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DOCENTE: BACHILLERES:
Ing. Blanca Piñero. Díaz Quiroz David Rafael.
C.I.V-27.532.455.
Duran Freites Reimary Nazareth.
C.I.V-31.125.492.
Gutiérrez Delgado Luz Taily.
C.I.V-30.812.410.
Núñez Julio Cesar.
C.I.V-30.422.426.
Rodríguez Castellano Sebastián Rafael.
C.I.V-30.706.80.
Los encéfalos de los vertebrados parten de una estructura embrionaria común que consta
de tres regiones principales o vesículas primarias: encéfalo anterior (o prosencéfalo), que se
subdivide, a su vez, en telencéfalo y diencéfalo; encéfalo medio o mesencéfalo; y encéfalo
posterior, que se subdivide en metencéfalo y mielencéfalo. Se suele hacer referencia a esas cinco
subdivisiones (telencéfalo, diencéfalo, mesencéfalo, metencéfalo y mielencéfalo) como las
vesículas secundarias encefálicas en el sistema nervioso embrionario, pero en ocasiones se utilizan
igualmente para caracterizar la anatomía encefálica de vertebrados plenamente desarrollados.
2. Cerebro (telencefalo):
Es un término utilizado en neurología para referirse a la región del sistema nervioso central
que se localiza en la parte trasera del encéfalo, por eso es denominado también como cerebro
posterior. Además, es una zona que comprende una parte amplia de la cavidad craneal. El encéfalo
constituye varias partes del sistema nervioso central, por eso se divide funcionalmente en tres
sectores. Los cuales se denominan como rombencéfalo, prosencéfalo y mesencéfalo.
Las estructuras nerviosas que comprenden a esta porción del cerebro, se localizan en la
zona trasera del cráneo, y están protegidas en su mayoría por el hueso occipital. Además, se ubican
muy cercano a la médula espinal que comienza a formarse por debajo del cerebro posterior. Son
tres estructuras en específico que forman parte de la composición de esta región cerebral, las cuales
se conocen como cerebelo, bulbo raquídeo y puente de Varolio. Siendo las dos últimas zonas
mencionadas las que conforman al tallo cerebral o también llamado troncoencéfalo. En cuanto a
que elementos se originan de aquí, destaca principalmente el cuarto ventrículo.
Cerebelo: participa en el control y regulación de la coordinación, equilibrio, postura, tono
de los músculos e incluso en áreas del lenguaje.
Bulbo raquídeo: es el lugar del tallo cerebral donde se encuentran los núcleos de los pares
craneales trigémino, vestibulococlear, vago, espinal e hipogloso.
Puente de Varolio: posee fibras nerviosas que se encargan de participar en la coordinación
de los movimientos, el sistema vestibular y en los músculos que controlan los ojos.
5. Metencéfalo:
El metencéfalo es una región del cerebro que se encuentra en la parte posterior del tronco
encefálico, debajo del cerebro medio y encima de la médula espinal. Esta región contiene varias
estructuras importantes que controlan funciones vitales del cuerpo, como la respiración, el ritmo
cardíaco y la presión arterial. Entre ellas, se encuentran el puente troncoencefálico o protuberancia
anular, que conecta el cerebro medio con la médula espinal y es responsable de regular la
respiración, el ritmo cardíaco y el sueño; y el cerebelo, que controla la coordinación y el equilibrio
del cuerpo, por otro lado, también incluye el cuarto ventrículo, que es una cavidad en el centro del
cerebro que produce y circula el líquido cefalorraquídeo, que ayuda a proteger y nutrir el cerebro
y la médula espinal.
6. Corteza cerebral:
El elemento funcional de la corteza cerebral es una fina capa de neuronas que cubre la
superficie de todas las circunvoluciones del cerebro. Esta capa solo tiene un grosor de 2 a 5 mm,
y el área total que ocupa mide más o menos la cuarta parte de un metro cuadrado. Se ha estimado
que la corteza cerebral contiene más de 80.000 millones de neuronas. La infografía principal ofrece
un mapa de algunas de las funciones de diferentes áreas de la corteza cerebral, según quedaron
determinadas mediante la estimulación eléctrica cortical en pacientes despiertos o durante la
exploración neurológica después de haber extirpado partes de la corteza. Los pacientes sometidos
a la estimulación eléctrica relataban las ideas evocadas por este proceso y, a veces, experimentaban
movimientos. En ocasiones, emitían espontáneamente un sonido o incluso una palabra, u ofrecían
algún otro signo de estimulación.
