Tu Puedes

¡TÚ PUEDES!
CÓMO LAS VIVENCIAS DE ESTOS
7
EMPRENDEDORES
PUEDEN AYUDARTE A CUMPLIR TUS SUEÑOS.
ELLOS YA LO HICIERON.
PRIMERA EDICIÓN
PABLO VALLARINO
Copyright © 2019 Álvaro Mendoza

All rights reserved.
ISBN: 978-17-04-32849-2
¡TÚ PUEDES!
CÓMO LAS VIVENCIAS DE ESTOS 7 EMPRENDEDORES
PUEDEN AYUDARTE A CUMPLIR TUS SUEÑOS.
ELLOS YA LO HICIERON.
© 2019 Álvaro Mendoza
Portada:
Carlos Lugo - Lioc Editorial
ISBN:
978-17-04-32849-2
Prólogo:
Erandi García - Lioc Editorial
Gestor del copyright:

Mercadeo Global
MercadeoGlobal.com
Editor:
LIOC Editorial
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con el contenido completo
LEÍDO POR
EL PROPIO AUTOR
Instrucciones al final del libro
Para esos momentos en los que

dispongas de tiempo, pero las
condiciones no te permitan leer.
ÍNDICE
PRÓLOGO.................................................................. 9
1 [PABLO VALLARINO].............................................. 13
v ¿Vives plenamente o estás programado
para fracasar?.......................................................................13
v El año del golpe final...........................................................22
v 2012: El despertar...............................................................28
v La figura mágica..................................................................34
v Conectado con la abundancia por el resto de mi vida.......48
2 [ÁLVARO MENDOZA]............................................. 51
v Cómo descubrí nuevas y apasionantes cimas.....................51
v Los cimientos del éxito........................................................56
1. Contenido........................................................................................... 58
2. Los eventos......................................................................................... 59
3. Aprendizaje continuo.......................................................................... 60
4. Networking......................................................................................... 62
5. Productos para transformar................................................................. 63
v La reinvención......................................................................64
3 [SUSANA JACQUES]..........................................................71
v Emprendimiento intuitivo....................................................71
v Inventario del emprendedor................................................76
v Análisis FODA......................................................................81
v El propósito.........................................................................84
v Definición del emprendimiento...........................................86
v El posicionamiento..............................................................88
v ¿Cómo debes verte?..........................................................89
4 [EFRAÍN VEGA]...................................................... 93
v Cómo generar ingresos pasivos .........................................93
v Mis especialidades............................................................101
v Inversiones en bolsa de valores.........................................105
v Negocios por internet.......................................................108
v Mensaje final......................................................................110
5 [MARTÍN OMAR].................................................. 115

v Cómo multiplicar los ingresos que tienes hoy..................115
v El ejercicio de multiplicar por 10.......................................116
v Se volvió rico buscando pelotitas de golf bajo
el agua...............................................................................118
v Ver los números detrás del negocio..................................120
v El rumbo............................................................................123
v El liderazgo........................................................................124
v Las 3 trilogías.....................................................................126
v El planteo...........................................................................126
6 [IRIA ÁLVAREZ]. . ................................................... 133

v Comunica con el poder de la imagen...............................133
7 [CARLOS GONZÁLEZ].......................................... 149
v Me reinventé gracias al marketing....................................149
v Consejos para emprendedores.........................................162
#1 – La vida es hoy.............................................................................. 162
#2 – Nunca se deja de aprender......................................................... 162
#3 – Servir es el mejor negocio del mundo........................................ 163
#Plus.................................................................................................... 164
v Quién soy...........................................................................164
REFERENCIAS . . ....................................................... 165

PRÓLOGO
E n los años sesenta, ¡hace más de 50 años! surgió una gran

herramienta tecnológica que, poco a poco, fue evolucio-
nando hasta convertirse en una red mundial de información
e interacción: Internet. De tal forma, día a día podemos estar
conectados millones de personas, desvaneciendo la barrera
de la distancia, el tiempo y el espacio, y potencializando al
máximo nuestros esfuerzos para poder alcanzar el éxito.
Nunca antes habíamos estado tan interconectados unos con

otros, más allá de la nacionalidad, el credo, el estatus social, el
color de piel, el sexo, etcétera. Y, tanto dentro como fuera de
la extensa red, el término <<emprendimiento>> ha cogido
más fuerza que ningún otro, atrayendo a un sinfín de perso-
nas que buscan desesperadamente el Santo Grial del éxito.
Pero, los autores de este impactante libro enfatizan que

no existe ninguna fórmula mágica, o camino fácil, para
alcanzar el tan ansiado triunfo en el emprendimiento y la
denominada “libertad financiera”. Porque, si bien en el
diccionario emprender, del latín in (en) y prendĕre (coger), se
define como la acción de “acometer y comenzar una obra”,
en realidad el emprendimiento es un estilo de vida en el que
nunca se deja de aprender.
Álvaro Mendoza, Pablo Vallarino, Susana Jacques, Efraín

Vega, Martín Omar, Iria Álvarez y Carlos Eduardo González
son personas que, como tú y yo, tienen virtudes y defectos.
Pero, a pesar de todo, han logrado tener éxito como
|9
| ¡TÚ PUEDES! | CÓMO LAS VIVENCIAS DE ESTOS 7 EMPRENDEDORES
emprendedores, porque han encontrado su pasión y tienen

como principal propósito el ayudar a los demás.
El camino no ha sido nada fácil y todos ellos se han tenido

que enfrentar a situaciones límite que les impulsaron a salir
de su zona de confort y a crear nuevas oportunidades, incluso
cuando sus sueños e ideas parecían ser irrealizables.
Una y otra vez, estos emprendedores cayeron, sufrieron

decepciones y fracasaron en los negocios, pero hicieron
de cada dificultad una experiencia de aprendizaje para
continuar avanzando y, al igual que el ave Fénix, surgieron
de entre las cenizas con más fuerza que nunca.
¡Tú puedes! Es una compilación de los sin sabores, viven-

cias enriquecedoras y alegrías de siete emprendedores que
desean compartir su conocimiento y sus mejores consejos
con todo aquel que desee transformar su vida, y romper con
los comportamientos destructivos y conformistas con los
que fuimos programados desde niños, que nos impiden
alcanzar una vida plena y feliz.
Perseverancia, networking, reinvención, voluntad y apren-

dizaje son conceptos que están presentes en esta amena
lectura. Sus autores nos hacen partícipes de sus historias y
no dejan de instarnos a tomar las riendas de nuestra vida y
actuar, porque: “equivocarse no es el problema, el proble-
ma es estancarse”.
De la mano de Pablo Vallarino nos confrontamos con

nuestro yo más profundo, al cuestionar si vivimos a plenitud
o si hemos sido programados para fracasar de manera
inconsciente, destacando la importancia de adentrarnos
en el funcionamiento de la mente puesto que: “Se trata
10 |
PUEDEN AYUDARTE A CUMPLIR TUS SUEÑOS ⅼ PRÓLOGO ⅼ
de libertad, de paz y tranquilidad, de crear nuestra propia

programación y dejar de vivir la establecida por alguien
más. Con Álvaro Mendoza, “El Padrino”, descubrimos que
sí es posible tener la vida que deseamos, que nunca es
tarde para reinventarse y que existen muchas montañas a
nuestro alrededor, cada una con desafíos increíbles, que
nos deparan nuevas satisfacciones.
Posteriormente, Susana Jacques nos invita a reflexionar

sobre nuestra existencia, todos tenemos un propósito y una
misión que cumplir; solo cuando descubramos quién somos y
cuál es nuestro propósito, nuestra vida tendrá paz; debemos
creer en nosotros y en nuestros sueños, para que todo a
nuestro alrededor esté alineado y, así, logremos alcanzar
nuestros objetivos. Efraín Vega nos enseña que cualquier
edad es buena para comenzar a emprender y que hay una
infinidad de maneras de generar ingresos pasivos a través
de Internet, solo tenemos que perder el miedo y encontrar
las técnicas a las que más nos ajustemos, para poder dedicar
tiempo a lo que verdaderamente importa.
Martín Omar revela cómo multiplicar por 10 nuestros

ingresos, sin que ello implique un aumento en la cantidad de
horas trabajadas. Otra gran mujer, Iria Álvarez, nos muestra
la relevancia de comunicar a través de la imagen, y que el
éxito a largo plazo de toda empresa depende de tener unos
cimientos sólidos, una imagen de marca que perdure a través
del tiempo; de un buen equipo; y de una buena estrategia
que ayude a crecer y posicionarse en un determinado sector.
Por último, Carlos González nos demuestra que el marketing
es mucho más que vender y que son los pequeños triunfos,
así como el intento de hacer un mundo mejor, la más grande
recompensa para los sacrificios y momentos amargos a los
que se enfrenta cualquier emprendedor.
| 11
Por supuesto, a la cima no se llega solo y la mejor manera

de triunfar es rodearse de aquellas personas que ya han
recorrido el camino que deseamos emprender. Tener un
mentor es vital para no caminar a ciegas y para tener un apoyo
incondicional en los momentos más difíciles, los autores
de esta obra son mentores con una amplia trayectoria en
quienes podemos encontrar una guía confiable.
Por todo esto, ¡Tú puedes! Es un gran aliado y fuente de

inspiración para todo aquel que desee emprender.
Disfruta de la lectura y recuerda que ¡Tú puedes! Solo

tienes que decidirte a empezar.
12 |
PUEDEN AYUDARTE A CUMPLIR TUS SUEÑOS ⅼ PABLO VALLARINO ⅼ
1
[ PABLO VALLARINO ]
¿VIVES PLENAMENTE O ESTÁS PROGRAMADO

PARA FRACASAR?
C opacocha se les llamaba a los sacrificios que llevaban

adelante los incas. Eran niños a los que elegían y les
daban coca y chicha durante meses para que fueran más
dóciles y luego los llevaban a la cumbre del volcán cerca
de la capital, Cuzco, para sacrificarlos. Más trágica aún es
la historia de los aztecas, que sacrificaban a más personas
que los incas y lo hacían incluso de manera más violenta.
Estas dos culturas realizaban estas actividades para calmar y
complacer a los dioses, a los que ellos creían que les debían
la vida y la abundancia de cuanto recibían.
Cuando era muy chico, allá por mis 5 años, tenía la

costumbre de pararme en medio del patio de mi casa
paterna, semidesnudo, estaba convencido de que los
árboles, los pájaros y los seres vivos podían responder a mis
pedidos. Pensaba que lograba mover los árboles, a veces
con ayuda del viento, otras veces con la de algún pájaro
que se paraba en la rama que yo le pedía. Mi mente me
decía que era posible hacer esto y, por lo tanto, mi creencia
se mantenía intacta.
Un día, mi padre me vio haciendo esto y me dio unos

cuantos golpes, pues desde sus creencias era raro ver a uno
de sus cinco hijos haciendo este tipo de locuras”. Recuerdo
¿Vives plenamente o estás programado para fracasar? | 13

aquel día como si fuera ayer: sencillamente, no entendí qué

pasaba y en ningún momento creí hacer algo malo o que
generara dolor a otro ser. Lo cierto es que dejé de hacer
aquellos rituales. Eran peligrosos para mi salud y tampoco
tenían un objetivo más allá que el de sentirme poderoso,
creer que estaba conectado con todo. No tenía sentido
ponerme en riesgo y definitivamente lo abandoné.
Ese sería el primero de los sacrificios que estaba dispuesto

a hacer para encajar en mi familia, pero no el último. Ese
mismo año comencé la escuela primaria y con ella también
vinieron los horarios, las rutinas para estudiar, los nuevos
vínculos y un cúmulo de supuestas obligaciones. Tenía que
respetar las opciones que habían elegido para mí, no existía
algo por fuera de la planificación que mis padres habían
realizado, primero para mis hermanos mayores y luego
para mí y mi pequeña hermana menor. Todos debíamos
seguir las reglas (muchas) porque de esa forma, según ellos,
podríamos llegar a ser personas exitosas y abundantes para
financiar la forma de vida que deseáramos en el futuro.
Mi creatividad, mi imaginación, mis ganas de soñar y

aquello que tuviera que ver con escribir mi propio libreto
era sistemáticamente destruido. Así lo veía y lo sentía. Me
resistía y eso me generaba llamados de atención y constantes
diferencias con mis padres: era un niño problemático para el
mundo. La escuela primaria pasó (no fue gran cosa), disfruté
mucho actuar en el escenario y divertirme. El resto lo hice
porque tenía que hacerlo, alcancé siempre la calificación
necesaria para avanzar al siguiente grado.
Luego vino la secundaria y obviamente las situaciones

seguían el curso de lo esperado. Si bien me resistía y generé
varios problemas familiares, cambios de instituciones
14 | ¿Vives plenamente o estás programado para fracasar?

educativas y la costumbre de romper las reglas establecidas,

la pasé, pasé esa etapa sin sobresaltos. Más bien, me divertí
al conocer personas que luego se convirtieron en mis más
fieles amigos. Recuerdo esta como una gran etapa de
investigación. No la recuerdo de manera placentera, sí con
buenos momentos, algunos felices claramente, pero en el
acumulado tengo más imágenes negativas que positivas.
No la pasé bien.
Y es justo en este punto en el que se juntan las historias

de los incas, los aztecas y la mía. Puede parecer extremista,
pero no lo es. Tanto aquellas culturas milenarias como la
que me vio nacer estaban programadas con creencias, todas
hacían sacrificios y el caso de mi familia no era tan diferente.
Mis padres creían que debían sacrificarse y que sus hijos,
mis hermanos y yo, debíamos seguir un sinnúmero de reglas
preestablecidas para alcanzar el éxito. Así como los incas, así
también como los aztecas, era necesario llevar a cabo rituales
para alcanzar la abundancia. Y visto desde la perspectiva de
cada cual, era lógico y normal.
Había terminado la secundaria y estaba listo para comenzar

una carrera profesional, pero todo cambió de repente. La
empresa familiar, la que comandaban mis padres, entró
en un proceso previo a la quiebra y su derrumbe se llevó
también el prestigio del apellido. La situación se complicó
cada día más porque todos cumplíamos alguna tarea en la
empresa. Mi padre nos había sumado desde muy chicos y,
por lo tanto, no era solo una quiebra normal: también se
llevó puesta a la familia y los sueños que algún día habíamos
tenido, colectivos e individuales.
A medida que pasaba el tiempo, noté cómo se deterioraba

todo: la salud de mis padres, las relaciones, desaparecían los

amigos, se alejaban los conocidos y cuando llegaba a cualquier

lugar, veía que las personas dejaban de hablar y me miraban
con cara de lástima algunos y de odio, otros. ¿La razón? En la
empresa de mi familia habían invertido dinero muchas personas
de la ciudad donde vivo y el suceso se había convertido en
un escándalo. Los comentarios eran tan diversos, que las
historias se propagaban por los medios: salimos en los diarios,
nos llegaron avisos de juicios, reclamos y también agresiones
de personas que ni conocía. El proceso más destructivo que
conocí en el ámbito empresarial, había comenzado.
En el momento de iniciar este proceso, en la empresa

trabajaban 31 personas. Eran 31 familias que de a poco
perdieron sus puestos de trabajo y, junto con ellas, también
nuestra familia perdió los bienes que poseía. No fue de un día
para el otro, sino un proceso de varios años muy dolorosos.
Dos años más tarde, mi padre me notificó el inminente final
y me dijo que era el momento de salir a buscar un trabajo en
otro lado. Nunca le cobré un peso a mi padre por el trabajo
que hice, pues creía que debía hacer el sacrificio de trabajar
duro por nada y aprender lo que es la vida. Así, entonces, a
mis 17 años estaba con una gran mochila llena de piedras
que, con el paso de los días, se hacía más pesada.
La situación no era cómoda, así que empecé a planificar

mi salida de la ciudad, buscar otros rumbos y comenzar
desde cero. Dos de mis tres hermanos mayores ya lo habían
hecho y me parecía que era la mejor opción. Sin embargo,
mi abuela paterna me llamó y me pidió que pensara de qué
forma podía crear algo, un emprendimiento para generar
recursos y sostener a mis padres en el momento en que
definitivamente la empresa dejara de funcionar. Viéndolo
hoy, fue una de las piedras más pesadas que cargaron sobre
mi espalda: solo tenía 17 años y mi mente estaba llena de

culpa, con la angustia de ver a mis padres cayendo día a

día y sin saber para dónde salir. Fue lo más triste que viví,
porque todo era negativo.
Todavía no recuerdo si fue su idea o la mía, no es

importante, pero luego de conversar con mi abuela decidí
abrir mi propia empresa de turismo, ¡exactamente el mismo
rubro de la empresa familiar! Claramente, no hice muchos
análisis, no tenía la mente fresca, ni muchas ideas fabulosas
para crear algo nuevo e innovador. ¡Tenía tan solo 17 años
y acababa de terminar la secundaria! No cuestioné nada
y solo comencé a trabajar con la ayuda financiera de mi
abuela. Creé mi pequeña empresa de turismo, invité a mi
hermana mayor que estaba tan aturdida como yo, y juntos
arrancamos. ¡Terrible comienzo!
Al principio solo entraban personas enojadas con mi familia.

Ahí los conocí a todos y a cada uno, algunos solo entraban
para agredirme: me escupían, me decían unas cuantas
barbaridades y se ponían violentos con los tótems o los
escritorios. Cero clientes y, mucho menos, ¡ingresos! Como
no sabía prácticamente nada de turismo, me puse a ofrecer
mis habilidades en otros ámbitos para solventar los gastos y
evitar que nos cortaran la energía o la línea telefónica.
Así fue como comencé a trabajar a destajo como chofer,

pintor, cortando el pasto, lavando vehículos o cualquier tarea
que me diera un rédito económico y sirviera para paliar la
situación. ¡Años bien complejos! Pero, tal como dice el refrán,
“No hay mal que dure 100 años” y, de a poco, aparecieron
algunos clientes. Con el pasar de los años, la pequeña
empresa creció y, sin saber bien para dónde iba, el panorama
mejoró. Por lo menos tenía algunos ingresos. Trabajaba
muchas horas, hacía un poco de todo, pero estaba contento.

El esfuerzo empezaba a dar sus frutos, pero algo sucedió:

dos aviones chocaron intencionalmente contra las Torres
Gemelas en Nueva York, el caos se apoderó del mundo y,
sobre todo, de la industria del turismo. El miedo hizo que
los pocos clientes cancelaran sus reservas y solicitaran el
reembolso, una situación angustiante y estresante. Como si
esto fuera poco, en mi país algo peor se estaba gestando:
una de las mayores crisis financieras que tendría otro terrible
efecto, el llamado Corralito Financiero (1) que se quedó con
el 100 % de los fondos propios y de mis clientes y por el cual,
luego de una gran crisis institucional, quedé arruinado.
Fue un combo explosivo que hizo que retrocediera

varios años y tuviera que salir nuevamente a generar otras
fuentes de ingresos para subsistir y, también, devolver a los
clientes el dinero perdido. Todo parecía indicar que estaba
destinado a caminar por el mismo sendero de mi familia,
es decir, trabajar duro, trabajar cada día más y más para
luego fundirme, perder dinero, salud y amistades. Era un
círculo vicioso sobre el cual giraba y, lo peor, me escudaba
en situaciones externas para justificar mis caídas. Quien
en ese momento pasaba por mi vida, me escuchaba hacer
responsables a terceros, de mi situación.
Había caído en un profundo hoyo y todavía no tocaba

fondo, pero algo me pegó duro, no recuerdo bien qué fue.
Sin embargo, tengo claro que fue por allá en 2002 cuando
empecé a plantar la semilla de la duda. Me gusta creer que
fue por mi propia capacidad para reinventarme, pero no lo
puedo asegurar con certeza. De pronto, empecé a mirar a
otras personas, comencé a evaluar otras situaciones y presté
atención a detalles que hasta ese momento no había visto.
Y me cuestioné.

¿Por qué no estaban todos en la misma situación en la que

me encontraba yo? ¿Por qué otros emprendedores que habían
comenzado con la misma actividad y en el mismo año que
yo gozaban de buena salud financiera? ¿Por qué no estaban
todos fundidos y buscando fuentes de ingresos alternativas?
Mi mente me hacía dudar de mí y justificaba cada respuesta
con precisión quirúrgica: la culpa era de mis padres, la culpa
era del gobierno, la culpa era de mis clientes temerosos, la
culpa era de los bancos, la culpa era siempre de otro y yo era un
pobre desgraciado rodeado de personas que me complicaban
la existencia. ¡Me había vuelto un clon de mi padre!
Frustración es la palabra que mejor describe aquel

momento. Luego siguió la angustia, más tarde vino el llanto
y por último llegaron la bronca, la ira, el deseo de dejar de
existir, la necesidad de encontrar respuestas diferentes y la
incapacidad de lograrlo, todo mezclado. En mi interior se
generó algo difícil de explicar y lo único en que pensaba era
en cómo salir de esta situación que, en realidad, más que
una situación, era mi vida entera.
Recuerdo que sentía que hacía mi propio sacrificio, que

justificaba cada fracaso y, por más angustia y frustración que
experimentaba, no veía salida alguna. En ese momento,
ya estaba en pareja con mi actual esposa. Sin que ella lo
supiera, arrastraba un dolor increíble por no poder ofrecerle
una vida diferente. Estaba en el fondo del pozo, en lo más
profundo, un pozo que había cavado sin ayuda de nadie y
del que no tenía idea cómo abandonar.
La combinación de experiencias que estaba viviendo me

llevaron a dudar de absolutamente todo y, sin saber de
dónde me venía, una fuerza interior me decía que era tiempo

de cambiar, que nada iba a suceder si seguía haciendo lo

mismo una y otra vez. En aquel entonces, estaba de moda
el libro Padre rico, Padre pobre, de Robert Kiyosaki, y por
alguna razón lo compré. Quizás, con la ilusión de encontrar
información que me ayudara a salir del lugar en el que estaba
y pudiera construir una vida próspera. Y así fue, por lo menos
ese fue el principio.
Al comenzar a leer el libro, mi mente despertó, sobre todo

cuando se refiere a diferentes situaciones que yo podía ver
o comparar con lo que me había pasado y que reflejaban
mi falta de educación financiera. Este fue el primero de
muchos libros. Le siguió Piense y hágase rico, luego vino
El cuadrante del flujo de dinero, también varios libros de
liderazgo de John C. Maxwell y, a medida que leía más, más
quería aprender. Sin embargo, leer no me hacía mejor, no
lograba pasar de la teoría a la práctica.
Pero, de a poco empecé a ser un poco más positivo,

también por algo que había leído, por alguna conferencia
a la que había asistido. Me resultaba muy fácil ser positivo,
era un loco lindo, pero cuando volvía a mi realidad, no
podía aplicar casi nada de lo que aprendía. Cada vez que
me enfrentaba a un problema, me volvía reactivo, irritable,
me enojaba y volvía a cargar contra mi entorno, no lograba
dar con la tecla adecuada. No me daba cuenta, pero había
avanzado mucho. Logré mejorar mi economía, ordené mis
finanzas y comencé a ganar buen dinero. Mi vida estaba
cambiando y ¡podía sentir la libertad de comprar lo que
quisiera y de tomar decisiones sin pensar específicamente
en el dinero!
Pasaron los meses y luego los años, me fui asentando

sobre el bienestar económico. Inclusive, tomé una formación

que me ayudó a seguir el proceso y me convertí en analista

financiero y trader de Forex, allá por el 2004. También viajé
con mi esposa y construí una vida diferente. Parecía que
la aplicación de algunos conceptos generaba cambios
positivos, no veía límites y, aunque no podía hacer fiestas,
estaba contento de contar con recursos.
El 2005 fue un buen año también. Trabajaba duro, no me

quejaba, tenía dinero en mi cuenta, crecía económicamente
y eso ampliaba las opciones. Empecé a planificar un viaje,
que luego concretamos, mi primera experiencia en Europa.
No fue relevante el viaje en sí, sino lo que generó en mí. Era
en un mundo muy diferente. Mi hermano y mi cuñado habían
emigrado a otros países europeos y fuimos a visitarlos, 15
días con uno y otros 15 días con otro. Recorrimos varias
ciudades y lo más importante fue conocer otros paradigmas,
abrir los ojos a otras formas de vivir y de concebir la vida.
Pero, no hay felicidad completa. Allí por octubre, la salud

me pasó factura. Mi cuerpo no daba más, había dado
todo para sostener la vida que llevaba y un pico de estrés
me envió directo al hospital con una fibrilación auricular
(2). Lamentablemente, me dejó allí por solo 3 días y digo
lamentablemente porque ese tiempo no fue suficiente para
que entrara en razón. Más bien, lo consideré un incidente
aislado y a los pocos días retomé el ritmo.
Mientras, empecé a adquirir cierta notoriedad en mi ciudad

y me convertí en un referente de mi rubro, lo mismo que en
cuestiones de dirigencia empresarial. Ese mismo año formé
parte de la primera lista para conducir la Cámara Empresaria
local y me hice mentor de otros jóvenes empresarios que
daban sus primeros pasos. El panorama parecía mejorar,
crecía, disfrutaba de mi participación en los medios de

comunicación, atendía a los periodistas, hacía notas en

diarios, radio y televisión. En suma, subía los escalones de la
fama del pago chico.
Por otro lado, con mi esposa construimos un pequeño

hotel y luego de varios años de mucho esfuerzo, en
octubre 2007 lo abrimos al público. Poco antes, en abril
de ese año, había nacido mi primer hijo y fue uno de los
acontecimientos más importantes de mi vida. También en
2007 fui elegido vicepresidente de la Cámara Empresaria.
En fin, mi vida parecía ir fantástica, tenía varios negocios
funcionando, estaba conformando una familia y era cada
día más reconocido. Daba algunas charlas, ayudaba a otros
emprendedores y muchos me miraban y señalaban como un
hombre exitoso de tan solo 30 años. Solo basta escribir mi
nombre y apellido y la palabra Tandil en Google y puedes
recorrer esta historia que te cuento.
Sin embargo, en lo profundo de mi alma algo no estaba bien.

Dentro de mi bonanza económica, mis esfuerzos desmedidos
y mi nuevo rol como padre, empresario, capacitador y tantas
otras labores, sentía un vacío muy extraño. Vivía agotado,
agobiado, no disfrutaba esta etapa. Vivía un sueño para mi
ego y una pesadilla para mi espíritu. No tenía ni idea por qué,
no sabía qué me sucedía. Quería creer que estaba bien, pero
no era así. Cada vez que salía de viaje, mi regreso era pura
tensión, lloraba y sentía angustia al retornar a mi rutina. No
estaba ni cerca de sentirme una persona feliz.
EL AÑO DEL GOLPE FINAL
Me había tomado 10 años construir una economía

robusta, alcanzar buena parte de mis objetivos económicos
y sentirme libre con respecto al dinero. Unos 6 años antes
22 | El año del golpe final

había incorporado en mi organización a un diseñador gráfico

y asesor en comunicación, Carlos. Él me acompañaba desde
2004 y habíamos desarrollado una relación bastante buena.
Desde principios de 2010, me decía que me veía mal, que
sentía que estaba triste, que no lucía feliz y que quería que
fuera a su casa para ayudarme con algo que él hacía y que
no muchos conocían.
Carlos ayudaba a las personas a despertar. Obviamente,

mis pensamientos eran pesimistas en cuanto a su propuesta
y, por eso, la rechacé cuantas veces pude. Finalmente, un 24
de marzo acepté su invitación, sin expectativas. Solo quería
sacarme de encima el compromiso, no sabía qué iba a suceder,
ni realmente a qué iba. El objetivo era cumplir con él para
continuar con la relación tal y como venía hasta ese momento.
No te voy a contar los detalles, pero sí puedo decirte que

él, por medio de diferentes técnicas, logró meterse en mi
mente y mostrarme algunas situaciones que sucedían en
mi principal negocio y con mi principal socia, ¡mi hermana!
Puntualmente, sus sentimientos hacia mí no eran buenos,
llevaba años acumulando bronca, ira, envidia, rencor y
muchas otras sensaciones.
Al principio, claro, no lo podía creer. Carlos me consultó

si quería escuchar y me dijo textualmente: “si decides
continuar, vas a transitar un camino muy duro. Sin embargo,
al final va a salir bien”. Obviamente, no tenía idea de lo que
me decía y, además, junto con mi esposa esperábamos a mi
segunda hija y en mi mente no había la menor intención de
escuchar sus palabras, así que accedí.
Recuerdo haber regresado a mi casa, a los brazos de mi

esposa, a contarle esto. Parecía más una historia de un libro
El año del golpe final | 23

de terror que la realidad que vivía. No lo creía, pero algo

dentro de mi mente hacía ruido, mucho ruido. No pasó
mucho tiempo antes de que se destapara el conflicto. Al
día siguiente del encuentro, y por diferentes situaciones
que se dieron, le pedí a mi hermana que nos reuniéramos
a conversar.
Al principio, como era de esperarse, ella lo negó todo,

pero con el pasar de los días y luego de mi insistencia me
confirmó que era cierto. Ella sentía que vivía a la sombra de
mi crecimiento, creía que no era justo que me fuera tan bien.
Mi alma se destruyó, realmente no tenía idea del alcance de
esto que sucedía, no sabía ni por qué ocurría. Era un balde
de agua helada y no entendía absolutamente nada.
Fue poco el tiempo que me tomó comprenderlo. La

mañana siguiente salí de viaje de negocios a cumplir con
un compromiso con clientes y a tan solo 24 horas de nuestra
conversación una persona, que le servía de asesor de ella,
me llamó y me expresó sus deseos. “Tu hermana quiere
que abandones el negocio y te retires. ¡Ella no te quiere ver
más!”, me dijo. Le respondí, como pude, que eso era algo
que hablaría con ella personalmente y no le di espacio para
continuar conversando. ¡No lo podía creer!
Lo que vino después, sin embargo, fue peor. El siguiente

llamado sería de un abogado y, si bien la historia fue triste,
dolorosa y llena de engaño, traición y desprecio, carece de
sentido volver a contarla, pues no suma nada al objetivo
de este texto. Lo que sí vale la pena que sepas es que ese
fue el mejor y peor aprendizaje que pude obtener. No por
el dinero, sino porque mi mente estaba destruida y me
atormentaban los pensamientos negativos sobre el futuro.

Di varios pasos atrás y volví a buscar culpables, ya no en el

contexto nacional o internacional, sino dentro de mi círculo
íntimo. Todos eran culpables de mi estado emocional y de
salud. Recuerdo que ese año me apoyé mucho en Carlos.
Cuando lo visitaba, lograba que me sintiera en paz, que mis
ideas fueran más claras y calmaba mi mente. Sin embargo,
no era suficiente y, cuando salía de allí, sentía nuevamente el
vacío, la falta de motivación para seguir.
Estaba convencido de que tenía al mundo en mi contra.

