ELIZABETH BISHOP declarar estas palabras a su destinatario, a tener que

Un arte afrontar la pérdida.

El arte de perder se domina fácilmente;
tantas cosas parecen decididas a extraviarse
que su pérdida no es ningún desastre.
Pierde algo cada día. Acepta la angustia
de las llaves perdidas, de las horas derrochadas en vano.
El arte de perder se domina fácilmente.
Después entrénate en perder más lejos, en perder más rápido:
lugares y nombres, los sitios a los que pensabas viajar.
Ninguna de esas pérdidas ocasionará el desastre.
Perdí el reloj de mi madre. Y mira, se me fue
la última o la penúltima de mis tres casas amadas.
El arte de perder se domina fácilmente.
Perdí dos ciudades, dos hermosas ciudades. Y aún más:
algunos reinos que tenía, dos ríos, un continente.
Los extraño, pero no fue un desastre.
Incluso al perderte (la voz bromista, el gesto
que amo) no habré mentido. Es indudable
que el arte de perder se domina fácilmente,
así parezca (¡escríbelo!) un desastre.
“escríbelo” haz que perdure
2. Objeto u objetivo: El objeto, aquello a lo cual
tiende o busca el sujeto lo que el sujeto quiere
conseguir, lo que lo mueve a actuar.
3. Destinador: hace posible que el objeto sea
accesible al sujeto. Es el personaje o la fuerza
externa o interna que mueve al sujeto a querer
conseguir el objeto u objetivo. Si no existe un
personaje específico, es el deseo de …
4. Destinatario: El destinatario, que será quien
reciba el objeto, quien se beneficia si el sujeto
consigue el objeto u objetivo (puede ser el mismo
sujeto u otro personaje o ambos).
5. Ayudantes: presentará su apoyo al sujeto para
que alcance su objeto Son los que ayudan,
precisamente, al sujeto a conseguir el objeto.
6. Oponentes: El oponente, que pondrá obstáculos a
la labor del sujeto, los que se oponen a que el sujeto
consiga el objeto.

Sujeto: Un sujeto que posee un proyecto o desea

algo.
El sujeto en este poema le está hablando a una
persona amada, no quiere perderla y, sin embargo,
ya sabe el proceso interior ineludible que se acerca.
Su objetivo es superar las pérdidas de lo que ama,
anhela o simplemente desea, desde lo más
mundano, como unas llaves, hasta lo más preciado
como el amor de su interlocutor.
La contraposición de su deseo y su destino se refleja
en la primera frase: “el arte de perder se domina
fácilmente” entendiendo el perder como algo
involuntario, no es abandonar, no es dejar. Ni
siquiera se refiere al hecho de superar una pérdida,
sino al propio acto de perder algo. Al ser algo
involuntario e inevitable, es fácil de “dominar”
aunque no se desee. Sería entonces el acto de perder
el destinador, pues es lo que mueve al personaje a