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AUTOCONCEPTO

Nombre:____________________________________ Edad:_________
Grado:_________

ENUNCIADOS SÍ DUDA NO
(3) (2) (1)
1. Me siento a gusto con mi cuerpo.
2. Tengo el color de piel y cabello que me gusta.
3. Mi cuerpo funciona bien.
4. Me siento ágil para el deporte o el baile.
5. Considero que mi cuerpo es más atractivo que
el del promedio de las personas.
6. No me duele nada.
7. Casi nunca me enfermo.
8. Me considero inteligente.
9. Creo que tengo suerte para relacionarme.
10. A lo largo de mi vida, he tenido buena suerte
porque casi todo me sale bien.
11. Me considero una persona sencilla y agradable.
12. Tengo amigos en quienes confío y me siento
correspondido.
13. Mis padres me entienden.
14. Creo que mis padres me quieren mucho.
15. Mis dos padres viven.
16. Mis dos padres están juntos y conmigo.
17. Tengo hermanos y/o hermanas.
18. Me llevo bien con mis hermanos.
19. Me siento afortunado(a) de tener una familia como
la que tengo.
20. Me gusta ir a la escuela.
21. Nunca he reprobado en la escuela.
22. Me gusta estudiar (me gusta ser estudiante).
23. Hasta ahora he sido un(a) estudiante aplicado(a).
24. Mi promedio de calificaciones ha sido arriba de 8.0
25. Rara vez tengo problemas con los maestros.
26. Nunca he tenido problemas graves con mis
compañeros de la escuela.
27. Asisto casi todos los días a mis clases.
28. Tengo la costumbre de tomar apuntes de las clases
29. Además de asistir a la escuela, trabajo y me pagan.
30. Me considero económicamente independiente.
31. Ayudo económicamente a mi familia.
32. Me considero una persona responsable.
Suma de los puntos de cada columna
(Multiplica cada acierto por el número del paréntesis)
TOTAL
Al sumar los puntos de las tres columnas se obtiene un puntaje máximo de 96 puntos.
Este puntaje indica que nada puede mejorar, en tanto que un puntaje menor indica que
puede seguir aprendiendo de sí mismo y lograr niveles más satisfactorios de vida.
Subraya a los enunciados con puntuaciones menores a 3, y analiza su significado,
preguntándote: ¿Por qué no fue posible calificar 3? Enseguida escribe tu respuesta en tu
cuaderno.

Los primeros 5 enunciados exploran aspectos del cuerpo, mientras que los 6 y 7 hablan
de la salud. Del 8 al 12 se explora la autoestima; de la familia, los enunciados 13 a 19. El
resto tiene que ver con las responsabilidades.
¿SABEMOS ESCUCHAR?

Nombre:__________________________________________ Edad:_________
Grado:____________

5= Totalmente cierto 4= Cierto 3= Puede ser


2= Falso 1= Totalmente falso

REACTIVO RESPUESTA
1. Me gusta escuchar cuando alguien está hablando.
2. Acostumbro animar a los demás para que hablen.
3.Trato de escuchar aunque no me caiga bien la persona que
está hablando.
4. Escucho con la misma atención si el que habla es hombre
o mujer.
5. Escucho con la misma o parecida atención si el que habla
es mi amigo(a), mi conocido(a) o si es un desconocido.
6. Dejo de hacer lo que estaba haciendo cuando hablo con
alguien.
7. Miro a la persona con la que estoy hablando.
8. Me concentro en lo que estoy oyendo, ignorando las distintas
reacciones que ocurren a mi alrededor.
9. Sonrío o demuestro que estoy de acuerdo con lo que dicen.
Animo a la persona que está hablando.
10. Pienso en lo que la otra persona me está diciendo.
11. Trato de comprender lo que me dicen.
12. Trato de escudriñar por qué lo dicen.
13. Dejo terminar de hablar a quien toma la palabra,
sin interrumpir.
14. Cuando alguien que está hablando duda en decir algo, lo
animo para que siga adelante.
15. Trato de hacer un resumen de lo que me dijeron y pregunto
sí fue eso lo que realmente quisieron decirme.
16. Me abstengo de juzgar prematuramente las ideas hasta que
hayan terminado de exponerlas.
17. Sé escuchar a mi interlocutor sin dejarme determinar
demasiado por su forma de hablar, su voz, su vocabulario,
sus gestos o su apariencia física.
18. Escucho aunque pueda anticipar lo que alguien va a decir.
19. Hago preguntas para ayudar al otro a explicarse mejor.
20. Pido, en caso necesario, que el otro explique en qué sentido está
usando tal o cual palabra.
TOTAL
TÉCNICAS BÁSICAS DE LA DISCIPLINA

“Para la mayoría de los padres, disciplina equivale al castigo y eso


no es cierto”

Pero, la palabra disciplina significa realmente formar o enseñar, y


combina tanto técnicas positivas como negativas.

