad. Su sed de sangre se hace tan gran-
de que el lobo no se da cuenta de los afilados cor-
tes del filo desnudo de la cuchilla en su
propia lengua. Ninguno tampoco reco-
noce el instante en que su sed insacia-
ble se está satisfaciendo con su propia
cálida sangre. ¡Su apetito carnívoro
continúa ansiando más hasta rayar el
alba, cuando el lobo es encontrado muerto
en la nieve!
Muchos jóvenes comienzan abrir su mente a las malas influencias y

empiezan a consumir drogas, pornografía, fumar cigarrillos en diversas
fiestas, o a involucrarse en relaciones sexuales antes del matrimonio por la
misma razón que el lobo comienza a lamer la cuchilla de la navaja, al prin-
cipio parece seguro y delicioso, pero no llega a satisfacer. Mientras más
se practican estos vicios, más y más es deseado y da como resultado una
tragedia … o la muerte.
Querido joven no seas engañado por las tentaciones del pecado. Re-
cuerda, el corazón se cuida con una vida de oración genuina y guadar la
palabra de Dios,y no con portarse bien solo por cuidar las apariencias o
no meterte en problemas con tus padres.
Estudio bíblico
¿Cuál es el secreto para mantenerse puro sexualmente? Proverbios 7: 2
_________________________________________________________
¿Cómo puedes tener una mente no contaminada por el pecado?
Proverbios 4: 24-27
_________________________________________________________
¿Qué puedes hacer para que no seas vulnerable a la tentación sexual?
Lee con atención Proverbios 6: 20-35, a continuación enumera los
principios que puedas aplicar a tu vida para mantener la pureza sexual
y en base a estos versículos, haz una lista de las consecuencias que
vendrán si cedes al pecado.
_________________________________________________________
De acuerdo a Salomón, ¿cuáles fueron las razones por las que el joven
que observó cayó en pecado? Proverbios 7: 6-23
_________________________________________________________
¿Qué consejo da el sabio para evitar cualquier caída moral? Proverbios 7: 24-27
_________________________________________________________
Frase célebre
«El verdadero amor no es una pasión impetuosa,
arrolladora y ardiente. Por el contrario es sereno
y profundo. Mira más allá de lo externo, y es atraído
solamente por las cualidades. Es prudente y capaz de
discernir claramente y su devoción es real y permanente».
Elena G. de White
Piensa en esto:
Cuatro consejos para evitar la tentación
sexual
CONSEJO 1
Evita los lugares de tentación
(Véase Romanos 13: 14, 2 Timo-
teo 2: 22). Hay un principio muy
sencillo y elemental en la vida cris-
tiana: nunca estés cerca de aque-
llo que tú sabes que eres débil. Si
ciertos amigos, películas o páginas
de Internet pueden despertar en ti
la tentación ¡Aléjate de eso o de
ellos! No juegues con fuego eso
puede ser demasiado peligroso.
Quédate en lugares públicos, siem-
pre busca apoyo cuando te sien-
tas débil.
Consejo 2
Toma la firme determinación de mantenerte puro hasta el matrimo-
nio (Véase Daniel 1: 8). Antes de que la tentación surgiera en la vida de Da-
niel, él tomó la decisión de obedecer la Palabra de Dios. Tú debes decidir de
forma anticipada, cuando haces un compromiso con Dios de mantenerte puro

cada día, tu fe se fortalecerá y estarás mejor preparado para enfrentar cual-
quier adversidad.
Consejo 3
Rínde cuentas a alguien (Véase Hebreos 10: 25). Busca un buen amigo(a)
espiritual que te anime en las cosas de Dios. Cuando sabes que tienes que
responderle a alguien por tus acciones, eso te ayudará a no desviarte.
Consejo 4
Alimenta tu vida con la palabra de Dios, Josué
1: 8 (por favor léelo varias veces) nos revela el secreto
de cómo vivir una vida victoriosa: «Repite siempre lo
que dice el libro de la ley de Dios, y medita en él de día
y de noche, para que hagas siempre lo que este ordena.
Así todo lo que hagas te saldrá bien». La Palabra de Dios
es tu arma para vencer la tentación. La fuerza de vo-
luntad no es de mucha utilidad cuan-
do enfrentas a Satanás. Jesús usó
la Palabra de Dios para en-
frentar al enemigo. Si colo-
cas la palabra de Dios en
tu corazón antes de la
batalla, saldrás victo-
rioso de toda prueba y
adversidad.
Capítulo
Creo en la generosidad
«Hay gente desprendida que recibe más de lo
que da, y gente tacaña que acaba en la pobreza»
E
L GENERAL ateniense Alcibíades (450-

404 a.C) parecía estar siempre deprimido.
Viajó mucho y gozó de muchos privile-
gios.Tenía una extraordinaria capacidad mental.
Sin embargo, todos se preguntaban por qué un
hombre tan favorecido no tenía felicidad. Y un día
le hicieron la pregunta al filósofo Sócrates. Y es-
ta fue su respuesta: «La razón de la miseria
de Alcibíades es que adonde quiera va,
lleva su yo con él».
Este comentario de Socrates po-
ne al descubierto la razón de mu-
chas de las desgracias y miserias
de la humanidad. El «yo» enfermo,
inmaduro, impositivo y sin dominio
( 101 )
propio, desiquilibra la mente, destruye la felicidad. El egoísmo descontro-

lado y persistente es siempre destructivo.
Por lo tanto, es importantísimo que aprendas a compartir las bendicio-
nes que Dios te da cada día. Si no lo haces, te deshumanizas, porque has sido
diseñado para compartir lo poco o lo mucho que tienes. Ten presente esta
gran verdad: el egoísmo es una enfermedad del espíritu.
Esa es una de las razones, por ejemplo, por las que el mar Muerto está,
literalmente muerto. El mar Muerto se encuentra a 398 metros por deba-
jo del nivel del Mediterráneo y el río Jordán le entrega más de seis millo-
nes de metros cúbicos de agua por día. No obstante, el mar Muerto tiene
un problema: solamente recibe agua, nunca la da. El agua, entonces, se
estanca y, con la evaporización que produce el desierto, la concentración
de sal aumenta.
La concentración de sal en el océano es del 2-3% mientras que en el
mar muerto es de 24-26%, a lo que hay que añadir la concentración de mag-
nesio y calcio. ¡No hay vida que aguante ese potaje químico!
El mar muerto con sus 1, 000 kilómetros cuadrados de superficie, es
grande y rico en minerales, y es, probablemente, el mar más conocido del
mundo. Sin embargo, ha perdido la vida.
Está vacío en su interior.
El mar de Galilea, por otra parte, a pe-
sar de ser mucho más pequeño que el mar
Muerto, ha estado proveyendo alimento
y agua por miles de años a los pueblos que
se han asentado a su alrededor. Es un mar
lleno de vida y vigor. Trae alegría a la gen-
te que lo visita. La diferencia está en que el
mar de Galilea recibe agua de varias fuen-
tes, pero también la da. Este fluir lo man-
tiene fresco y vibrante.
La comparación entre el mar de Gali-
lea y el mar Muerto nos enseña, por tanto,
que el dar, luego de recibir, es un proceso
Creo en la generosidad 103

vital para permitir mantener la frescura de nuestro corazón.
El libro de Proverbios lo dice de forma muy clara: «Al que ayu-
da al pobre, nada le faltará; pero al que le niega su ayuda,
mucho se le maldecirá» (Proverbios 28: 27). Es por eso que
una persona que no es generosa es infeliz. Por que «la ava-
ricia», dijo el gran filósofo Lucio Anneo Séneca, «es la más
terrible plaga del género humano».
Trescientos años antes de nuestra era, el gran filósofo
Aristóteles dijo: «En los lugares donde alguna gente es
extremadamente rica y otros no tienen nada, el resultado
será una democracia extrema o absoluta oligarquía. El
despotismo vendrá en cualquiera de esos dos excesos».
Es por eso apreciado joven que debes considerar que el
amor al prójimo, la generosidad, ternu-
ra y la compasión te permiten equilibrar
diferencias y ayudar al necesitado en sus ca-
rencias para lograr una mejor sociedad en cada uno
de nuestros países. No por obligación, ni por lástima,
sino por compasión.
Una economía de mercado sin corazón se convierte
en una jungla en la que solamente el más fuerte sobre-
vive, o se convierte en un mar en el cual el pez más grande se come al
chico, ¿te suena familiar la comparación? Claro, porque es lo que ves to-
dos los días a tu alrededor. Sí, en cambio, queremos llegar a disfrutar de
la prosperidad integral, debemos empezar a valorar el amor y el compro-
miso hacia los demás, expresados en actos de generosidad.
El famoso rey Salomón nos dice: «El que es generoso, prospera; el que
da, también recibe» (Proverbios 11.25). Así que esta no es una fórmula
mágica proveniente de los modernos «profetas de la prosperidad». ¡Y
por su puesto que para prosperar necesitas hacer mucho más que simple-
mente dar dinero a otros! Pero un corazón generoso tiene lo que se nece-
sita para ser feliz: sabe vivir despegado de los bienes materiales, y sabe
valorar las cosas importantes de la vida.
La maldición de la codicia
«Cuando el deseo de lucro hace perder la cabeza a los hombres y la falta de escrúpulos
oprime la honradez», escribe Hesíodo en el siglo VIII a. C. «un castigo divino arruina la
casa de un hombre semejante». Así es, la codicia ya en sí misma es un castigo, es como una
termita que consume por dentro toda la fibra moral del hombre. La codicia es el deseo im-
pulsivo de poseer más bienes. El gran filósofo Platón lo entendía como «la gran enferme-
dad moral de la ciudad» y es terrible por «ser capaz de corromperlo todo». Platón solía
decir que «los que aplican la justicia debe ser los más sensatos», es decir, «en aquellos que
no se dejan llevar por las pasiones de este gran mal». La codicia es lo contrario de la ge-
nerosidad. La primera es ambiciosa, la segunda genera contentamiento. La codicia
constituye una patología moral asociada a una ansia sin límites de bienes materiales
característica de sujetos que piensan prioritariamente en sí mismos sin preocuparse de
las consecuencias de los demás. La codicia es la pasión por la injusticia. No se trata de tener
más que los otros; se trata de poder tener con avidez lo más que se pueda.
Se dice que la ambición contrajo matrimonio con el egoísmo y en con-
secuencia engendró la codicia. Y apartir de ahí, la codicia solo desea más
de lo que tiene, solo pensando en el beneficio que puede obtener.
Esto incluye un deseo imposible de saciar y por lo tanto, que
no hay límite ni siquiera legal que pueda pararlo. El
codicioso ama con exageración la cantidad de sus
bienes y el placer de la ganancia. Es un amor cu-
yo objeto nunca sacia, siempre quiere más por-
que nunca tiene suficiente y lo que tiene nunca
le sacia. Es el único pecado que se tolera,
fomenta y aprueba en una sociedad que
interpreta la codicia como el mejor motor
de la economía y la «superación personal».
Yo creo personalmente que una de las principales razones por las que
Dios nos permite disfrutar la prosperidad es para que podamos compar-
tirla. Cualquiera que sea tu posición económica, creo que es importante
que aprendamos a compartir de nuestras bendiciones, si no lo hacemos

nuestra vida estará vacía. Eso fue
precisamente lo que le pasó al famoso
cantante Elvis Presley, la máxima fi-
gura del rock and roll, fue conside-
rado el artista mejor pagado de sus
días. Pero cuando se le preguntó que
se sentía ganar tanto dinero con la
película El rock de la prisión, el res-
pondió: « A veces me rodea una gran
soledad. Muchas veces me siento
infeliz y no sé para que lado tomar.
Aun cuando estoy rodeado de gen-
te, me siento solo y me quedo miran-
do a la pared. No sé qué es lo que
debo hacer».
Así es mi estimado joven, la rique-
za no puede curar los males del ser,
pero si compartimos nuestra rique-
za, puede aliviar el alma. Y esta ac-
ción le inyecta sentido a nuestra
vida.
Para demostrar amor y compasión
hacia los demás, no necesitas gastar fortunas. Solo tienes que estar dispuesto
a ponerte en la piel de la persona que tienes al lado y extenderle una mano
amiga en el momento de necesidad.
Uno no necesita convertise en el doctor Livingstone, ni en Judson
Taylor, entregando su vida y fortuna para viajar por África o Asia. No hay
necesidad de viajar a la India para unirse al trabajo con los leprosos que
estuvo haciendo la madre Teresa en Calcuta. Solo hace falta desarrollar
la sensibilidad interna hacia el dolor ajeno. Es por eso que cuando damos
sin interés y con el propósito de ayudar alguna causa noble, nuestro cora-
zón se enternece y nuestra vida espiritual se renueva porque la acción con-
creta fortalece nuestras creencias.
Piensa en esto: ¿Cuál es el peligro de solo concentrarte en ti

mismo y olvidar que hay personas que se encuentran en situaciones más
precarias que las tuyas? ¿Qué puedes hacer para cultivar la generosidad
todos los días?
La generosidad demuestra
madurez
No hay ser más egoísta en el mundo que
un bebe recién nacido. Uno lo mira, tan
bonito en el hospital. No obstante, ni bien
llega a la casa, ¡se convierte en un dictador!
Ese pequeño y maravilloso monstruo te
dirá a que horas te vas a dormir (si es que
te deja dormir), cuándo va a comer, qué va
a comer y más vale que tengas cuidado
porque te lo reclama en tu propia cara.
¡Gracias a Dios que el bebé crece y a
medida que pasa el tiempo uno puede en-
señarle a ser generoso! Así que con el co-
rrer de los años, este niño va aprendiendo el arte de dar. Sigue pasando
el tiempo, y un día se casa. Y tiene sus propios hijos.
Cuando ya mantiene una familia le suceden dos cosas. Lo primero, es que
comienza a ver lo que es tener sus propios dictadores en miniatura. Lo
segundo, es que se da cuenta que ha llegado a una etapa en la vida en la
que estaría dispuesto a dar su propia vida por sus hijos. También se da cuen-
ta de que si no fuera por la protección y el cuidado de Dios, su familia
enfrentaría muchos peligros. Se empieza a gestar en él un sentido de grati-
tud por Dios y por todo lo que él le ha dado.
A partir de ese momento empieza a dar señales de madurez, es conscien-
te que debe darle a Dios algo más que solamente alabanzas, está dispuesto

a darle a Dios lo que le corresponde (el diezmo), ¿Por qué? Porque se ha da-
do cuenta de que cuando él le da el diezmo de todas ganancias solo está
reconciendo que Dios es el dueño de todo y que solo es un administrador
temporal de las cosas que Dios le presta, por lo tanto, él no le ha dado nada,
simplemente con su diezmo está reconociendo que Dios es el propietario
de todo. En cambio, cuando él le da algo más que el diezmo, entonces es
cuando él comienza a darle una genuina ofrenda de amor, no solo como
un reconocimiento a la grandes bendiciones que ha recibido, sino como una
invitación a que Dios siga siendo el socio de todas las cosas que emprenda.
Y con un socio como Dios, nada de lo que haga fracasará, porque aun cuan-
do enfrente adversidad y serias dificultades, Dios tornará todas esas vicisi-
tudes en bendición. Este es el rasgo dintintivo de un verdadero triunfador
y una señal de madurez.
Diez actos de generosidad que puedan

marcar la diferencia
1. Dar a Dios una ofrenda de gratitud.
2. Ayudar a tus padres en los quehaceres de la casa de forma desinteresada.
3. Visitar a tu abuelito y ofrecerle cariño, ternura y apoyo.
4. Visitar un orfanato y convivir con ellos dedicándole tiempo a los niños.
5. Ayudar a tu compañero de clase que va muy atrasado en alguna materia.
6. Ofrecer una comida a los pobres y menesterosos de la colonia más desampa-
rada de tu ciudad.
7. Apoyar con tus dones y talentos a alguna iglesia que requiere ayuda.
8. Orar y visitar a alguna persona enferma que conozcas.
9. Servir a tu comunidad con algún proyecto social.
10. Donar un poco de tu tiempo para aliviar el dolor de un animal que sufre.
Si dejas de pensar menos en ti mismo y dedicas tu vida en ayudar, servir y enseñar
a otros, te darás cuenta muy pronto que tienes todo para ser feliz. La infelicidad comien-
za cuando el Yo es el centro de nuestra existencia.
El día en que comiences a estar dispuesto a dar tu propia vida por otros,
el día que estés dispuesto a reconocer a Dios en todos tus caminos, ese se-
rá el momento más importante de tu vida, porque has dejado atrás las cosas
de niño y has entrado a la edad de madurez emocional. El poder darse
así mismo y desprenderse del amor a las cosas materiales por la causa de
Dios, es una demostración externa de que algo ha cambiado profundamen-
te en tu vida.
Ahora te pregunto ¿En qué etapa de este camino te encuentras? ¿To-
davía estás esperando el sustento diario de tus padres? ¿Todavía sientes
que el mundo gira alrededor tuyo? ¿Te sigues olvidando de darle a Dios
lo que le corresponde cada vez que recibes algún recurso económico? ¿To-
davía gastas demasiado en ti y no dedicas una ofrenda especial de gratitud
al Creador de tu existencia? ¿O ya sientes que te quieres dar por una cau-
sa, que puedes darle algo de ti a Dios y a los demás? Piénsalo…hay algo peor
que la muerte, una vida inútil.
Recibes lo que das

