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Ficha 3 La libertad guiando al pueblo.

Romanticismo

FICHA TÉCNICA.
Título y año de realización: ​La libertad guiando al pueblo. 1830
Autor​: Eugène Delacroix
Técnica y dimensiones:​ Óleo sobre lienzo, 260 x 325 cm
Estilo: ​Romanticismo
Localización: ​Museo de Louvre. París, Francia

INTRODUCCIÓN:
La libertad guiando al pueblo es una pintura icónica del romanticismo francés, un óleo sobre
lienzo de grandes dimensiones creado en 1830 por Eugène Delacroix. Esta obra representa
la Revolución de 1830 del dia 28 de julio, y se encuentra en el museo del Louvre.

CONTEXTO Y ESTILO:
El tema de la obra es la insurrección parisina que tuvo lugar los días 27, 28 y 29 de julio de
1830, también conocida como “Las 3 jornadas gloriosas”. Es una de las revoluciones
burguesas, y más concretamente la que puso fin a la monarquía absolutista de Carlos X,
que fue expulsado del trono y sustituido por ​Luis Felipe de Orleans​, el llamado ​Rey
Burgués​. Con ello se consumó el acceso al poder de la burguesía liberal, aunque no se
instauró la república.
La revuelta se inició el 27 de julio como protesta contra una serie de ordenanzas que
restringían libertades ciudadanas. En esa noche jóvenes republicanos se pusieron al frente
de la insurrección y ya de día se elevaron barricadas (de hecho al cuadro se le conoce
también como ​La Barricada​). El día 29 los revolucionarios eran dueños de la ciudad.
El propio Delacroix, que no había participado en ella, dijo: ​He emprendido un tema
moderno, una barricada, y si no he luchado por la patria, al menos pintaré para ella.

Al estilo que pertenece esta obra es al Romanticismo​. Delacroix, que tuvo una formación
neoclásica, reaccionó contra el academicismo y llegó a convertirse en el culminador del
romanticismo, estilo que primaba la exaltación del sentimiento frente a la razón y el orden
del clasicismo imperante. Se inicia así una ruptura con la herencia clásica, a consecuencia
de la cual ​el arte deja de mirar hacia lo antiguo y empieza a plantearse el ser, a toda costa,
de su propio tiempo​.
Eugène Delacroix (1798-1863) fue uno de los pintores franceses más destacados del siglo
XIX, junto con Géricault, del que es fácil apreciar su influencia. Su estilo se caracteriza por
un uso del color libre, por encima del dibujo, y una imaginación que le permitía abordar los
temas desde un punto de vista más original y personal. De buena familia, inicia en el París
de principios del XIX sus estudios artísticos. El ​neoclasicismo,​ con su solemnidad y
serenidad, era el modelo a seguir, pero Delacroix se sintió fascinado por las ruinas
medievales, la libertad de la obra de ​Goya​ y los clásicos ​barrocos​ como ​Rubens,​ ​Velázquez
o ​Rembrandt.
Sus viajes también fueron una influencia: el primero a Inglaterra, donde conoció al paisajista
Constable,​ y donde descubre que técnica y color pueden provocar efectos psíquicos en el
espectador; el segundo al norte de África, a Marruecos y Argelia, quedando deslumbrado
por la luz y también el exotismo de sus gentes.

La lucha por la libertad y por la nación (el ​nacionalismo​) es una constante en los ​románticos​.
El mismo autor trata un tema similar en otras obras como ​La matanza de Quíos, ​mostrando
su empatía hacia los griegos que buscan la independencia del imperio otomano​.
Del mismo autor conocemos también La muerte de Sardanápalo, de 1823, y pese a que la
historia está embebida del exotismo del orientalismo, trata también un tema recurrente en
su obra como el de la muerte, y todo el dramatismo y emociones asociadas, tan propio de
los románticos.

