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GUIA DE ESTUDIO PARA EL EXAMEN

1.- De que hablamos cuando hablamos de Derechos Humanos?


Para comenzar hablar de los derechos Humanos debemos primero
definir que es Derecho Y que es humano

“El Derecho es el conjunto de medidas que imponen deberes y


normas que confieren facultades, que establecen las bases de
convivencia social y cuyo fin es dotar a todos los miembros de la
sociedad de los mínimos de seguridad, certeza, igualdad, libertad y
justicia-

Cuando hablamos del ser humano o directamente del humano, nos


referimos a nuestra especie: el Homo sapiens (del latín “hombre
sabio”), perteneciente al orden de los primates y a la familia de los
homínidos.

Ahora trataremos de definir Que son los derechos Humanos en


forma utópica:

¿Qué son los derechos humanos?

Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres


humanos, sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen
étnico, lengua, religión o cualquier otra condición. Entre los
derechos humanos se incluyen el derecho a la vida y a la libertad; a
no estar sometido ni a esclavitud ni a torturas; a la libertad de
opinión y de expresión; a la educación y al trabajo, entre otros
muchos. Estos derechos corresponden a todas las personas, sin
discriminación alguna.

¿Pero Realmente los Derechos Humanos significan para toda las


personas y Naciones lo mismo?
“Derechos humanos” es una noción difícilmente definible porque se
usa en distintos sentidos y se refiere a cosas muy diversas. Así, se
puede utilizar en sentido técnico, ideológico, emotivo, persuasivo,
entre muchos otros, y referirse a cosas tan distintas como normas,
ideales, valores, ideologías, políticas públicas, reivindicaciones
políticas, necesidades, etc. Tenemos una sola designación y
muchas connotaciones posibles, y ninguna regla evidente entre la
designación y sus denotaciones.

Frente a este panorama, la primera conclusión que parece evidente


es que hay que hallar el uso correcto de esas palabras, el único uso
que sería válido y admisible. Pero aquí chocamos con los primeros
problemas. En primer lugar, no hay ni tiene porqué haber un uso
único ni un concepto único de derechos humanos. Nosotros
postularemos tres conceptos: 1) derechos humanos en sentido
técnico, 2) derechos humanos en sentido histórico, y 3) derechos
humanos en sentido filosófico.

En segundo término, no hay nada a lo que se pueda considerar la


palabra correcta o la palabra incorrecta para una cosa (Hospers,
1984: 19), porque el significado de una palabra está determinado
por las reglas convencionales que determinan sus condiciones de
uso (Nino, 1995). Las palabras son signos arbitrarios que se
convierten en signos convencionales una vez que han sido
adoptados por los usuarios del lenguaje (Hospers,1984: 17), por lo
que para desentrañar su significado normalmente se propone la
regla de uso común, es decir, lo que habitualmente entiende la
gente cuando se usa la palabra en cuestión (Hospers, 1984: 20).
En Otras Palabras, la definición de Derechos Humanos depende de
la Realidad de cada hombre y sociedad; Aunque con esto podemos
caer en la peyorativa de no definirla con los ideales que realmente
fue creada.

Como ejemplo tenemos que:

Cuando hablamos de derechos humanos a secas, nos referimos


normalmente a derechos subjetivos, que como tales se afirman
inherentes a las personas por el solo hecho de ser tales. Es
derecho objetivo, en tanto sistema de normas, el llamado Derecho
Internacional de los Derechos Humanos. Sentadas todas estas
dificultades, vamos a encarar la respuesta a la pregunta del título de

este capítulo. Y para ello debemos partir del diseño original de la


noción “derechos humanos”. De cómo pensaban los derechos
humanos los primeros hombres que escribieron sobre ellos.

¿cuáles son los derechos humanos?”La primera respuesta que


damos a esa pregunta es que los derechos humanos no son
todos los derechos de que pueda ser titular un ser humano
sino algunos de ellos. Un catálogo de derechos básicos
mínimos que son inherentes a toda persona humana, y que
derivan únicamente de su condición de ser humano. En
términos generales la evolución de los derechos humanos
puede pautarse en derechos de autonomía, participación y
prestación (Burdeau, 1959: 23 y ss.), o en aportaciones liberal,
democrática y socialista (Peces Barba, 1991: 26 y ss.), de
acuerdo a

su vertiente ideológica.

2.- El modelo axiomático de Derechos Humanos.


El método axiomático, es un método para reorganizar
las proposiciones y conceptos aceptados de una ciencia existente
para incrementar la certeza de esas proposiciones y la claridad de
esos conceptos.
La noción “derechos humanos” fue probablemente utilizada por
primera vez en un texto científico por Voltaire, en su “Tratado sobre
la tolerancia con ocasión de la muerte de Jean Calas” (Hunt, 2010:
72), aunque la terminología propia de la época era otra:“derechos
del hombre”. En el plano jurídico, estos derechos del hombre
aparecen por primera vez en la Constitución de Virginia de 1776,
redactada por George Mason.

3.- Derechos Humanos en sentido técnico, en sentido histórico y en


sentido filosófico. Concepto y ámbito de validez.

Derechos Humanos en sentido técnico:


