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Mis leyendas

INTERNACIONAL:
TEKE TEKE
La leyenda cuenta que el Teke Teke es el fantasma de una joven que murió trágicamente en
una estación de tren. En vida la chica era introvertida, y eso la hacía blanco frecuente de
bromas pesadas por parte de sus compañeros. Hasta que un día una de las bromas se les fue
de las manos. Un día de verano sus compañeros, viéndola que esperaba el tren con la
mirada perdida, se acercaron sigilosamente por atrás y le colocaron una cigarra en el
hombro. Cuando lo vio, comenzó a saltar para quitárselo, y acabó cayendo sobre las vías
del tren, donde un veloz Shinkansen (tren de alta velocidad) la partió en dos. Sus
compañeros estaban tan ocupados riéndose de su broma que no notaron que el tren se
acercaba, y para cuando lo hicieron ya era muy tarde. Los chicos juraron no decirle nada a
nadie de lo sucedido e hicieron pública la versión de que, como era una chica rara, no
soportó su vida y decidió arrojarse delante del tren cuando pasaba.
Pero una noche la joven regresó por su venganza. Los tres amigos iban caminando en la
noche cerca del lugar, cuando comenzaron a escuchar un sonido demasiado extraño que
cada vez parecía estar más cerca. Cuando se dieron vuelta, allí estaba: la chica sin piernas y
con sus tripas colgando que los miraba fijamente. Intentaron huir, pero fue inútil. El
fantasma se dispuso a cortarlos por la mitad a los tres amigos con una guadaña, y de esa
forma dejarlos en mismas condiciones.
Desde entonces, el fantasma Teke Teke ronda las estaciones de tren por Japón, arrastrando
con las manos la mitad superior de su cuerpo y acabando con la vida del que se cruza en su
camino; siempre en busca de nuevas víctimas para satisfacer su necesidad de venganza.
Otra versión de la leyenda cuenta que un joven estudiante que regresaba a casa por la noche
contempló a una joven apoyada en su ventana sobre sus codos. Por un momento, ambos se
sonrieron, sin embargo, cuando este le preguntó qué hacía en un colegio masculino, esta dio
un salto revelando así que le faltaba la parte inferior. Aterrorizado, el muchacho trató de
huir, pero antes de que tuviera oportunidad, la joven le partió por la mitad.

PREHISPANICA:
LA LEYENDA DE LOS VOLCANES.
Esta es una de las leyendas prehispánicas de la mitología mexica, explica la razón de la
existencia de los dos volcanes que vigilan al Valle de México, el Popocatépetl e
Iztaccíhuatl; según se cuenta, Izta era una princesa, Popoca era un guerrero; el rey había
prometido la mano de su hija si Popocatépetl traía la cabeza de su enemigo en una lanza, a
pesar de cumplir con su cometido, encuentra que su amada ha muerto; deshecho por la
noticia, la toma y la lleva al monte donde la acuesta en un lecho de flores, conmovidos por
la tragedia de los amantes, los dioses los convierten en volcanes, ella un volcán inactivo y
él uno con una antorcha que nunca se apagara con la intensión de estar por siempre junto a
Iztaccíhuatl.
PREHISPANICA:
LA LEYENDA DE LA VAINILLA.

Tzacopontziza era la hija de unas nobles totonacas; una belleza que vivía muy cerca de
Tajín, sede de su pueblo. Cierto día la joven acudió a depositar una ofrenda sobre el plato
de Chac Mool y se encontró con Xcatan-oxga de quien se enamoró a primera vista. Sin
embargo, el romance tenía muchas dificultades para prosperar porque Xcatan-oxga era
pobre y vivía en una choza humilde rodeada de tierra fértil. A pesar de la diferencia de
clase, los dos enamorados se reunían casi a diario de manera fugaz cuando el mancebo
llevaba al mercado la cosecha de su siembra. En poco tiempo los jóvenes estaban muy
enamorados y una sincera pasión se apoderó de sus corazones. Así pasaron los días hasta
que una vez Tzacopontziza pasó junto al templo sagrado de los nichos y para su sorpresa se
encontró con la mirada penetrante del dios de la felicidad, gordo de cabeza rapada y triple
penacho. El dios de la felicidad quedó prendado de ella y desde entonces se dedicó a
cortejarla. La doncella logró esquivarlo en un principio, pero el dios encontró la forma de
revelarle sus sentimientos; al ser rechazado, su alegría habitual se convirtió en cólera y
amenazó a la joven con desatar su furia sobre Tajín. La advertencia hizo temblar de miedo
a Tzacopontziza, pero ella seguía enamorada de Xcatan-oxga. El astuto dios decidió
entonces ganarse la confianza del padre de la joven para que le diera el apoyo para casarse
con ella. Invitó al padre a su palacio, le reveló secretos divinos y se ganó una cita con la
joven. Los jóvenes enamorados intentaron escapar, pero solo habían dado algunos pasos
cuando fueron detenidos y llevados con los sacerdotes de Tonacayohua, quienes declararon
sacrilegio y sin pedir explicaciones los tomaron a los dos y les cortaron las cabezas, les
extrajeron los corazones y luego los lanzaron al fondo de un barranco.