El ser padre o madre no se completa en un día y la disciplina no es un


esfuerzo intermitente. En ambos casos se trata de esfuerzos
constantes y consecuentes siendo, al mismo tiempo eficaces y
afectuosos con el niño. Hay mucho que enseñar a un hijo, valores,
creencias y técnicas, y se requiere de tiempo, además de que los niños
no siempre están dispuestos a aprender la lección, por lo que se
sugiere:

1.- Aprendan a relajarse, de este modo podrán afrontar


acontecimientos imprevistos.
2.- Hay que examinar metas y necesidades del niño para saber que se
puede esperar.
3.- Se debe hacer lo posible por ser constante y consecuente, diciendo
lo que se piensa y pensando lo que se dice, y mantenerse firme en ello.
4.- Se debe mantener una actitud positiva ante el oficio de padre,
reteniendo en la mente una imagen de cómo se quiere que el niño actúe
y acordarle e indicarle los comportamientos que se consideran
inaceptables.

COMO ELOGIAR

Es fácil que los padres centren su atención en lo que los niños hacen mal
y no darse cuenta de lo que hacen bien.

La crítica constante combinada con pocos elogios da otros resultados.


El niño requiere de la atención e los padres y la conseguirá como sea. Si
el modo de enfocarlo es negativo, entonces el niño usará medios
negativos para llegar a sus padres. Si éstos se concentran en los hechos
positivos se conseguirá una mejor conducta como respuesta, porque de
este modo el niño obtendrá más atención.

ELOGIAR EN COMPORTAMIENTO Y NO LA PERSONALIDAD

No se debe decir, “Eres un niño bueno” que conlleva el mensaje de que


el objetivo es ser bueno siempre, lo cuál sería una expectativa
imposible de cumplir. En lugar de esto se debe decir, “Me gusta como
has hablado a tu hermana” por ejemplo.
El modo más eficaz de formar una buena conducta es moldearla con
elogios, siendo esto una herramienta que debe usarse repetidamente
par mostrar la aprobación de los comportamientos nuevamente
establecidos del niño.

ELOGIAR INMEDIATAMENTE

Los elogios son más eficaces cuando se producen pronto, de igual


manera se aconseja que elogio vaya acompañado de abrazos, besos y
otras señales físicas de afecto junto con las palabras
correspondientes.

COMO IGNORAR

Un modo eficaz de eliminar comportamientos específicos que irritan es


simplemente ignorarlos. Puede que al aplicar esta técnica, le parezca
que no está haciendo nada en lo absoluto para cambiar las cosas, pero
comprobará cómo al ignorar sistemáticamente ciertos
comportamientos, y actuando como si no existieran se consiguen
resultados asombrosos. Cuando quieren, los niños hacen cualquier cosa
para llamar la atención total e inmediata de los padres. Saben
perfectamente lo que más les puede alterar o irritar, especialmente en
los momentos más delicados, si se le ignora cada vez que tenga alguna
actitud negativa, el niño dejará de actuar de ese modo.
SE NECESITA TIEMPO

El modificar una conducta de un niño requiere tiempo y también la


motivación adecuada. Al principio hay que recompensar cualquier
progreso, usando la recompensa para dar forma a la nueva conducta.
Posteriormente, se requerirán menos esfuerzos para mantenerla.

Se debe definir con exactitud que es lo que se quiere que el niño haga
más seguido. Con la máxima precisión posible, se debe definir qué debe
hacer para obtener la recompensa. No hay que decir “Debes ser más
responsable”, sino, “Por favor, haz bien tu cama por la mañana”, por
ejemplo.

