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Centro de catequesis “San Pio X”

Arquidiócesis de Managua
Primer semestre 2023

Curso de Psicología I
Prof. Marbel Antonio Rugama Castro E-mail: Marbelantoniorcas18@gmail.com Cel: 87919011

PROGRAMA

I Unidad: Introducción a la Psicología


 Lo que no es Psicología
 Aproximación al uso científico del término Psicología
 Métodos de investigación es Psicología

II Unidad: La actividad de la conciencia y la actividad inconsciente


 El concepto de conciencia
 Las limitaciones de la conciencia
 Los grados de la conciencia
 La unidad de la conciencia

III Unidad: Sensación y percepción


 La naturaleza de la sensación
 Visión y audición
 Los otros sentidos
 La naturaleza de la percepción
 Características del observador
 Percepción y movimiento

IV Unidad: Aprendizaje
 El aprendizaje y sus dificultades
 Condicionamiento clásico
 Condicionamiento operante
 Aprendizaje cognoscitivo

V Unidad: Memoria
 Los registros sensoriales
 Memoria de corto plazo
 Memoria de largo plazo
 Temas especiales sobre la memoria

VI Unidad: El comportamiento humano


 Balance operativo del comportamiento humano
 Diferencia entre procesos psíquicos del animal y del hombre
 Funciones psíquicas propias del hombre
 Comparación del comportamiento humano con el del animal

Bibliografía: (Enviar)
 Fr. A. GEMELLI, G. ZUNINI, Introducción a la psicología, Editorial Luis Miracle, España, 1968.
 J. L. PIETRO, Introducción a la psicología, Fundamentos de la psicología.
 CH. G. MORRIS, A. A. MAISTO, Psicología, PEARSON, México, 2009.
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I Unidad: Introducción a la Psicología

Responder la pregunta “¿Qué es la psicología?”, no es tan simple como podría pensarse. La mayoría de los
psicólogos contemporáneos estarían de acuerdo en que la psicología es la ciencia de la conducta y los
procesos mentales. Pero esta definición general no refleja la amplitud, profundidad o lo apasionante del campo.

Los psicólogos pretenden explicar cómo percibimos, aprendemos, recordamos, resolvemos problemas, nos
comunicamos, sentimos y nos relacionamos con otras personas, desde el nacimiento hasta la muerte, en
relaciones íntimas y en grupos. Intentan entender, medir y explicar la naturaleza de la inteligencia, la
motivación y la personalidad, así como las diferencias individuales y de grupo. Los psicólogos pueden
concentrarse en las perturbaciones mentales y emocionales, los problemas personales y sociales, la psicoterapia,
o en mejorar la moral y las relaciones del grupo.

 Lo que no es Psicología

La primera dificultad con la que la persona interesada en llevar a cabo estudios de Psicología se encuentra es la
que surge de comparar lo que ella normalmente entiende por Psicología con lo que los textos especializados le
dicen que es en realidad. Resulta imprescindible, pues, que desde el primer momento el estudioso de la
Psicología renuncie a algunas de las ideas equivocadas que en torno al uso del término él pueda tener; ideas que,
probablemente, coincidirán con algunas de las siguientes:

1. La Psicología se ocupa exclusivamente de la aplicación de los tests psicológicos. Esta es una idea
frecuentemente extendida, pero totalmente equivocada. El uso de los tests como instrumentos de
diagnóstico y evaluación psicológica han tenido y tienen un papel importante dentro de los estudios de la
Psicología de las diferencias individuales (Psicología Diferencial), más no se trata, ciertamente, de un
papel central o fundamental dentro de la Psicología. El uso de términos como «cociente intelectual» —
no «coeficiente mental», ni tampoco «coeficiente intelectual»— puede decirse que es habitual para
quienes equivocadamente entienden que toda la Psicología se reduce a averiguar el cociente intelectual
de las personas.
2. Psicología es lo mismo que Psicoanálisis. Otra idea errónea en torno a lo que es la Psicología la tienen
aquéllos que la identifican con el Psicoanálisis. Es de dominio común el uso de términos como
«inconsciente», «traumas», «complejos», «catarsis», etc., propios del vocabulario psicoanalítico, pero
que dentro de la Psicología científica moderna representan a conceptos diferentes de los que les dieron
los creadores del Psicoanálisis. Al estudioso de la Psicología le llamará la atención la dificultad que
tiene la Psicología científica-académica para situar al Psicoanálisis dentro de sus estudios generales, por
eso conviene advertírselo desde el principio.
3. Psicología es sinónimo de Psicopatología. Hemos de reconocer que son no pocas las personas que
entienden que la Psicología se ocupa exclusivamente del estudio y tratamiento de los trastornos y
enfermedades mentales y comportamentales. A su manera, las personas emplean en el lenguaje habitual
términos como «psicosis», «neurosis», «fobias», «depresiones», «stress», etc. En cierto modo, se podría
incluir también en este grupo a quienes consideran que la Psicología se ocupa del estudio y tratamiento
de los problemas escolares, control del aula, integración de los deficientes, mejora del proceso
enseñanza-aprendizaje, etc. (Psicología de la Educación), e incluso también a quienes piensan que se
ocupa de las relaciones laborales, selección de personal, organización empresarial, etc. (Psicología
Industrial). Esto, con ser Psicología —Psicología aplicada—, no es toda la Psicología ni el único modo
de entender la Psicología.
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4. Psicología equivale a Parapsicología. Un último grupo —afortunadamente, cada vez más reducido—
comprendería a las personas que entienden la Psicología como aquella disciplina emparentada con la
magia, el ocultismo y los fenómenos paranormales. Aún hay quien cree que el psicólogo es ese
individuo que con la sola mirada descubre la personalidad de los demás, que tiene facultades propias del
chamán y tonterías por el estilo. Las personas que piensan así, entre otras cosas, asumen la intuición
como método idóneo para la Psicología y veremos que eso no es exacto ni mucho menos. Debemos
distinguir en este grupo —y también diferenciarlos de los anteriores— a quienes aceptan esos
conocimientos del saber popular y la tradición como propiamente psicológicos. No siendo científicos, es
preciso reconocer que están basados en la experiencia, han empleado la observación como método y, en
cierto modo, se les ha dado alguna peculiar clase de sistematización. Se podría agrupar en torno a ellos
incluso a los que proceden de un mayor esfuerzo intelectual, como son los conocimientos procedentes de
disciplinas como la literatura, la historia, la religión, etc.
5. Al conocimiento psicológico se accede meramente a través del sentido común. Con frecuencia, la gente
se siente inclinada a opinar sobre temas psicológicos basando sus afirmaciones en dones o habilidades
innatas para «captar primeras y segundas intenciones» o, sencillamente, para «comprenderlo todo». Sin
embargo, al conocimiento psicológico se llega estrictamente a través de una metodología científica, la
cual no siempre es compatible con los argumentos que nos proporciona el sentido común.