Había sido engañado durante años y cada momento que
analizaba, cada historia que recordaba se volvía a escribir
con la información de la que disponía: había sido una gran
mentira. En abril de ese mismo año y en busca de soluciones
para salir adelante, abierto a escuchar a otras personas, mi
querido abogado y consejero Ernesto me recomendó un
libro, un método que según sus palabras me ayudaría a
calmar mi mente.
Se trataba del Método Silva. Me puse manos a la obra y

lo conseguí como una formación online para controlar la
mente. Cuando lo empecé a implementar, no sentía ningún
cambio, parecía una gran pérdida de tiempo. Recuerdo
haber realizado hasta cuatro meditaciones diarias durante
semanas, pero sentía exactamente lo mismo. Sin embargo,
en la quinta semana de realizar los ejercicios experimenté
algo, comencé a sentir efectos: mis pensamientos se
transformaban y ya no veía que mi mundo era tan negativo.
Lo malo era que las meditaciones 4 o 5 veces al día me

dejaban nuevamente en el mismo lugar, me di cuenta de
que me volvía dependiente de algo que, si no lo hacía,
explotaba y me tornaba en un ser irritable. Los problemas de
salud siguieron al ritmo que las negociaciones se hacían más

difíciles y nuevamente mi corazón me jugó una mala pasada

y me recordó que todavía no estaba en el camino correcto.
Me puse un objetivo claro y lo pude alcanzar. Mi mente se iba

calmando y, aunque sentía que faltaba algo más, no dejé de
realizar los ejercicios de meditación que cada vez me hacían
sentir mejor. Lo más importante es que ya era consciente de
que el problema estaba en mi mente. Seguí avanzando y se
me presentó la oportunidad de tomar una formación en PNL
(Programación Neuro Lingüística), que no desaproveché.
A la par con esto, iba cerrando etapas, construyendo una

nueva empresa y ordenando mis ideas. La vida seguía, llegó
mi pequeña niña y ese, sin duda alguna, fue el acontecimiento
más importante del año. Ella vino a este mundo el 4 de
agosto y para ese momento muchas de las incógnitas que
se habían presentado por allá en marzo estaban develadas
y, en cierto modo, resueltas. La llamamos Paz en honor a lo
que buscábamos con mi esposa Luciana. Sin duda, fue un
gran acierto porque a partir de ese momento afloraron la
paz y la tranquilidad.
Pasó sin que me diera cuenta, no lo busqué conscientemente,

pero había comenzado un camino de transformación muy
profundo en mi vida. Estaba en una vibración totalmente
diferente a la que había sostenido durante décadas. Tenía
33 años, mi economía gozaba de buena salud, el futuro de
mis negocios se presentaba próspero y las oportunidades
de crecer se daban a diario. Me había ganado la confianza
de muchas personas y eso me permitía abrirme paso en
espacios fértiles.
Los años que siguieron fueron duros, buenos años desde

lo económico, pero difíciles desde lo personal. Si bien

estaba en el camino de la transformación, no era sencillo

realizar los cambios profundos, modificar mis creencias o
cuestionar mis raíces. El 2011 fue un año increíble: crecí de
manera exponencial, pues hice más negocios que los que
había concretado en mi vida productiva.
Aplicaba los conceptos aprendidos en las formaciones que

tomé, me expandí y mi popularidad llegó a niveles que no
conocía. Descubrí que tenía un enorme potencial y que por
primera vez lograba alcanzar cada objetivo que me ponía.
Era mi mejor momento, y lo disfrutaba. Cierto día, a finales
de ese año, en uno de mis viajes de negocios para controlar
una de las filiales de mi empresa que había abierto a más de
350 kilómetros de mi ciudad, recibí el llamado de mi esposa:
¡mi pequeña hija había dicho sus primeras palabras! ¡Wow,
qué hermosa noticia!
“Mi niña dice papá”, pensé. Una locura, una felicidad

desbordante. Sin embargo, acto seguido, luego de
finalizar la llamada, un gran pesar se apoderó de mí. “¿Qué
estaba haciendo? ¿Qué diablos estaba haciendo con mi
vida? ¡Me había perdido las primeras palabras de mi hija,
las que no volverían y yo no estuve ahí! Idiota”, me dije.
“¡Tonto capitalista! ¡No entendiste nada!”, agregué con
hondo pesar.
Por primera vez, fui consciente de que lo que me sucedía

era mi responsabilidad, no podía culpar a nadie. Yo era el
equivocado, el único culpable, eran mis creencias las que
me habían llevado nuevamente a ese lugar. No lo podía
sacar de mi mente: de nuevo repetía la historia del pasado,
la que tanto daño me provocó. Dejaba todo, trabajaba duro,
hacía esfuerzos, ponía el cuerpo y el alma en mis negocios,
pero me apartaba de mi familia y exponía mi vida a un riesgo

innecesario, ¿solo para hacer más dinero? ¿Por qué hacía

esto? ¿Qué me sucedía?
Esa noche, en la soledad de un hotel donde paraba regular-

mente, no pude dejar de llorar y de sentirme un desgraciado.
Aunque suene un poco extremista, tenía mi vida en la palma
de la mano. Había salido de un montón de situaciones malas
y, sin embargo, sentía que no había aprendido nada, que al
final, en uno de los momentos importantes de la vida, yo es-
taba en otro lado. Y ese fue el mejor resumen que mi mente
me arrojó: en uno de los momentos más importantes de mi
vida, yo estaba en otro lado.
2012: EL DESPERTAR
Al regreso de mi viaje, literalmente paré la pelota. Hice

lo que nunca había hecho hasta ese momento: cuestionar
absolutamente todo. Busqué en diferentes textos, de
muchos autores, volví a leer los libros que tenía en mi
biblioteca, puse en práctica los métodos, repasé las
prácticas de PNL, pero esta era una búsqueda diferente. Lo
que leía me hablaba de dinero, de riqueza monetaria, de
bienestar económico, pero yo intentaba descubrir algo que
me ayudara a entenderme, que me ayudara a comprender
por qué seguía trabajando duro, haciendo esfuerzos,
concentrado en alcanzar logros, bienes materiales y tener
cada día más, pero no cumplía los objetivos.
Una noche de marzo de 2012, mientras disfrutaba unas

vacaciones en Cuba, donde no tenía señal en mi celular,
ni había wifi, ni existía forma de conectar mi computadora
con mi negocio, no tuve más alternativa que ponerme a
pensar. Estaba rodeado de belleza, mis hijos corrían por
los jardines del hotel en Cayo Largo, habíamos vivido un
28 | 2012: El despertar
día espectacular nadando con delfines, habíamos conocido

una de las mejores playas del mundo y sentí que estaba en
el lugar correcto en el momento indicado. Sin embargo,
sabía que no lograba disfrutarlo a plenitud, pues sentía que
debía estar trabajando o, por lo menos, conectado con mis
empleados para saber si todo marchaba bien.
Esa noche, sin que lo supiera mi esposa, fue el peor mejor

momento que viví. Lo que ocurría en mi vida empezó a
cobrar sentido. Recibí información valiosa que no sabía
de dónde venía, solo sabía que estaba despertando, que
comenzaba a ver lo que hasta aquel día era invisible para
mí. Había sido programado. Mi vida se había convertido en
una investigación para comprender por qué mi mente no
respondía a mi pensamiento, sino al de alguien más.
Al regresar a mi ciudad volví a los textos, a revisar muchas

de las conferencias que había visto, a mis apuntes y prácticas.
Era increíble que esta información estaba por todos lados,
pero para mí pasaba inadvertida, entre líneas. Estaba
programado para alcanzar el concepto de éxito de alguien
más, no era mi libreto. Me di cuenta de que era solo una
pieza en el juego de otro. “Copacocha”, pensé, “soy uno de
los niños que prepararon para el sacrificio”.
No había tenido la capacidad de cuestionar mis raíces y, por

eso, repetía la historia familiar. Trabajaba como un loco para
conseguir bienes materiales, pero pagaba un precio muy
alto: me perdía lo importante. ¿Por qué? Porque ni siquiera
sabía qué eran o cuáles eran las cosas importantes. ¿Cómo
no lo había visto? ¿Por qué me llegaba esta información
justo en esas circunstancias? En cierto momento pensé que
me iba a volver loco. Mi mente me llevaba a mis 5 años, me
hacía revisar mi historia para comprender por qué estaba
2012: El despertar | 29
donde estaba y no me dejaba dudas: fui programado para

la vida que tenía.
Empecé a tomar notas, a abrir los ojos, a repasar mis viajes

y mis experiencias. También me di a la tarea de analizar
mis recuerdos y de ver la vida de otras personas. Todos
habíamos sido programados ¡y funcionábamos como un
software con órdenes y objetivos concretos! A partir de ahí,
todo comenzó a tener sentido. ¡Oh, no! No podía hablar
de esto con muchas personas, porque apenas les contaba
sobre mi descubrimiento, me tomaban por loco, me decían
que era desquiciado eso que expresaba y que debía tener
precaución con quien compartía mis pensamientos.
En este punto, sin embargo, creo que es bueno detenernos

un par de minutos y responder unas preguntas que, estoy
seguro, ya te formulaste: ¿qué significa estar programado?
¿Cómo funciona nuestra mente? ¿Acaso es posible actuar
sin saber que estamos programados? Empecé a encontrar
respuestas y todas eran afirmativas. Descubrí un texto del Dr.
Thurman Fleet (3), luego volví a leer algunos de los libros que
tenía en mi biblioteca y ya no era lo mismo.
Sí, aunque los textos eran los mismos, los mensajes tenían
un sentido diferente. Y lo mismo sucedía con las prácticas y
las conferencias a las que asistía, tenían otro significado, eran
parte de una investigación propia sobre la programación
mental y el funcionamiento de la mente. Descubrí que el
cerebro es similar a una gran computadora sin límites y que
la mente es el software que lo controla. También, que por
más grande que sea nuestro equipo o hardware, el software,
la programación, es el que realmente marca la diferencia, es
el que controla lo que podemos y no podemos hacer, lo que
podemos creer y todo lo que podemos crear.
La historia familiar empezó a cobrar sentido. Eran

muchas generaciones, antepasados y parientes, todos
programados para trabajar duro, ¡para hacer esfuerzos
y luchar contra la adversidad para luego perderlo todo y
encontrar justificaciones lógicas! Un terrible círculo vicioso,
una perversa realidad que necesitaba modificar. Pero, ¿por
dónde empiezo?, me pregunté, ¿cómo hago para empezar
a cambiar mi programación?
Fueron días intensos porque no tenía idea de cómo salir

de ese espiral. Tenía claro que debía salir, modificar mi
programación, pero no sabía cómo hacerlo o por dónde
iniciar el camino. Me puse manos a la obra y diseñé mi propio
método con lo que creía que era una estrategia válida.
Primero debía ir hacia atrás para identificar cuáles eran los
patrones, las creencias que me generaban limitaciones a la
hora de pensar en esos momentos cuando tenía la intención,
la motivación y el entusiasmo, y terminar en un camino
diferente al programado.
Mis creencias, ahí estaba la primera respuesta. Ellas eran

las responsables y habían sido programadas. Pero, ¿cómo
fueron programadas? ¿Cómo se programa una mente?
Los viajes que había realizado fueron de gran ayuda para
encontrar respuestas a estas incógnitas. Ya había conocido
más de 13 países y cerca de 100 ciudades diferentes y solo
tuve que hurgar en la memoria para comprender que desde
el mismo día en que nacemos somos programados.
Cuando venimos a este mundo, el lugar en donde nacemos

nos condiciona, nos programa. Nuestra mente empieza su
trabajo alimentándose de nuestros sentidos, de cuanto vemos,
oímos, tocamos y degustamos. Lo vamos incorporando a
nuestro software y se va generando una programación. Lo que
vemos a nuestro alrededor, la forma en que actúan nuestros

padres y hermanos nos va condicionando y nos enseña qué
hacer para obtener recompensas.
Es un sistema tan bien diseñado, que es muy difícil

cuestionarlo. Todos hacemos lo mismo, todos seguimos la
misma rutina: levantarnos a cierta hora, desayunar, realizar las
actividades y regresar a casa a descansar para hacer lo mismo
al día siguiente. Eso lo normal, lo que debemos hacer para
ser exitosos. Existe un plan definido para todos de acuerdo
con el lugar donde nacemos.
En mi caso, el plan era el que efectivamente estaba viviendo.

Si hubiera logrado ser feliz de esa forma, difícilmente lo
habría cuestionado. Sin embargo, me sentía vacío con mi
plan, sentía que no era para mí, sentía que debía haber algo
distinto y, por eso, comencé mi búsqueda.
Como mencioné antes, viajar te abre la mente si logras abrir

tus ojos, despertar y notar que cada cultura, cada país, cada
ciudad, cada familia y cada pequeño grupo de personas
tiene una programación determinada.
Así, por ejemplo, John, un niño nacido en una ciudad como

Miami, hijo de padres americanos, seguramente hablará en
inglés y adquirirá las costumbres de su entorno, ejecutará
la programación y, salvo algún evento extraordinario, vivirá
con ella el resto de su vida. Lo mismo le sucederá a Juan, un
niño que nació en Miami también, pero hijo de inmigrantes
cubanos y su entorno, a pocos minutos de la casa de John,
es totalmente diferente.
La forma en que se visten, como se alimentan, la música

que escuchan y la visión de sus padres y hermanos acerca
de la vida tiene poco o nada que ver con la experiencia

de John. Ambos fueron programados y tendrán algunas
cosas en común y muchas diferencias. No se trata de quién
va a ganar o de una competencia, sino de comprender el
funcionamiento de la mente y poder reprogramarla. Se
trata de libertad, de paz y tranquilidad, de crear nuestra
propia programación y dejar de vivir la establecida por
alguien más.
Pero, ¿cómo se aplicaba esto a mi realidad y para

qué me servía dicha información? En primer lugar, este
descubrimiento no me llevó a ningún lado, porque lo
único que me despertaba era la inquietud o la necesidad
de cuestionar, sin tener claro para dónde iba. De a poco,
sin embargo, me concentré en el estudio de la mente
y lo que me sucedía me permitía encontrar más y más
situaciones en las que podía reconocer la programación,
propia y de terceros.
Algunos las llaman costumbres, otros le dicen patrones, y

está bien. Cada cual lo puede llamar como quiera, porque
lo realmente trascendental es qué tan profunda es esa
programación. Insisto, todo nació en la búsqueda de una vida
mejor, de una conexión con la abundancia y la prosperidad,
un objetivo del cual me sentía bastante lejos. Ya tenía la
primera respuesta, que estaba acompañada por una gran
incógnita: ¿quién es el responsable de mis resultados?
Como lo que descubría me llevaba al mismo lugar,

mi mente, y si la responsable de lo que pasaba en mi
vida era mi mente, determiné que era yo, y solo yo, el
responsable de todo lo que ocurría en mi vida. Esta
respuesta incrementó mis dudas y comencé a revisar lo que
había hecho hasta entonces para saber dónde estaba. Fue
cuando decidí incrementar los estudios sobre la mente, los

comportamientos y, sobre todo, analizar y obtener mayor
conocimiento sobre el funcionamiento de la mente.
El diagnostico estaba claro, estaba programado. Entonces,

había que aprender la forma de reprogramarme para aspirar
a una vida diferente y plena. Del material que había llegado
a mis manos, solo uno concentró mi atención, el del Dr.
Thurman Fleet. Era el que más resonaba con lo que me
sucedía y, además, me invitaba a seguir investigando. Y eso
fue, justamente, lo que hice.
LA FIGURA MÁGICA
Del material del doctor Fleet aprendí algo muy importante:

comprendí cómo funciona la programación mental y dónde
está alojada en nuestra mente dicha programación. Él doctor
afirmaba que todos “somos seres espirituales, dotados con
un intelecto, viviendo en cuerpos físicos”, entendía que para
que una persona pudiera curarse físicamente, primero debía
comprender quién era como ser humano.
La responsable de cuanto ocurre en la vida es la mente y,

por ende, es más importante que nuestro cuerpo físico. Ella
tiene la capacidad de modificar nuestra realidad y también
de sanar heridas internas. Inclusive, la mente también tiene
la habilidad de controlar las emociones que sentimos y,
como si fuera poco, el dolor, el malestar, la felicidad, la ira, el
enojo, la tranquilidad. ¿Cómo lo hace? Utiliza las facultades
intelectuales. Si esto es así, ¿por qué nos cuesta tanto
conectar con la abundancia y ser felices?
Se debe a que la mente está dividida en dos áreas, la mente

consciente y la mente subconsciente, también llamadas mente
34 | La figura mágica
pensante y mente emocional. Actúan juntas y separadas al

mismo tiempo. Sin embargo, es muy importante saber cuál
es la responsable de cada acción para mejorar y alcanzar
nuestros objetivos. Lo triste es que en la escuela nunca me lo
explicaron, en ningún taller, en ningún curso para aprender
a gestionar mi empresa, en ningún espacio de educación
formal me dieron esta información que, les puedo asegurar,
es vital para conectar con la abundancia universal.
La mente consciente, nuestra mente pensante, es la parte

del software encargada de recolectar datos y es en gran
medida la responsable de la programación. Se alimenta de los
estímulos externos y vive conectada con la supuesta realidad.
Se nutre de nuestros cinco sentidos y se ocupa de interpretar
lo que sucede y lo que ingresa a la mente subconsciente. Por
ejemplo, cuando conduces el auto y ves una luz roja, ella le
envía esa información a la mente subconsciente y promueve
la decisión de detenernos o seguir.
También sucede cuando vamos a comer y estamos

por ingerir un limón. Le envía esa información a la mente
subconsciente y ella prepara el cuerpo para recibir esa fruta
ácida, cítrica, y libera más saliva de la necesaria para otras
comidas. Otro ejemplo es cuando escuchamos el timbre
del celular: sabemos que alguien nos llama o que entró un
mensaje, y eso lo recoge la mente consciente que tiene la tarea
de interpretarlo antes de enviarlo a la mente subconsciente
para que ella ejecute la acción correspondiente.
En definitiva, nuestra interacción con el mundo físico pasa

por la mente consciente, la mente pensante. Lo que vemos,
oímos, olemos, tocamos y degustamos genera información
que luego es interpretada y trasmitida en forma de orden a la
mente subconsciente para que reaccione. Sin embargo, ella
La figura mágica | 35
no es la responsable de llevar a cabo la acción, no tiene el

control sobre la reacción de la mente subconsciente o mente
emocional. Solo le indica en dónde estamos, el escenario,
y luego la mente subconsciente es la que elige qué hacer
como respuesta a ese estímulo.
¿Cuál es la importancia de esta información? La división

que existe en nuestra mente, saber reconocer qué hace
cada una de ellas y entender cómo se puede modificar
una creencia. La mente consciente está conectada y está
abierta a cualquier estimulo que ingresa por alguno de los
cinco sentidos. Desde antes de que nazcamos, ella está
funcionando y creando programas determinados para hacer
que el cerebro funcione de manera más eficiente.
Es así como este software funciona desde que estamos en

el vientre de nuestra madre, generando primero algunos
programas de supervivencia básicos como saber respirar,
parpadear, la habilidad de abrir la boca para ingerir alimentos
y detectar la voz de nuestra madre. Son preprogramas
que quedarán de por vida grabados en el cerebro para
garantizar la supervivencia. Sin ellos, no podríamos respirar,
nuestro corazón no funcionaría correctamente, la farmacia
interna no generaría las sustancias necesarias para vivir. La
mente consciente pone en funcionamiento la maquinaria
y graba la programación en la mente subconsciente para
que vuele en automático.
¿Qué pasa cuando nacemos? Sigue el proceso, la mente

consciente empieza a aprender de lo que vemos, oímos,
olemos, degustamos y tocamos, también con el mismo fin, la
supervivencia. Así, de a poco va nutriéndose de información
y va grabando o, mejor dicho, programando nuestra mente
subconsciente. Esto no es malo ni nocivo en esencia, es solo
una explicación de cómo funcionamos y por qué estamos

donde estamos. Lo complejo es comprenderlo y aprender a
modificar esta programación para salir de ciertas situaciones
o, por qué no, de todas las que no deseamos.
Avanzando en mi investigación, encontré información por

demás valiosa. Así, por ejemplo, accedí a datos de estudios
realizados por John Assaraf y Murray Smith (4) a miles de
personas. Según ellos, desde el día en que nacemos y hasta
los 18 años una persona ha oído la frase “No, no puedes”,
una media de 150 000 veces. En cambio, ha escuchado “Sí,
puedes”, solo unas 5.000 veces. Eso supone treinta NO por
cada SÍ. Por eso, la creencia del “No puedo” es tan poderosa.
Nuestra mente, nuestro software, graba el mensaje que
para sobrevivir hay que hacer caso a las advertencias, a los
“No puedo” en tal o cual situación, y se vuelve una creencia
muy poderosa.
¿Mis padres fueron los responsables? No, en cierta medida,

ellos fueron y son responsables de sostener su propia
ignorancia, de no despertar y alimentar el paradigma de las
limitaciones, nada más. Lo que debemos entender es que la
mente consciente o pensante es la principal responsable de
la programación que tenemos, con la cual vivimos a diario.
Y lo peor es que la seguimos programando con nuestras
elecciones, con las decisiones, las simples y las complejas,
que adoptamos cada día, a cada momento.
Esto quiere decir que elegimos qué radio escuchar, qué

diario leer, qué programas de televisión mirar y con quiénes
nos rodeamos. Elegimos a dónde ir, cómo hacerlo y con
quién hacerlo. De esta forma, generamos datos con los que
la mente consciente se alimenta y luego programa para
contribuir al correcto funcionamiento, a la supervivencia.
Ahora, ¿cuál es la función de la mente subconsciente

o emocional? ¡Ella es infalible!, es la que lleva a cabo la
programación, es millones de veces más compleja que la
mente consciente y realiza prácticamente todo el trabajo.
¡Te presento a la mente emocional! Ella es la más ilimitada
y la más poderosa de nuestras mentes. Sin embargo, no es
la que manda. Por el contrario, ella solo obedece órdenes
de la mente pensante y toma como realidad lo que se le
diga o se le indique.
En mi caso personal, llamo a esta mente la conexión con

el universo, pues está efectivamente conectada con todo.
Desde ella se envían los impulsos eléctricos que atraen o
rechazan las cosas buenas y malas que nos llegan. La mente
subconsciente tiene un poder ilimitado, la capacidad de
manejar miles de millones de funciones sin siquiera saturarse.
Posee la habilidad de ordenarles a nuestras células qué hacer,
a nuestro corazón cuándo bombear y también indicarles a
las manos cuándo moverse y para qué deben hacerlo.
Un ejemplo tiene que ver con el funcionamiento diario, con

lo que hacemos en cada momento. Esta parte de nuestra
programación está al servicio de la mente consciente y
ejecuta cada tarea que la mente pensante le pide. Así es
como abrimos los ojos, nos levantamos de la cama y llevamos
a cabo tantas tareas sin siquiera chistar. Ella también guarda
la programación profunda, nuestras creencias y lo que
aprendemos a diario. Además, graba qué debes hacer en tal
o cual situación, como ir al trabajo, alimentarte o, inclusive,
cuánto debes pesar. También registra tus gustos y tus deseos.
¡Ella se guarda y programa toda tu vida!
A medida que estudiaba y descubría más y más información,

me preguntaba, ¿para qué me sirve esto?, ¿qué podía hacer
con la información y cómo este descubrimiento me ayudaría

a cambiar mi vida? En principio, solo se trataba de descubrir
el funcionamiento de la mente y fue a partir de eso que
me di cuenta de que había sido programado y de que esa
programación estaba en lo más profundo de mi mente, en
mi mente subconsciente, mi mente emocional. Mi conexión
con el universo estaba programada para repetir los esfuerzos
y, como dicen en mi país, fundirme trabajando.
Hasta que llegué a la gran respuesta, la que estaba bus-

cando, la que me dio una luz de esperanza en mi mediocre
vida de frustraciones y angustias: la mente se puede repro-
gramar. ¿Eso qué quiere decir? Que la memoria del pasado
puede ser modificada y, si bien no se borra, ¡estaba en
condiciones de hacer algo diferente de cara al futuro y había
descubierto cómo hacerlo!
Tenía el esquema casi completo de cómo funcionaba

mi mente y de por qué mis resultados eran magros. Sabía
que era porque vivía repitiendo una y otra vez lo mismo, el
paradigma familiar, el legado de mis antepasados. Estaba
grabado en mi mente emocional y a fuego lento se había
trasmitido desde ellos hasta llegar a mi mente subconsciente.
Había avanzado mucho, pero aún no sabía bien qué hacer
con la información que había recogido en el camino.
Sin embargo, seguí avanzando en el proceso hasta que lo

entendí. Todo, absolutamente todo, estaba en mi interior. Fue
cuando comprendí la Biblia, cuando el libro Piense y hágase
rico y tantos otros textos que había leído cobraban sentido.
Todo hablaba de lo mismo: los libros de John Maxwell, los de
Jim Rohn, los de Tony Robbins, hasta los libros de autoayuda
decían lo mismo, pero con palabras diferentes.
Debía comenzar a cambiar mis pensamientos, debía

comenzar a trabajar sobre mi mente, debía reprogramar mi
mente subconsciente, mi mente emocional, mi conexión con
el universo, porque ella era la que tenía el poder de modificar
mis resultados. Entendí que, en definitiva, era yo quien tenía
la posibilidad de cambiarlos y la responsabilidad de llevar
el proceso adelante. Sin embargo, me encontraba en una
encrucijada. No sabía cómo cambiar mis pensamientos
desde el lugar en el que estaba, porque es sencillo hacerlo
cuando te va bien, pero no es lo mismo cuando estás tapado
de lodo y lo único que puedes ver es negro.
Había logrado descubrir información vital, pero me faltaba

resolver el resto de la ecuación. Seguí buscando respuestas,
sobre todo para no equivocarme, para generar los resultados
permanentes que deseaba, para acceder a esa abundancia
que parecía tan lejana y que en realidad no lo estaba. Era
cuestión de tiempo hasta que lo descifrara. Continué y me di
cuenta de que las enseñanzas del doctor Thurman Fleet no
habían terminado. Se acercaba la parte más emocionante,
descubrimientos llenos de información que, si era bien
aplicada, representaban la clave de mi transformación. Me
refiero a las facultades intelectuales.
A medida que me concentraba en el estudio de la mente,

las situaciones que llegaban a mí ya no se veían de la misma
forma que antes. Sabía que todo dependía del modo en
que viera cada problema, tenía la información adecuada
para responder incógnitas que en el pasado permanecían
inconclusas o me generaban dolor de cabeza. Ya era más
sencillo, pero faltaba más. El paso siguiente fue el que
me dio el destello final, el que terminó de despertarme
y me acercó a la abundancia que aún no tenía, pero que
sabía iba a conseguir. Descubrí que existen seis facultades
intelectuales: percepción, voluntad, imaginación, memoria,

intuición y razón.
Era algo que nunca me habían enseñado en la escuela, que

tampoco había visto en ninguno de los cursos y mucho menos
en mi breve paso por la universidad: eran las seis facultades
intelectuales. ¿Por qué nunca me había encontrado con
esta información? En todos lados me hablaban de los cinco
sentidos. En la escuela, en los libros, en cualquier espacio
educativo se mencionaban los sentidos, pero nadie decía
nada de las facultades intelectuales. Parecía que era un
secreto reservado que solo un pequeño porcentaje de la
población podía conocer.
¿Y cuál era el secreto? Que solo puedes cambiar tu vida de

manera positiva si desarrollas las 6 facultades intelectuales, si
puedes cambiar tu percepción, si logras dominar tu voluntad,
si utilizas la razón, la memoria y la imaginación en cada aspecto
de tu vida. Puedes cambiar tu vida de manera positiva si
finalmente alcanzas tu máximo potencial desarrollando estas
facultades. Si lo haces, la abundancia está garantizada.
Esta es la forma en la que puedes cambiar tus pensamientos,

modificar tu programación mental, desafiar la memoria
del pasado y convertirla en un valioso aprendizaje y no en
una terrible sentencia de escasez que limite tus resultados
actuales y tu conexión con la abundancia. Entonces, volví
a revisar lo aprendido y comencé a aplicar esos conceptos
en cada situación de mi vida. Comprendí que lo que le
llega a mi mente consciente ingresa por los cinco sentidos
y que eso luego debe ser interpretado por las facultades
intelectuales antes de quedar como una programación en la
mente subconsciente.
¿Y cuál fue el proceso que seguí? ¿Cuál es la forma en que

logré mejorar mis resultados? ¿Cuál es la forma en la que
puedes aprovechar estas informaciones para ti? En primer
lugar, analicé una por una las facultades para saber en qué
nivel estaba, pues antes de iniciar cualquier camino de
crecimiento y cambio es necesario ser consciente del lugar
en donde cada uno se encuentra. Si no sabemos en dónde
estamos, es imposible encontrar la dirección hacia la que
queremos avanzar.
Y en este punto vale recordar la enseñanza del doctor

Thurman Fleet, a la que me adhiero, y dice “somos seres
espirituales, dotados de un intelecto, viviendo en cuerpos
físicos”. Al revisar la información, descubrí que la clave, el
desarrollo de nuestras facultades intelectuales, es lo que te
abre las puertas para conectarte con una vida superior, llena
de abundancia, vinculada con lo bueno y positivo que existe
en el universo.
Determiné que la percepción es la que normalmente

provoca las conjeturas que hacemos y provoca que, ante
cualquier inconveniente, veamos el lado negativo o nos
impide ver un problema desde otros ángulos. Es la razón
por la cual no encontramos soluciones, salidas, por la
que lo posible sea imposible. La falta de desarrollo de la
percepción limita nuestras creencias. Justamente allí radica
la diferencia entre la percepción y la sensación, con la que
suele confundirse: mientras que la percepción incluye la
interpretación y el análisis de los estímulos, la sensación
es la experiencia inmediata que apunta a una respuesta
involuntaria y sistemática. En pocas palabras, la percepción
se refiere a una imagen mental formada a partir de la
experiencia humana, que incluye su forma de organización,
su cultura y sus necesidades.
Aunque a algunas personas les parece algo complejo,

estas tres simples claves pueden ayudarte a hacerlo:
Para comenzar a cambiar tu percepción, hay tres formas

de hacerlo:
1. Cuida la manera en que te hablas

2. Presta atención solo a aquello en lo que puedas ser
protagonista
3. Pasa a la acción lo más rápido posible
Luego siguió mi aprendizaje sobre la voluntad, que proviene

del latín voluntas y significa la facultad de dirigir el accionar
propio. Se trata de una propiedad de la personalidad que
apela a una especie de fuerza para desarrollar una acción
de acuerdo con el resultado esperado. La voluntad implica
generalmente la esperanza de una recompensa futura, ya
que la persona busca un motivo para reaccionar ante una
tendencia actual en función de un beneficio posterior.
La voluntad ha motivado todo tipo de debates filosóficos,

pues está vinculada a lo que se desea realizar y al enten-
dimiento de las razones por las cuales un sujeto elige eso.
Por lo tanto, la voluntad tiene relación con el libre albedrío.
Pero, hay algo relacionado con la voluntad que nos provoca
desconcierto: por qué, aunque queremos algo con todas
nuestras fuerzas, ¿no siempre conseguimos la voluntad
necesaria para seguir adelante, para alcanzar el objetivo? Es
algo más normal de lo que crees.
De hecho, fue lo que me sirvió como punto de partida para

trabajar sobre mi mente, porque había veces en las que,
simplemente, era incapaz de controlarla. Siempre me he
considerado como una persona disciplinada, pero cuando

comencé a enfrentar retos y metas de importancia, tuve que
pasar a otro nivel. Nunca creí que algunos nacen tocados por
una varita y que hay que aceptar lo que nos da el destino,
sino que pienso que todo se puede lograr y para eso hay
que desarrollar nuestras facultades intelectuales. Eso es lo
que marca la diferencia entre quienes logran lo que desean
y quienes no lo hacen.
La voluntad, entonces, es de vital importancia. Pero, para

aprovecharla, debes mejorar eso que llamamos fuerza de
voluntad, que depende de ti, y consigas lo que te propones.
Recuerda: voluntad es la facultad de dirigir el accionar propio.
Estas son algunas acciones que te ayudarán a mejorar:
1. Mantén una buena alimentación

2. Entrena tu mente
3. Controla las tentaciones
4. Aprende a descansar
5. Divide y triunfarás
6. Rodéate de personas con vibraciones altas
Continué trabajando sobre mi razonamiento y descubrí

más aspectos interesantes. Por ejemplo, que la razón
es la facultad del ser humano de identificar conceptos,
cuestionarlos, hallar coherencia o contradicción entre ellos.
De esta manera, induce o deduce otros conceptos distintos
de los que ya conoce. La razón, más que descubrir certezas,
tiene la capacidad de establecer o descartar nuevos
conceptos concluyentes o conclusiones, en función de su
coherencia con respecto de otros conceptos de partida
o premisas. Cuando dejamos de alimentar la razón, nos
volvemos autómatas y aceptamos como verdad algo que

en realidad no lo es.
Las tareas de razonamiento requieren llegar a conclusiones o

realizar generalizaciones a partir de la información recolectada,
normalmente siguiendo algunas reglas lógicas. Hay dos téc-
nicas que utilizo para mejorar mi inteligencia o razonamiento.
La primera es cuestionar el razonamiento común, es decir,
descubrir si lo que pensamos es algo que nosotros mismos
creamos o fue emitido por alguien más. La segunda es hacer
una pausa y reflexionar a diario. Esta práctica nos permite
consolidar las creencias, incrementar el conocimiento.
En esta labor es necesaria la siguiente facultad intelectual,

la memoria. El común de las personas cree que tener
buena memoria es un asunto que está fuera de nuestro
control, pero están equivocadas. La buena memoria es una
habilidad y mejorarla puede ayudarte a ser un líder más
creativo e innovador, sobre todo, en tu propio liderazgo. El
primer paso es cambiar la forma en la que piensas de ella.
¿Por qué? Porque la memoria no está diseñada únicamente
para recordar nombres, encontrar las llaves o almacenar
las contraseñas que creaste. La memoria fue creada para
trabajar en contexto.
Para conseguir elevar tu nivel de memoria al punto que te

ayude a conseguir ser un pensador más creativo, sigue las
siguientes recomendaciones:
1. Involucra tu cuerpo y mente para mejorar la memoria

