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AUXILIARES DEL COMERCIO

El Código clasifica a las personas que actúan en el comercio en dos grandes


categorías: el comerciante y los agentes auxiliares del comercio.
En distintas normas de Derecho Comercial se han incorporado figuras que
podemos conceptuar como agentes auxiliares del comercio. En particular, el
artículo 88 (título III C.Com.), enumera algunos de ellos, cuyo estatuto personal
es, luego, regulado especialmente por el Código de Comercio:
“Son considerados agentes auxiliares del comercio, y como tales, sujetos

OM
a las leyes comerciales, con respecto a las operaciones que ejercen en
esa calidad.
1. Los corredores.
2. Los rematadores o martilleros.
3. Los barraqueros y administradores de casas de depósito.
4. Los factores o encargados y los dependientes del comercio.

.C
5. Los acarreadores, porteadores o empresarios de transporte”.
En rigor, nuestro código califica como auxiliares a aquellos sujetos cuya
actividad no se corresponde con el concepto económico de comercio
DD
(intermediación entre oferta y demanda de bienes). En la calificación de
“auxiliares”, la Ley comercial toma como principio que la actividad comercial es
fundamentalmente la de intermediación en la circulación de bienes; las otras
actividades calificadas como comerciales son accesorias a la actividad de
intermediación principal.
LA

A continuación, estudiaremos diversos auxiliares de comercio en particular.


A los efectos de la sistematización de su estudio, recurriremos a la clasificación
tradicional en auxiliares dependientes y autónomos.
Los auxiliares dependientes actúan al servicio de un comerciante, en
condiciones de subordinación.
FI

Los auxiliares autónomos actúan con independencia; sólo tienen vinculación


ocasional con el comerciante.

CAPÍTULO PRIMERO: AUXILIARES DEPENDIENTES




El comerciante puede realizar su actividad personalmente y por sí sólo, o


puede organizar el trabajo de otras personas para la explotación del giro
comercial elegido. Se llama “personal” a todas las personas vinculadas al
principal, mediante una relación de empleo y, por consiguiente, ligadas a él por
una relación de subordinación.
De acuerdo a las necesidades de la organización empresaria ha de variar el
número y calidades de ese personal. Dentro del personal podemos distinguir:
a) obreros y empleados que no tienen regulación especial en el Derecho
Comercial. Su disciplina está contenida en el Derecho Laboral y

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b) factores y dependientes, de los cuales se ha ocupado el Código de
Comercio, que los califica como agentes auxiliares de comercio,
estableciendo su estatuto profesional en los artículos 133 y siguientes.
En Derecho Marítimo tenemos las figuras de la gente de mar y del capitán,
sujetas a estatutos jurídicos especiales. En Derecho Aeronáutico se prevé la
figura del personal aeronáutico y el comandante.

SECCIÓN PRIMERA: FACTORES

Actualmente, en el mundo de los negocios no se usa el término “factor” que

OM
ha sido sustituido por el de “gerente”, también empleado en el Código de
Comercio.

Subsección Primera: Concepto y Naturaleza

.C
El Código de Comercio define al factor en el artículo 133, inciso 1: “Se llama
factor a quien un comerciante encarga la administración de sus negocios, o la
de un establecimiento particular”. Por lo dispuesto en el artículo 133, es factor
tanto aquél a quien se le encarga la administración de todos sus negocios
DD
como aquél a quien se le confiere la administración de un establecimiento. Esta
última, sería la hipótesis, por ejemplo, de un comerciante con varios
establecimientos, que podría colocar al frente de cada uno un factor sin
perjuicio de tener un factor a cargo de todos sus negocios en general.
LA

Precisiones terminológicas

En la terminología corriente, es usual emplear el término gerente como


sinónimo de factor.
FI

En la Ley de Registros 16.871, artículo 41, se hace referencia a la


inscripción de revocaciones y renuncias de mandatos, mandatos institorios y
poderes. El mandato institorio es el mandato al factor.
De acuerdo al Diccionario de la Real Academia, institor es sinónimo de


factor.

Subsección Segunda: Contrato entre Principal y Factor

I. Naturaleza del contrato entre principal y factor

El comerciante coloca al frente de la administración a un factor y, para


hacerlo, celebra con él un contrato de naturaleza compleja. Podría sostenerse
que se trata de dos contratos coligados: de trabajo y de mandato con
representación.

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A. Naturaleza laboral
El factor, como los demás integrantes del personal, está sujeto a una
relación laboral que le hace un subordinado del principal. Tiene las
obligaciones, los deberes y los derechos que según el Derecho Laboral
corresponde a los empleados. Claro que es un empleado jerárquicamente
superior dentro del personal.

B. Naturaleza comercial: mandato institorio


Los artículos 136 y 147 del Código de Comercio, caracterizan al factor como
un representante del comerciante. Nuestro Derecho ha consagrado que el

OM
mandato es el negocio jurídico generador de representación (art. 2.051 C.C.),
por lo que le son aplicables las normas que sobre mandato comercial se
establecen en los artículos 301 a 324 del Código de Comercio.
Sin embargo, se trata de un mandato especial, al que tradicionalmente se la
llamado mandato institorio, al cual el Código de Comercio le dedica varias
disposiciones que lo distinguen del mandato comercial común, establecidas en
los artículos 133 a 162.

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1. Diferencias con el mandato común en cuanto a la forma de
actuación y la extensión de las facultades del factor
DD
a. Extensión de las facultades del factor
En el mandato común, se deben señalar las facultades que se otorgan.
El factor, en virtud de su mera designación para estar al frente de un
LA

establecimiento, tiene amplias facultades para la administración del


establecimiento del principal (art. 136). El art. 136, inc. 1º entiende que están
“autorizados para todos los actos que exige la dirección del
establecimiento”. El inc. 2 admite que se puedan reducir sus facultades.
Luego, por el artículo 147, inciso 1, se admite que se le pueden atribuir más
FI

o menos facultades.
Por otra parte, la Ley le acuerda al factor facultades de representación para
la firma de títulos valores, aun en el silencio del contrato (Dec. Ley 14.701).


b. Delegación
El factor no puede delegar sus funciones sin autorización para ello (art. 162).
El mandatario común puede delegar salvo que se le prohíba.

c. Forma de actuación
El factor puede no invocar el nombre del principal e igual lo obliga en ciertos
casos (art. 139). En el mandato común, si el mandatario no invoca el nombre
de su mandante, no lo obliga en ningún caso (art. 2.068 C.C. y art. 314
C.Com.).

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2. Diferencias con el mandato común en cuanto a la extinción del
contrato

El mandato común se extingue por muerte del mandante; en el caso del


factor no se da esta causal de extinción (art. 145).
Es causa especial de extinción del mandato del factor, la venta del
establecimiento. En cambio no se extinguen, por ese hecho, los mandatos
comunes otorgados.

OM
II. Formalidades del contrato

El Código de Comercio impone dos exigencias formales a las que está


sometido el mandato al factor. Esas exigencias son: autorización especial,
prevista en el artículo 134, inciso 2, e inscripción en el Registro de Comercio,
que surge del inciso 2 del artículo 134 y expresamente del artículo 47, inciso 3.

.C
A. Autorización especial
Del mencionado artículo 134 resulta que la autorización debe darse por
escrito. No se requiere escritura pública, basta documento privado .
DD
B. Registración
La registración se impone, en el Código de Comercio, por normas antes
mencionadas (art. 47 y 134).
Por la Ley Registral 16.871, en el Registro Nacional de Actos Personales,
LA

Sección Mandatos y Poderes, se debe registrar la revocación, renuncia,


sustitución, suspensión, limitación y modificaciones y rectificaciones de
relevancia registral de los mandatos, mandatos institorios y poderes (art. 41,
inc. 1). Establece textualmente: “Se inscribirán en esta Sección los siguientes
actos, cuando se refieran a mandatos, mandatos institorios y poderes, estén
FI

o no inscritos...”.
En el segundo inciso del artículo 41, al enunciar que no debe inscribirse,
menciona a los mandatos y poderes, a los submandatos y a las ampliaciones
de mandatos, pero se omite la referencia al mandato institorio. ¿Cómo


interpretar esta omisión?


Podría entenderse que si bien los mandatos en general no se inscriben, el
mandato institorio sí. La fuente de la obligación de inscribir el mandato institorio
se encuentra en el artículo 134 del Código de Comercio. Este artículo no fue
derogado expresamente por el artículo 100 de la Ley 16.871.
En consecuencia, se debe inscribir el mandato institorio con los efectos
previstos en los artículos 134 y 135 del Código de Comercio, normas de
Derecho sustancial que establecen un régimen especial relacionado con la
inscripción.
El Código sanciona la falta de inscripción del mandato al factor. El artículo
134, inciso 2, establece: “Esta autorización sólo surtirá efecto desde la fecha en
que fuera asentada en el Registro de Comercio”. Luego, el artículo 135 agrega:
“La falta de las formalidades transcriptas por el artículo anterior, sólo produce

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efecto entre el principal y su factor; pero no respecto a los terceros con quienes
haya contratado”.
La falta de inscripción sólo produce efecto entre el principal y su factor, pero
no respecto a los terceros con quienes haya contratado.
Según lo dispuesto en el citado artículo 135 y, también, en el artículo 53, la
falta de registro afecta las relaciones entre principal y factor, quienes no podrán
reclamarse entre sí las obligaciones emergentes del contrato. Así, por ejemplo,
si el contrato no está inscripto, el factor no puede reclamar el pago de una
especial remuneración pactada.
De acuerdo con este artículo 135, la falta de registro no afecta a los terceros
con quienes el factor ha contratado. El factor que celebra negocios invocando

OM
tal calidad, obliga al principal aunque el mandato no esté inscripto.
La norma tiene como fundamento la tutela de terceros y la agilidad del
comercio. Los terceros no tienen por qué verificar el cumplimiento de requisitos
formales por quien invoca la calidad de factor. Si se les impusiera tal contralor
el comercio se entorpecería y se trabaría la contratación comercial. El comercio
requiere fórmulas ágiles y rápidas.

.C
Tal como establece el artículo 41 de la Ley Registral, deberán inscribirse las
revocaciones, renuncias, modificaciones, etc. Entendemos que las
inscripciones de esos actos se deben realizar para que produzca efectos frente
DD
a terceros. Si no se inscriben, no podrán invocarse frente a terceros.

III. Finalización del contrato entre principal y factor


LA

A. Causales de extinción del contrato


El contrato entre principal y factor termina por distintas causales.

1. Voluntad unilateral de una de las partes


FI

La relación entre el principal y el factor puede finalizar en virtud de la


voluntad del factor o del principal; pero el artículo 159 establece:
“Existiendo plazo estipulado, no pueden arbitrariamente las partes
separarse de su cumplimiento. El que lo hiciere, estará obligado a


indemnizar al otro, a juicio de arbitradores, de los perjuicios que por ello le


sobrevengan”.

a. La renuncia del factor


Debemos distinguir distintas situaciones. Si no hay plazo pactado, en
cualquier momento el factor puede apartarse de sus funciones bastando un
preaviso de un mes. Así lo dispone el artículo 158.
Si hubiere plazo pactado y renunciare y esa renuncia es arbitraria, debe
indemnizar al principal por los perjuicios que le causare, siendo éstos
determinados por arbitradores.

b. Revocación o despido

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En cuanto a la revocación o despido del factor por su principal, el Código de
Comercio prevé, en el artículo 158, que no habiendo plazo estipulado puede el
principal despedirlo en cualquier momento bastando el preaviso de un mes. El
inciso 2 del artículo 158 establece: “El factor o dependiente despedido tendrá
derecho excepto en los casos de notoria mala conducta, al salario
correspondiente a ese mes; pero el principal no estará obligado a conservarlo
en su establecimiento, ni en el ejercicio de sus funciones”.
Si existe plazo estipulado, el artículo 159, antes trascripto, dispone la
obligación del principal de indemnizar, los perjuicios causados, a juicio de
arbitradores.
Puede entenderse que los artículos 158 y 159 han quedado derogados por

OM
las leyes laborales. También, podría entenderse que los requerimientos y
compensaciones, previstos en los artículos 158 y 159 se suman a las
previsiones laborales. En consecuencia, si no hay plazo fijado, se debe pagar
al factor el salario del mes y, además, las indemnizaciones por despido
correspondientes. Habiendo plazo pactado, éste debe ser respetado y si,
arbitrariamente, el factor fuera revocado en sus funciones y despedido podrá

.C
sostenerse que el principal debe pagar al factor la indemnización por despido
que le corresponde por el derecho laboral y, además, debe reparar los
perjuicios que le haya causado con el despido intempestivo, los que se
determinarán de acuerdo con el artículo 159, por arbitradores.
DD
El artículo 161 establece causales por las que el principal puede despedir al
factor aunque haya plazo determinado:
“Con respecto a los principales, son causas especiales para que puedan
despedir a sus factores o dependientes, aunque exista empeño o ajuste
por tiempo determinado:
LA

1º. Incapacidad para desempeñar los deberes y obligaciones a que se


sometieron.
2º. Todo acto de fraude o abuso de confianza.
3º. Negociación por cuenta propia o ajena, sin expreso permiso del
FI

principal”.
Entendemos que en esos casos no se podrá reclamar daños y perjuicios por
la revocación ni indemnización por las leyes laborales, que sólo se deben si el
despido es injusto.


c. Normas comunes a renuncia y revocación


* Tanto para el caso de renuncia como para el caso de despido, el artículo
160 establece causas que hacen arbitraria la separación:
“Se considera arbitraria la inobservancia del contrato entre el principal y
su factor o dependiente, siempre que no se funde en injuria que haya
hecho el uno a la seguridad, al honor o a los intereses del otro o de su
familia.
Esta calificación se hará prudencialmente por el Tribunal o Juez
competente, teniendo en consideración el carácter de las relaciones que
median entre los superiores e inferiores”.