Por consiguiente, el área de asociación parietooccipitotemporal está situada en el gran
espacio de la corteza parietal y occipital cuyo límite anterior corresponde a la corteza
somatosensitiva, el posterior a la corteza visual y el lateral a la corteza auditiva. Según cabría
esperar, proporciona un alto grado de significación interpretativa a las señales procedentes de todas
las áreas sensitivas que la rodean. Sin embargo, hasta el área de asociación parietooccipitotemporal
posee sus propias subáreas funcionales.
Análisis de las coordenadas espaciales del cuerpo. Un área que comienza en la corteza
parietal posterior y se extiende hacia la corteza occipital superior permite el análisis continuo de
las coordenadas espaciales de todas las partes del cuerpo, así como de sus inmediaciones. Esta área
recibe información sensitiva visual desde la corteza occipital posterior e información
somatosensitiva simultánea desde la corteza parietal anterior. Con todos estos datos, calcula las
coordenadas del medio visual, auditivo y corporal que la rodea.
7. Rinencéfalo:
Actualmente se conoce al rinencéfalo como la parte del cerebro relacionada con el olfato e
incluida dentro del sistema límbico o “cerebro emocional”. Con el aumento en la diferenciación
de los otros sentidos en los vertebrados, el olfato ha ido perdiendo protagonismo. Sin embargo, las
conexiones fundamentales del mecanismo olfatorio con ambas actividades visceral y somática son
tan importantes en el ser humano como en el resto de mamíferos, aunque la sensibilidad olfativa
sea menor. El rinencéfalo, al estar interconectado con el hipotálamo (centro encargado de la
homeóstasis o equilibrio orgánico) y con varias áreas de control emocional, nos ayuda a concentrar
toda la información que proviene del exterior y que traducimos en procesos a través de los cuales
percibimos, aprendemos, actuamos y recordamos.
En este sentido, no hay que olvidar que el olfato es hasta 10 mil veces más sensible que
cualquier otro de nuestros sentidos, y que la respuesta olfatoria es inmediata y se extiende
directamente al cerebro. Se estima además que contamos con 100 millones de receptores de la
sensación olfativa. Se cree que el ser humano puede captar hasta 7 olores primarios: alcanfor,
almizcle, flores, menta, éter, acre y podrido, olores que corresponderían a los siete tipos de
receptores existentes en la mucosa olfativa. No obstante, los datos de investigaciones de los
últimos años señalan que hay por lo menos una centena de sensaciones primarias de olor.
En los mamíferos son más elevados las impresiones olfatorias, actuando principalmente
como activadores no específicos para los sistemas complejos del sentido motor, además, del papel
que desempeñan en el proceso de nutrición, conducta sexual y cambios afectivos emocionales. La
reducción gradual de la corteza olfatoria primaria y del aparato periférico del olfato, va paralelo,
hasta cierto punto, con el aumento de la corteza olfatoria secundaria en las especies más elevadas.
Esta zona contiene entre 10 y 100 millones de receptores olfatorios, y cada uno de ellos es en
realidad una neurona que posee cilios olfatorios sensibles a los estímulos químicos de las
sustancias odorantes. Estas neuronas emiten unas prolongaciones que se reúnen en grupos
(llamadas axones) y que forman dos nervios conocidos como nervios olfatorios. Éstos van
dirigidos hacia el cerebro y finalizan su recorrido en una zona de sustancia gris denominada bulbo
olfatorio. La información recorrerá un camino desde el bulbo, a través del tracto olfatorio, hasta
llegar al área olfatoria primaria de la corteza cerebral. Es en la corteza donde finalmente percibimos
de forma consciente un determinado olor, y desde esta zona cerebral parten las vías nerviosas que
se comunican con otros sistemas como el límbico o el hipotálamo, áreas responsables de muchas
de las respuestas emocionales asociadas a olores o recuerdos olfativos.
8. Diencéfalo:
El tercer ventrículo es una estrecha cavidad ubicada entre los tálamos, en pleno diencéfalo.