 Aproximación al uso científico del término Psicología

La segunda gran dificultad con la que se encontrará el estudioso de la Psicología es la de integrar en un solo
término —Psicología— la gran diversidad de acepciones científicas del mismo. Asumirá que exista un gran
número de psicologías desde una perspectiva aplicada: psicología educativa, escolar...; del trabajo, de las
organizaciones...; clínica, patológica,...; jurídica; del deporte... Puede llegar a aceptar que exista una psicología
animal y una psicología humana; una psicología del niño, del adolescente, del ser adulto y de la madurez. Con
un poco más de trabajo, hará frente también a la existencia de una psicología de la atención, de la percepción,
de la memoria, de la inteligencia, de la motivación, de la emoción, de la personalidad,... Sin embargo, lo que le
supondrá un verdadero esfuerzo no sólo instruccional o de aprendizaje, sino también ideológico, es que existan
psicologías mentalistas, conductistas, cognitivistas, conexionistas, dinámicas, existencialistas, humanistas,
hórmicas o teleológicas, topológicas, etc., etc.

Ciertamente, el estudioso de la Psicología debe darse por bien avisado de que va a introducirse en el complejo,
aunque fascinante, mundo de la Psicología científica.

1. Psicología básica y psicología aplicada

Esta primera clasificación, que pretende crear dos grandes áreas de trabajo agrupando a los que de un modo u
otro cultivan la Psicología en psicólogos básicos (investigadores) y psicólogos aplicados (los que propiamente
se conocen como profesionales), es, desde luego, un tanto artificiosa, ya que, en la realidad, no se dan esas
fronteras que mantengan a un lado a los investigadores puros y dejen en el otro a los que meramente se limitan a
aplicar lo que aquellos sostienen haber descubierto. Lo que sí debe quedar muy claro es que la Psicología
aplicada, para que pueda ser considerada científica, ha de estar basada en conocimientos que la Psicología
básica ha probado que son científicos. Para la comprensión de esta diferencia emplearemos la conceptualización
del profesor Fernández Trespalacios, uno de los más grandes conocedores de la Psicología básica en lengua
española.

Entendemos, pues, la Psicología básica, como la ciencia que teniendo por objeto de estudio al hombre normal y
maduro se ocupa de averiguar la naturaleza y el funcionamiento de lo que se denomina «procesos psicológicos
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básicos», cuales son, entre otros: el condicionamiento clásico, el condicionamiento operante, la imitación, la
cognición, la generalización semántica, etc., etc., y lo hace mediante el uso de alguno de los métodos aceptados
por la comunidad investigadora como científicos. Al respecto, una precisión: es el método empleado el que da a
esta disciplina su carácter de cientificidad. Por ello, aunque suele identificarse a la Psicología básica con la
Psicología experimental —y de un modo amplio es correcta esa identificación—, afinando un poquito más,
diremos que la Psicología experimental es aquella Psicología básica que emplea el método propiamente
experimental. Lo cual da a entender que hay alguna Psicología básica que no emplea dicho método, pero que no
obstante la comunidad de investigadores puede considerar igualmente científica.

Hemos de advertir ya aquí que existen posiciones epistemológicas —la Epistemología es esa disciplina de la
Filosofía de la Ciencia que se ocupa de establecer los criterios que nos van a servir luego para establecer y
diferenciar lo científico de aquello que no lo es— que dan al método experimental un carácter instrumental y
que existen otros métodos diferentes que pueden ser considerados igualmente científicos. Cuando la Psicología
básica usa un método experimental y se ocupa de los procesos psicológicos básicos arriba señalados podemos
denominarla como Psicología general. Así, la Psicología general no incluye a la Psicobiología (los aspectos
biológicos implicados en la conducta), ni tampoco a la Psicología matemática ni a la Psicología diferencial ni,
desde luego, a ninguna de las psicologías aplicadas ni a las patologías psíquicas, sino tan solo las funciones y
los procesos del individuo normal y maduro. De todos modos, dado el predominio del método experimental
dentro de la Psicología básica, en este nivel «introductorio» de los estudios de Psicología, el estudioso puede
utilizar de modo equivalente los términos de Psicología básica, Psicología experimental y Psicología general.