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De acuerdo a esa norma, la única causa que exime de la obligación de
indemnizar sería que uno haya cometido injurias a la seguridad, el honor o
intereses del otro o de su familia. Se entiende injuria como sinónimo de
daño.
* En los dos casos, se impone la actuación de un arbitrador.
El arbitrador es la persona designada en un proceso judicial, para
pronunciarse sobre los hechos controvertidos. El Juez debe dictar su fallo,
aplicando el derecho, a los hechos determinados por el arbitrador.
Los arbitradores, de acuerdo con el texto del artículo 159, deberán
determinar los perjuicios ocasionados por la ruptura unilateral.

OM
2. Muerte o incapacidad del factor o del principal

El mandato al factor se extingue por la muerte o incapacidad del factor. En


cambio, el mandato al factor no se extingue por la muerte del principal. Así lo
dispone el artículo 145. El factor continúa hasta que se le revoque el poder y se
le haga conocer por un medio legítimo.

.C
La norma citada contiene un principio opuesto al establecido, para el
mandato común, en el artículo 326, inciso 4, del Código de Comercio y el
artículo 2.086, inciso 5, del Código Civil. En estos se prevé, expresamente, que
DD
la muerte del mandante es causa de extinción del mandato.

3. Otras causales

a. Expiración del plazo pactado


LA

Esta causal de extinción se produce si se había estipulado un plazo en el


contrato.

b. Enajenación del establecimiento


FI

La personería del factor se interrumpe con la enajenación del


establecimiento (art. 145). El nuevo dueño elegirá un factor de su confianza.
Desde luego, el enajenante deberá pagarle indemnización por despido, de
acuerdo a normas del Derecho laboral.


c. Concurso del principal y del factor


El numeral 6 del artículo 2.086 del Código Civil y el artículo 1.599 del Código
de Comercio, fueron derogados por la Ley 18.387.
2. La sola declaración del concurso no determina la extinción del mandato.
a. Si concursa el mandatario, el mandante podrá mantener su confianza en
él o podrá resolver revocarlo.
b. Si concursa el mandante y el concurso es voluntario, el deudor requerirá
la autorización del interventor para modificar o revocar poderes y para conferir
nuevos poderes (artículo 47, num. 1 Ley Concursal).
La norma presupone que se mantienen los mandatos antes celebrados. En
consecuencia, el factor continuará.

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En el caso del concurso necesario, al concursado se le suspende su
legitimación y la administración de sus bienes está a cargo del síndico. Su
mandatario ya no podrá realizar actos en representación del concursado. Por lo
tanto, el mandato al factor cesa por el concurso necesario.

B. Actos celebrados por el factor después del fin de su contrato


El artículo 145 contiene una norma que se refiere a los actos celebrados por
el factor después de la cesación del mandato, en la hipótesis de revocación
después de la muerte del propietario y de la enajenación del establecimiento.
Se establece que son válidos los contratos que celebrare, hasta que la
revocación o enajenación llegue a su noticia por un medio legítimo.

OM
La expresión “medio legítimo” no tiene significado técnico preciso. Sería
cualquier medio que permita al factor obtener un conocimiento cierto y seguro
del hecho que produce la extinción del mandato.

Subsección Tercera: Estatuto del Factor

.C
El factor celebra los actos mercantiles que se le encomiendan, en nombre y
por cuenta del principal (art. 147). Por ello no es comerciante. Falta el requisito
de actuar por cuenta propia exigido por el artículo 1 del Código de Comercio.
DD
La Ley lo califica como un agente auxiliar del comercio.

I. Capacidad para ser factor


LA

El artículo 133, inciso 2, dispone: “Nadie puede ser factor, si no tiene la


capacidad legal para representar a otro y obligarse por él”.
El factor debe tener capacidad para contratar, puesto que celebra con el
principal un contrato de mandato.
FI

II. Facultades y derechos del factor

El factor debe administrar el establecimiento comercial o fabril (arts. 133-




147). Para ello tiene amplias facultades. El artículo 136 establece en su primer
inciso: “Los factores constituidos con cláusulas generales, se entienden
autorizados para todos los actos que exige la dirección del establecimiento”.

A. Enunciado de facultades
El principio general es la amplitud de facultades. Luego, el artículo 136,
inciso 2, establece que para reducir esas facultades, se debe expresar en el
poder las restricciones y el artículo 147 hace una referencia a la posibilidad de
que la autorización se haya conferido “con más o menos facultades”.
La sola designación de un factor, implica atribuirle amplias facultades, sin
necesidad de que en el contrato se enuncien. En el contrato se deben
establecer las limitaciones.

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El concepto de administración, manejado por algunas normas, no se
corresponde con el de administración que manejamos en el Derecho Civil. El
factor podrá, por ejemplo, comprar y vender mercaderías, maquinaria u otros
bienes, si entiende que ello corresponde. En consecuencia, el término
administración usado en los arts. 133 y 147 comprende, también, actos de
disposición.
Dentro de la amplitud de facultades que se confiere al factor, debe señalarse
que existe una limitación general que depende de la naturaleza del giro.
Por más amplias que sean sus facultades, no puede el factor realizar actos
extraños al giro. No puede enajenar la casa de comercio o cambiar su objeto o
invertir el dinero en negocios extraños al giro, porque estos actos importan

OM
contradicción con el fin de su administración que es dirigir un establecimiento,
conservarlo y velar por su prosperidad. Tampoco puede realizar actos civiles no
requeridos por el ejercicio del comercio, como enajenar un inmueble u otros
actos, como realizar donaciones o cualquier otro acto a título gratuito.
Tampoco puede el factor, salvo autorización expresa, pedir el concurso de
su principal. Ello es así por varias razones. En primer lugar, porque es un acto

.C
que excede de la administración ordinaria. En segundo término, porque supone
una apreciación de muchas circunstancias en la vida de un comerciante y no
sólo del estado económico del establecimiento. Interesa para pedir el concurso
el conocimiento de la situación patrimonial general del comerciante que el
DD
factor no tiene por qué conocer.

Representación legal para la firma de títulos valores

Para firmar títulos valores, la Ley requiere mandato con facultades


LA

suficientes. Como excepción, el artículo 23 de la Ley 14.701 establece: “Los


administradores o gerentes de sociedades o de establecimientos comerciales
se reputarán autorizados por el solo hecho de su nombramiento, para suscribir
títulos-valores a nombre de las entidades que administren.” Se trata de un caso
de representación acordada por ley, aunque el mandato no lo estipule.
FI

B. Forma de actuación del factor

1. Actuación con invocación del poder




Siendo un mandatario con facultades de representación, al tratar cualquier


negocio debe invocar el nombre del mandante y al firmar debe expresar que
firma con poder. El principio es reiterado para el factor en el artículo 137.

2. Actuación sin invocación del poder

El Código de Comercio prevé distintas situaciones en que, aunque el factor


no invoque el poder, obliga al principal.
Por el artículo 139, el factor obliga al principal aun cuando actúe sin invocar
el mandato, si se trata de contratos que recaen sobre objetos comprendidos en
el giro del establecimiento.

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El artículo 140, inciso 1, establece: “Fuera de los casos prevenidos en el
artículo precedente, todo contrato celebrado por un factor en nombre propio, le
obliga directamente hacia la persona con quien contratare”.
Luego, en el artículo 140, inciso 2, se dispone: “Sin embargo, si la
negociación se hubiere hecho por cuenta del comitente del factor, y el otro
contratante lo aprobare, tendrá opción de dirigir su acción contra el factor o
contra su principal; pero no contra ambos”.
Donde la norma transcripta dice “aprobare” debe entenderse que se quiso
decir “probare”. Se incurrió en un error de copia, por cuanto el Código español,
fuente del artículo, establecía la expresión probare, que fue mal copiada por el
Código argentino primitivo.

OM
El factor actúa en nombre propio, pero por cuenta de su principal; en tal
caso, si el tercero prueba que la operación se concertó en interés del principal,
tiene opción para dirigir su acción contra uno u otro. No tiene acción contra
ambos. El tercero debe elegir el destinatario de su acción.

C. Derechos del factor

.C
1. Salario y otras prestaciones
DD
El factor es un mandatario mercantil. Los mandatos pueden ser gratuitos u
onerosos; pero, a falta de previsión en el contrato, se presume que es oneroso,
porque así lo dispone el artículo 296, inciso 5, que contiene una norma general
sobre interpretación de los contratos y establece que los contratos comerciales
siempre se presumen onerosos. Por lo tanto, el factor tiene derecho a la
remuneración por su trabajo.
LA

Por otra parte, como ya señalamos, el factor asume un múltiple carácter y,


además de ser mandatario, es empleado y, por lo tanto, tiene derecho a
remuneración, de acuerdo a normas de derecho laboral. El salario podrá
consistir en un sueldo fijo o en un sueldo más una habilitación (participación en
las ganancias).
FI

3. Indemnización por daño

El artículo 157 establece una indemnización por los daños sufridos por el


factor o dependiente, que deberá fijarse por arbitradores. Está establecido por
el artículo 157: “Si en el servicio que preste al principal aconteciere al factor o
dependiente algún daño o pérdida extraordinaria, será de cargo del principal la
indemnización del referido daño o pérdida, a juicio de arbitradores”.

III. Obligaciones, prohibiciones y responsabilidades del factor

A. Obligaciones

1. Administración

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La principal obligación del factor es el cumplimiento del encargo conferido:
administrar el establecimiento de su principal, haciendo uso de las facultades
conferidas por el poder y por la Ley.

2. Obligación de llevar libros

El artículo 146 establece: “Los factores observarán, con respecto al


establecimiento que administren, las mismas reglas de contabilidad que se han
prescrito generalmente para los comerciantes (arts. 55 y siguientes)”. Se trata
de una obligación obvia. Si el factor sustituye al principal en la administración
del establecimiento, está obligado a llevar la contabilidad en la misma forma

OM
que si fuera el principal.

3. Obligación de rendir cuenta

Tal como todo mandatario y según dispone el artículo 322 del Código de
Comercio. El factor está obligado a rendir cuentas de su actuación al principal.

.C
B. Deberes y prohibiciones

1. Deber de fidelidad
DD
El factor tiene el deber de fidelidad para con su principal. En virtud de ese
deber, recaen sobre el factor diversas prohibiciones, las que están
expresamente establecidas en el artículo 142, inciso 1.
No puede negociar por cuenta propia en operaciones del mismo género que
LA

el explotado por su principal. En otros términos, no puede hacer competencia a


su principal, competencia que sería desleal, pues se aprovecharía de su
posición para obtener ventajas.
Tampoco puede tomar interés en negociaciones del mismo género, esto es,
no puede participar de ningún modo en estas negociaciones, aun cuando no
FI

intervenga personalmente sino a través de una sociedad, sea ésta de tipo


personal o no (por ejemplo: una sociedad anónima). Ambas actividades
prohibidas las podría realizar sólo con autorización expresa del principal.
El factor que incumple con estas prohibiciones que la Ley le impone, será


pasible de dos sanciones, también establecidas por la Ley.


* Las utilidades que perciba por sus actividades serán para el principal, quien
no responderá por las pérdidas (art. 142, inc. 2). El factor pierde las utilidades
que haya generado el negocio; pero sufre las pérdidas, es decir, que traslada al
principal las ganancias aunque no las pérdidas.
* Se configura una causal de despido, aun cuando hubiere plazo pendiente
(art. 161, inc. 3). El artículo 171 prevé, también, la posibilidad de un despido sin
indemnización, en el caso que haya negociado por cuenta propia o ajena (n. 3).

2. Prohibición de delegar el mandato

El factor no puede delegar su mandato. Solamente podrá sustituirlo si tiene


autorización escrita del principal. Así lo establece expresamente el artículo 162.

