Donna Grant - Serie The Reapers 03 - Dark Alpha's Demand

SERIE THE REAPERS 3
DONNA GRANT
DARK ALPHA’S DEMAND
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Índice
Argumento ........................................................................................................................ 3
Capítulo 1 ......................................................................................................................... 4
Capítulo 2 ....................................................................................................................... 10
Capítulo 3 ....................................................................................................................... 15
Capítulo 4 ....................................................................................................................... 21
Capítulo 5 ....................................................................................................................... 26
Capítulo 6 ....................................................................................................................... 32
Capítulo 7 ....................................................................................................................... 38
Capítulo 8 ....................................................................................................................... 43
Capítulo 9 ....................................................................................................................... 48
Capítulo 10 ..................................................................................................................... 53
Capítulo 11 ..................................................................................................................... 58
Capítulo 12 ..................................................................................................................... 62
Capítulo 13 ..................................................................................................................... 68
Capítulo 14 ..................................................................................................................... 73
Capítulo 15 ..................................................................................................................... 79
Capítulo 16 ..................................................................................................................... 84
Capítulo 17 ..................................................................................................................... 89
Capítulo 18 ..................................................................................................................... 94
Capítulo 19 ................................................................................................................... 100
Capítulo 20 ................................................................................................................... 106
Capítulo 21 ................................................................................................................... 110
Capítulo 22 ................................................................................................................... 116
Epílogo .......................................................................................................................... 120
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Argumento
No hay forma de escapar de un Reaper. Soy un asesino de élite, parte de una hermandad
que sólo responde ante la Muerte. Y cuando la Muerte dice que se te acabó el tiempo, iré a por
ti...
Mi secreto es antiguo. Existo para vengarme de los Fae por sus errores, por órdenes de la
Muerte. Cuando me envían a uno de los lugares más traicioneros y engañosos de cualquier
reino -la corte de la Reina de los Light- como espía, las cosas salen mal. Neve capturó mi
alma con una sola de sus miradas seductoras. Ella es a quien quiero, a quien anhelo... a
quien ansío. Pero alguien se ha propuesto matarla y desenmascararme. Destruiré a
cualquier hombre -humano o Fae- que le haga daño, porque ella es la luz que mi alma no
se puede arriesgar a perder...
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Capítulo 1
Corte de los Light Fae
Oeste de Irlanda.
Talin abrió las puertas dobles de treinta pies y entró... Demonios. La Corte de la Reina
Usaeil era espléndida. A su alrededor, los Light Fae con su cabello como la medianoche y
sus ojos plateados, su belleza, -un rasgo de ser Fae-, bailaban, reían y conspiraban.
Detuvo sus pasos y sondeó la enorme habitación. Todo brillaba -por expresa exigencia de
Usaeil. La decoración era en blanco y dorado, con salpicaduras de flores de vívidos,
impresionantes y variados colores por todas partes.
No había ni un centímetro del Castillo de la Reina que no indicara lujo y belleza. Añade los
Light Fae, y el brillo dificultaba la mirada. Incluso para un Fae. Pero, de nuevo, Talin no
era sólo un Light Fae. Era un Reaper -elegido por la Muerte para ser un ejecutor para todos
los Fae. Salvo que ninguno sabía de su verdadera identidad.
Si quería asegurarse de que todo el mundo viviera, entonces nunca podrían saberlo. Talin
caminó entre la multitud que se había reunido en espera de que Usaeil pudiera hacer su
aparición. Los Fae, por regla general, era una raza de seres a los que sólo les importaba
ellos mismos.
Había unas pocas excepciones -Rhi, por ejemplo. Aunque la Light Fae, que una vez tuvo
una aventura bien documentada con un Rey Dragón, era otro asunto completamente
diferente.
Los Fae que le rodeaban ahora no tenían idea de que su Reina pretendía ser una muy
conocida estrella de cine americana. Así que no sabían que estaba en el lugar en que se
rodaba su próxima película y no asistiría esa noche.
Por otro lado, a los Fae no les importaba. Sus pensamientos estaban en algo más
totalmente. Talin se detuvo cuando los rumores le alcanzaron. Reapers. Susurraban la
palabra como si les fuera la vida en ello. Sus voces estaban llenas de miedo, de pánico.
De pavor.
Y deberían sentir tales emociones. Todos los Fae eran objeto del enjuiciamiento de la
Muerte, ya fueran Light o Dark.
Los Dark Fae preferían utilizar su magia para la maldad, lo que les transformaba
físicamente añadiendo plata en su negro pelo y volviendo sus ojos de color rojo. Se
alimentaban de los humanos al tener sexo con ellos, robándoles sus almas en el proceso.
Los Light Fae eran aquellos que retenían la magia que les había sido dada y solo se
relacionaban con un humano de vez en cuando, aunque nunca mataban a ninguno. Lo que
no significaba que no fueran a ser juzgados. En algunos casos, la Muerte era más dura con
los Light que con los Dark. Equilibrio. Siempre tenía que haber un equilibrio.
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Mientras Talin escuchaba los intrigantes y constantes susurros, podía entender por qué.
Los cortesanos eran taimados, calculadores, intrigantes y traicioneros. No siempre se hacía
para conseguir el favor de la reina. De hecho, mucho de aquello se hacía para matrimonios,
negocios e incluso para permanecer entre los Light.
Talin no entendía la necesidad de tener una estatus social. Los humanos casi se habían
deshecho de los suyos, pero los Fae lo compensaron organizando a toda su raza en tales
cosas. Aunque siempre había sido así.
Desde su llegada a la Corte, a Talin se le había sido rogado, sobornado e incluso amenazado,
por algunas familias para que se casara con sus hijas. Todo lo cual le revolvía el estómago.
Las maquinaciones para conseguir que un hombre se diera cuenta de determinada mujer
le hacían recelar. Él había visto el mismo engaño dirigido a él en varias ocasiones.
Rápidamente se movió a un lado de la habitación y subió los cuatro escalones hasta llegar
a una docena de pilares de granito blanco. Desde este punto con visión privilegiada, podía
ver en casi todas las direcciones. Talin apoyó un hombro contra una de las columnas y se
cruzó de brazos. No estaba seguro de por qué la Muerte le había elegido para que espiara
la Corte de los Light, pero un Reaper no cuestionaba órdenes.
Bueno, eso no era enteramente cierto. Sucedió una sola vez y fue algo bueno, porque resultó
que la Muerte no había enviado la misión para matar a todos los medio-Fae entre los
humanos.
Resulta que esa orden de alguna manera vino de un vieja enemiga en un intento de acabar
con los Reapers -y con la Muerte. El hecho de que esta nueva Némesis no fuera otra que
una antigua Muerte Reaper enviada al Inframundo por sus crímenes solo hacía las cosas
más difíciles.
Talin no tenía idea de lo que la Muerte esperaba que podría encontrar espiando a los
cortesanos Light. Todo lo que había descubierto no iba más allá de que los Light de alguna
manera sabían que los Reapers estaban en la Tierra.
Nadie sabía quiénes eran los Reapers, y si, de hecho, eran reales. Los Reapers era una
historia para contar a los jóvenes y atemorizarles para que no se convirtieran en Dark. Los
Dark, bueno, no estaba seguro de que hablaran sobre ello.
El hecho era que no había un Fae vivo -Light o Dark- que no le tuviera miedo a los Reapers.
Sólo mencionarles podía a los Fae en alerta máxima. Si nadie sabía si los Reapers no eran
siquiera reales, ¿por qué los Fae sabrían que habían regresado a la Tierra? Esa era una
pregunta que Talin se formulaba a sí mismo una y otra vez sin señal de respuesta.
Mientras intentaba descubrirlo, observaba a aquellos que estaban en la Corte. Había
algunos que tenían prestigio y posición en la sociedad Fae. Otro pocos individuos
caminaban alrededor con una sonrisa torcida, con la cabeza alta, como si estuvieran por
encima del reproche. En su estela otros cuchicheaban y tramaban mientras los celos les
amenazaban con consumirles por completo. Esos eran el siguiente grado de los Light, los
que querían los primeros puestos.
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Esos Fae nunca dejaban de conspirar y maquinar. Su objetivo era estar en la cima, e iban
a llegar allí de una forma u otra. Este grupo era con mucho el más grande, con su propia
jerarquía social que hacía que le doliera la cabeza cada vez que pensaba en ello.
El último grupo estaba integrado por aquellos que consiguieron abrirse camino hacia el
Castillo por la invitación de la Reina, por algún intercambio u oferta, o por otro aspecto
similar. Estos Fae tenían los ojos brillantes ante la opulencia y el encanto, y la mayoría no
se daban cuenta de que debían protegerse contra todos.
Con las conexiones justas, los más bajos de los Fae podrían llegar al segundo nivel con
bastante facilidad. Sin embargo, funcionar en esa jerarquía era más complicado que
maniobrar en el campo de batalla.
“Hola, amor” susurró una sexy voz femenina en su oído mientras una le rodeaban por
detrás. Talin sonrió, incapaz de evitarlo. Miró por encima del hombro a Neve. Ella arqueaba
una negra ceja, con sus ojos plateados buscando los de él.
El deseo le recorrió rápidamente, poniéndole duro al instante. Neve siempre conseguía de
él esa reacción cada vez que escuchaba su voz, sentía su toque o la miraba.
En otras palabras, simplemente su existencia le llenaba de lujuria. Ésta se anudaba

fuertemente dentro de él, exigiéndole que reclamara su cuerpo. Él dejó escapar un
tembloroso suspiro mientras ansiaba saborearla, sujetar su delicioso cuerpo contra el suyo.
“Has pasado justo junto a mí” Ella levantó la barbilla, sus labios rosa oscuro tensándose
sutilmente. “Debería estar ofendida”
Talin le cogió la mano y se la puso alrededor de su rostro. La piel de él le hormigueó al sentir

sus suaves curvas contra él. El corazón se le disparó cuando olió su perfume. Cómo deseaba
a esta mujer. “Pero no lo harás”
Observó su cara en forma de corazón y los pómulos altos con una piel que parecía brillar.
Sus cabellos de ébano los llevaba retirados del rostro en varias filas de trenzas que se
sujetaban en la parte posterior de su cabeza, dejando que el resto de sus mechones cayeran
sobre sus hombros. Las negras cejas se arqueaban sobre unos grandes ojos almendrados
que se inclinaban hacia arriba en las esquinas. Sus pestañas eran largas y sus labios
rellenos.
La larga y esbelta columna de su cuello le tentaba a inclinarse y mordisquearle la delicada

piel mientras recorría con las manos sus deliciosas curvas. Ella le lanzó una fría mirada
antes de dejar que sus ojos le recorrieran de arriba abajo “Y eso ¿por qué?”
“Te olvidarás de todo eso cuando te lleve hacia el pasillo y entremos en una de las muchas
alcobas ocultas” Bajó la mirada hacia el brillante vestido rosa que acentuaba sus pechos y
su pequeña cintura. Talin pasó el dedo por la curva de un pecho. “Te arrancaré ese vestido
y te haré gritar de placer”
“Estás muy confiado”
Se encontró con la mirada de ella mientras deslizaba su dedos entre las hinchazones
regordetas de sus senos. “Debería. He hecho eso contigo bastante a menudo”
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Neve sonrió y le rodeó con los brazos y dijo “Hmm. Me gusta como piensas” Luego le hizo
un pequeño puchero “Has estado fuera mucho tiempo”
“Ahora estoy aquí” Él apretó su seno antes de rodearla con ambos brazos. Hasta ahora,
Talin había sido capaz de esquivar cualquier pregunta que ella le hiciera sobre su paradero,
pero Neve se estaba volviendo más perspicaz con ellos.
“Sí, ahora estás. Pero no lo suficientemente pronto”
Eso sirvió de advertencia a Talin. Siempre había algo sucediendo en la corte. Esperemos
que esto no tuviera que ver con él y Neve. “¿Qué? ¿Además de lo de siempre?”
“¿No lo has visto?” preguntó ella con el ceño fruncido.
“Aparentemente no”
Neve le cogió de la mano y lo arrastró detrás de ella mientras pasaba a través de la gente
hasta que se encontraron con una multitud embobada por algo. Talin maniobró alrededor
de ella y se abrió paso con el hombro hacia el frente. Colgado en la pared estaba la portada
de una revista humana con una foto de Usaeil y un hombre a través de la ventana de una
habitación de hotel.
El hombre estaba desenfocado, pero Talin sabía quién era -Constantine. Era el Rey de los
Reyes Dragón, y no iba a estar muy feliz con esto. Talin se preguntaba si Con y los demás
Reyes Dragón lo habían descubierto. Y más importante aún ¿lo había hecho Rhi? Talin miró
alrededor para ver si podía captar señal de Rhi. Esto era, definitivamente, algo que ella
publicaría en medio de la corte.
“¿A quién buscas?” preguntó Neve.
Talin mantenía su mano cogida y los alejó de la multitud. “¿Has visto a Rhi?”
“Ella siempre ha odiado estar en la Corte, pero nadie la ha visto desde hace un tiempo. Hay
un rumor de que dimitido de la Guardia de la Reina”
Él se pasó la mano por el pelo. Había una persona que sabría si Rhi era responsable de
esto. Daire estaba velado y siguiendo a Rhi a donde quiera que fuese, por órdenes de la
Muerte. La Muerte tenía una especial interés en Rhi que ninguno de ellos entendía.
“¿Por qué preguntas por Rhi?” cuestionó Neve.
Talin se encogió de hombros y dejó caer la mano a un lado. “Rhi está enojada con Usaeil”
“Entonces ¿crees que ella ha hecho pública la portada de la revista?” preguntó Neve alzando
las cejas.
Él miró hacia atrás a la multitud y se detuvo antes de encarar a Neve. “Sí”
Neve se humedeció los labios y se acercó hacia él, bajando la voz “Justo ahora todo el mundo
está sorprendido sobre las escapadas de Usaeil como una actriz”
“Ella no lo ha ocultado a propósito ¿cierto?”
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Never se encogió de hombros “Eso explica por qué nuestra reina se va tan a menudo. El
hecho es que es de lo que está hablando todo el mundo. Ahora. Pronto, volverá con el
hombre con el que se fotografió”
“¿Y?” Talin quería saber si los Light pensaban si era un humano o un Rey Dragón.
“Algunos especulan con que se trata de un humano. Eso no sería un buen augurio para
nuestra reina”
Talin puede que no hiciera mucho tiempo que conociera a Neve, pero en el tiempo que había
pasado con ella, llegó a reconocer que ella formulaba sus propias opiniones, pensamientos
y respuestas sin preocuparse por lo que el resto de la corte pensaba o hacía
“¿Y tú?”
Neve le echó un vistazo y dijo “Tengo otra opinión”
“¿Como cuál?” la presionó él.
“Creo que es un Rey Dragón”
Varios segundos pasaron antes de que él reaccionara. “¿Por qué piensas eso?”
“Nunca me he reunido con Usaeil, pero la he visto bastante a menudo. Es una Reina, Talin.
No se va a permitir a sí misma cualquier hombre, especialmente un humano”
“Incluso una Reina tiene necesidades”
Eso provocó una pequeña sonrisa en Neve. “Ella ha estado tomando amantes en la Corte
cada pocos cientos de años, pero nadie supo de sus identidades”
“Entonces ¿cómo sabes que ella tenía amantes?”
Neve le miró con desgana “¿Cómo sabes si alguien tiene un amante?”
“Apúntate esa” Talin empezó a caminar. Esperó hasta que estuvieron fuera de los muros
del Castillo y paseando con el frío bajo nubes oscuras y densas que amenazan con lluvia
antes de preguntar “¿Realmente piensas que Usaeil tendría un Rey Dragón como su
amante?”
“¿Lo preguntas por lo que pasó con Rhi?”
Él asintió. “¿Conoces la historia?”
“Todos los Fae la conocen. O al menos lo que se cuenta”
“¿Lo cual es?”
“Sé que Rhi estaba enamorada. Sé que la Reina no le gustaba que una Light en la Guardia
de la Reina se estuviera viendo con un Rey Dragón. Hay algunos Light que creen que Usaeil
fue quien causó el fin de la aventura”
“¿Tú lo crees?”
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Neve movió la mano en la niebla que empezaba a formarse. El frío no molestaba a los Fae
tanto como sí lo hacía a los humanos. “Ningún otro Fae ha estado con un Rey Dragón antes
o después. Es una de esas reglas tácitas”
“¿Lo es?” preguntó él frunciendo el ceño “No lo sabía”
“¿Cómo no puedes saberlo? Es por causa de Rhi. Usaeil podría no haber reaccionado antes
o después de la aventura, pero el hecho de que ella hubiera permanecido muda sobre eso
dice más que si hubiera dado una charla”
“Cierto. ¿Cómo se siente todo el mundo sobre el hecho de que Rhi haya dimitido de la
Guardia de la Reina?”
“Entonces ¿es cierto?”
“Sí”
“Directamente, los rumores han sorprendido en la Corte. Ella lleva fuera mucho tiempo, y
mucha gente ha asumido que el rumor es cierto. No están necesariamente asustados sin
ella, pero sí más incómodos. La gente confiaba en ella. Cuando Rhi daba su palabra, la
cumplía”
Talin lo memorizó todo para compartirlo con los otros Reapers más tarde.
“¿Sabes?” dijo Neve “Casi siento pena por Usaeil”
“¿Por qué?” preguntó mientras se volvía para quedar frente a Neve.
Ella negó con la cabeza. “Si Usaeil tiene a un Rey como amante, es solo una eventualidad
antes de que Rhi se entere. La vibrante e impulsiva Rhi irá tras ella”
Ese era exactamente el pensamiento de Talin también.
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Capítulo 2
Neve miró a Talin minuciosamente. Siempre era reservado, aunque utilizaba su encanto
para hacer que los demás olvidaran que querían saber algo sobre él.
Pero ella no lo olvidaba.
Odiaba los secretos, principalmente porque Neve había vivido con ellos toda su vida. Los
Everwood habían sido miembros de la Corte Light por más generaciones de las que podían
contar. Neve creció aprendiendo los pormenores de la Corte, y cómo trabajar con otros para
obtener lo que ella quería. Si uno deseaba sobrevivir en la Corte, entonces hacía lo que tenía
que hacer.
Como Neve no tenía la opción de rechazar el papel que le había puesto su familia, manejaba
el aparato sin esfuerzo. Le debería molestar lo fácil que era manipular a la gente, pero
cuando daba un paso atrás y los veía como realmente eran, Neve no se dejaba sentir mucho
de cualquier cosa.
Su largo y negro pelo tenía un leve toque ondulado cayéndole por los hombros de su camisa
azul celeste. Se había metido una parte detrás de la oreja e inclinaba la cabeza como si
estuviera escuchando. No creía que él se diera cuenta de que todavía estaba a su lado, no
es que le importara. Eso le daba la oportunidad de recrear su mirada con sus rasgos
esculpidos de forma tan marcada.
Los duros planos de su mentón y su mandíbula estaban en directo contraste con sus
anchos labios y sus gruesas pestañas. Era difícil mirar a Talin y no advertir otra cosa que
esos hermosos ojos.
Salvo cuando bajaba la vista, que veía un cuerpo que hacía que le hormiguearan las manos
por tocarle. Su camisa apenas podía contener sus anchos hombros que se estrechaban
hasta sus estrechas caderas donde unos pantalones azules marinos se ajustaban a su
piernas. Cada músculo era perfecto y definido.
A pesar de lo llamativo que era el empaque personal de Talin, no tenía nada que ver con lo
que a ella le atraía: su porte. La forma en que se ponía en pie, caminaba, hablaba. En un
Castillo lleno de Light que se creían a sí mismos por encima de los demás, el único que
tenía la actitud y el comportamiento para hacerlo era Talin.
A él no le importaba promocionar su posición. De hecho, Neve no sabía su rango en la

sociedad, y no le importaba. No tenía idea de cómo había llegado a la Corte. El hecho de
que actuara como si perteneciera a ese lugar, aseguraba que nadie le cuestionara.
Talin hablaba con todos, desde los que eran del más bajo rango hasta los del más alto.
Nadie conocía sus objetivos, y con la facilidad con la que hablaba con todo el mundo, a
nadie parecía importarle -lo cual era raro en la Corte.
Neve bajó la mirada a sus manos unidas y la forma en que sus largos dedos sujetaban su
mano con seguridad. No era la única mujer en desear su atención. Todavía no estaba segura
de por qué él la había elegido.
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La primera vez que llegó a la Corte, le había visto caminar a través de las puertas. Había
respirado hondo y se dirigió directamente a la multitud.
En cuestión de momentos, los que estaban a su alrededor se olvidaron de que no le conocían

y le fueron presentando al resto. Neve se había sorprendido por su interacción. Ella se había
quedado en las afueras de la planta principal y había seguido su progresión a través del
cuerpo a cuerpo de los Light. Los hombres le daban la mano. Las mujeres flirteaban de
manera llamativa, tocándole y rozándose contra él.
Él nunca era desagradable. De hecho, hacía todo lo posible para ser justo y generoso con
todos. En un Castillo lleno de canallas, él era ... agradable.
Durante todo el día, Neve nunca estuvo lejos de él. Advirtió cómo se aseguraba en no revelar
nada de sí mismo a cualquiera. Todo el tiempo, pensó que estaba siendo cuidadosa mientras
le acechaba.
Él le dejó saber lo equivocada que estaba cuando se acercó a ella por detrás y le pidió que
bailara con esa profunda, escalofriante y seductora voz suya.
En sus brazos, Neve sintió como si sólo estuvieran ellos dos solos en el Castillo. Se olvidó
de todo y de todos. No hablaron, simplemente se miraron a los ojos el uno al otro. Desde
ese momento en adelante, él era suyo.
Y ella era suya.
De repente, él giró su cabeza hacia ella. Conocía esa mirada. Se marchaba de nuevo. Neve
sonrió, dejando a un lado su decepción. “Buen intento” dijo él mientras la afrontaba. Él la
tomó en sus brazos y acarició su mejilla con el dorso de sus dedos. “Sé bien que te he
molestado”
No tenía sentido el negarlo. Neve le dio un rápido beso. “Ve a hacer lo que necesites”
Pero él no se movió. Talin permaneció con sus brazos cerrados alrededor de ella. “Solo una
vez me has preguntado a dónde voy”
“¿Hay alguna pregunta en algún sitio?” cuestionó ella con un gesto de sus cejas.
Talin soltó una risita, pero la sonrisa se desvaneció rápidamente mientras buscaba su
mirada. “Algo va mal”
“Nada que no pueda manejar”. Neve dio un paso atrás, echando de menos su toque
inmediatamente. “Has lo que sea que tengas que hacer”
La besó en la mejilla. “Regresaré pronto”
Ella se rodeó con sus propios brazos mientras él desaparecía. Siempre decía lo mismo. La
mayoría de las veces regresaba rápidamente. Pero había otra veces, como el último viaje,
en que él se fue durante mucho tiempo.
Neve quería volver al Castillo pero se obligó a permanecer quieta. A pesar de sentir que
alguien la estaba mirando. Pensó en las rosas negras que habían sido colocadas en su cama
y apenas reprimió un escalofrío.
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“Neve”
Se volvió ante el sonido de la voz de su hermano. Atris caminaba a través de la niebla, con
el ceño fruncido. Ella se dirigió hacia él, agradecida de no estar más tiempo sola.
Cuando le dio alcance, Atris extendió su brazo hacia ella. Atris extendió su brazo hacia ella.
Ella enlazó su brazo con el de él mientras comenzaban a regresar al Castillo. La sensación
de ser observada no disminuyó.
“¿Hablaste con él?”
Ella negó con la cabeza. “Talin tenía que irse”
“Maldita sea, Neve”
Sabía que Atris quería parar y darle su opinión, pero él siguió adelante, sus músculos
tensos bajo la palma de su mano. “Cuando regrese lo haré yo”
“Creo que es una broma”
“Esto es una mierda” murmuró.
Ella también lo pensaba, pero Neve no quería que nadie se preocupara. El hecho era que
había empezado a sospechar que alguien quería asustarla. Sin embargo, no podía
demostrarlo. Esa era la única razón por la que había esperado tanto tiempo para hablar
con Talin al respecto.
“No te quiero sola” dijo Atris.
Neve asintió con la cabeza mientras entraban en el Castillo. “Quien quiera que sea, está
aquí”
Atris dejó salir una ristra de maldiciones que habrían hecho sonrojar a su madre. “Podría
ser cualquiera. Papá tiene una buena cantidad de enemigos”
“Todo el mundo en la Corte lo es”, le recordó ella.
“Todavía no sé por qué te han elegido a ti como objetivo. ¿Por qué no yo?”
Neve se encogió de hombros, deseando que Talin estuviera con ella. Él siempre hacia lo
mejor.
“¿Podría tratarse de un pretendiente?”
Ella le lanzó una mirada oscura a su hermano. “Sabes que no he engatusado a nadie. Los
que estaban interesados, soy amiga de ellos”
“Después de rechazarlos” señaló Atris. “Todos excepto Talin”
La sorpresa reverberó a través de Neve. Hasta que ella recordó lo mucho que le gustaba
Talin. “No. No puede tratarse de Talin”
“¿Quizás una mujer que le desea quiere hacértelo pagar?”
Ahora eso podía verlo. “Vamos a ver que podemos encontrar”
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“Creo que deberíamos decírselo a papa y mama”
Neve le retuvo en el sitio, obligando a su hermano a que la mirase. “No. No les involucraré
hasta que sea necesario”
“De acuerdo” Atris respiró hondo con frustración. “Pero quiero dejar constancia de que
discutí por contarles”
Ella elevó una sonrisa a su hermano. “Considéralo hecho”
“Bien. Ahora vamos a encontrar a ese perro”

Talin llegó a la pequeña isla de Inchmickery que los Reapers habían reclamado como suya.
Estaba bastante cerca de la costa este de Escocia desde donde podían ver Edimburgo.
Caminaba con pasos largo a través del pasillo principal del edificio de hormigón. Aunque
los Reapers no había tocado el exterior de los edificios que una vez fueron utilizados para
la guerra, el interior era otro asunto completamente diferente. La magia había transformado
la visión fría del hormigón en una de encanto y calor.
Talin encontró a Eoghan primero. Eoghan y Cael, el líder de los Reapers, eran los únicos
que quedaban del primer grupo de Reapers. Eoghan estaba en uno de los pasillos solo.
Siempre estaba solo. Eoghan había optado por no hablar. Talin no estaba seguro de lo que
había sucedido en el pasado de Eoghan para hacer que no hablara, pero Eoghan se
comunicaba de otras formas.
Eoghan arqueó una ceja cuando vio a Talin. “¿Todo bien por aquí?” preguntó Talin.
Eoghan inclinó la cabeza ligeramente para indicar que sí.
“¿Ha vuelto Cael ya?”
Eoghan soltó un ruidoso suspiro.
“Maldición” Talin se pasó una mano por el pelo. Hubo el sonido de unos suaves pasos antes
de que Kyran apareciera. “¿Qué pasa?”
“Un montón” Talín se encontró con los ojos rojos de Kyran y rápidamente les puso al día a
los dos de lo que había averiguado en la Corte.
“Mierda” murmuró Kyran. Luego miró por encima del hombro al interior de la Biblioteca
donde su mujer, River, estaba sentada entre un montón de libros.
Eoghan se cruzó de brazos, con los labios haciendo una mueca. Era la versión de Eoghan
de “mierda”
“¿Piensas que fue Rhi?” preguntó Kyran.
Talin negó con la cabeza. “Si Rhi sabe que Usaeil está viendo a una Rey Dragón, haría algo
más que sencillamente colgar una copia de una fotografía”
Eoghan bufó mientras asentía con la cabeza.
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“Quizás sea hora de que hablemos con los Reyes Dragón” sugirió Kyran.
Talin estaba empezando a pensar que podía ser. “En cualquier caso es de Cael la última
decisión, pero estoy de acuerdo. Tengo que volver a la Corte”
“Quieres decir Neve”
Talin se detuvo y lentamente volvió la cabeza hacia Kyran. Sabía que Kyran estaba
preocupado sobre sus crecientes sentimientos por Neve, como si Kyran tuviera algún
derecho puesto que él se había enamorado recientemente. Al menos Kyran y Baylon tenían
permitido tener a sus mujeres con ellos.
Él nunca tendría esa opción. River y Jordyn eran, ambas, medio Faes. Era su parte humana
la que había evitado que las mataran en el momento en que descubrieron quiénes eran los
Reapers.
No pasaría lo mismo con Neve. Si cualquier Fae descubría quienes eran los Reapers,
morirían inmediatamente. No importaría cuanto sintiera sobre Neve porque nunca podría
tenerla.
Eoghan le tocó en el hombre. Talin movió su cabeza hacia Eoghan, quien le dio un
asentimiento tranquilizador. Pensando que era mejor no responder a Kyran, Talin se
teletransportó a Irlanda.
“Está enamorado de ella” declaró Kyran cuando Talin se fue. Eoghan lentamente dejó salir
un suspiro y se puso de cara a Kyran. Luego se encogió de hombros antes de señalar hacia
River en la Biblioteca. Kyran apretó la mandíbula “Eso es diferente”
Eoghan sólo miró fijamente a Kyran. Las palabras no eran necesarias.
Finalmente, Kyran suspiró bruscamente y giró la cabeza. “Neve es un Light Fae. Ya sabes
lo que la Muerte hará que Talin haga”
Eoghan asintió.
Kyran se paso una mano entre su pelo negro y plateado. Los Reapers estaban integrados
por Light y Dark Faes, y aunque iba en contra de los instintos de un Light Fae, Eoghan
confiaba su vida a Kyran y a Fintan, a pesar de que ambos eran Dark.
“Talin no podrá matarla” declaró Kyran. “No deseo que mi amigo pase por eso”
Eoghan no había planeado permitir que eso sucediera. Si Neve tenía que morir, entonces
sería él quien llevara a cabo el hecho. Talin no cargaría con ese peso.
Intercambió una mirada con Kyran, una silenciosa promesa se hizo entre ellos dos.
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Capítulo 3
Talin regresó a la Corte, su mirada buscando inmediatamente a Neve. Se empezó a
preocupar cuando no la encontró. Fue entonces cuando se dio cuenta de que algo estaba
mal dentro del Castillo. Había una corriente de alarma generalizada. El miedo era palpable,
el terror tangible
Talin se mantuvo al margen de la inmensa cámara, recogiendo trozos de conversaciones. Y
todos ellos decían lo mismo: un Reaper estaba en la corte. ¿Quién demonios sabía que él
estaba allí? Nadie salvo los demás Reaper y la Muerte. Nadia podía saber que él estaba allí.
Nadie.
Pero no era solo una coincidencia que un rumor hubiera sido puesto en circulación sobre
un Reaper. Eso sólo podía significar que de alguna manera Bran estaba en la Corte. Talin
estuvo cerca de hacer una llamada a Cael y a los demás Reapers, pero se detuvo. Eso justo
sería lo que Bran quería. Puesto que Bran había conseguido escapar del Inframundo, su
objetivo había sido matar a los Reapers y a la Muerte.
Había fallado dos veces. Talin nunca pensó que Bran pudiera mostrarse a sí mismo en la
Corte de los Light, pero, por otro lado, Bran no estaba exactamente cuerdo.
En todas las veces que Talin había estado en la Corte, ni una sola vez había localizado a
Bran. Sabía cómo era ese hijo de puta. No podría olvidarse de ese rostro. Nunca.
Por otro lado, Bran parecía tener la misma poderosa magia que se les daba a los Reapers.
Lo que significaba que podía permanecer velado todo el tiempo que quisiera. Pero Talin
debería ser capaz de verle, incluso velado. Por lo menos, sentirlo. Todos los Reapers podían.
Algo definitivamente no estaba bien.
Y Talin comenzó a temer que todo iba a saltar por los aires en la Corte. Cuanto más tiempo
pasaba Talin sin encontrar a Neve, más le preocupaba que Bran ya hubiera ido a por ella.
Talin entonces empezó a buscar a Atris y a las pocas mujeres con las que Neve normalmente
hablaba.
Talin encontró a una de las mujeres y se apresuró hacia ella. “¿Has visto a Neve?” preguntó.
Ella parpadeó. “¿Has oído? Hay un Reaper en la Corte. Eso significa que son reales. ¿Qué
querrán? ¿Qué crees?”
“¿Dónde está Neve?”
“Reapers” repitió ella y se puso una mano en el cuello, con los ojos abiertos de par en par
con asombro.
Talin respiró hondo intentando tener paciencia y calmarse. “Neve. ¿La has visto?”
“No hace un rato. ¿Quién crees que es el Reaper?”
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DONNA GRANT
Talin no respondió mientras daba media vuelta y empezaba a buscar las partes del Castillo
en que Neve y él había estado juntos. El corazón le latía salvajemente en el pecho. La última
vez que sintió tanta angustia fue la noche en que le mataron.
Se negó a pensar en ello, prefiriendo concentrarse en Neve. Era fuerte e ingeniosa. No había
una situación de la que la mujer no pudiera salir, pero tenía una veta rebelde que era la
ruina de la existencia de su familia.
El sonido de pasos detrás de él captó la atención de Talin. Alguien le estaba siguiendo. Giró
la esquina y pegó la espalda a la pared. Creó una burbuja de magia mientras esperaba.
Echó su brazo hacia atrás, preparado para lanzar la magia cuando los pasos se acercaron.
Entonces la persona giró la esquina. Talin reconoció la cara de Neve y logró lanzar la magia
a un lado.
Sus ojos plateados estaban abiertos de par en par mientras se encontraba con su mirada.
“¿Talin?”
Sin una palabra, la atrajo hacia él y simplemente la abrazó. “¿Estás bien?”
“Sí. ¿Qué tratabas de hacer?”
“Pensé que alguien me seguía”
“Y yo” dijo ella y se apretó más fuerte contra Talin.
Talin la sintió temblar. “Lo siento. No quería asustarte”
“Algo malo está pasando aquí”
Él se inclinó hacia atrás para ver su rostro. “¿El rumor sobre los Reapers?”
“Si los Reapers son reales, no me sorprendería encontrarme a uno entre nosotros”
Ahora eso le sorprendió. Lo había dicho tranquilamente, la reacción completamente opuesta