Una mañana de culto en una comunidad rural, un orador invitado y su hijo llegaron
a una pequeña iglesia rural. Mientras daba su homilía, no promovió, ni le interesó in-
vitar a la congregación a ofrendar como de costumbre. Cuando el diácono se acercó
con el predicador para ver si daba algo de ofrenda buscó en su bolsillo y sacó una mo-
neda de diez centavos y eso fue todo lo que depositó, solo lo hizo para cumplir la for-
malidad. Después de la oración final, el predicador salió a despedir a la gente mientras
este se iba a casa.
Afuera, puso a su hijo sobre el lomo del caballo. Ya estaba a punto de montar cuan-
do el tesorero de la iglesia lo detuvo.
—Predicador, queremos agradecerle que hoy haya venido a darnos un mensaje.
Es costumbre de nuestra iglesia que entreguemos al orador todas las ofrendas que se
hayan recogido después del culto.
Y con esto, el tesorero le entregó una moneda de diez centavos.
El hijo del hombre miró a su papá y le dijo:
—Papá, si hubieses promovido la ofrenda del culto , tendrías más, ¿verdad?
Si buscamos a Dios y somos agradecidos y generosos con él, siempre recibiremos
la bendición de Dios.
La generosidad no requiere dinero,

requiere carácter
En primer lugar, debes aprender a dar con la actitud apropiada, en 1 Co-
rintios 13, se nos dice sobre la naturaleza del genuino amor, Pablo declara
una profunda verdad: el dar, si no es por amor, de nada sirve. Puedo dar-
lo todo, puedo repartir todo lo que tengo entre los pobres del mundo, puedo
entregar incluso mi cuerpo en martirio por una noble causa. Pero si no
lo hago por amor, de nada sirve.
Aquí no estamos hablando de religiosidad, los religiosos también pueden ser
farsantes si no ponen su corazón en sus ofrendas, a pesar de que den en
forma meticulosa ciertas cantidades es-

pecíficas de dinero. Los fariseos habían
sido cuidadosos en dar la cantidad correc-
ta y fueron fuertemente reprendidos por
su actitud.
En segundo lugar, debes dar prime-
ramente a Dios. El sabio Salomón nue-
vamente te dice en su famoso libro de
Proverbios que debes honrar a Dios con
todo tus bienes: «Honra al Señor con tus
riquezas y con los primeros frutos de
tus cosechas; así se llenarán a reventar tus
graneros y tus depósitos de vino» (Pro-
verbios 3: 9–10).
Si solamente das de lo que te sobra a una iglesia, eso es solo caridad o
limosna. Pero darle a Dios es un acto de adoración y humillación delante
de él. Es una excelente actitud personal que te permite tener el enfoque
apropiado para encarar la vida.
En tercer lugar, debes compartir con otros con alegría, no porque te
sientas culpable o presionado al hacerlo, sino porque amas a Dios y al
prójimo.
Cada vez que voy a la iglesia y observo la cara de las personas que dan
la ofrenda, a veces no veo la imagen de una persona que va a la fiesta, si-
no la imagen de un paciente en la silla del dentista esperando una doloro-
sa extracción.
En cuarto lugar, debes, de vez en cuando, estar dispuesto al sacrificio
por amor a otros. Hay momentos en la vida que se requiere de un sacrificio
personal, de decir «no» a ciertas cosas para poder ayudar a otros. Mis hé-
roes son los cristianos griegos del primer siglo que vivían en una provin-
cia llamada Macedonia. Los macedonios, a pesar de estar en una terrible
situación económica, en pruebas y dificultades y en extrema pobreza, aun
así le pidieron a San Pablo que les diera el privilegio de compartir de lo
poco que tenían con los pobres de Jerusalén (véase 2 Corintios 8: 1-7).

Se entregaron primero a Dios, y luego a su prójimo, a pesar de sus circun-
tancias. Eso es tener carácter. Como dijo el filósofo Aristóteles de Estagira:
«De todas las variedades de virtud, la generosidad es la más estimada».
La única ofrenda aceptable es la que surge de un motivo puro de amor,
lo demás es inaceptable. Si tratas de estimular la dadivosidad sin ese prin-
cipio motivador, ¿no es esta una forma sutil de idolatría? Recuerda: uno
no puede dar sin amor, pero es imposible amar sin dar.
Piensa en esto: la generosidad se basa en el amor y no espera

otra recompensa más que el gozo de dar. Fuera de eso no persigue nada,
no espera nada; es una respuesta exterior a los sentimientos interiores.
No se necesita tener mucho para poder ayudar a otros. Simplemente

tienes que tener los ojos abiertos y el corazón abierto para poder ser un
elemento de cambio en el lugar en el que te ha tocado vivir.
Cuentan que había un mendigo que estaba pidiendo dinero a lado del
camino, cuando pasó a su lado el famoso general romano llamado Marco
Aurelio Augusto. El general lo miró y, con gesto bondadoso, le dio una cuan-
tas monedas de oro. Uno de los sirvientes del gran militar, sorprendido
por su generosidad, le dijo en un tono respetuoso:
–Mi excelentísimo Marco Aurelio Agusto,
algunas monedas de cobre podrían haber
satisfecho la necesidad de este mendigo,
¿Por qué darle oro?
El líder lo miró con una hermosa son-
risa y le contestó sabiamente:
–Algunas monedas de cobre podrían
haber satisfecho la necesidad del mendigo;
pero las monedas de oro satisfacen la gene-
rosidad de tu amado general.
Aprendamos a dar a un nivel económico que no solamente satisfaga

las necesidades físicas de los demás, sino que, sobre todo, satisfaga la gene-
rosidad y la integridad de tu corazón. Da de tal forma que cuando lo
hagas, adores a Dios y honres su generosidad que tiene hacia ti.
Estudio bíblico
¿Qué beneficios tenemos cuando buscamos la sabiduría de Dios
por sobre todas las cosas? Proverbios 3: 13-18
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿En qué cosiste la verdadera riqueza, según el libro de Proverbios?
Proverbios 10: 22
_________________________________________________________
¿Por qué es importante ser generosos y hacer el bien?
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Por qué no debemos ser egoístas? Proverbios 11: 27
_________________________________________________________
¿Qué ventaja tiene aquella persona que es generosa?
Proverbios 19: 6-7
_________________________________________________________
¿Quién es aquella persona que da y no detiene su mano?
Proverbios 21: 26
_________________________________________________________
_________________________________________________________
sa e n e st o
Pien óspero r
nsejos s a b io s para ser p s de manera
Siete co ni acumules dinero o bienes m iale
ater
aricioso
1. Nunca seas av .
2 Timoteo 3:8) (Véase 1 Juan 2:
15).
excesiva (Véase de l m un do
undo ni las co sa s edios cues-
2. No ames al m es m at eria le s a través de m
bien lo que tienes
ganar dinero o er a administrar
3. Nunca debes du ro y ap re nd
rás trabajar
tionables, debe
.
(2 Timoteo 3: 3) stes (Juan 6: 12
).
bien tu dine ro y no lo malga es pe ra s lo que quiere
s tener
4. Usa s, m ie nt ra s
por lo que tiene
5. Se agradecido
tú quie-
(Filipenses 4: 6)
.
si la s co sa s no suceden cuando
das
s y no te confun
6. Confía en Dio
3: 5). tiene (Pro-
res (Proverbios vidi a de lo que otra persona
o en
a tengas celos
7. Nunca, nunc
verbios 14: 30).
Frase célebre
«El egoísmo si no se atiende a tiempo,
es una enfermedad incurable».
Pablo Partida
Capítulo
Creo que en la vida

hay prioridades
“Mantente al tanto de tus ovejas, preocúpate
por tus rebaños, pues ni riquezas ni coronas duran
E
eternamente”. (Proverbios 27: 23-24)
N 1994 LA HERMANA de Luisa murió

en un accidente automovislítico. La joven
era una madre soltera adolescente. Mu-
rió junto a su hija de diez meses. Cuando Luisa
cumplió los dieciocho años, recibió unos quince
mil dólares como resultado de un arreglo especial
en el juicio de la compañía del camión que des-
trozó el auto de su hermana. Con ese dinero
Luisa se compró un auto im-
portado, tenía «cero kiló-
metros». En menos de
dos años, Luisa nueva-
mente fue a ver el vende-
dor de autos y cambió su
vehículo usado por otro
( 115 )
auto nuevo e importado. Ahora Luisa

tiene un auto deportivo de lujo, pero
posee una gran deuda de siete mil
dólares.
¿Qué es lo que suena raro en
esta historia verídica que acabas
de leer? Dejando las consideracio-
nes emocionales a un lado y en
manos de buenos consejeros fami-
liares, lo más obvio es que Luisa
desperdició el dinero que recibió co-
mo resultado del juicio por la muerte de
su hermana. Si esta joven hubiera reconoci-
do el principio de que nada nos pertenece, sino que
todo lo que tenemos nos lo ha dado Dios, y nuestra tarea es la administra-
ción de esos recursos, quizás igualmente hubiera hecho alguna tontería,
¡pero no hubiera derrochado veintidos mil dólares en el proceso!
El sabio salomón aconseja a todo jóven a establecer bien sus priorida-
des, y una de ellas es que debes proveer para el futuro «pues ni riquezas
ni coronas duran para siempre». ¿Estás usando tu dinero de forma sabia?
O ¿Lo estás despilfarrando? ¿Estás consciente de que debes proveer para
el futuro? ¿Estás al tanto que cuando llegues a la etapa de jubilación solo
dispondrás de lo que hayas invertido o ahorrado? Todo joven y señorita
debe tomar en cuenta dos princpios muy importantes:
1. Reconocer que Dios es el dueño de tu vida y tú solo eres su mayor-
domo.
Normalmente les pregunto a los jóvenes que harían si una tía rica les re-
gala quinientos dólares para sus cumpleaños, y escribo lo que me dicen a
la izquierda del pizarrón. La respuesta varía desde «comprar ropa, zapa-
tos, video juegos, celulares, etcétera». Pasando por comprarles algo a sus
padres, dar el diezmo u ofrenda, hasta organizar una fiesta para sus amigos.
Luego les pregunto si de pronto, esta noche mientras están durmien-
do, su cuarto se iluminara con una luz resplandeciente y el ángel Gabriel
Creo que en la vida hay prioridades 117

se les apareciera y dijera: «Dios me ha enviado para confiar en tus manos
estos quinientos dólares. Tu misión es gastarlos, invirtiéndolos de la ma-
nera que él mismo lo haría si viniera personalmente».
Esta vez escribo lo que me dictan en la parte derecha del pizarrón. Las
respuestas son ahora «buscar un misionero que necesite ayuda económi-
ca», «comenzar un ministerio», «ver si hay algo que se deba arreglar en el
templo». Entonces escribo sobre la lista izquierda la palabra dueños y so-
bre la lista de la derecha la palabra administradores.
Dueños Administradores
Esa es la diferencia entre creerte dueño de lo que te has ganado con el

sudor de tu frente y ser administrador de las posesiones, los dones, las re-
laciones y el tiempo de vida que Dios confía en tus manos. La Biblia dice:
«Del Señor es el mundo entero, con todo lo que en él hay, con todo lo
que en él vive» (Salmos 24.1). Si tú decides creer que ese auto, celular, ro-
pa o cualquier cosa te pertence, entonces tu no eres administrador de Dios.
Creerte dueño de lo que tienes es seguirle el juego al materialismo y usurpar
el trono a Dios en tu vida.
2. Aprender a discernir entre necesidades,

deseos y caprichos.
¿Qué es una necesidad? Todos tenemos
necesidades básicas, y Dios creó nuestra men-
te y nuestro cuerpo para que ansiemos satis-
facer esas necesidades. Por otro lado, la misión
de los medios digitales y masivos de comuni-
cación es, justamente, usar la ansiedad que
sientes para satisfacer necesidades con el ob-
jetivo de venderte cualquier cosa. Por eso es
importante que aprendas a decir ¿Realmente
necesito esa computadora? ¿Necesito esta mar-
ca de celular? ¿Necesito esta ropa? No obstante,
muchas veces no las necesitas. No son parte de tus necesidades básicas pa-
ra sobrevivir (alimento, vestimenta, salud, casa). El apóstol Pablo le dice
al joven Timoteo «Si tenemos qué comer y con qué vestirnos, ya nos pode-
mos dar por satisfechos» (1 Timoteo 6: 8).
¿Qué es un deseo? Cuando lo que quieres comprar está dentro de la
categoría de necesidad básica pero es de mejor calidad, estás hablando de
deseos. Por ejemplo, todos necesitamos comer y vivir bajo un techo, pero
un plato de arroz no es lo mismo que un rico guisado (¿De soya?, estoy
bromeando), y un departamento de dos cuartos no cuesta lo mismo que
una casa de siete habitaciones con vista al mar. Debes proveer para tus de-
seos siempre y cuando cuentes con el dinero suficiente en tu presupuesto.
Solo recuerda lo que dijo el apóstol Pedro: «Que el adorno de ustedes
no consista en cosas externas, como peinados exagerados, joyas de oro o
vestidos lujosos, sino en lo íntimo del
corazón, en la belleza incorruptible de
un espíritu suave y tranquilo. Esta be-
lleza vale mucho delante de Dios» (1
Pedro 3: 3–4).
¿Qué es un capricho? Es todo lo que
no es una necesidad básica o un deseo, sino
un gusto. Y no es que está mal que los ten-
gas, todos tenemos un gusto de vez en cuan-
do. En consecuencia, no deberías satisfacer
un capricho hasta que tus necesidades están
apropiadamente satisfechas y tengas un pre-
supuesto necesario para hacerlo. Muchos jó-
venes comienzan mal su vida, porque en lugar
de invertir sabiamente su dinero, se la pasan
comprando o adquiriendo solo caprichos.
Sería mucho más sabio que actuaras como
un administrador de los bienes que Dios te
dio, sería una bendición para la iglesia si
invirtieras menos en caprichos y más en las

necesidades misioneras locales y
mundiales. Recuerda lo que dice el
apósto Juan: «Porque nada de lo que
el mundo ofrece viene del Padre,
sino del mundo mismo. Y esto es lo
que el mundo ofrece: los malos de-
seos de la naturaleza humana, el
deseo de poseer lo que agrada a los
ojos y el orgullo de las riquezas. Pero
el mundo se va acabando, con todos
sus malos deseos; en cambio, el que
hace la voluntad de Dios vive para
siempre» (1 Juan 2: 16-17).
No solo tú necesitas aprender
estos principios. A veces creo que a
nosotros los mayores, no nos vendría
mal recordalos de vez en cuando.
Piensa en esto: cuando tus padres te dan dinero o lo ganas gracias

a algún trabajo que conseguiste, ¿cómo gastas tu dinero? ¿Le das el primer
lugar a Dios? ¿Qué porcentaje de tus ganancias gastas en necesidades?
¿Qué porcentaje de tus ganancias gastas en caprichos?
¿Por qué es importante planear?

Otra de las prioridades más importantes en tu vida es la de hacer un plan
financiero porque no hay otra forma en que las cosas te vayan bien. No
tienes otra opción. Si te ha tocado vivir en un país que es inestable económi-
camente, entonces planear cómo vas a gastar tu dinero es cuestión de vida
o muerte.
Hay algo importante que debes saber: el secreto no está en cuánto ga-
nas sino en cómo gastas. Debes controlar los gastos o nunca tendrás su-
ficiente . Recuerda el sabio consejo de Salomón: «Al que bien administra, bien
le va; ¡feliz aquel que confía en el Señor!» (Proverbios 16: 20). Proverbios
nos invita a reflexionar sobre esta importante prioridad cuando nos dice
que pongamos atención a la forma como proceden las hormigas: ellas tra-
bajan pero son muy organizadas y se preparan para el futuro mediante
una correcta planeación:«Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y
sé sabio; La cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en
el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento. Pe-
rezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos
para reposo; Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza co-
mo hombre armado» (Proverbios 6: 6–11, RVR60).
Así que no seas perezoso, ¡es hora de
actuar! Aún estás a tiempo. Se dice que
una vez le preguntaron al famoso em-
presario multimillonario Rockefeller:
–Señor Rockefeller,
usted es el hombre más
rico del mundo, ¿cuán-
to es suficiente para usted?
–Un poquito más –respondió el
famoso millonario. Eso te muestra que no
importa la cantidad de dinero que tengas,
nunca vas a sentir que tienes suficiente.
Otra razón por la que debes planear es
porque el ser humano ha sido creado con
una tendencia natural hacia el orden. Pién-
salo: el universo tiene un orden, el sistema
solar tiene un orden, existen leyes en la naturaleza que proveen orden en
el mundo. Todo tiene un orden. El universo tiene un balance. Todos ne-
cesitamos de cierta consistencia en nuestras vidas, por lo tanto, conoce

bien tu estado contable, y presta atención a tus inversiones; porque las
riquezas no duran para siempre.
¿Cómo hacer un plan?