ANÁLISIS DESCRIPTIVO Y FORMAL:

La composición del cuadro es claramente piramidal, presentando muchas coincidencias con


La Balsa de Medusa​ de ​Géricault​, obra en la que posiblemente se inspira. Al igual que en la
balsa, «el plano de apoyo es inestable, siendo la base los cuerpos yacentes del primer
término, y el vértice la bandera tricolor.
En medio del cuadro aparece representada una mujer semidesnuda, que podría
recordarnos a la Venus de Milo, pero también a la Victoria de Samotracia, único personaje
femenino, “La libertad”, que de forma enérgica enarbola la bandera y avanza hacia el
espectador.
La pincelada es suelta, y la paleta de colores utiliza tonos más oscuros en los laterales, y
tonos más vibrantes para el triángulo compositivo principal. Los colores de la bandera, azul,
blanco y rojo aparecen distribuidos de forma estratégica en el hombre, que a punto de morir,
eleva la cabeza hacia “La Libertad”. El cuadro recoge muchas enseñanzas de Goya, de
Gros, y más directamente de Géricault. Frente a la paleta apagada de los neoclásicos
Delacroix exalta el color, su viaje a Inglaterra le ha puesto en contacto con Constable y
Turner. En vez del color plano y uniforme prefiere la vibración de los tonos, que junto a una
pincelada suelta acentúa el dinamismo de la obra.
El punto de vista es un poco elevado, permitiendo una vista general de la escena, de forma
a reconocer también la silueta desdibujada de Nôtre Dame en París.
La luz tiene una fuerte teatralidad, de irrealidad, similar a los cuadros del barroco, y sigue
claramente la diagonal iniciada en el cuerpo yacente de la izquierda hasta alcanzar a la
figura principal, “La Libertad”. La atmósfera del ambiente anticipa el tratamiento
impresionista, que reconocemos en el humo del fondo, acentuando el dramatismo de la
escena, de barricada, de revolución.
El tratamiento de la pintura es realista, y el dramatismo se acentúa en el escorzo de los
cuerpos del primer término.

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO E ICONOLÓGICO:


En el cuadro aparecen jóvenes, adultos, clase obrera, burgueses y soldados defendiendo a
la Libertad que, como ya se ha dicho, en este caso se identifica también con Francia y es
representada como una mujer empuñando un fusil de la época y con el pecho al
descubierto, hecho este último que escandalizó a críticos y a parte de la sociedad de la
época. Entre los muertos del primer plano (abajo, a la derecha del espectador) aparecen
también soldados leales a Carlos X.
En esta obra se puede observar un muy fuerte simbolismo. ​La figura de la Libertad en
Francia es conocida con el nombre de Marianne. Se trata de un personaje alegórico con
gorro frigio a la que se le atribuyen los valores de la República francesa. En este lienzo, se
representa una Marianne vibrante, energética y rebelde que, con sus pechos descubiertos,
abre camino por sobre los caídos guiando al pueblo hacia la victoria. ​La figura de la Libertad
(que recuerda a algunos la ​Venus de Milo​ y a otros la ​Victoria alada de Samotracia​) porta
porta también la bandera tricolor, que el nuevo régimen -a pesar de ser monárquico- adoptó
nuevamente.
El pueblo está representado por las diferentes clases sociales. ​El personaje del sombrero es
un burgués, del que se ha dicho que podría ser el propio Delacroix a pesar de que no
participó en los hechos. Un obrero que lucha detrás del burgués con una espada
representaría a la clase trabajadora. El adolescente con dos pistolas representa a los más
jóvenes, o sea, al futuro. El hombre arrodillado, identificado con los colores de la revolución,
podría representar al campesino, que a punto de expirar, mira con admiración a “La
Libertad”. Al fondo, una masa de gente anónima, con los brazos en alto, lucha entre el humo
y las explosiones.
Entre los cuerpos tendidos en el suelo del primer plano en la base de la estructura piramidal,
reconocemos un revolucionario y un soldado en uniforme.
Pero lo que distingue fundamentalmente a esta obra es el movimiento; nos encontramos ante
una composición dramática, en la que se ondulan las líneas y las pinceladas de color, en la que
los personajes hacen gestos de arenga con un impulso que transmite la pasión de los
sentimientos. La admiración de Delacroix por Rubens se pone de relieve en esta obra. Todas las
formas están recorridas por un temblor ondulante, como un arrebato interior. En la figura central
se ondula la bandera, el cabello, el cinturón, la tela. Los cuerpos están flexionados, doblados, en
escorzo. Resulta difícil encontrar una forma recta o percibir una figura estática, serena o
indiferente, y claramente, las figuras avanzan.

CONCLUSIÓN:

Se podría decir que estamos ante un cuadro político que representa acontecimientos de la
época contemporánea de Francia. ​El cuadro fue comprado por el Estado francés en ​1831​,
y posteriormente pasó a formar parte de la colección del Louvre. La obra se ha convertido
en un icono universal de la lucha por la libertad, y en una obra icónica del romanticismo.

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