Incremente los requisitos, a medida que el niño haga sus progresos, por
ejemplo, en un inicio si la meta fuera que el niño ordene sus juguetes
cuando haya terminado de jugar, al principio hay que darle una
recompensa inmediata cuando ordene sus juguetes. Cuando ya haya
obtenido varias recompensas, hay que cambiar el criterio, para que
tenga que ordenar dos o tres veces los juguetes para poder recibir la
recompensa. Con el tiempo hay que ir incrementando lo que se espera
del niño todavía más para dar forma a la conducta del niño, pero no hay
que hacer cambios demasiado rápidos.

Nunca hay que aceptar un comportamiento mediocre una vez que


padres y niño han aceptado la apuesta…

Hay que ir eliminando gradualmente las recompensas diarias, entregue


las recompensas diarias en días alternos, hasta llegar a recompensar
solo excepcionalmente.

Mientras tanto se debe elogiar y dar ocasionalmente recompensas para


reforzar la nueva conducta.
Comience a dejar la fase de las recompensas para sustituirla por las
consecuencias naturales y el reconocimiento. Cuando los padres están
seguros de que la nueva conducta se ha convertido en un hábito
positivo, deben sustituir las recompensas por consecuencias naturales
positivas y mantenerlas con su reconocimiento.
CENTRARSE EN UNA SOLA CONDUCTA (O CONDUCTAS
ASOCIADAS) CADA VEZ

Es imposible cambiar todo de golpe y el intentarlo agobiaría a todos


los implicados. Tomar un problema cada vez, e ir añadiendo los otros
de forma apropiada.

SER MUY FIRME HASTA QUE LA CONDUCTA HAYA QUEDADO


ESTABLECIDA

Podemos llevar algún tipo de calendario o gráfico, sin olvidarlo ningún


día, hay que reforzar la nueva conducta con muchos elogios y
consecuencias naturales. Cuando el nuevo hábito haya quedado
establecido, ir retirando las recompensas.

COMO CASTIGAR

Sería maravilloso poder educar a los niños utilizando sólo técnicas


positivas, pero no es posible. Para enseñarles patrones de conductas
deseables, hay que hacer uso de las consecuencias positivas y
negativas. El castigo no debe considerarse necesariamente como bueno
o malo.
El castigo es solo eficaz si se hace que disminuya la posibilidad de que
una conducta inapropiada se repita. Para ello se deberá observar que
efectos tiene el castigo. Si la conducta inapropiada decrece, entonces
la consecuencia debe ser el castigo. Si no es así, más vale la pena no
repetir la acción. Hay que probar otra.

USE EL CASTIGO CON MODERACIÓN

Si se usa un castigo demasiado a menudo, el niño se habitúa y deja de


ser eficaz. Cualquier acción (incluso si es eficaz) se verá debilitada con
el abuso y no tendrá los efectos deseados cuando se necesite.
USAR EL CASTIGO COMBINADO CON TÉCNICAS POSITIVAS

Cuando se escoge el castigo, asegúrese que se está proporcionando


también disciplina positiva. En sí mismo, el castigo no enseña al niño a
portarse bien. Para animar al niño a actuar de la forma deseada, se
deben definir, enseñar y recompensar las conductas positivas que se
quieren establecer.

NO RETRASE EL CASTIGO

Si se va a castigar al niño, hágalo tan pronto como sea posible después


de la mala conducta. Las conductas se controlan mediante
consecuencias inmediatas, así que no hay que esperar “hasta que venga
papá”. No espere hasta la tarde, o hasta mañana… Todo castigo pierde
su eficacia si se retrasa y el niño puede no relacionarlo con la mala
conducta que lo causó.

SEA FIRME

El castigo eficaz no es solamente repentino, sino que también es


predecible. Debe darse siempre y en cada ocasión en que ocurra una
mala conducta. Si se le ha dicho con anterioridad al niño que si hace tal
o cuál cosa se le castigará, se le debe de cumplir.

NO AMENACE EN VANO

No hay que amenazar al niño con castigarle y luego no esguir adelante.


No hay que darle una segunda, una tercera, décima oportunidad antes
de entrar en acción. Se debe decir que se va a hacer y hacer lo que se
ha dicho en todas las ocasiones La falta de consistencia y las amenazas
vanas conducen a la mala conducta, que se convierte en más firme y más
resistente al cambio.
El efecto inmediato del castigo es enseñar al niño lo que es correcto,
pero hay que darle la oportunidad de que demuestre lo que ha
aprendido.
Como principio general, no se recomienda el castigo físico, pero
existen algunas excepciones aisladas. Nunca se debe aplicar un castigo
físico en estado de ira. Si decide pegarle al niño hay que hacerlo como
una elección consciente en vez de cómo una respuesta emocional del
momento.