de todos los demás en la Corte. Un hilo de preocupación le atravesó por que ella hubiera
averiguado de alguna forma su secreto. “¿Por qué dices eso?”
“Nadie sabe seguro si los Reapers existen o lo que hacen”
“¿Pero tú tienes una teoría?”
Ella le lanzó una rápida sonrisa. “Desde que somos niños, hemos aprendido a temer a los
Reapers. No estoy tan segura de que así es como deberíamos verles”
“Interesante. Pero eso no es lo que está molestando. Cuéntame”
La mujer confiada de repente se convirtió en cautelosa y precavida. Bajó la mirada,
vacilando demasiado tiempo para tranquilidad de Talin.
“¿Alguien te ha molestado?” preguntó. “¿Alguien te ha amenazado de alguna manera?”
Su mirada saltó hacia Talin “¿Qué?”
“Cuéntame, Neve. Ahora. Dímelo todo”
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Ella se salió de sus brazos. “¿Cómo supiste que algo iba mal?”
Él negó con la cabeza, incapaz de comprender por qué estaba molesta “Sólo lo supuse”
“Para” dijo ella, sus ojos echando chispas. “Detén las mentiras ahora mismo”
Talin se detuvo en seco. Ni una sola vez le había preguntado sobre sus respuestas. ¿Lo
había sabido todo el tiempo? Si era así, ¿por qué no preguntarle antes? “¿Por qué este
cambio repentino?”
“No te atrevas a desviarte del tema”
Estaba perdido porque no podía decirle la verdad a Neve, pero tampoco podía mentirle más.
“No lo estoy desviando. Me pregunto por qué me estás interrogando. Estoy intentando
ayudarte”
“¿Eres tú?”
“¿Qué crees que soy yo?”
Ella puso cara larga. “Si eres tú, solo haz que se detenga. No diré nada.”
Él ya había tenido suficiente. “Neve, ¿de qué demonios estás hablando?”
“De ti. Intentando aterrorizarme”
Talin sintió como si le hubieran quitado la alfombra de debajo. Se quedó mirando a Neve.
¿Cuánto tiempo venía pasando esto? ¿Por qué ella no había acudido a él antes?
¿Honestamente creía que él le estaba haciendo esto?
“No soy yo” dijo mientras la emoción le asfixiaba.
Ella se lanzó a su brazos. “No pensaba así hasta que vi la magia. Pensé que estabas
intentando matarme”
“Nunca”, murmuró, hundiendo su rostro en el cuello de ella.
“Pero pensaste que alguien te estaba siguiendo. Estabas lo suficientemente preocupado
como para protegerte”
Talin cerró apretadamente los ojos. Estaba cansado de las mentiras así que le ofrecería a
ella lo más cercano a la verdad que podía. “Es la Corte. Todos tenemos enemigos”
“¿Qué no me están contando, Talin?”
“Si pudiera contarte, lo haría. Por favor, cree eso”
Las manos de ella penetraron en su cabello. Luego volvió la cabeza y le susurró al oído. “Lo
hago”
Talin la abrazó con fuerza antes de dejarla ir. “Creo que es el momento de que me cuentes
lo que está pasando”
El le ofreció la mano para ella deslizara la palma de la suya. Con sus dedos entrelazados,
lentamente caminaron de vuelta hacia el salón de baile. “Son solo pequeñas bromas”
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Talin podía decir que estaba tratando de quitarle importancia a la situación, pero estaba lo
suficientemente asustada como para considerarle incluso a él. De ninguna manera iba a
dejar que se saliera con la suya diciendo que no era nada. “¿Qué clase de bromas?”
Ella miró directamente hacia adelante. “Las cosas dejadas en mi habitación y eso”
Talin se detuvo y se puso de cara a ella. Cogió a Neve por los hombros. “Estás aterrorizada”
“Ya no lo estoy. No contigo aquí”
Él buscó en su mirada hasta que estuvo satisfecha de que ella le hubiera contado la verdad.
“Si algo más sucede ¿me lo hará saber inmediatamente?”
“Te lo prometo”
“Te tomaré la palabra”
Ella se rió entonces. “Reaccioné exageradamente. Es fácil hacerlo con la intriga que existe
en la Corte. Este tipo de cosas les pasa todo el tiempo a otros. Es solo que es la primera vez
para mí. Estoy segura de que no es nada”
“¿Has hablado con tu familia?”
“Atris lo sabe. Ahora me siento como una idiota”
Talin la llevó con él y se dirigió hacia una de las muchas habitaciones. Cerró la puerta.
“¿Estás segura de que se trata de una broma?”
“Probablemente sea para conseguir la atención de mi padre. Me aseguraré de contárselo
esta noche”
Le agradó que ella planeara informar a sus padres. Broma o no, era necesario detenerlo. El
miedo había desaparecido de sus ojos, lo que relajó el nudo que tenía en el pecho.
Talin deslizó la mano hacia su nuca y la atrajo contra él para un beso. Las manos de ella
se dejaron descansar en su cintura antes de subirlas acariciando su pecho.
Él gimió ante el sensual sabor de ella que hacía que le ardiera la sangre. La atracción que
sentía por Neve iba más allá de todo lo que podía comprender. Él la notó en el momento en
que entró en la Corte por primera vez.
Cuando ella le siguió, escuchando y observando, se había sentido más intrigado. No había
sido una cuestión de tenerla. El hecho de que ella sintiera la misma atracción sólo le
calentaba la sangre aún más.
La pasión de Neve estimulaba la suya. El deseo, el anhelo de estar dentro de ella dejaba
fuera todo pensamiento salvo ese. La condujo hacia atrás hasta que llegaron a la lujosa
silla.
Talin le dio la vuelta para que su espalda estuviera presionada contra su parte frontal. Asió
con una mano su cuello mientras con la otra acariciaba sus senos. Ella separó los labios,
su respiración era brusca mientras volvía la cabeza y cerraba los ojos. Talin no se preocupó
de desnudarla. Con un chasquido de sus dedos, su vestido había desaparecido.
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Ahuecó la mano sobre un seno y giró un pezón entre sus dedos. Ella gimió y llegó por detrás
de ella para encontrar su excitación. Su mano recorrió arriba y abajo su longitud bajo sus
pantalones.
Talin le dio la vuelta antes de colocarla en la silla. Ella estaba sonriendo mientras se
reclinaba en el enorme sillón. Él se arrodillo frente a ella, poniéndole las piernas sobre cada
uno de los brazos de la silla y exponiendo ante su vista, su sexo.
Tenerla desnuda le hizo sonreír. Ella era desvergonzada en su pasión. La mayoría de los
Fae lo eran, pero con Neve, era diferente. Ella era diferente. No podía poner un dedo en lo
que exactamente le hacía a ella ser así, sólo que ella destacaba entre una multitud.
Recorrió con sus manos desde sus tobillos hacia arriba, hacia sus muslos, deteniéndose
justo cerca de tocar su hinchado sexo. Los ojos de ella brillaban de necesidad y de deseo,
haciendo que sus bolas se tensaran.
Talin mantuvo su mirada mientras se inclinaba hacia delante y la saboreaba. Ella clavó los
dedos en los brazos del sillón. Él lamió con la lengua sobre su sensible clítoris hasta que
estuvo respirando entrecortadamente de necesidad.
Sólo entonces introdujo un dedo en su interior. Ella gimió cuando empujó un vez con su
lengua. Sus gritos se hicieron más fuertes. Añadió un segundo dedo y bombeó más rápido.
Su cuerpo se tensó en un latido antes de que el clímax la reclamara. Con los labios
separados, su grito fue silencioso mientras su cuerpo se convulsionaba por la fuerza del
orgasmo.
Talin sintió como su cuerpo se contraía alrededor de sus dedos. El deseo de estar dentro de
ella era enorme. Con un pensamiento, sus ropas desaparecieron. Los ojos de Neve se
abrieron cuando sacó sus dedos de ella. Él se quedo quieto, y ella bajó la mirada hacia su
miembro. Su sonrisa fue lenta mientras se sentaba y le rodeaba con sus dedos.
Él la observó cuando sus labios se deslizaron sobre su longitud. Su cálida boca y su lengua
le envió en una espiral demasiado rápido. Luchó contra la pasión, contra la necesidad de
rendirse -porque quería escuchar sus gritos otra vez.
Talin se apartó y tiró de ella hacia arriba. Ella se rió roncamente, un sonido desenfrenado
e invitador que hizo que sus bolas se contrajeran. Con Neve, siempre estaba sonriendo. Ella
le producía eso.
Se sentó en la silla. Ella empezó a subirse encima de él cuando él levantó un dedo para
detenerla. “Vuélvete” ofreció él.
Sin preguntar, ella le dio la espalda. Miró por encima de su hombro y dobló las rodillas
mientras empujaba su extraordinario trasero hacia él.
Talin se quedó sin aliento cuando ella recorrió con sus propias manos sus glúteos. Su
sonrisa conocedora de lo que le estaba haciendo sólo consiguió que la deseara a toda ella
todavía más.
El aire se le quedó bloqueado en el pecho cuando ella se dobló por la cintura. Talin tuvo
que contraer las manos para no agarrarla, y penetrar su glorioso cuerpo.
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Lentamente se levantó, sus manos elevándose por sus piernas mientras su mirada no
soltaba la de él. Su excitación saltó, ansiosa por estar dentro de ella. Neve lo vio, y apenas
saca la punta de la lengua para humedecerse los labios.
Él gruñó, recordando cómo esos labios habían estado alrededor de su excitación justo unos
momentos antes mientras su cálida boca le succionaba. No importaba de cuantas formas o
cuantas veces hubiera estado Talin con Neve, nunca era suficiente.
Y nunca sería suficiente.
Ese pensamiento debería hacerle huir, pero en todo lo que podía pensar era en darle placer.
El mismo indescriptible placer que ella le proporcionaba.
Justo cuando Talin estaba a punto de perder el control, Neve dio un paso atrás de forma
que sus piernas estuvieran a cada lado de él y se sentó. Él la cogió por la cintura y la bajo
hasta que se cernió sobre su endurecida y hambrienta longitud.
“Por favor, Talin” susurró ella impúdicamente.
El deseo que escuchó en su voz hizo que su vara saltara de nuevo. Neve iba a ser su muerte.
Pero hasta entonces, iba a disfrutar del éxtasis que encontraba en sus brazos.
Gradualmente la fue bajando a lo largo de su miembro. Tan pronto como la cabeza de él
entró en ella, ella succionó aire. Inclinó la cabeza hacia atrás y las puntas de su pelo le
acariciaban el pecho mientras la llenaba centímetro a centímetro hasta que le tomó por
entero. Él se inclinó y le mordisqueó el hombro antes de llegar a provocar sus pezones.
“Talin”
“¿Sí, amor?”
“Te necesito”
No tuvo que decírselo dos veces.
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Capítulo 4
Neve contuvo la respiración cuando Talin la cogió de las caderas y comenzó a mecerlas de
un lado a otro. Cerró los ojos cuando el placer la invadió hasta que todo su cuerpo tarareaba
con él.
Él le colocó sus manos sobre los brazos del sillón mientras sus senos rebotaban con el
movimiento. Neve entonces se impulsó hacia arriba antes de bajar una vez más. Talin gruñó
su nombre, haciendo que su estómago se contrajera de necesidad. Empezó a bombear sus
caderas, deslizándose dentro y fuera de ella. Todos los Fae eran criaturas sexuales, pero
Talin la tocaba a un nivel que ni en sueños había sucedido.
Ni siquiera había sabido que existía.
Él le exigía que no se guardara nada, y, a su vez, él le daba todo de sí mismo. Toda su parte
salvaje, traviesa y maravillosa.
“Preciosa” dijo con voz enronquecida “Y toda mía”
El sudor perlaba su piel cuando él empezó a embestir más profundo, más duro. Como a
ella le gustaba. Justo como ella lo necesitaba. Él recogió su cabello a un lado y le mordió el
lóbulo de la oreja con los dientes. Su cálido aliento se extendió sobre su rostro. Quería
tocarlo, pasarle las manos por su hermoso cuerpo, pero Talin se aseguraba de que esta vez
fuera toda suyo.
Sus manos se movieron desde su cuello hasta sus senos para excitar sin compasión sus
pezones antes de ir más abajo para acariciar su clítoris hinchado. El desea se acumulaba
bajo su vientre.
El tiempo se detuvo cuando se rindieron a los placeres de la carne. Cada aliento, cada
suspiro apretaba el creciente vínculo entre ellos. Sus expertas manos exprimieron grito tras
grito carnal de ella. Sus cuerpos estaban llenos de sudor cuando él les trasladó al suelo.
Neve estaba sobre sus manos y rodillas mientras él se arrodillaba detrás de ella. Sus
grandes manos sujetaban sus caderas firmemente mientras empezaba a penetrarla.
Al instante, el climax la consumió, arrastrándola hacia una vorágine de éxtasis y embeleso.
Entendía el significado de la felicidad porque lo experimentaba cada vez que estaba en los
brazos de Talin.
Sus dedos estaban clavados en sus caderas mientras él decía su nombre antes de verter su
semilla en ella. Durante unos minutos, ninguno se movió mientras el sonido de sus
respiraciones llenaba la habitación.
“Vas a ser mi muerte” dijo Talin.
Neve se echó a reír mientras caían de lado. La espalda de ella estaba todavía contra el pecho
de él, y sus brazos la rodeaban. Ella sonreía, sorprendida de lo feliz que estaba por tenerle
en su vida. “¿De qué te sonríes?”
Ella gruñó. “No puedes verme. No tienes idea de si estoy sonriendo”
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“Puedo decirlo” dijo él y levantó la cabeza. “Sip. Sonriendo. Soy bueno en esto ¿a que sí?”
“¿No te ha dicho nadie nunca que eres un engreído?”
Él se echó a reír “Kyran me lo dice todo el tiempo”
Ella quería preguntarle quién era Kyran, pero de alguna manera sabía que no se lo diría.
Era la primera vez que Talin había dejado deslizar algo de su vida al exterior, e iba a aceptar
lo poco que él le ofreciera sin cuestionarlo.
“Ahora dime por qué realmente estabas sonriendo” la urgió él. Luego le besó un lado de la
cabeza.
“Soy feliz. Verdadera y deliciosamente feliz”
“Suenas sorprendida”
Neve tenía en la punta de la lengua decirle cómo había soñado en tener la clase de amor
que Rhi y su Rey Dragón habían tenido. No es que Neve quisiera tener el mismo final que
Rhi. Pero la historia de la aventura de Rhi y su amante Rey Dragón se había contado
durante miles de años entre las adolescentes.
Se contaba una y otra vez como una historia de advertencia, pero no fue así como Neve la
escuchó. Todo lo que sabía era que existía el tipo de amor que siempre había esperado. El
tipo de amor donde una persona era la otra mitad de la otra.
El tipo de amor con el que nada podría destruir a dos personas.
El tipo de amor que desafió el tiempo
El verdadero amor.
Su mayor temor era tener el tipo de matrimonio que tenían sus padres. Eran agradables el
uno para el otro, pero no había amor, nunca lo había habido. Fue un matrimonio que
proporcionó ventajas a ambas familias.
Neve se negaba a ser un peón, pero su padre se estaba cansando de que no eligiera marido
y se asentara. ¿Cuánto tiempo más tendría ella por sí sola?
¿Sorprendida que de estaba feliz? Sí, eso era cierto. Neve volvió el rostro hacia Talin.
“¿Cuánto hace que estoy contigo?”
“No pienso irme pronto” dijo él guiñándole un ojo.
Neve le miró fijamente hasta que la comprensión cruzó el rostro de él. Había habido un
pequeño núcleo de esperanza enterrado en lo profundo de que nunca se iría. Pero ella tenía
su respuesta.
“¿Cómo lo has sabido?” preguntó él, con todo rastro de sonrisa desaparecido.
“Hablas a menudo sobre muchas cosas, pero nunca de ti mismo. Lo mantienes todo en
privado. Te vas largos períodos de tiempo y tienes secretos. Cualquiera que tenga cerebro
puede sumar dos y dos”
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“No sólo cualquiera” dijo él suavemente. Sus ojos de plata pálida sostuvieron los de ella.
“Solo alguien que me conoce como tú me conoces”
“¿Por qué yo?”
Su mano le tocó la mejilla. “Porque tengo que tenerte”
“¿Me dirás alguna vez quién eres realmente?”
“Eso no puedo hacerlo. Nunca”
Ella tragó, herida más profundamente de lo que podía manejar. Neve respiró firmemente
varias veces hasta que tuvo el control de sus emociones. “¿Por qué?”
“Es por protección tuya. Y mía”
Neve tenía en la punta de la lengua el discutir y decirle que ella nunca revelaría nada de lo
que le dijera, pero sería inútil.
“No quiero molestarte” dijo él.
Neve bajó los ojos a su pecho. “Creo que es mejor si sé la verdad de las cosas en lugar de
esperar algo que nunca tendré” Ella volvió a mirarle al rostro “Tú”
“Neve” susurró él. La abrazó con dulzura, firmemente.
Su corazón de se contrajo de dolor. Hasta ese momento, no se había dado cuenta

directamente de cuando duramente se había enamorado de Talin. Estaba enamorada de un
hombre que nunca sería suyo.
¿Era así como se sentía Rhi? Neve había idealizado a la Light Fae toda su vida. Aunque
Neve quería un amor como el de Rhi, lo que ella había recibido era la comprensión del dolor
de la pérdida.
“Si pudiera quedarme, lo haría”
“No lo hagas” dijo Neve y se alejó de él. Se sentó, necesitando de cierta distancia. “No te
atrevas a decir cosas que no quieres decir”
Hubo una breve pausa antes de que Talin pusiera la mano en su espalda. “Estoy diciendo
la verdad”
Las lágrimas le escocían en los ojos, pero se negó a llorar. Era una Everwood. Esperaría
hasta que estuviera sola en su dormitorio antes de rendirse al llanto.
Neve se puso en pie, convocando a su ropa mientras lo hacía. Cuando se puso de cara a
Talin, estaba una vez más vestida sin rastro de lágrimas.
“¿Neve?”
¿Era preocupación lo que había en su voz? ¿Inquietud? ¿Quizás un poco de miedo? Eso la
hizo sentirse un poco mejor, pero sólo ligeramente. “Mi familia me espera para elegirme
marido pronto. Ya lo he pospuesto bastante”
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Talin frunció el ceño profundamente. Saltó para ponerse en pie mientras sus ojos se
entrecerraban con preocupación.
Ella esperó a que él dijera que él era su hombre, que no tenía necesidad de mirar más. Sin
embargo, Talin permaneció en silencio. Todo el tiempo que ella había estado enamorada de
él, y él no había sentido nada. ¿La había utilizado?
Neve ni siquiera podía comprender el pensamiento. Era mejor para todos los interesados si
ella no procedía con preguntas de ese tipo porque temía cuál sería la respuesta. Había tanto
que quería decirle a Talin, tanto que quería que él entendiera sobre ella. Neve no sabía
sujetar su lengua. Decía su opinión. Pero las palabras no llegaron esta vez.
Salió de la habitación con la cabeza alta -incluso teniendo roto el corazón. ¿Cómo iba a
encontrar nunca a alguien con quien casarse después de tener un hombre como Talin?
Neve dio la vuelta a la esquila y casi colisiona con alguien. Levantó la mirada para
encontrarse con Atris. “¿Dónde has estado?” preguntó en voz baja mientras miraba
alrededor con precaución.
“Con Talin”
Atris puso los ojos en blanco. “Justo como esperaba”
Neve no estaba de humor para sus bromas. “No me siento bien. Me voy a casa”
“Lo siento, hermana. Eso no va a suceder” Se volvió y asió su brazo mientras empezaba a
caminar, tirando de ella a su lado. “Padre te estaba buscando”
Maldición. “¿Durante mucho?”
“Lo suficiente como para que notara que llevabas demasiado tiempo fuera”
“¿No me cubriste?”
Él le lanzó una mirada divertida. “Por supuesto que lo hice. Durante todo lo que pude. Lo
único que ha salvado tu culo es el hecho de que nadie te vio salir con Talin”
“Porque no lo hice” Neve soltó el brazo de su agarre antes de regresar al salón de baile
principal. “Ya soy una mujer adulta”
“A los ojos de los humanos, sí”
“A los ojos de los Fae, también” argumentó ella.
Atris suspiró y puso las manos en las caderas mientras negaba con la cabeza. “Nos costó
semanas a ambos convencer a nuestros padres para que te dejaran moverte por tu cuenta.
Toma lo que puedas”
“No”
La preocupación y el interés nublaron la mirada plateada de su hermano. Pasó una mano

por su cabello corto y negro. “¿Qué estás pensando hacer ahora?”
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DONNA GRANT
“Conozco las reglas de la Corte y de la sociedad, pero ya no me importan. Estoy cansada de

todo esto”
“Esto tiene que ver con Talin” supuso Atris. “¿Qué ha hecho?”
Era más lo que no había hecho, pero Neve se lo guardó para sí misma. “Talin era una
aventura”
“De acuerdo” dijo Atris con un fuerte resoplido.
“Lo era. Ahora, puesto que estoy cansada, me voy a casa. Dile a padre que me encontraste
cuando me estaba yendo. Hablaré con él mañana”
Neve caminó hacia la salida del Castillo donde los hechizos que impedían que nadie se
teletransportara dentro y fuera, no funcionaban. Luego utilizó su magia para
teletransportarse a su apartamento en Castlebar.
Tan pronto como estuvo a solas, las lágrimas llegaron. Neve estaba en mitad de su
apartamento y hundió el rostro en sus manos mientras lloraba por la esperanza que se se
había marchitado y muerto horriblemente, por el amor que nunca sería.
No sabía cuánto tiempo estuvo ahí. Cuando levantó la cabeza, los ojos le dolían y la nariz
estaba congestionada. Se limpió el rastro de las lágrimas y caminó hacia su dormitorio.
Había veces que echaba de menos vivir en la enorme finca de sus padres. Siempre había
gente alrededor, trabajando en la casa. También visitantes. Pero en días como hoy, Neve
disfrutaría de su soledad más que nunca.
El silencio de su apartamento era estridente. Los pensamientos sobre Talin y su
conversación se repetían constantemente en su cabeza. Neve agarró el control remoto de la
radio e hizo clic mientras pasaba.
Se quitó el vestido largo y lo colgó en el armario antes de coger un par de vaqueros, un top
blanco y una cárdigan verde.
Neve se volvió y se quedo parada cuando vio una de los cajones de su secreter abierto. Miró
dentro para ver sus braguitas descolocadas hacia un lado y a otro como si alguien hubiera
estado hurgando en el cajón.
Giró alrededor, probando la magia de su apartamento. Se suponía que nadie podía superar
sus hechizos, pero alguien lo hizo. Esta no era la primera vez que venía a casa para darse
cuenta de que algo andaba mal.
Esta vez -como las rosas negras sobre su cama- era algo que no podía quitarse de encima
como imaginado u olvidadizo. Alguien definitivamente quería su atención.
Y para conseguir que esto parase, Neve iba a tener que averiguar por qué.
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DONNA GRANT
Capítulo 5
Cael permanecía velado en un rincón del pasillo, escuchando a Neve y a su hermano. Usaeil
y la Guardia de la Reina había tomado grandes precauciones para asegurarse de que nadie
pudiera permanecer velado o teletransportarse en el Castillo, salvo con un permiso especial.
Por otro lado, Cael era un Reaper y tenía habilidades especiales.
Liderar a los Reaper le daba una idea de cada uno de los hombres que los otros no conocían.
Es por eso que estaba en la Corte Light. No tenía dudas de que Talin podía completar sus
órdenes, pero eso no era lo que preocupaba a Cael. Lo era el hecho de que Talin podría
tener sentimientos por Neve.
Cael esperó a que Neve y Atris se hubieran ido antes de dejar caer el velo en el desierto
pasillo y entró en la habitación en la que Talin permanecía.
Desde su posición sobre el sillón, la cabeza de Talin se levantó ante el sonido de la puerta,
pero la esperanza que se había extendido por su rostro murió tan pronto como vio a Cael.
“¿Qué estás haciendo aquí?”
“Este no es precisamente un lugar agradable en el que estar. Luego está el trocito de
información que compartiste con Kyran y Eoghan” declaró Cael.
Talin simplemente asintió, con sus pensamientos aparentemente en otra parte. Cael había
hecho lo correcto al venir. “Me dijeron que crees que los Reyes Dragón necesitan saber lo
que está pasando aquí”
“Sí” La mirada de Talin estaba en el suelo, sus brazos descansando casualmente sobre los
brazos del sillón. Pero Cael no era estúpido. Talin sería bueno en esconder sus emociones,
sepultándolas muy profundamente, pero él no era un experto como Fintan. Todavía. Fintan
reprimía todo hasta un peligroso extremo. Cael no quería que Talin fuera por ese camino.
“Tienes razón” afirmó Cael. Voy a ver a Con pronto, y me gustaría que estuvieras ahí para
añadir lo que has experimentado y visto personalmente”
“De acuerdo”
Cael dejó salir un profundo suspiro. “Neve no es como River o Jordyn”
“Soy muy consciente de eso” dijo entre dientes Talin.
La demostración de ira alivió a Cael. Eso significaba que Talin no estaba dando de lado del
todo a sus emociones. No todavía de cualquier forma. “Lo siento. Se lo que sientes por ella”
“Como sabes, Neve no es medio Fae. Ella es una Light” Talin se puso en pie. “Extraño, ¿no
es cierto? Como Baylon y Kyran manipularon la situación en su beneficio, promocionando
el lado humano de las mujeres antes que el lado Fae. Pero es la parte Fae lo que les permite
ser Reapers”
Cael sabía que esto finalmente llegaría a un punto crítico. Lo había discutido con la Muerte,
pero la Muerte le aseguró que se encargaría de eso.
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SERIE THE REAPERS 3
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“Incluso la Muerte parece olvidar la parte Fae de Jordyn y River. Infiernos, River sabía que
ella era una Fae. ¡Al menos con Jordyn, no tenía ni una pista! Gritó Talin.
No había nada que Cael pudiera decir que mejorase la situación. Y disculparse nuevamente
sería inútil, aparte de irritar a Talin más.
Un hormigueo a lo largo de su columna vertebral fue toda la advertencia que Cael recibió
antes de escuchar una voz sensual detrás de él decir: “No me olvidé de nada”
Cael se volvió y contuvo la respiración mientras interiorizaba que se trataba de la Muerte.

Sus brillantes mechones de ébano estaban a su espalda, con rizos cayéndole alrededor de
la cara y los hombros de una manera que le tentaba.
Sus ojos color lavanda miraron en su dirección antes de concentrarse una vez más en Talin.
Erith vestía otro de sus vestidos largos favoritos. La falda, completa, tenía el mismo tono
lavanda que sus ojos, con tul negro cubriéndola.
El corpiño negro se ajustaba perfectamente a ella, enfatizando su pequeña cintura y sus
senos llenos. Todo el vestido colgaba de los hombros mediante cintas delgadas y negras, y
el escote era tan bajo en el frente que Cael no le quitaba los ojos.
Talin miraba a la Muerte con una mezcla de enfado y reverencia.
Ella miró alrededor de la habitación y arqueó una ceja ante el oro. Poniendo los ojos en
blanco, Erith negó con la cabeza “A menudo me he preguntado en qué estaría pensando
Usaeil cuando lo decoró”
La Muerte rara vez interactuaba con los Reapers. Cael era el único con quien hablaba, y ni
siquiera de forma regular. O así había sido. La escapada de Bran del Inframundo había
cambiado mucho las cosas -incluyendo cuanto tiempo pasaba Cael con Erith.
Podía admitir por completo que ella era la cosa más hermosa que alguna vez había
contemplado. El hecho de que ella apenas le llegara a los hombros, pero que tuviera más
magia y poder que toda los Light de la Corte juntos, siempre le hacía sonreír.
Es porque la conocía que entendía por qué ella estaba hablando de la elección de Usaeil en
las decoraciones en lugar de continuar la conversación con Talin. Le estaba dando tiempo
a Talin para calmarse.
“Ha pasado mucho tiempo desde que pisé este Castillo. Estuve aquí cuando ella lo reclamó
por primera vez como una fortaleza de los Light hace miles de años” Erith se volvió a Cael,
pero no había ninguna sonrisa de saludo. “Tu y el resto de los hombres tenéis que conocer
este lugar por dentro y por fuera”
Eso llamó la atención de Cael. La Muerte solo daba esa orden si sospechaba que habría
necesidad de defender -o atacar- en el futuro. “Lo haremos”
“Velados” ordenó ella.
Talin replicó “Alguien sabe que estoy aquí ya. El rumor se ha ido extendiendo a través de la
Corte tan rápidamente como la luz”
Eris se movió para acercarse a Cael mientras se ponía de cara a Talin “¿Se trata de Bran?”
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“No le he visto” dijo Talin. “Y he estado buscando”
Cael añadió “El rumor puede haber sido empezado por alguien. Bran o uno de sus
compinches”
“Cierto” Erith asintió lentamente. “¿Alguien te ha señalado, Talin?”
Talin hizo un gesto con los labios. “No todavía. Aunque, todos están mirando a todos”
“Eso puede funcionar en nuestro favor” dijo la Muerte, con un lenta sonrisa abriendose
paso en sus labios.
Cael no podía quitar la vista de encima de esa boca. Ella no tenía idea de cuan seductora
era -y nunca la tendría. Porque jamás saldría de sus labios.
“¿Cómo?” preguntó Talin.
Erith levantó sus dos brazos “Mira dónde estamos. En el Castillo de la Reina de los Lights.
¿Dónde está Usaeil?”
“Desaparecido. Nuevamente” respondió Cael.
Erith dejó caer los brazos y volvió la cabeza hacia él. “Exactamente. Como ha hecho
últimamente. Un Reaper en la corte no es el único rumor que está circulando, ¿verdad?”
“No” Talin se echó a reír. “Todo el mundo también esta susurrando sobre la foto de Usaeil
con un hombre. La especulación es que se trata de un Rey Dragón”
Erith asintió, sonriendo. “Usaeil no está aquí para acabar con cualquier rumor y poner bajo
control a su Corte. La Guardia de la Reina es un desbarajuste desde que Rhi se fue. Todo
esto hace que la Corte sea muy vulnerable”
Cael frunció el ceño mientras la encaraba. “¿Me estás diciendo que crees que alguien podría
hacerse cargo de ella?”
“No” replicó la Muerte.
Una palabra y ninguna explicación sobre lo que quería decir. Así eran la mayoría de las
conversaciones con Erith. Cael debería estar acostumbrado después de todos estos miles
de años, pero a veces, eso le irritaba.
“Entonces ¿qué es lo que has querido decir?” preguntó Talin.
Erith se quedó en silencio por un momento. “Las tensiones están empezando a correr alto.
Primero, sobre los Reyes Dragón. Puede que hayan pasado años desde la aventura de Rhi
con un Rey Dragón, pero los Light no olvidan fácilmente”
“Ningún Fae lo hace” murmuró Cael.
La Muerte le lanzó una mirada durante un momento “Tan pronto como ese rumor continúe
circulando, es el temor de un Reaper en la corte lo que lo mantendrá en marcha. Has sido
aceptado aquí, Talin. Utilízalo en tu beneficio. Continúa haciendo tus rondas y escucha.
Creo que te sorprenderá lo que oigas”
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“Podría hacerlo velado” dijo él.