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Si el factor tiene autorización para sustituir, puede delegar ciertos encargos.
Si lo hiciere, no mediando autorización escrita del principal, será directa y
personalmente responsable por los actos de los sustitutos y las obligaciones
que hubieren contraído.

C. Responsabilidades

1. Responsabilidad del principal por los actos del factor

El artículo 138, inciso 1, establece: “Tratándose en los términos que proviene


el artículo antecedente, todas las obligaciones que contraen los factores recaen

OM
sobre los comitentes”. Esta norma es una aplicación del principio general en
materia de representación; los actos del representante caen en la esfera
jurídica del representado, es decir, obligan al mandante.
El artículo 138, inciso 2, contiene una solución especial y dice así: “Las
acciones que se intenten para compelerles a su cumplimiento, se harán
efectivas en los bienes del establecimiento y no en los propios del factor, a no

separarse”.

.C
ser que estén confundidos con aquellos de tal modo, que no puedan fácilmente

Si en el establecimiento del comerciante hay bienes del factor, confundidos


con los del principal, la apariencia creada es de que todos ellos son del
DD
principal. En consecuencia, el tercero puede accionar contra esos bienes del
factor y éste no podrá alegar que son suyos para eludir el accionamiento. En la
hipótesis, el factor ha creado una apariencia y debe sufrir las consecuencias de
ello.
LA

a. Exceso de poder
Existe exceso de mandato cada vez que el mandatario actúa fuera de los
límites del objeto que se le encomienda. El mandatario que actúa con exceso
de poder no obliga a su mandante.
FI

Es de aplicación al factor la norma general sobre mandato contenida en el


artículo 308 que dice así: “El mandante responde por todos los actos del
mandatario, siempre que sea dentro de los términos del mandato.
No está obligado por lo que se ha hecho excediendo el mandato, sino en
cuanto lo haya ratificado expresa o tácitamente”.


En el caso del factor, cuyo poder es amplio, el exceso se cometería con la


celebración de actos fuera del giro o contrariando una restricción expresa.

b. Abuso de poder
Existe abuso de poder cuando un mandatario celebra un negocio dentro de
los límites del mandato pero en forma ilícita para sacar provecho para sí. En
este caso el mandante queda vinculado frente a terceros.
El mandante no puede alegar un abuso de los poderes para excusarse y
decir que no es responsable; responde igual. El artículo 143, inciso 2,
establece: “No pueden sustraerse del cumplimiento de las obligaciones
contraídas por los factores, a pretexto de que abusaren de su confianza o de
las facultades que les estaban conferidas, o de que consumieren en su

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provecho los efectos que adquirieron para sus principales, salvo su acción
contra los factores, para la indemnización”.
La norma prevé expresamente ciertas hipótesis de abuso del poder en que
el principal queda de todos modos vinculado por actos del factor.

c. Responsabilidad del principal por multas en que incurriere el


factor
El artículo 144 establece: “Las multas en que incurriere el factor, por
contravención a las leyes o reglamentos fiscales, en la gestión de los negocios
que le están encomendados, se harán efectivas en los bienes que administren

OM
salvo el derecho del propietario contra el factor, si fuere culpable en los hechos
que dieren lugar a la multa”.
El factor que ha contravenido leyes o reglamentos fiscales está cometiendo
una actividad ilícita En esa hipótesis, el mandante queda igual vinculado.
La norma agrega la posibilidad de que el principal repita contra el factor
culpable.

.C
2. Responsabilidad de los factores

El artículo 155 establece: “Los factores y dependientes de comercio son


DD
responsables a sus principales de cualquier daño que causen a sus intereses
por malversación, negligencia o falta de exacta ejecución de sus órdenes o
instrucciones, quedando sujetos en el caso de malversación a la respectiva
acción criminal”.
Los artículos 21 y 104 del Código Tributario disponen su responsabilidad en
LA

materia tributaria. El artículo 21 establece: “(Solidaridad de los representantes).


Los representantes legales y voluntarios que no procedan con la debida
diligencia en sus funciones, serán solidariamente responsables de las
obligaciones tributarias que correspondan a sus representados. Esta
responsabilidad se limita al valor de los bienes que administren o dispongan,
FI

salvo que hubieren actuado con dolo”.




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El artículo 104, dentro del Capítulo sobre Infracciones y Sanciones,
establece:
“(Responsabilidad de las entidades). Las personas jurídicas y las demás
entidades podrán ser sancionadas por infracciones sin necesidad de
establecer la responsabilidad de una persona física.
Sin perjuicio de la responsabilidad pecuniaria de la persona o entidad, sus
representantes, directores, gerentes, administradores o mandatarios,
serán sancionados por su actuación personal en la infracción”.

OM
SECCIÓN SEGUNDA: DEPENDIENTES

El dependiente es un empleado que el comerciante acostumbra a emplear


(art. 147, inc. 2). El principal celebra un contrato de trabajo con el dependiente,
encomendándole tareas en su comercio, pudiéndole atribuir facultades de
representación para ciertas operaciones. A falta de apoderamientos especiales,
tiene su representación legal para ciertos actos y que le es conferida por los

.C
artículos 149 y 152 del Código de Comercio.
El dependiente se desempeña dentro del establecimiento que ha instalado el
principal. Es quien atiende a la clientela, exhibiéndole bienes que se
DD
encuentren a la venta, informándole sobre precio y condiciones de venta y
concretando las compraventas.
La relación del dependiente con el principal está regulada por el Derecho
Comercial y, también, por el Derecho Laboral.
LA

Subsección Primera: Contrato del Principal con el Dependiente

I. Naturaleza de la relación entre principal y dependiente


FI

Del contrato que se celebra entre principal y dependiente surge, en primer


término, una relación laboral. El dependiente promete prestación de servicios y
el principal se obliga a pagarlos. Esos servicios se prestan en relación de
dependencia.


II. Facultades de representación

A. Facultades conferidas por el principal


El principal puede conferirles autorización expresa para ciertas operaciones
(arts. 147 y 148). El artículo 147 en el primer inciso se refiere al factor. Luego
en el segundo inciso establece: “Los demás empleados con salario fijo, que los
comerciantes acostumbran emplear, como auxiliares de su tráfico, no tienen la
facultad de contratar y obligarse por sus principales, a no ser que tal
autorización les sea expresamente concedida, para las operaciones que con

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especialidad les encarguen, y tengan los autorizados la capacidad legal
necesaria para contratar válidamente”.
El artículo 148 dispone:
“El comerciante que confiera a un dependiente de su casa el encargo
exclusivo de una parte de su administración, como el giro de letras, la
recaudación y recibo de capitales bajo firma propia, u otras semejantes en
que sea necesario firmar documentos que produzcan obligación y acción,
está obligado a darle autorización especial para todas las operaciones
comprendidas en el referido encargo, la que será anotada y registrada en
los términos prescriptos en el artículo 134.

OM
No será lícito por consiguiente, a los dependientes de comercio girar,
aceptar ni endosar letras, poner recibo en ellas, ni suscribir ningún otro
documento de cargo ni de descargo sobre las operaciones de comercio
de sus principales, a no ser que estén autorizados con poder bastante
legítimamente registrado”.
Se trata, como se puede apreciar de los textos citados, no de autorizaciones
generales sino especiales para ciertos actos. El artículo 147 usa el término

.C
especialidad y el artículo 148 da ejemplos: giro de letras, recaudación o recibo
de capitales.
DD
III. Formalidades del contrato

Cuando el comerciante confiere facultades de administración al dependiente


debe documentarlo. Así lo dispone el artículo 148 con una remisión al artículo
134, referente al factor. En consecuencia, debe extenderse una escritura
LA

pública o privada. Debe inscribirse en el Registro de Comercio.


De acuerdo a la Ley de Registros, nº 16.871, no debe inscribirse el mandato
sino su revocación, renuncia, sustitución, limitación y modificaciones y
rectificaciones. Puede entenderse que no se derogó el artículo 134 y que debe
FI

inscribirse el poder al dependiente.

B. Facultades conferidas por la Ley


En distintas normas se prevé un régimen de facultades y atribuciones
legales.


Autorización para cobrar y expedir recibos

El artículo 152, inciso 1, dispone: “Los dependientes encargados de vender


por menor en tiendas o almacenes públicos, se reputan autorizados para
cobrar el precio de las ventas que verifiquen y sus recibos son válidos,
expidiéndolos a nombre de sus principales”. La norma se refiere al dependiente
encargado de vender por menor. La Ley le confiere una representación para
vender y recibir el pago de ventas y para firmar recibos a nombre de sus
principales.
El público que entra en un establecimiento no tiene por qué averiguar qué
poderes han sido conferidos al dependiente que lo atiende.

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Si el principal quiere restringir el poder conferido por la Ley, debe hacerlo
saber al público, mediante publicidad adecuada dentro del local. Por ejemplo,
un aviso visible que diga: “pagos en caja”. Con ello se quita a ciertos
dependientes las facultades de cobrar y se indica cuál de ellos puede cobrar y
dar recibo. El dependiente detrás de la caja podrá recibir pagos y firmar el
recibo correspondiente.
El artículo 152, inciso 2, establece: “La misma facultad tienen los
dependientes que venden en los almacenes por mayor, siempre que las ventas
sean al contado, y el pago se verifique en el mismo almacén; pero cuando las
cobranzas se hacen fuera de éste, o proceden de ventas hechas a plazo, los
recibos serán necesariamente suscritos por el principal, su factor o legítimo

OM
apoderado constituidos para cobrar”. La norma se refiere al dependiente en
almacenes por mayor, pero sólo le faculta para recibir precio y firmar recibos
por el principal en ventas al contado y cuyo pago se realice en el almacén. Esto
es, siempre bajo la vigilancia del principal.
La norma implica dos restricciones.
El art. 152 inc. 2 restringe facultades del dependiente cuando se trata de

.C
ventas a plazo.
Se argumenta que la restricción para el dependiente del comercio mayorista
se funda en que se supone un mayor volumen económico de las transacciones
DD
comerciales. Una venta al fiado en negocio por mayor supone conceder crédito
de mayor entidad...
El artículo 152 restringe las facultades del dependiente del mayorista cuando
se trata de cobranzas fuera del almacén; en este caso los recibos deben ser
firmados por el principal, el factor o apoderado con facultades para cobrar.
LA

Subsección Segunda: Estatuto del Dependiente


FI

I. Derechos, obligaciones y prohibiciones

Los derechos de los dependientes son similares a los analizados respecto al


factor.


El dependiente debe actuar invocando el nombre del principal (arts. 151 y


137). Si no lo hace no lo vincula. Sus actos vinculan y obligan al principal, de
igual modo que se analizó respecto al factor (art. 151 remite a los 138, 140, 143
y 144).

El dependiente no puede realizar negocios por cuenta propia o ajena sin


autorización del principal (art. 161). El dependiente no puede delegar sus
facultades (art. 162). Su responsabilidad tiene un régimen similar al del factor,
pues se le aplica el artículo 155.

El dependiente no puede suscribir títulos valores, a menos que esa facultad


le haya sido expresamente concedida. Así lo establece el artículo 148. En esto

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su régimen difiere claramente del establecido para los factores, a quienes el
artículo 23 del Decreto Ley 14.701 faculta para suscribir títulos valores.

II. Extinción del vínculo con el dependiente

Las causales por las cuales termina el vínculo del dependiente con el
principal son similares a los considerados para el factor. Su relación no se
extingue por la muerte del mandante.

OM
SECCIÓN TERCERA: VIAJANTES Y VENDEDORES DE PLAZA

El estatuto legal de los viajantes y vendedores de plaza se establece en la


Ley 12.156 (de 1.954) y sus modificativas, los decretos leyes 14.000, 14.468 y
14.693, la Ley 16.678 y el Decreto reglamentario del 6 de setiembre de 1.955.

.C
Subsección Primera: Concepto de Viajante y de Vendedor de Plaza

De acuerdo a lo dispuesto por el artículo 2 de la Ley 12.156, el viajante es


DD
una persona que representa a una o varias firmas comerciales, concierta
negocios por cuenta de sus representados, actúa fuera del lugar del domicilio
principal o sucursales del comercio y hace de ello su profesión habitual. De
acuerdo al mismo texto, el vendedor de plaza cumple funciones iguales al
anterior pero en el lugar del domicilio de las firmas representadas, fuera del
LA

establecimiento comercial o industrial.


La función de estos dos agentes se cumple siempre fuera del
establecimiento, a veces en la misma plaza donde funciona el establecimiento
(vendedor de plaza), otras en plazas distintas (viajante) y siempre de manera
profesional.
FI

I. Mecanismo de actuación


El viajante y el vendedor de plaza van en busca de clientes, ofrecen


mercaderías en venta, llevan muestras y recogen pedidos de clientes.
El titular de la empresa debe entregar a los viajantes o vendedores
formularios, con numeración correlativa para extender los pedidos.
El artículo 11 fija el plazo para el rechazo: treinta días para al viajante y
quince para el vendedor de plaza. Esta posibilidad de rechazo, significa negar
al viajante facultades de representación.
El vendedor o viajante de plaza será representante, cuando el principal le
confiera facultades puesto que de los textos legales no surge que lo sea, dada
la redacción de los artículos 10 y 11. De modo que habrá que estar al
contenido del contrato por el cual se le designa.