Se entenderá que forman parte de la Psicología aplicada, aquellos estudios de Psicología que se ocupan de la
funcionalidad de los procesos psicológicos básicos en los distintos ambientes en los que los individuos actúan,
tanto en su dimensión normal —individual y colectiva— como patológica. Suele utilizarse todavía la
clasificación de la Psicología aplicada que permite agrupar los estudios en tres grandes grupos: Psicología
clínica, Psicología industrial y Psicología educativa. Sin embargo, una clasificación más cercana a la realidad
tendrá que ir pensando en incluir las nuevas áreas de la psicología aplicada que se están constituyendo, como la
Psicología del deporte, la Psicología jurídica, etc.

2. Las otras psicologías

Además de la Psicología básica y de la Psicología aplicada, existen otras disciplinas dentro de los estudios
académicos de la Psicología que conviene señalar —aunque no se desarrollarán aquí—, para conocer la relación
que guardan con los estudios tanto de Psicología básica como aplicada.

Se ha dicho en el punto anterior que la Psicología básica se ocupa del individuo normal y maduro, centrándose
en los procesos psicológicos básicos, algunos de carácter mental y otros de carácter conductual o
comportamental. De todos modos, el estudioso de la Psicología comprenderá que por tratarse del sujeto humano
como objeto de estudio no se pueden ignorar ni su realidad biológica ni su realidad evolutiva ni su realidad
social ni su realidad cultural, racial, etc., y que estas influyen en su realidad individual de hombre maduro que
piensa y se comporta. Parece lógico, pues, pensar que no se pueden dejar de lado esos estudios, así como que
persiguiendo unos objetivos científicos hayamos de tener en cuenta todo lo que la aplicación de esa metodología
científica supone.

Naturalmente, el desarrollo de los estudios en el ámbito académico requiere que se haga una estructuración, más
o menos sistemática, de esos diferentes puntos de vista de lo que, de hecho, es una sola realidad. En nuestra
opinión, aunque académicamente útil, resulta arriesgada una clasificación de esos conocimientos en
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conocimientos instrumentales, complementarios, etc., ya que, en cierto modo, supone una afirmación ideológica
previa, cual es la de desligar lo mental o lo conductual de lo biológico, algo, cuando menos, discutible.

Cierto que no se puede mostrar en un programa «introductorio» la tremenda diversidad de psicologías que
existen sin alguna clase de sistematización, pero tampoco se puede soslayar —incluso en este nivel de estudios
— que se han ofrecido muchas y muy diversas sistematizaciones, algunas de ellas sumamente complejas; no
digamos ya cuando a las distintas especialidades añadimos la relación con otras disciplinas como la Filosofía, la
Lingüística, la Neurología, la Cibernética, la Lógica, la Semiótica, la Sociología, etc., etc.

Desde nuestro punto de vista, resulta suficiente con que el principiante tenga presente que el estudio de la
Psicología, además de conocimientos de Psicología básica y aplicada, requiere otros de:

 Las materias que constituyen la Psicobiología, las cuales aportan los conocimientos de biología y
fisiología relevantes para la comprensión de la dimensión psicológica del individuo humano.
 Las materias que constituyen la Psicología evolutiva, que proporcionan conocimientos sobre el efecto
del desarrollo en la constitución de los procesos tanto mentales como conductuales del sujeto humano.
 Las materias que constituyen la Psicología diferencial, las cuales proporcionan conocimientos acerca de
las diferencias individuales, grupales, culturales, raciales, etc., en los procesos psicológicos.
 Las materias que constituyen la Psicología social, que proporcionan conocimientos acerca de las leyes
que gobiernan los grupos sociales en diferentes contextos situacionales.

Más relacionado con el ámbito de la metodología, un último grupo de materias podría ser el de:

 Las materias relacionadas con la Psicología matemática, las cuales aportan técnicas y procedimientos
para que podamos tener garantías de que la construcción del conocimiento de la Psicología sea
científica, teniendo, por supuesto, como referente lo que en cada momento la epistemología quiera decir
al respecto.

El estudioso tendrá siempre presente que esta es una estructuración académica, la cual, obviamente requiere una
fragmentación de origen, pero, al final, la meta siempre es la integración de todos estos conocimientos, puesto
que el individuo humano, aun siendo de naturaleza múltiple y de manifestación diversa, pretende ser
comprendido por la Psicología de una manera, aunque compleja, global e integrada.

 Métodos de investigación es Psicología

Todas las ciencias (la psicología, la sociología, la economía, la ciencia política, la biología y la física) requieren
evidencia empírica basada en la observación cuidadosa y la experimentación. Para recolectar datos de manera
sistemática y objetiva, los psicólogos utilizan una variedad de métodos de investigación, como la observación
natural, los estudios de caso, las encuestas, la investigación correlacional y la investigación experimental. Cada
una de esas estrategias de investigación posee ventajas y desventajas en comparación con las otras.

1. Observación natural

Los psicólogos se valen de la observación natural para estudiar la conducta humana o animal en su contexto
natural. Un psicólogo con esta orientación hacia la vida real puede observar la conducta en una escuela o una
fábrica; otro quizá se una de hecho a una familia para estudiar la conducta de sus miembros; otro observará a los
monos en su hábitat natural en lugar de hacerlo en jaulas. La ventaja principal de la observación natural es que
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es probable que la conducta observada en la vida cotidiana sea más natural, espontánea y variada que la que se
observa en un laboratorio.