2. Revisa siempre 3 puntos que quieras recordar de
cada situación
3. Enfoca tu atención en aquello que estás haciendo
Esto servirá para mejorar tu memoria. También es reco-

mendable practicar juegos de memoria, ya sea en revistas o
diarios, en la Web o en alguna aplicación. Cada día existen
más opciones. Ejercitar mediante el uso de juegos es una de
las formas más efectivas de potenciar tu memoria porque
la mente reconoce los estímulos que nos generan placer
y se encarga de mantenerlos en la memoria para cuando
queramos recordarlos.
Como ves, poco a poco el rompecabezas va tomando

forma. Ahora, hay que tomar acción para mejorar tu memoria
y avanzar en el camino para lograr lo que deseas. En esa
labor requerirás de la imaginación, una facultad mental que
idealiza. Se llama imaginación a la facultad de la mente que
nos permite representar tanto las imágenes de las cosas
reales como de las ideales. En otras palabras, la mente toma
elementos, aspectos y personas de la vida real y cotidiana y
los adapta a una nueva realidad imaginaria.
La imaginación despliega una actividad que ayuda a ver

el mundo y lo que nos sucede desde diferentes puntos de
vista. Esta facultad es la habilidad que tiene una persona
para proyectar imágenes en su mente, de hacer presente
lo ausente, de crear. El valor de una imaginación fértil es
la fuente del pensamiento creativo, una de las principales
razones por las que la mayoría de las personas no tienen
éxito: porque no han aprendido a usar la imaginación.
Todos nacemos con una imaginación activa, como sucede

con los niños que viven en un mundo de fantasía durante unos
años, una fase normal del desarrollo de la personalidad. Sin
embargo, cuando los poderes de razonamiento superiores
comienzan a madurar, el niño progresa a un mundo de
realismo. Por lo tanto, la imaginación cumple un papel
importante en la percepción de la vida, pues a través de ella

es posible entender mejor las situaciones que nos ocurren, y
con distintos puntos de vista. Recuerda: “Tu imaginación es
libre, no la hagas prisionera de convicciones ajenas”.
Por último, es el momento de hablar de la intuición,

poderosa facultad. Una de las claves para alcanzar el éxito
en la vida y en los negocios es la intuición. Las personas con
capacidad para intuir son capaces de guiarse con mayor
acierto por los senderos de la vida. Existen multitud de
técnicas y estrategias para desarrollar esta habilidad para
intuir y es importante aprender a ponerlas en práctica, porque
en verdad te van a servir para conseguir lo que deseas.
La intuición es esa guía vital que, de forma semiautomática,

nos ayuda a tomar buenas decisiones, resolver problemas
y ser más exitosos en prácticamente cualquier ámbito de la
vida: profesional, académico o personal. Sin embargo, es una
habilidad que no suele ser muy tomada en cuenta y, por tanto,
no se le presta la atención que amerita, en especial, desde las
instituciones públicas. Por eso, nuestro sistema educativo no
potencia el desarrollo de la intuición, a pesar de los múltiples
beneficios de esta capacidad para afrontar el día a día.
Para ayudarte a comprender las bondades de la intuición

y para que puedas potenciar esta habilidad, ten en cuenta
estas siete estrategias prácticas y muy útiles para fomentar
este sexto sentido del que disfrutan las personas con olfato
para los negocios y para la vida en general. ¿Empezamos?
1. Primer paso fundamental: confía en tus corazonadas

2. Diferencia entre prejuicio e intuición
3. Practica la meditación
4. Una técnica curiosa: la visualización de paisajes

5. La visualización de cuerpos geométricos
6. Sueños lúcidos y el inconsciente
7. Desarrolla la empatía y práctica
La intuición también surge de la habilidad para interpretar

correctamente las emociones y sentimientos ajenos. Puedes
practicar intentando intuir qué piensan o sienten otras
personas y, si tienes la suficiente confianza con ellos, les
preguntas para saber si estabas en lo cierto. Te sorprenderás
de lo relativamente sencillo que es, de forma intuitiva,
adivinar el estado de ánimo de alguien.
CONECTADO CON LA ABUNDANCIA POR EL

RESTO DE MI VIDA
¿Cuál es el mayor aprendizaje que adquirí con esta informa-

ción? Que la aplicación de los ejercicios, la puesta en acción
de las técnicas y estrategias para desarrollar mis facultades
intelectuales eran la llave para abrir la puerta de la abundan-
cia y permanecer ahí por el resto de mi vida. ¿Fue sencillo?
Claro que no, cuestionar mis pensamientos y crear nuevos,
renovados, positivos y constructivos, fue y es el desafío diario
que me permite mantenerme conectado con la abundancia.
¿Vale la pena? Sin duda alguna. Cuando dominas tu mente,

los cambios positivos no tardan en aparecer y sientes que
estás en un camino en el que tienes el poder de cambiar lo
que desees. ¿Cuál es la herramienta más poderosa? Todas
en su justa medida. La meditación me permitió calmar mi
mente para modificar la programación. La visualización de
situaciones diferentes a mi realidad me hizo conectar con
la memoria futura y creó pensamientos de prosperidad y
48 | Conectado con la abundancia por el resto de mi vida

abundancia que luego pude construir. Al final, depende de

nuestras creencias y este conocimiento nos da herramientas
que, si no las utilizamos, nada sucede.
Cambiar y mejorar nuestras vidas depende exclusivamente

de cada uno. Sembrar las semillas de la abundancia en la
mente no sirve de nada si luego no las riegas a diario, si
no haces algo pequeño o grande para que crezcan y te
conecten con lo bueno y positivo que te ofrece el mundo.
El pasado, lo que hemos grabado en la memoria, es pura y
exclusivamente información vital para elegir qué nos hace
felices y qué no. No es una condena, no es una obligación
sobre qué estamos obligados a hacer.
Hay personas que se resisten a los cambios y no comprenden

que quien no cambia, nunca aprende algo nuevo. Es
imposible que hoy vea la vida de la misma forma que solía
hacerlo 20, 15, 10 o 5 años atrás. Incluso, en este último año
tuve aprendizajes valiosos y parte de lo que pensaba sobre
algunos temas, cambió. El crecimiento, el desarrollo y la
conexión con la abundancia son algo intencional. Si no tienes
la intención, el deseo, la motivación para vivir una vida mejor,
nada sucede, nada mejora, lo único que pasa es el tiempo y
no existe peor sensación que la de arrepentirse por lo que
no haces. Hoy me dedico de tiempo completo a ayudar a
despertar a otras personas, les cuento cómo lo hice y a diario
aprendo a mejorar mis resultados, aprendo cómo ayudar a
más y más personas como tú, que están en esta búsqueda.
No hay recetas mágicas, pero puedo decirte que hay algo

de magia en tu vida cuando logras cambiar la manera en
la que razonas, la forma en la que ves lo que sucede a tu
alrededor, cuando aprendes a recordar algo que creías
imposible, cuando dominas tu intuición y, sin duda, cuando
Conectado con la abundancia por el resto de mi vida | 49

tu imaginación te permite crear soluciones creativas en tu

vida diaria. Esta información cambió muchas vidas y cambiará
muchas más. Yo solo siembro semillas y lo que hago a diario,
lo que tú puedes hacer a diario, será lo que les dará a esas
semillas la posibilidad de crecer y convertirse en frondosos
árboles de la abundancia plena.
No hay obligaciones en el camino de la abundancia, no

existen los esfuerzos, no hay sufrimiento, ni pesar. Tampoco
existen frustraciones, solo una enorme responsabilidad, esa
que se genera al descubrir que yo, y solo yo, soy el dueño
de mis resultados, los actuales y los que vendrán. Así como
hace cientos y miles de años existía la creencia de los dioses
que exigían sacrificios a cambio de la abundancia, hoy todos
creen que deben sacrificarse para obtener una vida mejor.
Nada más lejano de la realidad. El milagro es nuestra

inteligencia, el milagro es el ser humano y la mente esconde
un poder ilimitado del cual aún no conocemos todas las
respuestas. Al final de cada día solo pienso y disfruto
el camino elegido, reflexiono y descanso en mi propia
ignorancia sobre lo que vendrá. Disfruto el momento,
imagino un futuro próspero y convivo con la incertidumbre
que reina en un mundo por demás hermoso que no deja de
asombrarme. No hay nada más que el ahora, disfrútalo.
Te deseo lo mejor. SIEMPRE.
PABLO VALLARINO
www.pablovallarino.com
pv@pablovallarino.com
WhatsApp: +54 9 11 3358-6500
@PabloVallarinoAR PabloVallarinoAR
50 | Conectado con la abundancia por el resto de mi vida

PUEDEN AYUDARTE A CUMPLIR TUS SUEÑOS ⅼ ÁLVARO MENDOZA ⅼ
2
[ ÁLVARO MENDOZA ]
CÓMO DESCUBRÍ NUEVAS Y APASIONANTES CIMAS
“ Lo importante no es llegar a la cima, sino mantenerse

en ella”.
Estoy seguro de que tú, como yo, escuchaste esta frase

cientos de veces, quizás miles. Durante mucho tiempo,
largos años, como casi todo el mundo, creí que era cierta.
Sin embargo, la vida se encargó de demostrarme que estaba
equivocado y lo hizo de la manera más sabia posible: me
enseñó que había cimas más altas.
Lo primero que puedo decirte es que eso de estar en

la cima es algo que nunca me trasnochó, algo que nunca
busqué. No fue que un día me levanté de la cama y dije
“voy a subir a la cima y me voy a quedar allá”. De hecho,
ni siquiera me di cuenta de cuándo había llegado a la cima
(que valga decirlo no es un lugar) y fue el mercado el que se
encargó de notificarme de ese logro.
Honestamente, creo que desde el primer día estuve en la

cima, y lo afirmo sin ánimo de presumir. ¿Por qué? Porque
en el momento en que comencé no había nadie más, no en
el mercado hispano. Prácticamente nadie de Latinoamérica
hacía negocios en Internet y fui yo el que, por allá en el
lejano 1998, abrí el camino. Un camino que, hoy lo recuerdo
con humor, fue bastante inhóspito.
Cómo descubrí nuevas y apasionantes cimas | 51

Cada vez que Facebook, Instagram o WhatsApp colapsan,

algo que sucede con frecuencia, son millones de personas
las que entran en pánico. Es como si se hubieran quedado sin
manos, o sin ojos. No saben qué hacer, cómo comunicarse con
otros, cómo seguir su vida normal. Es como si, tristemente,
no tuvieran una vida normal sin internet, sin redes sociales,
sin teléfono móvil.
¿Por qué lo digo? Cuando comencé en los negocios, lo

único que existía era Internet. Pero, que te quede claro, no
era el mismo Internet de hoy, sino uno arcaico, de la era
de los dinosaurios. No había wifi, no había banda ancha,
no había dispositivos móviles, no había redes sociales, no
había aplicaciones de mensajería instantánea. Para que me
entiendas: no había nacido Mr. Google.
¿Cómo se trabajaba, entonces? Con paciencia, con mucha

paciencia. No había más alternativa. La conexión era vía
telefónica, inestable y se cortaba cuando alguien levantaba
la bocina del teléfono. Los planes de conexión, además, eran
costosos porque la demanda era mínima y solo había unos
cuantos proveedores que imponían su ley. Y la tecnología
era de la Edad de Piedra, literalmente.
Para contarte que los computadores, bastante más

grandes que los actuales, tenían configuraciones que hoy se
nos antojan arcaicas. Las páginas Web eran solo de texto,
porque las fotos demoraban demasiado en cargar, no había
cámaras digitales y eso del video en Internet todavía se
vislumbraba lejano. De hecho, eran pocas las personas con
cuentas de correo electrónico.
Te cuento otro dato que muchas personas no me creen,

pero que es cierto. Antes de venirme a los Estados Unidos,
52 | Cómo descubrí nuevas y apasionantes cimas

intenté comenzar a vender por Internet en Colombia. No

pude. Increíblemente, no era posible recibir pagos con
tarjeta de crédito a través de Internet. Cuando fui a los
bancos a ver qué podía hacer, a ver cómo me podían ayudar,
me llevé una gran y desagradable sorpresa.
“Señor Mendoza, qué pena con usted. Me puede explicar,

por favor, ¿qué es eso de Internet?”. No sabían que la red
existía. Para que me entiendas: en Colombia casi no había
cajeros automáticos. Esa fue, por supuesto, la razón por la
cual un día empaqué mi maleta, le hice un nudo al corazón
a la hora de despedirme de la señora Julita, mi madre, y me
vine para los Estados Unidos.
La intención era sencilla: quería encontrar personas

o empresas de las que pudiera aprender de Internet,
quería conocer las herramientas, quería saberlo todo
y, en especial, quería hacer negocios. Aunque había
proveedores de servicios, mejores conexiones, personas
que vendía por internet y una mentalidad más abierta, no
fue fácil hacer camino al andar. Fue una aventura.
Cuando eres extranjero, no importa en qué país, avanzar

no es tan fácil como a uno le gustaría, y eso que Estados
Unidos es un país de inmigrantes y, además, el país del sueño
americano. La verdad es que antes de poder cumplirlo, tuve
varias pesadillas. Fue muy duro arrancar, entre otras razones
porque más allá de mis ganas de aprender, de mi entusiasmo,
no tenía nada más.
Ni recursos, ni herramientas, ni conocimiento. Y en eso,

precisamente, me concentré: en adquirir el conocimiento.
Una empresa que apenas comenzaba y lejos estaba el
mundo de imaginar que se iba a convertir en la número uno

en el siglo XXI, me sirvió como laboratorio de pruebas. Se

trata de Amazon, que por aquel entonces se promocionaba
como “la librería más grande del mundo”.
¿Cómo fue? Mis primeros pinitos en Internet fueron una

aventura que recuerdo con cariño y de la cual me siento
orgulloso. Monté un directorio sobre Gabriel García Márquez,
el Premio Nobel de Literatura colombiano, y vendí sus libros
en más de 20 idiomas a lo largo y ancho del planeta. Ese
directorio acreditaba un tráfico importante para la época y
eso llamó la atención de Amazon.
Me vinculé a una de sus propuestas más novedosas, en

la que prácticamente nadie distinto a Jeff Bezos creía: su
programa de afiliados. Ellos me ayudaban a vender los libros
de Gabo, lo cual incrementó mis ingresos, y yo les ayudaba
a vender sus libros, y de paso robustecía mi economía. Fue
una etapa divertida, interesante y, sobre todo, de mucho y
muy valioso aprendizaje.
Fue un proceso que duró unos años, antes de que pudiera

empezar a cristalizar mis sueños. Lo hice gracias a que tuve
la fortuna de formarme de la mano de Dan Kennedy, uno de
los emprendedores digitales más importantes de Estados
Unidos, una leyenda viviente del marketing.
Cuando concluyó mi formación con ellos, tomé la decisión

de trabajar en el mercado hispano, que era incipiente. Podría
haberlo hecho en el mercado anglo, que es muy grande,
muy productivo y competido, pero me pareció que no era
coherente. Soy colombiano, soy latino y después de haber
experimentado tantas dificultades mi obsesión era ayudar a
otros latinoamericanos.
54 | Cómo descubrí nuevas y apasionantes cimas

El comienzo fue titánico. Haz de cuenta que estaba ahí

parado, en la inmensidad del planeta, frente a un tupido
y gigantesco bosque de frondosos árboles de 20 y 30
metros de altitud. No había caminos, ni siquiera un angosto
sendero por el que pudiera transitar. Había que derribar las
ramas, abrir el paso, construir el camino; había que sortear
mil y una dificultades.
Finalmente, después de varios simulacros fallidos, pude

despegar. Me di a conocer, me posicioné y pude ofrecer mis
productos, que afortunadamente fueron bien recibidos por
el mercado. Por aquel entonces, solo contaba con dos fieles
amigos. Uno era el email marketing (que tiene más vidas que
un gato) y el otro era el marketing de contenidos (que tiene
muchos enemigos).
Abrí mi blog y comencé a publicar contenido de valor,

gratuito. El cuento de cobrar por el contenido apareció
muchos años después y no estoy de acuerdo con esa
estrategia. Aunque no soy periodista, jamás hice un curso
de escritura o algo por el estilo, me di mañas para generar
abundante contenido, primero en formato escrito y, más
tarde, también en video.
Ese fue el sello que me caracterizó desde el comienzo, el

factor que me permitió diferenciarme de la competencia
y convertirme en una propuesta de valor única. Poco
a poco, mi lista de suscriptores voluntarios comenzó a
crecer y el negocio floreció. Después llegaron poderosas
herramientas que simplificaron el trabajo, que me brindaron
posibilidades ilimitadas.
Del ámbito estrictamente virtual, en Internet, pasé al

mundo real, en eventos presenciales. Cuando comencé,

jamás creí que iba a estar involucrado en algo así, desconocía

todo lo relacionado con la logística y ni en el más plácido de
mis sueños imaginé que el contacto con la gente, con mis
clientes, era algo tan enriquecedor. Otra fuente inagotable
de aprendizaje.
Recuerdo un evento al que asistí en Miami (Florida), que me

causó un gran impacto y que me permitió darme cuenta de
que había llegado a eso que llaman la cima. Cuando ingresé
al escenario, fui tratado como una estrella mediática, como
una figura de la farándula, como un referente. Lejos estaba
yo de imaginar algo así y tardé un tiempo en entender qué
había sucedido.
LOS CIMIENTOS DEL ÉXITO
“¿Cómo lo hiciste?”. Creo que esta es la pregunta que más

veces me han formulado. No me incomoda, ni mucho menos,
aunque hay algo que se esconde detrás de esas tres palabras
que no termina de encajar: la gente cree (está convencida)
que hay una fórmula mágica, un libreto perfecto, detrás del
éxito de otra persona. No puedo hablar por otros, pero no
es así en mi caso.
Entiendo que parte de la grandeza del ser humano es

que cada uno es único, irrepetible. A mí, personalmente, es
algo que me encanta porque no me imagino viviendo en
un mundo en el que todos fuéramos iguales. Además, sé
que ese ser diferente al resto es, precisamente, inagotable
fuente de aprendizaje y, como me considero un aprendiz de
la vida, un estudiante eterno, me gusta.
Lo que sí podemos hacer, lo que debemos hacer cuando

queremos alcanzar el éxito, es modelar lo que los exitosos
56 | Los cimientos del éxito

hicieron para alcanzar sus metas. Según el diccionario,

modelar es “ajustarse a un modelo”. Fíjate que no dice
copiar, ni clonar, ni repetir de manera idéntica. Tú puedes
modelar lo que otra persona hizo para alcanzar un resultado
determinado, pero no puedes clonarlo.
Modelar significa observar con atención, determinar

cuáles son las características positivas (fortalezas) y cuáles,
las negativas (debilidades), además de establecer cuál es el
sistema o el método que se empleó para conseguir el fin
deseado. El sentido de modelar consiste en que tomas esa
información y la adaptas a tu vida, a tu negocio; eliges lo que
te sirve y desechas el resto.
Hoy, por ejemplo, puedo decirte que en mí como em-

prendedor hay mucho de Dan Kennedy y de mis padres, las
personas que más me marcaron en la vida y que encendieron
en mí el fuego de la pasión por el emprendimiento. Sin
embargo, no soy Dan Kennedy y no soy mis padres: soy
Álvaro Mendoza, enriquecido con algo bueno de cada
uno de ellos.
Estos son dos conceptos muy importantes que necesitas

tener claro si quieres ser emprendedor: debes hacer tu propio
camino y debes hacerlo a tu estilo. Si crees que alguien te va
a revelar la fórmula secreta del éxito, más pronto que tarde
te estrellarás contra el planeta. Si quieres llegar rápido a eso
que llamamos la cima, y eliges un atajo, te perderás y quizás
no recuperes la senda.
El camino que labré estaba sustentado en dos pilares:

aportar valor y servir. Quizás haya otras alternativas, pero
no las he utilizado, o las desconozco. Además, estas fueron
las que mejor encajaron en mi proyecto de vida por una
Los cimientos del éxito | 57

simple razón: me permitieron ser auténtico, ser yo mismo,

con algunas cuantas virtudes y mi cúmulo de defectos y
limitaciones. Ese fue mi libreto.
Ahora, supongo, te preguntarás ¿qué es eso de aportar

valor y servir? Te lo voy a explicar a través de las cinco
acciones que implementé y que todavía ejecuto, porque son
las estrategias que me han dado la posibilidad de alcanzar
mis objetivos, de superar los obstáculos y de corregir mis
errores. Repito: es mi libreto, el que a mí me funciona, pero
tú tienes que descubrir el tuyo.
1.- Contenido.
Como mencioné antes, es un amigo de toda la vida, al

menos en el marketing. Sin redes sociales, sin Google, sin
webinars, sin WhatsApp, sin transmisiones en vivo, cuando
comencé solo había una forma de conectar y conversar con
el mercado, con tus clientes: el contenido gratuito. Hoy, esta
poderosa herramienta sigue siendo un plus que aporta valor
a mi propuesta.
Si hay algo de lo que pueda sentirme orgulloso de mi

trayectoria, es eso de ser, quizás, el emprendedor que más
contenido gratuito ha publicado. Recuerda que llevo más
de veinte años en el mundo de los negocios y desde que
me inicié transmito mi mensaje en diferentes formatos
(texto, video, audio, fotografías) y apalancado en todas las
herramientas que nos brinda la tecnología.
Mi premisa ha sido sencilla: publicar solo cuando estoy

seguro de que puedo aportar valor, y con esto me refiero
a compartir conocimiento (herramientas, recursos) que te
permita alcanzar tus objetivos. Si no tengo algo valioso que

transmitir, no publico. Así de sencillo. Y cuando publico, me

esmero porque sea contenido de valor, que te enseñe algo,
que te sirva, que te invite a reflexionar.
Otra característica es que contenido para aportar valor

y ventas van por caminos separados. Muy pocas veces
se cruzan y, si eso ocurre, es de manera transparente, sin
engaños, sin tretas. Mi intención es ayudarte, compartir mi
conocimiento, que conozcas los errores que cometí y no los
repitas, que sepas cuáles herramientas y recursos utilizo y las
aproveches en tu negocio, en tu vida.
¿Con qué periodicidad hay que publicar? Depende de

tu nicho, de tus clientes. Recuerda: más importante que la
cantidad es la calidad. Si lo que vas a publicar carece de valor,
no publiques. Y ten en cuenta también que no hay formatos
ideales o perfectos: aprovecha todos los canales en los que
estén tus clientes. Para ellos, lo importante no es el formato
o el canal, sino el contenido.
2.- Los eventos.
Cuando comencé a trabajar en Internet, no tenía idea del valor

de los eventos. Por las condiciones del mercado en esa época,
mis primeros años fueron clandestinos. ¿A qué me refiero?
Todo el trabajo lo hacía desde mi casa. A medida que avancé,
que abrí paso por ese tupido bosque, descubrí oportunidades
de aprendizaje, de crecimiento personal y profesional.
En esa labor, los eventos presenciales y virtuales fueron

fundamentales. A diferencia de lo que ocurre en España,
por ejemplo, en Latinoamérica somos reacios a asistir
a eventos. No sé si es por el costo, por las distancias o,
simplemente, porque no nos han enseñado el valor de estas

actividades. Hay personas que me dicen, también, que es

porque el latino todo lo quiere gratis.
Ir a un evento presencial y entrar a un salón con 200, 500

o 2.000 personas fue algo que me causó un gran impacto.
Luego, la experiencia de conocer a otras personas, conversar
con ellas en los descansos, en el almuerzo. Compartir en
las actividades y enterarme de sus historias era (es) algo
enriquecedor. Y, claro, el hecho de desvirtualizar a mis
mentores, a los referentes del mercado.
Después, con el tiempo, me convertí en anfitrión de eventos

presenciales. Una tarea titánica, muy desgastante, pero que
vale la pena. Lo que significa el contacto con las personas,
con tus clientes, con los colegas, es algo que no puedes
pagar con todo el oro del mundo. Inclusive, entender el
valor que tiene para una persona una charla de 2-3 minutos
contigo o tomarse una fotografía.
Si quieres lograr tus objetivos, si deseas cristalizar tus sueños,

es imprescindible que inviertas en ti, en tu conocimiento.
Los eventos presenciales o virtuales son el mejor escenario
para aprender, para relacionarte, para darte a conocer y
posicionarte. Allí encuentras otras personas que están en la
misma búsqueda, personas que pueden convertirse en tus
compañeros de aventura.
3.- Aprendizaje continuo.
Estrechamente relacionado con lo que acabo de

mencionar, aunque con una salvedad: no solo se aprende
en los eventos. De hecho, yo aprendo mucho mientras
estoy en la ducha o mientras conduzco el auto camino del
colegio de mis hijas. ¿Cómo lo hago? Escucho podcasts o

los audios de alguna conferencia que me interesa, o de un

libro, o de una entrevista.
Una de las enseñanzas más impactantes que me trans-

mitieron mis mentores fue la de aprovechar el tiempo,
especialmente aquello que llamamos tiempo muerto. La
verdad, creo que los únicos tiempos que pueden llamarse
muertos son los que desperdiciamos en las redes sociales,
viendo novelas en televisión o, en definitiva, en alguna
actividad que no nos aporta conocimiento alguno.
Respeto a todas las personas y sus hábitos, pero no soy

de los que pierde dos o tres horas de su vida viendo un
partido de fútbol o de algún otro deporte por televisión y
mi actividad en las redes sociales dista mucho de ser social.
Prefiero emplear ese tiempo, esas valiosas horas de mi vida,
en aprender más, en profundizar conocimientos, en probar
mis estrategias, en seguir formándome.
El problema de muchos emprendedores es que creen

que, con leer dos o tres libros, o diez, con asistir a tres o
cinco eventos, o con seguir a los referentes del mercado,
es suficiente para alcanzar el éxito. ¡Están equivocados!,
de cabo a rabo. Lo único que te permitirá avanzar, que te
dará la posibilidad de lograr lo que deseas es el aprendizaje
continuo, ser un estudiante eterno.
Y no solo de la materia de la que eres experto, sino de temas

relacionados complementarios. No solo debes aprender
de marketing o de las herramientas que vas a utilizar en tu
negocio, sino de temas como comunicación (escrita y visual,
principalmente), sicología o servicio al cliente, entre otros.
Lo que elijas hacer en tus tiempos muertos determinará
también tus resultados.

4.- Networking.
No me canso de repetirlo: nadie, absolutamente nadie,

alcanzó el éxito en la vida o en los negocios en solitario.
Todos, absolutamente todos, necesitamos de otros. Esta
es una de las habilidades que marcan la diferencia, la gran
diferencia, entre aquellos que consiguen lo que desean y los
demás, es decir, los que se quedaron a mitad del camino, los
que tiraron la toalla.
“Si quieres ir rápido, camina solo; si quieres ir lejos, ve

acompañado”. Este es un reconocido proverbio chino que me
encanta y que procuro transmitirles a mis clientes. Hoy, más
de veinte años después de haber comenzado mi trayectoria
como emprendedor, sé que jamás habría avanzado sin la
ayuda de mis mentores, de mis clientes, de mis colegas, de
mis detractores.
Cada persona que aparece en tu camino tiene un rol

específico y lo importante es aprender a descubrirlo y a apro-
vecharlo. Cuando comencé, era imprescindible ejecutar
varias tareas porque no había más personas capacitadas o
porque el costo era demasiado elevado. Ahora, en cambio,
la premisa es delegar, conformar equipos interdisciplinarios
y establecer alianzas estratégicas.
No se trata de hacer amigos, sino de desarrollar sinergias

que te permitan a ti y a esa otra persona o empresa potenciar
fortalezas y minimizar debilidades. Lo ideal es que tus
fortalezas sean sus debilidades, y viceversa. Se trata de un
enriquecedor intercambio de beneficios, una estrategia para
acortar la curva de aprendizaje sin el riesgo de tomar atajos
que te desvíen del objetivo.

La clave del éxito en la vida y en los negocios, especialmente

en este mundo globalizado del siglo XXI, está en las redes,
en el networking. Es una habilidad que todos podemos
desarrollar, pero que no todos sabemos cómo hacerlo. El
éxito depende, eso sí, de que cada uno aporte lo mejor, de
que se depongan los egos, de que se eviten las envidias, de
que haya comunicación honesta.
5.- Productos para transformar.
Todos queremos ganar dinero y todos necesitamos el

dinero. Esa es una realidad de la cual no nos podemos
apartar. Sin embargo, es menester entender que el dinero
no puede ser tu objetivo, la razón de ser de tu negocio,
porque tarde o temprano, cuando el dinero falte o no ganes
lo que esperabas, vas a quedar enfrentado a un dilema poco
agradable.
Como mencioné antes, estoy convencido de que el mejor

negocio del mundo es servir. No solo porque es el camino
más corto y seguro para conseguir el dinero, sino en especial
porque gracias a la maravillosa recompensa que recibes el
dinero pasa a un segundo plano. Eso fue algo que aprendí
de mis mentores y que luego comprobé en carne propia en
mi negocio, mil y una veces.
Cuando tú creas un producto para ganar dinero, quizás lo

puedas vender. Sin embargo, si creas un producto o servicio
diseñado específicamente para aliviar el dolor que aqueja a
tus clientes, para darle una solución definitiva al problema
que les quita el sueño, serás multimillonario de diversas
formas. Una de ellas, con dinero, por supuesto, pero también
con otras maravillosas.

¿Como cuáles, por ejemplo? La principal, la posibilidad

de ayudar a otras personas a transformar su vida, a alcanzar
el bienestar y la tranquilidad que desean para su familia, a
cristalizar sus sueños. Además, la gratitud, que es una virtud
que brinda beneficios a cada una de las partes involucradas.
O también la posibilidad de crear un mundo mejor y, sobre
todo, más humano.
Así como las ventas son la consecuencia de la experiencia

que le brindes a tu cliente, el dinero es fruto de la capacidad
de transformación del producto o servicio que ofrezcas.
Enfócate en tu cliente, en sus necesidades, en calmar su dolor,
en solucionar su problema, y no tendrás que preocuparte por
el dinero. Lo repito para que no lo olvides: el mejor negocio
del mundo es servir.
LA REINVENCIÓN
Con la mano en el corazón, tengo que hacerte una

confesión: cuando estás arriba, en la cima; cuando la vida te
sonríe, cuando eres reconocido y cuando puedes darle a tu
familia el bienestar que deseas, nunca, jamás, se te pasa por
la mente la idea de que vas a caer. Ese es uno de los riesgos
ocultos que encierra el éxito: crees que eres inmune, piensas
“eso a mí no me pasará”.
Pero, claro, la vida en su sabiduría se da mañas para

enviarte sus mensajes, para brindarte las enseñanzas que
te demuestran cuán equivocado estás y cuál es el camino
que debes seguir. Lo peor es que a veces ves los errores,
al menos los presientes, pero te niegas a aceptar que eso
te pueda pasar a ti. Por eso, cuando llega el golpe te coge
desprevenido y te pega duro, muy duro.
64 | La reinvención
Llevaba varios años enfocado en los eventos presenciales,

una experiencia maravillosa, pero muy muy desgastante.
En lo físico, en lo mental, en lo profesional, en lo personal.
Necesitaba un respiro, un nuevo aire, necesitaba encontrar
un nuevo rumbo para mi vida. No es que hubiera perdido la
pasión, que se conservaba intacta, sino que requería nuevos
retos, nuevos desafíos.
Había relegado un poco mi esencia, lo admito, aquellos

valores que en un comienzo me permitieron sobresalir
nítidamente y posicionarme. Me di cuenta de que debía
volver a mis orígenes y en esas andaba. Reforcé mi equipo
con una persona que me ayudara a generar contenido de
calidad para reconectar con mis clientes, para darle fuerza
a mi mensaje.
Volví a publicar mi revista digital, una poderosa herramienta

que el mercado volvió a acoger con gran cariño y entusiasmo.
Me di a la tarea, también, de restablecer el contacto con
aquellos clientes que siempre estuvieron ahí, fieles y firmes,
pero que no podían asistir a los eventos presenciales a los
que me había dedicado. No me había olvidado de ellos,
pero los sentía lejos.
Entré en un proceso en el que, creía, sabía cuál era el final.