Hacer un plan para controlar tu dinero no es muy complicado. Simple-
mente tienes que recordar cinco pasos claves:
1. Consigue
2. Colecta
3. Compara
4. Corrige
5. Controla
1. Consigue. Lo primero que debes hacer inmediatamente es conse-
guir una herramienta que te ayude a manejar el dinero y averiguar
cómo lo estás gastando. Aquí te van algunas recomendaciones:
a. Si tienes un teléfono inteligente, busca en el negocio de apps
una aplicación con la que puedas mane-
jar el dinero. Solo te recomiendo
que la aplicación tenga las
siguientes características:
b. Segura
c. Sencilla
d. Intuitiva
e. Configurable
f. Multilingüe
g. Gráfica
h. Flexible
i. Imprimible
j. Independiente (que no
necesite conexión con internet)
k. Que monitoree balances
l. Gratis (si es posible, si
no, compra una, ¡vale la
pena!)
2. Colecta. Ahora necesitas colectar información para poder diseñar

un plan inteligente. El propósito del orden es administrar bien la
información, ya que la información es poder.
a. La primera manera de colectar información es escribir en tu te-
léfono, en un archivo Excel, en un papel o en una libreta todos los
gastos que realices cada día, durante los próximos treinta días.
Escribe todos los gastos, hasta los más pequeñitos y anota la fe-
cha, el tipo de gasto y la cantidad gastada.
b. La segunda forma de colectar información es colocar en tu cuar-
to una pequeña caja, como de zapatos. A partir de este momento,
y durante los próximos treinta días, pedirás un recibo por cada
compra que hagas. No importa lo pequeña que sea la compra.
Si no te dan recibo, escribe el gasto en un trozo de papel. Cada no-
che cuando llegues a la casa coloca todos los recibos y papeles en
la caja de zapatos.
Cuando termines los treinta días de colectar información, tómate un
día libre. No hagas ningún compromiso y dedícalo por completo al traba-
jo de armar tu plan y pensar en el futuro.

3. Compara. Despúes de esos treinta días de colectar, ya tienes toda
la información que necesitas para diseñar tu plan. Ese día te fijarás
en todos tus gastos realizados durante ese periodo de tiempo.
Separa ahora los gastos que relizaste. Debes hacerlo de acuerdo a deter-
minadas categorías. A continuación están las categorías que te recomien-
do. Elige solo las que te convenga usar a estas alturas de tu vida. Recuerda
que las categorías pueden variar de país en país.
Transporte
Comida
Salidas y entretenimiento
Vestimenta
Pago de deudas
Educación (clases, libros, audios
etcétera)
Ayuda en casa o colaboración
con los gastos de la familia
Gastos varios
Diezmo
Ofrenda
Nota: si la última categoría, la de «Gas-
tos varios», es muy grande (es decir, si gastas-
te mucho en ella), busca la manera de subdividirla,
o mejor dicho de crear nuevas categorías. Esto te ayudará a tener mejor
control sobre tus gastos, puedes agregar categorías como:
Mascotas
Descargas
Maquillajes
Subscripciones
Regalos
Cuando hayas terminado de dividir tus gastos en categorías, deja esto
por un momento. Antes de continuar trabajando con los gastos, organiza-
remos la información referida a las entradas. Para eso, completa el siguien-
te formulario:
¿Cuánto recibes Anota la cantidad que dan

$
de tus padres? tus padres al mes.
Anota todo el dinero que
¿Cuánto recibes de otros? $
recibes de tus parientes
Si estás trabajando tiempo
parcial o total, anota aquí el
¿Tienes un salario fijo por
$ dinero que recibes. No coloques
algún trabajo?
tu salario bruto, sino lo que
realmente traes a casa.
Escribe un promedio. Para
¿Realizas un trabajo esto, suma lo que has traído
$
temporal? en los últimos seis meses y
divide ese número en seis.
Del mismo modo que en

¿Tienes entradas que no son
el punto anterior, calcula el
fijas, provenientes de la $
promedio de tus ganancias
venta de cosas?
de tus últimos seis meses
Si tienes entradas esporádicas,

intenta establecer un
¿Tienes alguna otra entrada
$ promedio mensual,
de dinero?
o no consideres este dinero
aquí y úsalo como ahorro
Suma las cantidades
$ Estas son tus entradas
anteriores
Réstale a la cantidad ante- ¿Hay algún impuesto
rior otros impuestos que $ o retención que debas pagar
debas pagar por tus entradas de dinero?
INGRESO NETO
Recuerda: Dale a César

Réstale a la cantidad lo que es de César, pero
anterior tu diezmo y ofrenda. también a Dios lo que es
$ de Dios. Aprende a ser
Algún dinero para donar generoso con Dios. También
o ayudar a los pobres aprende a compartir
a los más necesitados
Esta es la cantidad
Este es tu dinero
$ de dinero con la que
disponible
tienes que aprender a vivir.

Ahora que ya sabes cuál es tu dinero disponible, debes comparar esa can-
tidad con tus gastos reales. Para eso completa el formulario que sigue:
Piensa en esto: ¿Cuándo fue la útima vez que hiciste

un presupuesto para planear tus gastos?
Detalla los gastos del mes.

¿Cuánto gastaste?
Transporte
Comida
Vestimenta
Pago de deudas
Educación
Ayuda en casa o en gastos de familia
Gastos misceláneos
Otros
Otros
Otros
Otros
Total de gastos reales
Ahora toma la cifra de tu dinero disponible y réstale el total de los gas-

tos reales. Esto te va dar una idea de cómo andas económicamente. Este
número final es como el termómetro de tu vida económica, una radiogra-
fía de tus finanzas. Y equivale a la cantidad con que te quedas en el bolsillo
al final de cada mes: Haz la resta aquí:
Dinero disponible $
Total de gastos reales $
Balance
$
Este es el dinero que queda el fin de mes.
Una pregunta: ¿Está tu balance en positivo o en negativo? Si tienes un

balance positivo, ¡te felicito! Perteneces a un grupo muy reducido de perso-
nas en el planeta con finanzas saludables.
4. Corrige.
Si la resta anterior te dio un número negativo, ¡bienvenido al club! La ma-
yoría de las personas en este mundo tienen el mismo problema: gastán más
de lo que ganan. Este número negativo significa que vas a tener que hacer
algunos cambios importantes.
Primero, vas a tener que mirar seriamente los gastos que tienes y tomar
algunas decisiones «de vida o muerte». Frente a la situación a la que te en-
cuentras tienes tres decisiones posibles:
1. Bajas tus gastos y tu nivel de vida.
2. Incrementas tus ingresos.
3. Haces las dos cosas al mismo tiempo.
CONSEJO IMPORTANTE: no tomes un segundo trabajo solamente
para mantener tu estatus social, estarías sacrificando lo trascendente en el
altar de lo intrascendente. Si ya estuvieras casado te diría lo mismo: tampoco
serviría que tu esposa saliera a trabajar fuera de la casa para mantener el
nivel de gastos, por la misma razón que te acabo de dar.

La única excepción sería que saliera a
trabajar de una manera temporal
para asignar su salario al pago
de deudas o algo por el estilo.
No estoy en contra de que la mujer
trabaje fuera de la casa. ¡Pero es que
ella ya trabaja dentro de la casa!
Si ella quiere trabajar porque ese es su
llamado, su vocación y su deseo, creo que
está perfectamente bien que lo haga. No obstan-
te, yo no planearía que mi esposa saliera a trabajar
solo para mantener nuestro nivel de gastos. Prefe-
ríría que mi esposa trabajara para que aporte un extra a fin de hacer un
proyecto juntos que contribuya a nuestro patrimonio familiar.
Si eres joven todavía te falta mucho para eso. Y no se cuáles sean esas deci-
siones difíciles que necesitas tomar hoy. Pero quiero darte una lista de ejem-
plos, para que tengas idea del tipo de decisiones que otros han tomado y
que puedes tomar tú también.
1. Ir caminando en bicicleta en lugar de utilizar transportes más costosos.
2. Cambiar de plan de celular a uno con un límite de gasto fijo.
3. Comenzar a comprar ropa usada.
4. Buscar un trabajo de medio tiempo luego de la escuela.
5. Llevar tu propia comida al trabajo en lugar de comer en restauran-
tes o negocios de comida.
6. Ponerte de acuerdo con tu novia o novio en que solo se harán rega-
los de hasta cierto precio, en lugar de regalos costosos que suelen
hacerse.
7. Comprar libros usados en lugar de nuevos.
8. Evitar pasar por lugares que te resulten tentadores y te inducen a gas-
tar más de lo debido.
Bien, ¿Estás listo para tomar estas decisiones y preparar un nuevo plan?
Entonces tómate un tiempo para llenar el formulario que aparece a con-
tinuación.
Categoría Ahorra Nuevo plan
Ingreso neto
Menos donaciones
Dinero disponible
Gastos:
Transporte
Comida
Vestimenta
Pago de deudas
Educación
Ayuda en casa
Gastos varios
Otros
Otros
Otros
Ahorro
Gastos totales
Nuevo plan mensual de gastos y ahorro

En la columna «Ahora» coloca las entradas y gastos que descubriste
durante ese mes de recolección de información. Vale decir, lo que encon-
traste en tu caja de zapatos.

En la columna «Nuevo plan» coloca las entradas y gastos que te has
propuestos. La idea es que la suma de los gas-
tos totales sea menor a la cantidad del
dinero disponible, ¿entiendes cómo
funcionan las cosas?
Podrás notar que en esta lis-
ta se agregó una categoría muy
importante: el ahorro.
Obedece la regla : 80-10-10.
Es decir, 10% para Dios,
10% para ahorrar y el 80%
restante para vivir. Pero eso
no es todo. Del 80% para ti,
puedes dar un paso
más de fe. Por
lo tanto, dis-
pón de un por-
centaje para darle
una ofrenda a Dios de
forma sistemática. Ese paso de fe, es una gran oportunidad que tenemos
para agradecer a Dios por lo que él ha hecho en tu vida. También es una
oportunidad para hacer a Dios el socio de todo lo que emprendas.
Controla
Para dividir tus gastos de forma efectiva, utiliza el sistema de sobres, es un
sistema que me ha funcionado. En mi casa usamos los sobres para contro-
lar la forma como gastamos nuestro dinero.
Lo primero que debes hacer es decidir cuánto vas a gastar cada mes
en cada categoría. En segundo lugar, debes decidir cuáles de esas categorías
las vas a manejar con dinero en efectivo todas las semanas. Tal vez tengas
algunos gastos fijos y mensuales para los que no tiene sentido el sistema
de sobres. Simplemente retirarás una cantidad en determinado momento del
mes. Pero otras categorías de gastos implican cosas pequeñas, incluso diarias,
y es a estos gastos que nos referimos aquí. Por ejemplo la comida, el en-
tretenimiento, los gastos varios, los transportes (boletos de autobuses o
la gasolina).
Así lo que puedes hacer es tomar algunos sobrecitos para distribuir entre
el dinero en efectivo. ¿Cómo funciona esto? A unos los sobres le asignas al
transporte, a otro comida, a otro vestimenta, etcétera. De modo que vas
teniendo un sobrecito para cada categoría que has escrito en el cuadro ante-
rior. Entonces, cada día de pago personal
tomas del banco (de los sobres que tienes).
Cuando vayas a tomar el autobús o a
cargar gasolina para tu auto, entonces
tomas el sobre de transporte y pagas con
el dinero que hay en él. El problema
viene cuando se te acaba el dinero de ese
sobre antes del siguiente día del pago…
y bueno, caminar hace bien a la salud,
¿cómo ves?
Vas a sufrir un poco durante dos tres
meses, pero una vez que aprendas que no
hay que gastar todo el dinero del sobre al
comienzo de la semana, te vas a dar cuen-
ta de lo poderoso que es este concepto.
Lo mismo ocurre en el área del entre-
tenimiento. Imagínate que estás despidien-
do el sábado en la Sociedad de Jóvenes.
Cuando termina el programa tu amiga
te dice:
–¡Vamos a comernos una pizza!
Sencillo: tomas el sobrecito de «salidas y entretenimiento»y miras para
ver si tienes dinero suficiente como para ir a comer pizza. Si no tienes el
dinero necesario, entonces dile a tu amiga:
–¿Sabes? Lo siento, pero va a tener que ser la próxima semana porque he
gastado todo el dinero que tenía asignado al entretenimiento para esta semana.

Quiza tu amiga te diga:
–No te preocupes, yo pago.
Entonces muy amable le son-
ríes y le dices:
–¡Gracias! ¡Eres muy bue-
na amiga!
O quizá ya no te diga na-
da. En ese caso esperas un
par de semanas o tal vez te
sugiera un plan alternativo.
Tal vez pueden hacer un convivio
en la casa de alguno de tu amigos o en
tu propia casa, cada uno puede cooperar y de
esta manera no se gasta demasiado. De una manera u otra, habrás
cumplido el plan y eso es lo que importa ahora.
¿Lo ves? ¡Esa es la diferencia entre lo que tienen un plan y los que no!
Lo mismo debe ocurrir con los «gastos varios», o gastos misceláneos. Una
vez que se te acabo el dinero en ese sobre, no vas a poder ir a cortarte el ca-
bello o hacer las uñas hasta la semana que viene ¿Por qué? Porque el sobre
está vacío y tú te has prometido esperar hasta el próximo día de pago. Es
importante que cumplas tu compromiso.
Sé que te puede resultar difícil el proceso y también sé que muy pocos lo
hacen, pero debes saber que los que de verdad triunfan en la vida son po-
cos, porque son pocos los que están dispuestos a ser diciplinados y fieles a
Dios. Es por ello que administrar los recursos que Dios te ha prestado
deben ser tu máxima prioridad.
Ahora presta mucha atención: ¿quién te está diciendo que no puedes
armar y manejar un plan de gastos? ¿Tu propia inseguridad? ¿Quizá tu pro-
pia familia? ¿Tus amigos? ¿Los compañeros de trabajo? ¡No los escuches!
El futuro está en tus manos. Tu puedes, si quieres.
Estudio bíblico
¿Cuál debiera ser la petición de todo joven que desea agradar a
Dios? Proverbios 30: 8-9
_________________________________________________________
_________________________________________________________
Al momento de ganar tu propio dinero, ¿qué debes tomar en
cuenta? Proverbios 27: 24
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Qué debes considerar al pensar en las riquezas y en el uso sabio
de ellas? Proverbios 23: 5
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Qué no debes olvidar cuando Dios te prospere con riquezas? Pro-
verbios 19: 4
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Qué bendición promete Proverbios a todo joven es fiel? Prover-
bios 22: 4
_________________________________________________________
_________________________________________________________
Aunque el dinero es importante para vivir, ¿qué otra cosa debes
tomar en cuenta si deseas agradar a Dios? Proverbios 22: 1
_________________________________________________________
_________________________________________________________
Frase célebre
«¿Quieres ser rico? Pues no te afanes
en aumentar tus bienes, sino en disminuir
tu codicia».
Epicuro de Samos
a e n e st o
Piens tu vida solo ha y un pr es en te, pero no un
futuro.
s predestinado
para sufrir
Sin un plan para s el ho y, pe ro es tá
tu vida disfruta
Sin un plan para
nde vas.
mañana. es tá s aq uí , pe ro no sabes a dó
e
tu vida sabes qu no una fortaleza.
Sin un plan para es un a ca ba ña de paja, pero
tu vida constr uy añana.
Sin un plan para da co ns tr uy es el fracaso del m
tu vi
n un plan para
Simplemente, si
Capítulo
Creo que en una vida

saludable y libre
de adicciones
«Cuando un gran señor te invite a comer, piensa
bien delante de quién te encuentras. Aunque tengas
mucha hambre, controla tu apetito; no codicies sus
deliciosos manjares, porque te puede estar engañando»
L
(Proverbios 23: 1–3).
IZA, ES UNA JOVEN profesionista de 24

años que proviene de un hogar divorciado
y guarda un fuerte resentimiento hacia su
padre por haberlos abandonado. Nunca ha tenido
una relación romántica que haya
durado más de tres a cuatro me-
ses. Cuando era adolescente,
sufrió un grave accidente auto-
movilístico que le dejó algu-
nas desagradables cicatrices
en las piernas y una cojera le-
ve pero permanente. Lo que es peor,
le dejó cicatrices emocionales: Liza
( 135 )
cree que no es atractiva para los hombres. Todas

sus relaciones de noviazgo que ha comenza-
do terminan en fracasos. Pero Liza tiene su
propia forma de luchar contra las ten-
siones que hay en su vida: comiendo. Es
una comedora compulsiva.
Después de regresar de su trabajo por
las noches, Liza se lleva enormes canti-
dades de comida: tortas, helados, em-
paredados, dulces, y panes a su dormitorio
y las devora de una sentada. Después tiene
la sensación de estar «drogada» y se duerme pro-
fundamente. Si se despierta durante la noche, en-
gulle un poco más y luego se vuelve a dormir. Algunas veces, al día siguiente de
una comilona se dirige a tomar laxantes …hasta 10 píldoras al mismo día.
Liza pesa cerca de 140 kilos, sus amigos comentan mucho que ella debe
tener un problema glandular puesto que nunca la ven comer como las demás.
No se dan cuenta de que come en secreto, como la mayoría de los comilo-
nes incontrolados. En su lugar de trabajo, siempre que tiene un momento
libre, se dirige a la cafetería para comprar algunos antojos; luego los es-
conde y va a un lugar donde nadie la vea para comer de nuevo. Vive te-
miendo ser descubierta y sufrir humillación.
Todo esto afecta físicamente a Liza. Tiene dolores en los pies, si hace
ejercicio le duelen las articulaciones, y se queda sin aliento cada vez con
mayor frecuencia. También sufre de colitis y gastritis desde hace seis me-
ses y solo tiene 24 años.
Una gran cantidad de jóvenes lidian contra diferentes tipos de activida-
des adictivas como la comida, el trabajo, el juego, las compras, el sexo, el ejer-
cicio físico, etcétera. La actividad en cuestión se ha convertido en un fin en
sí mismo, que tiraniza y controla sus vidas, en lugar de enriquecerlas. Los
ejemplos son interminables: el comprador compulsivo, la persona adicta
al azúcar, el joven alcohólico, el jugador incontrolado que apuesta grandes
cantidades de dinero aun a costa de su propio patrimonio familiar. El adicto
Creo que en una vida saludable y libre de adicciones 137

sexual que busca una relación fugaz, a pesar de la gran cantidad de cora-
zones rotos que dejará en el camino y en su intenso deseo de buscar unos mi-
nutos de placer. La falta de dominio propio en muchos jóvenes propicia
que tengan una existencia desordenada y un estilo de vida que se caracte-
rice por desordenes alimenticios.
Las adicciones y la búsqueda de la felicidad

