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Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

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NACÍ EN EL MINISTERIO, Supervivencia para Hijos de Pastores y líderes.
GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES
e625 - 2019
Dallas, Texas
e625 ©2019 por Rich Brown y Elisa Shannon

Todas las citas Bíblicas son de la Nueva Biblia Viva (NBV) a menos que se indique lo
contrario.
Editado por: Virginia Bonino de Altare
Diseñado por: JuanShimabukuroDesign @juanshima
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS.
CONTENIDO
Intro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
CAPÍTULO 1
La HijA Rebelde . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
CAPÍTULO 2
El Hijo "Cool" . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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CAPÍTULO 3
La Hija Retraída . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
CAPÍTULO 4
El Hijo Defraudado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
CAPÍTULO 5
La caída de tres generaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
CAPÍTULO 6
el ejemplo de david salomón
y roboán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
CAPÍTULO 7
Hay esperanza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
CAPÍTULO 8
Cómo enfatizar lo bueno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
EXTRA 01
Recomendaciones para la congregación . . . . 49
EXTRA 02
Reporte de Jon Dahlager . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
EXTRA 03
Encuesta para Hijos de Pastores . . . . . . . . . . . . . . . 59

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Intro
Esta guía es para los pastores y líderes en su rol de padres.
Pastorear nuestra iglesia y nuestra familia es extremadamente
difícil. Es un desafío. Queremos intentar describir las luchas de
nuestros hijos en una forma clara. No estamos aquí para juzgar-
los, sino para aprender juntos para llegar a ser mejores padres y
pastores. Nuestra labor como padres en el ministerio es suma-
mente complicada. Necesitamos mucha ayuda del Señor.

Para escribir esta guía hicimos una encuesta a 2.000 hijos de


pastores de toda América Latina y aquí volcamos lo que hemos
descubierto y las conclusiones a las que hemos arribado a través
de ella. Verán varias citas tomadas de nuestra encuesta, con los
nombres de los participantes cambiados para guardar su privaci-
dad.

Por ejemplo, Karla de El Salvador dice: “Me gustaría que se les


enseñe a los pastores sobre lo que sus hijos pasan en el ministe-
rio y que hubiera oportunidades para que ambos sean ministra-
dos”.

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CAPÍTULO 1

La Hija
Rebelde
NO QUIERO SABER NADA CON
LA IGLESIA DE MIS PADRES
Como papá y pastor, yo Rich, me doy cuenta de que hay una
presión fuerte sobre nosotros en relación a nuestros hijos y su
crianza. Todo el mundo habla medio avergonzado de por qué los
hijos de los pastores a veces son tan “rayados”. En otros casos,
parece que los hijos del pastor fueran réplicas idénticas de sus
padres sin tener una identidad propia.

Justo en estos días, yo Elisa, estoy acompañando una esposa de


pastor cuyo hijo está metido en las drogas. Su primera preocu-
pación es su hijo, de eso no hay duda, pero no puede negar que
también quiere proteger su reputación y la de su familia ante la
iglesia. Es una realidad intensa que esta crisis no solo pone en
riesgo la vida de su hijo, sino también su trabajo como pastores
de la iglesia. Ya saben cómo es: “Si el pastor no puede guiar o
controlar a su propia familia, ¿qué esperanza tenemos que nos
guíe bien a nosotros?”. Hemos llorado juntas, pero le compartí
una sabia frase del libro “Los Padres que Tus Hijos Necesitan”: “La

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vida espiritual de tu hijo es más importante que tu reputación». [1]


Entendemos esta verdad, y queremos seguirla, pero nosotros
como pastores sentimos que tenemos una obligación con nuestro
rebaño y queremos dar lo mejor, y que nos vean como ejemplo.
Mi querida amiga salvó la vida de su hijo llevándolo a un centro
de rehabilitación, pero esa decisión expone a la familia. Estamos
orando para que la congregación tenga misericordia y para que,
en vez de echarlos del trabajo, caminen con ellos para que algún
día este sufrimiento se torne en una herramienta para ayudar a
otros.

¿Por qué tantos hijos de pastores se van


de las iglesias?
Todos hemos visto o escuchado de algún hijo o hija de pastor que
se rebeló. Hay varias situaciones que facilitan este desenlace:

1. Los pastores y líderes que ponen el ministerio antes que la


familia: reuniones cada noche, llamadas durante el almuerzo
o la cena, ensayos, largas horas preparando sermones, aten-
diendo “emergencias” cada noche a cualquier hora. Nuestras
acciones demuestran nuestras prioridades. Esto puede crear
un resentimiento dentro de nuestras familias al sentir que no
son prioridad y entonces van a buscar un lugar en donde sí lo
sean. Gina de Costa Rica dice: “En realidad no ha sido nada
fácil ser hija de pastor, menos en mi adolescencia ya que en
ese entonces llegué a sentir que Dios me había quitado a mí
papá para que le sirviera. Mi papá siempre tuvo tiempo para
la iglesia y cuando yo lo necesité, nunca estaba en casa,
nunca había tiempo para mí, a veces me acostaba a dormir y

 [1] Leys, Lucas, Joyner, Reggie. “Los Padres que tus hijos necesitan”. Dallas, Texas. 2017.
(Pág. 45)

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papá no estaba. Me levantaba y no estaba. Fue duro apren-


der a vivir con la necesidad de tener un papá”.

2. La casa “pecera”. No hay lugar donde puedes ser auténtico,


vulnerable, mostrar tus necesidades o ser transparente sin
que otros te observan. Crecemos al equivocarnos, al pedir
perdón, pero al equivocarnos ya no somos la familia ejemplar.
Es una carga intensa el no tener espacio para hacer pregun-
tas críticas acerca de la fe, la iglesia o Dios. Y sin estas pre-
guntas, no hay crecimiento, y sin crecimiento uno se estanca
y dice: “Aquí no hay respuestas”, y se va.

3. La Biblia no se enseña a través del lente de la gracia y liber-


tad en Cristo, más bien a través del lente de comportamiento
aceptado o no aceptado. En casos así, los hijos no tienen la
oportunidad de experimentar la gracia y la misericordia de
Dios, sino que sólo memorizan estos conceptos y los concep-
tos no te cambian la vida, por lo tanto, la Biblia no se valora.

4. La vida familiar y la vida laboral no están separadas, así que


cuando llega el papá (pastor) a la casa casi siempre está
trabajando en su oficina. A pesar de predicar los principios
del Sabbat y un día de descanso, no hay un espacio para el
reposo, y esto crea un cansancio tremendo en la vida de cada
uno de la familia.
Juan de Colombia dice: “No podía entender la vida normal
sin la iglesia. Mis papás estaban allí constantemente, debía
esperar a que salieran de sus reuniones, pero poco a poco
me fui acostumbrando a ello. Por lo general nos quedábamos
dormidos con mis hermanos en alguna silla de la iglesia;
asistíamos a todas las reuniones”.

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5. Los hijos de pastores ven el lado oscuro de la iglesia, así que


ven de primera mano la hipocresía de las personas que dicen
ser hijos de Dios. Escuchan los llantos de su mamá en las no-
ches porque las mujeres no quieren ser amigas con la esposa
del pastor; ven a su papá dormido en el sofá porque llegó
tarde de otra visita pastoral y escuchan a los miembros de la
iglesia hablando mal de su familia en el estacionamiento de
la iglesia. Nadie quiere quedarse en ese ambiente, y tarde o
temprano huyen.

Las decisiones que tomamos en cuanto a la crianza de nuestros


hijos tienen que ser impulsadas por nuestra fe y no por presión
de la congregación. Nuestros ojos tienen que estar puestos en
Cristo.

Para reflexionar
Como pastor, ¿qué puedo hacer yo para guiar y ayudar a mis hijos
tener una relación auténtica con Dios y no solo hacerles vivir
en una burbuja? ¿Cómo puedo asegurar de lo que les enseño de
Dios es una realidad en sus vidas? ¿Cómo puedo crear espacios en
nuestra vida familiar para que mis hijos experimentan a Dios?

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CAPÍTULO 2

El Hijo "Cool"
SOY ORIGINAL Y NO ME PUEDEN
PONER EN NINGUNA CAJA
Hay un equilibrio delicado entre el comportamiento que podría
inspirar a nuestros hijos a amar la iglesia y querer participar en
ella y el comportamiento que podría alejarlos de la iglesia.

Nosotros tenemos 4 hijos, y nos preocupa que, en vez de estar


orgullosos en pertenecer a la comunidad cristiana, puedan sentir
vergüenza. Muchos de su generación no quieren saber nada de la
iglesia a pesar de que fueron criados en ella. La lucha de nuestros
propios hijos nos ha inspirado a evaluar e investigar y así encon-
trar soluciones para hijos de pastores y las nuevas generaciones
en general. He aquí algunos puntos que aprendimos.

En primer lugar, nosotros como los líderes de nuestra familia te-


nemos que confrontar a la hipocresía personal, en nuestro hogar
y en nuestra iglesia.

Mike Berry nos cuenta: “El piano llamaba a mi hija. Ella solo tenía
5 años, y la curiosidad le llevó a acercarse al piano. Pude verla
desde lejos golpear con fuerza las teclas de marfil; las notas ex-
plotaron a través del equipo de sonido. Corrí pero llegue tarde. Vi

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al pastor general mirándome con ojos de desprecio, y le llamé la


atención fuerte a mi hija. Ella bajó la mirada y empezó a gemir.

Debí haber sido más suave con ella. Se suponía que no debía
tocar los instrumentos, pero había sido muy severo con ella. La
última cosa que quería que sintiera mi hija era que tenía que
caminar en la iglesia como si fuera un museo, porque no lo era.
En realidad, el templo era un lugar donde había sido predicada la
libertad más grande, donde el amor y la esperanza fueron com-
partidas. Yo quería que ella experimentará eso a los 5 años.

En los años siguientes he aprendido algunas lecciones importan-


tes que tienen que ver con mis hijos y la iglesia. No quiero que
crezcan odiando a la iglesia, o sintiendo que es un lugar de juicio
y restricciones por las elecciones que yo tomé como su padre.
Como familia pastoral es muy complicado el mantener el equili-
brio”. (Adoption, Honestly. “4 Reasons why Pastors kids hate the
church”).

Berry hizo lo que muchos de nosotros como padres pastorales


hemos hecho. Actuamos conforme a la expectativa de nuestra
congregación, y no conforme a nuestro propio criterio o con-
vicciones. Queramos o no reconocerlo, el actuar en base a lo
que otro piensa es ser hipócrita. Con todo nuestro ser tenemos
que luchar contra esta tentación común. Se dice que las nuevas
generaciones aborrecen la hipocresía más que cualquier otra
cosa. Nuestras iglesias se están vaciando y tenemos que abordar
este pecado en nuestras vidas y las vidas de los que forman parte
de nuestra iglesia. No podemos llamarnos cristianos (pequeños
Cristos) y no vivir conforme a ese título. Al hacerlo, nuestros hijos
no querrán ser identificados como parte de nuestra familia.