Sin embargo, se dio un brusco e inesperado cambio de
rumbo en mi vida personal que lo trastornó todo. Tuve que
cambiar mis hábitos, tuve que modificar mis rutinas y, sobre
todo, lo más importante, tuve que redefinir mis prioridades.
Esto último, sin duda, es lo que hoy más agradezco a la vida,
más allá de las circunstancias.
El cimbronazo no terminó ahí. Mi principal fuente de

ingresos en ese momento también colapsó, de un día para
La reinvención | 65
otro. En cuestión de unos pocos días, aquello que había

construido se derrumbaba y no podía evitarlo. Lo más
doloroso, lo que me causaba honda preocupación y me
quitaba el sueño, era cómo esas situaciones afectaban a mis
hijas, que no entendían bien lo que sucedía.
Fueron, sin duda, los días, las semanas y los meses más
duros de mi vida. Estaba a prueba en lo físico, en lo emocional,
en lo personal y en lo laboral. Había que actuar rápido,
pero no sabía bien por dónde comenzar. Además, viví una
de las experiencias más desagradables, pero también más
aleccionadoras, que pueda enfrentar el ser humano: saber a
ciencia cierta de quién está rodeado.
Por mi forma de ser, por cuanto he vivido, la parte laboral

era la que menos me preocupaba. He cometido errores,
muchos errores, y me levanté una y otra vez. No iba a ser
fácil, por las responsabilidades que había asumido, pero
estaba seguro de que iba a salir a flote otra vez, tarde o
temprano. Sabía cómo apretar el cinturón y cómo poner en
stand by mi negocio. Y eso hice.
Mientras recogía los pedazos de mi vida y trataba de

rearmarla, me sentí como un árbol en otoño. Era frondoso,
con largas ramas y hojas verdes. En poco tiempo, sin
embargo, las hojas se habían caído, las ramas se habían
quebrado y estaba ahí, prácticamente solo, como un tronco
desnudo. La mayoría de quienes me rodeaban en tiempos
de alegría y éxito huyeron despavoridos.
Sufrí amargas decepciones, sufrí duras traiciones, sufrí

desplantes que no entendí. Cuando la tempestad cesó y
pude ver los estragos que provocó, estaba rodeado de unas
pocas personas, que podía contarlas con los dedos de una
mano, y el panorama lucía desalentador. Me di cuenta de

cuánta falsedad había a mi alrededor, cuánta amistad por
conveniencia, cuánta hipocresía.
Fue duro, muy duro, sin duda, pero igualmente revelador.

Nada mejor que saber con quién cuentas en realidad, a quién
le importas más allá del dinero y los negocios, en quién puedes
confiar. Comprendí que era hora de hacer una limpieza a
fondo en mi vida y saqué la escoba y barrí con todo aquello
que estorbaba, que era sucio, que contaminaba mi ambiente.
Poco a poco, reconstruí mi vida, rearmé el rompecabezas.

Y descubrí que reinaba la tranquilidad, que había más
armonía que en el pasado. Había cesado el ruido. Ya no
había obstáculos que me impidieran ver el horizonte.
“Levántate y anda, Álvaro”, me dije una mañana y reanudé
mi marcha con un claro objetivo: las nuevas cimas, estas más
altas, que había en mi camino.
Durante años, viví en función de mi trabajo, que también

es mi pasión. Me equivoqué, lo sé. Mi trabajo es muy impor-
tante, más allá de ser mi sustento económico, pero hay dos
prioridades excluyentes: mis hijas Nichole y Laura. Estar con
ellas más tiempo, llevarlas al colegio y recogerlas, recibir en
casa a sus amigas o salir al centro comercial son actividades
que me llenan de felicidad.
Reajusté mis horarios, rediseñé mis rutinas y ahora tengo

una vida plena, más agradable. También, más tranquila. Y no
solo en lo personal, sino también en lo laboral: los proyectos
que desarrollo actualmente están enfocados en mantener un
contacto más estrecho, más cercano con mis clientes. Le he
encontrado un nuevo y maravilloso sentido a la comunidad,
y lo disfruto mucho.
He recuperado viejas y entrañables amistades, de las

de verdad; he conocido personas increíbles que me enri-
quecen espiritualmente, he adquirido de ellos grandes
conocimientos y, como el árbol en primavera, volvieron a
crecer las ramas, a florecer las hojas. La diferencia es que
estas están conectadas con mi esencia, llegaron a mi vida
para hacerla mejor, para dar nuevos frutos.
No es que tenga la vida perfecta, pero sí tengo la vida

que quiero, la que he podido construir. He aprendido de
mis errores (y he pagado por ellos) y, lo mejor, descubrí que
nunca es tarde para recomenzar, para reinventarte. Me di
cuenta de que estaba equivocado al creer que había una
cima, cuando en realidad hay muchas, todas con desafíos
increíbles, con retos apasionantes.
Soy como uno de esos escaladores que sueña con ascender

un ochomil. Una vez corona la cima, guarda el aprendizaje,
desciende y se prepara para otra, una más alta, más escarpada,
con mayor riesgo. Y si ya la subió, elige una ruta distinta que
le brinde otros aprendizajes, otras satisfacciones. Lo mejor
es que veo decenas de elevadas montañas en mi camino y
quiero subir a todas ellas.
No estaba en mis planes reinventarme, pero hoy le agradezco

a la vida la oportunidad que me dio para conseguirlo. No
es un proceso que haya terminado; de hecho, sé que falta
mucho camino por recorrer, mucha montaña por ascender.
Pero, también sé que después de esa furiosa tempestad que
sacudió mi vida, que la tiró al suelo, soy una mejor persona y
soy feliz con lo que tengo y con lo que hago.
Valoro y agradezco infinitamente el que la gente, el

mercado, tú, me consideren un referente, un líder. Entiendo
que lo que viví no fue grato, que dolió mucho, pero era
necesario. No había otra manera de que me diera cuenta de
que debía darle un giro a mi vida, de que aceptara que iba
por el camino equivocado. Construyo una nueva vida y me
preocupo porque sea con cimientos más sólidos.
Ya no solo soy testigo del crecimiento de mis hijas, sino que

soy un protagonista del proceso. No hay nada que pueda
hacerme más feliz. Falta mucho por lograr, soy consciente de
ello, pero se terminaron las angustias, las preocupaciones;
me siento preparado para enfrentar las dificultades que
surjan en el camino y cultivo sueños, hago planes, porque se
trata de un nuevo comienzo.
Soy el mismo Álvaro Mendoza que has conocido, El

Padrino, pero a la vez soy distinto. Trabajo en construir una
nueva versión y tú, amigo mío, eres parte fundamental de ese
proceso. En la película de mi vida tienes un rol protagónico
muy especial. Gracias por estar ahí, gracias por no darme la
espalda, gracias por permitirme ser parte de tu vida. ¡Vamos,
escalemos juntos la próxima cima!
ÁLVARO MENDOZA
http://MercadeoGlobal.com
alvaro@MercadeoGlobal.com
PUEDEN AYUDARTE A CUMPLIR TUS SUEÑOS ⅼ SUSANA JACQUES ⅼ
3
[ SUSANA JACQUES ]
EMPRENDIMIENTO INTUITIVO
L os motivos que pueden llevar a una persona a tomar la

decisión de emprender pueden ser muy diversos. Cuando
surge la idea o la necesidad de hacer algo de manera
independiente, abrir un negocio propio, asociarse o realizar un
sueño, es porque ha brotado una semilla de emprendimiento
en la mente. Esa semilla requerirá atención y las condiciones
propicias para germinar y cumplir su ciclo de vida.
Sin embargo, a veces esa idea no está clara, es simplemente

una imagen difusa, y aún no se sabe con certeza qué hacer,
qué emprender o se tienen varias opciones diferentes entre
las cuales es difícil elegir. Ese es el momento de buscar en
tu interior y reconocer los talentos, cualidades y motivos
profundos por los cuales deseas emprender.
Todo emprendimiento comienza cuando una persona

descubre que está incómoda en su zona de confort, cuando
ha dejado su empleo, cuando está cansada de no conseguir
resultados. También, cuando está aburrida o necesita hacer
algo diferente que le entusiasme, le apasione o simplemente
le brinde los ingresos adicionales que necesita para cumplir
con sus responsabilidades familiares y objetivos personales.
Igualmente, es muy común que personas que han tenido

una larga vida corporativa comiencen a pensar en su futuro
Emprendimiento intuitivo | 71
y se cuestionen si lo que están haciendo es lo que quieren

para el resto de su vida productiva o deberían tener un plan
b. Esa sensación se hace presente en los momentos de
reflexión sobre lo que se ha logrado o se quiere lograr en
la vida, en pláticas con amigos y colegas o cuando la vida
da un giro repentino y cambia la rutina de forma radical. La
mente empieza a imaginar un nuevo panorama y las ideas
brotan silvestres.
La nueva idea que se presenta es una gran oportunidad

de transformación personal. Es sorprendente cómo el
conocimiento de uno mismo da pie a un proceso creativo
al que, si se le da libertad, puede ser el origen de un
emprendimiento exitoso, casi como arte de magia. Esto es a
lo que yo llamo emprendimiento intuitivo.
Un buen día, alguien que solo era un joven recién salido

de la universidad, un directivo en busca de nuevos retos, un
empleado insatisfecho, una ama de casa desesperada o un
padre que quiere pasar más tiempo con su familia, se convierte
en emprendedor. Esa idea que surgió inesperadamente, con
el tiempo, el enfoque adecuado y trabajo constante cobrará
vida y tomará su propio camino.
Todos los seres humanos estamos en este planeta por una

razón y todos tenemos una o varias misiones que cumplir.
Cuando una persona descubre su propósito su vida, nunca
volverá a ser igual y si ese propósito se convierte en una
fuente de ingresos tendrá una existencia privilegiada.
Las circunstancias por las que atravesamos en la vida

están relacionadas con el llamado que hace el universo
a cada individuo para cumplir con el servicio y la misión
encomendados. Así, pues, aunque muchas veces parece
72 | Emprendimiento intuitivo
que la vida no transcurre como la imaginamos o parece que

la suerte no está de nuestro lado, sucede al contrario: es la
oportunidad de explorar nuevas posibilidades.
El entusiasmo, la felicidad y la prosperidad personal son

los termómetros que indican al ser humano si está o no en el
camino correcto. Practicar un deporte, arte u oficio, estudiar
una carrera profesional, tomar un empleo en determinada
empresa, elegir una pareja, convertirse en madre o padre,
cambiar de profesión o de residencia, terminar con una
relación, cambiar de sexo, escribir un libro, plantar un árbol
o tomar el camino del emprendimiento son maneras en las
que el ser expresa su esencia.
Las personas tenemos vivencias y tomamos decisiones que

nos acercan cada vez más a quienes somos en realidad y a lo
que es nuestro propósito de vida. Cuando seamos nosotros
mismos y aceptemos el compromiso de nuestro propósito,
nuestra vida estará en paz. Cuando creamos en nosotros
y en nuestros sueños, todas las circunstancias se alinearán
para que logremos los objetivos previstos.
Es muy importante estar atento a los mensajes. En la vida

se reciben muchas señales sobre el camino a seguir cada
día. Hay que dejar que nuestro ser creativo se exprese en
libertad y aprender a escucharlo. Debemos permitir a nuestra
intuición guiar nuestras decisiones. Las respuestas de aquello
que necesitamos están dentro de cada uno de nosotros.
Un emprendimiento es una idea que aún no se ha

manifestado, un deseo de servir, ayudar o beneficiar a los
demás que aún no ha sido creado y requiere pasar del
mundo de las ideas al mundo físico. Al ofrecer un servicio o
producto que beneficia a la sociedad, trascendemos desde
la esencia de nuestro ser y es cuando encontramos el talento

y las habilidades innatas para lograr cualquier meta.
En el momento en que comenzamos un emprendimiento

acorde con nuestro propósito, el ser se expande, se fortalece,
se torna creativo y está en posibilidad de conquistar cualquier
logro. Solo es necesario conocer la ruta y comenzar a caminar.
En una entrevista que me hicieron hace algunos años, cuando
era socia en una exitosa productora de comerciales, me
preguntaron cómo se hacía para emprender, mi respuesta
fue: “fácil, ¡emprendiendo”.
Parece obvio, pero en mi experiencia esa es la única manera

en la que podemos animarnos a hacer ese gran cambio en
nuestra vida. Todos somos emprendedores, hemos empezado
grandes empresas desde que éramos niños. No hay ninguna
diferencia entre un emprendedor y un pequeño de 3 años,
que con lonchera en mano se aventura a dejar la comodidad
del hogar y la calidez de mamá y entrar a un salón de clases
donde hay otros niños y una profesora que le dirá qué puede
o qué no hacer, le establecerá horarios, reglas y retos.
Algunos de ellos serán divertidos, otros serán realmente

fáciles de realizar y otros más le resultarán demasiado
complicados. Dependerá de la preparación y apoyo que el
niño haya recibido en casa, de sus talentos y de la facilidad
que tenga para socializar con los compañeritos y para
asimilar los conocimientos que le brindan.
Así de simple es emprender…
Otro ejemplo que utilizo en mis cursos es el matrimonio. Sí,

un buen día conoces a una persona con la que decides unir
tu vida, crecer y criar una familia. Eso es igual que emprender
74 | Emprendimiento intuitivo
o querer poner un negocio o empresa, y serán factores

decisivos para el éxito de la pareja: la vocación, la madurez,
la facilidad para cumplir con responsabilidades domésticas y
la tenacidad para seguir un sueño común.
En el emprendimiento pasa exactamente lo mismo:

depende de los conocimientos, los talentos, la experiencia,
actitud y, sobre todo, de la constancia en el propósito. El
porcentaje de emprendedores en el mundo aún es muy bajo,
a pesar de que ha crecido recientemente. En su momento, la
cantidad de mujeres productivas era muy baja también, pero
ahora es común que las mujeres trabajemos y aportemos
a la economía familiar. Así que solo es cuestión de tiempo
para que la necesidad y los beneficios del emprendimiento
se hagan populares.
Quien aún no ha considerado la independencia, debe

pensar que la situación económica no puede mantener
muchos más empleos. Los trabajos como los conocemos se
están quedando obsoletos. Los horarios, las distancias, las
condiciones laborales y la automatización están dando la
pauta para buscar alternativas productivas y, al contrario de
ser una amenaza, el emprendimiento es una gran solución
para la economía.
Debemos entender que ser emprendedor es mucho

más que abrir un negocio, una tienda en línea o querer
cambiar el mundo: se requiere desarrollar una personalidad
diferente, habilidades, conocimientos y crear las condiciones
adecuadas para emprender. El emprendimiento no es una
carrera de velocidad, sino una carrera de resistencia del
estilo de una maratón. Ser emprendedor es, sobre todo, un
estilo de vida.
La mayoría de los emprendedores se lanza al agua sin haber

hecho un trabajo de preparación, no hace un análisis de la
industria, ni de la competencia. Tampoco tiene un modelo
de negocio, ni una estrategia, y por eso muchos de esos
intentos no progresan o no logran sobrevivir al quinto año o,
en su defecto, llegan muy debilitados y les resulta muy difícil
continuar. Carecen de bases sólidas.
Abrir un negocio requiere valentía para tomar riesgos, pero

el riesgo debe ser medido. Lo que se requiere es pensar
antes de actuar o adquirir compromisos financieros. Antes
de enfocarse en el emprendimiento, vale la pena tomarse
un tiempo para trabajar en el conocimiento de la persona y
su transformación en emprendedor. El emprendimiento es
un cambio de vida que, como cualquier otro, te pondrá a
prueba y sacará lo mejor , o lo peor de ti.
Al tomarse el tiempo necesario para reconocerse, el

emprendedor ahorrará tiempo y problemas en el desarrollo
del proyecto ya que se pueden prevenir los baches que
aparecerán en el camino, o podrá salir más rápido de ellos al
saber qué es lo que necesita fortalecer.
Así como para aplicar a cualquier empleo se requiere una

hoja de vida con la información más relevante del solicitante,
de manera que quien lo va a contratar evalúe si está a la altura
del puesto solicitado, para ser emprendedor se requiere
trabajar el inventario del emprendedor y así conocer si el
emprendedor está a la altura del emprendimiento.
INVENTARIO DEL EMPRENDEDOR
¿Sabías que, para emprender, lo menos importante es el

dinero? La mayoría de las personas que quieren emprender,
76 | Inventario del emprendedor

pero no dan el primer paso, dicen que no lo hacen porque

no tienen el dinero suficiente para hacerlo. Sin embargo,
cuando les pregunto cuánto necesitan y para qué, no tienen
respuesta. Es, simplemente, algo que escucharon y les
quedó grabado.
No importa tu edad, tu nivel de estudios, tu experiencia,

ni siquiera tus finanzas. Siempre tendrás en tu inventario
recursos valiosos para poder emprender y hacer tu sueño
realidad. Para evaluar los recursos, sugiero que hagas una
lista de aquello con lo que cuentas, tanto lo material como
lo inmaterial. El inventario es el resultado de lo que has
logrado en la vida, lo que has aprendido y ganado por
el trabajado realizado. Muestra claramente en qué se ha
puesto atención para crecer.
En primera instancia, hay que considerar los recursos

inmateriales como personalidad, carácter, valores, ideales,
habilidades y el lugar y rol que ocupas en tu familia. Estos
recursos los podrás tener claros al hacerte la pregunta
¿quién soy? No eres tu profesión, no eres tu trabajo, ni lo
que sabes hacer, esos son solo tus recursos o experiencias a
nivel profesional.
También puedes considerar si has formado una familia,

eres padre o madre o realizas alguna labor altruista. Estos
recursos responden a la pregunta ¿qué haces? Y, por último,
al responder la pregunta ¿qué tienes?, podrás saber cuál
es el resultado de lo que has hecho en tu vida. En este
punto se incluyen tus relaciones personales y laborales,
conocimientos académicos, experiencia profesional y lo
que posees a nivel económico: ingresos, ahorro, bienes,
inversiones y deudas.
Inventario del emprendedor | 77

Todos hicimos alguna vez una prueba de inteligencia

o habilidades para ser admitidos en la escuela, o algún
estudio psicométrico para un empleo. Con esta información,
los sicólogos nos orientaban a elegir una profesión o nos
admitían en el puesto. Muchos no hicimos caso a las pruebas
y elegimos cualquier opción distinta a la recomendada.
Muchos eligieron la recomendada y su vida, tanto profesional
como personal, fue un desastre.
Eso era antes. Ahora sabemos que hay siete inteligencias

y que el talento no se limita al artístico o deportivo. Todos
tenemos un talento nato, algo que nos hace únicos y que
es nuestra aportación a la humanidad. Ese talento es como
una semilla, está ahí estática con toda su potencialidad, pero
necesitamos sembrarla en un campo fértil, cuidarla y nutrirla
o, de lo contrario, no crecerá ni se convertirá en un gran
árbol que dé flores y frutos.
Es deber de los padres y de quienes estamos en búsqueda

de un cambio de la manera tradicional de hacer las cosas
descubrir esos talentos que nos diferencian y que nos harán
brillar. La autoconfianza es el regalo más grande que un
padre puede brindarles a sus hijos. Dar las bases para que los
talentos se desarrollen y se utilicen cuando sea el momento
adecuado es un gran tesoro.
Alguna vez leí que todos tenemos 5 talentos y que la mezcla

de ellos es lo que nos hace únicos e irrepetibles. ¿Conoces
cuáles son esos talentos que te hacen único? Descubrirlos
es sencillo, solo requiere cierto nivel de observación y
consciencia. Debemos buscar en nuestros recuerdos de
infancia, en nuestros gustos y aficiones y, sobre todo, en lo
que se nos facilita hacer.

Aquí tienes 15 preguntas clave que te ayudarán a conocer

tus talentos. Elige un lugar tranquilo, toma papel y lápiz y
contesta sinceramente. Tómate el tiempo que sea necesario,
no hay prisa.
1. ¿A qué jugabas cuando eras niño?

2. ¿Qué soñabas ser de grande?
3. ¿Qué rol tenías en tu familia?
4. ¿Cuáles son tus aficiones y pasatiempos?
5. ¿Qué te apasiona?
6. ¿Qué es lo que más disfrutas en la vida?
7. ¿Qué sección de las noticias, libros o películas son
las que más te gustan?
8. ¿En qué áreas tienes mayor conocimiento y
experiencia?
9. ¿Qué haces sin esfuerzo?
10. ¿A qué te dedicarías si no tuvieras que trabajar?
11. Si tuvieras la oportunidad de estudiar otra vez, ¿qué
carrera elegirías?
12. ¿Cuál es tu trabajo ideal?
13. ¿Para qué eres el mejor?
14. ¿Qué cualidades reconoce la gente en ti?
15. ¿Qué trabajo elegirías, aunque no te pagaran?
Con esta lista puedes darte una idea de los talentos que
posees. ¿Te habías preguntado esto antes? Para seguir con
el trabajo intuitivo, elige los cinco talentos que más te gusten
y en los cuales realmente seas bueno. Ahora es el momento
de despertar la creatividad y utilizar el hemisferio derecho
Inventario del emprendedor | 79

de tu cerebro. Hay que enumerar aquello que podrías hacer

si utilizaras esos cinco talentos, por separado y en conjunto.
No está permitido utilizar el hemisferio izquierdo, no

dejes que la razón participe en este ejercicio. Si tienes ideas
sobre lo tonto o ridículo que suenan esas opciones que se
te ocurren, simplemente deséchalas, respira y continúa. Es
importante que escribas esas actividades que nunca se te
ocurrieron y que sabes hacer muy bien, en las que eres muy
bueno. Quizás son talentos que no utilizas cotidianamente o
que tienes muy guardados, casi como secretos.
¿Crees que tus talentos, tus gustos y tus recursos están

relacionados? Nuestros talentos natos, o los que hemos
desarrollado a lo largo de la vida, efectivamente nos ayudan
a lograr los objetivos que nos proponemos. Estoy segura de
que en tu historia de vida puedes contar más de un logro o
sueño cumplido. Este momento de transformación no es ni
el primero, ni el último al que te enfrentarás, es simplemente
otra oportunidad de empezar algo nuevo, de emprender
una hazaña que no has intentado antes.
Aquí es cuando la palabra con ‘M’ va a entrar en acción:

el MIEDO. Cuando el miedo llega a tu vida, debes
escucharlo, así como se escuchan los consejos de personas
bien intencionadas que se preocupan por ti. Escúchalo
atentamente, dale su tiempo. De lo que te diga, créele la
mitad, evalúa si lo que dice es para protegerte y, si es así,
pregúntale de qué te está protegiendo.
Lo que puedes hacer para afrontar tu miedo es pensar

qué sería lo peor que pasaría si él tuviera razón. Busca
opciones para evitar que eso suceda, blíndate contra sus
amenazas y prepárate. Hay muchas técnicas que te pueden

ayudar, como respiración, meditación, yoga, programación

neurolingüística, hipnosis y muchas más.
¿Crees que tu miedo te protege del fracaso? Ten cuidado

con lo que respondes, porque el miedo al fracaso se parece
mucho al miedo al éxito, solo se diferencian en un detalle.
¿Sabes cuál es? El miedo al fracaso te paraliza, mientras que
el miedo al éxito te permite seguir pensando en alternativas
para avanzar y lograr tus sueños.
Una vez que has puesto en perspectiva tu vida, sabes con

qué recursos cuentas y cuáles son tus talentos, es momento
de utilizar al hemisferio izquierdo de tu cerebro y usar la
razón. ¿Para qué? Para hacer un análisis que seguramente
conoces, pero quizás no lo has trabajado en ti.
ANÁLISIS FODA
Enumera tus fortalezas, qué es lo que eres, sabes, haces

y tienes que te puede ayudar a emprender. Después
enlista tus debilidades, es decir, aquello que dificultará
que tu proyecto se inicie o se desarrolle. Como siguiente
paso, escribe aquellas oportunidades que ves si explotaras
tus fortalezas, minimizaras tus debilidades y si pusieras a
trabajar tus talentos y recursos a tu favor. Por último, expón
las posibles amenazas que existen si no hicieras algo con tus
debilidades o las que ves como obstáculos en tu camino al
emprendimiento.
Análisis FODA | 81
¿Qué hacer con el inventario? Una vez que tienes tu

inventario del emprendedor, necesitarás enfocarte en tus
talentos, recursos y fortalezas para crear tu emprendimiento.
Ahora tienes un panorama bastante claro de hasta dónde
puedes llegar, en qué áreas debes seguirte capacitando y
cómo te transformarás en emprendedor. También debes
trabajar en tus debilidades y amenazas y buscar un coach,
asesor, socios o colaboradores que te complementen.
Emprender en solitario, es un error, emprender sin prepa-

ración es una catástrofe. Considera que hay muchas personas
que te pueden ayudar, ¡más de las que te imaginas! Por
ejemplo, si tu área creativa está muy desarrollada y eres el
mejor creando productos o eres bueno para escribir textos
publicitarios, necesitarás a alguien que te ayude con la
organización de las ideas, los procesos y seguimiento de
las estrategias. Y viceversa si lo tuyo son los números, las
fechas y la organización: complementa tu emprendimiento
con alguien creativo con quien puedas intercambiar ideas.
Debes saber que para que tu emprendimiento avance,

necesitarás automotivarte y mantener el entusiasmo, que no
es fácil. En el camino, además de las complicaciones propias
de la planeación e implementación del proyecto, encontrarás
personas que intentarán desmotivarte, que no creerán en tu
proyecto y pasarás por momentos difíciles, así que cultiva
tus gustos y pasatiempos, prémiate cada vez que tengas un
avance o un logro en tu proyecto, comparte tus avances solo
con personas que estén en tu misma frecuencia.
En cuanto a relaciones, seguramente has escuchado

que eres el promedio de las cinco personas con las que
más convives, así que asegúrate de rodearte de personas
positivas, de tener un coach o mentor y de gente que te
82 | Análisis FODA
entienda, te apoye, te motive y te haga reír. Si alguien es

negativo en tu vida y no te apoya, lo más conveniente es
que mantengas la distancia. Si tienes padres, pareja o hijos,
necesitarás platicar sobre tu proyecto e involucrarlos para
que te apoyen y puedas organizar un nuevo horario y rutinas.
Comparte responsabilidades y prioriza, está es la clave para
emprender y no morir en el intento.
Trabaja en la lista de prioridades de tu vida. Tu empren-

dimiento deberá estar en los tres primeros lugares. Cuanto
más arriba esté en la lista, más posibilidades tendrás de
llegar a tu meta.
En cuanto a finanzas se refiere, revisa qué bienes podrán

servir como apoyo para tu emprendimiento y cómo puedes
optimizar tu economía para contar con un ahorro tanto para
cristalizar tu idea como para imprevistos, el tan famoso
emergency fund. Pon a trabajar tu dinero para ti, vende lo
que no necesites y ahorra: el dinero es energía y le dará
impulso a tu negocio una vez que tengas todo claro .
Si tienes deudas o gastas más de lo que ganas, estás en

riesgo y esta es una situación en la que no deberías empezar
tu emprendimiento, así que haz lo necesario para eliminar tus
deudas antes de emprender. Si necesitas que tu emprendimiento
empiece a generar dinero desde el primer mes porque care-
ces de otros ingresos, o ahorro, olvídalo: primero prepárate
económicamente. No te recomiendo para nada el estrés de
estar emprendiendo y, a la vez, pagar las cuentas urgentes.
Asegúrate de que tus emociones y salud estén en óptimas

condiciones antes de emprender. Debes estar con las defensas
altas y seguir los tratamientos indicados por un especialista.
De nada te servirá un emprendimiento exitoso si la salud te
Análisis FODA | 83
falla y no puedes continuar creciendo, o si debes ausentarte

para acudir al médico a cada rato; lo mejor que puedes hacer
por tu negocio es cuidar de ti.
Antes de emprender, sugiero un cambio en tu ambiente.