Son aquellos que permiten afirmar la personalidad internacional del
individuo frente a los Estados, comprometen la responsabilidad
internacional del Estado en caso de violación, tienen validez jurídica
universal, y nacen con la Declaración Universal de 1948, que
postulará una protección no solo en el ámbito de los Estados, sino
contra el Estado mismo. Este es el único sentido en que los juristas
pueden utilizar tales palabras en el discurso jurídico.
Los derechos humanos en sentido técnico están establecidos en la
Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(1966), en las convenciones y pactos sobre derechos humanos
dictadas en los ámbitos de las Naciones Unidas y los sistemas
regionales de derechos humanos (Europeo, Interamericano y
Africano), y en las normas constitucionales y locales de los países
miembros de la ONU.
SU RESUMEN
Derechos humanos en sentido técnico:
En este sentido señalamos tres etapas: 1. Derechos establecidos
en la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), 2. Etapa
de los Pactos y Convenciones, y 3. Etapa de los derechos de
tercera generación.
1. Declaración Universal de Derechos Humanos (1948):
Estableció el más amplio catálogo de derechos humanos conocido
hasta entonces. Fueron excluidos de la Declaración Universal el
derecho de petición, porque no había órgano ante el cual peticionar;
los derechos de las minorías, porque se lo consideró un tema
europeo; y las referencias a Dios y la religión. En este último
sentido, hubo propuestas de Bélgica (derechos “fundados en el
origen divino del hombre”), de Brasil (“creados a imagen y
semejanza de Dios”), y del delegado libanés Malik (art.16 referido a
la familia). El Dr. Chang interpuso su condición confusiana, y
sostuvo que si se trataba de hacer una Declaración para todos los
pueblos no debía subordinarse a la cultura judeocristina. Y Eleanor
Roosevelt apoyó esta propuesta diciendo que en tal caso deberían
incorporarse las ideas de Confusio tanto como las de Santo Tomás
de Aquino.
Derechos Humanos en sentido histórico:
Son aquellos atribuidos a todos los hombres -y no a una clase o un
estamento-, y nacen con las revoluciones liberales del siglo 18:
norteamericana y francesa. Antes de estas revoluciones existieron
cartas de derechos, pero éstos no se predicaban respecto de
“todos” sino respecto de alguna categoría más limitada. Cuando
filósofos como Voltaire o Marx escribieron sobre derechos humanos
-mucho antes de la Declaración Universal de 1948, por supuesto-,
utilizaron el concepto en este sentido.
Los Derechos humanos no son estáticos, sino fluidos, cambiantes y
dinámicos. Son producto inacabado de las luchas sociales, y
corresponden a las relaciones de poder y a las ideas prevalecientes
en el seno de la sociedad en que ellas adquieren vigencia.
SU ANALISIS
Derechos humanos en sentido histórico: En la Declaración de
Virginia de 1776 los principales derechos del hombre son: vida,
libertad, propiedad, buscar y obtener la felicidad. Fue la primera
lista, redactada por George Mason. Aunque quizás haya que
remontarse a documentos anteriores de la tradición anglosajona,
como el derecho a no ser detenido arbitrariamente de la Carta
Magna de 1215, derecho de la nobleza que luego fue extendido por
Edward Coke a todo el cuerpo social en los documentos
posteriores, por lo que se lo considera el primer derecho
positivizado.
En la Declaración de la Independencia norteamericana de 1776 los
derechos más importantes son: vida, libertad, búsqueda de la
felicidad (no así el derecho de propiedad, que tampoco aparece en
las enmiendas de 1791). Y en el Preámbulo de la Declaración
Francesa de 1789 se establece que “El fin de toda asociación
política es la defensa de los derechos naturales e imprescriptibles
del hombre. Estos derechos son la libertad, la propiedad y la
resistencia a la opresión”. El derecho de propiedad también fue
incluido en el art.17 (el último) con los adjetivos “inviolable” y
“sagrada”, por lo que se trató de el único derecho consagrado dos
veces.
Un siglo después de los documentos referidos tuvo lugar la etapa
de los derechos sociales, cuyos hitos más importantes fueron:
Constitución Francesa de 1848, Constitución de México de 1917,
Declaración de los derechos de los pueblos trabajadores y
explotados de 1918 - incorporada a la C de Rusia de 1919- ,
Constitución de Weimar de 1919 y Carta Social Europea de 1961.

Derechos Humanos en sentido filosófico:

Son un producto tardío de la revolución Copernicana, proceso que


se caracterizó por un tránsito de la estática a la dinámica en todos
los órdenes del pensamiento, lo que permitió fundar una posición
dinámica de los seres humanos en el universo, y la ruptura de un
férreo designio por el cual los seres humanos tenían un lugar
estático en el mundo, tan estático como el planeta que se creía
inmóvil. Los derechos humanos solo pueden concebirse en el
mundo de la dinámica.
En efecto, los derechos humanos en sentido filosófico nacieron
como consecuencia de un cambio de cosmovisión, operado por
pensadores que cambiaron la concepción del cosmos y la situación
de los seres humanos en el universo. Los tres pilares
fundamentales de la cosmovisión precopernicana eran el dualismo
del mundo celestial y el mundo sublunar, la inmovilidad de la Tierra
en el centro, y el carácter circular de todo movimiento celeste.
Arthur Koestler sostiene que “el común denominador de los tres, y
el secreto de su atracción inconsciente, era el temor al cambio, el
deseo de estabilidad y permanencia…”
Los Derechos Humanos en sentido filosófico nacieron así como
producto tardío de la Revolución Copernicana, y sirvieron para
operar la sustitución del orden medieval, y brindarle al ser humano
la posibilidad de regir su propio destino.
SU RESUMEN
Derechos humanos en sentido filosófico:
En este sentido los derechos humanos son unos pocos derechos
que nacieron en la cabeza de unos pocos filósofos. Grocio en De
iure belli ac pacis sostiene que los derechos más importantes son:
pensamiento, propiedad, matrimonio. Hobbes partió del paradigma
del derecho a la vida, de cuya tutela depende la superación del
bellum omnium y la construcción del Leviatán como garante de la
paz. Y Locke, en el capítulo II del Segundo Tratado (1690)
estableció la matriz que con posterioridad se positivizó en las
declaraciones de derechos norteamericanas: vida, libertad y
propiedad.

CONCLUSIÓN
Con esta introducción hemos intentado expresar que nadie puede
arrogarse el patrimonio de los derechos humanos, sea erudito,
filósofo, militante o lo que fuere, y que tampoco podemos hacerlo
los juristas (no en vano la materia “Derechos Humanos” ha saltado
los muros de la Facultad de Derecho, y se estudia en otras
facultades). En efecto, si bien los juristas cuando hablamos de
derechos humanos lo hacemos normalmente en sentido técnico,
nada nos autoriza a desdeñar el criterio del sociólogo o el cientista
político o social, que seguramente le otorgan otro alcance, y
deberíamos descifrar el sentido de las palabras del hombre o mujer
de la calle, como estamos obligados a hacerlo cada vez que alguien
nos pregunta sobre derechos humanos.
Por eso, no desdeñamos a priori ningún significado posible de los
Derechos Humanos, aunque sí lo haremos a posteriori, luego de
verificadas las condiciones de uso de los términos.
Cuando hablamos de derechos humanos estamos hablando en
general de tres cosas: normas, valores e ideales. Que responden a
tres miradas distintas: la mirada del jurista, la mirada del científico
social y la mirada del militante. Los juristas ven normas que hay que
cumplir, los científicos sociales (sociólogos, politólogos,
antropólogos, etc.) ven valores objetivados socialmente que hay
que estudiar y definir, y los militantes ven ideales por los que hay
que luchar.
Los derechos humanos no deben encararse como una noción
estática y sustantiva sino como una noción dinámica y relacional.
Como noción dinámica está sujeta a la mutación de las formas de
vida y valoraciones de las sociedades. Y ello se explica en lo
orígenes filosóficos del concepto, porque los derechos humanos
solo se pueden concebir en el mundo de la dinámica, después de la
ley de inercia de Galileo y la reordenación del cosmos de
Copérnico, y resultaban inconcebibles en el mundo precopernicano,
signado por la estática en todos los órdenes del pensamiento.
Como noción relacional, para desentrañar su significado no tiene
sentido postular notas características, como en las definiciones
tradicionales. Se trata, en cambio, de verificar relaciones entre los
usos posibles del concepto y sus referencias semánticas, merced al
despliegue de sus ámbitos de validez.
Por ello, no es posible acceder a una esencia de los derechos
humanos, que están sujetos a permanente resignificación, y la
teoría siempre marcha atrás de la historia y la cultura. No hay un
sentido único sino muchos sentidos válidos siempre que se sitúen
en el contexto adecuado. Y no hay definiciones sustantivas
posibles, porque la dignidad humana es mutable, huidiza,
inaprensible, y está cultural e históricamente condicionada. En
materia de derechos humanos nunca está dicha la última palabra.
4. El Sistema Internacional de Protección de los Derechos
Humanos. Órganos y normas. Principales Convenciones
Internacionales.
El sistema Universal de protección de los Derechos humanos
(SUDH) es el conjunto de mecanismo que surgen en el marco de la
Organización de las Naciones Unidas ONU . dentro de este sistema
se identifican mecanismos de protección convencionales y no
convencionales.