En una existencia tan compleja, puedes quedar atrapados en un frenético ritmo de vida.
La adicción al trabajo emerge como un fantasma sombrío en el corazón de todo individuo
que se enreda en los afanes de este turbulento mundo. Vivir de esta manera le quita a
la persona su recurso más valioso: el tiempo. A medida que más y más recorremos largas
distancias para llegar a nuestros empleos, trabajamos más horas por día, nos llevamos
trabajo a casa por las noches; estamos perdiendo nuestra salud, nuestra vida familiar
y nuestra alegría de vivir. ¿Qué recompensa nos brinda la adicción al trabajo? ¿Por qué
incurrimos en ella?
1. Para adquirir una sensación de competencia y poder en algún terreno, dado que nos
sentimos inadecuados, confundidos e inseguros en nuestras relaciones íntimas.
2. Para conseguir infinidad de bienes de consumo que creemos necesitar, aunque nunca
estemos para disfrutarlos.
Frente a estos difíciles tiempos, debemos considerar todo un nuevo conjunto de pre-
guntas. Responderlas definirán nuestro destino presente y eterno.
• Si el dinero es lo que nos hace felices, debemos saber cuánto dinero necesitaríamos
para sobrevivir si falleciera un ser querido.
• Si lo que buscamos es el poder, debemos saber cuántos ascensos precisaremos para
ayudarnos a olvidar del dolor de las horas que no hemos pasado con la familia en casa.
• Si lo que buscamos en la vida es la aprobación pública, debemos calcular cuánta
aprobación pública necesitamos para sanar las heridas del fracaso.
• ¿Qué tan grande debe ser el televisor para llenar nuestros días de felicidad?
• ¿Cuántos relojes, dispositivos móviles, computadoras, automóviles, barcos, cosas, co-
sas y más cosas nos faltan para ser felices?
• Y si sabemos esas cifras, ¿sabemos también la cifra más importante de todas: la de las
pocas cosas que se requieren para hacer a una persona realmente feliz y por qué?
La adicción, en cualquiera de sus formas, es muy semejante a una mu-

jer seductora que se acerca a un joven para tentarlo a seguir el camino del
mal, al menos esa es la imagen que presentó el sabio Salomón en el libro de
Proverbios. Esta mujer representa el camino de la irracionalidad y busca
intencionalmente a jóvenes desorientados para atraparlos en sus garras
y destruirlos. «Hijo mío, está atento a mi sabiduría e inclina tu oído a mi
inteligencia, para que guardes discreción y tus labios conserven la ciencia.
Los labios de la mujer extraña destilan miel y su paladar es más suave que
el aceite» (Proverbios 5: 1-3 RVR95).
Aunque esta seductora mujer aparentemente ofrece a los jóvenes algo
que ellos necesitan, «su final es amargo como el ajenjo, agudo como espa-
da de dos filos. Sus pies descienden a la muerte, sus pasos se dirigen al
sol. Sus caminos no son firmes: no los conoce, ni considera el camino de
la vida. (Proverbios 5: 4-6, RVR95). Así es como actúa la adicción, seduce,
miente, atrapa, te ofrece placer momentáneo y finamente te liquida.
Es por eso que Salomón, bajo inspiración divina, te advierte y te acon-
seja que te apartartes a tiempo de todos
estos grandes males: «Por lo tanto, hijo mío,
atiéndeme, no te apartes de mis enseñan-
zas. Aléjate de la mujer ajena; ni siquiera
te acerques a la puerta de su casa, para
que no pierdas la riqueza de tus años en
manos de gente extraña y cruel; para
que ningún extraño se llene con el fruto
de tu esfuerzo y tu trabajo. De lo contra-
rio, acabarás por lamentarlo cuando tu
cuerpo se consuma poco a poco. Y dirás:
“¡Cómo pude despreciar la corrección! ¡Có-
mo pude rechazar las reprensiones! ¡No
quise escuchar a mis maestros, no atendí
a los que me instruían, y por poco llego
al colmo de la desgracia ante la comuni-
dad entera!”» (Proverbios 5: 7–14).

Y ¿Por qué una mujer? Cré-
eme, Salomón no era misógino,
simplemente utiliza la figura
de mujer seductora como
una métafora que simboliza
el mal, porque el libro de
proverbios consiste en una
serie de discursos y consejos
que un rey (padre) le brinda a
su hijo (príncipe) a fin de que se
conduzca con sabiduría. Y la
imagen de una mujer, como
personificación del mal
apelaba al entendimiento
del joven príncipe.
De hecho, es interesante notar que la sabiduría en el libro de Proverbios
también se representa mediante una mujer, pero esta es una mujer sabia
que sale a invitar a los jóvenes inexpertos a seguir el camino del bien: «Por
calles y avenidas la sabiduría hace oír su voz; proclama sus palabras por las
puertas, por los puntos más concurridos de la ciudad: “Jóvenes inexper-
tos, burlones y necios, ¿hasta cuándo amarán la inexperiencia, y hallarán
placer en sus burlas, y despreciarán el saber? ¡Presten atención a mis correc-
ciones y yo los colmaré de mi espíritu; les daré a conocer mis pensamien-
tos”» (Proverbios 1: 20–23).
Es como si el sabio le preguntase a cada joven ¿A cuál de estas dos mujeres
le harás caso?. Lamentablemente muchos jóvenes siguen el camino equivocado.
Piensa en esto: ¿Por qué hacer lo malo es tan atractivo?

¿Cómo puedes enfrentar la tentación cuando parece irresistible?
El problema de la adicción
No es ninguna novedad que exista una epidemia de consumo desenfrena-
do de drogas en muchos países del mundo. Mientras los gobiernos y las
autoridades policiacas buscan en vano las formas de detener la inmensa
marea, más y más personas se dan cuenta de que el problema de la venta
y consumo de drogas es solo la punta del Iceberg. En nuestra sociedad ac-
tual existe una epidemia de diferentes conductas adictivas, y especialmen-
te prolifera entre la población joven.
Muchos jóvenes están atrapados en el alcoholismo, consumo de mari-
huana, pornografía, además de comer en exceso y en diferentes horarios.
Lo que estos ejemplos tienen en común, es su carácter adictivo. Pese a las
consecuencias negativas, muchos jóvenes se ven impulsado a reiterar su con-
ducta, como si estuviera respondiendo a un mandato interior y no a una
elección. El apóstol San Pablo describe la intensa lucha que se desata en el
corazón del hombre: «No entiendo el resultado de mis acciones, pues no ha-
go lo que quiero, y en cambio aquello que odio es precisamente lo que hago»
(Romanos 7: 15).
El Doctor Arnold M. Washton lo expresa de forma contundente: «El ras-
go distintivo de la conducta adictiva es que, para ponerla bajo control, la
voluntad no es suficiente».
Hola, soy tu Biblia:

Solo te escribo para decirte que te extraño. Hace mucho tiempo que no me tocas y mucho
menos me lees. Sé que estás ocupado y que casi no tienes tiempo para mí. Pero te ex-
traño, porque anhelo que conozcas al único que puede darte la auténtica felicidad. Por
cierto, me he dado cuenta de que ahora tienes un nuevo compañero. Veo que desde que
te levantas de la cama lo consultas y cuando vas a la escuela lo llevas contigo también.
Me doy cuenta de que mientras estás comiendo lo contemplas y por momentos sonríes como
si te hablara. Puedo observar que en tus momentos de soledad te sumerges en él por varias
horas o incluso toda la noche debajo de las sábanas, para que tus padres no lo vean.
Tus hermosas manos se mueven muy rápido cuando tecleas el mensaje que quieres
transmitir. Inclusive, me doy cuenta de que lo llevas a la iglesia y especialmente el
sábado mientras el pastor predica; me imagino que debe sustituirme, porque a mí ya
no me llevas contigo. Y no es que esté celosa, pero veo que mientras más pasas tiem-
po con ella, menos tiempo buscas a Dios.
Porque el celular puede darte diversión, pero no te capacita para enfrentar el juego
de la vida.
Porque el celular organiza tu vida en una agenda, pero solo Dios puede poner
orden en tu mundo interior.
Porque el celular puede darte amigos, pero no la capacidad para comunicar lo
más profundo de ti a las personas que realmente amas.
Porque en el celular puedes tener una Biblia, pero también una variedad infinita de
distracciones.
Porque en el celular puedes tomar fotos, pero no contemplar la belleza de la creación
de Dios.
Porque en el celular puedes mostrar tu vida, pero no el
corazón, ese solo Dios lo conoce.
Porque el celular te puede ayudar a evadir la realidad,
pero solo Dios puede darle un sentido y propósito a tu
realidad cuando escuchas su Palabra.
La verdad, es que te sigo extrañando. Ojalá te des un
tiempo para estar conmigo, tengo tanto que enseñarte,
después de todo, solo estás de paso en esta tierra ex-
traña y,¿sabes una cosa? En el cielo no habrá celulares.
Te extraña tu Biblia cubierta de polvo …
Cuando pensamos en un jo-

ven adicto, lo primero que nos
imaginamos es una persona mar-
ginada, producto de una educa-
ción marcada por la pobreza o
alguien que se encuentra trastor-
nado mentalmente. Muchos pien-
san que el adicto no es una persona
como nosotros que se comporta
de una manera «normal» ante la
sociedad. Pero ya no se puede
mantener esta postura de nega-
ción con respecto de quiénes son vulnerables a la adicción. Esta epidemia
de conductas incontroladas invade todas las clases sociales, no respeta jerar-
quías ni grados académicos y está muy presente en muchas personas que
consideramos «normales».
La adicción se está dando en todos lo pequeños pueblos y en las grandes
ciudades del mundo. Desde las grandes mansiones hasta los modestos de-
partamentos. Entre todas las razas y niveles educativos. No tenemos que
buscar más allá de nuestra propia familia para encontrar casos de adicción,
junto con el dolor que esta provoca en las vidas de muchos jóvenes que
amamos.
La desintegración familiar, la ausencia de padres en el hogar, la caren-
cia de principios y valores en la formación educativa de muchos adoles-
centes, promueven una sociedad proclive a las adicciones.
El famoso escritor, premio nobel de literatura, Mario Vargas Llosa en su
ensayo titulado La civilización del espectáculo, describe de forma clara y con-
vincente la problemática de nuestros tiempos: «En nuestros días el consu-
mo masivo de marihuana, cocaína, éxtasis, crack, heroína, etcétera, responde
a un entorno cultural que empuja a los hombres y mujeres a la búsqueda
de placeres fáciles y rápidos, que los inmunice contra las preocupaciones
y la responsabilidad, en lugar del encuentro consigo mismos a través de
la reflexión y la introspección».

Las consecuencias de vivir en una sociedad
adictiva.
Querido joven, ninguno de nosotros está inmune a la actual epidemia de
adicciones que predominan en la sociedad que vivimos. Aunque muchos
jóvenes no son afectados directamente por las apetencias perniciosas de
alguna droga, comida o actividad, es probable que alguien que conoces,
sí lo esté. Y aunque no conozcas un adicto grave, puede ser víctima de la
epidemia por el solo hecho de vivir en una sociedad con tantas personas
fuera de control. Algunos adictos son tus amigos, son compañeros de clase,
arreglan tu automóvil y realizan otras tareas de cuya correcta ejecución
dependes.
Piensa en esto: ¿Cómo se puede definir a la adicción?

¿Cuál es la diferencia entre una adicción y un hábito?
Si asumes algún tipo de conducta adictiva, significa que estás dirigién-

dote al abismo de la autodestrucción, ante este peligro inminente, toma en
cuenta el consejo del sabio Salomón: «No te dejes engañar por la mujer
necia porque acabarás en camino que lleva a la muerte: Tomar el camino
que lleva a la casa de ella es tomar el camino que lleva a la muerte; los que
entran en su casa ya no vuelven, jamás vuelven a recorrer el sendero de
la vida. Anda, pues, por el buen camino, y practica la conducta de los jus-
tos. Porque los que viven rectamente y sin tacha vivirán para siempre
en la tierra; pero los malvados y traidores
serán arrancados y expulsados de ella»
Una sociedad adictiva

Vivir en una sociedad de adictos también
significa vivir entre personas que de for-
ma creciente son incapaces de entablar
relaciones profundas e íntimas.
Al igual que el adicto individual, al vivir
en una sociedad adicta, estamos perdien-
do cada vez más el control. Porque si un
alcohólico a menudo no puede resolver
sus problemas de deudas, de trabajo, y de
relaciones sin antes estar sobrio, tampo-
co podremos superar satisfactoriamente
nuestros problemas internos como socie-
dad hasta tanto no se advierta las tendencias que en nuestra cultura fo-
menta la adicción.
Pero, así como el adicto individual puede recuperarse, también hay
esperanza para nuestra sociedad adictiva. El problema no radica en las
drogas, en las tarjetas de crédito, la comida, la computadora o el sexo, sino
en nuestro apetito insaciable de elementos que alteran el estado de ánimo.
Necesitamos recuperar nuestro dominio propio y fuerza de voluntad.