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Cuatro maneras de crear una iglesia y una familia


congruente.
1. Lo que se predica el domingo se hace en casa.

Hay una película que salió en los 80 llamada Footloose. En una


escena la hija del pastor entra al santuario para escuchar a su
papá repasar su sermón. Ella lo desafía y le dice que está predi-
cando un mensaje desde el púlpito y otro con su familia en su
hogar. ¡Increíble!

A medida que van creciendo nuestros hijos nos desafían a ser


cada vez más íntegros. Si vamos a predicar sobre la gracia y la
misericordia tenemos que ejemplificarlo en casa primero. Si voy
a predicar sobre la paciencia en el culto, tengo que ser pacien-
te con mi familia. No creemos que hay otro motivo más fuerte
que la doble moral para que los hijos de pastores se vayan de la
iglesia.

Es inusual escuchar un pastor latino dar un ejemplo personal en


el que se equivoca, o donde cuente que no tomó la mejor de-
cisión. En nuestra familia tenemos muchos ejemplos de lo que
uno NO debe hacer, dónde nos equivocamos y tuvimos que pedir
perdón, pero nos cuesta usarlos como un ejemplo en una prédi-
ca. Los animamos a usar estos ejemplos. Por el bien de nuestras
congregaciones, para que vean que no somos perfectos, y por el
bien de nuestra familia, para que vean que somos humildes y que
todo el mundo puede aprender de nuestros errores. Los errores
no son tabúes, el orgullo sí. (Vale aclarar aquí que estos errores
que compartimos como ilustraciones deben ser personales y no
de nuestros hijos, sin su permiso. En rara ocasión podríamos pedir
permiso al hijo usar alguna ilustración personal de ellos, pero más
eficaz sería usar ejemplos propios).

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2. Integridad Irreprochable

Integridad es tener la valentía de ser fiel y firme frente a las


demandas de la vida. ¿Estás cumpliendo con lo que dices que vas
a cumplir? ¿Prometes una cosa a tu familia, pero después haces
otra cosa? ¿Estás cumpliendo con tu palabra cuando llegas a
tiempo para tus compromisos ministeriales, pero no cumples o
no llegas a tiempo al partido de fútbol de tu hijo? ¿Tu sí es sí, y
tu no es no? ¿Estás alcanzando las demandas en casa a la misma
medida que en la iglesia?

Sebastián de Brasil dice: “A los 15 años viví mi cambio más duro,


incluso cambié de país, pero las palabras de mis padres me mar-
caron profundamente: “No nos vamos a ir si tú no quieres irte”.
Ellos confiaron y esperaron durante 1 año a que Dios también
tratase con mi corazón. Sé que la sabiduría de mis padres al
criarme favoreció mucho que comprendiese a qué me llamaba
Dios y lo aceptase sin dudar”.

Este tipo de integridad es crucial para preservar la perspectiva de


la familia dentro de la iglesia y para cultivar una relación sana en
el hogar con ellos. Si tus padres no cumplieron con esto, quizás
estés muy dolido. El primer lugar donde tenemos que ser íntegros
es en el hogar.

3. Tanto el hogar como la iglesia tiene que ser un lugar de


libertad y no de restricciones.

Doug Field, un veterano en el ministerio juvenil, explica que los


hijos de pastores deberían sentirse dueños de la iglesia donde
sirven sus padres. Yo (Elisa) agradezco a Dios que pude vivir esta
realidad en mi vida y reproducirlo en la vida de mis hijos. Mis
hijos tenían que pasar mucho tiempo en la iglesia cada día. Por

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ende, ellos necesitaban libertad para correr, jugar y no sentirse


restringidos en el edificio del templo (sin ser un peligro para la
congregación). Si su casa se comparte con la iglesia, la iglesia
debe ser como estar en casa para ellos. Mis padres hicieron un
buen trabajo en hacerme sentir que el IBBA (Instituto Bíblico de
Buenos Aires) me pertenecía. Conozco cada rincón de ese edificio
enorme. Tuve que tratar todo con respeto, pero no porque era
algo ajeno, sino porque yo también era dueña y tenía que cuidar-
lo. Tengo los mejores recuerdos de mi infancia allí, aun cuando
tuve que compartir a mis padres todo el tiempo. Para mí, yo les
estaba dejando vivir a los estudiantes en mi lugar, ellos eran mis
huéspedes, no viceversa. Este modo de pensar me ayudó mucho.
Pertenecía a algo y quería ser partícipe de que sea algo bueno, no
malo.

Como papás y pastores deberíamos dejar que nuestros hijos


tengan libertad de correr en los pasadizos, y jugar mientras que
están esperándonos para salir. Tienen libertad para jugar a las
escondidas en aulas vacías y tener pelotas en el estacionamiento.
Comparten con sus padres el tiempo de la iglesia. Lo mínimo que
podemos hacer es compartirles el edificio de la iglesia con ellos.

4. En nuestro hogar y en nuestra iglesia, hay espacios para


equivocarnos, para pedir perdón, para hacer preguntas
difíciles tanto como para celebrar victorias y reconocer
éxitos. Es un espacio auténtico.

Una de las mentiras que nosotros creíamos como pastores era que
teníamos que mostrar a nuestra familia como la familia perfecta.
Nadie tenía que saber de nuestras luchas. Empezamos a castigar
más severamente a nuestra hija mayor porque vimos que otros
en nuestra iglesia castigaban más severamente. Fue liberador

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Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

el momento en que decidimos nunca más disciplinar a nuestros


hijos a base de los valores de otros. Empezamos a mostrar vul-
nerabilidad y autenticidad. No significa que decíamos a todo el
mundo nuestras fallas, o las de nuestros hijos, sólo que dejamos
de que actuar según las opiniones de otros.

Esto nos liberó del miedo a perder nuestro ministerio si compar-


tíamos nuestras fallas como familia. Podíamos compartir que a
veces la vida es difícil y nos sentimos derrotados. La autenticidad
tiene poder. Nos da fuerza. Y esto da libertad a nuestros hijos
también.

Creo que nuestros hijos han descubierto que no tienen que ser
perfectos. Tienen el permiso de tener días malos como cualquier
otro, equivocarse o sentirse tristes y nadie debe juzgarles por eso.

El deseo que tenemos es que nuestros hijos amen en primer lugar


a Dios y en segundo lugar a la iglesia de Cristo. Esta enseñanza
empieza con nosotros y nuestras decisiones. Si no estamos mode-
lando el amor y la misericordia de que habla Cristo, ¿cómo van a
poder ver a la iglesia o el cristianismo como algo más que sólo lo
que deberías hacer o no hacer? (Adoption, Honestly. “4 Reasons
why Pastors kids hate the church”)

Tenemos mucho que pensar y aprender como padres en el minis-


terio.

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Para reflexionar
¿Qué ambiente estoy fomentando dentro de mi hogar y dentro
de la iglesia? ¿Ese ambiente incluye los 4 puntos que se habló
arriba? ¿Qué puedo hacer para que todos los puntos sean un sí?

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CAPÍTULO 3

La Hija
Retraída
NO QUIERO ESTAR EN LA PLATAFORMA. POR
QUÉ TODOS PIENSAN QUE DEBERÍA PREDICAR,
CANTAR O SER COMO MIS PADRES?
Muchas veces nuestros hijos se ven obligados a estar expuestos
frente a nuestra congregación o a la de otras iglesias actuando,
recitando versículos, etc. Para algunos es algo atractivo, pero para
otros puede transformarse en una verdadera tortura.

Nuestra hija Mishayla es introvertida y escribe cómo sentía y


cómo interpretaba los momentos en los que tenía que subir a la
plataforma como hija de misioneros.

“Cuando era pequeña y empecé a cantar en las iglesias, me


gustó mucho; me gustaba la atención de estar en la plataforma
cantando un solo delante de toda la iglesia. Pero cuando tuve 14
años, la banda de mi mamá estaba cantando en una iglesia, y yo
tenía que cantar un solo durante el coro de la canción. Toda la
iglesia sabía la canción, y justo cuando me tocó cantar, me puse

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Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

nerviosa y me equivoqué. Estaba tan avergonzada que no quería


subirme a cantar nunca más. Como estaba de gira, nos tocó
cantar todos los días. Todos los días me ponía nerviosa antes
de los conciertos y al estar constantemente nerviosa me llevó a
odiar cantar.

Por años evité unirme a los equipos de adoración, o del coro del
colegio porque no me gustaba cantar. Pero en varias ocasiones
fui forzada a cantar en diferentes iglesias, porque pedían que los
hijos de los pastores se presenten. Tener toda la familia cantan-
do era una manera rápida de ganar confianza de las congre-
gaciones. Mis padres estaban orgullosos de nosotros y simple-
mente les gustaba compartir nuestros talentos con otros. Yo,
en cambio, sentía que mis padres querían mostrar una “familia
cristiana perfecta”, y eso me causaba conflicto. Me sentía como
un fraude, o una estafadora vendiendo una mentira; nuestra
familia era buena, pero no perfecta.

La gente decía: “Mira a los niños adorables del pastor cantando”.


El resultado era bueno, pero yo no estaba usando los dones que
Dios me dio. Solo usaba los dones de otros miembros de mi fa-
milia. Muchas personas tienen dones y talentos diferentes, pero
en la iglesia sólo vemos a los que tienen dones públicos como
predicar, o de cantar, y eso causa aislamiento o vergüenza a las
personas que no tienen esos dones”.

Los padres y los pastores nos equivocamos a veces. Concuerdo


con mi hija que deberíamos haber sido más sensibles a los dones
de nuestros hijos y no haberles expuesto en estas maneras que
causaron vergüenza. En las giras con la banda misionera, Corban
(en la cual viajamos mucho) empezamos a hacer concesiones
con nuestros hijos. Ya no les obligamos a cantar, pero tenían que

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Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

estar presentes en los hogares donde nos hospedamos y con-


versar con la gente después de los conciertos. En las giras más
largas, ellos podían decidir viajar con nosotros o quedarse con los
abuelos. Era importante que Mishayla comunicara cómo ella veía
las cosas. Nosotros no estábamos buscando la participación de
nuestros hijos para ganar respeto de la iglesia como ella lo veía.
Nosotros simplemente vimos un don en ellos, y éramos los típicos
papás orgullosos que queríamos compartir esa hermosura con
los demás. Gracias a Dios pudimos hablar del tema, sin mayo-
res problemas. Aun al escribir este libro, la llamamos a Mishayla
para pedir perdón otra vez, y asegurar que esos sentimientos que
sufrió ya han sanado.