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Algunos trabajan para un solo comerciante. Otros trabajan para varios.
Algunos trabajan para un comerciante, teniendo la exclusividad para distribuir
sus productos en una zona; pero la exclusividad no es rasgo característico de
esta figura y puede darse que trabajen en competencia con otros.

II. Registro

El artículo 1º de la Ley dispone la creación de un Registro de Viajantes y


Vendedores de plaza. El Registro es llevado por el Instituto Nacional del
Trabajo.

OM
En el Registro hay dos secciones: la de viajantes y vendedores de plaza y la
de empresas, prevista por el Decreto reglamentario del año 55 (art. 4).

III. Contrato entre comerciante y viajantes o vendedores de plaza

.C
El artículo 7 de la Ley 12.156 dispone que el contrato entre el comerciante y
los viajantes o vendedores de plaza se documente por escrito, en doble vía,
entregándose un ejemplar al viajante o vendedor y otro ejemplar al Registro
DD
Nacional de Viajantes y Vendedores de Plaza.
El Decreto, en su artículo 31, más exigente, prevé que se extienda en cuatro
ejemplares: dos para cada parte. Cada uno de ellos debe llevarlo al Registro
para incorporarlo a su carpeta respectiva en el plazo de treinta días.
No sólo se prevé la existencia de un escrito, sino que la Ley impone un
LA

contenido mínimo.
1. Forma de remuneración: sueldo, comisiones, viáticos, etcétera.
2. Autorización para efectuar cobranza, si así se conviniere.
3. Condiciones en las que debe desarrollarse el trabajo: zonas donde
actuará; clientes con quienes tratará; autorización o prohibición para actuar en
FI

otras empresas.

Subsección Segunda: Estatuto Personal




Se requiere tener 18 años.


Debe inscribirse en el Registro antes mencionado. El interesado en la
inscripción debe acreditar tener 18 años y llevar certificado policial de buena
conducta.
Al viajante y vendedor de plaza se le da número de inscripción que debe
mencionar en todos los contratos que celebre. También, se le entrega un carné
con su nombre, foto y número de inscripción.

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Subsección Tercera: Naturaleza

No se discute su naturaleza de empleado desde la sanción del Decreto Ley


14.000. El artículo 1 del Decreto Ley 14.000 dice así: “Los viajantes y
vendedores de plaza a que se refiere la ley 12.156 de 22 de octubre de 1954,
son empleados y, como tales, están comprendidos en la legislación de trabajo y
leyes de previsión social”.

I. Diferencia con factores y dependientes

OM
Nos encontramos frente a una clase de auxiliares que, a diferencia de los
factores y dependientes, trabajan fuera del establecimiento del principal.
También, se diferencian en cuanto pueden trabajar para más de un
comerciante.

II. Derechos

.C
A los viajantes y vendedores de plaza se les reconoce el derecho a la
remuneración, derecho al reintegro de los gastos realizados y el derecho a una
DD
indemnización por despido especial.

A. Derecho a la remuneración
La remuneración puede asumir distintas formas. Puede ser un sueldo fijo o
un sueldo fijo más una comisión o comisiones solamente.
LA

B. Derecho a una especial indemnización por despido


La indemnización se suma a la correspondiente al despido por normas del
Derecho laboral.
FI

El artículo 5 de la Ley 14.000 establece:


“En caso de despido, los viajantes y vendedores de plaza que hubieran
mantenido o contribuido a aumentar el volumen de los negocios de la
empresa, tendrán derecho a recibir una indemnización por clientela cuyo


monto será equivalente al 25 % (veinticinco por ciento) de la


indemnización que les corresponde por despido. Ambas indemnizaciones
las pierde el empleado que hubiere sido despedido por notoria mala
conducta.
Los viajantes y vendedores de plaza que con más de cinco años de
antigüedad en el establecimiento se retiren por su voluntad, tendrán
igualmente derecho a la indemnización de clientela la cual se calculará
considerando al empleado que se retira como si hubiera sido despedido”.

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CAPÍTULO SEGUNDO: AUXILIARES AUTÓNOMOS

Los auxiliares de comercio autónomos, son aquellos sujetos que no se


relacionan con el comerciante mediante un contrato de trabajo. No se
encuentran en condiciones de subordinación ni dependencia de clase
alguna. Su actuación es externa al establecimiento comercial por lo cual no
cumplen un horario y no tienen establecido un lugar específico de trabajo.

SECCIÓN PRIMERA: CORREDORES

OM
Los corredores tienen su regulación básica en el Código de Comercio, que
los califica como auxiliares del comercio.
El Código de Comercio establece un estatuto profesional especial para el
corredor con normas que se refieren, también, al corretaje.

.C
Subsección Primera: Corretaje

El Código de Comercio se refiere al corretaje, para calificarlo como acto de


DD
comercio (art. 7). No lo define.
El corretaje es una actividad de mediación en la circulación de bienes o
servicios. Quien participa como mediador es el corredor. El corredor busca a
los interesados en realizar un negocio y los conecta. Luego, tales interesados
celebran directamente el negocio.
LA

I. Mecanismos de actuación del corredor

El corredor, en su labor de corretaje, cumple normalmente con las siguientes


FI

etapas. En un primer momento una persona desea realizar un negocio y


encomienda a un corredor que encuentre un interesado.
Luego, el corredor comienza la búsqueda de una parte dispuesta a celebrar
el negocio objeto del corretaje. Cuando el corredor encuentra un eventual


interesado le comunica la voluntad de aquella primera persona de concluir un


negocio e indaga sobre el interés que puede tener la persona hallada en
concretar o no el negocio. Lograda la conformidad de la segunda persona
comunicará a la primera la aceptación por parte de aquélla.

Modalidades
La segunda persona cuando recibe noticias sobre el negocio, puede acceder
a que el corredor actúe como mediador o puede designar a un tercero, también
corredor, para que negocie las condiciones del contrato definitivo. En el primer
caso habrá un corredor único actuando para acercar a las dos partes; en el
segundo, habrá dos corredores.
Si el corredor logra que se celebre el contrato, cobrará una comisión a quien
se lo encargó o a ambas partes, según el caso.

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II. Naturaleza del corretaje

Teorías que le atribuyen naturaleza contractual


La mayoría de la doctrina sostiene que existe un contrato de corretaje.
Por el contrato de corretaje una persona encomienda a un corredor que
busque un interesado en un negocio que desea celebrar y se obliga a pagar
una comisión por la mediación, si obtiene un resultado.
El contrato de corretaje es un contrato autónomo y existe, aunque el
definitivo no se celebre.

OM
1. El corretaje no es un mandato

El corredor no tiene representación de la parte que lo contrata; no debe


realizar negocios jurídicos a nombre y por cuenta de éste. Sólo se le
encomienda una labor de acercamiento. Una persona le requiere al corredor
que se interponga en un negocio, que busque a otro contratante y que trate con
él.

.C
2. El corretaje no es un arrendamiento de servicios
DD
Cuando hay arrendamiento de servicio, se aplica el principio de que, para
toda actividad del hombre dirigida a satisfacer necesidades ajenas corresponde
una retribución. En el corretaje, la actividad sólo interesa en cuanto se obtiene
un resultado. Así es, que el corredor cobra comisión cuando el negocio ha sido
concluido.
LA

3. Corretaje como arrendamiento de obra

Cierta doctrina dice que el contrato de corretaje es arrendamiento de obra


con ciertos rasgos especiales. La particularidad del corretaje está dada porque
la remuneración del corredor se debe cuando se culmina la obra, celebrándose
FI

el negocio que se propició. En el arrendamiento de obra, quien arrienda su


trabajo se compromete a realizar una actividad para obtener un resultado. Ello
no sucede en el corretaje. El corredor no participa en la conclusión del contrato
que se celebra directamente entre las partes.


4. Nuestra posición

En nuestro concepto, el corretaje sería un arrendamiento de obra sui


generis, calificado por determinadas particularidades. Las particularidades más
importantes son: el corredor no se obliga a realizar una actividad; pero si la
realiza y logra el acercamiento de las partes, percibe una comisión.
El mediador no está obligado a realizar su actividad de intermediario. El
mediador y quien le hace un encargo, pueden desistir sin justificar la causa y
sin asumir responsabilidad. Esta libertad de separación de las dos partes
contratantes es la nota característica que distingue la relación de mediación del
arrendamiento de obra común.

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III. Comercialidad del corretaje

El corretaje es siempre comercial porque así lo dispone el artículo 7, inciso


2, del Código de Comercio. En el artículo 7, inciso 2, se establece que es
comercial toda operación de corretaje. Como la norma no distingue, se
entiende por la doctrina que es corretaje comercial tanto el que se vincula con
operaciones comerciales como el que tiene por objeto negocios civiles.
En consecuencia, el corretaje puede vincularse a operaciones civiles como,
por ejemplo, una compraventa de inmuebles.

OM
Subsección Segunda: Corredores

I. Caracteres del corredor

A. El corredor como mediador

.C
“El corredor es un mediador...”. En la mediación, el mediador se limita a
poner en contacto a dos contratantes: ofertante y demandante que luego
celebran entre sí, directamente, el contrato que fue objeto de la mediación.
DD
B. El corredor como auxiliar
El corredor es una figura que auxilia al comerciante pero ajeno al personal
del establecimiento. Es un auxiliar no subordinado.
LA

C. Corredor como comerciante


En doctrina se plantea la siguiente interrogante: ¿es comerciante el
corredor? Se han sostenido varias posiciones.
FI

1. El corredor no es comerciante

Son dos los argumentos para sostener que el corredor no es comerciante: el


Código lo califica de auxiliar y el Código de Comercio en el artículo 106 le
prohíbe ejercer actos de comercio fuera del corretaje.


2. El corredor es un comerciante

Los argumentos para sustentar que el corredor es comerciante son los


siguientes. El corredor es comerciante por aplicación de los artículos 1 y 7 del
Código de Comercio. Si el corretaje es un acto de comercio y si todo el que
ejerce el comercio, por cuenta propia, haciendo de ello su profesión habitual es
comerciante, la consecuencia necesaria del razonamiento es que el corredor es
comerciante. El corredor ejerce el corretaje en nombre y por cuenta propia. Él
asume los riesgos del ejercicio del corretaje. Reiteramos, además, que no hay
que confundir el contrato de corretaje celebrado por el corredor por su cuenta,
con el negocio que las partes quieren celebrar por medio del corredor.

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La calificación del corredor como agente auxiliar no excluye que se le
considere como comerciante. El acarreador o el transportador y el barraquero o
administrador de depósito, aun cuando se les califique como auxiliares, son
comerciantes. Todos ellos realizan por cuenta propia actos de comercio
enumerados expresamente en el artículo 7 y cumpliendo con todos los
requisitos del artículo 1.
La prohibición del artículo 106, inciso 1, significa limitar el ejercicio del
comercio a una categoría de actos mercantiles: el corretaje. El corredor es un
comerciante que, por la naturaleza particular de sus funciones, sólo puede
explotar el único ramo de actividades mercantiles consentido por la Ley. Es un
caso de incompatibilidad legal entre el ejercicio de un ramo del comercio y

OM
todos los demás, impuesta por motivos de interés del mismo comercio.

III. Estatuto del corredor

El ejercicio del corretaje es libre, pero el Código exige una serie de requisitos

.C
para que pueda desempeñarse.

A. Condiciones exigidas para ser corredor


DD
Los artículos 89 y 90 contienen las condiciones para ser corredor.

1. Edad

Para ser corredor no basta con la capacidad para ejercer el comercio. Se


requiere una edad especial: 21 años (art. 89). Se trata de un régimen más
LA

severo que para el comerciante en general, pues puede ser comerciante quien
tenga capacidad y ésta se adquiere a los 18 años.

2. Condiciones de idoneidad
FI

De acuerdo al artículo 90, numeral 3, quien quiere ser corredor debe


acreditar que ha “ejercido el comercio por sí o en alguna casa de corredor o de
comerciante por mayor en calidad de socio gerente, o cuando menos de
tenedor de libros, con buen desempeño y honradez”.


3. Domicilio

Se le exige domicilio por más de un año en el lugar donde pretende actuar


como corredor. Con esta exigencia se asegura que el corredor tenga
conocimiento de la plaza donde va a actuar.