No olvides que vives bajo una serie de estímulos inducidos por ti mismo,
con el propósito de enfrentar las dificultades y las frustraciones que la
vida te ofrece. Es por eso por lo que la así llamada guerra contra las drogas
no está dando resultado; porque no aborda el malestar generalizado, la
mentalidad del arreglo rápido (buscar soluciones fáciles) que te hacen
vulnerables a la adicción. Puedes mejorar tanto individualmente como
colectivamente, pero únicamente después de que hayas admitido que es-
tás enfermo.
Jesucristo lo dijo de una forma franca y directa: «Todo el que beba de
esta agua volverá a tener sed» ( Juan 4: 13). El agua que ofrece este mundo
moderno, apreciado joven, consiste en un conjunto de estímulos, alteracio-
nes al estado de ánimo y a una serie de soluciones rápidas que prometen
alivio y sanidad al sufrimiento que enfrentas en tu existencia, pero lamenta-
blemente esto no funciona, solo produce más vacíos.
Por momentos todos estos estimulantes parecen ejercer su efecto anes-
tésico. De esta manera, cuando fumas, ingieres bebidas alcohólicas, o con-
sumes alguna sustancia estimulante, el dolor parece desvanecerse como la
neblina de un amanecer, pero una vez que el sosiego desaparece, enfren-
tas la terrible realidad y un fuego infernal empieza a consumir tu vida.
El agua que ofrece este mundo no sacia, hay más y más sed ¿Hasta
cuando se acabará? Jesucristo tiene la respuesta: «El que
beba del agua que yo le daré, no volverá a te-
ner sed jamás, sino que dentro de él esa agua
se convertirá en un manantial del que bro-
tará vida eterna» (S. Juan 4: 14). Solo
cuando confrontas tu cruda realidad
y buscas apoyo, y sobre todo buscas el
auxilio divino, una luz de esperanza
emerge en el horizonte, es la luz de la
rehabilitación, es el tiempo de recons-
truir, reparar y renovar tu vida y vi-
vir en comunidad fraternal.
Estudio bíblico
De acuerdo con el consejo del libro de Proverbios ¿Por qué es im-
portante que los jóvenes no consuman sustancias o bebidas noci-
vas para la salud? Proverbios 20: 1
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_________________________________________________________
Lee Proverbios 20: 20, de acuerdo con este pasaje de la Biblia ¿Por
qué es importante elegir bien a nuestras amistades? Dialógalo en el
grupo y que cada uno ofrezca su opinión.
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¿Por qué es importante tener dominio propio? Proverbios 23: 1–2
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_________________________________________________________
¿Busca una definición de la palabra temperancia y discútela con tus
compañeros? Una vez que lo hagas, contesta la siguiente pregunta
¿Qué relación tiene esta definición con 1 Corintios 6: 18-20?
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_________________________________________________________
Lee Proverbios 5: 3-14, de acuerdo con este pasaje bíblico, ¿qué
principios podemos extraer para evitar caer en las adicciones?
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_________________________________________________________
Frase célebre
«Los dioses son justos y emplean nuestros vicios
deleitosos como instrumentos de castigo».
William Shakespeare
Pie n sa e n e st o es,
La excelencia entonc
de lo que hacamos repetidamente.
Somos el resultado
un hábito. Arsistóteles
no es un acto, sino
Capítulo
10
Creo que debo cultivar

mis dones y talentos
de forma sabia
«Al ver esto, lo grabé en mi mente; lo vi y
aprendí esta lección: mientras tú sueñas y cabeceas,
y te cruzas de brazos para dormir mejor, la pobreza
vendrá y te atacará como un vagabundo armado».
A
(Proverbios 24: 32-34)
LO LARGO DE MI VIDA, he escucha-

do a muchos a jóvenes que me dicen que
ellos no tienen talentos o capacidades pa-
ra triunfar en la vida. Muchos de ellos piensan que
los triunfadores son de otra dimensión. Que no to-
dos tienen capacidades para realizar algo sobre-
saliente ¿Pero realmente esto es cierto?
Con frecuencia el talento
está sobrevalorado y por
lo general malenten-
dido. El poeta y drama-
turgo francés Edouard
Pailleron señaló: «Cuando
( 149 )
triunfas siempre habrá ilusos que digan que tienes talento». Cuando las
personas obtienen grandes logros, por lo general los demás explican sus
logros atribuyéndolos sencillamente al talento. No obstante, esa es una
forma engañosa de interpretar el éxito. Si el talento por sí solo es suficien-
te, entonces, ¿por qué conocemos personas muy talentosas que no son
altamente exitosas? Tienen dones, poseen virtudes y grandes cualidades,
pero no responden ante los retos y desafíos que se presentan.
Peter Drucker, el padre de la administración moderna dijo: «Parece
haber muy poca correlación entre la efec-
tividad de una persona y su inteligencia,
su imaginación o su conocimiento… la
inteligencia, la imaginación y el conoci-
miento son recursos esenciales, pero sólo
la efectividad los convierte en resultados.
Por sí mismos, sólo pueden poner límites
a lo que puede ser contenido». De manera
que, si el talento fuera un requisito indis-
pensable, entonces las personas más in-
fluyentes y eficaces siempre serían las más
talentosas, pero con frecuencia ése no es
el caso.
El libro de Proverbios tiene mucha
razón, si se desea triunfar en la vida no so-
lo se trata de talento, también es trabajo
intenso, ese es el precio. Mientras «tu sue-
ñas y cabeceas», otros trabajan y practi-
can. Aquí no se trata de minimizar los dones y talentos, más bien se trata
de entender que de nada sirve tener ciertas ventajas en la vida si no las
cultivas y las pones a trabajar. Cuando asumes esta actitud responsable
los talentos se multiplican (Véase, Mateo 25: 14–30).
La Biblia nos revela que las personas son creadas a imagen de Dios
(Génesis 1: 27), lo que significa, en parte, que todas las personas tienen
ciertos talentos y habilidades creativas que pueden ser usadas para servir
Creo que debo cultivar mis dones y talentos de forma sabia 151
a otros. Aquellos que vienen a la fe en Cristo tienen también al menos un
don espiritual (1 Corintios 12: 6–7) que puede ser usado para el bien co-
mún de los creyentes en la iglesia y alcanzar a aquellos quienes aún no cono-
cen a Cristo.
Los talentos naturales y los dones espirituales están estrechamente rela-
cionados. Un creyente con un talento musical también puede tener el don
espiritual de la edificación y puede usar la música para dar ánimo e inspi-
rar a otros a acercarse más al Señor. Una persona que es un organizador
talentoso, también puede ser un cristiano que tenga el don de liderazgo
y supervise las actividades cristianas de manera tal que los creyentes crez-
can y se alcance a los incrédulos.
Abundan los ejemplos de creyentes que usan talentos naturales. Nehe-
mías usó sus habilidades para gobernar Jerusalén y reconstruir el muro del
templo. Aholiab y Bezalel fueron dotados en habilidad artística y artesanía
para supervisar el tabernáculo judío (Éxodo 31: 1–5). Salomón tuvo el
don de la sabiduría y el talento de liderar al pueblo de Israel ( 1 Reyes
10: 1-9). Lidia «vendía telas de púrpura» y usó su habilidad para apoyar
el ministerio de Pablo y sus asociados (Hechos 16: 14–15). Sin duda, el
talento puede capacitar a las personas para hacer cosas extraordinarias.
Volviendo a la pregunta ¿alguna vez el talento es suficiente para triunfar?
Si, pero sólo al principio. El novelista
Charles Wilson dice: «Sin importar
el tamaño de la botella, la espuma
siempre sube hacia arriba».
Desde luego que el talento sobre-
sale. Hace que la gente te note. Al prin-
cipio, el talento te separa de los demás
del grupo. Te da una ventaja sobre
los demás. Por esa razón, el talento
natural es uno de los dones más gran-
des de la vida, pero esa ventaja sólo
dura un tiempo corto. El escritor
musical Irving Berlín comprendió
este principio cuando dijo: «Lo más difícil acerca del éxito es que tienes que
mantenerte siendo exitoso». El talento es sólo el punto inicial en el nego-
cio. Uno tiene que mantener ese talento funcionando. Y eso solo es po-
sible mediante su uso constante, el trabajo intenso y la práctica, además
de colocarlo al servicio de los demás.
El rey Salomón nos advierte a no ser negligentes «De deseos se muere
el perezoso, porque sus manos no quieren trabajar» (Proverbios 21: 25).
A veces admiramos a las personas que tiene éxito, pero no admiramos el
hecho de que para llegar allá tuvieron que trabajar muy duro. El talento es
una bendición de Dios, pero sin esfuerzo no llegamos a cumplir nuestros
sueños.
Muchas personas talentosas que comienzan con una ventaja con respec-
to a los demás, pierden esa ventaja porque se apoyan en ese talento en lugar
de renovarlo y mejorarlo. Asumen que el talento por sí mismo los manten-
drá en ventaja. Ellos no se dan cuenta del principio que dice: «si sólo na-
vegan sin remar, otros pronto les pasarán».
El talento es más común de lo que ellos piensan. El talento es más ba-
rato que la sal. Lo que separa a los individuos talentosos de los exitosos es
el esfuerzo completo, la disciplina y la perseverancia. Notemos que se nece-
sita más que talento para lograr el éxito.
La pregunta se mantiene: ¿Qué es lo que crea la efectividad que Peter
Drucker dice es necesaria para convertir el talento en resultados? Surge
de las decisiones que haces. Recuerda que el destino no es cuestión de suer-
te, es cuestión de decisión; no es algo que se espera, es algo que se logra.
Piensa en esto: ¿Sabes qué talentos posees? ¿Qué estás

haciendo para desarrollarlos y aprovechar todo su potencial?
Si quieres crecer en las diversas áreas de tu vida debes considerar cier-

tas actitudes que pueden potencializar el talento que tienes:
1. La pasión estimula tu talento.
2. La iniciativa activa tu talento.
3. la concentración dirige tu
talento.
4. La preparación posiciona
tu talento.
5. La práctica afina tu talento.
6. La perseverancia sostiene tu
talento.
7. La disposición de aprender amplía
tu talento.
8. Los principios y valores morales
protegen tu talento.
9. Las relaciones con las personas influyen
en tu talento.
10. La responsabilidad con que asumas tus trabajos fortalece tu talento.
11. El trabajo en equipo multiplica tu talento.
Pon en práctica estas sugerencias y podrás ser una persona extra ta-
lentosa. Por el contrario, si solo tienes talento y te confías solo en ello, es-
tarás sólo. Si tienes más que talento, sobresaldrás.
Una de las decisiones

más impor tantes es ¡En
quién te convertirás! La vi-
da no consiste solamente
en ganar un partido de fut-
bol o sacarse la lotería; se
trata de cultivar el talento
que Dios te ha otorgado.
La vida es saber jugar bien
esa mano y eso se determi-
na mediante tus decisiones.
Recuerda:
TALENTO + DECISIONES CORRECTAS = UNA PERSONA EXTRA TALENTOSA
Las personas extra talentosas son aquellas que aprovechan al máximo

su talento, logran su potencial y cumplen su destino, pero, sobre todo, usan
su talento para ser una bendición para la iglesia y sirven a los demás de
forma desinteresada.
Diferencia entre dones y talentos

Hay dos diferencias principales entre los talentos y los dones espirituales.
Primero, un talento puede estar disponible para creyentes o no creyentes.
Cada persona es creada con ciertas habilidades que pueden ser de benefi-
cio a otros. Por consiguiente, los creyentes en Jesús son los que tienen dones
espirituales que benefician a otros creyentes y ayudan en la divulgación
del evangelio a los incrédulos.
Segundo, los dones espirituales son más específicos que los talentos na-
turales en la Biblia (Véase 1 Corintios 12-14; Romanos 12; Efesios 4: 11-16;
1 Pedro 4:10-11), todos hablan de habilidades espirituales de una manera
especial que las separa de los talentos naturales. Si bien a menudo se debate
sobre las definiciones y usos de estos dones, la Biblia específicamente señala
a ciertos dones espirituales. Si bien es posible que existan otros dones es-
pirituales, los que se mencionan específicamente en las Escrituras se pro-
veen para que los lectores los identifiquen de mejor manera y practiquen
maneras de servir a la iglesia y al evangelio.
Piensa en esto: el hombre que no se equivoca es el que nunca

hace nada.
Por supuesto, los talentos y habilidades naturales dados por Dios pue-
den y deben ser usados para honrar también a Dios. Recuerda que tanto
los talentos como los dones provienen de Dios, unos son inherentes a no-
sotros y otros son dados por Dios cuando tu decides servirle en la predi-
cación del evangelio. En 1 Corintios 10: 31 se nos dice: «En todo caso, lo
mismo si comen, que si beben, que si hacen cual-
quier otra cosa, háganlo todo para la gloria de
Dios». La capacidad de cocinar, cantar, construir
casas, cultivar, enseñar a los niños, trabajar en
ingeniería, servir en campos médicos,
y otros talentos son todas habilidades
dadas por Dios que se pueden usar
para honrarlo. Si bien los no creyen-
tes pueden usar estos talentos para el
bien, a los creyentes en Cristo se les lla-
ma a usar estos talentos, junto con los
dones espirituales, para la gloria de
Dios y para servir a los demás.
Phillips Brooks, escritor de la can-
ción «O Little Town of Bethelem», comen-
tó: «Cuando descubres que sólo has
vivido la mitad de la vida, la otra mitad
te perseguirá hasta que la desa-

rrolles». Eso no solamente es verda-
dero, sino también quisiera agregar:
no utilizar todo tu potencial es
una verdadera tragedia.
También debes entender que cada
persona tiene diferentes dones y talentos,
y aun cuando dos personas puedan ha-
cer lo mismo, uno puede ser más eficaz,
¿por qué? ¿Por qué Dios no dotó a todo
ser humano de todos los talentos que
necesitaría? Cuando Dios creó este mun-
do, él tenía el plan de establecer una fami-
lia aquí en la tierra, como la que tiene en
el cielo. Al hacernos depender mutuamente
unos de otros, desarrollamos unidad fami-
liar e interdependencia. Esta dependencia
mutua es la base para las comunidades, pueblos y las ciuda-
des. Sin esta dependencia, habría la tendencia de separarse de la socie-
dad y vivir vidas solitarias, en consecuencia, seríamos más egoístas de lo
que ya somos.
Los mismos animales que Dios creó en el mundo natural nos ofrecen
una lección con respecto a esto. Estas criaturas demuestran al hombre
que todo lo que Dios hizo no fue solo para ocupar un espacio, todas ellas
fueron creados para ser útiles para servir y contribuir; para mostrarle al
hombre sobre la importancia del trabajo en equipo, la diligencia, el esfuerzo
y el liderazgo. Proverbios declara: «Hay cuatro animalitos en la tierra que
son más sabios que los sabios: las hormigas, gran ejército sin fuerza que ase-
gura su comida en el verano; los tejones, grupo no muy numeroso que
vive entre las peñas; las langostas, que sin tener rey marchan en orden
perfecto; las lagartijas, que caben en un puño y llegan hasta el palacio
del rey» (Proverbios 30: 24–28).
Los dones de Dios
Recuerda apreciado joven, si realmente quieres ser un verdadero triunfa-
dor, entonces tienes que administrar sabiamente cuatro dones que Dios te
ha concedido en esta vida y que son muy importantes:
Tiempo. Este es un recurso no renovable, el tiempo pasa, no vuelve, y
cada día no solo creces, también te envejeces. Por lo tanto, la manera como
administres este valioso bien dependerá el éxito o fracaso de tu existencia.
Haz un horario, planifica tu día, no permitas que un día se desperdicie en
solo trivialidades; cultiva tus talentos: aprende piano o a tocar un instru-
mento, domina un nuevo idioma, practica ejercicio o cultiva la lectura, pero,
¡no pierdas el tiempo! Muchas veces desperdiciamos este valioso recurso
en cosas que no contribuyen en nuestro crecimiento, solo son banalidades
que no edifican. Si usas sabiamente el tiempo puedes desarrollar tus
dones, hablidades que harán de ti un verdadero profesional. Recuerda
«Aquel que lo piensa mucho antes de dar un paso, se pasará su vida com-
pleta en un solo pie».
Hábito: aprovecha bien los tiempos

muertos para aprender
Aprovecha todos los tiempos muertos para aprender y estudiar. Al cabo del año tendrás
ciertas horas de aprendizaje que te permitirán disfrutar de nuevas ideas y reprogramar
tu cerebro.
Aprovecha cada rato muerto para escuchar audiolibros o ver videos sobre el desa-
rrollo personal y profesional. Mi propuesta, asequible para cualquiera, es que hagas al
menos treinta minutos cada día. El efecto acumulado transforma tu vida.
Salud. La salud es un precioso don que Dios te ha dado. Muchos jóvenes

se alimentan solo de comida chatarra y no se dan cuenta que su valioso cuer-
po se deteriora cuando se alimenta muy mal, quiza los efectos de este mal
proceder no se note por el momento, pero con el tiempo, el cuerpo empie-
za a fallar y cuando eso sucede viene el lamento aunque es demasiado
tarde. Repito: cuida tu salud, haz ejercicio, alimentate bien consumiendo
frutas y verduras, duerme bien y de-
sarrolla confianza en Dios. Los be-
neficios de cultivar un estilo de vida
saludable son demasiados. Tendrás
una mejor autoestima, tendrás las con-
diciones para sentirte bien contigo mismo
y con las personas que te rodean, además,
tu ánimo mejorará y tus habilidades men-
tales serán óptimas para cualquier reto
académico.
No se trata de ir a los extremos, simple-
mente de cultivar un estilo de vida saludable.
Aunque suena demasiado simple, quiero que sepas
que muchos jóvenes han arruinado todos sus éxitos porque fueron muy há-
biles y talentosos para conquistar ciertas metas prefesionales, pero fueron
un rotundo fracaso para dominarse a sí mismos. Recuerda que «Tener buen
juicio es tener una fuente de vida; instruir a los necios es también necedad»
Siete consejos para mantenerte más saludable