Antes de que Cael pudiera responder, la Muerte soltó un frío “No”
Talin inclinó la cabeza. “Me pondré a ello inmediatamente”
Cael observó a Talin dejar la habitación. Él había visto de primera mano lo que podía
suceder a un Reaper que se enamoraba de una Fae. Bran había destruido a los Reapers
desde dentro hacia afuera a causa de eso.
“Estás preocupado por él” dijo Erith, interrumpiendo sus pensamientos.
Cael volvió la cabeza hacia ella ante su declaración “Estoy preocupado por todos mis
hombres”
“Ellos no son Bran”
“No creía a Bran capaz de matarnos, pero estaba equivocado”
Erith arqueó una negra ceja. “Entonces ¿cuestionas tu juicio?”
“Tú elegiste los Fae para ser Reapers”
Los ojos de Erith se abrieron de par en par antes de mirarle con algo parecido a la
admiración “Entonces tú estás cuestionando mi juicio”
Cael cerró los ojos un momento. No lo había puesto en tela de juicio. “Tú nos elegiste a cada
uno de nosotros porque fuimos traicionados de alguna manera lo que nos llevó a nuestra
propia muerte. Todos somos luchadores”
“¿Pero?”
“No hay un pero. Es un simple hecho. Luchamos por la justicia, por ti y por la continuación
de las cosas como deberían ser”
Ella ladeó la cabeza y le miró, sus negros mechones moviéndose con ella. “Siempre has
tenido un sentido mayor de lo correcto y lo incorrecto que la mayoría. No te apresuras a
tomar una decisión, y tu sopesas todas las opciones. Es por lo que eres el líder. Deberías
haber sido el líder del primer grupo”
“Yo era el más joven. Theo hizo un buen trabajo”
“Él no eras tú”
Cael nunca había oído tal elogio de la Muerte antes.
Ella respiró hondo. “Tú sabías lo que Bran iba a hacer”
Él bajo la mirada, no queriendo pensar en aquellos tiempos. Theo había tenido las manos
llenas con los Reapers dividiéndose.
“Hablaste con Eoghan” continuó Erith mientras se acercaba más a él. “Intentaste decírselo
a Theo”
“Lo hice demasiado tarde”
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“Fueron tus observaciones las que os salvaron a Eoghan y a ti”
Cael deslizó de nuevo la mirada hacia ella. “Eso no es cierto. Bran y los demás estaban
venciendo. Nos habrían matado a Eoghan y a mi si no hubieras llegado tú”
“Creo que tus recuerdos de esa noche están confundidos con otra traición, así como por la
magia que Bran apuntó a tu cabeza. Cuando llegué, todo lo que quedaba era Bran. Tuve
que arrancarte de él”
Cael negó con la cabeza “No es así como lo recuerdo”
“Eoghan había sido noqueado con una descarga de magia. La misma que Bran apuntaba
hacia tu cabeza. Te rebotó y golpeó a Eoghan y así no quedaste inconsciente como Bran
quería cuando atacó”
Cael buscó en sus recuerdos, pero justo como Erith decía, estaban borrosos.
“Por muy bueno que sea ahora cada Reaper, elegí el adecuado para líder”
Él se frotó la mandíbula. “Entonces escúchame cuando digo que podemos tener problemas
con Talin”
“¿Por qué está enamorado de Neve?”
“¿Lo sabes?” preguntó Cael con el ceño fruncido.
Erith se encogió de hombros. “Ha sido fácil deducirlo después de su estallido de antes”
“Cambiaste las reglas antes para Baylon y Kyran”
La Muerte retiró la mirada apresuradamente “Lo hice porque ninguna de esas medio Fae
tenían conexiones con los Fae. River conocía de su herencia, pero nunca interactuó con los
Fae”
Cael dejó caer la cabeza, furioso y triste al mismo tiempo por Talin. Iba a devastar a Talin,
quien había observado a su mejor amigo enamorarse y conseguir a la chica.
“Talin eligió ponerse en contacto con una de las familias más involucradas” continuó Erith.
“Neve es una Everwood. Esa familia ha formado siempre parte de la Corte. Son respetados.
No hay forma de que Neve supiera quién es y no poderlo pasar por alto más pronto que
tarde”
“Lo sé” El corazón de Cael se rompió por Talin.
“He observado a Neve”
Cael levantó la cabeza. “¿La has observado?”
“Quería ver con quién Talin había conseguido contactar. Estaba emocionada al descubrir
que se trataba de los Everwoods, y que sucedió por accidente”
“Talin es encantador y simpático”
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Erith inclinó la cabeza. “Es por lo que le elegí para esta misión. Su interacción con Neve da
a entender algo muy profundo, algo más que profundo. Nunca esperé que él se fuera a
enamorar”
“Pero lo ha hecho”
Ella se encontró con su mirada “Si le dice a Neve…”
“No lo hará” dijo Cael por encima de ella para que no pudiera terminar la frase.
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Capítulo 6
Durante dos días, Talin paseó por el Castillo, escuchando las conversaciones vanas de los
de la Corte. Cuanto más tiempo pasaba sin ver a Neve, más duro era para él mantener la
sonrisa.
La echaba de menos terriblemente. Quería buscarla fuera, pero por su propia cordura, se
mantuvo alejado.
Justo como la Muerte había esperado, habladurías sobre Usaeil y el Rey Dragón fueron
eclipsadas por la idea de un Reaper en la corte. Luego cambiaron de los Reapers,
brevemente, cuando la ira empezó a crecer al enojarse los hombres con la idea de Usaeil de
elegir a un Rey Dragón por encima de uno de ellos.
Las razones y excusas sobre el por qué Usaeil debería elegir a uno de los Light como su
marido eran variadas, pero todas ellas enfocados en una sola cosa: los niños.
Los Light puede que se hubieran posicionado con los Reyes Dragón contra los Dark hacía
eones, pero eso no significaba que quisieran a cualquiera de ellos involucrados con los
Reyes.
La excepción a la regla pareció serlo Rhi. La escandalosa, salvaje y a veces imprudente Light
Fae, era querida por la mayoría de los Light. Talin se había visto sorprendido por ello.
Pensaba que podría tener algo que ver su aventura con el Rey Dragón y la forma tan abrupta
en que terminó. Por no mencionar el amor que todos sabían que ella todavía sentía por su
Rey.
Luego escuchó una historia sobre cómo Rhi había estado tan desolada, que ella había
entrado en el lado Dark del reino de los Fae, de donde pocos regresaban. Había un pequeño
grupo que afirmaba que fue Usaeil quien la salvó. Sin embargo, las masas dijeron que
sabían que había sido su Rey.
Nadie sabía por qué termino la aventura, o por qué el Rey continuaba manteniendo las
distancias con Rhi -aunque también había especulaciones sobre que Usaeil había metido
mano en que la relación terminara. Una cosa era cierta, todo el mundo confiaba en Rhi.
Talin se preguntaba si Daire sabía todo esto puesto que tenía la misión de seguir a Rhi. No
podía esperar para preguntarle a Daire y compara información.
La ira a través de la Corte puede que hubiera empezado con la idea de Usaeil con un Rey
Dragón, pero no tardó mucho tiempo en que las cosas se volvieran de nuevo hacia los
Reapers. Y entonces fue cuando todo se volvió más interesante.
Todo lo que Talin tuvo que hacer fue sentarse mientras uno tras otro, los Fae comenzaban
a aclamar que los demás eran el Reaper. Las peleas estallaron. Después de que uno fuera
separado, otro empezaba. Se lanzó magia hasta que entre todos sometieron rápidamente a
los dos atacantes.
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Después de las luchas llegaron las explicaciones de por qué aquellos que acusaban no eran
los Reapers. Talin averiguó incontables cosas sobre las familias en la Corte, y sospechaba
que habría mucho secretos desparramándose también.
Al tercer día, las acusaciones y las luchas continuaban. Se mantuvo fuera del camino,
nunca condenando o tomando partido. Simplemente observaba. Durante una disputa, vio
venir un nuevo rumor cuando la gente empezó a hablar. No tardó en llegarle.
“¿Escuchaste?” preguntó la persona que tenía al lado. “Dicen que Neve Everwood ha sido
lastimada. Es por lo que no ha estado en la Corte”
“¿Lastimada cómo?” exigió Talin.
La mujer se encogió de hombros. “No lo sé”
Sus órdenes de alejarse de Neve iban a irse a la mierda. Tenía que saber que estaba
sucediendo. Talin salió del salón de baile, buscando a alguien de la familia. Fue Atris quien
le encontró.
“Talin” le llamó Atris.
Él volvió la cabeza para encontrar al hermano de Neve corriendo por el pasillo a su derecha.
“¿Qué pasa con Neve?”
“Gracias los Light que te he encontrado” dijo Atris cuando le dio alcance. “Necesito que
vengas conmigo”
Talin no se movió “No hasta que me digas lo que ha pasado con Neve”
Atris se detuvo, frunciendo las cejas “¿No te contó Neve?”
“¿Contarme qué?”
Atris hundió los hombros “Alguien ha estado acosándola”
Maldición. Sabía que debería haberla presionado mucho más el otro día. La necesidad de
Talin de llegar a ella en ese momento era abrumadora. “¿Se encuentra bien?”
“Fue envenenada. Yo la encontré”
¿Envenenada? La habitación empezó a girar alrededor de Talin ante ese pensamiento
“¿Dónde está?”
Atris se desplazó para ponerse frente a él. “Primero, tienes que tener calma. Mis padres no
lo saben aún”
“Deberían saberlo”
“Lo harán pronto. Te necesito con Neve primero. Eres el único en quién confío justo ahora”
Talin asintió “¿Dónde está ella?”
“En su apartamento. Escucha Talin, alguien ha estado revolviendo entre sus cosas y
cambiando detalles alrededor de la casa”
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El primer pensamiento de Talin fue Bran. Si estuviera en la Corte, tendría sentido que
hubiera visto a Neve con él y hubiera ido tras Neve cono había hecho con Jordyn y los había
intentado con River.
“¿Qué más?”
Atris vació un segundo. “Hubo rosas negras dejadas sobre su cama”
En el mundo de los Fae, el negro significaba Dark. Ninguno de los Reaper sabía como Bran
legaba los poderes que le fueron dados por la Muerte – o como conseguía retenerlos.
Cuando Talin vio a Bran, no era un Dark. Por otro lado, Bran podía utilizar glamour para
ocultarse ese hecho. “Iré con Neve. Encuentra a tus padres” dijo Talin.
Atris asintió y se dio media vuelta antes salir corriendo. Talin se abrió paso al exterior del
Castillo y se teletransportó al apartamento de Neve.
Tenia el estómago hecho un nudo. Su pecho se sentía tan pesado como si todos los Dark le
hubieran aporreado con magia. Talin se veló mientras camino rodeando el edificio,
buscando señales de Bran o de alguien más.
No había nada, lo cual sólo consiguió frustrarle mucho más. Talin dejó caer el velo en un
callejón y se apresuró hacia el apartamento de ella. Sintió la magia alrededor de su puerta
antes de llegar a ella. Como Reaper, no había mucha magia que se le resistiera. Sintió la
magia de Atris unida a la de Neve. Eso significaba que alguien había pasado a través de la
fuerte magia de Neve.
Un Rey Dragón podría hacer eso, pero no tenían razones para tener a Neve como objetivo.
Lo que dejaba a Bran o a uno de sus muchos Dark subordinados. Talin no sabía con cuanto
tiempo contaría antes de que Atris se presentara con los padres de Neve.
Él atravesó los escudos de magia y hechizos para abrir la puerta. Tan pronto como entró en
el apartamento, olió el distintivo aroma del veneno infusionado con magia Dark. Se detuvo
el tiempo suficiente como para formular su propio hechizo para mantener alejado a
cualquiera que no fuera un amigo de Neve o él mismo.
Talin se apresuró a entrar en el dormitorio donde Neve yacía sobre la cama, inmóvil. El
corazón se le detuvo hasta que vio que su pecho se movía.
Los humanos creían que los Fae eran inmortales. Eso no era del todo cierto. Un Fae podía
ser asesinado utilizando una espada forjada en los fuegos de Erwar, o por magia.
Lentamente se acercó a la cama. Talin se sentó cogió una mano de Neve entre las suyas.
Sus ojos se abrieron. Le costó un momento enfocarse en él.
“Talin” murmuró ella.
“Soy yo. Voy a vigilarte hasta que Atris regrese con tus padres”
Ella tragó saliva, una sombra de dolor cruzó su rostro. Él frotó su pulgar haciendo círculos
en el dorso de la mano de ella. “¿Por qué no me dijiste que alguien estaba acosándote?”
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“Al principio pensé que era mi imaginación”. Tragó saliva de nuevo con dificultad. Talin
miró alrededor y vio una copa de vino tirada, con el líquido rojo manchando la alfombra. El
veneno debía haber estado en el vino. Si se lo llevaba a Cael, podrían ser capaces de
averiguar qué clase de veneno -y magia- se había utilizado.
“¿Y las flores?” le urgió él.
Ella se encogió de hombros y retiró la mirada “Quizás fuera una broma”
“Me hubiera gustado que me lo hubieras contado. Podría haberte protegido”
La mirada de Neve regresó a él. “¿En una de las pocas ocasiones en las que estás?”
Él inclinó la cabeza. “Tienes razón. Pero si lo hubiera sabido, habría tomado medidas”
“Yo las tomé” dijo ella enfadada. Luego hizo una pausa y se puso una mano en la garganta.
“Quien quiera que sea, atravesó las capas de magia que utilicé”
“¿Sabes quién ha sido?”
Ella negó con la cabeza. “Atris y yo investigamos hace unos días, pero no encontramos
nada”
“Necesitas estar en un lugar seguro. Estoy bastante seguro de que tus padres dirán lo
mismo cuando lleguen” Talin miró por encima de su hombro. ¿Dónde estaba Atris?
“Todavía puedo sentir el veneno dentro de mí”
Eso le sorprendió. Directamente había asumido que Atris había podido quitárselo del todo.
Talin puso su mano sobre la garganta de ella y murmuró un hechizo que le extraería el
veneno.
Salvo que no funcionó. No adecuadamente al menos. Talin sintió algo del veneno
disolviéndose, pero no lo suficiente para sanarla tal y como ella necesitaba.
“Tienes que luchar contra el veneno y la magia” le dijo a ella.
Ella le miró secamente “Ya lo he hecho”
“¿Cuánto tiempo?”
“Horas. Días” dijo ella encogiéndose de hombros.
A Talin no le gustaba sentirse impotente, y se estaba sintiendo así rápidamente. “Creo que
deberíamos irnos”
“No estoy lo bastante fuerte como para teletransportarme” dijo ella y cerró los ojos. “Lo he
intentado en múltiples ocasiones”
Si la llevaba con él, Neve sabría uno de sus secretos. Pero si no la sacaba, existía la
posibilidad de que su atacante pudiera regresar. Aunque Talin quería echarle un vistazo.
Lo que no quería es que Neve quedase capturada en medio de una batalla, porque eso era
exactamente lo que sucedería.
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“Eoghan, Kyran” llamó mentalmente. Sabía que sus amigos llegarían inmediatamente. Talin
pasó una mano por la frente de Neve, utilizando magia para hacerla dormir. Luego se puso
en pie, recogió la copa de vino y el poco de vino que quedaba en ella.
Talin entraba en la cocina cuando Eoghan y Kyran entraban en el piso. Miró al interior del
dormitorio para asegurarse de que Neve todavía dormía mientras saludaba a sus
compañeros Reapers.
“¿Qué ha pasado?” preguntó Kyran.
Talin le ofreció la copa de vino. “Neve ha sido envenenada. Hay magia añadida a esto”
Eoghan frunció el ceño y señaló con el mentón hacia el dormitorio. “Ella está luchando
contra los efectos. La encontró su hermano. Pensé que Atris había extraído todo el veneno,
pero no pensé que no había podido. Lo intenté, pero sólo pudo extraer un poco”
Kyran frunció el ceño profundamente. “¿Sabes quién ha hecho esto?”
“No. Aunque, es alguien que ha estado hostigándola. Atris me dijo que sus cajones habían
sido revueltos, las cosas desplazadas de lugar fuera y alrededor del apartamento, y se
colocaron rosas negras en su cama”
“Y ahora esto” Kyran se cruzó de brazos. Eoghan arqueó una ceja y deliberadamente miró
a Talin.
Talin suspiró mientras asentía con la cabeza. “Sé que puede ser por mi causa. No he visto
a Bran ni a ninguno de sus compinches. Un Dark, incluso uno utilizando glamour,
destacaría en la corte”
“¿Podría ser a causa de su familia?” preguntó Kyran.
Talin se encogió de un hombro. “Es lo que ella cree”
“Pero tú no”
“No”
Kyran gruñó ruidosamente. “Yo tampoco. No es una coincidencia que Neve sea un blanco
después de la mención de un Reaper en la Corte circulando”
“Todavía tenemos que echarle un vistazo a su familia. Quiero descartar todas las
posibilidades”
Eoghan pasó junto a ellos y empezó a mirar alrededor del apartamento. Talin no le detuvo.
Después de todo, nadie conocía mejor a Bran que Cael y Eoghan.
“Necesitamos sacarla de aquí” dijo Kyran. Talin se frotó el rostro con una mano. “Lo sé.
Estoy esperando a que Atris regrese con sus padres. Necesitaréis ocultaros cuando ellos
lleguen”
“Por supuesto. ¿Cuándo lo esperas?”
“Le he estado esperando. Me buscó primero para que le echara un ojo a Neve mientras iba
a buscar a sus padres. Atris dijo que no confiaba en nadie más”
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“Eoghan y yo nos quedaremos con Neve. Quizás deberías ir a buscar a Atris”
Talin miró al dormitorio. “Dejé a Neve sola una vez y he estado a punto de perderla. No la
dejaré otra vez”
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Capítulo 7
Una hora más tarde, Talin cambió de opinión. Eoghan, Kyran y él habían registrado todo el
apartamento. Había casos evidentes de que las cosas habían sido tiradas a los cajones en
lugar de colocadas ordenadamente como lo estaban las demás, pero no había indicios de
quién había envenenado a Neve.
“Ha pasado más de una hora” dijo Kyran.
Talin apretó los dientes. Sabía exactamente cuánto tiempo había pasado. Con cada minuto
que pasaba sin que Atris apareciera con sus padres, Talin sabía que algo había sucedido.
“Cuando salga, tienes que llevarte a Neve a cualquier sitio” dijo Talin a Kyran mientras se
volvía para encararle.
La mirada en rostro de Kyran le dijo que no se sentía emocionado con esa petición. Cuando
abrió la boca para responder, fue Eoghan quien caminó hacia ellos y le dio un asentimiento
a Talin.
“Gracias” le dijo Talin a Eoghan. Sabía por qué Kyran había flaqueado. Neve era un Fae, y
Kyran estaba preocupado porque Talin estuviera enamorado de ella. El problema era que
Talin había empezado a preguntarse a sí mismo si tenía tales sentimientos por Neve.
“¿Regresarás a la Corte solo?” preguntó Kyran. Talin sabía que ese era un riesgo que tenía
que tomar. “No tengo elección. Siempre he estado solo”
“No creo que eso sea lo inteligente esta vez”
Talin desplazó su mirada hacia Eoghan y le lanzó una pregunta interrogante. Eoghan miró
a Kyran y asintió.
“De acuerdo” dijo Talin. “Kyran vendrá conmigo. ¿Sacarás a Neve?”
Eoghan se encogió de hombros y entró en el dormitorio. Cogió a Neve en brazos antes de
regresar a la sala de estar. Eoghan miró intencionadamente a la copa de vino. Talin la colocó
a un lado del pecho de Neve, con el líquido aun permaneciendo dentro. Entonces Eoghan
se fue. No le gustaba a Talin desconocer a donde iba a llevar a Neve, pero confiaba en que
Eoghan la mantendría a salvo.
“¿Listo?” preguntó Kyran.
Miró a su amigo a los ojos “Vas a tener que utilizar glamour para ocultar tu pelo y en tus
ojos”
Con un chasquido de sus dedos, la plata del pelo de Kyran desapareció y sus ojos rojos
fueron reemplazados por otros plateados. Sonrió a Talin. “¿Satisfecho?”
“Sí. Vamos”
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Llegaron al exterior del Castillo con la nieve cayendo pesadamente. Talin miró a todos los
que estaban alrededor de ellos. Los Lights estaban agrupados en pequeños grupos y
hablando en silencio entre ellos.
“La Corte Dark es ruidosa” susurró Kyran inclinándose.
“Al igual que la Light normalmente”
Talin se abrió paso hacia las puertas y entró en el Castillo. Había un extraño e inusual
silencio sobre todo el Castillo que le hormigueaba en la piel como advertencia. “Talin”, dijo
Kyran. Él asintió con la cabeza mientras seguían avanzando. “Lo sé”
Caminaron con precaución por el pasillo principal. Había unos cuantos Fae. Los que veían
se estaban juntando y susurrando.
Ninguno de los Reaper dijo una palabra. Talin no podía sacudirse la sensación de que de
alguna manera esto involucraba a Neve o a su familia. Sus botas no hicieron ningún ruido
cuando entraron en la sala principal. De todas las veces que Talin había estado en la Corte,
nunca había oído el salón de baile en silencio. Era desconcertante.
Hizo un gesto a Kyran para que le siguiera mientras se movía hacia los márgenes. Talin no
confiaba en nadie en la corte, por lo que no iba a acercarse a nadie. Pero era fácil escuchar
cosas.
Justo como Talin esperaba, no le llevó mucho tiempo descubrir lo que estaba sucediendo.
Llegó a un grupo de mujeres que permanecían juntas aparte. “Los Reapers son reales” dijo
una. Kyran y él se detuvieron inmediatamente. Kyran retrocedió detrás de un pilar para no
ser visto mientras que Talin se apoyó contra la pared.
“¿Alguien sabe quién es?”
“No”
“¿Creéis que Usaeil regresará después de esto?”
“¿Dónde está ella?”
“¿Te refieres a con quién?”
“Reapers. No puedo creerlo”
“Los Everwoods has sido capturados tan violentamente. ¿Por qué los Reapers les querrían?”
“No puede ser por nada bueno”
“¿Tal vez deberíamos irnos de la corte?”
“¿Lo dices en serio? ¿Dónde más sabríamos de primera mano lo que está pasando como
esto?”
“No quiero estar en ninguna parte con los Reapers”
“Honey, si las leyendas fueran ciertas, los Reapers te encontraría dónde estuvieses”
“¿Alguien sabe si Neve ha sido capturada también?”
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“Seguramente lo haya sido”

“No la he visto en unos cuantos días”
“¿Y si los Reapers la han cogido primero?”
“¡Por todo lo que es mágico, eso debe ser lo que ha pasado!”
Talin no tenía necesidad de escuchar más. Dio media vuelta y salió del salón de baile. El
hermano y los padres de Neve habían sido capturados. Sabía que los Reapers no habían
sido parte de esto, pero alguien se aseguró de que el resto creyera otra cosa.
Bran.
“No sabemos dónde les capturaron” dijo Kyran mientras daba alcance a Talin.
“No importa”
“Sí importa. Y lo sabes”
Talin se detuvo y se enfrentó a Kyran. Bajó la voz y dijo “En alguna parte en este maldito
Castillo. ¿De qué otra forma lo sabrían todos?”
Él sabía que Kyran tenía razón, pero necesitaba regresar con Neve. No tenía idea de lo de
su familia, y no estaba seguro de cuanto más podría luchar contra los efectos del veneno.
Tan pronto como Talin estuvo fuera, pensó en Neve y se teletransportó. Imagina su asombro
cuando se encontró en mitad de un bosque con la nieve cayendo tan gruesa que sólo podía
ver unos pasos por delante de él.
“¿Dónde infiernos estamos?” preguntó Kyran junto a él.
Talin debería haber sabido que Kyran le seguiría. Se encogió de hombros y caminó a través
de la nieva apilada. Después de cien metros o así, se detuvo en seco cuando vio la cabaña.
Miró como si hubiera sido arrancada de los días de los celtas. Era grande y redonda, con
humo saliendo de la chimenea. “¿Qué es este lugar?” preguntó Kyran. Talin sintió la magia
a su alrededor -magia Reaper. “Creo que es de Eoghan. Debe ser donde pasa algunas veces”
“Que me condenen. ¿Escocia? ¿Por qué no Irlanda?”
Talin caminó hacia la puerta, con Kyran un paso por detrás de él. Cuando se llegó a la
puerta, pensaba que Eoghan les recibiría. Pero cuando la abrió descubrió por qué no lo
había hecho.
Eoghan estaba sentado sobre un tocón que utilizaba como un taburete cerca de la cama
donde Neve yacía. Había puesto sus manos sobre ella con los ojos cerrados. Había magia
saliendo de él, pero no estaba entrando en Neve. En lugar de eso, Eoghan estaba utilizando
su magia para poner el veneno dentro de él.
Después de unos minutos, Eoghan intentó ponerse en pie, pero cayó de rodillas y dio
arcadas cuando el veneno entró en su cuerpo. Talin corrió hacia él cogiendo a Eoghan de
los hombros. Kyran ayudó a Eoghan a volver al taburete. Eoghan estaba pálido, gruesas
gotas de sudor le salpicaban la frente y le corrían por el rostro.
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“¿Qué estás haciendo?” exigió Talin. Eoghan tenía problemas para sujetar la cabeza. Él
asintió con la cabeza hacia Neve y luego se señaló a sí mismo.
“Esto podría matarte” declaró Kyran.
Ante eso, Eoghan simplemente sonrió con sarcasmo. Sus ojos se cerraron un segundo antes
de caer hacia un lado. Talin y Kyran acudieron para cogerle, pero entonces apareció un par
de manos extra. Talin levantó la mirada para encontrar a Fintan.
El Dark le lanzó a Talin su mirada blanca. “Cael estará aquí en breve”
“Eso es bueno” dijo Kyran entre dientes. “Pesa un montón”
Talin utilizó su magia para invocar otra cama, y los tres trasladaron a Eoghan a ella. Solo
entonces Talin se volvió hacia Neve. Estaba pálida. “¿Cómo sabe Cael dónde estamos?”
preguntó Kyran a Fintan.
Fintan resopló mientras se cruzaba de brazos. “Cael es casi tan omnipresente como la
Muerte”
“Eoghan debe haberle dicho” dijo Talin.
Fintan le empujó en la espalda. “Tenía a Kyran dándole vueltas. Deberías haberte quedado
callado”
Kyran puso los ojos en blanco. “No puedo creerlo”
“Uh, huh. Lo que tú digas”
Talin se frotó la nuca. “¿Dónde está la copa de vino?”
“Cael” dijo Fintan.
Eso le dio un poco de paz. Si alguien podía descubrir lo que se había utilizado, ese era Cael.
No es que le sirviera de mucho a Neve en su actual estado.
Una sombra llenó la entrada. Se volvieron y encontraron a Cael, que entraba para quedar
cerca de Neve. Talin tenía una docena de preguntas, pero se mantuvo callado hasta que
Cael le miró.
“Eoghan ha estado sacando el veneno de ella desde que la trajo aquí” explicó Cael. “Estaba
cerca de morir, Talin”
Las rodillas de Talin casi ceden. “Él la ha salvado”
“Por ahora” Cael soltó un suspiro. “El veneno es comúnmente conocido entre los humanos
como cicuta. Es la magia añadida la que está causando el problema”
“Porque es magia Dark” dedujo Talin.
Cael asintió. “La Muerte está viendo si puede determinar el hechizo específico. Fue una
buena decisión conseguir el vino y la copa”
Talin no estaba seguro de que fuera suficiente. Miró a Eoghan. “¿Se pondrá bien?”
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“Sí. Su cuerpo sólo necesita descansar”
Al menos, eso. Talin se hundió en el tocón de árbol. “Los padres de Neve y el hermano han
sido raptados del Castillo”
“¿Raptados?” repitió Fintan, con la sorpresa destilando de su voz.
Kyran dijo “No quise que Talin fuera solo. Oí lo mismo que él dice. Todo el mundo en el
Castillo cree que fue un Reaper quien se llevó a los Everwoods”
“Cuanto más oigo, más creo que el envenenamiento de Neve tiene que ver contigo, Talin”
dijo Cael.
Talin entrelazó las manos y apoyó los antebrazos en sus rodillas. “Ya había llegado a esa
conclusión. Busqué en ese castillo. Miré a todos. Nunca encontré a Bran ni a nadie que
creyera que trabajara con él”
“Eso sólo significa que son buenos ocultándose” dijo Kyran.
Fintan asintió con la cabeza de grueso pelo blanco. “Lo más probable es que estuvieran
siguiéndote y así supieron exactamente cuándo te quitaste del camino”
“Debería haberlo sabido” Talin cerró los puños mientras la furia le envolvía.
Kyran dejó caer una mano sobre sus hombros. “No es culpa tuya”
“Tiene razón” dijo Cael. “Si se trata de Bran o de uno de sus hombres, sabrían exactamente
lo que estabas haciendo. Lo que cualquier Reaper haría”
“Entonces necesitamos empezar a pensar como Bran” dijo Fintan.
Cael juntó las cejas “No recomendaría tal cosa. Significaría que atravesaríais el mismo
oscuro camino que él. Y no seguiríais siendo Reapers”
“Entonces ¿cómo luchamos contra él?” exigió Talin.
Hubo una largo período de silencio antes de que Kyran dijera “En la Corte”
Talin volvió la cabeza para mirar a su amigo “¿Has perdido la cabeza? No queremos que
nadie sepa que somos Reaper”
“Nunca he dicho que lo fuéramos contando”
Fintan resopló y dejó caer las manos a los lados. “En realidad, me gusta el plan. ¿Esto
involucraría decirle a Neve quiénes somos?”
“No” dijo Talin al mismo tiempo que Cael.
Fue Cael quien habló entonces “Neve necesitará saber sobre su familia. Hará lo que
cualquiera de nosotros haría en su lugar”
Talin asintió mientras miraba a Neve. “Querrá regresar a donde estén retenidos”
“Es dónde estaremos esperando” dijo Cael “Velados”

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DONNA GRANT
Capítulo 8
Bran miró a los tres Light Fae retenidos frente a él con magia. Permanecían sentados -no
es que fueran a ir a alguna parte con el ejercito Dark rodeándoles. Primero miró al padre.
Carsir Everwood sostuvo la mirada de Bran, pero había miedo reflejado en las
profundidades plateadas. La madre aún no había dejado de llorar, ni le miraría.
El hijo, bueno, Atris era otro asunto totalmente diferente. Miraba fijamente a Bran con
abierta hostilidad.
“¿Quieres lastimarme?” preguntó Bran.
Atris le miró de arriba abajo con total desprecio.
Eso hizo que Bran sonriera. “He sentido esa conducta antes. Es lo que me convirtió en quién
soy ahora”
“¿Qué es lo que quieres de nosotros?” preguntó Carsir.
Bran le ignoró, prefiriendo centrarse en Atris. Había una posibilidad de hacer que Atris se
pusiera de su lado. ¿Y no sería eso la guinda en el pastel?
Permaneció frente a Atris con las manos entrelazadas a la espalda. Los ojos plateados
brillaban llenos de odio y resentimiento. Nada de eso molestaba a Bran. No después de
pasar lo que se sintió como una eternidad en el Inframundo.
“¿Lo has descubierto ya?” le preguntó a Atris.
Los labios de Atris hicieron un gesto de desprecio “Eres uno de los que han estado vigilando
a mi hermana”
“¿Qué?” exclamó la madre.
Bran se rió suavemente. “Así que tienes cerebro”
“¿Por qué envenenarla?” exigió Atris.
“Si te lo digo, se estropeará la sorpresa” La madre empezó a llorar más fuerte. Bran puso
los ojos en blanco y se inclinó hacia abajo para quedar al nivel del rostro de ella “Neve no
está muerta. Aún”
Bran se enderezó, observando como Carsir intentaba reconfortar a su mujer con suaves
palabras, animándola a que mantuviera la fe. Su atención volvió pronto a Atris.
“Saliste corriendo, como un buen muchacho, y encontraste a Talin. Justo como yo quería”
Atris frunció el ceño, con la incertidumbre tiñendo su rostro.
Esta era la parte que Bran amaba. Cuando alguien empezaba a sospechar que los Reapers
no eran quienes ellos decían que eran. Pronto, bran le diría a Atris quién era realmente
Talin. Lo más probable es que eso sería la marea que cambiase a Atris.
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DONNA GRANT
Bran inhaló aire y lo dejó salir lentamente. Era tan genial ser él. No tenían importancia sus
últimos tropiezos. Este plan sería todo lo que necesitaba para conseguir a Cael -y a la
Muerte.
Y nunca le verían venir.
Estaba tan cerca de conseguirlo que apenas podía contenerse. Ya no importaba que la
Muerte hubiera logrado encontrar a Seamus. Él ya no era de utilidad.
Bran no estaba preocupado a cerca de lo que Seamus pudiera contarle a la Muerte porque
se había asegurado de que Seamus no supiera nada que pudiera incriminarle. Caminó
alrededor de la familia hasta que se quedó detrás de Atris. Bran miró al otro lado de la
habitación al hombre que era su mano derecha, Searlas.
Searlas esperaba pacientemente las instrucciones de Bran, justo como todos los Dark Fae
que se habían unido a él hacían. La emoción del control total y absoluto era un colocón que
Bran sospechaba que sólo la Muerte realmente entendía.
“Yo solía estar aterrorizado de los Reapers” dijo Bran. “Las historias que mi familia me
contaba me daban un miedo terrible. Los relatos funcionaron. No me convertí en un Dark”
Atris resopló.
Bran se trasladó para ponerse frente al trío. “¿Piensas que miento?”
Atris señaló con el mentón hacia los Dark “¿Has mirado alrededor?”
“Son míos. Les regalé más poder y magia de la que puedas comprender. Están bajo mi
mando para hacer como les he enseñado”
Atris miró aburrido. “¿Por qué? ¿Alguien ha herido tus sentimientos?”
“Déjame contarte la historia real de los Reapers” Con un gesto de “ven aquí”, Bran llamó a
una silla hacia él. Ésta se deslizó a los largo del suelo de mármol hasta ponerse
directamente detrás de él. Se sentó, colocando las manos sobre sus rodillas. “Nosotros no
fuimos creados para mantener a los Fae lejos de convertirse en Dark”
“¿Somos?” preguntó Atris riéndose “Me estás diciendo que eres un Reaper”
La sonrisa de Bran fue lenta y ancha. “Oh sí. Fui uno de los primeros. Verás, la Muerta es
juez y jurado de todos los Fae. Pero los Reapers, son sus ejecutores”
“Estás mintiendo”
“¿Lo estoy?” Bran hizo un gesto con los labios. “La Muerte vigila a los Fae. Ella encuentra
a los que son guerreros de corazón. Esos Fae que mueren a causa de una traición son
seleccionados algunas veces para ser un Reaper. Somos siete en un momento dado. Bueno”,
lo dijo mientras pensaba en los actuales Reapers. “Otras veces hay más.
“Pero la Muerte tiene reglas. Nadie puede saber de nosotros. Si cualquier Fae descubre
quiénes somos, ellos están inmediatamente muertos”
Las fosas nasales de Atris se ensancharon “Entonces ¿por qué nos lo cuentas?”
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DONNA GRANT
Bran se encogió de hombros con indiferencia. “Me gusta hacer las cosas a mi manera”
“Porque ya no eres un Reaper”
El hecho de que Atris dedujera la verdad no hizo nada por disminuir el buen humor de
Bran. “A todos los efectos sigo siendo un Reaper”
“¿Qué hiciste para que te echaran?” preguntó Atris.
“Enamorarme y decirle a ella quién era yo” Bran pensó en su amor mientras una imagen
de ella invadía su mente. “La Muerte la mató”
Atris puso los ojos en blanco “¿Quieres que sienta pena por ti porque no pudiste seguir las
reglas?”
“No” Bran frotó sus manos en sus muslos unas cuantas veces. “Como Reapers, todo lo que
hacemos es matar. La mayoría de las veces ni siquiera sabemos por qué. La Muerte nos
envía a un nombre, y nosotros impartimos justicia”
“Entonces, ¿por qué todavía existen los Dark?”
“Eso es algo que deberías preguntarle tú mismo a la Muerte. Para la Muerte, los Dark serán
siempre malos. Es lo que son. La Muerte les juzga en esos términos. Los Light se sopesan
con una escala diferente”
Atris negó con la cabeza. “Eso no es muy justo”
“La vida no es justa. Es por lo que decidí seguir mis propias reglas”
“¿Y matar a quién tu quieras?”
Bran se inclinó hacia delante “Tú no tienes que morir”
Atris miró a sus padres antes de trasladar al mirada de regreso a Bran. “Intentaste matar
a mi hermana. Las has aterrorizado durante semanas. Nos retienes como rehenes. ¿Por qué
habría de hacerte caso?”
“Entonces no lo hagas. La elección es tuya. En cuanto a tu hermana, ella era un medio para
un fin”
“Talin” dedujo Atris.
Bran sonrió mientras miraba a todos y cada uno de los Everwoods. “¿Cómo os hace sentir
saber que vuestra hija está llevando a un Reaper a su cama? Talin es uno de los actuales
siete. Mi deducción es que él está en la Corte para espiar para la Muerte”
“Talin es un buen hombre” dijo Atris.
Bran arrugó la nariz. “Eso depende de con quién hables. Estoy bastante seguro de que los
que ha matado en nombre de la Muerte no estarían de acuerdo”
“¿Por qué le odias?”
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Cuanto más conversaba Atris con él, más se daba cuenta Bran de que tenía más agallas
que cualquiera de sus padres. Lástima que Atris se opusiera tanto a unirse a él. Sería una
adición brillante.
“Talin es parte de un enorme problema” explicó Bran. “Talin se ha interpuesto en mi camino

para llegar hasta los culpables”
“¿Por qué rompiste las reglas?”
“Porque seguí mi corazón”
Atris soltó una carcajada. “No puedes admitir directamente que te has equivocado ¿verdad?
A tus ojos, todos los demás son los que tienen la culpa. No tú mismo. ¿Has pensado alguna
vez que tú eres la razón por la que la Fae a la que amabas esté muerta?”
En un santiamén, Bran se levantó de la silla y tenía el cuello de Atris entre sus manos. Él
apretó, inclinando la silla sobre sus dos patas traseras mientras miraba. “Eres un bastardo
insolente”
Atris simplemente sonrió triunfal. Bran le soltó dejando que la silla cayera para estar de
nuevo sobre sus cuatro patas. Se volvió y se alejó, respirando hondo para controlar su ira.
“¿Le mato ahora?” le preguntó Searlas cuando Bran se aproximó. Bran negó levemente con
la cabeza. “No. Le necesito por los padres y Neve. Cuando llegue el tiempo de matarlos,
serán todo tuyos, amigo mío”
Searlas sonrió en respuesta.
Bran regresó al grupo de los tres. “Sé lo nervioso que está todo el mundo en la Corte para
oír que hay un Reaper entre ellos. ¿Ninguno de vosotros pensó en Talin?” Cuando la familia
no respondió, Bran se encogió de hombros. “No sé por qué no. Talin es nuevo en la Corte.
Nunca habla de su familia o cuenta algo sobre él, y ¿nadie ha pensado que eso es raro?”
Suspiró ruidosamente “Si hubieras sido más observador que los demás, en lugar de
promover tu propia posición, podrías haber visto a Talin tal como es. ¿Te preguntas por qué
eligió a Neve?”
“Él cuida de ella” dijo Atris cuando su madre empezó a llorar más fuerte.
Bran puso los ojos en blanco, chasqueando la lengua. “No es posible que creas eso. Talin
quería algo de Neve. De otra forma, habría elegido a otra mujer”
“Puedes decir lo que quieras pero les he visto juntos”
“Nosotros los Reapers somos geniales cuando pretendemos encajar en cualquier lugar.
Tenemos diez veces más poder y magia que cualquiera de vosotros. Podemos permanecer
velados durante horas. Talin era un espía”
“Eso no significa que no tenga sentimientos por Neve” argumentó Atris.
Bran arrugó el rostro. “Lo admito, Neve se ha enamorado de él. Es más que evidente. Pero
¿te ha contado por qué ella no le ha visto durante unos cuantos días?”
Atris permaneció en silencio, su rostro sin emociones.
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DONNA GRANT
“Así que no lo ha hecho” dijo Bran con una sonrisa. “Apostaría a que es porque ella quería
más y Talin se negó. Porque al darle más, tendría que decirle quién es. Y ambos sabemos
cómo acabaría eso. Tu hermana estaba siendo utilizada. Como lo era tu familia”
Atris de repente sonrió “Eres bastante bueno. Tengo que admitirlo. Casi me haces creer en
tus mentiras”
“¿Mentiras?” Bran levantó las cejas sorprendido “¿Por qué piensas que son mentiras?”
“Porque deseas a Talin. Para conseguirle, nos has secuestrado y lastimado a mi hermana.
Si él no siente nada por mi hermana o mi familia como tu sugieres, nunca nos hubieras
capturado”
Fue la sonrisa victoriosa de Atris lo que hizo que Bran echara humo. Condenado hombre
por ser tan inteligente. Normalmente, Bran podía abrirse camino hacia cualquier cosa que
quisiera -o salir de ella-. ¿Qué hacía a Atris tan diferente?
“Tú nos has capturado porque sabías que Talin se sentiría obligado a buscarnos” dijo Atris.
Bran asintió mostrando su acuerdo. “Eso es cierto”
“¿Y tú planeas matarle? ¿Son los Reapers tan fáciles de matar?”
“Lo que yo haga con Talin es cosa mía. En cuanto a lo fácil que somos para matar, un Fae
normal nunca tendría éxito. Tu magia sería como la picadura de un mosquito. Incluso si
lograras utilizar una espada de Erwar, nunca estarías lo suficientemente cerca”
“Tiene que haber otra forma de mataros”
“Sigue pensando en ello” dijo Bran con una sonrisa.
Atris levantó el mentón “Lo haré. Porque seré yo quien acaba contigo”
A Bran le gustaba su coraje e inteligencia. Era una pena que no hubiera podido hacerle
cambiar de lado. Pero tenía un montón de hombres en su ejército, con más sumándose
cada día.
“Sinceramente, me gustaría verte intentándolo”
Atris bajo la mirada a la silla “Suéltame”
“Oh, eso no sería una lucha justa” dijo con una carcajada. “Además, no puedo esperar a lo
que Talin tenga que decirte. Tan pronto como tu hermana finalmente sucumba a los efectos
del veneno -con mi magia añadido, por supuesto- Talin estará en pie de guerra. Vendrá a
buscarme sin importar lo que le digan los otros Reapers”
“Y tú le estarás esperando”
“Bien” dijo Bran mientras pensaba en su plan. “En cierta forma”
Atris le miró con sorna “Así que ni siquiera tienes las pelotas de enfrentarte a él tu sólo”
“Es un buen jugador, Atris, pero Talin no es a quien realmente busco. Talin será una muerte
divertida que indignará a Cael. Justo como es mi intención”
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Capítulo 9
Talin se paseaba arriba y abajo frente a la cama de Neve. Sólo había pasado una hora desde
que habían llegado a la mansión Everwood. Los criados sencillamente pensaban que Neve
estaba durmiendo. Hasta ahora, ninguno de ellos sabía que el resto de los Everwoods
estaban desaparecidos.
El plan de Cael era simple. Casi demasiado simple. Además, dependía de Talin el papel de
ella lo cual omitía mucho más a Neve. Eso no era lo que le tenía a Talin hecho un nudo.
Era el hecho de que Cael quería enviarla de vuelta a la Corte.
Fue gracias a Eoghan, quien consiguió drenar toda la magia infusionada con el veneno del
cuerpo de Neve por lo que ellos incluso contemplaron el plan. Pero Talin había sido parte
de un plan como ese antes.
Recordaba demasiado bien cómo Jordyn había sido afectada por la magia Dark. Como una
medio Fae, ninguno de ellos sabía el poder que ella pudiera tener. Fue por pura fortuna que
la parte Fae de ella permitió que su cuerpo sanara lentamente. Sin embargo, ninguno de
ellos se había dado cuenta de eso, así que Baylon se había sentado a su lado, esperando
que ella se fuera.
La tortura que había atravesado Baylon fue extrema. No importaba que Neve fuera Fae. De
hecho, eso hacía las cosas peores. Porque Bran no se detendría ante nada hasta matarla -
conjuntamente con Talin y los otros Reapers.
Talin se pasó una mano por el rostro mientras hacía un alto. Tenían que detener a Bran.
Eso no era objeto de debate. Talin deseaba que hubiera otra forma de conseguirle en lugar
de utilizar a Neve, pero no importó cuánto se estrujara el cerebro, no pudo llegar a nada.
Talin no estaba seguro sobre la Muerte. Erith podía encontrar a alguien en cualquier
momento, así que por qué no había hecho algo sobre Bran. A menos que él pudiera
escudarse de ella también.
Eso daba un nuevo giro a las cosas. Esa podría ser la razón por la cual Cael era tan inflexible
con su último plan. Talin ya había muerto una vez, y aunque no quería volver a hacerlo, no
le tenía miedo.
Pero que la vida de la Muerte se extinga ... ahora bien, eso era algo realmente de temer.
Talin sabía que Neve tenía más de una ventaja que una medio Fae. Neve era una poderosa
Light. Era fuerte y confiada. Era decidida y muy versada en los laberintos de la falsedad.
Neve no retrocedería ante Bran. Enfocaría todo en traer de vuelta a su familia. Talin sólo
podía esperar que hubiera una forma de que eso sucediera. Conociendo a Bran, ellos
probablemente ya estarían muertos.
En cualquier momento, Cael regresaría de visitar a Daire y de informarle. Eoghan ya estaba

velado en la Corte Light para ver lo que podía averiguar. Fintan y Kyran incluso ahora
andaban de paseo por la Corte de Taraeth. Con el enlace de Bran con los Dark, tenía sentido
que la información también pasara por allí. Y si lo hacía, Fintan y Kyran la encontrarían.
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SERIE THE REAPERS 3
DONNA GRANT
Baylon permanecía en Inchmickery con su mujer Jordyn y River para guardar su santuario.
Bran ya había descubierto muchos de sus escondites. Este tenía que ser defendido en todo
momento.
Cael no quería a Talin en la Corte de ninguna manera. Su miedo -absolutamente

justificable- era que Talin viera a Bran y atacara. Pero Talin no iba a permitir a Never entrar
ese nido de víboras y no guardar su espalda.
Cinco de los siete Reapers estarían en la Corte. Si Bran o cualquiera de sus hombres
aparecían, los Reapers estarían preparados.
Talin miró por encima del hombro y vio a Cael que permanecía en la entrada. ¿Cuánto
tiempo llevaba allí? Talin dio media vuelta y salió del dormitorio de Neve. Cael se echó a un
lado para permitirle pasar antes de seguirle por el pasillo.
“Todo está dispuesto” dijo Cael “Sólo estamos esperando a que Neve despierte”
“Y a que yo le cuente las noticias”
Cael le estudió en silencio por un momento. “Ella te conoce Talin. Tienes que ser tú. Si no
lo haría yo”
Él lo sabía, pero eso no significaba que tuviera que gustarle. Talin miró a un lado “La gente
de Bran lo más probable es que ya esté en la Corte y velados como lo está Eoghan”
“Eoghan no está solo”
La mirada de Talin se traslado de nuevo a Cael “¿Eso significa que Kyran y Fintan no han
averiguado nada?”
“Rumores sobre los Reapers, al igual que tu informaste de la Corte Light. Nada más que
eso. Taraeth está intentando aplastar esos rumores, pero Fintan ha visto algo interesante”
“¿El qué?”
“Balladyn no está ayudando a Taraeth”
Balladyn fue una vez una altamente admirado Light Fae y un amigo cercano de Rhi. Se
había convertido y ahora era la mano derecha como su teniente del rey Dark.
Todo el mundo sabía que Balladyn al final tomaría el control del trono Dark. Si no estaba
deteniendo los rumores de los Reapers, era porque sabía que eran reales, o porque no le
importaba. Cualquiera de las opciones podría ser catastrófica.
“Necesitamos vigilarles” dijo Talin.
Cael asintió con la cabeza “Estoy de acuerdo. Pero eso será más adelante. Justo ahora, está
esto de Bran, Neve y su familia”
“Sí. Los megalomaníacos hambrientos de poder de uno en uno”
Cael sonrió mientras se daba la vuelta para irse. “Permaneceré aquí hasta que Neve se vaya
a la Corte”
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DONNA GRANT
Talin observó a Cael dar dos pasos para alejarse antes de decir: “Lo que quieres decir es
que vas a permanecer aquí para asegurarte de que yo no la siga”
“No es cierto” Cael detuvo sus paso. Lentamente se volvió para enfrentarse a Talin. “Incluso
aunque te he dicho por qué no deberías estar allí, sé que irás. Porque te necesitamos. Y
porque la necesitas a ella”
Con eso, Cael de desvaneció. Talin respiró hondo. Una vez tras otra, Cael había demostrado
por qué era el líder de los Reapers. No sólo veía lo que los demás echaban de menos, conocía
sus corazones y mentes también. Y tenía madera para utilizar esa información en su
beneficio.
Y saber cuándo era inútil luchar contra algo.
Talin olvidó todo lo de Cael cuando escuchó movimiento en el dormitorio de Neve.