Queremos ser buenos mayordomos de los dones y talentos que


tenemos - no siempre es un don si alguien hace algo bien. Tus
hijos podrían tener buenas habilidades, pero no es un don.

Para reflexionar
¿Estoy atento a las necesidades y dones de mis hijos? ¿Estoy
obligándoles a hacer algo que refleja mi don o mi llamado y no
el de ellos? ¿Puedo llegar a un acuerdo con ellos para no hacerles
pasar vergüenza? ¿Habrá algo por lo cual debo pedir perdón?
¿Qué puedo aprender con respecto a cómo resolver la vergüenza
del pasado?

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CAPÍTULO 4

El Hijo
Defraudado
HE VISTO LO QUE NADIE VE
La presión de mantener a mi padre en el ministerio
siendo yo “sumiso” no es algo que me inspire a mí, o a
cualquier otro hijo de pastor, a seguir a Jesús. El recor-
datorio tácito de que nuestra rebelión puede costarle el
trabajo a papá no es una expresión de gracia que nos
dirige al arrepentimiento y la restauración. Es motivo de
resentimiento. (Cochran, J.T. “10 quotes by the Pastor's
Kid by Barnabas Piper”).

El legalismo crea falsa expectativas. Es un criterio falso


de la santidad basada en un estándar extrabíblico, un
entendimiento fabricado por hombres de la morali-
dad. (Cochran, J.T. “10 quotes by the Pastor's Kid by
Barnabas Piper”).

Yo, Elisa, nunca me voy a olvidar de cuando, a los 16 años, fui


a vivir y estudiar con una organización cristiana para hijos de
pastores y misioneros. Desde el primer día que me conocieron, los

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Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

líderes empezaron a obligarme a cambiar de vestimenta, com-


portamiento, hasta de algunos hobbies, todo bajo la idea de que
“aunque no era pecado en sí”, no marcaba la diferencia entre los
cristianos comunes y corrientes y los hijos de pastores. El primer
domingo en esta organización, me levanté y me puse un vestido
que mi mamá me había hecho (ella es misionera y también una
costurera muy hábil). Al bajar las gradas para salir de la casa
con mis compañeras y asistir a la iglesia, una de las mamás de
la casa exclamó: “¿¡Qué tienes puesto!?”. No podía interpretar si
me quería elogiar o no, entonces le contesté con una sonrisa: “Es
un vestido que hizo mi mamá”. “Bueno”, me contestó, “aquí en
este lugar nos vestimos como misioneros. Sube y ponte algo más
apropiado”. Con lágrimas de vergüenza en mis ojos subí las es-
caleras para cambiarme. Honestamente no tenía idea de cómo es-
coger algo más apropiado. Doy gracias a Dios por una compañera
que llegó a ser una de mis mejores amigas, quien me acompañó y
me ayudó a escoger otro vestido.

Esta amiga también era hija de misioneros y sentía una gran


presión por tener las mejores calificaciones. Tenía que ser la
primera en su promoción, por lo tanto empezó a tomar una droga
para ayudarle a rendir más y quedarse despierta en las noches
para estudiar. Poco después, ya no podía funcionar sin tomar las
pastillas. Además, empezó a tomar otra pastilla para ayudarla a
tranquilizarse y dormir cuando ya terminaba todos sus deberes.
Era un círculo vicioso terrible que le hizo mucho daño. Todo esto
porque sentía que tenía que ser perfecta para reflejar el buen
ministerio de sus padres.

¿Cómo podemos encontrar una sana moralidad viviendo en una


pecera? ¿Cómo sabemos distinguir entre lo que le agrada a la
cultura religiosa que nos rodea, y lo que le agrada a Dios?

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Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

El legalismo en la iglesia
El legalismo es el uso equivocado de leyes o reglas. Hay tres tipos
de legalismo según R.C. Sproul:

a. El cumplimiento
En este caso uno se preocupa simplemente en el cumplimiento de
la ley de Dios como un fin en sí mismo. Por ejemplo, se ve a las
reglas y mandamientos como un camino a la salvación, cuando
en realidad, esas reglas y leyes pueden ser buenas e importantes,
pero no pueden salvar almas.

A Dios le interesa que sigamos sus mandamientos pero no


podemos olvidar que Él dio los 10 mandamientos y la ley en el
contexto de un pacto. Primero, tuvo gracia, redimió a su pueblo
de la esclavitud de Egipto y empezó una relación filial y amorosa
con Israel. Sólo después de establecer una relación basada en la
gracia, Dios empezó a definir las leyes específicas para el bien de
su pueblo. La esencia de la teología cristiana es la gracia, y una
esencia de la teología cristiana de la ética es agradecimiento.

El legalista aísla la ley de Dios de la persona de Dios. El legalista


no está buscando obedecer a Dios u honrar a Cristo, más bien su
meta es obedecer las reglas que están vaciadas de cualquier rela-
ción con Dios. No tiene ningún amor, gozo, vida o pasión. Es una
forma rutinaria y mecánica de cuidar la ley. El legalista se enfoca
sólo en obedecer reglas vacías, destruyendo el contexto mayor
del amor de Dios y redención que estableció Dios primero.

b. La letra de la ley
En muchas iglesias hay este tipo de legalismo que enseña que,
a pesar de que somos salvos por la fe en Cristo, la santificación

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Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

requiere que nos sometamos a ciertas reglas y estándares. Entonces


se juzga al progreso de un cristiano según si está obedeciendo las
reglas prescritas: podría ser no ir a fiestas, no jugar videojuegos, no
decir malas palabras, no ir al cine, no bailar, o como el ejemplo de
arriba, no usar cierto tipo de vestimenta. También cada comunidad
cristiana tiene sus “no negociables”, o por en otras palabras, esas
cosas que tienes que ser para llamarte cristiano en esa comunidad:
antiaborto, antigay y asistir todos los días a la iglesia (al menos
si está abierta la iglesia ese día), ofrendar por lo menos tu 10%,
bautizarte, quizás hablar en lenguas. No me malinterpretes, estas
reglas podrían tener valor para proteger a los cristianos de ciertos
pecados, pero no son un substituto del fruto del Espíritu Santo.

Para entender este tipo de legalismo, tenemos que recordar que


el Nuevo Testamento distingue entre la letra de la ley (su forma
externa) y el espíritu de la ley. Esta segunda forma de legalismo
divorcia la letra de la ley del espíritu de la ley. Obedece la letra
pero viola el espíritu. Es una distinción muy sutil. Obedecen lo
externo mientras que el corazón está lejos de cualquier deseo de
honrar a Dios o a Cristo, el motivo de la ley.

Esto está ilustrado por el Fariseo que confrontó a Jesús por haber
sanado durante el día de reposo (Mateo 12:9-14). Estaban preo-
cupados sólo por la letra de la ley y evitando cualquier cosa que
para ellos podría aparentar trabajo. Estos maestros de la ley per-
dieron el espíritu de la ley que fue dirigido en contra del trabajo
diario y no en contra de esfuerzos de sanar al enfermo.

c. Nuestras reglas añadidas a la ley, a las que


consideramos como divinas
Es la más común y peligrosa. Esta forma de legalismo eleva las
preferencias humanas al nivel de los absolutos bíblicos. Nosotros

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Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

asistimos un seminario cuyo presidente había sido criado con la


idea que un hombre con barba y pelo largo era rebelde, que eso
no le agradaba a Dios. Por ende, todos los estudiantes del semi-
nario tenían que cortarse el pelo y afeitarse la barba. Hay iglesias
que enseñan que ninguna mujer cristiana debe ponerse lápiz
labial o usar pantalones, y esas diferencias culturales se elevan a
convicciones tan importantes como las doctrinas bíblicas.

Cuando los estándares humanos son elevados al nivel de una


doctrina esencial de Cristo, o puesto como parte de la salvación,
aun cuando se crean estas cosas con buenos motivos, el resul-
tado son enseñanzas y doctrinas falsas acerca de la santidad y
el evangelio. Muchas de las epístolas del Nuevo Testamento (en
especial el libro de Gálatas) contiene secciones enteras dedicadas
a corregir el legalismo que estaba dañando la enseñanza pura del
evangelio. Hay que animar a los creyentes a estudiar la Biblia y
discernir si sus principios personales y enseñanza de la iglesia se
alinean con el espíritu y contenido de la palabra de Dios. (Hechos
17:11).

Jesús les llama la atención de los Fariseos cuando les dice:


“Ustedes pasan por alto los mandamientos de Dios y se aferran
a la tradición de los hombres”. (Marcos 7:8). No tenemos nin-
gún derecho de amontonar sobre la gente restricciones que Dios
nunca ha puesto.

Las iglesias tienen el derecho de tener sus propias políticas en


ciertas áreas. Por ejemplo, la Biblia no dice nada acerca de tener
comida en el templo, pero una iglesia podría poner esa regla. Pero
cuando usamos estas políticas humanas para atar la conciencia
de las personas como si fuera una doctrina bíblica de salvación,
entramos peligrosamente al territorio que pertenece solo a Dios.

23
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

Muchos de nosotros nos hemos criado pensando que la esencia


del cristianismo era seguir las reglas correctas, aun reglas extrabí-
blicas. Desafortunadamente esto se convierte en el quid de nues-
tra experiencia con Dios, y por eso no conocemos la ideología
de gracia. No sentimos ninguna libertad al aceptar a Dios como
nuestro salvador. En vez de que se desvanezcan las cadenas, cada
vez nos sentimos envueltos por más y más cadenas. Por ejemplo,
la Biblia no dice que no debemos ir al billar o jugar cartas, o te-
ner un vaso de vino con nuestra cena. No podemos fingir que son
asuntos bíblicos cuando son preferencias humanas. Eso es una
violación del evangelio porque sustituye la tradición humana por
el fruto del Espíritu.

Nunca debemos encadenar a las personas con reglas humanas


cuando Cristo ha dado libertad. Deberíamos pelearnos en con-
tra de este legalismo. (Sproul, R.C. “3 Types of Legalism”. https://
www.ligonier.org/blog/3-types-legalism/)

Cómo evitar caer en el legalismo y


ser más como Jesús
1. Conocer quién es Jesús y qué es lo que hizo. Conocer de la
Biblia lo que hizo por nosotros. Hechos 20:32 - La Palabra de
Dios te puede edificar.

2. Amar a Dios. Que ese amor te defina, Jesús dice en Juan


13:34-35 que las personas le conocerán a él por el amor que
tenemos y mostramos al mundo. Implica tener el corazón
correcto.

3. Preocuparse por los demás - Tratar a otros cómo te gustaría


ser tratado. Mateo 7:12: piensa más allá de ti mismo.

24
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

4. Ser siempre un aprendiz, siempre busca aprender y crecer en


sabiduría. Jesús mismo hizo eso. (Lucas 2:52)

5. Ser humilde. Arregla lo de tu orgullo y jactancias. Pide per-


dón cuando te toca hacerlo.