1. Bebe agua en lugar de bebidas azucaradas.
2. No comas entre comidas.
3. Practica algún deporte o simplemente haz ejercicio
4. Disminuye el consumo de comida chatarra.
5. Cultiva una actitud mental positiva.
6. Lee la Biblia e involúcrate en algún ministerio de la iglesia.
7. Escoje los programas y contenidos que ves en la red o en cualquier dis-
positivo móvil. Trata de leer o ver solo aquello que te inspire a ser
mejor persona o que te invita a la reflexión.
Dinero. De este tema ya hemos hablado, solo me queda compartirte al-

gunos sabios consejos para que los tomes en cuenta al momento de adquirir
este valioso recurso.
1. La honradez y la integridad son más importantes que la riqueza (Pro-
verbios 19: 1)
2. La riqueza puede darte muchos «amigos», pero no auténticos amigos
(Proverbios 19: 3, 7).
3. Ayuda siempre al pobre, porque si los haces agradarás a Dios (Pro-
verbios 19: 17).
4. No pierdas la integridad a cambio de más riqueza (Proverbios 20: 10).
5. Las riquezas que se obtienen de la mentira y el engaño no prospera-
rán (Proverbios 21: 6).
6. Dios no acepta la ofrenda de los que obran mal (Proverbios 21: 7).
7. La buena fama y la reputación es más valiosa que todas las riquezas
que el mundo te puedan ofrecer (Proverbios 22: 1).
8. Compartir el pan con los pobres es la mejor riqueza (Proverbios 22: 9).
9. Nunca seas fiador o te endeudes con cosas que nunca podrás pagar
10. Libérate de la ambición desmedida (Proverbios 28: 22).
Talentos.
Hay un dicho que dice que si persigues dos conejos, ambos se escaparán.
Desafortunadamente eso es lo que muchos jóvenes parecen hacer. No en-
focan su atención y como resultado, son ineficientes. Quizás la razón es
que las personas de nuestra cultura tienen demasiadas cosas que escoger,
las opciones son casi ilimitadas. Peter Drucker reconoció este fenómeno
cuando dijo: «La concentración es la clave del resultado económico. No
existe ningún otro principio de efectividad que se haya violado tanto como
el principio básico de la concentración … nuestro lema es: Hagamos un po-
co de todo».
Recuerda querido joven, si quieres desarrollar tu talento o don, nece-
sitas enfocarte. Si vas a enfocarte, necesitas esforzarte en saber cuáles son
tus verdaderas prioridades y cuándo seguirlas. Eso es algo que aprendí a
hacer con el tiempo. Me encantan las opciones. Me gusta tener la libertad
de seguir el mejor curso de acción en cualquier momento dado. Cuando tenía
veinte años, dediqué mucho tiempo a hacer cosas que
no me daban mucho rendimiento. En la década
de mis treintas, me fue mejor, pero todavía
no estaba enfocado en lo que debía hacer.
No fue hasta después de que llegué a los
cuarenta que comencé a ser más se-
lectivo acerca de las cosas que ocupa-
ban mi tiempo y mi energía. Con el paso
del tiempo mi prioridad principal es:
¿estoy añadiéndole valor a las personas?
Para mí eso es lo más importante. Por-
que al final de todo, ni el talento, ni los
dones, ni mi éxito serán suficientes sino ten-
go amor y sirvo a los demás, pues una vida inútil
centrada en mis propios intereses es la vida más estéril
que uno puede tener. «El que mira a otros con bondad, será bendecido
por compartir su pan con los pobres» (Proverbios 22: 9).
Estudio bíblico
De acuerdo a Salomón ¿Por qué el aprovechar el tiempo es muy
importante? Y ¿Por qué es importante cultivar nuestros dones
y talentos? Proverbios 20: 4
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Por qué a pesar de los talentos y dones que poseemos
es importante poner a Dios en primer lugar? Proverbios 19: 21
_________________________________________________________
_________________________________________________________
De acuerdo al libro de Proverbios, ¿qué es lo que debes evitar si
realmente quieres aprovechar tus dones y talentos? Proverbios 19: 15
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Qué cosas necesitas considerar antes de planear tu vida?
Proverbios 19: 1-3
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Qué gran mal puede opacar tus dones y talentos, y qué puedes
hacer para evitarlo? Proverbios 22: 15
_________________________________________________________
_________________________________________________________
Si realmente quieres triunfar en la vida con tus dones y talentos,
¿qué actitud siempre debes asumir? Proverbios 22: 17-21
_________________________________________________________
_________________________________________________________
Frase célebre
«En la vida hay tres cosas que no vuelven atrás:
la flecha lanzada, la palabra dicha
y la oportunidad perdida».
Anónimo
e n sa e n e st o
Pi que debes cons
id era al us ar tus dones o tale
ntos:
res llegar a un
destino
Cuatro consejos ino di fe re nt e si qu ie
buscar un cam
1. Es necesario
distinto. s diferentes.
pa ra ob tener resultado
rma diferente o que todos.
2. Piensa de fo e na di e ha ciendo lo mism
nseguir más qu ué pasa si
3. No puedes co e es trel lo ?» , pero yo digo: «q
m
: «¿Qué pasa si
4. La gente dice
no arrancas?».
Capítulo
11
Creo en el uso sabio

del dinero
«El que confía en sus riquezas, caerá como hoja
seca, pero los justos reverdecerán como las ramas»
U
(Proverbios 11: 28).
N CONOCIDO PREDICADOR escribió

cierta vez la palabra «Dios» sobre un pe-
dazo de papel. Luego, se lo mostró a un
amigo acaudalado que se encontraba de visita, y
le preguntó: «¿Puedes leer lo que escribí? ¡Claro
que sí! Respondió el amigo.
A continuación, el predicador
tomó una moneda y cubrió con ella la
palabra «Dios». Entonces le preguntó
al amigo: ¿Puedes leer ahora? Y
cuando este respondió que no, el predi-
cador le comentó cuán fácilmente el
dinero puede impedirnos ver a Dios.
Lo malo no está en el dinero, sino en
el amor al dinero que puede alejarnos
( 165 )
o desconectarnos de Dios. Entonces nace

el materialismo que embota y destruye la
vida espiritual, bien valdría la pena escu-
char el consejo del Sabio «La sabiduría es
la meta del inteligente, pero el necio no
tiene meta fija» (Proverbios 17: 24). Y es
que al no tener una meta fija, el necio asu-
me actitudes que finalmente lo condu-
cen a serios problemas toda su vida, y la
falta de sabiduría con respecto al dinero,
será una de esas dificultades.
En la sociedad actual el dinero es el
dios que gobierna y rige la voluntad de mu-
chas personas, no porque el pedazo de pa-
pel en que se imprime el dinero tenga algún valor. No es así. Lo importante
es lo que tú crees que ese pedazo de papel te puede proveer.
Recuerda querido joven, el dinero no es bueno ni malo; es tu actitud
acerca del dinero lo que puede causarte problemas. Muchas personas creen
que el dinero les puede dar la felicidad y solucionar todos sus problemas.
John Lennon, el muchacho de un barrio obrero de Liverpool, que
ascendió meteóricamente a la fama y la opulencia como miembro del
cuarteto musical de los Beatles, declaró en conferencia de prensa que su
cambio de vida no le había «respondido» nada. Textualmente, mientras
se hallaba de visita en 1971 en Puerto España, Trinidad, hizo esta decla-
ración: «No he encontrado nada en la riqueza y la fama. Los problemas
son los mismos. Pasamos por el infierno y el cielo cada día. Ser famoso y
rico no responde nada».
¿No es este un testimonio revelador? Un cambio en el bolsillo no im-
plica un cambio favorable de corazón. Por lo general ocurre lo contrario,
es decir, cuando se pasa de la pobreza a la riqueza, ¡cuan fácilmente se
metaliza el alma y se pierde el sentido de lo espiritual! El amor a la ri-
queza suele avivar el materialismo y estimular la vanidad. No cabe duda
de que, ¡es una bendición ser rico y humilde a la vez!
Creo en el uso sabio del dinero 167
Piensa en esto: si el dinero no es es malo, entonces, ¿en dónde

está el problema? ¿Se puede ser rico y a la vez no perder la cabeza?
Si es posible, ¿qué se necesita hacer?
Muchos jóvenes al inicio de su vida profesional exclaman: «Si tan solo

tuviera más dinero:
¡La gente me respetaría más!
¡Podría hacer lo que deseo!
¡Podría pagar todas mis deudas!
¡No tendría que trabajar!
¡Mis problemas se resolverían fácilmente!
¡Todo el mundo me respetaría!
¡No sentiría tanta presión!
Muchos jóvenes se imaginan que ten-

drían mejor vida si tan solo tuvieran
más riquezas. Es
fácil creer que si po-
sees más dinero serás
más importante o ten-
drás más poder. Es tal
el afán de adquirir fama,
poder y dinero que mu-
chos jóvenes estarán dis-
puestos a sacrificar a la
familia, su salud física o aún
su propia integridad. Aunque
el dinero te puede ofrecer
todas esas cosas, te pregunto,
¿vale la pena tal sacrificio?
Lo que el dinero no puede comprar

Con dinero puedes comprar a las personas, pero nunca tendrás verdaderos amigos.
Con dinero puedes sobornar la lealtad de una persona, pero no conquistar su corazón.
Con dinero puedes comprar unos muebles, pero no el cariño de la familia.
Con dinero puedes comprar medicamentos, pero no la salud.
Con dinero puedes comprar un crucifijo, pero no la salvación.
Con dinero puedes comprar una casa, pero no un hogar.
Con dinero puedes comprar infinidad de cosas, pero nunca podrás comprar la felicidad.
El dinero facilita muchas cosas, pero no puede sustituir a Dios.
La banalidad de las riquezas

El doctor John D. Rockefeller fue uno de los hombres más ricos de los
Estados Unidos. Al morir, alguien le preguntó a uno de sus abogados
que administraban los asuntos legales de la familia: «¿Cuánta fortuna dejó
el señor Rockefeller?» La respuesta fue: «Lo dejo todo, no se llevó nada».
El joven triunfador se convence del valor real del dinero. Reconoce que
no ha traído nada a este mundo y por lo tanto, no se llevará nada el día
de su partida. Por eso es muy importante que hagas buen uso de tus re-
cursos económicos mientras estás con vida. No se trata de despreciar la
riqueza, Dios quiere que seamos prósperos, no obstante, el deber de todo
cristiano es usar bien esa riqueza. Salomón tenía razón cuando dijo: «La
riqueza del rico le salva la vida; el pobre jamás escucha amenazas» (Pro-
verbios 13: 8).

Tu actitud acerca del dinero
La Biblia tiene mucho que decirte acerca del dinero. Como ya los hemos
mencionado, el dinero no es bueno ni malo. De hecho, Dios quiere que tú
prosperes. Es la codicia de tener dinero lo que causa problemas en la vida
de las personas. Algunos jóvenes están inconformes con lo que Dios les
ha concedido, aunque la Biblia dice que Dios te ha dado todo lo que ne-
cesitas: «Por tanto, no anden afligidos, buscando qué comer y qué beber.
Porque todas estas cosas son las que preocupan a la gente del mundo, pero
ustedes tienen un Padre que ya sabe que las necesitan. Ustedes pongan su
atención en el reino de Dios, y recibirán también estas cosas» (Lucas 12: 29-31).
Dios siempre se preocupa por tus necesidades de alimento, ropa y
abrigo, por lo que te da talentos y capacidades para ganar un ingreso que
asegure tu sustento básico. La gran dificultad consiste en que siempre de-
seamos tener más cosas o mejores de las que ya tenemos, y no es malo
buscar el progreso económico, el dilema es cuando te domina una sed
insaciable por tener y poseer. Lo paradójico de todo esto es que muchas
veces puedes tener todo lo que necesitas, lo mejor, pero, aun así, nunca
lo disfrutas. Fue muy sabia la declaración del famoso escritor inglés Al-
dous Leonard Huxley cuando dijo: «El dinero no reporta ninguna satis-
facción cuando hay que trabajar para ganarlo;
puesto que trabajando para conseguirlo no que-
da tiempo para gastarlo».
En muchas ocasiones es difícil aceptar lo que
tienes cuando otros tienen más de lo que nece-
sitan, es ahí donde la envidia y la necesidad por
competir y compararse con otros juega un pa-
pel muy importante; tal actitud genera en el
corazón de cualquier joven una profunda insa-
tisfacción. Es tal la frustración que siente, que
requiere conseguir a toda costa un nivel de
vida que no le corresponde con tal de no verse
humillado ante los demás. Por lo tanto, toma
un atajo seductor: se endeudas, usa tus tarjetas de crédito con el único ob-
jetivo de simular un tipo de vida que nunca ha poseído. Esta conducta se
vuelve incontrolable, enfermiza y repetitiva, generando una especie de adic-
ción que va más allá de todo límite, pues destruye amistades y familias.
Muchas veces Dios no te da más para que puedas vivir en forma ex-
travagante. Él te da lo que necesitas, y a veces te da más para que lo pue-
das compartir con los necesitados. El deseo de tener más riquezas puede
ser tan prioritario en tu vida que puedes perder de vista lo que Dios quie-
re para ti. La Biblia te advierte de los peligros que enfrentas cuando solo
confías en la riqueza en lugar de confiar en Dios (1 Timoteo 6: 9).
El peligro de amar el dinero

Un día, el rabino Eglón recibió la visita de un hombre muy religioso, muy rico y avaro.
El rabino lo llevó a una ventana.
¿Qué ves? —le preguntó. Veo gente —le respondió el rico.
Entonces el rabino lo llevó ante el espejo.
¿Y ahora qué ves? —volvió
a preguntarle. Me veo a mí
mismo —le contestó el
otro.
El rabino entonces le
dijo: «Pues, en la ven-
tana como en el espejo,
hay un cristal; sólo que el
del espejo se halla recu-
bierto por una capa de plata
y, a causa de la plata, no se ve
al prójimo, sino se ve uno a sí
mismo. Esa es la desgracia que
acontece al que se deja cegar por el
amor al dinero».

Tesoros en el cielo
Lo que hacemos aquí en la tierra es
como un depósito en el banco del
cielo. Esto no quiere decir que pode-
mos comprar la salvación. La salvación so-
lo se recibe por fe, no por algo que hayamos
hecho. Mas bien tiene que ver con el impacto de
mis acciones no solo en esta vida, sino en la ve-
nidera. Dios llama riquezas a nuestras buenas
obras porque ellas glorifican y exaltan su nom-
bre tanto en el cielo como en la tierra. La clave
para estar satisfecho en la vida es estar contento con lo
que Dios te otorga y administrarlo de forma sabia a fin de que produzca
resultados no solo temporales sino eternos.
Dado que Dios se preocupa por todas tus actitudes, también está in-
teresado en la manera que piensas y actúas con relación al dinero. Eso para
Dios es muy importante. Quizás tengas bastante dinero y suficientes cosas,
o tal vez te encuentres en una crisis económica. La diferencia será tu ac-
titud acerca del dinero. Pues ella puede afectar tu relación personal con
Dios. En ocasiones Dios permite que pases por tiempos difíciles para
captar tu atención y de esta manera puedas formar una correcta aprecia-
ción de las prioridades en esta vida.
Dios suple todas nuestras necesidades

El apóstol San Pablo declaró en cierta ocasión: «Por lo tanto, mi Dios les
dará a ustedes todo lo que les falte, conforme a las gloriosas riquezas que
tiene en Cristo Jesús» (Filipenses 4: 19). Si deseas ser un triunfador, debes
tener la firme convicción de que Dios te ama y quiere lo mejor para ti.
Dios comenzó a proveer para tus necesidades desde la eternidad, antes
de que nacieras. Sin embargo, el vio cómo la humanidad se apartaría de Dios
y necesitaría de un Salvador para restaurarlo. Por esa razón envió a Jesu-
cristo al mundo. Él pagó el precio por los pecados tuyos y míos, y ahora
está sentado a la diestra de Dios en el cielo, intercediendo por ti y por mí.
Todo lo que tenemos que hacer para recibir la paz es creer en él y en el

sacrificio que hizo por nosotros.
Recuerda que cuando permites que Dios dirija tu vida tendrás mayor
seguridad de que todas las decisiones que tomes en la vida con respecto
al dinero serán correctas, prudentes y sabias.
Estudio bíblico
¿Por qué es importante administrar correctamente tu dinero?
Proverbios 27: 23–27
_________________________________________________________
_________________________________________________________
De acuerdo con el libro de Proverbios, ¿qué actitud asume
un joven que no usa sabiamente su dinero? Proverbios 29: 3
_________________________________________________________
_________________________________________________________
Al momento de administrar tu dinero, ¿que es lo que debes tomar
en cuenta, según el sabio Salomón? Proverbios 7: 24
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Cuál es la forma incorrecta de hacer dinero? Proverbios 28: 8
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Cuál debe ser la oración del joven que desea administrar
sabiamente su dinero? Proverbios 30: 8
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Frase célebre
«Pobre no es el que tiene poco
sino el que mucho desea».
Lucio Anneo Séneca
sa e n e st o
Pien ino, señor feud
al de Fr an ci a un tie m po, se sintió lle
gar a las
ra verlos por
Cuando Mazar traj es en to do s sus tesoros pa
uerte, mandó le
puertas de la m
museo de arte.
última vez. os trad or de riquezas y en un
nvirtió en un m sobre la
Su cámara se co aj ad os , cr is pa ba sus manos
con ojos desenc ¡Y pensar que
Mirándolo todo pe ns ar qu e lo pierdo todo!
a, y gemía: —¡Y
ropa de su cam
do!
lo he de dejar to
arino, el avaro.
Y así murió Maz
a tu familia
o d e ja rá s al mundo,
¿Qué le g a d e tu vida?
l d ía q u e la muerte arrib
y la iglesia e
Capítulo
12
Creo que debo cultivar