Sí, dedica unos días para hacer una limpieza general y
deshacerte de lo viejo, roto y feo de tu vida. Para que entren
cosas nuevas, primero debe salir lo que ya no necesitas o te
traiga recuerdos de épocas que no fueron buenas.
¿De qué serviría descubrir y desarrollar tus talentos si no

están enfocados a un objetivo, una misión o un propósito?
EL PROPÓSITO
El propósito es para qué haces lo que haces. Sea lo

que sea que estás haciendo en este momento, toma una
pausa para hacerte esta pregunta: ¿para qué hago, lo que
hago? En el caso de tu idea o emprendimiento, pregúntate
cuál es la finalidad, cuál será tu aporte a la sociedad. La
respuesta a esta pregunta te inspirará para que puedas
seguir haciendo lo que haces con entusiasmo, te levantes
de la cama motivado y tengas soluciones creativas a los
retos que vas a afrontar.
Si aún no te decides a emprender, piensa: ¿Cuándo termi-

narás de hacer lo que estás haciendo?
1. Lo antes posible
2. Cuando te retires
3. Cuando tengas suficiente dinero ahorrado
4. No lo sabes
84 | El propósito
5. Cuando te liberes de las expectativas de los demás

6. Cuando encuentres lo que realmente quieres
7. Cuando tus hijos sean independientes
El tiempo es lo más valioso que tenemos, así que no vale

la pena estar en un lugar en donde no quieres, ni hacer algo
que no te gusta. Tú no mereces nada que no sea lo mejor.
Entiende que emprender es una vocación que redimensiona
tu vida, permite poner tu tiempo y esfuerzo al servicio de
los demás. Hay muchas personas que necesitan eso que
tú tienes en la cabeza, no solo quien te contratará, no solo
quien te pagará. Es un servicio que se da a los otros para
facilitarles el camino, enseñarles, apoyarlos, hacerles la vida
más fácil, más bella, en fin.
Emprender es un compromiso personal, un servicio personal

que te será retribuido de acuerdo con el valor que entregues.
En el emprendimiento no hay límites, no existen horarios,
vacaciones, días de pago, ni un tope para tu desarrollo ni
tus ingresos. Los límites los pones tú. ¿A cuántas personas
quieres ayudar? El propósito o misión de tu emprendimiento
te dará la energía, la fortaleza, la creatividad y la resistencia
para ser constante y hacer realidad tu visión.
Yo no comprendí la importancia de la misión, visión y valores

de una empresa hasta que conocí el emprendimiento, hasta
que estuve en la posición de tener un propósito personal,
una misión de vida y actuar de acuerdo con mis valores y
mi filosofía. Ahora, ayudo a emprendedores a encontrar sus
talentos, a realizar su propósito y a hacer realidad sus sueños.
Ese es mi talento, no puedo imaginar mi vida sin apoyar a las
personas que tienen un sueño y sin poner mis habilidades a
su servicio para conseguirlo.
El propósito | 85
Necesitas definir tu propósito, así seas un estudiante, una

ama de casa, una mamá de tiempo completo, un empresario,
un alto ejecutivo, un coach. Si no tienes un propósito personal
y loable, no tienes nada. Te reto a qué me des cincuenta
motivos por los que te gusta lo que haces. Esto te ayudará
a tomar decisiones y a seleccionar a las personas que se
unirán a tu proyecto y te permitirá descartar a las que no. Esas
cincuenta razones serán tu parámetro para evaluar las acciones
e inversiones y saber qué vale la pena hacer personalmente y
qué puedes delegar o simplemente rechazar.
Prepárate a cambiar tu vida, has el ejercicio de los cincuenta

motivos por los que vale la pena tu emprendimiento. ¡Pon
a volar tu imaginación! Ahora que conoces el trabajo que
hay que realizar antes de emprender y diste el primer paso,
podemos avanzar y comenzar a definir tu proyecto.
DEFINICIÓN DEL EMPRENDIMIENTO
Cuando hice mi primer cortometraje y lo llevé al mercado

del cine buscando financiamiento para realizar una película,
todos los productores a los que les presenté el proyecto
me pedían un guion. Algo que leer para tener la idea de lo
que quería producir. Yo no lo entendía, pues ¡ya tenía los
primeros diez minutos! Ya podían ver el resultado.
Sin embargo, no hubo remedio: tuve que hacer el trabajo

previo, un guión. Lo primero es definir la idea, primero una
escaleta, una lista de los hechos que iban a pasar en la
película y una sinopsis.
Tú también necesitarás un guion para tu emprendimiento, una

escaleta y una sinopsis. Tu emprendimiento debe ser descrito
86 | Definición del emprendimiento

en unas cuantas líneas. Debe ser lo suficientemente claro para

que cualquiera lo entienda y hago énfasis en cualquiera. Todos
deben ver las posibilidades de tu emprendimiento para que
decidan unirse, comprar o invertir. Este es uno de los primeros
ejercicios que hago en el programa “En sus marcas, listos,
emprende”, de Gimnasio de Negocios. Definir tu proyecto
en 10, 25 y en 50 palabras. Inténtalo.
Sé que este no es un ejercicio fácil. Primero debes enten-

derlo tú y estar ciento por ciento convencido. Una vez
que tienes descrito tu proyecto, pruébalo. Platícalo con
tu familia, amigos y colegas, diles de qué se trata en el
menor número de palabras posibles. Si lo puedes describir,
de memoria y con bastante fluidez y entusiasmo, podrás
obtener retroalimentación e ir puliendo el concepto y, ¿por
qué no?, también captar a tus primeros prospectos o atraer
la atención de algún inversionista.
Una de las preguntas más importantes para que tu negocio

tenga éxito es ¿qué necesidad o satisfacción cumple tu
producto o servicio? ¿Qué problema o dolor resuelve? El
emprendimiento con propósito te dará la oportunidad de
servir a los demás, pero, si el servicio o producto que tú ofreces
no satisface ninguna necesidad específica o la necesidad
aún no está creada, será más difícil de comercializar.
Otra manera de emprender es buscar necesidades

insatisfechas en mercados específicos y analizar cuál de esas
necesidades está alineada con tu propósito, talentos y valores.
Ese es otro tema más especializado en mercadotecnia,
que también puedes explorar. Cuando has descrito tu
emprendimiento y sabes qué necesidad satisface, debes
encontrar a las personas a las que va dirigido, a quiénes
comprarán tu producto o contratarán tus servicios. Puedes
Definición del emprendimiento | 87

hacer una investigación y segmentar tu mercado, como si

fuera un pastel. Cuantas más personas necesiten lo que tú
ofreces, tendrás más oportunidades de venderlo. También
considera la repetición de compra y la estacionalidad, es decir,
si tu servicio o producto se va a comprar con regularidad o en
una sola ocasión.
Tu mercado puede ser local, nacional, internacional o

global. Su ciclo de vida dependerá de los recursos con los que
cuentes para llevarlo a más personas y cada vez más lejos. Si
ya eres un experto en la industria en la que vas a incursionar,
¡excelente! Si no, necesitarás convertirte en experto o
asesorarte o asociarte con alguien que lo sea. Deber contar
con datos y estadísticas para diseñar tu producto o servicio.
Deberás hacer un análisis de competencia en línea, tanto
directa como indirecta de tu producto o servicio. Y dominar
las características, beneficios y precios de tus competidores
para planear tu emprendimiento con ventajas competitivas
que lo harán único, la razón por la que lo van a preferir los
consumidores o clientes.
EL POSICIONAMIENTO
El posicionamiento de tu marca será la forma en que se

la va a reconocer en el mercado. Es la base de la estrategia
de publicidad y puede variar dependiendo de cómo se
mueve el mercado y las innovaciones que se hagan a tu
producto o servicio. Para tu lanzamiento debes considerar
un posicionamiento atractivo, algo que llame la atención de
tus potenciales clientes.
Para definir el posicionamiento, completa la frase:

(Tu producto o servicio) es (la definición de tu producto o
servicio) que (Propuesta única de valor) porque (argumentos).
88 | El posicionamiento
Te sugiero hacer un mapa en el que puedas ver y monitorear

el posicionamiento de tu competencia. Revisa sus anuncios y
comunicación para deducir las estrategias que utilizan.
Una vez que tienes definido tu posicionamiento, necesitas

crear un nombre o marca. Debe ser fácil de pronunciar,
debe diferenciarte de la competencia, que sea memorable
y de preferencia que te diga de qué se trata sin muchas
explicaciones. Te sugiero hacer una lluvia de ideas con tu
asesor o equipo y tener una lista de al menos 10 nombres
ganadores, que funcionen y te gusten.
Por favor, elimina de la lista los nombres que son tus

iniciales, las de tus hijos, mezclas del nombre de tu perro con
el de tu abuelita. Estamos trabajando en un emprendimiento
intuitivo, pero esto es serio. Una vez que tienes un nombre,
debes buscar en el registro de marcas si ya existe o puedes
inscribirlo. También busca los dominios de páginas Web,
página de Facebook, Instagram, Twitter y otras redes sociales
para asegurarte de que no lo esté utilizando alguien más y
para que en el futuro, cuando tengas éxito, nadie pueda
utilizar tu nombre.
Puedes contratar a un abogado especializado en propiedad

intelectual para que haga este trámite, o hacerlo tú mismo. El
registro tardará un poco, así que debes ser paciente y, mientras
tanto, enfócate en avanzar en tu proyecto. No hay tiempo que
perder. Una vez que tienes el nombre registrado, puedes abrir
tu dominio de página Web y Facebook como paso inicial.
¿CÓMO DEBES VERTE?
El vestir bien consiste más que en estar a la moda, en

vestir adecuadamente para cada ocasión y proyectar tu
¿Cómo debes verte? | 89

personalidad. Tendrás que trabajar en tu guardarropa y estilo

personal y eso mismo tendrás que hacer con tu /marca. Es
momento ahora y nunca antes de hacer todo el trabajo previo,
de diseñar tu logotipo. Procura asesorarte de un experto o
contratar a un diseñador para que tengas una imagen de
calidad desde el principio.
Muchos emprendedores hacen sus propios logos o

compran logos baratos que no proyectan adecuadamente, y
ese error lo pagan caro más tarde. Para eso existen personas
talentosas que pueden ayudarte y no es necesario invertir
una fortuna. Recuerda el dicho “Como te ven, te tratan”.
Para diseñar tu logotipo, debes considerar la industria a la
que perteneces y el mercado y tipo de personas a las que va
dirigido tu producto o servicio.
Esto es como vestirte adecuadamente para la ocasión.

La imagen que tengas dirá todo sobre ti, tu producto o
servicio. Lo que eres y lo que quieres transmitir se reflejará
en un logotipo y en tu imagen, así que debes poner mucha
atención y no escatimar en este traje a la medida que te
abrirá o cerrará las puertas. Aquí es en donde comenzará la
magia de tu emprendimiento.
Una vez que aprobaste el logotipo, tu diseñador deberá

trabajar un manual de identidad. Así, cualquier otro
profesional con el que trabajes posteriormente sabrá cómo
utilizar tu imagen y evitarás qué dé un uso inadecuado que
pueda perjudicarte. Con el logo diseñado, que también
debes registrar, ya puedes hacer tu papelería. Lo primero
es una tarjeta de presentación física y digital y después, el
resto. Debes asegurarte de que tu imagen tenga sinergia,
es decir, que todas las piezas parezcan de la misma familia.
Esto es esencial
90 | ¿Cómo debes verte?

Aquí tienes una lista de los básicos de diseño que necesitarás:
1.Tarjeta de presentación
2. Hoja membretada
3. Firma de correo electrónico
4. Presentación en diapositivas
5. Página web
6. Portada y Perfil para redes sociales
7. Plantillas para publicaciones en redes sociales
8. Cortinilla para videos
9. Artículos Promocionales
Por último, está la manera en que te escucharás, qué tan

formal o informal sea tu marca depende de tu posicionamiento
y estilo. Considera quiénes serán tus clientes ideales, procura
hablarles de manera que se identifiquen contigo. El tono y
la manera en que decidas hablar debe de ser utilizada de
manera coherente en tu comunicación.
Así de fácil es como se pone en marcha un emprendimiento

intuitivo. Una etapa lleva a la otra de forma orgánica. El
resultado que obtendrás estará totalmente alineado contigo
y con tu propósito, es un emprendimiento amigable que
evitará en gran medida la ansiedad y falta de claridad en los
pasos a seguir. Ahora ya tienes una visión general de lo que te
espera como emprendedor y de cómo necesitas prepararte.
Ya estás listo para dar el primer paso, sin necesidad

de invertir. Si haces tus tareas, estarás listo para seguir
avanzando en el proceso. Podrás realizar e implementar
un modelo de negocio, un presupuesto, tu estrategia de
¿Cómo debes verte? | 91

mercadotecnia, publicidad, ventas y servicio al cliente, todo

lo que se requiere. El emprendimiento es una aventura que
nunca acaba y con el tiempo encontrarás fascinante llevar
tus ideas al mundo real, al mundo de todas las posibilidades.
Recuerda que no estás solo. En cualquier etapa del proceso

siempre habrá alguien que pueda ayudarte. Somos muchos
los que ya lo logramos y nuestro propósito es hacerte el camino
más fácil, más rápido y más seguro. El ser emprendedor es un
nuevo y maravilloso estilo de vida, prepárate.
SUSANA JACQUES
www.susanajacques.com
www.gimnasiodenegocios.mx
hola@susanajacques.com
Susana Jacques
@eintuitivo
Susana_Jacques
@SusanaJacques
El emprendedor es lo más valioso para el emprendimiento.

Solo si eres fuerte, enfocado y estás motivado, tu gran
idea se solidificará y llegará a ver la luz. La preparación del
emprendedor debe ser integral, incluyendo el aspecto físico,
mental y espiritual.
92 | ¿Cómo debes verte?

PUEDEN AYUDARTE A CUMPLIR TUS SUEÑOS ⅼ EFRAÍN VEGA ⅼ
4
[ EFRAÍN VEGA ]
CÓMO GENERAR INGRESOS PASIVOS
E stimado lector: si aún no me conoces, soy Efraín Vega, un

empresario y estratega en negocios por Internet. Desde
los 17 años empecé a trabajar por mi cuenta y a los 21 abrí mi
primera empresa. Actualmente, tengo más de dos décadas
con mis negocios y los últimos 10 años me he enfocado en
los digitales, por Internet. También quiero que sepas que soy
libre financieramente y no tengo que trabajar para vivir. Por el
contrario, hago lo que me apasiona, pero no siempre fue así.
El principio fue difícil y complicado porque lo único que tenía
eran ganas de triunfar y un poco de experiencia trabajando.
Empecé a trabajar desde los 9 años debido a que en mi casa

teníamos un enfermo muy delicado y los tratamientos eran
costosos. Había muchas deudas y el dinero no alcanzaba,
así que a mi hermano mayor y a mí nos tocó olvidarnos de
vivir una infancia común y corriente y comenzamos a trabajar
para ayudar con los gastos de la casa. Aunque mis papás
nos decían que solo nos dedicáramos a estudiar, cuando
fuimos conscientes de la situación decidimos empezar a
trabajar. También en esa época se produjo una devaluación
en mi país, México, que hizo más difícil pagar las deudas
que tenía la familia.
Así que entre semana iba a la escuela y los fines de

semana trabajaba en una refaccionaria con taller mecánico.
Cómo generar ingresos pasivos | 93

Estaba en la bodega y era uno de los encargados de recibir

la mercancía y acomodarla en los anaqueles. También era
uno de los encargados de abastecer los pedidos que hacían
los vendedores del mostrador y tenía que surtir la lista de
materiales de los mecánicos del taller.
Cuando tenía vacaciones o había días libres en la escuela,

también aprovechaba para ir a trabajar. Y a los 11 años,
como ya tenía experiencia y conocía las partes de los autos,
me pasaron a ayudarles a los vendedores del mostrador.
Y ahí veía a mis jefes (Eduardo y Jaime Garrido) hacer las
ventas, atender a los proveedores y cerrar negociaciones.
Esas fueron mis primeras experiencias en ventas.
A los 13 años ya estaba en segundo de secundaria y ya sabía

utilizar el torno y empezaba a utilizar la fresadora, oficios
que por lo general estaban a cargo de personas mayores.
Entonces, solicité trabajo en una cerrajería que tenía un
pequeño taller industrial en el que se fabricaban cerraduras
especiales con las especificaciones que el cliente solicitaba.
Comenzaba a ampliar mis horizontes y mis sueños.
Mi jefe en la cerrajería, el señor Jacobo Infante (q.e.p.d.),

también me daba oportunidad de estudiar entre semana
y me permitía ir a trabajar los fines de semana o cuando
tenía vacaciones o días libres en la escuela. Este trabajo
requería mayor atención, hacer las tareas con más precisión,
así que empecé a disciplinarme y a volverme organizado. Y
también aprendía de mis jefes del taller porque siempre me
enseñaban algo nuevo.
Una de las experiencias enriquecedoras fue la de ver al-

gunos procesos completos desde que llegaban los clientes
industriales a solicitar productos especiales hechos a la me-
94 | Cómo generar ingresos pasivos

dida. Entonces, empezábamos por el diseño, luego por la

fabricación de las muestras o especímenes, luego venía la
etapa de correcciones hasta que llegábamos a la etapa final
en la que el cliente nos daba su aprobación. En ese punto
empezábamos la fabricación en serie.
A los 15 años, entré a la preparatoria y decidí estudiar

Técnico Mecánico en Máquinas Herramientas. Era otro paso,
otro aprendizaje. Y cuando completé 4 años trabajando en el
taller de la cerrajería, mi jefe también me involucró en algunas
tareas administrativas y contables, como hacer la conciliación
de los estados bancarios. Sin darme cuenta, sin ser consciente,
cursaba una carrera en la universidad de la vida.
Cuando hacía estas tareas, podía ver a mis jefes ver cómo
negociaban con los clientes y con los proveedores, cómo
vendían y cómo cerraban las negociaciones. Esta fue la segunda
experiencia que tuve en ventas. Era increíble cómo había
avanzado tanto en tan pocos años, gracias especialmente a
mis principales guías y maestros en mi infancia y adolescencia,
mis padres. Sin ellos, jamás lo habría logrado.
Mi mamá siempre estaba ahí conmigo y con mis 3 hermanos

motivándonos para estudiar, para que hiciéramos las tareas,
para que aprendiéramos. Y mi papá, que era agente de
ventas, nos enseñó el hábito de la lectura. Como en aquellos
tiempos no había computadoras ni Internet, nos compró una
enciclopedia, pero además mandó a hacer un librero del
tamaño de una de las paredes de la casa y constantemente
nos compraba libros que iban de acuerdo con la edad.
Siempre teníamos algo que leer y no dejó de comprarnos
libros hasta que el librero se llenó y se formó una pequeña
gran biblioteca.

A los 18 años, ingresé a la universidad y decidí estudiar

Ingeniería Industrial. Recuerdo que fue hasta estas fechas
que logramos pagar las deudas de la familia, que se habían
contraído por la enfermedad de nuestro familiar. Fue un gran
alivio. En las mañanas iba a estudiar y a los 19 años dejé de
trabajar en la cerrajería y empecé, con dos compañeros de
estudio, mi primer emprendimiento.
Empezamos a hacer serigrafía (estampado en tela). Primero

lo hicimos en el patio de la casa de uno de mis amigos y
estampábamos playeras (camisetas) y las vendíamos. Nos
iba bien, pero como mis amigos no estaban enfocados en el
negocio, no prosperó. Poco tiempo después, otro amigo me
pidió que le ayudará a instalar conmutadores telefónicos,
multilíneas y sistemas telefónicos porque tenía mucho
trabajo; trabajé con él durante un año.
Luego, por cuestiones de la universidad, hice prácticas

profesionales en una compañía que instalaba redes tele-
fónicas públicas. Mientras, a mi mejor amigo correspondió
realizarlas en una compañía que instalaba redes privadas de
voz y datos. De nuevo, sin darnos cuenta, la vida nos llevaba
por un camino que, más tarde, nos íbamos a dar cuenta de
que era el que marcaría nuestras vidas. Es lo que se llama
aprendizaje silencioso.
A los 20 años, abrimos nuestra primera empresa y

nos dedicamos a hacer instalaciones de redes de voz y
datos. Afortunadamente, nuestros primeros clientes nos
recomendaron, así que relativamente rápido creamos
una cartera de clientes. Poco tiempo después, también
las empresas en las que habíamos hecho las prácticas
profesionales nos contrataron. Dado que estos trabajos
se hacen después del horario de oficina, en la mañana

íbamos a la universidad y en la tarde y la noche hacíamos las

instalaciones. También trabajábamos los fines de semana.
A los 22 años, terminé la universidad y ya tenía mi empresa

trabajando. Era increíble, pero como comenté, no teníamos
experiencia y llegó otra devaluación que nos hizo pasar
tiempos muy difíciles ya que comprábamos productos en
dólares y las empresas nos pagaban en pesos. Otro problema
era que no sabíamos llevar la contabilidad y tampoco
sabíamos leer los estados financieros. Fue algo que tuvimos
que aprender sobre la marcha.
No saber llevar la contabilidad nos hacía pagar impuestos

adicionales y también nos hacía perder dinero. Pero, como
estábamos en un mercado de las telecomunicaciones
en pleno crecimiento, abrimos nuestra primera sucursal.
Y al cabo de cinco años teníamos cinco sucursales en
diferentes ciudades del país. Por desgracia, nuestros errores
volvieron a costarnos caro. Como no teníamos experiencia,
la administración del negocio se tornó muy compleja y
vendíamos más, pero también teníamos más gastos. Así,
al final de cada mes teníamos menos dinero que si solo
tuviéramos una sola oficina y la administráramos bien.
En algún momento, mientras atravesaba alguno de esos

momentos difíciles y no sabía cómo salir de tantos problemas,
fui a una librería a buscar qué leer. Me encontré en la sección
de negocios y temas financieros con libros que me empezaron
a brindar la educación especializada que me hacía falta. ¡Me
que cambiaron la vida! Algunos de estos autores fueron
Robert G. Allen, Robert Kiyosaki, Harv Eker y Napoleon Hill.
Así empezó mi proceso de educación financiera, gracias al
cual entendí que para triunfar en cualquier ámbito de la vida
es necesario conseguir un mentor.

Un mentor es una persona que ya pasó por ese camino

que tú quieres recorrer y que ya tiene los resultados que tú
quieres lograr. Un mentor es una persona exitosa en el área
que a ti te interesa y que ya sabe cómo alcanzar las metas
que te propones. Además, es alguien que está dispuesto a
transmitir sus conocimientos a los principiantes (como en
ese tiempo era yo).
Entonces, cuando entendí este concepto me decidí a

buscar a mi primer mentor. Como lo que buscaba era el éxito
financiero, investigué y, después de una larga y difícil labor,
encontré a mi primer mentor. La verdad, fue complicado
porque a todas las personas a las que les pregunté me decían
que no me podía ayudar. Además, no entendían mi forma de
pensar y tampoco comprendían el concepto de mentor.
Esa persona, que la encontré gracias a los libros que leí,

era Robert G. Allen. Asistía cada tres meses a los eventos
presenciales que se hacían en su academia en Estados
Unidos, leí todos sus libros y compré varios de sus cursos,
que se impartían en inglés. Algunos en aquel entonces eran
muy caros para mí y, por eso, no los podía tomar con Robert.
Así que tuve que ir escalando mi presupuesto: empecé con
los cursos de 97 dólares, luego los de 197, los cursos de 497
y, por fin, los de alto valor (1.997). Todos eran presenciales y
en los Estados Unidos.
Descubrí que después de terminar cada curso, cuando

aplicaba los nuevos conocimientos en mis emprendimientos,
me iba mejor. Me di cuenta de que cada curso me generaba
más ingresos, lo cual me entusiasmó. Después de tres años
como estudiante en el instituto, por fin pude matricularme
con mi mentor, el propio Robert G. Allen. El primer año
éramos 20 personas de diferentes nacionalidades, todas con

el objetivo de alcanzar libertad financiera. Nos reuníamos

periódicamente para aprender diferentes estrategias para
generar más ingresos.
Al término de ese año, entré a formar parte del Círculo

Interno de Robert G. Allen y estuve allí por dos años. En total,
estuve con él por seis años. Un punto que quiero mencionar,
porque es muy importante, es que afortunadamente durante
mi niñez y juventud viví cerca de un centro de enseñanza de
idiomas y gracias a que mis padres consiguieron becas para
mí y mis hermanos, desde los 9 hasta los 18 años estudié
varios idiomas: inglés, francés, alemán, italiano y portugués.
Y puedo decir que haber aprendido idiomas en mi juventud
me dio la ventaja competitiva de poder leer libros en inglés,
tomar cursos en inglés. Y fue así también que pude educarme
financieramente, porque los cursos que tomaba solo los
daban en Estados Unidos y todos eran en inglés.
Posteriormente, estudié con otros mentores, tomé los

cursos de “La Mente Millonaria” de Harv Eker (todos en
inglés). Fueron 12 en total y eran impartidos por coachs de
su staff. Y otro gran mentor que tuve fue Robert Kiyosaki. Leí
todos y cada uno de los libros que publicó, pero entendí que
si realmente quería aprender tenía que tomar los cursos, así
que empecé a comprarle los presenciales. Adquirí ocho y
los tomé en diferentes ciudades de Estados Unidos. Como
con Eker, tampoco hubo alguno que fuera directamente
con Kiyosaki, pero lo que aprendí me ha servido muchísimo.
He tenido otros grandes mentores que me ayudaron en la
transformación que he vivido y que me han convertido en el
coach y empresario que soy ahora.
Pero, volvamos un poco en el tiempo con la historia de mi

primera empresa. Todos los años eran de sube y baja, a veces

ganábamos proyectos grandes y por una temporada nos iba

bien y, de repente, no teníamos nada nuevo y eran épocas
difíciles. Aparte, también nos afectaban la economía del
país, las devaluaciones y muchas veces la economía global.
Por ejemplo, hubo dos crisis económicas, la de 2002 y la
global de 2008, con un alto impacto en todos los negocios.
En esta última, las ventas de mi negocio cayeron un 80 por
ciento. Sí, como lo lees, un 80 por ciento. La verdad, no sabía
qué hacer y estuve a punto de cerrar mi negocio.
Afortunadamente, ya tenía más de cuatro años estudiando

con algunos de mis mentores, que eran especialistas en ne-
gocios por Internet. Aunque ya había estudiado varios cursos
no había aplicado ningún conocimiento y seguía haciendo
negocios de la forma tradicional, fuera de la nube. Eso fue lo
que me empujó, junto con la crisis de 2008, por cuestión de
supervivencia empresarial, a aplicar lo que había aprendido.
Poco a poco puse en práctica lo que mis mentores me ha-

bían enseñado sobre los negocios por Internet y empecé a
conseguir resultados. Primero, creé mi primer sitio de Internet
y luego empecé a aplicar las estrategias para generar pros-
pectos. Lo que me sorprendió fue que algunos de los nuevos
que me contactaban me dijeron que me habían encontrado
por Internet ¡Woooow!, imagínate qué emoción, y lo mejor
es que me hablaban para comprar mis productos.
Pues, ya te imaginarás que yo estaba muy motivado, así

que seguí aplicando las técnicas y estrategias que aprendí
en los cursos y cada vez obtenía mejores resultados y mis
ventas aumentaban. Y aunque esto suena genial, tengo que
decirte que los resultados no son mágicos. Las mejoras son
fruto de un proceso que lleva tiempo y dependen de que
apliques lo que aprendes, de que tomes buenas decisiones.

Esos buenos resultados, de paso, hicieron que me convirtiera

en un apasionado de los negocios por internet, que buscara
más alternativas para llegar a mis objetivos y así fue como
conecté con mi gran mentor Álvaro Mendoza, El Padrino, el
Genio de los Negocios por Internet.
Cuando me lo recomendaron, me dijeron que él era el

mentor que necesitaba, porque era el gurú de los negocios
por Internet. Entonces, me di a la tarea de investigarlo y
cuando descubrí que ya había logrado los resultados que yo
quería obtener, me decidí. “Si quiero ser el mejor, tengo que
aprender del mejor mentor”, me dije. Así que hice todo lo
necesario para que Álvaro Mendoza fuera mi mentor.
Compré algunos de sus cursos y consumí toda su información.

Después, empecé a participar en los lanzamientos de sus
nuevos cursos hasta que, luego de un largo período, por
fin pude formar parte de los entrenamientos presenciales,
directamente con Álvaro Mendoza. Y al aplicar estos
conocimientos en mis negocios físicos y digitales, mis cifras
se dispararon y las ventas empezaron a crecer. He estudiado
los cursos de Álvaro, he tomado varios de sus cursos y
ahora formo parte de su Círculo Interno. Me apasionan los
negocios por internet porque si posees el conocimiento para
automatizarlos, te generan ingresos pasivos y te permiten
disponer de tiempo para tu familia y para disfrutar de la vida.
MIS ESPECIALIDADES
Bueno, amigo lector y emprendedor: ya te conté un poco

de mi historia, que espero te haya servido para darte cuenta
de que siempre es posible cumplir los sueños, de que los
únicos límites que existen son los que tú mismo te impones.
Ahora, te voy a contar cuáles son mis especialidades. Y es un
Mis Especial idades | 101

tema bien importante, porque el consumidor en la actualidad

solo quiere tratar con los especialistas.
Al empezar a educarme financieramente, aprendí que, si

quería tener libertad en este aspecto, debía convertirme
en un especialista en la generación de fuentes de ingresos
pasivos. En esa labor me ayudó mucho estudiar con los
mejores mentores. Ellos me mostraron diversas alternativas,
en las que ellos acreditan experiencia y me aconsejaron para
que eligiera las opciones más adecuadas para mí.
Las fuentes de ingresos pasivos en las cuales me especia-

licé son:
1. Bienes Raíces
2. Inversiones en La Bolsa de Valores
3. Negocios por Internet
Ese, sin embargo, no fue el único aprendizaje valioso que

me compartieron mis mentores. También me enseñaron
que las personas que son libres financieramente piensan
diferente a como lo hace la mayoría, piensan diferentes a las
personas de la clase media y totalmente contrario a la gente
de bajos recursos. Entendí que para obtener los resultados
de los exitosos tengo que pensar como ellos.
Así que mi primer objetivo fue trabajar en mi mentalidad. Antes

de empezar a aprender cómo generar ingresos pasivos, centré
mi esfuerzo en trabajar mi mentalidad: tenía que aprender a
pensar de la forma que piensan las personas exitosas, las
personas que logran los resultados que se proponen. Esa,
aunque no lo creas, amigo lector, es la gran diferencia entre
quienes logran lo que desean y los que no lo hacen.
102 | Mis Especial idades

Al desarrollar una mentalidad adecuada, me enfoqué en

aprender cómo generar fuentes de ingresos pasivos. Fue una
etapa apasionante, porque hice muchos descubrimientos.
Uno de mis primeros mentores me enseñó ocho fuentes
diferentes, pero a mí solo me llamaron la atención los bienes
raíces, así que invertí en cursos a través de los cuales pudiera
aprender a invertir en la industria inmobiliaria.
En el primer curso de inversiones en bienes raíces estuve

concentrado durante 12 meses y aprendí tres estrategias.
Después de ese tiempo, con gran ansiedad decidí hacer mi
primera inversión. Te confieso que tenía mucho miedo, pero
mis mentores ya me habían advertido de eso. Es algo que
nos sucede a todos la primera vez que hacemos algo nuevo
y, más allá de los nervios, traté de disfrutar el proceso.
Esa primera inversión en bienes raíces consistió en comprar

un pequeño local comercial de 65 m2. Me decidí por este
local después de analizar 30 posibles propiedades y de
hacer un detallado análisis de costo/utilidad y del retorno
de inversión (ROI) de cada una de esas propiedades. En esa
etapa, utilicé las fórmulas que había aprendido en los cursos
que había tomado y, la verdad, me ayudaron mucho.
A este local le hice algunas mejoras y seis meses después

lo vendí: obtuve una utilidad neta del 45 por ciento, nada mal
para ser la primera vez. Por supuesto, quedé muy motivado
porque me di cuenta de que si aplicaba los conocimientos
que había adquirido, podía conseguir los resultados que
mis mentores me habían anunciado. Fue una experiencia
enriquecedora que me indicó que nada es imposible.
Así que en el segundo año compré otro curso de cómo in-

vertir en bienes raíces y seguí estudiando con mis mentores.
Mis Especial idades | 103

Aprendí otras cinco estrategias e hice otras tres inversiones

con excelentes resultados. Conforme avanzaba, me familia-
rizaba con los análisis de costo/beneficio y de retorno sobre
la inversión y cada vez se me hacía más fácil evaluar las pro-
piedades. En ese segundo año obtuve una utilidad neta del
57 por ciento en promedio de mis 3 inversiones.
El tercer año como inversionista en bienes raíces lo

comencé aún más motivado por los resultados obtenidos.
Seguí estudiando con mis mentores y me enseñaron cuatro
nuevas estrategias. Ese año hice otras tres inversiones en
dos propiedades y un terreno, y obtuve una utilidad neta
del 70 por ciento. En la actualidad, conozco 47 estrategias
de cómo hacer negocios en bienes raíces, pero me he
especializado en solo tres de ellas.
Antes de continuar, déjame decirte que, así como he obte-

nido excelentes resultados, también ha habido inversiones
que no funcionaron. Sin embargo, estas malas inversiones
me han servido como experiencia, cada uno de estos errores
me ha dejado muchas enseñanzas y estas enseñanzas me
han hecho ser un mejor inversionista. Así es el juego: unas
veces ganas; otras, pierdes y aprendes.
Haber aprendido cómo invertir en bienes raíces es una de

las mejores cosas que me han pasado en la vida. Con una
sola transacción puedes ganar lo mismo que un profesional
bien pagado gana como empleado ¡en un año!, y solo le
tienes que dedicar unas cuantas horas a la semana para
alcanzar estos resultados. Ahora, imagínate lo que puedes
lograr con dos o más inversiones en bienes raíces al año.
Acredito más de 13 años de experiencia en inversiones

en bienes raíces y me he convertido en un experto en la
104 | Mis Especial idades

materia, algo que jamás habría imaginado. Me apasionan

estas inversiones porque me generan ingresos pasivos y
me dan la libertad de tiempo que necesito para estar con
mi familia y, además, me dan tiempo para hacer lo que me
gusta. ¡Negocio redondo!
INVERSIONES EN BOLSA DE VALORES
Otro de mis mentores me enseñó a invertir en la Bolsa

de Valores de Estados Unidos. Este fue un gran reto para
mí porque yo no sabía nada, absolutamente nada, de
inversiones en esta especialidad. Estaba completamente en
cero. Sin embargo, mi mentor me llevó paso a paso y poco a
poco comprendí los conceptos y empecé a entender cómo
funciona este mundo.
Una gran ventaja es que cuando uno comienza a invertir

en acciones y opciones puede valerse de un software que
permite hacer simulaciones con dinero virtual. ¿Para qué?
Para aprender sin invertir dinero real, es decir, sin perder tu
dinero. Descubrí que invertir en la Bolsa de Valores requiere
ser disciplinado y otra forma de pensar, diferente a la del resto
de la gente. Y, lo más importante, elegir al mejor mentor.
Hay dos tipos de inversionistas en la Bolsa. Primero están

los que invierten haciendo “análisis técnico” y, por otro lado,
están los que utilizan el “análisis fundamental”, son los que
invierten con base en el análisis de los “estados financieros
de las empresas” y a los “reportes financieros”. Yo soy de los
primeros, un inversionista especializado en ‘análisis técnico’.
Como comenté, al comienzo lo hice con el miedo de la
primera vez. Lo bueno de cuando empecé es que mi mentor
me recomendó que solo hiciera transacciones virtuales, algo
parecido a como los pilotos aprenden a volar un avión.
Inversiones en Bolsa de Valores | 105

La ventaja de pasar por este simulador es que, si cometes

algún error, las consecuencias no son graves. A medida que
practica allí, se cometen menos equivocaciones y, después
de que se acreditan X cantidad de horas y se dominan los
controles, es el momento de practicar en un avión de verdad.
Así es la Bolsa de Valores: primero se aprende a invertir en el
simulador, se van aplicando los conocimientos adquiridos y
lo mejor es que uno mismo ve sus errores y al mismo tiempo
evalúa el avance.
Cuando uno empieza a acreditar un alto porcentaje de

inversiones virtuales exitosas de forma constante, pasa a
invertir su propio dinero. Yo me demoré 12 meses en ese
proceso de aprendizaje en el simulador. Y déjame decirte
que, aunque acumulaba un año en la plataforma virtual, en el
momento de empezar a invertir con dinero real la adrenalina
es muy fuerte y este factor no te permite hacer las inversiones
con los procedimientos aprendidos.
Fue entonces cuando comprendí otro concepto que me

había enseñado mi mentor, pero que hasta ese momento no
había captado: es el uso de la inteligencia emocional. Como
en cualquier disciplina, hay reglas que se deben de seguir,
pero cuando se trata de dinero y cuando uno es principiante
las emociones alteran todo y lo llevan a romper las reglas.
Esta es una de las principales razones por las que se pierde
mucho, pero mucho dinero. El manejo de la Inteligencia
Emocional es clave para alcanzar el éxito en cualquier tipo
de emprendimiento.
Durante el tiempo que he invertido en la Bolsa de Valores

he estudiado con cuatro mentores y cada uno de ellos me
ha enseñado diferentes estrategias. Todos ellos son exitosos
expertos inversionistas, pero cada uno utiliza un método
106 | Inversiones en Bolsa de Valores

particular, distinto. Es increíble, pero ya llevo 12 años

estudiando cómo invertir en la Bolsa de Valores de Estados
Unidos y el proceso de aprendizaje no termina.
Mi primer mentor me enseñó siete estrategias; el segundo,

otras cuatro; el tercero, una más y, por último, el cuarto
Mentor me transmitió 13. Pero solo me especializado solo
en 5 de ellas y gracias a este conocimiento, hago inversiones
a corto, mediano y largo plazo. Lo mejor es que genero
ingresos tanto si la bolsa se mueve hacia arriba como si se
mueve hacia abajo.
Te confieso que la bolsa de valores me apasiona y ahora,

después de invertir durante más de 10 años, puedo decir
que es igual a cuando aprendes a manejar un auto o una
bicicleta. ¿Qué quiero decir? Al principio te caes y vas
pensando en cada uno de los movimientos que debes hacer,
pero una vez que aprendes lo haces en forma automática,
natural. Ya no piensas, solo haces.
Otro aspecto que debes considerar es que, en esta disciplina,

como en cualquier otra, por más preparado que estés y
aunque pongas en práctica lo que aprendiste, hay factores y
momentos en los que las transacciones (inversiones) te salen
mal. Son parte del proceso, así que debes estar preparado
mentalmente para cuando los resultados son distintos a los
que tenías planeados. Lo mejor es que estos imprevistos los
tienes contemplados si aprendes cómo administrar en forma
eficiente tu portafolio de inversiones.
Como ves, después de más de 10 años a través de los cuales

no solo he invertido en la Bolsa de Valores, sino también
en mi conocimiento, te puedo decir sin temores que soy
un experto. Disfruto mis inversiones y ya puedo hacer los
Inversiones en Bolsa de Valores | 107

análisis técnicos y las transacciones en modo automático.

