haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”. Malaquías 3:10
Jaime y Cinthia son miembros de una de nuestras iglesias adventistas, y
ellos me contaron su hermosa experiencia de ser fieles a Dios con la devolución del diezmo y de las ofrendas. ¿Desean escucharla? Un día se les presentó la oportunidad de comprar dos parcelas en una parte del país, así que, determinaron contratar a alguien para que les ayudara a cuidar y preparar la tierra para la producción de frijol y chile. En aquel lugar tienen la costumbre de hacer una fiesta patronal para dedicar sus cultivos pidiendo protección y abundancia, pues es el único sustento que la gente tiene para sobrevivir. Jaime y Cinthia no querían hacer eso, pues ellos saben que todo lo que tienen le pertenece a Dios; así que fueron con su familia a las tierras y allí se arrodillaron, le pidieron a Dios que se encargara de esas tierras porque él era el dueño de ellas. Cada vez que esos terrenos producen, Jaime y Cinthia le regresan a Dios lo que le pertenece y dan un segundo diezmo. En mayo del 2017, hubo muchas lluvias que afectaron a la población en aquel lugar de la siembra, y cuando las personas pensaron que ya todo había pasado, se desató una granizada muy fuerte. El granizo era grande, como del tamaño de una pelota de golf, de manera que destruyó casas, mató animales y los sembradíos se echaron a perder, hubo mucha escasez de los productos que se sembraron en ese lugar y mucha gente quedó sin sustento. Cuando Jaime y Cinthia, se enteraron de la noticia, oraron a Dios y le dijeron que esas tierras eran de él, que hiciera con ellas lo que mejor le pareciera. Entonces se trasladaron a aquella parte del país, para ver la magnitud del daño y de las pérdidas. El encargado los llevó a ver sus tierras y al acercarse ¡se llevaron una gran sorpresa! Los terrenos de Dios estaban cercados por el granizo que había caído, su tierra estaba seca, ningún granizo había tocado el frijol ni la siembra de chile. Los otros terrenos de alrededor fueron dañados por el granizo y la siembra fue declarada como pérdida. La gente del lugar le preguntaba a Jaime y a Cinthia qué habían hecho para que el granizo no lastimara sus tierras, a lo que ellos respondían, que era Dios el dueño de ellas y él se encargaba de cuidarlas. Nunca olvidemos queridos niños, que si somos fieles al devolverle a Dios lo que le pertenece, él se encargará de bendecirnos y nunca nos faltará sustento. ¡Les invito a que seamos fieles a Jesús! Oremos: “Querido Jesús, ayúdame a serte fiel y a devolverte lo que te corresponde; también ayúdame a ser dadivoso al darte las ofrendas. Amén” Primero Dios en: “Diezmos y Ofrendas”
Colorea de negro todos los frijoles y de color café la décima parte (diezmo) de los frijoles.
“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme
ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”. Malaquías 3:10 (RVR 1960) Primero Dios en: “Diezmos y Ofrendas” “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”. Malaquías 3:10 (RVR 1960)