Neve arqueó la espalda para estirarse. Se sentía aletargada, como si la magia hubiera sido
utilizada para hacerla dormir. Cuando miró alrededor de la habitación, lentamente se dio
cuenta de que estaba en la casa de sus padres, no en su apartamento.
Y luego todo se le vino a la mente.
Neve se sentó, girando la cabeza hacia la puerta cuando Talin entró. Había una sonrisa en
su rostro, pero el dolor en sus ojos la alertó ante el hecho de algo andaba mal. “¿Dónde está
Atris?” preguntó ella.
Talin se puso a los pies de la cama. “¿Cómo te sientes?”
“Cansada. Aparte de eso, me siento bien. ¿Dónde está Atris?”
“Eso es bueno” dijo él con una inclinación de cabeza.
El corazón de Neve empezó a latir mientras se daba cuenta que él no estaba diciéndole
dónde estaba su hermano. Entonces ella preguntó algo más. “Estuve luchando para sacar
el veneno, pero no pude. ¿Quién lo eliminó?”
“Un amigo”
“¿Mío?” preguntó ella con las cejas levantadas.
Talin negó con la cabeza “Un amigo mío”
“Me gustaría agradecérselo”
“Se ha ido”
Con cada segundo que iba pasando, Neve se iba sintiendo más y más preocupada. Y
aterrada. Intentó permanecer en calma, diciéndose a sí misma que sólo estaba nerviosa
porque alguien había intentado matarla.
Pero eso no ayudaba. Había observado a Talin lo suficiente como para saber que había algo
que necesitaba decir. Lo que fuera, le molestaba tanto que estaba posponiendo lo inevitable.
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DONNA GRANT
Neve tiró de las sábanas y se levantó de la cama. Ella caminó hacia Talin y miró
profundamente sus pálidos ojos plateados. “Dime lo que desesperadamente no quieres
decir”
Él miró brevemente hacia otro lado. “Atris fue capturado”
“¿Capturado?” repitió ella, quedando en shock, y congelándosele la sangre. “¿Por quién?
¿Mis padres me están buscando?”
Talin hizo una mueca muy visible. “Tus padres están con él”
Neve dio un paso atrás mientras luchaba por respirar. “¿También ellos han sido
capturados?”
Él sencillamente asintió con la cabeza.
Tenía que ser el shock lo que la mantuvo en pie y en silencio. Porque en su mente, estaba
gritando.
“¿Quién?” exigió cuando fue capaz de hablar más allá del abismo de dolor y pánico en su
garganta. “¿Quién les ha secuestrado?”
“Los de la Corte dicen que los Reapers”
Había algo en la forma en que lo dijo, como si le hubiera costado la vida a Talin hacer salir
las palabras. Neve entrecerró la mirada sobre él. “¿No lo crees?”
“No estaba allí. Estaba contigo”
No tenía forma de saber puesto que había estado con la cabeza perdida a causa del veneno.
Luego se le ocurrió algo. ¿Cómo había conseguido Talin entrar en su apartamento? Tanto
Atris como ella habían puesto hechizos para que nadie pudiera entrar en su hogar sin uno
de ellos presente.
Pero Atris no había llegado con Talin al apartamento. Talin le había dicho que Atris había
ido a buscar a sus padres. Entonces ¿cómo Talin había entrado?
Talin no le pudo sostener la mirada. Se volvió hacia la ventana y miró por ella a través de
la lluvia -el empapado paisaje del oeste de Irlanda. “Lo siento, Neve. Hice por ti todo lo que
pude hasta que llegó Eoghan. Luego fui a buscar a tu familia”
“Mírame” exigió ella.
Talin giró la cabeza y se encontró con su mirada. Ella miró en la profundidad de sus ojos.
Neve había visto la forma en que Talin podía escurrirse sobre la verdad o no hablar de ella
en absoluto para mantener sus secretos.
Lo que vio en su mirada no era nada salvo sinceridad. Eso la sorprendió tanto como las
noticias de su familia. Cada ver que Talin y ella habían estado juntos, él siempre había
mantenido un muro entre ellos, como si tuviera miedo de acercarse demasiado.
Hubo dos nombres que había dejado deslizar ahora -ya fuera a propósito o no. Kyran y
Eoghan. Hombres de su vida que ella no había oído antes.
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DONNA GRANT
Neve decidió preguntar a Talin para si lo que sospechaba era cierto. “¿Ibas sólo cuando
fuiste a la Corte a por mi familia?”
“No. Kyran iba conmigo”
La verdad yacía desnuda frente a ella. Neve dejó caer la barbilla sobre su pecho y cubrió su
rostro con las manos. “¿Por qué le está sucediendo esto a mi familia?”
“Por mi causa”
Ella levantó la cabeza. Repasó todo lo que sabía de Talin. Por un momento, había empezado
a deducir que Talin estaba espiando en la Corte Light. Lo que ella no había descubierto era
por qué o para quién.
Neve cuadró los hombros “¿Podré tener a mi familia de vuelta?”
“No lo sé”
Al menos, tenía la verdad, pero eso no iba a detenerla. “Tanto si estás involucrado en esto
como si no, ellos son mi familia. Quiero ver dónde fueron capturados”
“Sucedió en la Corte”
“Y quiero saber todo lo que sepas sobre los Reapers”
Él vaciló antes de respirar hondo. “Sé lo que tú”
Ahí estaba, esa fácil forma en que él manipulaba las palabras o las frases para mentir. Neve
deseó golpearle en el pecho y conseguir que él admitiera todo lo que sabía, pero no lo hizo.
Necesitaba guardar sus energías para quien fuera que estaba reteniendo a su familia. No
importaba por qué habían sido secuestrado. Todo lo que importaba era tenerlos de vuelta.
Neve solía hacer las cosas por sí misma así que no le pidió consejo a Talin cuando se dirigió
al guardarropa y tiró para abrir las puertas. Si ella fuera a la corte, iba a tener que vestir
adecuadamente. Todos lo esperarían. Los Light, la Reina ... los Reapers. E incluso los
propios secuestradores de su familia.
Ella ondeó las manos bajando por su cuerpo, utilizando magia para cambiarse de ropa,
añadir joyería y arreglarse el pelo. Sólo después se enfrentó a Talin.
“Gracias por salvarme”
Él le sostuvo la mirada, la decepción tensando su rostro. “No creas todo lo que veas y
escuches. Confía en tu corazón” Talin acortó la distancia entre ellos y acunó su rostro
mientras la besaba lenta y sensualmente. Cuando dio un paso atrás, susurró “Ten cuidado”
Neve no preguntó cómo él había sabido que planeaba ir a la Corte sola. En lugar de
responder, ella se teletransportó al Castillo.
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Capítulo 10
Talin se veló a sí mismo y siguió a Neve hacia la Corte Light. Se veía espectacular con su
vestido blanco con un pronunciado escote en V. El vestido era de estilo griego y se amoldaba
a su cuerpo, mostrando sus gloriosas curvas.
Delgadas tiras doradas sujetaban el vestido sobre sus hombros. El único otro adorno era el
ancho cinturón dorado de diminutas cuentas que rodeaba su cintura. Su melena de pelo
negro no tenía adornos y caía directamente sobre su espalda. Con la cabeza alta y la espalda
rígida, Neve Everwood cruzó las puertas del Castillo.
A pesar de la amenaza de los Reapers, la mayoría de Light no había abandonado el Castillo.
Cuando la vieron, sus conversaciones cesaron mientras miraban con los ojos abiertos de
par en par la llegada de Neve.
Sonrió mientras la observaba. Talin no sabía de otra mujer que hubiera enfrentado esto
sola. Solo su Neve.
Suya.
Eso hizo que se cortara en seco. Hasta que se dio cuenta de que él había pensado en ella
como suya desde el momento en que se vieron por primera vez. Ella sabía que él guardaba
secretos, y aunque quería conocerlos, no le presionó.
Fue esa misma fortaleza interior, esa misma resolución lo que la hacía caminar sola a través
del Castillo. Mientras Talin la seguía por detrás, escuchó a algunos Light susurrar que ella
no tenía miedo. Eso no era cierto. Talin podía ver la aprehensión en la forme en que sujetaba
la cabeza y en cómo su paso no era tan desenfadado como siempre.
Otro Light se preguntaba por qué los Reapers no la habían capturado a ella. Uno de esos
Fae hizo esa pregunta lo suficientemente alto como para que Neve escuchara. Talin pensó
que Neve podría contestar, pero ella simplemente miró a la mujer en cuestión mientras
pasaba junto a ella.
Con las faldas blancas de su vestido ondeando a su alrededor, Neve continuó explorando
corredor tras corredor. Ella no se detuvo a hablar, ni siquiera si alguien la llamaba por su
nombre. Tenía un único propósito: localizar el lugar donde su familia había sido
secuestrada.
No es que sirviera para nada, pero Talin entendía su necesidad de algún tipo de conexión
con sus seres queridos. Se preguntaba si siquiera podrían llegar a conocer dónde estaba
ese lugar. Luego doblaron por otro pasillo. Era largo, más estrecho que la mayoría, con una
sección de quince metros sin otra cosa más que ventanas con vistas al mar. Escuchó su
nombre susurrado en su cabeza. Era una advertencia de Kyran de que estaban cerca.
Los pasos de Neve titubearon, luego los ralentizó antes de detenerse por completo. Talin
caminó alrededor de ella y sintió la ira chisporroteando a lo largo de su piel.
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SERIE THE REAPERS 3
DONNA GRANT
En la pared opuesta a la ventana, escrito con sangre, esta la marca de los Reaper. Un
triskelion en un círculo dentro de un triángulo apuntando hacia abajo. Si había alguna
duda de que Bran era responsable del secuestro de Everwoods, ya no había más.
Neve miró fijamente el símbolo durante mucho tiempo, como si lo estuviera memorizando.
Luego dio toda una vuelta mirando alrededor de ella. Talin se acercó lo suficiente como para
tocarla. Podía sentir su dolor, la ira que estaba cerca de consumirla. No había palabras que
él pudiera darle para reconfortarla porque hacer eso significaría su muerte.
Pero cuánto deseaba atraerla a sus brazos, abrazarla mientras le hacía la promesa de matar
a Bran y recobrar a sus padres. A su hermano. Puede que no pudiera decir las palabras en
voz alta, pero estaban siendo gritadas. En su corazón.
Neve inhaló profunda y lentamente dejó salir el aliento. Luego caminó hacia la marca de los
Reaper y puso la mano cerca de ella. “¿Quién eres?” preguntó ella de Bran. “¿Qué quieres
de mi familia?”
Una risita detrás de ellos hizo que Neve se diera la vuelta. Tallin vio como el velo caía y
aparecía un Dark, apoyado en una de las ventanas con los brazos cruzados. Neve jadeó y
dio un paso atrás. “No se le permite la entrada a ningún Dark aquí”
“Tu Reina no está para detenerme” fue su petulante respuesta.
Talin odiaba admitirlo, pero el Dark tenía razón. Usaeil estableció las reglas, y sin ella en
su residencia, no había nadie para defenderlas además de la Guardia de la Reina. Pero ellos
tampoco estaban allí.
Reconoció al Dark de sus luchas contra Bran. El Dark siempre estaba cerca del antiguo
Reaper. Capturarle sería de gran ayuda.
“Entonces seré yo quien te detenga” replicó Neve.
El Dark arqueó una ceja “¿De verdad pienses que puedes? ¿Sola?”
“Sí”
Talin quería aplaudir por su coraje, incluso aunque la estuviera poniendo en peligro. Neve
dio un paso hacia él. “Quiero el nombre del Dark que secuestro a mi familia”
“Searlas es mi nombre” afirmó él.
“¿Por qué quieres a mi familia?”
Él se encogió de hombros y cruzó un tobillo sobre el otro. Su corto pelo negro estaba
moteado generosamente de plata a la vez que sus ojos rojos la miraban con interés. “No soy
yo a quién deberías hacer esa pregunta”
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DONNA GRANT
“No eres quien está al mando”
Neve miró brevemente hacia arriba y suspiró ruidosamente. “¿Por qué debería molestarme
contigo entonces?”
“Porque seré yo quien te dé la información sobre tu familia”
“¿A qué estás esperando?”
“Dí por favor”
Talin apretó los puños en un esfuerzo por mantenerse calmado. Tenían que saber dónde
estaba Bran. Por mucho que quisiera ir tras Searlas ahora, no sería lo más inteligente.
Tenía que permanecer ahí y escuchar al Dark burlarse de su mujer. Era una de las cosas
más duras que Talin había hecho nunca. La urgencia, la necesidad de protegerla luchaba
contra las órdenes de Cael.
Pasaron varios segundos antes de que Neve mirase a Searlas a los ojos y dijera “Por favor”
“Así está mejor” El Dark se echó a reír y dejó caer los brazos mientras se separaba de la
ventana. “Los tres están vivos por ahora”
“¿Qué pasa después? Necesito saber qué hacer para conseguir que soltéis a mi familia”
Searlas sonrió lentamente “¿Por qué estás aquí sola?”
“Porque se trata de mi familia”
“¿No tienes a nadie caminando por ahí velado?”
Neve frunció el ceño mientras se encogía de hombros. “No. Lo sabrías de todos modos ya
que ningún Fae puede permanecer velado por mucho tiempo”
Searlas sólo soltó una risita en respuesta. Eso sólo enfureció a Neve. “Estoy aquí porque
esta es mi batalla. No necesito que nadie me ayude. Os llevasteis a mi familia y la quiero de
vuelta. ¿Qué queréis a cambio?”
“Llegaremos a eso al final”
“¿Qué se supone que significa eso?” espetó ella.
Searlas miró detrás de Neve, justo hacia dónde estaba Talin. No había forma de que el Dark
supiera dónde estaba, pero a Talin no le gustó de todas formas.
“A lo mejor deberías regresar con alguien para que te ayude a…negociar” dijo Searlas.
Neve dio otro paso hacia él. “No”
“Eso no era una petición” dijo Searlas antes de desvanecerse.
Neve giró y golpeó con la mano la pared. Puso la frente sobre la piedra y cerró los ojos. Talin
miró detrás de él. Talin miró detrás de él. Puesto que los Reapers podían permanecer velados
indefinidamente -y utilizaban esa habilidad a menudo- la Muerte se aseguró de pudieran
verse los unos a los otros incluso cuando éstos estaban velados.
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Cael y Eoghan estaban directamente detrás de él. Bajando en dirección contraria estaban
Fintan y Kyran. Cael le hizo un gesto a Talin para que le siguiera mientras el resto de
Reapers se colocaban en un perímetro alrededor de Neve.
Talin siguió a Cael dentro de una habitación donde sin demora cerró la puerta y se aseguró
de que nadie pudiera entrar o escucharles. Mientras Cael hacía eso, Talin se aseguró de
que no hubiera visitantes no deseados en la habitación.
Cael dejó caer el velo y esperó a que Talin hiciera lo mismo. Sólo cuando lo hizo dijo: “Van
a pedirte a ti”
“Lo sé” Talin se frotó el mentón con una mano. “Bran va a forzar el asunto de forma que yo
tenga que decirle a Neve quién soy - o que ella lo adivine”
“Ambas formas significan su muerte”
Talin no quería pensar en eso ahora. “¿Hay alguna otra forma?”
“Tenemos que hacer que esto acabe”
“Dudo que tengamos alguna posibilidad de llegar a Bran. Estará lejos. Podríamos capturar
a Searlas”
La sonrisa de Cael fue amplia. “Estoy pensando en lo mismo”
“Bran toma algo cercano a uno de nosotros. Tomaremos algo cercano a él”
“Eso no conseguirá que los Everwoods sean soltados”
Talin quería golpear algo. “Lo sé” Fue el hecho de que Cael estuviera estudiándole lo que
hizo que Talin frunciera el ceño. “¿Qué?”
“¿Cómo lo has hecho? No lo he descubierto”
Talin se encogió de hombros, inseguro de lo que Cael quería decir. “¿Hacer qué?”
“Somos asesinos, Talin. Matamos. Es nuestro trabajo, es todo lo que hacemos”
“No todo. Hemos estado luchando contra Bran en los últimos tiempos”
Cael hizo un gesto con la mano en el aire. “Todos aquellos que mataron a Baylon estuvieron
cerca de destruir su alma, pero luego encontró a Jordyn. Kyran ama el peligro de lo que
hacemos. Es por lo que era un Dark, y, aunque nunca lo admitirá ante nadie, sé que matar
algunas veces le fastidiaba.
Talin retiró la mirada porque ahora sabía a donde Cael quería ir a parar.
“Eoghan siente todo profundamente. Para poder lidiar con los asesinatos, se va solo. Daire
siente que debe compensar su pasado, por lo que cada muerte contra los que cometen
maldades o hacen el mal le equilibra. Fintan” dijo Cael y luego hizo una pausa “Fintan
entierra su emociones tan profundamente que se olvida de que existen. No siente nada”
“¿Y tú?” preguntó Talin.
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Cael ignoró la pregunta. “Te he visto intentar poner a un lado tus sentimientos. No lo hagas.
No me gustaría que siguieras el camino de Fintan”
Talin pensó en todos aquellos que él había abatido en nombre del juicio de la Muerte. Veía
sus rostros constantemente, pero no le perseguían como lo hacían con los otros.
“Sabía lo que la Muerte me pedía. Entendí que estaría matando durante toda la eternidad”
Talin miró a Cael. “Confío en el juicio de la Muerte. Si ella dice que alguien tiene que morir,
entonces mi espada está lista”
Cael suspiró mientras asentía con la cabeza. “Esa misma serenidad que exhibes
diariamente es por lo que la Muerte te envió aquí. Eso es lo que vas a necesitar para ayudar
a Neve a superar esto. Porque ambos sabemos que Bran va a matar a su familia. Está en
tu naturaleza el proteger, pero debes hacerlo velado esta vez”
“Me estás pidiendo lo imposible”
“No, el querer que la Muerte no matara a Baylon y Jordyn porque se enamoraron parecía
estar pidiendo un imposible. Mira cómo terminó eso. Bran ha ido por delante de nosotros
por última vez. La Muerte está esperando que traigamos a Searlas”
Eso hizo que Talin sonriera “Me gustaría ser quién lo capturase”
“Por supuesto. Regresemos” Se volvía hacia la puerta cuando Talin dijo: “La amo, Cael”
Cael se detuvo y le miró por encima de su hombro. “Lo he sabido desde hace un tiempo”
“¿Cómo? Yo sólo lo imaginaba”
“No importa cómo. ¿Se lo has dicho a ella?”
Talin negó con la cabeza. “No sabía si debería”
“La dejarás cuando esto acabe. Quizás sea lo inteligente no decir nada”
“Probablemente” Pero eso no es lo que Talin quería. La repentina y devastadora necesidad
de contarle a Neve de sus sentimientos le consumió.
La Muerte había cambiado las reglas al permitir a los Reapers encontrar el amor, ¿pero eso
sólo sería cuando se trataba de medio Faes? Seguramente si la Muerte intentaba excluir a
los Fae, ella habría dicho algo. Talin vio a Cael mirarle fijamente con el ceño fruncido.
Talin se veló y salió de la habitación regresando a su puesto detrás de Neve.
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Capítulo 11
Neve estaba aterrorizada. Era la primera vez en su vida que experimentaba tal emoción. Y
la odiaba. Estaba dispuesta a lidiar con los Reapers -sólo porque no sabía nada específico
sobre ellos. ¿Pero un Dark? ¿Un Dark, que se había aparecido descaradamente en los
pasillos de la Reina de los Light? Había mucho que Neve sabía cómo manejar, pero esto,
estaba fuera de su órbita. Deseó que Talin estuviera con ella. Siempre parecía saber qué
hacer en cualquier situación.
Él manejaba la Corte como si fuera un juego de niños. Neve no pensaba que nadie pudiera
superar a su padre en ese camino, pero Talin lo hacia siquiera sin intentarlo.
Permanecía de espaldas a la ventana, mirando el enorme símbolo sobre la pared. Eso
significaba algo. Aunque ella nunca lo había visto antes, había una conexión, y supuso que
de alguna manera conducía de vuelta a los Reapers.
Todo conducía hacia ellos.
Neve se volvió y caminó para alejarse. Necesitaba saber sobre los Reapers, y si Talin no le
contaba nada, entonces iría a la siguiente mejor fuente -la Biblioteca de la Reina.
Después de haber estado observando durante mucho tiempo, Neve conocía la sensación
bien. Alguien más la estaba siguiendo. Estaba cansada de ser espiada. El pensamiento de
estar siendo espiada hizo que se parara en seco, junto cuando alcanzó las puertas de la
Biblioteca. Desde el momento en que vio por primera vez a Talin, había pensado que él era
un espía. Aunque nunca había preguntado porque realmente no había querido saber.
Ahora, quería saberlo todo.
Neve abrió la puerta y entró en la Biblioteca.
Una sala de tres plantas se extendía infinitamente frente a ella. En el centro de todo, muy
por encima de ellas, había una cúpula de ventanas que permitía la entrada de luz. Había
cómodas sillas, sofás e incluso mesas a las que se podía acceder.
Aunque le hubiera gustado hacer su búsqueda en privado, no sería posible puesto estaba
siendo vigilada. Los millones de libros que tenía delante la hicieron detenerse, pero solo por
un segundo.
“Reapers. Origen y hechos” dijo en voz alta. Alrededor de la biblioteca, pequeñas luces
flotantes aparecieron junto a los libros que mencionaban a los Reapers. Neve caminó hacia
el libro más cercano y lo abrió. Puesto que estaba siendo observada, Neve no iba a poder
escribir las cosas que encontrara. Tendría que memorizarlo todo.
Fue a todos y cada uno de los libros mirando sobre los Reapers. Neve se quedó sorprendida
de cuántos libros había en la biblioteca que trataban sobre ellos, pero la mayoría
simplemente los mencionaba como una leyenda.
Justo cuando iba a darse por vencido, Neve vio algo en un pequeño libro titulado “La Verdad
de las Leyendas”. En sus páginas, averiguó que los Reapers eran reales.
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El volumen continuaba diciendo que los Reapers no trataban de asegurarse que los Fae no
se convirtieran en Darks. Aunque en ningún sitio decía exactamente lo que hacía un
Reaper, el autor fue explícitamente claro en que deberían evitarse a toda costa porque eran
muy peligrosos.
Neve lo cerró y continuó. Treinta libros más adelante, encontró por azar otro oscuro texto
que mencionaba a los Reapers como heraldos de la Muerte. Este autor conjeturaba que los
Reapers no eran para ser temidos, sino aceptados como una parte de la cultura Fae. Ella
miró el libro y cuán prístinas estaban las páginas. Tenía al menos un millón de años, pero
nadie lo había leído.
Neve pasó otra hora para terminar con el resto de los libros que contenían algo sobre los
Reapers. Sin embargo, el último libro contenía la mayor información. En la contraportada,
en la esquina inferior izquierda estaba dibujado el mismo símbolo que en la pared.
Abrió el libro, mirando rápidamente las páginas y buscando información sobre los Reapers.
Entonces la luz que provenía de la cúpula de arriba iluminó una página. Y vio la débil marca
de agua del símbolo una vez más. Estaba en la esquina superior interna y era tan pequeña
que se habría perdido a menos que alguien supiera lo que estaba buscando. Si lo hubiera
leído en primer lugar, se habría ahorrado un montón de tiempo.
En la misma página en la que estaba la marca de agua, encontró un poema:
Los siete son, todos guerreros.
No hagas mal o su espada caerá.
Su acercamiento, borroso.
Contra el mal ellos luchan.
El poder y la magia son sus medios.
Sólo sirven a uno.
Si te expones a su identidad, corre.
El secreto es su defensa.
Si la verdad sale a la luz, la Muerte comenzaría.
Neve leyó el poema tres veces más. Cada vez, su mirada se topaba con la Muerte. No era
una casualidad que la palabra se escribiera con mayúsculas. El poeta hablaba de una
persona, no de un evento. Tenía sentido que los Reapers trabajaran para la Muerte.
Siete. ¿Podría significar que había siete Reapers? No parecía un gran ejército. Neve siempre
había asumido que los Reapers se contaban por cientos de miles. Pero si el poema era
correcto, con secreto y magia, se podía conseguir mucho. Especialmente con la Muerte
estando al mando.
Neve cerró el libro mientras repetía el verso en su cabeza. No había nada más en la
Biblioteca para ella. Necesitaba pensar sobre todo lo que había leído. Lentamente volvió al
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lugar donde su familia había sido capturada. Sus pensamientos seguían regresando al
símbolo. Había sospechado que tenía algo que ver con los Reapers. Ahora estaba segura.
Sus tacones cliqueaban ruidosamente sobre el suelo de mármol. Quien quiera que fue quien
la estaba vigilando, estaba cerca. Fue el hormigueo de su piel lo que hizo que su corazón
perdiera un latido. Sólo había una persona que podía hacerle eso con sólo una mirada.
Talin.
Los pasos de Neve no se detuvieron mientras empezaba a repasar todo en su mente. Talin
había conseguido meterse en su apartamento sin Atris. Lo cual necesitaría un montón de
magia para atravesar los hechizos de Atris y los suyos propios.
Él era muy probablemente un espía. Ella nunca le había calificado abiertamente como tal,
pero sabía que él tenía secretos, y luego estaban las muchas veces que desaparecía. Él
había dicho que la sustracción de su familia había sido por su causa.
Talin se negaba a hablar de los Reapers. Era más que evidente que sabía algo, pero era
como si hablar sobre ello fuera un crimen. Luego recordó una parte del poema: El secreto
es su defensa. /Si la verdad sale a la luz, la Muerte comenzaría.
Los salones del Castillo estaban todos desiertos, especialmente donde estaba ella. Quien
fuera que la estaba vigilando, lo hacía velado. Y reconocía la mirada de Talin en ella.
Cuando cuadró todo, eso señalaba una cosa: Talin era un Reaper.
Tan pronto como llegó a esa conclusión, todo tuvo sentido. Un escalofrío le recorrió la piel
cuando se dio cuenta que había tenido como amante a un Reaper. Si sus identidades tenían
que mantenerse en secreto, alguien tenía que saber quién era él como para hacer correr el
rumor de un Reaper en la Corte. Neve se detuvo ante el símbolo pintado con sangre.
Talin no había estado mintiendo. Esto se trataba de él, de los Reapers. Quien fuera que
había capturado a su familia e intentó matarla a ella lo hizo para conseguir a los Reapers.
Y si conocía a Talin bien, sabía que él no la dejaría sola. Por todos sus secretos y misterio,
él era, sin lugar a dudas, un defensor de cualquiera que lo necesitara.
Si era un Reaper tal y como ella asumía, entonces ese era el por qué de que él le dijera que
no podía permanecer en la Corte durante mucho tiempo. Era también por lo que no contaba
nada de sí mismo. Nadie conocía a un Reaper o lo que ellos hacían porque ellos no hablaban
de ello. Y los que lo averiguaron, no dijeron nada…porque no pudieron. La Muerte
comenzaría.
Neve no estaba segura de si la Muerte sería indulgente con ella porque ella hubiera encajado
las piezas por sí misma, pero era una posibilidad que aprovecharía gustosamente. Porque
se trataba de su familia. Eran todo lo que tenía. Si los perdía…
No podía siquiera terminar el pensamiento. No importaba si se había enamorado de Talin.
Ellos nunca podrían ser. Era fácil aceptarlo ahora que sabía la verdad sobre quién era él.
Sobre lo que era.
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Todo lo que podía esperar, y por lo que rogaba, era que ella tuviera tiempo para liberar a su
familia antes de que la Muerte viniera a por ella. Neve nunca había sido valiente antes. No
había habido necesidad, no en la Corte.
Sonreía cuando se suponía que tenía que hacerlo, mantenía la boca cerrado cuando tenía
que hacerlo, y demostraba que era una Everwood cuando lo necesitaba. Había aprendido a
cómo coquetear, como cautivar, cómo atraer e, incluso, cómo seducir.
¿Pero ser valiente? Eso estaba reservado a Atris. Lo único para lo que ella tuvo que tener
coraje fue para entrar en la Corte. Y eso realmente no contaba porque llevaba puesta la
armadura. Era invisible, y realmente sólo estaba en su mente, pero para sobrevivir en la
Corte, un Fae aprendía a ignorar todo lo que pudiera lastimarle.
Esa invisible y mental armadura no le servía de nada ahora. Ella era un verdadero lío de
emociones. En cualquier momento, esperaba que las rodillas le cedieran. Aquellos que
habían capturado a su familia no se trataban de alguien al que ella pudiera cautivar, atraer
o seducir. Qué estúpida debía parecerle a Talin por pensar que ella podría hacer frente a
este enemigo.
Pero sabía que en realidad solo había uno que podía.
Neve se volvió hacía donde sabía que Talin permanecía detrás de ella. “Muéstrate, Talin”
Un latido más tarde, el velo cayó y se encontró mirando fijamente a los familiares ojos
plateados claros.
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Capítulo 12
Talin estaba a la vez entusiasmado y angustiado por que Neve lo hubiera adivinado. Pero
por otro lado, sabía que podría hacerlo después de su búsqueda en la Biblioteca.
“¿Quién ha capturado a mi familia?” preguntó ella.
Talin le sostuvo la mirada “Su nombre es Bran”
“¿Cuáles son las posibilidades de que mi familia sobreviva? La verdad” añadió ella
apretando los labios.
“Escasas”
Talin quería correr hacia ella cuando vio que su respiración se paralizaba, pero ella
permaneció erguida a pesar de las noticias. Le costó mucho permitirle permanecer sólo en
lugar de soportar él su carga.
Ella volvió la cabeza hacia el símbolo “Eso es de los Reapers ¿no es cierto?”
Él no quería responderle. Puede que ya fuera demasiado tarde a ojos de la Muerte. La
inteligencia de Neve para encajarlo todo podía ser lo que sellara su destino, pero Talin no
quería darle a la Muerte otra excusa.
Cuando él no respondió, Neve giró la cabeza de vuelta a él. “Sé que eres un Reaper. También
sé que por admitir que lo sé -en voz alta- mi vida está en peligro” Luego su mirada se
entrecerró “No estás solo ¿no es cierto?”
Mierda. No había mucho que pudiera superar a Neve. En cualquier otro momento, Talin
habría sonreído con orgullo por su mujer. Ahora, todo lo que quería hacer era escudarla de
lo que sabía que estaba por venir.
Talin decidió intentarlo y cambió el objeto de la conversación “Atris dijo que estabas siendo
vigilada antes. Eso fue probablemente cosa de Searlas o Bran. Ninguno de los cuales pueden
permanecer velados aquí ahora”
“¿Por qué Bran va tras de ti?”
“Porque él se enamoró” dijo Talin. “Bran le dijo a la Fae quién era. Esa es una de las reglas
cardinales que no pueden ser rotas sin represalias”
El pulso de Neve latió violentamente en su garganta. “¿Qué sucedió?”
“Ella murió. Bran no se lo tomó muy bien”
Ella volvió la cabeza, cerrando los ojos. “Lo sabía. Él es un Reaper”
“Era” la corrigió Talin.
Neve abrió los ojos mientras le miraba. “¿Eso realmente importa? Él está aquí y tiene a mi
familia”
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“Neve” empezó él.
Ella levantó una mano para detener sus palabras. “Justo ahora, Bran no sabe que sé de él
o de que tú eres un Reaper. Vamos a utilizar eso en nuestro provecho”
“Vamos a coger a Searlas”
“No hasta que sepa dónde está mi familia” afirmó ella enfadada. “No me importa cuán
remota sea la posibilidad, voy a intentar conseguirlos de vuelta”
“Y yo voy a ayudarte”
Pareció sorprendida, como si fuera lo último que esperaba que dijera. “Voy a necesitarlo”
A Talin no le importaba que los demás estuvieran allí mirando. Caminó hacia Neve y reclamó
sus labios en un beso salvaje nacido del deseo y la desesperación. Cuando ella acabó el
beso, ella puso su boca junto al oído de él mientras le abrazaba y le susurraba “Estoy
contenta de que estés conmigo”
Él cerró los ojos, sintiendo como si una banda de acero le rodeara el pecho cortándole el
aire. Talin no sabía cuánto le quedaba con Neve pero iba a aprovechar al máximo cada
segundo. El resentimiento se desplegó dentro de él. No era justo que Baylon y Kyran
pudieran llevar a sus mujeres al santuario de los Reaper, con las medio Faes esencialmente
convertidas en Reapers.
¿Por qué no podía tener lo mismo? Neve se lo merecía directamente. Tenía el corazón de un
guerrero. Y él la amaba.
“Fue mi decisión” susurró ella. “Sabía lo que sucedería si te invocaba. Yo cargo con el peso
de esto”
“¿Por qué lo hiciste? Habría estado a tu lado. No habría dejado que te ocurriera nada”
“Lo sé” Brevemente, ella hundió su rostro en el cuello de él. “De esta manera, puedo hablar
contigo y saber cuál es el plan de los Reapers en lugar de tratar de resolverlo por mi cuenta.
Es la mejor manera para mi familia”
Pero no para ella. Talin quería rugir de ira, aullar de indignación. En lugar de eso, abrazó
a la mujer que le había robado el corazón tan fácilmente que ni siquiera se había dado
cuenta de que había sucedido.
Neve dio un paso para salir del abrazo. “¿Puedo ver a los demás?”
“Es mejor que no”
Cael dejó caer su velo y se separó de la pared. “En realidad, no estoy de acuerdo”
Talin echó un vistazo a Cael, listo para luchar contra él si intentaba matar a Neve. Cael se
encontró con su mirada y sutilmente negó con la cabeza, dejando saber a Talin que no
sucedería ahora.
Neve se puso frente a él “¿Habéis estado todos vosotros velados aquí?”
“Sólo hoy. Soy Cael” se presentó a sí mismo. “Yo dirijo los Reapers”
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Neve asintió con la cabeza en señal de saludo. “No tengo derecho, pero me gustaría pedirte
algo”
Talin los miró a los dos, de repente receloso de lo que Neve pudiera estar pensando.
“De acuerdo” consintió Cael.
“Cuando me llegue la hora ¿podré saber?”
Talin inmediatamente dijo, “No”
“Sí” replicó Cael con tranquilidad, un instante después.
Neve le honró con una pequeña sonrisa “Gracias”
Talin miró al techo y rezó por tener paciencia. Esto no podía estar sucediendo. Había habido
una remota posibilidad de que la Muerte pudiera dejar vivir a Neve, pero ahora el que Cael
se hubiera mostrado a sí mismo y hablado con ella, había sellado el destino de Neve.
“¿Te gustaría conocer a los demás?” ofreció Cael.
“Mucho”
Talin sólo podía mirarla fijamente, con el pecho contraído.
“Los Reapers están integrados tanto por Light como por Dark” explicó Cael. “Cada uno de
nosotros hemos demostrado nuestro valor antes de que la Muerte nos eligiera”
Kyran se reveló y se puso al lado de Talin. Le ofreció la mano a Neve, inclinando su cabeza
de cabello negro y plateado. “Soy Kyran. Normalmente soy quien le mantiene a raya” dijo
mientras señalaba a Talin.
Eso hizo que la sonrisa de Neve se ensanchara. “Debes vigilarle mejor”
“Lo sé” replicó Kyran irónicamente.
El siguiente fue Fintan. Su pelo blanco y sus ojos asustaron a Neve por un momento, pero
se recobró rápidamente y le honró con una sonrisa. “Normalmente sorprendo a los Light”
Sin perder el golpe, Neve dijo “Costará más que tu pelo y tus ojos el sorprenderme”
“Soy Fintan” dijo él con una sonrisa torcida.
Eoghan apareció al lado de Cael. Neve se volvió hacia él y esperó a que hablase. Cael dijo
“Es Eoghan. Él y yo somos de los Reapers originales. Eligió no hablar”
Neve le cogió la mano y la sujetó entre las suyas mientras miraba sus ojos plateados
“Gracias por salvarme”
Eoghan colocó su otra mano encima de las de ella y sonrió antes de tocarse el corazón e
inclinar la cabeza.
La mirada de ella se trasladó hacia Talin suavizándose. A pesar de las circunstancias,