6. Ser considerado con otros en todo - I Corintios 13:4 dice que


el amor es paciente y bondadoso. Fue a través del amor que
Jesús sanó al enfermo y pidió que hagamos lo mismo (Mateo
14:14, Mateo 10:7-8).

7. Cuidar tu tono de voz y forma de comunicación. Siempre


habla con amabilidad y trata de ver la perspectiva del otro.

https://www.wikihow.com/Be-More-Like-Jesus-(Christianity)

Para reflexionar
¿En qué áreas de mi vida tiendo a ser legalista?

¿Qué tengo que hacer para ser más como Jesús?

25
CAPÍTULO 5

La caída de tres
generaciones
COMPROMISO TOTAL, COMPROMISO
A MEDIAS Y CONFLICTO
El 28% de los pastores dice que sus hijos tienen proble-
mas con la iglesia debido a las expectativas irreales que
se les imponen. (Hudson, Dale) [1]

"En general durante mi infancia sentí que la iglesia me


exigía como si fuera un adulto, varias veces escuché a
escondidas cómo los adultos hablaban de mí y mi com-
portamiento cuando yo no superaba aún los 10 años.
Creo que fue equivocado el hecho de que se me exigiera
como un adulto cuando no lo era, si me daba una pa-
taleta, estaba en boca de todos y todos opinaban. Pero
si a otro niño de mi edad le daba pataleta no se le daba
importancia porque ahí si era normal…” (Jani, Chile).

 [1]  “Katy Perry… Why Pastors’ Kids go Away” http://www.relevantchildrensministry.


com/2014/02/katy-perrywhy-pastors-kids-go-awry.html

26
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

Yo (Elisa) estaba preocupada al comprometernos a escribir un libro


sobre los hijos de pastores. Le dije a Rich: “¡No somos expertos en
esto, y la gente va a observar nuestra familia aún más si escribimos
este libro!”. Todos buscamos el formulario perfecto para vivir glo-
rificando a Dios y nunca equivocarnos. La realidad que nos enseña
la Biblia es que todos somos pecadores y nos equivocamos. Sólo so-
mos salvos por gracia. Rich, yo y cada uno de nuestros hijos (26, 24,
22 y 19 años) hoy estamos buscando cómo glorificar a Dios a pesar
de quiénes somos. Somos conscientes de que aun nuestros actos
de justicia, ante nuestro Dios, son sólo trapos sucios (Isaías 64:6).
No existe persona justa (Romanos 3:10). No hay un formulario de
comportamiento que nos vaya a proteger de nuestra propia carne.
Nuestra única esperanza es entregar nuestros corazones a Dios y
tener hambre y sed de Él.

Sin embargo, vemos las noticias, la condición humana, y nos


preocupamos. Parece peor que antes. Europa y Norteamérica
ya están en un desliz tremendo y la historia se puede repetir en
nuestro continente. Todos nosotros conocemos hijos de pastores
que han terminado mal. Conocemos gente que empezó en la
carrera cristiana bien, pero hoy no quiere saber nada de Cristo.
¿Qué pasó?

Dicen que, si tienes agua hirviendo en una hoya y un sapo salta


adentro, saltará rápidamente afuera, porque le quema. Pero si po-
nes un sapo en una hoya de agua tibia y lo calientas poco a poco
el sapo se queda adentro hasta que se muere. El agua tibia que se
calienta poco a poco se siente bien para el sapo y no se da cuenta
de que se va a morir.

El enemigo desea hacer caer a los hijos de Dios. Él sabe que


si los hijos de los pastores no siguen al Señor tienen mayor

27
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

probabilidad de dañar la fe de los otros cristianos, desanimar


a los pastores y quitarlos del ministerio. Él usa la estrategia de
hervir el agua poco a poco cuando estamos cómodos en la olla, y
si no nos damos cuenta nos matará con sus artimañas.

Cuando tenía 19 años, habla Rich, nuestro pastor predicó un ser-


món que me marcó la vida para siempre. El tema era “Por qué los
hijos de los padres tan ‘santos’ terminan tan mal”. Era un estudio
de la caída desde la santidad a la pecaminosidad en tres genera-
ciones. Mis padres son primera generación de creyentes, yo soy
segunda generación y mis hijos son la tercera generación, gracias
a Dios todos somos creyentes hasta el día de hoy que escribimos
este libro. Igual, esta prédica me preocupó porque, si mis padres
eran recontra comprometidos con Dios y yo estaba siguiéndole a
medias, ¿qué pasaría con mis hijos?

No se puede negar que hay una presión sobre nosotros, los fami-
liares de los líderes en el ministerio, y esa presión puede llegar a
alejarnos más y más de Dios evitando que podamos experimen-
tarlo.

Josué era un hombre comprometido totalmente a Dios. Él conocía


a Dios. Pero después de él surgió una nueva generación que esta-
ba comprometida a medias. Conocían de Dios, pero no conocían
a Dios. En la tercera generación después de Josué, no conocían
a Dios y no conocían de Dios. En tres generaciones parece que el
nivel de compromiso se minimiza.

Eso pasó también con el rey David. Él tenía un corazón confor-


me al corazón de Dios. Salomón tenía momentos de santidad,
pero las mujeres e ídolos lo alejaron de su compromiso con Dios.
Roboán, su hijo, fue uno de los peores reyes de Israel y se alejó de
Dios.

28
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

En tres generaciones hay una caída en el compromiso con Dios


que muchas veces hace que el hijo del líder o hijo del pastor se
aleje aún más de la iglesia y del Señor. Los pastores tenemos que
conocer esta realidad, identificarnos con la solución y vivir vidas
comprometidas con Dios que inspiren a nuestros hijos a ser mejo-
res que nosotros, pero según su propio llamado y propósito.

Típicamente la primera generación de cristianos es más compro-


metida que la siguiente generación. Eso lo vemos en la Biblia.
Agradezco mucho a Bill Wilkinson y mi pastor Jim Allen que me
desafiaron a pensar en este tema.

La historia de Josué
1. Josué estaba comprometido con el Señor. Lo conocía per-
sonalmente, fue fiel y lo sirvió con todo su corazón.

Josué 24: 14-15 dice: “Por lo tanto, teman al Señor y sírvan-


le con sinceridad y verdad. Desechen para siempre los ídolos
que sus antepasados adoraron más allá del Éufrates y en
Egipto. Adoren al Señor solamente. Pero si les parece mal servir
al Señor, escojan hoy a quién van a servir, si a los dioses que sus
antepasados adoraban más allá del Éufrates o a los dioses de
los amorreos de esta tierra. Pero yo y los de mi casa serviremos
al Señor”.

2. Los ancianos después de Josué conocieron “lo que el


Señor había hecho”. Notamos un pequeño cambio aquí.
Josué conocía al Señor, los ancianos conocían del Señor. La
generación de Josué conocía al Señor, la generación después
“habían visto todas las grandes obras”.

Josué 24:31 (énfasis de los autores): “Israel obedeció al Señor du-


rante toda la vida de Josué y de los otros ancianos que habían

29
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

sido testigos de las asombrosas obras que el Señor había


hecho por Israel”.

Jueces 2:7 (énfasis de los autores): “El pueblo permaneció fiel


durante la vida de Josué. Y también lo hizo mientras vivieron los
ancianos que, como Josué, habían visto los grandiosos milagros
que el Señor había hecho por Israel”.

3. Silla 3 - La generación después de los ancianos ya “no cono-


cían al Señor”, ni sabían lo que Dios había hecho a través de
Josué y la primera generación.

Jueces 2:10: “Finalmente murió toda aquella generación. Los que


nacieron después de ellos, ya no fueron fieles al Señor su Dios, ni
recordaban los actos portentosos que había hecho en favor de
Israel”.

En tres generaciones se desviaron y una generación entera se


perdió.

Para reflexionar
¿En qué silla estoy? ¿Qué podría hacer para romper este ciclo?

30
CAPÍTULO 6

el ejemplo de
david salomón
y roboán
Se les preguntó a pastores por qué sus hijos tienen
tantos problemas con la iglesia y el 18% dijo que por
experiencias negativas en la iglesia (Hudson, Dale) [1].

“Los hijos de pastores siempre recibimos críticas por


cómo nos vestimos, cómo hablamos, cómo nos expresa-
mos o por lo que hacemos. Sería mejor si la iglesia nos
viera como personas normales que también nos pode-
mos equivocar. No somos semidioses, también necesita-
mos ayuda, también necesitamos que nos traten como
jóvenes que estamos en la etapa de aprendizaje y no lo
sabemos todo, no somos perfectos”. (Susana, Ecuador).

 [1] “Katy Perry… Why Pastors’ Kids go Away” http://www.relevantchildrensministry.


com/2014/02/katy-perrywhy-pastors-kids-go-awry.html

31
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

Mi papá (habla Rich) era un buen pastor con la gente y en un


momento le tocó dirigir la misión. Lo hizo bien, con visión y con
grandes sueños y la hizo crecer. Pero algunos de la junta de la mi-
sión no creían en su visión y empezaron a dudar de su liderazgo.
Un día le cuestionaron su integridad con las finanzas. El vicepre-
sidente de la misión pidió la renuncia de mi papá hasta que se
resolviera el problema. Nunca encontraron nada incorrecto pero
el daño a la confianza ya se había hecho.

Cuando escuché estas cosas me molesté mucho con la misión.


¿Cómo es posible que le acusen falsamente de algo tan impor-
tante? ¿No sabían que él dio su vida por la misión? ¿Qué tipo
de cristianos son los que acusan falsamente a los líderes? Estaba
enfadado.

A veces nosotros vemos dificultades en el ministerio de nuestros


padres. O a veces vemos también los errores de nuestros padres.
Yo sospecho que Roboán vio errores en el liderazgo de su papá
pero tomó aun peores decisiones cuando le tocó liderar a él.

En este capítulo queremos mostrar cómo David, que tenía un


corazón conforme al corazón de Dios, tuvo hijos y nietos que ya
no se interesaron por Dios. Si no nos cuidamos esto puede pasar
con nuestros hijos.

Compromiso total
Hechos 13:22: “Dios lo quitó y puso en su lugar a David, hom-
bre de quien Dios mismo dijo: ‘David, hijo de Isaí, es un hombre
conforme a mi corazón y me obedecerá’”.

David era un pecador, pero caminó con Dios. Cada vez que pecó
regresó a Dios. David es la primera generación, totalmente ena-
morado de Dios.

32
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

Las características que siguen describen el corazón de David des-


de sus propias escrituras:

Humilde – Salmos 62:9


Reverente – Salmos 18:3
Respetuoso – Salmos 31:9
Confía – Salmos 27:1
Ama – Salmos 18:1
Devoto – Salmos 4:7
Reconocimiento – Salmos 9:1
Fiel – Salmos 23:6
Obediente – Salmos 119:34
Arrepentido – Salmo 25:11

David es un buen ejemplo para saber cómo vivir nuestras vidas.


