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Funciones de la evaluación.

¿Para qué
evaluar?
¿Para qué sirve la evaluación? Esto dependerá de lo que se necesite
evaluar. La evaluación cumple diferentes funciones en función de lo que
se esté cualificando y, en cada caso, se utilizarán instrumentos diferentes.
Concretamente:
a) En la evaluación de la participación:
Función formativa: Debe analizarse la pertinencia
de la intervención de los estudiantes y, cuando no
está siendo adecuada, comunicarlo
inmediatamente. Por el contrario, también es
necesario reforzar las intervenciones significativas
y adecuadas.
Función sumativa: La participación del estudiante
debe tener valor a efectos de evaluación en el
resultado final. Lógicamente, la participación como
un juicio global debe ser tomada en cuenta en el
momento de la evaluación final.
b) En la evaluación del aprendizaje de los estudiantes:
Función diagnóstica (evaluación inicial): su objetivo
es evaluar los condicionamientos de los
participantes en la formación, tanto su motivación
y expectativas, como sus conocimientos previos y
habilidades, y su disponibilidad del equipo técnico
necesario.
Función sumativa (evaluación continua): sus
objetivos deben plantearse en cada unidad o
módulo de aprendizaje. Favorece un seguimiento
personalizado y adaptado a los participantes y
permite diversificar los itinerarios formativos.
Función integradora (evaluación final): tiene que
comprender la totalidad de la formación: los
objetivos, la metodología, los materiales
empleados, los actores implicados (profesionales y
estudiantes) y el entorno en el que se ha
desarrollado la formación.
c) En la evaluación de la asignatura:
Función integradora: la evaluación está
expresamente orientada a adaptar e integrar un
producto formativo genérico a un particular
contexto de aprendizaje. El cometido de la
evaluación es en este caso el de mejorar la
enseñanza y el aprendizaje adaptando el proceso
didáctico a la situación formativa específica.

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