reconocía que ella estaba feliz por echar un vistazo a su vida. No se había dado cuenta de
cuánto significaba para ella.
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O para él.
“¿Dónde están los otros dos?” preguntó ella.
Talin tomó su mano en la de él después de que Eoghan se alejara. “Daire está en otra
misión. Baylon está salvaguardando nuestra base”
Talin omitió a Jordyn y a River. Puesto que él no pensaba que fuera justo que dos medio
Fae se les permitiera estar, estaba seguro de que Neve tampoco lo estaría. Además, era más
fácil omitir sus existencias. Afortunadamente, ninguno de los otros Reapers dijo nada.
Los dedos de Neve se entrelazaron con los suyos. “Así que Bran quiere a Talin”
“Él nos quiere a Eoghan y a mí” dijo Cael. “Y a cualquier Reaper que pueda lastimar hasta
conseguirnos a nosotros”
Neve miró a Talin “Porque Bran se enamoró de una Fae. ¿Uno de vosotros la mató?”
“La Muerte lo hizo” replicó Fintan.
Talin miró al símbolo de la pared. Hasta ese momento, había estado orgulloso de ser un
Reaper. El hecho de que Neve estuviera tomando todo con calma, incluida su próxima
muerte, lo dejaba con un sabor amargo en la boca.
“Ya veo” dijo Neve.
Cael dijo “Bran nos dividió, volviendo a unos Reaper contra otros hasta que sólo cuatro
quedaron en pie. Él mató a nuestro líder y nos persiguió a nosotros. Antes de que yo pudiera
matarle, la Muerte intervino y se lo llevó”
“¿Por qué no le mató?” preguntó Neve.
Kyran puso los ojos en blanco. “Una pregunta que todos nosotros nos hacemos”
“Ella quería que sufriera. Así que le puso en el Inframundo” explicó Cael.
Las cejas de Neve se dispararon mientras sus ojos se abrían de par en par. “¿Entonces ese
lugar es real?”
“Lo es” dijo Talin.
Neve frunció las cejas mientras miraba a Talin “¿Quién le sacó?”
“Escapó” dijo Kyran. “Y está detrás de nosotros desde entonces”
“Vosotros sois Reapers ¿no podéis detenerle?”
Talin le lanzó una mirada irónica. “Ojalá fuera así de fácil. Tiene un ejército de Dark que de
alguna manera se las arregla para darles los mismos poderes que tenemos como Reapers”.
“Oh” murmuró ella.
Cael atrajo la atención de todos ellos hacia él cuando nombre a Neve. “Vamos a tratar de
rescatar a tu familia. Searlas va a querer llevarte con ellos. Ve”
“¿Qué?” exclamó ella.
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Talin le apretó la mano “Voy a estar contigo. Él te dijo que consiguieras a alguien para
ayudar. Ese soy yo”
“¿Qué pasa si tienen magia para deteneros a todos?” preguntó ella.
Fintan sonrió, pero no había humos ahí. “La magia bajará lo suficiente cuando Searlas os
teletransporte con él”
Neve se mordió el labio inferior mientras asentía con la cabeza, escuchando. “De acuerdo.
Luego ¿qué?”
“Talin nos hará saber el lugar al que haya llegado” dijo Kyran. Fintan frotó las manos
“Entonces nosotros atacamos”
“¿Y qué pasa con el ejército de los Dark?” señaló Neve.
Cael miró a Talin y dijo “Tenemos dos objetivos después de que encontremos donde están
siendo retenidos los Everwoods. Conseguimos sacarles junto con Neve. Y capturar a Bran.
Si Bran no está ahí por cualquier razón, capturaremos a Searlas”
“Estaré con Talin” dijo Kyran.
Eoghan se señaló a sí mismo y puso su puño en su mano. Cael asintió con la cabeza. “Lo
sé. Cada uno de nosotros tendrá una oportunidad con Searlas o Bran. Bran quiere un
Reaper, pero estará centrado en Eoghan y en mí. Eoghan y yo entonces capturaremos a
Bran”
“Mientras que yo pateo culos Dark” dijo Fintan haciendo un guiño. Era un buen plan, y las
sonrisas que ellos llevaban ayudaron a convencer a Neve de que funcionaría. Pero ella no
había estado en una batalla. Tampoco se había enfrentado a Bran. No tenía ni idea de cómo
las cosas podían pasar de ir por su camino a ir en su contra”
Y ella había tenido razón en mencionar al ejército Dark. No tenían idea de cuántos habría
ahora con Bran, y cuanto más tuvieran que pelear, más tiempo le daban a Bran para
escapar.
Luego estaban los Everwoods y Neve. Esa era otra preocupación. No tenía sentido planear
nada porque todo dependería del lugar en el que estuvieran retenidos, de cuántos
estuvieran allí, de si los Everwoods estuvieran heridos, y de qué magia hubiera puesto Bran
en su lugar. Todo eso tendría que ser reconocido y tratado mientras se luchara contra los
Dark y se vigilara a Neve. Era una catástrofe a punto de ocurrir.
“No me gusta esto” dijo Talin. No podía seguir callado porque sabía que las probabilidades
de que Neve y su familia salieran con vida disminuían por segundos.
Neve se volvió hacia él y le tocó la mejilla “Sé que no lo haces. También estoy segura de que
tus amigos han pensado en otra manera de hacer esto, pero hasta yo puedo ver que esto es
todo. Bran y Searlas me esperan. Tendrás el elemento sorpresa. ¿Has tenido eso antes?”
“Pensamos que la habíamos hecho una vez. No salió bien”
“Pero esta vez lo hará” dijo ella con determinación. “Créelo, Talin”
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Cuando él iba a argumentar, ella se puso de puntillas y puso sus labios sobre los de él,
terminando rápidamente lo que él hubiera pensado decir.
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Capítulo 13
Neve terminó el beso a regañadientes, pero no había terminado con Talin. Ni de cerca. Ignoró
la presencia de los otros cuatro Reapers y dijo: “Desearía estar a solas”. En un abrir y cerrar
de ojos, se encontró a sí misma teletransportada a un habitación en el interior del Castillo.
Talin la presionó contra la pared y tomó su boca salvajemente.
Era un beso destinado a prenderle fuego. Y como siempre, funcionó. Ella estaba sumida en
el deseo, su sangre ardía mientras su corazón se aceleraba por la emoción y el anhelo. Como
si Talin supiera que ella necesitaba sentir, no hubo palabras dichas de por medio. Ninguna
era necesaria. Todo se podía ver y sentir de la manera más profunda, más íntima y más
genuina.
Con un simple pensamiento, ella le quitó la ropa para sus manos pudieran recorrer su
escultural cuerpo. Los Fae a menudo daban por sentado la belleza, ya que era lo que los
convertía en lo que eran. Pero no había nada sobre Talin que pudiera darse por hecho. Ni
sus suaves ojos plateados, ni su extraordinaria melena de largo cabello negro. Ni su cuerpo
con el que se le hacía la boca agua.
Y especialmente, ni su corazón.
Estaba en la punta de la lengua de Neve contarle de su amor, pero se olvidó de las palabras
cuando su vestido desapareció y los labios de él rodearon un pezón. Ella cerró los ojos
mientras se aferraba a él a la vez que él lamía y succionaba y jugueteaba sin piedad con el
turgente pico.
Luego no hubo nada sino manos, labios y lenguas mientras se acariciaban, tocaban y
abrazaban el uno al otro. Suspiros de placer hacían eco en la habitación, sólo acallados por
los gemidos de deseo.
Sus senos estaban hinchados, su piel crepitaba de anhelo y un hambre que sólo Talin podía
saciar. Ella deslizó sus dedos entre sus gruesos mechones de pelo y le sujetó la cabeza
mientras la besaba como si no hubiera un mañana. Había un rastro de desesperación en
su beso -porque ambos sabían que esta podía ser la última vez de ellos juntos.
Él le acarició las costillas antes de cogerla por las caderas y levantarla. Neve
inmediatamente le rodeó la cintura con las piernas. Él rompió el beso y la miró a los ojos
mientras la sujetaba.
Con una dura embestida se hundió en su interior. El aire abandonó los pulmones de Neve
ante la exquisita sensación de él llenándola. Donde ella acababa, él empezaba. Estaban tan
cerca como dos personas podían estarlo, y se sentía bien. Como si ese momento hubiera
sido planeado para ellos. Ese segundo, ese instante en el tiempo, parecía haber sido
reservado solo para ella.
Una sombra de sonrisa jugaba en los labios de Talin mientras una mirada triunfante
tomaba posesión de sus ojos. Él se apropió de su trasero y comenzó a balancear sus
caderas. El miedo de lo que estaba por llegar, la ansiedad de su inminente muerte, e incluso
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la inquietud de averiguar que Talin era un Reaper, todo ello intensificó sus emociones hasta
hacerla crepitar con ellas.
El ritmo de sus envites aumentó. Neve podía sentirse cayendo en el abismo del placer. Su
orgasmos estaba más cerca cada vez que él se conducía hacia su interior. “Juntos” susurró
él.
Neve asintió, incapaz de formular las palabras a causa del placer que la inundaba. Podía
sentir sus propios latidos, podía oír su áspera respiración que pasaba por sus labios. La
forma carnal en que sus cuerpos se deslizaban el uno contra el otro, la decadencia de cómo
él se sentía moviéndose dentro de ella, hacia que su sangre fuera a la carrera y en su
corazón el amor aumentara.
Porque él era suyo.
Y ella era de él.
Nunca podrían ser dichas las palabras, pero su corazón las repetía a menudo. Y lo haría
por toda la eternidad.
El orgasmo se aproximaba rápidamente. Apretó sus piernas. Talin la penetraba más duro
y rápido, llevándola al límite. Ella gritó su nombre mientras su cuerpo se retorcía de placer.
Los dedos se clavaron en sus caderas cuando él se enterró profundamente y susurró su
nombre.
Se miraron a los ojos mientras llegaban juntos al orgasmo. En ese momento especial, el
tiempo se detuvo para ellos. Todos lo que había sido alguna vez, todo los que ella era, y todo
lo que sería se lo regalaba a Talin.
Libremente. Voluntariamente.
Y por primera vez, vio la forma en que él la miraba. Como si fuera lo más preciado que
jamás cogiera, como si ella fuera todo lo que deseaba.
Como si moriría si la dejaba ir.
Neve puso la mano sobre su corazón. Ya no podía contener sus sentimientos. “Este es el
momento equivocado, pero es posible que no tengamos otra oportunidad. Te amo, Talin.
Creo que lo hice desde el primer día que llegaste a la corte. No importa lo que pase, no
querría que nadie más estuviera a mi lado”
Él intentó tragar saliva pero la garganta no le funcionaba. Para sorpresa de ella, sus bellos
ojos estaban llenos de emoción -y de lágrimas.
“No digas nada” se apresuró ella a decir mientras le ponía un dedo sobre los labios. “Este
es el mejor momento de mi vida”
Ella dejó caer la cabeza sobre su pecho con él todavía en su interior. Neve sintió que las
lágrimas le quemaban los ojos, pero se negó a echarlas. La vida, incluso para un Fae, no
era siempre justa.
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La magia no podía arreglarlo todo, y el rango y el poder rara vez sanaban. Eso era todo lo
que Neve tenía. Excepto Talin. Ella le tuvo por un breve tiempo, y en ese intervalo, iba a
arreglar un error para los dos.
Todo el tiempo, su corazón se rompió y ella quería gritar su frustración y devastación. Lo

único por lo que podía enfrentar lo que estaba por llegar era por Talin.
“Todos los Reaper fueron traicionados, lo cual nos llevó a nuestra muerte” murmuró Talin
en mitad del silencio. “Fui empleado por una familia muy muy poderosa en Belfast para
vigilar a sus hijos. Lo había hecho con mis propios hermanos, por lo que parecía un asunto
natural. Y así fue durante varios años. Eran dos niños con la más joven que era una niña”
Neve se inclinó hacia atrás para mirarle, sin sorprenderse puesto que siempre había sido
tan protector. Estaba agradecida de que compartiera esa parte de su historia, y quería ver
su rostro mientras lo hacía.
“Ellos crecieron, como lo hacen los niños” continuó él. “La chica creía estar enamorada de
mí. No hice nada para animarla. De hecho, informé a sus padres tan pronto como lo
descubrí”
“¿Y?” preguntó Neve.
“Se echaron a reír y le dijeron a ella lo superase. Hice mi trabajo como siempre. Había otra
empleada de la familia que me llamó la atención. Corla estaba a cargo de enseñar hechizos
a los niños. Empezamos a vernos en privado”
A Neve no le gustó el repentino flash de celos que atravesó su cabeza.
“Los chicos hicieron su vida difícil. Y la chica, ella vino a mí llorando, diciendo que la había
engañado. Traté de decirle que no había nada entre ella y yo, pero ella no quería escuchar.
Al día siguiente, los niños le dijeron a sus padres que Corla usó magia para castigarles”
Talin hizo una pausa mientras salía de ella y la dejaba sobre sus piernas. Dio un paso atrás,
pero él se aferró a la mano de Neve. “Corla temía ser despedida, pero los padres simplemente
la reprendieron después de oírla decir que ella no había hecho nada a los niños. Los niños
se indignaron. Durante varios días, se negaron a permitirle a Cora acercarse a ellos. Y luego,
fue encontrada en su dormitorio con un cuchillo en el corazón”
Neve se cubrió la boca con su mano libre completamente en shock. Su mano cayó a un lado
mientras se daba cuenta de quién era el culpable. “Fueron los niños ¿no es cierto?”
“Sí, aunque no pude demostrarlo. Los padres no creían que sus hijos podían hacer nada
malo. Los afectos de la niña se volvieron más audaces, y supe que tendría que irme. Se lo
dije a los padres, pero les pedí que no se lo dijeran a nadie hasta que me fuera”
“Los niños lo averiguaron ¿verdad?”
“La niña entró en mi habitación mientras dormía. Cuando me negué a tener sexo con ella,
ella salió llorando. Pensé que era lo último, pero estaba equivocado. Fue mi último día en
la finca cuando uno de los niños me dijo que su hermana había caminado a través de un
portal Fae. Yo inmediatamente corrí para encontrarla. Sólo que no había un portal”
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Neve le apretó la mano, esperando sin poder hacer nada el resto de la historia.
“Fue una trampa para conseguir que llegara al lugar. La niña estaba tumbada en el suelo,
y me empujaron desde atrás. Intenté rodar para alejarme, pero los chicos utilizaron la magia
para sujetarme. Estaba tan sorprendido que me relajé por un momento. Fue durante ese
tiempo que los padres salieron. La chica empezó a gritar que yo la había violado. Me deshice
de la magia y me puse de pie. Fue entonces cuando ambos hermanos me apuñalaron, uno
desde atrás y otro desde el frente”
“Traicionado por aquellos que se suponía que tú estabas protegiendo” Neve tragó saliva, la
furia por lo que le había pasado consumiéndola. “Lo siento mucho, Talin”
“Fue dificil mantener ocultas las cosas de ti. Quería contarte todo sobre mí”
“Pero estabas protegiéndome”
“Me gustaría…”
“Lo sé” dijo ella por encima de la voz de él con una sonrisa. “También a mí me gustaría”
Él retiró la mirada. “Supongo que deberíamos regresar”
Neve estaba avergonzada de sí misma por tomar tiempo para ella y para Talin cuando
debería estar luchando por su familia. Con su vestido de vuelta, se volvió a Talin. Él estaba
ahí, alto y formidable con sus vaqueros y su camiseta.
“¿Lista?” preguntó él mientras le ofrecía la mano.
Ella puso una sonrisa, le cogió la mano y mintió entre dientes “Sí”
Al instante, estaban una vez más en el pasillo. Talin inclinó la cabeza hacia ella.
Neve miró alrededor para encontrar a los demás Reapers velados tal y como planearon.
Durante los siguientes treinta minutos, ella paseó de un lado a otro, miró por la ventana, y
paseó un poco más. Talin y ella no hablaron, cada uno en sus pensamientos sobre lo que
estaba por llegar.
Luego se le acabó la paciencia. “¡Searlas! ¡Quiero ver a mis padres!”
“Quizás no te oiga” dijo Talin.
Ella le miró y frunció el ceño “No puedo esperar más”
“Esperarás tanto como nosotros queramos” dijo Searlas detrás de ella.
Neve se giró para ver al Dark sonriéndole maliciosamente. Cómo le gustaría borrar esa burla
de su cara. “Me dijiste que encontrara a alguien que me ayudara a negociar. Lo he hecho”
Ella arqueó una ceja. “Porque él es el único que ha venido aquí conmigo voluntariamente.
Los demás Light tienen demasiado miedo de los Reapers”
Searlas se echó a reír ruidosamente. “¿Y qué pasaría si te dijera que Talin es un Reaper?”
“Te llamaría mentiroso” replicó ella tranquilamente.
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“Piensas que le conoces bien ¿verdad?”

Ella le miró fijamente a sus ojos rojos y dijo sin vacilar: “Sí”
“Él servirá” dijo Searlas enojado.
“Bien. Empecemos a negociar. ¿Qué queréis?”
Pero Searlas ya no la miraba. Su atención estaba centrada por encima de su hombro
derecho donde estaba Talin. “¿Dónde están los demás?”
Talin se encogió de hombros mientras se ponía al lado de Neve. “¿Quién?”
“No juegues estúpidamente, Reaper. ¿Dónde están los demás?” exigió Searlas.
Neve mantuvo la mirada en Searlas, cuyo rencor se manifestaba en cada faceta de su rostro,
desde los labios apretados hasta los ojos entrecerrados y el ceño fruncido.
“Sólo estoy yo” dijo Talin. “Sabía que los querríais, así que aseguré que ellos no supieran lo
que estaba sucediendo aquí”
Searlas ladró con una carcajada “¿Piensas protegerles?”
“Es lo que hago”
El corazón de Neve se hinchó de orgullo por el hombre que tenía a su lado. Todo lo que
quería hacer era proteger a aquellos por los que se preocupaba, y al final, eso le había
costado la vida. También estaba protegiendo a una persona más -a ella.
“Una vez que Bran te tenga, Cael vendrá” declaró confiadamente Searlas.
Talin se encogió de un hombro. “No si él piensa que es una trampa”
“Ambos sabemos que eso es una mentira. Cael nunca dejaría a uno de sus hombres detrás
de él”
Neve movió los pies. “No sé quién es Cael o por qué importa. Sólo quiero a mi familia. He
hecho lo que me has pedido y he traído a Talin. Déjame ver a mis padres y a mi hermano”
La mirada roja de Searlas se trasladó hacia ella mientras sonreía. “El resto de las
negociaciones concluirán con Bran” Ofreció su mano. “Vamos, Light. Es tiempo de ver a tu
familia”
“Ella no va a ningún sitio sin mí” declaró Talin.
“Estaba esperando que dijeras eso”
Neve reprimió un escalofrío cuando ella y Talin caminaron hacia Searlas y le cogieron de
las manos.

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Capítulo 14
La Muerte estaba frente a la ventana en su Torre, mirando los muchos tonos de flores
rodeando el lugar pero no los veía. Sus pensamientos estaban en la misión de Talin. Hubo
un sonido detrás de ella. Esperó a que Seamus hablara. Aunque todavía era su prisionero,
ella le permitía vagabundear por unos pocos lugares a lo largo de la Torre.
“Pareces preocupada” dijo Seamus mientras caminaba para ponerse junto a ella.
“Cael va detrás de Bran con sus hombres”
“Hay algo más”
Ella suspiró y volvió la cabeza para mirarle. “Me gusta mi privacidad. Quizás fue un error
permitirte deambular por aquí”
Seamus levantó las manos y dio un paso atrás “Pensé que podrías querer hablar. Ha sido
mi error”
Cuando se volvió y empezó a irse, Erith descubrió que no quería estar sola. Cosa rara,
porque ella siempre había estado sola. Y le gustaba de esa forma. “Debería estar con ellos”
“No, no deberías” dijo Seamus mientras se ponía de cara a ella. “Aún sigo de acuerdo con
Cael, debes permanecer aquí”
“Yo no me oculto”
“Nadie dice que lo estés haciendo”
Erith levantó los brazos. “Eso es exactamente lo que estoy haciendo. No le tengo miedo a
Bran”
Seamus arqueó una ceja, cuestionando silenciosamente su arrebato.
Bueno. Quizás le tuviera miedo. Un poco. ¡Pero ella era la Muerte! Nunca había tenido miedo
a nada antes.
“Necesitamos saber cómo Bran está consiguiendo su poder y pasándoselo a su ejercito” dijo
Seamus en silencio.
Erith, cansada, negó con la cabeza “Lo he intentado”
“Mientras estabas haciendo otro millón de cosas. Déjame” la urgió Seamus. “Es lo que hago,
Erith. Resuelvo puzles”
Él había resuelto cómo liberar a Bran del Inframundo. Si alguien podía imaginárselo, ese
era Seamus. Era una verdadera pena que él no pudiera determinar por qué su magia
parecía estarse desvaneciendo.
“Sí. Mi Biblioteca es tuya” le dijo a él.
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Pero Seamus no se fue. “Debería ser capaz de encontrar la puerta que conduce al
Inframundo”
“Eso es cierto”. Su magia la había ocultado durante millones de años.
“Si el portal se vuelve visible eso significa…”
“Algo le está sucediendo a mi magia” le interrumpió ella, con un tono cortante. Él estaba
otra vez encajando las piezas. El Solucionador de Puzles.
Erith suspiró y volvió la cabeza hacia otro lado. Su magia nunca le había fallado. Nunca.
¿Por qué ahora? ¿Por qué, cuando más la necesitaba?
Lo único a lo que estaba agradecida era a que Bran había sido el único en escapar del
Inframundo. Desde entonces, había trasladado el portal desde Irlanda a su propio Reino,
pero eso no aliviaba sus preocupaciones.
“Si pudiera ser muy imaginativo” dijo Seamus. “¿Cuánto tiempo hace que lo has advertido?”
“No lo hice. No hasta que descubrimos que Bran escapó, y averigüé que le ayudaste” Ese
había sido un golpe brutal. Si hubiera sabido los detalles, nunca habría permitido que Cael
estuviera en la habitación mientras interrogaba a Seamus. Como estaba, Cael también
sabía que algo malo le pasaba a su magia. Por eso no quería que se involucrara en la captura
de Bran. No se sentía bien tener a nadie -especialmente a Cael- tratando de protegerla.
Erith nunca había necesitado de nadie.
Le dolía tener que hacerlo ahora. Seamus tenía razón, no podía concentrar toda su energía
en descubrir cómo Bran estaba haciendo crecer su magia porque tenía otros deberes.
“Podría haber una conexión” dijo Seamus, golpeándose la barbilla con su índice.
Erith le observaba con el ceño fruncido y su rostro profundamente pensativo. Su cabello
negro con mechones plateados se volvió rebelde mientras pasaba sus manos por él una y
otra vez. Un hábito cuando estaba sumido en sus pensamientos. Prácticamente podía verlo
revolver todo en su mente.
“Sí. Una conexión” murmuraba para sí mismo, con sus ojos muy abiertos mirando alrededor
de la habitación pero viendo lo que estaba en su mente en lugar de lo que realmente estaba
allí.
Sin otra palabra, salió de la habitación. Ella le observó antes de darse la vuelta a la ventana
otra vez y al sol poniéndose en el horizonte.
El cielo era de un vívido rosa y naranja. Era una asombrosa vista que disfrutaba
inmensamente. Cada amanecer y puesta de sol eran diferentes. Nunca sabía qué colores
aparecerían hasta que sucedía.
Era una de las pocas sorpresas que en realidad disfrutaba.
Cuando el sol se hundió bajo el horizonte, se apartó de la ventana y pensó en Talin. Y en
cómo se había enamorado de una Fae.
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No estaba segura de por qué aún no había matado a Neve. Quizás era porque la familia de
Neve había sido capturada por Bran. Quizás fuera a causa de que Neve había encajado las
piezas de la identidad de Talin por sí misma sin que Talin dejara deslizarse nada.
Pudiera ser incluso por causa de que Neve sabía a lo que se arriesgaba al alertar a Talin y
a los demás de su conocimientos de ellos como Reapers.
Erith también sabía que Talin estaba furioso con toda la situación. No es que ella sintiera
placer alguna en matar a aquellos que descubrían a los Reapers.
Nadie sabría jamás como perdía un trozo de su alma cada vez que tenía que hacerlo. Pero
las reglas eran las reglas. Si al menos Neve fuera medio Fae y no supiera nada de los Fae
como Jordyn y River, entonces las cosas serían diferentes.
Pero Neve procedía de una enorme familia con lazos en la Corte y la Sociedad Light. Un
pequeño desliz y todo se podría arruinar para los Reapers.
No era una posibilidad que Erith estuviera dispuesta a aceptar. Por encima de todo, las
identidades de los Reapers se debían proteger y mantener en secreto.

Daire observaba como Balladyn besaba a Rhi. Quería vomitar. El Dark no debería estar en
ningún sitio cerca de Rhi, pero no es que él pudiera decir algo al respecto. Su misión de
vigilar y seguir a Rhi mientras permanecía velado -y en silencio- le había enseñado mucho
a cerca de la tristemente célebre Light Fae. Rhi tenía Rhi tenía algo con conducir a su
Lamborghini por Austin, Texas.
Compraba de todo sin parar, pero sobre todo zapatos. Era como si no pudiera conseguir lo
suficiente. Y cuanto más inusuales o bellos, más tenía que tenerlos. Rhi adoraba sorprender
a los Reyes Dragón -sobre todo a Con. Hacía todo lo posible para irritar al Rey de Reyes. Y
lo hacía sin esfuerzo. Con estilo.
Sentía obsesión por los esmaltes de uñas, pero no sólo por cualquier esmalte. Tenían que
ser OPI. Su colección rivalizaba con la de los zapatos y contenía absolutamente todos los
colores. Cuando OPI sacaba un nuevo set de colores, Rhi estaba en primera línea para
conseguirlos.
Y no sólo los miraba. Los utilizaba. Rhi llevaba constantemente la manicura hecha. Su
manicurista favorita llamada Jesse era la única que siempre tocaba sus uñas y las pintaba
con diseños especiales.
Lo que más había descubierto, sin embargo, es que adoraba a su pueblo. Rhi cuidaba de
los Light Fae contínuamente. Ellos no tenían ni idea de cuantas veces había puesto su vida
en peligro por ellos.
Luego estaban los Reyes Dragón. Había unos cuantos Reyes a los que ella consideraba sus
amigos. Había ayudado a salvar sus culos más veces de las que podía contar, y no tenía
intención de parar.
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Rhi era leal más allá de toda medida, extremadamente enfocada y decididamente motivada.
Justo ahora, todo eso estaba dirigido a recordarle a la Reina, Usaeil, que su pueblo era más
importante que cualquier película.
Al menos, deseaba que ella se enfocara en eso en vez de rodear con sus brazos el cuello de
Balladyn. Rhi era una joya de los Light, y Balladyn -con independencia del héroe que había
sido cuando fue un Light- iba a ser Rey de los Dark un día.
A pesar de que Balladyn capturó a Rhi y la intentó convertir en Dark, ella le había
perdonado y le había aceptado como su amante.
Por un lado, Daire podía entenderlo. Rhi había estado sola durante demasiado tiempo. No
tenía idea de por qué su aventura con su Rey Dragón terminó o por qué su amor no era
correspondido. Necesitaba de alguien, y Balladyn había sido incansable en perseguirla.
Por otro lado, si Rhi todavía amaba a su Rey Dragón, no debería estar con nadie. Mucho
menos con un Dark que la había torturado e intentando convertirla.
Algunos veces era difícil para Daire permanecer en silencio mientras observaba como Rhi
tomaba decisiones que podía ver que eran impactantes para su futuro. Aunque fueran sus
propias decisiones.
“¿Qué ocurre?” le preguntó Balladyn a ella.
Rhi se salió de sus brazos y miró la isla tropical que ella había reclamado como propia.
“¿Has encontrado algo más sobre los Reapers?”
“¿No era suficiente lo que averigüé?” preguntó él, con el rostro arrugado. Rhi se encogió de
hombros y dio una patadita a la arena. “¿Están todavía los Dark hablando sobre ellos?”
Los labios de Balladyn se apretaron brevemente. “Más ahora que nunca. Deja de mirar, Rhi.
Sigue mirando y atraerás su atención”
Eso es lo que ella quería. Daire lo sabía, pero Balladyn no. Ella se lo ocultaba a Balladyn,
como su deseo de hablar con un Reaper -y la revista que mostraba a Usaeil con un hombre
rubio.
Daire lo sabía todo. Mayormente porque la seguía, pero Rhi sabía que él estaba ahí. Le
hablaba, aunque él no pudiera responderle. Ella le dejaba ver su tristeza, su pena y su dolor
de corazón cuando nadie más podía presenciarla. Era por lo que Daire sabía que Balladyn
no era para ella. Muchas veces, había estado tentado de responder cuando ella hablaba.
Incluso había habido una ocasión recientemente donde casi le había dicho que era un
Reaper. Pero conocía las reglas. Aunque ninguno de los Reapers sabía del interés de la
Muerte en Rhi, el hecho era que éste existía. Si le decía a Rhi quién era, tendría que morir.
Daire estaba de acuerdo con la Muerte -Rhi era importante para el futuro de todas las
especies en la Tierra -humanos, Faes y Reyes Dragón. Pero ¿hasta qué punto?
Balladyn suspiró ruidosamente “Tengo que regresar. Taraeth me está llamando”
Después de un rápido beso, se teletransportó. Daire permaneció cerca de la palmera,
esperando a ver qué era lo siguiente que hacía Rhi. Pasaba un montón de tiempo en la isla.
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Cuando no estaba allí, también le gustaba saber qué estaba pasando con los Reyes Dragón
y su pelea con uno de los suyos -Ulrik.
“Tu desaprobación es como una nube” dijo Rhi mientras se volvía para ponerse de cara a
Daire. Ella no podía verle. Se suponía que ni siquiera tenía que saber que él estaba ahí,
pero desde muy al principio, le había sentido.
El se cruzó de brazos. Maldita sea, no lo aprobaba.
“Me merezco algo de felicidad” declaró ella.
Todos lo merecían. Pero muy especialmente ella. Rhi había sido lastimada durante
muchísimo tiempo. Ella se puso de cara al océano. El viento soplaba y movía sus largos y
negros mechones de cabello alrededor de ella. “He visto los ojos de Balladyn volverse
plateados”
Ahora el que se quedó enormemente sorprendido fue Daire. Se movió para quedarse a su
lado, llegando a acercarse tanto como se atrevió. Ella se inclinó y recogió una concha de
mar. “Él me ama, y pienso que podría ser la oportunidad para convertirle en Light”
La oportunidad era muy pequeña, pero Daire no podía discutir que había una posibilidad.
Había ocurrido antes. Más recientemente con una mujer Dark que se había enamorado de
un Rey Dragón. Pero Shara había querido convertirse en Light.
Balladyn quería ser el Rey de los Darks. Y no podía hacer tal cosa como un Light. “Él es lo
que los Light necesitan” murmuró Rhi, dando la vuelta a la concha entre sus dedos. Ahora
eso, él lo discutiría. Lo que los Light necesitaban era a su Reina recordando su papel, pero
lo que era poco probable que sucediera pronto. Mientras tanto, lo que los Light necesitaban
era a Rhi.
Daire sintió una perturbación que nunca antes había sentido, como una onda sísmica
dando la vuelta al mundo. Quiso escuchar una de las voces de los Reapers, pero sólo hubo
silencio.
La inquietud se desplazó a través de él. Su mirada saltó hacia Rhi. Ella de repente frunció
el ceño. Levantó su hermoso rostro hacia el sol. “Algo ha sucedido en la corte”
En un abrir y cerrar de ojos, ella desapareció. Daire no tenía problemas en seguirla.

