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Movicom, nacida en 1989, fue la primera empresa argentina en brindar una red de

comunicación telefónica inalámbrica, comenzando por la zona del área metropolitana de


Buenos Aires gracias a las inversiones de la empresa multinacional BellSouth y su par
nacional, el grupo SOCMA. Sus primeras publicidades lo presentaban como una
oportunidad única de comunicación a distancia, donde podíamos saber quien nos
llamaba antes de atender o, claramente, podríamos estar pendientes en todo momento.
Su competencia directa apareció recién en 1993, Miniphone fue una empresa que
comenzó a prestar el mismo servicio que Movicom en el área del AMBA, por lo cual
debieron alejarse del concepto futurista que presentaban sus primeras publicidades, e
intento mostrar sus innovaciones como herramientas perfectas para simplificar la vida
de su próximo comprador. No obstante, en publicidades más cercanas a la década de
los 2000, podemos ver como nuevamente intentan cambiar su identidad de marca a una
que buscaba explotar su nacimiento en argentina, presentando en sus publicidades
escenas que se situaban en la cotidianeidad de nuestro país.

Finalmente, se fusionó con "UNIFON" de Telefónica y ese fue del nacimiento del
prestador aun vigente, Movistar. De esto podemos evidenciar que, técnicamente, la
marca no llegó a cumplir el ciclo completo, y se puede deber a que la supuesta
innovación que trajo en su momento ya era imitada por otras empresas que ofrecían el
mismo servicio así aumentando la oferta y la identidad de marca que habían creado ya
no era válida y tampoco había logrado llegar al público de tal manera de sentirla parte
de sus vidas.

Con respecto a la marca Manaos, tenemos que entender los inicios de su distribuidora
Refres Now S.A., ya que durante su desarrollo, tuvieron una idea que logro llenar a la
perfección aquel vacío existente en el mercado; exaltaron los valores nacionales. Como
una empresa de producción argentina tenían todo lo que las marcas líderes no y
decidieron explotar el sentido de pertenencia y el orgullo nacional. Por eso, en las
publicidades televisivas, podemos ver a exponentes argentinos en actividades
consideradas propias como Martín Palermo, exponente del fútbol, y el Chaqueño
Palavecino como exponente musical folklórico –entre otros-. Posteriormente,
solidificaron su crecimiento a partir de otras submarcas que, a pesar de tener otros
conceptos acorde al producto, no se alejaron mucho del orgullo nacional planteado por
la marca. El eslogan ¡Vamos Manaos! logro tanto impacto, que incluso varios memes
llegaron a ser virales por el año 2018.

Manaos logro crear la identidad de marca deseada, así logrando ser una de las marcas
líderes en esta región, llegando a competir con las multinacionales nombradas con
anterioridad. Según un artículo del diario Clarín, “La bebida Manaos es la segunda
marca de mayor crecimiento en el país“ 1. Tanto invitando personas reconocidas en lo
nacional, como retomando productos históricos en el mercado argentino como
Pindapoy, la marca siempre siguió una misma linea enfocada en el "orgullo nacional" y
esto hizo que hasta el día de hoy Manaos se encuentre en su crecimiento gracias a
poder mantener una identidad de marca por más de trece años.

Pumper Nic fue la primera cadena de comida rápida argentina, y creada en 1974
rápidamente comenzó a usar el sistema de franquicias para expandirse por todo el
territorio. No obstante, además de la inconsistencia de calidad de los productos entre
una franquicia y otra, la similitud de su logotipo con la de la cadena estadounidense no
sirvió de mucho a la hora de crearse una identidad de marca sólida: durante sus 25
años de vida la marca pasó por tres cambios de logotipos bastante marcados, diferentes
entre sí.

Incluso, consecuencia de una demanda de parte de Burger King respecto a la similitud


tanto de su nombre como de su logotipo, tuvieron que acortar su nombre solo a
“Pumper” en 1989 una vez la multinacional hizo su desembarco en la Argentina. En este
análisis, podemos ver que el declive de la marca era solo cuestión de tiempo ya que ni
sus productos eran consistentes entre sucursales ni las publicidades se veían iguales
pues se encontraban frente a un desafío, por consiguiente, de los recurrentes cambios
de la marca tanto en nombre como en imagen. En las publicidades para la televisión
analizadas para este desarrollo, no se pudo encontrar una línea de continuidad.

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