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Primeros auxilios psicológicos

Salud mental
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como

un estado de bienestar en el que el individuo desarrolla sus capacidades puede afrontar las
tensiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de contribuir
a su comunidad.

(World Health Organization, 2001).

En Colombia la salud mental es considerada un derecho, contemplado a través de la Ley 1616 de


2013, cuyo objeto es “garantizar el ejercicio pleno del derecho a la salud mental a la población
colombiana priorizando a los niños, las niñas y adolescentes mediante la promoción de la salud y
la prevención del trastorno mental y la atención integral e integrada” Por otro lado, la política
pública de salud mental establece los lineamientos frente a la atención primaria, la promoción y la
prevención, buscando que la salud mental se convierta en agenda prioritaria en el país.

Así mismo, la salud siempre se verá afectada de forma positiva o negativa por diferentes factores,
que inciden directamente en el comportamiento de la enfermedad o del bienestar en general de
las personas como las siguientes:

Determinantes sociales en salud


La OMS establece que los Determinantes Sociales en Salud son factores que están relacionados
con los grandes problemas: la pobreza, la exclusión, la guerra, entre otros.

Factores de riesgo: En Colombia en el marco de la política nacional de salud mental, (Resolución


4886 de 2018), los factores prevalentes que ayudan a desencadenar problemas de trastornos
mentales son: el suicidio, el consumo de sustancias psicoactivas, las violencias y convivencia
social y la epilepsia.

Condiciones individuales que afectan la salud mental

 Baja estima
 Pensamientos negativos
 Condiciones hereditarias
 aja tolerancia a la frustración
 Habilidades sociales escasas.
 Escasas redes de apoyo

Problema mental
La encuesta Nacional de salud mental (2015) define el problema mental como el malestar y las
dificultades en la interacción con los otros, que se generan por la vivencia de eventos
estresantes que no son tan graves como un trastorno mental.

En esta categoría se encuentran las consecuencias psicológicas de las experiencias traumáticas y


las reacciones emocionales ante las pérdidas significativas tales como, síntomas depresivos y/o
ansiosos, consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas, problemas de aprendizaje,
problemas de comunicación, dificultades de socialización, conductas de riesgo alimentario (no
comer aunque se tenga hambre, malestar con el acto de comer, atracones, vómito después de
comer) y alteraciones en el sueño, entre otros (Ministerio de Salud. p. 8)

Trastornos mentales

El trastorno mental es definido en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales


(DSM, versión 5 por sus siglas en inglés) como “un síndrome caracterizado por una alteración
clínicamente significativa del estado cognitivo, la regulación emocional o el comportamiento del
individuo que refleja una disfunción de los procesos psicológicos, biológicos o del desarrollo que
subyacen en su función mental”.

Trastornos mentales comunes

La Organización Panamericana de la Salud (2017) plantea que los trastornos mentales comunes se
refieren a dos categorías principales de diagnóstico: los trastornos depresivos y los trastornos de
ansiedad. Estos trastornos son altamente prevalentes en la población (de ahí que se consideren
“comunes”) y repercuten en el estado de ánimo o los sentimientos de las personas afectadas. Los
síntomas varían en cuanto a su intensidad (de leves a severos) y duración (de meses a años). Estos
trastornos son condiciones de salud diagnosticables y se diferencian de los sentimientos de
tristeza, estrés o temor que cualquiera puede experimentar ocasionalmente en su vida.
(Depresión y otros trastornos mentales comunes. Estimaciones sanitarias mundiales.
Washington, D.C.: Organización Panamericana de la Salud; 2017.)

En Colombia en el marco de la Encuesta Nacional de Salud Mental se encontraron como


trastornos prevalentes la ansiedad de cualquier tipo, la fobia social, la depresión de cualquier
tipo. De igual forma el suicidio, sin ser un diagnóstico en sí mismo, representa un resultado no
deseado en salud mental, que tiene diferentes causas y factores para su ocurrencia, pero que la
prevalencia se encuentra en el proceso suicida, más que el acto suicida ocurrido.

Por lo general los hábitos influyen de manera importante en la aparición o no de estos trastornos.
Es así como la ingesta de licor o cualquier otro tipo de sustancias psicoactiva, la vida sedentaria,
la despreocupación por aprender a manejar y gestionar las emociones y los conflictos de forma
positiva, la falta de un proyecto de vida que entregue propósito de vida, son algunas de las
causas que pueden desencadenar la aparición de la enfermedad en cualquier momento del ciclo
vital.

Trastornos depresivos
La depresión se enmarca en una emoción constante de tristeza que se alimenta de forma
recurrente con pensamientos que la anidan y desencadenan conductas como la falta de interés
o de placer, tendencia a la culpa, una baja autoestima, exceso de sueño o pérdida de este,
alteración del apetito, cansancio, dolor muscular, dificultades para concentrarse, baja atención y
mirada oscura de la vida. Las personas con trastornos depresivos tienen dificultades para ser
productivas, ya sea en su trabajo o en el estudio, por lo general la vida se vuelve difícil de
sobrellevar en su cotidianidad. Por este motivo uno de los riesgos más altos de una depresión
severa, es el suicidio, debido precisamente a ese cansancio con la vida que el trastorno produce.