4. Quiénes no pueden ser corredores

Hay diversas personas que no pueden ser corredores. El Código de


Comercio establece que no pueden ser corredores las mujeres (art. 89). La
norma es anacrónica pero estará vigente. La Ley de 1.946 no cambia esta

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situación pues es una ley sobre capacidad y esta norma contiene una
prohibición.
No pueden ser corredores los que tienen prohibiciones para comerciar (art.
89, n. 1). La norma contiene entre paréntesis una referencia a los artículos 27 y
29. En consecuencia, no pueden ser corredores: las corporaciones
eclesiásticas, los clérigos, los magistrados civiles y jueces, los concursados y
las personas en estado de interdicción.
En el mismo artículo 89 se prohíbe ser corredor a quien fue destituido (art.
89, n. 3).

OM
5. Inscripción en el Registro Nacional de Comercio

El artículo 90 del Código de Comercio establece la obligación de


matricularse ante el Juzgado Letrado de Comercio de la Capital o en el
Juzgado Ordinario de su domicilio.

a. Sobre la vigencia de la inscripción registral

.C
El sistema registral fue reformado por la Ley 16.871.
El Registro se lleva por el Registro Nacional de comercio.
El sistema registral vigente se organiza sobre la base de fichas personales
DD
en las cuales se registran los datos personales de las personas físicas o los
datos relacionados con las sociedades comerciales.
La persona que es corredor debe inscribirse en la ficha registral, sucedánea
de la matrícula.
En el trámite previsto en el Código de Comercio debe solicitarse la
LA

inscripción judicialmente, por escrito, acreditándose las condiciones de


capacidad e idoneidad requeridas. El Juez ordenará la inscripción registral,
después de efectuar los controles pertinentes, oficiando el Registro.

b. Situación del corredor no matriculado


FI

¿Cuál es la situación jurídica del corredor no matriculado?


Por el solo hecho de realizar actos de corretaje, una persona se convierte en
corredor. Una persona que no ha cumplido con los requisitos y exigencias del
estatuto profesional del corredor igual puede realizar actos de corretaje.


Quien ejerce el corretaje es corredor y debe resignarse a que se le aplique el


estatuto legal del corredor. Quien ejerce una actividad mercantil está sujeto a
Derecho. Si no cumple con obligaciones legales, queda sujeto a las sanciones
previstas por la Ley. Después las analizaremos.

6. Juramento

El artículo 91 dice así: “Antes de entrar al ejercicio de sus funciones


prestarán ante el Juez L. de Comercio, o ante el Alcalde Ordinario de su
domicilio, juramento de llenar fielmente los deberes que les están impuestos”.
¿Qué consecuencias tiene la no prestación del juramento? Quien no jura
¿no es corredor? No hay sanción especial, salvo la genérica del artículo 111,

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inciso 2; podrá entonces sancionarse esa omisión con la cancelación de su
registro.

B. Obligaciones del corredor

1. Inscripción registral

La primera obligación que establece el Código es la de inscribirse en el


Registro Nacional de Comercio. Se trata de un deber que integra el estatuto
profesional del corredor y que ya analizamos.

OM
2. Obligación de llevar libros

La segunda obligación del corredor es la de llevar ciertos libros. La Ley, en


sus artículos 92 y 93, impone a los corredores la obligación de llevar dos libros,
el manual y el registro.
Se impone un gran detalle en los asientos.

.C
a. Libro manual y registro
DD
* Libro manual
El artículo 92, inciso 1 se refiere al libro manual: “Los corredores deben
llevar un asiento exacto y metódico de todas las operaciones en que
intervienen, tomando nota de cada una, inmediatamente después de concluida,
en el cuaderno manual foliado”. El libro manual es un borrador. El único
LA

requisito formal impuesto por la norma es que debe estar encuadernado y


foliado.

* Libro registro
El libro registro se debe llevar con requisitos similares a los libros del
FI

comerciante: encuadernado, forrado, foliado y habilitado por el Registro


Nacional de Comercio. Equivale a un libro diario. El libro registro se impone por
el artículo 94, incisos 1 y 2:
“Diariamente se trasladarán todos los artículos del cuaderno manual a un


registro copiándolos literalmente, sin enmiendas, abreviaturas, ni


interposiciones, guardando la misma numeración que lleven en el manual.
El registro tendrá las mismas formalidades que se prescriben en el
artículo 65, para los libros de los comerciantes, so pena de una multa que
será determinada por los reglamentos”.

* Sanciones por no llevar libros


No llevar libros le apareja distintas sanciones. Se establecen, en el artículo
110. Nos interesa adelantar que el corredor pierde el derecho a cobrar su
comisión si no pasa en tiempo una minuta de acuerdo a su libro registro (art.
103). En consecuencia, si una persona realiza actividad de corretaje, no podrá
cobrar comisión si no lleva el libro de registro del cual debe extraer los datos
para la minuta.

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b. Conservación de libros
El artículo 105, impone la conservación de libros para los casos de muerte o
destitución del corredor. Los libros se conservarán en el Juzgado del lugar. La
norma tiene su fundamento en el interés de los libros para los terceros, que
celebran contratos por intermedio del corredor. El Juzgado es un lugar que
ofrece garantías para su conservación y su eventual exhibición.

c. Los libros del corredor como medio de prueba


Los libros de los corredores son medios de prueba (art. 192, inc. 5). Pueden
servir para probar aquellos contratos comerciales celebrados con su

OM
intervención y sirven además como prueba de las relaciones del corredor con
las partes que le han encomendado su intervención. Además, tienen eficacia
probatoria los certificados extraídos de los libros (art. 192, inc. 2). Cualquiera
de las partes contratantes del negocio concluido puede invocar como prueba
tales certificados.
Se plantea qué libro tiene mayor eficacia. Alguna doctrina señala que debe
preferirse el manual porque sus asientos se extienden en el momento mismo

.C
del negocio y refleja auténticamente su contenido. Además, se agrega que
pudo haber sido mal trascripto en el registro. Otros autores sostienen que tiene
más eficacia el Registro porque se rodea de formalidades. Por otra parte, a él
DD
se refiere el artículo 94, inciso 3.
Las partes de un negocio celebrado por intermedio de un corredor podrán
solicitar una exhibición parcial, esto es, de los asientos vinculados con la
negociación que da origen a la controversia judicial.
Puede decretarse de oficio (art. 94, inc. 3). Para el caso de que el corredor
se negare a efectuar la exhibición, no hay sanción especial. Se aplicaría el
LA

artículo 111 que prevé la posibilidad de su destitución.

3. Obligaciones relacionadas con el corretaje


FI

El corredor tiene varias obligaciones.

a. Primera obligación
La primera obligación del corredor es proponer los negocios con exactitud y


claridad. El artículo 99 dice así:


“Los corredores propondrán los negocios con exactitud, precisión y
claridad, absteniéndose de hacer supuestos falsos que puedan inducir en
error a los contratantes.
Si por este medio indujeren a un comerciante a consentir en un contrato
perjudicial, serán responsables del daño que le hayan causado”.
El inciso 2 del artículo 99 se refiere a la responsabilidad respecto al
comerciante. Aclaramos que, a pesar del texto legal, la responsabilidad existe,
sea o no comerciante quien encarga el negocio o el tercero que se aviene a
celebrarlo.
El artículo 100 agrega: “Se tendrán por supuestos falsos, haber propuesto un
objeto comercial bajo distinta calidad que la que se le atribuye por el uso

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general del comercio y dar una noticia falsa sobre el precio que tenga
corrientemente en la plaza la cosa sobre que versa la negociación”.
El texto utiliza las expresiones “supuestos falsos” e “indujeren a un
comerciante”. Tales términos suponen una actuación dolosa.

b. Segunda obligación
El corredor debe controlar la identidad y capacidad de los contratantes a
quienes ha acercado. El artículo 97, inciso 1, establece: “Los corredores deben
asegurarse, ante todas cosas, de la identidad de las personas, entre quienes
se tratan los negocios en que intervienen, y de su capacidad legal para

OM
celebrarlos”. De este modo se facilita la contratación; las partes no deben hacer
averiguaciones, pues confían en el corredor y en el cumplimiento de este
deber.
El inciso 2 del artículo 97 establece la responsabilidad del corredor: “Si a
sabiendas intervinieren en un contrato hecho por persona que según la Ley no
podía hacerlo, responderán de los perjuicios que se sigan por efecto directo e
inmediato de la incapacidad del contratante”.

.C
c. Tercera obligación
El corredor debe asistir a la entrega de los efectos vendidos.
DD
El artículo 102 establece:
“En las ventas hechas con su intervención, tienen obligación de asistir a la
entrega de los efectos vendidos, si los interesados o alguno de ellos lo
exigiere.
Están igualmente obligados, a no ser que los contratantes expresamente
LA

los exoneren de esta obligación, a conservar las muestras de todas las


mercancías que se vendan con su intervención, hasta el momento de la
entrega, tomando las precauciones necesarias para que pueda probarse
la identidad”.
FI

d. Cuarta obligación
El corredor debe estar presente en la firma del contrato. El artículo 104
dispone: “En los negocios, en que por convenio de las partes, o por disposición
de la ley haya de extenderse contrata escrita, tiene el corredor la obligación de


hallarse presente al firmarla todos los contratantes, y certificar al pie que se


hizo con su intervención, recogiendo un ejemplar que conservará bajo su
responsabilidad”.

e. Quinta obligación
El corredor debe entregar una minuta. El artículo 103 establece:
“Dentro de las veinticuatro horas siguientes a la conclusión de un
contrato, deben los corredores entregar a cada uno de los contratantes,
una minuta del asiento hecho en su registro, sobre el negocio concluido.
Esta minuta será referente al registro y no al cuaderno manual.

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Si el corredor no la entrega dentro de las veinticuatro horas, perderá el
derecho que hubiese adquirido a su comisión, y quedará sometido a la
indemnización de daños y perjuicios”.
La minuta es un extracto del asiento efectuado en el libro registro. La minuta
sirve como prueba para el caso de dificultad o controversia (art. 192, inc. 2).
Viene a ser una rendición de cuentas.

f. Sexta obligación
Las partes que celebraron un contrato con la mediación de un corredor,
pueden requerirle un certificado.

OM
El artículo 95, inciso 1, establece: “Ningún corredor podrá dar certificado,
sino de lo que conste de su registro y con referencia a él”. El artículo 96
agrega: “El corredor que diere certificación contra lo que constare de sus libros,
será destituido, e incurrirá en las penas del delito de falsedad”.
El certificado debe hacer referencia al Registro, esto es, a la página en que
figura el asiento y número de orden. Si lo dieran a terceros se violaría la

.C
obligación de guardar secreto, que luego analizaremos. La importancia de los
certificados radica en que constituyen medios de prueba (art. 192, inc. 2).

g. Séptima obligación
DD
El corredor tiene obligación de guardar secreto. El artículo 101 dispone:
“Guardarán secreto riguroso de todo lo que concierna a las negociaciones que
se les encargan, bajo la más estrecha responsabilidad de los perjuicios que se
siguieren por no hacerlo así”. El artículo 95, inciso 2, establece: “Sólo en virtud
de mandato de autoridad competente, podrá atestiguar lo que vio u oyó
LA

relativamente a los negocios de su oficio”. El Juez podrá requerir su testimonio


en un juicio relacionado con un negocio celebrado por su intermedio, en que las
partes litiguen.
Se aplica, también, al corredor el artículo 302 del Código Penal que dispone:
“El que, sin justa causa, revelare secretos que hubieran llegado a su
FI

conocimiento, en virtud de su profesión, empleo o comisión, será castigado,


cuando el hecho causare perjuicio, con multa de 100 U.R. (cien unidades
reajustables) a 600 U.R. (seiscientas unidades reajustables)”. El fundamento de
este tipo de normas es que el corredor no viole la confianza que en él
depositaron los particulares.


4. Prohibiciones

En el estatuto legal del corredor se le imponen varias prohibiciones que


enunciamos a continuación.

a. Prohibición de ejercer el comercio


El artículo 106, inciso 1, prohíbe a los corredores realizar otros actos de
comercio más que el corretaje. La sanción por la violación de esta prohibición
es la nulidad del contrato o los daños y perjuicios que causare por la ilicitud
cometida.

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El fundamento de la prohibición es la tutela de los terceros y evitar
competencia desleal.
Como excepción a la prohibición, el artículo 107 establece: “No se
comprende en la disposición del artículo antecedente, la adquisición de títulos
de la deuda pública ni de acciones de sociedades anónimas, de las cuales, sin
embargo, no podrán ser directores, administradores o gerentes, bajo cualquier
título que sea”.
La adquisición de títulos y acciones puede ser sólo una inversión, hecha por
el corredor con el fin de obtener rentas. En tal caso, puede el corredor hacerla.
Si adquiere acciones no podrá ser director o administrador de la sociedad
cuyas acciones adquirió.

OM
b. Prohibición de constituir sociedades
El corredor no puede ejercer el comercio en forma personal y tampoco lo
puede hacer bajo una forma social. El art. 106, inc. 1 le prohíbe contraer
sociedad.