Ahora hacer mis inversiones se ha convertido en uno de mis
pasatiempos, uno que me genera ingresos pasivos.
NEGOCIOS POR INTERNET
Mencioné antes que he tenido tiempos buenos y

también otros de crisis, momentos difíciles como todos los
emprendedores enfrentamos. Y en esos momentos de crisis
aprendí que siempre debo estar preparándome, estudiando,
asistiendo a seminarios, realizando cualquier actividad que
me haga mejor como ser humano y como profesional.
Así, por ejemplo, en una de las crisis que viví fui a ver a
uno de mis mentores para que me aconsejara cómo podía
salir de ese bache. Me dijo que, si quería ser exitoso, debía
aprender a hacer negocios por Internet y me comento que
él mismo ya acumulaba 6 años aprendiendo sobre el tema.
También me comentó que llevaba trabajando 6 meses con
su nuevo mentor de negocios por internet, actualizándose
en lo relacionado con las nuevas estrategias que surgían.
Como el buen ejemplo es la fuerza transformadora más

impactante, me puse a buscar cursos que me enseñaran
a hacer negocios por Internet. Pensé que iba a ser fácil,
pero la verdad no encontraba quién me pudiera ayudar.
Cuando ya comenzaba a sentirme frustrado, encontré a
un experto en negocios por internet en español y adquirí
sus cursos. Me puse a estudiar, pero como era un tema
totalmente nuevo para mí, fue algo complicado por las
barreras mentales que tenía.
Necesité cambiar mis hábitos, porque como mencioné ya

tenía un negocio tradicional que absorbía la mayor parte de
108 | Negocios por Internet

mi tiempo. Así que lo que hice fue disciplinarme y dedicarle

una hora al día para estudiar y la verdad me pasé dos años
estudiando los cursos. Los estudié como unas cuatro veces,
pero no aplicaba estos conocimientos en mis negocios
porque no me sentía seguro de si había aprendido.
Fue después de dos años de estudio y de asistir a clases

que empecé a entender los conceptos y a sentirme más
seguro de este nuevo conocimiento. Entonces, ahí sí me
animé a pasar a la acción, a aplicar. Lo bueno fue que
ya me había preparado mi mentor y me había dicho que
no esperara resultados desde el principio, que era un
proceso, y me advirtió que debía mantenerme motivado
y seguir adelante.
Creé mi primer sitio de Internet en el que apliqué los

conocimientos que había adquirido. En un principio, parecía
como si no pasara nada, no se veían los resultados, pero poco
a poco, en virtud de las modificaciones que implementé,
los resultados cambiaron. Sí, empezó a generarse tráfico
y con ese tráfico empezaron a llegar los prospectos y con
los prospectos empezaron a darse las ventas. Sí, la caja
registradora comenzó a hacer sonar su música y, con esa
motivación, me metí más a fondo en los cursos.
Esos resultados me llevaron a estudiar nuevas estrategias

para fortalecer mi sitio y hacer que me generara más ventas.
Ahora, mis objetivos han cambiado y con la experiencia que
acumulo, y después de analizar las ventajas de los negocios
por Internet, te puedo decir que estoy enfocado en ellos al
ciento por ciento. Ya son más de 10 años haciendo esto y
cada vez me apasiono más, porque cada vez es más fácil
hacer negocios por Internet.
Negocios por Internet | 109

Las herramientas son cada vez más fáciles de usar, los

programas cada vez son más amigables y potentes. Además,
cada año salen nuevas herramientas que te ofrecen más
funciones en los sitios y, uno de los puntos más importantes,
que cada vez se puede alcanzar un mayor nivel de
automatización de los sitios Web. Tener un negocio por
internet automatizados es el sueño de todos porque te brinda
fuentes de ingresos pasivos y te garantiza tiempo libre para
dedicarlo a tu familia y a disfrutar de la vida.
MENSAJE FINAL
En los últimos años, he enseñado a personas como tú a

crear fuentes de ingresos residuales. Mi misión es ayudar
a toda aquella persona que esté realmente interesada en
alcanzar su libertad financiera a que lo logre. Las fuentes de
ingreso que enseño no son comunes, sino que fluyen a lo
largo de tu vida las 24 horas del día, aun cuando duermes.
Imagínate que te vas a descansar y cuando despiertas revisas
tus cuentas y tienes más dinero.
Las fuentes de ingresos pasivos que enseño tienen las si-

guientes características:
- Las puedes realizar desde tu casa o desde cualquier

parte del mundo
- Solo les dedicas una parte de tu tiempo
- Las puedes realizar con una computadora
conectada a Internet
- Las puedes realizar sin empleados o con pocos
empleados
- Son fuente de ingresos que ya están probadas y que
realmente funcionan
110 | Mensaje final

Amigo lector: si quieres obtener mejores ingresos, el

principal consejo que puedo darte es que inviertas en ti.
Aparta entre el 5 y el 10 por ciento de tu ingreso habitual
y ese dinero dedícalo a capacitarte: compra audios, libros,
cursos, seminarios, webinarios, asiste a eventos presenciales
que te permitan adquirir conocimientos sobre cómo generar
más ingresos, además de conocer a otras personas.
Recuerda que tus ingresos futuros son directamente pro-

porcionales a la cantidad de dinero y tiempo que inviertas
en ti ahora. En la actualidad, es más fácil alcanzar la libertad
financiera porque hay grandes mentores con cursos en
español. Un ejemplo somos los coautores de este libro:
todos ofrecemos cursos en diversas áreas que te ayudarán a
alcanzar tus objetivos financieros.
El éxito solo depende de ti. Tienes que formarte, capacitarte,

tienes que aumentar tu valor para el mercado, y para
lograrlo debes avanzar constantemente en el aprendizaje en
períodos cortos. Hay una frase que dice “Eres el promedio
de las 5 personas con las que te juntas”. ¿La escuchaste?
Bien, esta premisa es cierta. Lo mejor es que ahora con
internet tú puedes trabajar a distancia con el mentor o los
mentores que elijas. A medida que aprendes sus estrategias
y las aplicas, veras que poco a poco obtienes esos resultados
que siempre soñaste y tus ingresos aumentarán.
La velocidad a la que se den los resultados depende

solamente de ti, de qué tan rápido adquieres el conocimiento
necesario y de qué tan rápido y efectivamente aplicas en tu
negocio las estrategias que aprendes. No importa en qué
parte del mundo te encuentres, ni en qué lugar del mundo
se encuentre tu mentor: ahora Internet nos permite estar en
contacto fácilmente. Amigo lector: ha sido un gusto compartir
Mensaje final | 111

contigo parte de mi historia, mis éxitos y mis tropiezos. Antes

de despedirme, quiero dejarte la fórmula que resolverá tus
problemas económicos de hoy y para siempre.
La fórmula para ser libre financieramente es:
Libertad financiera = estudiar con el mentor que acredita

los resultados que quieres alcanzar + aplicar las estrategias
que aprendas de tu mentor
Aplica esta fórmula y disfrutaras del éxito financiero en tu

vida. Algunos últimos consejos que te puedo brindar es que
no seas tacaño contigo mismo. Es verdad que los audios
y los libros te ayudan, pero cuanto más cerca estés de tu
mentor, más conocimiento podrás obtener y cuanto más
conocimiento acumules, más y mejores resultados obtendrás
en un plazo más corto.
Mi recomendación es que todos los años programes los

tres o cuatro cursos que vas a tomar, los que te permitan
aprender más y aumentar tu valor en el mercado. Enfócate
en cursos que te hagan crecer como persona y como
profesional, cursos que te brinden conocimientos puntuales
para aumentar tu capacidad de generación de ingresos.
Quiero dejar bien claro este punto porque es una pregunta

muy frecuente de las personas que dicen que quieren mejorar
su situación financiera. Se acercan y preguntan qué tienen
que hacer, pero cuando les doy la Fórmula de la ´Libertad
Financiera’ sus respuestas son de este estilo:
- Es que no soy bueno para estudiar

- Es que ya estoy grande, eso es para los jóvenes
112 | Mensaje final

- No tengo dinero para invertir

- No tengo tiempo para estudiar
- Es que eso de estudiar no se me da
- Mejor contrato a alguien para que me haga todo eso
Por eso, hago hincapié en que si quieres mejorar tu

situación financiera debes INVERTIR en TI, debes invertir
DINERO y TIEMPO en TI. Quítate esas barreras mentales y
asume una nueva actitud, pon manos a la obra y empieza a
capacitarte ¡¡¡ya mismo!!! Tú puedes alcanzar tus objetivos
financieros si tienes la guía de un mentor que te lleve de
la mano y te enseñe las Estrategias que funcionan y que te
indica cómo ponerlas a trabajar en tu negocio. No importa
la edad que tienes: si de veras estudias y aplicas lo que
aprendes, lo vas a lograr.
Otro consejo que te doy es que te preguntes qué quieres

aprender y si lo que quieres aprender es cómo generar más
ingresos, entonces debes de tomar cursos relacionados
con personas que ya generen los resultados que tú quieres
alcanzar. Aunque suena lógico, yo tardé varios años en
captarlo, así que no desprecies este consejo. Algunas veces
comprender un solo concepto te puede ahorrar años en el
proceso de alcanzar tus objetivos.
Querido amigo lector: te deseo desde el fondo de mi

corazón que alcances el estilo de vida que te permita hacer
lo que quieras, cuando quieras y con quien quieras. Si esto
es lo que deseas, entonces trabajemos juntos para que se
haga realidad en tu vida. Te deseo abundancia ilimitada.
Mensaje final | 113

Tu mentor de libertad financiera,

EFRAÍN VEGA
Si deseas más información sobre mi puedes ir a:
www.efrainvega.com
info@efrainvega.com
@efrainvegacoach
114 | Mensaje final

PUEDEN AYUDARTE A CUMPLIR TUS SUEÑOS ⅼ MARTÍN OMAR ⅼ
5
[ MARTÍN OMAR ]
CÓMO MULTIPLICAR LOS INGRESOS QUE TIENES HOY
C ada vez que alguien me pregunta a qué me dedico, es

increíble, pero siempre pasa algo como esto que te voy
a relatar. Cuando termino de decir “Me dedico a ayudar a
las personas a multiplicar lo que hoy están ganando”, la
persona pone un freno inmediato a lo que está haciendo,
frunce el ceño, me regala su cara más extraña, y me
pregunta: ¿quééé?
Aun hoy, esto me causa gracia porque sé de antemano que

va a pasar. Espero esa cara rara, veo cómo en cuestión de
segundos, la persona entra en un estado de confusión. Por
un lado, no termina de comprender de qué le estoy hablando
puntalmente, entonces queda como suspendida mentalmente
entre la incredulidad, la curiosidad y las preguntas que se le
cruzan todas juntas, a velocidad, como flechas.
“¿Quién es esta persona? ¿Qué me está diciendo? ¿Me

está hablando de dinero? ¿Multiplicarlo, pero cómo? Suena
imposible. Pero, todavía no dijo nada. Mejor le pregunto
para ver qué tiene que decir”. Todo esto es lo que sucede
mientras pone su cara en modo “¿quééé?”. Si yo dijera algo
como “Me dedico a ayudar a las personas a armar paquetes
de viajes turísticos”, eso lo asimilarían fácilmente, aunque
me perdería el privilegio de ver sus caras más extrañas.
Cómo multiplicar los ingresos que tienes hoy | 115

Sin embargo, cuando digo que me dedico a ayudar a las

personas a GANAR más dinero (en vez de GASTAR), llega la
confusión. Están preparadas para oír de vacaciones y gastos,
pero no de cómo multiplicar sus ingresos. ¿No debería ser al
revés? Lo más curioso es que al final de la charla, cuando les
explico de qué trata, por unanimidad, siempre me dicen algo
muy similar a “qué interesante”. Muchos utilizan exactamente
esa misma palabra, “interesante”. Y varios me preguntan si
les podría hablar de este tema a alguno de sus hijos.
Voy a pasar a explicarte cómo aplicar conceptos poderosos

y a mostrarte ejemplos de casos reales que te ayudarán a ver
cómo multiplicar tus ingresos actuales. Este es el compromiso
que asumo, es mi parte del trato. Tu parte será prestar la
atención que este tema merece, desde este momento, sin
distracciones, y asumir el compromiso de leer hasta el final.
Si te parece un trato conveniente, avancemos, entonces.
EL EJERCICIO DE MULTIPLICAR POR 10
Existe un ejercicio que se basa en generar ideas para

multiplicar las ganancias 10 veces. Esto no quiere decir
que ese sea tu objetivo. Repito: esto no quiere decir que
ese sea tu objetivo, es simplemente un ejercicio para tratar
de pensar de una manera diferente. Lo primero que debes
saber es por qué este ejercicio multiplica por 10, y no por
2. Este concepto es clave, por eso es importante que lo
comprendas desde el inicio.
Cuando se le pide a una persona (acostumbrada a recibir

el salario de un empleo) que piense ideas sobre cómo
aumentar un 30 por ciento sus ingresos, lo primero que se
le pasa por la mente son opciones de este tipo: 1) Trabajar
horas extras; 2) Buscar otro empleo; 3) Trabajar los fines de
116 | El ejercicio de multiplicar por 10

semana. Es decir, trabajar más para que le paguen más por

las horas trabajadas.
Sin embargo, esas respuestas quedan sin efecto cuando

en vez de un 30 por ciento se les pide que piensen ideas
sobre cómo multiplicar por 10 veces sus ingresos actuales.
Porque como hacen un cálculo basado en la premisa “dinero
= horas trabajadas”, se dan cuenta de que ni trabajando las
24 horas del día podrían lograr multiplicar sus ingresos por
10. Entonces, entran en un conflicto mental terrible: tener
que pensar algo completamente distinto a lo que conocen,
algo distinto a lo que hicieron durante toda su vida, algo que
no tiene nada que ver con la cantidad de horas que trabajen.
Nota: el coaching muchas veces se basa en realizar

preguntas o planteos sencillos, pero que interiormente te
mueven a reflexionar y cambiar de paradigmas. Este punto,
en primera instancia, te sirve para descartar posibilidades
erróneas que no te llevarán hacia donde quieres ir, y tener en
claro esto no es poco: “no se llega a multiplicar tus ingresos
intercambiando tiempo por dinero”.
Lo más cercano a una excepción a esto podría ser un

empleo de un cargo alto, en el que una persona puede ganar
5, 10 o 15 veces un salario normal, pero estos casos son los
menos. Cuando ves que otros ganan en un día lo que tú en
un año. Uno de mis primeros trabajos fue de operario en una
fábrica de zapatos. Era un trabajo muy digno, pero horario
de fábrica, intenso, se trabajaba por producción, cobrabas
según la cantidad de zapatos que se fabricaban.
Recuerdo que el primer lunes del año llegué a la fábrica

con todas las energías, más temprano que el resto de
empleados. Fui acomodando mi lugar de trabajo y, no sé
El ejercicio de multiplicar por 10 | 117

por qué, esperando a que llegaran mis compañeros, se me

dio por hacer la cuenta de lo que iba a ganar ese año si
lo trabajaba completo. Cuando vi el número… me deprimí.
Recuerdo que pensé: “si mi jefe me pagara el año completo
hoy mismo, me tendría el año completo a su disposición. Esa
miseria de dinero es lo que vale un año de mi vida”.
Me sentí realmente muy mal. Quiero dejar bien en claro algo:

no era que a mí me pagaban una miseria, ese era el sueldo
promedio de cualquier trabajador. Yo era un adolescente,
pero había personas con esposa e hijos y, aunque ellos
cobraran más, el dinero se les esfumaba, simplemente no
rendía. Quizás hoy te suene a demasiado cobrar en un día el
salario que muchos cobran en un año, pero cuando ves los
números reales detrás de los negocios, es decir, lo que otros
se ganan, no quieres volver a trabajar por un sueldo ínfimo
nunca más.
SE VOLVIÓ RICO BUSCANDO PELOTITAS DE

GOLF BAJO EL AGUA
Hay una historia real, que la suelo contar por lo anecdótica.

En este caso te la resumo, porque lo que me interesa es
simplemente mostrarte los números. Jim Reid trabajaba
como inspector de los parques de Disney World desde hacía
más de 10 años. Su sueldo no era malo, pero su deseo era
apuntar a algo más alto, algo que le diera más dinero en
menos tiempo.
Jugando un partido de golf, un amigo que sabía que Jim

buceaba por hobbie, le sugirió bucear en uno de los lagos
del campo, pues quizás podría encontrar algo que valiera la
pena. Así fue como Jim logró dar con miles de pelotitas de
golf recubriendo el fondo del estanque de agua. Tan solo
118 | Se volvió rico buscando pelotitas de golf bajo el agua

el hecho de aventurarse a meterse a un lago de un campo

de golf ya denota algo distinto en la personalidad de este
emprendedor, pero al encontrar las pelotas bajo el agua
tomó la decisión que lo haría diferente a miles de personas:
hacer de este hallazgo un gran negocio.
Quizás a otra persona le hubiese dado curiosidad que

tantas pelotas estuvieran depositadas bajo el agua, y listo,
el tema podía terminar ahí. Pero Jim veía algo distinto, veía
UNA ENORME OPORTUNIDAD donde los demás veían
pelotas de golf usadas, en agua turbia. De inmediato, ideó
el plan en su mente y negoció con el gerente del campo
que, si le otorgaba el permiso para sacar las pelotas del
estanque, él se las vendería a un precio muy bajo, y como
las pelotas se encontraban realmente en muy buen estado,
el gerente accedió.
En tan solo cuatro días logró ganar lo mismo que en un

mes como empleado en Disney. Tras despedirse de Mickey y
renunciar a su empleo, registró su futura empresa y se puso a
trabajar en hacerla crecer. Veamos los números (en dólares):
- $ 1.000, lo que ganaba cada mes como empleado

de Disney
- $ 1.000, lo que ganó en los primeros cuatro días
rescatando pelotas de golf en los lagos
- $ 60.000, la facturación de su primer año de
emprendimiento
- $ 5.000.000, el previo de venta de su empresa a
inversores (al décimo año)
Se volvió rico buscando pelotitas de golf bajo el agua | 119

A pesar de que este es un caso real, no deja de ser un

hecho aislado y anecdótico que sucedió en el fondo del lago
de un campo de golf. Esto no es algo repetible (al menos
no en este formato). Pero, ¿qué tal en un formato parecido?
Sin ir más lejos, hoy Internet es ese lago que está lleno de
oportunidades para personas que ni siquiera tienen que
moverse de su casa.
Si supieras la cantidad de dinero que están ganando personas

vendiendo productos, servicios, cursos o promocionando su
negocio, no lo podrías creer. Créeme, muchos están ganando
muchísimo dinero, por una sencilla razón: en Internet es
mucho más simple darte a conocer y automatizar negocios.
En un empleo normal, te pagan por hora; en Internet, puedes
crear un negocio que ruede casi en automático y pasar a crear
otro, y otro, y otro. Puedes estar promocionando tu producto
sin la necesidad de moverte un paso.
El mundo cambió. Si quieres multiplicar tus ingresos, tienes

que crear tu propio negocio y este es el mejor momento para
hacerlo. Y si ya tienes un negocio, tienes que apalancarte
en Internet, porque si hay un lugar en el que un evento
puede cambiarte la vida, ese lugar es Internet (te lo digo por
experiencia propia).
VER LOS NÚMEROS DETRÁS DEL NEGOCIO
Una de las tareas que suelo hacer a modo de motivación

en las mentorías es mostrarle estas ganancias reales de
distintos negocios o de distintas personas en distintos
rubros y nichos. Porque como te decía, al ver esto, una de
las primeras reflexiones que uno hace es “¿Qué hago en
ese empleo miserable en el que estoy? Pierdo el tiempo. Yo
puedo ganar mucho más, estoy para mucho más”.
120 | Ver los números detrás del negocio

Hace unos días, estuve con una chica emprendedora, que

tiene un hogar de ancianos, un geriátrico. Había empezado
como enfermera, cuidando a un abuelo, luego a otro, y a
otro, y así llegó hasta 20 en menos de dos años. A medida
que su negocio fue creciendo, contrató personas y trató
de organizarse. El tema era que el negocio se encontraba
estancado por un problema. Por el crecimiento, se había
tenido que mudar con todos los abuelos a un lugar más
grande, una casa que había tenido que reacondicionar.
El problema era que para que le habilitaran este nuevo

lugar le exigían poner un elevador (ascensor), algo
que no había tenido en cuenta. Esto era carísimo y no
contaba con el dinero porque lo que tenía ya lo había
utilizado para reacondicionar la casa. Cuando me explicó
este inconveniente, me remarcaba que, si no instalaba el
elevador, no podía seguir con el negocio.
Me había comentado que el dueño de la casa que alquilaba

le había propuesto darle el dinero para el elevador, a cambio
de una participación del negocio, es decir, de ser su socio.
Pero, me explicaba que ella no quería ceder parte de su
negocio, lo que tenía le había costado mucho y no quería
tener que rendirle cuentas a otro, no le gustaba esa idea,
aunque a la vez se sentía presionada por la situación.
Entonces, fui sincero y directo desde el principio: le dije

que para ayudarla tenía que preguntarle sobre los números
reales del negocio. Ella lo comprendió de inmediato y
aceptó. Pero, antes me hizo la pregunta obligada: “¿Vos a
qué te dedicás?”. Le respondí que “a ayudar a personas a
multiplicar sus ingresos”, e hice una pausa. Frunció el ceño,
me miró con su cara rara y me requirió: “¿Quééé?”.
Ver los números detrás del negocio | 121

Enseguida, le formulé varias preguntas, una tras otra, en

cuestión de 5 minutos. Casi todas estaban ligadas a los nú-
meros del negocio, como:
1. ¿A cuánto ascienden los ingresos?

2. ¿A cuánto los egresos?
3. ¿Estas cifras están documentadas por escrito?
4. ¿Con cuántos empleados cuenta?
5. ¿En qué días y horarios trabajaba cada uno?
6. ¿Cuál es la capacidad de camas del lugar?
7. ¿Qué le exige la ley para habilitarle el lugar, además
de las instalaciones, respecto del personal?
8. ¿Cuánto se demora la instalación del elevador?
9. ¿Alguno de los vendedores le financian parte del pago?
10. ¿En cuánto tiempo vuelven las autoridades a realizar
la inspección pasa saber si ya está el elevador?
11. ¿Con cuánto dinero contaba en ese momento?
12. ¿Cuál era la mejor opción que había barajado hasta
el momento?
13. ¿Cuál era su alternativa para generar ingresos si no
tuviera este negocio?
Al finalizar el cuestionario, le dije: “felicidades, vos podés

estar ganando 3 veces más lo que estás generando hoy, en
un plazo muy razonable”. Y ella ya estaba ganando 7 veces
lo que le pagarían en un empleo tradicional. ¿Percibes la
ecuación? En realidad, lo que yo le decía era “vos podés
multiplicar ese 7 x 3 = 21 veces lo que paga un empleo
convencional”.
122 | Ver los números detrás del negocio

Otra vez la cara rara y la exclamación ¿Quéééééé? “Sí,

ya sé que me consultaste por el elevador, pero eso es un
tema secundario, simple de solucionar (le di 3 opciones para
hacerlo)”. Y le expliqué que su modelo de negocio, con
unos ajustes, era replicable y escalable, lo que quería decir
que podía clonar su negocio varias veces.
¿Qué efecto crees que produjo en esa persona ver sus

números de una forma diferente y comprobar el potencial
que hasta ese momento no veía? Ya nunca va a querer volver
atrás, a ganar solo 7 veces lo que recibiría en un trabajo
tradicional, cuando sabe que puede ganar 21 veces lo que
pagarían en ese empleo. Es, sin duda, algo poderoso.
EL RUMBO
Un factor extremadamente importante es partir a sabiendas

de lo que estás buscando para tu vida (lo que realmente
estás buscando dentro tuyo). Que, dicho así suena simple,
pero las personas suelen confundir este punto. Dicen cosas
como “Quiero cambiar de empleo”, “Mi objetivo es salir
de las deudas” o “Sé lo que quiero, quiero ganar más”.
Estas respuestas confunden un medio con un fin. Es como
si dijeras “yo lo que quiero es subir al carro (auto)”, cuando
en realidad lo que quieres es llegar a un destino puntual. El
carro será simplemente un vehículo.
El rumbo tiene que estar definido por algo superior, por

un propósito. Dicho de manera inversa: el propósito te
dará el rumbo cada día de tu vida. Ir en busca de la libertad
financiera está muy bien, pero debes preguntarte, ¿para qué
deseo esto?
El rumbo | 123
- ¿Tu intención es multiplicar varias veces tus ingresos,

para qué?
- ¿Qué harías si ya contaras con ese dinero cada mes?
- ¿Qué harías si ya no tuvieses problemas de dinero, a
qué te dedicarías?
- ¿Podrías describirme cómo sería tu día ideal?
- ¿Cuáles serían los aspectos que más valorarías de
esa vida?
Cuando se quita el dinero de la ecuación, queda al

descubierto lo que es realmente importante y ahí es cuando
muchas personas caen en cuenta de que le dedicarían
mucho más tiempo a la familia, a sus padres, parejas, hijos,
amigos, a realizar actividades que disfrutan, pero que tienen
postergadas, a ayudar a otros.
Un propósito es un factor tremendamente multiplicador.

Porque, si no te va bien con un cierto negocio, lo puedes
cambiar, puedes construir otro, pero el propósito, una vez que
lo encuentras, es inamovible. Será lo único que permanezca
en el tiempo, todo lo demás son elementos circunstanciales
que se acomodarán para alcanzar este fin.
EL LIDERAZGO
Solo, no se llega. Las personas son un factor multiplicador.

Todas las personas exitosas se apalancaron en la ayuda
de otras personas, como familiares, amigos, empleados o
mentores. Si alguien dice “yo llegué solo a la cima”, primero
no es un buen líder, porque un buen líder hace que las
personas que lidera crezcan junto con él, por lo tanto, no
llega a la cima solo. Y segundo, su declaración no es real.
124 | El l iderazgo
Para multiplicar varias veces tus ingresos actuales tendrás

que, de una u otra manera, liderar personas. Pero, déjame de-
cirte que la persona más difícil de liderar es la primera, porque
esa persona eres tú. ¿Eres capaz de priorizar lo que un negocio
requiere, por sobre tus ganas? ¿O eres de los que se propone
ir al gimnasio y abandonan al mes? Se trata de tener un rumbo
y liderar (te). Tu negocio podrá crecer tanto como tu liderazgo
Hay una lista típica de motivos por lo que las personas

argumentan que no pueden generar más ingresos:
1. No tengo dinero
2. No tengo tiempo
3. No sé cómo empezar un negocio
4. No encuentro las personas adecuadas
Y cada uno de estos argumentos son válidos, pero hay un

punto importante que va más allá de los problemas en sí,
un punto que está directamente ligado con tu crecimiento
personal, con tu capacidad de atacar o de resolver cada uno
de esos temas. La ley de la tapa es citada por John Maxwell
en su libro “Las 21 leyes irrefutables del liderazgo”, en el
que, sintéticamente, dice que tu negocio no podrá crecer
más allá de lo que tú creces como líder. Con los ingresos
sucede lo mismo, porque tus ingresos se ven limitados por
tu capacidad actual de generar más dinero.
Es importante que cultives habilidades que te faciliten y

promuevan tu crecimiento personal: consumir contenido
relacionado con emprendimientos, ventas, liderazgo, audios,
videos, textos, lo que sea que te aporte valor. Si tu crecimiento
personal se estanca, no esperes poder multiplicar muchas
veces tus ingresos.
El l iderazgo | 125
LAS 3 TRILOGÍAS
A medida que impartí sesiones de coaching, me di cuenta

de que existen tres trilogías importantes. La primera trilogía la
conforman el dinero, los negocios y el crecimiento personal.
La segunda, un mentor, un plan y una comunidad. Y, la
tercera, relaciones, salud y espiritualidad. En mis programas,
el temario está basado en la primera trilogía, con temas
como salir de deudas y finanzas personales (dinero), creación
de empresa (negocios) o ventas, liderazgo, productividad,
negociación o manejo del tiempo (crecimiento personal).
La segunda trilogía, la utilizo como una metodología de

trabajo. Y la tercera trilogía, si bien no es algo en lo que
me enfoque en el programa de coaching, sí es importante
porque completa el círculo de una vida balanceada. Me
parece importante al menos mencionarla. Para explicar
mejor el poder de estas trilogías, quiero darte un ejemplo.
EL PLANTEO
Vamos a suponer que una persona piensa desde hace

tiempo que tiene que mejorar su salud y su cuerpo. A pesar
de que no cuenta con mucho tiempo en su vida, decide
igualmente empezar de alguna manera. Luis, así vamos
a llamar a este personaje, decide comprar una máquina
para correr en su casa, unas pesas y algunos accesorios. El
primer día arranca con todo, ya vio tutoriales y descargó
entrenamientos. Esa sesión la terminó exhausto, pero feliz
por haber empezado el cambio.
Sin embargo, todos sabemos cómo termina esto en la ma-

yoría de los casos: a los pocos días, la máquina de correr
126 | Las 3 trilogía s | El planteo

está juntando polvo en un rincón y las pesas arrumadas en

algún rincón de la casa. A nuestro amigo gimnasta se le fue
la emoción, no vio un avance notable con el correr de los
días, no entendió cómo algo tan sacrificado no le daba fru-
tos, y dejó todo.
Jorge ya pasó por la situación de Luis: él también tuvo una

máquina para correr juntando polvo en un rincón de la casa,
pero luego de un tiempo de autoengañarse con frases como
“ya voy a retomar la gimnasia”, se sinceró consigo mismo
y reflexionó. “Mi método no me sirvió, tengo que hacer
algo distinto”. Entonces, se puso en la tarea de buscar un
entrenador personal.
Entrevistó a varios, pero no convencieron, hasta que dio con

uno con el que sintió una conexión. Se entendieron desde
el primer momento, y ahora hacen equipo. Comenzaron a
trabajar juntos y desde la primera sesión Jorge se dio cuenta
de que la metodología que este mentor utiliza es muy
distinta a todo lo que él había probado, a lo que él conocía.
¿Qué era eso diferente?
1. Establecieron un compromiso mutuo y, desde el

comienzo, comparten un propósito: alcanzar los
objetivos de Jorge. Él, ya no está solo.
2. Conversaron sobre el propósito y definieron un
objetivo inamovible a largo plazo.
3. Establecieron una meta cercana: una carrera de 5
kilómetros dentro de 3 meses.
4. Lo introdujo en su metodología y en su equipo
de trabajo:
El planteo | 127
a) Le explicó cómo será la transformación que viviría

y qué cambios vería en su cuerpo y su salud en los
siguientes meses.
b) Le comentó que no hacía falta comprar una
máquina para correr, ni pesas. El mentor le dijo
cuáles eran los elementos adecuados y él mismo
se los proporcionó, facilitan la tarea.
c) Le recomendó realizarse un chequeo médico, no
con cualquier médico, sino con el de su equipo.
A cada paso, le explicó el por qué hacían lo que hacían.