6.- Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Órganos y


normas.

¿QUÉ ES EL SISTEMA INTERAMERICANO DE DERECHOS


HUMANOS?
Es un sistema regional de promoción y protección de derechos
humanos y está compuesto por dos órganos: la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH o Comisión) y la
Corte
Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), los cuales
monitorean el cumplimiento de las obligaciones contraídas en
materia de derechos humanos por parte de los Estados miembros
de la
Organización de los Estados Americanos (OEA).

Los Estados Americanos, en ejercicio de su soberanía y en el marco


de la Organización de Estados Americanos, adoptaron una serie de
instrumentos internacionales que se han convertido en la base de
un
sistema regional de promoción y protección de los derechos
humanos, conocido como el Sistema Interamericano de Protección
de los Derechos Humanos. Dicho Sistema reconoce y define los
derechos consagrados en esos instrumentos y establece
obligaciones tendientes a su promoción y protección. Asimismo, a
través de este
Sistema se crearon dos órganos destinados a velar por su
observancia: La Comisión Interamericana de Derechos Humanos y
la
Corte Interamericana de Derechos Humanos.
El Sistema Interamericano se inició formalmente con la aprobación
de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre en
1948. Adicionalmente, el Sistema cuenta con otros instrumentos
como la Convención Americana sobre Derechos Humanos;
Protocolos
y Convenciones sobre temas especializados, como la Convención
para
Prevenir y Sancionar la Tortura, la Convención sobre la
Desaparición
Forzada y la Convención para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer, entre otros; y los Reglamentos y
Estatutos de sus órganos.
El Sistema Interamericano de Derechos Humanos está compuesto
por la Comisión Interamericano de Derechos Humanos. (CIDH) y la
Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).
¿QUÉ ES LA COMISIÓN INTERAMERICANA Y CUÁLES SON
SUS ATRIBUCIONES?

La función principal de la Comisión es la de promover la


observancia
y la defensa de los derechos humanos y servir como órgano
consultivo de la organización de Estados Americanos en esta
materia. La Comisión, por un lado, tiene competencias con
dimensiones políticas, entre las cuales destacan la realización de
visitas in loco y la preparación de informes acerca de la situación de
los derechos humanos en los Estados miembros. Por otro lado,
realiza funciones con una dimensión cuasi-judicial. Es dentro de
esta competencia que
recibe las denuncias de particulares u organizaciones relativas a
violaciones a derechos humanos, examina esas peticiones y
adjudica
los casos en el supuesto de que se cumplan los requisitos de
admisibilidad.

LA CORTE INTERAMERICANA Y CUÁLES SON SUS


ATRIBUCIONES?
La Corte Interamericana es uno de los tres tribunales regionales de
protección de los derechos humanos, conjuntamente con la Corte
Europea de Derechos Humanos y la Corte Africana de Derechos
Humanos y de los Pueblos. Es una institución judicial autónoma
cuyo
objetivo es aplicar e interpretar la Convención Americana. La Corte
Interamericana ejerce una función contenciosa, dentro de la que se
encuentra la resolución de casos contenciosos y el mecanismo de
supervisión de sentencias; una función consultiva; y la función de
dictar medidas provisionales
En cuanto a las normas:
Asimismo, los instrumentos jurídicos interamericanos en materia de
derechos humanos son entonces los siguientes:
1. Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre.

2. Convención Americana sobre Derechos Humanos (San José, 22


de noviembre de 1969);
3. Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre derechos
Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, “Protocolo de San Salvador”.
4. Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos
relativo a la Abolición de la Pena de Muerte.
5. Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura
(Cartagena de Indias, 9 de diciembre de 1985)
6. Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de
Personas (Belem do Pará, 9 de junio de 1994)
7. Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar
la Violencia contra la Mujer (Belem do Pará, 9 de junio de 1994).
8. Convención Interamericana contra el Terrorismo.
9. Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión.

7.- Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Órganos y


normas. Reglas de admisibilidad de las demandas. Agotamiento de
los Recursos Internos y excepciones.
Reglas de Admisibilidad
Artículo 46 Convención Americana de Derechos Humanos
1. Para que una petición o comunicación presentada conforme a los
artículos 44 ó 45 sea admitida por la Comisión, se requerirá:

a) que se hayan interpuesto agotado los recursos de jurisdicción


interna conforme a los principios del Derecho Internacional
generalmente reconocidos;
b) que sea presentada dentro del plazo de seis meses, a partir de la
fecha en que el presunto lesionado en sus derechos haya sido
notificado de la decisión definitiva;
c) que la materia de la petición o comunicación no esté pendiente
de
otro procedimiento de arreglo internacional, y
d) que en el caso del artículo 44 la petición contenga el nombre, la
profesión, el domicilio y la firma de la persona o personas o del
representante legal de la entidad que somete la petición.
2. Las disposiciones de los incisos 1 a) y 1 b) del presente artículo
no se aplicarán cuando:
a) no exista en la legislación en la legislación interna del Estado de
que se trata el debido proceso legal para la protección del derecho
o derechos que se alega han sido violados;
b) no se haya permitido al presunto lesionado en sus derechos el
acceso a los recursos de la jurisdicción interna, o haya sido
impedido de agotarlos, y
c) haya retardo injustificado en la decisión sobre los mencionados
recursos.
Agotamiento de los recursos internos y excepciones:
¿Cuáles son los recursos judiciales internos que deben agotarse?
Para que la Comisión pueda examinar una petición, se debe agotar
todos los recursos judiciales internos de conformidad con la
legislación vigente en el Estado de que se trata. Significa que las
personas que quieran presentar una petición ante la Comisión
deben
intentar previamente que los tribunales nacionales decidan sobre la
situación que denuncian. Una persona agotó los recursos internos
cuando el Poder Judicial emitió una decisión de última instancia.
Son aquellos que sean adecuados y efectivos.
Un recurso judicial es adecuado cuando su interposición puede
proteger el derecho que se alega violado. En el caso de una
desaparición forzada, un recurso adecuado es el recurso de
exhibición personal o hábeas corpus.
Un recurso judicial es efectivo cuando es capaz de obtener el
resultado para el cual fue creado. Un recurso no es efectivo cuando
el Estado no ha asegurado su debida aplicación por parte de las
autoridades judiciales o cuando hay retardo injustificado en la
decisión.
¿Cuáles son las excepciones al agotamiento de los recursos
internos?
la Comisión puede estudiar una petición en la que no se hayan
agotado los recursos internos cuando:
A. las leyes internas no establecen el debido proceso para
proteger los derechos que se alegan violados;
B. la presunta víctima no tuvo acceso a los recursos internos o se
le impidió agotarlos; o
C. hay demora en emitir una decisión final sobre el caso sin que
exista una razón válida. La petición debe presentarse dentro de los