.C
Con esta norma se busca impedir que los corredores ejerzan el comercio
bajo cualquier forma que sea. La prohibición se dicta para tutela de terceros y
para evitar una competencia desleal.
Recordamos que el art. 107 antes transcripto admite que puede adquirir
DD
acciones de una sociedad anónima con la salvedad de que no pueden ser sus
administradores o directores.
En doctrina, hay discrepancias en cuanto al alcance de la norma en lo que
respecta a las sociedades formadas por corredores, para ejercer el corretaje.
Algunos autores sostienen que puede haberla.
LA

Personalmente creemos, como MALAGARRIGA, que los corredores no pueden


constituir sociedades para realizar una actividad comercial ni para ejercer el
corretaje pues la norma prohibitiva no distingue. Los corredores no pueden
constituir ningún tipo de sociedad. El corretaje se prevé como función
personalísima, indelegable. Las obligaciones y responsabilidades de los
FI

corredores tienen carácter personalísimo.

c. Prohibición de adquirir cosas cuya venta les ha sido encargada


o ha sido encargada a otro corredor


El artículo 106 inciso 3 dice así: “3º Adquirir para sí, o para persona de su
familia inmediata, las cosas cuya venta les haya sido encargada, ni las que se
dieren a vender a otro corredor, aun cuando protesten que compran unas u
otras para su consumo particular, so pena de suspensión o perdimiento de
oficio a arbitrio del Juez competente, según la gravedad del caso”. ¿Cuál es el
alcance de la expresión “familia inmediata”?
La razón de la prohibición es impedir que el corredor pueda beneficiarse él o
sus familiares, en perjuicio de quien le encargó el negocio. La prohibición de
adquirir cosas cuya venta ha sido encargada a otro corredor tiende a evitar
que, por razones de consideración entre corredores, éstos se entiendan entre
sí, en perjuicio de los comerciantes que le encomiendan negocios.

d. Prohibición de garantizar la solvencia de una de las partes

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El corredor no puede constituirse en responsable de la solvencia de los
contrayentes. Lo dispone el artículo 98, inciso 1. Con esta norma se quiere
asegurar la imparcialidad e independencia del corredor. Si prestara garantía
saldría de esa línea de neutralidad. El corredor sólo aproxima a las partes; no
puede constituirse en parte ni tomar interés en el negocio de ninguna forma.
Una excepción a esta norma se encuentra en el artículo 98 inciso 2 que dice
así: “Serán sin embargo, garantes en las negociaciones en letras y valores
endosables de la entrega material del título al tomador, y de la del valor al
cedente, y responsables de la autenticidad de la firma del último cedente a
menos que se haya expresamente estipulado en el contrato que los
interesados verifiquen las entregas directamente”. Se le impone su garantía en

OM
negociaciones de letras de cambio y papeles endosables con relación a tres
obligaciones: * la entrega del título al tomador; * la entrega de valor al cedente;
* la autenticidad de la firma del último cedente.
En realidad, con esta excepción no se garantizan obligaciones asumidas
sino que se le encarga el contralor de la ejecución del contrato en que
intermedió y se le responsabiliza por ese contralor. Si el corredor intermedió en

.C
la negociación de una letra, en virtud de la cual el titular de un título valor lo
cederá a otra persona, se le impone que asegure que el cedente entregue el
título y que el cesionario lo pague, así como asegurarse de la autenticidad de la
firma del cedente. Se trata del desarrollo de la obligación prevista en el artículo
DD
102 que le impone su asistencia al acto de entrega de efectos vendidos o de
estar presentes en el acto de firmar el contrato escrito, si éste es necesario (art.
104).

e. Prohibición de realizar cobros o pagos


LA

Se prohíbe al corredor hacer cobranzas y pagos por cuenta ajena (art. 106,
inc. 2). El artículo 106, inciso 2, dice así: “2º Encargarse de hacer cobranzas y
pagos por cuenta ajena, so pena de perdimiento de oficio”. Para esta hipótesis
se establece expresamente la sanción de pérdida del oficio.
La razón de la prohibición es que tales actos son ajenos a la naturaleza del
FI

corretaje.

f. Prohibición de intervenir en contratos ilícitos


El artículo 109, inciso 1, dice así: “1º Intervenir en contratos ilícitos o


reprobados por derecho, sea por la calidad de los contrayentes, por la


naturaleza de la cosa sobre que versa el contrato, o por la de los pactos o
condiciones con que se celebren”.

g. Prohibición genérica
El artículo 111 inciso 1 prohíbe al corredor actuar con dolo o fraude. Se trata
de una norma genérica que impone actuar con licitud.

5. Sanciones

El cumplimiento de las diversas obligaciones de los corredores se asegura


previendo sanciones de diversa índole. Para algunos incumplimientos se

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prevén dos o más sanciones (arts. 96 y 110). Enunciamos las sanciones a
continuación.

a. Nulidades
La sanción común a las prohibiciones de realizar un negocio a nombre
propio, formar sociedad y tomar parte de buques o cargas y otorgar garantías,
es la nulidad del acto celebrado.

b. Suspensión del cargo


Se aplica para el caso de libros mal llevados (art. 110).

OM
El artículo 113 se refiere al corredor que quebrara. El art. 113 fue derogado
por la Ley concursal nº 18.387 (art. 256).

c. Destitución o pérdida de oficio


La destitución equivale a una cancelación de la matrícula. Se aplica cuando
el corredor viola la prohibición de realizar un negocio por cuenta propia o ajena

.C
y formar parte de sociedades y tener parte de buques o cargas.

d. Obligación de reparar los daños y perjuicios


DD
La sanción de reparar los daños y perjuicios se aplica en las hipótesis de los
artículos 97, 99, 101 y 103.

e. Pérdida de la comisión
La pérdida de comisión se aplica en el caso del artículo 103, inciso 3, si no
LA

presenta minuta. En ese caso además, deberá indemnizar daños y perjuicios.

f. Sanción penal
Se tipifica el delito de falsedad, cuando se expide certificación contraria a
libros (art. 96).
FI

6. Derechos del corredor

El corredor tiene derecho a una retribución por su labor de intermediación.




Es la contraprestación debida por quien encargó un negocio al corredor y


correlativa a la prestación hecha por éste. La comisión debe ser la acordada
por las partes y a falta de convención se debe pagar la que sea de uso en la
plaza.
El derecho a la remuneración nacerá cuando se celebre el contrato, por las
personas entre las cuales medió. Si el contrato no se concluye, no surge
derecho a cobrar comisión por más servicios que haya prestado el corredor.
Lo que afirmamos sobre el momento en que nace el derecho a comisión está
consagrado por el Código.
El art. 112 del CCom dispone:

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“El Tribunal Superior de Apelaciones organizará a propuesta del
Juez L. de Comercio, un arancel de los derechos que a los
corredores competan sobre los contratos en que intervengan.
Todo derecho de corretaje, no mediando estipulación en contrario,
será pagado proporcionalmente por las partes”.
El artículo 112, en el inc. 1º se refiere a contratos y el inc. 2º se refiere a las
partes, lo que supone que hubo un resultado en la actividad del corredor,
puesto que las partes existen cuando se ha formalizado en negocio.
Como ya señalamos antes, si el corredor no entrega la minuta dentro de las
veinticuatro horas, perderá el derecho que hubiese adquirido a su comisión y

OM
quedará sometido a la indemnización de daños y perjuicios (art. 103, inc. 3).
Hay autores que dicen que quien efectúa un corretaje puede cobrar comisión
aunque ejerza de hecho el corretaje por aplicación del artículo 1.834 del Código
Civil. El artículo 1.834 establece que el que hiciere algún trabajo tiene derecho
a demandar el precio, aunque no se haya ajustado, siempre que tal trabajo
fuera de su profesión o modo de vivir honesto. Si no fuera de su profesión,
puede demandar el precio si no se puede presumir intención de beneficiar a

.C
quien prestó el servicio.
No estamos de acuerdo con esa posición. El corredor está sujeto a un
estatuto legal. Ese estatuto se le impone para garantía de terceros. Si no lo
DD
cumple, una de las sanciones es la pérdida de la comisión.
LA
FI

SECCIÓN SEGUNDA: REMATADORES




La Ley no define el remate ni tampoco al rematador o martillero. Se dan por


conocidos los conceptos de remate y rematador. La Ley simplemente crea un
estatuto para el rematador.
La profesión del rematador estaba regulada por el Código de Comercio,
entre los auxiliares de comercio. Las normas del Código de Comercio fueron
modificadas por las leyes 13.999 de 1.971 y 14.175 de 1.974. El Decreto Ley
15.508 deroga los artículos 114 a 123 del Código de Comercio y las leyes
citadas. La Ley 16.736, en sus artículos 433 a 435, introduce modificaciones al
régimen del Decreto Ley 15.508.
Hay normas sobre remate en otras disposiciones del Código de Comercio
como el artículo 1.761 y, también, las hay para remates judiciales, en el Código
General del Proceso y en acordadas de la Suprema Corte de Justicia. Además,
hay muchas normas legales y reglamentarias para remates especiales.

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Subsección Primera: El Remate

El remate es un acto de comercio, en virtud de lo dispuesto por el artículo 7,


que reputa acto de comercio: “Toda operación de cambio, banco, corretaje o
remate” (n. 2).
El remate es un mecanismo para la formación del consentimiento en la
celebración de contratos.
El propietario de un bien, interesado en venderlo, solicita la intervención de
rematador. El rematador acepta el encargo.
En primer término, el rematador pone en conocimiento del público que se ha
de realizar un remate. El rematador formula una propuesta pública y completa

OM
de contratación con un solo punto sin fijar el precio. La oferta hecha por el
rematador es a persona indeterminada.
Luego, el remate propiamente dicho, se concreta en lugares accesibles a
varias personas.
Mediante todo este mecanismo se crea la posibilidad de que concurran
varios interesados en aceptar la oferta formulada.

.C
El rematador preside el acto de remate. El rematador ofrece el bien en
público, en forma simultánea a las personas reunidas en el lugar anunciado en
la publicidad previa.
DD
El precio se fija en condiciones especiales: los interesados en que se les
adjudique el bien subastado, efectúan posturas o pujas. Las ofertas se realizan
en forma verbal y pueden intervenir todas las personas presentes. Las
personas presentes en el acto de remate están aceptando la intervención del
rematador.
LA

Las ofertas van aumentando hasta llegar a un límite en que nadie mejora la
puja. El rematador adjudica los bienes en remate al mejor y último postor. El
precio se fija, por lo tanto, en la mayor oferta que se realice en el acto del
remate. El rematador, antes de realizar la adjudicación, debe anunciar que se
ha realizado una última oferta y quien la ha formulado, dando una última
FI

oportunidad para mejorarla. Si, efectuada la advertencia, nadie hace una nueva
postura, el martillero declara la adjudicación, bajando su martillo.
Si el remate es de cosa mueble, el contrato de compraventa se perfecciona
con la aceptación de la mejor oferta por el rematador. Luego, el contrato deberá
cumplirse con las prestaciones consiguientes: pago del precio y entrega del


bien. Si el remate es de un bien inmueble o de otro bien cuya compraventa


requiere formalidades, la aceptación del precio significa haber logrado un
acuerdo sobre los elementos del contrato, que luego se habrá de celebrar con
las formalidades del caso.
Debemos distinguir el remate del contrato final que se perfecciona por su
intermedio. El remate se ha considerado acto de comercio; pero el contrato,
que se celebra mediante ese mecanismo, puede o no ser comercial. Por
ejemplo, el remate de un inmueble es comercial a pesar de que las
transacciones sobre inmuebles escapan al Derecho Comercial, no son
comerciales. El acto del remate es comercial. La enajenación realizada es civil.
En principio, cualquier contrato puede celebrarse utilizándolo. En la práctica,
sólo lo adoptan los contratos de compraventa. En materia de arrendamientos

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de inmuebles hay prohibición legal de remate tanto para los arrendamientos
urbanos como para los rurales.

A. Sobre la independencia de cada postura


Cada postura tiene una cierta independencia de las otras.
Si una oferta es superada por otra, el ofertante deja de estar obligado. Lo
mismo sucede si la oferta superior es declarada nula. La oferta posterior,
aunque se anule, hace desaparecer la oferta precedente. El vendedor no
puede pretender que el ofertante esté aún ligado ni el ofertante puede
pretender que el bien le sea adjudicado.

OM
B. Falta de postores
El remate fracasa por falta de postores. En este caso, el rematador no puede
pretender compensación alguna por el trabajo realizado, pues debe entenderse
que la remuneración le corresponde sólo si la venta se efectúa y sobre el
producido de ésta.

