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INTRODUCCIÓN
En los últimos años, en muchas regiones de todo el mundo, se ha registrado
un alarmante incremento de las enfermedades emergentes, consideradas
reemergentes por muchos investigadores y científicos.
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Una definición sencilla de lo que es una enfermedad infecciosa o parasitaria
emergente consiste en afirmar que es la provocada por un agente
infeccioso o parasitario recientemente identificado y anteriormente
desconocido, capaz de causar problemas de salud pública a nivel local,
regional o mundial. Asimismo, en este sentido, se consideran enfermedades
reemergentes (infecciosas o parasitarias) a aquellas supuestamente
controladas, en franco descenso, o prácticamente desaparecidas, que
vuelven a constituir una alarma sanitaria y que reaparecen en proporciones
epidémicas.
De este modo, el presente trabajo tiene por objetivo analizar cómo se Página | 3
distribuye el total de enfermedades parasitarias emergentes, centrándose
en las cinco ya mencionadas. Además, de identificar la prevalencia,
tratamiento y algunas cuestiones importantes mencionadas por autores de
diversos artículos relacionados a dichas parasitosis.
DESARROLLO
Cryptosporidium spp
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La criptosporidiosis es una enfermedad parasitaria emergente causada por
Cryptosporidium spp que se caracteriza por la presencia de diarrea (que
puede ser escasa con moco, o bien, abundante y acuosa), así como de
otros síntomas clínicos como la fiebre. Esta parasitosis se diagnóstica
únicamente por exámenes de laboratorio, como los coproparasitoscópicos.
Cabe destacar, que todas estas prevalencias han sido verificadas por Página | 5
técnicas rutinarias, ya que durante mucho tiempo el diagnóstico de
Cryptosporidium spp se ha basado únicamente en el examen parasitológico
de muestras de heces (SPE), en el que se concentran los ooquistes del
parásito mediante técnicas de flotación o centrifugación-sedimentación.
Las técnicas de concentración van siempre seguidas de métodos de tinción,
lo que facilita la observación de los quistes. Es por su bajo coste, sencillez y
fácil ejecución que siguen realizándose, sin embargo, el análisis morfológico
de los ooquistes no es definitivo para la identificación de especies
como Cryptosporidium ya que los ooquistes son muy pequeños (4-8 μm), por
lo que pueden tener variaciones morfológicas imperceptibles, o incluso ser
idénticos entre diferentes especies.
Es por ello, que, en el estudio propuesto por Souza y colaboradores durante
el 2019 en Brasil, determinan que las técnicas moleculares, son innovadoras
y demuestran tener una mayor eficacia con respecto a las técnicas
rutinarias de concentración. Los métodos moleculares utilizados
actualmente en la caracterización de Cryptosporidium spp se basan en la
reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Estas técnicas se asocian
generalmente a la secuenciación de fragmentos amplificados para la
confirmación de resultados y para analizar la diversidad genética entre
especies utilizando varios marcadores genéticos, entre ellos, el gen de la
subunidad pequeña del ARNr (SSU) que codifica la subunidad ribosomal más
pequeña del ARNr 18S ; lagen cowp , que codifica una proteína de la pared
del ooquiste; el gen hsp70 , que codifica las proteínas de choque
térmico; ITS-1 e ITS-2, correspondientes a regiones espaciadoras transcritas
internas del ADN ribosómico; el gen trap (proteína adhesiva relacionada
con trombospondina de Cryptosporidium ), y el gen que codifica las
glicoproteínas GP60 o GP15.
Cystoisospora spp
Se denomina al síndrome diarreico en humanos causado por Cystoisospora
spp como “Cistoisosporiasis”, la cual es una enfermedad parasitaria donde
el agente causal pertenece a la familia de los coccidios, como
Cryptosporidium spp y Cyclospora cayetanensis. Se ha considerado
emergente debido a que se comenzó a estudiar a partir de 1920, y después
de algunos estudios fue reclasificada taxonómicamente de Isospora spp a
Cystoisospora spp.
En investigaciones recientes realizadas por Quesada-Lobo durante 2012 en
la Universidad de Costa Rica, se ha descubierto que las infecciones
causadas por C. belli son cosmopolitas, pero aparecen con mayor
frecuencia en regiones tropicales y subtropicales, especialmente en Haití,
México, Brasil, El Salvador, África, Medio Oriente y el Sureste Asiático. En
dicho estudio, se determinó que la prevalencia de Cystoisospora spp es
mayor en pacientes latinoamericanos que fueron diagnosticados con
VIH/SIDA, al menos en 16, 351 pacientes evaluados durante 8 años, fueron
parasitados por C. belli, demostrando que la prevalencia era de
aproximadamente 5.4% al menos en México.