Todos deberíamos querer ser como él.

¿Cuál de estas características veo en mi vida, y para cuál


debería pedirle control al Espíritu Santo?

33
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

Compromiso a medias
1 Reyes 11:1-6

“El rey Salomón, además de la princesa egipcia, tuvo muchas


mujeres extranjeras: moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e
hititas. Así que provenían de pueblos de los cuales el Señor cla-
ramente había ordenado a su pueblo: «No se casen con mujeres
de esos pueblos, porque ellas los guiarán a adorar a sus dioses
falsos». No obstante, Salomón no obedeció. Tuvo setecientas
esposas y trescientas concubinas; y ellas hicieron que su corazón
se apartara del Señor, especialmente en su vejez. Fue así como
sus mujeres lo llevaron a adorar a sus dioses, en vez de confiar
completamente en el Señor, como David su padre había hecho.
Salomón adoró a Astarté, la diosa de los sidonios, y a Moloc,
el dios abominable de los amonitas. Salomón, pues, hizo clara-
mente lo malo y se negó a seguir al Señor. Así que no siguió el
ejemplo de su padre”.

Vemos que Salomón no cuidó el testimonio de su papá, aunque


era el hombre más sabio. Salomón también tuvo sus momentos
de santidad y buenas prédicas. Sabía cómo usar las palabras y
decir las cosas correctas en frente de otros:

1 Reyes 8:23-24

“Mientras todo el pueblo observaba, Salomón se paró delante


del altar del Señor con las manos extendidas hacia el cielo y
dijo: ‘Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú en el cielo ni en
la tierra, porque tú eres amoroso y misericordioso, y guardas las
promesas hechas a tu pueblo, si hace tu voluntad. Hoy tú has
cumplido la promesa hecha a mi padre David, que era tu siervo’”.

34
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

A pesar de que sabía cómo usar las palabras correctas su corazón


estaba dividido. No tenía el corazón de su padre. Amaba mucho
el dinero. Amaba mucho a las mujeres prohibidas.

¿He dicho alguna vez las palabras correctas delante de otros


pero sin creerlas? ¿Qué debería hacer cuando otros me piden
decir algo, o me toca decir algo que no estoy?

Conflicto
2 Crónicas 12 (NVI)

“Después de que Roboán consolidó su reino y se afirmó en el


trono, él y todo Israel abandonaron la ley del Señor y le fueron
infieles. Por eso en el quinto año del reinado de Roboán, Sisac,
rey de Egipto, atacó a Jerusalén. Con mil doscientos carros de
combate, sesenta mil jinetes y una innumerable multitud de
libios, suquíes y cusitas procedentes de Egipto, Sisac conquistó
las ciudades fortificadas de Judá y llegó hasta Jerusalén.

 Entonces el profeta Semaías se presentó ante Roboán y los jefes


de Judá que por miedo a Sisac se habían reunido en Jerusalén, y
les dijo:

35
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

–Así dice el Señor: “Como ustedes me abandonaron, ahora yo


también los abandono, para que caigan en manos de Sisac”.

Roboán, el hijo de Salomón había visto dos estándares: vio las


prédicas increíbles de su papá, pero también vio su corazón divi-
dido con las mujeres y dinero. Roboán fue uno de los peores en
la historia de Israel. Ahora bien, no podemos echarle la culpa al
papá de Roboán. Todos nosotros podemos decidir seguir al Señor
por nuestra cuenta. No es una excusa si tus papás son malos o
si no han vivido bien la fe. Es nuestra responsabilidad seguir al
Señor, no importa los errores de nuestros padres.

Vimos tres generaciones de reyes de Israel en este capítulo. Vimos


cómo se cambió de una generación santa a una generación po-
drida en tres generaciones.

¿Soy íntegro en la fe y en la forma que vivo la vida cotidiana


y en familia? ¿En cuál de las generaciones estoy? ¿Qué puedo
hacer para evitar, o cambiar este patrón que hemos estudiado?

36
CAPÍTULO 7

Hay esperanza
“Necesito hablar con alguien hace mucho tiempo. Pero
no encuentro con quién. Mis papás viven viajando, hay
cosas que nunca conté. Con el único que cuento es con
Dios, no puedo contarles a otras personas porque “soy la
hija del pastor”. (Elizabeth, Argentina)

Muchas veces me sentía frustrado por el hecho de que


nunca podría ir a la Iglesia como un hijo de Dios que se
sentía mal en algún momento, que quería llorar o no
tenía ánimo; no podía mostrar debilidad o cansancio
ante nada porque entonces sería un mal ejemplo para
cualquiera que me viera; siempre debía mantenerme
con una imagen perfecta que no podía soportar y me
hacía ocultar, incluso a mí mismo, lo que podía inte-
rrumpir mi relación con Dios. Nunca tuve un consejero,
en mi adolescencia tuve que batallar solo y con la Biblia
aferrada a mí porque no podía hablar con mis padres de
mis luchas ya que me verían como un rebelde y tampoco
con ningún líder porque podía hacer que vieran a mis
padres como malos o descuidados en cuanto a su hogar
y familia. (Sócrates, Venezuela)

37
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

Se les preguntó a pastores por qué sus hijos tienen tan-


tos problemas con la iglesia y 17% dijo que porque ellos
estaban demasiados ocupados como para dedicarles
tiempo. (Hudson, Dale) [1].

Como vimos, la Biblia está llena de ejemplos de familias donde en


3 generaciones se deslizaron de un compromiso total a un com-
promiso a medias y finalmente terminaron en un conflicto, pero
en este capítulo veremos que a veces la historia se revierte y que
hay esperanza. Uno de estos ejemplos es la historia de Abraham.

Abraham

Compromiso total
Abraham era conocido como el “amigo de Dios”. Santiago 2:23
dice: «Así se cumplió la Escritura que dice: ‘Abraham creyó a Dios
y eso se le tomó en cuenta como justicia’. Y a Abraham lo llama-
ron amigo de Dios”. Cuando Dios le pidió que fuera al oeste a otra
tierra, lo hizo sin cuestionar.

Abraham tenía sus prioridades así bien puestas. ¿Recuerdas la


historia de Abraham listo para sacrificar a su hijo a Dios, sola-
mente porque Dios le pidió hacerlo? Abraham estaba totalmente
comprometido a Dios.

Compromiso a medias
Isaac era uno de los hijos de Abraham y parte de la línea redento-
ra de Cristo. Él tenía la edad suficiente como para entender todo
cuando fue amarrado al altar por su padre, listo para ser matado

 [1] “Katy Perry… Why Pastors’ Kids go Away” http://www.relevantchildrensministry.


com/2014/02/katy-perrywhy-pastors-kids-go-awry.html

38
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

como un sacrificio. Él vio de primera mano la fe y el compromiso


total de su papá.

Pero Isaac decide salir de donde está, no porque Dios le dijo, sino
porque había hambre en la tierra y buscó cuidar a su familia pri-
mero. Después de irse, busca un pozo que su padre había ya había
excavado. Después de encontrar el agua, Dios le habla y recién
allí edificó un altar a Dios. Génesis 26:1-25.

Esto fue un desliz muy sutil. No está mal cuidar a la familia. Es


más, nosotros siempre predicamos que nuestra primera misión es
la familia. El punto es que Isaac no confiaba en Dios, no tenía la
fe tan firme como tenía su papá, Abraham. Tenía que ver cómo
proveer para su familia sin confiar en el Señor. Es un cambio muy
pequeño pero notable.

Conflicto
Jacob, el nieto de Abraham, fue un hombre que vivió su vida
en conflicto. Estaba en conflicto desde el vientre de su madre
(Génesis 25:22). Cuando fue mayor de edad le quitó el beneficio
de la primogenitura a su mellizo mayor Esaú. Después engañó a
su propio padre para recibir la bendición de Dios que pertenecía a
Esaú. Fue un hombre en conflicto.

Pero hay esperanza


Lo bueno de este ejemplo entre Abraham, Isaac y Jacob, es cómo
termina Jacob.

Jacob una noche se encuentra luchando con alguien en un sueño.


Después de varias horas se da cuenta de que no es un sueño, que
es una lucha de verdad con el ángel del Señor. Al amanecer el án-
gel del Señor quiere irse, pero Jacob lo sostiene de tal modo que

39
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

no puede hacerlo. El ángel del Señor le toca la cadera para que el


resto de su vida camine cojo. Pero Jacob no lo suelta hasta que el
ángel del Señor le bendice. El comportamiento y actitud de Jacob
se transformó en una sola noche.

Esa es la esperanza de cada uno de nosotros. No importa en cuál


de los 3 lugares estemos, en una sola noche podemos cambiar de
sitio y saltar hacia la posición del compromiso total. Jacob tuvo
un encuentro con Cristo ese día.

¿He tenido un encuentro con Cristo? ¿Estoy viviendo en la


posición número 1 después de ese encuentro?

¿En qué posición considero que está mi hijo? ¿Por qué?


¿Cómo puedo ayudarlo?

40
CAPÍTULO 8

Cómo enfatizar
lo bueno
“No permitan que sus etapas sean 'quemadas' por la
obligación de ser perfectos. Soy pastor y tengo dos hijos
pequeños. Los crio en forma totalmente diferente a
como fui criado yo. Espero que tomen su propia decisión
a una edad determinada y no sientan esa presión de ser
los hijos del pastor”. (Néstor, Perú)

“Busca el propósito por el cual Dios te llamó a nacer en


esa familia”. (Hamilton, Honduras).

“No dejes que los malos momentos que viviste como hijo
del pastor afecte tu fe en Dios; la gente es imperfecta y
lastima, pero Dios nunca lo hace”. (Gia, Paraguay)

¿Qué podemos hacer para mejorar y posicionar a los hijos de


pastores para que tengan mayor influencia y éxito en el reino de
Dios?

Nosotros como padres y pastores tenemos mucho que aprender


para edificar a nuestros hijos dentro del contexto de la iglesia.
Reconocemos que hay factores diferentes que afectan a nuestros

41
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

hijos que otras familias no viven. Otros quizás no viven con


las presiones de otros hermanos de la iglesia que esperan que
nuestros hijos tengan el mejor comportamiento, o que sirvan
mejor en la iglesia o que sean los mejores ejemplos para sus hijos.
¿Qué podemos hacer nosotros para construir una mejor identidad
en nuestros hijos y que salgan del hogar con un amor para con
Cristo y su iglesia?