una actitud positiva
hacia la vida
«Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse;
Mas los impíos caerán en el mal».
E
(Proverbios 24.16 RVR60).
N CIERTA OCASIÓN un equipo de bás-

quetbol de la escuela de bachillerato no
estaba logrando una buena temporada, así
que un día el entrenador tuvo una de esas reunio-
nes con el equipo en la que todos los jugadores
estaban en silencio y escuchando. Él insistía con-
tinuamente en la relación que
hay entre la actitud del equipo
y el registro de victorias y derro-
tas. Las palabras del entrenador
fueron muy claras y directas: «Mu-
chachos, sus capacidades dicen
“ganaremos”, pero sus actitu-
des dicen “perderemos”. ¡Si quie-
ren triunfar no pueden vivir así!»
( 175 )
¡Cuántos jóvenes viven de esta manera! Jóvenes con grandes capacida-

des, pero su problema fundamental es que tienen una mala actitud, se dan
por vencidos antes de comenzar cualquier reto o desafío que emprendan, ante
el primer obstáculo se rinden. Sus propios pensamientos los derrotan an-
tes de empezar.
Un día le pregunté a un joven «¿Por qué no le hablas a esa linda chica?»
«Porque estoy seguro de que me va a rechazar, tengo miedo de que me
diga que no», dijo el joven temeroso, lamentablemente así piensan mu-
chos jóvenes inseguros, pero ante un
lindo desafío como este, cuando quie-
res conocer a alguien ¿cómo sabes que
te va a rechazar? ¿Por qué te sientes de-
rrotado antes de comenzar? Y si así
fuera, ¿qué es lo peor que te puede pa-
sar? Recuerda, el justo puede caer, su-
frir derrotas o equivocarse, no obstante,
se levanta porque su confianza no es-
tá en sus propias fuerzas, sino en la sa-
biduría de Dios.
La actitud es un sentimiento inte-
rior expresado en la conducta. Es por
eso que a la actitud se le puede per-
cibir aunque la persona no diga una
sola palabra. ¿No hemos visto la cara
hundida del malhumorado, o el ros-
tro que está convencido de que puede
lograr lo que se propone? De todas las cosas que usamos, nuestra expre-
sión es la más importante. Pero esa expresión se encuentra nutrida por la
fuerza interna que hay tu mente, cuando existe el deseo de seguir luchan-
do a pesar de la adversidad.
La Biblia nos enseña que «Jehová no mira lo que mira el hombre; pues
el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón»
(1 Samuel 16: 7, RV60). «Engañoso es el corazón más que todas las cosas y
Creo que debo cultivar una actitud positiva hacia la vida 177
perverso; ¿quién lo conocerá?» (Jeremías 17: 9, RV95). Estas declaraciones
expresan nuestra incapacidad para saber con seguridad cuáles son las emo-
ciones que hay dentro de alguien. Pero pese a que no podemos juzgar a
otros por su expresión interior, muchas veces las manifestaciones exte-
riores son «una ventana del alma».
Si deseas ser un joven triunfador, sería bueno hacerle caso al sabio Sa-
lomón, «Buen remedio es el corazón alegre, pero el ánimo triste resta ener-
gías» (Proverbios 17: 22 ). Un corazón alegre genera una actitud positiva
y esto no es el resultado de las fuerzas azarosas del destino, sino del es-
fuerzo deliberado y consciente por enfrentar la vida como un desafío, no
como una tragedia. Dios no te llamó para que sigas así como te encontró,
sino para renovar tu pensamiento y ser valiente.
Recuerda que la configuración de tu vida no es lo que haces de vez en
cuando, sino cuando lo haces de forma constante. La repetición es la madre
de la destreza. Cada día que pasas haciendo algo, mejoras; cada día que
lo haces, también pierdes algo. No hay misterio. A fuerza de repetir una
y otra vez la misma tarea se acaba interiorizando, asi-
milando y dominando. Cada día que hablas en pú-
blico, estás más suelto; cada día
que vas al gimnasio, el músculo
adquiere más fuerza; cada vez
que practicas inglés, hablas con
más fluidez. Cada hora que pasas haciendo algo, lo
haces mejor. Recuerda que para tener éxito no hay
que hacer cosas fuera de lo normal, pero sí requie-
re hacer ciertas cosas hasta el cansancio. Por que la
actitud correcta nos impulsa a perseverar y a no dar-
nos por vencidos aunque que la cima sea difícil de
ascender.
Por consiguiente, si quieres alcanzar cualquier
objetivo que te propongas, tienes que cultivar
varias actitudes y todas ellas deben ser positivas.
Una vez que las desarrolles diariamente, estas
se pueden tornar en hábitos. Vea-

mos algunas de las actitudes, que
son importantes para todo joven
que desea ser un triunfador:
1. La disciplina. Cualquier cosa que
desees alcanzar en esta vida, requiere de
fuerza, lucha, constancia y sacrificio.
Nada que valga la pena es gratuito. Pe-
ro tal entrega, tarde o temprano, te con-
duce a una recompensa. Quizá esto
implique levantarse más temprano, estar
más ocupado, vivir con ciertos hora-
rios o practicar mucho. Lo que sea,
cualquier esfuerzo que te dote de una virtud, ha-
bilidad, competencia cualidad o hábito positivo,
vale la pena. La disciplina forma tu carácter, te pro-
tege de la ociosidad y te ayuda a desarrollar el do-
minio propio. Esta cualidad es una virtud muy
importante porque te proteje de todo tipo de adic-
ciones, saber decir no, usar moderadamente lo bue-
no y abstenerse de todo lo malo, te permite gobernar sabiamente
tu vida. «Más vale ser paciente que valiente; más vale vencerse uno
mismo que conquistar ciudades» (Proverbios 16: 32).
2. Aprender de los fracasos. Hoy a muchos jóvenes no les gusta «per-
der», es más, no saben «perder», no quieren fracasar, no superan la
frustración de que otra persona los supere o simplemente de que las
cosas no funcionen como ellos esperaban. Pero es que no se trata de
que te superen o de que fracases, se trata de entender que en la vida
no siempre vas a ganar, de que no lo puedes tener todo, de que a
veces la vida no es simplemente como quisiéramos. Tienes que com-
prender que cada derrota que tengas en tu existencia es una supre-
ma forma de aprendizaje. Recuerda, tú nunca vas a intentar nada
en la vida si no estás dispuesto a fracasar. Ahora bien, el fracaso es
una oportunidad de reinventarte, de reconstruirse, no se trata de
que la evites, se trata de aprender. Tampoco se trata de que tu ten-
dencia en la vida sea solo fracasar, la idea principal es que de los fra-
casos aprendas, a fin de que cada día te superes y mejores.
Piensa en esto: si la excelencia es un proceso con forma

de escalera, las crisis y las dificultades son sus primeros escalones.
3. Cultiva una actitud positiva. No olvides que la genuina actitud po-

sitiva no la puedes producir por ti mismo, es el fruto de la fe en Dios,
es algo que se va gestando poco a poco, en la medida que aprendes
a ser amigo de Dios. Proverbios declara que «El camino de los justos
es como la luz de un nuevo día: va en aumento hasta brillar en todo
su esplendor» (Proverbios 4: 18). Así es la fe en Dios, es algo que
crece y va en aumento. Una relación sólida
con Dios te abre el entendimiento y te
ofrece sabiduría; ahora comprendes
que eres parte de un plan maravi-
lloso que él trazó para ti. Cuan-
do ves la vida de esa manera,
ahora sabes que cualquier
cosa que te suceda, sea bue-
na o mala, siempre será de
aprendizaje; pero sobre todo,
sabrás que puedes contar con
Dios en todo lo que hagas por-
que haces su voluntad y él te bendi-
ce con su presencia. Esa presencia te conforta, te
guía, te protege y te ayuda. Proverbios ofrece es-
te precioso consejo: «Cuida tu mente más que
nada en el mundo, porque ella es fuente de vida, (Pro-

verbios 4: 23). Evita el decir cosas falsas; apár-
tate de la mentira. Mira siempre adelante, mira
siempre de frente. Fíjate bien en dónde pones
los pies, y siempre pisarás terreno firme. No te
desvíes de tu camino; evita el andar en malos
pasos (Proverbios 4: 23–27). Así que en lugar
de vivir lamentándote acerca de por qué siem-
pre te suceden cosas malas, mejor ¡Levántate,
camina y anda! Que la vida es muy bella con Dios
a tu lado
Reflexiona
¿Qué es una actitud?
Es la promotora de nuestro verdadero yo.
Sus raíces son internas pero su fruto es externo.
Es nuestra mejor amiga o nuestra peor enemiga.
Es más honesta y consecuente que nuestras palabras.
Es una apariencia exterior basada en nuestras experiencias pasadas.
Es algo que atrae o repele a la gente de nosotros.
No está satisfecha hasta que no se expresa.
Es la bibliotecaria de nuestro pasado.
Es la oradora de nuestro presente.
Es la profetiza de nuestro futuro.
John Maxwell
Quiero destacar el consejo que da Salomón a los jóvenes que desean triun-
far, el dice: «Cuida tu mente». No olvides que tu mente dirige tu vida. Tu
modo de actuar depende de un cierto modo de pensar. Tus pensamientos
determinan tus sentimientos que dan lugar a ciertos comportamientos que
se traducen en unos u otros resultados. Fomentar una actitud positiva, te
lleva a obrar bien; pensar de manera deficiente te lleva a tener actuaciones
muy por debajo de tu verdadero potencial. Los pensamientos positivos
(o negativos) nos impulsan (o reprimen) hacia metas más (o menos) altas.
El joven que desea triunfar vive en continuo diálogo con Dios, satura
su mente con verdades bíblicas y cultiva pensamientos de gratitud y con-
fianza en las promesas de Dios. Estos ejercicios mentales y espirituales te
elevan a un estado de ánimo propicio para tener un comportamiento óp-
timo que desemboca en resultados excelentes. Recuerda que el éxito es, en
primer lugar, algo mental, si no ganas esa batalla, estás perdido, eres esclavo
de tus propios miedos, temores e inseguridades y estás destinado
a la derrota antes de la batalla. Lamentablemente muchos de esos
temores cultivados en tu fecunda imaginación no son reales. Si
deseas cambiar las circunstancias, tienes que cambiar tu forma de
pensar, en otras palabras, tienes que cambiar tu actitud.
Piensa en esto: La primera condición para el éxito es tener sed

de Dios.
La cuestión no es si algo es o no es posible, sino cómo conseguirlo y co-

mo desarrollar una actitud adecuada. Y para ello lo que hay que hacer es
ponerse en movimiento e ir corrigiendo sobre la marcha y sin desistir.
Ensayo y error, hasta dar con la solución adecuada. Cada llamada que
haces, cada materia que cursas, cada oportunidad que buscas, cada puer-
ta que tocas, cada contacto que realizas, abre las posibilidades y alterna-
tivas. ¿Cuál es el peor escenario que te puede acontecer? Es quedarte
quieto, parado o inmóvil esperando ver que algo suceda, cuando en rea-
lidad solo sucederá si te arriesgas y lo haces. Por favor, no dejes que tus
miedos y complejos te aprisionen. Casi cualquier acción es mejor que no
hacer nada. El secreto de avanzar resi-
de siempre en creer que con Dios todo
es posible y comenzar, no dejar que la
pereza y el miedo te paralicen. «Anda
a ver a la hormiga, perezoso; fíjate en
lo que hace, y aprende la lección: aun-
que no tiene quien la mande ni quien le
diga lo que ha de hacer, asegura su co-
mida en el verano, la almacena durante
la cosecha (Proverbios 6: 6–8). Éste es
quizá el consejo más importante en los
procesos de desarrollo personal. Salo-
món lo sabía por eso lo escribió.
Querido joven, una verdadera deci-
sión se puede medir por el hecho de que
has pasado a la acción. Si no hay acción,
eso quiere decir que no has decidido nada realmente. La acción es la hija
de una actitud positiva y es la verdadera medida de la inteligencia prácti-
ca. Da igual lo que pienses, lo que digas o lo que planees, lo importante es lo
que haces. La única forma de que se produzca un cambio en tu vida es de-
jar que Dios tome el control de tus pensamientos y decidas actuar.
El desaliento de Martín Lutero

Una vez estaba yo penosamente intranquilo por mis propios pecados, por la maldad
del mundo, y por los peligros que rodeaban a la iglesia. Entonces mi esposa, vestida de
luto, se acercó a donde estaba yo, y con gran sorpresa le pregunté quién había muerto.
Con sus respuestas tuvimos el diálogo que sigue:
—¿No sabes? ¡Dios en el cielo ha muerto!
—Pero, ¿cómo puedes decir semejante desatino, Catalina? ¿Cómo puede Dios
morir? ¡Él es inmortal!
—¿Es cierto esto?
—¡Indudablemente! ¿Cómo puedes dudarlo? ¡Tan cierto como que hay Dios en
el cielo, es que él nunca morirá.
—Y, entonces ¿por qué estás tan desalentado y abatido?
Comprendí cuán sabia era mi esposa y dominé mi pesar.
La confianza en Dios es el mejor
combustible para tener una
actitud positiva hacia la vida.
Es muy fácil echarle la culpa de nuestras desgracias y fracasos a otros,

o a las circunstancias adversas que se presentan, pero la verdad es que tu
futuro comienza a forjarse cada mañana cuando te levantas de la cama. Y
es que el futuro no es más que el resultado de tus decisiones y acciones pre-
sentes. Por tanto, hacer lo que tiene que hacerse hoy te pone en la senda
adecuada para conseguir mañana lo que deseas conseguir. No centres tu
atención en los errores pasados, sino en las posibilidades futuras. Todo el
mundo tiene capacidad para cambiar de actitud y mejorar, porque siem-
pre existe la oportunidad de aprender. Pero sobre todo, mantén la dispo-
sición de aprender sobre la sabiduría de Dios, porque si lo haces has
encontrado la vida, la misma sabiduría lo atestigua: «Porque hallarme a
mí es hallar la vida y ganarse la buena voluntad del Señor» (Proverbios
8: 35). Esa es la mejor actitud que puedes asumir en la vida.
Solo cuida el entorno donde te desenvuelves si realmente quieres me-
jorar tu actitud. La sabiduría popular lo expresa de la siguiente manera:
«Si vives entre codornices, es muy difícil aprender a volar como las águi-
las». Como dijo el gran diplomático y cortesano del Renacimiento, Nicolás
Maquiavelo : «Todo hombre que intente ser bueno todo el tiempo termi-
nará arruinado entre la gran cantidad de hombres que no lo son». Hay
entornos tóxicos y entornos estimulantes; entornos que empujan hacia
arriba y aquellos que jalan hacia abajo; entornos que alimentan la con-
fianza y entornos que alimentan el miedo; entornos que sacan lo mejor de
uno mismo y entornos que reprimen el potencial que tienes en tu interior.
No hay nada peor en esta vida que estar rodeado de personas pesimistas,
quejumbrosas, victimistas y derrotistas, que han hecho de las excusas y la
negatividad un estilo de vida. Amigos cuyas vidas no inspiran porque siguen
atrapados en sus propios vicios y no quieren salir de donde se encuentran.
Recuerda apreciado joven, el entorno es la tierra en la que te cultivas,
y unas tierras son fértiles y otras estériles. Cuida escrupulosamente con
quién pasas tus horas. «No te hagas amigo ni compañero de gente vio-
lenta y malhumorada, no sea que aprendas sus malas costumbres y te
eches la soga al cuello» (Proverbios 22: 24-25).
Finalmente, no olvides que la actitud determina el enfoque de nuestra
vida. La historia de dos baldes subraya esta verdad. Uno era optimista y
el otro era pesimista. «No
hay una vida tan decepcio-
nante como la mía», dijo el
balde vacío mientras se aproxi-
maba al pozo. «Siempre me alejo del
pozo lleno, pero regreso a él vacío».
«Nunca ha habido una vida tan feliz como la
mía», dijo el balde lleno cuando se
alejaba del pozo. «Siempre vengo al
pozo vacío, pero me voy de él lleno».
Nuestra actitud nos dice lo que esperamos de
la vida. Si nuestra «nariz» apunta hacia arriba,
estamos ascendiendo; si apunta hacia abajo po-
demos estrellarnos. Recuerda que la elección depende de
ti, pero con Dios a tu lado no puedes elegir mal.
Estudio bíblico
¿Por qué es importante tener una actitud positiva en la vida?
Proverbios 15: 15
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¿Qué razón tenemos para cultivar una actitud positiva?
Proverbios 16: 9
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¿Por qué la negatividad y el pesimismo puede afectar tu vida?
Proverbios 17: 22
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¿Qué gran ventaja tienes cuando tu actitud es positiva a pesar
de los momentos adversos que enfrentas? Proverbios 18: 14
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¿Cuál es la fuente de toda buena actitud? Proverbios 2: 3-6
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Frase célebre
«Lo importante no es cómo de modesta es la salida,
sino cómo de triunfante es la llegada».
sa e n e st o
Pien es difícil ente nd er la ne ce da d. La necedad de
ver lo bueno y
e pensar que
La verdad, me re s y no ap render de ellos. D
de cometer erro son
preferir lo malo; e los adoquines
co ns ej os, mientras qu
an dan muy m alos r la ve ad.
rd
los que nos am en tira en lu ga r de liberarnos po
em
vivir en constant ional .
muy sabios. De nt id o y optar por lo irrac
que no tie ne se dos hemos
De hacer aquello y en al gu no s momentos to
die es perfec to cree
Desde luego, na ceguera, porque
d a su m áx im o nivel provoca
sido necios, pero
la neceda cto al desastre.
se gu ro au nque vaya dire la dis-
que se dirige a
un pu erto
el sin se nt ido de todo sentido;
es
que la necedad de la filosofía.
Mi conclusión es de la re al id ad y el sofisma
ía; el subrealism
o os? Tal
topía de la utop r a es tu di ar el libro de Proverbi
za
or qué no empe
Querido joven ¿P nar la necedad.
po dr íam os em pezar a ab do an
vez así,
Capítulo
13
Creo que con Dios

puedo triunfar
«Cuida tu mente más que nada en el mundo,
porque ella es fuente de vida». (Proverbios 4: 23).
S
EAMOS SINCEROS, existen momentos en
nuestra vida en los que no nos gustan mu-
chas cosas de nosotros mismos. Quizá sea
nuestro cuerpo delgado, robusto o gordito, o tal vez
sea nuestra cara afeada por esa espantosa espini-
lla. Pero, ¿por qué tenemos esas sensaciones de
inconformidad?
Existen algunos posibles motivos:
• La disfuncionalidad de la familia
donde creciste.
• Tu padre que nunca quedó
satisfecho con lo que hacías y
te etiquetó como un perde-
dor o simplemente te aban-
donó y creciste sin él.
( 189 )
• Tus padres que te transmitieron todos sus miedos e inseguridades

sin saber lo que hacían.
• Los compañeros de la escuela que se encargaron de hacer de tu es-
tancia en la escuela un verdadero infierno y se burlaban de tu apa-
riencia física mediante un apodo hiriente.
• Algunos maestros que desquitaron todas sus frustraciones persona-
les lastimando tu valía personal.
• Los videos musicales y películas cuyas imágenes presentan a los pro-
tagonistas con un cuerpo escultural, algo de lo cual tu careces por-
que no encajas en sus estereotipos de belleza.
• Las hermosas modelos cuyas figuras esqueléticas opacan tus mejo-
res intenciones de bajar de peso.
Creo que con Dios puedo triunfar 191