Los trastornos depresivos se clasifican dos categorías:

Trastorno depresivo mayor: De acuerdo con sus manifestaciones e intensidad puede ser leve,
moderado o severo.

Distimia: Se caracteriza por ser un proceso depresivo leve pero crónico. La diferencia entre cada
categoría está fundamentalmente en la severidad de los síntomas y en la persistencia de estos.
(Depresión y otros trastornos mentales comunes. Estimaciones sanitarias mundiales. Washington,
D.C.: Organización Panamericana de la Salud; 2017. ).

La depresión se enmarca en
Otra manifestación de esta patología depresiva es la siguiente:

Otra manifestación de esta patología depresiva es el llamado trastorno afectivo bipolar que
maneja dos tipos de picos emocionales: tristeza profunda y episodios maníacos
caracterizados por una gran exaltación emocional que desencadena sobreactividad,
verborrea, pérdida del sueño, exageración de episodios reales

Trastornos de ansiedad
Los trastornos de ansiedad se enmarcan en una emoción constante de miedo que genera
dificultades para enfrentar situaciones mínimas de la vida, generando un desborde de emociones,
pánico y confusión. Estos trastornos se clasifican en

Ansiedad generalizada

Por lo general las personas presentan miedo, angustia y preocupación extrema por muchas
cosas, sin distinción aparente de la causa.

Ansiedad social

La principal manifestación es el miedo que produce el contacto con las personas, es sentirse
observado. Esta ansiedad puede llegar incluso a manifestar síntomas cuando se realizan
acciones cotidianas como una llamada telefónica, hablar con el señor del supermercado
para resolver una duda.
Trastorno de ansiedad fóbica

Las fobias se manifiestan como miedos específicos a ciertos objetos, situaciones o


condiciones que van de la mano de una distorsión del condicionamiento del miedo. Cuando
una fobia se convierte en una situación disfuncional, es decir que dificulta la vida y la
productividad, entra a hacer parte de los trastornos de ansiedad. Como ejemplo están los
miedos a las alturas, a los lugares cerrados, entre otros. (Consultar documento de apoyo:
Bados, A: Fobias específicas. Universidad de Barcelona. 2009).

Trastorno de angustia

Se conoce de forma más cercana como trastorno de pánico y se caracteriza por manifestarse
a través de crisis de miedo intenso, sin existir realmente una condición de peligro. Las
personas tienen diferentes manifestaciones como huida, llanto, dificultad para tomar
decisiones, distorsiones cognitivas.

TOC o Trastorno Obsesivo Compulsivo

Como principal manifestación están las conductas repetitivas de carácter compulsivo, por lo
general relacionadas con pensamientos irracionales alrededor de la organización de
espacios, acumulación de objetos, lavado de manos y limpieza de superficies por miedo a
gérmenes.

Trastorno de Estrés Postraumático o TEPT

Este trastorno aparece como consecuencia de un hecho que produce trauma en las personas:
abuso sexual, agresión, desastres, muerte súbita. Cuando ocurre el trauma la persona alcanza a
procesar con sus recursos emocionales y psicológicos el impacto y puede llegar a desarrollar en el
futuro estrés postraumático. Este se manifiesta a través de la recurrencia del recuerdo traumático
y la manifestación física y fisiológica de los síntomas, como si estuviera viviendo el hecho
nuevamente.

1.3 Crisis
Todas las personas a lo largo de la vida están expuestas a circunstancias difíciles ya sea por
situaciones determinadas por el entorno, como una guerra, o por un desastre natural inesperado,
como un terremoto o por las situaciones propias de la vida como la muerte de las personas
amadas, la pérdida afectiva, los fracasos laborales, entre muchas condiciones que pueden generar
desestabilización emocional y psicológica en una persona.

Los seres humanos cuentan con recursos emocionales, psicológicos y cognitivos para afrontar los
desafíos y retos de la vida hace parte del instinto de supervivencia y de los aprendizajes que
durante el desarrollo que van dando desde la interacción social; sin embargo, algunas personas
pueden necesitar ayudas adicionales, ya que se sale de su control y manejo la exposición a eventos
difíciles y traumáticos. En este escenario es donde se configura la “crisis”.
De acuerdo con lo planteado por la OPS, (Cohen,1999), la crisis es un periodo crucial o momento
decisivo de la vida de una persona, que tiene consecuencias físicas y emocionales. Es decir, una
crisis es un periodo limitado de desequilibrio psicológico precipitado por un cambio súbito o
significativo en la situación vital del individuo.