ACTUALIDAD:
LA LLAMADA DE LA MUERTE

La llamada de la muerte es una leyenda urbana popular que todos hemos escuchado alguna
vez y que ha sido un tema recurrente en el cine y la literatura. Aunque hay distintas
variantes de la historia, la línea general es la misma en todas ellas: una persona recibe una
llamada telefónica que acaba con su vida, bien de manera fulminante o bien transcurrido un
intervalo de tiempo determinado. 

Aunque pueda parecer increíble, esta leyenda urbana tiene una base real y fue un fenómeno
relativamente habitual, especialmente durante la década de los 80 en Estados Unidos. En
realidad, no se trata de una llamada mortífera, sino que es el teléfono el que mata a la
persona que lo coge por un paro cardíaco. Esto sucedía cuando caía un rayo en una zona
cercana, que producía una potente descarga eléctrica que se transmitía a través del auricular
descolgado hasta el cuerpo de la víctima, provocando un infarto.

De acuerdo con las autoridades que investigaron este tipo de casos en Estados Unidos, en
1985 este fenómeno causó la muerte al menos a cien personas.

OTRAS:
EL CALLEJON DEL BESO
La leyenda del callejón del beso surge de la época en la que el Bajío mexicano todavía era
ocupado por los españoles, en uno de los muchos callejones de Guanajuato vivía una
familia acaudalada proveniente del viejo continente.
La hija del matrimonio llamada Ana era una joven muy hermosa, a quien le gustaba
asomarse al balcón por las noches para poder observar la luna y las estrellas.
Muy cerca de ahí, en la casa vecina, estaba una pequeña habitación que ocupaba Carlos, un
joven humilde y sencillo que trabajaba en la mina La Valenciana, y quien estaba
enamorado de Ana, él también disfrutaba de la noche aunada a la belleza de la
joven española, ya que su aposento se ubicaba justo enfrente del balcón de su amada, esa
gran coincidencia les permitió conocerse y enamorarse.
Debido a lo estrecho del callejón, podían tocarse uno al otro con tan sólo estirar un poco sus
brazos.
Eso les dio la idea de poder darse un beso sin que el padre de la chica los descubriera, pues
Don Emiliano era un hombre de armas que jamás permitiría que su hija siquiera conversara
con alguien que no fuera de su misma clase social.
Lamentablemente el plan no funcionó, ya que su papá la descubrió, amenazando de muerte
al chico, pero Ana no creyó la amenaza de su padre.
Al día siguiente, Don Emiliano al percatarse de que su hija de nueva cuenta se estaba
besando con el minero, entró a la habitación empuñando una daga afilada, matando al
instante a su propia hija, Carlos asustado y sin poder hacer nada, salió corriendo de la casa
de enfrente para no volver jamás.
Cuenta la leyenda que si tú visitas el callejón del Beso tienes que darle un beso a tu pareja
subiendo hasta el tercer escalón de la parte más angosta del callejón para así tener 15 años
de prosperidad y amor.
Si no lo haces, corres el riesgo de padecer siete años de mala suerte.

LA LEYENDA DE LA FLOR DE CEMPASUCHIL.


Dice la leyenda que hace mucho tiempo existieron una niña llamada Xóchitl y un niño
llamado Huitzilin.

Ambos crecieron juntos y pasaron mucho tiempo unidos durante la infancia, incluso,
iniciaron una historia de amor durante la juventud. Un día, decidieron subir a lo alto de una
colina, allí donde el sol deslumbraba con fuerza, pues sabían que allí moraba el Dios del
Sol. Su intención era pedirle a Tonatiuh que les diera la bendición para poder seguir unidos.
El Dios sol acepto y bendijo su amor.

Pronto, la tragedia llegó a ellos cuando Huitzilin fue enviado a participar en una batalla
para defender a su pueblo y tuvo que separarse de Xóchitl.

Pasó un tiempo y Xóchitl se enteró de que su amado había fallecido en el conflicto. La


muchacha sintió tanto dolor que le pidió a Tonatiuh unirse con su amado en la eternidad. El
Dios del Sol, al ver a la joven tan apenada, decidió convertirla en una hermosa flor. Así que
lanzó un rayo dorado sobre ella, entonces, creció en la tierra un botón que permaneció
cerrado durante mucho tiempo.