seis meses posteriores a la fecha de la notificación de la decisión


judicial definitiva que agotó los recursos internos.
En determinadas circunstancias, una persona puede estar
exceptuada de agotar los recursos internos, si se encuentra en
situación de extrema indigencia de tal gravedad que no le permita
pagar un(a) abogado(a) para los casos en los cuales sea necesario
contar con asistencia legal, y siempre y cuando el Estado no
ofrezca
este servicio de manera gratuita.
¿EN CUÁLES SITUACIONES PUEDE INTERVENIR LA
COMISIÓN? En caso de no ser posible agotar los recursos
internos, se tendrán que explicar las razones ya que la regla del
agotamiento previo de los recursos internos admite excepciones.
Característica Ejemplo Un recurso judicial es adecuado cuando su
interposición puede proteger el derecho que se alega violado. En el
caso de una desaparición forzada, un recurso adecuado es el
recurso de exhibición personal o hábeas corpus. Un recurso judicial
es efectivo cuando es capaz de obtener el resultado para el cual
fue creado. Un recurso no es efectivo cuando el Estado no ha
asegurado su debida aplicación por parte de las autoridades
judiciales o cuando hay retardo injustificado en la decisión.

8.- Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Competencia en


razón de la materia, personas, tiempo y lugar.
9.- Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Procedimiento
ante la CIDH. Etapas.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la OEA creado en
1959, cuyo mandato surgede la Carta de la OEA. Está compuesta
por siete integrantes independientes, personas expertas en
derechos humanos, que no representan a ningún país y son
elegidas
por la Asamblea General de la OEA.
La CIDH cuenta con una Secretaría Ejecutiva permanente con sede
en Washington DC, Estados Unidos, que le da apoyo profesional,
técnico y administrativo.
Procedimiento:

10.- Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Medidas


cautelares y medidas provisionales.
El mecanismo de medidas cautelares se encuentra previsto en el
artículo 25 del Reglamento de la CIDH. Según lo que establece el
Reglamento, en situaciones de gravedad y urgencia la Comisión
podrá, a iniciativa propia o a solicitud de parte, “solicitar que un
Estado adopte medidas cautelares.  Tales medidas, ya sea que
guarden o no conexidad con una petición o caso, se relacionarán
con
situaciones de gravedad y urgencia que presenten un riesgo de
daño
irreparable a las personas o al objeto de una petición o caso
pendiente ante los órganos del Sistema Interamericano”. Estas
medidas podrán ser de naturaleza colectiva a fin de prevenir un
daño irreparable a las personas debido a su vínculo con una
organización, grupo o comunidad de personas determinadas o
determinables.
El actual reglamento indica que el otorgamiento de esas medidas y
su adopción por el Estado no constituirán prejuzgamiento sobre la
violación de los derechos protegidos en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos y otros instrumentos aplicables. El 1º de
agosto de 2013 entró en vigor el Reglamento modificado de la CIDH
y establece que "las decisiones de otorgamiento, ampliación,
modificación y levantamiento de medidas cautelares serán emitidas
mediante resoluciones fundamentadas". 

¿Qué son las medidas provisionales de la Corte?


Las medidas provisionales son fundamentales en el respeto a los
derechos humanos en América Latina y el Caribe. Son medidas que
dicta la Corte IDH en casos de extrema gravedad y urgencia, y
cuando se haga necesario evitar daños irreparables a las personas.
En muchas ocasiones estas medidas provisionales pueden salvar la
vida de una persona o de un colectivo al cuál se le están
amenazando
la garantía de los derechos humanos.

Otrooooo
3.- Las medidas provisionales
La Convención Americana sobre Derechos Humanos, tiene en
cuenta
la probabilidad de que la Corte Interamericana, disponga la
adopción de medidas provisionales que ésta estime pertinentes; ya
sea en los casos que estén bajo su conocimiento, como así también
en asuntos que no se encuentren aún sometidos a su jurisdicción,
donde, para este supuesto particular, puede dictar las medidas
provisionales a pedido de la Comisión 270 .
Los requisitos para que la Corte Interamericana pueda disponer
medidas provisionales, son que el Estado contra el cual se dicten
las
medidas haya ratificado la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, y que además, haya aceptado la competencia
contenciosa
de la Corte 271 ; asimismo, deben tratarse de asuntos que revistan
características de extrema gravedad y urgencia; por último, la
adopción de las medidas provisionales, debe ser necesaria para
evitar daños irreparables a las personas. 272 .
Las medidas provisionales no son autónomas, sino que se
encuentran
subordinadas a algún caso que se esté tramitando ante alguno de
los
órganos del sistema, y que pueda ser tratado en jurisdicción
contenciosa, por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Puede observarse un doble carácter de las medidas provisionales
reguladas en el sistema interamericano: por un lugar, otorgan
garantías que colaboran en la realización de la justicia en un caso
en
trámite (función tradicional de las medidas cautelares); por el otro,
y de acuerdo a las modalidades de su aplicación, tienden a proteger
derechos humanos fundamentales de personas que pueden sufrir
daños irreparables 273 .
Cuando la Corte Interamericana no se encuentre sesionando, las
medidas las puede disponer el presidente del Tribunal; luego, le
corresponde al pleno de sus integrantes, la decisión acerca de
ratificar o no, la providencia tomada por aquel 274 .
Existe, en el desarrollo del sistema interamericano a lo largo del
tiempo, una tendencia a hacer un uso cada vez más frecuente de
las
medidas provisionales.