Apareció detrás de ella en los salones sagrados del Castillo de Usaeil. Había pasado tanto
tiempo desde que había puesto un pie en el Castillo que tuvo la repentina urgencia de salir
de allí. Pero Rhi -y lo que fuera que la había atraído- lo sujetaron allí.
El silencio le provocó un escalofrío de mal presentimiento a lo largo de su columna vertebral.
No había ni un Fae a la vista. Era como si todos hubieran desaparecido. O huido.
Como Reaper, no le sorprendía registrar que algo había sucedido con los Fae. No era la
primera vez, ni sería la última. ¿Pero Rhi? Sentía curiosidad sobre cómo ella había
averiguado que algo andaba mal. Cada vez había más interrogantes sobre la Light Fae. Y
sospechaba que nunca obtendría las respuestas a ninguno de ellos.
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Daire se sorprendió cuando Rhi se veló como si también ella sintiera el persistente peligro.
¿Dónde estaban los Reapers? Daire se abstuvo de llamarles hasta que averiguase lo que
estaba sucediendo.
Echó un vistazo a Rhi. Su magia Reaper le permitía continuar viéndola, incluso velada, pero
no se aplicaba lo mismo a ella. Su habilidad en permanecer velada durante mucho más
tiempo que otros Fae era algo que le confundía. Era otra de las razones por las que él
sospechaba que la Muerte sentía curiosidad sobre la Fae.
Rhi respiró hondo y levantó la barbilla. El guerrero rápidamente emergió a la superficie.
Sus ojos plateados miraban hacia adelante, como si intentara ver a través de las paredes.
Ella lanzó una mirada en su dirección y asintió. Daire flexionó sus dedos mientras llamaba
a su espada. Apareció en su mano mientras daba el primer paso. Caminaron a través de
los pasillos y los altos corredores, ambos con los nervios de punta, esperando encontrar la
fuente de lo que les atraía.
Giraron una esquina, y Daire vio a los demás Reaper. Fue cuando lo supo -se trataba de
Bran.

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Capítulo 15
En el momento en que Talin y Neve llegaron a la mansión con Searlas, él estaba preparado
para cualquier cosa. A su lado, Neve mantenía la cabeza alta, lista para enfrentar lo que
fuera que fuera a suceder.
Ella era fuerte, pero ¿era lo suficientemente resistente para lo que Bran le tenía reservado?
Porque Talin sólo podía imaginar lo que el ex Reaper planeaba.
Hubo una carcajada detrás de ellos. Talin giró en redondo para encontrar a Bran de pie
junto a una enorme chimenea de granito con intrincados detalles tallados de querubines y
flores. Los ojos de Bran estaban arrugados por las esquinas mientras les observaba. “Sabía
que vendrías” le dijo a Talin.
La urgencia de acercarse a Neve eran enorme, pero Talin se mantuvo bajo control. Cuanto
más mostrara sus sentimientos hacia ella, peor se lo pondría Bran a ella y a su familia.
“Exigiste a alguien para ayudar a negociar”
“Suficiente” declaró Bran con dureza. Desapareció todo rastro de alegría mientras ahora le
miraba. “Ambos sabemos que llegaste con la preciosa Neve porque la has estado cortejando”
“Así es” No había necesidad para Talin de negar tal cosa. Bran ya lo sabía. Pero ¿cuánto
más sabía Bran? Eso era lo que Talin tenía que determinar mientras hablaba con ese
psicópata que buscaba la destrucción de todos.
La mirada de Bran se trasladó a Neve. Dio dos pasos hacia ella, la valoración llenando sus
expresión. “Te he estado observando durante bastante tiempo. Eres impresionante”
“Te agradecería el cumplido si no hubieras secuestrado a mi familia” replicó ella fríamente.
La sonrisa de Bran aumentó. “Ah, me encanta ese coraje. Sin embargo, te advierto porque
podría matar a tu familia”
Ella le mantuvo la mirada durante un largo minuto. “¿Qué es lo que deseas de mí?”
“En realidad, es bastante simple” dijo Bran. Se volvió y entrelazó las manos detrás de su
espalda mientras miraba fijamente al fuego, con la cabeza inclinada hacia delante. “Tienes
que hacer una elección”
“¿Qué elección?”
“Llegaremos a ello en un momento”
Talin tenía una sensación de malestar en el intestino. Lo que fuera que Bran había planeado
no era nada bueno. El aire era intenso con la magia Dark, y no tenía idea de dónde estaba
el resto del ejército Dark. Podría coger a Searlas, pero eso sería demasiado…fácil. En las
veces que había luchado contra Bran, había descubierto que a Bran le gustaba lleaar a los
Reapers con un movimiento que ellos no se esperasen.
Talin tenía que tomar una rápida decisión. Ir a por Searlas, dejando a Neve para que se
defendiera frente a Bran. O esperar.
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Aún siendo tan difícil como lo era, Talin esperó. Apretó los puños a los lados, con la
necesidad de ir tras Bran arrollando mientras se mezclaba con su furia.
La cabeza de Bran giró, su mirada clavándose en la de Talin. Una pequeña sonrisa

levantaba un lado de los labios de Bran como si supiera exactamente la lucha en su interior.
“Quiero ver a mi familia” dijo Neve en mitad del silencio.
Talin la miró, urgiéndola en silencio a que permaneciera callada. Pero su familia era su
interés. ¿Cómo podía esperar que ella permaneciera ahí, esperando a que un maníaco
hiciera su movimiento?
Ignorando a Talin, Neve dijo: “He hecho lo que me pediste”
“No todo” La mirada de Bran regresó al fuego como si estuviera aburrido de ellos.
Talin miró detrás de él. La espaciosa habitación estaba llena de muebles del mundo
humano, la opulencia destilando de cada abrumadora pieza. En la más alejada esquina,
una docena de pasos más lejos estaba Searlas, callado observando toda la escena.
Cuando Talin se volvió hacia Bran, dejó que su mirada vagara por la sala, pero no vio
señales de ningún Reaper, velado o no. La situación iba de mal en peor. Todos ellos habían
asumido que Kyran podría seguirles hacia donde Searlas les retuviese, pero parecía que
nos había podido. Talin tendría que asumir que lucharía solo contra Bran.
No temía hacer frente a Bran, pero no se trataba solo de Bran. Estaba Searlas y un ejército
entero de Dark también. Talin era bueno, pero ni de cerca lo suficientemente bueno como
para derrotar a todos ellos y mantener a salvo a Neve.
Su otra opción era intentar marcharse con Neve. Ella nunca le perdonaría por abandonar
a su familia, pero al menos estaría a salvo. Aunque ¿durante cuánto tiempo? Bran
continuaría yendo tras ella. Talin quería gritar de frustración.
“¿Cuánto amas a tu familia, Neve?” preguntó Bran. Ella brevemente se encontró con la
mirada de Talin. “Profundamente”
“Tenía la esperanza de que dijeras eso”

Rhi miró alrededor el corredor que estaba tan vació como las demás habitaciones del
Castillo de Usaeil. Aunque sabía que no estaba sola. No sólo estaba su vigilante. Había otros
allí. Velados. Vigilando.
Esperando.
El hecho de que la pudieran ver cuando estaba velada -lo mismo que su observador- era
como una patada en el trasero. ¿Había tenido toda la razón en pensar que su observador
era un Reaper? ¿Los que la rodeaban también eran Reaper?
Rhi quería exigir una respuesta, pero retuvo las palabras antes de que salieran de sus
labios. Si su observador no le había dicho nada, ¿qué le hacía pensar que los demás lo
harían?
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DONNA GRANT
Miró hacia donde estaba su observador, a la derecha. Tal y como la había seguido durante
esas muchas semanas, velado. Ni una sola vez había hablado o se había mostrado.
La había tocado -brevemente.
Aunque no conocía al observador, se sentía a salvo con él. Quizás se estuviera volviendo
loca. Y quizás a ella no le importara nada. Bajó la espada y miró primero a un lado del hall
y luego al otro. Cuando ningún otro Fae apareció, dejó caer el velo y miró por las ventanas
mientras gruesas gotas de lluvia comenzaron a golpear el vidrio.
Luego se volvió y vio el símbolo pintado con sangre en la pared. Durante unos segundos,
no pudo moverse imaginando toda clase de cosas que habían sucedido en el Castillo. “No
sé quiénes sois” dijo ella en voz alta a los que la estaban observando. “No me importa. Pero
si tenéis algo que ver con lo que le ha sucedido a mi pueblo, os daré caza y os mataré con
mis propias manos”
Ella se puso frente a su observador. Luego, deliberadamente, se volvió hacia donde sentía
a cada uno de los otros tres. Los segundos se convirtieron en minutos. Rhi no era persona
de mucha paciencia, y estaba a punto de hacer una exigencia cuando una voz profunda y
rica llenó el espacio.
“No es cosa nuestra”
Se volvió hacia su derecho dónde detectó al propietario de la voz que estaba cerca de la
ventana. “¿Esperas que me lo crea cuando no os mostráis? Nací por la mañana, pero no
esta mañana, querido”
¿Había sido una especie de carcajada lo que había escuchado detrás de ella? Rhi no se dio
la vuelta para averiguarlo. Esperó a que su observador dijera algo, cualquier cosa. Pero
permaneció en silencio, como siempre.
“Los Light están a salvo” dijo la voz. “Huyeron”
Bueno, eso era una buena noticia. “¿Y Usaeil? ¿Estaba ella aquí?”
Silencio.
Como si esperase una respuesta diferente. Rhi puso los ojos en blanco. Respiró hondo y
miró al símbolo que había en la pared pintado con sangre. “¿Qué significa?”
“Nada”
Fue su turno de bufar -ruidosamente. Y de llenarse de sarcasmo. “Voy a encontrar las

respuestas. Voy a conseguir la verdad. No importa el tiempo que me cueste. No pararé de
buscar”
“Una familia ha sido secuestrada” replicó la voz, eligiendo ignorar sus amenazas.
A Rhi no le gustaba ser ignorada. Evidentemente, este individuo no tenía idea de quién era
ella. Peor, quizás la tenía. Y no le importaba.
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Ahora esa fue una nueva sensación para ella. Su reputación le daba el suficiente respeto,
admiración e incluso miedo como para que los demás no la molestaran. Este grupo podía
ofrecer un culo de rata.
Ella sonrió cuando una imagen de Con apareció en su mente. Ugh. Ella no quería pensar
en ese idiota en este momento.
“¿Qué familia?” preguntó Rhi.
“Los Everwoods”
“Bueno, demonios” murmuró ella. Le gustaban los Everwoods. “¿Los cuatro?”
“Todos salvo Neve”
Rhi volvió la espalda hacia la ventana y se apoyó contra el cristal. ¿Por qué dejarían a Neve?
A menos que ella no hubiera estado alrededor con el resto al ser capturados. Necesitaba
encontrar a Neve inmediatamente.
Justo cuando Rhi trataba de irse, se paró en seco y se volvió para mirar al punto desde
donde la voz sin cuerpo había salido. “Neve ya os conoce ¿verdad?”
“Sí”
“Sí” imitó ella con una voz llena de burla. “Podrías habérmelo dicho”
“Quería ver cuán rápidamente lo deducías”
“Realmente no me gustas” dijo Rhi mientras negaba con la cabeza. “¿Dónde está Neve?”
“¿Por qué?”
Ella levantó las manos en un gesto de exasperación. “Así puedo cantar con ella una canción.
¿Por qué crees tú?”
Esta vez, estaba segura de haber escuchado una carcajada que fue rápidamente reprimida.
Ella no pudo detener su propia sonrisa mientras arqueaba una ceja ante la voz “¿Cuánto
te está gustando mi ingenio rápido, dulzura?”
“A mi, nada” dijo él tensamente.
“Se necesita cierta clase para entenderme” dijo ella encogiéndose de hombros.
Hubo un ruidoso suspiro. “Si te digo dónde está Neve ¿qué harás?”
“Ayudarla si lo necesita” Rhi se separó de la ventana, su mente dando vueltas. “¿Sabes
quién secuestró a su familia?”
“Sí”
“¿Por qué no vais tras él?”
“Estamos tratando”
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Había pasado mucho desde que ella había tenido una buena batalla “¿Puedo unirme a
vosotros? Soy genial con una espada” dijo ella, balanceando su espada alrededor de ella en
un arco danzante.
El silencio fue ensordecedor. Aunque no podía verles, Rhi podía imaginar que ellos estaban
debatiendo si incluirla o no. Ella bajó la espada, esperando.
“No esta vez”
Y luego ellos se fueron. Todos salvo su observador.
Rhi no podía creer que la hubieran dejado atrás. Pero no iba a rendirse tan fácilmente. Si
Usaeil no estaba allí para proteger a los Light, entonces Rhi lo haría.
Se dirigió hacia el símbolo. Si el hombre con el que había estado hablando no había hecho
la marca, entonces el que capturó a los Everwoods lo hizo. Y eso significaba que Rhi podía
encontrarles.
Sus dedos hormiguearon con magia mientras levantaba su mano. Su observador se

apresuró a su lado como para detenerla, pero se detuvo justo antes de tocarla. Otra vez.
Sólo por una vez, ella hubiera querido que él pusiera su mano sobre la de ella, para sentirla.
Él nunca se permitía acercarse, y eso estaba realmente empezando a frustrarla.
Rhi puso la mano en la sangre y pulsó su magia en ella. Nunca había utilizado su magia
así antes, pero sabía que podía hacerse.
Visiones borrosas de Faes pasaron a su alrededor, y a través de ella, moviéndose

rápidamente como si se rebobinaran. Vio a Neve, pero no pudo distinguir claramente al
hombre a su lado. O aquellos a su alrededor. Había una gran cantidad de magia que se
utilizaba para impedirle que viera los rostros.
Rhi utilizó más magia en un intento de mejorar la visión, pero su foco cambió cuando un
Dark llegó. Ella jadeó ante la intrusión, pero el Dark teletransportó a Neve y al hombre con
ella. La negra huella de la magia Dark era apenas visible. Rhi se volvió para verla flotando
a través del aire, dejando un camino sinuoso y diciéndole exactamente a dónde tenía que
ir.
Ella dejó caer las manos y miró a su observador “Ni se te ocurra intentar detenerme” dijo
ella antes de seguir la negra huella.

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Capítulo 16
Neve se mantuvo firme. No tenía otra opción. El hombre que estaba ante el fuego estaba
claramente trastornado. Pero el hecho de que también fuera claramente brillante era lo que
la asustaba.
Cada vez que preguntaba sobre su familia, ellos parecían más y más lejos de alcanzar. La
idea de que no pudiera volver a verles hacía que las lágrimas le escocieran en los ojos.
Bran se pasó una mano por el pelo negro de la mandíbula antes de volverse hacia ella. Los
ojos plateados se clavaron en los de ella. Ella hizo todo lo que pudo para no dar un paso
atrás. Mientras que el exterior de él era tan hermoso como cualquier Fae, podía ver la ira y
el mal retorciéndose en su interior. Lo demostraba en sus palabras y en sus ojos.
“No te gusto” afirmó él.
Neve mantuvo el control de la cantidad de cosas repugnantes que quería espetarle. En lugar
de eso, dijo: “¿Qué esperabas? Capturaste a mis padres”
“Por causa de Talin”
Ante su nombre, Talin dio un paso hacia Bran: “Tu lucha es conmigo”
Bran quitó los ojos de ella y miró a Talin. “¿La amas?”
“No voy a quedarme quieto mientras sigues matando inocentes, ya se trate de medio Fae o
de alguien a quien mire”
“Oh, tú has hecho más que mirar” dijo Bran con una sonrisa conocedora. “Yo diría
que…exploraste…a Neve, por dentro y por fuera, minuciosamente. Muchas veces”
Neve estuvo a punto de vomitar ante el pensamiento de Bran observándoles hacer el amor.
A su lado, Talin ni siquiera se inmutó.
“Estaba espiando en el Castillo” dijo Talin. “Cogí la información que pude conseguir. En
cualquier parte que pudiera conseguirla”
Si Neve no hubiera hablado con Talin antes, podría en realidad haber pensado que él la
había utilizado. Luego se dio cuenta que podía utilizar sus palabras en su beneficio. Ella
jadeó y se alejó de él. “Tú… ¿me utilizaste?” preguntó ella afrentada.
Talin ni siquiera miró en su dirección cuando respondió: “Yo tenía órdenes”
“Bravo” dijo Bran mientras daba palmas ruidosamente. Luego lanzó la cabeza hacia atrás
y se echó a reír. “Buen intento, por ambos”
“No sé de lo que estás hablando” dijo Neve. “Confié en Talin. Mira a donde me ha conducido
eso. Piensas que significo algo para, ¿así que secuestras a mi familia? Evidentemente,
ambos estábamos equivocados”
Bran nunca renunció a su sonrisa. Sus ojos giraron hacia Talin, sus cejas levantadas
expectante. Talin sencillamente soltó un largo suspiro.
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Bran soltó una risita mientras sonreía a Talin. “¿Cómo no te diste cuenta de que yo estaba
allí?”
Un músculo se contrajo en la mandíbula de Talin, pero no dijo nada. Neve quería cogerle
de las manos para ofrecerle a él -y a ella- confort.
“Te ví observándola” continuó Bran mientras caminaba alrededor de Talin lentamente. “El
deseo que ardía en tu mirada cada vez que veías a Neve. Y la obsesiva forma en que te la
guardabas toda ella para ti”
Neve intentó tragar, pero tenía la boca demasiado seca. ¿Realmente la había mirado Talin
de esa forma?
Bran se detuvo entre ellos “No mirabas a otras mujeres. Porque tú solo deseabas a una. A
ella” dijo Bran y señaló a Neve.
Ella bajó la mirada al suelo, insegura sobre cuáles eran las intenciones de Bran. Neve estaba
enferma -preparada para cualquier cosa, y no quería decir o hacer nada que impidiera el
ataque de Talin.
“Y tú” dijo Bran mientras se ponía de cara a ella. “Tu padre poniéndote un hombre tras otro
delante. Los ignoraste a todos ellos hasta que llegó Talin. Le echaste una mirada y eras
suya”
Ella levantó la cabeza “¿Cuánto tiempo has estado en la Corte?”
Bran simplemente sonrió. “Le deseabas y fuiste tras él. ¿Cómo de lejos estás dispuesta a
llegar para conseguirle, querida Neve?”
“Tan lejos como lo necesite. Así que siento por él. ¿Qué pasa por ello?”
“¿Admites que le amas?”
De alguna manera, Neve se dio cuenta demasiado tarde que había dado un paso en falso.
Regiamente. No había forma de retractarse o intentar decir algo más. Sus sentimientos
estaban ahí para que todos los vieran. Por el rabillo del ojo, vio a Talin mirarla fijamente.
Ahora no había vuelta atrás.
“Sí” respondió ella, con su voz saliendo ronca y bajita. La sonrisa de Bran se ensanchó.
“Esto me recompensa al descubrir que Jordyn no murió o que no pude poner mis manos
sobre River”
Neve no tenía idea de quienes eran esas mujeres. Miró a Talin, pero él estaba frunciéndole
el ceño intensamente a Bran. Neve volvió la mirada a Bran para ver que él se giraba y miraba
a cada uno de ellos. “Vais a saber cómo me sentí” dijo él.
Sus ojos estaban demasiado brillantes para el gusto de Neve. Él acababa de subir al tren
de los locos, y ella también estaba a punto de ser arrastrada a él. Bran arqueó una ceja a
Talin “¿Qué? ¿ Sin comentarios cortantes?”
“No hay nada que decir” replicó Talin.
Neve quería conseguir encaminar de nuevo las cosas. “Por favor. Mi familia”
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DONNA GRANT
“Familia” murmuró Bran como si estuviera rememorando un recuerdo. Sus ojos se

suavizaron brevemente antes de que la ira una vez más invadiera su mirada. Miró a Talin
“Eso es lo que Cael y los demás eran para mí”
“Hiciste tu elección” dijo Talin. “Conocías las reglas”
“Reglas que la Muerte ahora está cambiando. ¿Por qué ahora?”
Neve miró secretamente alrededor de la amplia habitación, pero no vio la gran decoración,
ni las mesas antiguas ni los muebles elegantes. Estaba buscando algún indicio de su familia
o del resto de los Reapers.
Pero no había nada.
El pánico empezó a aparecer. Este no era el plan. Ella intentó impulsar su magia para
utilizarla contra Bran, pero le costó ingentes cantidades de esfuerzo invocar incluso una
pizca de ella. Bran debía haber hecho algo. El muy bastardo.
Neve entendió lo que era el odio. Él era la causa de todo esto. Y estaba casi harta, jugando
con cualquier escenario psicológico que Bran tuviera en mente.
“No le diste a la Muerte elección” dijo Talin, haciendo que la mente de Neve volviera a la
conversación. Una enorme bola de magia del tamaño de una bola de bolos apareció en la
mano de Bran. Corrientes de poder iridiscentes giraban en su interior. Miró a la esfera antes
de levantar lentamente sus ojos plateados llenos de odio hacia Talin. “No es cierto. Yo estaba
enamorado. ¿Por qué deberíamos elegir?”
¿Elegir? ¿Qué era eso? La garganta de Neve se sentía como si se le estuviera cerrando
mientras buscaba en el rostro de Talin una pista de que Bran estaba loco. Bran ladró una
carcajada sea. “Ah, Neve. Hay mucho de Talin que no sabes. Por ejemplo, que él es un
Reaper”
Neve negó con la cabeza, incapaz de dar voz a las palabras que seguirían haciendo pensar
a Bran que ella no sabía la verdad. “Oh, sé. Él es esa cosa que todos temen. A él no le está
permitido decírtelo, porque si lo hace, tendrá que matarte”
Neve apartó la cabeza. No porque Bran estuviera diciendo cosas que ella ya sabía, sino
porque Talin se negaba a mirarla. Era casi como si estuviera preparándose a sí mismo para
algún secreto que pudiera ser expuesto. Pero ella lo sabía todo.
¿O no?
“No estamos autorizados a tener relaciones. O no lo estábamos” continuó Bran.
El corazón de Neve estuvo cerca de estallar de esperanza. Pero luego explotó en un millón
de trozos un segundo después. “Bueno, a algunos de los Reapers se les ha permitido. La
Muerte salvó la vida de Jordyn así que ella puede estar con Baylon. ¿Está Jordyn viviendo
ahora con un Reaper, Talin?”
Neve le miró, un músculo se contrajo en la mandíbula de Talin. Esto. Esto era lo que Talin
no quería que Bran le contara, pero ella todavía no estaba segura de por qué.
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DONNA GRANT
“Eso es lo que pensé. Y eso me lleva a River” dijo Bran. “Para Kyran tiene que ser el éxtasis
saber que ella es capaz de conocer su pasado como un Dark y amarle. Mientras tanto, la
Muerte, una vez más, dando su aprobación a un Reaper para mantener a su mujer con él.
Bran hizo una pausa mientras caminaba hacia Talin y sujetaba la esfera de magia entre los
dos para rozarla contra la camisa de Talin, quemándola.
Neve quiso alejar a Bran, pero permaneció dónde estaba. Porque, por encima de todo lo
demás, ella sabía que Talin podía manejarse en cualquier situación. Él era un Reaper,
después de todo.
“Neve, mi dulce” dijo Bran con una sonrisa, con su mirada clavada en la de Talin. “¿Sabes
la diferencia entre tú y esas mujeres?”
Un largo período de silencio llenó la habitación. Ella se dio cuenta de que Bran estaba
esperando su respuesta. “No”, replicó ella.
“Ellas son medio Fae. No tienen el problema de ser Fae de ninguna forma” Bran entonces
la miró a ella, una mirada de pura delicia llenaba su rostro mientras la comprensión se
abría paso en ella.
Ella era Light. Y por cualquier razón, la Muerte no parecía favorable a tal union con un
Reaper. Neve había sabido que iba a perder a Talin, pero no se había dado cuenta de esa
‘regla’.
Y Talin lo supo todo el tiempo. La había utilizado, pero ella lo había aceptado. Era su misión.
Pero ¿qué pasaba con los sentimientos entre ellos, la pasión y el deseo? Esos, pensaba, que
eran más que su misión.
Ahora no estaba tan segura. Y eso enfureció a Neve. Porque estaba total y absolutamente
enamorada de Talin.
Bran dejó salir un largo silbido antes de sonreír y mirar a Talin. “Casi lo siento por ti. Neve
te ama. ¿Serás tú quien la mate ahora que ella sabe? ¿O será la Muerte quién tenga el
honor?”
“Mi familia” afirmó Neve, ya sin preguntar.
Bran la ignoró, continuando con su historia. “La Muerte mató a mi mujer. Mi preciosa,
honorable y amante Light Fae”
“Tú conocías las reglas” dijo Talin entre dientes.
“¡También Baylon!” La esfera de magia en la mano de Bran aumentó, quemando a través de
la camisa de Talin para tocar la piel de su pecho. “Baylon sabía lo que podía suceder”
“Y él estaba preparado para morir por Jordyn. Tú cambiaste las reglas para nosotros”
En shock, Bran dio un paso atrás, como si no pudiera asimilar lo que Talin acababa de
afirmar. Neve miró la herida en el pecho de Talin y observó cómo empezaba a sanar. Puede
que ella tuviera su magia bloqueada, pero al menos Bran no había detenido su capacidad
de sanar. Que ella supiera.
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SERIE THE REAPERS 3
DONNA GRANT
La sonrisa de Talin era desalmada, violenta e imperdonable. “Eso es todo tuyo, Bran.
Intentaste ponernos una trampa, y cuando eso no funcionó, empezaste a matar medio Faes.
Teníamos que hacer algo. Tuviste éxito en matar a Jordyn, pero la Muerte se dio cuenta de
que Baylon podía convertirse en ti. Ella decidió permitir que Jordyn se convirtiera en un
Reaper. Nada de esto habría sucedido si no hubieras venido a cazarnos a nosotros y a la
Muerte” dijo con una dura carcajada.
Furioso, Bran lanzó la bola de magia a Talin quien ni siquiera se inmutó. Neve se quedó sin
respiración cuando rozó la cabeza de Talin, quemando las puntas de su cabello. La esfera
aterrizó tras ellos sobre una mesa de adorno que sostenía un jarrón Ming. Todo lo cual
explotó con el impacto.
Neve giro la espalda alrededor para ver lo siguiente que Bran haría. Las palabras de Talin
parecieron sacarle de quicio, y no estaba segura de que eso fuera lo que ellos necesitaran.
Porque un Bran loco significaba que sería impredecible.
Su mirada giró hacia ella. La sonrisa de Bran fue despiadada cuando dijo: “Has estado
preguntando por tu familia. Quizás ahora es el momento de mostrarte”
El terror la invadió, haciendo que escalofríos de aprensión la atravesaran. Negó con la
cabeza. Pero ya era demasiado tarde. Bran chasqueó los dedos. Detrás de él, dos Dark
aparecieron, sujetando entre ellos a Atris. A Neve el corazón se le cayó a los pies al ver que
había sido torturado. La sangre le cubría el costado de la cara por un corte en la línea del
cabello que ya había sanado. Había sangre en sus ropas también.
Pero fue la mirada vacía en sus ojos lo que le congeló el corazón. El hermano que ella
conocía, el que la hacía reír y siempre tenía cuidado de ella había desaparecido.
“Pensé que aguantaría más tiempo. Siendo un Everwood y todo” dijo Bran como si fuera
una cuestión de hecho. Luego se encogió de hombros. “Supongo que las líneas de sangre
no cuentan tanto como antes. Aunque al final iba a conseguir lo que quería. No importa lo
que fuera”
Neve tragó saliva y dio un paso hacia su hermano. “Atris. Mírame”
“Puedes intentar alcanzarle todo lo que quieras, pero él es mío” Bran le mantuvo la mirada
y dijo “Justo como tú lo serás”

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SERIE THE REAPERS 3
DONNA GRANT
Capítulo 17
Daire estaba segundos detrás de Rhi cuando ella llegó a la mansión. No perdió el tiempo
rodeándola con sus brazos para evitar que hiciera algo estúpido. Como encargarse de Bran
cuando le viera.
“Sólo voy a dejar caer mi velo” susurró ella, aparentemente imperturbable por que él la
abrazara.
Daire sonrió ante su valentía. Ella no tenía forma de saber que no sólo había utilizado sus
brazos para detenerla. Al estar contra él, su velo automáticamente se envolvió alrededor de
ella también. Sin importar lo que ella hiciera.
Miró por encima de la cabeza oscura de Rhi para encontrar a Cael observándole. La magia
que rodeaba la mansión era espesa, pero Kyran había sido capaz de unirse a Talin. Tan
pronto como llegaron, Kyran había empezado a trabajar para destruir sistemáticamente los
hechizos de Bran. Lo que significaba que Kyran tenía que aventurarse fuera de la habitación
con Talin y Neve.
Ahora que seis de los siete Reapers estaban en la mansión, ninguna cantidad de magia
podría seguir funcionando. Además, Cael y los demás no dinamitarían la magia de Bran.
Eso le alertaría de su presencia. Y ese momento no había llegado aún.
“Tú, hijo de perra” murmuró Rhi a través de sus dientes. Ah. Entonces ella dejó caer el velo.
Daire respiró hondo inhalando su intoxicante aroma a mar, sol y lavanda. Y poderío.
Por los cielos, se moría por ella. Ella se cogió con las manos a la parte exterior de sus
muslos. Se quedó quieta como una estatua mientras escuchaban a Bran hablar sobre el
hermano de Neve. La visión de Atris hizo que Daire quisiera matar a alguien. No formaba
parte de su misión destruir a Bran. Su asignación era Rhi. La cual estaba allí. Si ella
luchaba, él tendría que hacerlo.
Las lágrimas de Neve fluían libremente mientras ella intentaba, repetidamente, conseguir
la atención de su hermano. Pero Bran tenía razón. Atris se había ido. Neve no parecía
entender que Bran tenía un plan idéntico para ella.
No se podía decir lo mismo de Talin. Estaba perdiendo el poco control que tenía sobre su
ira. En cualquier momento ahora, Talin iba a atacar.
Los Reapers se habían abierto en abanico rodeando a Bran. Él confiaba demasiado en su
magia como para creer que los Reapers pudieran introducirse en la mansión sin su
conocimiento.
Las uñas de Rhi se clavaron en la pierna de Daire cuando dos Dark más aparecieron. Cada
uno de ellos mantenía a uno de los padres de Neve frente a ellos. Los ojos de Neve se
abrieron de par en par cuando les vio.
“Es el momento de tu elección, Neve” dijo Bran y señaló a sus padres. “Te vienes libremente
conmigo, y les dejaré vivir”
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SERIE THE REAPERS 3
DONNA GRANT
El padre de Neve estaba negando fieramente con su cabeza hacia su hija. Toda la habitación
pareció quedarse sin aire esperando la decisión de Neve.
Bran caminó hacia su madre y le tocó la mejilla que estaba toda húmeda de lágrimas. La
miró a los ojos plateados y preguntó: “¿Quieres a tu hija muerta? ¿O la prefieres viva?”
“Preferiría matarte con mis propias manos” dijo la matriarca, elevando la barbilla.
Daire pudo ver la sonrisa de aprobación de Rhi cuando él bajó la mirada. Tenía que
admitirlo, estaba impresionado por cualquier Fae que se pusiera contra Bran. Nadie sabía
quién era, pero todos parecían entender que no se le podía tratar a la ligera.
“Yo escapé del Inframundo” le dijo a ella con una sonrisa. “ ¿De verdad crees que tu pequeña
magia de Light Fae podría lastimarme?”
Su confesión sobre el Inframundo pareció cambiar algo en el interior de Neve. Sus lágrimas
se detuvieron. Ella se limpió las mejillas y cuadró los hombros. Luego hizo lo que su madre
hizo y levantó la barbilla.
“He tomado mi decisión” le dijo a Bran.
Él se volvió hacia ella, con una sonrisa. “Déjame ser claro. Si me rehúsas, mataré a tus
padres lentamente mientras lo observas. Luego te mataré a ti. ¿Lo has entendido?”
“Perfectamente” fue su breve respuesta.
Rhi se volvió en los brazos de Daire. Se quedó sin respiración cuando ella elevó las manos
por su pecho y le rodeó el cuello. Se puso de puntillas y se inclinó para acercarse a su oído.
“Déjame luchar. Puedo ayudar”
Incluso mientras se decía a sí mismo que no lo hiciera, sus manos se posaron sobre su
estrecha cintura. Su mejilla rozó la de ella, y cerró los ojos. Cómo había deseado abrazarla
justo de esa forma.
Pero no era el momento.
“No” susurró él.
Sus manos acunaron su rostro mientras ella buscaba verle. Ella podía sentirle, lo cual era
más de lo que él había permitido antes. Por el rabillo del ojo, vio a Fintan observándoles cn
interés.

Cada ojo en la habitación observaba a Neve. Talin retenía la respiración, esperando que ella
tomara la decisión correcta. Atris era un Dark. Todo lo que tenía que hacer para completar
el cambio era matar.
Y Talin sabía que Bran iba a tener a Atris como un asesino.
Talin pensaba que no podría estar más furioso contra Bran, pero estaba equivocado. Muy
equivocado. Había desgarrado a una familia simplemente porque Talin había estado
cortejando a Neve.
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SERIE THE REAPERS 3
DONNA GRANT
El Palacio Light era un lugar en el que Talin pensaba que estaba a salvo de las interferencias
de Bran. ¿Por qué habría acudido Bran a los Light? No había nada para él allí. Su objetivo
era eliminar a los medio Fae y destruir a los Reapers y a la Muerte.
Pero una vez más, ellos le habían subestimado.
Talin quería destrozarle por verlo con Neve. Él no compartía. Nada. Pero especialmente a
sus mujeres, -de ninguna manera. Saber que Bran les espiaba hizo que Talin enloqueciera
de celos y furia. Luchaba contra la parte de él que se regocijaba al saber que Neve estaba
enamorada de él. Sin embargo, ni siquiera eso duró mucho porque sabía lo que le esperaba
a Neve cuando todo hubiera terminado.
Ella también lo sabía.
A Talin se le contrajeron las tripas. Neve sabía que ella iba a morir. ¿Por qué se negaría a
Bran y a luchar libremente sólo para ser matada una vez que ellos regresaran al Castillo?
“Neve” dijo Talin.
Ella volvió la cabeza hacia él. Sus preciosos ojos plateados estaban claros. Negras pestañas
punteadas con las lágrimas cayeron sobre sus mejillas cuando parpadeó. Estaba en calma.
Demasiada maldita calma para gusto de Talin.
Kyran se movió hacia su lado, pero Talin estaba más preocupado con la decisión de Neve.
Ella no iba a elegir simplemente a Bran. Porque entonces Talin tendría que matarla.
Eso es lo que le hacía querer bramar con frustración y resentimiento. No importaba la

decisión que Neve tomara. Iba a morir de cualquier forma. Y ella iba a intentar salvar a sus
padres. Salvo que Talin sabía que era solo una trampa. No había ni una sola posibilidad de
detenerla.
“¿Sabes lo que sucede cuando una Light se convierte en Dark?” preguntó él.
Bran puso los ojos en blanco. “Admite la derrota, Talin. He ganado”
Neve negó con la cabeza.
Talin dio un medio paso hacia ella. “Un Light es repetidamente torturado hasta que su luz
se va. Hasta que aceptan la oscuridad” Señaló a Atris “Justo como tu hermano hizo”
“Él podría haber aguantado más tiempo” declaró Bran.
Talin miró a Daire para ver que Rhi ahora estaba de cara a él con sus manos en su rostro.
Pero la mirada de ella estaba dirigida hacia Bran, y había odio lanzándose desde sus ojos.
“Esos son los que se ven obligados a convertirse en Dark. Los otros que lo aceptan con
entusiasmo eluden la tortura” le dijo Talin a Neve. “Pero aceptar la oscuridad dentro de ti
no sella el trato de que un Fae que se vuelva Dark”
Bran caminó hacia Neve con toda la confianza de alguien que pensaba que había ganado.
“Ella es inteligente, Talin. Estoy seguro de que ella lo sabe”
“Dime” le urgió ella a Talin, ignorando a Bran.
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SERIE THE REAPERS 3
DONNA GRANT
“Mira a tu hermano” la urgió Talin. “Sus ojos son todavía plateados. Y permanecerán así
hasta que cometa su primer asesinato. No importa si drena el alma de un ser humano o
asesina a alguien”
La cabeza de Neve se giró hacia Atris, quién la miraba fijamente como si nunca la hubiera
visto antes. “Ya veo”
“¿Están aún lista para tomar tu decisión?” le preguntó Bran.
Ella respiró hondo y lentamente dejó salir el aire. Luego, ella respondió “Sí”
Talin no iba a permanecer allí y ver cómo Neve se convertía en Dark. Le destruiría
completamente. Más que la traición que había provocado que la Muerte le buscara para
convertirse en un Reaper.
Kyran se movió frente a él. No se dijo una palabra puesto que Bran podría escuchar. El
rostro de Kyran lo decía todo. Sus ojos rojos estaban entrecerrados, su rostro adusto.
Era la forma de Kyran de decirle que todavía no era el momento de atacar. Pero Talin estaba
cansado de esperar. ¿Cuánto más tenían que sufrir los Everwoods antes de que los Reapers
dieran a conocer su presencia? Nadie debería tener que presenciar cómo un hermano se
vuelve Dark. Estaba pidiendo demasiado de Neve. Ella era fuerte, pero todo el mundo tenía
límites.
Neve caminó esquivando a Bran y se dirigió hacia sus padres. Ella les abrazó a ambos
mientras todo miraban con interés. Sus padres le dijeron que la amaban, y ella les respondió
del mismo modo.
Mientras sus padres derramaban lágrimas en abundancia, los ojos de Neve estaban secos.
Eso alarmó a Talin. La sonrisa ladeada que Bran lanzó en su dirección le decía que Bran
también había notado ese pequeño detalle.
Fue solo la mano de Kyran en el brazo de Talin lo que lo detuvo de acosar a Neve y
arrastrarla contra él. Pero ¿qué podría prometer? ¿Una vida protegida por los Reapers? Eso
no era posible, por equivocado que fuera.
Talin tuvo que pensar cuál sería la muerte más fácil para ella. Él resopló por dentro. No
existía una muerte fácil. Ambos escenarios apestaban realmente. Miró a los padres de Neve.
Ellos habían visto a uno de sus hijos volverse Dark contra su voluntad. ¿Cuánto más
sufrirían de ver que la otra voluntariamente se convertía en Dark?
Talin no podía imaginarlo. No quería imaginarlo. Pero no tenía elección. Estaba dispuesto
ante él como un buffet, y Bran estaba atiborrándose. Los Everwoods permanecían erguidos,
sabiendo que iban a morir. No rogaron por sus vidas. La fortaleza de la línea de los
Everwoods residía en los padres para que todos la vieran.
Talin le dio al padre de Neve una inclinación de cabeza. Él respondió del mismo modo, la
aceptación de su destino en sus ojos. La madre de Neve en silencio rogaba con los ojos a
Talin que protegiera a su hija.
Era todo lo que Talin quería hacer.
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Y él iba a hacerlo. Todo esto era culpa de Bran. Los Everwoods no tenían que haber sido
atraídos a su conflictivo romance, y no lo hubieran sido, si Talin no hubiera cortejado a
Neve.
Ahora no se podía cambiar el pasado. Ya estaba hecho. Todo con lo que podía tratar estaba
frente a el. Y Talin iba a asegurarse de que las decisiones correctas fueran tomadas.
“Lo siento” susurró, el mensaje queriendo ser dicho a la Muerte. Talin no iba a ir contra ella
ni contra los Reapers por atacar a Bran él solo.
Kyran frunció el ceño. Negó con la cabeza, pero ni siquiera sus amigos iban a detener a
Talin. Como si sintiera su decisión, Kyran dejó caer los brazos con una sonrisa triste. “Esto
me irrita” murmuró Kyran.
Eso estuvo cerca de hacer reír a Talin. Kyran odiaba la palabra irritado, asi que Talin se
aseguraba de utilizarla a menudo cada vez que estaba cerca de Kyran para molestarle.
Y era la manera en la que Kyran le estaba diciendo adiós.
La mirada de Bran se entrecerró sobre Talin. Durante un segundo, Talin pensó que Bran
pudiera haber escuchado a Kyran. Luego la cabeza de Bran se volvió hacia Neve mientras
ésta se movía hacia Atris.
Ella abrazó a su hermano mientras que él permanecía con los brazos alrededor a los lados.
Neve le besó en la mejilla y susurró algo que Talin no pudo escuchar. Luego ella se volvió
hacia Bran “Mi respuesta es…”
“¡No!” gritó la voz de otra mujer.
En ese mismo momento, Rhi se alejó de Daire, fuera de su velo. Ella se giró hacia Bran, con
la espada en alto.