Por ejemplo, la observación natural se empleó en un estudio reciente (Hammen, Gitlin y Altshuler, 2000)
diseñado para entender por qué algunos pacientes con un trastorno bipolar tienen mayor probabilidad que otros
de ajustarse con éxito al lugar de trabajo. Después de estudiar cuidadosamente a 52 personas durante un periodo
de dos años en sus escenarios naturales, los autores encontraron que las personas que mostraban el ajuste más
exitoso al trabajo eran las que también recibían fuerte apoyo en sus relaciones personales con otra gente.
Sorprendentemente, los eventos estresantes de la vida no parecieron desempeñar un papel importante en qué tan
bien se ajustaba esa gente al trabajo. Puesto que la simulación en un laboratorio de un genuino ambiente laboral
habría sido extremadamente difícil, la observación natural representó una alternativa práctica para la
exploración de este tema.

La observación natural no está exenta de inconvenientes. Los psicólogos que emplean la observación natural
tienen que tomar la conducta como se presenta. No pueden gritar de repente “¡Alto!” cuando desean estudiar
con más detalle lo que está sucediendo. Tampoco pueden decirle a la gente que deje de hacer lo que está
haciendo porque no les interesa investigarlo. Más aún, la simple descripción de las impresiones de “un día en la
vida” de un grupo particular o de cómo se comportan diferentes personas en el mismo escenario no es ciencia.
Los observadores deben medir la conducta de manera sistemática, por ejemplo, elaborando una forma que les
permita revisar qué está haciendo la gente a intervalos cronometrados.

La principal desventaja de la observación natural es el sesgo del observador. Los testimonios oculares de un
delito a menudo son fuentes de información muy poco confiables. Incluso los psicólogos que son observadores
entrenados pueden distorsionar sutilmente lo que ven para conformarlo a lo que esperan ver. Por esta razón, los
investigadores contemporáneos con frecuencia usan cintas de video que pueden analizar y calificar otros
investigadores que desconocen lo que pretende averiguar el estudio. Otro problema potencial es que los
psicólogos pueden no observar o registrar la conducta que parece irrelevante. En consecuencia, muchos estudios
observacionales emplean un equipo de observadores entrenados que reúnen sus notas. Esta estrategia a menudo
genera una imagen más completa de la que podría obtener un observador por sí solo.

A diferencia de los experimentos de laboratorio que son susceptibles de repetirse varias veces, cada situación
natural ocurre una sola vez. Por esa razón, los psicólogos prefieren no hacer afirmaciones generales basadas
únicamente en información de estudios con observación natural. En lugar de ello, prueban la información
obtenida de la observación natural en condiciones controladas en el laboratorio, antes de aplicarla a situaciones
distintas a la original.

A pesar de esas desventajas, la observación natural es una herramienta valiosa. Después de todo, la psicología
trata de la conducta en la vida real. La observación natural a menudo proporciona nuevas ideas y sugiere nuevas
teorías, las cuales pueden luego estudiarse en el laboratorio de manera más sistemática y detallada. Este método
también ayuda a los investigadores a recordar que el mundo es más grande que el que existe en el laboratorio.

2. Estudios de caso

Un segundo método de investigación es el estudio de caso: una descripción detallada de uno (o unos cuantos)
individuos. Aunque en algunas maneras es similar a la observación natural, el investigador emplea una variedad
de métodos para recoger información que arroje un retrato detallado y a profundidad del individuo. Un estudio
de caso por lo regular incluye observación de la vida real, entrevistas, calificaciones en varias pruebas
psicológicas y cualquier otra medida que el investigador considere reveladora. Por ejemplo, el psicólogo suizo
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Jean Piaget desarrolló una teoría de gran alcance sobre el desarrollo cognoscitivo estudiando con cuidado a cada
uno de sus tres hijos conforme crecían y cambiaban durante la niñez. Otros investigadores han probado su teoría
con experimentos que incluyen una mayor cantidad de niños en varias culturas.

Al igual que la observación natural, los estudios de caso pueden proporcionar información valiosa, pero también
tienen desventajas importantes. El sesgo del observador es un problema aquí tanto como en la observación
natural. Más aún, ya que cada persona es única, no podemos extraer con confianza conclusiones generales a
partir de un solo caso. No obstante, los estudios de caso figuran de manera destacada en la investigación
psicológica. Por ejemplo, el famoso caso de Phineas Gage, quien sufrió un daño cerebral severo e inusual, llevó
a los investigadores a identificar la importancia de la parte frontal del cerebro para el control de las emociones y
la capacidad para planear y realizar tareas complejas. El estudio de caso de otro paciente con daño cerebral
(Milner, 1959), llamado “H. M.”, quien podía recordar acontecimientos que precedían a su lesión, pero nada de
lo que había sucedido después, llevó a los psicólogos a sugerir que tenemos varios tipos distintos de memoria.