1. Ser sus padres y no sus pastores


Es difícil dejar en la iglesia todas las responsabilidades de la
pastoral. Pero al llegar a la casa, lo que nuestros hijos necesitan
no tiene que ver con las presiones del ministerio. Lo que quieren,
lo que anhelan es que seamos sus padres. Eso significa hacer lo
que todos los padres hacen: cuidarlos, ayudarlos con sus tareas
y deberes, proveerles principios y valores para que puedan tener
éxito en la vida, etc. Tenemos que dejar afuera las expectativas
de lo que tienen otros para nuestra familia y no intentar aplicar
nuestra prédica del domingo con ejemplos de nuestros hijos en
el hogar. En otras palabras, no trates a tus hijos de alguna forma
para tener un ejemplo para dar en la prédica el domingo.

Una de las cosas que ayuda a lidiar con las presiones de ser un
hijo de misioneros es que papá sea papá y no solo el pastor.

2. Tu familia es tu primer llamado y campo


ministerial
Nosotros deseamos con todo nuestro corazón llegar al final de
nuestra vida y saber que nuestros hijos aman al Señor con todo
su corazón y aman a su prójimo como a sí mismos. Si logramos
eso, seremos los más felices al partir de esta tierra. No impor-
ta si ganamos a los 300 millones de jóvenes de América Latina

42
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

para Cristo, si fallamos enn nuestro hogar, será muy triste. ¿Qué
provecho hay si gano todo el mundo y pierdo a mi familia? 1
Timoteo 5:8 dice: “El que no se ocupa de los suyos, especialmen-
te de los de su propia familia, ha negado la fe y es peor que un
infiel.”

Esto no significa que nuestros hijos, aun cuando los hemos criado
bien, no tengan el derecho de usar su propia voluntad y darle las
espaldas a Dios. Algunos de los mejores pastores han sido padres
ejemplares y han perdido a sus hijos. Lo que sí estamos diciendo
es que tenemos que poner el tiempo, el esfuerzo y la gracia en
el hogar con nuestros hijos y mostrarles que ellos son nuestra
prioridad. Ellos son nuestro primer campo misionero.

3. Trátalos usando la gracia de Cristo


Nuestros hijos ya han sido juzgados, criticados y a veces mal-
tratados por la gente del mundo y de la iglesia. Ellos lo que más
tienen que aprender de nosotros en la gracia de Dios. Tienen que
sentir el amor incondicional, el perdón y la gracia cuando se han
equivocado. ¿Cómo podemos extenderles la gracia?

a. Usa la conversación en vez de la consejería


Guarden la consejería para la iglesia, o en el evento
casual que nuestros hijos pidan consejos. El resto del
tiempo, conversemos con nuestros hijos. Cuando los hi-
jos son adolescentes, es difícil que nos hablen. Podemos
usar preguntas abiertas. En vez de preguntarles: “¿Cómo
te fue en el colegio hoy?”, para que respondan: “Bien”,
mejor decirles: “Cuéntame 3 cosas que te hoy hicieron
sentir feliz.”

43
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

b. En vez de usar palabras religiosas en sus oraciones,


sé un padre que conversa con Dios íntimamente.
¿Alguna vez has escuchado a alguien que tiene el don
de orar? Las palabras fluyen en armonía y casi poéticas.
¿Cómo pueden recordar orar por todas las peticiones
mencionadas en la reunión de oración y orarlas tan
poéticamente? Los hijos de pastores han escuchado las
mejores oraciones en la iglesia, pero lo que les va a ayu-
dar a comprometerse con el Señor no son las palabras
oradas, sino un padre o una madre hablando con su
mejor amigo, Cristo. Ellos tienen que sentir y creer en el
amigo que nunca falla. Ellos tienen que sentir la gracia
de Dios rociado en las palabras oradas de sus padres.
Ellos tienen que escuchar a sus padres orar con vulnera-
bilidad. “Dios, no podemos más, ayúdanos”.

c. Deja las prédicas en el púlpito


Nuestros hijos no quieren ni aguantan más prédicas
en el hogar. Muéstrales más bien que estás dispuesto
a escucharlos. Cuando ellos hablan, repite sus palabras
usando tus propias palabras y pregúntales si estás cap-
tando bien lo que están diciendo. Eso les ayuda a saber
que estamos escuchándolos empáticamente.

d. Humíllate, arrepiéntete y pide perdón por los errores


y pecados que cometes.
Yo, Rich, recuerdo cuando mi papá me castigó una vez
por haber mentido. Le dije: “Pero papá, no fui yo”. No
me creyó. Pensó que yo no estaba diciendo la verdad.
Minutos después el otro chico confesó que era él. Nunca
voy a olvidarme cuando mi papá entró a mi cuarto con
lágrimas en sus ojos. Se arrodilló delante de mi cama y

44
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

me dijo: “Perdóname hijo, me equivoqué”. ¡Guauu! No lo


podía creer. ¡Mi papá, el pastor, el misionero, se humilló
delante de mí por un error! Mi papá creció mucho más
ante mis ojos esa noche que en todas las prédicas que
había predicado en su vida. Me mostró que era humil-
de y fue una oportunidad para que yo extienda gracia
hacía mi papá en su error. Al ver su culpa y quebranta-
miento, lo perdoné inmediatamente.

e. Las familias que juegan juntas permanecen juntas.


Está comprobado que las familias que saben jugar,
realizar deportes y reírse juntos son más felices y unidas.
Es importante poner ritmos y rutinas en la semana para
divertirse juntos. Allí nuestros hijos nos observan perder
bien, o perder mal, reírnos o molestarnos, animarlos
o desanimarlos. Son momentos humanos y hermosos.
Nosotros como padres debemos fomentar momentos
para disfrutar juntos.

f. Da afecto a cada uno de tus hijos a la medida que lo


puedan recibir.
El afecto es una muestra de la gracia y el amor. Busca
momentos de dar cariño a tus hijos. Nosotros tenemos
4 hijos y algunos no aguantaban mucho afecto en los
años de la adolescencia. Tuvimos que respetar sus deseos
y ser creativos con el cariño. No podemos forzarlos sen-
tir nuestro afecto, así que tuvimos que encontrar mo-
mentos en que ellos estaban más vulnerables. Muchas
veces les gustaban mirar películas juntos en la cama y
allí aprovechábamos para mostrarles afecto.

45
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

g. Tener hobbies fuera de la iglesia.


La iglesia nos puede absorber todo. Nos podría ocupar
24 horas al día, 7 días a la semana. Pero si caemos en
esa trampa, perderemos a nuestros hijos. Tenemos que
salir de la iglesia y de la casa y hacer hobbies que nos
gustan. Nuestros hijos quieren vernos felices, renova-
dos y energizados. Muéstrales que sabes cómo tener un
equilibrio entre el ministerio y la vida cotidiana.

h. Tener buenos amigos y no solo colaboradores minis-


teriales.
No todos nuestros amigos deberían estar dentro de la
iglesia. A veces en nuestros ministerios hemos podi-
do tener mejores amigos fuera de la iglesia. Es bueno
desahogarse con personas con quien no trabajas. Es una
buena regla no tener a todas nuestras amistades dentro
de la iglesia.

i. Permíteles tener preguntas y tomar sus propias deci-


siones de vez en cuando.
Nuestros hijos quieren y merecen poder preguntarnos
sobre cualquier tema cuando están en familia. Si es que
tengan dudas de su fe, o de alguna doctrina o teología,
deberíamos escucharlos sin juzgarlos. Eso es mostrar
gracia. Si no abrimos la discusión para que compartan
los sentimientos encontrados que tienen, van a buscar
a otras personas que los escuchan. A veces es necesario
dejarlos deambular un poco como el hijo pródigo. El
peligro es que algunos nunca vuelven. Aun así tene-
mos que escucharlos, ser pacientes con ellos, amarlos
y mostrarles la gracia de Dios en cada momento. Por
favor, nunca debemos juzgarles o decirles que se van

46
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

al infierno por lo que están haciendo. Confiemos en el


Espíritu Santo para hacer su obra en convencerles del
pecado, la justicia y el juicio.

j. Dales las herramientas, pero déjales construir.


Cuando un bebé está aprendiendo cómo caminar pasa
por algunos pasos. Primero tenemos que cargarlo por
todas partes. Después quiere gatear y mira cómo cami-
namos nosotros. Después quieren intentar caminar pero
agarrados de nuestra mano. Después quieren caminar
solos, pero no pueden y se caen mucho. Después de mu-
cha práctica pueden caminar sin ayuda y sin caerse.

Este proceso es común en muchas otras áreas de la vida.


Ellos quieren que nosotros les demos el ejemplo, los
recursos o herramientas, las instrucciones y las conse-
cuencias, y después ellos quieren hacerlo. Tenemos que
permitirles caer de vez en cuando y estar allí para levan-
tarlos y animarlos a que sigan adelante.

Padres, lo que estamos diciendo aquí es que los hijos de


pastores sólo quieren padres. Por favor sean padres para
ellos y no pastores.  [1]

Hay muchos diferentes tipos de familias pastorales. Hay algunas


muy disfuncionales y otras menos disfuncionales. Pero todos
nosotros necesitamos experimentar la gracia de Dios y extender
esa gracia a otros.

 [1] Adaptado de Piper, Barnabas. «The Pastor´s Kid. Finding your own faith and identity».
Colorado Springs, CO. 2001. (págs., 97-115)

47
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

¿Cuál de estos principios puedo aplicar para mejorar el am-


biente de la familia pastoral?

¿Cuál de las formas para mostrar gracia estoy haciendo bien


como padre y cuál debería mejorar?

¿Cuál de los subpuntos del punto 3 podría reclamarme mi


hijo? ¿Por qué?

48
EXTRA 01
Recomendaciones
para la
congregación
Todos los que asistimos a la iglesia tenemos una responsabilidad
más importante de lo que se piensa en aliviar la carga puesta
sobre los pastores y sus familias. En demasiadas iglesias hemos
creado una cultura donde reina la presión sobre la familia pas-
toral. La presión viene por individuos, grupos y la congregación
como tal. Esperamos que este libro les abra los ojos y les puede
ayudar a mejorar el trato con las familias pastorales.

En la encuesta realizada se menciona muchas veces la expectativa


de los congregantes. Roni de Argentina dice: “Sería bueno que
haya más comprensión de la iglesia hacia la familia pastoral.
Que se den cuenta de que el pastor es humano, por lo cual tam-
bién debe dormir, descansar y pasar tiempo con su familia".

En algunas ocasiones la congregación siente la libertad de guiar a


los hijos de los pastores y de criarlos como si fueran propiedad de
toda la iglesia. Por ejemplo, Elena de México comparte: “Nunca
me sentí presionada por mis padres pero sí por la congregación.
Recuerdo que cuando tenía 7 años un domingo mi mamá me
puso un conjunto de blusa y falda y una hermana me regañó
porque era una falda muy corta para la hija del pastor”.

