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El autobús fantasma

Cuenta la leyenda que, en una vieja y peligrosa carretera que unía a Toluca con Ixtapan de la sal,
un autobús circulaba de madrugada de Ixtapan de la sal a Toluca.

Todo iba bien hasta que comenzó a llover, momento en el que el autobús tenía que tomar curva
muy peligrosa y pasar por un puente en el que solo cabe un vehículo. De repente, los viajeros se
asustaron al ver que el autobús había tomado más velocidad. El conductor se percató de que los
freno fallaban. Pronto, en una de las curvas, el autobús se precipito el vacío dejando víctimas y sin
sobrevivientes. El autobús número 40 se incendió y jamás llego a su destino.

Dice la leyenda que desde entonces si transitas en esa carretera durante la madrugada e intentas
subirte al autobús, posiblemente sea el número 40. Si subes al autobús no deberás hablar en
ningún momento. Antes de bajar jamás deberás mirar hacia atrás del autobús. Si lo haces no
sobrevivirás.
La leyenda de los volcanes

Dice una antigua leyenda que los volcanes de Popocatépetl e Iztaccíhuatl, de los más altos de
México representan a una doncella y a un joven guerrero. Iztaccíhuatl era la princesa más bella y
se enamora del guerrero Popocatépetl, uno de los más valientes del pueblo.

Antes de partir a la guerra en la que los tlaxcaltecas se encontraban inmersos frente a los aztecas,
el joven guerrero pidió la mano de la doncella Iztaccíhuatl. El cacique le concedió su deseo, a
cambio que regresara sano y salvo del conflicto.

Mientras Iztaccíhuatl esperaba el regreso de su amado, un rival de Popocatépetl engaño a la joven


y le dijo que el muchacho había fallecido en la guerra. Entonces, la princesa murió de tristeza en
poco tiempo.

Cuando Popocatépetl regresó victorioso del combate, recibió la mala noticia. Durante días y
noches el joven vagó por la ciudad pensando cómo podía honrar el gran amor que se habían
tenido. Así fue como ordenó construir una gran tumba bajo el sol amontonado y 10 cerros para
levantar una enorme montaña.

Entonces tomo el cuerpo de la princesa y la recostó encima de la montaña. Allí la beso por última
vez para después, con la antorcha húmeda en la mano, arrodillarse y velar por su sueño
eternamente.

Desde entonces permanecen juntos uno frente a otro y con el tiempo la nieve cubrió sus cuerpos
convirtiéndolos en volcanes
 
La mulata de Córdoba

Cuenta la leyenda que, allá por el siglo XVII se fundó la ciudad de Córdoba. Allí llego una solo
mujer mulata y hermosa. todos los hombres quedaban prendados con ella a su paso. Pronto, su
presencia en la ciudad pronto comenzó a tener relaciones contrapuestas. Alguna la rechazaban,
los supersticiosos desean que tenía un pacto con el diablo; que tenía poderes mágicos que le
permitían estar en dos lugares al mismo tiempo. Otros la veneraban porque decían que era una
virtuosa en las artes de la medicina y era capaz de curar solo con hierbas. Ante todos lo rumore
que se fraguaron, la santa inquisición no tardo en apresarla y enviarla al presidio de San Juan de
Ulúa acusada de brujería. Allí esperaría el día de su muerte en la hoguera. En su celda, encontró
un trozo de carbón y empezó a dibujar con todo lujo y detalles un barco en la pared. Una noche,
mientras dormía, desapareció en la nave. Al día siguiente, encontraron al carcelero con la razón
perdida aferrado a la reja del calabozo vacío. Y dicen que ronda por ese mismo calabozo par que
su alma aun no muera.
El árbol del amor

Cuenta la leyenda que en torno a 1860vivia una joven llamada Oralia en una casa señorial. Era
una joven que contagiaba toda su alegría de vivir. Juan era un joven humilde que se había
enamorado de Oralia y soñaba con mejorar su situación laboral, pues sentía que su condición lo
aljaba de la muchacha.

Por las tardes cuando juan salía de la misma se convertía en aguador, eh iba a toda prisa para
entregarle el agua a Oralia. Con ella, regaba las platas de su jardín, especialmente un árbol que
cuidaba con esmero.

Pronto la muchacha también empezó a enamorarse de juan, en cambio, había otro joven
interesado en ella, Philippe Rondé.

Con el paso del tiempo Oralia se sentía confundida ya que no podía decidirse por ninguno de los
dos. Entonces, debía tomar una decisión. La muchacha se sintió tan triste que rompió a llorar y se
dirigió a su jardín. Allí un árbol que había sembrado hace años y que juan le había regalado ya
estaba muy grande. Oralia se sentó bajo su sombra y siguió llorando. Sus lágrimas regaban la
tierra. Pronto las ramas del árbol se posaron sobre el regazo de la joven y empezaron a caer gotas
de agua. Eran las lágrimas del árbol, que pronto se convirtieron en flores blancas. Entonces Oralia
decidió que debía quedarse con Juan. Al día siguiente Philippe Rondé le dijo a Oralia que debía
volver a su país. La muchacha se sintió aliviada. Esa misma tarde, la muchacha fue a buscar a
juan a quien abrazó y besó.

Desde entonces todos los enamorados de zacatecas querían sellar su afecto bajo aquel árbol que,
con el paso del tiempo, fue talado.
SAC NICTÉ

Dice la leyenda que Sac Nicté era una antigua princesa, cuando Mayapán, Uxmal y Chichen Itzá
conviven como las grandes urbes de la cultura maya. Era una época en la que sus reyes habían
hecho un pacto de paz y no existían los ejércitos. Cuando Carek tubo 7 años se convirtió en rey de
Chichen Itzá vio por primera vez a la princesa Sac Nicté teniendo ella apenas 5 años. Desde ese
momento ambos supieron que sus vidas iban a estar destinadas a estar justos hasta la eternidad.
En cambio, Sac Nicté había sido destinada por su padre, rey de Mayapán, para ser esposa de Ulil,
un sub heredero del reino de Uxmal.

Faltando solo 37 días para la boda, un mensajero de Mayapán citó al príncipe Carek para invitarlo
a la boda, a lo que respondió que no faltaría. Esa misma noche un enano viejo visitó a Carek y le
susurró: “la flor blanca te espera entre las hojas verdes”, ¿vas a dejar que otro la arranque? Justo
después, el enano desapareció. En Uxmal todo se preparaba para la boda, la ciudad entera había
sido decorada para la gran ocasión. Justo cuando Sac Nicté estaba a punto de contraer
matrimonio, Carek apareció con sus guerreros y se llevó a la princesa frente a la mirada de todos,
dejando al príncipe Ulil plantado.

Este hecho terminó con la paz y Uxmal y Mayapán se unieron en guerra en contra de Chichén
Itzá. Antes de que la guerra estallara, los habitantes del Chichén Itzá partieron una noche con la
luz de la luna para salvar su ciudad. Cuando llegaron los enemigos de Uxmal y Mayapán se
encontraron la ciudad de Chichén Itzá vacía, la cual decidieron incendiar. Desde entonces la
ciudad quedó abandonada hasta nuestros días.

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