Un día, apareció un colibrí atraído por el aroma de la flor y se posó sobre sus hojas. Fue
entonces que la flor se abrió y mostró su color amarillo, como el mismo sol. La flor había
reconocido a su amado Huitzilin, el cual ahora tenía forma de colibrí.

Cuenta la leyenda que mientras exista la flor de cempasúchil y haya colibríes, el amor de
Xóchitl y Huitzilin vivirá por siempre.
LA LEYENDA DEL AUTOBUS FANTASMA
Cuenta la leyenda que, en una vieja y peligrosa carretera que unía Toluca con Ixtapan de la
Sal, un autobús circulaba de madrugada de Ixtapan de la Sal hacia Toluca.

Todo iba bien hasta que comenzó a llover, momento en que el autobús tenía que tomar
curvas muy peligrosas y pasar por un puente en el que solo cabe un vehículo.

De repente, los viajeros se asustaron al ver que el autobús había tomado más velocidad. El
conductor se percató de que los frenos estaban fallando. Pronto, en una de las curvas, el
autobús se precipitó al vacío dejando víctimas y sin sobrevivientes. El autobús número 40
se incendió y jamás llegó a su destino.

Dice la leyenda que, desde entonces, si transitas por esa carretera durante la madrugada e
intentas subirte a un autobús, posiblemente sea el número 40. Si subes al autobús, no
deberás hablar en ningún momento. Antes de bajar, jamás deberás mirar hacia atrás en el
autobús. Si lo haces no sobrevivirás.
LA LEYENDA DE LA CASA DE LAS BRUJAS.

Cuenta la leyenda que el dueño de esta casa ubicada en Guanajuato vivía allí con su
pequeña hija Susan cuando lo mandaron a la cárcel por cometer un delito.

Así, la niña quedó con sus tías, las cuales no la trataron nada bien. Las mujeres la
encerraron en un sótano y no le proporcionaban alimentos. Días después, los vecinos
aseguraban escuchar lamentos cuando fue hallado el cuerpo sin vida de la joven.

Se dice que en las noches de luna llena la casa se vuelve terrorífica, quienes transitan por
ahí aseguran ver a una joven asomándose por una de las ventanas.

LA NOVIA DEL MAR.


Dice la leyenda que hace muchos años vivía en la ciudad de Campeche una hermosa mujer
que solía pasear por la costa para ver las enormes embarcaciones que llegaban al puerto.

Una tarde, durante sus paseos, la joven quedó asombrada de un marinero y se enamoró
perdidamente de él. Pronto, los encuentros eran frecuentes y se volvieron inseparables.
Dicen que el mar sintió celos al ver que la joven ya no visitaba cada día la costa, ni tocaba
el agua con sus dedos. Entonces, un día que el marinero zarpó, el mar transformó sus celos
en ira y decidió separarlos para siempre. Su furia creó una enorme tormenta que hundió el
barco donde viajaba el marinero. El joven nunca más regresó. Desde aquel momento la
mujer espera cada tarde en la playa. Siempre se verá en el malecón de Campeche, mirando
hacia el mar.
EL ARBOL DEL AMOR.

Cuenta la leyenda que en torno a 1860 vivía una joven llamada Oralia en una casa señorial.
Era una joven que contagiaba a todos su alegría de vivir. Juan era un humilde joven que se
había enamorado en silencio de Oralia y soñaba con mejorar su situación laboral, pues
sentía que su condición lo alejaba de la muchacha.

Por las tardes, cuando Juan salía de la mina se convertía en aguador, e iba a toda prisa para
entregarle el agua a Oralia. Con ella, la joven regaba las plantas de su jardín, especialmente
un árbol al que cuidaba con esmero.

Pronto, la muchacha también empezó a enamorarse de Juan. En cambio, había otro joven
interesado en Oralia, Philippe Rondé.

Con el paso del tiempo Oralia se sentía confundida, ya que no podía decidirse por ninguno
de los dos. Entonces, debía tomar una decisión.

La muchacha se sintió tan triste que rompió a llorar y se dirigió a su jardín. Allí un árbol
que había sembrado hace años y que Juan había regado ya estaba muy grande. Oralia se
sentó bajo su sombra y siguió llorando. Sus lágrimas regaban la tierra.

Pronto, las ramas del árbol se posaron en el regazo de la joven y empezaron a caer gotas de
agua. Eran las lágrimas del árbol, que pronto se convirtieron en flores blancas. Entonces
Oralia se decidió: debía quedarse con Juan.

Al día siguiente, Philippe Rondé le dijo a Oralia que debía volver a su país. La muchacha se
sintió aliviada. Esa misma tarde, la muchacha fue a buscar a Juan a quién abrazó y besó.

Desde entonces, todos los enamorados zacatecanos querían sellar su afecto bajo aquel árbol
que, con el paso del tiempo, fue talado.

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