CÓMO ESCUCHAR Y HABLAR CON EL NIÑO

El mantener las líneas de comunicación abiertas entre padres e


hijos es extremadamente importante para una buena relación.
Queremos que nuestros niños compartan sus pensamientos y
sentimientos para poder comprenderles y ayudarles. Queremos que se
expresen apropiadamente en lugar de manifestar sus sentimientos de
forma destructiva. Y queremos que nos escuchen y oigan lo que se les
dice.

Los niños no nacen sabiendo cómo expresar sus pensamientos y


sentimientos apropiadamente. Ni tampoco están automáticamente
preparados para escuchar lo que los padres les dicen y seguir sus
directrices. Hay que enseñarles a expresarse y a escuchar a los demás.
A menudo los padres también necesitan mejorar sus habilidades
comunicativas.

Hay que recordar que hablar no lo es todo. No se pueden solucionar


todos los problemas de conducta hablando, por muy bien que sepa
escuchar, por muy buen hablador que se sea, o por muy bien que se sepa
escuchar. Los niños necesitan conocer los límites para su conducta y
normalmente no es suficiente una mera explicación. Muchos padres
intentan demasiadas veces instruir a sus hijos o razonar con ellos.
Repiten muchas veces las mismas cosas una y otra vez (solo que más
fuerte) pero no resultan eficaces por eso. Es mejor hablar en voz baja
pero que conlleve una consecuencia real.
TIEMPO PARA ESCUCHAR

Hay ocasiones en las que es difícil encontrar un momento para escuchar


al niño, pero es esencial hacerlo si se quiere conseguir una buena
comunicación.
Se debe permitir que los niños cuenten sus experiencias cotidianas y
sus sentimientos a sus padres, que se sientan libres para darles
detalles de lo que les está ocurriendo.

La comunicación no es sólo una cuestión de calidad, sino también de


cantidad. Este es un punto extremadamente importante y nunca será
bastante hincapié en ello.

Algunas veces cuando los niños quieren hablar, les cuesta mucho
trabajo arrancar. De modo que pueden ser de ayuda frases como
“Hablemos” ó “Dime lo que te preocupa”. Pero cuanto más específicas
sean las frases de apertura, mejor. Una vez que se ha comenzado,
utilice todos los medios para mantener la conversación viva. Los adultos
tenemos la tendencia a dar consejos, soluciones o incluso a hacer
discursos a los niños. Simplemente hay que escuchar.

COMO HABLAR AL NIÑO

Si los niños se hacen sordos continuamente cuando se les pide algo, se


trata de una tendencia a desconectar hasta que el volumen de voz
paterna llega a un punto crítico.

Para acabar con este problema se requieren de dos ingredientes


esenciales: los padres tienen que decir lo que piensan y pensar lo que
dicen. Es decir, elegir las palabras con cuidado y después apoyarlas con
acciones justas, consecuentes y con sentido. El niño aprenderá
rápidamente a escuchar la primera vez que se le pida algo. Para lograr
esto es preciso:
Establecer un contacto visual
Ya que los niños se distraen con tanta facilidad, los padres deben
asegurarse de que el niño les mira cuando le están hablando. Este
podría ser el factor más importante para conseguir que el niño siga las
instrucciones de sus padres o simplemente para que escuche.

Hablar con voz sosegada pero firme


Si siempre se habla al niño con voz severa o se levanta la voz al pedirle
algo aprenderá a desconectarse hasta que la voz de sus padres alcance
un volumen máximo.

Evitar utilizar preguntas en lugar de afirmaciones


Si se le dice al niño: “Qué tal si recoges tu ropa?” no sería de extrañar
que contestara “Ahora no!”. Cuando no hay ninguna duda de lo que se
quiere que haga el niño hay que hacer afirmaciones definitivas que le
indiquen exactamente lo que tiene que hacer, cuándo, dónde y cómo.

Utilizar frases sencillas


Hable clara y sencillamente. Las instrucciones o explicaciones largas
hacen que el niño pierda interés o se olvide de lo que se le dijo al
principio. La comunicación corta y simple con su consecuencia lógica
será comprendida y recordada infinitamente mejor que un largo
discurso.

Decir al niño lo que se piensa


Se le debe explicar al niño los sentimientos que producen sus acciones o
actitudes.

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