.C
III. Clases de remate
DD
Hay muchas clasificaciones de remates

A. Primera clasificación
Los remates se dividen en privados y judiciales.
LA

Los remates privados son aquellos en los cuales el rematador actúa por
encargo de un particular.
Los remates judiciales son aquellos en que el rematador actúa por orden del
Juez. Estos pueden ser voluntarios o forzosos. Voluntarios son aquellos
realizados por decisión de un interesado que desea vender determinado bien o
FI

bienes. Por ejemplo, el caso del integrante de un condominio que, a los efectos
de hacerlo cesar, solicita realizar un remate judicial. Será forzoso el remate
judicial cuando la venta por remate es impuesta al dueño de los bienes a
subastar, en el caso de la vía de apremio en los juicios ejecutivos.
Interesa la distinción entre remates judiciales y privados, por cuanto los


primeros tienen una serie de formalidades especiales establecidas por el


Derecho Procesal (art. 387 C.G.P.).
En el remate judicial, la diligencia es presidida por el Juez, el actuario,
secretario o alguacil del juzgado. Se dispone que se labra un acta, en que se
dejará constancia del resultado del remate, de la entrega de la seña y del
nombre y domicilio del mejor postor, dentro del radio del tribunal.

B. Segunda clasificación
Los remates pueden ser con base o sin base. Los remates con base son
aquellos en los cuales, con anterioridad al remate, el dueño de los bienes o la
autoridad que dispone el remate fija una cifra que se anuncia con anticipación.
Las ofertas deben ser superiores a esa cifra; el rematador no puede aceptar

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ofertas inferiores a la base. En el remate sin base, los ofertantes pueden hacer
las posturas que se les ocurran y queda librado al criterio del rematador
determinar cuándo los precios ofrecidos son ventajosos para el dueño (art. 2
Dec. Ley 15.508).
Cuando el remate es judicial, el juez ordena el remate sobre la base de las
dos terceras partes de la tasación o al mejor postor si así se hubiera acordado
(art. 387 CGP). A los efectos de la tasación se estará a lo establecido en los
artículos 383 y 384 del Código General del Proceso.
Artículo 383 del Código General del Proceso: “Trabado el embargo, se
procederá a la tasación de los bienes, salvo que en el título se hubiere
establecido la venta de los mismos al mejor postor o que así lo pidieren las

OM
partes, de común acuerdo”.
Artículo 384 del Código General del Proceso:
“La tasación de los inmuebles se hará por la Dirección Nacional de
Catastro y Administración de Bienes del Estado, la que establecerá el
valor real; en caso de impugnación de esa tasación, el tribunal designará
perito único para que la efectúe.

.C
Tratándose de bienes muebles, la tasación se hará también en base a los
valores establecidos por perito único designado por el tribunal”.
DD
IV. Naturaleza jurídica del remate

La operativa del remate crea distintas relaciones jurídicas.


LA

A. Relación entre vendedor y rematador


El remate crea relaciones entre la persona que encomienda la subasta y el
rematador que tiene que realizarlo.
La Ley no ha hecho un contrato especial del acto por el cual pactan el dueño
de los bienes y el rematador, la realización del remate. Tal acto, en sí mismo,
FI

no es distinto del mandato comercial ni de la comisión.


El rematador será mandatario o comisionista según que, en el acto del
remate, invoque o no el nombre de la persona por cuya cuenta actúa.
El rematador en remates judiciales no obra como mandatario ni como


comisionista sino que con la calidad de un oficial público. Actúa como un


auxiliar de la justicia.

B. Relación entre rematador y adquirente


Quien formula posturas en el remate está aceptando la intervención del
rematador. Nace, por lo tanto, una relación jurídica entre rematador y quien,
estando presente en el acto de remate, formula posturas. En función de esa
relación, el mejor postor se obliga al pago de una comisión por esa
intervención, para el caso de que se le adjudique el bien rematado.

C. Relaciones posteriores a la culminación del remate

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Culminado el remate, el mejor postor quedará vinculado por su oferta.
Debemos distinguir diversas situaciones.
Si el rematador actuó como mandatario, realizado el remate surgen
relaciones derivadas del contrato o de la negociación preliminar que se
perfecciona por el remate, entre quien lo encargó y el adquirente de lo
subastado. El obligado será siempre el mandante y contra él irá el adquirente
que tenga alguna reclamación que hacer.
Si el rematador actuó como comisionista, la relación contractual final se
establece entre el rematador y el mejor postor. Éste no tendrá acción alguna
contra el comitente, a diferencia de la situación anterior. Desde luego, el
rematador puede hacer cesión de sus derechos a favor del oferente o del

OM
comitente (art. 337 C.Com.).
Si el rematador actuó como auxiliar de la justicia, no es mandatario ni
comisionista. Cumple con una función. El juez que ordenó el remate deberá
disponer el pago del precio y la entrega del bien en las condiciones previstas
por la Ley procesal.

.C
Subsección Segunda: El Rematador

El rematador o martillero –la Ley usa estas dos denominaciones


DD
indistintamente– es la persona que, en forma habitual y como profesión, realiza
actos de remate.
Es quien formula al público las condiciones del contrato, es quien recibe las
ofertas que los interesados efectúan, es quien –con un golpe de martillo–
acepta el precio más alto ofrecido.
LA

I. Naturaleza del rematador

En doctrina se plantea si el rematador es o no un comerciante. Se sustentan


FI

diversas opiniones.

A. El rematador no es comerciante
FERNÁNDEZ dice que no son comerciantes porque nuestro Derecho Positivo


expresamente los califica de agentes auxiliares del comercio. Se argumenta


que el rematador actúa por cuenta del dueño de los bienes, aceptando el precio
ofertado y, de este modo, perfeccionando la compraventa.
Le faltaría una de las condiciones para que pueda ser considerado
comerciante: ejercicio de actos de comercio “de cuenta propia”.
Esta posición es criticable. Lo que debe considerarse para categorizarlo
como comerciante es su actividad, presidiendo el mecanismo del remate. En
esa actividad actúa por cuenta propia.

B. El rematador es comerciante

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Aplicando el artículo 1 del Código de Comercio, el rematador es un
comerciante, pues ejerce actos de comercio (art. 7), haciendo de ello su
profesión habitual.
La actividad de remate, la realiza por cuenta propia, percibiendo luego
comisiones del vendedor y del comprador. Sólo en las relaciones que se
conciertan con el comprador para vincularlo con el vendedor, el rematador actúa
por cuenta ajena.

II. Estatuto del rematador

OM
A. Condiciones para ser rematador
Los requisitos para ser rematador están fijados por el artículo 1 del Decreto
Ley 15.508. Debe ser mayor de edad, tener capacidad, ser ciudadano natural o
legal, y tener certificado policial de buena conducta; debe acreditar idoneidad:
haber aprobado cursos oficiales de rematador dictados por la Universidad del

.C
Trabajo.

1. Matrícula y registro
DD
Se le exige estar inscripto en la matrícula de rematadores que lleva la
Asociación Nacional de Rematadores.
Al respecto, debemos distinguir entre matrícula y registro de rematadores
(art. 5, inc. 1). La matrícula se necesita para ser rematador y el registro para
intervenir en remates públicos.
LA

La matrícula y el registro se llevan en la Asociación Nacional de


Rematadores.

2. Sociedades civiles
FI

El Decreto Ley 15.508 admite la formación de sociedades de carácter civil,


cuyo objeto sea la realización de actos de remate y actividades afines. El
artículo 10 del Decreto Ley 15.508 establece:
“El ejercicio de la actividad de rematador, es esencialmente personal. Se


admitirá sin embargo, la formación de sociedades de carácter civil, cuyo


único objeto lo constituya la realización de actos de remate y actividades
afines (art. 2º literal a) de la presente ley) con tal que la sociedad sea de
tipo personal y que los actos de remate se cumplan en todos los casos
por intermedio de un Rematador”.

B. Funciones, facultades y derechos del rematador

1. Funciones del rematador

Las funciones del rematador son las siguientes.


* Efectuar ventas en remate de cualquier clase de bienes, en exclusividad.
Sólo ellos pueden realizar remates.

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* Tasar e informar sobre el valor real de cualquier clase de bienes. La
tasación puede constituir una actividad previa al remate o ser una
actividad independiente de cualquier remate.
* Puede el rematador ser depositario judicial o consignatario. Así se
dispone por el Decreto reglamentario.

2. Facultades del rematador

El rematador puede pedir en oficinas públicas, informes o certificados, que


necesite para cumplir con sus funciones.

OM
En relación con los actos de remate, sus facultades son las siguientes:
puede requerir el auxilio de la fuerza pública, para asegurar la normalidad del
remate.
En los remates con base, la oferta tiene que ser superior a una determinada
cifra que se anuncia con anticipación. El Decreto Ley faculta a los rematadores
a suspender el remate cuando las pujas no alcancen el precio que se le ha
señalado como base.

.C
Cuando no se señaló una base, el rematador puede suspender el acto de
remate, cuando el precio no alcance el que el martillero considere competente.
En este caso se deja a su criterio la suspensión. El Decreto Ley define qué es
DD
precio competente: “Es precio competente el que no causa grave perjuicio al
comitente”. El Decreto Ley no establece reglas para determinarlo. Se libra a la
pericia del propio rematador.

3. Derecho a la comisión u honorarios


LA

El rematador tiene derecho a una retribución por sus servicios y derecho a


que se le reintegre los gastos realizados.
El arancel para los remates judiciales y tasaciones se establece por
acordada de la Suprema Corte de Justicia.
FI

En los remates privados, la comisión, a cargo del vendedor, debe ser


convenida previamente. La comisión a cargo del dueño de los efectos se
justifica por cuanto éste le ha otorgado un mandato o comisión. Ello responde
al principio general de que el mandato comercial es oneroso, como el contrato
de comisión, por su naturaleza. El servicio del mandatario o comisionista debe


ser retribuido.
El monto de la comisión a cargo del comprador debe ser publicitado con el
remate (art. 8, lit. a, Dec. Ley 15.508). La comisión a cargo del ofertante se
justifica, entendiendo que el rematador, además de su calidad de mandatario o
comisionista, realiza una actividad de acercamiento en interés de las dos partes
del futuro negocio. Como ya dijimos, quien formula una oferta está aceptando
la intervención del rematador y nace una relación jurídica entre rematador y
oferente.
El Decreto Ley distingue dos modalidades de comisión. Comisión simple,
cuando las contingencias del contrato pesan sobre vendedor, comisión de
garantía, cuando el rematador toma bajo su responsabilidad esas

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contingencias. En este caso, el rematador se hace garante de la solvencia del
ofertante y da garantía de que el adjudicatario va a pagar el precio.

C. Obligaciones

1. Teneduría de libros y conservación de documentos

No existe ninguna norma legal que disponga los libros que debe llevar el
rematador. Sin embargo, el artículo 14 del Decreto 495/984 exige llevar libro de
entradas y libros de remates y comisiones, con las formalidades del Código de
Comercio. Se trata de libros equiparables al Diario de los comerciantes (art. 33

OM
C.Com.).

2. Obligaciones relacionadas con el proceso de remate

a. Anunciar el remate y publicidad

.C
La subasta debe ser previamente puesta en conocimiento del público.
En los avisos se indica el nombre del rematador, su domicilio, su matrícula y
el monto de la comisión y a cargo de quién será su pago. Se indicará el lugar,
DD
fecha y hora del remate y los bienes a rematarse con su descripción y
condiciones legales (obligación de verdad).
En lo que respecta a los remates privados, nada establece la Ley sobre la
forma y tiempo en que deben hacerse los anuncios del remate. Solamente
dispone que se hará con “antelación pertinente de acuerdo a las características
de cada remate”. La forma de la publicidad y el tiempo de anticipación, estarán
LA

sujetos a lo convenido entre rematador y dueño de los bienes, de acuerdo a


sus intereses. Si nada se convino, se estará a lo que es de uso y costumbre en
el lugar. Naturalmente que a las dos partes interesa hacer publicidad: al dueño
de los bienes, para atraer interesados porque, cuanto más hayan, más
posibilidades existen de que suban las ofertas; al rematador, por cuanto su
FI

comisión depende del éxito del acto del remate y por su propio crédito.
Respecto de los remates judiciales, el artículo 387 del Código General del
Proceso establece especiales condiciones de publicidad: una a cinco
publicaciones en el Diario Oficial, a criterio del Tribunal.


b. Realizar el remate personalmente, en el lugar y tiempo


indicados
No se puede delegar la realización del remate, sin anuncio previo, salvo
caso excepcional de enfermedad o impedimento grave.

c. Obligación de verdad
Durante el remate, el rematador debe explicar en voz clara y alta y en idioma
español, las características y condiciones legales del bien (art. 12 de la ley
15.508). Debe entenderse que el rematador tiene que explicar todas las
características de las cosas que rematará a los efectos de que los interesados
conozcan bien las cosas que se subastan.