Sea lo que fuere, cuando te comparas con otras personas corres el ries-
go de devaluarte. Pero el verdadero problema no está en tu color de piel,
ni en la gordura, ni en la altura, ni en la forma como está constituido tu
cuerpo. El problema está en las mentiras que tú crees y que las aceptas como
verdaderas.
Las personas te lastiman, algunos maestros te etiquetan y los programas
de televisión te deslumbran, porque te venden una falsa idea de belleza
y te la repiten muy a menudo. Y cuando esa idea se repite tantas veces, tú
la recibes, entonces germina en tu mente y la acepta como verdadera, aun-
que sea completamente falsa. El sabio Salomón lo sabía cuando declaró:
«Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él» (Proverbios 23: 7,
RVR60).
Entonces, como resultado tenemos…
• Al joven, cuyo color de piel es

morena, pero desea tener la
piel blanca.
• La joven que desea ser rubia

y tener un cuerpo escultural
porque su cuerpo no en-
caja con el prototipo de la
mujer perfecta que los me-
dios de comunicación pro-
yectan en las plataformas
digitales.
• El gordito que trata de lla-

mar la atención con menti-
ras y bromas sarcásticas
porque nadie se fija en él.
• La chica que se entrega al novio porque piensa que es la única per-

sona que puede amarla.
• La linda joven que se siente incómoda de sus pies defectuosos.

• El joven de gran estatura que desea ser chaparro para no llamar la
atención y no sentirse avergozando por su «defecto físico».
• La chica «rara» que se corta la venas porque ya no le encuentra
sentido al vida.
• La joven que se toma fotos candentes en las redes para recibir más likes.
• El joven que se refugia en los libros porque no es bueno en los de-
portes.
• El joven que usa la violencia para impedir que nadie lo lastime.

Sea cual fuere tu caso, el problema no eres tú, el problema es la falsa
idea que sembraron en tu mente y que tú aceptastes como verdad inmu-
table. Aunque no lo creas a nuestro cerebro se le engaña muy fácil. Y lamenta-
blemente existen personas que viven una mentira como si fuera verdad
toda su vida.
La oración de un joven triunfador
Señor, dame la fuerza para cambiar lo que puedo cambiar y aceptar lo que tenga que
aceptar.
Señor, dame una actitud positiva que derive de una fe genuina en Jesús.
Señor, dame el coraje para levantarme a pesar de mis fracasos.
Señor, dame la oportunidad de conocerte y no de conformarme con una religión
ritualista y superficial.
Señor, dame la perseverancia para buscar la excelencia a fin de glorificar tu nombre
y las agallas para no exaltar mi arrogancia.
Señor, dame el valor para no creer las mentiras
que la gente trata de meterme en la cabeza cuando
me desprecia o se burla de mi.
Señor, dame la humildad para aprender de mis
errores y saber de dónde vengo.
Señor, dame el valor para no desestimarme y
ayúdarme a creer que mi cuerpo es producto de un
Creador Omnipotente.
Señor, dame la fortaleza para no rendirme
ante ninguna adversidad y poder para ser fiel
en las pruebas que vendrán.
Señor, dame la dicha de verte de nuevo con un
corazón transfomado y recibir de ti la corona de vida.
Querido joven, entiende de una vez por todas que tú no eres un per-
dedor, tú no eres un inútil, tú no eres una persona poco atractiva. Sim-
plemente eres… y la belleza es una construcción social, es decir, cada
cultura y sociedad la definen como quieren. Así que si dejas que el ambien-
te imponga sus criterios de lo que es ser «perfecto, bello o hermoso», o te
orientas por lo que te dicen de forma despectiva, creo que te estás condu-
ciendo por una ruta equivocada. Lo más importante y lo más fiable no
es lo que tú piensas u otros piensan de ti, sino lo que Dios piensa de ti y

lo que él declara lo puedes encontrar en su Santa Palabra: «Miren cuánto
nos ama Dios el Padre, que se nos puede llamar hijos de Dios, y lo somos.
Por eso, los que son del mundo no nos conocen, pues no han conocido a
Dios. Queridos hermanos, ya somos hijos de Dios. Y aunque no se ve to-
davía lo que seremos después, sabemos que cuando Jesucristo aparezca
seremos como él, porque lo veremos tal como es. Y todo el que tiene esta
esperanza en él, se purifica a sí mismo, de la misma manera que Jesucristo
es puro» (1 Juan 3:1–3).
En este pasaje bíblico Dios te dice dos cosas maravillosas. En primer
lugar la Biblia te declara que Dios es tu verdadero Padre. Tan cierto y
verdadero es, que él quiere enseñarte: «Hijo mío, atiende la instrucción
de tu padre … pues serán para ti un bello adorno: como un collar o una
corona» (Proverbios 1: 8–9).
Todos tenemos un padre, y sin duda lo queremos mucho, pero nuestro
padre no es perfecto y a veces falla (por cierto que muy a menudo, sobre
todo en estos tiempos). Dios nunca te decepcionará.
Él sabe ser un verdadero padre. Pero no solo eso,
él es un padre que te ama. No importan tus fra-
casos, no importan tus derrotas, no importan
tus miedos, ni tus pecados, no importan tus
desatinos, él te ama y eso es todo. Cuando
tu aceptas esta idea de Dios y la susti-
tuyes por las mentiras que te hicieron
creer desde pequeño, la confianza
en Dios te ofrece seguridad y te
hace ver que él no hizo de ti un
perdedor.
Piensa en esto: Dios es perfecto y nunca se equivoca, por lo

tanto, no perdió su tiempo creando un perdedor. Dios te creó porque eres
un triunfador, una persona que fue creada para crecer y superar todo obs-
táculo y derrota.
Saber que él te ama es como hacer un acto de acrobacia en la montaña

más peligrosa del mundo, no obstante, estás confiado de que abajo del abis-
mo hay una inmensa red que no solo te sostiene, sino que te impulsa para
volver a intentarlo si por alguna razón fallas, así es el amor de Dios.
En segundo lugar, Dios te ha constituido en su auténtico hijo. Esta no
es una promesa, es una realidad que se cumple hoy si acep-
tas a Jesucristo como tu salvador personal. Y digo
que lo tienes que aceptar de manera personal,
porque a menudo ir a la iglesia y cumplir con
ciertas normas y portarse bien no significa
que tengas una relación auténtica con
Dios, por consiguiente, lo tienes que acep-
tar tú, no tus padres, no tu pastor, no tus
amigos, solo tú. Y la Biblia te abre la opor-
tunidad de conocer a Dios para que puedas
entenderlo mejor; mientras que la oración no
se convierta en un ritual mecánico, sino en la ge-
nuina oportunidad de abrir tu corazón ante Dios a fin
de que derrames tu miedos, fobias, temores, angustias y alegrías.
Cuando tu aceptas a Jesús diariamente como el Salvador de tu vida, ocu-
rre un transformación mental, física y espiritual y no solo un cambio ex-
terno de conducta. Por lo tanto, si eres hijo de Dios entonces no tienes más
razones para devaluarte. No tienes porque compararte con otros. Ni anhe-
lar algo que no tienes, porque en Dios lo tienes todo. De manera que ser
hijo de Dios es creer que puedes cambiar lo que hay que cambiar a fin de
buscar la excelencia y aceptar lo que no puedes cambiar. ¿Pero qué puedes
cambiar?
• Si no te gusta tu cuerpo entonces… haz ejercicio, ve al gimnasio y
cambia de alimentación porque tu cuerpo es templo del Espíritu
Santo (1 Corintios 3: 16).
• Si no te gusta ser ignorante…en-
tonces cultiva tu mente, lee libros, es-
cribe y aprende un idioma, múltiplica
tus talentos no los entierres (Mateo
25: 22-29).
• Si no te gusta tu manera de ser…
vence tus miedos mediante un tra-
bajo y adquiere seguridad, aprende
a vestirte y hablar en público; toma
un diplomado, practica un oficio, o
desarrolla una destreza como el
canto o la música.
En fin, ser hijo de Dios no significa sentarte en el sillón de la mediocri-
dad, demanda que te esfuerces, desarrolles todas tus capacidades y talen-
tos, y des lo mejor de ti mediante una disciplina férrea a fin de buscar la
excelencia, porque el genuino hijo de Dios cree que la excelencia es la me-
jor forma de adorar a Dios. Recuerda que tú eres mayordomo de Dios, es
decir, eres un administrador de los grandes dones y talentos que Dios te ha
dado. Por cierto que si no conoces cuáles son tus talentos, es importante
que participes en la iglesia en sus diversas actividades y con el tiempo, los
mismos miembros y tus propios familiares te diran cuáles son.
Piensa en esto: El éxito no espera al final de la calle del miedo,

sino al final de la calle del atrevimiento.
Por su puesto que tambien tendrás que reconocer que hay algunas cosas
que no podremos cambiar, son actitudes o rasgos físicos que tal vez no nos
gustaría tener o poseer en nuestro cuerpo o algún rasgo de nuestro carácter
defectuoso, no obstante, para el hijo de Dios esto no es motivo de desaliento
porque ha aprendido que las debilidades son las oportunidades de Dios para
mostrar su poder. Por consiguiente, las cosas que no puedes cambiar, las
aceptas y aprendes a vivir con ellas, pero eso no debe quitarte el gozo de
vivir ¿Por qué? Porque la felicidad de un joven cristiano no depende de las
circunstacias que le rodean, sino en el hecho de que es hijo de Dios y cuan-
do Jesucristo aparezca de nuevo serás como él, porque le verás tal como es
él. De manera que sin importar tu constitución física, o tus logros personales,
Dios puede hacer de toda expericencia positiva o negativa una oportuni-
dad de crecimiento para tu existencia. ¿No lo crees?
• Tampoco Sansón lo creyó cuando estuvo ciego, pero al final, con-
siguió una gran victoria para el pueblo de Dios.
• Tampoco Pedro lo creyó cuando negó a Jesús tres veces, pero al
final, fue una gran apóstol para la iglesia de Dios.
• Tampoco David lo creyó cuando cayó con Betsabé en adulterio,

pero de ellos vino el linaje del Mesías.
• Tampoco José lo creyó cuando estaba en prisión, sin embargo, fue
el segundo en poder después de Faraón rey de Egipto.
¿Lo sigues dudando? No creas más mentiras, acepta la verdad: Con
Dios a tu lado nunca te podrás rendir. Porque los hijos de Dios son como
«la luz de un nuevo día: va en aumento hasta brillar en todo su esplendor»
(Proverbios 4.18 ).
Estudio bíblico
¿Qué actitud debe asumir el joven triunfador si desea superarse
en la vida? Proverbios 12: 1; Proverbios 10: 17
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Qué es lo que a Dios le agrada y aborrece de una persona?
Proverbios 11: 20
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Por qué nunca debemos de rendirnos ante los problemas?
Proverbios 24: 16
_________________________________________________________
_________________________________________________________
¿Qué dos cosas debemos pedir a Dios que nos conceda
para ser verdaderos triunfadores? Proverbios 30: 7-9
_________________________________________________________
_________________________________________________________
Frase célebre
«Nunca te des por vencido, ni aun vencido».
n sa e n e st o
Pie el cansansio;
Aunque sientas
o te abandone;
aunque el triunf
r te lastime;
aunque un erro
cio se quiebre;
aunque un nego
ción te hiera;
aunque una trai ;
sión se apague
aunque una ilu ;
r queme los ojos
aunque el dolo
tus esfuerzos;
aunque ignoren ;
itud sea la paga
aunque la ingrat e tu risa;
nq ue la in co mprensión cort
au
rezca nada;
aunque todo pa s.
zar! No te rinda
¡Vuelve a empe .
Cecilia Prezioso
«Eres demasiado valioso

como para devaluar tu
existencia»
Y recuerda:
si haces de este
credo una filosofía
de vida, serás
un verdadero
triunfador.

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LIBRO CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR.

qxp_LIBRO CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR 18/11/20 10:26 Página 1

Nombre del autor:

Agencia de Publicaciones México Central, A.C.

Queda prohibida y penada, por las leyes internacionales de protección de la propiedad

Primera edición: octubre 2016.

Copyright de la edición en español © 2021

10 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR

sus estudios, de madurar física y emocionalmente y de elegir bien al hombre

Ptr. Roberto Herrera

14 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR

parte de un credo que si lo asimilas y lo haces parte de tu estilo de vida no-

fama, poder y riqueza material, sino como la Pala-

16 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR

principios prácticos para la vida. Pero sobre todo, se constituyen en la me-

Pablo Partida Gómez

Creo que debo

N ARGRICULTOR RECORRÍA con su pe-

20 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR

Creo que debo cultivar la humildad 21

22 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR

La experiencia enseña que los seres humanos pecamos a menudo de

Creo que debo cultivar la humildad 23

24 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR

Si deseas ser un genuino triunfador de la vida, debes tener la actitud

Creo que debo cultivar la humildad 25

Piensa en esto: ¿Qué principios de humildad podemos aprender

Humildad para vivir

26 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR

La falta de humildad no te permite tomar decisiones temprano en el pro-

Creo que debo cultivar la humildad 27

28 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR

¿Qué bendición promete Dios a todos aquellos que cultivan la humil-

Creo que debo cultivar la humildad 29

Piensa en esto y la fra gilida d em er ge n de nuestra naturalez

Creo que la verdadera

L CÉLEBRE filósofo Diógenes (413-327

32 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR

Creo que la verdadera sabiduría proviene de Dios 33

34 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR

no solo en los momentos agradables que tendrás, sino en tiempos difíciles.

Creo que la verdadera sabiduría proviene de Dios 35

Decisiones poco sabias

36 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR

Piensa en esto: ¿Por qué estudiar la Biblia te da más sabiduría

Creo que la verdadera sabiduría proviene de Dios 37

38 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR

Creo que la verdadera sabiduría proviene de Dios 39

40 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR

Piensa en esto: ¿Cuáles de estos siete principios te hacen falta

Creo que la verdadera sabiduría proviene de Dios 41

42 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR

Creo que la verdadera sabiduría proviene de Dios 43

Creo que nunca

E CUENTA que el gran artista Miguel Án-

46 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR

—Ciertamente, contestó Miguel Ángel; pero la perfección se hace de

Creo que nunca debo rendirme 47

48 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR

muy inmadura de tu parte, más bien conviértelos en magníficas formas de

Piensa en esto: aquellos que no encuentran excusas para fracasar

¡No llores más querido joven!

Creo que nunca debo rendirme 49

50 CREDO DEL JOVEN TRIUNFADOR