11.- Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Procedimiento


ante la Corte. Reparaciones. Medidas de Restitución, de
indemnización y de no repetición (Guia para Defensores y
Defensoras de Derechos Humanos)

Reparaciones
La Corte Interamericana ha desarrollado una amplia jurisprudencia
en materia de reparaciones En este apartado analizaremos sus
principales aportes y la documentación que se recomienda
acompañar con la demanda presentada ante dicho organismo. En
su
primera decisión sobre reparaciones, es decir, en la sentencia de
indemnización compensatoria adoptada en el caso Velásquez
Rodríguez vs. Honduras -en julio de 1989-, el Tribunal de Costa
Rica
ordenó, como única medida de reparación, el pago de una
indemnización económica a los familiares de la víctima. Desde
entonces, y en tan sólo dieciséis años, ha desarrollado una extensa
y variada jurisprudencia sobre reparaciones, que va mucho más allá
del aspecto económico. Al interpretar las realidades de nuestro
continente, la Corte ha adoptado medidas que tienden a la
reparación integral de las violaciones, bajo el entendido que éstas
afectan no sólo a las personas individualmente consideradas sino
que también lesionan fuertemente las sociedades donde las
víctimas
residen. Con esta perspectiva, el Tribunal ha ordenado diferentes
tipos de medidas a los cuales haremos referencia a continuación.
Medidas de restitución
● En el caso de detenciones arbitrarias, por ejemplo, reincorporar a
la víctima a su trabajo y pagarle los salarios y demás prestaciones,
desde el día de la detención hasta la fecha de la sentencia de la
Corte.
● Asegurar el pleno goce del derecho de la víctima a la jubilación.

● Asegurar que no produzcan efectos legales las resoluciones


internas adversas a la víctima.
● Permitir la exhibición de una película.
● Ordenar que el Estado no ejecute una multa impuesta a la
víctima.
El artículo 63(1) de la Convención Americana establece que:
Cuando
decida que hubo violación de un derecho o libertad protegidos en
esta Convención, la Corte dispondrá que se garantice al lesionado
en
el goce de su derecho o libertad conculcados. Dispondrá asimismo,
si ello fuera procedente, que se reparen las consecuencias de la
medida o situación que ha configurado la vulneración de esos
derechos y el pago de una justa indemnización a la parte lesionada.
En su continua jurisprudencia, la Corte ha señalado que es un
principio general de derecho internacional reiteradamente
reconocido, que una violación de normas supranacionales atribuible
a
un Estado genera para éste responsabilidad internacional y, como
consecuencia, el deber de reparar.

El propósito de las medidas de reparación es lograr una “restitutio


in integrum” o plena restitución por los daños causados. Esto quiere
decir que con la reparación se persigue:
• que se restituya plenamente a las víctimas en el goce de los
derechos humanos violados; o
• en caso de que la restitución plena no sea posible, corresponderá
a la Corte ordenar que se adopten medidas para garantizar el
respeto de los derechos conculcados, reparar las consecuencias
que
las infracciones produjeron y efectuar el pago de una indemnización
como compensación por los daños ocasionados.

Tanto el daño material como el daño inmaterial o moral sufridos


deberán repararse, ya sea mediante justa indemnización monetaria
(o compensación pecuniaria) y/o a través de medidas de
satisfacción o garantías de no repetición. La “justa indemnización” a
que se refiere el artículo 63.1 de la Convención Americana, consiste
en aquella porción de las reparaciones dirigida a la parte lesionada,
cuya finalidad es compensatoria y no sancionatoria. De ahí que
exista abundante jurisprudencia en el sentido de que las
reparaciones no pueden implicar ni enriquecimiento ni
empobrecimiento para la víctima, sus familiares o sucesores.
El daño material “supone la pérdida o detrimento de los ingresos de
las víctimas, [y en su caso, de sus familiares,] los gastos efectuados
con motivo de los hechos y las consecuencias de carácter
pecuniario
que tengan un nexo causal con los hechos del caso”218. Éste se
divide en daño emergente y lucro cesante. • El daño emergente es
la
disminución o detrimento en el patrimonio de las víctimas o de sus
familiares, o el gasto en el que hayan incurrido como consecuencia
directa de la violación sufrida. Incluye, por ejemplo, los gastos
relacionados con el tratamiento médico o psicológico necesario
como consecuencia del daño causado, así como los gastos
extraordinarios realizados para impulsar los procesos a nivel
interno, por ejemplo, traslados a diferentes oficinas públicas para
hacer avanzar las investigaciones. • El lucro cesante es el perjuicio
económico sufrido como consecuencia directa de la violación
sufrida, es decir, el lucro perdido o la reducción patrimonial futura.
En aquellos casos donde las víctimas perdieron la vida, la Corte
calcula el lucro cesante “con base en una estimación prudente de
los
ingresos posibles de la víctima durante el resto de su vida
probable”219. Por su parte, el daño inmaterial o moral es aquel que
no tiene carácter económico patrimonial, sino que se refiere a las
consecuencias psicológicas nocivas sufridas por las víctimas o sus
familiares. Como tal, “puede comprender tanto los sufrimientos y

las aflicciones causados a las víctimas directas y a sus allegados, el


menoscabo de valores muy significativos para las personas, así
como
las alteraciones, de carácter no pecuniario, en las condiciones de
existencia de la víctima o su familia.
Medidas de indemnización compensatoria
● Indemnización por daño material, que comprende el lucro cesante
y el daño emergente.
● Indemnización por daño moral, que está comprendida dentro del
daño inmaterial.
Por último, las medidas de satisfacción y garantías de no repetición
carecen de carácter económico o monetario y consisten en la
realización, por parte del Estado, “de actos u obras de alcance o
repercusión públicos, tales como la transmisión de un mensaje de
reprobación oficial a las violaciones de los derechos humanos de
que
se trata y de compromiso con los esfuerzos tendientes a que no
vuelvan a ocurrir y que tengan como efecto la recuperación de la
memoria de las víctimas, el reconocimiento de su dignidad o el
consuelo de sus deudos”221. Tales medidas incluyen la
investigación
y esclarecimiento de la verdad de los hechos y la sanción efectiva
de los responsables222, la búsqueda de los restos mortales de las
víctimas, al igual que la prevención de violaciones similares a los
derechos humanos mediante la adopción de medidas positivas
como
legislación, entrenamiento en derechos humanos de las fuerzas de
seguridad, entre otros223. Estas medidas también pueden consistir
en actos de desagravio o de restitución del honor y reputación de
las víctimas y de sus familiares, de aceptación de responsabilidad
por parte del Estado y el pronunciamiento de disculpas públicas o
privadas; así como el otorgamiento de becas, la creación de
fundaciones, la construcción y/o designación de escuelas u
hospitales, el levantamiento de monumentos, la publicación de la

sentencia que la Corte emita en el caso concreto, la mención de los


hechos en los libros de historia, entre otras.