3. Encuestas

En algunos aspectos, las encuestas encaran las desventajas de la observación natural y los estudios de caso. En
la investigación por encuestas se plantea una serie de preguntas predeterminadas en entrevistas personales o en
cuestionarios a un grupo de personas seleccionadas cuidadosamente. Las encuestas, incluso aquellas con una
tasa baja de respuesta, pueden generar una gran cantidad de información interesante y útil a un costo
relativamente bajo, pero para ser precisas, las preguntas de la encuesta han de ser claras y sin ambigüedad, la
gente encuestada debe seleccionarse con mucho cuidado y estar motivada para responder a la encuesta de
manera reflexiva y cuidadosa (Krosnick, 1999).

Por ejemplo, preguntar a los padres “¿Alguna vez ha usado el castigo físico para disciplinar a sus hijos?”, puede
inducir la respuesta socialmente correcta, “No”. Preguntar “¿Cuándo fue la última vez que le dio una zurra a su
hijo?”, o “¿En qué situaciones cree que es necesario golpear a su hijo?”, tiene mayor probabilidad de generar
respuestas honestas porque las preguntas son específicas e implican que la mayoría de los padres utilizan el
castigo físico; el investigador simplemente pregunta cuándo y por qué. Al mismo tiempo, los investigadores por
encuestas deben tener cuidado de no hacer preguntas directivas, como “La mayoría de los estadounidenses
aprueba el castigo físico; ¿lo aprueba usted?”, También es importante garantizar el anonimato de los
participantes en una encuesta.

Las observaciones naturales, los estudios de caso y las encuestas proporcionan un rico conjunto de datos crudos
que describen conductas, creencias, opiniones y actitudes. Pero estos métodos de investigación no son ideales
para hacer predicciones, explicar o determinar las causas de la conducta. Para tales propósitos, los psicólogos
emplean métodos más poderosos de investigación, como se verá en las siguientes dos secciones.

4. Investigación correlacional

A un psicólogo contratado por la Fuerza Aérea se le pide que prediga qué aspirantes a ingresar a un programa
de entrenamiento se convertirán en buenos pilotos. Una aproximación excelente a este problema sería la
investigación correlacional. El psicólogo puede seleccionar varios cientos de reclutas, aplicarles una variedad de
pruebas de aptitud y de personalidad y luego comparar los resultados con su desempeño en la escuela de
entrenamiento. Este enfoque le diría si algunas características o conjunto de características tienen una estrecha
relación o correlación con el eventual éxito como piloto.
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Suponga que encuentra que los reclutas más exitosos califican más alto que los reclutas no exitosos en las
pruebas de aptitud mecánica y que también son gente cautelosa a la que no le gusta correr riesgos innecesarios.
El psicólogo ha descubierto que existe una correlación, o relación, entre esos rasgos y el éxito como piloto
entrenado: las puntuaciones altas en las pruebas de aptitud mecánica y la cautela predicen el éxito como piloto
entrenado. Si esas correlaciones se confirman en nuevos grupos de reclutas, entonces el psicólogo podría
recomendar con cierta confianza que la Fuerza Aérea considere el uso de esas pruebas para seleccionar a sus
futuros reclutas.

Los datos correlacionales son útiles para muchos propósitos, pero no permiten al investigador identificar causa
y efecto. Esta importante distinción a menudo se pasa por alto. Correlación significa que dos fenómenos
parecen estar relacionados: cuando uno aumenta el otro aumenta (o disminuye). Por ejemplo, los jóvenes con
puntuaciones elevadas de CI por lo regular obtienen mayores calificaciones en la escuela que los estudiantes
con puntuaciones promedio o inferiores al promedio. Esta correlación permite a los investigadores predecir que
los niños con puntuaciones elevadas de CI tendrán un buen desempeño en los exámenes y otros trabajos
escolares. Pero la correlación no identifica la dirección de la influencia. Un CI elevado puede causar o permitir
que un niño sea un buen estudiante. Pero lo contrario también podría ser cierto: trabajar duro en la escuela
puede ocasionar que los niños califiquen alto en las pruebas de CI. O tal vez intervenga un tercer factor no
identificado. Por ejemplo, crecer en una familia de clase media que da gran valor a la educación puede causar
tanto las puntuaciones elevadas de CI como las altas calificaciones escolares.

5. Investigación experimental

El método experimental es una herramienta poderosa, pero también tiene limitaciones. En primer lugar, muchas
variables psicológicas interesantes, como el amor, el odio o el sufrimiento, no se prestan con facilidad a la
manipulación experimental. E incluso si fuera posible inducir esas emociones tan intensas como parte de un
experimento psicológico, esto suscitaría graves problemas éticos. En algunos casos, los psicólogos pueden usar
animales en lugar de seres humanos para los experimentos. Pero algunos temas, como el surgimiento del
lenguaje en los niños o la expresión de las emociones, no pueden estudiarse en otras especies. En segundo lugar,
como los experimentos se realizan en escenarios artificiales, los participantes (sean humanos o animales)
pueden comportarse de manera diferente a como lo hacen en la vida real.

CUESTIONARIO I

1. ¿Qué entiende por psicología?


2. ¿Qué no es psicología?
3. ¿Por qué son importantes los métodos de investigación en psicología? Mencione algunos y en qué
consisten.