El entrenador creía que Jorge gozaba de muy buena salud,
pero como el entrenamiento al que iba a someterlo le
provocaría presión continua para conseguir que sacara
lo mejor de sí, era indispensable que Luis no levantara
ninguna barrera mental. La premisa era que supiera desde
el inicio que el mensaje del profesional de la salud es “estás
100 por ciento apto para soportar las actividades que vas
a realizar”.
Lo envió al nutricionista de su equipo para que le enseñara

a comer correctamente, de acuerdo con el objetivo trazado.
La idea era que le fijaran un plan de alimentación saludable,
pero también afín a sus gustos. Además, lo vinculó a un
grupo de Facebook privado en el que participaban otros
alumnos que estaban en la misma sintonía. Algunos, apenas
comenzaban el proceso y otros ya lo habían logrado,
pero allí no había diferencias. La dinámica del grupo era
conversar, intercambiar consejos y experiencias, darse
aliento, responder las preguntas formuladas por otros y
hasta realizar entrenamientos grupales.
128 | El planteo
Preguntas para reflexionar:
1. Quién crees que tiene más chances de lograr

resultados: ¿Luis con su método aislado o Jorge con
un método apalancado en la trilogía mentor-plan-
comunidad?
2. ¿Quién crees que tiene más chances de perder
el tiempo, frustrarse y terminar peor que como
empezó?
3. Quién crees que gastó más dinero: ¿el que compró
una máquina y pesas sin lograr nada o el que gastó
ese dinero en tener un equipo de respaldo enfocado
en su persona?
Ahora, quiero que imagines esto mismo transportado a

tu vida, pero en temas de dinero, negocios y crecimiento
personal. La diferencia es abismal. Esto es lo que las personas
sin educación financiera no ven. Creen que están ahorrando
algo al avanzar solos, pero pasan años estancados en uno u
otro tema, en un empleo poco remunerado, en una actividad
que odian, sin un rumbo definido, o con uno incorrecto.
Hoy, más que antes, si no estás avanzando estás

retrocediendo, porque los tiempos corren muy veloces. Hoy,
equivocarse no es el problema, el problema es estancarse.
Equivocarse es válido y hoy es una hermosa época para
equivocarse, solo que hay que hacerlo rápido, probar lo que
sirve para tu vida, para tu objetivo, para tu propósito, y lo
que no te sirve descartarlo velozmente. Eso es avanzar.
El planteo | 129
Es normal que tengas dudas, que no sepas por dónde

empezar, o que te encuentres estancado en algún punto. Es
normal, de modo que debes tener la humildad de reconocer
que hay métodos mejores y personas más preparadas. Por
eso, mi consejo es que confíes en ti mismo, profundamente,
pero que no transites este camino en soledad porque, como
mencioné al principio, si estás solo es muy difícil multiplicar
por 2, por 3, por 5 o por 10 veces tus ingresos.
Lo bueno es que ahora lo sabes y que la decisión de avanzar

rápido o lento queda de tu lado. Y quiero que veas este
resumen porque es mucho más notorio cómo estos factores
juntos aceleran la meta de multiplicar varias veces tus ingresos:
1. Hacer el ejercicio de multiplicar por 10 sirve para

cambiar completamente tu pensamiento actual
sobre cómo generar ingresos
2. Hay personas que están ganando en un día lo que tú
generas en un año
3. El propósito es lo que te guía cada día
4. No se logra multiplicar varias veces tus ingresos con
un empleo común
5. Tienes que crear tu propio negocio
6. Ese objetivo no se alcanza si estás solo
7. Se trata de tener un rumbo, y de liderar
8. La primera persona que debes liderar es la más
difícil: tú
9. Es importante invertir en tu crecimiento personal
porque tu negocio y tus ingresos crecen al ritmo
que lo hace tu persona
130 | El planteo
10. Las trilogías son un tremendo multiplicador de

tiempo y dinero:
- La primera trilogía es dinero, negocios y
crecimiento personal
- La segunda trilogía es mentor, plan y comunidad
Después de conocer todo lo que te he aportado en estas

líneas, es hora de que tomes una decisión. ¿Estás dispuesto
a ir por más dejándote ayudar? ¿Estás dispuesto a hacer lo
necesario para empezar a trazar tu propio plan financiero?
¿Estás dispuesto a hacer lo necesario para crear tu propio
negocio? ¿Estás dispuesto a ir por tus sueños? El cambio de
tu vida está en tus manos. Espero haber aportado valor a tu
vida. Te dejo un cordial saludo.
MARTÍN OMAR
www.martinomar.com
info@martinomar.com
WhatsApp: +54911-2751-7037
El planteo | 131
PUEDEN AYUDARTE A CUMPLIR TUS SUEÑOS ⅼ I R I A Á LVA R E Z ⅼ
6
[ IRIA ÁLVAREZ ]
COMUNICA CON EL PODER DE LA IMAGEN
Q uizás todavía no sepas quién soy, quizás todavía no

conozcas mi historia, pero no importa. Ahora que tienes
este libro en tus manos, quiero contarte cómo empezó todo,
cómo llegué hasta aquí y cómo puedo ayudarte para que
tú puedas hacer lo mismo. Soy Iria Álvarez, emprendedora,
como tú. Mi trayectoria profesional comenzó hace más
de 20 años, así que, como imaginarás, tengo cientos de
experiencias que contarte, aciertos y fracasos.
Siempre me he sentido atraída por la fotografía, por el gran

poder que tiene para transmitir emociones y sentimientos, así
que decidí estudiar Imagen y Sonido. Luego complementé con
Comunicación Audiovisual. Durante mis primeros años como
profesional, trabajé como freelancer para otros profesionales
que me enseñaron a captar la esencia a través de imágenes.
Siempre tuve claro que mi misión era mostrar al mundo

el poder que las empresas tienen si comunican bien su
imagen. Esa fue la razón por la que rápidamente me
posicioné como referente en el sector de la fotografía y el
video de empresa y pude trabajar de la mano de grandes
marcas a nivel mundial. Sin embargo, en algún momento
sentí la necesidad de cambiar de rumbo, de convertirme en
empresaria. Quería comprobar que lo que había hecho para
otros podría aplicarlo a mi propia empresa.
Comunica con el poder de la imagen | 133

Fueron 10 años maravillosos, llenos de experiencias únicas

que me hicieron crecer personal y profesionalmente. Fue un
período en el que mi empresa se posicionó como número
uno en el norte de España en el sector de los eventos y la
producción audiovisual. Sin embargo, en 2012 la crisis llegó
y mi sueño voló. Cerrar una empresa no es fácil, asumir los
errores es duro y aprender que un negocio es algo más que
una nómina, lleva su tiempo.
Aprendí que, para que una empresa permanezca en el

tiempo, debe cumplir con los siguientes requisitos y, atento,
porque ahí va mi primer regalo:
1. Una buena base, unos cimientos sólidos, esto es, una

imagen de marca fuerte que perdure en el tiempo
2. Un buen equipo. Y si no lo tienes, contrata en el
mercado aquello que no sabes, aquello en lo que no
aportas valor
3. Una buena estrategia que te ayude a crecer y posicio-
narte en tu sector
No sé por qué, pero la vida te va poniendo en el camino las

respuestas que buscas. Así, hace 5 años se cruzó en mi ruta
Benlly Hidalgo y con él, el Padrino Álvaro Mendoza. Y co-
menzamos una andadura que no se detiene: seguimos cre-
ciendo y aprendiendo. Acababa de encontrar cómo cerrar el
círculo. Tenía claro que plantear estrategias de comunicación
audiovisual, solo con video y fotografía, ya no era suficiente.
El mundo online empezaba a abrirse camino y había otros
medios más rápidos para comunicar.
134 | Comunica con el poder de la imagen

Han sido 5 años de continua formación, de diseñar e

implementar estrategias únicas para mis clientes, de evolución
constante, porque el mundo de los negocios cambia a un
ritmo vertiginoso. Y por eso estoy aquí, para decirte que
hoy necesitas comunicar visualmente en el mundo online,
pero no de cualquier forma, sino a través de una estrategia
personalizada que combine la imagen, el branding (marca),
la publicidad y el marketing digital.
Si todavía tienes dudas, hazte la siguiente pregunta:

¿si te buscan, te encuentran? Esta debería ser la primera
respuesta que debes conocer con certeza. Lo segundo,
¿mi comunicación es la adecuada para quien va dirigida?
Seguramente son tantas las preguntas que te haces que te
invito a que hagas una pequeña reflexión y pienses en el
comienzo de tu camino, si desde ese punto tu proyecto está
bien diseñado, sustentado y planificado.
Probablemente hayas empezado un proyecto en el que

desarrollaste el nombre de tu marca, el branding, el producto
y terminaste con tu avatar perfecto, ¿o no? No sé por qué,
cuando arrancamos un negocio, y me incluyo porque en mi
primera empresa fui haciendo sobre la marcha, pienso que
debería haber sido distinto.
El branding es todo. Desde el nombre hasta el logotipo

pasando, cómo no, por los colores, la tipografía, los olores de
tus paquetes o tus tiendas físicas. Es lo que va a transmitir la
esencia de tu marca y lo que va a hacer que perdure. El Padrino
siempre me ha enseñado que detrás de un buen marketing
siempre tiene que haber un buen producto o servicio y añado
mi visión: es indispensable una buena imagen en conjunto.

Quizás por la corriente académica de la que vengo, la

audiovisual y la comunicación, no me entra en la cabeza que
exista un tema sin el otro. Piensa en las grandes marcas,
en cómo cuidan no solo su estrategia de marketing, sino
también su imagen, su comunicación, su forma de expresarse
en redes, los anuncios publicitarios en sus webs. Piénsalo
detenidamente. Piensa en marcas como Apple, Coca-Cola o
Chanel. Su imagen, su comunicación y, cómo no, su marketing,
nos han enamorado y lo siguen haciendo. Es tan importante
lo que hacen y cómo lo hacen que nos venden sin vender y
esae en el fondo es la esencia.
Llevo 5 años ayudando a emprendedores con sus pro-

yectos, de ellos un poco más de 3 dirigiendo el Club de
Marketing de Álvaro Mendoza y Benlly Hidalgo. Trabajo con
emprendedores y, en la sede gallega en España, codo con
codo presencialmente con empresas unipersonales hasta
empresas de ropa con 19 tiendas físicas en Galicia. En cada
uno de esos proyectos he aprendido y sigo aprendiendo.
No es solo lo que podemos ayudarlos, porque ellos tam-
bién me enseñan mucho en ámbitos que no conocía.
Algo que me apasiona de un proyecto es que la persona

descubra realmente cuál es la esencia y cuál es el objetivo
o su propósito. Muchas veces nos obstinamos con la idea
de tener un proyecto, pero no sabemos con exactitud
qué queremos o para dónde vamos. Cuando arranqué la
empresa, no estaba conectada con mi misión o no era mi
objetivo de vida, sino que era un proceso por el que debía
pasar, una etapa de aprendizaje.
No aprendí más cuando estuve arriba y mi empresa era un

referente en el sector, sino en el momento en que quebré.
El aprendizaje derivado de este inconveniente fue enorme,

mayor que el proporcionado por el éxito. Hoy, tengo claro

que fue una etapa que necesitaba vivir, que me sirvió, pero
no era mi esencia, ni a lo que yo me quería dedicar.
Muchas veces, cuando alguien llega a ti con un proyecto,

con una idea específica en la cabeza, sucede que, al empezar
a aterrizar la información, al escarbar, te das cuenta de que
realmente ese no era el proyecto que quería, sino otro. Es
importante establecer si esa idea de negocio que tienes está
identificada con tus valores, con tus principios, porque así va a
ser más fácil desarrollar tu branding tu comunicación no solo
visual, sino tu comunicación a nivel de estrategia de marketing.
Otro aspecto en el que siempre deberíamos tener claridad

cuando arrancamos el negocio es el de pensar qué problema
específico vas a solucionar a tus clientes, y cómo lo vas a
hacer. En este tema, expongo el ejemplo de Jeff Bezos,
porque el creador de Amazon simplemente piensa en su
cliente final, no en su proveedor, ni en su distribuidor, ni en
su empleado, ni siquiera en él mismo o en Amazon. Piensa
en ayudar o solucionar los problemas de sus clientes.
Imagino que este hombre, en determinados momentos

de su vida o de su proyecto, se habrá preguntado por qué
compra la gente. Cuando alguien nos compra, lo hace
principalmente por dos motivos: el primero es el deseo
(la ganancia) y el segundo, el temor a la perdida. Esto es
crucial porque muchas veces, cuando nos comunicamos con
el cliente, no pensamos en el cliente, ni en los beneficios
que nuestro producto le proporciona a esa persona. Nos
enfocamos en nosotros mismos, en nuestro negocio, creemos
que nuestro producto es bueno (y quizás sí lo sea), pero a lo
mejor no solucionas las necesidades de tus clientes.

Se nos olvida que la decisión de compra la mayoría de las

veces responde a las emociones, aunque luego la justificamos
con la lógica y nos convencemos de que sí era importante
comprarme un Mercedes-Benz porque viajo mucho por
carretera y otros argumentos por el estilo. Justifico mi
compra de manera racional, pero la verdad es que compré
ese automóvil porque la marca me gusta, porque es el coche
que quería desde hacía mucho tiempo, porque deseaba un
auto de alta gama.
Algo que he podido ver en las personas que arrancan o

pretenden potenciar su negocio es que no se dan cuenta
de que el 80 por ciento de la decisión de la compra está
concentrada en el 20 por ciento de los beneficios que obtiene
nuestro cliente. Esa es la razón por la cual muchas veces no
le sabemos dar a nuestro cliente el valor que realmente tiene
el producto, ni detectamos las necesidades del cliente.
En este punto, hablo por experiencia propia. Cuando me

llegó la crisis, este fue uno de mis errores en la empresa.
No había definido mi avatar, no sabía con exactitud quién
era mi cliente, no analicé sus comportamientos ni me paré
a pensar en sus necesidades o en cómo podía facilitarle la
vida. Tampoco me planteé cuál era el valor de mis productos,
porque cuando arranqué no tenía competencia.
Con el paso de los años, sin embargo, en el mercado

había mucha competencia y quizás no supe diferenciarme,
ni nadie me había explicado que tenía que generar más
valor. Nunca entré a competir en la guerra por precios, pero
tampoco hice nada para diferenciarme o no tenía este tipo
de herramientas para salir airosa. Ciertamente, carecía del
conocimiento que tengo ahora.

Ahora, en 2019, digo que si en la época de la crisis, en 2012,

hubiera sabido lo que sé hoy, los resultados de ese suceso
hubieran sido muy distintos. Siempre debemos pensar en Jeff
Bezos, recordar su frase según la cual debemos ser obsesivos
por los clientes, no por la competencia. Por el contrario, en
aquel momento quizás me obsesioné con la competencia y
no pensé realmente en la necesidad de mis clientes.
Otro aspecto que solemos pasar por alto en esa etapa inicial
de nuestros negocios es la tarjeta de visita o como yo lo digo
nuestra tarjeta de visita en Internet que es nuestra Web. Esta
debe estar optimizada, posicionada, bien cuidada a nivel de
imagen. Esto quiere decir que tiene que estar acorde con el
branding, con los mismos colores, las mismas tipografías y con
un diseño que sea uniforme a lo que transmite nuestra marca.
La Web es la herramienta a través de la cual tienes contacto

con tu cliente, de modo que debe estar optimizada, con un
buen copy y con botones y llamadas a la acción creadas
para la venta. La usabilidad, es decir, la facilidad para que
cualquier usuario (no solo el experto) pueda navegar con
tranquilidad y encontrar lo que desea, es importante. Es
como si te sientas a conversar con tu cliente mientras toman
un café, pero tú hablas en español y él, en otro idioma
cualquiera: no se van a comunicar. Tu Web es el lenguaje
para comunicarte con el mercado.
Otro de los tropiezos habituales en el comienzo es ver

como enemigos a los que pueden ser nuestros aliados
más importantes. En España, por ejemplo, el pequeño
comerciante piensa que Amazon es su enemigo, cuando
en realidad puede ser un valioso aliado estratégico. Por
eso, siempre les hago la misma pregunta: “¿Tú tendrías un

comercial a coste cero en todo el mundo?”. No te imaginas

las caras que veo, las expresiones que me hacen.
Es a coste cero porque tú puedes arrancar como un usuario

básico en Amazon, sin pagar cuota alguna. Después, cuando
se produce la venta, Amazon obtiene una comisión, que es
normal, pero tú ya te beneficiaste, ya Amazon te ayudó a
vender tu producto. Es igual que Mercado Libre en los países
latinos, o plataformas como Fiverr o Workana, que te facilitan
los profesionales freelance que te van a ayudar a generar
ingresos. Esto, lamentablemente, muchos no lo entienden.
En España hay un ejemplo que me gusta mucho y que es

muy conocido. Se trata de El Corte Inglés, que no solo es una
marca muy reconocida, sino también edificios completos con
puertas por doquier que facilitan el ingreso de los clientes.
Si tuviera solo una entrada, al frente, sin duda perdería al 50
o al 80 por ciento de sus clientes, porque desde que abrió
la primera tienda acostumbró a la gente a esta modalidad.
Cada edificio está en una esquina, rodeado por calles
principales por las que fluyen muchas personas.
Nuestra página Web tiene que ser como El Corte Inglés,

es decir, debe tener puertas por todos lados para que tus
clientes entren sin dudarlo. Que entre a través del blog, o por
la puerta de Facebook, o que lo pueda hacer por Instagram
o YouTube. Cuantas más puertas tengamos abiertas, más
dinero vamos a recibir.
Es, por eso, que siempre les digo a mis clientes que
la estrategia no puede basarse en un solo elemento, en
un solo canal. Tiene que ser un conjunto, un abanico de
posibilidades, siempre dirigidas hacia un objetivo final.
Ahora, bien, esa estrategia necesita un respaldo. ¿Eso qué

quiere decir? Que si tienes un blog a través del cual los

clientes llegan a tu negocio, necesitas que haya contenido
de valor. Luego está el tema de las redes sociales, que es el
gran tabú para muchos.
Lo que puedo decirte es que todas son útiles, pero el

beneficio está determinado por el público al que te vas a
dirigir. Así, por ejemplo, si te enfocas en profesionales y
empresas, deberías ser muy activo en LinkedIn. Eso, sin
embargo, no descarta que tengas presencia en Facebook o
en Instagram, que también aportan beneficios. O también
puedes activar tu canal en YouTube. Necesitas identificar cuál
es la que más le conviene a tu negocio, en cuál de ellas están
tus clientes, porque acá no hay leyes sentadas en piedra.
Algunas te servirán más que otras, alguna quizás no te

sirva para nada. Eso depende de cuál es tu negocio, de
quiénes son tus clientes. Para algunas personas, Instagram
funciona muy bien, por ejemplo, en el sector de las dietas y
de la vida saludable. Sin embargo, para otros que trabajen
en lo mismo, quizás los mejores resultados provengan de
Facebook. No hay fórmulas mágicas, ni verdades absolutas.
Eso lo determinan tus clientes y la esencia de tu mensaje.
En mi caso, los mejores resultados a nivel de branding

personal los obtuve en Instagram, mientras que no saqué
nada bueno de Facebook o LinkedIn. En todo caso, no las
descarto, porque en algún momento me pueden servir. Las
estudio todas, más allá de que me enfoco en Instagram, con
la que tengo gran afinidad y es la que mejor me funciona.
A veces, inclusive, me gusta activar mi chatbot en Facebook

para crear una base de datos, o trabajo con el email marketing.
Sin embargo, sin un objetivo claro, sin una estrategia definida,

de nada te sirven los chatbots. La virtud de estas poderosas

herramientas está en la calidad de la información que les
proveas para que trabajen y puedan brindarte los resultados
que deseas. Por ejemplo, qué objetivo persigues, qué clase
de contenido vas a publicar, qué hashtags utilizarás, en qué
formatos publicarás tu contenido.
No es lo mismo si tu objetivo es el branding, si es

engagement, si es ventas, si es fidelización o cierre de
citas. Quizás algunas redes sociales sean más acordes con
determinado objetivo. Lo mismo, el contenido no lo puedes
comunicar igual en LinkedIn que en Instagram, porque el
perfil de cada red social y de los usuarios es diferente.
También es esencial que establezcas un calendario editorial y

trabajes basado en esa programación. Debes tener en cuenta
que no es algo forzado, que puedes improvisar o cambiar en el
camino, pero es una guía. A la par, debes revisar y analizar tus
métricas, para saber qué contenido se consume más y por qué
clase de público. No se trata de acumular likes, sino de trans-
formar a esas personas en clientes, es decir, en compradores.
De nada sirve tener 20.000 seguidores si esas personas

luego no se traducen en ventas, en dinero. Concéntrate en
determinar si esas acciones que emprendiste te llevan al
objetivo propuesto, si tus ventas aumentan y cuál es la razón
de ese incremento. Fíjate, por ejemplo, cómo lo hacen las
grandes marcas. Coca-Cola le ha dado un gran impulso a su
canal de YouTube, al que privilegia sobre otras redes sociales
porque los picos de audiencia del contenido audiovisual son
más importantes que los de otros canales digitales.
Entonces, si las grandes marcas lo hacen con buenos

resultados, ¿por qué no hacerlo nosotros también? Activa

tu canal de Instagram, tu IGTV, que va a ser más agradecido

que YouTube porque es más sencillo de manejar, porque
cuenta con muchos usuarios y porque es una herramienta
relativamente nueva que a largo plazo puede aportar más
que otras. En mi caso, los clientes inscritos en mi canal de
YouTube ven en promedio un minuto y medio de cada video,
mientras que el 75 por ciento de los usuarios de mi canal de
IGTV casi siempre llega al final.
No cabe duda de que Mark Zuckerberg fue muy listo,

porque lo que hizo fue crearle una competencia a YouTube
sin salir de su propia herramienta, de Instagram. Esa es una
gran ventaja porque todo lo puedes ver ahí mismo, sin ir a
otro lado. Mientras consultas tus noticias, llega un video y
solo tienes que hacer un clic para mirarlo. Todo integrado.
Creo que ha sido una forma muy inteligente de trabajar las

redes sociales. Es algo en lo que todos debemos trabajar.
Conozco algunas empresas cuyas campañas de Google
arrojan mejores resultados que las que realizan en redes
sociales. Eso se debe al posicionamiento SEO, a que hay
nichos o clientes que son más fáciles de trabajar, conseguimos
los resultados de una manera más sencilla.
Lo importante es que comprendas que no son exclusivas, es

decir, puedes trabajar las dos herramientas. Tengo un cliente
con el que hacíamos campañas en los dos escenarios, tanto
en redes sociales como en Google AdWords. Nos dimos
cuenta de que por cada 10 registros que entraban por redes
sociales, de gente que se mostraba interesada, solo uno
convertía. En cambio, en Google, la conversión era de 8 por
cada 10. Aunque el registro en Google era más costoso que
el de redes sociales, al final el costo que teníamos que pagar
por cada cliente que conseguíamos era más económico.

Como ves, no hay reglas: depende de cada sector y lo mejor

es que hagas campañas en los dos escenarios y compruebes
cuál funciona mejor. Lo importante es que cualquier decisión
que adoptes en tu negocio esté sustentada por cifras
comprobables, medibles, porque ese es el camino más
seguro, el que te evita dolorosos errores. Lo que a mí me
funciona, puede que a ti no te sirva, así nuestros productos o
servicios sean similares: el mercado es distinto.
Como dice El Padrino, al email marketing lo han enterrado

por los menos diez veces, pero ahí sigue. Hace poco participé
de una conferencia online que se realizó en Estados Unidos,
para mujeres emprendedoras. El mensaje era que había que
volver a la esencia del email marketing y de la comunicación
directa por correo electrónico con los clientes, porque esa es
la fórmula más efectiva para lograr conversiones.
La verdad es que el mercado ya se dio cuenta de que las

redes sociales están saturadas y ya no ofrecen los mismos
resultados de antes, de que han perdido los superpoderes.
Por eso, soy partidaria de las estrategias múltiples, a través de
diferentes canales. No solo la comunicación de boletines de
email marketing, sino también correr embudos y secuencias
en los autorrespondedores, de modo que podamos alcanzar
varios objetivos.
Este tipo de secuencia puede estar, inclusive, en piloto

automático. O, si tienes una base de datos amplia, puedes
enfocarte, por ejemplo, en las personas que ya te compraron,
que es un principio básico en el que siempre hace énfasis
mi profesor Álvaro Mendoza. Si todas tus acciones están
enfocadas en conseguir nuevos clientes, habrá más desgaste
y, además, es posible que descuides, que dejes de lado a
esas personas que ya te compraron.

Lo primero que debemos pensar es cómo atraer el tráfico

que nos permita que esos clientes potenciales entren a nuestro
embudo de ventas y hagan el tránsito hasta convertirse
en compradores. Después, desplegar las estrategias para
fidelizarlos, para garantizar que estén mucho tiempo a
nuestro lado. Hay muchas formas de conseguir ese objetivo,
como un programa de afiliados con incentivos, con un servicio
posventa muy bueno, hacer promociones, entregar cupones
de descuento. Debemos ser ingeniosos, creativos.
Lo que debes entender es que no es necesario regalar el

producto, ni derribar los precios. Simplemente, con algo
de creatividad e ingenio es posible llamar la atención de
nuestros clientes, del mercado, y aprovechamos la saturación
que hay en algunos canales. No es bueno dejarse llevar por
el afán, por la necesidad de obtener resultados: llega algún
momento en el que es bueno detenernos, revisar, analizar,
porque de lo contrario corremos el riesgo de perdernos en
el camino, de pasar por alto datos que son importantes.
En marketing, en los negocios, no hay fórmulas secretas,

ni magia, ni libretos perfectos. Los resultados que obtengas
dependerán exclusivamente de lo que hagas, de cómo lo
hagas, de qué tratamiento les des a los datos que posees.
Necesitas establecer un objetivo claro y alcanzable, y luego un
plan y una estrategia que te permitan lograrlo. En marketing,
se trata de aprovechar el poder de los contenidos, del email
marketing y de otras herramientas que son útiles y están al
alcance de todos.
Y, lo repito para que no lo olvides, debes detenerte de

cuando en cuando, debes tomarte el tiempo necesario para
analizar, para verificar, para comparar las cifras. Y, con esos
resultados, corregir si es lo adecuado, descartar si es lo que

se requiere o, de lo contrario, reforzar y continuar. No pierdas

de vista tus objetivos, o corres el riesgo de desviarte en el
camino. Lo importante es que, como el edificio de El Corte
Inglés que mencioné antes, los clientes entren a tu negocio
por todas las puertas, sin pausa y sin descanso.
La improvisación es el peor enemigo de un emprendedor. Si

no sabes qué hacer, si cada día te levantas a ver qué tienes que
hacer, tu trabajo se convertirá en un problema difícil de lidiar.
Haz un cronograma de publicaciones, determina qué acciones
realizarás para comunicarte con tus clientes, define si vas a
entrevistar a un experto o si recomendarás un libro, decide
a través de cuáles medios publicarás ese contenido. Traza un
mapa con todos los pasos que vas a seguir en cada una de tus
estrategias y sé flexible, tanto mental como operativamente:
recuerda que lo único seguro es la dinámica del cambio.
Apóyate en el marketing de contenidos, que es una

herramienta muy poderosa. Los beneficios que vas a obtener
con esta estrategia son brutales, si la empleas bien. Aumentará
el tráfico a tu Web, te diferenciarás de la competencia,
construirás marca y atraerás clientes potenciales a los que
después les puedes vender lo que ofreces. Y cuando a esos
clientes les aportes valor y les soluciones el problema que los
inquieta, hablarán bien de ti, reforzarán tu posicionamiento y
te atraerán otros buenos clientes.
Sé que el temor de muchas personas al comenzar el camino

para construir un negocio es cómo lidiar con la cantidad de
tareas, cómo gestionar el tiempo, cómo no volverse loco.
Te lo digo por experiencia: no se trata de saberlo todo, de
hacerlo todo, de querer ser perfectos. Es un proceso en el
que a veces lo imperfecto es lo conveniente o lo adecuado.
También puedo decirte que yo no tengo la verdad absoluta

y que cuanto has leído es fruto de mi camino, de mi expe-

riencia, de mis aciertos y de mis errores.
Asimismo, es fruto del trabajo que durante años he

realizado con clientes y con empresas, con agencias de
marketing. Algo que aprendí es que para triunfar necesitas
saber rodearte, que en tu entorno haya personas mejores
que tú, personas que ya lograron aquello que tú deseas,
personas a las que puedas modelar. Eso es, precisamente,
lo que he hecho en los últimos años de mi vida y, por fortuna,
los resultados hablan por sí mismos. Cuando uno quiere,
puede; el resto son excusas.
IRIA ÁLVAREZ
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IRIA ALVAREZ

PUEDEN AYUDARTE A CUMPLIR TUS SUEÑOS ⅼ CARLOS GONZÁLEZ ⅼ
7
[ CARLOS GONZÁLEZ ]
ME REINVENTÉ GRACIAS AL MARKETING
D edicado por más de 25 años al periodismo vinculado

a medios de comunicación y organizaciones privadas,
la del marketing no era una idea que diera vueltas por mi
cabeza. De hecho, poco o nada (más nada que poco) era
lo que sabía de este tema. Y, para rematar, tenía una idea
errada de lo que en realidad es marketing, una idea que
acuñaron en mi cabeza a mi paso por la universidad.
Nos dijeron (nos mintieron) que marketing es vender y

eso, pensaba, es opuesto a periodismo, que es lo que en
realidad me interesaba, me apasionaba. Reconozco que
estaba equivocado de cabo a rabo, porque periodismo y
marketing no van por caminos diferentes. Quizás sea así en
una parte del recorrido, pero se les olvidó decirme que al
final confluyen, se encuentran y hasta se fusionan.
Ser periodista en Latinoamérica no es fácil. Es cierto que

los periodistas somos privilegiados al servir como nexo entre
una realidad a veces caótica y un público que nos necesita.
Viajar, conocer personalidades famosas, asistir a eventos,
recibir el reconocimiento y el cariño de la gente y saber
que conocimiento y experiencia nos sirven para construir un
mundo mejor son grandes bendiciones.
Me reinventé gracias al marketing | 149

Esos pequeños triunfos y el intento por construir una

sociedad mejor, compensan con creces los sacrificios y
los momentos amargos, que son muchos. Lo curioso es
que justamente cuando vivía uno de esos momentos,
seguramente el más amargo de mi vida, el marketing se
cruzó en mi camino. Después de que mil y una puertas se
cerraron, por fin una se abrió. Una inesperada.
Muchas veces escuché decir que “todo lo que sube, baja”,

pero no creí que fuera a ser protagonista de un capítulo de
esa serie. Ser periodista en Latinoamérica no es fácil, ya
lo mencioné. Los medios y las empresas ya no son lo que
eran antes, el oficio se vino a menos y los profesionales
del área somos vistos simplemente como peones de un
macabro ajedrez.
Talento, conocimiento y experiencia no valen. O, mejor

dicho, sí valen, pero para que te descarten, para que te traten
como un viejo a los 45 años, para que te descalifiquen “Su
hoja de vida es muy buena, pero está sobrecalificado para el
cargo” fue la frase que escuché muchas veces como excusa
para darme el portazo en la cara con un poco de elegancia.
Dolió igual, sin embargo.
Uno siempre sueña con forjar una trayectoria profesional

que le permita ascender, a través de la cual pueda cumplir
sueños y conquistar metas. Sería ingrato con la vida y el
periodismo si me quejara por tanto que mi profesión me
brindó por más de 25 años. Ni en el mejor de los escenarios
imaginé tantos beneficios, tantas experiencias, tanto
aprendizaje, tantos vínculos maravillosos.
Quizás por eso nunca me preparé para los malos momentos.