Medidas de de satisfacción y garantías de no repetición


● Localizar, identificar, exhumar los restos mortales de las
víctimas y entregarlos a sus familiares.
● Trasladar los restos mortales de la víctima e inhumarlos en el
lugar de elección de sus familiares.
● Buscar e identificar a los hijos de una persona desaparecida.
● Crear un sistema de información genética.
● Implementar un registro de detenidos en el que se incluya la
identificación de los detenidos, el motivo de la detención, la
autoridad competente, el día y la hora de ingreso y de liberación así
como la información sobre la orden de detención. ●
Capacitar a los miembros de los cuerpos armados y de seguridad
sobre los principios y normas de protección de los derechos
humanos y sobre los límites en el uso de las armas. ● Educar a los
funcionarios públicos sobre la desaparición forzada. En casos de
pueblos indígenas ● Crear un mecanismo efectivo de delimitación,
demarcación y titulación de las propiedades de las comunidades
indígenas, acorde con el derecho consuetudinario, los valores, usos
y
costumbres de éstas.
12.- Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Competencia
de la Corte, (contenciosa y consultiva).
 La Competencia Consultiva
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en su función
consultiva, tiene por objeto emitir opiniones sobre la interpretación
y alcance de las disposiciones del Pacto de San José de Costa
Rica,
o de otras normas de derechos humanos, que se encuentren en

instrumentos internacionales en los que un Estado miembro de la


OEA sea parte. El pedido de una Opinión Consultiva, puede ser
realizado por cualquiera de los órganos principales, de la
Organización de los Estados Americanos.
Asimismo, cualquier Estado Miembro de la Organización, se
encuentra habilitado puede consultar a la Corte en los aspectos
señalados; y además, puede pedir opiniones a la Corte sobre la
compatibilidad de su legislación interna y los mencionados
instrumentos internacionales.
En relación a la naturaleza de la función consultiva de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, algunos autores destacan
que «... La función consultiva que confiere a la Corte el art. 64 de la
Convención es única en el derecho internacional contemporáneo.
Como la Corte ya lo ha expresado en otra oportunidad, ni la Corte
Internacional de Justicia ni la Corte Europea de Derechos Humanos
han sido investidas con la amplia función consultiva que la
Convención ha otorgado a la Corte Interamericana...»
Efectivamente, la Corte Internacional de Justicia, órgano judicial
principal de las Naciones Unidas, sólo puede recibir pedidos de
Opinión Consultiva directamente, por parte de la Asamblea General
de la Organización o del Consejo de Seguridad; e indirectamente
(es decir con la autorización de la Asamblea General), del resto de
órganos y organismos especializados de las Naciones Unidas .
Las Opiniones Consultivas, no tienen el efecto obligatorio que
poseen las sentencias contra Estados establecidas por la Corte en
ejercicio de su función contenciosa; sin embargo, algunos autores
subrayan su importancia «... En la práctica las opiniones de la Corte
pueden gozar de gran autoridad y llenar una importante función
como medio de protección de los derechos humanos, en especial si
se tienen en cuenta las dificultades con que ha tropezado el
ejercicio de su jurisdicción contenciosa...» 250 .
 

2.- La competencia contenciosa


En su tarea contenciosa, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos puede conocer en casos contra Estados, y juzgar si éstos
han violado alguna disposición de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos; sólo la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos y los Estados, pueden llevar un caso ante la Corte
Para que un Estado sea demandado ante la Corte Interamericana,
es
necesario que éste, además de haber ratificado la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, haya hecho una declaración
especial de aceptación de la competencia contenciosa .
De los 35 Estados miembros de la OEA; 25 han ratificado el Pacto
de San José de Costa Rica; y, hasta el momento, sólo 17 de los 25
Estados partes del Pacto, han hecho la declaración de
reconocimiento de competencia contenciosa de la Corte
Héctor Gros Espiell aclara que el sometimiento de un caso a la
Corte Interamericana, no constituye una apelación; ya que el
Tribunal «... no actúa en vía de apelación o como forma atípica de
un
recurso de casación, de revisión o de nulidad, sino en ejercicio de
una función jurisdiccional propia...» 257 .
La víctima o sus representantes, no pueden actualmente ser partes
en un caso contencioso de la Corte Interamericana (no poseen el
llamado «locus standi»), aunque sus abogados actúan como
«asesores de la comisión» en los casos. En efecto, Juan Antonio
Carrillo Salcedo y Ana Salado Osuna hacen notar que, desde el
primer caso sometido a la Corte Europea de Derechos Humanos, la
Comisión Europea permitió al abogado de la víctima a intervenir
como asesor de su delegación, y que igual práctica ha sido seguida
en el sistema interamericano, desde el caso Velásquez Rodríguez
258 .

Pero en el desarrollo del sistema interamericano, no se ha


alcanzado
aún un instrumento como el Protocolo IX Anexo al Convenio
Europeo
para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades
Fundamentales, y menos aún, se plantea la posibilidad de seguir los
pasos del Protocolo XI que, como ya mencionamos, revoluciona a
todo el mecanismo establecido dentro del Consejo de Europa 259 .
De la falta de acceso directo del individuo al Tribunal, o de la
posibilidad de defender su caso por sí («locus standi») ante la
Corte Interamericana pueden derivarse situaciones de indefensión;
creemos que «... La imposibilidad de la víctima o de sus
representantes de acceder por sí a la Corte Interamericana, ha
tenido consecuencias negativas para la protección a los derechos
humanos en el sistema... La legitimación activa del individuo delante
de las jurisdicciones internacionales, en particular los tribunales de
derechos humanos, es un paso necesario para garantizar la eficacia
de cualquier sistema de protección..." 260 .
Al menos, tal como el destacado profesor Cançado Trindade afirma
al respecto: «... La preocupación de la Corte en asegurar un
proceso
equitativo y justo debe necesariamente abarcar la cuestión de
asegurar igualmente alguna forma de locus standi de las presuntas
víctimas (o sus representantes legales) ante la propia Corte, en
casos que ya le hayan sido enviados por la Comisión» 261 .
En igual sentido, Juan Méndez sostiene que «... El desarrollo
progresivo de la protección de los derechos humanos en el plano
internacional exige que se considere seriamente la ampliación del
ámbito procesal de las víctimas en los procesos de responsabilidad
estatal, como ya lo está haciendo el Consejo de Europa...» 262 .
Se ha dado un importante paso, con la última reforma integral al
reglamento de la Corte Interamericana, por medio de la cual, en lo
que nos ocupa aquí, la víctima o sus representantes tendrán plena
participación en la etapa de reparaciones, hecho que sucede desde
la entrada en vigencia de dicha modificación substancial, el 1 de
enero de 1997 263 .
Si la Corte Interamericana, concluye que un Estado ha violado
alguno de los derechos o libertades protegidos por la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, dispone que se garantice al
lesionado (cuando ello es posible) el derecho o libertad de que se
trate.
Asimismo, en su sentencia, la Corte determina que se reparen las
consecuencias, de la medida o situación que ha configurado la
vulneración de esos derechos, y establece el pago de una justa
indemnización para la parte lesionada 264 .
En cuanto al contenido que puede tener la indemnización que
disponga el tribunal, la propia Corte Interamericana ha sostenido en
sus sentencias que «... La reparación del daño ocasionado por la
infracción de una obligación internacional consiste en la plena
restitución (restitutio in integrum), lo que incluye el
restablecimiento de la situación anterior y la reparación de las
consecuencias que la infracción produjo y el pago de una
indemnización como compensación por los daños patrimoniales y
extrapatrimoniales, incluyendo el daño moral...» 265 .
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha realizado
diferentes aplicaciones legales del Derecho Internacional, y
recurriendo a distintas fuentes para la determinación de
indemnizaciones que contemplen el principio de la «reparación
integral» 266 .
La Corte Interamericana, en su función contenciosa, ha dictado
muchas resoluciones y sentencias valiosas; es dable señalar, en
este
sentido, a las decisiones tomadas en dos de los casos hondureños
(Velásquez Rodríguez y Godínez Cruz), que han sentado
jurisprudencia respecto a muchos aspectos, tanto procedimentales,
como de fondo.
Otro de los fallos técnicamente ricos de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, es la sentencia sobre reparaciones dictada
en el caso Aloeboetoe; particularmente en los aspectos referentes