II Unidad: La actividad de la conciencia y la actividad inconsciente

 El concepto de conciencia

*La Psicología posee en su saber muchas doctrinas y muchas nociones que provienen de la filosofía y para
evitar la posibilidad de equívoco en cuanto concepto de “conciencia” preferimos hablar de actividad consciente
y de actividad inconsciente, indicando con ello que dejamos a un lado las consideraciones que podrían hacer
creer que examinamos el problema desde el punto de vista filosófico.
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En el pasado, algunos pensadores consideraron la conciencia como un coproducto sin consecuencias de la


actividad en el encéfalo y el sistema nervioso. En contraste, muchos de los psicólogos actuales consideran que
la conciencia es altamente adaptativa. Por ejemplo, Pinker (1997) sostiene que la sobrevivencia humana
depende de nuestra capacidad para llevarnos bien con el grupo. Por eso, resulta ventajoso que podamos
mirarnos desde el exterior, para tratar de imaginar cómo nos ven los demás, reproducir y evaluar las cintas
mentales de nuestra propia conducta y averiguar cómo podemos obtener lo mejor del grupo. Desde esta
perspectiva, la selección natural favoreció la autoconciencia, la cual se volvió vital para la naturaleza humana.

*La expresión “conciencia” es de uso común en psicología. Hay quien la considera como un hecho psíquico
entre los más generales; hay quien la concibe como una actividad que unas veces se acompaña de las demás
actividades psíquicas; para algunos, los hechos psíquicos no son más que modificaciones o estados de la
conciencia, unos modos de ser de ésta; para otros, la conciencia es un límite, una vez superado el hecho
psíquico se vuelve ciego y se ignora a sí mismo. Para algunos se caracteriza por la autoconciencia, o conciencia
de sí; para otros, por un saber no reflexivo, o sea, por el conocer la actualidad de un contenido de conciencia.
Por consiguiente, la conciencia aparece, según los casos, como una actividad o una función o un límite; se hace
propia y exclusiva del hombre o común a los animales; es concebida como una luz o un teatro, etc.
*Ahora bien, ¿qué entendemos por experiencia consciente? Durante siglos, los filósofos, teólogos, artistas y,
más recientemente, los científicos han tratado de comprender la escurridiza naturaleza de la conciencia. En las
palabras de William James: “Conocemos su significado en tanto nadie nos pida que la definamos” (1890, p.
225). Al igual que el pez proverbial que no sabe que está nadando en agua, damos la conciencia por sentado,
hasta que nos sacan de nuestro elemento natural. Entre los estados conscientes se encuentran:

1. La conciencia de vigilia
La mayoría de nosotros equiparamos la conciencia de vigilia con conocimiento: cualquier cosa de nuestro
ambiente que advirtamos y a lo que respondamos justo ahora. En todo momento, estamos expuestos a una
enorme variedad de estímulos del mundo exterior, a todo tipo de sensaciones internas (como calor y frío, tacto,
presión, dolor, equilibrio), así como a una selección de pensamientos, recuerdos, emociones y necesidades
(sueño, hambre, sed, entre otras). Seleccionamos sólo lo que parece más importante en el momento y luego
filtramos todo lo demás. De esta forma, incluso cuando estamos plenamente conscientes y alerta, sólo estamos
al tanto de una pequeña parte de lo que está disponible en la conciencia de vigilia.

Por ejemplo, si usted se encuentra en una habitación atestada y ruidosa, y está ocupado en una conversación,
ignorará las docenas de conversaciones que se mantienen a su alrededor. Sin embargo, cuando alguien cercano
menciona su nombre, su atención cambia con rapidez. Aunque usted esté concentrado en una conversación, su
encéfalo está atendiendo y procesando otra información en la conciencia de vigilia pero fuera de su
conocimiento inmediato.

2. Ensoñación y fantasía
Las ensoñaciones son cambios espontáneos en la atención, al parecer sin esfuerzo, del aquí y ahora a un mundo
de fantasía privado. El impulso de tener ensoñaciones parece presentarse en oleadas, surgiendo
aproximadamente cada 90 minutos y llegando a su punto máximo entre el mediodía y las 2 P.M. (Ford-Mitchell,
1997). De acuerdo con algunas estimaciones, la persona promedio pasa la mitad de sus horas de vigilia
fantaseando, aunque esto varía de una persona a otra y también de una situación a otra. Por lo regular, tenemos
ensoñaciones cuando preferiríamos estar en otro lugar o haciendo otra cosa; así que las ensoñaciones son un
escape momentáneo.

¿Las ensoñaciones son trayectorias aleatorias que recorre su mente? De ninguna manera. Algunos estudios
demuestran que la mayoría de las ensoñaciones son variaciones sobre un tema central: pensamientos e imágenes
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de metas y deseos insatisfechos, acompañados por emociones que surgen de una valoración de dónde estamos
ahora en comparación con dónde deseamos estar (Baars y McGovern, 1994). Algunas personas imaginan
escenarios placenteros, divertidos, amenos, libres de culpas y preocupaciones. En contraste, la gente que es
extremadamente orientada hacia el logro tiende a experimentar temas recurrentes de frustración, culpa, temor al
fracaso y hostilidad, reflejando la duda en sí misma y la envidia competitiva que acompañan a una gran
ambición. Aunque la mayoría de las ensoñaciones son bastante normales, se consideran inadaptadas cuando
suponen una excesiva fantasía que reemplaza la interacción humana, e interfiere con el éxito vocacional o
académico (Somer, 2002).