49
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

Dejemos a la familia pastoral criar a sus hijos como ellos sienten


que le agrada a Dios. Cada familia es diferente y tiene necesida-
des diferentes. Seamos de apoyo y consejo para nuestros líderes.
Entendamos cuando necesitan tener tiempo en familia y respete-
mos esos momentos.

La congregación tiene el privilegio de ayudar a crear un ambiente


que apoye a la familia pastoral. Siempre reinan las historias de
críticas de parte de los hermanos o de los puñales por la espalda
después de años de servicio. Pero también existen muchos be-
neficios y nos elogian con sus palabras. Hemos recibido la mejor
comida en la fiesta de cumpleaños, nos quieren poner en el mejor
asiento en las reuniones y nos buscan para darles consejos en la
vida. Es muy notable cuando una congregación ama a su pastor.

Queremos agradecer a los miembros de nuestras iglesias que mues-


tran su apoyo en todo momento. Los que siempre están orando por
nosotros. Los que nos invitan a comer cuando los encontramos en
la calle. Gracias a los hermanos que sacrifican mucho en sus diez-
mos y ofrendas para apoyar en el ministerio. ¡Gracias!

Lo que se puede hacer para mejorar en el trato con


la familia pastoral:
1. Ajusta las expectativas puestas sobre ellos

Hay que reconocer que la familia pastoral está bajo el micros-


copio de la congregación. No aumentes esas expectativas pre-
sionándolos a hacer más cosas dentro del ministerio que otros
podrán hacer. Muchas veces decimos: “Pero el pastor anterior
hizo esto, tú también deberías hacerlo”. No todos tenemos los
mismos dones y no somos las mismas personas. Ellos necesitan
un espacio dentro de la congregación, así como el resto de los

50
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

miembros, para elegir áreas del ministerio que encajen con sus
dones, talentos pasiones e intereses. Podrías preguntar al pastor:
“¿Cuáles son los dones y talentos que tienes y dónde crees que
encajarías mejor?”.

Otra cosa para recordar: el pastor es el que fue llamado para


servir en la iglesia, no su cónyuge e hijos. El único pagado de la
familia en la iglesia típicamente es el pastor, no su familia. Eso es
importante de recordar.

2. Pídeles que tengan un día de descanso

Los pastores necesitan tiempo durante la semana para re energi-


zarse, nutrir su vida espiritual y familia. No pueden usar los do-
mingos para descansar así que es importante para ellos encontrar
otro día durante la semana para practicar el cuidado personal.

Obviamente, hay emergencias que podrían interrumpir un día de


descanso. Pero la verdad es que son muy pocas las emergencias que
merecen interrumpir ese día. Como congregación es clave buscar
proteger a sus pastores y proteger su descanso. Si no es cuestión de
vida o muerte, quizá no merece interrumpir ese día. Protejámoslos.

3. Pídeles que tengan un mes de vacaciones con su familia

Al descansar un mes con su familia le da al pastor la excusa y pri-


vilegio de invertir tiempo, descanso, juegos y conversaciones den-
tro de la familia. Hay que pagarle durante sus vacaciones como
cualquier otro trabajador. Un mes es suficiente para recuperar
y re energizarse para volver con más ánimo y pasión. Cuando
nuestra familia pastoral está bien cuidada, dará mucho mejor de
sí misma. Nosotros en nuestra familia ponemos las vacaciones
primero antes de que el ministerio pueda llenarlo. Ayudémosle en
su descanso de un mes al año.

51
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

4. Tener un comité de apoyo para la familia pastoral

Esta idea es muy buena. ¿Qué tal si armamos un comité de her-


manos en la iglesia para velar por el bienestar de la familia pasto-
ral? La idea es velar por la salud emocional, física, financiera, del
hogar, del cuidado de los niños durante cultos, etc. Es este comité
que verifica que el pastor toma su día de descanso y sus vacacio-
nes. Algunos comités han provisto tiempo de sabático para sus
familias pastorales. Los testimonios han sido increíbles de cómo
han vuelto más apasionados e influyentes que nunca.

Preguntas para la congregación


Como parte de la congregación, ¿qué puedo hacer para fomentar
espacios de crecimiento espiritual en los hijos de pastores, y para no
enfatizar las cosas externas en sus vidas como comportamiento?

Me tomo unos minutos para reflexionar sobre mi parte en crear


un ambiente congruente en mi iglesia. ¿Qué enfatizo más,
comportamiento o corazón? ¿Estoy abierto a la idea de que mi
pastor (o sus hijos) puedan fallar? ¿Les daría oportunidad para la
restauración?

52
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

¿Soy partícipe en presionar a la familia pastoral a entretener a


la congregación? ¿Habrá alguna manera de ayudar a los hijos de
pastores en mi congregación a descubrir sus dones individuales y
usarlos?

¿Animo a los hijos de pastores cuando participan en el ministerio


de alguna forma? ¿Animo a los hijos de pastores que participan
en intereses fuera de la iglesia? ¿De qué manera?

¿He pensado en tener un comité para el bienestar de la fami-


lia pastoral? ¿Con quién puedo hablar para hacerlo realidad

53
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

¿Qué pasos puedo tomar esta semana para mejorar el ambiente


para la familia pastoral?

Pasos prácticos
El resumen de nuestra recomendación es la siguiente. Lo que cada
congregación debe hacer con los hijos de pastores y líderes es:

Amarlos. Son niños o jóvenes como cualquier otro niño o joven


en tu ministerio. Quieren saber que te preocupas por ellos, no por
la posición de sus padres, sino por quiénes son como individuos.

Déjalos ser niños. No son perfectos. Van a comportarse mal de


vez en cuando y cometer errores. No digas: Deberías saberlo o
comportarte mejor. ¡Tú eres el hijo del pastor!”. Esto pone expec-
tativas irreales sobre ellos.

No maltrates a los padres. Cuando hablas mal del pastor o


causas divisiones en la iglesia, no sólo le lastimas a él, también
lastimas a sus hijos. Aun si no se enteran de los detalles (ojalá los
padres les protegerá del lado negativo de la iglesia) ellos sienten
lo que está pasando cuando hay luchas y divisiones en la iglesia.

Invierte en sus vidas. El hecho de tener a sus papás como los


pastores no significa que no necesitan a otras personas que les
enseñen y los mentoreen. Sí, es cierto que los padres son la mayor

54
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

influencia espiritual, pero necesitan a otras personas que amen al


Señor que invierten en sus vidas como líderes cristianos.

Protege al pastor y su tiempo. Los hijos de los pastores necesi-


tan un padre en el hogar así como otros niños lo necesitan. No
contribuyas a que se resientan con la iglesia por haber alejado
siempre a su papá del hogar.

7 Reglas para cuando conoces a un hijo de pastores


1. No preguntarnos ¿cómo es ser los hijos de …? ¿Cómo
deberíamos contestar esa pregunta? ¿Tú podrías describir
fácilmente cómo fue ser un hijo o una hija de tus padres?
Recuerda que los hijos de los pastores son gente normal que
sólo tuvieron una crianza diferente que la tuya. Trátanos así,
por favor. Pensamos en nuestros padres como padres, nada
más.

2. No cites cosas que han dicho nuestros padres. Esto es frus-


trante porque se comunica una de dos cosas: o estás compro-
bando que eres tan piadoso por reconocer todas las decla-
raciones del amado pastor, o estás siendo condescendiente y
amenazándonos.

3. No nos pidas algo que no le pedirías a cualquier otro. Si has


aprendido algo acerca de nosotros a través de una prédica,
ilustración, libro o rumores, es mejor guardar esa informa-
ción. De hacernos una pregunta basada en esa información
personal te convierte o en un acosador o un reportero. ¡Los
dos son horripilantes!

4. No nos preguntes acerca de la opinión de nuestro papá


sobre ningún tema. “¿Qué piensa tu papá acerca de…?” no es
ninguna pregunta que los hijos de pastores quieren que les

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Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

pregunten, ni sobre política, ni sobre el rol de la mujer en la


iglesia, la predestinación, el uso de la batería en el tiempo
de alabanzas, dones espirituales, racismo, ni ninguna otra
cosa. Nosotros sí tenemos nuestras creencias y opiniones.
Nos gusta conversar. Nos podrías preguntar a nosotros como
personas normales.

5. No pienses que podrás ganar una audiencia con el pastor a


través nuestro. Para eso existe la secretaria o el asistente del
pastor. Por favor, déjenos sólo ser sus hijos. Por lo general no
podemos organizar una reunión y casi nunca queremos.

6. No des por sentado que estamos de acuerdo con todas las de-
claraciones de nuestros padres. Sé que es difícil creer que una
hija podría estar en desacuerdo con sus padres en algo, pero sí
sucede. No es bueno ni seguro asumir que la posición de nues-
tros padres es igual que la nuestra. Y si te das cuenta de que no
estamos de acuerdo, no te ofendas ni te sorprendas.

7. Conócenos. Esta es una buena regla para cualquiera, pero en


particular para los hijos de pastores. Así como quieres que la
gente valore tus opiniones, tu personalidad y los aspectos de
tu carácter, nosotros también. Te sorprenderás. “¡Wow! Ese
hijo de pastores tiene un buen sentido de humor”. “No sabía-
mos que la hija de los pastores podría ser tan divertida”. Deja
tus suposiciones en la puerta y déjanos ser nosotros mismos.
Probablemente te va a gustar lo que encuentres.

56
EXTRA 02

Reporte de
Jon Dahlager
Hijos de Ministros en América Latina:
Las Ventajas y Desventajas de la Experiencia del Hijo
de ministro (HdM)
Jon Mark Dahlager es un investigador que ha obtenido un
Doctorado Ministerial estudiando a los hijos de Pastores en América
Latina. Estudió a más de 606 hijos de pastores de las Asambleas de
Dios en Argentina, Costa Rica, Cuba, El Salvador y Panamá.

Aquí transcribimos algunas partes de su trabajo.

Los Hijos de Ministros (HdM) tienden a sobresalir entre los


jóvenes más reconocidos, talentosos y también criticados en la
iglesia. Un ministerio especializado para HdMs puede ayudarles a
sobrellevar los desafíos de su vida bajo la lupa de la iglesia, pero
ese ministerio se debe fundamentar sobre un entendimiento de
la vivencia real de los hijos de ministros. Este artículo resume los
resultados de una investigación académica que propuso estable-
cer un fundamento teórico y práctico para el ministerio hacia los
hijos de ministros. Para este fin se encuestaron a seiscientos siete
HdMs evangélicos pentecostales en cinco países latinoamerica-
nos: Argentina, Costa Rica, Cuba, El Salvador y Panamá.

57
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

Resultados Resumidos
Los datos del estudio sugieren que hay cinco características que
definen la experiencia idiosincrática de los hijos de ministros,
cada una con sus respectivas ventajas y desventajas:

1. Los HdM crecen con papás pastores, gozando de una rica


herencia espiritual, pero la iglesia tiende a dominar la vida
familiar.