a la determinación de la indemnización, la aplicación normativa, y


los
modos de cumplimiento de aquella 267 (ver página siguiente).
La Convención Americana sobre derechos humanos, también
determina que la parte del fallo que disponga indemnización
compensatoria, se podrá ejecutar en el respectivo país, por medio
del procedimiento interno vigente, para la ejecución de sentencias
contra el Estado 268 .
La disposición citada, en palabras de Víctor Rodríguez Rescia, no
tiene analogía con ninguna otra de la Convención Europea sobre
Derechos Humanos, y es la que «... permite materializar en última
instancia el cumplimiento del fallo indemnizatorio y de allí su
viabilidad...» 269 .
 

13.- Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Errores de


Derecho y tema de la cuarta instancia.
14.- Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Rol de los
peticionarios y víctimas.
15.- Caso Fontevecchia. Análisis y critica. No va para el examen
16.- Caso Velásquez Rodríguez. Recursos adecuados y eficaces
(numerales 64 y 68)
64. Que sean adecuados significa que la función de esos recursos,
dentro del sistema del derecho interno, sea idónea para proteger
la situación jurídica infringida. En todos los ordenamientos
internos existen múltiples recursos, pero no todos son aplicables en
todas las circunstancias. Si, en un caso específico, el recurso no

es adecuado, es obvio que no hay que agotarlo. Así lo indica el


principio de que la norma está encaminada a producir un efecto y
no puede interpretarse en el sentido de que no produzca ninguno o
su resultado sea manifiestamente absurdo o irrazonable. (…)

68. El asunto toma otro cariz, sin embargo, cuando se demuestra


que los recursos son rechazados sin llegar al examen de la validez
de los mismos, o por razones fútiles, o si se comprueba la
existencia de una práctica o política ordenada o tolerada por el
poder público, cuyo efecto es el de impedir a ciertos demandantes
la utilización de los recursos internos que, normalmente, estarían al
alcance de los demás. En tales casos el acudir a esos recursos se
convierte en una formalidad que carece de sentido. Las
excepciones del artículo 46.2 serían plenamente aplicables en estas
situaciones y eximirían de la necesidad de agotar recursos internos
que, en la práctica, no pueden alcanzar su objeto.

17.- Caso Velásquez Rodríguez. Carga de la prueba. Valor de la


Prueba indiciaria (numerales 122 al 139)
18.- Caso Velásquez Rodríguez. Obligaciones de respeto y
garantía. Deber de adoptar disposiciones de Derecho Interno
(numerales 161 a 171
162. (…) [El artículo 1..1] contiene la obligación contraída por los
Estados Partes en relación con cada uno de los derechos
protegidos, de tal manera que toda pretensión de que se ha
lesionado alguno de esos derechos, implica necesariamente la de
que se ha infringido también el artículo 1.1 de la Convención.

164. El artículo 1.1 es fundamental para determinar si una violación


de los derechos humanos reconocidos por la Convención puede ser
atribuida a un Estado Parte. En efecto, dicho artículo pone a cargo
de los Estados Partes los deberes fundamentales de respeto y de
garantía, de tal modo que todo menoscabo a los derechos humanos
reconocidos en la Convención que pueda ser atribuido, según las
reglas del Derecho internacional, a la acción u omisión de cualquier
autoridad pública, constituye un hecho imputable al Estado que
compromete su responsabilidad en los términos previstos por la
misma Convención.

165. La primera obligación asumida por los Estados Partes, en los


términos del citado artículo, es la de "respetar los derechos y
libertades" reconocidos en la Convención. El ejercicio de la
función
pública tiene unos límites que derivan de que los derechos
humanos
son atributos inherentes a la dignidad humana y, en consecuencia,
superiores al poder del Estado. (…)
166. La segunda obligación de los Estados Partes es la de
"garantizar" el libre y pleno ejercicio de los derechos
reconocidos
en la Convención a toda persona sujeta a su jurisdicción. Esta
obligación implica el deber de los Estados Partes de organizar todo
el aparato gubernamental y, en general, todas las estructuras a
través de las cuales se manifiesta el ejercicio del poder público, de
manera tal que sean capaces de asegurar jurídicamente el libre y
pleno ejercicio de los derechos humanos. Como consecuencia de
esta obligación los Estados deben prevenir, investigar y sancionar
toda violación de los derechos reconocidos por la Convención y

procurar, además, el restablecimiento, si es posible, del derecho


conculcado y, en su caso, la reparación de los daños producidos por
la violación de los derechos humanos.

167. La obligación de garantizar el libre y pleno ejercicio de los


derechos humanos no se agota con la existencia de un orden
normativo dirigido a hacer posible el cumplimiento de esta
obligación, sino que comparta la necesidad de una conducta
gubernamental que asegure la existencia, en la realidad, de una
eficaz garantía del libre y pleno ejercicio de los derechos humanos.