La crisis va más allá de la capacidad de respuesta de la persona y eso se evidencia en las


alteraciones emocionales, físicas, psicológicas y cognitivas que se desencadenan como
consecuencia de la situación traumática lo que hace que desencadena un “estado crítico” de salud
mental, que puede llegar a tener consecuencias secundarias posteriores, como trastornos de
estrés post traumático, sino se atiende con celeridad y pertinencia, de ahí la importancia de los
primeros auxilios psicológicos.

Las crisis pueden ser de dos tipos


Crisis de desarrollo: Los seres humanos a lo largo del desarrollo viven experiencias de cambio a
nivel psicológico, fisiológico y anatómico, que pueden afectar la estabilidad emocional y generar
periodos de crisis. Estos episodios son predecibles, lo que no significa que todas las personas los
vivan, ya que depende de factores individuales y de contexto, su aparición.
Crisis circunstanciales
Estas crisis son impredecibles y tienen que ver con situaciones inesperadas como accidentes,
enfermedades, desastres naturales, eventos violentos. (Manual de primeros auxilios psicológicos.
Federación Internacional de sociedades de la Cruz Roja).

Fases de la crisis

Exposición al evento crítico

Produce tensión y puede aparecer un estado de shock que protege a la víctima de una
condición abrumadora. De forma inconsciente el cerebro se prepara para dar una respuesta
efectiva, sacando los recursos de afrontamiento aprendidos para recuperar el equilibrio.

Respuesta desorganizada

Hay aumento de la tensión y las respuestas emocionales y cognitivas fallan para enfrentar la
crisis de forma adecuada. Las respuestas se tornan confusas y provocan disfunciones.

Explosión

Se pierde el control de las emociones, los pensamientos y los comportamientos tienden a


ser contradictorios. Las reacciones pueden pasar de pasivas a agresivas durante semanas.

Estabilización

Inicia la calma a medida que aparecen los recursos alternos. La persona es muy vulnerable
en este momento y puede volver a la fase de explosión. Hay cierto nivel de conciencia de lo
que ha sucedido, pero las reacciones ya no son tan extremas.
Adaptación

Comienza el proceso de control sobre las acciones, puede concentrarse en otras situaciones,
además del evento vivido, orienta interés por el futuro, se reactiva la socialización y puede
descubrir nuevos rumbos a partir de la experiencia vivida.

Trastornos y reacciones frente a una crisis

Toda situación de crisis genera reacciones debido a la activación del sistema nervioso
simpático, responsable de la respuesta automática frente a la percepción de peligro. Los
cambios reactivos se ven reflejados internamente con el aumento de la segregación de
adrenalina y cortisona o cortisol, hormonas responsables de la preparación del cuerpo
para la huida o el ataque.

Mantener esta condición de supervivencia por largo tiempo puede llegar a producir efectos sobre
la salud mental lo que se considera un estado crítico de salud mental.

Reacciones físicas

 Fatiga
 Cansancio
 Incremento del ritmo cardíaco
 Hiperventilación
 Sudoración

 Alteraciones del apetito


 Alteraciones del sueño
 Temblor corporal
 Sensación de opresión en el pecho y el estómago
 Empeoramiento de condiciones crónicas: diabetes, hipertensión.}

Reacciones cognitivas

Se refiere a las manifestaciones mentales que el miedo produce, por lo general


provienen de la mente subconsciente, responsable de la reactividad. Durante la
crisis pensar se hace difícil ya que hay una desconexión entre el cerebro responsable
de la supervivencia y la mente consciente, lo que genera estas reacciones, que
pueden ser más severas de acuerdo con el tiempo de activación que la persona
experimente.

 Confusión mental
 Desorientación espacial
 Pérdida de conciencia de la realidad
 Duda frente a sus propias creencias
 Dificultad para concentrarse
 Pérdida de memoria
 Exageración y sobrevaloración de situaciones de poca importancia

Reacciones emocionales

 Miedo incontrolado.

 Duda frente a sí mismo.

 Baja autoestima.

 Culpa.

 Rabia.
 Irritabilidad.
 Sensación de desesperanza.
 Llanto incontenido.
 Aislamiento.
 Dificultad para expresar emociones.
 Hipervigilancia y sobresalto.
 Incremento de conflictos con la familia.
 Dependencia.

Es importante comprender que los trastornos asociados a un estado crítico por lo general no
se manifiestan durante la crisis, sino de forma posterior a la vivencia, por esta razón se debe
analizar el daño potencial producido con el evento traumático y la correlación con otros
aspectos que pueden agravar el suceso. Por ejemplo, una persona es víctima de violencia
sexual y este hecho se convierte en el evento traumático, sin embargo, el estrés agudo puede
agravarse debido a la falta de apoyo de la familia, el juzgamiento de la pareja, entre otras
circunstancias. Seguramente una persona que vive la misma situación tendrá una evolución
distinta si cuenta con las redes de apoyo familiares y de pareja necesarias. Esto es relevante ya
que en la intervención no solamente se aborda la situación desencadenante, sino los hechos
y condiciones agravantes de la misma que pueden desencadenar trastornos que perduran
en el tiempo o que desaparecen.

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