2. Los HdM son famosos en la iglesia local, disfrutando del reco-


nocimiento especial pero viviendo en una pecera, observados
y criticados por todos.

3. Los HdM llevan un gafete de acceso especial a lo mejor del


mundo cristiano, pero la gente espera que sean “pastorcitos”
perfectos.

4. Los HdM tienen acceso a información privilegiada acerca del


ministerio y la iglesia, pero demasiada información produce
cinismo y aislamiento.

5. A los HdM se les abren puertas especiales para liderazgo


ministerial, pero el ministerio prematuro puede resultar en la
desilusión o el fracaso ético. Este artículo explica las ventajas
y desventajas de cada una de estas cinco idiosincrasias de
la experiencia del HdM con datos de la encuesta y ejemplos
concretos. Los que quieren ayudar a los HdM pueden cons-
truir relaciones de apoyo e ingeniar estructuras ministeriales
para ayudarles a maximizar las ventajas y contrarrestar las
desventajas.

Para leer más sobre el tema - http://conozca.org/?p=2195

58
EXTRA 03

Encuesta para
Hijos de Pastores
2.000 hijos e hijas de pastores llenaron la siguiente encuesta en
5 días a través de las redes de e625.com como fuente para escri-
bir este libro, y fueron tantos los que lo hicieron tan rápido que
tuvimos que cerrarla antes de lo que nos habíamos imaginado para
darnos tiempo de tabular las respuestas. Esto demandó mucho
tiempo para investigar, analizar y evaluar la información que nos
llegó y aquí debajo está lo que preguntamos.

De más está decir que el proceso fue muy interesante y sorpren-


dente. Los nombres en las citas que tuvimos en este libro los
cambiamos para proteger la identidad de cada uno que confiaron
en nosotros al llenar la encuesta.

Agradecemos a Terri Newburn y Olivia Jones que nos ayudaron a


armar las preguntas en una forma más objetiva.

PREGUNTAS DE LA ENCUESTA
Estamos escribiendo un libro llamado "Nací en el Ministerio", para
hijos de pastores en América Latina. Gracias por responder estas
preguntas que nos ayudarán a entender parte de las vivencias
de los hijos/hijas de pastores para el libro. Es para hijos de pasto-
res mayores de 18 años. Al final de la encuesta, hay lugar para

59
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

recibir más información sobre cómo conseguir el libro. Todos tus


datos personales como nombre e información de contacto serán
confidenciales y no serán compartidos ni publicados.

• Nombres completos (nombres y apellidos)

• ¿De qué país eres?

• ¿De qué denominación eres?

Asambleas de Dios, Alianza Cristiana y Misionera, Bautista,


Iglesias de Dios, Unión Misionera Evangélica, Iglesia
Misionera del Ecuador, Iglesia del Nazareno, Pentecostales,
Iglesia del Pacto Evangélico, Independiente, Iglesia Menonita,
Iglesia Presbiteriana, Independiente, otra.

• ¿Cuántos años tienes?

Piensa en las expectativas que pusieron sobre ti como hijo/hija de


pastores.

¿Cómo te identificas con las declaraciones que


siguen? Escoge de una escala de 1 al 5

A mí me gustaba asistir a la iglesia como hijo/hija de pastores:

[En desacuerdo] 1 2 3 4 5 [De Acuerdo]

Yo recibí reconocimiento extra por ser hijo/hija de pastores:


[En desacuerdo] 1 2 3 4 5 [De Acuerdo]

60
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

Disfruté de tener el título o el reconocimiento de ser un hijo/


hija de pastores:
[En desacuerdo] 1 2 3 4 5 [De Acuerdo]

Mis padres disfrutaron de ser pastores:


[En desacuerdo] 1 2 3 4 5 [De Acuerdo]

Observé conflicto entre mis padres y otras personas de la


iglesia:
[En desacuerdo] 1 2 3 4 5 [De Acuerdo]

Observé a mis padres manejando los conflictos en una forma


saludable:
[En desacuerdo] 1 2 3 4 5 [De Acuerdo]

Mis padres me animaron a hacer preguntas desafiantes o


críticas de la Biblia:
[En desacuerdo] 1 2 3 4 5 [De Acuerdo]

Si yo expresaba dudas acerca de Dios, mis padres no querían


hablar del tema:
[En desacuerdo] 1 2 3 4 5 [De Acuerdo]

Mis padres esperaban que yo sea un "buen ejemplo" para


otros niños:
[En desacuerdo] 1 2 3 4 5 [De Acuerdo]

61
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

La iglesia esperaba que yo sea un "buen ejemplo" para


otros niños:
[En desacuerdo] 1 2 3 4 5 [De Acuerdo]

En general, yo era un "buen ejemplo" para otros niños:


[En desacuerdo] 1 2 3 4 5 [De Acuerdo]

Cuando era niño servía en la iglesia


[En desacuerdo] 1 2 3 4 5 [De Acuerdo]

Nació de mí servir en la iglesia


[En desacuerdo] 1 2 3 4 5 [De Acuerdo]

Cuéntanos más acerca de las experiencias y


expectativas de la iglesia:
Si cambiaron de iglesia más de una vez, ¿Cómo te identificas con
las declaraciones que siguen? Si no fue tu experiencia, puedes
saltar a la próxima sección. Escoge de una escala de 1 al 5 (1= No
de Acuerdo, 5 = De Acuerdo)

¿Cuántas veces tuvieron que cambiar de iglesia mientras que tus


padres eran pastores? 2 veces, 3 veces, 4 veces o más

Me gustó cambiar a una iglesia nueva:


[En desacuerdo] 1 2 3 4 5 [De Acuerdo]

Tener cambios o transiciones me es fácil:


[En desacuerdo] 1 2 3 4 5 [De Acuerdo]

62
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

Cuéntanos más acerca de las transiciones y cambios


en tu vida como hijo/hija de pastores:
Piensa en tu viaje de fe actual.

Yo creo en Dios (si estás luchando con tu fe en Dios, favor de


también contestar las preguntas de la sección 5 más abajo):
[En desacuerdo] 1 2 3 4 5 [De Acuerdo]

¿Cómo vives tu fe con Dios?


[ ] Con oración
[ ] Leyendo la Biblia
[ ] Sirviendo
[ ] Compartiendo tu fe
[ ] Ayuda social
[ ] Otros

Yo estoy asistiendo a una iglesia:


[ ] Nunca
[ ] Rara vez (una vez al año)
[ ] A veces (6 veces al año o menos)
[ ] Frecuentemente (una o dos veces al mes)
[ ] Siempre

Yo estoy sirviendo (enseñando, ujier, canto, etc.) en las activi-


dades de la iglesia:
[ ] Nunca
[ ] Rara vez (una vez al año)
[ ] A veces (6 veces al año o menos)
[ ] Frecuentemente (una o dos veces al mes)
[ ] Siempre

63
Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

¿Qué aspecto de tu crianza consideras que fue equivocado, qué


hubieras querido tener como hijo/hija de pastores?

Cuéntanos más acerca de tu viaje de fe con Dios:


Por favor contesta estas preguntas si estás luchando con tu fe en
Dios. Si no es así, puedes saltar a la última sección - La conclusión.

Dudo de mi fe en Dios porque: (elegir todos los que aplican)


[ ] Porque veo demasiadas personas hipócritas en la iglesia
[ ] Porque no tuve buenos modelos en mi crianza
[ ] Porque la Biblia no concuerda con las evidencias científicas
que yo he estudiado
[ ] Porque la Biblia no se alinea con las experiencias personales
de mi vida
[ ] Porque no entiendo como Dios podría permitir tanta maldad
en el mundo
[ ] Otro…

Cuéntanos más del por qué estás dudando de tu fe:

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Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

Conclusión
Próximos pasos

¿Si pudieras tener un retiro sólo para hijos/hijas de pastores,


asistirías?
[ ] Sí
[ ] No
[ ] Tal vez

¿Cuáles de estas actividades estarías dispuesto a participar


con otros hijos/hijas de pastores? (marcar todos los que
aplican):
[ ] Una cena
[ ] Un día de paseo
[ ] Un retiro
[ ] Un grupo en medios sociales
[ ] Consejería profesional
[ ] Otro…

Si pudieras dar sólo un consejo a los hijos de pastores, ¿cuál


sería?

¿Hay algo que te gustaría contarnos?

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Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

Rich Brown y
Elisa Shannon Brown
Son misioneros de la Alianza Cristiana y Misionera y los directores
nacionales de e625.com en Ecuador. Rich trabaja con pastores y
líderes de jóvenes de la denominación en toda Latinoamérica. Han
sido pastores de jóvenes en 3 países por más de 20 años. Rich tiene
su bachillerato en Misiología de Toccoa Falls College y una Maestría
en Teología de Wheaton Graduate School. Elisa es la vocalista de
Corban, una banda musical misionera que ha visitado los más lajea-
dos rincones del continente. Rich y Elisa fundaron la ONG Inca Link
con la visión de facilitar misiones de corto plazo para evangelizar a
los 300 millones de jóvenes de Latinoamérica. Son papás de 4 hijos
y los flamantes autores del libro «Trabajemos en familia: 50 Ideas
para activar a los tuyos y hacer una diferencia».

Sigue ya a
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Nací en el ministerio GUÍA PARA PADRES Y LÍDERES

mensaje importante
Especialidades 625 es un equipo de pastores y siervos de distintos
países, distintas denominaciones, distintos tamaños y estilos de iglesia
que amamos a Cristo y a las nuevas generaciones.

Lo que entendimos como encargo de Dios fue a ayudar a las familias


cristianas en Iberoamérica a siempre encontrar buenos materiales y
recursos para el discipulado de las nuevas generaciones y para facilitar
la tarea es que abrimos un SERVICIO PREMIUM de SUSCRIPCIÓN
por iglesias que funciona con una cuota o costo mensual por
congregación que le permite a todos sus líderes descargar materiales
como este libro para compartirlos en su congregación y también hacer
la copias necesarias de las partes que encuentren pertinentes para las
distintas actividades de la congregación o sus familias.

Además de libros, esta membresía a nuestro servicio Premium brinda


acceso a materiales visuales, audios, clases, hojas de actividades,
encuestas y materiales en serie.

El esfuerzo detrás de este servicio es muy grande y hay familias cuyos


ingresos dependen de que sus padres o madres tengan el tiempo
suficiente para dedicarse a esta tarea y por eso es que hay un costo
que entenderás que es bueno compartir entre todos los que creemos
que vale la pena tener un servicio así.

Por favor, usa estos materiales con sabiduría sin postearlos online y
asegúrate que tu iglesia es responsable con su suscripción mensual
para poder seguir invirtiendo tiempo, dinero y esfuerzo en seguir
proveyendo cada vez mejores materiales.

Te amamos.

e625

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