169. Conforme al artículo 1.1 es ilícita toda forma de ejercicio del


poder público que viole los derechos reconocidos por la
Convención.
En tal sentido, en toda circunstancia en la cual un órgano o
funcionario del Estado o de una institución de carácter público
lesione indebidamente uno de tales derechos, se está ante un
supuesto de inobservancia del deber de respeto consagrado en ese
artículo.

170. Esa conclusión es independiente de que el órgano o


funcionario
haya actuado en contravención de disposiciones del derecho
interno o desbordado los límites de su propia competencia, puesto
que es un principio de Derecho internacional que el Estado
responde
por los actos de sus agentes realizados al amparo de su carácter
oficial y por las omisiones de los mismos aun si actúan fuera de los
límites de su competencia o en violación del derecho interno.

171. El mencionado principio se adecúa perfectamente a la


naturaleza de la Convención, que se viola en toda situación en la

cual el poder público sea utilizado para lesionar los derechos


humanos en ella reconocidos. Si se considerara que no
compromete
al Estado quien se prevale del poder público para violar tales
derechos a través de actos que desbordan su competencia o que
son
ilegales, se tornaría ilusorio el sistema de protección previsto en la
Convención.

19.- Caso Velásquez Rodríguez. Responsabilidad por actos de


particulares (numerales 172 y 176
172. Es, pues, claro que, en principio, es imputable al Estado toda
violación a los derechos reconocidos por la Convención cumplida
por
un acto del poder público o de personas que actúan prevalidas de
los poderes que ostentan por su carácter oficial. No obstante, no
se agotan allí las situaciones en las cuales un Estado está obligado
a
prevenir, investigar y sancionar las violaciones a los derechos
humanos, ni los supuestos en que su responsabilidad puede verse
comprometida por efecto de una lesión a esos derechos. En
efecto, un hecho ilícito violatorio de los derechos humanos que
inicialmente no resulte imputable directamente a un Estado, por
ejemplo, por ser obra de un particular o por no haberse
identificado al autor de la trasgresión, puede acarrear la
responsabilidad internacional del Estado, no por ese hecho en sí
mismo, sino por falta de la debida diligencia para prevenir la

violación o para tratarla en los términos requeridos por la


Convención.
175. El deber de prevención abarca todas aquellas medidas de
carácter jurídico, político, administrativo y cultural que promuevan
la salvaguarda de los derechos humanos y que aseguren que las
eventuales violaciones a los mismos sean efectivamente
consideradas y tratadas como un hecho ilícito que, como tal, es
susceptible de acarrear sanciones para quien las cometa, así como
la
obligación de indemnizar a las víctimas por sus consecuencias
perjudiciales. No es posible hacer una enumeración detallada de
esas medidas, que varían según el derecho de que se trate y según
las condiciones propias de cada Estado Parte. Es claro, a su
vez, que la obligación de prevenir es de medio o comportamiento
y no se demuestra su incumplimiento por el mero hecho de que un
derecho haya sido violado. Pero sí es obvio, en cambio, que el
sometimiento de detenidos a cuerpos represivos oficiales que
impunemente practiquen la tortura y el asesinato representa, por
sí mismo, una infracción al deber de prevención de violaciones a los
derechos a la integridad física y a la vida, aun en el supuesto de
que
una persona dada no haya sufrido torturas o no haya sido ultimada,
o si esos hechos no pueden demostrarse en el caso concreto.

20.- .- Caso Velásquez Rodríguez. Deber de prevención y Deber de


investigar (175, 176, 177 y 181)
175. El deber de prevención abarca todas aquellas medidas de
carácter jurídico, político, administrativo y cultural que promuevan
la salvaguarda de los derechos humanos y que aseguren que las
eventuales violaciones a los mismos sean efectivamente
consideradas y tratadas como un hecho ilícito que, como tal, es
susceptible de acarrear sanciones para quien las cometa, así como
la

obligación de indemnizar a las víctimas por sus consecuencias


perjudiciales. No es posible hacer una enumeración detallada de
esas medidas, que varían según el derecho de que se trate y según
las condiciones propias de cada Estado Parte. Es claro, a su
vez, que la obligación de prevenir es de medio o comportamiento
y no se demuestra su incumplimiento por el mero hecho de que un
derecho haya sido violado. Pero sí es obvio, en cambio, que el
sometimiento de detenidos a cuerpos represivos oficiales que
impunemente practiquen la tortura y el asesinato representa, por
sí mismo, una infracción al deber de prevención de violaciones a los
derechos a la integridad física y a la vida, aun en el supuesto de
que
una persona dada no haya sufrido torturas o no haya sido ultimada,
o si esos hechos no pueden demostrarse en el caso concreto.
176. El Estado está, por otra parte, obligado a investigar toda
situación en la que se hayan violado los derechos humanos
protegidos por la Convención. Si el aparato del Estado actúa de
modo que tal violación quede impune y no se restablezca, en
cuanto
sea posible, a la víctima en la plenitud de sus derechos, puede
afirmarse que ha incumplido el deber de garantizar su libre y pleno
ejercicio a las personas sujetas a su jurisdicción. Lo mismo es
válido cuando se tolere que los particulares o grupos de ellos
actúen libre o impunemente en menoscabo de los derechos
humanos
reconocidos en la Convención.

177. En ciertas circunstancias puede resultar difícil la


investigación de hechos que atenten contra derechos de la
persona. La de investigar es, como la de prevenir, una obligación de
medio o comportamiento que no es incumplida por el solo hecho de
que la investigación no produzca un resultado satisfactorio. Sin
embargo, debe emprenderse con seriedad y no como una simple

formalidad condenada de antemano a ser infructuosa. Debe tener


un sentido y ser asumida por el Estado como un deber jurídico
propio y no como una simple gestión de intereses particulares, que
dependa de la iniciativa procesal de la víctima o de sus familiares o
de la aportación privada de elementos probatorios, sin que la
autoridad pública busque efectivamente la verdad. Esta
apreciación es válida cualquiera sea el agente al cual pueda
eventualmente atribuirse la violación, aun los particulares, pues, si
sus hechos no son investigados con seriedad, resultarían, en cierto
modo, auxiliados por el poder público, lo que comprometería la
responsabilidad internacional del Estado.
181. El deber de investigar hechos de este género subsiste
mientras se mantenga la incertidumbre sobre la suerte final de la
persona desaparecida. Incluso en el supuesto de que circunstancias
legítimas del orden jurídico interno no permitieran aplicar las
sanciones correspondientes a quienes sean individualmente
responsables de delitos de esta naturaleza, el derecho de los
familiares de la víctima de conocer cuál fue el destino de ésta y, en
su caso, dónde se encuentran sus restos, representa una justa
expectativa que el Estado debe satisfacer con los medios a su
alcance.

21,. Principio Pro Homine

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