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Capítulo 18
Neve miraba fijamente muda por la sorpresa a Rhi. No estaba segura de quien estaba más
asombrado, si ella o Bran ante la visión de la Light Fae.
“No sé quién eres” dijo Rhi mientras caminaba a zancadas hacia Bran. “Pero vas a volver al
Infierno del que escapaste”
“¿Cómo has conseguido llegar aquí?” exigió Bran.
Rhi sonrió y se abrió de piernas con su espada levantada en uno de sus lados. “Creo que
no tienes suerte, pedazo de loco. Ese bocado, me lo reservaré”
“Eso lo veremos” declaró él.
En un abrir y cerrar de ojos, los dos Dark que vigilaban a Atris atacaron. Neve miraba con
asombro como Rhi rápidamente despachaba a ambos Fae con dos giros de su espada. No
era de extrañar que todos estuvieran siempre maravillados con la Light Fae. Neve
constantemente había deseado ser Rhi. No era solo por la forma en que Rhi se vestía (un
aspecto agresivamente sexi que pocos podían pasar por alto) o por la forma en que hablaba
con tantas palabrotas.
Era por la forma en que se mantenía cuando confrontaba a sus adversarios. No había duda
en su mirada de que ella iba a ganar. Esa confianza estaba en sus modales, en la forma en
que se movía. Y la mayoría lo sabía lo suficiente como para respetarla por ello.
No así Bran. Neve no podía esperar a que Rhi acabase con él. Neve miró a Talin. Estaba
mirando hacia su izquierda en un lugar vacío. Los Reapers debían estar allí. Pero ¿por qué
no estaban ayudando a Rhi?
“¿Esto es todo lo que has podido conseguir?” preguntó Rhi arqueando una ceja. El rostro
de Bran se llenó de furia. “Te vas a arrepentir de esto”
“Lo dudo muchísimo” Rhi sacudió su espada, quitando la sangre de los Dark de la hoja.
Esta vez, cuatro Dark aparecieron. No avanzaron hacia Rhi pero utilizaron magia en su
lugar. Ella se giró y se volvió para esquivar las esferas. Lo poco que la golpearon, ella ni
siquiera lo reconoció. Neve se encontró con la mirada de Talin y le lanzó una mirada
penetrante. La negación apenas perceptible de su cabeza le dijo que, por ahora, los Reapers
estaban dejando que Rhi soliviantara las cosas con Bran.
Y eso no estaba bien. Neve sabía que probablemente era porque Rhi no se había dado cuenta
de quiénes eran los Reapers, ni querían que ella lo supiera porque entonces tendría que
morir.
Neve testeó su magia y comprobó que había vuelto a ella fácilmente. Creó dos esferas -una
en cada mano- y las lanzó a los Dark que estaban atacando a Rhi. Rhi le guiñó un ojo a
Neve mientras le cortaba el cuello a uno de los Dark. Neve no se detuvo y lanzó tres esferas
más de magia antes de que Bran se volviera hacia ella con un rugido.
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En el instante siguiente, Neve se encontró a sí misma sujeta contra la pared, varios

centímetros por encima del suelo. La magia de Bran le estaba cerrando lentamente la
garganta, cortándole el aire.
Talin dejó salir un grito de furia. Ella sólo podía mirar mientras una espada con una larga
hoja apareció en su mano. Talin dio un paso, arremetiendo y balanceando su arma.
Consiguió acercarse lo suficiente a Bran como para cortarle el brazo. Neve sonrió ante la
visión de la sangre de Bran. Pero la sonrisa pronto desapareció cuando Bran giró su cabeza
hacia Atris y ladró su nombre.
La habitación se quedó en silencio una vez más. Sin un segundo de vacilación, su hermano
de forma casual caminó hacia su madre. Una daga apareció en su mano en un latido antes
de clavársela en el corazón.
Neve gritó mientras los ojos plateados de su madre se abrían de par en par con sorpresa.
Cayó redonda al suelo, sin vida. Neve miró con horror como su hermano daba un paso hacia
un lado hacia su padre. Su padre miró a Neve y le dio una sonrisa reconfortante antes de
tocar el rostro de Atris. Una segundo después, su hermano le cortó el cuello.
A pesar de que Neve abrió la boca para gritar, no hubo sonido alguno. El shock fue
devastador y debilitante.
Insoportable.
El trauma de lo que había sido testigo la dejó temblando de incredulidad. Estaba
entumecida, su corazón se encogía por el golpe que Bran acababa de darle.
Neve no podía retirar la mirada de sus padres, que yacían en el suelo inmóviles. Su
matrimonio había sido uno para solidificar y fortalecer a la familia. No habían compartido
un gran amor, pero en la muerte, sus dedos se tocaban, como si a pesar de todo, al final se
necesitaran el uno del otro.
Fueron las carcajadas de Bran las que hicieron que quitara la vista de sus padres. Neve se
encontró a sí misma mirando fijamente el rostro de su hermano, pero se había ido su
familiar mirada plateada. Ahora una mirada rojo sangre le devolvía la mirada.
“¿Puedo matarla la siguiente?” preguntó Atris a Bran.
“Sobre mi jodido cadáver” gruñó Talin. Rhi silbó para atraer la atención de Atris. “¿Qué tal
si lo intentamos tú y yo si lo que estás buscando es a alguien más para matar?”
Neve luchó para salir del puño de magia de Bran, pero su sujeción era irrompible. Ni
siquiera él estaba prestándole atención. La mirada de Bran estaba clavada en Talin como
si estuviera esperando a que Talin hiciera el siguiente movimiento.
La violencia en la hermosa y plateada mirada de Talin ardía. Sus pecho jadeaba mientras
perforaba a Bran con una mirada. Neve suponía que los demás Reaper estaban sujetándole
por detrás. ¡¿A qué estaban esperando?!
Sin mirar a Atris, Bran le inclinó la cabeza. Al instante, Atris estaba lanzando en arco
esferas de magia hacia Rhi. Ella era tan graciosa como un cisne, tan ágil como un felino.
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Y extremadamente letal.
Su hoja rara vez dejaba de poner su marca. Neve sólo podía observar cómo Rhi cortaba a
su hermano una vez tras otra. Era casi como si estuviera jugando con Atris, porque había
habido muchas veces en que podía haber dado el golpe mortal. Pero nunca lo hacía.
Neve no podía entender por qué. Ella sabía lo certera que era Rhi, qué letal era con su
espada. Entonces se le ocurrió. Rhi estaba debilitando a su hermano Atris para que fuera
un Fae menos contra el que luchar.
La garganta de Neve se le obstruyó por la emoción. Su hermano estaba perdido, pero Rhi
estaba impidiendo que ella tuviera que verle morir después justo de ver el asesinato de sus
padres.
Ella miró hacia Talin para encontrarle a él y a Bran uno frente a otro. Estaban girando
lentamente, con sus miradas bloqueadas.
La ira ardía en Neve. ¿Por qué no estaban los Reapers atacando? Tenían la oportunidad
perfecta para eliminar a Bran. Estaba siendo retenida en contra de su voluntad, incapaz de
hacer nada más que observar el proceso.
De repente, Bran sonrió cuando Searlas se puso detrás de Talin. Ahora Talin tenía que
volverse de lado para mantener a ambos hombres a la vista. Justo cuando ella estaba
tratando de gritar a los Reapers, Searlas cayó de rodillas, sus ojos abiertos de par en par
mientras la sangre aparecía en su pecho.
El rostro de Bran estalló de furia. Dejó salir un rugido, y la habitación se llenó de repente
de Dark.
Su ejército.
En ese momento, el resto de los Reapers dejaron caer el velo. Cael inmediatamente fue tras
Bran. Sus espadas hicieron un sonido metálico, la magia arremolinándose alrededor de
cada uno de ellos.
Talin estaba abriéndose paso a través de los Dark para llegar a ella. Kyran, Eoghan y Fintan
estaban todos ellos luchando contra varios Dark al mismo tiempo.
Había otro Reaper, uno que Neve no había visto antes. El Light Fae tenía la mirada puesta
a menudo en la larga y oscura melena de Rhi. Nunca estaba lejos de ella.
Neve encontró a Atris, que se abría paso sobre la pared más cercana. La sangre corría por
su pecho abajo, brazos, cuello y piernas. La espada de Rhi había sido hecho en los Fuegos
de Erwar, impidiendo a los cuerpos de los Fae curarse como normalmente lo hacían.
Cayó de rodillas, sus barbilla cayendo sobre el pecho. Neve no quería que su hermano
muriese, pero era lo mejor sabiendo que él era un Dark.

Talin apretó los dientes contra las descargas de magia que soportaba durante su intento de
alcanzar a Neve. Al menos, ella estaba fuera de la refriega de la batalla. Eso era lo único
bueno en medio de toda la mierda que estaba cayendo.
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No importaba, cuantos más Dark matara más tomaban su lugar. Los muchos cortes de sus
armas mezclados con las descargas de magia le estaban ralentizando. No ayudaba que este
ejército tuviera la misma clase de fuerza y poder añadido a su magia como los de los Reaper.
Si fueran Dark Fae normales, los Reapers habrían hecho un trabajo rápido. Talin esquivó
una hoja que llegaba a su cabeza. Realmente necesitaban encontrar como Bran conseguía
trasferir su magia. Nadie de los otros Reapers eran capaces de hacer eso. Así que ¿qué hacia
a Bran tan especial?
Talin captó la visión de Daire cerca de Rhi. Incluso en el calor de la batalla, la tristemente
célebre Light Fae había notado a cada uno de los Reapers. Esperaba que Cael tuviera una
forma de tratar con el nuevo reconocimiento de Rhi, porque Talin estaba justamente seguro
de que la Muerte no quería muerta a Rhi.
Pero si Rhi podía vivir después de conocer a los Reapers, entonces Talin iba a luchar con
todo lo que tenía para que lo mismo pasara con Neve. Aunque no pudiera tenerla.
Siseó cuando una esfera de magia le golpeó conde ya había sido quemado con magia Dark
anteriormente. Su piel crepitó mientras la magia ardía, llegando a través del músculo hasta
el hueso.
Talin puso a un lado el dolor. Ya trataría más tarde con él. Justo ahora, tenía que se fuerte
y feroz para Neve. Ella le necesitaba. Ya no tenía la vista puesta en matar a Bran. Talin
simplemente quería llegar a Neve y mantenerla a salvo.
Luego se concentraría en matar a ese bastardo.
Talin dio media vuelta, su mirada captando un vistazo a Cael y Bran luchando. Por primera
vez desde que Bran había empezado esta guerra, los Reapers le habían sorprendido. Eso
hizo que Talin sonriera interiormente. Ellos eran Reapers. Podían -y debían- detener a Bran
esta noche. Bran ya no causaría estragos entre los Reapers y amenazaría a la Muerte. Los
Reapers ya no tendrían que preocuparse por proteger a los medio Fae que quedaban entre
los humanos.
Talin clavó la espada en las entrañas de un Dark cerca de él mientras lanzaba magia para
bloquear una descarga de otro. Sacó su espada mientras el Dark se desintegraba antes de
embestir con el hombro en otro Fae.
Su camino hacia Neve era lento. Demasiado malditamente lento para su paz mental. No
parecía importar cuantos Dark mataran los Reapers -y eran un número significativa- había
siempre más.
Talin frunció el ceño cuando estuvo cara a cara con el Dark que justo acaba de matar con
su espada. ¿Qué demonios estaba sucediendo? Mató al Dark de nuevo, con la misma
estocada a través del estómago del Dark. Por segunda vez, Talin observó que él se tornaba
en polvo.
Fue la carcajada de Bran la que hizo que la aprensión tensara a Talin. Había más trabajo
aquí de lo que cualquiera de los Reapers sabía. Asumieron que conocían la mente de Bran,
lo cual era difícil. Pero habían cometido un error fatal al pensar que lo que fuera que le
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estaba dando el poder no era nada de lo que tuvieran que preocuparse. Estaban
equivocados.
Talin pronto se encontró estando cerca de Kyran en la batalla. Por la mirada inquietud en
el rostro de su amigo, Kyran había llegado a la misma conclusión. Con un gran esfuerzo,
Talin y Kyran consiguieron un pasillo hacia Neve. Ella arañaba su garganta, los lazos
invisibles que la ahogaban.
“¡Mátalo!” gritó Talin a Cael.
Era la única manera de que pudieran liberar a Neve de su magia. Porque Bran no iba a
hacerlo voluntariamente. Bran quería infligir dolor, quería matar a todo lo que les fuera
importante a los Reapers.
Cael no sólo estaba luchando contra Bran. Había varios Dark atacándole también. Los
Reapers estaban superados en número, y si algo no se hacía pronto, iban a perder la
oportunidad de matar a Bran que les estaban dando.
Bran clavó la espada en el muslo de Cael.
Todos callaron a medio pelea cuando los labios de Cael se abrieron en una mueca. Talin
contuvo el aliento mientras Cael miraba la hoja que sobresalía de su muslo antes de
levantar gradualmente la cabeza. Su respiración era laboriosa, la sangre fluía hacia debajo
de su pierna en un grueso riachuelo.
“¡No!” gritó Eoghan. El shock de Eoghan hablando rápidamente se disipó ante la sensación
de malevolencia. Bran levantó sus manos, la magia llenando la habitación y expandiéndose
rápidamente. Talin luchó contra el peso de aquello, pero al final, cayó de rodillas mientras
la magia de Bran se hinchó en un intento de tragar a cada uno de ellos.
La mirada de Talin se encontró con la de Kyran cuando ambos fueron retenidos por la magia
de Bran incapaces de moverse. Talin apretó los dientes de dolor mientras sentía como si su
piel le fuera arrancada del cuerpo.
De repente, algo a su izquierda comenzó a brillar. La casa comenzó a temblar como si el
mismo suelo luchara contra la sujeción de Bran. Talin consiguió volver la cabeza lo
suficiente como para ver que era Rhi quien brillaba. La luz emanaba de cada poro de su
cuerpo. Cuanto más brillaba, mas se estremecía la casa.
Grietas aparecieron en las paredes. El techo gimió y se desplazó, astillándose en varias

venas. Rhi, sin embargo, parecía impertérrita.
Su magia chocó con la de Bran empujando su espalda con un rugido vengativo. Pero hubo
consecuencias ante tal poder. La mezcla de tales dos magias poderosas crearon un
torbellino. Un violento remolino de magia que giraba sobre ellos como un tornado. Rhi no
parecía darse cuenta. La ira deformaba su rostro, consumiéndola.
Bran aprovechó la tormenta y la enfocó en una persona -Cael. Lo estaba empujando hacia
el vórtice. Herido, Cael luchó valientemente contra la magia que lo arrastraba. Se esforzó
hasta que sus pies salieron de debajo de él. Incluso entonces, Cael arañó el suelo.
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Todos los Reaper intentaron alcanzar a Cael, pero la magia -y la tormenta mágica- lo hacían
casi imposible. Talin se quedó sin aire cuando la magia de Rhi presionó contra él, haciendo
que su cuerpo temblara con la fuerza de ella. Pronto devoraría la de Bran -y todo lo demás.
“¡Rhi!” gritó Daire. Él era el que más cerca estaba de ella, y él gateó hacia ella mientras
sangraba por los oídos.
Cael trataba de ser tragado por la tormenta mágica. Talin gritó su furia cuando vio algo
moverse por el rabillo del ojo. De prisa, Eoghan se puso de pie y empujó a Cael fuera del
camino, solo para ser absorbido por la tempestad. Con Eoghan desaaparecido, Bran apagó
su magia y se teletransportó lejos, sus risas haciendo eco en las paredes de la mansión.
Daire consiguió coger la mano de Rhi mientras la llamaba por su nombre de nuevo. Rhi
parpadeó. Luego, con un suspiro tembloroso, el brillo disminuyó hasta que desapareció por
completo. Todos quedaron en silencio durante un momento mientras miraban alrededor
para ver que los Dark se habían ido. Salvo uno -Atris.
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Capítulo 19
Neve tomó una profunda bocanada de aire. La caída había sido más dura de lo que había
pensado, con las rodillas quejándose al impactar. Ella cayó hacia adelante, atrapándose
con sus manos. Se tocó la garganta, agradecida de no sentir la magia de Bran.
Miró a Talin, pero sus mirada estaba en el punto en el que Eoghan se había desvanecido.
Neve no podía imaginar cómo lo estaban sintiendo los Reapers. Así como no era capaz de
entender de lo que había sido testigo, de lo que Rhi hizo.
¡La Light Fae había brillado realmente!
Siempre se había hablado en la Corte alrededor de la poderosa magia de Rhi, pero Neve no
había sabido que esas murmuraciones estaban basadas en la realidad. Supuso que fueron
pocos los que habían observado en carne y hueso.
Un gemido a su derecha llamó la atención de Neve. Jadeó cuando vio a Atris. Sin pensar en
las consecuencias, Neve medio gateando medio trastabillando se abrió camino hacia él.
“Atris” murmuró ella mientras le daba alcance.
El empezó a derrumbarse hacia un lado. Instintivamente, le sostuvo la cabeza mientras le
rodeaba con los brazos. Se situó a sí misma con la espalda apoyada en la pared. “Te tengo”
le dijo, acariciándole.
Sus ojos estaban cerrados, y ella estaba agradecida por ese pequeño rescate. No estaba lista
para ver los ojos rojos que le convertían en un Dark. Ni podía mirar los cuerpos de sus
padres. Era tan doloroso. Así que no se volvió en su dirección o pensó en Atris matándoles.
“Lo… siento” dijo Rhi en medio del silencio y la calma en la sala. El fuego en la chimenea
crujía y explotaba. La sangre -sangre de los Dark Fae- goteaba de la espada de Rhi. El
sonido de esa única gota golpeando el suelo pareció golpear a Rhi. En el momento siguiente,
la espada había desaparecido.
Una temblorosa respiración salió de ella. Luego caminó hacia Cael y sacó la espada de su
muslo sin una advertencia. Él levantó la mirada hacia ella mientras giraba para ponerse de
espaldas.
Neve estaba fascinada, observando como Rhi se ponía de rodillas y examinaba la herida.
Nadie se movió. Nadie emitió una simple sílaba. “Esto no va a curar” dijo Rhi finalmente.
Cael se encogió de hombros. La mirada en su rostro decía que ya sabía el veredicto “No
importa”.
Neve movió a su hermano, frunciendo el ceño ante las palabras de Cael. ¿Qué quería decir
eso de 'no importa'?
“Si quieres matar a Bran y encontrar a tu amigo, importa” dijo Rhi como si fuera una
cuestión de hecho. Ella se encontró con la mirada de Cael y puso la mano sobre su herida,
luego su mano empezó a brillar.
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Neve podía en realidad ver la magia moviéndose desde la mano de Rhi entrando en la herida
de Cael. Si Neve se había sorprendido del poder de Rhi antes, ahora estaba boquiabierta.
Los Fae con la clase de habilidad de Rhi eran un mito y una leyenda -no seres reales.
Como también lo eran los Reapers.
La piel de Neve ardía cuando sintió la mirada de Talin en ella. Ella volvió la cabeza hacia el
lado y miró en su dirección. No importaba cuanto se esforzara, no pudo leer su cerrada
expresión.
Él se puso de pie y se abrió camino hacia ella. Se arrodilló a su lado y le metió un mechón
de pelo detrás de la oreja. Se sentía tan bien tener su toque de vuelta que Neve cerró los
ojos e inclinó su mejilla contra la palma de su mano. “No lo hemos conseguido” dijo Talin.
Neve abrió los ojos y le dio una sonrisa reconfortante “La próxima vez”
“¿Cuántas veces más lo intentaremos?” preguntó Kyran a la sala. “Deberíamos tener a

Bran”
Fintan negó con la cabeza de pelo blanco. “¿De dónde está sacando su jodido poder?”
La cabeza de Rhi se giró hacia él, y durante un largo rato, simplemente miró a Fintan.
Entonces miró a cada uno de los Reapers hasta que llegó al que Neve no conocía. Daire.
Daire retiró la mirada de Rhi y dijo a Cael “Necesitamos saber como Bran está consiguiendo
este poder si vamos a golpearle”
“Estoy de acuerdo” dijo Talin.
Cael se puso en pie, probando su pierna que ahora estaba totalmente curada. Dio una
inclinación de cabeza a Rhi. “Gracias. Con respecto a Bran, yo también estoy de acuerdo.
Tenemos dos misiones. Encontrar a Eoghan, y descubrir el secreto de Bran”
“Lo cual nos pone frente a cómo salió del Inframundo” dijo Kyran.
“Bueno, pellizcadme” dijo Rhi de repente, con una sonrisa en el rostro “Sois los Reapers”
Neve esperó a que alguno de ellos lo admitiera, pero él unico que le mantuvo la mirada fue
Cael. Neve sabía exactamente como se sentía Rhi. Los Reapers tenía la boca cerrada, pero
ella sabía por qué. Rhi todavía tenía que darse cuenta de eso.
“Estás equivocada sobre ellos” le dijo Neve a Rhi. “No existen cosas tales como los Reapers”
Rhi volvió la mirada en su dirección. Detrás de ella, Cael inclinó la cabeza hacia Neve lo que
ella asumió que era en agradecimiento por s intento, desafortunadamente, fue un intento
fallido porque Rhi evidentemente no la creyó.
“Tendremos que aceptar estar en desacuerdo sobre eso, chiqui” dijo Rhi. Luego caminó
hacia Neve y se sentó delante de ella, mirando a Atris. Neve tragó saliva, “¿Se despertará?”
“Indudablemente” Los ojos plateados de Rhi se encontraron con los de ella. “¿Estás segura
de que le quieres?”
“¿Por qué si él es Dark podría tener que matarle?”
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“No hay un podría en eso”, le dijo Talin a ella.
Neve negó con la cabeza. “Mi familia ha sido maltratada lo suficiente. No mataré a mi propia
sangre”
“Lo haremos por ti” dijo Cael mientras se acercaba con los otros Reapers tras él.
Eso ni hizo que Neve se sintiera mejor. Ella abrazó fuerte a Atris. Él había sido un alma
buena, un alma generosa. Quizás no era tan fuerte mentalmente como los antepasados
Everwoods, pero eso no le hacía peor persona.
Rhi posó su manó sobre la de ella y le dio un pequeño apretón. “Has visto lo que Bran es”
“Sí” dijo Neve, tragando saliva.
“Él controla a Atris. No podemos permitir que eso continúe”
Neve lo sabía, pero el pensamiento de que su hermano muerto hizo que sus ojos ardieran
por las lágrimas no derramadas. Talin la rodeó con un brazo, ofreciéndole su fuerza y su
hombro. Ella nunca le había necesitado más. Se sentía como si en cualquier momento,
estuviera a punto de desmoronarse.
Aspiró y parpadeó para aclararse la visión. Luego miró a Cael. “¿Podemos hacerlo juntos?”
“¿Qué?” preguntó Rhi. Ella miró a Neve y a Cael varias veces antes de que le lanzara a Neve
una dura mirada. “¿Por qué quieres morir?”
“No quiero hacerlo” Esa era la verdad, y Neve no se arrepentía por decirlo. Ella miró a Talin
y vio el dolor en sus ojos. Estaba preparado para luchar por ella, pero no lo permitiría. Mira
hasta donde había llegado Bran.
“Entonces lucha” dijo Rhi, afrontada.
Neve acunó el rostro de Talin. “Tú conoces las reglas. Sabes lo que se tiene que hacer”
“No. No lo sé” dijo Talin.
“Lo sabes” insistió ella. Neve firmemente negó con la cabeza cuando Talin trató de seguir
discutiendo. “No. No querría tener tu final como el de Bran”
“Wow, aquí” dijo Rhi levantando las manos. “Vamos a frenar un segundo mientras alguien
me pone al día de lo que estáis hablando”.
Neve sonrió a través de sus acuosos ojos mientras miraba fijamente a Talin, esperando
recordar cada detalle de su rostro. Luego ella dijo sin mirar a Rhi “Déjalo ir”
“Y un infierno que lo haré” La Light Fae levantó la cabeza y giró hacia Cael. “No vas a poner
una sola mano en Neve. Está bajo mi protección”
“Lo cual significa nada” dijo Cael sin ningún calor.
Rhi le disparó el dedo y se apoderó de Neve. En el siguiente instante, Neve se encontró en
una habitación lujosa con Atris todavía en sus brazos. Miró alrededor hacia el blanco y
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dorado reconfortante en la cama con media docena de almohadas doradas en todos las
formas y tamaños. Había una gigantesca mullida alfombra blanca y dorada bajo la cama.
Dos preciosas mesillas a cada lado de la cama tamaño king, pintadas en blanco con
atractivos giros y remolinos dorados. Una delicada silla con brazos y patas doradas y un
respaldo y asiento blancos se encontraba cerca de una ventana junto a una pequeña mesa
redonda y blanca con un enorme ramo de flores blancas.
Un enorme secreter blanco con pomos dorados en los cajones y adornos dorados a lo largo
de los bordes estaba acompañado por un taburete blanco. Había un sofá blanco con
almohadas blancas y doradas.
Rhi permanecía de pie en mitad de la habitación cerca de Neve, formulando un hechizo en

el lugar. Cuando terminó, bajó la vista hacia Neve antes de caminar hacia el sofá. Neve no
había pensado mucho sobre los pantalones negros de Rhi, en sus tacones de aguja negros,
y en la camiseta a rayas rosa y negra. Hasta ahora.
No necesitaba preguntar dónde estaban. Puede que Neve nunca hubiera estado en esta
habitación, pero conocía la sensación del Castillo de Usaeil. “Esta es mi habitación” dijo Rhi
mientras doblaba la pierna debajo de ella y se sentaba. “Estaremos a salvo aquí”
“Carece de sentido. No deberías haber interferido”
“Dime por qué. Evidentemente, amas a Talin. Y él siente lo mismo”
Eso no hacía sentir mejor a Neve. Sí, no quería otra cosa de Talin que su amor, pero no
quería que se volviera como Bran.
“¿Neve?” la presionó Rhi.
Ella bajó la mirada a su hermano “Existen reglas”
“Las reglas están hechas para ser quebrantadas”. Rhi bufó. “Confía en mí. He roto las
suficientes como para saberlo”
Neve retiró cariñosamente el pelo de Atris de su frente. “Esta regla no puede ser
quebrantada”
“Esto se remonta a ese personaje Bran, ¿verdad?” Rhi se mordió el labio mientras estiraba
un brazo a lo largo del respaldo del sofá y golpeaba el suelo con el pie. “Él rompió esta regla,
¿verdad?”
“Sí”
“¿Y Talin también?”
Neve asintió con la cabeza. Miró a Rhi. “Talin es necesario. No puede volverse como Bran”
“Entonces, ¿cómo funcionan los Reapers?”
Casi cae en la trampa de Rhi, pero Neve se retuvo a sí misma a tiempo antes de hablar
sobre el grupo. “No sé de lo que estás hablando”
“Lo averiguaré de una forma u otra. Bien podrías contármelo”
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“En lugar de ello, tengo un favor que pedir”
La curiosidad brilló en los ojos plateados de Rhi. Ella se echó hacia atrás su largo cabello
negro por encima del hombro. “Dispara”
“No quiero que Talin o ninguno de los Reapers me quite la vida. Solicito al más grande de
los Light Fae que lo haga. Tú”
La boca de Rhi se abrió. Frunció las cejas mientras miraba, sin pestañear. “No me pidas
eso”
“Pero lo hago”
“¿Neve?”
Ella bajó la mirada cuando oyó la voz de Atris. “Aquí estoy”
Abrió los ojos que aparecían entre rojos y plateados. En un instante, Rhi estaba junto a
ellos. “Escúchame, Atris” dijo Rhi aprisa. “Tienes una elección que hacer. Escoge entre la
luz o la oscuridad. No puedes tener a ambas”
“Yo…” Cerró apretadamente los ojos. “¿Qué me ha pasado?”
Neve le acarició las mejillas. “Lo discutiremos más tarde. Elige la luz, Atris. Ven a casa
conmigo”
El cuerpo de él estaba desgarrado de dolor, arqueándose en los brazos de ella. Neve le

sujetaba con fuerza, repitiendo su nombre una y otra vez, esperando que la oyera pidiéndole
que volviera a ser el mismo.
Finalmente, llegó a relajarse. Su cuerpo estaba cubierto de sudor. Sus agitados ojos se
abrieron para revelarse…plateados. Rhi dejó escapar un fuerte suspiro y cayó sobre su
trasero “Eso estuvo cerca”
“Demasiado cerca” dijo Cael desde atrás de Rhi.
Neve levantó los ojos y miró a Talin a los ojos. Supo que el momento había llegado. Atris
estaba inestable mientras se ponía de pie. Él frunció el ceño a Talin. “¿Qué está pasando?
¿Cómo he llegado aquí?”
“Tranquilo, tigre”, dijo Rhi mientras se ponía delante él y Neve. Neve se puso en pie e intentó
esquivar a Rhi y rodearla, pero la Light Fae no la dejó. Neve se encontró con la mirada de
Cael. “No huiré. Vamos. Ahora”
“De acuerdo” Cael asintió con la cabeza hacia Kyran. Pero fue Talin quien se aproximó a
ella. Atris gritó el nombre de Neve y arrastró a su hermano contra él. “Talin, dime porque
siento que vas a lastimar a mi hermana. Pensaba que ella te importaba”
“Me importa”, dijo Talin con una voz rota por la emoción. Neve se volvió para enfrentar a
Atris. Ella tenía que hacer que su hermano entendiera. “Está bien. Talin y yo tenemos
cuestiones que resolver. Además, tú necesitas descansar”
“¿Cuestiones?” preguntó confundido.
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Ella asintió con la cabeza y le sonrió. Si por lo menos sus padres pudieran saber que el
agarre de Bran no había sido tan fuerte como pensaban. Atris, el orgullo de la familia
Everwood, era una vez más Light Fae. Nunca se hablaría de su breve período como Dark –
ni de las cosas que él había hecho.
“¿Él no va a lastimarte?” preguntó Atris.
Neve sonrió, sabiendo que no le estaba mintiendo en realidad cuando dijo: “Talin nunca me
lastimaría. Lo sabes”
“Porque él te ama. Y tú le amas”
“Sí” Neve estaba emocionada de que estuviera a punto de poder dejar a Atris sin que él
supiera la verdadera razón. Antes de que los Reapers tomaran su vida, ella iba a asegurarse
de que Talin condujera a Atris a pensar que estaban viviendo juntos en algún lugar lejos.
Si se salía con la suya, Atris nunca sabría cómo murió.
O por qué.
“Tú le amas” repitió Atris.
Fue el turno de Neve de fruncir el ceño. Hubo algo diferente en su voz. Sus dedos se le
clavaron en el brazo mientras una sonrisa cruel aparecía en su rostro. Al mismo tiempo,
sus ojos se le volvieron rojos.
Neve apenas registró el dolor cuando la hoja se le hundió en el corazón.
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Capítulo 20
Talin corrió hacia Neve, cogiéndola antes de que pudiera estrellarse contra el suelo. Los
bajó al suelo. Ya estaba ella jadeando por respirar. Aunque quería matar a Atris, Talin dejó
que los demás intentaran capturarle mientras él abrazaba al amor de su vida.
“Neve” susurró y acarició su rostro. El tiempo se estaba agotando rápidamente. Tragó para
pasar el nudo de emoción en su garganta. “Te amo. Te lo debería haber dicho antes”
Ella sonrió, pero cualquier palabra que ella pudiera haber dicho desapareció mientras su
vida se desvanecía de sus ojos. Talin no podía moverse. Acercó más a Neve, incapaz de creer
que Atris les hubiera engañado a todos ellos y matado a su hermana. ¿Había sido todo
aquello planeado por Bran?
Había sido la secreta esperanza de Talin que Rhi pudiera llevarse a Neve a algún lugar en
el que ellos nunca la hubieran podido alcanzar. Pero también había sabido lo inútil que
habría sido. La Muerte podía encontrar a cualquier en cualquier momento. Para ella no
existían los escondites.
Ahora, nada de eso era importante. Independientemente de todo, Neve se había ido.
Ella no se merecía esto. Ninguno de su familia se lo había merecido. La culpa residía en