¿La ensoñación cumple alguna función útil? Algunos psicólogos consideran la ensoñación como un repliegue
del mundo real. Otros psicólogos enfatizan el valor positivo de la ensoñación y la fantasía. Las ensoñaciones
proporcionan un descanso refrescante de un día lleno de estrés y sirven para recordarnos las necesidades
personales descuidadas. Los teóricos freudianos tienden a ver las ensoñaciones como formas inofensivas de
trabajar los sentimientos hostiles o de satisfacer los deseos culpables. Los psicólogos cognoscitivos enfatizan
que las ensoñaciones pueden desarrollar habilidades interpersonales y de solución de problemas, así como
alentar la creatividad. La ensoñación y la fantasía, entonces, proporcionan un grato alivio de la realidad
desagradable y reducen tanto la tensión interna como la agresión externa.
 Las limitaciones de la conciencia

En el revoltillo de las observaciones acumuladas elegiremos aquellas que merecen ser sistematizadas en una
concepción orgánica. En el primer caso se concibe la conciencia como actividad, como función, y se nos
pregunta, por ejemplo, si podemos tener conciencia de uno o más hechos en el mismo instante. En el segundo
caso, la conciencia aparece como el complejo de las experiencias psíquicas, de los contenidos de conciencia
actualmente presentes y se nos pregunta, por ejemplo, cuál es la extensión de este campo (el número de los
objetos o contenidos de conciencia que comprende).

Como psíquico se designa aquello perteneciente o relativo a la mente y las funciones psicológicas. En este
sentido podemos considerar como psíquicos todos los procesos y fenómenos que tienen lugar en nuestra mente,
como, por ejemplo, las sensaciones, las percepciones, la memoria, el razonamiento. Como aparato psíquico se
denomina, en el campo del psicoanálisis, a la mente humana. El concepto lo desarrolló Sigmund Freud para
explicar el funcionamiento psíquico del ser humano. El aparato psíquico está compuesto por tres instancias
denominadas Ello, Yo y Superyó, siendo que el Ello se asocia a la parte primitiva de nuestra mente, nuestros
impulsos y necesidades; el Superyó se relaciona con nuestras ideas y conceptos morales y éticos; y el Yo
funciona como la instancia que interactúa con las dos anteriores y concilia sus exigencias para que puedan ser
llevadas a cabo de una manera realista.

Advertido todo esto, pasamos a recordar algunos datos. De todos es sabido el hecho de que, pese a la gran
variedad de excitaciones que en todo momento de nuestra vida, durante la vigilia, actúan sobre nuestros
receptores sensoriales, solo tenemos conocimiento de un número limitado de dichas experiencias actuales,
simultáneas e inmediatas. Para dar razón de este hecho se suele decir que nuestra atención ejerce una actividad
selectiva característica, en cuya virtud ésta se distribuye solamente entre un número de objetos muy limitado; y
en tanto menos clara cuanto mayor es el número de los objetos entre los cuales es distribuida; se recuerda,
además, como contraprueba, la característica extensión limitada del mundo de las representaciones, de los
recuerdos y de la fantasía.

Ahora bien, Mager, ha podido describir objetivamente y analizar los estados psíquicos y los contenidos de
conciencia durante estas experiencias, y ha logrado comprobar que, si en el campo de la conciencia puede
haber simultáneamente dos o más sensaciones, dos o más imágenes, dos o más contenidos de conciencia
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elementales de igual género, la actividad psíquica no puede, sin embargo, empeñarse en dos acciones
simultáneas diversas. En efecto, según Mager, la conciencia debe ser considerada desde dos puntos de vista: el
de su contenido y el de su actividad.

La limitación de la conciencia está, sobre todo, en función de la actividad psíquica, que le confiere sus
características; la que presenta actualmente en la conciencia más objetos de modo simultáneos es aquella
actividad subjetiva que se llama comúnmente “atención”. La atención se postula para indicar uno de los
aspectos de la actividad psíquica que puede concentrarse sobre un objeto o sobre un propósito, o bien
dispersarse. De tal modo es esto verdad, que se suele hablar impropiamente de atención sensorial, motora,
intelectiva, etc., mientras debe decirse que en el desarrollo de las varias actividades psíquicas podemos
concentrarnos, o no, sobre un propósito, sobre un objeto, sobre un contenido de conciencia, etc.

 Los grados de la conciencia

Se ha discutido mucho sobre si hay o no grados en la conciencia. La cuestión ha sido confundida muchas veces
con otra: la de claridad y evidencia de los contenidos de conciencia. El estudio de los grados de conciencia y la
determinación de las características de cada uno de ellos permitirá establecer cuál es la característica común a
todos los grados de conciencia, presente también en sus grados mínimos; de este modo, determinando qué
grados de conciencia existen y cuáles son sus caracteres diferenciales, llegaremos a determinar también el
carácter fundamental de la conciencia en general.

Westphal determinó los caracteres específicos de cuatro grados de la conciencia, determinados e identificados
por él en el decurso de sus experiencias:

1. El primer grado de la conciencia se observa en la simple actualidad de un contenido de conciencia. El


estímulo presentado al sujeto es percibido por éste, pero sin que haya relación alguna entre ambos; el
sujeto se comporta ante el estímulo de un modo perfectamente pasivo. Esta actualidad, este “hacer
presente” del contenido de conciencia es el grado mínimo de apercibimiento que se requiere para todo
grado ulterior. Antes de que un contenido de conciencia puede ser observado, especialmente en relación
con el propio yo, debe estar actual e inmediatamente presente.