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Durante el remate no se puede admitir postura por signo. El postor debe
expresar su postura con voz clara e inteligible (art. 9, lit. d).

d. Respetar la base
Tal como señalamos, si se fija base, el rematador no puede aceptar posturas
por debajo de ella.

e. Recabar la seña establecida


El rematador, inmediatamente a la adjudicación, debe recabar la seña
establecida. Esta no será menor al 20 % del precio de remate, salvo

OM
estipulación en contrario.

3. Obligaciones del rematador posteriores al acto del remate

Remate Privado
El rematador mandatario o comisionista, como tal, debe rendir cuentas

.C
dentro del plazo de ocho días hábiles desde la fecha del remate (art. 8, lit. c,
Dec. Ley 15.508).
Debe pagar el saldo líquido que resulte del remate en un plazo de ocho días
DD
contados desde el remate. Pueden pactarse condiciones y plazos distintos para
esta obligación (art. 8, lit. c), ley 15.508).
El Decreto Ley establece que el comitente puede promover juicio ejecutivo
contra el rematador, previa intimación practicada por telegrama colacionado
con plazo de tres días. También, dispone que, en tal caso, el rematador pierde
derecho a la comisión.
LA

No dice el Decreto Ley cuál es el título ejecutivo. Si rindió cuenta, la cuenta


en poder del dueño será el título ejecutivo.
La norma no debe interpretarse rigurosamente. Habría incumplimiento del
rematador si, dentro de los ocho días de la venta, el rematador hubiera
FI

entregado la cosa y percibido el precio; pero si el rematador ha percibido la


seña y el comprador no ha concurrido a retirar la mercadería y a efectuar el
pago del resto del precio, es evidente que no se le puede obligar al rematador
al pago.


Remate judicial
En el caso de remate judicial, el rematador debe rendir cuentas de lo
actuado, dentro de los diez días siguientes al del remate (art. 387.7 C.G.P.),
acompañando comprobantes de gastos efectuados y el certificado del depósito
de la seña, de la cual puede descontar los gastos y la comisión. La seña se
deposita en el Banco Hipotecario, a la orden del Tribunal.
El saldo del precio lo debe depositar el oferente en el Banco Hipotecario del
Uruguay, en una cuenta abierta a la orden del Juzgado (arts. 387.5 y 387.6,
C.G.P.). El ofertante tiene plazo para la entrega del precio que será fijado por el
Tribunal (art. 388 C.G.P.). Si en ese plazo no se paga, el Tribunal establece un
segundo plazo y si transcurre el mismo y el ofertante no cumple, el tribunal
anulará el remate y dispondrá que se realice de nuevo. Son de cargo del mejor

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postor los gastos del remate anulado y los daños y perjuicios que se hubieren
causado.
Cumplido el pago, el bien se entrega al comprador, si se trata de un bien
mueble, labrándose acta. Si se trata de remate de inmueble u otro bien que
requiera escritura pública, se otorga por el Escribano que designe el mejor
postor, en el plazo que fije el Tribunal. Este plazo puede ser prorrogable (art.
389). Si el oferente se niega a escriturar, el Tribunal declarará nulo el remate
(art. 390).

4. Prohibiciones

OM
El rematador no puede comprar bienes que está rematando, para sí o
adjudicarlos a sus socios, empleados o familiares dentro del segundo grado.
Asimismo, se le prohíbe disponer de las señas o del producto del remate

5. Sanciones

.C
El artículo 14 del Decreto Ley 15.508 prevé un régimen de sanciones.
Además de la pérdida de comisión, antes mencionada, puede el rematador ser
sancionado con: multas, suspensión y cancelación de la matrícula.
Para algunas hipótesis, se establece una doble sanción. Por ejemplo, si el
DD
rematador retiene la seña o el saldo líquido del remate, hay pérdida de
comisión y acción ejecutiva y, eventualmente, sanción penal, pues se
configuraría el delito de apropiación indebida.
LA
FI


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SECCIÓN TERCERA: BARRAQUEROS Y ADMINISTRADORES DE
CASAS DE DEPÓSITOS

El capítulo III del título III del libro I del Código de Comercio se refiere a
barraqueros y a los administradores de casas de depósito. Casa de depósito es
el género y barraca la especie. Casa de depósito es un local donde se reciben
bienes en custodia, en virtud de un contrato de depósito. Barraca es aquella
casa de depósito que recibe frutos del país (lanas, cueros, etc.).
El barraquero es el titular de la barraca. Cuando el artículo 124 menciona a

OM
los administradores de casas de depósito, se quiso referir, sin duda, a su
dueño. Surge del contexto.
Las distinciones referidas que hacen los textos legales entre barraquero y
administrador de casas de depósito, no tienen trascendencia en la regulación
legal, por cuanto el régimen previsto es común. No existen normas especiales
para alguna de estas figuras.

.C
Subsección Primera:
de Casa de Depósito
Estatuto del Barraquero o Empresario
DD
1. El barraquero o administrador de casa de depósito es calificado por la
Ley como un auxiliar del comercio. No obstante esa calificación, nosotros
entendemos que es comerciante. El Código de Comercio lo califica como
auxiliar, porque su actividad no es la que corresponde al concepto
LA

económico de comercio: intermediación entre la oferta y demanda de


bienes. En efecto, la actividad del depositario es auxiliar o
complementaria de la intermediación referida.
La actividad del empresario de depósito se reputa comercial, a los efectos de
atribuir a quien la realiza, la calidad de comerciante (art. 1).
2. En el n. 4 del art. 7, se reputa mercantil, a la “empresa de depósito”.
FI

Como ya señalamos, en este numeral la palabra “empresa” no se utiliza


en el sentido económico actual de empresa, esto es, la organización de
capital y trabajo ajeno; la expresión “empresa” en el numeral 4 del
artículo 7, fue utilizada como sinónimo de actividad reiterada y


profesional.
3. El artículo 2.239 del Código Civil define el depósito: “El depósito en
general, es un acto por el cual alguno recibe una cosa ajena con la
obligación de guardarla y de restituirla en especie”. El artículo 721 del
Código de Comercio, establece cuándo el depósito es comercial: “Para
que el depósito sea considerado mercantil, es necesario: 1. Que sean
comerciantes ambos contrayentes. 2. Que las cosas depositadas sean
objetos del comercio. 3. Que se haga el depósito a consecuencia de una
operación mercantil”.
En una postura, la determinación de la comercialidad de la empresa de
depósito dependerá de la verificación de los supuestos contenidos en el
artículo 721. Los barraqueros y administradores, a los cuales se refiere el

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artículo 124, son aquellos que realizan depósitos calificados como comerciales
en el régimen del Código de Comercio.
En otra postura se señala que en el numeral 4 del art. 7 se reputa comercial
la empresa de depósitos sin hacer distinciones. Siempre que los barraqueros o
administradores de casas de depósito realicen una actividad continuada de
recepción de depósitos, tal actividad será reputada comercial, a los efectos del
artículo 1º del Código de Comercio, aunque no se verifiquen los extremos
requeridos por el artículo 721.
Será comerciante el dueño de una casa de depósito que realiza una
actividad continuada de recibir depósitos, aun cuando reciba depósitos de
civiles, porque en el artículo 7 no se distingue. Aunque el depositante no sea

OM
comerciante o las cosas depositadas no sean objeto

.C
DD
LA
FI


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del comercio o el depósito no se haga a consecuencia de una operación
mercantil, esa actividad del dueño de la casa de depósito o el barraquero se
reputa comercial si la realiza en forma continuada.

I. Obligaciones, cargas y responsabilidades del depositario

El barraquero o empresario de depósito ejerce una profesión comercial con


un estatuto especial. No se le exigen condiciones personales especiales como
para otros auxiliares.

OM
No se le prohíbe al titular de la barraca o casa de depósito realizar otras
actividades comerciales, como sí se hace con otros auxiliares de comercio. El
barraquero o titular de casa de depósito podrá dedicarse a la compraventa, a la
fabricación y a cualquier otra actividad comercial.

A. Obligaciones
El artículo 124 enumera las obligaciones que, en general, están vinculadas

.C
con las emergentes de los contratos de depósito que celebra.

1. Obligación de recibir la mercadería


DD
En primer lugar, el depositario se obliga a recibir la mercadería. Debe hacer
pesar, medir y contar los artículos susceptibles de ello (art. 124, num. 3).
Luego, debe extender y entregar un recibo por la mercadería depositada. En
los recibos debe indicarse calidad, cantidad, número y marcas.
LA

2. Obligación de conservar en buena guarda los bienes depositados

El depositario está obligado a conservar los bienes depositados y a cuidar


que no se deterioren (art. 124, inc. 4). A este respecto, se le impone la
diligencia que se usa para los bienes propios.
FI

3. Obligación de exhibir los bienes depositados

El depositario está obligado a exhibir los bienes depositados cuando sus




dueños se lo ordenen (art. 124, inc. 5). Generalmente, esta obligación existe
cuando se trata de depósitos vinculados con la venta de los bienes
depositados. El productor o el fabricante los entrega a un depositario y en su
casa se exhiben para la venta. La exhibición se hace para facilitarla.

4. Obligación de restituir los bienes depositados

El depositario está obligado a restituir las mercaderías. Para la restitución de


los bienes depositados se puede haber estipulado un plazo. Si no lo hay deben
restituirse cuando el interesado lo solicite. Si el requerimiento se hace
judicialmente, la restitución debe cumplirse dentro de las 24 horas, so pena de
daños y perjuicios. Así lo establece el artículo 125.

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B. Carga de llevar libros
El titular de la barraca o casa de depósito debe llevar un libro equivalente al
diario. Así lo establece el artículo 124, incisos 1 y 2:
“Los barraqueros y administradores de casas de depósito, están
obligados:
1. A llevar un libro con las formalidades exigidas en el artículo 65, sin
dejar blancos, hacer interlineaciones, raspaduras ni enmiendas.
2. A sentar en el mismo libro numeradamente y por orden cronológico de
día, mes y año, todos los efectos que recibieren, expresando con claridad,
la cantidad y calidad de los efectos, los nombres de las personas que los

OM
remitieren y a quién, con las marcas y números que tuvieren, anotando
convenientemente su salida...”.

C. Responsabilidad

1. Normas generales sobre depósito

.C
El artículo 726 del Código de Comercio dispone:
“El depositario debe devolver la cosa en el estado en que se halla al
tiempo de la restitución. Los deterioros que no provienen de culpa suya
DD
son de cuenta del depositante”.
El artículo 726 del Código de Comercio establece la responsabilidad del
depositario pero sólo por lo que sea consecuencia de su culpa.
El artículo 727 agrega:
LA

“El depositario no está obligado al caso fortuito, a no ser:


1° Que haya incurrido en mora de restituir la cosa.
2° Que el depósito consistiese en dinero y haya usado de él (art. 724).
3° Que haya tomado sobre sí los casos fortuitos, o que éstos se hayan
verificado por su culpa”1.
FI

2. Normas especiales para barraqueros y depositarios

a) Responden en caso de hurto, salvo fuerza mayor. El artículo 127 del




C.Com. dispone:
“Los barraqueros o administradores de depósito responden por los hurtos
acaecidos dentro de sus barracas o almacenes, a no ser que sean
cometidos por fuerza mayor, la que deberá justificarse, inmediatamente
después del suceso, con citación de los interesados o de quienes los
representen”.
b) El artículo 128 del Código de Comercio establece
“Son igualmente responsables a los interesados por las malversaciones
u omisiones de sus factores, encargados o dependientes, así como por

1 La norma es igual al art. 2257 del C.C. El C.C. no tiene norma similar al art. 727 del
C.Com.

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los perjuicios que les resultasen de su falta de diligencia en el
cumplimiento de lo que dispone el artículo 124, núm. 4”.
De manera que los barraqueros y depositarios responden por los hechos
ilícitos de sus factores o dependientes.
También responden por los perjuicios causados, cuando han incumplido la
obligación impuesta por el artículo 124, numeral 4, de conservar y cuidar los
bienes depositados.
c) La tasación sobre efectos que falten u otros perjuicios se debe hacer por
peritos arbitradores (art. 129).

OM
II. Derechos del depositario

La Ley le confiere al depositario derecho a una retribución y al reembolso de


los gastos. La retribución será la estipulada o la de uso (art. 130, inc. 1).
El artículo 131 del Código de Comercio concedía privilegio y derecho de

.C
retención para el caso de quiebra del comerciante, propietario de los bienes
depositados.
“Los barraqueros y administradores de depósito tienen privilegio y
derecho de retención en los efectos existentes en sus barracas o
DD
almacenes, al tiempo de la quiebra del comerciante propietario de los
efectos, para ser pagados de los salarios y de los gastos hechos en su
conservación, con la preferencia establecida en el título – De la
graduación de acreedores”.
El artículo 131 fue derogado por el artículo 256 de la Ley 18.387. En
LA

consecuencia, el barraquero o administrador de depósito ya no tiene privilegio


ni derecho de retención.
FI


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