Bran, y Talin iba a hacérselo pagar. No iba a matarle rápidamente. Quería que el hijo de
perra sufriera una eternidad.
Kyran le puso la mano en el hombro “Lo siento, Talin. Atris ha huido”
Rhi se puso en cuclillas a su lado. “Talin, sé de alguien que puede ayudar. Él puede
resucitar a alguien. Se lo pediré”
Hubo una perturbación en el aire y la Muerte apareció delante de ellos. Llevaba su cabello
de medianoche suelto, llegándole a la cintura. Su vestido de manga larga era de un sólido
negro con un cuello alto y una larga cola.
“¿Cómo demonios os habéis atravesado todos mis hechizos?” exigió Rhi absolutamente
afrentada.
La Muerte se volvió hacia Rhi. “No es el momento aún para nuestro encuentro”
“Sería una jodida pena” replicó ella. Rhi estaba demasiado ocupada en sentirse indignada
para darse cuenta de que Daire se había movido detrás de ella. Con un gesto de la mano de
la Muerte, Rhi quedó inconsciente. Daire la capturó, levantándola en sus brazos.
“No recordará nada que tenga que ver con los Reapers cuando despierte” dijo Erith.
“¿Eso es inteligente?” preguntó Cael. “Se va a enfadar muchísimo cuando al final lo
descubra”
“No es el momento” fue la réplica de la Muerte. “Daire, lleva a Rhi de regreso a la isla”
Y con eso, Daire desapareció.
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Talin no se molestó en ocultar su furia cuando levantó la mirada hacia la Muerte cuando
ella se agachó delante de él. “Tienes lo que querías. Neve está muerta”
“Estás equivocado si piensas que yo quería esto”
Él la miró a sus ojos color lavanda y bufó. “Son tus reglas. Ibas a asegurarte de que Neve
muriera de una forma o de otra”
“Yo no envié a su hermano para que la traicionara, Talin” Erith le sostuvo la mirada. “Lo
sabes”
Y él lo sabía. Necesitaba una salida, y eso era exactamente lo que la Muerte era. Alguien
tenía que pagar la ira de su dolor. ¿Quién mejor que la única persona que podría tomarlo?
La Muerte puso su mano sobre una de las de él. “Los Reapers fueron elegidos cuando fueron
traicionados. Neve ha sido traicionada por su propio hermano y por Bran”
Talin parpadeó. ¿Estaba diciendo Erith lo que creía que estaba diciendo? Sería demasiada
esperanza para él si resultaba que estaba equivocado.
“Puedo traerla de vuelta” dijo la Muerte. Talin cerró apretadamente los ojos y abrazó el
cuerpo de Neve “¿Cómo un Reaper?”
“Es la única forma en que puedes estar con ella ahora”
Una eternidad solo.
O una eternidad con Neve.
Pero tenerla como un Reaper quitando vidas…Talin y los demás habían vivido algo de esa
vida antes de que la Muerte les ofreciera ese rol. Neve no lo había hecho. ¿Podría ella
manejarlo? Era fuerte mentalmente, pero eso no significaba que estuviera preparada para
el desafío de quitar vidas. La cambiaría, la endurecería.
Su dulce y preciosa Neve.
Pero no volver a ver nunca sus ojos. No cogerla de la mano o no volver a sentir nunca su
cuerpo contra el de él. No volver a escuchar nunca su risa –o sus gritos de placer. Qué
estúpido se sentía por pensar que podía darse a alguien de tal forma como a Neve y alejarse
después cuando hubiera terminado su misión. Su corazón había sabido que él no podría
dejarla.
Su cerebro ahora lo estaba asimilando.
Ya Bran había tomado la elección por él. Bran había tomado las decisiones por todos ellos,
pero mayormente por Neve. La garganta de Talin se contrajo cuando la emoción le alcanzó.
“Lo dejo en tus manos si le ofrezco el papel a Neve. Incluso si dices que sí, ella podría
negarse” le advirtió Erith.
“Sí”, dijo Talin rápidamente. “Mi respuesta es sí”
Supo tan pronto las palabras había salido que no había otra respuesta para él. No era
porque quisiera a Neve a su lado –aunque eso jugaba un papel muy importante en su
decisión.
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No, era porque era el momento de que Neve decidiera por sí misma. Lo que fuera que
ocurriese, Talin viviría con ello. No importaba lo duro o difícil que fuera.
La Muerte simplemente inclinó la cabeza hacia él en aceptación y apretó ligeramente su

mano. “Ahora la decisión está en manos de Neve”
Talin permaneció con Neve en sus brazos, esperando a que Erith hablara con el alma de
Neve tal y como había hecho con Jordyn. Pero la Muerte tenía otras ideas. “Cuando llegué
a cada uno de vosotros, vosotros estabais solos. Haré lo mismo con Neve” dijo Erith
suavemente.
Kyran se acercó a él. “Talin”
Él relajó su forma de sujetar a Neve. Rápido como un destello, la Muerte desapareció con
Neve. Talin se pasó una mano por el pelo. Cuando miró hacia abajo, vio la sangre de Neve
por toda su camisa, mezclada con la suya propia y la de los Dark.
Sangre. Mucha sangre.
Su vida era sangrienta y difícil. Veía muerte y lucha contra el mal diariamente. Le
desgastaba el alma, quitándole un milímetro a cada vez. ¿Cuánto tardaría en ser como
Fintan? Neve había hecho brillar una luz sobre su mundo que había olvidado que existía.
Los Reapers vivían la vida que quisieran cuando no estaban cazando para la Muerte, pero
era la caza, el asesinato lo que había atenuado la luz dentro de él.
Con Neve, ella le había hecho acordarse de quién había sido, de los Fae de los que se había
sentido orgulloso y esperanzado. Talin había sido el verdugo de la Muerte durante tantos
miles de años, que había olvidado quién era.
“Neve te ama” dijo Kyran. “Ella elegirá ser un Reaper”
Fintan asintió con la cabeza mientras caminaba por la habitación. “No hay forma de negar
los sentimientos de Neve”
“Tienen razón” dijo Cael mientras se acercaba al otro lado de Talin. Talin respiró hondo.
“Ser un Reaper destruirá a Neve. Yo no podría soportarlo”
“Jordyn no mata” les recordó Kyran. “Quizás Neve no tenga que hacerlo tampoco”
Cael se tensó pero no replicó.
Talin volvió la cabeza para mirar a Kyran. River no era un Reaper. Ella estaba embarazada
del niño de Kyran, y la Muerte le había dado un lugar entre los Reapers para que pudiera
tener al hijo de Kyran. ¿Le habrían dado la misma oportunidad a Neve si Talin la hubiera
dejado embarazada? ¿La Muerte haría lo mismo con Neve que con Jordyn, y no la mataría?
Talin sabía la respuesta –no.
Todo se reducía a que las otras eran medio Fae, y Neve era una Light. Debía haber una
razón para la diferencia, pero aún tenía que descubrirla. Y eso le molestaba. Su furia creció,
aumentó.
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“¿Por qué?” preguntó a la habitación “¿Por qué está la Muerte tratando a Neve de forma
diferente a las otras? ¿Por qué se les tiene más consideración a las medio Fae que a las
Fae? Neve ha perdido a su familia. Tuvo que ver cómo asesinaban a sus padres por la mano
de su propio hermano. Sólo para tener a Atris después asesinándola. Ella ha sufrido”
“También tú” señaló Fintan.
Talin se sacudió la mano de Kyran sobre su hombro. Se levantó y empezó a dar vueltas por
la sala, con los puños cerrados a los lados. “¡Somos Fae! No deberían llegar más concesiones
a los medio Fae que a uno de los nuestros”
“Los medio-Fae son uno de los nuestros” dijo Kyran.
Talin se detuvo, encarándose a su amigo “¿De verdad? ¿Por qué entonces los Fae nunca
regresan por los niños que resultan de una unión con un humano? ¿Por qué las hembras
Fae dejan el engendro de un humano en el bosque, olvidando su indiscreción? ¿Por qué los
Fae no traen a los medio Fae a nuestro mundo?”
“Porque tienen sangre humana” afirmó Fintan
“Exactamente” Talin bufó, creciendo su furia. “Neve va a tener que matar por causa de que
ella ha descubierto quiénes somos. Ella lo averiguó porque su familia fue capturada y Bran
se aseguró de que ella señalara en dirección a los Reapers”
Cael asintió con la cabeza, su voz reconfortándole mientras decía “Lo sé”
“Rhi lo sabe. Ella ha visto. Pero la Muerte no la mata. ¿Por qué? ¿Por qué existen planes
para Rhi? ¿Por qué no existen planes para Neve?” Al final, Talin gritaba, pero no podía
evitarlo. No era justo que todo se acumulara contra Neve. Ella había más que demostrado
su valía como lo había hecho Jordyn. Pero Jordyn era mitad Fae, por lo que aparentemente,
eso le daba algo más de valor que Neve.
Su maravillosa, preciosa Neve.
La sala quedó en silencio. Talin necesitaba algo de tiempo solo. Estaba demasiado enfadado
para estar alrededor de alguien más. Se teletransportó fuera del Castillo de Usaeil,
totalmente fuera de Irlanda.
Se encontró a sí mismo en una montaña en mitad de las Highlands. La nieve caía con copos
gruesos. Se amontonaba a lo largo de las laderas rocosas. No fue hasta que se dio la vuelta
y vio al hombre detrás de él, que se dio cuenta de a dónde había llegado inadvertidamente
por su parte –a Dreagan.
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Capítulo 21
Neve.
Ella abrió los ojos y parpadeó. Neve se encontró mirando hacia el brillante cielo azul e
imponentes árboles con pájaros de todas las formas y colores volando alrededor. Neve se
sentó, confundida cuando se encontró en el suelo. Miró hacia abajo y se encontró que la
sangre todavía cubría su vestido negro. Así que no se había imaginado que Atris la había
apuñalado.
Y que ella estaba muerta.
Respiró hondo. Cuando levantó la mirada, una libélula zumbaba alrededor de ella antes de
entrelazarse con los tallos de flores que parecían alcanzar el cielo mismo. Neve se puso de
pie y siguió a la libélula con sus alas de brillante verde y dorado. La ruta la llevó a través
de exuberantes plantas y flores de colores más vibrantes que jamás había visto antes.
Era el paraíso.
Los pies de Neve se detuvieron cuando vio a la libélula aterrizar sobre el hombro de una
mujer pequeña con el cabello negro como el carbón que caía en gloriosos rizos por su
espalda.
Unos ojos enormes, únicos, de color lavanda que observaban a Neve, en un rostro
demasiado hermoso como para describirlo. Y Neve había visto mucha belleza como un Fae.
Sin embargo, esta mujer los superaba a todos.
En contraste con los colores brillantes y vivos alrededor de ella, la mujer llevaba un vestido
de gasa de color negro sólido. La falda era larga, pero los bordes no tocaban el suelo. De
hecho, parecía como si ella estuviera... flotando.
Neve frunció el ceño mientras dejaba que su mirada volviera a recorrer de arriba a abajo el
vestido. Fue cuando advirtió que había un diseño negro de cachemir en un tono más claro
que el tejido negro. El corpiño se alzaba hasta su cuello, pero sin mangas. El vestido
marcaba la cintura diminuta de la mujer y sus voluptuosas curvas.
“¿Quién eres?”
“La Muerte” respondió la mujer con una voz tan suave y melódica como su acento. Neve
ladeó la cabeza “¿La Muerte?”
“¿Es tan difícil de creer?”
“Un poco”
La Muerte sonrió, transformando su maravilloso rostro en uno que la dejó sin respiración.
“La mayoría asume que la Muerte es un hombre. Me encanta ver esa reacción”
“¿Qué estoy haciendo aquí?”
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La sonrisa se desvaneció “Siento mucho lo que ha sucedido. Siento mucho que Bran os
haya metido en esta guerra que él ha comenzado. Es culpa mía. Debería haberle matado,
pero quería que sufriera por romper mis reglas y volver en contra a los demás Reapers. Por
eso, le llevé al Inframundo”
“Escapó”
La Muerte suspiró, sus labios se juntaron apretadamente por un momento. “Eso hizo.
Ahora, los Reapers están luchando contra él. A tí y a tu familia os ha pillado en medio”
Neve ojeó a la Muerte. “¿Me has traído aquí porque descubrí quiénes eran los Reapers?”
“No. Eso fue brillante, por cierto. No me gustó que lo descubrieras, pero estaba muy
impresionada”
“¿No te gustó porque significaba mi muerte?”
“Sí”
Neve sabía que ya estaba muerta. ¿Por qué estaría hablando con ella la Muerte? Y, aunque
sabía que podía ser arrojada al Inframundo, todavía tenía preguntas que quería que la
Muerte respondiera. “¿Pero no Jordyn o River?”
Los ojos color lavanda se entrecerraron en ella. “No conoces la historia”
“¿Ellas averiguaron lo de los Reapers?”
“Sí” admitió ella a regañadientes.
“Pero no tuviste que matarlas” No era de extrañar que Talin estuviera tan enojado y listo
para luchar por ella.
La Muerte levantó una negra ceja mientras su rostro se convertía en piedra. “Hay mucho
que no sabes Neve Everwood. Has oídos trozos y pedazos y has llegado a tus propias
conclusiones”
“No estoy equivocada. Es elemental. Esas dos medio Fae descubrieron a los Reapers pero
no murieron”
“En realidad, Bran mató a Jordyn” afirmó la Muerte con tono duro. “Le di la elección de
convertirse en Reaper”
Bueno. Neve no estaba preparada para eso. Quizás se había pasado un poco.
Durante largos minutos, la Muerte sencillamente la miró. “River no es un Reaper. Sin

embargo, ella está embarazada del hijo de Kyran. También es el único miembro que queda
de su familia, a la que los Dark habían estado dando caza y matado durante numerosas
generaciones. Tenía la habilidad de leer los dialectos Fae largamente desaparecidos en los
libros que estamos utilizando en la lucha contra Bran”
“Ya veo” Dicho de esa manera, Neve no tenía nada que aportar.
“¿Crees que no eres digna de ello?”
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Neve miró a la Muerte a los ojos. “En el mundo de los Fae, procedo de una influyente,
poderosa y adinerada familia. He sido cortejada por mi familia y mis conexiones”
Respiró hondo y miró la espectacular belleza que la rodeaba, belleza que nunca habría
pensado en asociar con la Muerte. Eso demostraba que mientras Neve había estado
aprendiendo su camino alrededor de la Corte Light, no había aprendido nada más.
“No soy un guerrero” continuó ella. “No como Rhi. No puedo leer oscuras lenguas Fae. No
estoy embarazada de un hijo de Talin. No tengo nada. ¿Por qué, entonces, estoy aquí?”
La Muerte sonrió a la libélula que tranquilamente se posó en su hombro. Agitó sus alas
antes de salir volando, zumbando sobre la Muerte, pero sin llegar muy lejos nunca. “Quería
hablar contigo”
“No tengo ningún derecho a preguntar, pero ¿por qué no ayudaste a los Reapers cuando
lucharon contra Bran?”
La Muerte suspiró, dejando caer los hombros levemente. “Ese es el problema. No puedo. No
deseo otra cosa más que enfrentar a Bran. No tendría ninguna oportunidad contra mí”
“No lo entiendo”
“Lo que trato de decirte es que los Reapers no lo saben todavía. Bran está de alguna manera
drenando mi magia. Me está debilitando”
Ahora Neve entendía. “Para matarte”
“Sí. No sé cómo lo hace, y necesito averiguarlo. Bran no puede tener el control. Eso sumiría
a todos los Reinos en el caos”
“Los Reapers necesitan saberlo”
“Lo harán. Muy pronto. Cael ya lo sospecha. Es demasiado inteligente para su propio bien”
Neve encontró curioso que la Muerte murmurara la última parte, como si fuera más un
pensamiento suyo que algo que quisiera decir en voz alta. Pero Neve no dijo nada. Estaba
demasiado alarmada por lo que la Muerte acababa de compartir, como para hacer algo más
que quedarse boquiabierta ante la realidad.
“Ya basta” La Muerte cuadró los hombros como si se sacudiera los malos pensamientos.
“Quiero saber lo que harías por Talin”
“¿Qué haría?” repitió Neve, insegura de lo que la Muerte estaba preguntando. “Cualquier
cosa. Todo”
“Sí, pero ¿qué?”
Neve se giró hacia un lado y se inclinó para oler la fragancia de una flor naranja que nunca
había visto. “Bran compartió lo suficiente de su historia como para que me diera cuenta de
por qué Talin no me dijo quién era. Temí, y aún temo, que Talin pudiera seguir los pasos
de Bran”
“¿Crees que Talin te ama tanto?”
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Neve cerró los ojos y escuchó a Talin susurrar su amor justo antes de que ella muriera.
Cosa rara, no había habido dolor. ¿Por qué sólo ahora recordar eso? Solo había habido...
paz.
¿Podía la Muerte ser responsable de eso? Neve recordaba la sensación de la hoja clavándose
en su carne. Había habido un terrible destello de dolor, y luego había estado en los brazos
de Talin, mirando sus claros ojos plateados.
Abrió los ojos. “Talin es un hombre de honor. Se sentirá responsable de todo lo que me ha
sucedido a mí y a mi familia, aunque no sea culpa suya. Pero sí, creo que él me ama” Miró
a la Muerte. “Talin no dice algo que no quiera decir”
“Talin se siente responsable. También está increíblemente enfadado justo ahora. ¿Dejarías
a Talin para siempre si eso le hiciera mejor?”
Ahora Neve estaba realmente confundida. “¿Dejarle? Estoy muerta. Ya le he dejado”
“No por tu voluntad”
“Yo sabía lo que estaba por llegar. No quería que Talin fuera el que me matara. Ni quería
que cualquiera de los Reapers lo hiciera”
La mirada lavanda de la Muerte se suavizó mientras la admiración la invadía. “Se lo pediste
a Rhi para salvar a Talin”
“Talin podría enojarse con Rhi, pero yo no quería que se enojara con ninguno de sus
hermanos por hacer lo que tenía que hacerse debido a las reglas”
“Responde a mi pregunta”
Neve se puso de cara a la Muerte. Amaba a Talin más de lo que jamás pensó que podría
amar a nadie. Era en lo primero que pensaba cuando se despertaba, y lo último en su mente
antes de caer dormida. Donde quiera que ella fuera, ella le buscaba. Incluso cuando sabía
que no estaría allí. Cada minuto que pasaba con él la ligaba a él aún más, enlazaba su
corazón cada vez más al suyo.
Su toque agitaba su alma. Sus besos despertaban su pasión. Y cuando sus cuerpos se
unían, se sentía verdadera y absolutamente completa. Talin fue el gran amor que había
estado esperando durante su larga vida.
Neve parpadeó para quitarse las lágrimas. Todas esas veces que había querido ser como
Rhi, y estaba consiguiendo lo único que no quería –la pérdida de su verdadero amor.
¡Por las estrellas! ¿Era así cómo se sentía Rhi? ¿Todo el tiempo? ¿Todos aquellos miles y
miles de años? Neve no sabía cómo Rhi lo aguantaba. El dolor era… inflexible, implacable.
“Neve” la urgió la Muerte.
Ella asintió, aspirando las lágrimas. “Sí. Me alejaría de Talin para siempre si pensara que
era lo mejor para él”
“Eso es lo que pensé que dirías”
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Neve estaba demasiado sorprendida como para hacer otra cosa que no fuera mirar
boquiabierta a la Muerte”
Entonces, la Muerte sonrió suavemente. “Dijiste que no tenías nada que aportar, pero,
querida mía, aportas lealtad, amor y honor. Eso es algo de lo que sentirse orgulloso”
“Yo… no lo entiendo” ¿Por qué la Muerte le decía todo eso? Eso abría el corazón de Neve a
la esperanza, y no podía aceptarlo. No ahora. No después de todo lo que había ocurrido.
La Muerte dijo: “Busco a los más grandes guerreros entre los Fae -ya sean Light o Dark-
para mis Reapers. Siempre cuento con siete. Bueno, hasta hace poco. Cada uno de mis
Reapers fue traicionado, y esa traición conllevó sus muertes”
“Como yo”, murmuró Neve.
“Exactamente, como tú” Los labios de la Muerte se suavizaron. “Estoy dándote una
oportunidad. Puedo soltar su alma, y encontrarás la paz con tus padres. O puedes aceptar
mi oferta de convertirte en Reaper y cumplir con mis órdenes”
El corazón de Neve casi se le sale del pecho por el entusiasmo ante su oferta. Estar con
Talin. ¡Por toda la eternidad! Abrió la boca para responder cuando la Muerte levantó un
dedo para detenerla.
“Soy juez y jurado, Neve. Los Reapers son ejecutores. ¿Estás preparada para matar sin
saber lo que los Fae hayan hecho? ¿Sólo por mi palabra?”
Matar. Ahora eso era algo sobre lo que Neve no había pensado. ¿Podría tomar la vida de
alguien una y otra vez sólo basándose en la palabra de la Muerte? Alguien tenía que juzgar
a los Fae. Talin y los demás confiaban en la Muerte. También ella podría.
El corazón de Neve se hundió “Como te dije, no soy un guerrero. No sé nada de otras batallas
nada más que la de hoy”
“¿Eso es un no?” preguntó la Muerte con una ceja arqueada.
“Podría hacer lo que pides, pero no soy un…”
“No te he preguntado si eres un guerrero” la interrumpió la Muerte. En pocas palabras.
¿Quieres ser un Reaper?”
Neve sonrió. “Sí”
“Bien” La Muerte acortó la distancia entre ellas y puso su mano sobre el brazo de Neve.
Mientras miraba a la Muerte a los ojos, Neve vio lo que pocos habían visto. Detrás de esos
ojos color lavanda había un alma cargada de responsabilidad, controlada por la justicia y
gobernada por la obligación. El universo descansaba sobre los hombros de Muerte, y ella lo
llevaba con dignidad y gracia.
Fue la soledad que se entreveía en ella lo que sorprendió a Neve.
No había tiempo para pensar en ello mientras sentía el poder, denso y puro, fluir a través
de ella. Su magia aumentó, zumbando a través de ella mientras esperaba ansiosamente ser
utilizada.
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La fuerza de todo aquello casi pone a Neve de rodillas. Aguantó, con los ojos cerrados y sus
dientes apretados. Se sentía como si todo el universo se estuviera encerrando en ella, y
justo antes de aplastarla, todo explotó en un destello de deslumbrantes luces que cayeron
del ahora oscuro cielo como millones de estrellas.
Neve parpadeó hacia el cielo por segunda vez ese día. ¿Tenía la Muerte el control sobre el
tiempo también? ¿O realmente ese paso del tiempo había ocurrido? Luego eso no importó
mientras la magia y el poder se arremolinaban a través de ella, filtrándose en sus huesos y
músculos hasta cubrirla. Las puntas de sus dedos temblaban por la fuerza de su magia.
Ella se echó a reír, incapaz de creer lo que había sucedido. Ella era un Reaper. ¡Un Reaper!
Nada se interpondría en su camino con Talin, salvo Talin. Neve volvió la mirada hacia la
Muerte, que sonreía con aprobación. “Gracias”
“Serás un gran añadido al equipo. Y mi nombre es Erith”
Neve giró en redondo. Y fue entonces cuando se dio cuenta de que ya no llevaba puesto su
vestido blanco. Ella ahora vestía pantalones negros que se amoldaban a sus piernas y altas
botas negras que le llegaban a las rodillas.
El mismo material negro ajustado le cubría el torso y bajaba por sus brazos. Un corsé de
cuero negro la cubría, donde se asomaban docenas de pequeños mangos de cuchillos.
Desde los codos hasta los primeros nudillos de los dedos había guanteletes de cuero, cada
uno con otro cuchillo en la parte inferior del antebrazo.
Se tocó el cabello encontrando que tenía un nuevo estilo con cinco gruesas trenzas desde
su cara hasta su cuello antes de ser tejidas en una trenza gruesa. La sonrisa de la Muerte
se ensanchó cuando apareció una espada en la mano derecha de Neve. Neve miró
boquiabierta la hoja curva. El mango era de madera negra con gruesos diseños plateados
curvos arremolinándose a todo lo largo de él.
“Bienvenida, Reaper”, dijo Erith.
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Capítulo 22
“No eres de aquí” declaró enfadado el Rey Dragón. Talin hizo una mueca. “No quise venir”
“¿Fae?” bramó el Rey al escuchar su acento. “Tienes que estar jodidamente tomándome el
pelo”
Talin levantó las manos “Soy Light”
El Rey le lanzó una dura mirada con sus ojos color jerez. “No soy tonto. ¿Quién eres?”
“Talin” replicó sin pensar. El Rey Dragón ni siquiera sabría que él era un Reaper. “¿Y tú?”
El Rey le miró fijamente antes de pasarse una mano por su corto cabello rubio arena para
quitarse la nieve. “Roman. Ahora no es el momento para que estés aquí”
“Lo sé. Sólo necesitaba algo de tiempo a solas”
“Tu presencia se sintió en el minuto que atravesaste nuestra barrera”
Por supuesto. Talin había olvidado que los Reyes Dragón tenían una barrera de magia a los
largo de sus sesenta mil acres. No era para mantener alejados a los humanos de su
destilería de whisky. Era mantener a los Dark –o cualquier Fae- lejos.
Lo único a favor de Talin era el hecho de que los Dark lanzaran un video al mundo de los
humanos que mostraba a los Reyes Dragón transformándose de humanos en dragones y
viceversa. Eso trajo al MI5, los equipos de noticias y otros que buscaban echarles un vistazo.
Lo cual significaba que los Reyes no podían transformarse ni volar como normalmente
hacían. Eso le dio a Talin unos cuantos minutos con Roman.
“Me iré” dijo Talin.
El rostro de Román se endureció. “Y no vuelvas nunca”
“La guerra entre los Dark y vosotros está calentándose. Creo que desearíais ayuda de los
Light”
“¿Y es por eso que estás aquí? ¿En vez de tu Reina?”
Roman le había pillado. Talin levantó las manos. “Me iré”
Se veló pero no se fue. Fue justo un poco después que aparecieron más Reyes Dragón. A la
cabeza no iba otro que Constantine, Rey de Reyes.
“¿Quién era?” exigió Con. Roman se encogió de hombros, todavía mirando alrededor. “Dice
que su nombre es Talin”
“Deberíamos preguntar a Rhi” dijo un Rey con los ojos color agua, rodeados de azul marino
y el pelo negro. Con suspiró “No todo tiene que serle contado a ella”
“Ella lo sabrá” señaló Rhys.
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Con se dio media vuelta, ignorando las bajas temperaturas y la nieve. “Bien. Pregúntale.
Necesitamos saber por qué este Light estaba aquí”
Talin todavía no estaba seguro de cómo había acabado en Dreagan. No había estado
pensando en los Reyes Dragón. Sus pensamientos habían estado en Neve. Esperó hasta
que todos se fueran salvo Roman que permaneció en lo alto de la montaña antes de que
Talin se teletransportara a Inchmickery. Para su sorpresa, los demás ya estaban allí.
Talin localizó a Baylon, Jordyn, Kyran y River revisando los libros, intentando encontrar
donde podía haber sido enviado Eoghan. Fintan estaba en otra sala afilando su espada
mientras escuchaba la ópera Carmen. Cael estaba en su despacho con la espalda hacia la
puerta y mirando por la ventana.
Talin no necesitaba preguntar en qué estaba pensando Cael. En Eoghan y Bran. Eran las
dos cosas que estaban en la mente de todos.
Con calma se dirigió a su dormitorio y abrió la puerta. Talin se detuvo cuando vio la cama,
una cama que había esperado compartir con Neve. Con cada hora que pasaba sin una
palabra de la Muerte o de Neve, Talin estaba llegando a darse cuenta de que Neve debía
haber rechazado la oferta para convertirse en un Reaper.
No es que pudiera culparla. No era un trabajo fácil. El poder y la magia extras eran
asombrosos. La habilidad para permanecer velado indefinidamente entre otros atributos
ayudaba a suavizar el golpe de lo que hacían. Pero eso era algo que ninguno de ellos podía
olvidar. Se dirigió a la cama y la tocó. Talin se permitió soñar en un mundo con Neve en él.
Tener eso fuera de su alcance era desgarrador. No es de extrañar que Bran hubiera perdido
la razón.
Talin se sentía cerca de hacer lo mismo. Lo único que le detenía era que Neve le dijo que no
hiciera lo que Bran hacía. Neve no querría que se volviera contra aquellos que consideraba
su familia. Se controlaría.
El tiempo al final curaría su dolor. Al menos rezaba por ello.
Sintió algo detrás de él y se volvió. La boca de Talin se abrió cuando vio a Neve. Su sonrisa
era ancha, sus ojos plateados brillaban de felicidad.
Fue la armadura de cuero negro la que lo tenía mirándola con aprobación. ¿Había algo que
esta mujer usara que no lo hiciera querer quitárselo y hundirse en su cuerpo?
“Tus ojos son aprobadores, pero no oigo ni una palabra” dijo Neve.
Talin dio dos pasos y la arrastró a sus brazos. La abrazó apretadamente. “No estaba seguro
de que dijeras que sí”
“No pensaba que yo era un guerrero. La Muerte piensa diferente” dijo Neve con una risita.
Talin apretó los ojos cerrados, más feliz de lo que nunca lo había sido. “¿Realmente estás
aquí?”
“Estoy aquí de verdad”
“¿Un Reaper?”
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SERIE THE REAPERS 3
DONNA GRANT
Neve asintió con la cabeza y deslizó sus manos entre el cabello de él. “Un Reaper. Con todas
las responsabilidades que ello conlleva”
“Neve…” empezó él.
Ella arqueó una ceja y le lanzó una mirada severa. “Fue mi decisión. Erith me dijo
exactamente lo que haría. Va a ser duro al principio, pero serviré a la Muerte. Estoy
orgullosa de eso, incluso si todavía estoy lastimada por cómo he llegado a ser un Reaper.
Pero” se apresuró a decir cuando él abrió la boca. “Ahora podré perseguir a Bran junto a
vosotros”
Talin no sabía qué decir. Estaba a la vez triste y exultante por que ella estuviera con él.
Neve salió de sus brazos. “¿Han cambiado tus sentimientos hacia mí?”
Él la arrastró de nuevo contra él, negando con la cabeza. “Nunca. Solo estoy abrazando a
uno de los principales miembros de la familia de los Light Fae, que ahora es un Reaper”
“Mis padres se han ido” dijo ella con una voz suave. Su mirada bajó al pecho de él mientras
respira hondo y soltaba el aliento. “Atris, aunque esté todavía vivo, también se ha ido.
Llevaré la justicia a Bran por mi familia”
“Sí, lo haremos” dijo Talin.
Neve sonrió mientras le volvía a mirar. “No puedo esperar a conocer a Jordyn y River”
La puerta se cerró de un portazo con un solo pensamiento de Talin. Abrazó a Neve “Voy a
estar una eternidad con ellas. Quiero algo de tiempo contigo. A solas”
“Hmm. Me gusta cómo suena eso”
El corazón de Talin iba a estallar de felicidad. “Yo… yo…” Hizo una pausa y se aclaró la
garganta. Las palabras siempre le habían salido con facilidad, pero de repente, ahora no
podía decir ni una sola. Neve puso la mano sobre el corazón de él y levantó la mirada hacia
él adorándole. Era el más afortunado Light de todo el Reino. La prueba era la mujer que
tenía en los brazos.
“Soy un culo por no hablarte antes de mi amor”
“Sí, lo eres”, estuvo de acuerdo ella.
Él hizo una pausa por un momento. “Voy a decírtelo cada día”
“Sí, lo harás”
Talin sonrió “Y tú me lo dirás cada día también”
“Malditamente correcto” Neve sonrió. Talin dio un medio paso hacia atrás y sujetó su mano
entre ellos. La miró a los ojos. Nada en su relación había ido por orden. ¿Por qué debería
empezar ahora? “Desde este momento hasta la eternidad soy tuyo”
Ella abrió los ojos de par en par cuando reconoció las palabras de la ceremonia de
matrimonio Fae. Neve tragó saliva y parpadeó muchas veces. “Desde este momento y por
toda la eternidad, yo soy tuya”
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SERIE THE REAPERS 3
DONNA GRANT
Con esas simples palabras, se unieron como marido y mujer.

Ella era suya.
Y él era de ella.
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SERIE THE REAPERS 3
DONNA GRANT
Epílogo
Bran miraba fijamente a Searlas a través de la lluvia que caía en un callejón de Dublín. El
Dark estaba muriendo lentamente. Una parte de Bran quería dejarle morir por no matar a
Talin. Por otro lado, la mujer Light Fae lo había arruinado todo. Bran se arrodilló al lado de
su teniente y con facilidad le curó. Miró alrededor la lluvia que mojaba las calles.
“Encuéntranos un lugar. Quiera saber quién era esa Light Fae”.
“Su nombre es Rhi”
Él volvió la cabeza rápidamente hacia Searlas. “¿Cómo es que la conoces?”. Searlas se sentó,
frotándose el lugar donde la espada de Kyran había penetrado en su carne. “Ella es una
Guardia de la Reina. También tuvo una aventura con un Rey Dragón”
Ah. Los Reyes Dragos. Bran no había puesto en ellos mucha atención antes puesto que
tenía un pez más grande en el anzuelo –como la Muerte. Pero Rhi era más poderosa de lo
que había esperado. De hecho, su poder excedía al de él. Y eso podía un dolor en sus planes.
“Tenemos que matar a esa Rhi”
Searlas frunció el ceño mientras se ponía en pie. “Sería mejor ponerla de nuestro lado”
Bran lentamente se quedó en pie. Eso era lo primero inteligente que Searlas había dicho en
meses. “Sí, ella sería una buena adición a nuestras filas” Y un mejor teniente. Pero Searlas
no necesitaba saber esa parte aún.
“Reclútala” ordenó Bran mientras salía hacia la noche.
Searlas le observó. Le debía todo a Bran, pero no era tan estúpido como Bran pensaba. Rhi
iba a ser más difícil de matar que los Reaper, y no habían tenido mucho éxito en esa
cuestión. Pero las probabilidades de que Rhi se pusiera de su lado eran casi nulas. Además,
si lo hacía, Searlas sabía que ella tomaría su posición. No había matado y arañado su
camino hacia la cima para echarse a un lado ahora.
Con Bran ocupado con los Reapers y la Muerte, nunca sabría si y cuándo Searlas hablaría
con Rhi. Searlas dio media vuelta y fue en dirección contraria a buscar un nuevo lugar para
que ellos pudieran vivir. Esperaba que estuviera lleno de humanos porque tenía necesidad
de matar.
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SERIE THE REAPERS 3

En otras palabras, simplemente su existencia le llenaba de lujuria. Ésta se anudaba

Talin le cogió la mano y se la puso alrededor de su rostro. La piel de él le hormigueó al sentir

La larga y esbelta columna de su cuello le tentaba a inclinarse y mordisquearle la delicada

A él no le importaba promocionar su posición. De hecho, Neve no sabía su rango en la

En cuestión de momentos, los que estaban a su alrededor se olvidaron de que no le conocían

“Creo que deberíamos decírselo a papa y mama”

Ahora eso le sorprendió. Lo había dicho tranquilamente, la reacción completamente opuesta

Su corazón de se contrajo de dolor. Hasta ese momento, no se había dado cuenta

La preocupación y el interés nublaron la mirada plateada de su hermano. Pasó una mano

“Conozco las reglas de la Corte y de la sociedad, pero ya no me importan. Estoy cansada de

Cael se volvió y contuvo la respiración mientras interiorizaba que se trataba de la Muerte.

“No le he visto” dijo Talin. “Y he estado buscando”

“Podría hacerlo velado” dijo él.

“Fueron tus observaciones las que os salvaron a Eoghan y a ti”

“Eoghan y yo nos quedaremos con Neve. Quizás deberías ir a buscar a Atris”

“Seguramente lo haya sido”

“Sí. Su cuerpo sólo necesita descansar”

“Talin es parte de un enorme problema” explicó Bran. “Talin se ha interpuesto en mi camino

En cualquier momento, Cael regresaría de visitar a Daire y de informarle. Eoghan ya estaba

Cael no quería a Talin en la Corte de ninguna manera. Su miedo -absolutamente

“No eres quien está al mando”

“Neve” empezó él.

La mirada de ella se trasladó hacia Talin suavizándose. A pesar de las circunstancias,

Todo el tiempo, su corazón se rompió y ella quería gritar su frustración y devastación. Lo

“Piensas que le conoces bien ¿verdad?”

En un abrir y cerrar de ojos, ella desapareció. Daire no tenía problemas en seguirla.

La cabeza de Bran giró, su mirada clavándose en la de Talin. Una pequeña sonrisa

Fue su turno de bufar -ruidosamente. Y de llenarse de sarcasmo. “Voy a encontrar las

Sus dedos hormiguearon con magia mientras levantaba su mano. Su observador se

Visiones borrosas de Faes pasaron a su alrededor, y a través de ella, moviéndose

“Familia” murmuró Bran como si estuviera rememorando un recuerdo. Sus ojos se

Eso es lo que le hacía querer bramar con frustración y resentimiento. No importaba la

En el instante siguiente, Neve se encontró a sí misma sujeta contra la pared, varios

Grietas aparecieron en las paredes. El techo gimió y se desplazó, astillándose en varias

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“¿Cuántas veces más lo intentaremos?” preguntó Kyran a la sala. “Deberíamos tener a

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“No hay un podría en eso”, le dijo Talin a ella.

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Rhi permanecía de pie en mitad de la habitación cerca de Neve, formulando un hechizo en

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“En lugar de ello, tengo un favor que pedir”

El cuerpo de él estaba desgarrado de dolor, arqueándose en los brazos de ella. Neve le

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Ella no se merecía esto. Ninguno de su familia se lo había merecido. La culpa residía en

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La Muerte simplemente inclinó la cabeza hacia él en aceptación y apretó ligeramente su

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Durante largos minutos, la Muerte sencillamente la miró. “River no es un Reaper. Sin

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Con esas simples palabras, se unieron como marido y mujer.