2. El segundo grado de la conciencia es la consideración de un objeto o contenido de conciencia. Esto


puede ocurrir de dos maneras: en forma completa, o atenuada. En ambos casos, el sujeto no mira el
contenido cualitativo del objeto para hacerlo más claro y más distinto, sino que mira al objeto mismo sin
prestar atención a su contenido cualitativo. Puede haber, sin embargo, un doble modo de observar
por parte del sujeto. Es decir, puede faltar un punto de vista particular; el objeto es solamente
observado, sin que esta observación tenga un particular contenido de pensamiento. Sin embargo
(segundo modo de observación), el sujeto puede observar el objeto desde un punto de vista particular;
esto es, se efectúa una preparación para el proceso de la apercepción 1. Entonces, con uno miramos
tranquilamente algo, sin querer hallar en él u observar nada. Con el otro dirigimos nuestra atención a un
determinado punto en espera de una determinada sensación; en ambos casos tenemos ya una
espontaneidad de la conciencia; la actualidad del objeto adquiere un carácter específico suyo por la
actividad de nuestro yo, por un prepararse a una sensación, por un orientarse hacia una determinada
forma de actividad. La conciencia aparece por tanto como una actividad, aun cuando ésta es elemental.

1
Percepción consciente de la realidad o del objeto percibido.
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3. El tercer estadio es el grado del saber potencial. En él, el objeto presente en la conciencia se convierte
en consabido, aun cuando se trate de un saber no formulado; sobre todo no está aún expresado en
palabras, aun cuando se tenga la posibilidad de la denominación del objeto. Por otra parte, se dan
muchos ejemplos en la vida corriente; conocemos, por ejemplo, un objeto, y lo reconocemos sin saber
denominarlo; eso se verifica frecuentemente en los niños, que reconocen un objeto antes de que sepan
designarlo por su nombre; otro tanto ocurre en casos de lesiones cerebrales, en las cuales se efectúa
frecuentemente el reconocimiento de cosas ya antes conocidas, pero que no se saben denominar.

4. El cuarto estadio es el saber actual, o sea, la expresa comprobación del resultado consabido.
Tampoco en este caso es necesaria la palabra, pero el sujeto conoce con toda evidencia su objeto y la
expresión (palabra o símbolo) que le corresponde. De ello se deduce que este estadio de la conciencia se
acompaña de la certeza; en efecto, no corren siempre paralelos los grados de conciencia y los grados de
certeza. Se trata de algo que el sujeto hace verdaderamente “constar”, y que abre el camino a actos de
juicio o al aprehendimiento de relaciones; en suma, a actos de pensamiento.

Lo que se necesita para que algo sea consiente es que esté, en cierto modo, al menos presente en la conciencia
misma. Pues, la conciencia aparece como una función activa; entre los estímulos recogidos por varios
receptores sensoriales entresacamos aquellos datos que entran en la línea de intereses que el sentimiento
despierta y estimula.

 La unidad de la conciencia

Nuestra vida psíquica nos presenta, antes que nada, el carácter de una unidad sintética, pero al mismo
tiempo manifiesta una grandísima variabilidad y una continua mutación. La vida psíquica de la vigilia está
dominada y guiada por tareas que se ordenan y unen entre sí en una subordinación que el interés mantiene
constante y que la determina, cambia y transforma. Estados y procesos psíquicos confieren un nuevo aspecto al
todo del cual forman parte; hay un punto central al cual se refieren: este es nuestro yo; de él reciben luz. La
actividad de nuestro yo se extiende a veces hasta abarcar muchos datos; otras veces ahonda en el conocimiento
de uno solo; en ocasiones se restringe aún más en superficie y extensión, y puede, en casos excepcionales, o
patológicos, limitarse a un solo objeto.

A pesar de la variedad de manifestaciones, renovándose continuamente y en perpetuo devenir, a pesar de la


continua asimilación de nuevos datos y la selección de los que llegan, a pesar también de la lucha que surge, en
ocasiones, entre contenidos de conciencia, la conciencia ejerce continuamente una actividad unificadora, gracias
a la cual, la variedad de contenidos se reduce a unidad, a formar un todo, en el cual, a veces, una tarea, una
intención, un pensamiento, ocupa el punto central, mientras que todos los otros datos y contenidos de
conciencia van coordinándose y subordinándose a él, o acaso quedan eliminados si no sirven a tal intención, por
cuanto el factor que tiene una función central ejercita una actividad atractiva y unificadora.

En una palabra, dicha unidad no significa simplicidad, o identidad de procesos psíquicos, o uniformidad de su
transcurrir; más bien persiste la variedad, pero esta variedad está sometida a una actividad unificadora y
coordinadora. No es una doctrina metafísica es una causa psicológica de subordinación, coordinación y
unificación de los estados y de los procesos psíquicos. El principio de la unión de cada una de las partes en un
todo es, para quien quiera comprender la vida psíquica sobresaliente como todo otro, y ciertamente la voluntad
es, entre los aspectos de la conciencia, el más apto para expresar esa tendencia a la unidad psíquica, esta
actividad sintética. En conclusión, estos varios aspectos de la unidad de la vida psíquica puede reducirse a una
unidad fundamental: la unidad de nuestra conciencia, en la cual se funden todos los contenidos y todas las
formas de actividad.
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CUESTIONARIO II

1. Explique cómo entiende la psicología el concepto de conciencia.


2. ¿En qué consiste la conciencia de vigilia?
3. ¿Las ensoñaciones cumplen alguna función útil?
4. ¿Qué es un estado psíquico y que influencia tiene para la conciencia?
5. Elabore un mapa conceptual sobre los grados de conciencia
6. Investigue los niveles de conciencia según Richard Barred.

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