Limita hacia anterior con la lámina terminal, hacia posterior con la comisura posterior, el tallo del
cuerpo pineal y la comisura habenular. Las paredes laterales (conectadas por la adhesión
intertalámica) limitan con la superficie medial de tálamo e hipotálamo (con el surco hipotalámico
entre ambos). El techo se relaciona con la tela coroidea del tercer ventrículo (y sobre esta el
fórnix), la cual se proyecta a cada lado de la línea media en la cavidad del tercer ventrículo para
formar los plexos coroideos del tercer ventrículo, productores de líquido cefalorraquídeo (LCR),
irrigados por la rama coroidea de las arterias carótida interna y basilar y drenados por las venas
cerebrales internas que luego drenan en la vena cerebral magna o de Galeno.3V= Tercer ventrículo.
En recuadro: piso del tercer ventrículo. ME= Eminencia media. El piso del tercer ventrículo, está
formado (de anterior a posterior) por el quiasma óptico, el infundíbulo que suspende a la hipófisis,
el tuber cinereum y los cuerpos mamilares. En el extremo inferior de la pared posterior del tercer
ventrículo se inicia el delgado acueducto cerebral o de Silvio (la cavidad del mesencéfalo), el cual
en un trayecto hacia caudal de casi 1,8 cm, permite que el LCR pase desde el tercer al cuarto
ventrículo.
9. Mesencéfalo:
El mesencéfalo es una masa nerviosa que forma parte de la composición del tallo cerebral
y que se ubica más superior en comparación con las otras estructuras que la comprenden, los cuales
se conocen como el bulbo raquídeo y el puente de varolio. El mesencéfalo forma parte de la zona
posterior del encéfalo y se compone de dos segmentos, llamados tectum y tegmento, que se
encargan de funcionar gracias a que contienen a los núcleos de los pares craneales. De manera más
específica se encargan de controlar las siguientes funciones:
Sirve como conexión entre las otras regiones del tallo cerebral con el diencefalo.
Intervienen en los movimientos de los ojos.
Son necesarios para que cumpla la función de dirigir la mirada hacia objetos en
movimientos.
Participan en otros movimientos corporales.
Poseen un núcleo para regular la información auditiva.
10. Pedúnculos cerebrales:
Los pedúnculos cerebrales son dos pequeñas estructuras de forma cilíndrica y color blanco
que están compuestas por materia blanca. Nacen a partir del tronco del encéfalo, concretamente
por encima del puente de varolio, y llegan hasta la corteza cerebral proyectándose verticalmente.
Entre los pedúnculos del cerebro se encuentra la fosa interpenducular, un espacio que actúa como
separación física entre estas dos estructuras como si fuese una especie de túnel. Además, la cara
ventral y la dorsal de cada pedúnculo se encuentran separadas entre sí por una lámina de algo
conocido como sustancias negras. La principal función es la de comunicar dos zonas del encéfalo:
El mesencéfalo y la corteza cerebral. De hecho, estos conductos de fibras nerviosas llegan hasta la
división que se crea entre los dos hemisferios cerebrales.
11. Médula espinal:
Es la parte más caudal del sistema nervioso central, empieza en el bulbo raquídeo y termina
en la zona lumbar. Se trata de una estructura cilíndrica blanca ligeramente aplanada y asimétrica,
la cual está protegida por la columna vertebral. Aunque es cierto que también está protegida por las
meninges y el líquido cefalorraquídeo. Estos hacen que los daños producidos por el entorno no
lleguen a afectarla. La médula espinal es muy importante ya que es el punto de conexión entre el
cerebro y el resto del organismo. La mayor parte de las fibras nerviosas pasan por la médula
espinal. Además, posee neuronas que reciben información de los distintos órganos como también,
neuronas que se encargan de enviar la información y las órdenes a otras zonas de nuestro cuerpo.
Componentes: hoy en día sabemos que la médula espinal tiene distintas conexiones
nerviosas encargadas de trasmitir los estímulos a las diferentes zonas del cuerpo.
Sustancia gris: es la parte central de la médula espinal y se compone de los somas o
cuerpos neuronales. Su forma es muy parecida a las alas desplegadas de una mariposa,
con cuatro prolongaciones o astas. Las principales son el asta ventral, el asta dorsal y la
zona intermedia. En la sustancia gris se ejecutan las conexiones entre las neuronas
sensitivas y las motoras. Sustancia blanca: ocupa la parte externa de la médula espinal y
se compone por axones de neuronas, que conectan la médula y el cerebro. Estas neuronas
pueden conducir estímulos de forma ascendente, es decir, hacia el encéfalo, o, de forma
descendente, hacia los órganos.