Honestamente, nunca creí que llegarían, pero llegaron. Una
150 | Me reinventé gracias al marketing

tras otra, todas las puertas se cerraron. De un momento a otro,

el talento, el conocimiento y la experiencia se convirtieron
en un obstáculo, o así lo veía en esas circunstancias. El sol se
ocultó y comenzó una negra y larga noche que significó una
dura prueba.
Contar 45 o 50 años y enfrentar dificultades laborales es

pan de cada día por estos lares. Es una realidad que vi surgir
y desarrollarse, de modo que no me era ajena. Sin embargo,
lo que más me mortificaba era que cada día me levantaba
con ganas de trabajar, de aprovechar mi conocimiento y mi
experiencia, de brindarle a alguien mi talento, y la respuesta
siempre era la misma: “¡No!”.
Aprendí que no hay ser humano capaz de resistir tantos

“¡No!” consecutivos. Es difícil mantener la perspectiva y el
entusiasmo. Hay días en los que, simplemente, te gustaría
que la tierra te tragara, literalmente, o tener la posibilidad de
irte a un lugar donde nadie te conozca y volver a comenzar de
cero. No tuve esa suerte (en ninguna de las dos alternativas),
así que no hubo más remedio.
Había que remar contra la corriente. Lo más doloroso fue

comprobar cómo esos que se hacían llamar amigos me
dieron la espalda y miraron para otro lado. Algunos de los
que fueron mis compañeros de brega se dieron a la tarea
de desprestigiarme, de difundir versiones alejadas de la
realidad, testimonios que hicieron un daño terrible: además
de desechable, era despreciable.
No tiene sentido ser hipócrita: cometí muchos errores,

muchos excesos, caí en la trampa del ego y seguramente
causé algún daño. Tomé malas decisiones porque me dejé
llevar por las emociones y porque asumí la actitud equivocada:

me dispuse a pelear contra todo y contra todos en procura

de que se reconociera que tenía la razón. Y cuando peleas
en tantos frentes simultáneos, pierdes.
Y perdí. Perdí el norte, perdí la tranquilidad, perdí el camino

que había recorrido hasta entonces. En los momentos en
que necesitaba estar más enfocado para salir de la situación
incómoda en la que me hallaba, elegí distraerme por
doquier con peleas inútiles, discusiones tontas. Me dedique
a desperdiciar algunos de los mejores años de mi vida, la
que se considera la etapa más productiva.
A pesar de mi obstinación, de mis obsesiones, de las

dificultades, la vida continuó siendo generosa conmigo.
Muy generosa. Aun en los peores momentos, en los que
acumularon varios meses sin recibir un céntimo, nunca nada
me faltó. Lo tenía todo, en la medida básica nada más, pero
todo al fin. Ese fue un mensaje que tardé en comprender,
pero que fue fundamental para cambiar el rumbo.
Tenía que cambiar el chip y no sabía cómo hacerlo. Por el

contrario, patinaba sobre el lodo y, de tanto porfiar, lo único
que conseguía era hundirme más. Hasta que un día, uno
cualquiera, la vida me envió un mensaje encriptado. Lo único
que no podía fallar en ese momento, la salud, estaba a punto
de colapsar. Por fortuna, mi Ángel de la Guarda hizo la tarea
y pude reaccionar a tiempo.
Un amigo, médico urólogo, cuya suegra se había sometido

poco antes a un baipás gástrico, me mandó (literalmente)
al consultorio del especialista. De esa primera cita salí
con remisión para internista, nutricionista y psiquiatra,
con el fin de realizar una valoración integral. Ese proceso

se interrumpió al cabo de un mes, porque las finanzas

explotaron y no fue posible sostenerlo.
Lo retomé un año más tarde, cuando tuve algunos ingresos.

Conté con la suerte de que la empresa de medicina aceptó
el reenganche sin condiciones. Dos meses después, el
diagnóstico del equipo médico fue contundente: estaba
en etapa de prediabetes tipo 2 y, para cortarle el vuelo a
la enfermedad, solo había una solución: someterme a una
cirugía laparoscópica, de inmediato.
“Tiene dos opciones. Se opera ya y evita que la enfermedad

se desarrolle o se espera y asume las consecuencias. Si se
opera dentro de cinco años, ya la enfermedad se activó y
nos toca ver qué daño ha hecho. Si se opera en diez años,
no hay mucho que hacer. Si no se opera, su expectativa de
vida es de 15 años, y no le digo cómo serán los últimos 5. Si
se opera, se duplica”, dijo el médico.
El siguiente paso fue conseguir que la empresa de medicina

prepagada asumiera los costos de la intervención, que son
elevados. Por fortuna, dada mi larga vinculación, aceptó
pagar en su totalidad el tratamiento. “Doctor, ponga la
fecha para la cirugía”, le dije. El 29 de julio de 2011 pasé por
el quirófano y me sometí a una operación que, literalmente,
me cambió la vida.
No solo porque mi cuerpo se comprimió en unos pocos

meses y hasta los zapatos me quedaban grandes, sino porque
tuve que cambiar mis hábitos. Comer más veces, pero menor
cantidad, y más sano. Practicar deporte y descansar bien.
Parece fácil, pero no lo es para alguien que, como yo, estaba
acostumbrado a los desórdenes propios de la agitada vida
de un periodista.

Los resultados de la operación fueron excelentes y eso

cambió mi perspectiva. “Si pude enfrentarme a esto y salir
airoso, puedo hacer lo que quiera, puedo conseguir lo que
quiera, puedo cambiar lo que quiera”, me dije. Y me di a
la tarea: alejarme de los ambientes tóxicos, de las personas
tóxicas, de los recuerdos tóxicos, fue la prioridad. ¡Una
limpieza a fondo, en serio!
Entendía que la vida me había dado una nueva oportunidad

y quería disfrutarla al máximo. Física y mentalmente me
había quitado 15 años y volví a sentirme joven, vigoroso,
entusiasmado. No tenía trabajo fijo, seguían las dificultades
y las deudas, pero la vida la veía diferente. Fue el primer
paso para destrabar esa situación que me tenía atado a un
pasado que pesaba toneladas, literalmente.
Andaba en plan de ponerle punto final a mi trayectoria

como periodista deportivo, pues todos los caminos
conducían al mismo lugar: al oscuro túnel sin salida. Había
logrado cumplir mi sueño de publicar un libro con la historia
de la Copa Mundo de fútbol, en 2014, una experiencia que
me abrió el horizonte y me brindó experiencias inolvidables.
Un oasis en medio del desierto.
Curiosamente, la primera puerta que se abrió fue tan

inesperada como insólita. Me vinculé a una caja de
compensación familiar como profesor de bolos (bowling).
Dictaba clases a niños de los colegios oficiales y a afiliados a
la empresa. Fue un año duro, en un ambiente excesivamente
tóxico, pero de grandes aprendizajes. El redescubrimiento
de talentos y dones fue lo mejor.
Fue la primera vez, desde que comencé mi carrera

profesional por allá en 1987, que me aparté del periodismo,

un año sabático no planeado. Lo retomé después de salir

de aquella empresa, cuando asumí el proyecto de escribir el
libro de la historia de una cooperativa. Y cuando terminé de
escribir reapareció en mi vida, tras varios años, un amigo y,
sobre todo, cómplice de aventuras.
En octubre de 2016, Álvaro Mendoza llegó a Bogotá para

una edición más de su evento Los Maestros de Internet, y
me invitó a los tres días de conferencias. Un año antes había
tenido un pequeño contacto con el evento, pero esa vez
fue de tiempo completo. La mayoría de los temas fueron
difíciles de digerir, dada mi ignorancia sobre el marketing,
pero hubo grandes aprendizajes.
El panel de mujeres, que por primera vez se realizó en el

evento, con la participación de las mexicanas Andrea Rojas
y Beatriz Mancilla y la colombiana Diana Campo, me voló la
cabeza. Sus historias eran parecidas a la mía y habían logrado
reconstruirse, reinventarse. Sus testimonios me conmovieron
y despertaron en mí una gran curiosidad. “¿Qué tal si sigo el
camino de ellas?”.
Igual ocurrió con la charla de Xavier Illingsworth sobre

programación neurolingüística, un tema que desconocía,
pero que me resultó apasionante de entrada. Y lo mismo,
cuando el gran Richeli, el hombre de los zapatos rojos, habló
sobre buyer persona. Además, conocí personas maravillosas
y tuve la oportunidad de compartir con varios de los más
reconocidos discípulos de Álvaro.
Ni en mis planes más remotos, ni en el plan Z, estaba previsto

darle un giro radical a mi carrera profesional e ingresar al
mundo del marketing. La vida, sin embargo, caprichosa
como toda mujer, me abrió una puerta que me condujo a un

universo ilimitado, a un lugar muy distinto al que imaginaba.

No sabía si esa era la oportunidad que esperaba, pero sí
sabía que me entusiasmaba.
La vida, además, no quiere que dejemos cabos sueltos y de

cuando en cuando provoca que nos crucemos de nuevo con
personas con las que nuestra historia aún está vigente. Es
el caso de Álvaro Mendoza, el Padrino, el mismo que en un
lejano 1997 me invitó a trabajar en algo llamado Internet, de
lo que muy pocos, casi nadie, sabían. De hecho, lo confieso,
yo no tenía ni idea.
Internet es algo que me ha permitido el milagro de

reinventarme una y otra vez a lo largo de las dos últimas
décadas y, sobre todo, algo gracias a lo que me convertí en un
eterno estudiante, en un apasionado del aprendizaje y en un
camaleón del periodismo, con múltiples facetas. Y algo que
hoy me da la posibilidad de compartir con otros cuanto he
aprendido y he vivido.
Dos semanas después de que terminó Los Maestros de

Internet, Álvaro me invitó a formar parte de MercadeoGlobal.
com y puedo decirte que fue lo mejor que me pudo pasar en
la vida. No solo porque significó el fin de una etapa aciaga,
llena de dificultades, de costosos errores y de aprendizajes
dolorosos, sino porque fue como regresar el curso del tiempo
y volver a vivir la adolescencia.
Al menos, la adolescencia profesional. Y, ¡vaya sorpresa!,

descubrí que los caminos de periodismo y marketing se
habían unido y que había un nuevo rumbo para construir
apalancado en esa fusión. No hay palabras que puedan
describir lo enriquecedores que ha sido, en lo personal y en

lo profesional, la experiencia de estar a cargo del marketing

de contenidos de MercadeoGlobal.com.
Cambiar el chip no fue fácil, pero la ayuda de Álvaro y el

fuerte vínculo que nos une gracias a una amistad de más de
30 años me dieron las fuerzas para salir adelante. Lo demás
lo hicieron los clientes de MercadeoGlobal.com, con sus
comentarios, con la gratísima aceptación que le dieron a mi
trabajo. Su anónimo apoyo fue vital para poner en marcha
el proceso de mi reinvención.
El primer año fue exótico, pues significó el polo opuesto a

lo que había sido mi trayectoria en los medios. En ese ámbito,
todos los días estás expuesto al escrutinio público, estás en
la vitrina, mientras que en MercadeoGlobal.com descubrí
un nuevo y apasionante rol: el de ghostwriter, o escritor
fantasma. Era virtualmente invisible para la audiencia, algo
que me resultó fascinante.
La primera vez que algunos clientes y discípulos de Álvaro

se enteraron de mi existencia fue al llegar a Punta Cana
(República Dominicana) para Comando Secreto, mi segundo
evento. Cuando uno acumula tanta experiencia a lo largo
de tantos años comete el error de creer que sabe mucho,
pero en realidad el mucho solo aplica para lo relacionado
con todo lo que falta por aprender.
Y es mucho, mucho. Dado que no soy marketero, que no

estaba trabajando en un negocio propio, la experiencia de
Comando Secreto me generó un salpicón de expectativas.
La oportunidad de conocer a otras personas y compartir con
ellas, aprender de marketing de la fuente directa y tener la
posibilidad de dar a conocer los secretos del marketing de
contenidos a través del storytelling.

Por supuesto, como al resto de compañeros, lo que más me

atraía de un evento como este era aprender de maestros como
Álvaro Mendoza, el Padrino, y Gus Sevilla, el Maestro Ninja.
Más que un privilegio, era un regalo de la vida poder compar-
tir durante cinco días, a puerta cerrada y durante las 24 horas
del día, con los referentes número uno del mercado hispano.
Son maestros que han transformado cientos de vidas y

que trabajan cada día con la misma pasión del primer día.
Y como ellos, a medida que las actividades avanzaron y
compartí con los compañeros, me di cuenta de que cada uno
de los miembros de esta primera generación de Comando
Secreto era un verdadero gurú. Quizás no de los negocios,
no todavía, pero sí de la vida.
Y eso, sin duda, es más importante. Porque lo verdaderamente

valioso en la vida es lo que podemos aprender de otros. El
periodismo me dio la oportunidad de conocer a muchas
personas de distintas condiciones, desde humildes cuidadores
de caballos hasta connotados deportistas y dirigentes. Y me
enseñaron que la humildad y la generosidad son virtudes
admirables que definen la calidad del ser humano.
Humildad y generosidad para compartir y humildad y

generosidad para aprender. Y eso fue, precisamente, lo
mejor de haber participado en Comando Secreto. Humildad
y generosidad sin límites por parte de Álvaro y Gus para
hacer su mejor esfuerzo por transmitirnos su conocimiento,
por entregarnos sus más efectivas herramientas, por
contagiarnos su pasión.
Humildad y generosidad sin límites de todos y cada uno

de los participantes para aceptar lo que nos entregaban
los maestros, para compartir con todos su conocimiento y

su experiencia, para hacer su mejor esfuerzo en cada una

de las actividades programadas. A pesar de eso, no me
resultó fácil entrar en el circuito de Comando Secreto, por
mi ignorancia del tema.
Sentía que era poco, muy poco, lo que podía aportar. Sin
embargo, no pasó mucho tiempo antes de que comandantes
y compañeros me hicieran sentir muy importante en ese
lugar. En cada reunión sentía que me reconciliaba con la
vida, o que la vida se reconciliaba conmigo. Cada sesión era
un aprendizaje increíble por el intercambio de conceptos,
de vivencias, de inquietudes.
Mis prevenciones y mis miedos se extinguieron rápidamente

y, por fortuna, me di la oportunidad de aprender y de
compartir de conocimiento. Lo mejor fue comprobar que,
a pesar de no ser un marketero, de no tener un negocio,
lo que yo podía aportarle al grupo era valorado. Esa fue la
señal que me indicó que estaba en el lugar indicado, allí
donde quería estar, donde quiero estar.
A mi modo de ver, lo más importante de esta experiencia

fue la conexión que pude establecer con las demás
personas. Eso, sin duda, es lo más enriquecedor, porque nos
da la posibilidad de transformar vidas, de unir esfuerzos, de
dejar huella. Y eso, sin duda, es lo que más les agradezco
a Comando Secreto, a la vida, a mis compañeros y, por
supuesto, a los comandantes Álvaro y Gus.
A Punta Cana llegamos uno tras otro con notoria ansiedad,

sin poder ocultar los miedos. De Punta Cana partimos
fortalecidos, conscientes de que más que un grupo de
trabajo nos convertimos en una familia con una clara misión:
transformar vidas para bien. Somos un equipo comprometido

a trabajar por la construcción de sus sueños. Y en esas estamos,

aprendiendo y creciendo.
Con el paso de los días, de las semanas, de los meses,

comprendí que Comando Secreto había sido, nada más,
el punto de partida. No una actividad que comenzaba y
terminaba cuando se cumpliera el cronograma previsto,
sino el comienzo de más aprendizajes, más compartir, más
conocimiento. Lo mejor es que la dinámica continúa, se
fortalece, cada día es más poderosa.
Y tengo que darle el crédito a el Padrino Álvaro Mendoza,

que siempre me habló del poder de los masterminds
y que me anunció que esa era, en realidad, la verdadera
ganancia del evento. Han pasado casi dos años y cada día le
encuentro más sentido a esas palabras. El entusiasmo crece
y el vínculo se fortalece. La familia permanece unida y, lo
mejor, trabaja unida.
Ser la primera generación de Comando Secreto no solo

significó un privilegio, sino también un mensaje que me dio
la vida de utilizar cuanto me ha brindado en beneficio de
otros. Los talentos, los dones, los recursos, el conocimiento,
la experiencia y, sobre todo, la vocación de servicio. Era justo
lo que necesitaba para llevar a cabo el urgente y refrescante
proceso de reinvención.
Cuando me bajé del avión en Punta Cana, en mis maletas

cargaba grandes expectativas, uno que otro miedo y no
pocas inquietudes. Hoy, sé que Comando Secreto me
demostró que no importa cuánto haya hecho en la vida,
cuánto logré, no importa ni siquiera cuánto me equivoqué o
cuánto fracasé. Lo único que vale es cuanto podemos hacer
por aprender, por ser mejores, por ayudar a los demás.

Esa es la premisa que mueve mi vida desde entonces.

Soy inmensamente feliz porque desde mi trabajo como
periodista puedo hacer un humilde aporte para crear un
mundo mejor, para ayudar a otros a cumplir sus sueños y
establecer vínculos que nos permiten cristalizar proyectos y
compartir lo bueno y lo malo que nos ofrece cada día. Y sé
que lo mejor está por venir.
Nunca imaginé que mi carrera como periodista me llevaría

por los caminos del marketing. Ahora, sin embargo, solo le
pido a la vida que me dé más tiempo para disfrutar de esta
enriquecedora etapa, en lo personal y en lo profesional. Esta
aventura comenzó hace menos de tres años, pero parece
que han sido 30, por el valor del aprendizaje adquirido, de
las experiencias vividas.
Hoy tengo el privilegio de que otros emprendedores

discípulos de Álvaro Mendoza me han abierto las puertas
de su vida y me han dado el privilegio de ayudarlos con mi
conocimiento y experiencia. Hago parte también del Circulo
Interno, otra maravillosa modalidad de mastermind que
ha significado una maestría de marketing y de vida, una
inagotable fuente de aprendizaje.
Además, me gradué como marketero al dictar mi primer

curso: A escribir se aprende escribiendo, a través del cual
puedo transmitir lo que he aprendido y comparto mi pasión
por el copywriting y el storytelling. La dinámica de compartir
con otras personas lo que sabes y lo que eres es el regalo
más maravilloso que puedes recibir en la vida. Fue el primer
curso, pero vendrán otros más.
Son muchos los proyectos, muchas las ilusiones, muchos

los sueños que faltan por cristalizar. Sé que se trata de un

proceso que hay que cumplir a cabalidad para alcanzar los

objetivos. Por lo pronto, me concentro en sacar provecho de
lo aprendido, en aprender más y, sobre todo, en disfrutar la
maravillosa oportunidad que me dio la vida de reinventarme,
de construir una mejor versión.
CONSEJOS PARA EMPRENDEDORES
#1 – La vida es hoy.
Los seres humanos vivimos atados al pasado, que ya no lo

podemos cambiar, e ilusionados por el futuro, al que todavía
no llegamos. Y nos olvidamos de lo único real que poseemos,
de aquello que exige toda nuestra atención, dedicación y
pasión: el presente. Y no aprovechamos lo que la vida nos
regala para construir un presente feliz, para corregir los
errores del pasado, para cimentar un futuro halagüeño. Y así
se nos pasa la vida, se nos va la vida.
Miedo siempre habrá, riesgo siempre habrá, dificultades

siempre habrá. Pero también habrá oportunidades, logros,
éxitos y mil y un motivos para seguir, para levantarnos después
de cada caída. La clave está en entender que lo que hicimos
ayer ya está, porque es pasado, y que si lo aplazamos para
mañana quizás no lo podamos hacer, porque no sabemos si
estaremos ahí. El mejor momento para actuar, el momento
adecuado, es hoy, el presente, lo único que tenemos.
#2 – Nunca se deja de aprender.
La vida solo tiene sentido cuando estamos abiertos al

aprendizaje. El resto es desperdiciar esa oportunidad divina
que nos ofrece cada despertar. No importa lo que hagas,
desde hace cuánto lo hagas, en qué empresa lo hagas: lo
162 | Consejos para Emprendedores

único que importa es que no pierdas el hambre de aprender,

de crecer, de evolucionar, porque esa es la dinámica que nos
permite disfrutar cada día. Porque un día sin aprendizaje es
un día perdido, reza una popular frase.
El miedo al cambio es el único obstáculo insalvable, ese

muro infranqueable contra el que se estrellan nuestros
sueños. Pero, hay un antídoto perfecto: rodearse de personas
positivas, creativas, talentosas, apasionadas y con vocación
de servicio. Y un refuerzo: estudiar, capacitarse y, sobre todo,
poner en práctica aquello que aprendemos. Nunca se deja
de aprender, nunca se deja de errar, pero nunca se terminan
las oportunidades y nunca es válido renunciar a los sueños.
#3 – Servir es el mejor negocio del mundo.
Desde pequeños, nos enseñan a acumular. Objetos, ropa,

trofeos, diplomas, elogios y hasta miedos. Pero, llega un
momento en la vida en que nos damos cuenta de que nada
de eso vale, de que son un estorbo, de que todo aquello es
nada más un obstáculo que nos impide ser felices. Es cuando
entendemos para qué sirve cuanto nos ha dado la vida:
dones, talentos, conocimiento, experiencias, aprendizaje,
pasión y vocación de servicio.
Le encontramos un verdadero sentido a la vida el día

en que aceptamos para qué estamos en este mundo,
cuando entendemos que nuestra misión es trabajar con
otros y para otros. Cuando nos damos cuenta de que
servir es el mejor negocio del mundo porque la retribución
que recibimos nos llega multiplicada en beneficios y
satisfacciones. Ese objetivo se logra solo si conformamos
equipos competentes, capacitados y enfocados, ajenos a
los egos y a los intereses particulares.
Consejos para Emprendedores | 163

#Plus.
Dado que el mejor negocio del mundo es servir, nada

mejor que hacerlo acompañados por aquellos con quienes
compartimos sueños, valores, una misión en la vida. El gran
tesoro de un emprendedor es la calidad de las personas que
conforman su red de contactos, desde los clientes hasta los
mentores, pasando por los socios estratégicos y el equipo de
trabajo. La gente es la razón de ser de lo que hacemos, de por
qué estamos en este mundo. Es lo que le da valor a la vida.
QUIÉN SOY
Carlos Eduardo González

País: Colombia
Profesión: comunicador social, periodista
Especialidad: marketing de contenidos (storytelling)
¿Cómo te puedo ayudar?
1. Estrategias de contenido (blog, redes sociales)
2. Cartas de ventas
3. eBooks y libros
4. Revistas
CARLOS EDUARDO GONZÁLEZ

@caredugo63
caredugo63
164 | Q u i é n S o y
PUEDEN AYUDARTE A CUMPLIR TUS SUEÑOS ⅼ REFERENCIAS ⅼ
REFERENCIAS
(1) En Argentina se denominó corralito a la restricción de la libre

disposición de dinero en efectivo de plazos fijos, cuentas co-
rrientes y cajas de ahorros impuesta por el gobierno radical
de Fernando de la Rúa el 3 de diciembre de 2001, y que se
prolongó por casi un año cuando se anunció oficialmente el
2 de diciembre de 2002 la liberación de los depósitos reteni-
dos. Posteriormente, y debido a la popularidad que adquirió
el término, este se empezó a usar en todos los países de habla
castellana para hacer referencia a la inmovilización de los de-
pósitos realizada por el gobierno de cualquier país.
El objetivo que se perseguía con estas restricciones era evitar

la salida de dinero del sistema bancario, intentando evitar así
una ola de pánico bancario y el colapso del sistema. Según
Domingo Cavallo, a cargo del Ministerio de Economía, esta
medida era positiva de cara a lograr un mayor uso de los me-
dios de pago electrónico, evitando así la evasión impositiva y
provocando la bancarización de la población. El corralito desen-
cadenó pocos días después la llamada crisis de 2001 que llevó
a la renuncia del presidente De la Rúa y a una situación de
disolución e inestabilidad social y política que se extendería
durante varios años.
(2) La fibrilación auricular (FA) es la arritmia cardíaca más frecuente

en la práctica clínica. La FA es una enfermedad que se caracte-
riza por latidos auriculares descoordinados y desorganizados,
que producen un ritmo cardíaco rápido e irregular (es decir,
latidos cardiacos irregulares). La FA es un problema creciente
de salud pública debido al envejecimiento de la población. La
prevalencia estimada de FA es del 0,4- 1% en la población ge-
neral,pero aumenta con la edad hasta el 8 % en personas de
| 165
80 años o más. De manera similar, si bien la incidencia de FA

es de menos del 0,1 % por año en personas de menos de 40
años, aumenta a más del 1,5% por año entre mujeres y al 2 %
entre los hombres de más de 80 años. La FA se considera una
de las epidemias cardiovasculares crecientes en el siglo XXI, en
conjunto con la insuficiencia cardíaca congestiva, la diabetes
tipo 2 y el síndrome metabólico.
(3) ¿Quién fue el Dr. Thurman Fleet? Vivió desde 1895 hasta 1983
y fue un increíble curandero quiropráctico y profesor de me-
tafísica. Cuando tenía horas en su oficina de quiropráctica, el
departamento de policía de San Antonio (Texas) a menudo te-
nía que reencaminar los patrones de tráfico para acomodar a la
gran cantidad de pacientes que acudían a la oficina del doctor
Fleet. También tuvo que mudarse de su oficina 3 veces para
cumplir con los códigos de incendio, ya que estaban llenas de
gente. Los pacientes viajaron desde muy lejos para curarse de
todo tipo de afecciones.
En 1931, el doctor Fleet tuvo una experiencia iluminadora que

lo llevó a traer al mundo una técnica de curación quiropráctica
fenomenal y una correlación sin paralelo de la verdad, la sabi-
duría y el conocimiento del mundo. El doctor Fleet llamó su
trabajo Concept Therapy. Aquí, concepto significa ideas fijas
en la mente subconsciente y terapia significa tener cualidades
curativas. En última instancia, las enseñanzas de Fleet se cen-
tran en la curación de los conceptos negativos y limitantes en
la mente subconsciente. La felicidad, la salud, el éxito y la paz
pueden ser el resultado.
(4) En su libro The Answer, (La respuesta), los escritores y em-

presarios John Assaraf y Murray Smith hablan acerca de los
mensajes negativos que los niños reciben al crecer. Escriben:
“A los 17 años, usted ha oído ‘No, no puedes’ una media de
166 |
PUEDEN AYUDARTE A CUMPLIR TUS SUEÑOS ⅼ REFERENCIAS ⅼ
150.000 veces. Ha oído ‘Sí, puedes’ unas 5.000 veces. Eso su-
pone treinta NO por cada SÍ. Eso hace que la creencia de que
‘No puedo’ sea muy poderosa”.
*- Países visitados: Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bra-

sil, Perú, Colombia, México, Venezuela, Puerto Rico, Estados
Unidos, República Dominicana, España, Francia, Italia, Móna-
co y Suráfrica.
| 167
Ponemos a tu disposición el
AUDIO LIBRO
con el contenido completo
LEÍDO POR EL PROPIO AUTOR
Para esos momentos en los que

dispongas de tiempo, pero las
condiciones no te permitan leer.
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CÓMO LAS VIVENCIAS DE ESTOS

Copyright © 2019 Álvaro Mendoza

Gestor del copyright:

Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial

Instrucciones al final del libro

Para esos momentos en los que

5 [MARTÍN OMAR].................................................. 115

6 [IRIA ÁLVAREZ]. . ................................................... 133

REFERENCIAS . . ....................................................... 165

E n los años sesenta, ¡hace más de 50 años! surgió una gran

Nunca antes habíamos estado tan interconectados unos con

Pero, los autores de este impactante libro enfatizan que

Álvaro Mendoza, Pablo Vallarino, Susana Jacques, Efraín

emprendedores, porque han encontrado su pasión y tienen

El camino no ha sido nada fácil y todos ellos se han tenido

Una y otra vez, estos emprendedores cayeron, sufrieron

¡Tú puedes! Es una compilación de los sin sabores, viven-

Perseverancia, networking, reinvención, voluntad y apren-

De la mano de Pablo Vallarino nos confrontamos con

de libertad, de paz y tranquilidad, de crear nuestra propia

Posteriormente, Susana Jacques nos invita a reflexionar

Martín Omar revela cómo multiplicar por 10 nuestros

Por supuesto, a la cima no se llega solo y la mejor manera

Por todo esto, ¡Tú puedes! Es un gran aliado y fuente de

Disfruta de la lectura y recuerda que ¡Tú puedes! Solo

¿VIVES PLENAMENTE O ESTÁS PROGRAMADO

C opacocha se les llamaba a los sacrificios que llevaban

Cuando era muy chico, allá por mis 5 años, tenía la

Un día, mi padre me vio haciendo esto y me dio unos

¿Vives plenamente o estás programado para fracasar? | 13

aquel día como si fuera ayer: sencillamente, no entendí qué

Ese sería el primero de los sacrificios que estaba dispuesto

Mi creatividad, mi imaginación, mis ganas de soñar y

Luego vino la secundaria y obviamente las situaciones

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educativas y la costumbre de romper las reglas establecidas,

Y es justo en este punto en el que se juntan las historias

Había terminado la secundaria y estaba listo para comenzar

A medida que pasaba el tiempo, noté cómo se deterioraba

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amigos, se alejaban los conocidos y cuando llegaba a cualquier

En el momento de iniciar este proceso, en la empresa

La situación no era cómoda, así que empecé a planificar

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culpa, con la angustia de ver a mis padres cayendo día a

Todavía no recuerdo si fue su idea o la mía, no es

Al principio solo entraban personas enojadas con mi familia.

Así fue como comencé a trabajar a destajo como chofer,

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El esfuerzo empezaba a dar sus frutos, pero algo sucedió:

Fue un combo explosivo que hizo que retrocediera

Había caído en un profundo hoyo y todavía no tocaba

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¿Por qué no estaban todos en la misma situación en la que

Frustración es la palabra que mejor describe aquel

Recuerdo que sentía que hacía mi propio sacrificio, que

La combinación de experiencias que estaba viviendo me

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de cambiar, que nada iba a suceder si seguía haciendo lo

Al comenzar a leer el libro, mi mente despertó, sobre todo

Pero, de a poco empecé a ser un poco más positivo,

Pasaron los meses y luego los años, me fui asentando

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