En contraste, en estudios realizados por Xu Ning y colaboradores en la
Región de Guangxi Zhuang, China, se menciona que C. belli se ha
detectado con frecuencia en pacientes con VIH, virus linfotrópico T humano
tipo I (HLTLV1), enfermedad de Alzheimer y cáncer colorrectal, así como en
aquellos que se han sometido a un trasplante de hígado y riñón. Sin
embargo, dichos autores dan a conocer que este parásito al no ser tan
común, generalmente se pasa por alto y no ha tenido los estudios
necesarios, al menos en China.
Generalmente, el diagnóstico de la enfermedad, es llevado a cabo
mediante el examen de heces, o muestras de biopsia intestinal; sin embargo,
Blastocystis hominis
Otra de los géneros denominados como “emergentes” ha sido el de
Blastocystis, el cual es uno de los protozoos intestinales más comunes con
una distribución mundial. Se encuentra en el intestino grueso de humanos,
así como de animales, transmitiéndose por vía oral—fecal.
En estudios recientes realizados por Viesy y colaboradores, se ha dado a
conocer que la prevalencia es muy variante en diferentes partes del mundo,
dependiendo de su desarrollo. En países desarrollados, la prevalencia es
entre 5-23%, en cambio en países en vías de desarrollo alcanza hasta un 60%.
Esta diferencia estadística se debe a las condiciones de salud e higiene, por
lo que Blastocystis spp es más común en pacientes inmunodeprimidos y en
personas que están en contacto directo con animales.
Cyclospora cayetanensis
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En el caso de Cyclospora cayetanensis es un coccidio que se transmite entre
humanos; hasta el presente, no se ha demostrado que existan animales
reservorios del parásito. La infección diarreica tiene una distribución global;
se ha observado en países en vías de desarrollo e incluso en países
industrializados.
La parasitosis por C. cayetanensis está ampliamente distribuido. En un
estudio realizado por Chacín y Vielma en la Universidad de Venezuela,
durante el 2018, revela que la ciclosporiasis se ha documentado como
endémica en algunos países, como Argentina, Kuwait, Bangladesh, Nueva
Guinea y Sudáfrica. Asimismo, ha sido una infección transnacional que se ha
presentado con sorpresiva frecuencia en Puerto Rico, República
Dominicana, Costa Rica, Bolivia, México, entre otros países, y al desconocer
la prevalencia de la infección en estas naciones, estos hallazgos reflejan la
emergencia sanitaria en estas áreas.
CONCLUSIÓN
En virtud de lo estudiado por diversos investigadores de todo el mundo, las
infecciones oportunistas y emergentes, continúan causando morbilidad y
mortalidad en pacientes sin hacer distinción de sexo, raza o edad, a pesar
de ello, afectan a los más vulnerables, que son las personas
inmunocomprometidas, como los pacientes VIH positivos, los adultos
mayores y los infantes menores a 10 años.
Sin embargo, las intenciones de los ensayos no han sido encaminados
correctamente al ser parásitos en constante cambio y evolución, esto abre
las puertas a los futuros científicos a realizar investigaciones que permitan
controlar la epidemiología y sucesivamente llegar a una erradicación de
dichas infecciones.
Por el momento, es fundamental seguir realizando la profilaxis a fin de llevar
un control riguroso de estas infecciones causadas por los agentes causales
evaluados en este ensayo, como Cryptosporidium spp, Cystoisospora spp,
Cyclospora cayetanensis, Blastocystis hominis, y Microsporidium spp, pero
siempre tomando en cuenta, que surgirán nuevos parásitos y que tenemos
que estar preparados para cualquier emergencia sanitaria que se presente.
Personalmente, considero que estas revisiones bibliográficas me han llevado
a la necesidad intelectual de seguir actualizando los conocimientos teóricos
que tengo sobre parasitología, ya que el mundo avanza a una velocidad
increíble, y con ello aumenta la necesidad del ser humano de seguir
avanzado y conociendo el mundo que nos rodea. No es una cuestión de
tener miedo, sino, de seguir alimentándonos del conocimiento para cumplir
una misión que nos atañe como profesionales de la salud, ya que un
Químico Farmacéutico Biólogo, debe de procurar cuidar y salvaguardar la
vida e integridad de cada uno de sus pacientes.
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